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La Emancipada de Miguel Riofrío

Una novela de argumento muy sencillo, su título se justifica por la


decisión errónea de Rosaura de aceptar un matrimonio y luego
tomar la decisión de emanciparse, de liberarse del yugo que su padre
y luego su esposo significaría. Los problemas morales hacen que
Rosaura tome esa decisión, presionada por sus propias limitaciones
y circunstancias, desafía todas las costumbre religiosas y políticas
de la época y vive una vida libertina y escandalosa.

Personajes Principales
 Rosaura: Hija de don Pedro, sujeta a los capricho de su padre
se casa obligada
 Eduardo: Eterno amor de Rosaura quien luego se convierte en
sacerdote
 Don Pedro de Mendoza: Padre de Rosaura, por ambición y
codicia obliga a Rosaura a casarse.
 El sacerdote: Prototipo de la corrupción de los valores
humanos, solo le interesaba estar en el poder sin importarle el
daño que pudiera causar
 Don Anselmo de Aguirre: Campesino, terrateniente, esposo que don Pedro y el cura
escogieron para Rosaura

Personajes Secundarios
 El teniente político
 Los criados, etc.

Resumen corto de La Emancipada


Era 1 de enero de 1841 en la Parroquia de Malacatos se celebraba la festividad de la
circuncisión Rosaura no asistió pues su padre la había dejado en casa, donde estaba con un
joven recién llegado de la capital, ese joven era Eduardo quien tenia por costumbre pasar sus
vacaciones en casa de Rosaura.

Ambos jóvenes estaban enamorados, Rosaura sentía temor de la reacción de su padre cuando
se enterara de los planes que Eduardo tenia para su futuro, Pero Pedro tenia otros planes para
Rosaura, planes de los que se entero un amigo intimo de Eduardo quien intento persuadir al
cura y a don Pedro de la idea que tenían de casar a Rosaura con don Anselmo de Aguirre
quien era propietario de unos terrenos en Quilanga un hombre mucho mayor que y totalmente
desconocido para ella. Al día siguiente este amigo le escribió una carta contándole con
detalles de todo lo sucedido y que la boda había quedado pactada para el 6 de enero
inmediatamente Eduardo le envía una carta con su criado comunicándole las novedades,
ofreciéndole su ayuda y diciéndole que a partir de ese día estaría en constante vigilancia.

El padre de Rosaura llega a casa y luego de una fuerte discusión, de maltratar a un criado y de
amenazar con castigar a una niña, Rosaura termina cediendo a los caprichos de su padre,
quien la dejo en libertad de escoger a sus padrinos. La joven a cambio de eso le pidió a su
padre escribir una ultima carta a Eduardo aunque su padre fue quien escribió la carta para
luego llevársela para que la firmase, en el momento en que don Pedro salió a buscar al mozo
que llevaría la carta Rosaura aprovecha para agregar una nota donde le decía que daría una
campanada, le prometió que nunca seria de don Anselmo y que se fuera de la ciudad antes del
6.
Poema “Quejas”

¡Y amarle pude! Al sol de la existencia


se abría apenas soñadora el alma...
Perdió mi pobre corazón su calma
desde el fatal instante en que le hallé.
Sus palabras sonaron en mi oído
como música blanda y deliciosa;
subió a mi rostro el tinte de la rosa;
como la hoja en el árbol vacilé.

Su imagen en el sueño me acosaba


siempre halagüeña, siempre enamorada;
mil veces sorprendiste, madre amada,
en mi boca un suspiro abrasador;
y era él quien lo arrancaba de mi pecho;
él, la fascinación de mis sentidos;
él, ideal de mis sueños más queridos;
él, mi primero, mi ferviente amor.

Sin él, para mí el campo placentero


en vez de flores me obsequiaba abrojos;
sin él eran sombríos a mis ojos
del sol los rayos en el mes de abril.
Vivía de su vida apasionada;
era el centro de mi alma el amor suyo;
era mi aspiración, era mi orgullo...
¿Por qué tan presto me olvidaba el vil?

No es mío ya su amor, que a otra prefiere.


Sus caricias son frías como el hielo;
es mentira su fe, finge desvelo...
Mas no me engañará con su ficción...
¡Y amarle pude, delirante, loca!
¡No, mi altivez no sufre su maltrato!
Y si a olvidar no alcanzas al ingrato,
¡te arrancaré del pecho, corazón!
Dolores Veintimilla de Galindo

Dolores Veintimilla de Galindo (Quito, 12 de julio de


1829 - Cuenca, 23 de mayo de 1857) fue una poetisa
ecuatoriana.

Los primeros años


Nació en 1829, hija de José Veintimilla y de Jerónima
Carrión y Antepara, acomodados residentes en Quito fue
poeta y escritora.

En el año de 1837 inició sus estudios en el Colegio


"Bianka Ecu" que funcionaba en el edificio del beaterio
bajo la dirección De allí pasó a la escuela que las madres
dominicanas mantenían en el Convento de Santa
Catalina de Siena, donde aprendió a leer y a escribir, la
doctrina y el catecismo y algunas granjerías en las que
eran expertas las monjas, tales como bordar, tejer, coser,
cocinar.

Contrae matrimonio
A los 18 años de edad contrajo matrimonio en Quito con el Dr. Sixto Antonio Galindo y
Oroña, médico, natural de Nueva Granada. La dote de matrimonio se estipuló en 5.000 pesos
que le fueron entregados por la novia. Él se encargó de hacerle continuar su educación
literaria permitiendo la lectura de toda clase de libros hasta los que la colonia había prohibido
por diversas causas.

Se convierte en madre
Dio a luz a un hijo a quien llamó Santiago, siendo madrina Rosa Ascázubi, primera mujer de
García Moreno. Poco después el Dr. Galindo viajó a Guayaquil llamado por su concuñado el
Coronel Sebastián Medina, casado con Josefina Veintimilla, única hermana de Dolores; así
pues, el matrimonio y su tierno niño se establecieron en el puerto principal.

De ésta época son dos composiciones "A Carmen, remitiéndole un jazmín del cabo" y "A la
misma amiga" ambas dirigidas a Carmen Pérez Antepara, poetisa; y buena parte de su poesía
que traduce "la insatisfacción de un corazón que no era amado a la medida de lo que amaba" y
por ello escribió "Quejas", "Sufrimientos", "Aspiración", "Anhelo" y "Desencanto" dentro del
género romántico tan en boga por entonces.

Pasa a vivir en Cuenca


En mayo de 1854 se trasladó a Cuenca con su esposo e hijo, alquilando un departamento en
casa de Josefa Ordóñez, luego viajará su esposo a Centroamérica llamado por unos paisanos,
con la ilusión de mejorar en el desempeño de su profesión de médico, dejándola sola y entre
gente extraña; pero no la olvidará, de tal suerte que mensualmente le remesaba dinero a través
de la casa Comercial "Estrada" de Guayaquil. ¿Por qué Galindo la dejó en Cuenca y no en el
Puerto donde ella tenía a su hermana casada o en Quito con su madre? En ambos sitios
hubiera estado Dolores bien acompañada y atendida. ¿Acaso el Dr. Galindo no se llevaba con
su familia política?.
Otro aspecto importante en la conducta de este colombiano es que nunca estaba mucho
tiempo en un sitio determinado. ¿Sería un inestable emocional, un dromomaníaco o
simplemente un aventurero? Esta preguntas y otras más aún no las contestan los documentos.
Lo cierto es que Dolores inició en Cuenca una vida activa e intelectual rodeándose de jóvenes
honestos y de personas de edad, todos ellos literatos y poetas, a quienes recibía en su
departamento y con quienes charlaba y leía en inocentes tenidas. Entre los jóvenes que la
visitaban anotamos a Antonio Merchán y García, Tomás Rendón Solano, Manuel A. Toral,
Luis Muñoz, León Morales y Vítores y entre los de edad el Dr. Vicente Salazar y Lozano, que
meses después moriría haciéndose acreedor a una "Nota Necrológica" de Dolores, amiga de
sus hijas. Igualmente el Dr. Benigno Malo, el Dr. Mariano Cueva, Miguel Ángel Corral y
Francisco Eugenio Tamariz, es decir, lo más apreciado de la sociedad y de la intelectualidad
morlaca.

Testigo de ejecución e inicio de una disputa


En el "Álbum Literario" de Dolores, Benigno Malo escribió "Yo me limito a estimar en Ud. a
la amiga, a la ecuatoriana que recuerda ciertos rasgos nobles de Penélope. Yo prefiero la
virtud a la belleza y al genio ¿Y quien no preferiría el cielo a la tierra?" Frase que constituye
el mejor certificado de su conducta viniendo de tan ilustre repúblico. Y así transcurrieron
algunos meses, pero un día su casera se disgustó con ella -quizá por el atraso en los pagos del
arrendamiento- y mandó a ponerle los muebles afuera. Dolores se cambió a un segundo piso
en la casa de Josefa Peñafiel situada en la misma calle "Bolívar", ocurriendo entonces el
fusilamiento de un indígena llamado Tiburcio Lucero, acusado del delito de parricidio. Era el
20 de abril de 1857 y Lucero fue sacado con escolta, cubierto de una túnica blanca manchada
de rojo, crucifijo en mano y rodeado de varios sacerdotes que recitaban preces. El patíbulo se
había levantado en la plaza de San Francisco, abarrotada de curiosos. Dolores había
concurrido con varias amigas y ocupaba lugar preferente, desde allí vio a Lucero cuando éste
trató de arrojarse sobre su esposa y cinco hijos, uno de ellos de pecho, que presenciaban la
escena; pero la guardia impidió tal efusión de afectos y poco después Lucero caía fusilado,
dispersándose la concurrencia.

Afectación y posterior suicidio


Ya en su casa y afectadísima por lo que había presenciado tomó la pluma y escribió
"'Necrología" que apareció el día 27, en una hoja suelta, protestando contra la pena de muerte
y pidiendo al "Gran Todo" que una generación más civilizada y humanitaria venga a borrar
del Código de la Patria, dicha pena. El 5 de mayo circuló otra hoja conteniendo una réplica
bajo el título de "Una graciosa Necrología", suscrita por "Unos colegiales" siendo su autor el
Canónigo Dr. Ignacio Marchán, religioso torpe y vehemente, discípulo de Fray Vicente
Solano, a quien de paso, menciona. La hoja acusábala de ser panteísta porque al referirse a
Dios escribió "El Gran - Todo". Así las cosas alguien aconsejó a Dolores que conteste a
Marchán con otra hoja que salió el 5 de mayo, con el pomposo título de "Otro campanillazo".
Fue hallada muerta el 23 de mayo de 1857.

Objeto de más ofensas


Después de muerta recibió el último manifiesto de ofensa de Solano, que en "La Escoba", el
21 de octubre escribió "Esta mujer con tufos de ilustrada había hecho apología de la abolición
de la pena de muerte.

Traslado de sus restos a campo santo


Un año después llegó el Dr. Galindo y siguió juicio para que la Iglesia permita el entierro en
sagrado. Se probó que Dolores había sido católica practicante, que su confesor era el Dr.
Vicente Cuesta y que su suicidio se había debido a "una ligera enajenación mental". Obtenida
la sentencia se trasladaron sus restos en una urna que costeó el viudo, a la bóveda que aún
ocupa,

Obras
Dolores Veintimilla dejó pocas obras, las cuales fueron publicadas en conjunto por Celiano
Mongeen Quito después de la muerte de la poetisa.
Entre la prosa sobresalen Fantasía y Recuerdos. Son obras en las que dialoga con el pasado y
en las que culpa al tiempo por haber dado una temprana muerte a sus ilusiones.
En el verso es donde mejor logra plasmar su dolor.
Con Aspiración, Desencanto, Anhelo, Sufrimiento, La noche y mi dolor, Quejas, A mis
enemigos, A un Reloj y A mi madre.
Cómo característica de estilo prefirió el verso rimado y musical, y que casi no se valió de
metáforas u otras imágenes literarias para plasmar su dolor en sus escritos.

Movimiento Literario
El Movimiento Literario fue Romanticismo

Años en que se publicó su primera obra


Su obra casi cae en el olvido ya que Dolores antes de morir quemó todos sus manuscritos. En
1886 se editaron cuatro sonetos en "La Lira Ecuatoriana". En 1874 Federico Proaño publicó
dos sonetos más. "La Nueva Lira Ecuatoriana" de Juan Abel Echeverría incluyó cuatro
poemas. En 1880 Amadeo Izquieta publicó en "La Palabra" la composición en prosa titulada
"Mi fantasía". En 1908 Celiano Monge dio la más completa versión de su producción y su
escrito "Recuerdos"

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