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Por «fractura mandibular» se entiende a menudo la fractura del maxilar inferior. Las fracturas
del maxilar superior se denominan también a veces fracturas mandibulares, pero por lo general
se consideran fracturas faciales.
Las fracturas del maxilar superior pueden ocurrir cuando la cara se estrella frontalmente contra
un objeto fijo, como ocurre en una caída desde una altura o un accidente con un vehículo a motor.
Algunas fracturas son consecuencia de recibir un golpe con objeto contundente, como un puño
o un arma. En algunas fracturas mandibulares se rompe solo un alvéolo dental.
Fracturas del tercio medio de la cara
Síntomas
Muchas fracturas faciales, por lo general las que son consecuencia de una cantidad sustancial de fuerza (como
un impacto debido a un accidente con un vehículo a motor), pueden clasificarse en una de las categorías
siguientes (clasificación de LeFort):
Una mandíbula (maxilar inferior) fracturada por lo general causa dolor e hinchazón, y la persona
a menudo nota que sus dientes no encajan como deberían. A menudo, no se puede abrir mucho
la boca o esta se desplaza hacia un lado al abrirla o cerrarla.
Las fracturas del maxilar superior a menudo causan hinchazón y deformidad facial.
Aparecen otros síntomas dependiendo de la localización de la fractura.
Las fracturas de los huesos de la órbita ocular causan visión doble (porque los músculos
del ojo se adhieren), entumecimiento en la piel por debajo del ojo (a causa de lesiones en los
nervios) o un globo ocular hundido.
Las fracturas del pómulo (arco cigomático) pueden causar incapacidad para abrir
completamente la mandíbula, un cambio en el encaje de los dientes y una irregularidad en el
pómulo que puede notarse cuando se pasa un dedo por este.
Otras fracturas del maxilar superior que se extienden hasta la mandíbula pueden
causar incapacidad para abrir completamente la boca y un cambio en el encaje de los dientes.
Cualquier golpe lo suficientemente contundente para producir una fractura del maxilar superior
puede también lesionar las vértebras cervicales (ver Lesiones de la médula espinal y de las
vértebras) o causar una lesión cerebral, con los síntomas consiguientes. En las fracturas del
maxilar superior, la hinchazón rara vez llega a ser lo suficientemente grave como para obstruir
las vías respiratorias, lo que afectaría la respiración. Las fracturas que se extienden a través de
un diente o de su alvéolo crean una abertura que puede permitir que las bacterias de la boca
infecten el maxilar inferior (mandíbula) o el superior.
Diagnóstico
Radiografías y/o tomografía computarizada
Exploración ocular
Por lo general, la exploración médica permite determinar si la mandíbula está rota. Las
radiografías permiten diagnosticar una fractura del maxilar inferior (mandíbula) o de solo un
alvéolo dental. La tomografía computarizada (TC) se realiza para diagnosticar fracturas del
maxilar superior. A menudo se hacen radiografías cervicales para descartar una lesión vertebral.
Si existen síntomas de lesión cerebral, se realiza una tomografía computarizada del cerebro. Si
aparecen problemas de visión o una lesión cerca del ojo, se realiza un examen ocular.
Tratamiento
Si una persona tiene sospecha de una fractura de mandíbula, debe acudir de inmediato a un
servicio de urgencias.
Los médicos pueden atornillar placas de metal en el hueso a cada lado de la fractura o pueden
suturar con alambre el maxilar superior e inferior durante varias semanas. Si los maxilares
superior e inferior se mantienen suturados, la persona solo puede alimentarse de líquidos, que
deberá ingerir con ayuda de una pajita. Como en este caso solo puede cepillarse una parte de la
superficie de los dientes, los médicos prescriben un enjuague bucal para ser usado dos veces al
día. Después de varias semanas de sutura con alambre, por lo general es necesario fortalecer los
maxilares con ejercicios.
16 horas después de haber empezado la operación de trasplante en el Cleveland Clinic de Ohio, los
cirujanos finalizan la delicada tarea de extirpar la cara de una donante de órganos. Impactado por
la imagen y por el alcance de su labor, el equipo enmudece de pronto mientras otros profesionales
registran el estado del rostro en transición entre dos vidas. Los cirujanos invertirían otras 15 horas
en implantar la cara a Katie Stubblefield.
Con la cara de la donante casi totalmente implantada, los cirujanos se disponen a separar la frente
original de Katie, siguiendo la línea trazada sobre su piel. Habían comenzado desde el cuello y
trabajado hacia arriba, conectando vasos sanguíneos, huesos y nervios. Para unir los vasos y nervios,
los microcirujanos usaron suturas del diámetro de un cabello humano
Un trasplante histórico
31 horas de intervención
Un residente de cirugía sostiene con todo el cuidado la
cabeza de Katie para que no se le mueva mientras la instalan
en la unidad de cuidados intensivos tras 31 horas de
intervención. Para protegerle los ojos le han suturado los
párpados. Completado el trasplante, Katie todavía
necesitaría operaciones adicionales y muchos meses de
rehabilitación.
Aun así, resulta importante informarse sobre los factores de riesgo para el cáncer de piel, ya que
podrían haber medidas que usted puede tomar para reducir el riesgo de padecerlo. Si usted
presenta un mayor riesgo debido a ciertos factores, también hay medidas que puede tomar para
ayudar a descubrir el cáncer temprano, cuando es probable que sea más fácil de tratar.
Varios factores de riesgo ocasionan que una persona sea más propensa a padecer cáncer de piel de
células escamosas o de células basales. (Estos factores no aplican necesariamente a algunas otras
formas de cáncer de piel, como el sarcoma Kaposi y el linfoma de piel).
Se cree que la exposición a los rayos ultravioleta (UV) es el principal factor de riesgo de la mayoría
de los cánceres de piel. La luz solar es la fuente principal de la radiación ultravioleta. Las camas
bronceadoras son otra fuente de rayos UV.
Aunque los rayos UV representan sólo una pequeña porción de los rayos del sol, son los principales
causantes de daño solar en la piel. Los rayos UV dañan el ADN de las células de la piel. Los cánceres
de piel comienzan cuando este daño afecta el ADN de los genes que controlan el crecimiento de las
células de la piel.
Para conocer más sobre los efectos de los rayos UV en la piel y lo que puede hacer para protegerse
y proteger a sus seres queridos, lea nuestro documento Prevención y detección temprana del cáncer
de piel.
Las personas de raza blanca tienen un riesgo mucho mayor de cáncer de piel que las personas de
raza negra o los hispanos. Esto se debe a que la melanina (el pigmento de la piel) tiene un efecto
protector en las personas con piel más oscura. Las personas blancas de piel (tez clara) que se
queman o se llenan de pecas con facilidad tienen un riesgo especialmente alto.
El albinismo es una ausencia hereditaria del pigmento protector de la piel. Las personas con esta
afección pueden tener cabellos blancos y piel de color blanco-rosado, y tienen un alto riesgo de
quemaduras de sol y de padecer cáncer de piel. Por lo tanto, necesitan proteger la piel con gran
cuidado
Envejecimiento
El riesgo de padecer cánceres de piel de células basales y cánceres de piel de células escamosas
aumenta a medida que las personas envejecen. Probablemente esto se debe a la acumulación de la
exposición solar con el transcurso del tiempo. Estos cánceres cada vez son más comunes en
personas más jóvenes, probablemente porque éstas pasan más tiempo expuestas al sol.
Los hombres son más propensos que las mujeres a padecer cánceres de piel de células basales y de
células escamosas. Se cree que esto se debe principalmente a que se recibe más exposición a la luz
solar.
Los trabajadores expuestos a la brea de carbón, la parafina y a ciertos tipos de aceite también
pueden tener mayor riesgo de padecer cáncer de piel.
Exposición a la radiación
Las personas que se han sometido a la radioterapia tienen mayor riesgo de padecer cáncer de piel
en el área en la que recibieron el tratamiento. Ésta es una inquietud particularmente en los niños
que han recibido radiación como tratamiento contra el cáncer.
Las personas que haya tenido cáncer de células escamosas tienen una probabilidad mucho mayor
de padecer otro de estos cánceres.
Fiebre reumática
Antes de que se comenzaran a usar ampliamente los antibióticos, la fiebre reumática era la principal
causa de enfermedad valvular
Fiebre.
Dolor en las articulaciones o hinchazón en las muñecas, los codos, las rodillas o los tobillos.
Pequeñas protuberancias debajo de la piel de los codos o las rodillas (denominadas «nódulos»).
Medicamentos
Procedimientos quirúrgicos
En algunos pacientes, la fiebre reumática daña una válvula cardíaca. En esos casos, el médico puede
recomendar una intervención quirúrgica para reparar o sustituir la válvula dañada.