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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ


FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS

TRABAJO INDIVIDUAL

Título: La figura femenina en las películas de terror. Un acercamiento a


“Shutter”

Nombre: Natalie Carolina Tigre Cardozo

Tipo de evaluación: Trabajo final


Curso: Literatura contemporánea 2

2016-2
La figura femenina en las películas de terror. Un acercamiento a “Shutter”

Tanto en las novelas, la lírica, el teatro y hasta actualmente en el cine, puede ser notado el

estereotipo que se ha ido construyendo en torno a la figura femenina: pasando por Medusa

en la Edad Clásica, las brujas frente al ideal marianista perpetuado por la Iglesia en el

medioevo, hasta la femme fatale o las histéricas de Freud un tanto más contemporáneas.

Asimismo, la construcción de dichas figuras deja entrever el contexto social de la época y

el papel que la mujer fungía en el mismo. Es curioso notar que casi la totalidad de dichos

estereotipos han sido construidos y presentados por una hegemonía masculina y no por el

sujeto femenino mismo, constituyéndose aquél como el otro penetrador pero nunca

impenetrable, tal como desarrolla Butler en el primer capítulo de su texto “Los cuerpos que

importan”.

Mi interés analizar la construcción de la figura femenina basándome en un objeto

cinematográfico deriva de la notable intensidad y facilidad que poseen las películas a la

hora de establecer estereotipos de toda naturaleza, y es que, pareciera que el cine está

tomando cada vez más espacios de la producción y consumo culturales, originado quizá en

la eficacia que tienen para llegar a una público mucho más extenso.

El propósito de este ensayo es, como se mencionó, analizar la figura femenina en el film de

terror “Shutter”, debido a la notoria reincidencia que este tipo de filmes presenta a la hora

de construir el objeto terrorífico, ligándolo o representándolo como una mujer. Esto se

realizará intentando establecer una conexión entre la reiterada aparición de éste estereotipo

en los filmes de terror, con el miedo a lo femenino estipulado en teorías freudianas; y la

teoría de lo abyecto postulado por Kristeva.


CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD MASCULINA MEDIANTE LA NEGACIÓN

DE LO FEMENINO

-Complejo de Edipo: miedo a la castración

La teoría que Freud postuló respecto la sexualidad ha traspasado ya la frontera de la

psicología extendiendo su alcance otras áreas como la sociología o, en nuestro caso, la

literatura. El muy conocido “Complejo de Edipo” presentado en “Tres Ensayos de Teoría

Sexual”, pilar de gran parte de la teoría freudiana, ha sido muchas veces criticado por no

presentar en su primera fase cabida a otras maneras de expresar la sexualidad que no sea la

dicotomía hombre/mujer. Sin embargo, cobra importancia a la hora de analizar cuestiones

como en las que voy a avocar este ensayo.

La postulación de dicho complejo surge del análisis de la tragedia griega “Edipo Rey”, el

cual narra cómo, sin poder escapar de su destino, el personaje principal se enamora, sin

saberlo, de su madre y mantiene relaciones sexuales con ella, para lo cual previamente

había ya asesinado al padre. Freud propone tres etapas iniciales en el desarrollo psicosexual

de un niño: oral, anal y genital; es en esta última etapa en la cual aparecería el complejo de

Edipo: el niño presenta de manera inconsciente el deseo de mantener relaciones con uno de

los progenitores, rivalizando con el otro; sin embargo, llegado a cierta etapa el niño varón

empieza a notar una “carencia” en la madre y en la hermana (en caso de tenerla): la

ausencia de un pene, ante lo cual surge el llamado “miedo a la castración”. El niño

relaciona el “poder” del padre con la posesión de un falo, por lo cual, cual el niño,

intimidado por el miedo a la pérdida y al saberse derrotado por el padre, se subsumirá a él.
Lo que me interesa rescatar de ésta parte de la teoría es el temor e importancia que se le

concede a la pérdida del falo, lo cual deriva, según esta teoría, en un rechazo de niño hacia

la madre al saberla carente de poder, lo cual generaría una fuerte conciencia de

diferenciación en ambo sexos. Por supuesto, si trasladamos esto a nivel de sociedad, podría

explicar la primacía de la figura masculina sobre todo aquello que no lo sea o que parezca

sospechoso de no ser, intentando controlarla.

-Fragilidad de la identidad masculina

La propuesta de Callirgos en su estudio “Sobre héroes y batallas. Los caminos de la

identidad masculina”, intenta denotar que, casi al igual que Freud, la necesidad masculina

de mostrarse reiterativamente como tal deviene en la fragilidad de su origen:

Si los hombres, tan universalmente, deben pasar por pruebas para probar su masculinidad, es

precisamente porque ésta no ésta determinada por la naturaleza: no se nace hombre, las

sociedades cuentan con sistemas más o menos rígidamente establecidos para hacer hombres a

la fuerza. (35)

Tanto el niño como la niña han crecido bajo el brazo protector de a madre, teniéndola como lo que

él llama “primera fuente de identidad”, pasada esta etapa surge el proceso de construcción de la

identidad sexual en los niños: las niñas pueden construirse en base a lo que observan en la madre

con la evidente facilidad de que pasan mucho más tiempo con ellas que con el padre, sin embargo,

el niño no cuenta con una figura masculina que esté constantemente en su espacio, por lo cual él

“debe rechazar la identificación con su madre, como condición indispensable para adquirir su

propia identidad masculina” (Callirgos 37), es decir, construye su identidad en base a lo que la

madre no es, siendo ella “x” y él “no x”. Callirgos observa que dicha negación se prolonga en toda

la vida del individuo haciendo necesarias muestras de masculinidad para reafirmarla. Un ejemplo
claro de legitimación es el acoso callejero, el varón necesita probar su hombría mediante la

reducción de la mujer, objetivándola. Siendo justamente lo abyecto, aquello que también

desea diferenciarse de la madre. Resulta curioso, sin embargo, que dicha presión a rechazar

la identificación con lo femenino y de legitimarse como masculino reiteradamente,

provengan muchas veces de las mismas mujeres.

Es bastante notorio los puntos en común que poseen ambas teorías, lo femenino llega a

construirse como ese otro que genera miedo e inseguridad pero sin el cual lo masculino,

nacido en contraposición, tampoco podría existir, como afirma Figari “Lo otro subalterno

no solo se formula en términos represivos/prohibitivos, es decir, aquello que no se debe o

no se puede, sino y básicamente como generación de la otredad sobre la que reposa mi

propia generación. Necesito de un otro que afirme mi existencia, en la negación de la suya

propia” (132).

-Teoría de “lo abyecto”

En su libro “Powers of horror. An essay on abjetion”, Kristeva desarrolla el concepto de

“lo abyecto”, el cual sería, en palabras simples, aquello que pertenece al cuerpo pero que

por factores socioculturales se carga de connotaciones peyorativas. Cabe resaltar que no

debe confundirse el concepto freudiano de “lo ominoso” dado que “, la abyección se

construye sobre el no reconocimiento de sus próximos: nada le es familiar, ni siquiera una

sombra de recuerdos” (Kristeva 13), mientras que lo ominoso es aquello que es familiar y

extraño a la vez. Lo abyecto genera incomodidad en tanto que no es solo la ausencia de

pulcritud sino “aquello que perturba una identidad, un sistema, un orden” (Kristeva 11), de

ésta manera, revela lo inestable y débil del sistema en el cual nos manejamos en tanto que

tiene la posibilidad de transgredirlo. Si el sistema en el cual se maneja el sujeto se


encuentra dentro del orden simbólico, entonces, lo abyecto al ser excluído formaría parte de

aquello que carece de sentido, por lo cual se puede llegar a la comprensión de la necesaria

exclusión de lo abyecto en tanto que posiciona al sujeto.

En su explicación, la autora presenta tres categorías de lo que podría ser considerado

“abyecto”: la comida, los desechos corporales y la diferencia sexual, ligadas a las fases del

desarrollo psicosexual de los niños: oral, anal y genital respectivamente. De éstas tres, me

centraré en la tercera para el análisis de la película presentada, pues no solo equivale al

sentimiento ambiguo respecto a la figura materna sino también miedo a todo aquello que

nos diferencia del sexo masculino: genitales, actitudes “femeninas”, sino también a la

sangre que corre debido al proceso de menstruación femenina, lo cual resulta de interés si

tomamos en cuenta la cantidad de sangre que se emplea en este tipo de películas gore para

lograr no solo temor en el espectador a la posibilidad de desangrarse sino también repudio y

asco, al provenir del cuerpo mismo.

APLICACIÓN A LA TRAMA

-Breve exposición de la trama

Como es sabido, el cine asiático goza de buena fama en lo que a películas de terror se

refiere, es así que pasamos de las bizarras del autor Park Chang Wook, como “Thirst hasta

las más convencionales como “El aro” o “Noroi, the curse”. El título de la película a tratar

es “Shutter” o su versión en español “Están entre nosotros”, fue rodada y escrita en el 2004

por los directores Banjong Pisanthanakun y Parkpoom Wongpoom. La trama inicia con un

accidente de coche en el cual, una pareja atropella a una joven que se encontraba en la vía

esa noche. Durante los siguientes fotogramas, el alma de la muchacha empieza a aparecer
buscando, al parecer a su asesino, que es la mujer que iba manejando el coche esa noche:

Jane. Sin embargo, poco a poco va revelándose que a quien busca en realidad es al

muchacho: Tun, puesto que lo que habían atropellado al inicio de la película no era sino el

fantasma de la exnovia del muchacho en sus años de estudiante, llamada Natre. Poco a

poco va revelándose más detalles, el primero de ellos es referente al inicio de la relación

pasada, resaltando el carácter extraño y tímido de Natre, quien al no querer aceptar su

ruptura con Tun, empieza a presentar actitudes obsesivas y suicidas. Tun, al no saber qué

hacer acude a su grupo de amigos quienes acuerdan en solucionar ellos el asunto. Mientras

se explica todo este background, en el presente de la historia los amigos de Tun van

suicidándose de manera sospechosa, siendo él el último en quedar vivo. Casi al final de la

historia, cuando creemos a salvo tanto a Tun como a su actual novia Jane, se nos revela un

detalle final, el porqué de las recientes apariciones del fantasma: Natre desea vengarse. Al

parecer, los amigos en un intento por asustarla y disuadirla de dejar la relación con Tun, es

violentada sexualmente por el grupo de amigos del muchacho, tomando él mismo fotos

para dejar constancia del hecho, por lo cual Natre termina suicidándose. La película termina

con la venganza final del fantasma puesto que Tun es recluído en un centro psiquiátrico y

abandonado por todos.

- Miedo a Naitre/fantasma/mujer

En las primeras líneas de este ensayo, se expuso que existe toda una tradición respecto al

miedo y asco hacia la figura femenina amenazante y hacia aquello que no encaje con los

estándares. Esto se deja ver de múltiples maneras en el filme, puesto que el miedo a lo

femenino no da cuenta solo por la relación que se establece entre una mujer y el ente

terrorífico, sino también en el miedo a la mujer que deja constancia en la violación sexual
de Naitre. Asimismo por la presencia de muchos micro machismos a lo largo de la trama,

propios de la sociedad tailandesa de la época y es que cabe recordar que, Tailandia, es uno

de los países con mayor número de prostitución y trata de personas. Me parece necesario

tener en cuenta ésta aclaración a la hora de analizar el filme dado que de ésta manera podría

ser más fácil notar los estereotipos mencionados. Si bien es cierto, las películas de terror

presentan no solo un estereotipo de figura femenina sino todo un repertorio de la misma: el

espíritu o apariciones, la heroína, la mujer en prendas menores cuya función es captar al

público masculino, entre otras; se analizará en esta ocasión el primero.

Resulta curioso que en la mayoría de películas de terror aquél ente que ocasiona terror

provenga de una mujer, esto puede ser fácilmente explicado mediante las teorías

presentadas en el marco teórico del ensayo: simplemente se está plasmando en el cine

aquello que ha venido mostrándose tanto en literatura como mitología, pocas veces son las

ocasiones en las cuales la mujer adopta el papel de heroína. Por lo cual, adopta este papel

malévolo que en la mayoría de las variantes hace el mal por puro placer.

La otra manera en que se presenta el miedo hacia el ente femenino es referente a la

violación, que es como ya se sabe, un ejercicio de poder. La manera en la cual se va

desarrollando la película hace nacer en nosotros cierta aversión hacia Natre, haciendo que

simpaticemos con el personaje principal y sus deseos de salvarse de la muerte. Sin

embargo, al revelar la cuestión de la violación los papeles cambian, pero lo hacen en el

sentido de que ahora ella nos genera lástima, más no simpatía. Si bien es cierto, el filme es

un thriller muy común, juega con este tipo de sentimientos mediante el llamado “efecto de

espejo”.
En realidad, al igual que como se expone en el texto de Butler, todo aquello que no puede

ser dicho debido a que no puede significarse, lo cual abarca no solo el cuerpo femenino,

genera terror en tanto es algo no conocido, esto cobra importancia si tenemos en cuenta que

no se sabía la causa de los suicidios del grupo de amigos de Tun ni el nombre de Natre

hasta casi el final de la película, mucho menos de las esposas de los amigos de Tun.

En el segundo capítulo de “Filosofías del terror o paradojas del corazón” podemos darnos

una idea de cómo los medios audiovisuales en general han colaborado a la objetivación de

la mujer, asimismo cómo mediante la exposición de una realidad paralela es más fácil fijar

este tipo de estereotipos y miedos referente al cuerpo de la mujer. Por otro lado, el mismo

texto sugiere un posible “identificación” con el personaje principal, lo cual parece

sumamente aversivo si tenemos en cuenta de las acciones pasadas del mismo. Sin embargo,

si nos ponemos a pensar en el asunto, aun sin la necesidad de una pantalla este tipo de

estereotipos viven en nosotros y han fijado en nuestro inconsciente.

Bibliografía
Butler, J. (2002). Cuerpos que importan. Barcelona: Paidós.

Callirgos, J. C. (1998). Sobre héroes y batallas. Los caminos de la identidad masculina. Lima: Escuela
para el desarrollo.

Carroll, N. (1990). Filosofías del terror o paradojas del corazón. España: Machado Libros.

Figari, C. E. (s.f.). Recuperado el 07 de diciembre de 2016, de


http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/coedicion/scribano/09emociones.pdf

Freud, S. (1905). Obras Completas de Freud.

Kristeva, J. (2004). Poderes de la perversión. España: Siglo XXI.

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