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Sobre la música y sus debates

Jose Luis Benito Andujar, autodefinido como cantautor pop que durante siete ha años
ha sido la voz, y el compositor de la mitad de los temas de una banda veterana de
Castilla-La Mancha llamada “Satélite Basura”, me envía un correo electrónico en
relación con mi artículo del mes pasado en PCActual sobre la música, titulado
“Cambios en la industria musical“, sobre el que comenté en esta entrada anterior. Tras
pedirle permiso y tras recibir su autorización expresa, he pensado que reproducir su
carta y mis argumentos para rebatirla podría aportar puntos de vista interesantes a ese
debate tan actual. Su carta va en negro, mis contra-argumentos, expuestos con todo el
respeto que me merece una persona que conoce el mundo de la música desde dentro,
van en verde y con letra más pequeña:

“En tu artículo en el PCActual de febrero, que prácticamente viene a defender el


pirateo de música, creo que hablas de un tema del que ignoras muchas cosas, aparte
de que promueve el pirateo y el aprovecharse del trabajo de los demás. Tu no sabes lo
que cuesta producir un disco, las horas de ensayo, el dinero invertido en estudio,
instrumental, gente que participa, profesionales que dedican su vida a ello.”

Jose Luís, no sé porqué asumes que soy una persona desinformada que
escribo sobre un tema “del que ignoro muchas cosas”. Soy profesor de
una escuela de negocios, y llevo un montón de tiempo estudiando la
industria musical. Me conozco las cuentas de resultados y los balances
de las compañías seguramente mucho mejor que tú, y he contrastado la
información a mi alcance con numerosas fuentes dentro y fuera de la
industria. Es perfectamente normal que los estudiosos de esto sepamos
más que los protagonistas, ocurre en muchas industrias. Sé
perfectamente lo que cuesta producir un disco. Y te puedo decir que hay
muchísimas cosas en el mundo que son muy costosas de producir,
algunas de ellas mucho más que la música – el argumento de que un
músico trabaja más para producir una canción que un arquitecto para
crear el plano de una casa, o un profesor la presentación para una clase
es simplista y falaz. No hay demostración posible para algo así.

“Si el que pone el dinero decide editarlo en el soporte que le dé la gana, pongamos por
caso, en discos de pizarra, si a ti no te gusta pues no te lo compres, pero el hecho de
que no sea ( según tu) el mejor soporte, no te dá derecho a copiarlo sin su permiso, o
lo que es lo mismo, disfrutar del trabajo de unos profesionales sin que estos vean un
duro. Tu no estás dispuesto a pagar por un soporte de unas compañias que no te
gusta pero sí a disfrutar del trabajo de estas mismas compañias sin pagarle, que es lo
que ocurre con los programas P2P, eso lo que es, es tener mucha cara.”

El proceso de crear copias no genera valor alguno. Por el hecho de que


yo haga una copia digital de tu música, tú no tienes que trabajar ni un
segundo más, ni te despeinas, ni sudas lo más mínimo. ¿Por qué vas a
cobrar, entonces? Se cobra cuando se trabaja: me parece genial que
cobres cuando cantas, pero no cuando alguien le da a un botón y, sin
que tú te enteres, surge otra copia. Eso, como mucho, será una manera
de promocionarte, parte de tu canal para dar a conocer tu música, nada
más (y nada menos). Si no quieres que tu música se copie, no la
produzcas, o guárdala en una caja fuerte y no se la dejes ver a nadie.
Pero si tu modelo de negocio consiste en impedir el acceso de otros a
unos bits, olvídalo: los bits son libres. Sí, ya sé que ese mundo que la
industria se montó para cobrar por copia estaba francamente bien.
Lamentablemente, una vez que lo desligas del soporte, ya no funciona
así: un arquitecto no cobra cada vez que alguien fotocopia su plano, ni yo
cobro cuando alguien reproduce una grabación de mi clase (que me
puede haber costado más esfuerzo preparar que muchas canciones que
se me vienen a la cabeza). A todos nos gustaría que alguien grabase
nuestro trabajo y cobrar cada vez que alguien le da a un botón, pero
vosotros sois los únicos que pretendéis hacerlo seriamente.

“Tu dices que un disco es un mero medio de reproducción de la obra artística que es la
interpretación en directo, eso es como decir que el cine es mero medio transmisor del
teatro, que es la interpretación en directo. En la creación de un disco interviene un
productor, unos ingenieros de sonido, unos arreglistas que no van a acompañar nunca
al músico en vivo pero su gusto y su arte son los que van a hacer que un disco,
emocione o no, muchas veces creando cosas igualmente artísticas pero que nunca se
van a poder llevar a cabo en directo. El disco es, por tanto, una obra de arte,
independientemente de la ejecución en directo.”

El disco no es una obra de arte. Es sólo un pedazo de plástico. El


contenido puede ser una obra de arte, y yo estaré dispuesto a pagarte
cada vez que te tengas que despeinar para producirla. Pero por
grabarme una copia, lo siento, pero va a ser que no. A no ser que me
convenzas para ello, y en ese caso lo haré porque me caigas bien,
porque quiera contribuir a que crees más obras como esa, o porque me
lo pidas con una propuesta de valor adecuada y mucha educación. La
alternativa de obtener tu música gratis siempre estará ahí: o me cuidas y
me tratas como el cliente que soy, o te va a comprar Rita…

“Otra cosa muy común es que la gente que le gusta aprovecharse del trabajo de los
demás es luego muy celosa de compartir el suyo, ¿o acaso divulgas los apuntes de
clase, o dejarías que fotocopiara un libro tuyo, (es que la fotocopiadora es un soporte
mejor que ir a la librería a comprarlo … )?”

Por supuesto que divulgo mis apuntes de clase, mis conferencias y mis
artículos, con licenciasCreative Commons. Y cuanta más gente los copia,
mejor me va. Y tengo muchísimos ejemplos de este tipo para tí si
quieres, muchos autores que obtienen muchos ingresos vendiendo cosas
que se pueden conseguir gratuitamente en Internet. Será porque en lugar
de perseguir e insultar a sus clientes como hace la industria, los cuidan e
intentan generarles valor. Hace no mucho tiempo, por ejemplo, estuve en
Madrid con Cory Doctorow. Sus libros pueden descargarse gratis de
Internet, pero la conferencia estaba llena de gente son ejemplares del
libro comprados para pedirle que los firmase. Curioso, ¿no? ¿Por qué
será que él no se queja cuando alguien lee sus libros descargándolos de
Internet?

“Acuérdate de este email dentro de unos años, cuando la música y el cine hayan
desaparecido, y tú ni siquiera puedas publicar en revistas como PC-Actual porque
sean tan fáciles de piratear como la música, o no haya editoriales porque los libros son
fotocopiados.”

La música no desaparecerá, no te preocupes. La música estaba en el


mundo mucho antes de que la industria se inventase ese modelo de
negocio que hoy en día está ya muerto, o sobrevive únicamente gracias
a la presión de los lobbies sobre unos políticos ignorantes. Este modelo
del cobro por copia únicamente tuvo sentido mientras fue necesaria una
industria para “meter al genio en la botella”, para ser capaz de crear
copias que se pudiesen reproducir cuando el artista no estaba tocando o
cantando. Superada esa época, es como cuando había aguadores y
éstos se quedaron sin trabajo por culpa del desarrollo de las cañerías, o
cuando los monjes se quedaron sin trabajo como fabricantes de libros
por culpa de ese tal Gutenberg. La vida es dura, los negocios cambian, y
cuando lo hacen hay que saberlo reconocer.

“Perdona si me he encendido un poco, pero piensa cómo reaccionarías tú si se


estuvieran aprovechando de tu trabajo, y tu no cobraras porque el que lo lee no le
gustan los artículos en papel.”

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