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Yo no estaba presente, pero me lo contó una amiga. Esa noche, después de haber presenciado
un partido de fútbol del equipo representativo de la ciudad, aquel grupo de amigos decidió ir
a cenar. En medio del dialogo de aquella cena los convidados comenzaron a dar sus puntos
de vista sobre la escatología cristiana, alguien hablaba sobre la Tribulación y la Gran
Tribulación; de pronto un joven preguntó:
Un par de días después aquella amiga me hablo del asombro que la expresión: “¡Ah! No, con
el Apocalipsis yo no me meto” le había generado y, luego de eso, comenzamos a platicar
sobre cómo a pesar de que el Apocalipsis fue escrito con el fin de provocar esperanza; para
muchas personas mas bien es un símbolo del miedo.
Por esto, hoy me gustaría poder compartir con ustedes algunas consideraciones importantes
en torno al libro de Apocalipsis.
¿Qué significa Apocalipsis?
Mientras preparaba este blog me di a la tarea de googlear el significado de la palabra
“apocalipsis” y los resultados que obtuve fueron los siguientes: “fin del mundo” y “fin
catastrófico o violento que conlleva la desaparición de una cosa, especialmente del mundo”.
Sin embargo, este significado esta muy alejado de lo que el término significa dentro del
contexto bíblico. “Apocalipsis” es una palabra de origen griego que significa: revelación. Por
esta razón en las traducciones inglesas de la Biblia el libro es llamado “Revelation”.
Entonces, lo primero que debemos tener claro cuando nos acercamos al Apocalipsis del
Nuevo Testamento es que “apocalipsis” no es sinónimo del fin del mundo ni de catástrofes o
violencia; y, aunque esta es la significación más popular en el mundo hispanoparlante,
originalmente el nombre del libro busca referirse a su carácter revelatorio.
Apocalipsis es un libro apocalíptico
Otra cosa importante es entender que el Apocalipsis fue escrito en un genero literario muy
particular, es decir, el género apocalíptico; mismo que tomó importancia entre los siglos II
a.C. y II d. C. En este punto, debo decir que existen diversas obras apocalípticas, las cuales,
aunque no fueron aceptadas dentro del canon cristiano; han contribuido a una comprensión
más sobria del género literario.
El apocalipsis como género literario tiene ciertas características: por medio de su narrativa
pretende revelar un mensaje que había permanecido oculto, utiliza un lenguaje simbólico
(sellos, números, animales que hablan, etc.), el receptor del mensaje es un ser humano y un
medidor sobrehumano (Cristo o un ángel) ayuda a revelar el mensaje.
El mundo de los apocalipsis
Hoy sabemos que la literatura apocalíptica presupone un tiempo de crisis para la fe, un
ambiente de desesperanza. En un tiempo en el que la fe cristiana del siglo I d. C. está siendo
gravemente atacada, probablemente en tiempos del emperador romano Diocleciano; un autor
de la tradición joánica escribe la obra que hoy conocemos como el Apocalipsis con el fin de
animar a los perseguidos a permanecer en la fe.
Esto es muy importante, porque en los momentos más difíciles de la historia para la fe; lo
único que parece poder cambiar las cosas es la intervención definitiva de Dios en la historia,
por esta razón, en los apocalipsis, es necesaria la renovación del mundo tan y como lo
conocemos.
Los receptores del mensaje son personas y comunidades que se sienten oprimidas por
imperios misericordiosos y agresivos; por esto, el Apocalipsis es: esperanza para los
oprimidos y rechazo de las fuerzas opresoras.