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UNIVERSIDA

D SAN

PEDRO

FACULTAD DE INGENIERIA
ESCUELA DE ARQUITECTURA Y
URBANISMO
CURSO: ARQUITECTURA PERUANA II
TEMA: ARQUITECTURA ROCOCÓ Y
CHURRIGUERESCO EN MÉXICO Y PERÚ
DOCENTE: ARQ. SCHEREIBER
CICLO VII
ALUMNO: RAYMOND PATRICIO CARO
Huaraz – Perú
2018

ii
DEDICATORIA

A Dios por su infinito amor y gracia.

A mi familia por su apoyo y comprensión.

Al Perú por ser la tierra en la que nací.

iii
AGRADECIMIENTOS

Especial agradecimiento a mi padre por su incondicional apoyo, comprensión y


paciencia.

A mi madre por sus oraciones y nunca perder la fe en mí.

A mi querida novia por su amor y motivación para con mi persona.

iv
ÍNDICE
INTRODUCCION ............................................................................................................................................. vi
DEL BARROCO AL ROCOCÓ........................................................................................................................ vi
Origen del Arte Rococó ......................................................................................................................... vii
Los Ideales del Estilo.............................................................................................................................. vii
ROCOCÓ EN AMÉRICA ................................................................................................................................... ix

ROCOCÓ EN NUEVA ESPAÑA (MÉXICO) ..................................................................................................... 1


CHURRIGUERESCO EN NUEVA ESPAÑA (MÉXICO)................................................................................... 18
ROCOCÓ EN EL VIRREINATO DEL PERÚ .................................................................................................... 25
CHURRIGUERESCO EN EL VIRREINATO DEL PERÚ .................................................................................... 28
CONCLUCION ................................................................................................................................................ 33
BIBLIOGRAFIA ............................................................................................................................................... 34

v
INTRODUCCION

DEL BARROCO AL ROCOCÓ

La línea que separa la arquitectura Barroca y Rococó es muy fina en cuanto a los
ideales estéticos que las inspiran, sin embargo, se puede observar un gran cambio en
las formas de las construcciones y su ornamentación, esta transformación responde
al intento de los arquitectos de suprimir las pocas influencias religiosas que aún
influían en el arte Barroco. Así la arquitectura Rococó busca ser una expresión pura
del ser humano.

Marqués de Dos Aguas - Palacio en Valencia.

vi
Casa Helblinghaus - Innsbruck, Austria.

Origen del Arte Rococó


La Arquitectura Rococó se desarrolla entre 1730 y 1760, el movimiento artístico es
original de París-Francia, sin embargo, influyó en toda Europa en las disciplinas de:
pintura, escultura, música, mueblería y arquitectura. La idea estética que propone el
estilo Rococó es una continuación del arte Barroco tardío. Las construcciones se
caracterizan por su ornamentación recargada y el uso de elementos propios del estilo
como, columnas en forma de espiral (volutas) y ornamentación escultórica prodigiosa,
adosada en el exterior de los edificios, generalmente hecha en piedras nobles.

Los Ideales del Estilo


El arte del Siglo XVIII se desarrolla en medio de grandes cambios a nivel filosófico,
científico y religioso. En el llamado Siglo de las Luces surgieron en Europa numerosas
corrientes de pensamiento, esta variedad se manifestó en materias que hasta
entonces permanecían más o menos unificadas: arte ciencia y religión. Los ideales
del estilo Rococó, así como del Barroco se basan en la consideración de las ideas del
nuevo pensamiento ilustrado, este proponía la abolición de toda idea estética
preconcebida, para así, desde una perspectiva netamente humanista, rehacer todo
cuanto se consideraba como verdad absoluta.

vii
El churrigueresco es una etapa, así como un estilo arquitectónico, de España, que se
dio en la época del barroco, y llegó hasta el Nuevo Mundo, como en los edificios
construidos en los virreinatos de Perú y Nueva España (donde se le conoció como
barroco anticlásico).

El término churrigueresco proviene del apellido Churriguera. Los Churriguera fueron


una familia de arquitectos barrocos de origen catalán cuya obra se caracterizó porque
presentó una recargada decoración. Por extensión, el término se ha utilizado para
denominar el barroco español del primer tercio del siglo xviii. Se entendían por
churriguerescas todas aquellas arquitecturas que poseían un marcado movimiento y
una abigarrada ornamentación, sobre todo en la retablística.

Este estilo es una variante del estilo barroco que presenta más ornamentación. Fueron
construcciones de retablos efímeros y también en lo arquitectónico.

El primero de los Churriguera fue José de Churriguera (1665-1725), quien se formó


como ensamblador de retablos, elaborando algunos muy importantes para diversos
templos de Salamanca, Madrid, Valladolid y otras ciudades españolas. Algunos han
desaparecido y actualmente solo se conservan algunas trazas.

Por otra parte, Francisco de la Maza señala que el término churrigueresco no solo se
utiliza para el barroco con estípites, pues «muchas obras o casi todas las obras con
pilastras comunes muy ornamentadas y que correspondan, en España, de 1689 a
1730, y en México de 1725 a 1780, más o menos, ya que uno solo es el sentido de
voluntad de forma que preside a esas obras».

Por consiguiente, el churrigueresco no es un estilo arquitectónico, es más bien un


estilo escultórico y decorativo.

viii
ROCOCÓ EN AMÉRICA
Considerado por algunos un movimiento artístico en sí mismo y por otros, como la
culminación del Barroco, el Rococó fue sin duda la expresión de una inquietud social,
de unos modos y costumbres que se rebelaron contra las tendencias del periodo
anterior. Fue un arte mundano, galante y muy alegre, sensual y de cierta manera
refinada, esta vez ya sin influencias religiosas, muy alejado de la austeridad del
heroísmo y de sentimiento profundamente espiritual de una etapa pasada como lo es
el Barroco

Un arte de colores luminosos, suaves, delicados y de tonalidades claras, que


contrastaban con la oscuridad y de la sombra

El Rococó como estilo, llega a América Latina hacia 1780 de la misma manera que
anteriores tendencias, es decir “exportado” desde la península con el fin de satisfacer
las demandas artísticas tanto de los gobernantes españoles como el clero en las
colonias.

Sin embargo, el rococó no es oriundo arte español, el simple despertar rococó en


España es producto de la influencia francesa; y más allá de ser una influencia, es casi
una imposición cultural por medio de la cual Francia se aseguraba una hegemonía y
acercamiento social en la península en reprimenda de su enemigo natural: Inglaterra.
Esta casi “imposición” obviamente es acogido por la sociedad española que sin
embargo va a transformarla y adaptarle un matiz diferente al resto de Europa, la otrora
dominación árabe aún marca las tendencias artísticas hispanas; y esta mezcla de
influencias (árabe, francesa y española) son llevadas a América Latina por españoles
para españoles.

Sin embargo, el arte rococó pierde su esencia en América; porque si bien es cierto
nace de la necesidad de embellecer y sublimar los procesos vitales, estos degradan
su “sutileza pictórica” a ser una banalidad ostentosa utilizada por nobles y por el clero
en un claro manifiesto de poder, posesión y lujo. Esto desde luego es rechazado por
las sociedades nativas que consumen (producen) en poca medida este estilo; no tanto
así sucede con el barroco aún vigente sobre todo en Perú y México en las que los
artesanos indígenas han logrado rescatar las formas barrocas con un juego pictórico
y geométrico propio de sus ancestros; este estilo mal denominado “Barroco Mestizo”
sería la contraparte popular del ostentoso Rococó Hispano.

ix
La arquitectura religiosa será la “punta de lanza” de toda una galería de artes que
llegarían a América pregonando la ostentosidad de los reyes y demostrando que el
Siglo XVIII es el siglo del absolutismo. Aunque la estructura externa de los edificios
rococó se confunde con los del barroco por sus sutiles diferencias; el trabajo interno y
pictórico denota un radical cambio en la forma de pensar de los religiosos de entonces,
atrás quedaron los postulados de Bartolomé de las Casas (entre otros) pregonando la
humildad de la Iglesia, el siglo XVIII trajo al rococó, y el rococó trajo ostentosidad y
lujo para “El Rey de todos los Reyes” (Según el pensamiento de la época)

Sitien es cierto, lo retablos se utilizaron desde el periodo Barroco, el Rococó en


América hace que estos sean realmente concebidos como Arquitectura Escultórica o
Escultura Arquitectónica, como se prefiera, generando un espacio de dominio entre el
usuario y el principio del “El Creador”; el bombardeo de formas y luces doradas de los
retablos es un espectáculo no visto anteriormente en un espacio que buscaba el
recogimiento y ahora el empequeñecimiento de la condición humana.

En las casas de los nobles, militares o hacendados llegarían como oleadas cantidades
enormes de piezas mobiliarias; famoso es el caso local de la actual “Casa del Mariscal
Orbegoso” donde se exhiben muebles Luis XVI en buen estado de conservación; lo
mismo los espejos, mesas, baños, etc. Por un error de entendimiento popular, las
piezas rococós y la explosión pictórica se habían convertido en sinónimo de lujo.

“El Arte, como arte es una expresión social, entonces no puede ser calificado de bueno
o malo según su belleza o estética, sino por la calidad con la que este puede expresar
el sentir popular”

En este sentido, el rococó era un arte hecho (traído) para una minoría, una minoría
que dominaba el ámbito político y económico, pero que era minoría, al fin y al cabo,
una masa social oriunda que no solo transforma y degrada el espacio natural
americano, sino que impone y restringe los estilos artísticos del momento, socavando
el pensamiento colectivo de las comunidades locales

x
ROCOCÓ EN NUEVA ESPAÑA (MÉXICO)
A mediados del siglo XVII la influencia española, trasmitida en gran medida por las
órdenes religiosas, aparece en las construcciones de la América colonial. Los edificios
religiosos heredan las composiciones espaciales jesuíticas, como la iglesia de la
Compañía de Cuzco (1651-1668), Perú, proyectada por Diego Martínez de Oviedo,
cuyas torres achatadas se imponen para evitar los desastres producidos por los
seísmos. También la tradición ornamental de la península se va a dejar sentir a lo
largo de toda Latinoamérica, especialmente en el virreinato de Nueva España (hoy
México), donde se inicia una tradición propia que supera a la española en complejidad
y dramatismo. Algunos de los ejemplos más admirables de lo que se llamó barroco
exuberante son la capilla del Rosario de la iglesia de Santo Domingo (terminada en
1690) en Puebla, o las iglesias de Santa Prisca de Taxco (1748-1758) y la jesuítica
del convento de Tepotzotlán (1762, Estado de México), que parece tener ciertas
influencias hispano-musulmanas, como la cúpula califal de la capilla de Loreto, o la
decoración de azulejos en el interior.

Capilla del Rosario de la iglesia de Santo Domingo


La capilla de la Virgen del Rosario es la capilla anexa al Templo de Santo Domingo
en la ciudad de Puebla, México. Obra del siglo XVII, cumbre del barroco novohispano
o barroco tardío (rococó en Europa), fue calificada en su época como La Casa de Oro,
así como la octava maravilla del mundo por fray Diego de Gorozpe, en un impreso de
1690. Constituye el más destacado ejemplo del barroco novohispano y una de las
mayores realizaciones artístico-religiosas de México.

1
Vista Exterior

El culto a la Virgen del Rosario fue promovido por la orden de los predicadores
dominicos, quienes dedicaban en cada uno de sus conventos una capilla a su
devoción. En México no fue la excepción cuando los primeros religiosos de la orden
llegaron en 1526, pero no fue hasta el año de 1531 cuando iniciaron la construcción
de su primer templo importante en Puebla, que también está dedicado al arcángel San
Miguel sin embargo la capilla del Rosario fue concebida hasta 1650 y consagrada en
1690.

No obstante, fue la primera en México dedicada a la Virgen del Rosario. Su


construcción cumplía con un doble propósito: rendir culto a la Virgen y enseñar a los
fieles el rezo del Santo Rosario. Fue concebida por el dominico fray Juan de Cuenca,
quien en el año de 1650 inició su construcción, pero dada la magnitud de la obra,
hasta 1690 no fue terminada por otros dos dominicos fray Agustín Hernández y fray
Diego de Gorozpe, quienes la dedicaron al insigne obispo de la Puebla del Consejo
de su Majestad Manuel Fernández de Santa Cruz, y celebrando su consagración el
16 de abril de 1690, para que coincidiera con la fecha en que se fundó la Ciudad de
Puebla de los Ángeles. La celebración duró 8 días (La Octava), pronunciándose en
cada uno de ellos un sermón, procesiones, misas y eventos convirtiéndola en un gran
escenario de júbilo.

2
El decidido impulso a la enseñanza del Santo Rosario y a la predilecta devoción a la
Virgen de Nuestra Señora del Rosario, que se les dio en el siglo XVII, explica la
complejidad de la gran obra, que tan pronto como fue terminada y calificada como la
octava maravilla del mundo.

De mayo de 1967 al mismo mes de 1971, un equipo de restauradores auspiciados por


la fundación Mary Street Jenkins realizó un trabajo de restauración de toda la Capilla.

Este tipo de construcciones es reflejo del alcance económico de la iglesia en aquellos


años y de la ambición y suntuosidad con que sus templos fueron planeados y erguidos.

La planta está dispuesta en forma de cruz latina, con brazos y testero cortos. La nave
está dividida en tres tramos y su bóveda es de cañón con lunetos de la misma forma
que los brazos del crucero, posee una cúpula angosta con tambor y sobre este unas
ventanas y en la media naranja otras, cuyo propósito es dar iluminación al suntuoso
ciprés justo abajo.

El interior de la capilla es majestuoso, en donde las estructuras arquitectónicas han


sido cubiertas en cada rincón que se observe con relieves en estuco dorado, con el
fin de exaltar el sentimiento religioso.

Los muros laterales de la nave están revestidos simétricamente por grandes lienzos
de la mano del pintor José Rodríguez Carnero (1649-1725), con temas alusivos a los
Gozos de la Virgen, las pinturas son de estilo claroscurito que contrastan con las
luminosas y claras que adornan el crucero, del mismo autor.

La parte baja de las pinturas está adornado con un lambrión de azulejos en talavera
poblana.

En el crucero se hallan otras pinturas con temas relacionados también con la vida de
la Virgen, al igual que otra de gran tamaño que corona el ábside de la capilla y que
está dedicada a la Glorificación y Triunfo del Rosario. Los relieves que revisten los
muros, pilastras y bóvedas tienen motivos no solo del orden vegetal, animal o angelical
sino también de orden simbólico-religioso.

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La Capilla está decorada con estuco sobredorado, preparado con una base de harina
con clara de huevo y agua y recubierta con láminas de oro de 24 quilates,2 como
muchas decoraciones barrocas de la capital poblana.

En el altar se erige el trono de la Virgen, con un baldaquino labrado por el maestro


español Lucas Pinto.

Portada
La portada de acceso se halla en el crucero izquierdo del templo, y su austero diseño
barroco contrasta con la riqueza del interior. Presenta un arco de medio punto
almohadillado, así como en la rosca y en las jambas, ligeramente abocinado y
enmarcado por pilastras toscanas y columnas corintias. Remata el arco algo
semejante a un balcón con una ventana entre pilastras.

Interior
La capilla se caracteriza por ser de planta de cruz latina con brazos y testeros cortos.
Es una muestra deslumbrante del estilo barroco del siglo XVII novohispano, y un
escenario para la fe y la fantasía, en donde cada elemento tiene un significado preciso.
En la bóveda se hallan inmersas en el follaje las representaciones de las tres virtudes
teologales: Fe, Esperanza y Caridad. Encontramos sesenta ángeles colocados
alrededor de la circunferencia que forma la cúpula y la bóveda principal, cada uno en
expresión distinta, algunas son sólo cabezas y/u otras son imágenes de cuerpo
completo. Un detalle a resaltar, es que, en el área destinada para el coro y el órgano,
encontramos ángeles que parecen estar tocando instrumentos musicales y entonando
cánticos.

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Planta

Cúpula
Las virtudes teologales en el orden que aparecen en la cúpula.

El orden de aparición de las santas católicas en la cúpula.

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(a) En la cúpula, La Gracia Divina (Gratia Divina) lleva en sus manos la hoja de palma
que simboliza el martirio y la rama del laurel la victoria. La Gracia, sin la cual no hay
virtud valedera, representa el origen de todo lo divino en la tierra; se acompaña con
los dones del Espíritu Santo:

(b) Entendimiento (Spirit Intellect)

(c) Fortaleza (Spirit Fortit)

(d) Piedad (Spirit Pietatis)

(e) Temor de Dios (Spirit Timoris)

(f) Ciencia (Spirit Scient)

(g) Consejo (Spirit Consilii) y

(h) Sabiduría (Spirit Sapientiae), cualidades representadas por mujeres que muestran
una de sus piernas desnuda. A través de esta simbología se aprende que, teniendo
fe, esperanza y caridad, estando en gracia y recibiendo los dones esenciales, se
puede llegar a la suprema sabiduría, representada por la paloma del Espíritu Santo,
que en la cúpula se muestra envuelta entre nubes y rayos.

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En la cúpula se aprecian además 16 santas: Santa Úrsula (i), Águeda de Catania (j),
Santa Inés (k), Anastasia (l), Santa Apolonia (m), Santa Clara de Asís (n), Gertrudis
de Helfta (o), Santa Lugarda (p), Rosalía de Palermo (q), Santa Rosa de Viterbo (r),
Santa Teresa de Jesús (s), Tecla de Iconio (t), Santa Bárbara (u), Cecilia de Roma
(v), Lucía de Siracusa (w) y Catalina de Alejandría (x).

Vista interior

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Detalle de los muros

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Retablo Mayor

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Vista interior

Vista interior de la cúpula

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En los laterales de la nave se exhiben seis grandes lienzos del pintor José Rodríguez
Carnero, que aluden a los "gozos" de la Virgen: la Asunción, la Visitación y el
Nacimiento. Frente a ellos en el lado izquierdo de la nave: la Adoración, la
presentación en el Templo y Jesús entre los doctores, escenas que representan los
momentos claves en la vida humana y terrenal de María. La parte inferior de los muros
está cubierta con un soberbio lambrín de azulejos de talavera poblana, en cuya franja
superior sobresalen cabecitas de querubines alternadas con el escudo dominico.

Crucero
Aunque sus brazos son muy cortos presentan la misma exuberante decoración en la
nave. En el lado izquierdo se aprecia una pintura de la Asunción de María junto a tallas
estofadas de San Juan y san Mateo; más arriba rodeada de flores y follajes, Santa
Isabel y san José. En el brazo derecho se exhibe un cuadro con la Coronación de
María y las figuras de San Marcos y San Lucas; en el remate junto a la ventana, se
puede ver a San Joaquín y Santa Ana. El tributo a los evangelistas se debe a que
fueron ellos los primeros en hablar de la Virgen, cuya familia aparece aquí rodeada de
ángeles (alabanzas), Flores (ofrendas), pájaros (música) y pelicanos (el símbolo de
Cristo).

Ábside
En él se encuentra una enorme pintura dedicada a la Glorificación y Triunfo del
Rosario, en la que se puede ver a la Virgen coronada de rosas. Junto con las pinturas
del crucero constituye un tríptico descriptivo de la vida celestial de María, quien
después de subir a los cielos y ser coronada se presenta en la tierra para distribuir el
Rosario.

Este lugar es evocador de la interrelación entre la arquitectura religiosa y sus


simbolismos: el cuadrado que se forma en el crucero representa la tierra, la base
ochavada de la cúpula recrea el renacer después de la muerte, y su perfecta curvatura
representa la bóveda celeste, símbolo del paraíso.

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Ciprés
El ciprés debajo de la cúpula de tambor que resguarda a la Virgen del Rosario está
conformado por 12 columnas corintias en la base realizadas en mármol de Tecali,
representan a los apóstoles. En el primer cuerpo se aprecian algunos santos
dominicos, y en el segundo doce hermosas columnas salomónicas cubiertas de rosas
y azucenas que enmarcan a Santo Domingo. Los santos empotrados a los nichos del
techo sostienen racimos de flores, cuatro nervaduras decorativas están abrazadas por
plantas y están dispuestas en forma de enredadera. También, hay molduras con
altorrelieve de plantas propias de la región, como si se pretendiese recordarnos de la
fertilidad y las bondades de ésta tierra. Incluso, hay una pequeña que representa de
forma icónica al astro rey. En el remate sobre la linternilla, se encuentra San Gabriel
Arcángel, figura que remata esta grandiosa obra barroca firmada por Lucas Pinto.

Coro
Se aprecia aquí un relieve en el que hay un grupo de niños con instrumentos
musicales, acompañados por ángeles y bajo la dirección de Dios Padre.

Iglesias de Santa Prisca de Taxco


El Templo de Santa Prisca es un monumento colonial que se localiza en la ciudad de
Taxco de Alarcón, en el norte del estado de Guerrero, México. Se trata de un edificio
construido en la década de 1750 (más precisamente, entre los años 1751 y 1758),
dedicado para el culto católico en esa población cuya principal actividad fue —y sigue
siendo— la minería de la Plata.

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Construcción
La construcción templo de Santa Prisca en Taxco duró 7 años y medio y tuvo como
propósito la creación de un espacio desde donde el sacerdote Manuel de la Borda —
hijo de José de la Borda, benefactor y fundador de la parroquia— pudiera oficiar misa.
El diseño arquitectónico estuvo a cargo del arquitecto francés Diego Durán, y del
español Cayetano Sigüenza. Los retablos son obra de los también españoles Isidro
Vicente y Luis de Balbás. En el lugar suele decirse, incluso por los guías turísticos,
que el templo fue construido en siete años. Esto no es más que una pintoresca
leyenda, si bien es cierto que aún está por averiguar el tiempo y técnicas utilizadas en
su construcción.

Descripción
La parroquia se ubica en una pequeña hondonada con respecto al resto de la ciudad
de Taxco. Tiene una planta de cruz latina, con una nave lateral que sirve de capilla
para el altar de las Ánimas. Posee dos torres gemelas de estilo churrigueresco y una
capilla decorada con azulejos de talavera, característicos de la arquitectura
novohispana.

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Santa Prisca cuenta con nueve retablos, trabajados en madera y recubiertos con hoja
de oro. El estilo de los retablos forma una unidad con el conjunto arquitectónico, es
decir, se trata de una muestra del barroco novohispano de mediados del siglo XVIII.
El retablo mayor está dedicado a la Purísima Concepción y a los santos patrones de
la ciudad de Taxco de Alarcón: Santa Prisca y San Sebastián. En las capillas del
transepto del templo se ubican otros dos importantes retablos, uno dedicado a la
Virgen de Guadalupe y el otro a la Virgen del Rosario.

Detalle del Coro

Los temas centrales de la construcción son: la patrona Santa Prisca, San Sebastián,
los evangelistas, las conchas (que simbolizan el bautismo de Jesús), las hojas de
laurel (que simbolizan el triunfo de la fe) y las uvas, que representan la sangre de
Cristo. En el interior se hallan pinturas de Miguel Cabrera, llamado «el divino», pintor

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oaxaqueño nacido en el siglo XVII, al que José de la Borda encargó los cuadros que
decoran el edificio.

Aparición de Santa Prisca en Taxco


La historia sucedió en el año 1751, el mismo año en que fue iniciada la construcción
de la parroquia. Una tarde en que José de la Borda se encontraba ausente de Taxco,
pues se había trasladado por negocios a la ciudad de Guanajuato, se soltó una
tormenta. Entonces, unos rayos cayeron sobre el lugar de la construcción. Los
artesanos y albañiles que trabajaban en el templo se arrodillaron para rezar. De
pronto, Santa Prisca se dejó ver en las alturas, sujetando con sus manos los
relámpagos para impedir que causaran daño a la gente que se encontraba en el lugar.
Luego desapareció poco a poco. Un cuadro en el templo recuerda esta leyenda.

vista interior

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CHURRIGUERESCO EN NUEVA ESPAÑA (MÉXICO)

Templo de San Francisco Javier (Tepotzotlán)


El templo de San Francisco Javier forma parte del actual Museo Nacional del
Virreinato y antiguo Colegio Jesuita de San Francisco Javier, ubicado en Tepotzotlán,
Estado de México.

Este templo es uno de los pocos ejemplos del Barroco Churrigueresco novohispano
que aún se pueden apreciar. La fachada externa consta de dos cuerpos y un remate,
tallados en piedra de chiluca gris. En el cuerpo inferior se observan esculturas que
representan la gloria del matrimonio cristiano y a los cuatro evangelistas. En el
segundo cuerpo se distingue la figura de San Francisco Javier y otros santos de las
otras órdenes religiosas evangelizadoras en Nueva España. Y en el remate a San
Miguel Arcángel y a la Virgen María. Esta belleza arquitectónica se le atribuye a los
arquitectos Diego de la Sierra y José Durán, y su fachada es obra del arquitecto
Ildefonso de Iniesta.

El interior del templo fue revestido con diez retablos dorados diseñados y elaborados
por Higinio de Chávez y Miguel Cabrera a mediados del siglo XVIII, entre los cuales
se encuentra uno dedicado a San Francisco Javier, otro a la Virgen de Guadalupe, a
San Ignacio de Loyola, a la pasión de Jesucristo, San Estanislao de Kostka, San Luis
Gonzaga, San Juan Nepomuceno, entre otros. Esta riqueza en retablos es respaldada
por murales y enormes lienzos firmados también por Miguel Cabrera, que representan
a Dios Padre, el Espíritu Santo, El Purgatorio, y el Patrocinio De la Virgen a los
Jesuitas.

El Antiguo Colegio de San Francisco Javier en Tepotzotlán fue uno de los más de 60
sitios individuales inscritos en 2010 como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la
UNESCO, parte del Camino Real de Tierra Adentro (n.º ref. 1351-038).

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Historia
Su construcción se inició en 1670 gracias a un donativo de la familia Medina Picazo,
ellos fueron los patronos de esta iglesia. Los Medina Picazo fueron cuatro: Francisco
Antonio, un capitán de milicias y Tesorero de la Casa de Moneda. Doña Isabel,
profesora del convento de Regina de Coeli. Pedro León, miembro de la Compañía de
Jesús. Y Buenaventura que fue sacerdote secular. Una opulenta familia de criollos
descendientes del doctor Pedro López, médico de Hernán Cortés en la expedición de
las Hibueras. Y además de este templo, también los Hospitales de San Juan de Dios
y San Lázaro y la antigua Basílica de Guadalupe recibieron el patronazgo de esta
familia.

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fachada

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Después de que en 1767 el rey Carlos III de España expulsara a los jesuitas de todos
sus dominios, el Colegio y el templo quedaron abandonados por algunos años, y hacia
1774 fueron cedidos al clero secular para convertirlos en un colegio de corrección y
retiro voluntario, pero esto solo funcionó por unos años para después ser
abandonados nuevamente. En 1859, con las Leyes de Reforma, fueron declarados
propiedad del estado, así como se hizo con otros conventos y seminarios del país que
se ocuparon como cárcel; pero esto último, la población no lo permitiría. En 1870 la
restituida provincia jesuita solicitó y obtuvo la devolución del colegio y sus anexos,
pero tres años más tarde el noviciado se trasladaría a la hacienda de San Simón en
Michoacán y los jesuitas abandonarían definitivamente el complejo en 1885. Después
en 1933 fueron declarados monumento nacional, en 1964 quedaron a cargo del
Instituto Nacional de Antropología e Historia y en 2010 el templo fue declarado
Patrimonio de la Humanidad.

Detalle coro

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Retablo principal a San Francisco Javier
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ROCOCÓ EN EL VIRREINATO DEL PERÚ

En el siglo XVIII, con la introducción de la dinastía francesa de los Borbones, llegó a


España este estilo que se caracterizó por los balcones que no son redondeados, la
disminución de los adornos en la ornamentación en las columnas (estas son menos
retorcidas), sin dejar las características propias del barroco que son el empleo de las
líneas curvas y ondulantes.

Son características del estilo rococó la Quinta de Presa, la Casa de Larriva (fachada
en estilo rococó pero granadino), la Casa de las Trece Monedas (fachada en estilo
rococó limeño), la Casa de Osambela y el Paseo de Aguas, todas ubicadas en Lima.

Quinta de Presa
La Quinta de Presa, fue una mansión campestre, llamada equivocadamente Palacio
de la Perricholi. Comprende un área construida de 15,159 m².1 Se encuentra ubicada
en el jirón Chira del distrito del Rímac. Esta edificación colonial fue el Cuartel Nacional
del Regimiento de Gendarmes de Infantería "Guardia Republicana" desde 1931. De
estilo rococó diseñado por el Arq. Juan de la Roca

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La Quinta de Presa fue la casa solariega de la aristocrática familia Carrillo de Albornoz
(Condes de Montemar) y Bravo de Lagunas (Condes de Monteblanco), fue construida
en el siglo XVIII, fuera del perímetro de las antiguas murallas de Lima, al otro lado del

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río Rímac. El inmueble es de estilo barroco francés o rococó, adaptado al clima de la
capital y a las condiciones de los materiales de construcción. Fue declarado
monumento histórico nacional en 1972.

Fue afectado en uso al Banco de la Vivienda, el cual mediante convenio con el Instituto
Nacional de Cultura del Perú inició la restauración logrando que pudiera volver a
mostrar el estilo afrancesado -en salones de juego, comedores y capilla- que lo hizo
célebre. Fue el Cuartel Nacional del Regimiento de Gendarmes de Infantería, Guardia
Republicana del Perú y sede del Museo de Arte Virreinal.

Este monumento histórico está bajo la administración del Ministerio de Cultura (Ex
Instituto Nacional de Cultura)

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Vista exterior

CHURRIGUERESCO EN EL VIRREINATO DEL PERÚ


Fue la forma más recargada del barroco y se distinguió por el empleo complicado y
caprichoso de los adornos en forma exagerada, su propugnador fue un arquitecto
español llamado José Benito de Churriguera. Son magníficas muestras de este estilo
en Lima la fachada de las iglesias de Nuestra Señora de la Merced y San Agustín.

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Basílica de Nuestra Señora de la Merced
La Basílica Menor y Convento de Nuestra Señora de la Merced es un edificio religioso
de Perú que fue construido por Fray Miguel de Orenes en 1535, tomando por titular al
Arcángel San Miguel. En la Basílica se venera a la Patrona de las Fuerzas Armadas
del Perú.

Descripción de la fachada y determinación de su estilo


La fachada es una muestra acabada del estilo barroco churrigueresco limeño y en su
parte central la imagen de la Virgen de las Mercedes aparece en una hornacina,
alrededor de la cual se disponen otras.

Después del terremoto de 1746 la iglesia fue parcialmente restaurada; en esa época
también se reconstruyó la notable portada, que adorna el frontis con sus columnas
salomónicas, que es considerada como una reliquia histórica y artística de gran
calidad estética. Fue fabricada en una calidad especial de granito original de Panamá,
que traían como lastre, piedra usada como peso que se colocaba en el fondo del
buque, para favorecer su equilibrio, los galeones que venían a cargar minerales en el
Callao. Esta portada tan fina artísticamente tallada en tres cuerpos, se construyó
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utilizando piedras de color gris y rosadas, formando una combinación que no se
encuentra en otros templos limeños.

Su única torre, iniciada en 1539, debía ser más alta pero fue rebajada a raíz del
terremoto del 20 de octubre de 1687.

Descripción de su interior
En el interior guarda retablos de diversos estilos, esculturas y pinturas consideradas
joyas del arte virreinal. El altar mayor es menos recargado que los otros,
completamente dorado al fuego. En la parte central destaca la efigie de Nuestra
Señora de la Merced imagen que desde 1615 fue invocada como celestial protectora
de la ciudad. En 1730 el Cabildo Civil la nombró Patrona perpetua de los Campos de
Lima, a raíz de su intercesión contra la esterilidad de los campos. En la República fue
nombrada patrona de las Armas del Perú por el Congreso Constituyente en 1823. Con
motivo de las Celebraciones del I Centenario de la Independencia Nacional se solicitó
el privilegio de la Coronación Canónica de tan célebre imagen, realizándose el 24 de
septiembre de 1921, bajo el padrinazgo del Presidente de la República, Augusto
Leguía y de la Duquesa de Goyeneche, ante una multitud de fieles y miembros de las
Fuerzas Armadas que le rindieron tributo a su Patrona, otorgándole la mención
honorífica de Gran Mariscala.

La Virgen porta en sus manos los grilletes y escapulario de su Orden, así como un
rico cetro de oro y las más altas condecoraciones militares, así como otras distinciones
que demuestran la gran devoción hacia María. Esta imagen sale en procesión el día
24 de septiembre, escoltada y llevada en andas de Plata por los cadetes de las
Fuerzas Armadas del Perú y numeroso público.

El altar del Santo Cristo del Auxilio, imagen atribuida a Juan Martínez Montañés y
cuyos relieves se atribuyen a Martín Alonso de Mesa, guarda la leyenda de las
conversaciones de este Cristo con el Padre Urraca. Dicen que en una ocasión su
hermano lego Sebastían de la Cruz y Ayala, que se encargaba de atender su culto,
vio como desclavando su mano, le daba bendición. Al pie del altar de la comunión
están enterrados los restos del Padre Urraca, muerto en olor de Santidad. Ante la Cruz
donde hacia penitencia, ubicada a la entrada del templo, desde hace tres siglos la
gente se arrodilla con fervor religioso a este venerable fraile para suplicarle un milagro.

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Otros recintos

El Convento posee en la actualidad tres claustros:

El claustro principal es amplio, con altares en las esquinas tiene zócalos de azulejos.

El claustro de "Los Doctores", por la serie de sobre relieves en los que se ven a varios
mercedarios que dictaron cátedra en la Universidad de San Marcos. En este claustro
funcionó el Colegio Nuestra Señora de la Merced desde sus inicios, en 1917, hasta
1972.

Un tercer claustro, llamado del Noviciado.

El claustro principal y el de los Doctores están separados por una escalera


monumental que luce a una cúpula de media naranja en la parte superior.

En la biblioteca además de los incunables y libros religiosos muy antiguos; se halla el


sillón donde se sentaba el Padre Urraca, mueble que se ha convertido en una reliquia.
En la sacristía se encuentra la famosa Cruz de la Conquista traída por los mercedarios.

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Puerta lateral de la Iglesia de la Virgen de la Merced, por el Jirón Antonio Miro
Quesada (Calle Jesús Nazareno), en el siglo XIX

Historia
Detalle de la Torre, portada principal y puerta lateral de la Iglesia de la Virgen de la
Merced en el siglo XIX

Tan antiguos como la ciudad de Lima son el Convento y el Templo de La Merced.


Según antiguas crónicas se establecen que los terrenos donde se construyen el
Convento y la Iglesia ya pertenecían a la orden Mercedaria. Sucede que el 13 de abril
de 1534, el capitán Francisco de Becerra hizo donación de éste solar, más seis mil
pesos al Convento de la Natividad de Nuestra Señora, que más tarde recibió el nombre
de Convento de la Madre de Dios de la Merced. En la Cripta del preparatorio, al lado
de la sacristía, están las tumbas del famoso donante junto a su esposa. Los

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Mercedarios es una de las órdenes religiosas que llegaron para catequizar los pueblos
conquistados en el Perú. Un año antes que Francisco Pizarro, se establecen en este
lugar, mientras que el fundador de Lima se encontraba por Cuzco y Jauja. El primer
templo fue de madera; la actual es la segunda, hecha de adobe y ladrillo, Su portada
barroca fue labrada en 1591 por Cristóbal Gómez.

CONCLUCION
La arquitectura de estilo rococó en el Virreinato de Nueva España (México) no se
desarrolló con las características de los lugares en donde se originó este estilo, más
al contrario se vio simplificada y limitada ya sean por los materiales o personal capaz
de ejecutar este estilo arquitectónico, estos hechos impiden el correcto análisis y
clasificación de los estilos arquitectónicos en los siglos XVII y XVIII. Muchos de los
ejemplos citados en este trabajo no tenían muy clara la definición de una “arquitectura
rococó en nueva España”, provocando que se generen términos como “barroco
exuberante”, “barroco Novohispano”, “Barroco Mestizo” y “Barroco Mexicano”
haciendo más difícil la distinción de una arquitectura meramente rococó, de igual
forma para con el estilo churrigueresco, que en su mayoría son reflejados en los
retablos y altares mayores dentro de la arquitectura religiosa

La situación cambia un poco en el caso del virreinato del Perú aunque pocos, hay
ejemplos más claros que demarcan el empleo del estilo arquitectónico Rococó tal
como la Quinta de presa siendo éste un reflejo en su máximo esplendor del estilo ,así
únicamente solo se emplea el término de “barroco limeño” para demarcar algunas
cosas añadidas por los pobladores del lugar(Lima) más que nada en cuanto a
materiales empleados , en cuanto al churrigueresco en el Perú su empleo también se
demarca más a retablos y altares mayores añadiendo también en estructuras como
pórticos y fachadas todos estos en cuanto a la arquitectura religiosa

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BIBLIOGRAFIA

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Tlaxcala, Copladet Primera Edición.
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2002
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Universale dell'Arte, Istituto Geografico De Agostini, Novara 1989
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UNAM, ISBN: 968361602X.
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968-32-0397-3.
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151

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