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N.

Bolzón
N. Bolzón

14 Naturaleza & Conservación


Derecha: espléndido camalotal en el área protegida.
Inferior: Una imagen habitual del Chaco: el aguilucho pampa en su percha.

R. Güller
de, y a pocos metros, encontré el primer nalidad y su nidificación y están poco
y único nido de hornerito copetón para representadas en colecciones de mu-
el Parque. A veces, las novedades llegan seos y en la bibliografía. Casi a modo
volando todas juntas. de excepción, los estudios de Alejan-
Pero, en nuestras campañas no to- dro Di Giacomo, en la Reserva el Ba-
das sorpresas fueron «aves». En cerca- gual, de Alparamis y que Aves Argen-
nías de la laguna Yacaré, hemos escu- tinas administra en Formosa arrojan
chado los aullidos del aguará guazú y luz reciente a varios aspectos de las
encontrado huellas de tapir, confir- aves chaqueñas.
mando la presencia actual de ambas El Chaco húmedo, presenta una
especies en el parque. En una ocasión, gran heterogeneidad de ambientes y
junto a Emilse Mérida, nos enfrenta- una alta diversidad de aves. El par-
dos cara a cara con un joven puma que que está en la subregión de esteros,
estaba en una rama baja de un que- cañadas y selvas de ribera, donde la
bracho en la barranca del río Negro. composición de la avifauna puede
Tuvimos que alejarnos de la base del cambiar llamativamente en pocos ki-
árbol para que descendiera. En otra lómetros. Por ejemplo, la palomita
ocasión, durante una recorrida en bi- azulada, cuenta con poblaciones es-
cicleta, luego de una curva, me encon- tables en el cercano Parque Provincial
G. Bodrati

tré esquivando a un grupo de más de Pampa del Indio, pero nunca se regis-
diez pecaríes de collar, que huyeron en tró en el Parque Nacional Chaco.
todas direcciones. Por lo tanto, es clave conocer qué es-
El coludo grande se posa en pecies están protegidas en esta área,
los tallos altos de los sus números poblacionales, y sus re-
pastizales. PORQUÉ EL «CHACO» quisitos de hábitat.

Con su ubicación en pleno Chaco


oriental, este Parque Nacional preser- EN CAMPAÑA
va ambientes representativos de una
de las ecoregiones más extendidas de Con estas premisas en 1997 empeza-
la Argentina, pero de los menos estu- mos el trabajo del inventario, junto a
diados en lo ornitológico. En el Chaco, Claudia Nardini y Guillermo Bodrati.
se desconocen aspectos elementales de Hicimos 16 campañas más hasta junio
las aves, como su estatus, su estacio- del año 2003. Al cabo de siete años, con

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Superior: el pepitero de collar se distingue por su canto y su lla-
mativo diseño y es habitual en sectores de palmar y bosque bajo.
Inferior: es frecuente observar el ticotico común en las selvas de
ribera del río Negro, que atraviesa el área portegida.

Navegando el río Negro, confirmamos la presen-


cia del esquivo ipequí, que estaba en duda para el
Parque.
Unas 209 especies habitan el Parque durante todo
el año, sin que sus poblaciones varíen notablemen-

D. Döke
te. Otras 22 permanecen en el área, aunque en dis-
tintos momentos del año sus poblaciones decre-
cen o aumentan, por lo que las consideramos «par-
ciales residentes anuales». Unas 55 especies llegan
al Parque únicamente en primavera y verano y
otras 31 visitan o habitan el lugar sólo en invier-
no. Unas 47 especies aparecen sólo en forma oca-
sional, y por lo tanto el Parque no estaría ampa-
rando sus poblaciones. El Parque Nacional Chaco
sería el único del sistema de la Argentina que cuen-
ta con tataupá listado o mokoi kokoé.
En base a la observación de nidos o juveniles
dependientes, tratamos a 218 especies como
nidificantes. Algunos de los nidos hallados son
desconocidos o poco conocidos para la región, por
ejemplo el del carpintero negro y el del guaicurú.

MONTES, ESTEROS, PALMARES

En las zonas más altas, sobre el albardón del río,


se desarrolla la selva en galería. Descendiendo, en-
contramos el monte fuerte, el bosque bajo, las sa-
banas con palmares, las cañadas y finalmente, en
las zonas más bajas, los esteros, donde permanece
agua durante la mayor parte del año.
La selva de ribera se desarrolla sobre el albardón
del río Negro y sus antiguos meandros o
R. Güller
A. Bosso

La ralera de quebracho, uno de los ambientes más


interesantes para el observador.

Extensos palmares
G. Bodrati

de caranday se
recorrieron a caba-
llo para completar
18 Naturaleza & Conservación el inventario.
El Parque aún cuenta con una importante diver-
sidad biológica. Pero desmontes y el posterior ac-
cionar del ganado deterioraron los bosques y sa-
banas en su periferia y lo aíslan progresivamente.
Esto atenta contra la permanencia en la zona de
especies que requieren de extensos territorios,
como el águila coronada, el aguará guazú, el tapir

G. Bodrati
y los grandes felinos. Históricamente, el Parque
fue habitado por un número importante de pobla-
La chuña patas rojas alterna recorridas en los pastizales
dores, que cazaban por subsistencia; esta práctica
con ingresiones a los montes habría llevado a la extinción al muitú y al pato
crestudo. Este último parece haber sufrido hasta
grandes extensiones del Chaco en tierras de cultivo la recolección de sus huevos. También habrían dis-
a un ritmo descontrolado. Los viejos campos de al- minuido dramáticamente las poblaciones de es-
godón, hoy en día abandonados, deberían servir pecies como el ñandú y el mokoi kokoé o tataupá
para recordarnos que no todo lo que brilla es oro. listado, que hoy parecen recuperarse lentamente.
Hoy se necesita una visión a largo plazo, la protec- En esta región, la caza es una práctica continua y
ción efectiva de las últimas áreas que quedan en tradicional y sigue siendo un problema para el
estado natural y la concreción de la proyectada Parque Nacional Chaco, a pesar de los esfuerzos
Reserva de la Biosfera del Impenetrable. realizados por el personal. En recorridas por el
Dentro de este contexto, el Parque Nacional Cha- centro del área, nos topamos con cazadores
co protege, a pesar de su exiguo tamaño, un conjun- furtivos y en sus inmediaciones observamos gen-
to de ambientes representativos del Chaco oriental te portando ejemplares muertos de cuervillos, gar-
y un número considerable de especies con proble- zas, palomas y hasta pájaros. Sabemos, por infor-
mas de conservación. Dos de sus aves están mantes locales, que hasta hace pocos años se ex-
categorizadas «en peligro» a nivel internacional. El traían pichones del loro hablador dentro de los
capuchino pecho blanco aparece en el Parque du- límites del área.
rante sus desplazamientos migratorios, y el águila Aún con su problemática, el Parque Chaco ofre-
coronada probablemente se reproduciría en la zona, ce un pequeño oasis para la fauna, porque el resto
ya que se observó en distintas ocasiones a un juve- de la región se encuentra amenazada y en un mo-
nil, y en otras ocasiones a adultos. Otras seis espe- mento crucial para su conservación. Espero, con el
cies están categorizadas como «casi amenazadas». inventario ornitológico, despertar interés en el
Hemos encontrado nidos de ñandú, y observamos Chaco diverso, complejo y mágico que, extraña-
al macho adulto acompañado de sus «charitos». El mente, ha sido olvidado y postergado.
carpintero negro, si bien nidifica en el Parque du-
rante la estación estival, se lo aprecia en mayor
número en los meses fríos y secos, aparentemente Glosario
llegando desde sectores occidentales de la región aguará guazú (Chrysocyon brachyurus), aguatero (Nycticryphes semicollaris), águila coro-
nada (Harpyhaliaetus coronatus), aguilucho colorado (Buteogallus meridionalis), aguilu-
chaqueña. El doradito pardo y el espartillero enano cho pampa (Busarellus nigricollis), algarrobos (Prosopis spp.), arañero silbón (Basileuterus
son escasos visitantes invernales. El capuchino gar- leucoblepharus), batará estriado (Myrmorchilus strigilatus), boyero ala amarilla (Cacicus
chrysopterus), capuchino garganta café (Sporophila ruficollis), capuchino pecho blanco
ganta café habita sus pastizales, pero es más fácil (Sporophila palustris), caraguatá (Bromeliaceae), caranday (Copernicia alba), carpintero
encontrarlo en campos altos de ganadería en los garganta estriada (Dryocopus lineatus), carpintero garganta negra (Campephilus
alrededores del Parque. Durante sus largas migra- melanoleucos), carpintero negro (Dryocopus schulzi), chuña patas negras (Chunga
burmeisteri), chuña patas rojas (Cariama cristata), colorada (Rhynchotus rufescens),
ciones desde el hemisferio norte, el playerito canela doradito pardo (Pseudocolopteryx dinellianus), espartillero enano (Spartonoica maluroides),
se reabastece en el Parque, y principalmente en en esparvero variado (Accipiter bicolor), espina corona (Gleditsia amorphoides), espinero
grande (Phacellodomus ruber), fiofío corona dorada (Myiopagis viridicata), garcita azulada
inmediaciones de campos bajos. (Butorides striatus), garza bruja (Nycticorax nycticorax), garza mora (Ardea cocoi), guaicurú
Entre las especies amenazadas en el orden na- (Herpetotheres cachinnans), guayacán (Caesalpinia paraguariensis), hornerito copetón
(Furnarius cristatus), inambú montaraz (Nothoprocta cinerascens), ipequí (Heliornis fulica),
cional, el Parque ampara poblaciones «saludables» lapacho negro (Tabebuia impetiginosa), lechuza bataraz chaqueña (Strix chacoensis), loro
del pato real y el loro hablador, en disminución en hablador (Amazona aestiva), milano chico (Gampsonyx swainsonii), milano pico garfio
la región chaqueña. En febrero de 1997, al atarde- (Chondrohierax uncinatus), monjita blanca (Xolmis irupero), muitú (Crax fasciolata), palo-
mita azulada (Claravis pretiosa), palo lanza (Phyllostylon rhamnoides), pato crestudo
cer, pudimos contar más de quinientos ejemplares (Sarkidiornis melanotos), pato real (Cairina moschata), pecarí de collar (Tayassu tajacu),
de loro hablador llegando en grupos desde el su- pepitero verdoso (Saltator similis), playerito canela (Tryngites subruficollis), pollona azul
(Porphyrio martinicus), pollona celeste (Porphyrio flavirostris), puma (Puma concolor),
deste para pernoctar en el área operativa. En julio quebracho colorado (Schinopsis balansae), sacha huasca (Dolichandra cynanchoides),
del mismo año, no más de 150 loros usaban el lu- tacuarita azul (Polioptila dumicola), tapir (Tapirus terrestris), tataupá común (Crypturellus
tataupa), tataupá listado (Crypturellus undulatus), timbó (Enterolobium contortisiliquum),
gar, y en los años siguientes los números variaron trepador castaño (Xiphocolaptes major), tusca (Acacia aroma), tuyuyú (Mycteria america-
sensiblemente, aumentando y decreciendo. na), uña de gato (Macfadyena ungis-cati), zapallo caspi (Pisonia zapallo).

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