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Relación entre deseo y neurosis, el deseo se opone a la satisfacción pulsional,

aquí surge la neurosis.

Deseo --> <-- pulsión. "yo quiero hacer algo, pero opto por lo que va de
acuerdo con los deseos de mis padres".

El deseo tiene que ver con el deseo del OTRO. Lo que existe ahí es un deseo
de reconocimiento, por eso el niño se autocensura con tal de tener a los padres
contentos. ¿Cómo logra esto? El niño construye el deseo de los padres a partir
de trozos de la realidad que va agarrando y armando. Él se guía en su vida por
el deseo de los padres, el problema es que el deseo de los padres no existe, es
una construcción en base a la cual el niño basa su destino con tal de lograr
reconocimiento.

Lo que hacemos en el trabajo clínico de la neurosis es que el sujeto se enfrenta


a su deseo, se da cuenta de lo anterior y se embarca en el proceso de construir
su deseo propio, distanciándose del deseo del otro, donde aparece un campo
más abierto para lo pulsional, por lo tanto, el goce tiende a mejorar. El deseo
del otro se puede combatir, pero no borrar, se muestra presente en lo más
íntimo, "el neurótico está alienado con el deseo del otro". Al construir su
propio deseo en terapia, el sujeto logra una verdadera subjetivación,
escribiendo su propia historia. La idea es subjetivar su propia causa, y eso es
labor del propio sujeto, no del otro. El neurótico busca tapar la falta del otro,
la castración, esperando que el otro también tape su castración, ser el
complemento ideal del otro, transformarse en uno y que no haya falta (fantasía
preedípica del niño c/la madre)

Deseo del otro --> fantasma. ¿Qué espera el otro de mí?

En análisis generalmente son las penas de amor las que mueven a las personas
para que consulten. La persona llega a reflexionar sobre las características de
su objeto.

¿El deseo tiene objeto? NO, lo que despierta el deseo es un rasgo, una
cualidad en ese objeto. Encontrado el deseo con ese rasgo, el deseo
desaparece.

Por el contrario, la pulsión si busca un objeto, el cual le proporcionara la


satisfacción pulsional al sujeto. Cada vez que priorizamos por un deseo,
obstruímos la satisfacción pulsional. La neurosis sería una consecuencia de la
no satisfacción pulsional. "Neurosis como una estrategia para mantener activo
el deseo."

El sujeto neurótico percibe al objeto como la causa de su deseo, luego


descubre que lo que hay al interior del objeto es un rasgo, lo que le da un
brillo especial a este. La satisfacción pulsional se logra en cuanto se encuentra
un objeto.

La pregunta del niño es del tipo ¿qué hago yo acá?. frente a esto, empieza a
responderse él mismo.

Con respecto a la transferencia, hay sentimientos que deberían dirigirse hacia


cierto objeto, pero ahora se recrean y se dirigen hacia otro. (S.F --> Recordar,
repetir y reelaborar- hay una tendencia a insistir desde el icc, y cada vez que
aparezca una figura que se pueda adecuar a cierta serie, se le demandará lo
que se le demandaría a la figura original, hay algo icc. insistiendo, hay una
petición una y otra vez de reconocimiento). En sesión, el neurótico siempre
dirá con respecto a sus padres que falta algo, hay una petición que vuelve a
reaparecer, y tiene que ver con el reconocimiento. Freud dirá que esa
repetición hay que reconocer que no podrá ser cumplida y que hay que
elaborar "lo que yo esperaba ya no llegó, a lo mejor tengo que cargar con eso
y ver cómo vivir" ¿Por qué esa insistencia está presente? porque el sujeto
quiere ser reconocido, y por otro lado el icc. insiste ya que no sabe nada de la
realidad, reelaborando esa insistencia va a disminuir.

Entonces, detrás de la transferencia hay una demanda, pero toda demanda


implica un reconocimiento de una insatisfacción, una carencia de un ser que se
reconoce incompleto. (Lacan "toda demanda es finalmente demanda de amor"
"amor es dar lo que no se tiene a alguien que no se conoce") Por eso en la
trasferencia el amor es lo que aparece más fácilmente. Dar lo que la demanda
solicita, es paradojal, de esta forma solo se sostiene la falta en el ser, la
castración. Lo que se está pidiendo es la excusa, no se espera una respuesta
acorde a la demanda. Talvez la transferencia no es tal como la conocemos
hasta el momento, si no que talvez es demanda, que no fue respondida en el
pasado y que vuelve una y otra vez, esperando la respuesta adecuada. La única
respuesta posible para la demanda en la transferencia es que no hay respuesta
en el otro para la pregunta de ¿quién soy yo? Así como el niño se pregunta
frente a sus padres ¿qué quieren de mí?, el paciente se pregunta frente al
analista ¿qué quiere de mí? En clínica no hay que responder a la demanda.

Seminario 8. Lacan

La transferencia: Lacan estudia El banquete de Platón. De aquí destaca que lo


que encuentra ahí es una definición del amor en nuestra cultura, su función en
la relación entre los sujetos.

Objeto causa del deseo --> objeto a.

Rasgo --> agalma. Es lo que está oculto en el interior del sujeto.

El sujeto está constituido por dos cadenas significantes: una icc. y la otra no.
La icc. deriva de la sola posición de sujeto que está determinado como tal por
el hecho de que es él el que soporta el soporte del significante.

Por la relación a la cadena significante, el sujeto se presente de una manera tal


que no puede concebirse más que por la metonimia. El deseo solo puede
presentarse en forma de metonimia, nunca es transparente. "el niño dice que
quiere papas fritas, pero en el fondo no es eso lo que quiere". Todos los
significantes se encuentran asociados, en la cadena significante cualquier
significante puede estar relacionado con cualquier otro. El deseo se puede
manifestar en el fondo, de cualquier forma. (Jakobson -> fx poética). El deseo
no hay que leerlo tan literalmente.

Metonimia --> desplazamiento, permite el deslizamiento permanente de los


significantes.

Algo va a detener ese deslizamiento, un objeto particular, el objeto a. El sujeto


se va a reconocer fijado a ese objeto a, el sujeto se va a identificar a un
fantasma fundamental, se va a reconocer en base al deseo del otro.

La cuestión que se le plantea al OTRO se relaciona con el amor, pero no es


que el amor sea idéntico a una demanda, el amor se sitúa más allá de esta
demanda, por esto es por lo que el amor es metonímico. El amor es el eterno
tema de la demanda, y lo que hay ahí es el objeto a, el que despierta el deseo
del sujeto.

El sujeto es sujeto porque hay deseo, y si hay deseo hay sujeto. ¿Qué busca el
deseo? una metonimia. "El deseo es un más allá" y busca deseo de
reconocimiento y un reconocimiento del deseo. Hay reconocimiento del deseo
de reconocimiento.

El pensamiento lacaniano sale del esquema filosófico judeo cristiano


occidental causa-efecto. La lógica del icc. es de determinación mutua, el
sujeto es sujeto porque habla, en el habla aparece el sujeto, no hay un habla
sin sujeto y no hay un habla sin sujeto. Son dos cosas que nacen al mismo
tiempo.

Se entiende el concepto "reconocido" como sinónimo de validado, aceptado,


incorporado, "es uno más". Hacerse reconocer por el OTRO, significa que
tiene que atravesar el campo del otro.

Sujeto es que me vean como objeto, y ese es un problema.

Metáfora: apunta a los síntomas. El síntoma está ahí para que el deseo sea
reconocido, es una representación metafórica.

Finalmente, el otro es una figura abstracta.

El otro de ninguna manera ya lo vamos a ver como nuestro igual, el otro del
amor representa algo que es de la naturaleza del objeto. "el sujeto no se
enamora de otro sujeto, si no que siempre de un objeto de amor, que es un
sujeto". El deseo se trata de un objeto, no de un sujeto "el amor nos transforma
el objeto del deseo" por eso el sujeto puede desaparecer como sujeto en el
amor, transformado en objeto del deseo del otro sujeto. Ese objeto, del cual el
sujeto se enamoró, está sobrevalorado, porque ha sido víctima de una serie de
deslizamientos significantes, y por eso pasó de sujeto a objeto. El objeto a es
todo lo que el sujeto siente que ha perdido en su vida, producto de las
castraciones a lo largo de su desarrollo psicosexual. El objeto de su amor
posee todo lo que a él le falta, por lo tanto, es como la fantasía de negar la
castración "nos completamos, formamos una identidad perfecta y nada nos
faltará".

La transferencia según Freud está ligada a la presencia del pasado, pero es


manejable por la interpretación, no es un fenómeno ingobernable y
perturbador del proceso psicoanalítico. La transferencia es lo que sostiene la
fx de la palabra, si se descubre que la palabra tiene efectos, es porque ahí hay
transferencia. La transferencia posibilita que la palabra circule, que haya
metonimia. La presencia del pasado es la realidad de la transferencia, hay algo
que insiste desde el pasado, hay una presencia que es puesta en acto, no en
palabras. La transferencia va por el lado del repetir, no recordar ni elaborar,
pero no es una repetición exacta del pasado, hay algo de una reproducción, de
una recreación. Hay algo creativo en la transferencia, ahí es donde se expresa
lo metonímico.

¿Es necesario que el sujeto repita constantemente? No, lo que hay es una
recreación, una versión actualizada, por lo tanto, se construye algo nuevo,
pero es un fingir. Pero ¿para quién estoy fingiendo? para la persona a quién
uno se dirige, para quién está tras la figura del analista. La transferencia no es
una copia fiel de una petición denegada en el pasado, si no que la recreación
de una solicitud que no tuvo una respuesta adecuada en el pasado. No es para
la persona a quién uno se dirige a donde apunta la transferencia, todo lo que
sabemos del icc. nos indica que hay fenómenos psíquicos que existen para ser
escuchados, es decir, para ese OTRO, a quién se dirige la demanda de la
transferencia. No debemos limitar la idea de una transferencia como una mera
repetición.

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Metáfora --> síntoma

Metonimia --> Deseo

Nos comunicamos de yo a yo, pero lo que importa es la comunicación icc.

La transferencia, lo que el paciente va a escuchar, va a prevenir principalmente


del gran otra, que en el pasado fueron figuras primarias. ¿Qué significa hacer
el papel de muerto? que uno escucha simplemente, no tiene mayor despliegue.
El analista podrá leer lo que hay detrás de las palabras.

Habitualmente se tiende a decir que el analista es un ser superior, pero esto no


pega, las cosas no son así. El analista más que nada está ahí para registrar lo
que sucede.

Lacan empieza aquí un largo análisis, criticando el concepto de


contratransferencia, dice que es un invento de los kleinianos, los que plantean
que el terapeuta debe considerar los sentimientos que él experimenta en el
análisis, existiría una normal y una anormal. Habla del super yo, de la
demanda superyoica, pero Lacan dice que estas están en continuidad con el
otro (una cara abstracta de los padres, al igual que el superyó). El otro que se
construye en el interior de cada uno está en una situación de continuidad con
el super yo. ¿Qué pasa cuando hay un super yo muy severo? La persona es
más rígida (ej. de un obsesivo en análisis con el que no se logra nada con
respecto al descubrimiento de su deseo, el sistema defensivo es más
impenetrable, el obsesivo tiende a refugiarse en lo mental "¿Qué voy a hacer?
lo tengo que pensar" El obsesivo está bien estando solo, hay que histerizarlo,
hacer que piensen menos) La madre demanda amor al niño, el niño también
demanda amor de la madre, la retribución es un gran tema en las relaciones
humanas, lo que plantea es que la demanda siempre la va a recibir el mismo
sujeto en forma de retribución. ¿Qué pasa entre el analista y el paciente? Se
espera una demanda, y la demanda es no responder la demanda del otro. Lo
que Lacan busca en que el sujeto tome cc. de su demanda en el contacto con el
analista. El sujeto cuando habla expresa un deseo, expresa una demanda, la
cual no será respondida por el analista. Si el deseo es deseo del otro, en
análisis se hace que el neurótico se aleje del deseo del otro y descubra su
propio deseo.

Lacan también cuestiona a Ferenczi cuando dice que el analista también debe
transmitir sus problemas al paciente, lo que permitirá que el paciente se abra y
llegue finalmente al understanding. Lacan dice que esto no es más que un
malentendido, ya que no es posible comprender. El deseo del paciente tiene
que ver con el objeto a (agalma), y eso es lo que está determinando la relación
transferencial, una exigencia de amor, incluso, si el sujeto no lo sabe, es que
en el otro el ve la a minúscula, en el otro la agalma funciona. El hecho de que
haya transferencia hace que la posición del analista sea el lugar donde se cree
que se encuentra en agalma, por el hecho de que hay transferencia estamos
implicados en esa posición. Es un efecto de la transferencia. El sujeto nos
percibe como alguien digno de interés, aunque el sujeto no sepa que es lo que
lo atrae de este objeto de deseo, y cumple la fx metafórica del amor, porque el
amor sería una eterna sustitución, una eterna metáfora de un objeto perdido.

No hay lugar para el deseo del analista, y no debemos ser los padres de
paciente.

La dirección de la cura:

¿Quién analiza hoy? Generalmente con el psicoanálisis se termina en una


reeducación emocional del paciente, y lo que hay detrás de eso es una
impotencia de alguien que lo que hace es ejercer un poder. El psicoanalista sin
duda dirige la cura, pero no debe dirigir la vida del paciente. La dirección de
la cura no es otra cosa que en primer lugar hacer aplicar por el sujeto la regla
psicoanalítica: A.L. El paciente no es el único que pone sus dificultades en
esto, el analista también, paga con sus palabras, paga con su persona en cuanto
que diga lo que diga se prestará como soporte. La presencia del analista como
alguien que escucha es con lo que esta paga el análisis y permite que se
despliegue la comunicación. El analista cura menos por lo que dice y hace que
por lo que es.

En la transferencia yo presto mi presencia, mi materialidad, eso es lo que está


ahí en la sesión, no mi personalidad ni mi forma de ser. Todo analista va a
experimentar siempre la T en el asombro del efecto menos esperado en una
relación entre dos, porque el analizado hace soportar de sus fantasías a la
persona del analista, entonces hay que mantener esa posición de estar al
servicio del otro. Según Lacan la posición del analista es más bien pasiva. Que
nadie se engañe con la metáfora del espejo, más bien lo que tenemos que
hacer es adoptar la actitud del muerto, es un vínculo de abnegación que le
impone el analista, los sentimientos del analista solo tienen un posible lugar en
este juego, el del muerto. El analista es menos libre en su estrategia que en su
táctica. El analista es menos libre de lo que pensamos, se ubica ahí más por su
carencia de ser que por su ser "yo me vacío de ser, de todas las características
que me componen", porque lo que hay que presentarle al paciente es una
presencia sin expresión. La acción sobre el paciente es algo que siempre se
nos escapa.

Una interpretación va a ser recibida como proveniente del otro de la


transferencia, así va a ser escuchada la palabra del analista. Es pues gracias a
lo que el sujeto atribuye de ser analista cómo es posible que una interpretación
regrese de donde puede tener un alcance. El paciente, por su transferencia,
llena ese ser. "ud. es igual a mi mamá" La demanda del sujeto hay que
devolvérsela, frente a algo que dice el paciente, en analista puede hacer una
interpretación, pero tiene que ver solo con lo que ese paciente dice, y lo que se
le dice de vuelta es lo mismo que él dijo, pero de forma invertida. "el ECO".

¿Cuál es el lugar de la interpretación? Lo que esta descifra es la fx de el otro


que está oculto en los códigos que desarrolla el sujeto. El icc. tiene la
estructura radical del lenguaje. Fort da, es un primer intento de significación,
de representar algo que está ausente. Lo bien fundado de una interpretación se
reconoce por lo que irá surgiendo en el efecto que produce. Genera un
material nuevo, destapa algo, abre la posibilidad de que el paciente encuentre
nuevos significados.

¿Qué es ser analista? Es actuar con el propio ser. Lo que hay que reconocer es
la carencia del ser del sujeto como el corazón de la experiencia analítica.
Tampoco vamos a decir que el sujeto son sus objetos internos (como dice
Klein). A menudo vale más no comprender. A lo que oigo no tengo nada que
replicar, si comprendo, estoy seguro de que voy a equivocarme, por lo tanto
me callo. Esto frustra al hablante, su demanda es intransitiva, no supone
ningún objeto. Lacan dice "con demanda creo oferta". Hay una demanda
implícita, a la que no hay que responder, pero si quizás a la explícita, ya que
esta supone un alivio sintomático. El alivio está en que la persona encuentra
nuevos significantes, y lo que estaba obstruído o censurado, aflora. El discurso
del paciente es con cierto lenguaje, en este discurso hay ciertas palabras
censuradas, ya que estas lo llevan a núcleos patógenos. Al favorecer la A.L
estas palabras se pueden colar ahí. De esta forma puede llegar a reescribir su
biografía, dándose cuenta de cosas que antes no, con información que
supuestamente no poseía.

El super yo no es la fuente de la realidad.


La identificación es en términos de significantes.

Necesidad: tiene que ver con el cuerpo vivo, la necesidad de vivir.


Demanda: no tiene que ver con la biología. Si el niño pide leche no es porque
tenga hambre, sino porque quiere algo de la mamá. Es un llamado al
reconocimiento. La demanda debe ser satisfecha en cierta forma, a veces, pero
siempre mediado por la palabra.
Deseo: está expresado a través de significantes, pero estos no bastan. El deseo
está expresado más allá de la cadena de significantes. “Quiero algo, pero al
expresarlo me doy cuenta de que… logro simbolizar imperfectamente. Por eso
las personas tienen obsesiones, aficiones, entretenciones, investigan temas… y
sienten que nunca terminan.

(…)
Estamos en el campo de la palabra, del lenguaje, del otro, para comunicarme
utilizo las palabras que me enseñó el gran otro. Si el sujeto busca el
reconocimiento del otro, necesidad de este otro para recibir su reconocimiento,
partiendo desde la base de una relación de dependencia absoluta, el otro
materno también va a desear al niño, lo deseará como objeto de su deseo, y lo
va a reconocer, pero primeramente como objeto, es decir, sometido a su
demanda. La mamá quiere satisfacer sus necesidades de ser buena madre (lo
bañará, vestirá) necesita usar a ese bebé como objeto para sentirse bien ella,
entonces el bebé pasa a ser objeto del deseo de la madre, y el niño quiere
reconocimiento de deseo… ahí hay conflicto. Después hay un segundo tiempo
(donde aparece el padre, aparece la madre expresando deseos, busca a otros),
y el niño se da cuenta de que este gran otro es otro que está en falta, necesita
de un tercero para su vida. Ese tercero, deja al niño excluido.
El otro es el tesoro de los significantes, Lacan dice que las palabras que yo
tengo las obtengo del lenguaje del gran otro, quien en un primer momento es
una persona de carne y hueso, pero que después es algo más abstracto. El
sujeto habla la lengua del otro. “El sujeto recibe su mensaje de forma invertida
desde el otro” El niño es visto como objeto de la demanda, pero de la
demanda de la madre, el niño va a pedirle algo a la mamá y esta se lo dará,
pero meramente porque este es objeto de su deseo.
Grafo del deseo: es un esquema que hace Lacan para tratar de mostrar la
emergencia del deseo icc. En la subjetividad humana. Lo que hace humanas a
las personas es el deseo, y hay que ver cómo aparece este en c/u.
La dirección de la cura, continuación.
Lo que cura no es la resolución sistemática de la trasferencia, si no que la
posibilidad de que el sujeto elabore un deseo propio, ya que llega alienado a la
consulta con el deseo del otro.
Lo que ofrece el analista es, simplemente su presencia, para escuchar, esto de
trata de que el sujeto hable, más que saber qué es lo que pasa con la figura del
terapeuta. Lo importante es que el sujeto no pueda callarse, si se calla es
porque está retrocediendo frente a sus demandas, hay algo que quiere decir y
se está arrepintiendo. Como analista, lo que yo (Lacan) hago es apoyar esa
demanda, y no, como suele decirse, frustrar a los pacientes. Lo que se busca es
que exprese lo que desee, para que reaparezcan los significantes que en su
frustración están retenidos, estos significantes se pueden conectar con lo que
el sujeto quiere.
Conviene recordar que es en la más antigua demanda donde se reproduce la
identificación primaria, la que se opera por el poder absoluto materno. La
madre es la que le ayuda al niño a expresar las necesidades a través de la
palabra, y en esa identificación primaria, se estructura todo lo que tiene
relación con lo interhumano.
Aquí se pasa a otro gran tema, el de la identificación. El sujeto se identifica a
través de un rasgo. Siempre es una identificación, pero con significantes. El
superyó es una identificación con el ideal del yo del otro materno.
A medida que se desarrolla un análisis, la transferencia sirve para apoyar la
demanda, no satisfacerla.
El sentido del sueño es expresar un deseo insatisfecho. Los síntomas siempre
brotan como la mala yerba… la compulsión a la repetición.
Frase para el bronce “Uno no se cura porque rememora, uno rememora
porque se cura”. Uno en la medida que se cura puede recordar, la represión va
disminuyendo, entonces es más fácil recordar.
El deseo lo que muestra es la carencia de ser, así como también la esperanza
de recibir el complemento del otro, pero no (…). Lacan dice que lo que el
deseo busca es que el deseo sea reconocido, Freud dice que busca ser
satisfecho.
Al pensar en la transferencia hay que tener en cuenta la figura del otro, y al
acercarnos al deseo, (…)
Significante falo: representa el deseo, todo lo que me falta. El niño para la
madre es visto como un falo, todo lo que ella carece y que la presencia de su
bebé le aporta. Falo falta. La función de este significante como tal en la
búsqueda del deseo es la clave que hay que saber para terminar el deseo. El
deseo es algo, y la forma en que se plasma en algo, es otra cosa.
Freud: Cuando la necesidad no se satisface, el niño alucina. La realidad no le
dio lo que él desea, por lo que alucina como una forma de reparar esto.
(oníricamente)
¿A dónde va la dirección de la cura?
- Que la palabra tiene en ella todos los poderes. Lo más importante
es la palabra, no es el significado lo que andamos buscando, si no los
significantes. No es que andemos buscando el sentido de la vida, si no
que significantes que van a permitir volver a circulación tal vez
episodios que han sido reprimidos.
- Nosotros estamos lejos de dirigir al sujeto hacia la palabra plena,
ni hacia un discurso coherente, pero lo dejamos a él en libertad de
intentarlo.
- Esa libertad es lo que más le cuesta tolerar al paciente.
- La demanda es lo que está afuera del análisis.
- (…)
- La resistencia a esta confesión no puede consistir en nada si no
que en la incompatibilidad del deseo con la palabra.
Lacan cuestiona que la comprensión de algo la tengamos que hacer de un
modo determinista y causal (p q), como lo hace Darwin, Marx. Lacan dice
que lo que está expresándose es una estructura. Venimos del ayer, pero eso no
lo hace más importante, sin hace que sea la única explicación. El sujeto
reconoce una historia en la que está inmerso y las marcas que esta historia ha
dejado en él y que de cierta forma ve como determinantes, pero el gran
descubrimiento del sujeto en sesión es que era él quien se amarraba a los
deseos del otro, lo que abre el paso a la posibilidad de que escriba su propia
historia “Ser sujeto de su propio destino”.
Textos para la prueba:
La dirección de la cura, seminario 8 (clase del 8 de marzo), más el texto de
intranet.

Clase Myriam:

Posición del analista muerto, posi ción de semblante para encarnar cuantos
lugares coloca el paciente. Uno encarna lugares. Entre el otro (minúscula) y el
yo, o sea de yo a yo, hay una relación imaginaria en el campo del sentido.
Entre el icc. y el Otro (significante) hay una relación en el campo de lo
simbólico. Se entiende en relación a otro significante que representa al sujeto.
Algo que para el paciente no tenga sentido, ni para él ni para el analista.

Los mejores análisis son cuando la interpretación toma la ruta de lo simbólico,


del icc., del sinsentido.

El sujeto queda alienado en el yo, por eso no hay acceso directo al

El deseo es lo que mueve al sujeto (del icc.), pero no se puede saber cuál es el
deseo, si no qué es lo que se repite.

Trabajar en el territorio del yo constituirá una objetivación imaginaria del


sujeto, quien no tiene más salida que identificarse cada vez más con los
diferentes “representantes” que lo actualizan en su discurso. Allí comienza un
desconocimiento total de lo que él es (icc.) desde el punto de vista de su
deseo.

El yo, como es especular, se cree que es el sujeto. Entonces es una


construcción imaginaria a través de la cual el sujeto se objetiva a sí mismo,
por medio de sus propios representantes, toda la subjetividad está invadida por
una paradoja.

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