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DOSSIER

R AMSÉS
El cénit del Imperio Nuevo

E
gipto conoció un último
período de brillante esplendor
bajo las dinastías XIX y XX,
entre los años 1320 y 1085 a.C.
El momento culminante del periodo
estuvo protagonizado por Ramsés II,
que mantuvo el prestigio militar,
territorial, diplomático y comercial del
país, logró una prolongada paz y llenó
su geografía de fastuosos
monumentos. Nuestro dossier recrea el
momento áureo del Egipto ramésida,
evoca sus fiestas, reconstruye la vida
cotidiana de la “tierra amada” y detecta
los problemas que condujeron al
Imperio faraónico
egipcio a un
prolongado
y definitivo declive

Días de gloria
Federico Lara Peinado
Esplendor y decadencia
Francisco J. Martín Valentín
Fiestas tebanas
Jesús Trello
DOSSIER

Días de gloria
Con el Imperio Nuevo, Egipto alcanzó la cumbre de su
riqueza económica, militar y artística; con Ramsés II, el
apogeo del poder, el boato y la gloria faraónicas
Federico Lara Peinado
Profesor Titular de Historia Antigua
Universidad Complutense de Madrid

L
OS HICE CAER AL AGUA COMO
caen los cocodrilos cuando se
precipitan al agua uno sobre
otro. Hice estragos en ellos a
placer. Ninguno miraba atrás ni se daba
la vuelta. El que caía ya no se levanta-
ba... Hice que conocieran el sabor de mi
mano. Los destrocé matándoles donde
estaban... Los acuchillé sin reposo".
Así recordaba Ramsés II, Glorioso Sol
de Egipto, su intervención en la batalla
de Qadesh o, al menos, así le gustaba que
se contase aquel memorable hecho militar,
acontecimiento crucial de su larguísimo rei-
nado, de la historia egipcia en el siglo XIII
a.C. y base de la época ramésida.

Los ramésidas
De todos es conocido que la Historia
del Antiguo Egipto ya fue estructurada
en dinastías, que serían sistematizadas
a mitad del siglo III a.C. por Manetón de
Sebennitos, un sacerdote egipcio que
tuvo acceso a los archivos antiguos,
singularmente al atesorado en Helió-
polis. Tales dinastías han servido de
hilo conductor a los egiptólogos de todos
los tiempos para poder secuenciar y recoger los Ramsés II, en pie, extraordinarios por uno u otro motivo
principales hechos históricos que, transmitidos por ofrece prisioneros como la reina Hatshepsut, Thutmosis
una más que abundante documentación, han posi- de guerra nubios a III, Amenofis III, Amenofis IV (Ake-
bilitado conocer muchos de los avatares políticos, Amon-Ra y a su naton, el esposo de la incomparable
tradiciones religiosas y costumbres egipcias. esposa, Mut, reina Nefertiti) o Tuthankhamón, accedió
Sin lugar a dudas, tres de aquellas dinastías –las del cielo; en el al trono Ramsés I (1305-1303
XVIII, XIX y XX– constituyen la gran almendra de la centro figura el a.C.), un militar de gran prestigio
Historia del país del Nilo, por cuanto fueron las que propio faraón personal, propuesto como faraón
lo llevaron al cénit de su fama y las que, también, deificado (por por su amigo Horemheb, ya que
motivaron su inexorable decadencia. Las tres dinastí- Ippolito Rosellini, a éste no había podido tener des-
as conforman lo que ha dado en llamarse, aunque partir de los cendencia legal ni de su espo-
impropiamente, Imperio Nuevo egipcio, que se desa- relieves del pronaos sa, que había tenido trece em-
rrolló entre los años 1552 y 1080 a.C. Fueron, pues, de Abu Simbel). barazos fallidos, ni de la sa-
casi cuatrocientos años de esplendor interno y de po- cerdotisa Imenia, con quien
derío exterior mantenidos gracias al férreo control de había mantenido relaciones
32 faraones que, cada uno con su específica perso- durante su generalato. Con
nalidad, siempre tuvieron presente la máxima de su- Ramsés I comenzaba la nue-
perar cuanto había hecho su inmediato predecesor. va dinastía, la XIX, con la que
Tras la dinastía XVIII, que ofreció faraones tan Egipto alcanzaría su apogeo.
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Su sucesor fue Sethi I (1303-1289 a.C.),


QADESH, LA GLORIA DE RAMSÉS que triunfó en Fenicia y en Palestina, man-
teniendo el control comercial de ambas áre-

P
robablemente a comienzos de la prima- Amón y comenzase a instalar su campamento; pe- hasta 67– de reinado y lo hizo con toda razón. as geográficas. Sethi I, que contribuyó a en-
vera de 1293, Ramsés II partió con sus ro salió al paso de la división Ra, que fue pronto Fue un gran éxito personal, pues su decisión y grandecer el gran templo de Karnak y se hi- • Troya
tropas hacia Siria. Serían entre 20.000 y dispersada y su infantería, aniquilada, salvándose valor impidieron la total destrucción de su ejérci- zo construir una de las tumbas más impre- • Hatussa
25.000 hombres, cuya impedimenta era transpor- algunos centenares de carros gracias a su rapidez. to. Pero fue, sobre todo, un enorme éxito político sionantes del Valle de los Reyes, todo ello en HATTI
tada por la flota. En mayo, los egipcios alcanzaron Después, Muwatali siguió los pasos de Ram- que consolidó la presencia egipcia en la zona: el Alto Egipto, hizo, sin embargo, bascular
• Micenas
el territorio disputado. Cuando se hallaban cerca sés, cuya división ni se había apercibido del de- muchos aliados de Muwattallis se pasaron al ban- su poder hacia el Bajo Egipto, fundando una
de Qadesh, falsos informes hicieron suponer a sastre de Ra, y cayó sobre los egipcios, que ense- do egipcio y los hititas no siguieron avanzando ha- nueva ciudad en el Delta, Pi-Ramsés, más LUKKA
Ramsés que Muwattallis, el rey hitita, se hallaba guida se dispersaron. Ante la escasa resistencia, cia el Sur, llegándose al acuerdo de no modificar próxima a las zonas neurálgicas de su poder MITANNI
ARZAWA Wassugani?
con su ejército más al norte, cerca de la actual los hititas se lanzaron al saqueo del rico campa- aquella situación; aunque aún hubo lucha entre económico y de su política exterior: Palesti- Karkemish• • ASIRIA
Alepo, por lo que ordenó asediar y tomar la es- mento; eso permitió la reacción de Ramsés que, hititas y egipcios en los años siguientes, no parece na, Fenicia y Siria. CRETA • Cnosos
Alepo•
Ugarit• NUKASSE Asur•
tratégica ciudad de Qadesh, a orillas del río Oron- arropado por su guardia, reunió su división que el frente hitita fuese causa de gran preocupa- ASTATA
tes. Para ello tomó el mando de la división Amón Amón, más los restos de Ra que convergían hacia ción para Egipto. Días de gloria: Ramsés II ALASIA Arados•
RU •Qatna
y, seguido por la Ra, avanzó para instalar su cam- el campamento y la columna de reclutas, auxilia- A la muerte de Muwattallis su sucesor, Khat- Sería, sin embargo, el hijo de Sethi I, Ram- M UR • • Mari
AR AM Qadesh
pamento al noroeste de Qadesh; al mismo tiempo res y mercenarios que habían avanzado más len- tusilis III, firmó un tratado con Ramsés el año sés II (1289-1224 a.C.), quien llevaría a MED BABILONIA
ITERRÁNEO Sidón• •Kumidi
salieron hacia el punto elegido tropas de infante- tamente. Entonces se trabó feroz combate que, al 1278, por el que las dos partes se comprometí- Egipto hasta cotas jamás igualadas hasta en- Tiro• UPI • Damasco
ría mercenaria y egipcia en periodo de instruc- cabo de un tiempo, rompió Muwattallis ordenan- an a mantener la situación, a solucionar nego- tonces, convirtiéndose por ello en uno de los Megiddo

ción para colaborar en los trabajos campamenta- do la retirada hacia Qadesh. El rey hitita sabía que ciadamente los posibles conflictos, a ayudarse faraones más gloriosos de la Historia. Supo RETENU
(CANAAN) ARAMEOS
les. Las otras dos divisiones, Ptah y Seth, les se- se estaban acercando las divisiones egipcias Ptah mutuamente ante terceros, a extraditar recípro- enfrentarse a una gran coalición de pequeños Canopo• Sais Gaza MOAB
guirían a distancia. y Seth y no quiso arriesgarse a quedar cercado. camente a los enemigos políticos refugiados en Estados sirio-palestinos que amenazaban con • • Tanis •
Busiris• •Sile SEIR
La dispersión de sus tropas fue un grave error Qadesh no fue una gran batalla por el número ambos países... independizarse de Egipto y que se hallaban
•Heliopolis

S
de Ramsés. Muwattallis se hallaba muy cerca, jus- de tropas enfrentadas, ni por la mortandad que se El texto del acuerdo se conserva tanto en la dirigidos por el gran país de Hatti. En audaz

REO
Menfis•

II)
X
sX S
to detrás de Qadesh, y perfectamente al corriente ocasionaron, ni por el aplastamiento de uno de versión egipcia como en la hitita, que difieren choque contra el rey hitita Muwattallis, pudo • Elath

HEB
IV-
gloLIBIO

de los movimientos egipcios, cuyos carros levan- los dos bandos, pero sí por sus consecuencias. sólo en pequeños detalles, sorprendiendo la ma- detenerlos en Qadesh, pequeña ciudad siria a Herakleopolis

taban grandes columnas de polvo en la llanura, Los egipcios se proclamaron vencedores porque durez y la modernidad diplomática que ya existí- orillas del Orontes, sobre quien vertebraba el

(si
Hermopolis
• •Akheataton
bien visibles para los observadores subidos a las quedaron dueños del campo, pese a que tuvieron an hace casi treinta y tres siglos. Como ratifica- país de Amurru.
(Tell el Amarna)
torres defensivas de la ciudad. El ejército hitita era más bajas; los hititas, también, porque padecieron ción del tratado, que ambas partes parece que Aunque la batalla finalizó sin vencedores ni •
Asiut
similar al de Ramsés, es decir, unos 20.000 hom- pocos daños y destruyeron el campamento egip- cumplieron escrupulosamente, Khattusilis con- vencidos, el faraón se atribuyó la victoria, cu- MAR
Abidós• ROJO
bres –9.000 infantes y 3.500 carros, con unos cio; pero allí hubo un indudable vencedor: Ram- cedió a Ramsés como esposa a su hija Maa-Hor- yos pormenores ordenó narrar en el texto que •Coptos
•Karnak
10.500 hombres– pero disponía de la extraordi- sés, que hizo cantar su victoria en numerosos mo- Nefrurá. La boda se celebró en el año 1264, unos conocemos como Poema de Pentaur y que se Necrópolis de •Tebas
Tebas• • •Luxor
naria ventaja de tenerlo unido. Permitió Muwatta- numentos de los millares que se erigieron duran- 29 años después de Qadesh, cuando Ramsés grabó en distintos monumentos para su mayor Hierakómpolis
•Esna
llis que Ramsés rebasara Qadesh con la división te sus 64 años –algunas fuentes los prolongan contaba más de cincuenta años. fama. Ramsés II, aunque intentó hacer valer •Edfú EGIPTO
su prestigio por todo Canaán, Fenicia y Siria, 1ª Catarata •Syene EL IMPERIO NUEVO
comprendió que era imposible obtener una Dendur• (siglos XVI-XI a.C.)
Ramsés tensa su victoria absoluta, por lo cual negoció la paz 2ª Catarata UATUAT
Aneiba• El reino de Tebas en 1570
arco en Qadesh. Esta con los hititas, entonces gobernados por •Abu Simbel
•Buhen Extensión máxima del
Amenhotep I Imperio Nuevo (h. 1470)
batalla, de resultado Khattusilis III. Tras ese acuerdo, Egipto pudo (h. 1540) •Semna Ahmosis
IA
B
(h. 1558) Avances fronterizos en Nubia
incierto, fue cantada vivir años de calma, prosperidad económica y NU Protectorado en Asia (h. 1470)
por los egipcios florecimiento cultural, testimoniado éste en la 3ª Catarata •Amara
Protectorados (h. 1350)
como una gran restauración y construcción de numerosos y El reino de Mitanni (h. 1440)
victoria, puesto que bellísimos templos, que pudo edificar gracias, •Kerma CUSH El Imperio Hitita (h. 1350)
sobre ella basó el en buena parte, al oro nubio. Thutmosis I Invasiones de los Pueblos
del Mar (pricipios siglo XII a.C.)
faraón un Los últimos años de su larguísimo reinado Napata• (h. 1520)
Movimientos de otros pueblos
larguísimo reinado –más de sesenta– estuvieron empañados por 4ª Catarata
pacífico y próspero problemas sucesorios y por la lucha contra
(por Rosellini a una serie de hordas invasoras (los Pueblos del
partir del relieve del Mar) que estaban trastocando el desarrollo histórico Pi-yer, no lejos de Menfis, se produjo un gran en- Obsérvese la
lateral izquierdo del del Asia Menor. frentamiento que acabó victoriosamente para los sol- extraordinaria
pronaos del templo Los problemas que había dejado Ramsés II sin re- dados egipcios, quienes lograron dar muerte a 6000 expansión lograda
de Abu Simbel, solver fueron heredados por su heredero –el decimo- enemigos y capturar a otros 9000. Merenptah hizo en Asia y Nubia, en
publicado en tercero de sus hijos– Merenptah (1224-1204 a.C.), escribir esta victoria en los muros de Karnak, así co- tiempos de
Monumenti que a la sazón contaba ya con unos sesenta años de mo en la Estela de Athribis y la Estela de Israel. Pa- Thutmosis III, de la
dell’Egitto e della edad. Si hasta entonces Egipto había marchado con- ra algunos egiptólogos, Merenptah pudo haber sido XVIII dinastía; los
Nubia, siglo XIX). tra Asia, ahora sería al revés. Y todo ello facilitado el faraón del Éxodo hebreo, si bien no hay fuentes ramésidas
por la progresiva debilidad de los cinco últimos fara- que corroboren esta suposición. retrocederían un
ones de la dinastía XIX. Tras Merenptah, reinaron otros tres faraones en poco en Asia, pero
Merenptah, si hacemos caso a las fuentes egip- unas circunstancias verdaderamente calamitosas se mantuvieron
cias, pudo detener a los Pueblos del Mar, en este ca- (Sethi I, Amenmesses, nuevamente Sethi II y Siptah) firmes en Nubia
so a los libios, mandados por Marayey, que contaban y una reina (Tausert), que no pudieron detener la de- (por Ángel de
con la ayuda de otras gentes, entre ellas los luka, los cadencia por la que se deslizaba Egipto. Es más, el Marcos).
akiwasha, los sharden, los shekelesh y los tursha. En final de la dinastía conoció el intento usurpador de
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Tras el declive
experimentado por LA GLORIOSA DINASTÍA XVIII
la XIX dinastía en

E
tiempos de los l Imperio Nuevo dio co- ras de Egipto; Amenofis III (1402-
herederos de mienzo con la figura de 1364 a.C.), faraón que supo man-
Ramsés II, hubo un Ahmose I (1552-1527 tener inmejorables contactos di-
momento de a.C.), quien al rechazar definitiva- plomáticos con las demás poten-
resurgimiento, ya mente a los invasores hicsos, pudo cias de su época; y Amenofis IV
en la XX dinastía, sentar las bases del futuro prestigio (1364-1347 a.C.), el faraón "aban-
cuando llegó al internacional egipcio. A él le si- derado de la libertad" que pudo
trono Ramsés III, guieron diferentes faraones, sobre- imponer la figura de Atón como
que desbarató las saliendo, entre ellos, la reina Hats-
incursiones de los hepsut (1490-1468 a.C.), famosa
Pueblos del Mar. A la por las expediciones que ordenó
derecha, hacer al País de Punt y por su ini-
representación de gualable templo funerario de Deir
este gran faraón el-Bahari; Thutmosis III (1490-
(1198-1166 a.C.) 1436 a.C.), quien "por mandato de
cazando toros en Amón" emprendió numerosas a.C.), general de Ay y vinculado a la
compañía de sus campañas para extender las fronte- familia real gracias a su matrimo-
guerreros (relieve nio con la princesa Mutnedjemet,
del primer patio del quien se dio a la tarea de liquidar a
templo funerario sus enemigos personales, los vesti-
que se construyó en gios del dios Atón y a reformar los
Medinet Habu). cuadros de la burocracia oficial.
Abajo, Ramsés III, en dios primigenio en Egipto, y perso-
una magnífica na eclipsada por su esposa, la be-
escultura de granito lla Nefertiti.
hallada en Karnak Tras el paréntesis de Smenkh-
(El Cairo, Museo kare (1349-1346 a.C.) y de Tut-
Egipcio). hankhamón (1346-1337 a.C.),
ambos de insignificante relevancia
histórica (no así arqueológica y ar-
tística) y luego del fugaz reinado
del anciano Ay (1337-1333 a.C.),
caracterizado por las intrigas, la
corrupción y la anarquía, alcanzó
el trono Horemheb (1333-1305

Bay, un aventurero de origen sirio, que inten- reinado, según testimonian los bajorrelie- da. Uno se produjo en el transcurso de una usurpa- plo de Medinet Habu y se desplazaron también por Cuatro personajes
tó erigirse en faraón, aprovechando la desor- ves y textos de Medinet Habu, su gran ción, urdida en Athribis por un visir descontento; el otros lugares escandalizando, amenazando y blan- de otros tantos
ganización política. templo y maravilloso palacio, rodeados otro fue un oscuro complot de harén, encabezado por diendo sus herramientas. Todo un día duró la pro- momentos decisivos
de poderosas murallas. su segunda esposa llamada Tiy, deseosa de que el testa, pero retornaron a Deir el-Medina cuando les de la XVIII dinastía:
Ramsés III, el último grande Los informes militares recogen el nú- poder pasara a uno de sus hijos. El Papiro Rollin per- prometieron que el asunto sería llevado ante el Fa- izquierda, Thutmosis
Tras un período de confusión, Set- mero de muertos y prisioneros hechos mite suponer que Ramsés III salió indemne del aten- raón. Aquellas acciones tenían precedentes, pues III, el conquistador;
nakht (1186-1184 a.C.), tal vez des- (entre ellos Meshesher, jefe de los mas- tado, pero las dudas subsisten entre los egiptólogos, un año antes habían recibido sus pagas con ocho centro, Amenofis III,
cendiente de algún miembro de la fa- huash), así como los despojos arrebata- ya que el subsiguiente juicio que se siguió contra los días de retraso. un gran faraón
milia de Ramsés II, se alzó con el po- dos a los pueblos invasores, que fueron acusados tuvo lugar una vez fallecido Ramsés III. Al no cumplirse lo prometido y, tras haber pasa- diplomático; arriba,
der. Su reinado fue breve, pero pudo inventariados minuciosamente. Las más de 30 personas que habían participado en do una noche cometiendo desmanes, los obreros Nefertiti, la
asociar al trono a su hijo, Ramsés III Sin embargo, aquellas campañas no tal acción –en la que incluso se llegó a emplear la penetraron en el recinto del Rameseum, esperando bellísima reina,
(1184-1153 a.C.). pueden ocultar el estado real del país, magia negra– fueron juzgadas y muchas de ellas con- obtener provisiones de grano. Se sabe que la poli- esposa de Amenofis
Fue el último gran faraón de Egipto. que si bien vivía en la abundancia no era denadas a muerte. Diferentes documentos tebanos, cía estaba presta a disolver a los huelguistas y, tam- IV (Akenaton);
Sus treinta y dos años de reinado significa- menos cierto que lo era a costa de en- algunos papiros y los llamados Textos Rifaud permi- bién, que los obreros pudieron exponer sus deman- abajo, el eclipse de
ron el restablecimiento de la paz tanto en el tregar al estamento sacerdotal práctica- ten seguir todo este proceso. das ante el gobernador de Tebas: "Impulsados por la dinastía:
interior como en el exterior. Pudo emprender mente el control de un tercio de las tie- el hambre y por la sed, hemos llegado a esta situa- Tuthankhamón.
reformas sociales, motivar nuevamente el rras. Así, el Gran Papiro Harris documen- La primera huelga de la Historia ción. No tenemos ni vestidos, ni aceite, ni pescado,
culto a los dioses, enviar expediciones a las ta las enormes donaciones de Ramsés III A finales del año 29 del reinado de Ramsés III, ni legumbres. ¡Escribid a Faraón, nuestro buen se-
minas y restaurar el comercio, aparte de al templo de Karnak, haciendo de su titu- Deir el-Medina fue conmovida por una serie de ñor! ¡Escribid al visir, nuestro superior!". Ante las
embellecer Tebas y otros lugares. Fue lar, el Gran Profeta de Amón, un persona- huelgas, motivadas por el retraso en la entrega de demandas, el gobernador o quizás los sacerdotes
Ramsés III quien puso término definitivo a je de rango similar al del propio monarca. los salarios en especie que debían pagarse a los de Tebas les anticiparon parte de lo debido, corres-
las invasiones de los Pueblos del Mar, al Sus últimos años de reinado fueron altera- obreros que trabajaban en la tumba real. Al grito de pondiente al salario de un mes atrasado.
derrotarlos en los años 5, 8 y 11 de su dos por dos intentos para acabar con su vi- "¡Tenemos hambre!", los obreros invadieron el tem- Sin haber podido cobrar todavía el salario del
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mes en curso, los obreros de Deir el-Medina se ma- cia: envió a su jefe de policía Nebsemen con una su cargo para evitar un golpe de Estado. Las re-
nifestaron nuevamente y con mayor contundencia. pequeña partida de grano. Nuevas esperas, nuevos vueltas, se sucedieron tanto en el Egipto Medio co-
Atemorizados, tanto el jefe de policía como los ad- encierros y nuevos gritos hasta que, al cabo de cua- mo en la zona tebana y hubieron de ser sofocadas
ministradores de las tumbas entregaron a cada tro meses, To, nuevamente de inspección por la zo- violentamente por el Virrey de Nubia, Panehesy, lla-
obrero medio saco de grano y una jarra de cerveza, na, pudo entregarles cincuenta sacos de grano. Con mado para tal menester. La carestía de alimentos
pero esto no sirvió para atenuar el descontento. Dos ello, el orden volvió a Deir el-Medina. fue tal que uno de los años fue denominado como
días después, nuevos gritos de protesta y nueva Resulta extraño indicar que el Faraón, que dispo- Año de las hienas.
ocupación de Medinet Habu. El jefe de los guardas Dos muestras del nía de decenas de miles de sacos de grano, fuera in- El poder del Faraón comenzó a atomizarse. En el
del templo les prometió que daría cuenta de la si- esplendor artístico capaz de pagar cincuenta a los trabajadores que le Delta, el Visir del Bajo Egipto, Smendes, goberna-
tuación al Faraón. Como nada se adelantara, las en el reinado de preparaban su tumba. ¿Era tiempos de escasez o ba de modo autónomo; otro tanto ocurrió en Tebas,
protestas de los obreros arreciaron e, incluso, ame- Ramsés II: cabeza aquello era lo normal en la burocracia egipcia? en donde un profesional de la milicia, Herihor, su-
nazaron con violar tumbas; ante aquello, les fueran colosal del faraón po hacerse además con el control religioso y erigir-
liquidados los salarios, si bien no en su totalidad. ante el templo de Cuesta abajo se en Primer profeta de Amón; este personaje ini-
Visto que aquella administración era incapaz de Amón en Luxor, En realidad, se sabe muy poco de los hechos his- ció una nueva Era para fechar documentos y que
solventar el problema, la huelga tomó tintes políti- abajo, y retrato de tóricos protagonizados por los ocho últimos ramési- hizo arrancar del año 19 de Ramsés XI (Era del Re-
cos: ante un inspector, los obreros llegaron a decir su bella esposa das, verdaderos parásitos reales, cuyos reinados nacimiento) y terminó por asumir prerrogativas y ti-
que su huelga "no era a causa del hambre, sino por Nefertari (detalle de agudizaron todavía más la evidente decadencia en tulaturas reales. Se ignoran cuáles serían los últi-
las malas acciones que se habían cometido en uno de los frescos la que se había sumido Egipto. mos momentos del faraón, quien se había visto
aquel lugar". Tampoco, dos meses después, el visir de su tumba en el De Ramsés IV (1153-1146 a.C.) se conocen di- obligado a abandonar Pi-Ramsés y a establecerse
To, ocupado en asuntos estatales, hizo nada por re- Valle de las Reinas, ferentes expediciones en búsqueda de piedra, tan- en Tanis. Ramsés XI murió en el más oscuro anoni-
solver el asunto, del que por fin había tenido noti- derecha). to de construcción (uadi Hammamat) como precio- mato, en medio de revueltas religiosas, saqueos y
sas (península del Sinaí). Dichas expediciones exi- violaciones de tumbas y una verdadera anarquía
gieron la confección de mapas geológicos y geográ- política. A su muerte, el mencionado Smendes se
ficos. Ordenó componer el Papiro Harris y se hizo convertiría en el primer faraón de la dinastía XXI.
construir una grandiosa tumba. La Era de los Ramésidas había pasado a la Histo-
Su sucesor, Ramsés V (1146-1142 a.C.), gober- ria. Egipto estaba abocado a su total decadencia.
nó rodeado de funcionarios y sacerdotes venales.
Sus últimos días se agravaron con el conato de una El Arte ramésida: cantidad y
guerra civil. Al no haber dejado descendencia, el escenografía
trono pasó a su hermano, Ramsés VI. Los parámetros artísticos del período ramésida
Ramsés VI (1142-1135 a.C.) fue testigo de una siguieron siendo los tradicionales que Egipto había
virulenta crisis, agudizada por la actividad de ban- ido conociendo a través de su historia. De hecho, lo
das de saqueadores –al parecer, los mercenarios que le faltó en calidad quedó compensado por la
del ejército– que incluso aterrorizaban al pueblo cantidad, que fue mucha tanto en arquitectura co-
llano. Con todo, fue capaz de enviar expediciones mo en plástica y en pintura.
al Sinaí, pero nunca más Egipto volvería a estar Respecto a la arquitectura, hay que señalar la
presente en aquella zona. gran actividad desplegada por Sethi I, quien con-
Su hijo, Ramsés VII (1135-1129 a.C.), nada pu- centró sus esfuerzos en Pi-Ramsés y sobre todo en
do hacer ante la gran inflación económica en que Abidós, lugar del enterramiento de Osiris según la
vivía el país, agravada por la carestía de alimentos
y las revueltas sociales. Al morir sin descendencia,
el poder pasó a un tal Sethherkhepeshef, hijo pro- LA LITERATURA
bablemente de Ramsés III, que tomó el nombre de

A
Ramsés VIII y es considerado por algunos egiptólo- unque la lengua egipcia fue muy pobre dirigido a Merenptah. No faltaron tampoco can- pieron continuar en la época ramésida con la
gos como un usurpador. Apenas reinó durante un en vocabulario filosófico, sí fue extra- tos dedicados a las más importantes ciudades, elaboración de cuentos, de alta calidad literaria,
año, acerca del que nada interesante ha llegado ordinariamente rica en evidenciar las como Abidós, por citar un ejemplo. que bajo un argumento sencillo encerraban sig-
hasta hoy. imágenes de la vida, gracias a la riqueza gráfica Ahora se conocería el género de la letanía, nificados profundos. Podemos recordar El Prín-
En 1127 a.C., tomó el poder Ramsés IX, miem- de sus signos jeroglíficos. Con ellos se elaboró consistente en el recitado de los nombres, inclu- cipe predestinado, de ribetes maravillosos; La
bro quizá de la familia de Ramsés III. De su reina- una interesante literatura que tuvo también su so los de carácter secreto, de las divinidades. La verdad y la Mentira, de claro simbolismo mora-
do han llegado noticias de los robos y saqueos efec- cultivo, aunque no su Edad de Oro, en la época más célebre de las letanías es la conocida como lizante en torno a dos hermanos, y, sobre todo,
tuados en las tumbas reales y nobiliarias, que cau- ramésida. Letanía de Ra, que apareció por primera vez en el magnífico cuento mítico de Los dos herma-
saron verdadero escándalo, así como de procesos Dejando a un lado las inscripciones históri- la tumba de Sethi I y que luego sería copiada en nos, que narraba las aventuras de Anup y Bata.
judiciales que no condujeron a ninguna parte. A cas (Literatura epigráfica) y determinados textos las sepulturas de otros ramésidas (Ramsés II, También la época ramésida supo elaborar
ello se unió la concesión de extraordinarios privile- funerarios (Libros religiosos y del Más Allá), en Ramsés III, Ramsés IV y Ramsés IX). poemas, fundamentalmente de carácter amoro-
gios al clero de Amón y la invasión de gentes mes- tal época se redactaron diferentes himnos que De más empaque literario fueron las leyen- so, en los que primaban sobre todo las imágenes
huesh, libu y khasetyu. conocieron un gran éxito. Hay que recordar los das que tenían por finalidad averiguar el nombre literarias, el lirismo y una refinada sensualidad.
Ramsés X (1109-1099 a.C.), hijo del anterior o himnos dedicados a Hapy (el Nilo) y a Amón, de los dioses (Leyenda de Ra y de Isis), plante- Tales poemas nos han llegado en papiros o sobre
quizá de Ramsés VI, tuvo un reinado marcado por ambos de sentida expresividad. A ellos se les de- ar problemas de tipo moralista (Leyenda de la ostraca y, según algunos egiptólogos, estaban
una grave carestía, que volvió a activar el saqueo de be sumar los himnos dedicados a los reyes, ver- Vaca del cielo y el nuevo universo) o bien ser- destinados a ser recitados con acompañamiento
tumbas y la decadencia moral. daderos homenajes a su persona y reinado, vir de entretenimiento (Leyenda de la destruc- musical de flautas y arpas. También se ha seña-
Su hijo, Ramsés XI (1099-1069 a.C.), hubo de puestos, curiosamente, a veces, en boca de los ción de la humanidad). lado que algunos de ellos influyeron en el Can-
enfrentarse ya desde sus comienzos con Amenho- propios dioses. Así, el Himno de la diosa Neith Por encima de tales textos, los egipcios su- tar de los Cantares de Salomón.
tep, Sumo sacerdote de Amón, a quien depuso de
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Esplendor y ocaso
ducción cuantitativa excepcional, labrándose
estatuas colosales del monarca, tanto exentas
(coloso de Menfis) como adosadas (caso de la
fachada del Gran templo de Abu Simbel). La
estatua sedente del Museo Egipcio de Turín
(1'94 m de altura), labrada en granito negro, y
en la que están presentes a menor tamaño su
esposa Nefertari y uno de sus hijos, es de fina
Fuerte estructura social, equilibrio, justicia, trabajo
sensibilidad, acrecentada por su regia corona
militar y por la firmeza de su mano diestra sos-
y administración sabia fueron las bases del poder y
teniendo el cetro-heka. Pocas veces antes, po-
der e ideología real habían sido tan elocuente-
la estabilidad ramésidas, pero pronto comenzaron
mente expresados.
Con Ramsés III, el arte escultórico y el relieve
la corrupción de costumbres y el declive
egipcios siguen perdiendo finura; los fragmen-
tos conservados de sus colosos muestran una Francisco J. Martín Valentín Sennedjem, da cotidiana, desde sus dioses y sus templos hasta
indudable tosquedad; mejor es su representa- Socio Fundador de la Asociación Española de Egiptología importante su seguridad en que cada día volvería a salir, de
Dos testimonios del ción osirizada en la tapa de su sarcófago, hoy con- funcionario de la nuevo triunfante, el sol por Oriente.

H
mejor gusto estético servado en el Fitwilliam Museum de Cambridge. UBO UNA ÉPOCA EN LA HISTORIA DEL XIX dinastía en la La llamada revolución del periodo amárnico, ha-
de la XIX dinastía, Puesto que los ramésidas se supieron identificar Egipto de los faraones durante la que, necrópolis de bía sumido a la mayor parte de Egipto en un aban-
que en su ocaso a la perfección con las divinidades, no faltan esta- saliendo de una enorme crisis antes Tebas, adora, junto dono casi total. La administración, ayer altamente
perdió finura. tuas en las que reyes y dioses recibieran idéntico nunca conocida, la sociedad egipcia se con su esposa eficaz y garante del buen funcionamiento del país,
Arriba, estilizado tratamiento plástico e incluso el mismo culto. Así tornó hacia su milenario pasado para buscar sus Inyferti, a cinco estaba corrupta; los dioses, abandonados y sus
relieve que muestra aparecen Ramsés II y Ptah, Ramsés II y Sekhmet, más puras raíces. Fue un periodo que contempló divinidades templos, cerrados; el rey, antes intermediario entre
a Sethi I y al joven etcétera. En otros casos, el monarca se halla junto los últimos esplendores genuinos de aquella gran- estelares, en la la divinidad y los hombres, ya no hacía las ofrendas
Ramsés II cazando a dos, tres e incluso cuatro divinidades. Poder y re- diosa civilización. En el Egipto restaurado por Ho- decoración del ni se celebraban en su nombre los ritos del culto di-
un toro (templo de ligión eran una misma cosa. remheb, las gentes hubieron de recuperar todos y techo de su tumba vino diario. Hasta el Padre Nilo amenazaba con no
Sethi I en Abidós). La estatuaria de particulares ha deparado her- cada uno de los elementos que configuraban su vi- (Deir el-Bahari). volver a crecer.
Izquierda, Ramsés II, mosos ejemplares, caso de la del Visir Paser o la es-
en una excelente tatua-cubo de Bakenkhonsu, por citar un par de
representación ejemplos. Las estatuas a base de grupos de parejas
escultórica (El conocieron en este período una notable perfección
Cairo, Museo técnica, siendo el ejemplo más elocuente el famo-
Egipcio). so Grupo de Iuni y su esposa (75 cm de altura), la-
brado en caliza, y hoy en el Metropolitan Museum
of Art de Nueva York.
La pintura y el relieve difieren por su calidad
dentro del propio periodo. El templo de Abidós, la
sala hipóstila de Karnak y la tumba de Sethi I son
de altísimo interés en tales aspectos y lo mismo ca-
be decir de los ejemplares del tiempo de Ramsés II,
tradición, sin olvidar en absoluto Karnak. A ello de- cuyos relieves en Abidós y en Karnak son de gran
be sumarse su extraordinaria tumba, con magnífica finura. Los de Medinet Habu, de Ramsés III, son
decoración mural. El largo reinado de Ramsés II le asimismo extraordinarios, sobre todo las escenas
permitió dejar sembrado todo el país de monumen- militares y las venatorias. Las tumbas también so-
tos –efecto aumentado por su afición depredadora, bresalen por su rica decoración, prácticamente to-
pues ordenó sustituir numerosos cartuchos de fara- das con idéntico programa iconográfico y temático,
ones anteriores por los suyos–. Modificó el templo repitiéndose una y otra vez diversos pasajes del Li-
de Luxor, edificó el Rameseum, su templo funera- bro de los Muertos, de las Letanías de Ra y de otros
rio, ordenó excavar la tumba de Nefertari, su espo- textos de carácter funerario.
sa preferida, y sobre todo dejó en Abu Simbel dos Modélica en su género es la tumba de la reina
de las joyas del arte egipcio consistentes en dos Nefertari en el Valle de las Reinas, de variados re-
templos excavados en la roca (hoy, felizmente sal- gistros estéticos y religiosos, reabierta a los visitan-
vados de las aguas), que constituyen un ejemplo de tes no hace mucho tiempo (el turista debe reservar
monumentalidad y escenografía religioso-política. en España su visita). Las tumbas privadas, en es-
Ramsés III emprendió, también, importantes pecial las de Saqqara, Tebas y Deir el-Medina, pre-
proyectos arquitectónicos. Insertó construcciones sentan, por su parte, una gran diversidad de estilos
en Karnak y eligió Medinet Habu, no lejos del Ra- e incluso de técnicas.
meseum, para edificar su templo funerario y su pa- En suma, el arte ramésida, supo continuar con
lacio, a los que dotó de otras construcciones, mu- calidad decreciente el grandioso arte del Imperio
rallas y torreones defensivos (el célebre migdol). faraónico, pero al final del período, acosados sus
En cuanto a la plástica, puede indicarse que du- faraones por graves problemas internos y externos,
rante el reinado de Ramsés II se asistió a una pro- llegó a una evidente degradación. n
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DOSSIER

décimo de orden– el país fue hun- gundos habían recibido de los primeros. Esta loca-
diéndose paulatinamente, hasta lización social venía determinada porque estas per-
desembocar en la anarquía libia del sonas poseían competencias específicas que les
llamado Tercer Periodo Intermedio. otorgaban un estatuto social superior, a partir de su
¿Cómo fue posible que la sociedad conocimiento de la escritura. Esta era la frontera
egipcia cayera, a pesar de todos los social por excelencia. El Egipto ramésida conservó
esfuerzos, en una decadencia tan la preeminencia que se concedía al hombre letrado
profunda como la producida duran- por encima del resto de la población iletrada.
te los efímeros reinados de los últi- Integraban este colectivo artesanos altamente
mos ramésidas? especializados, como los obreros de la Tumba Real,
Afortunadamente, ha llegado hasta de la ciudad de Deir el-Medina, los oficiales que
nosotros una ingente cantidad de gestionaban la intendencia real o de los templos,
papiros y de documentación que los miembros de las capas bajas y medias de los
permiten conocer con cierta pro- cleros y, sobre todo, un auténtico ejército de escri-
fundidad la naturaleza de la vida bas y burócratas, encargados de sustentar la orga-
cotidiana de los egipcios de las di- nización administrativa real y de los templos. Du-
nastías XIX y XX, aproximadamente rante la época ramésida, los integrantes de estas
entre los años 1292 a 1080 antes capas de la sociedad comenzaron a tener, más que
de Cristo. nunca antes, conciencia de clase; a su trabajo y
disciplina debían mucho la buena marcha del país
Fuerte estructura social y el correcto gobierno del Faraón.
La estructura social de este periodo La jerarquía social superior estaba compuesta
estaba compuesta por una mayoría por altos funcionarios militares, tales como el Go-
de egipcios que integraban el pue- bernador de los Países Extranjeros del Norte, que
blo con estatutos variados. En lo controlaba los territorios de la zona sirio-palestina
más bajo de la escala social, se en- de influencia egipcia; otro alto funcionario de ran-
contraban los hombres dedicados a go era el Hijo Real de Kush, que actuaba con un
los grandes trabajos masivos, ca- poder absoluto y enormes medios a su disposición
racterísticos de la organización es- en una región totalmente bajo control egipcio y con
tatal egipcia de todos los tiempos. una gran producción de oro.
Se trataba de la población sobre la
que recaía la obligación de prestar Papel económico de los templos
sus servicios forzosos para las cons- Dentro de esta elite, también se encontraban los
trucciones públicas. Por duras que componentes del alto clero y, principalmente, los su-
Representación de En esta tremenda situación de abandono y de fuesen sus condiciones de vida, no se puede hablar mos sacerdotes de los tres templos principales de
la casa, jardín y caos, un militar restaurador, el general Horemheb de esclavos en la acepción del mundo clásico gre- Egipto, es decir, el del dios Ra de Heliópolis, el de
huerto de un alto fue designado por los dioses para ocupar el trono corromano. Estas gentes podían poseer bienes y Ptah de Menfis y el de Amón-Ra de Tebas, cuyos do-
funcionario del de Egipto a la muerte del faraón Ay, el último fa- contraer obligaciones o ejercer derechos, lo que in- minios e ingresos formaban una importante parte de minios agrícolas que les estaban afectados debían Arriba, el faraón
Imperio Nuevo, que miliar del entramado amárnico que había poseído dica que estaban dotados de una cierta capacidad la riqueza de Egipto. Los templos –y, muy especial- pagar censos y rentas de toda índole. Sethi I ante la diosa
da idea tanto del el poder real en la Tierra Negra. Horemheb asumió, jurídica en su estatuto personal. mente, el de Amón-Ra de Tebas– formaban parte Los templos de culto real de la zona tebana tam- Hator (dibujo de
buen gusto como de pues, la tarea de restaurar el equilibrio y la justicia También formaban parte de estas bajas capas esencial de la organización del Estado ramésida. En bién recibían una serie de importantes ingresos, Ricci, a partir de los
la sencillez de su por medio de la elaboración de las normas necesa- sociales los agricultores vinculados a los dominios efecto, el inmenso poder y riqueza que Egipto obte- para los que se les afectaban tierras y explotacio- relieves polícromos
vida. Vides, plantas rias. El texto de su célebre Decreto dice: “…Así de los templos o de la Casa Real, los pequeños pro- nía de sus posesiones asiáticas y africanas se veían nes agrícolas. Por ejemplo, en el templo de Ramsés de la tumba del
de loto y de papiro, pues, su Majestad deliberó con su corazón para ex- pietarios, agricultores independientes, los que ejer- desviados en gran parte en beneficio de los dioses, III, en Medinet El-Habu, existe un calendario de faraón, una de las
estanques con tender su protección sobre el país todo entero… pa- cían oficios humildes y los soldados rasos que inte- sus cleros y sus templos. En función de ello, los do- ofrendas que incluye una serie de sesenta y siete más bellas del Valle
patos, todo ra rechazar el mal y destruir la mentira; sus pro- graban las tropas del Faraón. Han llegado hasta no- listas que recogen el detalle de de los Reyes).
simétrico y sereno, yectos fueron un refugio eficaz a fin de expulsar la sotros pocos restos directos procedentes de esta los diferentes artículos que ha- Izquierda,
con un profundo violencia…” Se puso en marcha una reforma legal masa popular, puesto que, normalmente, no poseí- bía que entregar al templo en vendimiadores
contenido en todo el país, castigando a los funcionarios vena- an más que modestos objetos personales de escasa distintas ocasiones a lo largo (detalle de la
espiritual, puesto les y reclutando alrededor del nuevo soberano hom- calidad, que han tenido cierta dificultad para con- del año. Aunque sólo se han decoración de la
que debe tenerse en bres en los que se pudiera confiar, para obtener una servarse hasta hoy. Cuanto se conoce de estas gen- conservado las ofrendas corres- tumba de Nahkt,
cuenta que se trata saludable y honrada administración para el pueblo, tes, se debe a los datos proporcionados por fuentes pondientes a los nueve prime- uno de los nobles
de la decoración de hasta entonces oprimido. documentales normalmente elaboradas por aqué- ros meses del año, basta para de la XIX dinastía
una tumba, la de Antes de su muerte, este anciano militar desig- llos a quienes servían. hacerse una muy completa idea sepultados en El
Sennefer, un nó a un compañero de armas para sucederle como Existía, luego, una jerarquía media lo bastante ex- del volumen económico que Kurna).
príncipe de la XVIII nuevo rey, el general de arqueros Pa-Ramessu, tensa como para dar una fuerte estructura al país. La ello representaba. Parece pro-
dinastía (necrópolis quien subiría al trono con el nombre de integraban, en suma, aquéllos que pudieron de- bable que esta lista fuese una
de los nobles en El Ramsés I. No obstante los esfuerzos jar sus nombres en monumentos y obje- copia casi exacta de la que se
Kurna, Tebas). desplegados para conseguir la total res- tos de toda índole. Dentro de estos mo- utilizaba en el cercano templo
tauración del equilibrio de la Justicia numentos, se puede distinguir neta- de Ramsés II, el Rameseum.
perfecta –que garantizó desde siempre mente entre una elite superior que regía Todos estos datos permiten
la vida en Egipto, entre el corto reinado de a otra, inferior, a partir de las delega- comprender que los templos,
este soberano y el del último Ramsés, el un- ciones de parcelas de poder que los se- en general, desarrollaban un
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trascendente papel en la economía de Egipto. Se centeno, para fabricar cerveza. Considerando que, De tal modo, cuando un rey se hacía construir su
LOS CONSTRUCTORES DE TUMBAS sabe que había tres grandes grupos de ofrendas: las con esos 418 litros de grano mensual se alimenta-
Decoración de una
tumba en época templo funerario y su tumba, estaba proveyendo a
diarias, las mensuales y las anuales. Las listas co- ban los seis u ocho integrantes de una familia, po- ramésida. La la supervivencia del país por medio de la creación

L
as tumbas de época ramésida Los artesanos que construían las mienzan enumerando las distintas clases de panes, demos deducir que con las ofrendas mensuales del representación del de un organismo de ayuda mutua y de interés pú-
son las más grandiosas del Impe- tumbas reales vivían el poblado de Deir pasteles o jarras de cerveza que había que ofrecer templo de Ramsés III podría haberse alimentado faraón ante la diosa blico.
rio Nuevo. Fueron excavadas en el-Medina. Eran unos 40, aunque en al- y terminan indicando la cantidad de grano necesa- mensualmente a unas seiscientas familias, es decir está copiada de un Toda esta fuerza económica se controlaba desde
el Valle de los Reyes, a veces con una gunos momentos se mencionan hasta ria para elaborar estos alimentos. Las medidas o unas cuatro mil ochocientas personas. detalle de la las oficinas públicas gobernadas por los funciona-
longitud de cien metros y ganando pro- 120. Cuando un nuevo faraón ocupaba unidades utilizadas son perfectamente conocidas: Estos cálculos permiten deducir cuáles eran los decoración de la rios de la alta jerarquía ramésida. El Director de los
fundidad con un ángulo pronunciado. el trono, funcionarios reales elegían el se trata del saco, que equivale a setenta y seis li- criterios de distribución de la riqueza del país en el tumba de Dos Graneros era el responsable de los cereales re-
Los arquitectos trataron de que en ellas lugar para su tumba y los arquitectos tros y del oipé, que equivale a un cuarto de saco. Egipto ramésida. Pero también se sabe que, con Horemheb, general colectados y redistribuidos como se ha explicado
el rey difunto dispusiera de espacio para trazaban los planos. Dirigidos por un Según estas inscripciones, las ofrendas cotidianas cargo a estos ingresos de los templos se ordenaba y último faraón de más arriba; el Director de la Casa Blanca o del Te-
seguir rodeado de sus objetos familiares: capataz, los picadores abrían la galería; en el caso de este templo suponían ciento diez sa- atender otras obligaciones de la administración. la XVIII dinastía soro controlaba y dirigía el proceso de gestión de
muebles, objetos de uso personal, ali- les seguían los albañiles que preparaban cos, es decir, 8.360 litros diarios de cereal. Estas Por ejemplo, consta que en el undécimo día del ter- (reconstrucción los productos y bienes de consumo, tales como los
mentos y las vísceras extraídas de su mo- las paredes para que fueran rectas y li- ofrendas pasaban a los graneros del templo y serví- cer mes del año 2 del reinado de Ramsés IV, los ideal por Fernando metales, los tejidos o la miel.
mia –contenidas en los vasos canopes– sas, rellenando con yeso las grietas y an para alimentar a los sacerdotes (unos ciento cin- obreros de la ciudad de Deir-el Medina recibieron García Fernández). En la cúspide de toda esta organización social se
que se almacenaban más o menos orde- hendiduras. cuenta) que componían el clero adscrito, en este nueve raciones de carne y once cabezas de ganado encontraban el Visir del Sur y el Visir del Norte.
nadamente en las diversas habitaciones. Después iniciaban su trabajo los di- caso, al culto divino del rey. con motivo de la Fiesta de Opet; el día 18, se les Eran los más altos responsables del Estado faraóni-
Pero el difunto precisaba, también, de bujantes, que esbozaban las figuras; un entregaron otras nueve cabezas y el último día del co encargados de controlar y armonizar las activi-
la compañía de sus familiares y criados, maestro y un escriba revisaban textos y La Tumba, una institución real mes, cinco más. Estos datos permiten intuir que la dades de las instituciones que componían ese com-
de la visión de sus posesiones y de aque- representaciones; luego, los escultores Algo semejante sucedía con los obreros encarga- existencia de los templos era imprescindible para plejo aparato administrativo. Ellos eran los deposi-
llas aficiones que había amado, como la los tallaban en la piedra y, finalmente, dos de construir la Tumba del Faraón, cuyo salario el funcionamiento de la sociedad en Egipto, pues- tarios de los archivos públicos, en los que consta-
caza o la pesca. Los artistas se encarga- los coloreaban los pintores o, si sólo se es perfectamente conocido. Recibía, cada uno de to que constituían auténticos centros de redistribu- ban detalladamente los registros catastrales y las
ban de representarlas o de describirlas iban a pintar, eran estos quienes daban ellos, cinco sacos y medio de grano al mes, de ción de la riqueza, indispensables para la subsis- copias de las actas y contratos privados. También
en los corredores del sepulcro. También, el último toque. La muerte del faraón in- ellos, cuatro de trigo para el pan y uno y medio de tencia del sistema. se encargaban de vigilar que las leyes emanadas
en esas paredes se pintaban o esculpían terrumpía, a veces, estos trabajos y se
en bajorrelieve los muchos méritos que observan muchas tumbas con la decora-
el difunto quería presentar a la hora del ción sólo esbozada en algunas partes.
juicio ante Osiris y toda una serie de tex- El responsable de la construcción de
tos y oraciones –extraídos en esa época las tumbas reales era el visir de Tebas;
del Libro de las puertas, del Ritual de la de la administración y supervisión se en-
apertura de la boca, del Libro de la va- cargaba un escriba; de la dirección téc-
ca celeste, o de las Letanías del sol– que nica se ocupaba un maestro, de quien
guiaban el alma hacia el más allá. dependían los capataces, jefes directos
Los constructores procuraban que las los obreros y especialistas. Para que el
tumbas escapasen de la violación y el sa- trabajo avanzara a un ritmo elevado, los
queo, para lo que se las hacía con la ma- trabajadores se dividían en dos cuadri-
yor discreción, ocultaban su existencia y llas, la del "lado derecho" y la del
las dotaban de puertas de seguridad y "lado izquierdo", con lo que se
puertas falsas para impedir el paso y pa- conseguía un fuerte espíritu
ra despistar a los saqueadores; así como de emulación y que los
de trampas para ladrones. Con todo, muy operarios no se estor-
pocas se salvaron del expolio. baran unos a otros.
DOSSIER

del faraón se aplicasen. Entre los visires de Ramsés Escenas de la vida nas y a los infantes reales; La vida en el
II, destacó especialmente Pa-Ser, hijo del Sumo cotidiana. Arriba, en tiempo de Ramsés II, Imperio Nuevo.
sacerdote de Amón, Pa-Ra-Hotep. derecha, campesino se hacen figurar en monu- Arriba, derecha, un
extrayendo agua de mentos como el Templo de trabajador pesa oro
La familia del rey un canal del Nilo Abu Simbel, el de Abidos en una balanza
Cercanos al mismo faraón y netamente destaca- por medio de un o el Rameseum las proce- (detalle de la
dos de la mera organización social egipcia estaban shaduf, un balancín siones de hijos reales que, decoración de la
los altos dignatarios de palacio. Tales eran el Gran cuyo contrapeso no a su vez, parece que pu- tumba del escriba
Intendente, responsable de los dominios pertene- se observa en este dieron haber sido enterrados en el mismo Valle de Ipuky, probable
cientes a la corona; el Director de lo que está se- detalle (tumba del los Reyes, conforme prueban los últimos descubri- administrador del
llado, responsable de los productos preciosos y los escultor Ipui, que mientos llevados a cabo en la KV 5. El más notorio tesoro del faraón,
jefes de la administración de la casa del rey como trabajó en la tumba de estos Príncipes Herederos, fue Ja-em-Uaset, pri- XVIII dinastía).
el Director de la Sala (del trono) o el Director del de Ramsés II, Deir mogénito de Ramsés II, un auténtico sabio que se Abajo, conducción
Interior (del palacio). el-Medina). Abajo, dedicó a restaurar monumentos ya antiguos en de ganado: los
Durante el periodo ramésida, se produjo más izquierda, tejedoras aquélla época. criados cuentan las
que nunca antes en Egipto un fenómeno de pro- trabajando en sus Esta elite se distinguía a sí misma como una es- reses y se las
moción política en las personas de favoritos de ori- telares (de la casita pecie de cuerpo social selecto que rodeaba y acom- presentan a su
gen no egipcio –a menudo, hijos de notables ex- de muñecos de un pañaba al faraón doquiera que fuese, participando señor. La riqueza
tranjeros– que integraban cuadros de confianza niño egipcio, Museo en los actos religiosos y ceremonias oficiales del egipcia fue muy alta que habían pertenecido por derecho de herencia a
personal del rey, destacados con el título de Cope- de El Cairo). reinado, sujeto a una etiqueta rigurosamente deter- en los mejores días Neshi, el padre de Mose; muerto aquél, las reclamó
ro del faraón. Educados en el Kap Real, especie de minada en cada caso. del Imperio Nuevo, un tal Jay, pequeño funcionario local vinculado a
serrallo faraónico, conocieron en ocasiones el de- pero a finales de la las oficinas del registro catastral. El demandante,
sempeño de importantes funciones de poder y con- La ruptura del equilibrio XIX dinastía se planteó su reclamación basándose en una inscrip-
trol sobre los propios funcionarios egipcios. Tal fue Este mundo reglado y acorde con el equilibrio y observan problemas ción falseada en los asientos del catastro oficial. Fi-
el caso de Urjiya y su hijo Lupa, de origen hurrita, la justicia se iría degradando al paso del tiempo. La económicos, que se nalmente, se aclaró el asunto y la razón y la pro-
que fueron los máximos responsables del Templo Con la revolución amárnica se pusieron, sin embar- ideología real, según la que el mundo egipcio era acentúan en la XX, piedad de las tierras fueron dadas a Mose. Pero re-
de Millones de Años de Ramsés II en la orilla occi- go, de manifiesto por primera vez las individualida- un universo perfecto, garantizado por el rey –inter- presagiando el sulta inevitable pensar que la corrupción adminis-
dental tebana. des de los hijos e hijas reales. No obstante, fue en mediario entre los hombres y los dioses y su here- colapso político y trativa corroía ya las bases del Estado faraónico:
Otra característica de la organización social ra- época de Ramsés II cuando el estatuto particular dero en la tierra– no prevaleció en este último pe- social. para llevar a cabo esa falsificación en los registros
mésida fue la especial promoción y reconocimiento de estos príncipes y princesas cobró un reconoci- riodo de la genuina civilización egipcia. oficiales, custodiados por altos funcionarios, se ha-
de los integrantes de la familia real dentro de lo miento cada vez más ostensible. En este momento Multitud de documentos arqueológicos muestra cía precisa su colaboración... La responsabilidad
que podríamos llamar el sistema de gobierno egip- surge, por primera vez reconocida como tal, la con- que el pueblo egipcio fue padeciendo crisis cada quizá llegaba hasta las mismas oficinas del visir.
cio. Durante el Imperio Nuevo, hasta la época ra- dición de Príncipe Heredero; en los inicios de la di- vez más insuperables que le hacían ejercer una
mésida, los integrantes de la familia real jugaban nastía XIX se establece una necrópolis especial, el agria crítica hacia sus dirigentes, alejados del buen La divinidad, refugio de la humanidad
un muy discreto papel en la vida pública del país. llamado Valle de las Reinas para enterrar a las rei- gobierno de la Tierra Negra. Ya bajo Ramsés II es- Abundan los textos de esta época que hacen de
tallaron escándalos que preludiaban los feos asun- la divinidad el refugio contra la injusticia y la co-
tos que plagaron la dinastía XX. Hay un célebre pro- rrupción, puesto que los hombres no cumplen con
BIENESTAR SOCIAL ceso judicial, relatado en su tumba de Sakara por sus obligaciones en esta materia. Se conocen tex-
un tal Mose, el escriba que resultó vencedor en el tos de práctica escolar en los que se habla de

E
n el apogeo ramésida, los obre- la encontraba peligrosa y fuera de las litigio. El asunto, llevado a los tribunales cuando la Amón-Ra como el visir del pobre, lo que parece in-
ros a sueldo del Estado –que normas. madre de Mose, Nub-Nefert, quedó viuda, consis- dicar que el visir humano, era solo el de los ricos.
debieron ser muchos, dada la Los derechos de los trabajadores tía en una demanda de reclamación de unas tierras La decepción que los egipcios muestran hacia
política constructora del faraón– tam- también están documentados: una joven cuanto les rodea, vecinos y
bién mejoraron su condición social. Por tejedora fue expulsada del trabajo por el familiares incluídos, es otra
ejemplo, los que trabajaban en las ne- capataz acusándola de inexperiencia. La nota característica del perio-
crópolis tebanas –pintores, escribas, es- madre de la muchacha denunció el he- do. Se conoce la disposición
cultores, canteros, vigilantes– disponían cho al visir, que examinó el caso y orde- testamentaria de la anciana
de una pequeña casa, de un modesto sa- nó su inmediata readmisión. Los abusos Nau-Najte, quien desheredó
lario y del suministro de alimentos: pan, de los capataces, si no eran remediados a los descendientes que “no
carne de vacuno, de gacela, de aves, ver- por la ley, terminaban en huelgas. Hay pusieron su mano sobre ella
duras variadas y abundantes, leche, cer- papiros que cuentan como los obreros en la vejez”, es decir, que no
veza y hasta cierta cantidad de vino. "se tumbaban" cuando no estaban de la cuidaron cuando necesitó
Las condiciones laborales parecen acuerdo con el trato, el trabajo, los sala- su apoyo.
extraordinarias para aquella época: tra- rios o los alimentos. Otro personaje de la época de
bajaban 8 días y descansaban 2; la au- Esta mejora en el respeto a los de- Ramsés II, Sa-Mut, llamado
sencia laboral estaba justificada por en- rechos alcanzó, también, al campesina- Kyky, Director de los escribas
fermedad, por la celebración de la Fies- do, que si bien no mejoró su situación, contables del ganado de
ta de la Madre, por ausencia de la espo- ni se le aligeraron las cargas fiscales, al Amon, Mut y Jonsu en Tebas,
sa e, incluso, por conflictos familiares. menos pudo recurrir contra el embar- donó todos sus bienes al tem-
Cada cuadrilla de obreros disponía de go de los aperos de labranza, la casa o plo de la diosa Mut, pues, al
un médico, que vigilaba la higiene en el la prisión, cuando no podía pagar los parecer, fue su actitud místi-
trabajo y podía exigir que se mejorara si tributos. ca el único refugio que pudo
hallar contra la angustia que
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DOSSIER

vil y religioso de Egipto durante estos años. Duran- ca de decadencia –conocido


te las épocas del Imperio Antiguo y del Imperio Me- por la documentación halla-
dio había prevalecido la creencia en un orden social da en la ciudad obrera de
capaz, por sí solo, de asegurar la justicia por el cas- Deir el-Medina ofrece una
tigo de los que la transgredían y el premio de los solución totalmente diferen-
que la respetaban. Por el contrario, en este periodo te. Se trata del caso del
del Imperio Nuevo se observa, ya se ha visto, que hombre que se desposó con
los particulares se ponen bajo la protección de un la hija de Paiom, integrante
dios de su elección que, siendo su garante, les ase- del equipo de los llamados
gure que no quedarán inermes ante los abusos de hombres del interior; des-
sus semejantes. Pertenecen a este momento el pués de la boda el marido pa-
gran cúmulo de consultas oraculares hechas por los saba algunas noches en casa
creyentes a sus dioses, fundamentalmente al pode- de su padre y la joven esposa
roso Amón-Ra de Karnak. aprovechó la ausencia del
El mismo Amen-Hotep I, faraón divinizado en la marido (injustificable por
necrópolis tebana, era objeto de estas interpelacio- otra parte), para intimar con
nes populares. Se formulaban a la divinidad pre- Mery-Sejmet, el hijo de Me-
guntas tales como “¿Se nombrará sacerdote a na. Así acaeció que, el día 4
Sethy?”; “¿Acaso esta cabra es de Pen-Anket?”; del cuarto mes de verano, el
“¿Se acordará de mí el Visir?”; “¿Es suficiente- marido negligente, al volver a
mente bueno este ternero como para que yo lo su casa, encontró a su espo-
acepte?”, y la respuesta obtenida era indiscutible- sa en los brazos de Mery-Sej-
mente aceptada por los consultantes. met. El ofendido denunció
Este sistema de resolución de las más diversas los hechos al Consejo de ma-
cuestiones, viva expresión de la angustia del pue- gistrados locales, que ¡con-
blo por la inseguridad en que vivía, utilizado para denó al denunciante a recibir
le producía el mundo que le rodeaba. Llevó a cabo Arriba, la hermosa averiguar, desde la autoría de un hurto, hasta el 100 golpes de bastón!.
la donación universal de sus posesiones en favor de Nefertari, esposa de nombramiento de un Sumo Sacerdote de Amón, tes de Amon, en las postrimerías de la dinastía XX. Ramsés II (talla de La increíble resolución judicial conmovió a los
la diosa (y de su clero), manifestando de modo pre- Ramsés II, presenta fue adoptado, tanto por los integrantes de las capas De esas turbulencias no se libraría ni el propio madera notables de la comunidad obrera. “¿Por qué dar
ciso que “….había llevado a cabo la disposición de sus ofrendas a la humildes de la sociedad, como por el mismísimo Ramsés III quien, se supone, murió a manos de los policromada, en la esos 100 golpes de bastón al denunciante si quien
sus bienes en favor del poder de la diosa a cambio diosa Hator (detalle faraón. Esta progresiva marcha de la vida seglar co- conjurados en una intriga palaciega, –como ya se tapa de su ha hecho el amor con una mujer casada es otro?’
de su soplo de vida” y dejando claro que “…ningu- de la decoración de tidiana hacia el control ejercido por el clero a tra- ha visto al hablar de los ramésidas–. Durante los sarcófago). –preguntó a los magistrados, el Jefe de Equipo In-
no de sus familiares tendría parte alguna de sus la tumba de vés del sistema oracular, anunciaba lo que final- reinados de sus sucesores aún empeorarían las co- Her-Jau– “…Lo resuelto por los magistrados es una
bienes”. Lo curioso del asunto es que Sa-Mut, ex- Nefertari en el Valle mente acaecería: la creación de un nuevo Estado sas. En tiempos de Ramsés IX (hacia el 1100 an- gran injusticia ante los ojos de los dioses” –conclu-
plica que la razón fundamental de su decisión fue de las Reinas). teocrático bajo el gobierno de los Sumos Sacerdo- tes de Cristo) ya no se respetaban ni las necrópolis yó el indignado anciano–.
conseguir la protección divina para preservarse del Abajo, el príncipe reales: la rivalidad y el rencor entre Pa-Ser, alcalde Puesto que la prevaricación de los magistrados
inquietante ambiente de su época. Dice su inscrip- Khamuast, hijo de de Tebas y Pa-Ur, Gobernador de la Orilla Occiden- eran clara, los pobladores de la ciudad resolvieron
ción “No he tomado ningún protector humano, no Ramsés III; su tal, puso al descubierto, en el año 16 de ese rey, la injusticia a su modo. El Escriba de la Tumba,
me he vinculado a los poderosos”. Sa-Mut conside- peinado es el típico una trama de delincuentes que atentaban contra la Imen-Najt, obligó al adúltero Mery-Sejmet a pres-
raba que las instituciones estaban corruptas. de los hijos de los memoria de los propios reyes de Egipto. Esta ban- tar el siguiente juramento ante los magistrados
Los ostraca de Deir el-Medina, la ciudad obrera príncipes y nobles da estaba organizada por los propios vigilantes de corruptos: “Tan veraz como que Amon es durade-
del occidente de Tebas, informan de similar estado de la época y muy la necrópolis y tenía que trabajar con la forzosa ro, tan veraz como que el príncipe es duradero: ¡Si
de cosas. Los jefes de equipo de la ciudad se vie- similar al de su complicidad de las altas instancias, pues se sabe yo vuelvo a hablar a esta mujer, que se me corte
ron obligados a dirigirse al escriba Aj-Pet para de- hermano Amón her que, en la primera ocasión, se consiguió “cubrir el la nariz y las orejas y que se me envíe a Nubia!”.
nunciar a otro escriba, un tal Pa-Ser, que había lle- Khopechef, expediente” sin encontrar a los responsables. Las La comunidad aplicó la justicia que la adminis-
vado a la ciudad una medida alterada para pagar sepultado en una fechorías se reprodujeron y en el año 18 se volvie- tración les negaba. Sin embargo, éso no bastó: al
mensualmente el grano a los obreros. La diferencia tumba próxima ron a denunciar los robos sacrílegos, hallándose en poco tiempo, Mery-Sejmet dejó embarazada a la
era notable ¡dos litros de menos con respecto a la (detalle de la esta ocasión a varios culpables, todos ellos gentes mujer que asediaba.
que se venía usando con anterioridad!. decoración de su obreras de la ciudad de Deir el-Medina. En adelan- El perjurio había sido desde siempre en Egipto
Así llegó el día en que los obreros de la Tumba tumba, Valle de las te, los saqueos de las necrópolis reales y privadas un delito castigado con la pena de muerte. El per-
Real fueron a la huelga. En el año 29 de Ramsés Reinas). de Tebas fueron un hecho habitual. juro adúltero intentó volver a convencer a sus con-
III, el día 10 del tercer mes de primavera, los obre- vecinos de su arrepentimiento; no se sabe si se le
ros franquearon los cinco recintos que entonces Cornudo y apaleado aplicó el castigo prescrito por las sagradas leyes
protegían Deir el-Medina para ir a los templos fu- Los problemas cotidianos de las gentes que ha- antiguas a quienes juraban en falso, pero el hecho
nerarios reales y decir a los encargados: “¡Tenemos bitaron Egipto en los últimos tiempos del Imperio de que se dudara induce a pensar que salió me-
hambre. Han pasado dieciocho días (sin recibir el Nuevo se parecerían mucho, probablemente, a los jor librado. En cuanto a la adúltera, es evidente
grano) desde el último mes!”. Pero la crisis econó- de cualquier comunidad actual o pasada, pero, pa- que no se procedió contra ella.
mica en que se encontraba Egipto no permitiría re- rece que las costumbres estaban tan relajadas que Para el viejo Egipto habían comenzado los tiem-
gularizar definitivamente esta alarmante situación. sorprende la comparación con épocas pretéritas. pos en los que –como diríann mucho más tarde las
El Papiro Westcar relata el terrible castigo de la enseñanzas de Anj-Sheshonky– “…Irritada la luz
Los dioses, última esperanza muerte en la hoguera que recibió la mujer adúltera divina contra el país, hizo que en él cesasen la ley,
Todos estos datos revelan el gran cambio de en tiempos del faraón Kheops, durante el Imperio la justicia y los valores, y puso a los imbéciles en el
mentalidad que se estaba operando en el ámbito ci- Antiguo; un caso relativamente similar de esta épo- lugar de los sabios…”. n
18 19
DOSSIER

Fiestas
tebanas
En el Opet, se celebraba y
renovaba la divinidad del faraón;
en la Bella Fiesta del Valle, se
honraba a los difuntos. Se
contaba con la presencia del
faraón, había procesiones de
barcas en el Nilo y el pueblo
participaba con música, danzas y
banquetes
Jesús Trello biente tebano: las Fiestas de Min, las Fiestas de So- tiempo que practicaba antiguos cultos para propi-
Miembro de la International Association of Egyptologists kar y otras. No obstante, las grandes fiestas religio- ciar la fertilidad.
sas estaban dominadas por las salidas o apariciones El acto más llamativo era la procesión que lleva-

L
AS GUERRAS DOMINARON UNA PARTE de los dioses y, desde luego, las más espectaculares ba al dios Amón-Ra desde su templo en Ipet-Sut
muy importante de la época ramésida, tal eran las de Amón-Ra, señor de los dioses, en la ca- (Karnak) hasta el templo de Ipet-Reshyt (Luxor), lla-
y como recuerdan continuamente las es- pital religiosa del Imperio, Uaset –o Tebas, según la mado el Harén Meridional de Amón. Se realizaba por
cenas bélicas que decoran los grandes denominaron los griegos, emplazada donde hoy se vía terrestre a la ida y por vía fluvial a la vuelta, des-
templos. Pero también hubo largos períodos de Avenida de esfinges encuentra Luxor–. Estas procesiones están magnífi- de la época de Hatshepsut hasta la de Amen-Hotep
paz en Ta-Mery, la tierra amada, como denomina- que unía el templo camente representadas, con todo lujo de detalle, en III, a partir de cuyo reinado el desplazamiento del
ron a Egipto los antiguos habitantes del Valle del de Luxor con el de las paredes de los grandes templos tebanos. dios pasó a realizarse enteramente por vía fluvial. La
Nilo. Con Ta-Mery en paz, sus habitantes podían Karnak (foto J. Gran Barca Userhat de Amón-Ra era un navío es-
disfrutar de las hermosas fiestas con las que hon- Trello). La fiesta del Opet pléndido construido para transportar en su interior la
raban a sus dioses y alimentaban la esperanza de En dos grandes fiestas tebanas, el dios Amón de- barca procesional de Amón-Ra, una pequeña barca
que los dioses corresponderían a su gesto permi- jaba su templo y salía a la calle. Era un momento es- portátil denominada Soporte de Esplendor, con un
tiéndoles seguir participando en los beneficios de pecial, en el que el pueblo podía tomar contacto con camarín donde se alojaba la estatua del dios.
estos cultos en el Más Allá. su dios. En estas salidas, la celebre Userhat (Rica de Sin embargo, los actos más transcendentales se
Eran muchas las fiestas que animaban el am- proa), la majestuosa nave fluvial que Amón-Ra utili- llevaban a cabo en el interior del templo de Ipet-
zaba para navegar por el Nilo, hacía su aparición. Es- Reshyt, porque era allí, y durante la celebración de
tas dos grandes fiestas eran la Fiesta de Opet y la Be- estas ceremonias, se confirmaba anualmente uno de Arriba, uno de los ta barca procesional. La barca sagrada Soporte de
lla Fiesta del Valle. los dogmas de la realeza divina egipcia: el faraón era pasos de la fiesta Esplendor reposaba sobre un pequeño trineo y esta-
La celebración de la Fiesta de Opet tenía como hijo carnal del dios Amón. del Opet: músicos y ba cruzada por largos varales que servían a los sa-
escenario la ciudad de Tebas y se desarrollaba por Las ceremonias comenzaban con la entrada del bailarines ante el cerdotes para el transporte procesional a hombros.
entero en la orilla oriental del Nilo. Atestiguada por rey en el santuario de Amón en Ipet-Sut, antes del toro decorado para
primera vez en el reinado de Hatshepsut, se celebra- amanecer, a la hora denominada la blanca, habien- el sacrificio La procesión de las barcas
ba el segundo mes de la estación de ajet (o de la do sido purificado previamente por el agua santa. El (cortesía de la Esta procesión se fue enriqueciendo con el tiem-
inundación) y su duración era de once días al princi- rey, que solía ejercer directamente su función sacer- Editorial Hachette). po, de manera que, avanzado el Imperio Nuevo, tras
pio del Imperio Nuevo, pero fueron alargándose las dotal, abría el naos, extraía la imagen del dios y rea- Derecha, puesta de la Gran Barca User-Hat de Amón-Ra, viajaban las
celebraciones, de manera que en la dinastía XX lle- lizaba las fumigaciones y libaciones rituales. Des- sol desde el templo barcas de los dioses que completaban la tríada teba-
gó a alcanzar veintisiete días. pués, varios sacerdotes tomaban la pequeña capilla de Amón en Luxor na; la diosa Mut y el hijo de ambos: Jonsu. Mut y
La Fiesta de Opet era el gran acontecimiento te- cerrada, con el dios dentro, la cubrían parcialmente (foto J. Trello). Jonsu disponían también de magníficas barcas que
bano. Durante estas fiestas, la alegría se desborda- con un gran velo y la llevaban hasta la barca sagra- eran arrastradas por otras naves.
ba en Uaset. En este largo período de fiestas, el da de Amón, Soporte de Esplendor. Allí introducían En el patio del templo se le unían las barcas de
pueblo llenaba las calles con música y bailes, al la capilla en un camarín, situado en el centro de es- los dioses Mut y Jonsu, quienes junto al dios Amón,
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barcadero próximo al templo, según re- plimentaba en el interior del templo. Las fiestas ter- Arriba, la pista que
cuerdan las inscripciones: “Ir en proce- minaban cuando retornaban las barcas divinas de recorría la
sión en paz hacia la Cabeza del Canal pa- Amón, Mut y Jonsu a su residencia de Ipet-Sut, esta procesión desde el
ra la navegación de El Esplendor de los vez navegando hacia el norte, a favor de la corriente. Nilo hasta el
Esplendores ”, donde la barca procesional templo de
era embarcada en la Userhat. La Bella Fiesta del Valle Hatshepsut, en Deir
La Gran Barca Userhat era remolcada si- En la Bella Fiesta del Valle, los egipcios honra- el Bahari,
multáneamente por el barco del rey –que ban anualmente a sus difuntos. También en esta vista desde la
tiraba de ella por el costado de babor– y ocasión, la Gran Barca Userhat hacía su aparición montaña que
por un numeroso grupo de notables que, en público. La celebración de esta fiesta se remon- domina el valle de
tenían el honor de jalar la nave con cuer- ta al reinado de Montu-Hotep II, en el Imperio Me- Montu-Hotep .
das –tirando a la sirga por estribor– contra dio. De esta época toma su nombre, puesto que la Abajo, el templo de
corriente, por la orilla del río. Además de fiesta hace alusión al valle donde aquél faraón Hatshepsut, donde
los notables, componían la procesión sa- construyó su templo funerario: el Valle de Neb-Ho- permanecía la barca
cerdotisas que tocaban el sistro; bailari- tep-Ra. La celebración se hacía coincidir con la pri- una noche, antes de
La barca Soporte de formaban la tríada tebana. La diosa Mut, esposa de nas de los oasis, realizando danzas acrobáticas; mera luna nueva del segundo mes de la estación de regresar a su
Esplendor sale del Amón, era transportada en una barca que en la proa soldados del ejército de faraón desfilando en per- shemu (estación de la sequía). templo de la orilla
Templo de Amón y en la popa lucía la cabeza de una bella mujer, efi- fecto orden con su correspondiente armamento, Era una gran fiesta religiosa en la que Amón-Ra oriental (fotos J.
camino de la Bella gie de la diosa. El dios Jonsu, hijo de Amón y Mut, precedidos de los portaestandartes; y, también, los salía de su templo en Ipet-Sut y navegaba desde Trello).
fiesta del Valle viajaba en una barca semejante a la de su madre enormes toros del sacrificio, ricamente adornados, oriente a occidente hasta alcanzar la orilla oeste
(relieve de la Mut, pero adornada e identificada con la propia efi- que llevan en los cuernos pequeños muñecos re- del Nilo. La salida del dios era muy semejante a la
Capilla roja de gie del dios, una cabeza de halcón coronada por el presentando a enemigos tradicionales de Egipto: de la Fiesta de Opet. El rey realizaba los rituales
Karnak, foto J. creciente lunar y enjoyada con grandes collares. nubios y asiáticos. del despertar del dios en Ipet-Sut y se organizaba
Trello). A hombros de los sacerdotes, se dirigían al em- Una vez llegados al muelle de Ipet-Reshyt, el rey la comitiva hasta el embarcadero donde esperaba
ordenaba llevar a tierra la barca procesional Soporte la Gran Barca Userhat. Formado el cortejo, se ini-
de Esplendor y recorría el corto espacio entre el Nilo ciaba la procesión de La Bella Fiesta del Valle, con
LA GRAN BARCA DE AMÓN y los grandiosos pilonos de la entrada al templo, la navegación por las aguas del Nilo desde oriente
aclamado por la multitud situada a ambos lados de a occidente. La navegación era, por tanto, la manifestación

L
a Userhat estaba concebida como bien el sagrario que albergaba en su inte- la calzada. El faraón penetraba en el templo acom- Se podría decir que Amón realizaba sobre el río simbólica central y más espectacular de la ceremo-
un templo flotante. De hecho, era rior o un friso de símbolos con el nudo de pañado sólo de un séquito muy selecto, con el que el mismo viaje que Ra, el dios sol, realizaba cada nia. Alcanzada la orilla oeste, la procesión se diri-
el templo de Amón-Ra durante Isis y el pilar dyed. Esta capilla tenía la compartía algunos de los ritos en el interior. día navegando sobre la bóveda celeste. Era la re- gía a los distintos Templos de Millones de Años
sus desplazamientos; por tanto estaba vis- forma del santuario Per-ur, un santuario La multitud, que quedaba fuera del templo, se in- presentación del viaje celeste del dios sol Amón-Ra construidos, en el límite de la zona fértil, como
tosamente adornado. Esta gran nave no muy antiguo característico del Alto Egipto. corporaba partir de ese momento a una permanente el cual, por la mañana, cuando aparecía por el es- templos para el culto funerario de los reyes difun-
tenía capacidad motriz propia, sino que Delante del Gran Castillo se alzaban y jubilosa fiesta vinculada a la fertilidad. te, dirigía su navegación celestial hacia occidente; tos del Imperio Nuevo. Para ello, disponían de una
era remolcada por la Gran Barca de Fara- dos obeliscos, precedidos de dos emble- Mientras tanto, en el interior del templo, cerradas marchando hacia el final del día, es decir, hacia la magnífica red de canales rectilíneos, que ponían en
ón, un poderoso navío de 60 remeros, 30 mas sobre sendas pértigas, que portaban las grandes puertas de acceso y, tras quedar deposi- noche, que era la muerte. Pero esta muerte sería, comunicación estos templos con el río y permitían
por banda, capaz de arrastrar ese templo la primera un halcón y la segunda el nom- tada cada una de las barcas sagradas (la de Amón, como la del Sol, que vuelve a salir –resucita– al día una fácil navegación de la comitiva. Cada uno de
flotante de Amón sobre el potente caudal bre del rey encerrado en el lazo shen. la de Mut y la de Jonsu), en sus correspondientes siguiente. Ese era el profundo significado de esta los templos funerarios disponía de un amplio mue-
del Nilo, entre las orillas oriental y occi- Banderolas de tela anudadas a la parte su- santuarios, el rey procedía a cumplimentar los ritos ceremonia procesional. lle para que pudieran recalar las grandes barcas de
dental del río (existe una magnífica re- perior de dos altos mástiles, ondeaban iniciáticos que le correspondían. El más importante
presentación de la Galera Real remolcan- junto a la puerta del Gran Castillo. El era el que se desarrollaba en la llamada Cámara del
do la Gran Barca Userhat de Amón, en el nombre solar del rey, que lo acredita co- Nacimiento, situada al este del sancta santorum y
templo de Karnak, tercer pilono, ala nor- mo Hijo de Ra, estaba presente en toda la prácticamente unida a él. Allí se materializaba el
te, cara este). nave y la personificaba como una de las misterio de la teogamia, en virtud de la cual, el dios
La Userhat sólo disponía de dos gran- magníficas obras que el rey había realiza- Amón, quizá personificado en el faraón, probable-
des remos en la popa, que servían de ti- do para su padre Amón. Era una forma mente se uniría a la reina, para engendrar al herede-
món. Su casco, de 130 codos de eslora más de manifestar su piedad y de asociar ro divino del trono de Egipto. El misterio de la teo-
(unos 55 metros), estaba construido en su gloria a la navegación de Amón-Ra. gamia está descrito en los magníficos relieves de la
madera de pino de importación y recu- En el interior del Gran Castillo se alo- Cámara del Nacimiento, con la misma precisión que
bierto de resplandecientes planchas de jaba la barca procesional de Amón-Ra, los ordenados realizar por la reina Hatshepsutt, al co-
oro, finamente cincelado, con relieves Soporte de Esplendor, la cual se asemeja- mienzo del Imperio Nuevo, en su templo funerario de
alusivos a la propia salida de la Userhat. ba a la Userhat, pero a pequeña escala, y Deir el-Bahari.
En su proa y en su popa, se colocaban transportaba el tabernáculo donde viaja- Los ritos que se desarrollaban en el interior de la
sendas efigies de Amón criocéfalo, tocado ba el dios. Cámara del Nacimiento permitían al rey regenerarse
con la corona atef y un gran collar de va- En la proa de la Userhat, el faraón, to- cada año y renacer como hijo viviente del dios Amón,
rias vueltas de cuentas, emblemas que cado con la corona jeperesh y con un re- lo cual implicaba, evidentemente, un refrendo anual
identificaban perfectamente a la sagrada mo en sus manos, dirigía las maniobras de su derecho al trono.
nave. Sobre el puente había una enorme de la Gran Barca. Delante de él, dos pe- Todo esto ocurría mientras el rico limo, que el río
capilla, el Gran Castillo, destinada a al- queñas estatuas, una de Maat y otra de Nilo aportaba en su desbordamiento anual, fertiliza-
bergar la divina barca procesional, hecha Hathor, seguidas de una esfinge con cabe- ba sedimentándose la afortunada tierra de Kemet.
con electrum (una aleación de oro y pla- za de hombre erguida, que representaba Todos los hombres y mujeres de Ta-Mery, la tierra
ta) que recogía en magníficos relieves, al rey, sobre una percha proc. amada, emulaban el ciclo de la naturaleza y se uní-
an gozosos en la calle a los ritos que el faraón cum-
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navegación de los dioses, con unas escalinatas que Arriba, la barca de colinas del desierto líbico, estaba encabezada por el ri. Una inscripción del templo describe su finalidad: Osiris, tras el que se su lago de oro. Al alba, las antorchas se apagaban
facilitaban el traslado de las barcas procesionales a Amón en su capilla faraón y las barcas procesionales de la tríada tebana, Estación sobre el Gran Lugar en El Esplendor de los encuentran Isis y sumergiéndolas en la leche.
hombros de los sacerdotes. del Horizonte de seguida de las estatuas de los faraones difuntos. Esplendores, en la fundación de Maat-Ka-Ra (Hats- Neftis, atiende la Una vez terminadas las ceremonias de la Bella
Aunque los itinerarios debieron ir modificándose a Occidente, en el Eran áridas colinas, horadadas por multitud de tum- hepsut), el Horus Rico de Ka, fundación que es su exposición de su Fiesta del Valle, la Gran Barca Userhat de Amón-
lo largo del Imperio Nuevo, en la medida que se aña- templo de Deir el bas de la nobleza tebana. Las familias, que honraban preciosa morada de eternidad. En el interior del tem- hijo Orus y de Thot, Ra regresaba a la orilla oriental y la estatua del rey
dían los templos de faraones fallecidos, el itinerario Bahari (Capilla roja a sus difuntos en las capillas de las tumbas, saluda- plo y ante el santuario donde había sido alojada la el dios escribano, de los dioses era alojada de nuevo en su templo
básico debía comenzar con una visita a la capilla-re- de Karnak, foto, J. ban con júbilo el paso de la procesión. barca, el rey consagraba la Gran Ofrenda de alimen- que le comunican el de Ipet-Sut.
posadero construida por Amen-Hotep I en el Cerro de Trello). Abajo, la En su visita a las tumbas del occidente tebano, tos, líquidos y flores. resultado del peso Las fiestas religiosas tebanas ligadas a la nave-
Djeme, un pequeño templo llamado Dyeser-set, hoy resurrección de Amón-Ra, el dios supremo, aportaba a los difuntos la Tras la puesta del sol, se desarrollaba una cere- del alma que, a la gación siguieron durante centenares de años des-
dentro del témenos del templo de Medinet Habu, Osiris recreada por regeneración en el Más Allá. En las paredes de las monia muy especial: la Ceremonia del Lago de Oro. derecha, acaba de pués de su institucionalización. Extinguida la anti-
donde la tradición situaba la primera aparición de los egipcios: tumbas dejaban escrito que habían participado El faraón ordenaba colocar cuatro grandes reci- hacer Annubis (XIX gua civilización faraónica, el cristianismo sustituyó
Amón. La procesión continuaba después visitando modelaban un mientras estuvieron vivos en las ceremonias de la pientes, poco profundos, llenos de leche, orienta- dinastía). a los antiguos dioses y, más tarde, el Islam se im-
las distintas capillas reposaderos y los Templos de muñequito de barro Bella Fiesta del Valle, como testimonio que les acre- dos hacia los cuatro puntos cardinales, representa- puso al cristianismo. Sin embargo, una de las fies-
Millones de Años de los faraones fallecidos, los cua- con la forma del ditaba el derecho a disfrutar de los beneficios de la ción de los confines de la bóveda celeste. A conti- tas más importantes de Luxor, la que se celebra en
les, bajo el soporte físico de sus correspondientes es- dios y le visita del dios cuando hubiesen fallecido. nuación situaba las antorchas que llevaban encen- honor del santón musulmán Abu el-Haggah, tiene
tatuas, acompañaban y participaban también en la introducían Era un momento de alegría y los participantes en didas los sacerdotes Portadores de Luz, rodeando e como manifestación más ostensible una jubilosa
procesión. Finalmente, al menos a partir del mo- semillas, que la procesión se unían a las familias cantando y dan- iluminando con su luz dorada la superficie de leche procesión de barcas que une en alborozada alegría
mento de su construcción, la procesión llegaba al germinaban al ser zando. Cuando caía la noche, se celebraba un ágape que figuraba el fluido celeste, de manera que la los lugares que ocuparon los templos de Ipet-Sut y
templo de Deir el-Bahari como punto de destino. regadas. que reunía a vivos y muertos en un banquete com- barca divina estaría navegando toda la noche sobre los de Ipet-Reshyt. n
La procesión terrestre, que transcurría entre las partido. Esto lo tenían tan presente los egipcios que
las capillas de las tumbas estaban ocupadas por lar- Para saber más
gas inscripciones que invitaban a los participantes a
recitar las fórmulas mágicas que les permitieran re- ALDRED, C., Arte egipcio, Barcelona, GRIMAL, N., Historia del Antiguo Egipto, tos, Madrid, 1996, 3a. ed.
cibir los socorros necesarios para “seguir viviendo” 1993. Madrid, 1996. LARA PEINADO, F., Diccionario biográfico del
en el Más Allá. BAINES, J. Y MALEK, J., Egipto. Dioses, JOURET, R. M. Y OTROS, Tebas 1250 a.C. Mundo Antiguo, Madrid, 1998.
Las ceremonias más importantes se celebraban templos y faraones, 2 vols. Madrid, 1992. Ramsés II y el sueño del poder absoluto, LICHTHEIM, M., Ancient Egyptian Literature,
en la estación de destino, donde la barca procesio- BARBOTIN, C. Y LEBLANC, C., Les monuments Madrid, 1992. 3 vols., Los Angeles, 1973–1980.
nal era depositada: “su sepulcro del horizonte de Oc- d´eternité de Ramsés II. Nouvelles fouilles KITCHEN, K. A., Ramesside Inscriptions. MANICHE, L., El arte egipcio, Madrid, 1997.
cidente, en su Bella Fiesta del Valle del Oeste”. En thébaines, Paris, 1999. Historical and Biographical, 6 vols. Oxford, MARTÍN VALENTÍN, F. Gramática egipcia, Ma-
estas misteriosas ceremonias solamente participa- BEDMAN, T., Nefertary. Por la que brilla el 1968-1983. drid, 1999.
ban el rey y el alto clero. En ellas se asociaban el Sol, Madrid, 1999. KITCHEN, K. A. Pharaoh Triumphant. The li- PARRA ORTIZ, J. M., Cuentos egipcios, Ma-
dios Amón-Ra y el dios Osiris. DESROCHES NOBLECOURT, CH., Ramsés II. La fe and times of Ramses II, king of Egypt. drid, 1998.
La barca procesional de Amón-Ra se depositaba verdadera historia, Barcelona, 1998. Londres, 1982. VANDERSLEYEN, C., L'Égypte et la vallée du
sobre un pedestal Set-ueret, el Gran Lugar, en el in- DONADONI, S., L'Art égyptien, Paris, 1993. LALOUETTE, C., L'Empire des Ramsès, Paris, Nil, tomo 2, París, 1995.
terior de una capilla situada, en la época de Hats- GRANDET, P., Ramsès III. Historie d'un règ- 1985. WEEKS, K, La tumba perdida, Barcelona,
hepsut, en el templo funerario de la reina, denomi- ne, Paris, 1993. LARA PEINADO, F., ED., El Libro de los Muer- 1999.
nado Esplendor de los Esplendores, en Deir el-Baha-
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