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e- ecto
ibris
Bernardo Cascales, José Manuel Mira,
José Orihuela y Matías Raja

Análisis
textos universitarios

Funcional
Bernardo Cascales José Orihuela es
es Catedrático de Catedrático de Análisis
Análisis Matemático Matemático de la
en la Universidad de Universidad de Murcia
Murcia. Se doctoró en desde 1991 donde se
Matemáticas por doctoró en 1984. Ha sido Profesor Visitante
la Universidad de Murcia en el University College London (1995) (UCL)
en 1985 y ha sido Profesor Visitante en la y en el Mathematical Institute of the
University of Missouri at Columbia (Mizzou) University of Oxford donde fue Fellow del
(1998-99) y en la Kent State University Brasenose College (2001-02). Tiene amplia
(KSU), Ohio (2009-10). Con amplia experiencia docente y de gestión, habiendo
experiencia docente, ha dirigido varios sido Vicerrector de Planificación de
proyectos competitivos de investigación Enseñanzas y de Profesorado en su
financiados por el Estado Español y por la Universidad (1991-1994). Ha dirigido distintos
UE. Investiga en el desarrollo de técnicas de proyectos de investigación financiados por el
topología y teoría de la medida con Gobierno Español, así como por la Agencia de
aplicaciones al análisis funcional y es autor de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia.
un buen número de trabajos originales y En su investigación desarrolla técnicas de la
director de varias tesis doctorales. Editor topología, geometría y optimización en
asociado del Journal of Mathematical análisis funcional y estudia aplicaciones de
Analysis and Applications (JMAA) y éstas a las matemáticas de los mercados
miembro del Comité Editorial de la RSME financieros. Ha publicado numerosos trabajos
para publicaciones conjuntas con la AMS. Es de investigación originales y dirigido varias
también coordinador de la Red de Análisis tesis doctorales. Editor asociado de Serdica
Funcional y sus Aplicaciones de España Mathematical Journal (1999-2011). Es
(NFAAS). Más informacion en: Académico Correspondiente de la Real
http://webs.um.es/beca. Su dirección Academia de Ciencias Exactas, Físicas y
electrónica es: beca@um.es. Naturales, desde 2005 y editor de su revista,
José Manuel Mira Serie A, RACSAM. Es miembro del equipo de
Ros es Profesor Titular coordinación de NFAAS. Su página web es
de Análisis Matemático webs.um.es/joseori y su correo electrónico
de la Universidad de joseori@um.es.
Murcia. Se Matías Raja es Profesor
doctoró en Matemáticas Titular de la Universidad
por la Universidad de de Murcia y desarrolla
Zaragoza en 1979 siendo su docencia en distintos
docente de la misma aspectos del Análisis
hasta su incorporación a Matemático.
la Universidad de Murcia. Es Licenciado por la
Tiene una amplia experiencia docente y de Universidad de Murcia y
gestión universitaria. Es usuario convencido e se doctoró en 1998 por la
impulsor del software libre de código abierto Universidad de Burdeos. Desde entonces
entre sus estudiantes y amigos, como puede realiza su investigación principalmente en
apreciarse en su página personal geometría y topología de los espacios de
http://webs.um.es/mira. Ha publicado, junto Banach, área en la que ha publicado varios de
con otros cuatro coautores, dos libros sobre trabajos de investigación originales. Su
LATEX: http://www.latex.um.es. Su dirección dirección electrónica es matias@um.es.
electrónica es: mira@um.es.
Primera edición

e- l ecto
ibris
A.M.S. Mathematics Subject Classification (2010):
Primaria: 46-01
Secundarias: 46Axx, 46Bxx, 46Cxx, 46Exx, 46Fxx
Código IBIC: PBKF
Código CDU: 517

Diseño de portada: Juan Pedro Cascales Sandoval y Ana Martínez Martínez


Diseño y composición: Ediciones Electolibris S.L.
Compuesto con LATEX con tipos Computer Modern Fonts y Lucida Handwriting

c Bernardo Cascales Salinas, José Manuel Mira Ros, José Orihuela Calatayud y

Matías Raja Baño
c Ediciones Electolibris, S. L. (2012)

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Pablo Neruda, 7
30820 Murcia (España)
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e-ISBN: 978-84-940688-2-9
Depósito legal: MU 1177-2012
Los dos productos identificados por sus respectivos ISBN más abajo, publicados
por Ediciones Electolibris S. L., tienen por título
Análisis Funcional
y autores Bernardo Cascales, José Manuel Mira, José Orihuela y Matías Raja.
ISBN: 978-84-940688-1-2 Versión en papel: libro de teoría con relación de ejer-
cicios propuestos.
eISBN: 978-84-940688-2-9 Versión en formato digital PDF con el contenido de
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1. Espacios
1. Espacios dede Hilb
Hilbert 1

os los
1.1. 1.1. Espacios de Banach . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Espacios de de dimensión finita . . . . . . . . . . . . . 4

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1.2. Espacios normados 11

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1.3. Ejemplos de espacios de Banach . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
1.2. Espacios normados

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Índice general con

H
1.3. Ejemplos de hipervínculos internos
Laurent Schwartz (1915–2002)
brillante matemático
Laurent Schwartzfrancés
(1915–2002)
brillante matemático francés
dialmente conocido por
dialmente conocido por hab
Índice de capítulos con
hipervínculos internos ría de distribuciones, [13
ría de distribuciones, [13
y [62]. La idea de derivada
y [62]. La véase
idea deque derivada
(1.23), ya estaba
Sobolev, encuentra su marco
véase (1.23), que
espacios yadistribuciones
de las estaba
que se definen como espacios
Sobolev, encuentra
situaciones adecuadas su
conducen
pacios de funciones marco
infinitamen
espacios decon una cierta topología.
las distribuciones
distribuciones le supuso a Sch
trabajar con derivadas generalizadas
trar soluciones débiles para algunas ecuaciones
la Medalla Fields (1950);
que en situaciones adecuadas conducen a soluciones
de distribuciones le supuso a Schwartz el premio
página web de la International
matemáticas que es la Medalla Fields (1950); como glosa
leer en la página web de la International Mathematical
otorga lasof medallas, lo siguien
organización que otorga las medallas, lo siguiente: “Schwartz
distributions, a new notion of generalize
1.1. Espacios 1.1.
deEspacios
Banac de Banach
distributions, a new notion of
the Dirac delta-function of theoretical physics”.
1.2. Espacios normados de dimensión
1.2. Espacios 1.3.
normados Hiperenlace externos
Ejemplos de espacios de Banac
1.4. Espacios de Hilbert
delta-function of theoretic
1.3. Ejemplos1.5.deMejor
espacios
aproximación. Teorema

1.4. Espacios de Hilb


0.2
0.4

0 0.2
0 0.2
0
0 0.2
c0 .c.0 .. .. ..... ..... . . . . . .
Polinomios de
Polinomios de Berstein
para la función .... .. ..... ...143. . . . . . 143c00 c.00. .. ..... ..... . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . 28 d(x, S) . . . . . . . . .
para la función
Aproximar funciones por polinomios . ... .. ..... .. ... .28. . . . . 28 S)A. ..... . . . . . .
d(x,span
jados no es una buena estrategia, y .... .. ..... ..... .28 span
. . . . . 28 HA (D). . .. .. . . . . . .
interpolación en [a, b] siempre se puede . . . . . . . . . . . . . . . 30
ximarcuyos
funciones por polinomios
polinomios de interpolación en .. ..... ..... .. ... 28 H
. . . . . . 14 (D). ... A
una buena estrategia, . . . . . . . . . . . . . . . .30 aglomeración, pun
. . . . . . . . . . . . . . . 38 aplicación lineal
Acceso a la web para
ejecutar Maxima Índice terminológico con
hipervínculos a páginas
Introducción 1

1. Espacios de Hilbert 7
1.1. Espacios de Banach . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.2. Espacios normados de dimensión finita . . . . . . . . . . . . . 17
1.3. Ejemplos de espacios de Banach . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
1.4. Espacios de Hilbert . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Reseña histórica sobre David Hilbert, 34
1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección . . . . . . . . 41
1.6. Dual de un espacio de Hilbert: teorema de Riesz–Fréchet . . . 52
1.7. Problemas variacionales cuadráticos . . . . . . . . . . . . . . 56
1.8. Convolución y aproximación de funciones . . . . . . . . . . . 59
1.9. El principio de Dirichlet: justificación analítico funcional . . . 64
1.10. Operadores diferenciales y soluciones débiles . . . . . . . . . . 74
Reseña histórica sobre Laurent Schwartz, 80
1.11. El método de Galerkin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
1.12. Bases en espacios de Hilbert . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
1.13. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126

2. Teoría espectral de operadores compactos normales 137


2.1. Ejemplos de operadores acotados en espacios de Hilbert . . . 141
2.2. Inversión de operadores. Espectro . . . . . . . . . . . . . . . . 148
Reseña histórica sobre Frigyes Riesz, 158
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert . . . . . . . . 158
2.4. Operadores compactos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Índice general vii

2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales . . . 178


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Reseña histórica sobre John von Neumann, 185


2.6. Aplicaciones del teorema espectral . . . . . . . . . . . . . . . 197
2.7. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217

3. Los principios fundamentales del Análisis Funcional 227


Reseña histórica sobre Stefan Banach, 230
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica . . . . . . . . . 231
3.2. La propiedad de extensión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
3.3. Teorema de la acotación uniforme . . . . . . . . . . . . . . . . 262
Reseña histórica sobre Joseph Fourier, 276
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada . . . 276
3.5. Espacios vectoriales topológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . 287
3.6. Espacios localmente convexos metrizables y normables . . . . 299
3.7. Versión geométrica del teorema de Hahn-Banach . . . . . . . 302
3.8. Pares duales. Polares. El teorema bipolar . . . . . . . . . . . . 310
3.9. El teorema de completitud de Grothendieck . . . . . . . . . . 316
3.10. Topologías débiles en espacios de Banach. Reflexividad . . . . 319
3.11. Separabilidad y metrizabilidad. Propiedad de Schur . . . . . . 328
3.12. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 333

A. Introducción a la integral de Lebesgue 343


A.1. Medida e integración abstracta . . . . . . . . . . . . . . . . . 345
A.2. Espacios Lp . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 350
A.3. La medida de Lebesgue en Rn . . . . . . . . . . . . . . . . . . 352
A.4. Relación con la integral de Riemann . . . . . . . . . . . . . . 356

Bibliografía 358

Índice terminológico 364


Este texto corresponde a nuestra elección de lo que podría ser una asigna-
tura larga de Análisis Funcional en nuestras universidades en España. Para
cursos cortos de Análisis Funcional será necesario hacer una selección de te-
mas. Este libro ha sido escrito tanto pensando en un formato clásico en papel
como en su versión digital. La versión en papel goza de la comodidad que
da nuestra tradición y gusto por los libros. La versión digital en pdf, como
realidad moderna, no es copia muerta de la versión en papel. Esta versión
digital tiene los contenidos de la versión en papel y le hemos añadido la po-
tencia de hipervínculos internos e hiperenlaces externos, lo que ha permitido
que podamos aunar nuestro doble papel de autores-profesores y llevemos al
lector a documentos complementarios en internet, presentemos las soluciones
de los problemas en una aplicación web, fraccionadamente, como haríamos
en nuestras pizarras, añadiendo incluso algunos comentarios de voz, de vez
en cuando, como haríamos al terminar un problema en una clase. En defi-
nitiva, este libro en su versión digital no es otra cosa que una muestra de
nuestras clases sacadas del aula y ofrecidas en un libro digital vivo. Cerrada
esta edición, ya estamos deseando volver a ponerle más vida a la siguiente.
Desde el punto de vista del contenido científico, la elaboración de un tex-
to como éste, base para un curso que puede ser introductorio, lleva consigo
siempre un problema de elección. Esto es especialmente cierto en el caso del
Análisis Funcional, por la gran cantidad de temas que abarca, siendo bas-
tante difícil, cualquiera que sea la elección, no caer en omisiones que puedan
parecer graves a determinados especialistas en la materia. La elección lleva-
da a cabo en este texto trata de responder a los objetivos concretos que nos
Introducción 2

hemos fijado, siendo nuestra intención la de ir introduciendo paulatinamente


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

al lector en temas de dificultad progresiva y con aplicaciones notables.


Se podrían dar muchas definiciones de Análisis Funcional. Su nombre
sugiere que este tipo de Análisis se encarga del estudio de aquella parte de
las Matemáticas que trata con funciones, pero esto significa prácticamente
todo el Análisis Matemático. Siguiendo a Dieudonné diremos que:
“El Análisis Funcional es la rama de las Matemáticas que estudia
los espacios vectoriales topológicos y las aplicaciones U : Ω → F
de una parte Ω de un espacio vectorial topológico E en un espacio
vectorial topológico F , donde estas aplicaciones se supone que
verifican ciertas condiciones algebraicas y topológicas.”
Un momento de reflexión muestra cómo esta definición, que no es todo lo
amplia que podría ser, cubre gran parte del Análisis Moderno, como por ejem-
plo, los espacios de Hilbert y de Banach, la teoría espectral de operadores,
las álgebras de Banach, la teoría general de espacios vectoriales topológicos,
la teoría de dualidad, distribuciones, algunos aspectos de las ecuaciones en
derivadas parciales, etc.
En nuestra presentación procuramos ir de lo concreto al planteamiento
general de los problemas, para después de su estudio riguroso volver al mun-
do de las aplicaciones. Esta presentación de los temas tiene la ventaja de
asegurar el conocimiento de los orígenes de los problemas, y de que los resul-
tados básicos no son sólo demostrados, sino también aplicados. Este esquema
de trabajo nos ha parecido particularmente atractivo en el marco del Análi-
sis Funcional, donde las teorías generales siempre están ligadas a fenómenos
concretos, y donde se puede caer fácilmente en la tentación de olvidarse de
las aplicaciones y centrarse en resultados demasiado abstractos.
Pretendemos con este texto suministrar al lector un material accesible e
introductorio al Análisis Funcional. Más allá de lo que nosotros desarrollamos
en este texto, debemos insistir, animar y casi obligar, y así lo hacemos, a que
el lector acuda a otros libros de Análisis Funcional conocidos, como los de
Cerdà [11], Conway [14], Lax [50], Limaye [51], Rudin [58], Schwartz [64], o
nuestros favoritos de topología Choquet [12] y Kelley [44].
La primera parte de este texto corresponde a los elementos básicos del
Análisis Funcional: se recuerdan los conceptos de espacio normado y de espa-
Introducción 3

cio de Banach, resaltando los ejemplos más destacados; se estudian los espa-
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

cios de dimensión finita, caracterizándolos a través de la compacidad de sus


bolas cerradas, teorema 1.2.8; se analizan, en el marco de los espacios de
Banach, los espacios de sucesiones, espacios de funciones continuas, espacios
de funciones diferenciables u holomorfas, etc. estableciendo, en particular,
las desigualdades de Hölder 1.2.2 y Minkowski 1.2.3; se estudia el concepto
de espacio de Hilbert y se caracterizan las normas hilbertianas a través de
la “ley del paralelogramo”, teorema 1.4.6; se resuelve, en el contexto de los
espacios de Hilbert, el problema de la existencia y unicidad del vector de
mejor aproximación a uno dado para un determinado conjunto de vectores,
relacionándolo con la noción de ortogonalidad, teoremas 1.5.3 y 1.5.4; la exis-
tencia de mejores aproximaciones se utiliza, entre otras cosas, para resolver
sistemas sobredimensionados, sección 1.5.1.1, y para calcular el dual topoló-
gico de un espacio de Hilbert, teorema 1.6.1; se analiza la conexión existente
entre el problema de mejor aproximación y ciertos problemas variacionales,
teorema 1.7.1; se estudia la convolución como método para regularizar fun-
ciones, 1.8, y se estudia el teorema de Malgrange-Ehrenpreis, teorema 1.10.7
y la existencia y unicidad de solución del problema de Dirichlet general, teo-
rema 1.9.8; se estudia el método de Galerkin-Ritz de aproximación, 1.11.1;
se introduce el concepto de base hilbertiana, teorema 1.12.22; se estudia la
noción de red y familia sumable; se construyen bases hilbertianas del espacio
L2 ([−π, π]), teorema 1.12.34, ligadas a los orígenes de las series de Fourier clá-
sicas, bases hilbertianas formadas por polinomios ortogonales, que se aplican
a diversas cuestiones de Análisis Numérico y bases hilbertianas en espacios de
funciones holomorfas A2 (Ω), que sustituyen con éxito en abiertos irregulares
a los monomios (z − a)n ; el estudio de estas bases en espacios de funciones
requiere el uso de los teoremas de Korovkin 1.12.29 y de Weierstrass 1.12.30.
Algunas referencias básicas que, sobre las cuestiones de este capítulo, el lec-
tor puede utilizar son: para espacios de Banach [20, 47, 14], para espacios
de Hilbert [59, 64, 71, 51], para aproximación y regularización [49, 70], para
técnicas variacionales y sus aplicaciones [7, 23, 66, 72, 73, 50] y para bases
en espacios de Hilbert y aplicaciones: [12, 35, 46, 65, 67]
En el segundo capítulo se desarrolla la teoría espectral y algunas de sus
aplicaciones. Grosso modo la teoría espectral es la generalización infinito di-
mensional de la teoría de diagonalización de matrices. En este capítulo se
Introducción 4

introducen ejemplos concretos de operadores, y se analiza la posibilidad de


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

su representación mediante matrices infinitas, sección 2.1; se define el con-


cepto de espectro para un operador, sección 2.2; se presenta el concepto de
adjunto de un operador y sendos tipos de operadores relacionados con di-
cho concepto: los operadores autoadjuntos y los normales, sección 2.3; se
estudia el concepto de operador compacto, sección 2.4; se establece el teore-
ma espectral para operadores compactos y autoadjuntos o bien compactos y
normales en espacios de Hilbert, teoremas 2.5.5 y 2.5.14; se discuten algunas
aplicaciones del teorema espectral a la resolución de determinados tipos de
ecuaciones integrales —ecuaciones en las que la incógnita es una función que
aparece bajo el signo integral—, sección 2.6.1, y de ecuaciones diferenciales
—ecuaciones en las que la incógnita es una función de la que se conocen
ciertas propiedades de sus derivadas—, sección 2.6.2; concretamente se es-
tudia la Alternativa de Fredholm, véase el teorema 2.6.1, para operadores
integrales, que se aplica a la resolución de problemas de Sturm–Liouville,
sección 2.6.2; se aprovecha el estudio anterior para resolver el problema de
Dirichlet en un cuadrado y la ecuación diferencial que rige el movimiento
de una cuerda vibrante. Lecturas recomendadas sobre la temática de este
capítulo son: para operadores en espacios de Banach: [57, 47, 20, 14], para
operadores en espacios de Hilbert [28, 51, 66, 73] y para aplicaciones de las
técnicas aquí estudiadas [3, 7, 64, 50, 72]
En el tercer capítulo se desarrollan los Principios Fundamentales del Aná-
lisis Funcional, con numerosas aplicaciones, y la teoría de dualidad en el
marco de los espacios localmente convexos, que nos parece el más adecua-
do. En este capítulo se establece el teorema de extensión de Hahn-Banach
en su versión analítica, teorema 3.1.1; se introduce el concepto de norma
estrictamente convexa y se analiza la unicidad en el teorema de extensión
de Hahn-Banach, teorema 3.1.12, en relación con este concepto; se estudian
los espacios de Banach que se pueden poner en llegada para garantizar un
teorema de extensión similar al teorema de Hahn-Banach, pero con valo-
res vectoriales, véase la sección 3.2; se estudia el teorema de la Categoría
de Baire, teorema 3.3.3, y sus consecuencias en espacios de Banach: el teo-
rema de la Acotación Uniforme, teorema 3.3.5, y el teorema de la Gráfica
Cerrada, teorema 3.4.12; se dan diversas, e importantes, aplicaciones de los
resultados fundamentales estudiados en este tema, entre otras, la existencia
Introducción 5

de límites de Banach, la existencia de funciones continuas con series de Fou-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

rier puntualmente divergentes, la continuidad de los coeficientes asociados a


una base, etc.; se introducen las topologías localmente convexas como marco
para establecer los teoremas de separación de conjuntos convexos que permi-
ten estudiar adecuadamente las topologías débiles y débiles∗ en los espacios
de Banach; se demuestra el teorema de Mazur —también conocido como
versión geométrica del teorema de Hahn-Banach—, teorema 3.7.5; se reco-
nocen muchas nociones de convergencia en espacios de funciones continuas,
holomorfas, diferenciables, espacios base para distribuciones, etc., como con-
ceptos asociadas a topologías localmente convexas, véanse las secciones 3.5,
3.6, 3.7 y 3.8; se estudian los teoremas de Alaoglu 3.8.15 y Goldstine 3.10.4,
la noción de reflexividad en espacios de Banach, y se aprende cuáles de los
espacios de Banach clásicos son reflexivos y cuáles no; se introduce la no-
ción de convexidad uniforme, y en particular se demuestra el teorema de
Milman 3.10.11 que se aplica para calcular los duales de los espacios Lp ,
sin necesidad de utilizar el teorema de Radon–Nikodým; se introduce su-
cintamente al lector en relaciones no triviales entre la topología y el Análi-
sis Funcional tales como: relación entre separabilidad y metrizabilidad para
topologías débiles, comportamiento sucesional de los débil compactos, teo-
rema 3.11.5, propiedad de Schur 3.11.4, etc. De las muchas referencias que
podríamos recomendar al lector sobre las cuestiones tratadas en este capítu-
lo, nos ceñimos a las siguientes: sobre la teoría general de espacios localmente
convexos [31, 36, 39, 45, 48, 58, 61, 64]; sobre los principios fundamentales
en los espacios de Banach [20, 15, 16, 24, 38, 47, 50, 51] y sobre aplicaciones
de estos principios [7, 17, 28, 66, 67, 70, 74].
El apéndice final recoge sin demostraciones los resultados sobre la integral
de Lebesgue que el lector de este texto puede necesitar para entender algunas
partes de los capítulos centrales del mismo.
Cada capítulo tiene una colección de ejercicios propuestos que han sido
ordenados según temática tal y como ésta avanza en el libro. Estos ejercicios,
o problemas a veces, complementan la materia expuesta y se han seleccio-
nado para que el lector que quiera aprender técnicas de Análisis Funcional
se entrene resolviéndolos por él mismo. Como material complementario se
puede acceder desde la versión digital de este libro a las soluciones de todos
los ejercicios propuestos a través de una aplicación web.
Introducción 6

En este libro hemos elegido seis matemáticos que han cimentado gran
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

parte del moderno Análisis Funcional para comentar su historia brevemente.


Nuestra elección es: David Hilbert (pág. 34), Laurent Schwartz (pág. 80),
Frigyes Riesz (pág. 158), John von Neumann (véase página 185), Stefan Ba-
nach (pág. 230) y Joseph Fourier (pág. 276).
Para aquellos lectores que hayan disfrutado con el estudio de los temas
tratados en esta obra y que deseen introducirse en aspectos más recientes y
avanzados del Análisis Funcional, sugerimos las siguientes referencias [1, 2,
5, 9, 10, 25, 40, 32, 53].
Agradecemos a todas las personas que nos han hecho llegar sugerencias,
a lo largo de mucho tiempo, sobre materiales que han conducido a este libro.
En particular nombramos a nuestros alumnos Juan de la Cruz González
y Antonio José Guirao y a nuestros compañeros María Ángeles Hernández
y Antonio José Pallarés. Nuestro agradecimiento muy especial para nuestro
querido Salvador Sánchez-Pedreño quien nos ha ayudado a componer el libro,
ha discutido con nosotros matemáticas y la conveniencia o no de esta o
aquella expresión en el castellano más correcto.

Murcia, 24 de Diciembre de 2012.

Bernardo Cascales.
José Manuel Mira.
José Orihuela.
Matias Raja.
1.1. Espacios de Banach
1.2. Espacios normados de dimensión finita
1.3. Ejemplos de espacios de Banach
1.4. Espacios de Hilbert
1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección
1.6. Dual de un espacio de Hilbert: teorema de Riesz–Fréchet
1.7. Problemas variacionales cuadráticos
1.8. Convolución y aproximación de funciones
1.9. El principio de Dirichlet: justificación analítico funcional
1.10. Operadores diferenciales y soluciones débiles
1.11. El método de Galerkin
1.12. Bases en espacios de Hilbert
1.13. Ejercicios
Objetivos centrales del capítulo
Aunque en las primeras secciones se incluyen conceptos y propiedades bá-
sicas de los espacios normados, este capítulo está esencialmente dedicado a la
estructura de espacio de Hilbert. De ese modo se resaltan mejor las caracte-
rísticas específicas de los espacios de Hilbert en comparación con los espacios
normados, que constituyen un modelo más flexible, pero de menor riqueza
estructural, que los espacios de Hilbert.
Como objetivos específicos del capítulo señalamos:
Recordar los conceptos de espacio normado y de espacio de Banach, que se han
podido introducir en otras asignaturas previas de Análisis Matemático,
resaltando los ejemplos más destacados.
Estudiar los espacios de dimensión finita caracterizándolos a través de la
compacidad de sus bolas cerradas (teorema 1.2.8). Analizar los espacios
de sucesiones, espacios de funciones continuas, espacios de funciones di-
ferenciables, holomorfas, etc. que el lector ha encontrado anteriormente
en otras asignaturas.
Recordar el concepto de espacio de Hilbert y caracterizar los espacios de
Hilbert a través de una propiedad geométrica de la norma, la “ley del
paralelogramo” (teorema 1.4.6).
Resolver el problema de la existencia y unicidad del vector de mejor aproxima-
ción a uno dado para un determinado conjunto de vectores, relacionán-
dolo con la noción de ortogonalidad (teoremas 1.5.3 y 1.5.4). Establecer
la existencia en los espacios de Hilbert de proyecciones ortogonales sobre
subespacios cerrados (teorema 1.5.7).
Calcular el dual topológico de un espacio de Hilbert (teorema 1.6.1).
Estudiar la convolución de funciones y utilizarla para aproximar funciones
arbitrarias por funciones infinitamente diferenciables 1.8.6.
Analizar la conexión existente entre el problema de mejor aproximación y
ciertos problemas variacionales sobre la existencia de mínimo para de-
terminado tipo de funciones (teorema 1.7.1). Aplicar estos resultados a
la justificación analítico funcional de la existencia y unicidad de solución
del problema de Dirichlet general.
Aplicar la teoría de espacios de Hilbert para demostrar el teorema de Mal-
grange y Erhenpreis sobre existencia de soluciones débiles de ecuacio-
nes en derivadas parciales lineales y de coeficientes constantes (teore-
ma 1.10.7).
Aprender el método de Galerkin que sirve de base para la resolución numérica
de los problemas diferenciales tratados en este capítulo.
Introducir el concepto de base hilbertiana, que permite el empleo de
coordenadas con una utilidad similar a la de los espacios de dimensión
finita (1.12.22). Con este propósito se introduce la noción de red y el
concepto familia sumable, concepto que se relaciona, en espacios de
dimensión finita, con otras nociones de sumabilidad que el lector conoce
en el cuerpo de los números reales o complejos.
Construir una base hilbertiana del espacio L2 ([−π, π]) (1.12.34), que se
encuentra ligada a los orígenes de las series de Fourier clásicas. Para lo
cual se establece el teorema de Weierstrass (1.12.30) sobre aproximación
uniforme de las funciones continuas por polinomios.
Presentar, en la sección 1.12.7, otro tipo de bases hilbertianas sumamente
interesantes en las aplicaciones, en particular en Análisis Numérico: los
polinomios ortogonales.
Utilizar la noción de base hilbertiana para analizar la posibilidad de
representar una función holomorfa en un abierto Ω del plano complejo
mediante una fórmula del tipo

X
f (z) = an wn (z),
n=0

análoga a la serie de potencias, con coeficientes (an )n unívocamente


determinados, pero válida para todos los puntos z ∈ Ω.

Mis notas
1.1. Espacios de Banach 10

L os objetos que se consideran en Análisis Matemático: espacios euclídeos,


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

funciones continuas, diferenciables, integrables, holomorfas, . . . están cla-


ramente diferenciados; sin embargo poseen también una serie de característi-
cas que hacen posible analizar algunas de sus propiedades de forma unificada,
con una economía de medios y con una comprensión global de las mismas.
Uno de los puntos de vista novedosos del Análisis Funcional es la búsqueda de
buenas estructuras de clasificación para los objetos del Análisis Matemático,
el estudio abstracto de las propiedades de éstas y la utilización de aplicaciones
lineales continuas como herramienta para modelizar problemas. Los espacios
de Banach y de Hilbert constituyen estructuras de clasificación de objetos
matemáticos tan útiles como puedan ser las estructuras que se manejan en
otras ciencias. La mayor parte de los resultados aquí expuestos son válidos
para espacios vectoriales reales o complejos, aunque eventualmente pueden
presentarse algunos que sólo son ciertos, y se indicará, o bien para espacios
reales o bien para espacios complejos. Por ello, en lo sucesivo K denotará
indistintamente el cuerpo R de los números reales o el cuerpo C de los com-
plejos, y los espacios vectoriales que aparecen se consideran definidos sobre K.
La modelización matemática del espacio físico se realiza a través del es-
pacio euclídeo, que recoge y abstrae todas las propiedades significativas a la
experiencia sensible. El espacio de Hilbert representa la extensión a dimen-
sión infinita de ese modelo.

1.1. Espacios de Banach


Definición 1.1.1.
Sean X un espacio vectorial sobre K y q : X → R una función.
Diremos que:
(i) q es subaditiva si q(x + y) ≤ q(x) + q(y) para todo x, y ∈ X.
(ii) q es positivamente homogénea si q(ax) = aq(x) para todo x de X
y a > 0.
(iii) q es una seminorma si q es subaditiva y q(ax) = |a|q(x) para todo
x ∈ X y a ∈ K.
(iv) q es una norma si q es seminorma y además la ecuación q(x) = 0
sólo tiene la solución x = 0.
1.1. Espacios de Banach 11

Definición 1.1.2.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Un espacio normado es un espacio vectorial X con una norma k · k.


Un espacio normado (X, k·k) se llama espacio de Banach si la distancia
d : X × X → R asociada a la norma mediante la fórmula

d(x, y) = kx − yk

es completa, es decir, si cada sucesión de Cauchy en (X, d) es conver-


gente.

Notaciones:
(i) A veces, por brevedad, nos referiremos a un espacio normado (X, k · k)
únicamente como espacio normado X.
(ii) En un espacio normado (X, k · k), con BX o con B[0, 1] denotare-
mos indistintamente su bola unidad cerrada, es decir, BX = B[0, 1] =
{x ∈ X : kxk ≤ 1}.
(iii) Con int BX y B(0, 1) se denotará, indistintamente, la bola unidad abier-
ta del espacio normado (X, k · k), es decir, B(0, 1) = int BX = {x ∈ X :
kxk < 1}.
(iv) SX = {x ∈ X : kxk = 1} designa la esfera unidad del espacio normado
(X, k · k).
(v) Si Y es un subespacio vectorial del espacio normado X, con (Y, k · k)
denotamos el espacio normado Y con la norma inducida por X.
(vi) Para cada conjunto A ⊂ X denotamos con span A el menor subespacio
vectorial que contiene al conjunto A, es decir, la intersección de todos
los subespacios vectoriales que contienen al conjunto A. Con span A de-
notamos la clausura topológica del conjunto anterior, es decir, el menor
espacio vectorial topológicamente cerrado que contiene al conjunto A
(así, spanA = span A).
(vii) Si (X, k · k) es un espacio normado y S un subconjunto de X, fijado
x ∈ X, con d(x, S) denotaremos, como es usual en los espacios métricos,
la distancia de x a S, es decir,

d(x, S) := ı́nf{d(x, y) : y ∈ S} = ı́nf{kx − yk : y ∈ S}.


1.1. Espacios de Banach 12

Proposición 1.1.3.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea X un espacio normado. Entonces:


(i) Las aplicaciones s : X × X → X y p : K × X → X definidas, respecti-
vamente, por las fórmulas

s(x, y) = x + y y p(a, x) = ax

son continuas.
(ii) Las aplicaciones sy : X → X y pa : X → X, con a 6= 0, definidas,
respectivamente, por

sy (x) = x + y y pa (x) = ax

son homeomorfismos (biyectivas y bicontinuas).


(iii) Si G es un subconjunto abierto de X, también lo es G + A cualquiera
que sea el conjunto A ⊂ X.
(iv) Si F es un subconjunto cerrado y K es un subconjunto compacto, en-
tonces K + F es cerrado.
(v) Si Y ⊂ X es un subespacio1 vectorial también lo es su clausura topoló-
gica Y .
(vi) Un subespacio Y ⊂ X es un subespacio propio de X si, y sólo si, el
interior de Y es vacío.
(vii) El espacio normado X es completo Psi, y sólo si, para cualquier sucesión
(yn )nPen X tal que la serie real ∞ n=1 kyn k es convergente se verifica
que ∞ y
n=1 n converge a un punto de X.
(viii) Si Y ⊂ X es un subespacio vectorial de X, entonces Y es un espacio
normado para la norma inducida. Si X es de Banach, entonces Y es
cerrado si, y sólo si, Y es de Banach.

Demostración. Las tres primeras afirmaciones son muy sencillas y quedan


al cuidado del lector. Para probar (iv) basta observar que si z = lı́mn (xn +yn )
con (xn )n ⊂ K, (yn )n ⊂ F entonces, al ser K compacto, existe una subsu-
cesión (xnk )k convergente a x ∈ K, con lo que (ynk )k converge a z − x ∈ F .
1
En lo sucesivo subespacio significará subespacio vectorial.
1.1. Espacios de Banach 13

La propiedad (v) se obtiene de forma inmediata utilizando la caracterización


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

de la clausura de Y mediante sucesiones en Y . La afirmación (vi) es con-


secuencia de que si Y tiene interior
S no vacío, entonces existe r > 0 tal que
B(0, r) ⊂ Y y, por tanto, X = ∞ n=1 B(0, nr) ⊂ Y , luego X = Y .
Veamos (vii).
P La prueba de que si X es un espacio de P Banach, la con-
vergencia de ∞ n=1 ky n k implica la convergencia en X de ∞
n=1 yn , se de-
ja al lector. Recíprocamente. Tomemos (xn )n una sucesión de Cauchy en
(X, k · k). Existe
P∞ una subsucesión (xnk )k que satisface kxnk − xnk+1 k ≤ 2
−k

y por
P∞ tanto k=1 kxnk − xnk+1 k es convergente, con lo que también conver-
ge k=1 (xnk − xnk+1 ), es decir, la subsucesión (xnk )k es convergente. Pero
siendo (xn )n una sucesión de Cauchy y la subsucesión (xnk )k convergente,
necesariamente (xn )n es convergente (al mismo límite que (xnk )k ). 

Definición 1.1.4.
Si (X, k · k) es un espacio normado, un subconjunto A ⊂ X se dice
acotado si
sup{kxk : x ∈ A} < ∞,
o equivalentemente, si existe M ≥ 0 tal que kxk ≤ M para cada x ∈ A.

Proposición 1.1.5.
Sean X e Y espacios normados.
(i) Si T : X → Y es lineal, las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(a) T es continua en 0.
(b) La imagen por T de un conjunto acotado en X es un conjunto
acotado en Y .
(c) sup{kT (x)k : kxk = 1} < ∞.
(d) kT (x)k ≤ M kxk para algún M ≥ 0 y para todo x de X.
(e) T es uniformemente continua en X.
(f ) T es continua.
(ii) Si denotamos por L(X, Y ) el conjunto de las aplicaciones lineales y
continuas de X en Y , entonces L(X, Y ) es un espacio vectorial y la
función definida para cada T de L(X, Y ) mediante la fórmula
1.1. Espacios de Banach 14

kT k : = sup{kT (x)k : kxk ≤ 1} = sup{kT (x)k : kxk = 1}


(1.1)
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

= sup{kT (x)k : kxk < 1}

es una norma en L(X, Y ). Además, si Y es un espacio de Banach


entonces también lo es (L(X, Y ), k · k).
(iii) La composición de aplicaciones lineales y continuas es lineal y continua.
Demostración. El lector no tendrá dificultad en realizarla por sí mismo.
Las aplicaciones lineales de X en K se suelen llamar formas lineales y
el conjunto de las mismas recibe el nombre de dual algebraico. Para formas
lineales la continuidad de T equivale a que Ker T sea cerrado (véase la pro-
posición 1.2.9).
Definición 1.1.6.
Si X es un espacio normado, el espacio de Banach L(X, K), que se
denota con X ∗ , se llama dual topológico de X.

Definición 1.1.7.
Sean X e Y dos espacios normados.
(i) Una aplicación T : X → Y se llama isomorfismo topológico de X
en Y si es un isomorfismo algebraico tal que T y T −1 son conti-
nuas. En tal caso se dice que los espacios X e Y son topológica-
mente isomorfos 2 .
(ii) Un isomorfismo topológico T se dice isométrico si conserva la dis-
tancia, equivalentemente, si kT (x)k = kxk para x ∈ X. En tal
caso X e Y se dicen isométricamente isomorfos.
(iii) Si k · k y | · | son normas en X, se dice que son equivalentes si la
aplicación identidad

I : (X, k · k) → (X, | · |)

es un isomorfismo topológico de espacios normados.

2
No es infrecuente que en textos de Análisis Funcional, con un indudable abuso de
lenguaje, se emplee la terminología espacios normados isomorfos para referirse a espacios
normados topológicamente isomorfos.
1.1. Espacios de Banach 15

Proposición 1.1.8.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean X e Y espacios normados.


(i) Sea T : X → Y una aplicación lineal sobreyectiva. Entonces T es un
isomorfismo topológico si, y sólo si, existen constantes m, M > 0 tales
que mkxk ≤ kT (x)k ≤ M kxk para todo x ∈ X.
(ii) Si k · k y | · | son dos normas en X, entonces son equivalentes si, y sólo
si, existen m, M > 0 tales que m|x| ≤ kxk ≤ M |x| para todo x ∈ X.
(iii) Si X e Y son espacios normados isomorfos, la completitud de uno
equivale a la del otro.

Demostración. Se deja como ejercicio al lector. 

Las aplicaciones lineales entre espacios normados se suelen llamar ope-


radores, empleándose los términos operador acotado y operador no acotado
según que el operador sea o no continuo3 . Si X es un espacio de dimensión
finita e Y es un espacio normado, las aplicaciones lineales de X en Y son
continuas (véase el corolario 1.2.5) y todos los operadores son acotados. La
situación es diferente en los espacios de dimensión infinita.
Ejemplo 1.1.9. En espacios de dimensión infinita hay operadores no aco-
tados.
Demostración. Sea X un espacio normado de dimensión infinita y sea
Y un espacio normado no nulo. Sea (xn )n una sucesión de vectores en X,
linealmente independientes con norma 1 y sea y 6= 0 un vector arbitrario
de Y . Podemos completar la sucesión (xn )n con vectores (zi )i hasta tener
una base algebraica de X. Entonces definiendo T xn = ny, para cada n, y
T zi = 0, para cada i, se construye una aplicación lineal T de X en Y que
no es continua, debido a que kT xn k = nkyk y, en consecuencia, la sucesión
(kT xn k)n no es acotada. 

Es un hecho conocido de topología general que cualquier espacio métrico


(M, d) posee una compleción, es decir, existen un espacio métrico completo
c, db) y una aplicación isométrica J : M −→ M
(M c tales que J(M ) es denso
3
La equivalencia entre (b) y (f ) en la proposición 1.1.5 justifica esta terminología.
1.1. Espacios de Banach 16

c, db). Si (X, k · k) es un espacio normado y denotamos con X


en (M b su comple-
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

b
ción como espacio métrico, es fácil comprobar que X es un espacio vectorial
y que la fórmula |bx| = lı́mn kxn k, supuesto que x b db), define
b = lı́mn xn en (X,
una norma que genera la distancia d, b es decir,
Proposición 1.1.10.
Para cada espacio normado X existen un espacio de Banach X b y una
b b El
aplicación lineal isométrica J : X −→ X tales que J(X) es denso en X.
espacio Xb recibe el nombre de compleción de X.
Utilizando los ejemplos de la sección 1.3 construiremos otro modelo para
la compleción de un espacio métrico.
Proposición 1.1.11.
Sea X un espacio normado. Si Y es un subespacio vectorial cerrado del
espacio normado X, entonces el espacio vectorial cociente X/Y es un espacio
normado para la norma cociente dada por

|x + Y | = ı́nf{kx + yk : y ∈ Y }.

La aplicación cociente Q : X −→ X/Y es lineal, continua y abierta. Además,


la norma cociente genera la topología cociente y si X es de Banach también
lo es X/Y .
Demostración. Para el segundo, si |x + Y | = 0 y x ∈ X, entonces existe
(yn )n ⊂ Y con lı́mn kx − yn k = 0, por lo que x ∈ Y , puesto que Y es cerrado,
y en consecuencia, x+ Y = 0. Las restantes propiedades de la norma en X/Y
son inmediatas, así como la linealidad y continuidad de Q.
Para ver que Q es abierta basta observar que Q(BX (0, 1)) = BX/Y (0, 1), y
esto se comprueba de forma inmediata. Recordemos que la topología cociente
es la topología más fina en X/Y que hace continua la aplicación cociente Q,
y por ello es claro que la topología cociente es más fina que la topología de
la norma; pero, por otra parte, si W es un abierto en la topología cociente
entonces Q−1 (W ) es un abierto en X, por lo que fijado x ∈ Q−1 (W ) existe
r > 0 tal que B(x, r) ⊂ Q−1 (W ). Por tanto Q(B(x, r)) = B(Qx, r) ⊂ W
y, en consecuencia, W es abierto en la topología que genera la norma | · |
en X/Y . P
Finalmente, si ∞ ∞ podemos tomar yn ∈ xn + Y para que
n=1 |xn + Y | < P
kyn k ≤ |xn + Y | + 2 , con lo que ∞
−n
n=1 kyn k < ∞ y por la completitud de
1.2. Espacios normados de dimensión finita 17
P∞
X (véase la proposición 1.1.3) la serie n=1 y n converge, de donde se obtiene
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

P∞ P
la convergencia de la serie n=1 (xn + Y ) = ∞ n=1 Q(yn ) en X/Y , aplicando
la continuidad de Q. 

Definición 1.1.12.
Sea X un espacio normado y sean Y, Z subespacios vectoriales tales
que X es la suma directa algebraica4 de Y y Z, que denotamos con
X = Y ⊕ Z. Se dice que X es la suma directa topológica de Y y Z si las
proyecciones canónicas PY y PZ de X en X, definidas respectivamente
por las fórmulas PY (y + z) = y y PZ (y + z) = z, son continuas. En ese
caso se dice que Z es un complementario topológico de Y respecto de X.

Obsérvese que en una suma directa topológica los sumandos son cerrados
y que es suficiente que una de ambas proyecciones sea continua para que
la suma sea topológica. La topología producto en Y × Z coincide con la
topología que engendra en Y × Z la norma k(y, z)k = kyk + kzk. Es sencillo
comprobar que X es la suma directa topológica de Y y Z si, y sólo si, la
aplicación s : Y × Z −→ X definida por s(y, z) = y + z es un isomorfismo
topológico de espacios normados.

1.2. Espacios normados de dimensión finita


Los primeros ejemplos de espacios de Banach a considerar son, indu-
dablemente, los espacios de dimensión finita y, particularmente, los espacios
euclídeos Kn en los que la distancia entrep
dos
Pnpuntos x = 2(xi )i=1 e y = (yi )i=1
n n

está definida por la fórmula d(x, y) = + i=1 |xi − yi | . Dicha distancia es


la asociada a la norma que define la fórmula
X
n 1
2
2
kxk2 := |xi | (1.2)
i=1

Es fácil comprobar que se satisfacen:


4
Esto significa que para cada x ∈ X existen y ∈ Y y z ∈ Z unívocamente determinados
de modo que x = y + z. O, equivalentemente, que Y ∩ Z = 0 y X = Y + Z.
1.2. Espacios normados de dimensión finita 18

(i) Para todo x ∈ K, kxk2 ≥ 0 y kxk2 = 0 si, y sólo si, x = 0.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(ii) kaxk2 = |a|kxk2 si a ∈ K y x ∈ Kn .


Sin embargo, la desigualdad triangular exige un poco más de trabajo. De
hecho, el exponente 2 en la fórmula (1.2) puede reemplazarse por cualquier
número real p ≥ 1 y la fórmula
X
n 1/p
p
kxkp := |xi | (1.3)
i=1

define también una norma en Kn . Como antes, la única propiedad no evidente


de la norma k · kp es la desigualdad triangular, al menos, para p > 1, ya
que para p = 1 la desigualdad triangular es una consecuencia directa de la
desigualdad triangular del valor absoluto en K. La desigualdad triangular
para p > 1 se sigue de la desigualdad de Minkowski que se establece en el
corolario 1.2.3; para probarlo comencemos por un resultado técnico.
Lema 1.2.1.
Sean a, b ≥ 0 y p > 1. Sea q el conjugado de p, definido por la ecuación
1 1
p + q = 1. Entonces
a p bq
ab ≤ +
p q
Demostración. Como la función exponencial es convexa se tiene
1 p+ 1 log bq 1 log ap 1 log bq ap bq
e p log a q ≤ e + e = +
p q p q
1
log ap + q1 log bq
Y al ser ab = elog ab = e p se obtiene el resultado. 

Proposición 1.2.2. Desigualdad de Hölder.


Sean ak , bk ≥ 0, con 1 ≤ k ≤ n y n ∈ N. Si p > 1 y q es el conjugado de
p, entonces se verifica
n
X X
n 1/p X
n 1/q
ak bk ≤ apk bqk .
k=1 k=1 k=1
1.2. Espacios normados de dimensión finita 19
P P
Demostración. Sean A := ( k apk )1/p , B := ( k bqk )1/q y supongamos que
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

A y B son no nulos, pues en otro caso el resultado es claro. Aplicando el


lema anterior con a = aAk , b = bBk y sumando se tiene
n
X p n q n
ak bk 1 X ak 1 X bk
≤ + = 1,
AB p Ap q Bq
k=1 k=1 k=1

de donde se sigue la tesis. 

Esta desigualdad recibe el nombre de desigualdad de Schwarz cuando p = 2.


Corolario 1.2.3. Desigualdad de Minkowski.
Sean ak , bk ≥ 0 para 1 ≤ k ≤ n y n ∈ N. Si p ≥ 1 entonces se verifica
X n 1/p Xn 1/p X n 1/p
p p p
(ak + bk ) ≤ ak + bk
k=1 k=1 k=1

Demostración. En el caso p = 1 no hay nada que probar. Supongamos pues


p > 1 y sea q tal que (1/p) + (1/q) = 1. Teniendo en cuenta que (p − 1)q = p
y la desigualdad de Hölder se tiene:
n
X n
X
p
α := (ak + bk ) = (ak + bk )(ak + bk )p−1
k=1 k=1
n
X n
X
= ak (ak + bk )p−1 + bk (ak + bk )p−1
k=1 k=1
X
n 1/pX
n 1/q X
n 1/pX
n 1/q
p q(p−1) p q(p−1)
≤ ak (ak + bk ) + bk (ak + bk )
k=1 k=1 k=1 k=1
X
n 1/p X
n 1/p !
p p
= α1/q ak + bk ,
k=1 k=1

lo que prueba el enunciado. 

En lo que sigue denotaremos por ℓpn , 1 ≤ p < ∞, el espacio Kn dotado de


n denotamos el espacio K dotado de la norma k · k∞
la norma k · kp . Con ℓ∞ n

definida por
kxk∞ := sup{|xi |; 1 ≤ i ≤ n}.
1.2. Espacios normados de dimensión finita 20

En Kn todas estas normas son equivalentes entre sí como consecuencia de las


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

desigualdades
kxk∞ ≤ kxkp ≤ n1/p kxk∞
y, por tanto, definen la misma topología. La topología que definen es la pro-
ducto (determinada por la convergencia coordenada a coordenada) y como
K es completo, Kn con cualquiera de esas normas es un espacio de Banach.
La proposición que sigue establece que, de hecho, es cierto un resultado más
general.

Proposición 1.2.4.
Si X e Y son espacios normados finito dimensionales con la misma di-
mensión, entonces X e Y son topológicamente isomorfos. Más específicamen-
te, si n es la dimensión común y {ek : 1 ≤ k ≤ n} es una base algebraica de
X, entonces el isomorfismo algebraico natural entre ℓ1n y X, dado por
n
X
T (z) := T (a1 , a2 , . . . , an ) = ai ei ,
k=1

es, de hecho, un isomorfismo topológico.

Demostración. La continuidad de T es consecuencia de la acotación


Xn n
X

kT (a1 , a2 , . . . , an )k = ai ei ≤ α |ai |,
k=1 k=1

donde α := sup{kek k : 1 ≤ k ≤ n}.


Para establecer la continuidad de T −1 tenemos en cuenta que la esfera
unidad K de ℓ1n es unPconjunto compacto y que f : K −→ R definida por
f (a1 , a2 , . . . , an ) := k nk=1 ai ei k es una función continua
Pn sin ceros (por ser T
isomorfismo algebraico). Entonces 0 < β := mı́n{k k=1 ai ei k : k(ai )i k1 = 1}.
Por tanto, para cada (a1 , a2 , . . . , an ) ∈ ℓ1n se tiene

f (a1 , a2 , . . . , an )
≥ β,
k(a1 , a2 , . . . , an )k1

de donde
1.2. Espacios normados de dimensión finita 21

n X
X n
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

β |ai | ≤
ai ei
= kT (a1 , a2 , . . . , an )k,
i=1 i=1
lo que prueba la continuidad de T −1 . 

Como consecuencia se obtiene fácilmente el siguiente corolario.


Corolario 1.2.5.
(i) Todas las normas en un espacio finito dimensional son equivalentes.
(ii) Todo espacio normado de dimensión finita es de Banach.
(iii) Todo subespacio de dimensión finita de un espacio normado es cerrado.
(iv) Toda aplicación lineal de un espacio normado de dimensión finita en
un espacio normado arbitrario es continua.
(v) En espacios normados de dimensión finita los conjuntos cerrados y
acotados son compactos (teorema de Bolzano-Weierstrass).
Veremos más adelante, aplicando el teorema de Baire 3.3.3, que la di-
mensión algebraica de un espacio de Banach o es finita o es no numerable.
La validez del teorema de Bolzano-Weierstrass caracteriza los espacios
de dimensión finita. Para probarlo comenzamos estableciendo un lema, de-
bido a Riesz, llamado a veces “lema sobre la existencia de elementos casi
ortogonales”.
Lema 1.2.6.
Sean X un espacio normado e Y ⊂ X un subespacio cerrado propio. Si
0 < ε < 1, entonces existe xε ∈ X con kxε k = 1 y d(xε , Y ) ≥ 1 − ε.
Demostración. Sea x ∈ X \ Y . Al ser Y cerrado se tiene d := d(x, Y ) > 0.
Puesto que d < d/(1 − ε) existe y0 ∈ Y verificando d ≤ kx − y0 k < d/(1 − ε).
Sea xε el vector normalizado de x − y0 , es decir, xε = (x − y0 )kx − y0 k−1 .
Para cada y ∈ Y arbitrario se tiene

x − y0 1
kxε − yk = − y = x − y − kx − y ky
kx − y0 k kx − y0 k 0 0

d
≥ > 1 − ε,
kx − y0 k
luego d(xε , Y ) ≥ 1 − ε. 
1.2. Espacios normados de dimensión finita 22

Corolario 1.2.7.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Si X es un espacio normado de dimensión infinita, entonces existen una


sucesión de subespacios (Mn )n (que pueden tomarse finito dimensionales) y
una sucesión de vectores (yn )n tales que para cada n ∈ N se verifica que
1
Mn ⊂ Mn+1 , yn ∈ Mn , kyn k = 1, d(yn+1 , Mn ) ≥
2
Demostración. Tomamos x1 ∈ X con kx1 k = 1 y llamamos M1 = span{x1 }.
Si ε = 21 , por el lema de Riesz existe x2 ∈ X\M1 con kx2 k = 1 de forma que
d(x2 , M1 ) ≥ 1 − 21 = 12 . Sea M2 = span{x1 , x2 }; de igual forma con ε = 21
existirá x3 en X\M2 tal que d(x3 , M2 ) = 21 . Al ser X de dimensión infinita,
procediendo de forma recursiva obtenemos el resultado buscado. 

Teorema 1.2.8. F. Riesz, 1918.


Si X es un espacio normado las siguientes afirmaciones son equiva-
lentes:
(i) X es de dimensión finita.
(ii) Todo conjunto cerrado y acotado de X es compacto.
(iii) La bola unidad cerrada BX = {x ∈ X : kxk ≤ 1} es compacta (X
es localmente compacto).

Demostración. La implicación (i) ⇒(ii) no es otra cosa que el teorema


de Bolzano-Weierstrass mencionado en el corolario 1.2.5. Es claro que (ii)
implica (iii). A partir de (iii), si X fuera de dimensión infinita, aplicando el
corolario anterior se obtendría una sucesión (yn )n con kyn k = 1 cumpliendo
kyn − ym k ≥ 12 , si n 6= m, lo cual es incompatible con la compacidad de la
bola de X. 

También es posible demostrar el teorema anterior como sigue (prueba de


Choquet):
Demostración. Las implicaciones (i) ⇒ (ii) ⇒ (iii) son evidentes. Veamos
que (iii)S ⇒(i). Como BX es compacto existen x1 , x2 , . . . , xn ∈ X tales que
BX ⊂ ni=1 (xi + 12 BX ). Sean Y = span{x1 , ..., xn } y Q : X −→ X/Y la
1.2. Espacios normados de dimensión finita 23

aplicación cociente. Entonces


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

n
[  1  1 1
BX/Y = Q(BX ) ⊂ Q xi + BX = Q(BX ) = BX/Y ,
2 2 2
i=1

ya que Q(xi ) = 0 al ser xi ∈ Y . De forma inductiva se tiene


1 1 1
BX/Y ⊂ BX/Y ⊂ BX/Y ⊂ · · · ⊂ n BX/Y ⊂ · · ·
2 4 2
Si z ∈ BX/Y entonces z ∈ 21n BX/Y para cualquier n ∈ N, es decir, si kzk ≤ 1
en X/Y entonces kzk ≤ 21n para todo n ∈ N. Por tanto BX/Y = {0} y así
X/Y = 0, lo que significa que X = Y . 

Proposición 1.2.9.
Para un espacio normado X se verifican:
(i) Si Y ⊂ X es un subespacio vectorial cerrado y Z ⊂ X es un subespacio
vectorial finito dimensional, entonces Y + Z es un espacio vectorial
cerrado.
(ii) Si Y es un espacio normado y T : X → Y una aplicación lineal cuya
imagen es un subespacio de dimensión finita, entonces T es continua
si, y sólo si, Ker T es cerrado.
Demostración. Sea Q : X −→ X/Y la aplicación cociente. Q(Z) es un
subespacio finito dimensional y por tanto cerrado. Como Q es continua, en-
tonces Y + Z = Q−1 (Q(Z)) es cerrado, lo que demuestra la afirmación (i).
Para probar (ii) consideremos la descomposición canónica de T dada por
Q
.
J
X −→ X Ker T −→ T (X) ֒→ Y.

La continuidad de T se obtiene por composición, debido a que la aplicación


cociente Q y la inclusión de T (X) en Y son continuas, junto con que T (X)
es de dimensión finita y por ello J es un isomorfismo topológico, de acuerdo
con la proposición 1.2.4. 

La suma de subespacios cerrados es un subespacio que puede no ser ce-


rrado, como pone de manifiesto el ejemplo 1.3.2.
1.3. Ejemplos de espacios de Banach 24

Corolario 1.2.10.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean X un espacio de Banach e Y ⊂ X un subespacio cerrado de codi-


mensión finita. Entonces cualquier complementario algebraico Z de Y es un
complementario topológico.

Demostración. Se deduce inmediatamente de la proposición 1.2.9 (véase


también el corolario 3.1.8). 

1.3. Ejemplos de espacios de Banach


La desigualdad de Minkowski puede extenderse a series, permitiendo así
definir espacios clásicos de sucesiones.

Proposición 1.3.1.
Los conjuntos definidos a continuación son espacios vectoriales sobre K
y las funciones k · kp y k · k∞ son normas.
 X ∞ 1 
p
p N p
(i) ℓ := x = (xn )n ∈ K : kxkp := |xn | < ∞ , 1 ≤ p < ∞.
n=1
n o
(ii) ℓ∞ := x = (xn )n ∈ KN : kxk∞ := sup |x(n)| < ∞ .
n∈N

(iii) c0 := x = (xn )n ∈ KN : lı́m |x(n)| = 0 .
n

(iv) c := x = (xn )n ∈ KN : existe lı́m x(n) .
n
 N

(v) c00 := x = (xn )n ∈ K : x(n) = 0 si n > n0 para cierto n0 ∈ N .
(vi) (ℓp , k · kp ), con 1 ≤ p ≤ ∞, son espacios de Banach. Los espacios c, c0
son subespacios cerrados de ℓ∞ y c00 (llamado espacio de las sucesiones
finitamente no nulas) es denso en ℓp para 1 ≤ p < ∞.
(vii)
ℓ1 ⊆ ℓp ⊂ ℓq ⊂ c0 ⊂ c ⊂ ℓ∞
siendo las inclusiones continuas y, en esta ocasión, estrictas cuando
aparecen denotadas con el símbolo ⊂, donde 1 ≤ p < q < ∞.
(viii) ℓp , 1 ≤ p < ∞, c0 y c son separables, mientras que ℓ∞ no lo es.
1.3. Ejemplos de espacios de Banach 25

(ix) Para los duales se tiene:


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(c0 , k · k∞ )∗ = (ℓ1 , k · k1 ) y (ℓp , k · kp )∗ = (ℓq , k · kq ), 1 ≤ p < ∞,

donde 1/p + 1/q = 1.

Demostración. Es sencillo comprobar la completitud en todos los casos


utilizando adecuadamente la condición de Cauchy y que la convergencia en
las correspondientes normas implica la convergencia por coordenadas. Como
el término general de una serie convergente tiene por límite 0 se tiene que
ℓq ⊂ c0 para 1 ≤ q < ∞. El hecho de que las sucesiones convergentes sean
acotadas nos proporciona c ⊂ ℓ∞ . Finalmente el hecho de que si 0 ≤ x ≤ 1
y p ≤ q entonces es xq ≤ xp permite probar fácilmente que ℓp ⊂ ℓq , siendo
además el contenido estricto. Resumiendo, se verifican las inclusiones

ℓ1 ⊆ ℓp ⊂ ℓq ⊂ c0 ⊂ c ⊂ ℓ∞

de forma continua. Claramente el conjunto


(
aj ∈ Q si K = R,
D := {(a1 , a2 , . . . , an , 0, 0, . . . ) : n ∈ N} con
aj ∈ Q + iQ si K = C

es un conjunto numerable y denso en c0 , que es por lo tanto separable. Para


cada x = (ξn )n ∈ ℓp si xn := (ξ1 , ξ2 . . . , ξn , 0, 0 . . . ) entonces xn converge a
x en k · kp . Por tanto el conjunto D también es denso en ℓp , si 1 ≤ p < ∞.
La separabilidad de c se demuestra razonando con el conjunto de sucesio-
nes que toman sólo una cantidad finita de valores distintos, y además to-
dos ellos racionales. Para ver que ℓ∞ no es separable es suficiente observar
que A = {χA : A ∈ P(N)}, donde P(N) designa la familia de los sub-
conjuntos de N, es un conjunto no numerable tal que si A 6= B entonces
kχA − χB k∞ = 1. Por tanto ningún conjunto numerable es denso en A , y en
consecuencia ℓ∞ no es separable.
Para ver que (c0 , k · k∞ )∗ es isométricamente isomorfo a (ℓ1 , k · k1 ) esta-
blecemos la aplicación

T : (ℓ1 , k · k1 ) → (c0 , k · k∞ )∗
1.3. Ejemplos de espacios de Banach 26

que a cada y := (ξn )n ∈ ℓ1 le hace corresponder T (y) ∈ (c0 , k · k∞ )∗ definido


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

del siguiente modo:



X

T (y) (xn )n := ξn xn , para (xn )n ∈ c0 .
n=1

T está bien definida, es lineal y continua con kT (y)k ≤ kyk1 . Para acabar la
demostración es suficiente ver que T es sobreyectiva y que kyk1 ≤ kT (y)k.
Denotemos con ep el vector que tiene nulas todas sus coordenadas salvo la
p-ésima, que es 1. Dado u ∈ (c0 , k · k∞ )∗ , si x = (xn )n ∈ c0 , se tiene
X
n  n
X ∞
X
u(x) = lı́m u xk ek = lı́m u(ek )xk = ξ k xk ,
n n
k=1 k=1 k=1

es decir, u queda determinada por (ξn )n siendo ξn = u(en ). Si probamos que


(u(en ))n ∈ ℓ1 y que k(u(en ))n k1 ≤ kuk habremos conseguido establecer que T
es un isomorfismo isométrico. A tal fin, fijado m ∈ N podemos hacer una
elección adecuada de xk , 1 ≤ k ≤ m, con |xk | = 1 para P que si escribimos
m
x = (x1 , x2 , . . . , xm , 0, 0, . . . ) tengamos
Pm la igualdad u(x) = k=1 |u(ek )|. Así
pues, para cada m ∈ N, se tiene k=1 |u(ek )| ≤ kuk, que es lo que queríamos
demostrar.
Veamos ahora que (ℓ1 , k · k1 )∗ es isométricamente isomorfo a (ℓ∞ , k · k∞ )
mediante la aplicación

T : (ℓ∞ , k · k∞ ) −→ (ℓ1 , k · k1 )∗

que a cada y := (ξn )n ∈ ℓ∞ le hace corresponder T (y) ∈ (ℓ1 , k · k1 )∗ definido


del siguiente modo:

X

T (y) (xn )n := ξn xn , para (xn )n ∈ ℓ1 .
n=1

T está bien definida y kT (y)k ≤ kyk∞ . Como en el caso anterior, es inme-


diato que cada u ∈ (ℓ1 , k · k1 )∗ viene determinada por (u(ek ))k ya que, si
x = (xn )n ∈ ℓ1 ,
n
X ∞
X
u(x) = lı́m u(ek )xk = u(ek )xk ,
n
k=1 k=1
1.3. Ejemplos de espacios de Banach 27

y que (u(ek ))k ∈ ℓ∞ siendo k(u(ek ))k k∞ ≤ kuk, sin más que tener en cuenta
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

que, en el supuesto de que u(ek ) sea no nulo, se tiene


 
|u(ek )|
|u(ek )| = u ek ≤ kuk.
u(ek )
Vamos a probar ahora que si 1 < p < ∞ y 1/p + 1/q = 1, entonces
(ℓp , k · kp )∗ es isométricamente isomorfo a (ℓq , k · kq ). Para ello consideramos
la aplicación
T : (ℓq , k · kq ) → (ℓp , k · kp )∗
que a cada y := (ξn )n le hace corresponder T (y) ∈ (ℓp , k · kp )∗ definido de la
siguiente manera:
X∞

T (y) (xn )n := ξn xn , para (xn )n ∈ ℓp .
n=1
La desigualdad de Hölder, proposición 1.2.2, garantiza que T está bien defi-
nida y que kT (y)k ≤ kykq . Para terminar la demostración, es suficiente ver
que T es sobreyectiva y que kykq ≤ kT (y)k. Pero, de nuevo, cualquier forma
lineal continua u ∈ (ℓp , k · kp )∗ queda determinada por (u(en ))n ya que, si
x = (xn )n ∈ ℓp entonces
n
X ∞
X
u(x) = lı́m u(ek )xk = u(ek )xk
n
k=1 k=1
y, como en los casos anteriores, basta probar que (u(ek ))k ∈ ℓq y que
k(u(ek ))k kq ≤ kuk
para concluir que T es un isomorfismo isométrico. Fijado m, sea

 |u(ek )| si u(e ) 6= 0
k
εk := u(ek )

1 en otro caso.
P q−1 e se obtiene kxm kp =
Pn
Poniendo xm := m k=1 εk |u(ek )| k p
q
k=1 |u(ek )| .
Y entonces
Xm Xm 1/p
|u(xm )| = u(xm ) = |u(ek )|q ≤ kukkxm kp = kuk |u(ek )|q
k=1 k=1
P
que finalmente proporciona ( m q 1/q ≤ kuk, para cada m ∈ N. 
k=1 |u(ek )| )
1.3. Ejemplos de espacios de Banach 28

El ejemplo que sigue pone de manifiesto que (i) en la proposición 1.2.9


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

no es cierta para subespacios cerrados arbitrarios.


Ejemplo 1.3.2. La suma de subespacios cerrados puede no ser un subespacio
cerrado.
Demostración. En (ℓ1 , k · k1 ) los subespacios
 n 1 o
Y := (xn )n ∈ ℓ1 : x2n = 0 y Z := (xn )n ∈ ℓ1 : x2n = n x2n−1
2
son cerrados, como es fácil comprobar. El espacio Y + Z no es cerrado, ya
que Y + Z 6= ℓ1 e Y + Z contiene al espacio c00 , que es un conjunto denso
en ℓ1 . 

Ejemplo 1.3.3. Espacios de funciones acotadas y continuas.


(i) El espacio de las funciones acotadas en un conjunto no vacío S, deno-
tado con ℓ∞ (S), está formado por las funciones f : S −→ K para las
que kf k∞ = sup{|f (s)| : s ∈ S} < ∞. El espacio (ℓ∞ (S), k · k∞ ) es un
espacio de Banach.
En los apartados que siguen a continuación S denota un espacio topológico.
Si f : S → K es una función continua se llama soporte de f al conjunto

sop(f ) := {x ∈ S : f (x) 6= 0}.

(ii) El espacio de las funciones continuas y acotadas en S, denotado con


Cb (S), es un subespacio cerrado del anterior y por tanto (Cb (S), k · k∞ )
es un espacio de Banach.
(iii) El espacio C0 (S) de las funciones continuas en S que se anulan en
el infinito (lo que significa que para cada ε > 0 existe un subconjunto
compacto de S fuera del cual la función está acotada por ε) es un
subespacio cerrado del anterior y por tanto (C0 (S), k·k∞ ) es un espacio
de Banach.
(iv) Si además S es localmente compacto y de Hausdorff, entonces el espacio
Cc (S) de las funciones continuas con soporte compacto en S es un
espacio normado, denso en (C0 (S), k · k∞ ).
1.3. Ejemplos de espacios de Banach 29

Demostración. La verificación de las afirmaciones contenidas en los tres


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

primeros apartados es una tarea rutinaria que dejamos al cuidado del lector.
Para el cuarto apartado procedemos como sigue. Dada f ∈ C0 (S) y fijado
ε > 0 existe un compacto K ⊂ S tal que |f (s)| ≤ ε para s ∈/ K. Si G es un
abierto relativamente compacto tal que K ⊂ G ⊂ S entonces, por el lema de
Urysohn [44, Lema 4. pág. 137], existe una función ϕ ∈ Cc (S) tal que
0 ≤ ϕ ≤ 1, ϕ(x) = 1 si x ∈ K, y sop(ϕ) ⊂ G.
La función f ϕ está en Cc (S) y kf − f ϕk∞ ≤ ε y así acaba la prueba. 

Observación 1.3.4. Sobre la compleción de un espacio métrico.


Como ya se comentó anteriormente, es un hecho bien conocido de topología
general que cualquier espacio métrico puede ser completado. Veamos ahora
cómo el espacio ℓ∞ (S) puede ser utilizado para construir un modelo para la
compleción de un espacio métrico. Dados un espacio métrico (S, d) y x0 ∈ S
fijo, la aplicación
φ : (S, d) → (ℓ∞ (S), k · k∞ )
que a cada x de S le asigna φ(x) : S → R definida por φ(x)(y) := d(x, y) −
d(x0 , y) para cada y ∈ S, es una isometría. Así un modelo para la compleción
de (S, d) es la terna ((S, d), φ, φ(S)), donde φ(S) se considera con la norma
inducida de ℓ∞ (S).
Ejemplo 1.3.5. Espacios de funciones diferenciables. Sean Ω ⊂ Rn un
abierto no vacío y K ⊂ Ω un conjunto compacto. Sea DK m (Ω) el espacio de

las funciones m veces diferenciables con continuidad (i.e. de clase m) en Ω


y con soporte contenido en K. La fórmula

∂ |α| f (x)

kf km = sup sup α1 α2 αn
x∈Ω |α|≤m ∂x 1 ∂x 2 . . . ∂x n
α = (α1 , . . . , αn ), |α| = α1 + · · · + αn
donde f ∈ DK m (Ω), define una norma completa en D m (Ω).
K
Si se designa con D m (Ω) el espacio de las funciones de clase m en Ω con
soporte compacto contenido en Ω, la fórmula kf km también define una norma
en dicho espacio. Con D(Ω) se designa el subespacio del anterior formado
por las funciones infinitamente diferenciables.
1.3. Ejemplos de espacios de Banach 30

Ejemplo 1.3.6. Para (Ω, Σ, µ) un espacio de medida arbitrario, los espacio


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Lp (Ω, Σ, µ) con la norma k · kp , 1 ≤ p ≤ ∞, son espacios de Banach. En


particular esto se aplica cuando Ω es un abierto de Rn con la medida de
Lebesgue en él inducida; en esta caso Cc (Ω) es denso en Lp (Ω). .

Demostración. Véase, por ejemplo, [59, Teorema 3.2.6] y A.3.5. 

Ejemplo 1.3.7. Espacios de Hardy. Sean D el disco unidad abierto del


plano complejo C, H (D) el espacio de las funciones holomorfas en D y
1 ≤ p ≤ ∞. Para f ∈ H (D) definimos
 Z 2π 1/p
1 iθ p
Mp (f ; r) := |f (re )| dθ , 0 < r < 1, 1 ≤ p < ∞,
2π 0

M∞ (f ; r) := sup |f (reiθ )|, 0 < r < 1.


0≤θ≤2π

Entonces el conjunto

H p (D) := f ∈ H (D) : kf kHp := sup Mp (f ; r) < ∞
0<r<1

es un espacio de Banach para la norma kf kHp llamado espacio de Hardy.

Demostración. Del hecho de que (Lp , k · kp ) sea un espacio normado se


deduce inmediatamente, tomando supremos, que H p (D) es un espacio vec-
torial y que k · kHp es una seminorma. Por otra parte, si kf kHp = 0 entonces
para cada r es Mp (f ; r) = 0 y por tanto f |D(0, r) = 0 para todo r, es decir,
f = 0. En consecuencia, k · kHp es una norma en H p (D). Vamos a demostrar
a continuación la completitud de Hp (D).
Cuando p = ∞, f ∈ H ∞ (D) si, y sólo si, f es holomorfa y está uniforme-
mente acotada en D, y la norma k·kH∞ coincide con la norma k·k∞ . H ∞ (D)
es un espacio de Banach por ser subespacio cerrado de (Cb (D(0, 1)), k · k∞ ).
Sea 1 ≤ p < ∞. Dada una sucesión de Cauchy (fn )n en H p (D) tomamos
0 < r < R < 1 y fijamos z ∈ B(0, r). Aplicando la fórmula de Cauchy a
fn − fm , e integrando a lo largo de la circunferencia Γ de centro 0 y radio R
1.4. Espacios de Hilbert 31

se tiene:
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Z
1 fn (w) − fm (w)

|fn (z) − fm (z)| = dw
2πi Γ w−z
Z 2π
R
≤ |fn (Reiθ ) − fm (Reiθ )| dθ.
2π(R − r) 0

Aplicando la desigualdad de Hölder A.2.2 a la función constantemente igual


a 1 y a la función g(θ) := |fn (Reiθ ) − fm (Reiθ )|, θ ∈ [0, 2π], se tiene
Z 2π
R
|fn (Reiθ ) − fm (Reiθ )| dθ
2π(R − r) 0
Z 2π  p1
R 1− p1 iθ iθ p
≤ (2π) |fn (Re ) − fm (Re )|
2π(R − r) 0
R
≤ Mp (fn − fm ; R) < ε, n, m ≥ nε .
(R − r)

Así pues (fn )n es una sucesión de Cauchy en la topología de la convergencia


uniforme sobre los compactos de D y, por tanto, converge en dicha topología
a una función f holomorfa en D. Sólo resta probar que f ∈ H p (D) y que
kfn − f kp converge a cero. Dado ε > 0 existe n0 tal que, si m, n > n0 , se
tiene kfn − fm kp < ε y entonces para todo r < 1,

Mp (f − fm ; r) = lı́m Mp (fn − fm ; r) ≤ ε.
n→∞

Es decir, f ∈ H p (D) y kf − fm kp converge a cero si m tiende a infinito. 

1.4. Espacios de Hilbert.


Ortogonalidad y ley del paralelogramo
Los espacios de Hilbert constituyen un tipo especial de espacios de Banach
que son la generalización natural de los espacios euclídeos de dimensión finita.
Como en el caso de dimensión finita, son espacios cuya norma procede de
un producto escalar. En el caso del espacio euclídeo de dimensión n sobre el
1.4. Espacios de Hilbert 32

cuerpo de los reales, el producto escalar viene dado, como es sabido, por la
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

fórmula
Xn
hx, yi = xk y k .
k=1

Para espacios euclídeos complejos la fórmula es


n
X
hx, yi = xk y k .
k=1
p
En ambos casos se tiene kxk2 = + hx, xi. Esto puede extenderse al espacio
ℓ2 real o complejo mediante

X
hx, yi = xk y k x, y ∈ ℓ2 ,
k=1

donde la convergencia absoluta se sigue de la desigualdad de Hölder 1.2.2


aplicada a sus sumas parciales.
En esta sección definimos de forma general la noción de producto escalar
y establecemos resultados conocidos en los espacios euclídeos.
Definición 1.4.1.
Sea H un espacio vectorial sobre K donde K es R o C. Un producto
escalar sobre H es una aplicación

h·, ·i : H × H −→ K

que verifica
(i) hax + by, zi = ahx, zi + bhy, zi para todo x, y, z ∈ H y a, b ∈ K.
(ii) hx, yi = hy, xi para todo x, y ∈ H.
(iii) hx, xi ≥ 0 y hx, xi = 0 si, y sólo si, x = 0.
Se llama espacio prehilbertiano a un espacio vectorial H dotado de
un producto escalar. En lo sucesivo los espacios prehilbertianos serán
denotados con (H, h·, ·i), o bien simplemente con H, cuando no haya
lugar a confusión.
1.4. Espacios de Hilbert 33

Las tres propiedades de la definición precedente se expresan diciendo que


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

h·, ·i es una forma hermitiana definida positiva; las dos primeras correspon-
den al concepto de forma hermitiana y la tercera corresponde al carácter de
definida positiva.
Un producto escalar permite definir una estructura de espacio normado
en la forma que se describe a continuación.
Proposición 1.4.2.
Si (H, h·, ·i) es un espacio prehilbertiano entonces:
(i) |hx, yi|2 ≤ hx, xihy, yi para todo x, y ∈ H
(desigualdad de Cauchy-Schwarz). Dicha desigualdad es una igualdad
si, y sólo si, x e y son linealmente dependientes.
p
(ii) La función kxk := + hx, xi define una norma en H. Además para x
e y no nulos se da la igualdad kx + yk = kxk + kyk si, y sólo si, x = ay
con a > 0.
Demostración. En la prueba del primer apartado distinguiremos dos casos.
Si hx, yi = 0 la desigualdad es trivial. Supongamos ahora que hx, yi =
6 0.
Entonces para cada a ∈ K, se tiene
0 ≤ hx − ay, x − ayi
= kxk2 − ahy, xi − ahx, yi + |a|2 kyk2 (1.4)
2 2 2
= kxk − 2 Re(ahy, xi) + |a| kyk .
hx, yi
Haciendo a = t con t ∈ R arbitrario, la fórmula anterior se transfor-
|hx, yi|
ma en
0 ≤ kxk2 − 2t|hx, yi| + t2 kyk2 . (1.5)
Por tanto, el polinomio de segundo grado en t que aparece en la fórmu-
la (1.5) ha de tener su discriminante menor o igual que cero, y esta condición,
|hx, yi|2 ≤ kxk2 kyk2 , es precisamente la desigualdad de Cauchy-Schwarz.
Es una comprobación inmediata que si x e y son linealmente dependien-
tes, entonces la desigualdad de Cauchy-Schwarz se convierte en una igual-
dad. Recíprocamente, si la desigualdad de Cauchy-Schwarz es una igualdad
y hx, yi =6 0, entonces x = ay. En efecto, la fórmula (1.5) adoptaría entonces
la forma
0 ≤ kxk2 − 2t|hx, yi| + t2 kyk2 ≤ (kxk − tkyk)2 , (1.6)
1.4. Espacios de Hilbert 34

kxk |hx,yi|
de modo que para t = = se da la igualdad en (1.6) y por tanto
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

kyk kyk2
en (1.4). Esto se traduce en que para a = hx,yi
kyk2
se tiene x = ay y así acaba la
demostración de (i). p
Para probar que kxk := + hx, xi define una norma en H basta con
verificar la desigualdad triangular, pues las otras dos propiedades de la nor-
ma son inmediatas. La desigualdad triangular se obtiene con ayuda de la
desigualdad de Cauchy-Schwarz del siguiente modo:

kx + yk2 = kxk2 + 2 Rehx, yi + kyk2 ≤ kxk2 + 2|hx, yi| + kyk2


≤ kxk2 + 2kxkkyk + kyk2 = (kxk + kyk)2 .

La caracterización de cuándo ocurre la igualdad en la fórmula anterior se


estudia en el ejercicio 1.20. 

Definición 1.4.3.
Se llama espacio de Hilbert a un espacio prehilbertiano H en el que
el espacio normado asociado (H, k · k) es completo.

David Hilbert (1862-1943) fue un matemá-


tico de origen alemán. Su influencia en las ma-
temáticas del siglo XX van más allá de sus con-
tribuciones científicas, de entre las que por el
contexto de este libro debemos destacar su for-
mulación de la teoría de los espacios de Hilbert.
Su famosa lista de 23 problemas publicada en
1900 marcó el devenir en buena medida de par-
te de las Matemáticas del siglo XX: 10 de estos
23 problemas fueron presentados por Hilbert en
el International Congress of Mathematicians de París de 1900. Hilbert
fue Editor Jefe de Mathematische Annalen, que ha sido por casi 150
años ya una revista de gran prestigio en matemáticas. Entre los discí-
pulos de Hilbert se cuentan, entre otros, Alfréd Haar, Erhard Schmidt,
Hugo Steinhaus, Hermann Weyl y Ernst Zermelo. Otros detalles sobre
la historia y obra de Hilbert pueden leerse en:
• David Hilbert en Wikipedia.
• David Hilbert en MacTutor History of Mathematics.
1.4. Espacios de Hilbert 35

Ejemplo 1.4.4. Los ejemplos más básicos de espacios de Hilbert son los
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

siguientes:
(i) Kn con el producto escalar
n
X
hx, yi = xi y i ,
i=1

siendo x = (x1 , x2 , . . . , xn ), y = (y1 , y2 , . . . , yn ).


 P∞
(ii) ℓ2 = x = (xn )n ∈ KN : 2
n=1 |xn | < ∞ con el producto escalar

X
hx, yi = xn y n .
n=1

(iii) L2 (Ω, Σ, µ), donde µ es una medida positiva en el espacio medible


(Ω, Σ), con el producto escalar
Z
hf, gi = f g dµ.

Los que siguen son espacios prehilbertianos no completos.


(iv) El espacio c00 , definido en la proposición 1.3.1, con el producto escalar
considerado en ℓ2 , debido a que c00 es denso en ℓ2 y distinto de ℓ2 .
(v) El espacio C([a, b]) de las funciones continuas en el intervalo [a, b] con
el producto escalar heredado de L2 ([a, b], m), donde m es la medida de
Lebesgue, debido a que C([a, b]) es denso en L2 ([a, b], m) y distinto de
L2 ([a, b], m).
Demostración. Los apartados (iii) y (v) se demuestran en los textos de
medida e integración (véase, por ejemplo, [59, Teoremas 3.2.6 y 3.3.1 ]). Las
demás afirmaciones son sencillas de demostrar y quedan como ejercicio para
el lector. 

Proposición 1.4.5.
Sean H un espacio prehilbertiano y k · k la norma asociada.
(i) Se verifica la siguiente “ley del paralelogramo”:
kx + yk2 + kx − yk2 = 2(kx2 k + kyk2 ) para todo x, y ∈ H.
1.4. Espacios de Hilbert 36

(ii) Si K = C se verifica la siguiente “identidad de polarización”:


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

hx, yi = 14 (kx + yk2 − kx − yk2 + ikx + iyk2 − ikx − iyk2 )


para todo x, y ∈ H.
(iii) Si K = R se verifica la siguiente identidad de polarización:
hx, yi = 14 (kx + yk2 − kx − yk2 )
para todo x, y ∈ H.

Demostración. Comprobación simple usando la definición de la norma


hilbertiana. 
y
y−x
x+y

0 x
Obsérvese que, en particular, de lo anterior se sigue que el producto es-
calar es continuo en la topología que define. La ley del paralelogramo carac-
teriza a las normas que proceden de un producto escalar, como se prueba a
continuación.
Teorema 1.4.6. Jordan-Von Neumann, 1935.
Si (X, k · k) es un espacio normado, las siguientes afirmaciones son
equivalentes:
(i) Existe un producto escalar en X tal que hx, xi = kxk2 para todo
x ∈ X.
(ii) La norma k · k verifica la ley del paralelogramo

kx + yk2 + kx − yk2 = 2(kxk2 + kyk2 ) para todo x, y ∈ X.

Demostración. Si la norma satisface la ley del paralelogramo, para cada


x, y ∈ H se define hx, yi mediante la fórmula de la identidad de polarización
que corresponda, según que el cuerpo K sea R o C. Se trata de comprobar que
h·, ·i, así definido, es un producto escalar cuya norma asociada coincide con
1.4. Espacios de Hilbert 37

la inicial. Lo haremos únicamente para el caso complejo, dejando al cuidado


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

del lector la adaptación al caso real.


Las siguientes identidades se comprueban de forma inmediata

kxk2 = hx, xi, hy, xi = hx, yi, (1.7)


h−x, yi = −hx, yi, hix, yi = ihx, yi. (1.8)

La ley del paralelogramo interviene en la prueba de la igualdad


D yE D yE
hx + z, yi = 2 x, + 2 z, , (1.9)
2 2
que se establece a continuación, y que sirve como base para demostrar la
igualdad hx + z, yi = hx, yi + hz, yi.

4hx + z, yi = kx + z + yk2 − kx + z − yk2 + ikx + z + iyk2 − ikx + z − iyk2


= k(x + y2 ) + (z + y2 )k2 − k(x − y2 ) + (z − y2 )k2
+ ik(x + i y2 ) + (z + i y2 )k2 − ik(x − i y2 ) + (z − i y2 )k2
= 2kx + y2 k2 + 2kz + y2 k2 − kx − zk2
− (2kx − y2 k2 + 2kz − y2 k2 − kx − zk2 )
+ i(2kx + i y2 k2 + 2kz + i y2 k2 − kx − zk2 )
− i(2kx − i y2 k2 + 2kz − i y2 k2 − kx − zk2 )
= 8hx, y2 i + 8hz, y2 i.

Haciendo z = 0 en la fórmula (1.9) se tiene hx, yi = 2hx, y2 i para todo x, y,


por lo que finalmente,

hx + z, yi = hx, yi + hz, yi. (1.10)

A partir de la fórmula (1.10), haciendo uso de (1.8) se obtiene sin dificultad

hax, yi = ahx, yi,

para a ∈ Q + iQ (primero se hace para a ∈ N, luego para a ∈ Z, a ∈ Q,. . . )


y, a partir de ahí, utilizando la continuidad de la norma (y por tanto la de
h·, ·i) se obtiene hax, yi = ahx, yi para todo a ∈ K. 
1.4. Espacios de Hilbert 38

Definición 1.4.7.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Dos espacios prehilbertianos (H1 h·, ·i1 ), (H2 , h·, ·i2 ) se dicen equiva-
lentes si existe T : H1 −→ H2 isomorfismo algebraico tal que

hT x, T yi2 = hx, yi1 .

Es inmediato, a partir de la identidad de polarización, que una condición


necesaria y suficiente para que esto ocurra es que T sea un isomorfismo
isométrico entre los espacios normados asociados H1 y H2 .
Cualquier espacio prehilbertiano H admite una compleción como espacio
normado (véase la proposición 1.1.10), es decir, existen un espacio de Banach
Hb y una aplicación lineal isométrica J : H −→ H b tales que J(H) es denso en
b
H (sección 1.1). Pero como la norma de H verifica la ley del paralelogramo,
también (por densidad) la verifica la norma de H. b En otras palabras, H b es
un espacio de Hilbert para un producto escalar h·, ·iHb que genera la norma de
Hb y J es una aplicación lineal isométrica de H sobre un subconjunto denso
de Hb tal que hx, yiH = hJx, Jyi b para cada x, y ∈ H.
H
El espacio (ℓ∞ , k · k∞ ) y el espacio C([a, b]) de las funciones continuas
Rb
en [a, b] con la norma kf k1 = a |f (t)| dt son ejemplos de espacios normados
cuya norma no procede de un producto escalar. En ambos casos el lector
puede encontrar pares de vectores que no satisfacen la ley del paralelogramo.
Definición 1.4.8.
Sea H un espacio prehilbertiano.
(i) Los vectores x, y ∈ H se dicen ortogonales si hx, yi = 0. La nota-
ción x ⊥ y significa que x e y son ortogonales.
(ii) El vector x se dice ortogonal a un subconjunto M ⊂ H, y se denota
con x ⊥ M , si para todo y ∈ M se cumple hx, yi = 0. Se llama
ortogonal de M al siguiente conjunto

M ⊥ := {x ∈ H : hx, yi = 0 para todo y ∈ M }.

(iii) Una familia (xi )i∈I se dice ortogonal si xi ⊥ xj para cada i, j ∈ I


con i 6= j. Si además se cumple que kxi k = 1 para todo i ∈ I,
entonces la familia (xi )i∈I se dice ortonormal.
1.4. Espacios de Hilbert 39

Proposición 1.4.9.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea H un espacio prehilbertiano.


(i) Si x, y ∈ H y x ⊥ y, entonces

kx + yk2 = kxk2 + kyk2

(teorema de Pitágoras).
(ii) Si (xi )i∈I es una familia ortogonal y xi 6= 0 para todo i ∈ I, entonces
(xi )i∈I es un conjunto linealmente independiente.
(iii) Si M ⊆ H, entonces M ⊥ es un subespacio cerrado de H.
Demostración. Las afirmaciones primera y última son de comprobación
directa. Para la segunda, supóngase que J ⊂ I es un conjunto finito y que
P
j∈J aj xj = 0. Haciendo el producto escalar de este sumatorio por cada uno
de los xj se obtiene aj = 0 para el correspondiente j ∈ J. 

Cualquier sucesión de vectores puede “ortonormalizarse” según un proce-


dimiento conocido con el nombre de método de ortonormalización de Gram-
Schmidt que pasamos a detallar.
Lema 1.4.10. Gram-Schmidt, 1907.
Sea (xn )n una colección contable (finita o numerable) de vectores lineal-
mente independientes en el espacio prehilbertiano H. Si se define por induc-
ción la sucesión (un )n mediante las fórmulas
y1
y1 := x1 , u1 :=
ky1 k
(1.11)
Pn−1 yn
yn := xn − j=1 hxn , uj iuj , un := si n ≥ 2,
kyn k

entonces (un )n es una sucesión ortonormal en H y para cada n se tiene

span{u1 , . . . , un } = span{x1 , . . . , xn }.

Demostración. Haremos la demostración por inducción sobre n. Poniendo


u1 := kxx11 k (obsérvese que x1 6= 0) se tiene que {u1 } es un conjunto ortonor-
mal y span{x1 } = span{u1 }.
1.4. Espacios de Hilbert 40

Construidos por la hipótesis de inducción u1 , u2 , . . . , un−1 ortonorma-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

les tales que para los espacios generados se tenga span{u1 , . . . , un−1 } =
span{x1 , . . . , xn−1 }, vamos a construir un vector y en span{x1 , . . . , xn } =
span{u1 , . . . , un−1 , xn } que sea ortogonal a {u1 , . . . , un−1 }. Dicho vector será
de la forma y = a1 u1 + · · · + an−1 un−1 + an xn , pero como ha de ser or-
togonal a los vectores u1 , . . . , un−1 , no puede pertenecer al subespacio que
ellos generan. Por tanto, an tiene que ser no nulo y, por homogeneidad, po-
demos suponer que an = 1. Además el requerimiento de ortogonalidad exige
también que

hy, uj i = 0 = aj + hxn , uj i, para j = 1, . . . n − 1,

es decir, aj = −hxn , uj i, para j = 1, . . . n − 1, por lo que el vector


n−1
X
yn := xn − hxn , uj iuj
j=1

permite alcanzar nuestro propósito. El vector yn es no nulo puesto que xn es


linealmente independiente de {u1 , . . . , un−1 }. Haciendo un = yn /kyn k se ob-
tiene un conjunto ortonormal {u1 , . . . , un } que satisface span{u1 , . . . , un } =
span{x1 , . . . , xn }. 

Como consecuencia se obtiene el siguiente resultado.


Corolario 1.4.11.
Sean H un espacio prehilbertiano y M un subespacio finito dimensional
de H. Entonces:
(i) M tiene una base algebraica formada por vectores ortonormales.
(ii) M es isomorfo, como espacio prehilbertiano, a Kn , siendo n = dim M .
Demostración. Para la primera parte basta tomar {x1 , x2 , . . . , xn } base
algebraica de M , y con el método de Gram-Schmidt obtener una base or-
tonormal {u1 , u2 , . . . , un } en M . Para la segunda parte, si {u1 , u2 , . . . , un }
es una base ortonormal de M , la aplicación T : M −→ Kn definida por
T (x) := (hx, ui i)ni=1 es un isomorfismo de espacios prehilbertianos que con-
serva el producto escalar. 
1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección 41

1.5. Mejor aproximación.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Teorema de la proyección
Definición 1.5.1.
Sean (H, h·, ·i) un espacio prehilbertiano, k · k la norma asociada
a h·, ·i, d la métrica asociada a k · k y S un subconjunto no vacío de
H. Fijado x ∈ H, si la función d(x, ·) alcanza un mínimo, es decir, si
existe y ∈ S tal que d(x, y) = d(x, S), se dice que y es un vector de
mejor aproximación de x a S.

Obsérvese que no siempre existe un vector de mejor aproximación (tóme-


se, por ejemplo, como S un semiespacio abierto de R2 y como x cualquier
elemento de R2 que no pertenezca a S) y que, en caso de que exista, puede
no ser único (tómese como S el exterior de la bola abierta con centro x y
radio 1).
El objetivo de esta sección es probar que para conjuntos convexos com-
pletos en un espacio prehilbertiano la mejor aproximación existe y es única.
Asimismo caracterizaremos el vector de mejor aproximación en términos de
una propiedad de ortogonalidad.
Comenzaremos recordando la noción de conjunto convexo.
Definición 1.5.2.
Un conjunto A de un espacio vectorial X se dice convexo si

λA + (1 − λ)A ⊂ A para todo λ ∈ [0, 1].

Teorema 1.5.3.
Sea H un espacio prehilbertiano y sea C ⊂ H un subconjunto con-
vexo y completo. Entonces para cada x ∈ H existe una única mejor
aproximación de x a C.

Demostración. Mediante una traslación puede suponerse, sin pérdida de


generalidad, que x = 0. Sea α := ı́nf{d(0, z); z ∈ C} y sea (yn )n una sucesión
de vectores en C con lı́mn kyn k = α. Para concluir la prueba de la existencia
es suficiente demostrar que (yn )n es de Cauchy, ya que entonces existirá
1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección 42

lı́m yn := y ∈ C y por la continuidad de la norma se tendrá kyk = α =


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

d(0, C). Dado ε > 0, sea n0 tal que si n ≥ n0 se tenga kyn k2 < α2 + ε. Por
la ley del paralelogramo se tiene
y − y 2 1 
n m yn + ym 2
= kyn k2 + kym k2 −
2 2 2
y por la convexidad de C
y + y 2
n m
≥ α2 .
2
Así, si n, m > n0 se tiene
y − y 2 1
n m
≤ (α2 + ε + α2 + ε) − α2 = ε.
2 2
Supongamos ahora que existieran y, z ∈ C con α = kyk = kzk. Utilizando
de nuevo la ley del paralelogramo y la convexidad de C se tiene
y − z 2 1 
y + z 2 1 2
= kyk2 + kzk2 − ≤ (α + α2 ) − α2 = 0,
2 2 2 2
y por tanto z = y, lo que prueba la unicidad de la mejor aproximación. 

Obsérvese que en el teorema anterior puede sustituirse la hipótesis prehil-


bertiano para H por Hilbert y la hipótesis completo para S por cerrado,
obteniéndose la misma conclusión.
Teorema 1.5.4.
Sea Y un subespacio de un espacio prehilbertiano H. Las dos afir-
maciones siguientes son equivalentes:
(i) Existe un vector y de mejor aproximación de x a Y .
(ii) x − y ⊥ Y .
Además:
(iii) Si el vector de mejor aproximación existe, entonces es único.
(iv) Si Y es completo, el vector de mejor aproximación siempre existe.
1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección 43

Demostración. Para la implicación (i)⇒(ii) razonamos como sigue. Cua-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

lesquiera que sean z ∈ Y y a ∈ K se tiene



kx − yk2 ≤ kx − y + azk2 = kx − yk2 + 2 Re ahz, x − yi + |a|2 kzk2 ,

de donde 
0 ≤ 2 Re ahz, x − yi + |a|2 kzk2
y tomando a = thx − y, zi, con t ∈ R, se obtiene

0 ≤ 2t|hx − y, zi|2 + t2 |hx − y, zi|2 kzk2 .

Si para algún z ∈ Y fuera hx − y, zi =


6 0 se tendría

0 ≤ 2t + t2 kzk2 ,

para todo t ∈ R, lo cual es imposible. Se tiene así que x − y ⊥ Y .


Veamos la implicación (ii)⇒(i). Supuesto que x − y ⊥ Y , para todo
z ∈ Y , usando el teorema de Pitágoras 1.4.9, se tiene

kx − zk2 = kx − y + y − zk2 = kx − yk2 + ky − zk2 ≥ kx − yk2 .

En consecuencia, y es el vector de mejor aproximación de x a Y .


Para probar (iii) supongamos que y1 , y2 ∈ Y son vectores de mejor apro-
ximación. Entonces x − y1 y x − y2 pertenecen a Y ⊥ y su diferencia también,
de modo que y1 − y2 ∈ Y ⊥ ∩ Y , lo cual exige que y1 = y2 . Por último (iv) es
consecuencia del teorema 1.5.3. 

1.5.1. Espacios de Hilbert de dimensión finita.


Determinante de Gram
Si M es un subespacio de dimensión finita de un espacio prehilbertiano,
es posible expresar el vector de mejor aproximación a x en términos de una
base de M constituida por vectores ortonormales.
Proposición 1.5.5.
Sea M un subespacio de dimensión finita de un espacio prehilbertiano H
y sea {ei : 1 ≤ i ≤ n} una base ortonormal de M . Entonces:
1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección 44

(i) Para cada x ∈ H existe un único vector de mejor aproximación y de x


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

a M que se expresa en la forma


n
X
y= hx, ei iei . (1.12)
i=1

n
X
(ii) d(x, M )2 = kxk2 − |hx, ei i|2 .
i=1

Demostración. Por el teorema 1.5.4 el vector y de mejor aproximación


está caracterizado por ser el único vector y ∈ M que cumple x − y ⊥ M .
Es inmediato comprobar que el vector definido en la ecuación (1.12) cumple
esta condición y así se obtiene (i).
Utilizando la fórmula (1.12) y que x − y ⊥ y se obtiene
n
X n
X
2 2
d(x, M ) = kx − yk = hx − hx, ei iei , x − hx, ei iei i
i=1 i=1
n
X n
X
2
= hx − hx, ei iei , xi = kxk − |hx, ei i|2 ,
i=1 i=1

que es lo afirmado en (ii). 

Así pues, en el caso de utilizar una base ortonormal en M el cálculo del


vector mejor aproximación es muy cómodo. Pero, ¿qué ocurre si la base no
es ortonormal? Siempre podríamos usar el método de ortonormalización de
Gram-Schmidt y construir una base ortonormal respecto de la cual las coor-
denadas del vector de mejor aproximación tuviesen una expresión sencilla;
un cambio de coordenadas permitiría expresar este vector en términos de la
base inicial. En el siguiente teorema vamos a abordar este problema de forma
directa usando el determinante de Gram de un conjunto de vectores (xi )ni=1
definido por
a11 a12 · · · a1n

a21 a22 · · · a2n

G(x1 , x2 , . . . , xn ) =
· · · · · · · · · · · ·

an1 an2 · · · ann

donde aij = hxj , xi i.


1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección 45

Teorema 1.5.6.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean H un espacio prehilbertiano, M ⊂ H un subespacio de dimen-


sión finita con base {xi : 1 ≤ i ≤ n} y x un vector de H.
(i) El vector y de mejor aproximación de x a M viene dado por

a11 a12 · · · a1n hx, x1 i

a21 a22 · · · a2n hx, x2 i
−1
y= · · · · · · · · · ··· · · ·
G(x1 , x2 , . . . , xn )
an1 an2 · · · ann hx, xn i
x1 x2 · · · xn 0

donde aij = hxj , xi i, i, j = 1, 2, . . . , n.


(ii) La distancia de x a M se expresa en la forma
s
G(x1 , x2 , . . . , xn , x)
d(x, M ) =
G(x1 , x2 , . . . , xn )

Demostración. Si y = a1 x1 + · · · + an xn , las coordenadas (a1 , . . . , an ) son


la solución del sistema hx − y, xj i = 0 para j = 1, 2, . . . , n, es decir,

a1 hx1 , x1 i + a2 hx2 , x1 i + . . . + an hxn , x1 i = hx, x1 i 


a1 hx1 , x2 i + a2 hx2 , x2 i + . . . + an hxn , x2 i = hx, x2 i
(1.13)
... ... ... ... 


a1 hx1 , xn i + a2 hx2 , xn i + . . . + an hxn , xn i = hx, xn i

Sabemos por la regla de Cramer que aj = Dj /G(x1 , . . . , xn ), siendo Dj


el determinante obtenido a partir del determinante de Gram reemplazando
la columna j-ésima por la columna (hx, xi i)i . Sustituyendo estos valores en
y = a1 x1 + a2 x2 + · · · + an xn podemos escribir explícitamente y. Un simple
cálculo muestra que dicha expresión coincide con

a11 a12 · · · a1n hx, x1 i

a21 a22 · · · a2n hx, x2 i
−1
· · · · · · · · · · · · . . .

G(x1 , x2 , . . . , xn )
an1 an2 · · · ann hx, xn i
x1 x2 · · · xn 0
1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección 46

sin más que desarrollar el determinante anterior por los elementos de la


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

última fila.
Para la distancia d := d(x, M ) se tiene
d2 = kx − yk2 = hx − y, xi = hx, xi − hy, xi
n
X
= hx, xi − ai hxi , xi
i=1

o bien
a1 hx1 , xi + a2 hx2 , xi + · · · + an hxn , xi = hx, xi − d2 ,
que se puede reescribir juntamente con las ecuaciones (1.13) en la siguiente
forma

a1 hx1 , x1 i + . . . + an hxn , x1 i − hx, x1 iα = 0 


a1 hx1 , x2 i + . . . + an hxn , x2 i − hx, x2 iα = 0 
... ... ... ... ...

a1 hx1 , xn i + . . . + an hxn , xn i − hx, xn iα = 0 


a1 hx1 , xi + . . . + an hxn , xi + (d2 − hx, xi)α = 0
donde α = 1. Y como este sistema homogéneo de n + 1 ecuaciones en las
variables (a1 , . . . , an , α) tiene solución no nula, el determinante principal del
mismo ha de ser nulo, es decir,

a11 a 12 · · · a 1n h−x, x 1 i

a21 a22 ··· a2n h−x, x2 i

··· ··· ··· ··· ... = 0.

an1 a · · · a h−x, x i
n2 nn n
hx1 , xi hx2 , xi · · · hxn , xi d2 − hx, xi

Desarrollando este determinante por los elementos de la última columna y


denotando con Dj el menor complementario (con su signo) correspondiente
a la fila j en dicha columna, se tiene
(d2 − hx, xi)Dn+1 + h−x, xn iDn + · · · + h−x, x1 iD1 = 0,

pero como Dn+1 = G(x1 , . . . , xn ), esta igualdad puede expresarse del siguien-
te modo:
d2 G(x1 , . . . , xn ) = hx, xiDn+1 + hx, xn iDn + · · · + hx, x1 iD1 ,
1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección 47

es decir,
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:


a11 a12 ··· a1n hx, x1 i

a21 a22 ··· a2n hx, x2 i

2
d G(x1 , . . . , xn ) = · · · ··· ··· ··· . . .
an1 a ··· ann hx, xn i
n2
hx1 , xi hx2 , xi ··· hxn , xi hx, xi
= G(x1 , . . . , xn , x).

Y el teorema está probado. 

Vamos a continuación a ilustrar estos resultados con algunas aplicaciones.

1.5.1.1. Funciones lineales experimentales. Resolución


de sistemas sobredimensionados por mínimos cuadrados
Supongamos que un determinado fenómeno experimental admite una mo-
delización matemática mediante una función y que es lineal en las variables
x1 , . . . , xn , es decir,

y = a1 x 1 + a2 x 2 + · · · + an x n ,

pero desconocemos el valor de las constantes a1 , a2 , . . . , an . Para determinar


estas constantes podría pensarse en realizar experimentos fijando los valores
de entrada x1k , . . . , xnk (k = 1, 2, . . . m) y, midiendo los valores y1 , . . . , ym
obtenidos, generar un sistema de ecuaciones

a1 x11 + . . . + an xn1 = y1  

a1 x12 + . . . + an xn2 = y2
(1.14)
... ... ... ... 


a1 x1m + . . . + an xnm = ym

Si este sistema pudiera resolverse, proporcionaría los valores a1 , . . . an que


rigen el experimento. Desde un punto de vista matemático sólo sería necesario
hacer n experimentos (o sea, tomar m = n), eso sí, cuidando bien la elección
de las entradas x1k , . . . , xnk , k = 1, 2, . . . m, para que fueran linealmente
independientes. ¿Qué ocurre si m > n? Desde un punto de vista matemático
1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección 48

el sistema podría ser incompatible, cuando lo que realmente está pasando


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

es que las mediciones experimentales son aproximadas: es razonable pues


resolver el sistema (1.14) de forma aproximada también.
Un modelo de compromiso para determinar
P los (ai )ni=1 podría ser realizar
una serie de medidas aceptando que yk − i ai xik no es necesariamente cero,
pero que la “solución” buscada será aquélla que globalmente minimice estas
desviaciones. De forma precisa, consideramos la función
 n
X 2  n
X 2
f (α1 , . . . , αn ) = y1 − αi xi1 + · · · + ym − αi xim
i=1 i=1

y buscamos un punto (a1 , . . . , an ) en el que f alcanza su mínimo. Para ello


podemos utilizar el teorema 1.5.6. Veámoslo. Consideremos los vectores co-
lumna del sistema de ecuaciones, es decir,

Xk = (xk1 , xk2 , . . . , xkm ) ∈ Km para k = 1, 2, . . . , n; Y = (y1 , y2 , . . . , ym ).

Supongamos m > n, porque usualmente hay más experimentos que variables,


admitamos que los vectores {X1 , X2 , . . . , Xn } son linealmente independientes
en Km y denotemos con M el subespacio vectorial que engendran. Lo que
buscamos es (a1 , . . . , an ) tal que
n
X 2 n
X 2

f (a1 , . . . , an ) = Y − ai Xi ≤ f (α1 , . . . , αn ) = Y − αi Xi ,
i=1 i=1

para todo (α1 , . . . , αn ) ∈Kn , es decir, queremos encontrar las coordenadas


(a1 , . . . , an ) respecto de la base (X1 , . . . , Xn ) del vector de Z ∈ M de mejor
aproximación a Y . Poniendo Aij = hXj , Xi i y aplicando el teorema 1.5.6 se
obtiene que el vector de mejor aproximación es

A11 A12 · · · A1n hY, X1 i

n A21 A22 · · · A2n hY, X2 i
X −1
Z= ai Xi = ··· ··· ··· ··· . . .

G(X1 , X2 , . . . , Xn )
i=1 An1 An2 · · · Ann hY, Xn i
X1 X2 · · · Xn 0

Para terminar, obsérvese que si escribimos A = (xij )n,m


i=1,j=1 entonces el vector
Z ∈ M de mejor aproximación de Y a M aparece, de acuerdo con (1.13),
1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección 49

como la única solución del sistema compatible determinado


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

t
AAX = t AY,
que, al ser desarrollada en coordenadas, proporciona las llamadas ecuaciones
normales asociadas al sistema lineal sobredimensionado definido en (1.14).

1.5.1.2. Ajustes polinómicos por mínimos cuadrados


Dados k puntos, t1 , . . . , tk , en el intervalo [a, b] y valores y1 , . . . , yk , re-
presentados en una tabla
x t1 t2 . . . tk
y y1 y2 . . . yk
cuyos datos han sido obtenidos, por ejemplo, de forma experimental, es po-
sible determinar un polinomio P de grado a lo sumo k − 1 con la propiedad
de que P (ti ) = yi para 1 ≤ i ≤ k. Para obtener P es suficiente resolver
el sistema de k ecuaciones lineales cuyas incógnitas son los coeficientes del
polinomio o, si se prefiere, aplicar directamente la fórmula del polinomio de
interpolación de Lagrange, [46].
En muchas situaciones experimentales k es muy grande y lo razonable es
buscar un polinomio de grado n netamente inferior a k − 1, por dos razones:
en primer lugar porque las operaciones necesarias para calcular el polinomio
de interpolación crecen al aumentar el grado del polinomio; en segundo lugar
porque el aumento del número de puntos de interpolación puede conducir,
contrariamente a lo que podría esperarse, a que el polinomio obtenido no
sea una buena aproximación para la ley que rige el fenómeno experimental
(fenómeno de Runge [46, p. 296], véase también la página 107).
Desde un punto de vista matemático, este problema es del mismo tipo que
el problema de la resolución de los sistemas sobredimensionados por mínimos
cuadrados abordado en el apartado anterior. En esta situación lo que se hace
es determinar, de entre todos los polinomios de grado a lo sumo n, aquél que
mejor se aproxima a tomar los valores yi en los puntos ti . Concretamente se
trata de minimizar la función
k
X
f (P ) = |yi − P (ti )|2 ,
i=1

donde P es un polinomio arbitrario de grado a lo más n, k − 1 ≥ n.


1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección 50

A tal fin consideremos el espacio prehilbertiano H formado por las funcio-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

nes cuyoP dominio es D = {ti ; 1 ≤ i ≤ k} con el producto escalar definido por


hf, gi = i f (ti )g(ti ), y el subespacio M formado por los polinomios de gra-
do a lo más n. En dicho espacio los polinomios 1, t, t2 , . . . , tn son linealmente
independientes y podemos aplicar de nuevo el teorema 1.5.6 para obtener,
mediante el procedimiento de los “mínimos cuadrados”, el polinomio buscado:

A00 A01 A02 · · · A0n hY, 1i

A10 A11 A12 · · · A1n hY, ti
X n
−1
A20 A21 A22 · · · A2n hY, t2 i
P = ai t i =
G(1, t, t2 , . . . , tn ) · · · · · · · · · · · · · · · . . .
i=1
A n
n0 An1 An2 · · · Ann hY, t i
1 t t2 · · · tn 0
donde Ai,j = ht , t i, Y = (y1 , . . . , yk ).
j i

1.5.2. Teorema de la proyección


Si H es un espacio prehilbertiano y M ⊂ H es un espacio de dimensión
finita, la aplicación que envía x ∈ H a su mejor aproximación PM (x) en M
es lineal gracias al apartado (i) de la proposición 1.5.5. En general tenemos,

Teorema 1.5.7. Teorema de la proyección.


Sean H un espacio de Hilbert y M un subespacio cerrado de H. Sea
PM : H −→ H la aplicación que a cada x ∈ H le hace corresponder la
mejor aproximación de x a M . Entonces:
(i) PM es una proyección lineal y el espacio H se puede descomponer
como suma directa algebraica de M y M ⊥ , siendo PM y PM ⊥ ,
precisamente, las proyecciones canónicas asociadas a dicha des-
composición.
(ii) PM (H) = M , Ker PM = M ⊥ , PM ⊥ = I − PM .
(iii) Si M 6= 0, la proyección PM tiene norma 1 y, para x, y ∈ H,
verifica hPM (x), yi = hx, PM (y)i. Otro tanto ocurre con PM ⊥ .
(iv) La suma directa H = M ⊕ M ⊥ es topológica.
(v) M ⊥⊥ = M .
1.5. Mejor aproximación. Teorema de la proyección 51

Demostración. El vector y := PM (x) viene caracterizado por el hecho


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

de ser el único vector que satisface x − y ⊥ M . Si z := x − y, se tiene


x = y + z y como M ∩ M ⊥ = 0, concluimos que se da la igualdad H =
M + M ⊥ , siendo la suma una suma directa. Además, PM es lineal ya que
x + y − (PM x + PM y) ⊥ M y, por la unicidad de la mejor aproximación,
se obtiene PM (x + y) = PM x + PM y. Análogamente, si a ∈ K se tiene
ax − aPM (x) ⊥ M y, por ende, PM (ax) = aPM (x). Se comprueba fácilmente
que PM , PM ⊥ son las proyecciones canónicas asociadas a la suma directa, y
esto acaba la demostración de los dos primeros apartados.
Como x = y + z, siendo y ⊥ z, se tiene kxk2 = kyk2 + kzk2 = kPM xk2 +
kzk , lo cual permite concluir que PM es continua y además que para M 6= 0
2

es kPM k = 1. Así H = M ⊕ M ⊥ es una suma directa topológica. La fórmula


hPM x, yi = hx, PM yi se comprueba fácilmente escribiendo x e y como suma
de elementos en M y M ⊥ .
Veamos ya el último apartado. Es claro que M ⊂ M ⊥⊥ . Si x ∈ M ⊥⊥ ⊂
H = M ⊕ M ⊥ , existen y ∈ M, z ∈ M ⊥ tales que x = y + z, de donde
0 = hx, zi = hy, zi + kzk2 = kzk2 . Es decir, z = 0 y, por tanto, x ∈ M . 

Definición 1.5.8.
El operador PM , que a cada x ∈ H le hace corresponder la mejor
aproximación de x a M , recibe el nombre de proyección ortogonal de H
sobre M .

Ejemplo 1.5.9.

(i) El teorema anterior no es cierto si M no es cerrado. Tomando H = ℓ2


con la norma k · k2 y M = c00 se tiene que para cualquier x ∈ H es
d(x, M ) = 0, debido a que M es denso en H, y por tanto si x ∈ H \ M
no existe vector en M de mejor aproximación.
(ii) El teorema anterior no es cierto si H no es completo, aunque M sea
cerrado. Tómese H = c00 con la norma k · k2 y M = Ker f donde

 X 1
f (an )n = an ,
n=1
n
1.6. Dual de un espacio de Hilbert: teorema de Riesz–Fréchet 52

para (an )n ∈ c00 . Es claro que f está bien definida, pues la serie se
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

reduce a una suma finita en cada caso, y que es una aplicación lineal
no nula. Además f es continua pues, por la desigualdad de Hölder 1.2.2,
se tiene

 X 1
f (an )n ≤ |an | ≤ k(an )n k2 C.
n
n=1

Así pues, M es un subespacio cerrado propio de H y H 6= M ⊕ M ⊥


puesto que M ⊥ = 0, como el lector puede comprobar.
La propiedad de que cada subespacio cerrado de un espacio de Hilbert
tiene un complementario topológico caracteriza dichos espacios (véase [52]).
Definición 1.5.10.
Un subconjunto S de (E, k · k) se dice total si span S = E.

En espacios de Hilbert los conjuntos totales se caracterizan en la forma


simple que establece el corolario que sigue.
Corolario 1.5.11.
Sea H un espacio de Hilbert. S ⊂ H es total si, y sólo si, S ⊥ = 0.
Demostración. Supongamos que span S = H y sea x ∈ H tal que hs, xi = 0
para todo s ∈ S. Entonces la linealidad y continuidad de h·, xi garantizan que
hy, xi = 0 para todo y ∈ H. En particular hx, xi = 0, y por tanto S ⊥ = 0.
Recíprocamente se tiene que H = span S ⊕ span S ⊥ , por el teorema 1.5.7,
pero al ser S ⊥ = span S ⊥ y S ⊥ = 0 se concluye que H = span S. 

1.6. Dual de un espacio de Hilbert:


teorema de Riesz–Fréchet
El cálculo del dual de un espacio de Banach es generalmente complicado,
véase la proposición 1.3.1 y el corolario 3.10.12. De hecho, en un espacio de
Banach abstracto, ni siquiera la existencia de formas lineales continuas no
nulas es una cuestión inmediata (véase la sección 3.1). Para espacios con
producto escalar la situación es muy diferente: cada h·, yi es una forma lineal
continua.
1.6. Dual de un espacio de Hilbert: teorema de Riesz–Fréchet 53

Teorema 1.6.1. F. Riesz – M. Fréchet, 1907.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean un espacio de Hilbert H y una forma lineal f : H −→ K. Las


siguientes afirmaciones son equivalentes:
(i) La forma lineal f es continua.
(ii) Existe un único y ∈ H tal que f (x) = hx, yi para todo x ∈ H,
siendo además kf k = kyk.

Demostración. La implicación (ii)⇒(i) es una consecuencia de que el pro-


ducto escalar es lineal en la primera variable y de la desigualdad de Cauchy-
Schwarz.
Veamos ahora que (i)⇒(ii). La unicidad es consecuencia de que 0 es el
único vector ortogonal a H. La existencia se sigue del teorema de la pro-
yección del modo que se indica a continuación. Supongamos f 6= 0 (en caso
contrario, y = 0 resuelve la cuestión) y sea Y := Ker f . Como Y es un subes-
pacio cerrado de H se tiene H = Y ⊕ Y ⊥ , siendo además Y ⊥ de dimensión
uno. Sea z ∈ Y ⊥ con kzk = 1. Para cada x ∈ H su proyección ortogonal
sobre Y ⊥ es hx, ziz, y por tanto x − hx, ziz ∈ Y , así que

f (x) = f x−hx, ziz+hx, ziz = f (hx, ziz) = hx, zif (z) = hx, f (z)zi = hx, yi

donde y := f (z)z.
Finalmente, por la desigualdad de Cauchy-Schwarz, se tiene kf k ≤ kyk.
Pero, por otra parte, se tiene f (ykyk−1 ) = kyk, lo que permite concluir
kf k = kyk. 

Ejemplo 1.6.2. La completitud es necesaria para la validez del teorema an-


terior. La forma lineal continua f : (c00 , k · k2 ) −→ K definida por

X an
f (x) =
n
n=1

donde x = (an )n∈N ∈ c00 , no es representable por ningún vector de c00 .


El teorema anterior permite establecer una correspondencia biyectiva en-
tre H ∗ y H. Las propiedades de la misma se reflejan en la proposición que
sigue, cuya demostración se deja como ejercicio.
1.6. Dual de un espacio de Hilbert: teorema de Riesz–Fréchet 54

Proposición 1.6.3.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea H un espacio de Hilbert. Para cada f ∈ H ∗ sea T (f ) = y ∈ H el


único vector que verifica f (x) = hx, yi, para todo x ∈ H. Entonces:
(i) T : H ∗ −→ H es biyectiva isométrica y lineal conjugada, es decir,
kT f k = kf k y
T (af + bg) = a T (f ) + b T (g).
(ii) H ∗ es un espacio de Hilbert con el producto escalar hf, gi∗ = hT g, T f i.
(iii) Si H ∗∗ denota el dual de H ∗ , entonces la aplicación J : H −→ H ∗∗ defi-
nida por J(x)f = f (x) es una biyección lineal que satisface kJxk = kxk
(lo que se expresa diciendo que H es reflexivo).
En la definición que sigue recordamos los conceptos de forma bilineal y ses-
quilineal en espacios vectoriales sobre K, introduciendo los conceptos de aco-
tación y positividad fuerte en espacios normados.
Definición 1.6.4.
Sean X un espacio vectorial sobre K y B : X × X −→ K.
(i) Se dice que B es una forma bilineal si fijados, respectivamente, x
e y en X, las aplicaciones B(·, y) y B(x, ·) son lineales.
(ii) Se dice que B es una forma sesquilineal si B(·, y) es lineal y B(x, ·)
es lineal conjugada, es decir,

B(x, ay + bz) = aB(x, y) + bB(x, z), a, b ∈ C; x, y, z ∈ X.

(iii) B se dice simétrica si B(x, y) = B(y, x), para todo x, y ∈ X.


(iv) B se dice positiva si B(x, x) ≥ 0, para todo x ∈ X.
Si X es un espacio normado:
(v) Se dice que B es acotada si existe una constante M > 0 tal que
|B(x, y)| ≤ M kxkkyk para todo x, y ∈ X.
(vi) Se dice que B es fuertemente positiva si existe c > 0 tal que
B(x, x) ≥ ckxk2 para todo x ∈ X.

Obsérvese que cuando K = R los conceptos de forma bilineal y sesquilineal


coinciden.
1.6. Dual de un espacio de Hilbert: teorema de Riesz–Fréchet 55

Como ocurre con las aplicaciones lineales, puede comprobarse (véase el


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

ejercicio 1.39) que una forma bilineal o sesquilineal B es acotada si, y sólo
si, es continua. También se satisface la siguiente identidad:

2B(x, x) + 2B(y, y) = B(x + y, x + y) + B(x − y, x − y),

que corresponde con la ley del paralelogramo para un producto escalar, véase
la proposición 1.4.5.
Una herramienta que se ha manifestado muy útil en la discusión de pro-
blemas de frontera para ecuaciones lineales en derivadas parciales de tipo
elíptico es el siguiente resultado de Lax-Milgram.
Teorema 1.6.5. Lax-Milgram, 1954.
Sean H un espacio de Hilbert sobre K y B una forma sesquilineal
en H acotada y fuertemente positiva. Entonces existe un isomorfismo
de espacios de Hilbert T : H −→ H, unívocamente determinado, tal que

B(x, y) = hx, T yi para todo x, y ∈ H.

Demostración. Comenzaremos definiendo el conjunto siguiente:



Y := y ∈ H : existe y ∗ tal que hx, yi = B(x, y ∗ ) para todo x ∈ H .

Observemos en primer lugar que 0 ∈ Y y que el elemento y ∗ está unívoca-


mente determinado por y, debido a que B es fuertemente positiva. Por la
sesquilinealidad del producto escalar y de B, resulta que Y es un espacio
vectorial y S : Y −→ H definida por S(y) = y ∗ es lineal. De la fórmula

ckSyk2 ≤ B(Sy, Sy) = hSy, yi ≤ kSykkyk

se obtiene la continuidad de S y que kSk ≤ c−1 .


La continuidad de S y la acotación de B permiten probar que Y es
cerrado, ya que si (yn )n ⊂ Y y lı́m yn = y se tiene

hx, yi = lı́mhx, yn i = lı́m B(x, S(yn )) = B(x, Sy),


n n

es decir, y ∈ Y .
Además Y = H, pues si z ∈ Y ⊥ , la forma lineal f (x) := B(x, z) es
continua y, por el teorema 1.6.1, existe w ∈ H de modo que f (x) = hx, wi =
1.7. Problemas variacionales cuadráticos 56

B(x, z) para todo x ∈ H; pero entonces w ∈ Y . Tomando x = z ∈ Y ⊥ se


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

obtiene B(z, z) = 0, concluyéndose que z = 0.


S es sobreyectiva pues, si z ∈ H, el teorema 1.6.1 aplicado a la forma
lineal continua f (x) := B(x, z) garantiza la existencia de w ∈ H de modo que
f (x) = B(x, z) = hx, wi
para todo x ∈ H y por tanto z = Sw.
S es inyectiva pues, si Sy = 0, entonces hx, yi = B(x, Sy) = 0 para todo
x ∈ H lo que permite concluir que y = 0.
Finalmente, haciendo T = S −1 se tiene hx, T yi = B(x, y), y tomando
x = T y se obtiene
kT yk2 = B(T y, y) ≤ M kT ykkyk,
de donde kT k ≤ M y, como ya hemos probado, kT −1 k = kSk ≤ c−1 . 

Obsérvese que, en particular, el teorema de Lax-Milgram dice que: si


(H, h·, ·i) es un espacio de Hilbert y h·, ·i1 es otro producto escalar cuya
norma asociada es equivalente a la norma asociada a h·, ·i, entonces existe
un isomorfismo T : H → H de espacios de Hilbert tal que
hx, yi1 = hx, T yi, para todo x, y ∈ H. (1.15)
En otras palabras la topología de H determina su producto escalar módulo
fórmulas como las dadas en (1.15). En el ejercicio 1.41 damos una prueba
más breve del teorema de Lax-Milgram cuando B es un producto escalar.

1.7. Problemas variacionales cuadráticos


En la sección 1.5 hemos considerado un cierto problema de mínimo para
la función distancia de un punto a un subespacio. Consideramos en esta
sección otro problema de mínimo que nos será de utilidad para el principio
de Dirichlet que analizamos en la sección 1.9.
Teorema 1.7.1. Teorema principal de los problemas variaciona-
les cuadráticos.
Sean H un espacio de Hilbert real y B una forma bilineal simétrica,
acotada y fuertemente positiva definida en H. Sea b una forma lineal
1.7. Problemas variacionales cuadráticos 57

continua en H y sea F : H −→ R definida mediante


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

1
F (x) := B(x, x) − b(x). (1.16)
2

Entonces:
(i) Es condición necesaria y suficiente para que F alcance su mínimo
en w ∈ H que se verifique la siguiente ecuación:

B(w, y) = b(y) para todo y ∈ H. (1.17)

(ii) La función real F (x) alcanza un mínimo absoluto en H que, ade-


más, es único.
Demostración. La condición de simetría de B proporciona, tras los cálculos
adecuados, la siguiente fórmula
1 2
F (w + ty) = t B(y, y) + t(B(w, y) − b(y)) + F (w),
2
cualesquiera que sean w, y ∈ H y t ∈ R. Si la función F tiene un mínimo en
w, entonces para todo y ∈ H y t ∈ R es F (w) ≤ F (w + ty). En consecuencia,
para cualquier y ∈ H la función ϕ(t) := F (w + ty) tiene un mínimo en t = 0
por lo que ϕ′ (0) = 0 para cualquier y, lo que implica la condición (1.17).
Recíprocamente, si para algún w ∈ H se verifica la condición (1.17), entonces
1
F (w + ty) = t2 B(y, y) + F (w),
2
para cada t ∈ R y cada y ∈ H. En otras palabras, F (w) ≤ F (z) para todo
z ∈ H. Se concluye así la demostración de (i).
Vamos ahora a probar la existencia y unicidad del mínimo para F . Debido
a que B es bilineal, simétrica y fuertemente positiva, define un producto
escalar en el espacio vectorial real H. Además, la norma de dicho producto
escalar es equivalente a la original puesto que para ciertas constantes c, M > 0
se tiene
ckxk2 ≤ B(x, x) ≤ M kxk2 ,
para todo x ∈ H. Por tanto, b es lineal continua para el producto escalar que
B define. Del teorema de representación de Riesz-Fréchet 1.6.1 se obtiene la
1.7. Problemas variacionales cuadráticos 58

existencia de un único w de modo que b(y) = B(y, w) = B(w, y) para todo


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

y ∈ H. Ahora podemos aplicar el apartado (i) para concluir (ii). 

Como aplicación del teorema anterior obtenemos la siguiente


Proposición 1.7.2.
En un espacio de Hilbert los tres teoremas de existencia que siguen son
equivalentes:
1.7.1 Teorema de existencia de mínimos para los problemas variacionales
cuadráticos.
1.5.4 Teorema de existencia de mejor aproximación a subespacios cerrados.
1.6.1 Teorema de Riesz-Fréchet de representación del dual.
Demostración. Comenzaremos probando que el teorema 1.7.1 implica la
parte (iv) del teorema 1.5.4 de existencia de mejor aproximación a subespa-
cios cerrados, es decir,
Si Y es un subespacio cerrado de un espacio de Hilbert H sobre
K, entonces para cada x ∈ H existe un único y ∈ Y tal que
kx − yk = d(x, Y ).
A tal fin procedemos como sigue. Fijado x, se tiene
1
kx − yk2 = hx, xi + hy, yi − 2 Rehx, yi = hx, xi + B(y, y) − b(y),
2
donde B(x, y) := 2hx, yi y b(y) := 2 Rehx, yi. Resulta así que el problema de
la existencia de mínimo para la función d(x, ·) definida en Y es equivalente
al problema de la existencia de mínimo para la función
1
F (y) := B(y, y) − b(y), y ∈ Y.
2
Cuando K = R el teorema 1.7.1 garantiza la existencia de un único punto
de mínimo absoluto para F y, por ende, lo mismo le ocurre a la función d(x, ·).
El teorema está probado en este caso. Cuando K = C, el espacio de Hilbert
complejo H también es un espacio de Hilbert real para el producto escalar
real definido por hx, yi∗ := Rehx, yi, y la función distancia d∗ (x, ·) asociada
a dicho producto escalar alcanza su mínimo en un único vector y ∈ Y . Basta
1.8. Convolución y aproximación de funciones 59

observar que d = d∗ para concluir la prueba en el caso complejo y alcanzar


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

así el objetivo propuesto.


Las restantes implicaciones son más sencillas. Una revisión de la demos-
tración del teorema de Riesz-Fréchet evidencia que se trata únicamente de
un corolario del teorema 1.5.4. Y una revisión de la prueba del teorema 1.7.1
permite comprobar que éste se deduce del teorema 1.6.1. 

1.8. Convolución y aproximación de funciones


Las funciones de clase C ∞ con soporte compacto van a jugar un papel
esencial en todo el desarrollo. Veremos primero la gran abundancia de estas
funciones que van a aproximar, en situaciones muy generales, a cualquier
otra función dada de antemano. La técnica que empleamos es la convolución
de funciones, que podemos definir del siguiente modo:
Definición 1.8.1.
Para funciones f, g localmente integrables en Rn definimos el pro-
ducto de convolución
Z
(f ∗ g)(a) = f (x)g(a − x) dx
Rn

para cada a ∈ Rn para el que la función x f (x)g(a − x) sea integrable.

Para funciones f, g ∈ L2 (Rn ), la desigualdad de Cauchy-Schwarz asegura


que su producto de convolución esta definido para todo a ∈ Rn , de hecho
tenemos
kf ∗ gk∞ ≤ kf kL2 (Rn ) kgkL2 (Rn )
siendo f ∗ g una función continua por el teorema de la convergencia domina-
da, así como uniformemente acotada. Observemos que un simple cambio de
variable nos muestra que el producto de convolución es conmutativo, esto es
f ∗ g = g ∗ f . Si f ∗ g está definida en casi todo punto se puede comprobar
que para los soportes tendremos la siguiente inclusión:

sop(f ∗ g) ⊂ sop(f ) + sop(g).


1.8. Convolución y aproximación de funciones 60

Definición 1.8.2.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Una sucesión de funciones {Km : Rn → R : m = 1, 2, . . . } diremos


que es una sucesión de Dirac si verifica las siguientes condiciones:
(i) Km (x) ≥ 0 para todo m y todo x.
R
(ii) Cada Kn es continua con Rn Kn (x)dx = 1.
(iii) Dados ε > 0 y δ > 0 existe M tal que si m ≥ M entonces
Z
Km (x) dx < ε.
Rn \B(0,δ)

Ejemplo 1.8.3. Tomemos KR una función continua no negativa y con so-


porte compacto en Rn tal que Rn K(x) dx = 1. Si definimos

Km (x) = mn K(mx), m = 1, 2, · · ·

obtendremos una sucesión de Dirac

Las sucesiones de Dirac aproximan puntualmente a una función “exten-


dida”, que vale cero en todo punto salvo en el origen donde se concentra el
valor que es infinito. Dicha “función” se conoce como delta de Dirac. Las
sucesiones de Dirac nos van a servir para obtener teoremas muy generales de
aproximación de funciones, el método reside en el siguiente resultado:
Teorema 1.8.4.
Sea f : Rn → R una función continua y acotada. Definamos
Z
fm (x) := f ∗ Km (x) = f (t)Km (x − t) dt.
Rn

Entonces la sucesión de funciones (fm ) tiende hacia f uniformemente


sobre subconjuntos compactos de Rn .

Demostración. Un simple cambio de variables nos da


Z
fm (x) = f (x − t)Km (t) dt.
Rn
1.8. Convolución y aproximación de funciones 61

Utilizando (ii) de la definición 1.8.2 podemos escribir


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Z Z
f (x) = f (x) Km (t) dt = f (x)Km (t) dt.
Rn Rn

Por tanto:
Z
 
fm (x) − f (x) = f (x − t) − f (x) Km (t) dt.
Rn

La continuidad de f sobre un compacto que fijemos H ⊂ Rn asegura que


dado ε > 0 existe δ > 0 tal que |f (x − t) − f (x)| < ε siempre que |t| < δ y
x ∈ H. Si |f (x)| ≤ B para todo x ∈ Rn y escogemos el entero M tal que
Z
Km (x) dx < ε/2B
Rn \B(0,δ)

para m ≥ M , gracias a la propiedad (iii) de la definición 1.8.2, tendremos:


Z
|fm (x) − f (x)| ≤ |f (x − t) − f (x)|Km (t) dt
B(0,δ)
Z
+ |f (x − t) − f (x)|Km (t) dt.
Rn \B(0,δ)

Para la primera integral tenemos:


Z Z
|f (x − t) − f (x)|Km (t) dt ≤ ε Km (t) dt ≤ ε
B(0,δ) Rn

siempre que x ∈ H. Para la segunda integral tendremos, gracias a la elección


que hemos hecho del entero M , la siguiente acotación
Z Z
|f (x − t) − f (x)|Km (t) dt ≤ 2B Km (t) dt ≤ ε
Rn \B(0,δ) Rn \B(o,δ)

siempre que m ≥ M , siendo el razonamiento válido para todo x ∈ H. Esto


completa la prueba del teorema. 

La convolución se comporta muy bien cuando uno de los factores es de-


rivable:
1.8. Convolución y aproximación de funciones 62

Proposición 1.8.5.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea f una función localmente integrable en Rn y g ∈ D k (Rn ) Entonces


f ∗ g es una función de clase C k en Rn y se tiene la formula:
 
∂ |α| ∂ |α|
(f ∗ g) = f ∗ g
∂xα1 1 · · · ∂xαnn ∂xα1 1 · · · ∂xαnn
para cualquier multi-índice α ∈ Nn con α ≤ k
Demostración. Supongamos, para simplificar la notación, que f y g son
funciones reales de variable real y que queremos derivar f ∗ g. Fijemos a ∈ R,
debemos entonces mostrar la existencia del límite siguiente
Z
g(a + h − t) − g(a − t)
lı́m f (t) dt.
h→0 R h
Teniendo en cuenta que el soporte de g es compacto y que el límite se calcula
cuando h tiende a cero, el límite anterior se puede calcular reduciendo el
dominio de integración a un entorno de a trasladado sobre el soporte com-
pacto de g, en definitiva a un intervalo compacto I que contiene al conjunto
a − sop(g). El límite anterior permuta entonces con la integral, porque los
cocientes incrementales están acotados en el compacto I por una cota de la
función continua g ′ , gracias al teorema del incremento finito, lo que permite
aplicar el teorema de la convergencia dominada y obtener finalmente que
Z
g(a + h − t) − g(a − t)
lı́m f (t) dt
h→0 I h
Z
g(a + h − t) − g(a − t)
= lı́m f (t) dt
I h→0 h
Z
= f (t)g′ (a − t) dt = f ∗ g′ (a)
R

La función f ∗ g es entonces una regularización de f a través de la función


suave g. Haciendo dicha regularización con sucesiones de Dirac (Km ) que sean
suaves obtendremos resultados de aproximación a f con funciones suaves, sin
más que aplicar el teorema 1.8.4.
1.8. Convolución y aproximación de funciones 63

Teorema 1.8.6.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

D(Rn ) es denso en el espacio Cc (Rn ) de funciones continuas con


soporte compacto en Rn , dotado de la topología de la convergencia uni-
forme sobre compactos, y en Lp (Rn ), para cualquier 1 ≤ p < ∞.

Demostración. Partiendo de una función K ≥ 0 en D(Rn ) cuyo soporte


sea la bola unidad podremos construir una sucesión de Dirac (Km ) formada
con funciones de clase infinito y soporte compacto, como en el ejemplo 1.8.3.
Como la convolución entre funciones de soporte compacto tiene también so-
porte compacto, aplicando el teorema 1.8.4 se completa la prueba de la den-
sidad del espacio D(Rn ) en el de las funciones continuas de soporte compacto
Cc (Rn ), para la topología de convergencia uniforme sobre compactos. Como
Cc (Rn ) es denso en Lp (Rn ) (véase [59] y A.3.5), se sigue ahora que D(Rn ) es
denso en Lp (Rn ) para cualquier 1 ≤ p < ∞. En efecto, fijada f ∈ Lp (Rn ) y
ε > 0 podemos encontrar una función continua con soporte compacto h tal
que kf − hkp < ε/2. Llamando H al soporte de h y fijando µ > 0, aplicamos
el teorema 1.8.4 con una sucesión de Dirac formada por funciones de D(Rn )
para hallar g ∈ D(Rn ) tal que
(ε/2)p
|h(x) − g(x)|p <
m(H + B[0, µ])
para todo x ∈ H + B[0, µ], con sop(g) ⊂ H + B(0, µ). Finalmente tendremos:
Z 1/p
p
kf − gkp ≤ kf − hkp + kh − gkp < ε/2 + |h(x) − g(x)| dx
Rn
Z 1/p
p
≤ ε/2 + |h(x) − g(x)| dx ≤ε
H+B[0,µ]

y la prueba concluye. 

Es posible refinar el teorema anterior y localizarlo sobre un abierto arbi-


trario G ⊂ Rn :
Corolario 1.8.7.
Para cualquier abierto G de Rn se tiene que D(G) es denso en el es-
pacio Cc (G) de funciones continuas con soporte compacto en G, dotado de
1.9. El principio de Dirichlet: justificación analítico funcional 64

la topología de la convergencia uniforme sobre compactos, y en Lp (G), para


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

cualquier 1 ≤ p < ∞.
Demostración. Fijado el compacto K ⊂ G soporte de una función con-
tinua f , extendemos dicha función a todo Rn anulándola fuera de G. La
aproximación f ∗ Km es una función cuyo soporte estará contenido en

K + sop(Km ).

Si m es tal que d(K, Rn \ G) > 1/m la función f ∗ Km tendrá su soporte


contenido en G, ya que el soporte de Km está contenido en B(0, 1/m). De
nuevo como Cc (G) es denso en Lp (G) se sigue también la densidad de D(G)
en los espacios Lp (G), 1 ≤ p < ∞. 

Resumimos estos hechos para el espacio de Hilbert L2 (G) con el siguiente


corolario que juega un papel central en el cálculo de variaciones al permitirnos
definir, sin ambigüedad, las derivadas generalizadas, con las que trabajaremos
en las próximas secciones.

Corolario 1.8.8.
Sea f ∈ L2 (G) donde G es un abierto de Rn . Si
Z
f (x)ψ(x) dx = 0 para cualquier ψ ∈ D(G),
G

entonces f = 0 en casi todo punto. Cuando f sea continua tendremos que


f = 0 en todo punto.

Demostración. La densidad de D(G) en el espacio de Hilbert L2 (G) nos


asegura que hf, f i = 0 y de aquí la conclusión del corolario. 

1.9. El principio de Dirichlet:


justificación analítico funcional
Los manuales de variable compleja (véase [59, Teorema 11.2.5]) suelen
incluir una solución al clásico problema de Dirichlet que consiste en: dada
una función continua g definida en la frontera del disco unidad del plano
1.9. El principio de Dirichlet: justificación analítico funcional 65

complejo, estudiar la existencia de una función u definida y continua en el


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

disco D que coincida con g en la frontera ∂D de D y que sea armónica en


D. Recordemos que una función u es armónica en D si cumple la ecuación
de Laplace
∂2u ∂2u
△u := + 2 = 0, en D.
∂x2 ∂y
△u se llama laplaciano de u. Este problema puede plantearse con mayor
generalidad, como hacemos a continuación, sustituyendo C por Rn y D por
un abierto acotado G de Rn .
Sea G un abierto acotado y no vacío de Rn con frontera ∂G. Sean f, g
funciones dadas definidas en G y ∂G, respectivamente, con valores reales y
u : G −→ R. Supóngase que f , g y u tienen las propiedades adecuadas para
que tenga sentido el siguiente problema:
 X n

 −△u(x) := − ∂ 2 u(x)
2 = f (x), x ∈ G,
j=1
∂x j (1.18)


u(x) = g(x), x ∈ ∂G,

que llamaremos problema de valores frontera para la ecuación de Poisson y


que es una generalización del problema de Dirichlet, antes formulado.
Íntimamente ligado con el problema de valores frontera para la ecuación
de Poisson está el, así llamado, problema generalizado de valores frontera:
existencia de u, verificando
 Z X n Z

 ∂u(x) ∂v(x)
dx = f (x)v(x) dx, para todo v ∈ D(G).
G j=1 ∂xj ∂xj G (1.19)


u(x) = g(x), x ∈ ∂G,

Un problema conectado con los anteriores consiste en el estudio del pro-


blema variacional siguiente: existencia de mínimo para la función real F (u)
definida por
 Z X n   Z
F (u) := 1
 ∂u(x) 2
dx − f (x)u(x) dx,
2 G ∂xj G (1.20)
 j=1

u(x) = g(x) para todo x ∈ ∂G.
1.9. El principio de Dirichlet: justificación analítico funcional 66

En esta sección demostraremos que el problema variacional anterior tiene


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

solución si las funciones f, g y u pertenecen a determinados conjuntos, que


serán precisados, y que la solución de este problema variacional (1.20) permite
resolver asimismo los dos problemas planteados por las ecuaciones (1.18)
y (1.19).
∂u
En lo sucesivo, para simplificar la notación, pondremos ∂j u := .
∂xj

1.9.1. Conexión entre problemas variacionales


y de valores frontera
Mostraremos a continuación que los problemas que reflejan las ecuacio-
nes (1.18) y (1.19) son equivalentes entre sí, así como la forma en que se
relacionan con el problema de mínimo para la ecuación (1.20), en el caso de
funciones de clase C 2 .
Empezamos por recordar la fórmula de integración por partes (véase el
corolario 1.10.2):
Z Z
u(x)∂j v(x) dx = − (∂j u(x))v(x) dx, (1.21)
G G

donde G es un abierto de Rn , u ∈ C 1 (G) y v ∈ D(G).

Proposición 1.9.1.
Sea G un abierto acotado y no vacío de Rn y supónganse dadas las fun-
ciones continuas f : G −→ R y g : ∂G −→ R. Supóngase también que las
funciones u que aparecen en las ecuaciones (1.18), (1.19) y (1.20) son fun-
ciones de clase C 2 (G) (es decir, u ∈ C 2 (G) y las derivadas parciales de orden
2 admiten prolongación continua a la frontera de G).
(i) Una función w ∈ C 2 (G) es solución del problema de valores frontera
definido en (1.18) si, y sólo si, es solución del problema generalizado
de valores frontera definido en (1.19).
(ii) Si w ∈ C 2 (G) es un mínimo para la función F en las condiciones
del problema variacional (1.20), entonces w es también solución del
problema de valores frontera definido en (1.18).
1.9. El principio de Dirichlet: justificación analítico funcional 67

Demostración. Comenzamos probando el primer apartado. Sea w ∈ C 2 (G)


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

tal que w = g en ∂G. Supongamos que se cumple


Z Xn Z
∂j w∂j v = fv
G j=1 G

para todo v ∈ D(G). Aplicando la fórmula de integración por partes, la


igualdad anterior equivale a
Z X n Z Z X
n Z Z
0= ∂j w∂j v − f v = − (∂j ∂j w)v − f v = − (△w + f )v,
G j=1 G G j=1 G G

que puede escribirse como

(△w + f ) ⊥ D(G), (1.22)

en L2 (G). Al ser D(G) denso en L2 (G) (véase 1.8.8) la fórmula (1.22) es


equivalente, a su vez, a
(△w + f ) = 0.
Y se acaba así la demostración de (i).
Veamos ahora la prueba de (ii). Sea w ∈ C 2 (G) tal que w = g en ∂Ω y
supongamos que w es un mínimo para la función F definida en (1.20). Fijado
v ∈ D(G), para cada t ∈ R la función u := w + tv cumple u = g en ∂G y
u ∈ C 2 (G). En consecuencia, para cada t ∈ R la función
Z X
n Z
1 2

ϕ(t) := F (w + tv) = (∂j w + t∂j v) (x) dx − f (x) w(x) + tv(x) dx
2 G j=1 G

tiene un mínimo en t = 0. Como ϕ es un polinomio de grado dos en t, ϕ es


derivable y ha de ser
Z X
n Z
0 = ϕ′ (0) = ∂j w∂j v − f v, para todo v ∈ D(G),
G j=1 G

es decir, w es solución del problema generalizado (1.19) para v ∈ D(G). Y


por el apartado (i) también es solución del problema de valores frontera para
la ecuación de Poisson dada en (1.18). 
1.9. El principio de Dirichlet: justificación analítico funcional 68

La proposición 1.9.1 establece que si la solución del problema variacio-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

nal (1.20) existe y es “suficientemente regular”, también sirve como solución


del problema de valores frontera (1.18) para la ecuación de Poisson. Pero,
desafortunadamente, existen situaciones razonables para las que la solución
del problema variacional no es suficientemente regular. Ello aconseja ensan-
char la clase de las soluciones regulares con nuevos objetos ideales llamadas
funciones generalizadas, que constituyen el espacio de Sobolev. La introduc-
ción de los espacios de Sobolev se corresponde, en cierto sentido, con la
introducción de los reales para completar el conjunto de los racionales con
los irracionales.

1.9.2. Derivadas generalizadas y espacios de Sobolev


Este apartado está destinado a presentar la noción de derivada genera-
lizada y a introducir los espacios adecuados para abordar el problema de
Dirichlet general. Tales herramientas forman parte de la teoría de funciones
generalizadas o distribuciones desarrollada por L. Schwartz [63].
El punto de partida para la definición de derivadas generalizadas es la
fórmula de integración por partes (1.21). Poniendo w = ∂j u, dicha fórmula
puede ser reescrita del siguiente modo:
Z Z
u(x)∂j v(x) dx = − w(x)v(x) dx, para todo v ∈ D(G).
G G

Y esta formulación es la que se adopta como definición de derivada para


ciertas funciones u no derivables en sentido usual.
Definición 1.9.2.
Sea G un abierto de Rn y sean u, w ∈ L2 (G). Si para toda función
v ∈ D(G) se cumple la fórmula
Z Z
u(x)∂j v(x) dx = − w(x)v(x) dx, (1.23)
G G

diremos que w es la derivada generalizada j-ésima de u en G y escribi-


remos ∂j u = w.
1.9. El principio de Dirichlet: justificación analítico funcional 69

Definición 1.9.3.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea G un abierto de Rn . Se llama espacio de Sobolev 5 al conjunto


W 1,2 (G) determinado por

W 1,2 (G) := W 1 (G) := {u ∈ L2 (G) : existe ∂j u ∈ L2 (G), 1 ≤ j ≤ n}.

El corolario 1.8.8 nos asegura que las definiciones anteriores están bien
formuladas, al ser D(G) denso en L2 (G).

Proposición 1.9.4.
La fórmula
Z  n
X 
hu, vi1,2 := uv + ∂j u∂j v
G j=1

define un producto escalar en W 1 (G)


que lo convierte en un espacio de
Hilbert, supuesto que se identifican las funciones que difieren únicamente
en conjuntos de medida nula.

Demostración. Es inmediato que se trata de un producto escalar. Sea


(un )n ⊂ W 1 (G) una sucesión de Cauchy en h·, ·i1,2 . Entonces (un )n y (∂j un )n
son sucesiones de Cauchy en L2 (G), cuyos límites respectivos los denotamos
con u y wj ∈ L2 (G).
La relación entre un y su derivada generalizada ∂j un es, de acuerdo
con (1.21)
Z Z
un ∂j v = − (∂j un )v, para todo v ∈ D(G).
G G

Usando la continuidad del producto escalar y tomando límites se tiene


5
En general, para cada k ∈ N y 1 ≤ p < ∞ se llama espacio de Sobolev al conjunto
W (G) de las funciones u que tienen derivadas generalizadas Dα u de orden |α| ≤ k y
k,p

tanto u como Dα u pertenecen a Lp (G). W k,p (G) es un espacio de Banach para la norma
X Z 1/p
kukk,p := |Dα u(x)|p dx
|α|≤k G

Para p = 2 frecuentemente se escribe W k (G) en lugar de W k,2 (G).


1.9. El principio de Dirichlet: justificación analítico funcional 70
Z Z
para todo v ∈ D(G).
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

u∂j v = − wj v,
G G

Esta ecuación expresa que las derivadas generalizadas de u existen y vienen


dadas por ∂j u = wj en G y, por tanto, que u ∈ W 1 (G). Finalmente, como
(un )n y (∂j un )n convergen en L2 (G), a u y wj respectivamente, se obtiene
que u es el límite de (un )n en W 1 (G). 

Definición 1.9.5.
Con H01 (G) denotamos el espacio de Hilbert obtenido como la clau-
sura en W 1 (G) de D(G).

En general H01 (G) es un subespacio propio de W 1 (G). Sin embargo, cuando


G = Rn ambos espacios coinciden (véase [72, pág. 58]).
Definición 1.9.6.
Sea G un abierto acotado no vacío de Rn . Sea u ∈ W 1 (G). Diremos
que u se anula en la frontera de G en sentido generalizado y escribiremos

u = 0 en ∂G. (1.24)

si u ∈ H01 (G). Si f − g ∈ H01 (G) diremos que f = g en ∂G en sentido


generalizado.

Esta definición está motivada, entre otras razones, por el hecho de que
cuando G es un abierto de Rn , con una frontera “suficientemente regular”, el
concepto de anulación en la frontera en sentido generalizado significa que u
realmente vale 0 en la frontera de G.

1.9.3. Principio de Dirichlet generalizado


Comenzaremos probando que el operador de Laplace cumple la condición
de positividad fuerte en el sentido de la definición 1.6.4 para, a continuación,
aplicar el teorema general de los problemas variacionales cuadráticos 1.7.1 al
principio de Dirichlet generalizado.
1.9. El principio de Dirichlet: justificación analítico funcional 71

Lema 1.9.7. Desigualdad de Poincaré-Friedrichs.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Si G es un abierto no vacío y acotado de Rn , entonces existe C > 0


tal que para todo u ∈ H01 (G) se tiene
Z Z X
n
2
C u2 (x) dx ≤ ∂j u(x) dx, (1.25)
G G j=1

Demostración. Consideremos inicialmente el caso n R x= ′1. Y supongamos


G ⊂ (a, b). Para cada u ∈ D(a, b) se tiene u(x) = a u (y) dy, para todo
x ∈ [a, b], y por tanto, aplicando la desigualdad de Cauchy-Schwarz, se tiene
Z x 2 Z b Z b 
2 2
u(x) = u′ (y)dy ≤ dy u′ (y) dy
a a a
Z b 2
≤ (b − a) u′ (y) dy.
a

De aquí se sigue
Z b Z b
2 2
2
u(x) dx ≤ (b − a) u′ (x) dx.
a a

En particular la fórmula anterior es válida para las funciones u ∈ D(G). Pero


si u ∈ H01 (G), existe una sucesión un ∈ D(G) con lı́mn ku − un k1,2 = 0, por
lo que
lı́m ku − un k2 = 0, lı́m ku′ − u′n k2 = 0.
n n
En consecuencia, tomando límites en la ecuación anterior, se obtiene
Z b Z b
2 2
2
u(x) dx ≤ (b − a) u′ (x) dx. (1.26)
a a

Supongamos ahora que n = 2 y sea u ∈ D(G). Consideremos un rec-


tángulo R := [a, b] × [c, d] tal que R ⊃ G. Como u se anula fuera de G se
tiene Z x2
u(x1 , x2 ) = ∂2 u(x1 , t) dt, (x1 , x2 ) ∈ R.
c
Por la desigualdad de Cauchy-Schwarz
Z x2 2 Z d 2
u(x1 , x2 )2 = ∂2 u(x1 , t) dt ≤ (d − c) ∂2 u(x1 , t) dt.
c c
1.9. El principio de Dirichlet: justificación analítico funcional 72

Integrando sobre R
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Z Z
2
u(x1 , x2 )2 dx1 dx2 ≤ (d − c)2 ∂2 u(x1 , x2 ) dx1 dx2
R R
Z X
2
≤M (∂j u(x))2 dx.
G j=1

Así pues, para u ∈ D(G) el resultado es cierto. El caso general es consecuencia


de la densidad de D(G) en H01 (G). Utilizando las mismas ideas, se completa
la prueba en dimensiones mayores. 

Teorema 1.9.8. Principio de Dirichlet.


Sea G un abierto acotado no vacío de Rn y supongamos dadas las
funciones f ∈ L2 (G) y g ∈ W 1 (G). Entonces:
(i) La función
Z X
n Z
1 2
F (u) := (∂j u(x)) dx − f (x)u(x) dx (1.27)
2 G j=1 G

para u ∈ W 1 (G) y u = g en ∂G en sentido generalizado, tiene un


único punto de mínimo u = u0 .
(ii) Dicho punto u0 es también la única solución, u = u0 , del siguiente
problema generalizado de valores frontera:
Z X
n Z
∂j u(x)∂j v(x) dx = f (x)v(x) dx (1.28)
G j=1 G

para todo v ∈ H01 (G), con la condición u = g en ∂G en sentido ge-


neralizado. Y también es la única solución del problema de valores
frontera para la ecuación de Poisson

− △u(x) = f (x), (1.29)

con u = g en ∂G en sentido generalizado.


1.9. El principio de Dirichlet: justificación analítico funcional 73

Demostración. La estrategia para la prueba es ver que este teorema es un


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

caso particular del teorema principal de los problemas variacionales cuadrá-


ticos, para funciones B y b adecuadas, siendo las ecuaciones (1.27) y (1.28)
las expresiones respectivas que adoptan, en este caso concreto, las ecuaciones
(1.16) y (1.17) del teorema 1.7.1. Finalmente, con los argumentos de la pro-
posición 1.9.1, se verifica que u0 también es solución de la ecuación (1.29).
Sea H := H01 (G) y sean
Z X n Z
B(u, v) := ∂j u(x)∂j v(x) dx, b1 (v) := f (x)v(x) dx; u, v ∈ W 1 (G).
G j=1 G

Introduciendo w := u − g, unos sencillos cálculos muestran que el problema


de mínimo considerado en (1.27) equivale al problema de mínimo para
1
B(w, w) − b(w), para w ∈ H (1.30)
2
donde b(w) := b1 (w)−B(w, g). Y el problema generalizado de valores frontera
(1.28) es equivalente a

B(w, v) = b(v) para todo v ∈ H. (1.31)

Sólo resta probar que B y b satisfacen las condiciones del teorema 1.7.1.
Desde luego, B es bilineal simétrica y acotada, ya que
Z X n
|B(u, v)| ≤ |∂j u∂j v| dx
G j=1
n
X
≤ k∂j uk2 k∂j vk2 ≤ nkuk1,2 kvk1,2
j=1

La desigualdad de Poincaré-Friedrichs (1.25) proporciona


Z  Xn  Z Xn
2 2
C v + (∂j v) dx ≤ (1 + C) (∂j v)2 dx,
G j=1 G j=1

para todo v ∈ H. Por tanto, B es fuertemente positiva pues

C(1 + C)−1 kvk21,2 ≤ B(v, v),


1.10. Operadores diferenciales y soluciones débiles 74

para todo v ∈ H. Como b1 es lineal continua (por la desigualdad de Cauchy-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Schwarz) y B es acotada se obtiene que b es lineal continua. Se concluye así


que, efectivamente, B y b cumplen las hipótesis del teorema 1.7.1. 

1.10. Operadores diferenciales y soluciones débiles


En esta sección veremos cómo el concepto de solución débil, o solución
generalizada, nos ayuda a obtener resultados precisos de existencia de solucio-
nes para ecuaciones en derivadas parciales que sean lineales y de coeficientes
constantes. Dado que no siempre es posible obtener soluciones clásicas las
soluciones débiles juegan un importante papel, más aún cuando sobre ellas
se basan los fundamentos para la obtención de aproximaciones mediante al-
goritmos numéricos basados en el método de Galerkin.
Consideremos el operador diferencial lineal y de coeficientes constantes
X  ∂ α
L= aα (1.32)
∂x
|α|≤n

donde aα es un escalar real o complejo y utilizamos la notación


 ∂ α ∂ |α|
=
∂x ∂xα1 1 · · · ∂xαnn
para cualquier multi-índice α = (α1 , α2 , · · · , αn ) ∈ Nn , donde utilizamos la
notación |α| = α1 + α2 + · · · + αn . Fijamos k ≥ |aα | para todo α, esto es L
es de orden menor o igual que k.
El operador L actúa de la siguiente forma: para cualquier función u sufi-
cientemente derivable tendremos:
X  ∂ α X ∂ |α| u
Lu := aα (u) = aα α1
∂x ∂x1 · · · ∂xαnn
|α|≤n |α|≤n

Asociamos al mismo un operador adjunto formalmente definido como:


X  ∂ α
L∗ := (−1)|α| aα
∂x
|α|≤n

La razón para esta terminología es la siguiente


1.10. Operadores diferenciales y soluciones débiles 75

Proposición 1.10.1.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea G un abierto en Rn . Para funciones ϕ, ψ ∈ L2 (G) que sean de clase


k
C en el abierto G se tiene que
Z Z
hLψ, ϕi = Lψϕ = ψL∗ ϕ = hψ, L∗ ϕi
G G

siempre que alguna de las funciones ϕ, o ψ, tenga su soporte compacto.


Demostración. Se sigue de la fórmula de integración por partes 1.21 apli-
cada a cada derivada parcial ∂j . Iterando se obtiene para cualquier operador
diferencial lineal L. 

Corolario 1.10.2.
Sea G un abierto en Rn , f ∈ L2 (G) y u ∈ L2 (G) de clase C k . Si Lu = f
entonces se tiene que
hf, ψi = hu, L∗ ψi
para cualquier ψ ∈ D(G).
Podemos ahora ampliar la definición de solución para el operador L a
través de la siguiente
Definición 1.10.3.
Dada f ∈ L2 (G) diremos que una función u ∈ L2 (G) es solución
débil de la ecuación
Lu = f
siempre que tengamos
hf, ψi = hu, L∗ ψi
para cualquier ψ ∈ D(G).

Notemos que el corolario (1.10.2) nos dice que las soluciones clásicas para
el operador L son soluciones débiles, por lo que ampliamos el concepto de
solución con la nueva definición de solución débil. Las derivadas en sentido
débil nos aparecieron en el estudio variacional que hemos hecho del problema
de Dirichlet en la sección anterior. Soluciones débiles que no son soluciones
clásicas aparecen, por ejemplo, al analizar el teorema fundamental del cálculo
para la integral de Lebesgue, como detallamos a continuación
1.10. Operadores diferenciales y soluciones débiles 76

Ejemplo 1.10.4. Consideramos el operador diferencial más sencillo posible


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

d
L = dx sobre el abierto G = (0, 1) ⊂ R. Para u, f ∈ L2 (G) tenemos que
Lu = f en sentido débil si, y solo si, existe F : (0, 1) → R absolutamente
continua con F (x) = u(x), F ′ (x) = f (x) para casi todo x ∈ (0, 1).
Demostración. Si la función u es absolutamente R t continua el teorema fun-
damental del cálculo nos dice que u(t) − u(a) = a u′ (x) dx y la fórmula de
integración por partes nos da
Z 1 Z 1
u′ (x)ψ(x) dx = − u(x)ψ ′ (x) dx
0 0

para cualquier función ψ ∈ D(0, 1).


R 1 Recíprocamente, si
R 1F, G son funciones
integrables en (0, 1) que verifican 0 F (x)ψ(x) dx = − 0 G(x)ψ ′ (x) dx para
cualquier ψ ∈ D(0, 1) tendremos que
Z 1 Z 1
F (x)ϕ(x) dx = − G(x)ϕ′ (x) dx (1.33)
0 0

para cualquier función meseta ϕ continua, lineal


1
a trozos, y tal que ϕ(x) = 1 si x ∈ [a, b] ⊂ (0, 1),
ϕ(x) = 0 si x ∈ / [a − h, b + h] ⊂ (0, 1). En efec-
to una tal función ϕ se aproxima por funciones
0 a−h a b b+h 1 ψ de clase infinito y soporte compacto en (0, 1),
aplicando el teorema 1.8.6, como para dichas fun-
ciones la fórmula (1.33) es válida por hipótesis, el paso al límite nos asegura
nuestra afirmación. Tomando el conjunto de puntos de Lebesgue S para la
función integrable G tendremos ahora, para a, b ∈ S,
Z b+h Z a Z b+h  1
1
lı́m F (x)ϕ(x) dx = lı́m − G(x) dx − G(x) − dx
h→0+ a−h h→0 +
a−h h b h
Rb
de donde se sigue que G(b) − G(a) = a F (x)dx y la comprobación del
ejemplo. 

Soluciones débiles que no son soluciones ordinarias aparecen de forma


natural en situaciones elementales:
1.10. Operadores diferenciales y soluciones débiles 77

Ejemplo 1.10.5. La ecuación de ondas en dimensión uno tiene como ope-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

rador:
∂2u ∂2u
Lu = − 2
∂x2 ∂t
buscándose u(x, t) tal que Lu = 0 con las condiciones frontera

∂u(x, 0)
u(x, 0) = f (x), =0
∂t

1 para 0 ≤ x ≤ π, donde f es una función lineal a tro-


zos cuya gráfica determina la posición inicial de una
cuerda vibrante tal como, por ejemplo,

0 3/4 π f (0) = f (π) = 0, f (3/4) = 1.

Este problema admite soluciones débiles que no son soluciones ordinarias.


Demostración. Extendamos la función f al intervalo [−π, 0] haciéndola
impar y volvámosla a extender a toda la recta real como función 2π periódica.
La fórmula de d’Alembert:
f (x + t) + f (x − t)
u(x, t) =
2
proporciona una solución débil que no es de clase C 2 . En efecto, aproxi-
memos f por una sucesión de funciones fm ∈ D(R) que converja hacia f
uniformemente sobre compactos en R usando el teorema 1.8.6. Definiendo

fm (x + t) + fm (x − t)
um (x, t) =
2
se sigue ahora que um es de clase C ∞ comprobándose directamente que
Lum = 0. Por consiguiente, tras el corolario 1.10.2 sabemos que hum , L∗ ψi = 0
para todo m y, pasando al límite, obtendremos hu, L∗ ψi = 0 para cualquier
ψ ∈ D(R2 ), tal y como queríamos demostrar. 

En abiertos acotados de Rn es posible demostrar la siguiente desigualdad,


donde la constante c tan solo depende del abierto G y del operador L, casos
particulares son conocidos como desigualdades de Friedrichs.
1.10. Operadores diferenciales y soluciones débiles 78

Lema 1.10.6.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

P ∂ α

Sea G un abierto acotado en Rn y L = |α|≤n aα ∂x un operador
diferencial lineal con coeficientes constantes reales o complejos. Existe una
constante c > 0, dependiente tan solo del abierto G y del operador L tal que
kψk2 ≤ c kL∗ ψk2
para toda ψ ∈ D(G).
Demostración. Hagamos el caso mas sencillo asumiendo que L∗ = ∂x∂ 1 .
La desigualdad en este caso se debe a S. Zaremba. Nuestro razonamiento es
similar al realizado anteriormente en la prueba de la desigualdad de Poincaré-
Friedrichs (1.25). Para cualquier función ψ ∈ D(G) tenemos, gracias a que
el soporte de ψ es compacto y está contenido en G:
Z x1

ψ(x1 , x2 , · · · , xn ) = ψ(t, x2 , · · · , xn ) dt.
−∞ ∂x1

para x = (x1 , · · · , xn ) ∈ G. Así podemos escribir:


Z x 1 2
2 ∂
ψ(x1 , · · · , xn ) ≤ ψ(t, x2 , · · · , xn ) · 1 dt .
−∞ ∂x1

Por la desigualdad de Cauchy-Schwarz tendremos:


Z x1 2
2 ∂
ψ(x) ≤ d ψ(t, x2 , · · · , xn ) dt
−∞ ∂x 1

para cualquier x ∈ G, donde d es el diámetro del abierto acotado G en Rn


con la norma euclídea. De aquí se sigue la conclusión integrando de nuevo
sobre G y aplicando el teorema de Fubini:
Z Z Z x 1 2  Z 2
2 ∂ ∂ψ
ψ(x) dx ≤ d ψ(t, x2 , · · · , xn ) dt dx ≤ d2 (x) dx.
G G −∞ ∂x 1 G ∂x 1

Reiterando el mismo razonamientose puede demostrar la desigualdad para


∂ α
operadores de la forma L∗ = aα ∂x para cualquier multi-índice α ∈ Nn . El
caso general del lema anterior puede consultarse en [66, Ch. 5, Lemma 3.3] 

Gracias a la desigualdad anterior estamos en condiciones de probar ahora


el resultado central de esta sección:
1.10. Operadores diferenciales y soluciones débiles 79

Teorema 1.10.7. Malgrange-Ehrenpreis.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea G un abierto acotado de Rn . Dado un operador en derivadas


parciales lineal y con coeficientes constantes
X  ∂ α
L= aα
∂x
|α|≤n

existe un operador lineal continuo

K : L2 (G) → L2 (G)

tal que LK(f ) = f en sentido débil para cualquier f ∈ L2 (G). En otras


palabras, u = K(f ) es una solución débil de L(u) = f para cualquier
f ∈ L2 (G), i.e.
hf, ψi = hu, L∗ ψi
para cualquier ψ ∈ D(G).

Demostración. Consideremos el producto escalar

hϕ, ψiL := hL∗ ϕ, L∗ ψiL2 (G)

para funciones cualesquiera ϕ, ψ ∈ D(G). Notemos que es un producto es-


calar gracias a la desigualdad del lema 1.10.6 y denotemos con H0 el co-
rrespondiente espacio prehilbertiano, cuya norma será kϕkL = kL∗ ϕkL2 (G) .
Sea H su completado. Considerando a nuestro operador L∗ con dominio H0
y valores en L2 (G) resulta claro que es un operador lineal y continuo que
admite, por tanto, una extensión lineal y continua a todo H, que denotamos
por Lc∗ . Fijemos ahora f ∈ L2 (G) y su forma lineal asociada restringida a
H0 , i.e. l0 : H0 → K definida por l0 (ψ) = hψ, f iL2 (G) para cualquier ψ ∈ H0 .
Notemos que aplicando el lema 1.10.6 tendremos:

|l0 (ψ)| = |hψ, f iL2 (G) | ≤ kψkL2 (G) kf kL2 (G)


≤ c kL∗ ψkL2 (G) kf kL2 (G) = CkψkL

que nos muestra la continuidad de l0 en el espacio prehilbertiano H0 . Por


ello podremos extender l0 a una forma lineal y continua l definida en el
1.10. Operadores diferenciales y soluciones débiles 80

completado H con klk ≤ C = ckf kL2 (G) . El teorema de Riesz (1.6.1) aplicado
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

al espacio de Hilbert H y a la forma l nos asegura que existe un vector û ∈ H


tal que
c∗ h, L
l(h) = hh, ûiL = hL c∗ ûiL2 (G)

Tomando ahora u := Lc∗ û ∈ L2 (G) tenemos l(h) = hL c∗ h, uiL2 (G) para


todo h ∈ H. Como l(ψ) = hψ, f iL2 (G) y L c∗ (ψ) = L∗ ψ para ψ ∈ D(G)
llegamos a que
hL∗ ψ, uiL2 (G) = hψ, f iL2 (G)
para cualquier ψ ∈ D(G) como queríamos demostrar. Definiendo K(f ) = u
tendremos un operador K : L2 (G) → L2 (G) que verifica:

kK(f )kL2 (G) = kukL2 (G) = kLˆ∗ ûkL2 (G) = kûkH ≤ C = c kf kL2 (G)

donde la última igualdad se sigue de la aplicación que hemos hecho del teo-
rema de Riesz y la anterior es un paso al completado que termina con la
prueba. 

Laurent Schwartz (1915–2002) fue un


brillante matemático francés que es mun-
dialmente conocido por haber creado la teo-
ría de distribuciones, [14, Chapter IV, §5]
y [62]. La idea de derivada generalizada,
véase (1.23), que ya estaba en trabajos de
Sobolev, encuentra su marco general en los
espacios de las distribuciones de Schwartz,
que se definen como espacios duales de es-
pacios de funciones infinitamente derivables
con una cierta topología. La posibilidad de
trabajar con derivadas generalizadas permi-
te encontrar soluciones débiles para algunas ecuaciones en derivadas
parciales que en situaciones adecuadas conducen a soluciones fuertes.
La teoría de distribuciones le supuso a Schwartz el premio máximo en
matemáticas que es la Medalla Fields (1950); como glosa de su trabajo
se puede leer en la página web de la International Mathematical Union,
organización que otorga las medallas, lo siguiente: “Schwartz developed
the theory of distributions, a new notion of generalized function moti-
vated by the Dirac delta-function of theoretical physics”. Fue profesor
1.11. El método de Galerkin 81

durante muchos años en la afamada École Polytechnique de París. En-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

tre sus discípulos se encuentran A. Grothendieck (Medalla Fields en


1966), J. L. Lions, B. Malgrange and G. Pisier. Otros detalles sobre la
historia y obra de Schwartz pueden leerse en:
• Laurent Schwartz en Wikipedia.
• Laurent Schwartz en MacTutor History of Mathematics.

1.11. El método de Galerkin


El método de Galerkin es el precursor teórico del práctico método de los
elementos finitos para la resolución numérica de ecuaciones diferenciales en
derivadas parciales. Podremos ver una descripción del mismo basada en la
aproximación variacional que de los problemas de tipo elíptico hemos hecho
anteriormente (1.7.1).

Teorema 1.11.1. Galerkin-Ritz.


Sea M1 ⊂ M2 ⊂ · · · ⊂ Mn ⊂ · · · una sucesión de subespacios cerra-
dos en un espacio de Hilbert H con unión densa. Sea a : H × H → R
bilineal, simétrica, continua y fuertemente positiva y sea b : H → R una
forma lineal y continua. Consideramos el problema de minimización del
funcional
1
J(x) := a(x, x) − b(x)
2
sobre el subespacio Mn y sea un ∈ Mn su solución, i.e.

a(x, un ) = b(x)

para todo x ∈ Mn . Entonces la sucesión (un ) converge hacia la solución


u del problema de minimización de J en todo H.

La demostración del teorema se basa en el siguiente


Lema 1.11.2.
Sea M1 ⊂ M2 ⊂ · · · ⊂ Mn ⊂ · · · una sucesión de subespacios cerrados en
un espacio de Hilbert H. Si ∪∞
n=1 Mn = H y Pn es la proyección ortogonal de
1.11. El método de Galerkin 82

H sobre Mn se tiene que


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

lı́m Pn (x) = x
n→∞
para cualquier x ∈ H
Demostración. Por el teorema de la proyección, teorema 1.5.7, sabemos
que kx−Pn (x)k = d(x, Mn ). La densidad nos asegura que d(x, ∪∞
n=1 Mn ) = 0,
y por ello lı́mn→∞ Pn (x) = x para cualquier x ∈ H que fijemos. En efecto,
dado ε > 0 encontremos y ∈ Mn0 tal que kx − yk < ε. Dado que la sucesión
de espacios Mn es creciente tendremos

kx − Pn (x)k = d(x, Mn ) ≤ d(x, Mn0 ) ≤ kx − yk ≤ ε

siempre que n ≥ n0 . 

Demostración del teorema 1.11.1. Como a(x, un ) = f (x) para todo


x ∈ Mn y a(x, u) = f (x) para todo x ∈ H, tendremos que a(x, u − un ) = 0
para cualquier x ∈ Mn . La forma bilineal, simétrica, continua y fuertemente
positiva nos suministra un producto escalar a(·, ·) equivalente al original sobre
H. La anterior ecuación nos asegura entonces que u − un es ortogonal a Mn
y, así, que un = Pn (u) donde Pn es la proyección ortogonal de H sobre Mn
para el producto escalar dado por a(·, ·). El lema anterior asegura entonces
que
lı́m un = u.
n→∞

Podemos determinar estimaciones a priori de la solución, así como del
error cometido con la aproximación un de u:
Corolario 1.11.3.
En las condiciones del Teorema 1.11.1 se verifican:
(i) Escribiendo a(x, y) ≤ dkxkkyk y ckxk2 ≤ a(x, x) para cualesquiera
x, y ∈ H tenemos la estimación a priori para la solución u:

kuk ≤ c−1 kbk.

(ii) Razón de convergencia:

ku − un k ≤ d · c−1 d(u, Mn ).
1.11. El método de Galerkin 83

(iii) Estimación del error: Si β ≤ J(x) para todo x ∈ H, entonces:


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

1
cku − un k2 ≤ J(un ) − β
2
para todo n ∈ N
Demostración.
(i) En efecto, kuk2 ≤ c−1 a(u, u) = c−1 b(u) ≤ c−1 kbkkuk.
(ii) Se comprueba como la anterior:
ku − un k2 ≤ c−1 a(u − un , u − un ) ≤ c−1 a(u − x, u − x)2 ≤ c−1 dku − xk2
para cualquier x ∈ Mn .
(iii) Finalmente,
1
J(u + v) = a(u + v, u + v) − b(u + v)
2
1 1
= a(u, u) + (a(u, v) − b(v)) + a(v, v) − b(u)
2 2
y, teniendo en cuenta la ecuación variacional a(v, u) = b(v), tendremos
1
J(u + v) − J(u) = a(v, v),
2
por tanto J(u + v) − J(u) ≥ 12 ckvk2 para cualquier v ∈ H. Tomando
w := u + v, como J(u) ≥ β tendremos J(w) − β ≥ 12 cku − wk2 .


La aplicación natural del método de Galerkin consiste en tomar los subes-


pacios Mn de dimensión finita, en cuyo caso la ecuación variacional restrin-
gida a cada Mn se reduce a un sistema lineal de ecuaciones con número de
incógnitas igual a la dimensión de Mn y con matriz simétrica y definida po-
sitiva. Tomando adecuadamente bases de los espacios Mn dichas matrices
pueden reducir bastante su número de entradas no nulas, haciendo los siste-
mas asociados fáciles de resolver numéricamente aunque sean de dimensión
alta. Este es uno de los objetivos del método de los elementos finitos, en el que
dichos elementos describen bases adecuadas para la geometría del problema
que estemos considerando. Este método ha supuesto uno de los grandes avan-
ces que para el tratamiento numérico de las ecuaciones en derivadas parciales
se obtuvieron en la segunda mitad del último siglo.
1.12. Bases en espacios de Hilbert 84

1.12. Bases en espacios de Hilbert


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

En los espacios de dimensión finita las bases algebraicas proporcionan


una herramienta útil (recuérdense, por ejemplo, 1.2.4 y 1.2.5) para el estudio
de sus propiedades y para obtener representantes canónicos de los espacios
euclídeos de dimensión n. Sin embargo, el concepto de base algebraica es poco
adecuado para el estudio de los espacios normados y hilbertianos de dimen-
sión infinita. La razón fundamental es que, a diferencia de lo que ocurre en
espacios de dimensión finita, las bases algebraicas no guardan relación con la
estructura topológica del espacio. Para el estudio en Análisis Matemático de
las propiedades de los espacios de dimensión infinita se consideran otro tipo
de bases. Esta sección está destinada a definir el concepto y establecer la exis-
tencia de bases hilbertianas en cualquier espacio de Hilbert. Damos ejemplos
de bases hilbertianas concretas, desarrollamos la L2 -teoría de series de Fourier
e ilustramos con aplicaciones a integración numérica y a espacios de funciones
holomorfas los métodos de Análisis Funcional que presentamos aquí.

1.12.1. Redes
Comenzaremos fijando una noción nueva: la noción de red convergente.
En [44] se puede encontrar una exposición más detallada de los conceptos
aquí comentados.

Definición 1.12.1.

(i) Un conjunto dirigido es un conjunto D con una relación binaria


≥ que satisface las propiedades:
(a) Si i, j y k son puntos de D tales que i ≥ j y j ≥ k, entonces
i ≥ k (propiedad transitiva).
(b) Si i ∈ D, entonces i ≥ i (propiedad reflexiva).
(c) Si i, j ∈ D, entonces existe k ∈ D con k ≥ i, k ≥ j.
(ii) Una red en un conjunto Y es una aplicación φ : D −→ Y donde
(D, ≥) es un conjunto dirigido. La red se suele denotar mediante
{ωi : i ∈ D, ≥}, o simplemente como (wi )i∈D si no queremos
1.12. Bases en espacios de Hilbert 85

explicitar la relación binaria y no hay lugar a confusión, donde


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

estamos escribiendo ωi = φ(i), i ∈ D.


(iii) Si T es un espacio topológico y (ti )i∈D es una red en T , se dice que
la red converge a t ∈ T si para cada entorno V de t existe i0 ∈ I tal
que ti ∈ V para todo i ≥ i0 en D. En el caso de que el punto t sea
único (lo que ocurre si T es de Hausdorff), t se llama el límite de
la red (ti )i∈D y se escribe t = lı́mi∈D ti = lı́mD ti . Un punto s ∈ T
se dice que es de aglomeración de (ti )i∈D si para cada entorno V
de s y cada j ∈ D existe i ≥ j en D de forma que ti ∈ V .
Las sucesiones son un caso particular de redes, cuando D = N dotado del
orden inducido por el de R. El concepto de red convergente extiende pues
el de sucesión convergente; a la convergencia de redes se le da también el
nombre de convergencia de Moore-Smith.
Definición 1.12.2.
Si (X, k · k) es un espacio normado, una red (xi )i∈D en X se dice
que satisface la condición de Cauchy si para cada ε > 0 existe i0 ∈ D
tal que kxi − xj k < ε para cada i, j ≥ i0 en D.

Como en el caso de las sucesiones, una red convergente satisface la condi-


ción de Cauchy. En espacios completos, las redes que satisfacen la condición
de Cauchy son convergentes.
Lema 1.12.3.
En un espacio de Banach X cualquier red que satisface la condición de
Cauchy es convergente.
Demostración. Sea (xi )i∈D una red en X que satisface la condición de
Cauchy. Entonces, para cada n ∈ N existe kn tal que si i, j ≥ kn se verifica
kxi − xj k < 1/n. Tomemos in ∈ D tal que in ≥ kj , j = 1, 2, . . . n. Se tiene
que para N ∈ N fijo, si n, m ≥ N , entonces kxin − xim k < 1/N , y por tanto
la sucesión (xin )n satisface la condición de Cauchy. Si x ∈ X es el límite de
(xin )n , se cumple kxin − xk ≤ 1/N si n ≥ N , y por lo tanto
kxi − xk ≤ kxi − xin k + kxin − xk ≤ 2/N,
para i ≥ kN en D, lo que prueba que x = lı́mi∈D xi . 
1.12. Bases en espacios de Hilbert 86

De forma similar a como se define el concepto de subsucesión de una


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

sucesión se puede definir el concepto de subred de una red.

Definición 1.12.4.
Dada una red φ : D −→ Y , una red ψ : J −→ Y diremos que es
una subred de φ si existe una aplicación ρ : J −→ D satisfaciendo las
propiedades:
(i) φ ◦ ρ = ψ.
(ii) Para cada i0 ∈ D existe j0 ∈ J tal que si j ≥ j0 , entonces
ρ(j) ≥ i0 .

Obsérvese que, en las condiciones de la definición anterior, si D es un


conjunto dirigido y J ⊂ D tiene la propiedad de que para cada i ∈ D existe
j ∈ J con j ≥ i (un tal J se dice que es cofinal en D), entonces para cada
red (wi )i∈D en Y , la red (wi )i∈J es una subred suya. En espacios topológicos
si una red converge toda subred suya converge al mismo punto.
Algunas propiedades de las redes, como las que siguen, son bastante atrac-
tivas por su similitud con las correspondientes propiedades de las sucesiones
en espacios métricos, y muestran cómo las redes sustituyen con ventaja a
las sucesiones en el estudio de espacios topológicos generales. Remitimos al
lector a [44] para la demostración de la proposición que sigue.

Proposición 1.12.5.
Se tienen las siguientes propiedades:
(i) Un espacio topológico es de Hausdorff si, y sólo si, cada red que converge
lo hace hacia un único punto.
(ii) Un punto s de un espacio topológico es de aglomeración de una red
(xi )i∈D si, y sólo si, existe una subred de (xi )i∈D que converge hacia s.
(iii) Un conjunto A de un espacio topológico es cerrado si, y sólo si, para
cualquier red contenida en A que sea convergente, su límite pertene-
ce a A.
(iv) Un punto s en un espacio topológico está en la clausura de un conjunto
A si, y sólo si, s es límite de alguna red contenida en A.
1.12. Bases en espacios de Hilbert 87

(v) Una función f : Y → Z entre espacios topológicos es continua en un


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

punto a ∈ Y si, y sólo si, f transforma redes de Y convergentes hacia


a en redes de Z convergentes hacia f (a).
(vi) Un subconjunto A en un espacio topológico es compacto si, y sólo si,
toda red en A posee una subred convergente a un punto de A.
En espacios metrizables las sucesiones son suficientes para describir la
topología subyacente; sin embargo, en espacios no metrizables no es así y
hemos de recurrir a las redes para describir la topología de los espacios. No
debe caerse en la tentación de infravalorar el concepto de red pensando que
se trata únicamente de un cambio terminológico.
Ejemplo 1.12.6. En espacios métricos un punto s es de aglomeración de
la sucesión (xn )n si, y sólo si, existe una subsucesión (xnk )k de (xn )n que
converge hacia s. Esto no es cierto en espacios topológicos arbitrarios, a pesar
de que los puntos de aglomeración de sucesiones son límites de subredes.
Sea A = (N∪{0})×(N∪{0}) con la topología definida mediante las siguientes
reglas:
(i) Si (n, m) 6= (0, 0), entonces {(n, m)} es abierto.
(ii) Un conjunto V ⊂ A es un entorno de (0, 0) si (0, 0) ∈ V y existe n0 ∈ N
con la propiedad de que para cada n ≥ n0 el conjunto {m : (n, m) 6∈ V }
es finito.
El espacio topológico A es de Hausdorff. Ninguna sucesión (xk )k en
A \ {(0, 0)} converge a (0, 0), ya que si lo hiciera, para cada n, en la co-
lumna {(n, m) : m ∈ N} sólo podría haber un número finito de términos de
la sucesión; pero en tal caso sería posible construir un entorno de (0, 0) que
no contuviese ningún punto de la sucesión. Enumerando A según el proce-
so diagonal de Cantor, se obtiene una sucesión para la que (0, 0) es punto
aglomeración pero que no tiene subsucesiones convergentes a dicho punto. 
El ejemplo que sigue pone de manifiesto que las sucesiones no sirven para
caracterizar la clausura de subconjuntos en espacios no metrizables ni la
compacidad.
Ejemplo 1.12.7. Sea Y = [0, 1]R dotado de la topología producto. Para
(xγ )γ∈R en Y definimos
1.12. Bases en espacios de Hilbert 88

sop(xγ )γ∈R := γ ∈ R : xγ 6= 0
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

y consideramos

D = {(xγ )γ∈R ∈ Y : sop(xγ )γ∈R es a lo sumo numerable}.

Entonces:
(i) El conjunto D es sucesionalmente cerrado, denso y no cerrado en Y .
(ii) Toda sucesión en D tiene una subsucesión convergente a un punto de D.
(iii) D no es compacto.
Claramente D 6= Y pero D = Y . Así, D no es cerrado y por ende no es com-
pacto. Las otras propiedades que hemos enunciado se siguen del hecho de que
si A es un conjunto numerable, entonces [0, 1]A es un espacio compacto
S me-
trizable, [44], y dada una sucesión (yn )n en D podemos tomar A := n sop yn
y mirar (yn )n en [0, 1]A . 

1.12.2. Familias sumables


Si I es un conjunto no vacío denotaremos por

P0 (I) := {J : J ⊆ I, J es finito}.

P0 (I) está dirigido por la relación de contenido conjuntista ⊆, i.e.,

J1 ≥ J2 en P0 (I) si, por definición, J2 ⊆ J1 .

Definición 1.12.8.
Sea (X, k.k) un espacio normado.
P Se dice que la familia (xi )i∈I es
sumable con suma x, si la Pred ( i∈J xi )J∈P0 (I) tiene límite x en X, y en
este caso, se escribe x = i∈I xi . Se dice que (xi )i∈I es absolutamente
sumable si la familia (kxi k)i∈I es sumable en R.
P
Dada la forma especial del conjunto P0 (I), la red ( i∈J xi )J∈P0 (I) sa-
tisface la condición de Cauchy, como es fácil comprobar, si, y sólo si, para
cada ε > P 0 existe J0 ∈ P0 (I) tal que si J ∈ P0 (I) y J ∩ J0 = ∅, en-
tonces k i∈J xi k < ε. Con esto en mente se prueba fácilmente la siguiente
proposición.
1.12. Bases en espacios de Hilbert 89

Proposición 1.12.9.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea (X, k.k) un espacio normado y sea (xi )i∈I una familia en X.
(i) Si X es un espacio de Banach y (xi )i∈I es absolutamente sumable,
entonces (xi )i∈I es sumable.
P
(ii) Si la red ( i∈J xi )J∈P0 (I) es de Cauchy, el conjunto {i ∈ I : xi 6= 0}
es contable (finito o numerable).
P
(iii) Si la red ( i∈J xi )J∈P0 (I) es de Cauchy, entonces se tiene que
n X o

sup xi : J ∈ P0 (I) < ∞. (1.34)
i∈J

(iv) La familia (xi )i∈I es absolutamente sumable si, y sólo si,


nX o
sup kxi k : J ∈ P0 (I) < ∞. (1.35)
i∈J

Demostración. Establezcamos (i). Si (xi )i∈I es absolutamente sumable,


la red X
( kxi k)J∈P0 (I)
i∈J
P
cumple la condición de Cauchy y, por tanto, la red ( i∈J xi )J∈P0 (I) también
la cumple; pero al ser X completo, dicha red es convergente por el lema 1.12.3,
es decir, (xi )i∈I es sumable.
La prueba de (ii) es como sigue. Por la condición de Cauchy, para cada
n ∈ N existe Jn ⊂ I finito tal que kxi k < 1/n si i ∈ / Jn , en consecuencia el
conjunto n 1o
An := i ∈ I : kxi k ≥ ⊂ Jn
n
S
es finito para cada n ∈ N. Como {i ∈ I : xi 6= 0} = n An , se obtiene el
resultado.
La propiedad (iii) se sigue directamente de la condición de Cauchy. Efec-
tivamente, si utilizamos que se satisface la condición de Cauchy para ε = 1
podemos
P determinar J0 ∈ P0 (I) tal que si J ∈ P0 (I) y J ∩ J0 = ∅, entonces
k i∈J xi k < 1. Para cualquier conjunto finito J ⊂ I tenemos
X X X X

xi ≤ xi + xi < 1 + kxi k
i∈J i∈J\J0 i∈J∩J0 i∈J0
1.12. Bases en espacios de Hilbert 90
P
y por tanto sup{k i∈J xi k : J ∈ P0 (I)} < ∞.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

La propiedad (iv) se sigue ahora de (iii) y de la definición de supremo.


Si (xi )i∈I es absolutamente sumable, entonces (kxi k)i∈I es sumable y la pro-
P nos dice que el supremo en (1.35) es finito. Recíprocamente, si
piedad (iii)
α = sup{ i∈J kxP i k : J ∈ P0 (I)} ∈ R y ε > 0, entonces existe
P J0 ∈ P0 (I)
tal que α − ε ≤ i∈J0 kxi k. De aquí se tiene que α − ε ≤P i∈J kxi k ≤ α
para cada J ∈ P0 (I) con J ⊃ J0 , lo que significa que α = i∈I kxi k. 

A la vista de las condiciones (1.34) y (1.35) en la proposición anterior,


es claro que poder establecer que las familias sumables son absolutamente
sumables en un espacio de Banach “sólo depende” de poder intercambiar
normas con sumas de forma “razonable”. Dvoretzky y Rogers establecieron
en [18] que un espacio de Banach es de dimensión finita si, y sólo si, las
familias sumables coinciden con las absolutamente sumables.
En nuestra siguiente definición 1.12.10 introducimos la propiedad que
necesitamos para que los conceptos de sumabilidad y sumabilidad absoluta
coincidan. Vemos en el teorema 1.12.16 que dicha propiedad caracteriza tam-
bién los espacios de dimensión finita y utilizamos en la proposición 1.12.13
esta propiedad para establecer de forma sencilla, sin pasar por coordenadas,
que en espacios de dimensión finita las nociones de convergencia absoluta e
incondicional para series coinciden.
El lector familiarizado con la noción de espacio nuclear y de operador
1-sumante sabrá poner en contexto la definición que sigue.

Definición 1.12.10.
Diremos que una norma k · k en un espacio de Banach X tiene la
propiedad S si cumple la siguiente propiedad:
(S) Existe una constante 1 > C > 0 tal que para cada conjunto finito
{zj : j ∈ J} en X existe un subconjunto S ⊂ J con la propiedad
X X

C kzj k ≤ zj . (1.36)
j∈J j∈S

Se comprueba fácilmente que si una norma k · k tiene la propiedad (S),


entonces cualquier otra norma equivalente también tiene esta propiedad. Por
1.12. Bases en espacios de Hilbert 91

lo tanto, (S) es una propiedad del espacio de Banach X y no de una norma


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

particular en X.
Si k · k en X satisface (S) escribimos
C(S) := sup{C : C satisface (1.36)}. (1.37)
Lema 1.12.11.
La norma euclídea k · k2 en Rn tiene la propiedad (S) con constante
1
cn = √ satisfaciendo la desigualdad (1.36). Para (Rn , k · k2 ) tenemos las
2n n
estimaciones
1 1
√ ≤ Cn (S) ≤ √ ,
2n n n
donde Cn (S) está definida como en (1.37). En consecuencia, todos los espa-
cios de Banach de dimensión finita tienen la propiedad (S).
Demostración. Probemos que (1.36) se satisface en (Rn , k · k2 ) cuando
1
tomamos cn = √ . Consideremos las 2n pirámides en Rn definidas por
2n n

Ai = (x1 , x2 , . . . , xn ) : xi ≥ 0, |xj | ≤ xi , j 6= i, j ∈ J , i ∈ J,

Ai+n = (x1 , x2 , . . . , xn ) : xi ≤ 0, |xj | ≤ |xi |, j 6= i, j ∈ J , i ∈ J,
donde J = P{1, 2, . . . , n}. Para cada conjunto finito {zj : j ∈ J} en X defina-
mos α = j∈J kzj k2 . Quitando algunas caras (aquí y allí) de los Ai es fácil
convencerse uno mismo de que Rn puede partirse en 2n conjuntos disjuntos
Bi tales que para sus clausuras tenemos Bi = Ai , i = 1, 2, . . . , 2n. Así, uno
al menos de los Ai tiene la propiedad de que
X
kzj k2 ≥ α/2n. (1.38)
zj ∈Ai

Por sencillez suponemos que este Ai es A1 y llamamos entonces


S = {j ∈ J : zj ∈ A1 }.
Si π1 : Rn → R es la proyección canónica en la primera coordenada, tenemos
las desigualdades
X X X 1 X 1 α

zj ≥ π1 ( zj ) = π1 (zj ) ≥ √ kzj k2 ≥ √ (1.39)
2 n n 2n
j∈S j∈S j∈S j∈S
1.12. Bases en espacios de Hilbert 92

debido a (1.38) y a que para cada z ∈ A1 claramente se tiene nπ1 (z) ≥ kzk2 .
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Si leemos otra vez el principio y el final de las desigualdades en (1.39) hemos


establecido que (1.36) se satisface para cn .
Obsérvese que lo que hemos hecho hasta ahora prueba que 2n1√n ≤ Cn (S).
Para establecer la otra desigualdad para Cn (S), supongamos que se satisfa-
ce (1.36) para una cierta constante 1 > c > 0 en (Rn , k·k2 ). Si {e1 , e2 , . . . , en }
es la base canónica, podemos encontrar un conjunto S ⊂ {1, 2, ..., n} tal que
n
X X

c kej k2 ≤ ej .
2
j=1 j∈S

Así, cn ≤ n y la prueba acaba. 

Proposición 1.12.12.
Sea (X, k · k) un espacio normado de dimensión finita y sea (xi )i∈I una
familia en X. Las siguientes propiedades son equivalentes:
(i) (xi )i∈I es absolutamente sumable.
(ii) (xi )i∈I es sumable.
P
(iii) sup{ i∈J kxi k : J ∈ P0 (I)} < ∞.
Demostración. La equivalencia (i)⇔(iii) y la implicación (i)⇒(ii) son,
respectivamente, las propiedades (iv) y (i) de la proposición 1.12.9. Veamos
cómo (ii)⇒(iii). Como X es de dimensión finita, X tiene la propiedad (S) y
por tanto existe 1 > C > 0 satisfaciendo la desigualdad (1.36). Si (xi )i∈I es
sumable, entonces
n X o

α = sup xi : J ∈ P0 (I) < ∞,
i∈J

después de la propiedad (iii) en la proposición 1.12.9. La desigualdad (1.36)


dice ahora que nX o α
sup kxi k : J ∈ P0 (I) ≤
C
i∈J
y en consecuencia hemos establecido la validez de (iii). 

Dejamos como ejercicio para el lector constatar que, para series, la pro-
posición 1.12.12 se lee como sigue:
1.12. Bases en espacios de Hilbert 93

Proposición 1.12.13.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea (X, k.k) un espacio normado de dimensión finita y sea (xn )n una
sucesión en X. Las siguientes propiedades son equivalentes:
P
(i) La serie ∞ n=1 xn es absolutamente convergente.
P n
(ii) sup i=1 kxi k : n ∈ N < ∞.
P
(iii) sup i∈J kxi k : J ∈ P0 (N) < ∞.
(iv) (xn )n∈N es absolutamente sumable.
(v) (xn )n∈N es sumable.
El teorema de reordenación de Riemann, que apareceP∞ en los textos de
cálculo, asegura que si una serie de números reales n=1 xn es convergente
pero no es absolutamente convergente, entoncesP∞ para cada x ∈ [−∞, ∞]
existe una biyección π : N → N tal que x = n=1 xπ(n) . Como consecuencia,
todas las “reordenaciones” de una serie de números reales son convergentes
a un número real sólo cuando la serie es absolutamente convergente. En
espacios de Banach convergencia absoluta e incondicional de series coinciden
si, y sólo si, el espacio es de dimensión finita, lo que es de nuevo el teorema
de Dvoretzky y Rogers [18] comentado anteriormente, tal y como aclaramos
en las páginas que siguen.
Definición 1.12.14.
Sean X un P∞espacio de Banach y (xn )n una sucesión en X. Se dice
que la serie n=1 xn es incondicionalmente
P∞ convergente si para cada
biyección π : N → N la serie n=1 xπ(n) converge.

Convergencia incondicional y sumabilidad se encuentran frente a frente


en la siguiente proposición.
Proposición 1.12.15.
P∞Sean (X, k · k) un espacio de Banach y (xn )n una sucesión. La serie
n=1 xn es incondicionalmente convergente si, y sólo si, la familia (xn )n∈N
es sumable, en cuyo caso para cada biyección π : N → N se tiene
X ∞
X
xn = xπ(n) .
n∈N n=1
1.12. Bases en espacios de Hilbert 94

Demostración. Supongamos que (xn )n∈N es sumable y probemos P que la


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

P∞
serie n=1 xn es incondicionalmente convergente. Llamemos x = n∈N xn
y sea π : N → N una biyección. Dado ε > 0 existe P un conjunto finito
J0 ∈ P0 (I) tal que si J ⊃ J0 y J ∈ P0 (I), entonces k n∈J xn − xk < ε. Si
mε = sup π −1 (J0 ), entonces π({1, 2, . . . , n}) ⊃ J0 siempre que n ≥ mε . Por
lo tanto, n
X X
xπ(j) − x xm − x
= < ε,
j=1 m∈π({1,2,...,n}
P∞
para n ≥ mε , y consecuentemente n=1 xπ(n) = x para cada biyección π.
El recíproco lo estableceremos razonando por contradicción.
P Suponemos
que (xn )n no es sumable, y por ende suponemos que ( i∈J xi )J∈P0 (N) no
satisface la condición de Cauchy, es decir, existe ε > 0 tal que para cada
J ∈ P0 (N) existe J ′ ∈ P0 (N) con
X

J ∩J =∅ y xi ≥ ε. (1.40)
i∈J ′

Describimos la biyección π : N → N dando su imagen. Aplicamos (1.40) a


J = J1 = {1} y producimos J2 := {n21 , n22 , . . . , n2m(2) } ∈ P0 (N) tal que
X

J2 ∩ J = ∅ y xj ≥ ε.
i∈J2

Nuestra reordenación de N empezará definiendo J2′ := {1, n21 , n22 , . . . , n2m(2) }


si 2 ∈ J2 y J2′ := {1, n21 , n22 , . . . , n2m(2) , 2} si 2 6∈ J2 . Otra vez, aplicamos (1.40)
al conjunto J definido inmediatamente antes y construimos otro conjunto
J3 := {n31 , n32 , . . . , n3m(3) } ∈ P0 (N) tal que
X

J3 ∩ J = ∅ y xi ≥ ε.
i∈J3

Como antes, definimos el conjunto J3′ := {n31 , n32 , . . . , n3m(3) } si 3 ∈ J3 y


J3′ := {n31 , n32 , . . . , n3m(3) , 3} si 3 6∈ J3 .
Definiendo π como
J2 ′ J3′
 z }| { z }| { 
π : {1, 2, . . . } → 1, n21 , n22 , . . . , n2m(2) , n31 , n32 , . . . , n3m(3) , . . .
1.12. Bases en espacios de Hilbert 95
P∞
producimos una reordenación n=1 xπ(n) que no satisface la condición de
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Cauchy y por lo tanto no converge. 

El teorema de Dvoretsky-Rogers [16, Chapter VI], permite completar


nuestro estudio sobre sumabilidad y probar que la propiedad (S) de una
norma caracteriza los espacios de dimensión finita.
Teorema 1.12.16.
Para un espacio de Banach (X, k · k) las siguientes afirmaciones son
equivalentes:
(i) X es de dimensión finita.
(ii) X tiene la propiedad (S).
(iii) Para cada ε > 0 existe δ > 0 tal que, para cada conjunto finito
{zj : j ∈ J} en X, si tenemos
n X o

sup zj : S ⊂ J < δ, (1.41)
j∈S

entonces X
kzj k < ε.
j∈J

(iv) Cada serie incondicionalmente convergente en X es absolutamente


convergente.

Demostración. El lema 1.12.11 es la implicación (i)⇒(ii). La prueba de


la implicación (ii)⇒(iii) es fácil: si (X, k · k) tiene la propiedad (S) con
constante 1 > c > 0 satisfaciendo la desigualdad (1.36), entonces basta tomar
δ = cε para un ε > 0 dado y así se tiene (iii). La implicación (iii)⇒(iv)
P es
como sigue: tomemos una serie incondicionalmente convergente n zn en X.
Después de la proposición 1.12.15 la familia (zn )n es sumable y por tanto
n X o

M := sup zn : S ⊂ N, S finito < +∞,
n∈S

como consecuencia de la proposición 1.12.9. Para ε = 1 en (iii) tomemos


el correspondiente δ. Todos los subconjuntos finitos de {(δ/2M )zn : n ∈ N}
1.12. Bases en espacios de Hilbert 96

satisfacen (1.41) y en consecuencia, para cada conjunto finito J ⊂ N tenemos


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

X 2M
kzn k ≤
δ
n∈J
P
lo que significa que n zn es absolutamente convergente.
La implicación (iv)⇒(i) es el teorema de Dvoretsky-Rogers. 

1.12.3. Sumas hilbertianas


Sean H1 y H2 dos espacios de Hilbert. En el producto cartesiano H :=
H1 × H2 se pueden definir distintas normas cuya topología asociada es la
topología producto. Una de estas normas en H, a saber,
1/2
k(x1 , x2 )k := kx1 k2H1 + kx2 k2H2 ,

proviene del producto escalar

h(x1 , x2 ), (y1 , y2 )i := hx1 , y1 iH1 + hx2 , y2 iH2 .

El espacio H dotado del producto escalar anterior se llama suma directa


hilbertiana de H1 y H2 y lo denotaremos como H1 ⊕ H2 . Su estructura
hilbertiana es la única que induce sobre H1 y H2 sus respectivas estructuras
hilbertianas y las hace mutuamente ortogonales.
No ofrece dificultad extender el concepto de suma hilbertiana anterior
a una cantidad finita de sumandos. PnAsí, por ejemplo, el espacio Rn con su
norma euclídea habitual kxk2 = ( i=1 |xi | ) 2 1/2 no es más que la suma hil-
bertiana Pde n espacios idénticos a la recta real R. Análogamente Cn , con
kxk2 = ( ni=1 |xi |2 )1/2 , no es otra cosa que la suma hilbertiana de n espacios
idénticos a C con su norma canónica kzk = |z| que proviene del producto
escalar hx, yiC = xy. También podemos definir sumas hilbertianas infinitas.
Proposición 1.12.17.
Sea {Hi : i ∈ I} una familia de espacios de Hilbert sobre K, donde I es
un conjunto arbitrario no vacío de índices, y sea
n Y X o
H := x = (xi )i∈I ∈ Hi : kxi k2Hi < ∞ .
i∈I i∈I
1.12. Bases en espacios de Hilbert 97

Entonces H es un espacio vectorial sobre K y la fórmula


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

X 1/2
kxk := kxi k2Hi
i∈I

donde x = (xi )i∈I ∈ H, define una norma con la que H es un espacio de


Banach. Además dicha norma está generada por el producto escalar definido
en H por la expresión
X
h(xi )i∈I , (yi )i∈I i := hxi , yi iHi .
i∈I

Demostración. Para subconjuntos finitos J ⊂ I, por la desigualdad de


Minkowski, se tiene que
X 1/2 X 1/2
kxi + yi k2Hi ≤ (kxi kHi + kyi kHi )2
i∈J i∈J
X 1/2 X 1/2
≤ kxi k2Hi + kyi k2Hi
i∈J i∈J
X 1/2 X 1/2
≤ kxi k2Hi + kyi k2Hi
i∈I i∈I

En consecuencia, H es un espacio vectorial y k · k una norma. Además,


procediendo de forma parecida, utilizando subconjuntos finitos J ⊂ I y la
desigualdad de Hölder, es fácil comprobar que la fórmula
X
h(xi )i∈I , (yi )i∈I i := hxi , yi iHi
i∈I

está bien definida y corresponde a un producto escalar que genera la norma


de H.
Veamos que H es completo. Si (xn )n es una sucesión de Cauchy en H,
dado ε > 0 existe n0 ∈ N tal que
X 1/2
kxn − xm kH = kxn,i − xm,i k2Hi <ε (1.42)
i∈I
1.12. Bases en espacios de Hilbert 98

para n, m ≥ n0 en N. Para cada i ∈ I la sucesión (xn,i )n∈N es de Cauchy en


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

el espacio de Hilbert Hi , por lo que es convergente, digamos a yi ∈ Hi . Para


probar que H es de Hilbert basta demostrar que y := (yi )i∈I pertenece a H
y que y = lı́mn xn . Pero esto es consecuencia de la desigualdad
X 1/2
kxn,i − yi k2Hi ≤ ε,
i∈I

para n ≥ n0 en N, obtenida, una vez más, utilizando subconjuntos finitos


J ⊂ I y pasando al límite en m en la ecuación (1.42). 

Definición 1.12.18.
El espacio (H, k · k) descrito en la proposición 1.12.17 se llama
L suma
directa hilbertiana de los espacios {Hi : i ∈ I} y se denota con i∈I Hi .
El espacio H recibe también el nombre de suma ℓ2 de los  espacios
{Hi : i ∈ I}, utilizándose a veces la notación H = ℓ2 (Hi )i∈I .

Obsérvese que cada espacio Hi puede identificarse isomorfa e isométrica-


mente con el subespacio de H formado por aquellos vectores que tienen nulas
todas las coordenadas distintas de la coordenada i, y desde esa perspectiva
puede considerársele como un subespacio de H. Además, con esa identifica-
ción los espacios Hi son mutuamente ortogonales en H y H coincide con la
clausura lineal cerrada de los espacios
P {Hi : i ∈ I}. De hecho cada x ∈ H se
expresa de forma única como x = i∈I xi con xi ∈ Hi .
Un caso particular de esta construcción, que además proporciona un recí-
proco de lo anterior, se presenta cuando la familia {Hi : i ∈ I} está formada
por subespacios cerrados mutuamente ortogonales de un espacio de Hilbert
dado H.
Proposición 1.12.19.
Sea H un espacio de Hilbert sobre K y sea {Hi : i ∈ I} una colección de
subespacios cerrados mutuamente ortogonalesLtales que span{Hi : i ∈ I} = H.
Entonces H es isométricamente isomorfo a i∈I Hi .
L
Demostración. Consideremos el subespacio de i∈I Hi definido por
n M o
F := (xi )i∈I ∈ Hi : {i ∈ I : xi 6= 0} es finito .
i∈I
1.12. Bases en espacios de Hilbert 99
P
Sea φ : F −→ H dada por φ((xi )i∈I ) := i∈I xi . Claramente φ es lineal e
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

L
isométrica. Además F es denso en i∈I Hi y φ(F ) = span{Hi : i ∈ I} lo es
en H. Entonces φ puede extenderseLde forma única a una aplicación lineal
isométrica, que es sobreyectiva, de i∈I Hi en H. 

En las condiciones de la proposición


L anterior resulta cómodo, y es usual,
L iden-
tificar H con la suma directa i∈I Hi y escribir simplemente H = i∈I Hi .

1.12.4. El espacio ℓ2 (I): series de Fourier abstractas


La definición del espacio ℓ2 de la página 35 se generaliza de forma natural
para un conjunto arbitrario I al espacio
n X o
ℓ2 (I) := (ai )i∈I ∈ KI : |ai |2 < ∞ ,
i∈I

dotado del producto escalar



X
(xi )i∈I , (yi )i∈I = xi y i .
i∈I

Obsérvese que tomando Hi = K, i ∈ LI, con su correspondiente producto


escalar, se tiene la igualdad ℓ (I) = i∈I Hi , y así, después de la proposi-
2

ción 1.12.17, el espacio ℓ2 (I) es de Hilbert.


El objetivo de esta sección es establecer que ℓ2 (I) constituye el modelo
canónico de espacio de Hilbert; o dicho de otra forma, que cualquier espacio
de Hilbert es isomorfo, como espacio de Hilbert, a ℓ2 (I), para un conjunto
I adecuado. Para establecer este resultado introducimos y estudiamos la
existencia de bases hilbertianas.

Proposición 1.12.20. Desigualdad de Bessel.


Sean H espacio prehilbertiano y (ei )i∈I un conjunto ortonormal en H.
Para cada x ∈ H se tiene
X 1/2
2
|hx, ei i| ≤ kxk. (1.43)
i∈I
1.12. Bases en espacios de Hilbert 100

Demostración. Para establecer (1.43) es suficiente probar que


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

X 1/2
2
|hx, ei i| ≤ kxk, (1.44)
i∈J

para cada J ∈ P0 (I). Para un tal J, si llamamos M := span{ei : i ∈ J} y


aplicamos la propiedad (ii) en la proposición 1.5.5 obtenemos que
X
0 ≤ d(x, M )2 = kxk2 − |hx, ek i|2 ,
k∈J

o lo que es lo mismo, que la desigualdad (1.44) es cierta. 

Proposición 1.12.21.
Sean H un espacio prehilbertiano y (ei )i∈I un conjunto ortonormal en H.
Sea b : H −→ KI definida por x
b = (hx, ei i)i∈I . Entonces:
(i) La aplicación b tiene rango en ℓ2 (I), es lineal y continua de norma 1.
(ii) Si además H es un espacio de Hilbert la aplicación anterior es sobre-
yectiva sobre ℓ2 (I) (Teorema de Riesz-Fischer).
Demostración. La primera parte es una consecuencia directa de la de-
sigualdad de Bessel (1.43). Veamos que b es sobreyectiva cuando H es un
espacio de Hilbert. En efecto,
P dado (ai )i∈I ∈ ℓ (I), la familia (ai ei )i∈I es su-
2

mable en H, puesto que ( i∈J ai ei )J∈P0 (I) verifica la condición de Cauchy,


como consecuencia de que para cada conjunto J ∈ P0 (I) se tiene
X 2 X

ai ei = |ai |2 ,
i∈J i∈J
P
después del teorema de Pitágoras 1.4.9. Definiendo x := i∈I ai ei se tiene
que x
b = (ai )i∈I y la prueba termina. 

La inyectividad de esta aplicación requiere condiciones adicionales en el


conjunto ortonormal que caracterizamos en el siguiente teorema. Un conjunto
ortonormal (ei )i∈I en un espacio de Hilbert H se dice maximal si no está
contenido propiamente en ningún otro conjunto ortonormal.
1.12. Bases en espacios de Hilbert 101

Teorema 1.12.22.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean H un espacio de Hilbert y (ei )i∈I un conjunto ortonormal en


H. Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(i) (ei )i∈I es un conjunto ortonormal maximal.
(ii) Si x ∈ H es tal que hx, ei i = 0, para todo i ∈ I, entonces x = 0.
(iii) (ei )i∈I es un conjunto total.
(iv) La aplicación b : H −→ ℓ2 (I) definida por x b = (hx, ei i)i∈I es
inyectiva.
P
(v) Para cada x ∈ H se verifica x = i∈I hx, ei iei (Desarrollo de
Fourier).
P
(vi) Para cada x, y ∈ H se tiene hx, yi = i∈I hx, ei ihy, ei i.
P
(vii) Para cada x ∈ H se tiene kxk2 = i∈I |hx, ei i| (Identidad de
2

Parseval).

Demostración. Claramente (i)⇒(ii). Las afirmaciones (ii) y (iii) son equi-


valentes por el corolario 1.5.11. La afirmación (iv) es exactamente la afir-
mación (ii) expresada de otra forma. Veamos P que (iv)⇒(v): puesto que
b = (hx, ei i)i∈I y una antiimagen de x
x b es i hx, ei iei , la inyectividad en
(iv) garantiza que (v) se da. La afirmación (vi) se sigue de (v) por la con-
tinuidad del producto escalar. Tomando x = y en la igualdad (vi) se tiene
(vii). Finalmente veamos cómo (vii)⇒(i): supongamos que M ⊂ H es un
conjunto ortonormal conteniendo a (ei )i∈I ; no puede haber un vector x ∈ M
que no sea uno de los eP
i porque si éste fuera el caso, la identidad de Parseval
nos daría 1 = kxk = i∈I |hx, ei i|2 = 0 lo cual es absurdo.
2 

Definición 1.12.23.
Sea H un espacio de Hilbert. Un conjunto ortonormal (ei )i∈I verifi-
cando una de las condiciones equivalentes de la proposición anterior (y
por tanto todas) se llama una base hilbertiana de H o sistema ortonor-
mal completo.

Una aplicación sencilla del lema de Zorn garantiza que cualquier espacio
de Hilbert posee una base hilbertiana; de hecho, cualquier conjunto ortonor-
1.12. Bases en espacios de Hilbert 102

mal de vectores en H puede completarse para obtener una base hilbertiana


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(ei )i∈I de H. El teorema 1.12.22 conduce al siguiente corolario.

Corolario 1.12.24.
Para cada espacio de Hilbert H existe un conjunto I y un isomorfismo
isométrico de H sobre ℓ2 (I).

Por otro lado se tiene

Proposición 1.12.25.
El espacio de Hilbert ℓ2 (I) es topológicamente isomorfo a ℓ2 (J) si, y sólo
si, I y J tienen el mismo cardinal.

Demostración. Es claro que si I y J tienen el mismo cardinal se verifica


que ℓ2 (I) es isométricamente isomorfo a ℓ2 (J).
Recíprocamente, supongamos que T : ℓ2 (I) −→ ℓ2 (J) es un isomorfismo
topológico y que los espacios son de dimensión infinita (para el caso finito
dimensional el resultado es claro). Denotemos con (ei )i∈I y (εj )j∈J , respec-
tivamente, las bases canónicas de ℓ2 (I) y ℓ2 (J). ParaS cada i ∈ I, el conjunto
Ai :=S {j ∈ J : hT e ,
i jε i 6
= 0} es contable y
S J ⊇ i∈I Ai . Pero, de hecho,
J = i∈I Ai , puesto que si existiera j ∈ J \ i∈I Ai se tendría hT ei , εj i = 0,
para cada i ∈ I, y por tanto, hT x, εj i = 0, para cada x ∈ ℓ2 (I); entonces al
ser T isomorfismo topológico sería hy, S εj i = 0, para todo y ∈ ℓ (J), lo cual es
2

absurdo. Así pues, card(J) = card i∈I Ai ≤ card(I). Con un razonamiento


simétrico se prueba que card(I) ≤ card(J). 

Combinando el corolario y la proposición anterior, se obtiene que todas


las bases hilbertianas de un espacio de Hilbert tienen el mismo cardinal. Esto
conduce a la siguiente definición.
Definición 1.12.26.
Se llama dimensión hilbertiana de un espacio de Hilbert H al cardinal
de cualquier base hilbertiana de H.

Los espacios de Hilbert con base numerable se conocen con el nombre de


espacios de Hilbert “clásicos” y son, precisamente, los separables; en ellos es
posible construir bases hilbertianas sin apelar al lema de Zorn, como veremos
en la prueba del siguiente resultado.
1.12. Bases en espacios de Hilbert 103

Proposición 1.12.27. Riesz-Fischer.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea H un espacio de Hilbert de dimensión infinita. Las siguientes afir-


maciones son equivalentes:
(i) La dimensión hilbertiana de H es ℵ0 .
(ii) H es isomorfo a ℓ2 .
(iii) H es separable.

Demostración. La equivalencia entre (i) y (ii) es consecuencia directa de


los últimos resultados. La implicación (ii)⇒(iii) es evidente. Para (iii)⇒(i)
basta observar que por ser H de dimensión infinita, de cualquier conjunto
(xn )n∈N denso en H se puede extraer una subsucesión (xnk )k∈N de vectores li-
nealmente independientes tal que span{xn : n ∈ N} = span{xnk : k ∈ N}. Por
lo tanto span(xnk )k = H y mediante el procedimiento de ortonormalización
de Gram-Schmidt 1.4.10 aplicado a (xnk )k obtenemos una base hilbertiana
numerable de H. 

La clasificación topológica de los espacios de Banach es mucho más com-


pleja que la de los espacios de Hilbert. Kadec demostró en 1966 que todos los
espacios de Banach separables son homeomorfos a ℓ2 , [6, Corollary 9.1]. La
clasificación topológica de los espacios de Banach fue dada por Toruńczyk [69]
en 1981: dos espacios de Banach de dimensión infinita son homeomorfos si,
y sólo si, sus densidades son iguales.
Los resultados anteriores conducen al siguiente corolario.

Corolario 1.12.28.
Si Z es un subespacio cerrado de dimensión infinita de ℓ2 , entonces Z es
isomorfo a ℓ2 .

Durante mucho tiempo fue un problema abierto —Problema del espacio


homogéneo— el decidir si ℓ2 era el único espacio de Banach gozando de la pro-
piedad anterior, es decir, la propiedad de ser isomorfo a todos sus subespacios
cerrados de dimensión infinita. En 1996 Gowers probó que, efectivamente, ℓ2
es el único espacio de Banach con esta propiedad, [30].
1.12. Bases en espacios de Hilbert 104

1.12.5. Aproximación por polinomios


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

en espacios de funciones
En este apartado probamos el clásico teorema de Weierstrass de aproxi-
mación uniforme mediante polinomios de funciones continuas en un intervalo
compacto de R. La demostración que realizamos hace uso del siguiente teo-
rema de Korovkin.
Teorema 1.12.29. Korovkin, 1953.
Consideremos las funciones f0 , f1 y f2 definidas en [a, b] por

f0 (t) = 1, f1 (t) = t y f2 (t) = t2 ,

para cada t ∈ [a, b]. Para n = 1, 2, . . . , sea Pn : C([a, b]) → C([a, b])
lineal. Supongamos que:
(i) Cada Pn es positivo, i.e., Pn (f ) ≥ 0, para n = 1, 2, . . . y cada
f ≥ 0 en C([a, b]).
(ii) Para m = 0, 1, 2 se tiene lı́mn→∞ kPn (fm ) − fm k∞ = 0.
Entonces:
lı́m kPn (f ) − f k∞ = 0, (1.45)
n→∞

para cada f ∈ C([a, b]).

Demostración. Es suficiente establecer la validez de (1.45) para funciones


con valores reales f ∈ C([a, b]). Tomemos pues f ∈ C([a, b]) con valores
reales y sea α > 0 tal que kf k∞ ≤ α. Para t, s ∈ [a, b] se tiene
− 2α ≤ f (t) − f (s) ≤ 2α. (1.46)
Fijemos ε > 0. Como f es uniformemente continua en [a, b], existe δ > 0 tal
que para t, s ∈ [a, b] con |t − s| < δ se verifica
− ε ≤ f (t) − f (s) ≤ ε. (1.47)
Fijado s ∈ [a, b], consideremos la función gs (t) = (t − s)2 . Si t, s ∈ [a, b] y
|t−s| ≥ δ, entonces gs (t) ≥ δ2 . Combinando las desigualdades (1.46) y (1.47),
se tiene
gs (t) gs (t)
− ε − 2α 2 ≤ f (t) − f (s) ≤ ε + 2α 2 (1.48)
δ δ
1.12. Bases en espacios de Hilbert 105

Como cada Pn es lineal y positivo, entonces


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Pn (gs )
−εPn (f0 ) − 2α ≤ Pn (f ) − f (s)Pn (f0 )
δ2 (1.49)
Pn (gs )
≤ εPn (f0 ) + 2α
δ2
Por hipótesis, Pn (f0 )(s) converge hacia 1 uniformemente en s ∈ [a, b]. Por
otro lado, Pn (gs )(s) converge uniformemente a cero en s ∈ [a, b], dado que
gs = f2 − 2sf1 + s2 f0 y consecuentemente
 
lı́m Pn (gs )(s) = lı́m Pn (f2 )(s) − 2sPn (f1 )(s) + s2 Pn (f0 )(s)
n→∞ n→∞
= s2 − 2ss + s2 1 = 0
uniformemente. Este último hecho junto con las desigualdades (1.49) per-
miten concluir ahora que Pn (f )(s) converge uniformemente hacia f (s) en
s ∈ [a, b]. 

El teorema de Korovkin puede utilizarse como herramienta para demos-


trar el teorema de Weierstrass que sigue.
Teorema 1.12.30. Weierstrass, 1885.
El conjunto de los polinomios en una variable es denso en el espacio
(C([a, b]), k · k∞ ).

Demostración. Haciendo el cambio de variable t → a + t(b − a) podemos


suponer sin pérdida de generalidad que [a, b] = [0, 1]. Consideremos ahora
los operadores Bn : C([0, 1]) → C([0, 1]), n = 1, 2, . . . , dados por
Xn  k n
Bn (f )(t) = f tk (1 − t)n−k , (1.50)
n k
k=0

para f ∈ C([0, 1]) y t ∈ [0, 1]. La conclusión se obtiene probando que la


sucesión (Bn )n satisface las hipótesis del teorema 1.12.29. Ciertamente, cada
Bn es lineal y positivo y se tiene
Bn (f0 ) = f0 ,
Bn (f1 ) = f1 , (1.51)
Bn (f2 ) = (1 − 1/n)f2 + 1/nf1 ,
1.12. Bases en espacios de Hilbert 106

para n = 1, 2, . . . , lo que implica que lı́mn→∞ kBn (fm ) − fm k∞ = 0, para


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

m = 0, 1, 2. La validez de (1.51) se establece evaluando las funciones involu-


cradas en t ∈ [0, 1]:
n  
X n n
Bn (f0 )(t) = tk (1 − t)n−k = t + (1 − t) = 1;
k
k=0

Xn   X n  
k n k n−k n−1 k
Bn (f1 )(t) = t (1 − t) = t (1 − t)n−k
n k k−1
k=1 k=1
X n − 1 
n−1
= tk+1 (1 − t)(n−1)−k
k
k=0
X n − 1
n−1
=t tk (1 − t)(n−1)−k = t;
k
k=0
n     
k 2 n k
X Xn
k n−1 k
Bn (f2 )(t) = t (1 − t)n−k = t (1 − t)n−k
n k n k−1
k=1 k=1
Xn h i  
(n − 1)(k − 1) 1 n − 1 k
= + t (1 − t)n−k
n(n − 1) n k−1
k=1
n   n  
(n − 1) X n − 2 k n−k 1 X n−1 k
= t (1 − t) + t (1 − t)n−k
n k−2 n k−1
k=2 k=1
(n − 1) 2 1
= t + t.
n n
Obsérvese para terminar que cada Bn (f ) es un polinomio de grado n a lo
sumo (polinomio de Bernstein asociado a f ). 

Planteado el problema de encontrar una sucesión explícita de polinomios


que aproximen a una función continua concreta y elegida a priori, aparece
todo un abanico de dificultades; algunas de éstas se ilustran a continuación
mediante diferentes figuras.
La primera figura ilustra la aproximación por polinomios de Bernstein;
se trata de un caso en el que la convergencia puede estimarse como lenta.
1.12. Bases en espacios de Hilbert 107

1
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

0.8

0.6

0.4

0.2

0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

Polinomios de Berstein de grados 4, 12 y 36


para la función f (x) = sen(πx) en [0,1].
Aproximar funciones por polinomios de interpolación con nodos prefi-
jados no es una buena estrategia, ya que fijada una sucesión de nodos de
interpolación en [a, b] siempre se puede encontrar una función f ∈ C([a, b])
cuyos polinomios de interpolación en los nodos dados no converge uniforme-
mente hacia f . Las dos figuras siguientes muestran diferentes polinomios de
interpolación para la función f (x) = 1/(1 + 25x2 ) en [−1, 1], tanto con nodos
equidistantes como con nodos que son ceros de los polinomios de Čebyšev.
Nótese que, para esta función, la aproximación con nodos equidistantes es
peor y que, incluso aumentando el número de nodos (como en la segunda
figura) la aproximación empeora: fenómeno de Runge.

2 2

1.5 1.5

1 1

0.5 0.5

0 0

-0.5 -0.5
-1 -0.5 0 0.5 1 -1 -0.5 0 0.5 1

Interpolación con elección de no- Interpolación con ceros de los po-


dos equidistantes. linomios de Čebyšev como nodos.
1.12. Bases en espacios de Hilbert 108

Terminamos esta sección con un breve comentario sobre el teorema de


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

 p. 147-149], que nos asegura que, para cada función continua


Čebyšev, [33,
f ∈ C [a, b] y cada n ∈ N, existe un único polinomio pn de grado, a lo más
n, tal que

kf − pn k∞ = mı́n{kf − qk∞ : q polinomio, a lo más, de grado n}.

El algoritmo de Remes nos proporciona un método para calcular pn (es el


único polinomio de grado menor o igual que n que equioscila respecto de f en
n + 2 puntos distintos de [a, b]), véase [33, p. 144-157]. Conociendo a priori la
validez del teorema de Stone-Weierstrass, la sucesión de polinomios (pn )n así
obtenida converge uniformemente hacia f . Por tanto, dada cualquier función
continua f ∈ C([a, b]) siempre se puede encontrar una sucesión de nodos
de interpolación para la que la sucesión correspondiente de polinomios de
interpolación, converge uniformemente hacia f .

1.12.6. Series de Fourier en el espacio L2 ([−π, π])


Como veremos, el espacio L2K ([−π, π]) es separable y por tanto posee una
base hilbertiana numerable, de acuerdo con la proposición 1.12.27. En lo que
sigue vamos a describir una base de este espacio, que se encuentra ligada a
los orígenes de las series de Fourier clásicas.
Comenzaremos estableciendo, con ayuda del teorema de aproximación de
Weierstrass 1.12.30, que los polinomios trigonométricos son uniformemente
densos en el espacio vectorial de las funciones reales 2π-periódicas.

Definición 1.12.31.
Recibe el nombre de polinomio trigonométrico real cualquier función
p : R −→ R de la forma
m
X 
p(x) := an cos(nx) + bn sen(nx)
n=0

con an , bn ∈ R.
1.12. Bases en espacios de Hilbert 109

Teorema 1.12.32. Weierstrass.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Si f : [−π, π] −→ R es una función continua con f (−π) = f (π),


entonces para cada ε > 0 existe un polinomio trigonométrico real p de
forma que kf − pk∞ < ε.

Demostración. Puesto que el conjunto de los polinomios trigonométricos


es un espacio vectorial y se tiene la identidad
f (x) + f (−x) f (x) − f (−x)
f (x) = + = f1 (x) + f2 (x)
2 2
donde f1 (x) := (f (x) + f (−x))/2 y f2 (x) := (f (x) − f (−x))/2 siendo f1 una
función par (es decir f1 (−x) = f1 (x)) y f2 una función impar (f2 (−x) =
−f2 (x)) que verifica f2 (0) = f2 (π) = 0, bastará probar el resultado para
funciones con las propiedades de f1 y f2 .
Caso 1. Supongamos que f es par en [−π, π]. Como φ : [−1, 1] −→ [0, π]
definida por φ(t) = arc cos t es una biyección estrictamente decreciente y
continua, la función f ◦ φ es también continua, y por tanto, fijado ε > 0
existe, por el teorema 1.12.30, un polinomio p de modo que se verifica

sup |f ◦ φ(t) − p(t)| < ε,


t∈[−1,1]

es decir, tal que


sup |f (x) − p(cos x)| < ε.
x∈[0,π]

Pero al ser f y cos funciones pares en [−π, π] también se verifica

sup |f (x) − p(cos x)| < ε.


x∈[−π,π]

Como p(cos x) es un polinomio trigonométrico, queda probado el lema para


las funciones pares.
Caso 2. Supongamos ahora que f es impar y que verifica f (0) = f (π) = 0.
En primer lugar, por la continuidad uniforme de f en [0, π], fijado ε > 0
existe η > 0 tal que si

x, x′ ∈ [0, π] y |x′ − x| < η, entonces |f (x′ ) − f (x)| < ε.


1.12. Bases en espacios de Hilbert 110

Por otra parte, como f es una función continua que se anula en 0 y π es


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

posible elegir δ0 > 0 con δ0 < mı́n{η, π} de modo que |f (x)| < ε para
x∈/ [δ, π − δ], siempre que 0 < δ < δ0 . Para cada δ > 0 en las condiciones
anteriores sea gδ : [0, π] −→ R definida por
  
f π(x − δ) si δ ≤ x ≤ π − δ
gδ (x) := π − 2δ
0 en otro caso.

Haciendo x′ := π(x − δ)/(π − 2δ), un sencillo cálculo muestra que es posible


elegir δ > 0 para que se tenga |x′ − x| < η siempre que x ∈ [δ, π − δ]. Para
esa elección de δ, se tendría

|f (x) − gδ (x)| < ε para todo x ∈ [0, π].

Definiendo gδ en el intervalo [−π, 0] mediante gδ (x) = −gδ (−x) si x ∈ [−π, 0],


se tendría entonces que |f (x) − gδ (x)| < ε para x ∈ [−π, π], por ser f y gδ
funciones impares. Sea G : [−π, π] −→ R definida mediante

gδ (x)
G(x) := , si x ∈ (−π, π) y G(0) := 0.
sen x
Así definida, G es continua y par, por lo que, aplicando el Caso 1 ya demos-
trado, existe un polinomio trigonométrico p que verifica |G(x) − p(x)| < ε.
Pero entonces |gδ (x) − p(x) sen x| < ε y, de nuevo, p(x) sen x es un polinomio
trigonométrico, con lo que se ha probado el lema para funciones continuas
impares en [−π, π] que se anulan en 0 y π. 

Sea f : [−π, π] −→ C una función integrable respecto a la medida de


Lebesgue en [−π, π] y para cada n ∈ Z sea
Z π
b 1
f (n) := f (t)e−int dt. (1.52)
2π −π

Definición 1.12.33.
El valor fb(n) anterior recibe el nombre de n-ésimo coeficiente de
Fourier de f .
1.12. Bases en espacios de Hilbert 111

La serie formal X
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

fb(n)e−int
n∈Z

recibe el nombre de serie de Fourier de f .


También conviene considerar para una función f : [−π, π] −→ K integra-
ble respecto a la medida de Lebesgue en [−π, π] los números
Z
1 π
a0 := f (t) dt (1.53)
π −π
Z
1 π
an := f (t) cos(nt) dt, n = 1, 2, . . . (1.54)
π −π
Z π
1
bn := f (t) sen(nt) dt, n = 1, 2, . . . (1.55)
π −π

y las series formales

X∞
1 
a0 + an cos(nt) + bn sen(nt) .
2 n=1

En el teorema que sigue se estudia la convergencia de ambos tipos de


series en el espacio L2 ([−π, π]).

Teorema 1.12.34.
Sean Σ y m la σ-álgebra y la medida de Lebesgue en [−π, π]. Sea
µ= m m
π si K = R o bien µ = 2π si K = C. Entonces:
(i) La familia eint : n = 0, ±1, ±2, . . . es una base hilbertiana en el
espacio L2C ([−π, π], Σ, µ) que se conoce con el nombre de sistema
trigonométrico.

(ii) La familia 12 , cos(nt), sen(nt) : n ∈ N es una base hilbertiana
en el espacio L2R ([−π, π], Σ, µ).
P
(iii) Para cada f ∈ L2C ([−π, π], Σ, µ) es f (t) = n∈Z fb(n)eint en k · k2 .
(iv) Para cada f ∈ L2R ([−π, π], Σ, µ) es
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí: 1.12. Bases en espacios de Hilbert 112

1 X 
f (t) = a0 + an cos(nt) + bn sen(nt)
2
n∈N

en k · k2 .
(v) La aplicación F : L2C [−π, π] −→ ℓ2 (Z) definida por

F (f ) = (fd
(n))n∈Z

es un isomorfismo de espacios de Hilbert.


Demostración. Basta demostrar que los conjuntos respectivos que se con-
sideran en (i) y (ii) son bases hilbertianas, pues las otras afirmaciones son
consecuencias de este hecho y del teorema 1.12.22. Unos sencillos cálculos
prueban que Z π
ei(n−m)t dµ(t) = δn,m n, m ∈ Z.
−π

Es decir, la familia (eint )n∈Z considerada en (i) es ortonormal en L2C [−π, π].
Recordando que

eint + e−int eint − e−int


cos(nt) = , sen(nt) = (1.56)
2 2i
se comprueba fácilmente que la familia considerada en (ii) también es orto-
normal en L2R ([−π, π]).
Debido a que CK ([−π, π]) es denso en (L2K ([−π, π]), k · k2 ) y a que dados
una función continua f y ε > 0 es posible modificar f en las cercanías de −π
y π para obtener una función continua g con g(−π) = g(π) y kf − gk2 < ε, se
obtiene inmediatamente que las funciones continuas en [−π, π] que cumplen
f (−π) = f (π) son densas en (L2K ([−π, π]), k · k2 ).
Para el caso (ii), aplicando el teorema 1.12.32, se obtiene que los polino-
mios trigonométricos con coeficientes reales son densos en (L2R ([−π, π]), k·k2 ),
es decir, la familia considerada en (ii) es una base hilbertiana del espacio
L2R ([−π, π], Σ, µ).
Sea ahora f ∈ C[−π, π] con valores en C tal que f (−π) = f (π). Dado
ε > 0, separando las partes real (f1 ) e imaginaria (f2 ) de f existen, por
lo anterior, sendos polinomios trigonométricos reales p1 y p2 de modo que
1.12. Bases en espacios de Hilbert 113

kf1 − p1 k2 < ε/2 y kf2 − p2 k2 < ε/2; entonces p := p1 + ip2 es un polinomio


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

trigonométrico complejo, o sea, una suma del tipo


n
X 
a0 + ak cos(kt) + bk sen(kt)
k=1

con ak , bk ∈ C, que cumple kf − pk2 < ε. Ahora bien, los polinomios trigo-
nométricos complejos
P pueden escribirse (usando las ecuaciones (1.56)) como
sumas del tipo nk=−n ck eikt , con ck ∈ C (y recíprocamente). Por tanto la
familia considerada en (i) es una base hilbertiana de L2C ([−π, π]). 

1.12.7. Polinomios ortogonales


Definición 1.12.35.
Sean I un intervalo cerrado de R y p : I → R una función, continua
en el interior de I, estrictamente positiva y tal que para cada entero no
negativo n = 0, 1, 2, . . . se tenga
Z
|t|n p(t)dt < ∞. (1.57)
I

Esta función p se llama peso en I.

Proposición 1.12.36.
Si p es un peso en el intervalo I, entonces:
 Z 
2
Hp := f ∈ C(I) : |f (t)| p(t) dt < ∞
I

es un espacio vectorial y la fórmula


Z
hf, gi := f (t)g(t)p(t) dt, (1.58)
I

para f, g ∈ Hp , define un producto escalar.


1.12. Bases en espacios de Hilbert 114

Demostración. De las desigualdades


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

2|a||b| ≤ |a|2 + |b|2 y |a + b|2 ≤ 2|a|2 + 2|b|2 ,

para a, b ∈ K, se sigue que Hp es un espacio vectorial y que h·, ·i está bien


definido. Por otro lado h·, ·i esRsesquilineal y definido positivo. Obsérvese que
si f ∈ Hp es tal que hf, f i = I |f (t)|2 p(t)dt = 0, la continuidad de f en I y
de p en el interior de I obligan a que |f (t)|p(t) = 0 para t en el interior de I.
Utilizando ahora que p es estrictamente positiva, y, de nuevo, la continuidad
de f en I, se obtiene que f = 0. 

n=0 es-
Por definición, si p es un peso en I, la sucesión de polinomios {tn }∞
tá en Hp y, siendo una familia linealmente independiente, podemos aplicarle
el método de Gram-Schmidt, véase el lema 1.4.10, para obtener una familia
ortonormal {P0 , . . . , Pn , . . . } en (Hp , h·, ·i) que satisface

span{1, t, . . . , tn } = span{P0 , P1 , . . . , Pn },

para cada n = 0, 1, . . . Consecuentemente cada Pn es un polinomio. A la suce-


sión {P0 , P1 , P2 , . . . } se le llama sucesión de polinomios ortonormales asocia-
da al producto escalar dado por (1.58) o simplemente asociada al peso p en I.

Proposición 1.12.37.
Sea {P0 , P1 , . . . , Pn , . . . } la sucesión de polinomios ortonormales en el
intervalo I asociada al peso p. Se tienen las siguientes propiedades.
(i) Cada Pn tiene coeficientes reales y es un polinomio de grado n.
(ii) Cada Pn es ortogonal al subespacio de polinomios de grado menor
que n.
(iii) Cada Pn tiene n raíces distintas e interiores a I.

Demostración. La propiedad (ii) se sigue de la definición de familia orto-


normal y de (i). Para establecer la propiedad (i) basta tener en cuenta que
Pn , construido por el método de Gram-Schmidt (1.11), se obtiene normali-
zando el polinomio tn − qn (t) donde qn es la proyección ortogonal de tn sobre
1.12. Bases en espacios de Hilbert 115

span{1, t, . . . , tn−1 }. La afirmación (iii) requiere un poco más de trabajo. Fi-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

jemos n = 1, 2, . . . y demostremos que Pn tiene n raíces simples en el interior


de I. La condición Pn ⊥ P0 significa que
Z
Pn (t)p(t)dt = 0,
I

lo que implica que Pn cambia de signo en I porque p no lo hace. Por lo tanto


Pn tiene al menos una raíz que está en el interior de I. Sean t1 < t2 < . . . < tr
las r raíces de Pn interiores a I y que marcan los cambios de signo de Pn .
Nuestra demostración habrá terminado si probamos que r = n. Supongamos
que r < n. Si definimos

Q(t) = (t − t1 )(t − t2 ) . . . (t − tr ),

t ∈ I, entonces el polinomio Pn Q no cambia de signo en I. Consecuentemente


Z
0 6= Pn (t)Q(t)p(t)dt = hPn , Qi,
I

lo que contradice (ii) y concluye la prueba. 

Ejemplo 1.12.38. Para distintos pesos e intervalos se obtienen diferentes


familias de polinomios ortogonales que son útiles en Análisis Numérico y en
Ecuaciones Diferenciales.
Polinomios de Legendre. Es la sucesión de polinomios ortogonales aso-
ciados al peso p(t) = 1 en el intervalo I = [−1, 1]. El término general es
p
(2n + 1)/2 dn 2
Pn (t) = (t − 1)n .
2n n! dtn

Polinomios de Laguerre. Es la sucesión de polinomios ortogonales aso-


ciados al peso p(t) = e−t en el intervalo I = [0, +∞). El término
general es
et dn −t n
Pn (t) = (e t ).
n! dtn
1.12. Bases en espacios de Hilbert 116

Polinomios de Hermite. Es la sucesión de polinomios ortogonales asocia-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

2
dos al peso p(t) = e−t en el intervalo I = (−∞, +∞). El término
general es
2
et dn 2
Pn (t) = 1/4 n 1/2 n e−t .
π (2 n!) dt

Polinomios de Čebyšev. √ Es la sucesión de polinomios ortogonales asocia-


dos al peso p(t) = 1/ 1 − t2 en el intervalo I = [−1, 1]. El término
general es
Pn (t) = cos(n arc cos t),
donde arc cos es la determinación que envía [−1, 1] a [0, π].

Proposición 1.12.39.
Si I es un intervalo compacto y p un peso en I, entonces la sucesión de
polinomios ortonormales {P0 , P1 , . . . , Pn , . . . } es total en Hp . En particular
los polinomios de Legendre forman una base hilbertiana de L2 ([−1, 1]).

Demostración. Si I = [a, b], entonces Hp = C([a, b]). Dada f ∈ C([a, b])


se tiene
Z b 1/2 Z b 1/2
2
kf k = |f (t)| p(t) dt ≤ kf k∞ p(t) dt = M kf k∞ . (1.59)
a a

Si P es el conjunto de los polinomios restringidos a [a, b], sabemos que

P = span{P0 , P1 , . . . , Pn , . . . }
k·k∞
y que P = C([a, b]) después del teorema de Weierstrass 1.12.30. La
k·k
fórmula (1.59) implica ahora que P = C([a, b]) y en consecuencia, la
sucesión {P0 , P1 , . . . , Pn , . . . } es total.
Cuando [a, b] = [−1, 1] y p(t) = 1, los polinomios asociados, es de-
cir los polinomios de Legendre, son una base de L2 ([−1, 1]) porque siendo
una familia total en C([−1, 1]) se tiene además que C([−1, 1]) es denso en
(L2 ([−1, 1]), k · k2 ). 

Utilizaremos ahora las técnicas aprendidas anteriormente para obtener


valores aproximados en el cálculo de integrales definidas.
1.12. Bases en espacios de Hilbert 117

Nos planteamos la siguiente cuestión: dado un peso p en [a, b] y fijados


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

a ≤ t1 < t2 < . . . < tn ≤ b, queremos estudiar la existencia de constantes


A1 , A2 , . . . , An de forma que con algún criterio de aproximación se tenga
Z b n
X
f (t)p(t)dt ≈ Ak f (tk ).
a k=1

El análisis de la existencia de las constantes Ak y cómo elegir los puntos


a ≤ t1 < t2 < . . . < tn ≤ b para que la aproximación sea buena se hace en la
proposición 1.12.40 y en los teoremas 1.12.41 y 1.12.42 que siguen.
Proposición 1.12.40.
Si p es un peso en [a, b] y a ≤ t1 < t2 < . . . < tn ≤ b puntos distintos en
[a, b], entonces existen números A1 , A2 , . . . , An tales que la fórmula
Z b n
X
f (t)p(t)dt ≈ Ak f (tk ) (1.60)
a k=1

es exacta (una igualdad) para polinomios de grado menor que n.


Demostración. Para k = 1, 2, . . . , n sea ℓk el polinomio base de Lagrange
dado por
Yn
t − tj
ℓk (t) :=
tk − tj
j=1,j6=k

Si y1 , y2 , . . . , yn son números dados, entonces el polinomio


n
X
P(yk )k (t) = yk ℓk (t)
k=1

tiene grado menor que n, y satisface P(yk )k (tj ) = yj , para j = 1, 2, . . . , n


(polinomio de interpolación). Consecuentemente, si Q es cualquier polinomio
de grado menor que n se tiene que Q = P(Q(tk ))k , y por lo tanto
Z b Z b n
X
Q(t)p(t) dt = P(Q(tk ))k (t)p(t) dt = Q(tk )Ak ,
a a k=1
Rb
donde hemos definido Ak := a ℓk (t)p(t) dt, para k = 1, 2, . . . , n. 
1.12. Bases en espacios de Hilbert 118

Las fórmulas dadas en (1.60) se llaman fórmulas de cuadratura gaussiana.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Tomando los puntos a ≤ t1 < t2 < . . . < tn ≤ b convenientemente podemos


hacer que estas fórmulas sean exactas para polinomios de grado mayor que n.
En concreto podemos demostrar el siguiente resultado de Gauss.

Teorema 1.12.41. Gauss.


Sea p un peso en [a, b] y sea {P0 , P1 , . . . , Pn , . . . } la sucesión de poli-
nomios ortonormales asociados a p en [a, b]. Fijado n ∈ N, consideramos
t1 < t2 < . . . < tn puntos interiores a [a, b] y supongamos que la fórmula
Z b n
X
f (t)p(t) dt ≈ Ak f (tk ) (1.61)
a k=1

es exacta para polinomios de grado menor que n. Entonces: la fórmula es


exacta para polinomios de grado menor que 2n si, y sólo, {t1 , t2 , . . . , tn }
son los ceros del polinomio Pn .

Demostración. Es suficiente hacer la prueba para polinomios con coefi-


cientes reales. Supongamos que {t1 , t2 , . . . , tn } son los ceros de Pn y que la
fórmula (1.61) es exacta para polinomios de grado menor que n. Sea P un
polinomio de grado menor que 2n. Haciendo la división entera de P por Pn
tendremos que P = Pn Q + R donde Q y R son polinomios, ambos con grado
menor que n. Por lo tanto
Z b Z b Z b

P (t)p(t) dt = Pn (t)Q(t) + R(t) p(t) dt = hPn , Qi + R(t)p(t) dt
a a a
n
X n
X
= Ak R(tk ) = Ak P (tk )
k=1 k=1

gracias a que hPn , Qi = 0 por la proposción 1.12.37.


Recíprocamente, supongamos que la fórmula (1.61) es exacta para po-
linomios de grado menor que 2n y demostremosQque {t1 , t2 , . . . , tn } son
los ceros de Pn . Definamos el polinomio P (t) := nj=1 (t − tj ). La fórmu-
la (1.61) es válida, en particular, para cada polinomio Qm := Pm P , para
m = 0, 1, 2, . . . , n − 1, y por tanto se tiene que
1.12. Bases en espacios de Hilbert 119

Z b n
X
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

hPm , P i = Qm (t)p(t) dt = Ak Qm (tk ) = 0.


a k=1

Esto significa que P ⊥ Pm , m = 0, 1, 2, . . . , n − 1. Al ser P un polinomio de


grado n se tiene P ∈ span{P0 , P1 , . . . , Pn } y en consecuencia
n
X
P = hP, Pk iPk = hP, Pn iPn .
k=0

De aquí se sigue que P y Pn tienen los mismos ceros y queda establecida la


equivalencia que queríamos demostrar. 

El teorema de Weierstrass 1.12.30 permite demostrar ahora que para toda


función continua sus fórmulas de cuadratura gaussiana (1.60) aproximan el
valor de la integral cuando el número de puntos involucrado es grande.
Teorema 1.12.42. Stieltjes.
Sea p un peso en [a, b] y sea {P0 , P1 , . . . , Pn , . . . } la sucesión de po-
linomios ortonormales asociados a p en [a, b]. Para cada n = 1, 2, . . .
sean tn1 < tn2 < . . . < tnn los ceros de Pn y sean An1 , An2 , . . . , Ann
los correspondientes coeficientes en la fórmula de cuadratura gaussia-
na (1.60). Entonces, para cada función f ∈ C([a, b]) se tiene
Z b n
X
f (t)p(t) dt = lı́m Ank f (tnk ). (1.62)
a n
k=1

Demostración. Gracias al teorema de Gauss 1.12.41, para cada polinomio


Q de grado menor que 2n se tiene
Z b n
X
Q(t)p(t) dt = Ank Q(tnk ).
a k=1

Aplicando
Rb esta
Pn igualdad a la función constantemente igual a 1 se tiene que
a p(t) dt = k=1 Ank para cada n = 1, 2, . . . Dados f ∈ C([a, b]) y ε > 0 el
teorema de Weierstrass 1.12.30 nos asegura la existencia de un polinomio Q
tal que |f (t) − Q(t)| < ε si t ∈ [a, b]. Para todo n ∈ N tal que 2n sea mayor
que el grado de Q se verifica
1.12. Bases en espacios de Hilbert 120
Z b n
X Z b Z b

Q(t)p(t)dt
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

f (t)p(t) dt − Ank f (tnk ) ≤ f (t)p(t) dt −


a k=1 a a
Z b n
X


+ Q(t)p(t) dt − Ank f (tnk )
a k=1
Z X
b n n
X
≤ f (t) − Q(t) p(t) dt + A Q(t ) − A f (t )
nk nk nk nk
a k=1 k=1
Z n
X Z n
X
b b
≤ε p(t) dt + |Ank | Q(tnk ) − f (tnk ) ≤ ε p(t) dt + Ank ε
a k=1 a k=1
Z b
= 2ε p(t) dt,
a

ya que para todo n, k se cumple que Ank > 0. Efectivamente,


Qn para cada n y
para una constante adecuada an se tiene Pn (t) = an k=1 (t − tnk ). Dado k
fijo, consideremos el polinomio P (t) := Pn (t)/(t − tnk ). P 2 es un polinomio
positivo, no nulo y de grado menor que 2n. Así, se tiene
Z b n
X
2
0< P (t) p(t) dt = Anj (P (tnj ))2 = Ank (P (tnk ))2 ,
a j=1

de donde se concluye que Ank > 0 y con ello la prueba. 

1.12.8. El espacio de Bergman: A2 (Ω)


Si Ω es un abierto del plano complejo C, H (Ω) denota el espacio de las
funciones holomorfas en Ω. Para una función holomorfa f ∈ H (D(a, r)) en
un disco del plano complejo, su desarrollo en serie de potencias

X
f (z) = an (z − a)n , z ∈ D(a, r), (1.63)
n=0

converge uniformemente sobre compactos de D(a, r). Si cambiamos D(a, r)


por un abierto Ω ⊂ C que no sea un disco y tomamos un punto a ∈ Ω y
f ∈ H (Ω), sabemos que f se puede escribir como en (1.63) en el mayor
disco centrado en a y contenido en Ω. Esto significa que al cambiar el punto
1.12. Bases en espacios de Hilbert 121

a cambian los coeficientes (an )n . Parece natural preguntarse: dado Ω ⊂ C,


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

¿existe una sucesión de funciones wn ∈ H (Ω) (dependiendo sólo del abierto)


de forma que para cada f ∈ H (Ω) existan coeficientes únicos (an )n tales que

X
f (z) = an wn (z), z ∈ Ω,
n=0
siendo la serie uniformemente convergente sobre compactos de Ω?
En esta sección utilizamos técnicas de espacios de Hilbert para dar res-
puesta positiva a la cuestión anterior cuando tomamos funciones holomorfas
de cuadrado integrable. Remitimos a [59] para los conceptos de Análisis Com-
plejo que se necesitan para la comprensión de esta sección.

Definición 1.12.43.
Sea Ω ⊂ C un abierto del plano complejo. Definimos el espacio de
Bergman para Ω como
 ZZ 
A2 (Ω) := f ∈ H (Ω) : |f (x + iy)|2 dxdy < +∞ .

El lema que sigue lo necesitamos para luego obtener las propiedades del
espacio de Bergman analizadas en la proposición 1.12.45.
Lema 1.12.44.
Sean Ω ⊂ C un abierto del plano complejo, M > 0 y
 ZZ 
2
F := f ∈ H (Ω) : |f (x + iy)| dxdy ≤ M .

Entonces, F es una familia normal en Ω.


Demostración. Empezaremos probando que si D(a, R) ⊂ Ω y f ∈ H (Ω),
entonces ZZ
2 1
|f (a)| ≤ |f (x + iy)|2 dxdy. (1.64)
πR2 D(a,R)
P
Tomemos ρ > R con D(a, R) ⊂ D(a, ρ) ⊂ Ω y sea f (z) = ∞ n=0 an (z − a) ,
n

el desarrollo en serie de potencias de f en D(a, ρ). Haciendo un cambio a


polares en la integral que aparece en (1.64) se tiene
1.12. Bases en espacios de Hilbert 122
ZZ Z 2π Z R
|f (x + iy)|2 dxdy = |f (a + reiθ )|2 r drdθ
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

D(a,R) 0 0
Z 2π Z R X
∞  X
∞ 
= an r n einθ am r m e−imθ r drdθ
0 0 n=0 m=0

X X Z R Z 2π
= an am r j+1 ei(n−m)θ dθdr
j=0 n+m=j 0 0

X∞ Z R Z 2π ∞
X  R
r 2n+2
= |an |2 r 2n+1 dθdr = 2π |an |2
2n + 2
n=0 0 0 n=0 0

X R2n+2 R2
= 2π |an |2 ≥ 2π|a0 |2 = π|f (a)|2 R2 .
n=0
2n + 2 2

Para probar que F es normal es suficiente demostrar que dado un punto


arbitrario a ∈ Ω y fijado D(a, ρ) ⊂ Ω, entonces F está uniformemente
acotada sobre D(a, ρ/2). Veamos esto último. Si z ∈ D(a, ρ/2) entonces
D(z, ρ/2) ⊂ D(a, ρ) ⊂ Ω y así podemos utilizar (1.64) con z en lugar de a y
ρ/2 en lugar de R para concluir
ZZ
2 1
|f (z)| ≤ |f (x + iy)|2 dxdy
π(ρ/2)2 D(z,ρ/2)
ZZ
1 4
≤ 2
|f (x + iy)|2 dxdy ≤ M ,
π(ρ/2) Ω πR2

para cada z ∈ D(a, ρ/2). 

Dado un abierto Ω ⊂ C denotaremos por TK la topología en H (Ω) de


convergencia uniforme sobre compactos de Ω, véanse los ejemplos 3.5.16.
Proposición 1.12.45.
Sea Ω ⊂ C un abierto. La topología inducida por (L2 (Ω), k · k2 ) en A2 (Ω)
es más fina que la topología inducida por (H (Ω), TK ). El espacio A2 (Ω) es
un subespacio cerrado de (L2 (Ω), k · k2 ), y consecuentemente es un espacio
de Hilbert con el producto escalar inducido.
Demostración. Probaremos que toda sucesión (fn )n en A2 (Ω) que conver-
ge hacia f ∈ L2 (Ω) en k · k2 es convergente en (H (Ω), TK ) hacia alguna
1.12. Bases en espacios de Hilbert 123

g ∈ H (Ω). Efectivamente, por el lema 1.12.44, como la sucesión (kfn k2 )n es


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

acotada, la familia {fn : n ∈ N} es normal, es decir, es TK -relativamente


compacta, [59]. Así, para probar que (fn )n converge en (H (Ω), TK ) es
suficiente ver que tiene un único punto de aglomeración: supongamos que
g1 , g2 ∈ H (Ω) son dos puntos de TK -aglomeración de (fn )n , es decir, su-
ponemos que existen dos subsucesiones (fnj )j y (fmk )k de (fn )n tales que
g1 = lı́mj fnj y g2 = lı́mk fmk en (H (Ω), TK ). Para cada disco compacto
D(a, r) ⊂ Ω se tiene pues g1 (z) = lı́mj fnj (z) y g2 (z) = lı́mk fmk (z), unifor-
memente en z ∈ D(a, r). Como también verifica

f D(a,r)
= lı́m fn D(a,r)
= lı́m fnj D(a,r)
= lı́m fmk D(a,r)
n j k

en (L2 (D(a, r)), k · k2 ), tiene que ser g1 D(a,r)


= g2 D(a,r)
, ya que ambas fun-
ciones son continuas y casi iguales en D(a, r). Hemos probado, por tanto, que
g1 = g2 y así la sucesión (fn )n converge hacia alguna g en (H (Ω), TK ). Que-
da ahora como ejercicio sencillo para el lector entender que la demostración
ha terminado. 

El espacio A2 (Ω) es un espacio de Hilbert separable, porque L2 (Ω) lo es, y


en consecuencia tiene una base hilbertiana numerable. La respuesta positiva
a la cuestión con la que hemos abierto la sección la da el siguiente corolario.
Corolario 1.12.46.
Sean Ω ⊂ C abierto y {w1 , w2 , . . . , wn , . . . } una base hilbertiana de A2 (Ω).
Entonces, para cada f ∈ A2 (Ω) el desarrollo en serie de Fourier

X
f= hf, wn iwn (1.65)
n=1

converge uniformemente sobre compactos de Ω.


Demostración. En la fórmula (1.65) la convergencia es en (A2 (Ω), k · k2 ).
Pero la proposición 1.12.45 garantiza que también se tiene convergencia uni-
forme sobre los compactos de Ω. 

Para abiertos concretos Ω pueden darse bases hilbertianas específicas de


A2 (Ω). Para los discos D(a, R), los monomios ψn (z) = (z − a)n normaliza-
dos forman una base hilbertiana de A2 (D(a, R)) y el desarrollo en serie de
1.12. Bases en espacios de Hilbert 124

potencias es (como cabría esperar) el desarrollo en serie de Fourier (1.65)


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

correspondiente.

Teorema 1.12.47.
Sean Ω ⊂ C abierto y A2 (Ω) con el producto escalar inducido por
L2 (Ω).Se tiene:
(i) Si Ω = D(0, R), R > 0, entonces la sucesión {φ1 , φ2 , . . . , φn , . . . }
dada por
 n 1/2
φn (z) := R−n z n−1 , z ∈ D(0, R),
π
es una base hilbertiana de A2 (D(0, R)).
(ii) Si Ω es simplemente conexo y distinto de C y f : Ω → D(0, 1) es un
isomorfismo conforme, entonces la sucesión {w1 , w2 , . . . , wn , . . . }
dada por
 n 1/2
wn (z) := [f (z)]n−1 f ′ (z), z ∈ Ω,
π
es una base hilbertiana de A2 (Ω).

Demostración. Establezcamos
P primero la validez de (i). Tomemos f ∈
A2 (D(0, R)) y sea f (z) = ∞ n=0 n z su desarrollo en serie de potencias en
a n

D(0, R). Tenemos las igualdades


ZZ
hf, φm i = f (z)φm (z) dxdy
D(0,R)
Z 2π Z R  m 1/2
= f (reiθ ) R−m r m−1 e−i(m−1)θ r drdθ
0 0 π
Z Z !
 m 1/2 R ∞
2π X
= R−m rm an r n einθ e−i(m−1)θ dθ dr
π 0 0 n=0
 m 1/2 Z R  m 1/2 R2m
= R−m am−1 r m r m−1 2π dr = R−m am−1 2π
π 0 π 2m
 π 1/2
= Rm am−1 .
m
1.12. Bases en espacios de Hilbert 125

De lo anterior se sigue que si n 6= m, entonces hφn , φm i = 0 y para n = m es


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

 π 1/2  n 1/2
hφn , φn i = Rn R−n = 1,
n π
y así queda establecida la validez de (i) dado que {φ1 , φ2 , . . . , φn , . . . } es
claramente total.
Veamos ahora (ii). De acuerdo con (i) la sucesión {φ1 , φ2 , . . . , φn , . . . }
donde  n 1/2
φn (z) := z n−1 , z ∈ D(0, 1),
π
es una base hilbertiana de A2 (D(0, 1)). El isomorfismo conforme f = u +
iv : Ω → D(0, 1) es un cambio de variable cuyo jacobiano, después de las
condiciones de Cauchy-Riemann, es

ux (z) uy (z)

J(f (z)) = = ux (z)vy (z) − vx (z)uy (z)
vx (z) vy (z)
= (ux (z))2 + (vx (z))2 = |f ′ (z)|2 , z = x + iy ∈ Ω,
donde ux , uy , vx y vy son las derivadas parciales de u y v respecto de las
variables consideradas. Como por otra parte
wn (z) = f ′ (z)φn (f (z)), z ∈ Ω,
y |φn |2 ∈ L1 (D), por el teorema del cambio de variable A.3.10 se tiene
|φn ◦ f |2 J(f ) = |wn |2 ∈ L1 (Ω),
es decir, wn ∈ A2 (Ω). Por otra parte, efectuando de nuevo el cambio de
variable w = f (z), se tiene que para cada h ∈ A2 (Ω) será
ZZ ZZ
h(z)wn (z) dxdy = h(z)φn [f (z)]f ′ (z) dxdy
Ω Ω
ZZ
h(z)
= φ [f (z)]|f ′ (z)|2 dxdy
′ (z) n
f
Z ZΩ
(1.66)
= (f −1 )′ [f (z)](h ◦ f −1 )[f (z)]φn [f (z)]|f ′ (z)|2 dxdy
Z ZΩ
= (f −1 )′ [w](h ◦ f −1 )(w)φn (w) dxdy
D
= h(f −1 )′ (h ◦ f −1 ), φn iA2 (D) .
1.13. Ejercicios 126

Tomando ahora h = wm en las igualdades anteriores se concluye que


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

hwm , wn iA2 (Ω) = hφm , φn iA2 (D) ,

dado que (f −1 )′ (wm ◦f −1 ) = φm . Utilizando otra vez (i) obtenemos que la fa-
milia {w1 , w2 , w3 , . . . } es ortonormal en A2 (Ω). Para acabar la demostración
será suficiente ver que si h ∈ A2 (Ω) es tal que

hh, wn i = 0, n = 1, 2, . . . , (1.67)

entonces h = 0. Si (1.67) se da, entonces (1.66) dice que (f −1 )′ (h ◦ f −1 ) = 0


y como f es un isomorfismo conforme, se sigue que h = 0 y la demostración
acaba. 

1.13. Ejercicios

1.1 Demuestre que sup |3x + 4y| : x2 + y 2 = 1 = 5.
1.2 Sea (X, k · k) un espacio normado. Pruébese que si toda forma
lineal en X es continua, entonces X es de dimensión finita. ¿Es cierto el
recíproco? Razónese la respuesta.
 √
1.3 Demuestre que sup |x + 4y + 9z| : |x|3 + |y|3 + |z|3 = 1 = 6 3 6.
Indicación. 36=1+8+27.
1.4 Sea g ∈ C[a, b] y considere la forma lineal L : C[a, b] −→ R definida
Rb
por L(f ) = a f (x)g(x) dx. Demuestre que L es continua y calcule su
norma.
Indicación. Suponga en primer lugar que g es positiva.
1.5 Sea (X, k · k) un espacio de Banach. Sea A ⊂ X un conjunto
absolutamente convexo (i.e. para cada x, y ∈ A y cada |λ| + |µ| ≤ 1,
entonces λx + µy ∈ A), cerrado y con la propiedad de que para cada
x ∈ X existe un n ∈ N tal que x ∈ nA. Pruébese que A es un entorno del
origen. ¿Es cierto el resultado si la última hipótesis sobre A se reemplaza
por la condición de que para todo x ∈ A existe r > 0 real, tal que
x ∈ rA?
1.13. Ejercicios 127

1.6 Demuestre que en un espacio normado de dimensión infinita no


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

existe una medida numerablemente aditiva e invariante por traslaciones


que sea positiva y finita sobre las bolas, es decir, que goce de propiedades
análogas a las de la medida de Lebesgue en Rn .
1.7 Demuestre que la aplicación T : (R2 , k.k2 ) −→ (C[0, 1], k.k∞ ) de-
finida por T ((x, y)) = xf + yg, donde f (t) = cos πt y g(t) = sin πt, es
una isometría sobre su imagen.
1.8 Pruébese que si M es un subespacio métrico separable todos sus
subespacios lo son.
1.9 Pruébese que un espacio normado X es separable si, y sólo si,
existe una sucesión (xn ) tal que el espacio vectorial generado por ella es
denso en X.
1.10 Sean Y = {(xn ) ∈ ℓ1 : x2n = 0} y Z = {(xn ) ∈ ℓ1 : x2n = 21n x2n−1 }.
Pruébese que Y y Z son subespacios cerrados en ℓ1 pero que, sin em-
bargo, Y + Z no es cerrado en ℓ1 .
1.11 Mostrar con un ejemplo que existen espacios normados y suce-
siones decrecientes de conjuntos cerrados y acotados con intersección
vacía.
1.12 Pruébese que un subconjunto de un espacio de Banach X es re-
lativamente compacto si, y sólo si, para cada ε > 0 existe un conjunto
relativamente compacto Kε en X tal que K ⊂ εBX + Kε .
1.13 Pruébese el siguiente teorema de Mazur: la envoltura convexa y
cerrada de un subconjunto compacto para la norma de un espacio de
Banach X es compacto para la norma.
1.14 Sea c el espacio de las sucesiones convergentes en K con su norma
del supremo y sea c0 el subespacio de las sucesiones convergentes a cero.
Sea e = (1, 1, ..., 1, ...). Pruébese que c es la suma directa topológica
de c0 y el espacio vectorial generado por el vector e. Calcúlese el dual
topológico de c.
1.15 Sean X e Y espacios normados y T : X → Y lineal con la propiedad
de que para cada sucesión (xn ) convergente a cero se verifica que (T xn )
es acotada. ¿Es T necesariamente continua?
1.13. Ejercicios 128

1.16 Sean X e Y espacios normados y T : X → Y una aplicación lineal.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Pruebe que las siguientes afirmaciones son equivalentes:


(i) T es abierta.
(ii) Existe δ > 0 tal que {T x : kxk < 1} ⊃ {y ∈ Y : kyk < δ}.
(iii) Existe M > 0 tal que, dado y ∈ Y , existe x ∈ X de modo que
kxk ≤ M kyk y T x = y.
Deduzca: a) que si T es abierta, entonces T es sobreyectiva; b) que si
Y = R y T 6= 0, entonces T es abierta; c) que si T es abierta y continua
y X es un espacio de Banach, entonces Y también es un espacio de
Banach.
1.17 Sea X un espacio normado de dimensión infinita. Pruébese que:
(i) todo hiperplano de X es cerrado o denso;
(ii) existen hiperplanos densos.
1.18 Sea Y un subespacio de dimensión finita de un espacio normado
X. Pruébese que para cada x + Y ∈ X/Y existe z ∈ x + Y con kzk =
kx + Y k.
1.19 Sea M = {f ∈ C0 (R) : f (t) = 0 si t ∈ F } y F ⊂ R cerrado.
Pruebe que C0 (R)/M es isométricamente isomorfo a C0 (F ).
1.20 Sea H un espacio prehilbertiano.
(i) Describa todos los pares de vectores x, y tales que

kx + yk = kxk + kyk.

(ii) Describa todos los pares de vectores x, y tales que

kx + yk2 = kxk2 + kyk2 .

1.21 Sea (H, h·, ·i) un espacio de Hilbert y sea {Hi : i ∈ I} una colección
de subespacios cerrados mutuamente ortogonales. Para cada i ∈ I, sea
Pi : H −→ Hi la proyección ortogonal de H sobre Hi . Pruébese que para
cada x ∈ H el conjunto {i ∈ I : Pi (x) 6= 0} es a lo sumo numerable.
1.22 Pruebe que la norma en un espacio prehilbertiano real H es diferen-
ciable en todos los puntos salvo en el origen y calcule su diferencial.
1.13. Ejercicios 129

1.23 Sea X un espacio normado sobre R y sea S = {x ∈ X : kxk = 1} su


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

esfera unidad. Pruebe que las siguientes afirmaciones son equivalentes.


(i) X es un espacio prehilbertiano.
(ii) Cada subespacio de X de dimensión 2 es un espacio prehilbertiano.
(iii) Si P es un plano pasando por el origen, entonces P ∩S es una elipse
con centro el origen.
1.24 Demuestre que si H1 y H2 son dos espacios de Hilbert, el espacio
de operadores lineales acotados L(H1 , H2 ) con su norma usual tiene
estructura de espacio de Hilbert si, y sólo si, H2 tiene dimensión 1.
1.25 Sea D = D(0, 1) el disco unidad en C. Utilice la estructura de C
como espacio de Hilbert complejo para demostrar que para cualquier
z0 ∈ ∂D y cualquier ε > 0, la sucesión fn (z) = ( z+z
2 ) converge unifor-
0 n

memente a 0 sobre D \ D(z0 , ε).


Indicación. |z + z0 |2 + |z − z0 |2 = 2|z|2 + 2|z0 |2 .
1.26 Sea E = C([−1, 1]) dotado del producto escalar inducido por el de
L2 ([−1, 1]). Calcúlese M ⊥ para los siguientes conjuntos:

M1 = {f ∈ E : f (x) = 0 si x ≤ 0} M2 = {f ∈ E : f (0) = 0}

1.27 Pruebe que si (H, h·, ·i) es un espacio prehilbertiano, entonces la


compleción H e de H como espacio métrico es un espacio vectorial en
el que existe un producto escalar cuya restricción a H coincide con el
producto escalar definido en H, siendo además la métrica de la comple-
ción precisamente la inducida en H e por su producto escalar. He con ese
producto escalar es pues un espacio de Hilbert que se conoce como la
compleción de (H, h·, ·i).
1.28 Sea H un espacio prehilbertiano y M un subespacio cerrado de H.
Pruebe que el espacio vectorial cociente H/M puede dotarse de una
estructura de espacio prehilbertiano.
1.29 Sea X = C 1 ([a, b]) el espacio de las funciones continuamente dife-
renciables en [a, b]. Para cada x, y ∈ X se define
Z b

hx, yi = x(t)y(t) + x′ (t)y ′ (t) dt.
a
1.13. Ejercicios 130

(i) Pruebe que h·, ·i es un producto escalar en X.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(ii) Pruebe que la compleción de X es



H = x ∈ L2 ([a, b]) : x es absolutamente continua y x′ ∈ L2 ([a, b]) .

Indicación. Una función x : [a, b] −→ R es absolutamente continua


si, y sólo si, existe una función y ∈ L1 ([a, b]) tal que
Z t
x(t) = x(a) + y(s) ds,
a

siendo x derivable salvo en un conjunto de medida nula N ⊂ [a, b] y


x′ (t) = y(t) en [a, b] \ N .
1.30 Sean {x1 , x2 , . . . , xn } vectores linealmente independientes en un
espacio prehilbertiano (H, h·, ·i) y sean c1 , c2 , . . . , cn ∈ K. Sea el conjunto
M = {z ∈ H : hz, xj i = cj , j = 1, 2, . . . , n}. Demuestre que para
cada x ∈ H existe una única mejor aproximación y a M dada por
y = x+k1 x1 +· · ·+kn xn , donde k1 , . . . kn es la única solución del sistema


 hx1 , x1 ik1 + hx2 , x1 ik2 + · · · + hxn , x1 ikn = c1 − hx, x1 i


 hx , x ik + hx , x ik + · · · + hx , x ik = c2 − hx, x2 i
1 2 1 2 2 2 n 2 n

 ···


 hx , x ik + hx , x ik + · · · + hx , x ik = c − hx, x i
1 n 1 2 n 2 n n n n n

P
1.31 Sea (an )n una sucesión en [0, +∞) tal que ∞ n=1 an bn < +∞ para
cada sucesión (bn )n de números reales positivos que verifique (bn )n ∈ ℓ2 .
Pruebe que (an )n ∈ ℓ2 .
1.32 Sean a, b, c ∈ C. Pruebe que la función
Z 1
F (a, b, c) := |x3 − a − bx − cx2 |2 dx
−1

tiene un mínimo absoluto en C3 que además es único. Determínelo.


1.13. Ejercicios 131

1.33 Sean (en ) y (fn ) sucesiones ortonormales en un espacio de Hilbert


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

y considere la matriz aij = hei , fj i. Demuestre que las filas y colum-


nas de (aij ) son sucesiones con límite cero pero que la diagonal no es
convergente en general.
1.34 Consideremos H = L2 ([−1, 1]) con su estructura usual de espacio
de Hilbert y sea un (t) = tn para n = 0, 1, . . . Aplicando a la sucesión
(un ) el procedimiento de ortonormalización de Gram-Schmidt se cons-
truye una sucesión (en ).
(i) Construya explícitamente los tres primeros términos de dicha su-
cesión.
(ii) Pruebe que (en ) es una sucesión de polinomios, llamada sucesión
de polinomios ortogonales de Legendre, que constituye una base
hilbertiana de H.
(iii) Pruebe que
k
X k
X
ek (t) = akj tj , con akk > 0 y tk = bkj ej (t), con bkk > 0.
j=0 j=0

(iv) Pruebe que si Pn es un polinomio de grado n y hPn (t), tj i = 0, para


0 ≤ j < n, entonces Pn (t) = cn en (t) para cierto cn ∈ K.
dn
(v) Sea Pn (t) = n (t2 − 1)n . Utilizando integración por partes reite-
dt
radamente pruebe que hPn (t), tk i = 0, para 0 ≤ k < n, y concluya
que Pn (t) = cn en (t) con cn > 0.
(vi) Integrando por partes repetidas veces pruebe que

(n!)2 22n+1
kPn k2 =
(2n + 1)

y obtenga la siguiente fórmula diferencial para los polinomios de


Legendre r
2n + 1 1 dn 2
en (t) = (t − 1)n .
2 2n n! dtn
1.13. Ejercicios 132

1.35 Considere para cada n ∈ N la función fn definida sobre [0, 1] como


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

fn (x) = −1 si la n-ésima cifra del desarrollo binario de x es un 0 y


fn (x) = 1 si la n-ésima cifra del desarrollo binario de x es un 1. De-
muestre que fn está correctamente definida en casi todo punto y que
la sucesión (fn ) es ortonormal en L2 [0, 1] ¿Es (fn ) una base hilbertia-
na?
1.36 Sean H1 y H2 espacios de Hilbert y sea H0 ⊂ H1 un subespacio.
Sea T0 : H0 −→ H2 lineal continua.
(a) Demuestre que existe T : H1 −→ H2 lineal continua que coincide
con T0 en H0 y que cumple kT k = kT0 k.
(b) Si H2 = K demuestre la unicidad de la aplicación lineal T consi-
derada en el apartado anterior. ¿Hay unicidad en el caso general?

1.37 Sea (xn ) un conjunto ortogonal en un espacio de Hilbert H. Pruebe


que las siguientes afirmaciones son equivalentes.
P∞
(a) n=1 xn converge en H.
P∞
(b) n=1 hxn , yi converge para cada y ∈ H.
P∞
(c) n=1 kxn k converge.
2

1.38 Sea H un espacio de Hilbert y sea (xn ) una sucesión acotada.


Pruebe que existe una subsucesión (xnk ) débilmente convergente a al-
gún x ∈ H, es decir, tal que hxnk , yi −→ hx, yi para todo y ∈ H (esto
se expresa diciendo que la bola unidad de un espacio de Hilbert es dé-
bilmente sucesionalmente compacta).
Indicación. La sucesión hx1 , xn i es acotada en K y por tanto existe
una subsucesión de (xn ) que denotamos con (x1n ) tal que hx1 , x1n i con-
verge. Aplicar la misma técnica a hx2 , x1n i y proceder recursivamente. La
sucesión diagonal (xnn ) tiene la propiedad requerida.
1.39 Sea X un espacio normado sobre K y sea B una forma sesquilineal
en X. Pruebe que:
(i) B es acotada si, y sólo si, es continua;
(ii) B satisface la siguiente identidad

2B(x, x) + 2B(y, y) = B(x + y, x + y) + B(x − y, x − y).


1.13. Ejercicios 133

1.40 Sea X un espacio prehilbertiano sobre K y sea B una forma ses-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

quilineal y hermitiana continua en X. Pruebe que:


sup{|B(x, y)| : kxk = kyk = 1} = sup{|B(x, x)| : kxk = 1}

1.41 Sean H un espacio de Hilbert sobre K y B un producto escalar


en H. Pruebe que las siguientes afirmaciones son equivalentes.
(i) El producto escalar B define la misma topología que el producto
escalar original de H.
(ii) Existe un isomorfismo de espacios de Hilbert T : H −→ H, unívo-
camente determinado, tal que
B(x, y) = hx, T yi para todo x, y ∈ H. (1.68)

1.42 Sea H un espacio de Hilbert y sean {xi : 1 ≤ i ≤ n} vectores


linealmente independientes de H. Cámbiese el producto escalar en H
para conseguir que H siga siendo un espacio de Hilbert y que los vectores
(xi ) sean ortogonales.
1.43 Sea (E, h·, ·i) un espacio prehilbertiano y sean x 6= y ∈ E de norma
unidad. Pruebe que para cada 0 < λ < 1 se tiene kλx + (1 − λ)yk < 1.
¿Cuál es el significado geométrico de esta propiedad en la bola unidad
BE = {x ∈ E : kxk ≤ 1} ?
1.44 Sea (xn ) una sucesión de vectores linealmente independientes en un
espacio de Hilbert H. Sea F el subespacio lineal cerrado que engendran y
sea Fn el subespacio engendrado por (xi )1≤i≤n . Sea x ∈ H y denotemos
con yn la mejor aproximación de x a Fn y con y la mejor aproximación
de x a F . Pruebe que y = lı́m yn .
1.45 Sea F un subespacio cerrado propio de un espacio de Hilbert H.
Pruebe que existe x ∈ H con kxk = 1 = d(x, F ).
1.46 Consideremos los subespacios

Lp = f ∈ L2 ([−a, a]) : f (t) = f (−t)
y 
Li = f ∈ L2 ([−a, a]) : f (−t) = −f (t)
1.13. Ejercicios 134

(i) Pruebe que Lp y Li son ortogonales y que Lp es el complementario


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

ortogonal de Li .
(ii) Encuentre las proyecciones ortogonales en estos espacios.
(iii) Encuentre la distancia de f (t) = t2 +t a estos subespacios. Encuen-
tre la distancia de cualquier f ∈ L2 ([−a, a]) a estos subespacios.

1.47 Sea H un espacio de Hilbert. Una sucesión (xn ) en H se dice


débilmente convergente a x ∈ H si lı́mn hxn , yi = hx, yi para cada y ∈ H.
Demuestre las siguientes afirmaciones.
(i) Si (xn ) ⊂ H es débilmente convergente a 0, entonces existe una
subsucesión (xnk ) y una sucesión ortogonal (yk ) tal que
lı́m kxnk − yk k = 0
k

(ii) Toda sucesión débilmente convergente en H es acotada.


(iii) Sea (xn ) ⊂ H una sucesión débilmente convergente a x, entonces
existe una subsucesión (xnk ) tal que

xn 1 + xn 2 + · · · + xn k
lı́m − x
=0
k k
(Propiedad de Banach-Saks).
1.48 Sea H un espacio de Hilbert y sea A ⊂ H con la propiedad de que
para y ∈ H se tiene que

α(y) = sup |hz, yi| : z ∈ A < +∞.

Demuestre que A es un conjunto acotado.


1.49 Sea X un espacio normado real y f : X −→ R tal que para todo
x, y ∈ X se tiene f (x + y) = f (x) + f (y). Pruebe que si f está acotada
en algún entorno del origen entonces f ∈ X ∗ .
1.50 Sea X un espacio de Banach. Pruébese que:
(a) Si (xn )n∈N es una sucesión en X convergente a cero, entonces la
envoltura absolutamente convexa y cerrada de (xn )n∈N es compacto
en norma y viene dada por
nX X o
co{xn : n ∈ N} = an xn : |an | ≤ 1 .
1.13. Ejercicios 135

(b) Si K ⊂ X es compacto para la norma, entonces existe una sucesión


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(xn )n en X convergente a 0 tal que K está contenido en la envoltura


absolutamente convexa y cerrada de {xn : n ∈ N}.
1.51 Sea B una forma sesquilineal sobre un espacio de Hilbert complejo
y Q(x) = B(x, x) su forma cuadrática asociada. Demuestre que
3
1X n
B(x, y) = i Q(x + in y)
4
n=0

¿Es posible recuperar una forma bilineal a partir de su forma cuadrática


en un espacio de Hilbert real?
1.52 Sean H un espacio de Hilbert, M ⊂ H un subconjunto convexo
cerrado y x ∈ H.
(i) Pruebe que y ∈ M es la mejor aproximación de x a M si, y sólo si,
Rehx − y, w − yi ≤ 0 para todo w ∈ M .
(ii) Pruebe que si M es un subespacio, la conclusión Rehx−y, w−yi ≤ 0
es equivalente a (x − y) ⊥ M .
1.53 Sea H un espacio de Hilbert y sea (xn ) una sucesión (o una red)
en H. Pruebe que las siguientes afirmaciones son equivalentes.
(i) (xn ) converge a x en H.
(ii) (hxn , yi) converge a hx, yi para cada y ∈ H y (kxn k) converge a kxk.
(iii) (hxn , yi) converge a hx, yi uniformemente en y ∈ {z ∈ H : kzk = 1}.

1.54 Demuestre que entre todas las curvas regulares cerradas y simples
en el plano, la circunferencia es la que encierra un área máxima. Proceda
del siguiente modo:
(i) Demuestre que si f es una función definida en un intervalo [0, 2π]
derivable, con derivada continua, entonces el desarrollo de Fou-
rier de f ′ se obtiene derivando término a término el desarrollo de
Fourier de f .
(ii) Si s es el parámetro arco y L la longitud de la curva entonces
la curva admite una parametrización en función de t := s/L con
t ∈ [0, 1] dada por
1.13. Ejercicios 136

√ X X 
x(t) = a0 + 2 an cos 2πnt + bn sin 2πnt
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

n≥1 n≥1
√ X X 
y(t) = c0 + 2 cn cos 2πnt + dn sin 2πnt .
n≥1 n≥1

Deduzca que
Z 1 X
L2 = (x′ (t)2 + y ′ (t)2 ) dt = 4π 2 n2 (a2n + b2n + c2n + d2n ).
0 n≥1

(iii) Muestre que el área A que la curva encierra satisface


Z 1 X
dy
A= x dt = 2πn(an dn − bn cn ).
0 dt
n≥1

(iv) Muestre que L2 − 4πA ≥ 0 (desigualdad isoperimétrica) y que se da


la igualdad si, y sólo si a1 = d1 , b1 = −c1 an = bn = cn = dn = 0
para n ≥ 2. Siendo así que esta condición describe la ecuación de
una circunferencia.
1.55 Calcule las estimaciones para las constantes Cn (S) correspondien-
tes a los espacios (Rn , k·kp ), con p = 1 y p = ∞, similares a las obtenidas
en el lema 1.12.11 para la norma euclídea.
1.56 Demuestre el teorema de aproximación por polinomios de Weiers-
trass comprobando que para una función continua dada f ∈ C[0, 1], las
siguientes funciones
Z 1
−1
n
pn (x) = λn 1 − (t − x)2 f (t) dt,
0
R1
donde λn = −1 (1 − t2 )n dt, son polinomios de grado no superior a 2n
que convergen uniformemente a f en intervalos de la forma [δ, 1−δ] para
cualquier δ ∈ (0, 1/2).
Indicación. Observe que la operación que proporciona los polinomios
es prácticamente una convolución con una sucesión de Dirac.
2.1. Ejemplos de operadores acotados en espacios de Hilbert
2.2. Inversión de operadores. Espectro
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert
2.4. Operadores compactos
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales
2.6. Aplicaciones del teorema espectral
2.7. Ejercicios
Objetivos centrales del capítulo
El estudio que aquí realizamos se limita a la teoría espectral de operadores
compactos normales en espacios de Hilbert. Daremos dos razones para hacerlo
así: 1) la teoría espectral de estos operadores en espacios de dimensión infinita
es relativamente simple, y ayuda a la comprensión de situaciones más generales;
2) gran número de los operadores que se presentan en las aplicaciones son de las
clases aquí consideradas. En particular este marco es suficiente para desarrollar
aplicaciones a las ecuaciones integrales de Fredholm con núcleo hermitiano y
al problema de Sturm-Liouville, que, además de estar ligado históricamente a
los orígenes del Análisis Funcional, sirve como una ilustración especialmente
interesante de los métodos del mismo.
Son objetivos específicos de este capítulo:
Introducir ejemplos concretos de operadores, elegidos en base a las razones 1)
y 2) señaladas. En particular, se analiza la posibilidad de la representa-
ción de operadores en espacios de dimensión infinita mediante matrices
infinitas, véase la sección 2.1.
Definir el concepto de espectro para un operador T y relacionarlo con la
resolución de ecuaciones del tipo T x = y para T e y dados (¿existe
T −1 ?), véase la sección 2.2.
Presentar el concepto de adjunto de un operador y de operadores autoadjun-
to y normal, estudiando sus propiedades con el horizonte del teorema
espectral. Se presta atención a ejemplos concretos, véase la sección 2.3.
Estudiar el concepto de operador compacto en espacios normados. Los ope-
radores acotados cuya imagen es un espacio de dimensión finita son
ejemplos de operadores compactos y, además, en el caso de los espacios
de Hilbert, éstos últimos aproximan a todos los operadores compactos,
véase la sección 2.4.
Establecer el teorema espectral para operadores compactos y autoadjuntos o
bien compactos y normales en espacios de Hilbert. Es el resultado central
del capítulo, que analizamos con generalidad en ese contexto, véanse los
teoremas 2.5.5 y 2.5.14.
Discutir algunas aplicaciones del teorema espectral a la resolución de de-
terminados tipos de ecuaciones integrales, véase la sección 2.6.1, y de
ecuaciones diferenciales, véase la sección 2.6.2. Concretamente veremos:
(1) Cómo la resolución de algunas ecuaciones integrales del tipo
Z b
f (t) − µ k(t, s)f (s) ds = g(t),
a
donde k y g son conocidas y la incógnita es f , puede realizarse,
de forma elegante, utilizando el teorema espectral, véase el teore-
ma 2.6.1.
(2) Cómo la teoría permite hallar las soluciones de ecuaciones diferen-
ciales de la forma −x′′ (t) + q(t)x(t) − µx(t) = y(t), sometidas a
condiciones frontera del tipo

α x(a) + α1 x′ (a) = 0,
β x(b) + β1 x′ (b) = 0,
donde y y q son datos y la incógnita es x, (teorema 2.6.11).
(3) Cómo lo anterior sirve para resolver la ecuación diferencial que rige
el movimiento de una cuerda vibrante, véase el ejemplo 2.6.13.
(4) Cómo resolver el problema de Dirichlet consistente en determinar
una función armónica u continua en el cuadrado [0, 1] × [0, 1], que
coincide en su frontera con una cierta función continua prefijada f
y que en el interior satisface la ecuación en derivadas parciales
∂2u ∂2u
+ 2 =0
∂x2 ∂y
véase el ejemplo 2.6.14.

Mis notas
140

E n el capítulo anterior hemos estudiado los espacios de Banach y de Hilbert


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como entidades per se. Hemos comprobado cómo el concepto de base


hilbertiana permite alcanzar una “intuición abstracta” para enfrentarse a
problemas en espacios de dimensión infinita, extendiendo nuestra percepción
del espacio euclídeo tridimensional.
El objetivo fundamental de este capítulo es estudiar operadores entre es-
pacios de Hilbert y convencer al lector de que la idea algebraica de resolver
un sistema lineal de n ecuaciones con n incógnitas puede llevarse con éxito
a ciertos sistemas lineales de infinitas ecuaciones con infinitas incógnitas.
Usaremos el mismo procedimiento, ya utilizado en el capítulo anterior, de
introducir al lector en este tema a través de ejemplos concretos para, a partir
de ahí, mediante una modelización que utilice objetos sencillos, cercanos a
nuestra intuición y bien comprendidos, poder entender el funcionamiento de
nuevos objetos abstractos y llegar a una teoría elegante y precisa, que será
aplicada, a su vez, a situaciones concretas para proporcionar nuevos e im-
portantes ejemplos, que modelizan problemas físicos y/o resuelven problemas
clásicos de ecuaciones en derivadas parciales.
De nuevo, el antecedente para los temas tratados aquí se encuentra en
el estudio de las aplicaciones lineales entre espacios euclídeos de dimensión
finita. Concretamente en el teorema de Jordan sobre diagonalización de ma-
trices, teorema que, como el lector conoce bien de sus primeros estudios en
Álgebra Lineal, establece que toda matriz simétrica puede ser transformada
en otra equivalente diagonal. Esto significa que cualquier transformación li-
neal en el espacio, representable por una matriz simétrica, por complicada
que sea, puede ser descompuesta de tal forma que en determinados subes-
pacios es tan simple como un múltiplo de la identidad, y que la reunión de
tales subespacios es el espacio total.
El estudio de propiedades análogas al teorema de Jordan se conoce con el
nombre de teoría espectral. Aquí únicamente haremos una introducción a esta
teoría, que es una de las ramas más importantes del Análisis Funcional. Y no
sólo porque constituye una extensión formal a ámbitos infinito dimensionales
de resultados útiles en espacios de dimensión finita, sino también porque
permite modelizar matemáticamente y resolver problemas de la Física.
2.1. Ejemplos de operadores acotados en espacios de Hilbert 141

2.1. Algunos ejemplos de operadores acotados


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en espacios de Hilbert
Comencemos recordando que, tal y como fue definido en la sección 1.1, el
término operador acotado se refiere genéricamente a las aplicaciones lineales
y continuas T : X → Y entre espacios normados X e Y . Aquí nos ocuparemos
del estudio de algunas propiedades de los operadores acotados entre espacios
de Hilbert H1 y H2 . También se convino con anterioridad que L(H1 , H2 )
denota el espacio de Banach de los operadores acotados entre H1 y H2 con la
norma definida por la fórmula (1.1). Cuando H1 = H2 = H simplificaremos
la escritura poniendo L(H) = L(H1 , H2 ). El espacio vectorial L(H) no es
nunca un espacio de Hilbert si la dimensión de H es mayor o igual que 2,
véase el ejercicio 1.24.
Damos a continuación algunos ejemplos de operadores en espacios de
Hilbert que son de interés para el desarrollo que vamos a realizar con pos-
terioridad, ya sea porque resultan particularmente sencillos, o porque tienen
interés en las aplicaciones. Como el objetivo fundamental del capítulo es ver
cómo operadores complicados pueden ser “troceados” mediante elementos
más simples, es conveniente comprender bien el funcionamiento y propieda-
des de algunos operadores concretos.

Ejemplo 2.1.1.

(i) Si H1 y H2 son espacios prehilbertianos y H1 es de dimensión finita con


base ortonormal (ei )ni=1 , entonces toda aplicación lineal T : H1 −→ H2
es continua, siendo
X
n 1/2
2
kT k ≤ kT ei k . (2.1)
i=1
Pn
Demostración. Cada x ∈ H1 se escribe como x = i=1 hx, en ien ,
por lo tanto
n
X
Tx = hx, en iT en
i=1
y en consecuencia,
2.1. Ejemplos de operadores acotados en espacios de Hilbert 142

n
X
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

kT xk ≤ |hx, en i| kT en k
i=1
X
n 1/2 X
n 1/2 X
n 1/2
≤ |hx, en i|2 kT en k2 = kxk kT en k2
i=1 i=1 i=1

aplicando la desigualdad de Cauchy-Schwarz. De aquí se sigue 2.1. 

(ii) Sean H1 y H2 espacios de Hilbert separables de dimensión infinita con


bases ortonormales respectivas (en )n y (fn )n . Entonces para cada suce-
sión acotada (an )n en K la fórmula

X
T x := an hx, en ifn
n=1

define un operador acotado de H1 en H2 con kT k = supn |an |, ( T recibe


el nombre de operador diagonal).
Demostración. Debido a que

X ∞
X
|an |2 |hx, en i|2 ≤ sup{|an |2 : n ∈ N} |hx, en i|2 = (sup |an |)2 kxk2 ,
n
n=1 n=1

se tiene que T está bien definido y que kT k ≤ supn |an |. Además, como
para todo n ∈ N se cumple T en = an fn , entonces kT k ≥ supn |an |. 

(iii) Sean H = L2 ([a, b]) y g ∈ L∞ ([a, b]). Entonces la fórmula T f = gf de-


fine un operador acotado de H en H con kT k = kgk∞ (dicho operador
multiplicación puede considerarse como la “extensión al caso continuo”
de los operadores diagonales).
Demostración. Si f ∈ L2 ([a, b]) entonces
Z b Z b
2 2
kT f k = |g(t)f (t)| dt ≤ kgk2∞ |f (t)|2 dt = kgk2∞ kf k22
a a

y por tanto se tiene kT k ≤ kgk∞ . Por otra parte, fijado ε > 0, por
la definición de k · k∞ , existe un conjunto medible A de medida no
2.1. Ejemplos de operadores acotados en espacios de Hilbert 143

nula tal que |g(t)| > kgk∞ − ε para t ∈ A, y, entonces, para la función
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

f = m(A)−1/2 χA (m es la medida de Lebesgue in [a, b]), que pertenece


a la bola unidad de H, se verifica
Z b Z
2 2 2
kT f k = |g(t)f (t)| dt ≥ (kgk∞ − ε) |f (t)|2 dt = (kgk∞ − ε)2 .
a A

En consecuencia, kT k ≥ kgk∞ − ε. Al ser ε arbitrario se concluye que


kT k ≥ kgk∞ . 
P∞
(iv) Sea (aij )∞
i,j=1 una matriz infinita con aij ∈ K tal que
2
i,j=1 |aij | < ∞.
Sean H1 , H2 espacios de Hilbert separables de dimensión infinita con
bases ortonormales (un )n y (vn )n , respectivamente. Entonces la fórmula
X
∞  ∞ X
X ∞ 
Tx = T hx, ui iui := aij hx, ui i vj (2.2)
i=1 j=1 i=1

define un operador de H1 en H2 con


X
∞ 1/2
kT k ≤ |aij |2 . (2.3)
i,j=1

Demostración.
P Para ver que T está bien definido hemos de probar
que la serie ∞ i=1 ij hx, ui i es convergente en K para
a cada j, y que si
P∞ 2
llamamos bj (x) a la suma de dicha serie se tiene que j=1 bj (x) < ∞.
Pero fijado j ∈ N se verifica

X X
∞ 1/2  X
∞ 1/2
2
|aij ||hx, ui i| ≤ |aij | |hx, ui i|2
i=1 i=1 i=1
P
y por tanto la serie i aij hx, ui i = bj (x) es absolutamente convergente.
Además, para cada j ∈ N,
X
∞ 2  X
∞  X
∞ 
bj (x) 2 ≤ |aij ||hx, ui i| ≤ |aij |2 |hx, ui i|2
i=1 i=1 i=1
X
∞ 
= |aij |2 kxk2 ,
i=1
2.1. Ejemplos de operadores acotados en espacios de Hilbert 144

de donde se obtiene
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:


X 2  X
∞ X
∞ 
kT xk =2
bj (x) ≤ |aij |2 kxk2
j=1 j=1 i=1

lo cual prueba, simultáneamente, que T está bien definido y que


X
∞ 1/2
kT k ≤ |aij |2 .
i,j=1

La demostración está completa 

(v) Si k ∈ L2 ([a, b] × [a, b]), entonces la fórmula


Z b
Kf (t) := k(t, s)f (s) ds (2.4)
a

define un operador acotado K : L2 ([a, b]) → L2 ([a, b]) (llamado opera-


dor integral con núcleo k), que satisface
 Z bZ b 1/2
kKk ≤ |k(t, s)|2 dt ds . (2.5)
a a

Demostración. Para casi todo t, gracias a la desigualdad de Höl-


der A.2.2, se tiene
Z b Z b 1/2  Z b 1/2
|k(t, s)f (s)| ds ≤ |k(t, s)|2 ds |f (s)|2 ds
a a a
Z b 1/2
= |k(t, s)|2 ds kf k,
a

siendo en particular la función k(t, ·)f (·) integrable Lebesgue en [a, b].
Por la desigualdad anterior tenemos
Z b Z b 2  Z bZ b 
2 2
kKf k = |k(t, s)f (s)| ds dt ≤ kf k |k(t, s)|2 dt ds ,
a a a a
2.1. Ejemplos de operadores acotados en espacios de Hilbert 145

lo que prueba, simultáneamente, que K está bien definido y que


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

 Z bZ b 1/2
kKk ≤ |k(t, s)|2 dt ds .
a a

(El lector se habrá percatado de que este ejemplo es análogo al anterior,


siendo una especie de “versión continua” del mismo). 

(vi) Sea (aij )∞


i,j=1 una matriz infinita con aij ∈ K que cumple la siguiente
condición: existen constantes C1 y C2 tales que

X ∞
X
|aij | ≤ C1 , para todo i; |aij | ≤ C2 , para todo j. (2.6)
j=1 i=1

Sean H1 , H2 espacios de Hilbert separables de dimensión infinita con


bases ortonormales (un )n y (vn )n , respectivamente. Entonces la fórmula
X
∞  ∞ X
X ∞ 
Tx = T hx, ui iui := aij hx, ui i vj
i=1 j=1 i=1

define un operador acotado de H1 en H2 con


kT k ≤ (C1 C2 )1/2 .
Una matriz que satisface las condiciones que aparecen en las ecuacio-
nes (2.6) se dice que satisface las condiciones del test de Schur. El lector
debería analizar la relación entre este ejemplo y el considerado en el
apartado (iv). No vamos a demostrar aquí que T es un operador bien
definido cuya norma verifica kT k ≤ (C1 C2 )1/2 . Lo formularemos, de un
modo un poco más general en el ejercicio 2.4. Sí demostraremos, en el
ejemplo siguiente, la “versión continua” del test de Schur.
(vii) Sea k : [a, b] × [a, b] −→ K una función medible para la que existen
constantes C1 y C2 tales que
Z b
|k(t, s)| ds ≤ C1 , para casi todo t ∈ [a, b],
a
Z (2.7)
b
|k(t, s)| dt ≤ C2 , para casi todo s ∈ [a, b].
a
2.1. Ejemplos de operadores acotados en espacios de Hilbert 146

Entonces la fórmula
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Z b
Kf (t) := k(t, s)f (s) ds
a

define un operador acotado K : L2 ([a, b]) → L2 ([a, b]), que satisface

kKk ≤ (C1 C2 )1/2 .

Demostración: Si f ∈ L2 ([a, b]) se tiene


Z b Z b
|k(t, s)f (s)| ds = |k(t, s)|1/2 |k(t, s)|1/2 |f (s)| ds
a a
Z b 1/2  Z b 1/2
≤ |k(t, s)| ds |k(t, s)||f (s)|2 ds
a a
Z b 1/2
1/2
≤ C1 |k(t, s)||f (s)|2 ds
a

para casi todo t ∈ [a, b]. La función Kf (·) está definida en casi todo
punto y pertenece a L2 ([a, b]) ya que, por lo anterior se tiene
Z b Z b Z b 
2
|Kf (t)| dt ≤ C1 |k(t, s)||f (s)|2 ds dt
a a a
Z b Z b 
= C1 |f (s)|2 |k(t, s)| dt ds
a a
≤ C1 kf k22 C2 = C1 C2 kf k22 .

De aquí también se deduce que kKk ≤ (C1 C2 )1/2 . 

En espacios de dimensión finita, fijada una base, toda aplicación lineal


admite una representación matricial respecto a dicha base. La contrapartida
infinito dimensional es el siguiente resultado, que el lector podrá demostrar
sin dificultad.

Proposición 2.1.2.
Sea H un espacio de Hilbert separable de dimensión infinita con base
ortonormal (en )n y sea T ∈ L(H). Entonces para todo x ∈ H se tiene
2.1. Ejemplos de operadores acotados en espacios de Hilbert 147

∞ X
X ∞
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Tx = hx, ej ihT ej , ek iek .


k=1 j=1

Es decir, T admite una representación matricial de la forma


 
hT e1 , e1 i hT e2 , e1 i · · · hT en , e1 i · · ·
 ··· ··· ··· ··· ··· 
 
 hT e1 , en i hT e2 , en i · · · hT en , en i · · · 
 
.. .. .. .. ..
. . . . .

En espacios de dimensión finita cualquier matriz define un operador. He-


mos visto en los ejemplos anteriores que algunos tipos de matrices definen
operadores en espacios de dimensión infinita. No existen, sin embargo, con-
diciones necesarias y suficientes útiles y atractivas para determinar si una
matriz define un operador.

Definición 2.1.3.
Una aplicación lineal T : X → Y entre los espacios vectoriales X e
Y se llama de rango finito si dim T (X) < ∞.

Si X e Y son espacios normados y X es de dimensión infinita, existen


aplicaciones lineales de rango finito que no son operadores acotados, dado que
existen formas lineales no continuas definidas en X, véase el ejemplo 1.1.9.
La proposición que sigue caracteriza los operadores acotados de rango finito
entre espacios de Hilbert.

Proposición 2.1.4.
Sean H1 , H2 espacios de Hilbert y T ∈ L(H1 , H2 ). Las siguientes afirma-
ciones son equivalentes:

(i) T es de rango finito.


(ii) Existen vectores u1 , u2 , . . . , un en H1 y v1 , v2 , . . . , vn en H2 tales que
n
X
Tx = hx, ui ivi .
i=1
2.2. Inversión de operadores. Espectro 148

Además, si T es de rango finito los vectores (vi )ni=1 pueden elegirse de forma
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

que sean una base de T (H1 ).


Demostración. Supongamos que T (H1 ) es de dimensión finita y tomemos
una base ortonormal {v1 , v2 , . . . , vn } de T (H1 ). Entonces para cada x ∈ H1
se tiene
X n
Tx = hT x, vi ivi .
i=1

Para cada i, la fórmula fi (x) := hT x, vi i, x ∈ H1 , define una forma lineal


continua en H1 . De acuerdo con el teorema de Riesz 1.6.1, existe ui ∈ H1 tal
que fi (x) = hx, ui i, para cada x ∈ H1 , y en consecuencia,
n
X
Tx = hx, ui ivi ,
i=1

lo que acaba la demostración. 

Obsérvese que, en la prueba de la proposición anterior, fijada la base en


T (H1 ) la representación es única, pero bases diferentes proporcionan repre-
sentaciones diferentes de T .

2.2. Inversión de operadores. Espectro


Una cuestión fundamental en la teoría de operadores es resolver, si es
posible, la ecuación T x = y, donde el operador T y el vector y están fijados.
En esta sección analizamos la cuestión para algunos operadores sencillos,
pero importantes.

Definición 2.2.1.
Sean X e Y espacios normados y T ∈ L(X, Y ). Se dice que T es in-
vertible si existe un operador S ∈ L(Y, X) tal que ST = IX y T S = IY ,
donde IX e IY designan los operadores identidad en X e Y respectiva-
mente. En ese caso se escribe S = T −1 .

De forma más general, si solamente se tiene ST = IX , se dice que S es


el inverso por la izquierda de T y que T es el inverso por la derecha de S;
en este caso T es inyectivo y S es sobreyectivo. Si X es de dimensión finita,
2.2. Inversión de operadores. Espectro 149

entonces T ∈ L(X) tiene inverso por un lado si, y sólo si, es invertible, dado
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

que en este caso conocemos que de la igualdad

dim X = dim Ker T + dim T (X). (2.8)

se sigue que T es sobreyectivo (resp. inyectivo) si, y sólo si, T es inyectivo


(resp. sobreyectivo).
En espacios de dimensión infinita la situación es diferente: el operador
desplazamiento a derecha, Sr , definido en ℓ2 por

Sr (x1 , x2 , . . . xn , . . . ) = (0, x1 , x2 , . . . xn , . . . ),

tiene al operador desplazamiento a izquierda Sl , definido de forma obvia,


como su inverso por la izquierda y, sin embargo, Sr no es sobreyectivo.

Definición 2.2.2.
Sean X un espacio normado sobre K, T ∈ L(X) e I ∈ L(X) la
identidad en X.
(i) Se dice que λ ∈ K es un valor regular de T si T −λI es un operador
invertible. El conjunto de los valores regulares de T se denomina
la resolvente de T .
(ii) Los valores no regulares de T se llaman valores espectrales de T ;
el conjunto de valores espectrales recibe el nombre de espectro de
T y se denota con σ(T ).

Definición 2.2.3.
Sean X un espacio normado sobre K y T ∈ L(X).
(i) Un número λ ∈ K se dice que es un valor propio de T si
Ker(T − λI) 6= 0. El conjunto de los valores propios de T se llama
el espectro puntual de T y se denota con σp (T ).
(ii) Si λ ∈ σp (T ) y T x = λx con x 6= 0, entonces x se llama un
vector propio de T correspondiente al valor propio λ. Al subespacio
Ker(T − λI) se le llama subespacio propio correspondiente al valor
propio λ.
2.2. Inversión de operadores. Espectro 150

Si X es un espacio vectorial de dimensión finita n y T ∈ L(X), la igual-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

dad (2.8) nos dice que el espectro de T coincide con el espectro puntual, ya
que en este caso el operador T − λI es no invertible si, y sólo si, T − λI es no
inyectivo. Además, el conjunto de valores propios tiene a lo sumo n elementos
que coinciden con las raíces del polinomio característico P (λ) = det(T − λI),
véase [37].
Para espacios de dimensión infinita, en general, se tiene σp (T ) ⊂ σ(T ),
aunque la inclusión puede ser estricta en este caso. Por ejemplo, consideran-
do Sr : ℓ2 −→ ℓ2 el operador desplazamiento a derecha, entonces 0 ∈ σ(Sr ),
debido a que Sr no es sobreyectivo, pero 0 6∈ σp (Sr ), ya que de hecho,
σp (Sr ) = ∅.
La siguiente proposición establece una condición suficiente para la exis-
tencia de inverso y un procedimiento iterativo que nos dice cómo calcularlo.
La idea para obtener el inverso del operador I − T está sugerida por la suma
de la serie geométrica
1
= 1 + a + a2 + . . . , con |a| < 1.
1−a
n
Si T ∈ L(X) escribimos T n := T ◦ · · · ◦T para denotar la composición de
T consigo mismo n veces y T 0 := I.

Teorema 2.2.4.
Sea X un espacio de Banach y T ∈ L(X) tal que kT k < 1. Entonces
I − T es invertible y se tiene

X
(I − T )−1 = Tn
n=0

1
en L(X), siendo k(I − T )−1 k ≤
1 − kT k
Pq Pq
Demostración. PComo n
n=p kT k ≤ n=p kT k y kT k < 1, la serie
n

definida por S := n=0 T es convergente después de la propiedad (vii) de
n

la proposición 1.1.3, siendo

S(I − T ) = S − ST = T 0 = I, (I − T )S = S − T S = I,
2.2. Inversión de operadores. Espectro 151

es decir, (I − T )−1 = S. Además


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:


X ∞
X 1
k(I − T )−1 k = kSk ≤ kT n k ≤ kT kn =
1 − kT k
n=0 n=0

El resultado también es cierto si reemplazamos la hipótesis kT k < 1 por


la hipótesis kT m k < 1 para cierto m ∈ N, véase el ejercicio 2.6.

Corolario 2.2.5.
Sea X un espacio de Banach.
1
(i) Si T ∈ L(X) es invertible y S ∈ L(X) es tal que kT − Sk < kT −1 k ,
entonces S también es invertible, y se tiene

X  n kT −1 k2 kT − Sk
S −1 = T −1 (T − S) T −1 y kT −1 − S −1 k ≤
n=0
1 − kT −1 kkT − Sk

(ii) El subgrupo de los operadores invertibles, que denotamos con Isom X,


es un abierto de L(X), y la aplicación de Isom X en L(X) que a cada
T asigna T −1 es continua para la norma en L(X).

Demostración. Para probar (i) notemos que, como kT − Sk < 1/kT −1 k,


entonces kT −1 (T − S)k < 1. Así, por el teorema 2.2.4, I − T −1 (T − S) =
T −1 S es invertible y por tanto S también lo es. Por otra parte, utilizando de
nuevo 2.2.4, se tiene

X
−1 −1 −1
S T = (T S) = (T −1 (T − S))n ,
n=0
P∞
con lo que S −1 = n=0 (T
−1 (T − S))n T −1 . Finalmente,

kT −1 − S −1 k = k(I − S −1 T )T −1 k
X∞ kT −1 k2 kT − Sk

≤ (T −1 (T − S))n T −1 ≤
1 − kT −1 kkT − Sk
n=1
2.2. Inversión de operadores. Espectro 152

Esto prueba el apartado (i), del cual se deduce, de forma directa, el aparta-
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

do (ii). 

Con los resultados anteriores y algunas propiedades elementales sobre


funciones holomorfas vectoriales presentadas en la sección 3.3.1.1, podemos
probar el siguiente teorema.
Teorema 2.2.6.
Sean X un espacio de Banach complejo y T ∈ L(X). Entonces, el
espectro
  ) es un subconjunto compacto no vacío de C contenido en
σ(T
B 0, kT k .
 
Demostración. Si λ ∈ C \ B 0, kT k , entonces kT k |λ|−1 < 1, y por tanto
λI − T = λ(I − T /λ) esinvertible,
 lo que significa que λ ∈/ σ(T ). De aquí se
concluye que σ(T ) ⊂ B 0, kT k . Por otro lado, la aplicación ψ : C → L(X)
dada por ψ(λ) = λI − T es continua, y C \ σ(T ) = ψ −1 (Isom X). Después de
 2.2.5 se obtiene que σ(T ) es cerrado, y por ende compacto
(ii) en el corolario
contenido en B 0, kT k .
Para ver que σ(T ) es no vacío razonamos como sigue. Procedamos por
reducción al absurdo y supongamos que es vacío. En este caso, la aplicación
φ : C −→ Isom X definida por φ(λ) = (λI −T )−1 es continua por el apartado
(ii) del corolario anterior. Por otro lado se tiene la siguiente identidad:
−1  
φ(λ + h) − φ(λ) (λ + h)I − T (λI − T )− (λ + h)I −T (λI − T )−1
=
h h
−1
= − (λ + h)I − T (λI − T )−1 .
De aquí se deduce la existencia del límite
φ(λ + h) − φ(λ)  2
φ′ (λ) = lı́m = −(λI − T )−1 (λI − T )−1 = − (λI − T )−1
h→0 h
en L(X), para cada λ ∈ C. Con la nomenclatura de la definición 3.3.10 esto
significa que φ es una función holomorfa vectorial. Por otro lado, φ es acotada
porque es continua y lı́m|λ|→∞ kφ(λ)k = 0. Esto último es consecuencia de
que para |λ| > kT k se tiene
1 T −1
1 X Tn 1 1 1
kφ(λ)k = I − = n ≤ =
λ λ λ λ |λ| 1 − kT k/|λ| |λ| − kT k
n≥0
2.2. Inversión de operadores. Espectro 153

Ahora, la versión vectorial del teorema de Liouville (véase el corolario 3.3.12)


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

implica que φ es constante, lo que contradice φ′ 6= 0, y la prueba termina. 

El método de inversión de operadores, teorema 2.2.4, puede aplicarse a la


resolución de ciertos sistemas lineales de ecuaciones con infinitas incógnitas
y a cierto tipo de ecuaciones integrales.

Proposición 2.2.7. P
Dada la matriz (aij )∞
i,j=1 donde
2
i,j |aij | < 1, el sistema


X
xi − aij xj = yi , i = 1, 2, . . . , (2.9)
j=1

tiene una única solución z = (z1 , z2 , . . . ) para cada y = (y1 , y2 , . . . ) ∈ ℓ2 .


Además, los sistemas truncados
n
X
xi − aij xj = yi , i = 1, 2, . . . , n, (2.10)
j=1

(n) (n) (n) 


tienen una única solución z (n) = z1 , z2 , . . . , zn y la sucesión Jn z (n)
tiene por límite z en ℓ , siendo Jn la inclusión canónica de Kn en las n
2

primeras coordenadas de ℓ2 .

Demostración. El ejemplo 2.1.1, apartado (iv), nos dice que la matriz


i,j=1 define unP
(aij )∞ operador lineal continuo A de ℓ2 en sí mismo de norma
menor o igual que ∞ i,j=1 |aij | < 1 mediante la fórmula
2

X
∞  ∞ X
X ∞ 
A(x) = A xn en := xn ank ek .
n=1 k=1 n=1

El teorema 2.2.4 garantiza que el operador I−A es invertible, luego (I−A)x =


y tiene solución única P
para cada y, que denotamos con z y que viene dada
por z = (I − A) y = ∞
−1 k
k=0 A y.
Supuesto que y = (yk )k , sean y (n) = (y1 , y2 , . . . , yn , 0, . . . ) y An el ope-
rador lineal continuo (definido del mismo modo que el operador A) asociado
a la matriz obtenida de (aij )∞i,j=1 sustituyendo por 0 todos los elementos
2.2. Inversión de operadores. Espectro 154

que no pertenecen a la submatriz principal n × n de la dada. De nuevo,


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

por el teorema 2.2.4, el sistema (I − An )x = y (n) , que correspondería a la


ecuación (2.9) para este caso,
P tiene una solución única que viene dada por
w(n) = (I − An )−1 y (n) = ∞ A
k=0 n
k y (n) . Obsérvese que w (n) tiene nulas to-

das sus coordenadas a partir de la coordenada n + 1 y por la unicidad de


la solución es claro que w(n) = Jn z (n) . Para probar
P que z2 = lı́mn Jn z
(n) ob-

servemos que A y An conmutan y que, si α := i,j |aij | < 1, se tienen las


estimaciones siguientes:
X∞ X ∞

kz − Jn z (n) k = Ak y − Akn y (n) = Ak (y (n) + y − y (n) ) − Akn y (n)
k=0 k=0
X∞ X∞
k (n) k k (n)
≤ A (y − y ) + (A − An )y
k=0 k=0
X∞ X∞ X
k−1 

≤ Ak (y − y (n) ) + kA − An k Ak−1−j Ajn y (n)
k=0 k=0 j=0

1 X∞ 
≤ ky − y (n) k + kA − An k ky (n) k kαk−1
1 − kAk
k=0
1
≤ ky − y (n) k + kA − An k kykC.
1 − kAk

Claramente, lı́mn ky − y (n) k = 0 y lı́mn kA − An k = 0, luego z = lı́mn Jn z (n) .




Proposición 2.2.8.
Sea k ∈ L2 ([a, b] × [a, b]) con kkk2 < 1. Entonces si g ∈ L2 ([a, b]), la
ecuación integral
Z b
f (t) − k(t, s)f (s) ds = g(t) (2.11)
a
tiene una única solución que es de la forma
Z b
g(t) + e
k(t, s)g(s) ds,
a

donde e
k ∈ L2 ([a, b] × [a, b]).
2.2. Inversión de operadores. Espectro 155

Demostración. La fórmula
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Z b
Kf (t) := k(t, s)f (s) ds
a

define, como vimos en el ejemplo 2.1.1 apartado (v), un operador lineal con-
tinuo de L2 ([a, b]) en sí mismo con norma menor o igual que kkk2 < 1. Por lo
tanto el operador I − K es invertible, y así la ecuación (2.11) tiene para cada
g ∈ L2 ([a, b]) una única solución. Dicha solución viene dada por la fórmula

X
f = (I − K)−1 g = g + K n g. (2.12)
n=1

Sólo resta probar que el sumatorio en la fórmula (2.12) corresponde a un ope-


rador integral con cierto núcleo ek ∈ L2 ([a, b]). Por el teorema de Fubini A.3.8
se tiene
Z b Z b Z b 
2
K g(t) = k(t, s)Kg(s) ds = k(t, s) k(s, u)g(u) du ds
a a a
Z b Z b 
= k(t, s)k(s, u) ds g(u) du
a a
Z b
= k2 (t, u)g(u) du,
a
Rb
siendo k2 (t, u) = a k(t, s)k(s, u) ds una función de L2 ([a, b] × [a, b]). Para
demostrarlo observemos que
Z b
|k2 (t, u)| ≤ |k(t, s)||k(s, u)| ds
a
Z b 1/2  Z b 1/2
2
≤ |k(t, s)| ds |k(s, u)|2 ds
a a

y por tanto
Z b Z b Z bZ b 
2 2
|k2 (t, u)| du ≤ |k(t, s)| ds |k(s, u)|2 ds du
a a a a
2.2. Inversión de operadores. Espectro 156

de donde
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Z bZ b Z b Z b  Z b Z b  
2 2 2
|k2 (t, u)| du dt ≤ |k(t, s)| ds dt |k(s, u)| ds du
a a a a a a
Z b Z b Z b Z b 
2 2
= |k(t, s)| ds dt |k(s, u)| ds du
a a a a

= kkk22 .

Se tiene así que k2 ∈ L2 ([a, b] × [a, b]) y kk2 k2 ≤ kkk22 .


Recursivamente se puede construir una sucesión (kn )n en L2 ([a, b]×[a, b])
de modo que:
Rb
(i) kn (t, u) = a k(t, s)kn−1 (s, u) ds, para n = 2, 3, . . . con k1 = k.
(ii) kkn k2 ≤ kkkn2 , para n ∈ N.
Rb
(iii) K n g(t) = a kn (t, s)g(s)ds, para n = 1, 2, . . .
P
Entonces la serie ek := ∞ n=1 kn converge en L ([a, b] × [a, b]), ya que
2


X
kkn k2 < ∞.
n=1

e el operador integral con núcleo e


Designando por K k, para cada m ∈ N
se tiene X X
m n m
e
K − K ≤ e
kn − k
,
n=1 n=1 2

después de las estimaciones dadas Pen (2.5). Tomando límites cuando m tiende
e ∞
a infinito se concluye que K = n=1 K n y en consecuencia, para casi todo
t ∈ [a, b] la solución f (t) de la ecuación (2.11) viene dada por la fórmula

X Z b
f (t) = (I − K)−1
g(t) = g(t) + n
K g(t) = g(t) + e
k(t, s)g(s) ds.
n=1 a

Esto acaba la prueba. 


P∞
Llamemos la atención sobre el hecho de que la serie n=1 K g, que
n

converge en media cuadrática, es absoluta y uniformemente convergente en


2.2. Inversión de operadores. Espectro 157

[a, b] cuando k cumple la siguiente condición adicional: existe una constante


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

C > 0 tal que


Z b
|k(t, s)|2 ds ≤ C, para todo t ∈ [a, b].
a

En efecto, para cada f ∈ L2 ([a, b]) se tiene


Z b 1/2
|Kf (t)| ≤ kf k2 |k(t, s)|2 ds ≤ C 1/2 kf k2 .
a

Y reemplazando f por K n−1 g se tiene


|K n g(t)| ≤ C 1/2 kK n−1 gk2 ≤ C 1/2 kKkn−1 kgk2 , para todo t ∈ [a, b].
P
De aquí se sigue que la serie ∞ n=1 K g(t) para t ∈ [a, b] converge absoluta
n

y uniformemente, porque

X 1
C 1/2 kKkn−1 kgk2 = C 1/2 kgk2 < +∞.
n=1
1 − kKk

Una situación en la que puede aplicarse este resultado es en la ecuación


integral Z 1
f (t) − λ e(t−s) f (s) ds = g(t),
0
para g ∈ L2 ([0, 1]). En este caso k(t, s) = λet−s con lo que, manteniendo las
notaciones de la demostración de la proposición anterior, se tiene
Z 1 Z 1
k2 (t, u) = k(t, s)k(s, u) ds = λ2 et−u ds = λ2 et−u .
0 0

En general kn (t, u) = λn et−u ,


verificándose entonces que la solución f (t),
para |λ| < 1, viene dada por
X∞ Z 1 Z 1
n t−s λ
f (t) = g(t) + λ e g(s) ds = g(t) + et−s g(s) ds.
0 1 − λ 0
n=1
P∞ n
Aunque la serie n=1 λ converge sólo cuando |λ| < 1, el lector puede com-
probar que la función f antes construida es solución de la ecuación integral
para todo valor de λ 6= 1.
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 158

Frigyes Riesz (1880–1956), matemá-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

tico de origen húngaro, contribuyó nota-


blemente al nacimiento y desarrollo del
análisis funcional. Su trabajo, influencia-
do por el de Fréchet y con motivaciones
en el estudio de las ecuaciones integra-
les realizado por Hilbert y Schmidt, está
presente en casi todos los temas de los
que trata un libro como éste. Hizo con-
tribuciones notables al estudio de ope-
radores entre espacios de Banach (teoría
de Riesz-Schauder, [72, X.5]), los cálcu-
∗
los de duales de espacios clásicos, comenzando por C([a, b]), k · k∞
∗
(Riesz representation theorem in Wikipedia), L2 [a, b], k·k2 , más ge-
∗
neralmente Lp [a, b], k·kp , p 6= 2, y primeros estudios sobre topologías
débiles.
Junto con su hermano mayor Marcel Riesz, obtuvo resultados que
se pueden aplicar para obtener la extensión de funciones continuas
definidas en subconjuntos compactos de medida nula del circulo unidad
a funciones del álgebra del disco. F. Riesz fundó junto con A. Haar la
revista Acta Scientiarum Mathematicarum.
Otros detalles sobre la historia y obra de Riesz en:
• Frigyes Riesz en Wikipedia.
• Frigyes Riesz en MacTutor History of Mathematics.

2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert


En esta sección definimos la noción de adjunto de un operador definido
en un espacio de Hilbert y estudiamos sus propiedades básicas. También
introducimos las nociones de operador autoadjunto y normal, estudiando sus
propiedades más relevantes en relación con el objetivo central del capítulo,
la prueba del teorema espectral en la sección 2.5.
Empezaremos por establecer una fórmula, en términos del producto es-
calar, para el cálculo de la norma de un operador acotado entre espacios
de Hilbert.
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 159

Proposición 2.3.1.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean H1 y H2 espacios de Hilbert y T ∈ L(H1 , H2 ). Se verifica,



kT k = sup |hT x, yi| : kxk ≤ 1, kyk ≤ 1

= sup |hT x, yi| : kxk = 1, kyk = 1 .
Demostración. Observemos que si α := sup{|hT x, yi| : kxk ≤ 1, kyk ≤ 1},
entonces α ≤ kT k ya que |hT x, yi| ≤ kT xk kyk ≤ kT k kxk kyk ≤ kT k.
Por otra parte, usando el teorema de Riesz 1.6.1, se tiene que kT xk =
sup{|hy, T xi| : kyk ≤ 1}; así, para cada ε > 0 existe x con kxk ≤ 1 tal que

kT k − ε ≤ kT xk = sup |hy, T xi| : kyk ≤ 1 ≤ α.
Esto prueba que kT k ≤ α y en consecuencia, kT k = α. De forma análoga se
prueba que kT k = sup{|hT x, yi| : kxk = 1, kyk = 1}. 

Proposición 2.3.2.
Sean H1 y H2 espacios de Hilbert y T : H1 −→ H2 un operador lineal
continuo. Entonces existe un único operador lineal T ∗ : H2 −→ H1 tal que
hT x, yi = hx, T ∗ yi
para todo x ∈ H1 y para todo y ∈ H2 . Además kT k = kT ∗ k.
Demostración. Para cada y ∈ H2 definimos la aplicación lineal continua
en H2 dada por
fy (w) := hw, yi
para w ∈ H2 . Entonces fy ◦ T es una forma lineal y continua en H1 . Por
tanto, aplicando el teorema 1.6.1, existe z ∈ H1 unívocamente determinado
de modo que fy ◦ T (x) = hT x, yi = hx, zi. Poniendo z = T ∗ y se verifica la
fórmula
hT x, yi = hx, T ∗ yi. (2.13)
Así definida, T ∗ es lineal y se tiene
 
sup |hT x, yi| : kxk ≤ 1, kyk ≤ 1 = sup |hT ∗ y, xi| : kxk ≤ 1, kyk ≤ 1 ,
de donde, aplicando la proposición 2.3.1, se concluye que kT k = kT ∗ k. 
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 160

Definición 2.3.3.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean H1 , H2 espacios de Hilbert y T ∈ L(H1 , H2 ). El operador


T∗ ∈ L(H2 , H1 ) definido por la ecuación (2.13) se llama el adjunto de T .

En la proposición que sigue establecemos propiedades de los operadores ad-


juntos que nos serán de utilidad posteriormente.
Proposición 2.3.4.
Sean A, B ∈ L(H1 , H2 ), C ∈ L(H2 , H3 ) y α ∈ K.
(i) (A + B)∗ = A∗ + B ∗ .
(ii) (αA)∗ = αA∗ .
(iii) (A∗ )∗ = A.
(iv) (AC)∗ = C ∗ A∗ .
(v) Si A es invertible también lo es A∗ y (A∗ )−1 = (A−1 )∗ .
(vi) kAA∗ k = kA∗ Ak = kAk2 .
(vii) Ker A = (Im A∗ )⊥ , Ker A∗ = (Im A)⊥ , (Ker A)⊥ = Im A∗ y
(Ker A∗ )⊥ = Im A.
Demostración. Las cinco primeras son de comprobación inmediata. Para
la sexta recordemos que ya hemos demostrado en la proposición 2.3.2 que
kA∗ k = kAk, por lo que se tiene
kA∗ Ak ≤ kA∗ kkAk = kAk2 .
Además
kAxk2 = |hAx, Axi| = |hA∗ Ax, xi| ≤ kA∗ Akkxkkxk = kA∗ Akkxk2 ,
de donde kAk2 ≤ kA∗ Ak ≤ kAk2 y por tanto kAk2 = kA∗ Ak. Pero entonces
kAk2 = kA∗ k2 = kA∗∗ A∗ k = kAA∗ k.
Veamos finalmente (vii). La siguiente cadena de equivalencias es clara:
x ∈ Ker A equivale a Ax = 0, que equivale a hAx, yi = 0 para todo y, que a su
vez equivale a hx, A∗ yi = 0 para todo y, o lo que es lo mismo x ∈ (Im A∗ )⊥ .
Así pues, Ker A = (Im A∗ )⊥ y por tanto Ker A∗ = (Im A)⊥ . Además
(Ker A)⊥ = (Im A∗ )⊥⊥ = Im A∗
y, en consecuencia, (Ker A∗ )⊥ = Im A. 
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 161

Ejemplo 2.3.5.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(i) La completitud de los espacios involucrados es esencial para la existen-


cia de adjunto.
Por ejemplo, el operador T : c00 −→ c00 definido por

X xn
Tx = e1 ,
n
n=1

donde e1 = (1, 0, . . . ), no tiene adjunto en (c00 , k · k2 ).


Demostración. Si T tuviera adjunto, fijado y = (yn )n ∈ c00 , con
y1 6= 0, habría de verificarse que

X xn
y 1 = hT x, yi = hx, T ∗ yi
n
n=1

para cada x ∈ c00 . En particular, tomando x = en , para n ∈ N, se


tendría
1
y1 = hT ∗ y, en i,
n
pero eso es imposible puesto que T ∗ y ∈ c00 . 

(ii) En ℓ2 los adjuntos de los operadores desplazamiento Sr y Sl son Sr∗ = Sl


y Sl∗ = Sr .
Demostración. Los operadores Sr y Sl están definidos como

Sl r(x1 , x2 , x3 , . . . ) = (x2 , x3 , . . . ),
Sr (x1 , x2 , x3 , . . . ) = (0, x1 , x2 , x3 , . . . ).

Así,
hSl x, yi = x2 y1 + x3 y 2 + · · · = hx, Sl∗ yi
y como el vector y ∗ := (0, y1 , y2 , . . . ) cumple que hSl x, yi = hx, y ∗ i, se
tiene que
Sl∗ y = Sr y
para todo y ∈ ℓ2 .
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 162

Análogamente,
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

hSr x, yi = x1 y2 + x2 y 3 + · · · = hx, Sr∗ yi

y como el vector y ∗ := (y2 , y3 , . . . ) cumple que hSr x, yi = hx, y ∗ i, se


tiene
Sr∗ y = Sl y
para todo y ∈ ℓ2 . 

(iii) Sea K : H −→ H un operador de rango finito dado por


n
X
Kx = hx, ui ivi ,
i=1

entonces su adjunto es de rango finito y viene dado por


n
X

K x= hx, vi iui
i=1

para x ∈ H.
Demostración. Basta observar que
DX
n E Xn
hKx, yi = hx, ui ivi , y = hx, ui ihvi , yi
i=1 i=1
D n
X E
= x, hy, vi iui = hx, K ∗ yi,
i=1

para obtener la conclusión del enunciado. 

(iv) Si A es un operador diagonal en un espacio de Hilbert con base (ei )i∈I ,


siendo A(ei ) = λi ei , entonces A∗ es también un operador diagonal que
verifica A∗ (ei ) = λi ei .
(v) Si K : L2 ([a, b]) −→ L2 ([a, b]) es el operador definido por Kf = gf ,
donde g ∈ L∞ , entonces el operador adjunto viene dado por K ∗ f = gf .
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 163

(vi) Si H es un espacio de Hilbert separable con base hilbertiana (en )n y el


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

operador A ∈ L(H) se representa respecto a la base (en )n mediante la


matriz (aij )i,j , como en la proposición 2.1.2, entonces la representación
matricial (bij )i,j del operador adjunto A∗ verifica que bij = aji .
Demostración. Basta observar que bij = hA∗ ei , ej i = hei , Aej i =
hAej , ei i = aji . 

(vii) Si K : L2 ([a, b]) −→ L2 ([a, b]) es un operador integral con núcleo


k ∈ L2 ([a, b] × [a, b]) entonces K ∗ es también un operador integral con
núcleo k∗ (t, s) = k(s, t), s, t ∈ [a, b].
Demostración. Aplicando el teorema de Fubini A.3.8 se tiene
DZ b E Z b Z b 
hKf, gi = k(·, s)f (s) ds, g = k(t, s)f (s) ds g(t) dt
a a a
Z b Z b 
= f (s) k(t, s)g(t) dt ds
a a
= hf, g i = hf, K ∗ gi,

Rb
siendo g∗ (s) := a k(t, s)g(t) dt para casi todo s ∈ [a, b]. 

(viii) Sea M un subespacio cerrado del espacio de Hilbert H y sea la inclusión


canónica IM : M −→ H. Entonces (IM )∗ es la proyección ortogonal
PM : H −→ M .
Demostración. Basta observar que hIM x, yi = hx, PM yi para cada
x ∈ M y cada y ∈ H. 

(ix) Si P : H −→ H es la proyección ortogonal de un espacio de Hilbert H


sobre un subespacio cerrado, entonces P ∗ = P .
Demostración. Véase (iii) en el teorema 1.5.7. 

Vamos a estudiar a continuación algunos tipos especiales de operadores


que se definen en términos de conjugación.
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 164

Definición 2.3.6.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Un operador A ∈ L(H) se llama autoadjunto o hermitiano si A = A∗ .

En la proposición siguiente se recogen las propiedades más destacadas de


tales operadores.
Proposición 2.3.7.
Sean H un espacio de Hilbert sobre K y A, B ∈ L(H). Se tiene:
(i) Si A = A∗ , entonces hAx, xi ∈ R para todo x ∈ H y
 
kAk = sup |hAx, xi| : kxk ≤ 1 = sup |hAx, xi| : kxk = 1 .

En particular, los valores propios de A son reales.


(ii) Si A = A∗ y hAx, xi = 0, para todo x, entonces A = 0.
(iii) Si A = A∗ , entonces se tiene la siguiente suma directa ortogonal

H = Ker A ⊕ Im A.

(iv) Si A y B son autoadjuntos, entonces A+B es autoadjunto. El operador


AB es autoadjunto si, y sólo si, AB = BA.
(v) Si K = C, entonces A = A∗ si, y sólo si, hAx, xi ∈ R para todo x ∈ H.
(vi) Si K = C entonces existen S, T ∈ L(H) únicos y autoadjuntos tales que
A = S + iT .
Demostración. Para probar el apartado (i) observemos en primer lugar
que
hAx, xi = hx, A∗ xi = hx, Axi = hAx, xi,
y por tanto hAx, xi ∈ R para todo x ∈ H. Por otra parte, la desigualdad de
Cauchy-Schwarz 1.4.2 garantiza que
 
α := sup |hAx, xi| : kxk = 1 ≤ sup |hAx, xi| : kxk ≤ 1 ≤ kAk.

Para demostrar la desigualdad inversa consideramos los vectores

u = ax + (1/a)Ax, v = ax − (1/a)Ax,
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 165

con a ∈ R. Sustituyendo u y v por sus valores y teniendo en cuenta que


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

kAxk2 = hAx, Axi = hA2 x, xi, se comprueba que hAu, ui−hAv, vi = 4kAxk2
y por tanto
1 1
kAxk2 = (hAu, ui − hAv, vi) ≤ α(kuk2 + kvk2 )
4 4
1 2 2 −2 2
= α(a kxk + a kAxk ).
2
Supongamos ahora que kxk ≤ 1 y que Ax 6= 0, y tomemos a2 = kAxk en
la desigualdad anterior. Entonces se obtiene kAxk2 ≤ αkAxk y por tanto,
kAxk ≤ α para todo x ∈ H con kxk ≤ 1, lo que demuestra (i). Es claro que
(ii) es consecuencia directa de (i).
Para la demostración de (iii) basta observar que, como consecuencia de
la proposición 2.3.4, H = Ker A ⊕ (Ker A)⊥ = Ker A ⊕ Im A. Aplicando otra
vez la proposición que acabamos de citar se tiene (A + B)∗ = A∗ + B ∗ =
A + B y por tanto A + B es autoadjunto si A y B lo son. Si AB = BA
entonces (AB)∗ = B ∗ A∗ = BA = AB. Recíprocamente, si (AB)∗ = AB,
tenemos (AB)∗ = B ∗ A∗ = BA = AB. Hemos probado así (iv).
Demostremos ahora (v). Si hAx, xi ∈ R para todo x ∈ H, se verifica que
hA(x + ay), x + ayi ∈ R para todo a ∈ C, cualesquiera que sean x, y ∈ H. Lo
que, una vez desarrollado, equivale a que se cumpla ahAy, xi+ahA∗ y, xi ∈ R.
Y por tanto
ahAy, xi + ahA∗ y, xi = ahAy, xi + ahA∗ y, xi,
de donde
ah(A − A∗ )y, xi = ah(A − A∗ )y, xi. (2.14)
En particular, haciendo a = 1 y a = i, respectivamente, en la ecuación (2.14)
se obtiene
h(A − A∗ )y, xi = h(A − A∗ )y, xi y h(A − A∗ )y, xi = −h(A − A∗ )y, xi,
es decir, h(A − A∗ )y, xi = 0 para todo x, y ∈ H, lo que permite concluir que
A = A∗ . Finalmente, tomando
A + A∗ A − A∗
S= y T =
2 2i
se obtiene (vi). 
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 166

Los operadores S y T que aparecen en el último apartado de la pro-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

posición anterior se llaman, respectivamente, la parte real e imaginaria del


operador A y se denotan con S = Re A y T = Im A. Observe también que,
en relación con la propiedad (i) de la proposición anterior, el ejercicio 2.13
pone de manifiesto que si K = C entonces

|||A||| := sup |hAx, xi| : kxk = 1

define una norma en L(H) equivalente a la norma usual. El mismo ejercicio


muestra que cuando K = C la hipótesis “A autoadjunto” es innecesaria en el
apartado (ii) anterior.
Al partir del ejemplo 2.3.5 se obtienen las afirmaciones que siguen.
Ejemplo 2.3.8.
(i) Si H es un espacio de Hilbert con base (ei )i∈I y T es un operador
diagonal acotado con T (ei ) = λi ei , entonces T es autoadjunto si, y
sólo si, λi ∈ R para todo i ∈ I.
(ii) Si H es un espacio de Hilbert separable con base (en )n∈I y si A ∈ L(H)
se representa respecto a dicha base mediante la matriz (aij )i,j∈I , enton-
ces A = A∗ si, y sólo si, aij = aji .
(iii) En L2 ([a, b]) el operador multiplicación por g ∈ L∞ ([a, b]) es autoad-
junto si, y sólo si, g(t) es real, para casi todo t ∈ [a, b].
(iv) Un operador integral en L2 ([a, b]) con núcleo k ∈ L2 ([a, b] × [a, b]) es
autoadjunto si, y sólo si, k(t, s) = k(s, t) para casi todo s, t ∈ [a, b].
(v) Una proyección ortogonal P : H −→ H sobre un espacio cerrado es
autoadjunto.

Definición 2.3.9.
Un operador A ∈ L(H) se dice normal si AA∗ = A∗ A.

En la proposición que sigue recogemos algunas condiciones necesarias y


suficientes para que un operador sea normal.
Proposición 2.3.10.
Sea A ∈ L(H) un operador en un espacio de Hilbert H. Las siguientes
afirmaciones son equivalentes:
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 167

(i) El operador A es normal.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(ii) Para todo x, y ∈ H se cumple hAx, Ayi = hA∗ x, A∗ yi.


(iii) Para todo x ∈ H se tiene kAxk = kA∗ xk.
Además, si K = C, cada una de las afirmaciones anteriores equivale a que

Re A ◦ Im A = Im A ◦ Re A.

Demostración. Si A es un operador normal, entonces

hAx, Ayi = hx, A∗Ayi = hx, AA∗ yi = hA∗ x, A∗ yi

y por tanto se cumple que (i)⇒(ii). Es evidente que (ii) implica (iii). Para
cerrar el ciclo sólo resta probar que (iii)⇒(i). De la igualdad hAx, Axi =
hA∗ x, A∗ xi se obtiene que hA∗Ax, xi = hAA∗ x, xi, es decir,


(A A − AA∗ )x, x = 0,

para todo x. Al ser (A∗A − AA∗ ) un operador autoadjunto podemos aplicar


la proposición 2.3.7 para concluir que A∗A − AA∗ = 0.
Si K = C se tiene

AA∗ = (Re A + i Im A)(Re A − i Im A)


= (Re A)2 + (Im A)2 − i Re A ◦ Im A + i Im A ◦ Re A
A∗A = (Re A − i Im A)(Re A + i Im A)
= (Re A)2 + (Im A)2 + i Re A ◦ Im A − i Im A ◦ Re A

y por tanto

AA∗ − A∗A = 2i(Im A ◦ Re A − Re A ◦ Im A),

y, así, se obtiene que Re A ◦ Im A = Im A ◦ Re A si, y sólo si, A es normal. 

A partir del ejemplo 2.3.5 se obtienen las afirmaciones que siguen.


Ejemplo 2.3.11.

(i) Todo operador diagonal T : H −→ H es normal.


2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 168

(ii) Si K : L2 ([a, b]) −→ L2 ([a, b]) es un operador integral con núcleo


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

k ∈ L2 ([a, b] × [a, b]), entonces K es normal si, y sólo si,


Z b Z b
k(s, t)k(s, x) ds = k(t, s)k(x, s) ds
a a

para casi todo (t, x) ∈ [a, b] × [a, b].s

Si P : H −→ H es la proyección ortogonal sobre un subespacio vectorial


cerrado de un espacio de Hilbert, hemos visto con anterioridad, teorema 1.5.7,
que P cumple las siguientes propiedades: 1) tiene norma uno; 2) es autoad-
junta; 3) su rango y su núcleo son complementarios topológicos. Vamos a ver
a continuación que, de hecho, cada una de esas propiedades caracteriza a las
proyecciones que son ortogonales.

Proposición 2.3.12.
Sea P : H −→ H una proyección continua no nula en un espacio de
Hilbert H, es decir, un operador acotado tal que P 2 = P . Las siguientes
afirmaciones son equivalentes:
(i) Ker P = (Im P )⊥ .
(ii) P es una proyección ortogonal.
(iii) kP k = 1.
(iv) Im P = (Ker P )⊥ .
(v) P es autoadjunto.
(vi) P es normal.
(vii) hP x, xi = kP xk2 para todo x ∈ H.
(viii) hP x, xi ≥ 0 para todo x ∈ H.

Demostración. Empecemos por indicar el esquema que utilizaremos para


establecer la equivalencia:
• (i)⇒(ii)⇒(iii)⇒(iv)⇒(i), que establece la equivalencia entre las cuatro
primeras.
• (ii)⇒(v)⇒(vi)⇒(i), que establece la equivalencia entre las seis prime-
ras.
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 169

• (ii)⇒(vii)⇒(viii)⇒(i), que acaba la prueba.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Para probar que (i)⇒(ii) pongamos M := Im P y comprobemos que P es


la proyección ortogonal con imagen M . En primer lugar M es cerrado pues,
si lı́mn P xn = x entonces lı́mn P P xn = lı́mn P xn = P x. Por la unicidad del
límite P x = x y por tanto x ∈ M . Para cada x ∈ H, la mejor aproximación
de x a M , PM x, es el único vector para el que
x − PM x ∈ M ⊥ = Ker P,
como consecuencia del teorema 1.5.4. Pero debido a que x − P x ∈ Ker P , se
obtiene PM x = P x para todo x.
Para probar que (ii)⇒(iii) recordemos que, por el teorema 1.5.7, se tiene
H = Im P ⊕ Ker P y por consiguiente kxk2 = kP xk2 + kx − P xk2 para todo
x ∈ H, de donde kP k = 1 ya que P 6= 0.
Veamos la implicación (iii)⇒(iv) en dos pasos.
(i) (Ker P )⊥ ⊂ Im P.
Si x ∈ (Ker P )⊥ y x 6= 0 se tiene 0 = hx, x − P xi = hx, xi − hx, P xi, y
por tanto
kxk2 = hx, xi = hx, P xi = |hx, P xi| ≤ kxkkP xk ≤ kxk2 .
Así, |hx, P xi| = kP xk kxk. Aplicando ahora la proposición 1.4.2 existe
µ tal que P x = µx y por consiguiente P 2 x = P x = µP x. Al ser
P x 6= 0, necesariamente µ = 1, es decir, x ∈ Im P , o lo que es lo mismo
(Ker P )⊥ ⊂ Im P.

(ii) Im P ⊂ (Ker P )⊥ .
Si x ∈ Im P , entonces x ∈ (Ker P ∗ )⊥ , como consecuencia de la pro-
posición 2.3.4. Pero al ser P ∗ una proyección con kP ∗ k = kP k = 1
podemos aplicar lo que hemos demostrado en el párrafo anterior y con-
cluir que (Ker P ∗ )⊥ ⊆ Im P ∗ . Así pues, existe z ∈ H tal que x = P ∗ z
y en consecuencia, para todo y ∈ Ker P se tiene
hx, yi = hP ∗ z, yi = hz, P yi = hz, 0i = 0.
Luego x ∈ (Ker P )⊥ , es decir,
Im P ⊂ (Ker P )⊥ .
2.3. Adjunto de un operador en espacios de Hilbert 170

Para probar (iv)⇒(i) basta calcular el ortogonal de ambos miembros en


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

la igualdad Im P = (Ker P )⊥ . Acaba de este modo la demostración de la


equivalencia entre las cuatro primeras afirmaciones.
Las implicaciones (ii)⇒(v) y (v)⇒(vi) son inmediatas. Partiendo de (vi)
y aplicando la proposición 2.3.10 se tiene kP xk = kP ∗ xk, y por tanto Ker P =
Ker P ∗ = (Im P )⊥ como consecuencia de la proposición 2.3.4. Esto prueba
la equivalencia de las seis primeras afirmaciones.
Las implicaciones (ii)⇒(vii)⇒(viii ) son evidentes.
Veamos para finalizar la implicación (viii)⇒(i). Para ello comenzamos
observando que Ker P ⊆ (Im P )⊥ , ya que si x ∈ Ker P , y ∈ Im P se tiene

0 ≤ hP (x + y), x + yi = hP y, x + yi = hy, x + yi = kyk2 + hy, xi.

Por tanto, −kyk2 ≤ hy, axi para todo a ∈ K, lo cual es imposible a menos
que hy, xi = 0. Como P ∗ es también una proyección que satisface (viii) se
tiene Ker P ∗ ⊆ (Im P ∗ )⊥ . Pero entonces,

Ker P ⊆ (Im P )⊥ = Ker P ∗ ⊆ (Im P ∗ )⊥ = Ker P,

obteniéndose así Ker P = (Im P )⊥ , es decir, la afirmación (i). 

Ejemplo 2.3.13. Existen proyecciones que no son ortogonales. Por ejemplo,


la fórmula P (x, y) = (x + y, 0) para x, y ∈ R determina una de ellas.

Proposición 2.3.14.
Sean H un espacio de Hilbert y T ∈ L(H) un operador. Entonces, λ ∈ σ(T )
si, y sólo si, λ ∈ σ(T ∗ ).

Demostración. Si λ ∈ C \ σ(T ), entonces (T − λI) es invertible y, por la


proposición 2.3.4, su adjunto (T ∗ − λI) también lo es, o sea, λ ∈ C \ σ(T ∗ ).
Pero, recíprocamente, si λ ∈ C \ σ(T ∗ ) entonces λ ∈ C \ σ(T ∗∗ ) = C \ σ(T ).
Así pues, λ ∈ σ(T ) si, y sólo si, λ ∈ σ(T ∗ ). 

Proposición 2.3.15.
Sean H un espacio de Hilbert y T ∈ L(H) un operador normal. Entonces:
(i) Para todo λ ∈ C se tiene que Ker(T − λI) = Ker(T ∗ − λI).
2.4. Operadores compactos 171

(ii) Si λ 6= µ, entonces Ker(T − λI) ⊥ Ker(T − µI).


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(iii) Ker(T − λI) y (Ker(T − λI))⊥ son invariantes por T .


Demostración. Como T es normal, también el operador T − λI es normal
puesto que
(T − λI)(T ∗ − λI) = T T ∗ − λT − λT ∗ + |λ|2 I = T ∗ T − λT − λT ∗ + |λ|2 I
= (T ∗ − λI)(T − λI).
Por tanto, aplicando la proposición 2.3.10, se tiene
k(T − λI)xk = k(T ∗ − λI)xk,
para todo x ∈ H, lo que prueba (i).
Para probar (ii), sea λ 6= µ y sean x ∈ Ker(T − λI) e y ∈ Ker(T − µI).
Entonces
λhx, yi = hT x, yi = hx, T ∗ yi = hx, µyi = µhx, yi,
es decir, (λ − µ)hx, yi = 0, de donde hx, yi = 0 y se obtiene así (ii).
Finalmente demostremos (iii). Si x ∈ Ker(T − λI), entonces T x = λx ∈
Ker(T − λI) y así Ker(T − λI) es invariante por T . Para la segunda parte
observemos que si y ∈ (Ker(T − λI))⊥ , entonces hy, xi = 0 para todo x ∈
Ker(T − λI). Pero como
hT y, xi = hy, T ∗ xi = hy, λxi = λhy, xi = 0,
resulta que T y ∈ (Ker(T − λI))⊥ , con lo que Ker(T − λI)⊥ es invariante
por T . 

2.4. Operadores compactos


En esta sección introducimos el concepto de operador compacto y estudia-
mos sus propiedades más relevantes. Puesto que las propiedades elementales
de los operadores compactos no dependen de la presencia de un producto
escalar, introducimos el concepto en espacios normados, estudiando en ese
marco algunas de sus propiedades. En particular vemos que los operadores
acotados de rango finito son compactos y establecemos que en el caso de los
espacios de Hilbert los operadores compactos son límites de sucesiones de
operadores acotados de rango finito.
2.4. Operadores compactos 172

Definición 2.4.1.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean X, Y espacios normados y T : X → Y una aplicación lineal.


Se dice que T es compacto si T (BX ) es relativamente compacto en Y .

Como consecuencia del teorema de Bolzano-Weierstrass (véase el teore-


ma 1.2.8) se tiene que los operadores acotados de rango finito son compactos.
Por otro lado, el operador identidad en un espacio de normado de dimen-
sión infinita nunca es compacto, véase el teorema de Riesz 1.2.8. Obsérvese
que en la definición de operador compacto no se ha exigido explícitamente la
continuidad del operador, pero de hecho, los operadores compactos son conti-
nuos dado que los conjuntos compactos de un espacio normado son conjuntos
acotados.
La demostración de la siguiente proposición es un ejercicio sencillo de
topología que se deja al cuidado del lector.

Proposición 2.4.2.
Sean X e Y espacios normados y T : X −→ Y una aplicación lineal. Las
siguientes afirmaciones son equivalentes:
(i) T es compacto.
(ii) Para cada sucesión acotada en norma (xn )n , la sucesión (T xn )n posee
una subsucesión convergente.
(iii) Para cada sucesión (xn )n tal que kxn k = 1, existe una subsucesión de
(T xn )n convergente.

Proposición 2.4.3.
Sean X e Y espacios normados. Entonces:
(i) El conjunto K (X, Y ) de los operadores compactos de X en Y es un
subespacio vectorial de L(X, Y ), que es cerrado en el caso de que Y sea
un espacio de Banach.
(ii) Si A ∈ L(X, Y ), T ∈ K (Y, Z) y B ∈ L(Z, W ) se cumple que BTA ∈
K (X, W ). En particular K (X) := K (X, X) es un ideal bilátero
de L(X).
2.4. Operadores compactos 173

Demostración. K (X, Y ) es un subespacio vectorial de L(X, Y ) porque


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

en espacios normados la suma de conjuntos compactos y la multiplicación


por un escalar de conjuntos compactos produce conjuntos compactos. Para
terminar la prueba de (i) recordemos que en un espacio métrico M un con-
junto relativamente compacto P ⊂ M es precompacto, es decir, cumple la
siguiente propiedad:
S
(P) para cada ε > 0 existen (ti )1≤i≤n en P tales que P ⊂ 1≤i≤n B(ti , ε).
Recíprocamente, los conjuntos precompactos son relativamente compactos
cuando el espacio métrico es completo, veáse [44].
Supongamos ahora que Y es un espacio de Banach y sea (Tn )n una su-
cesión de operadores en K (X, Y ) convergente a T ∈ L(X, Y ). Hemos de
ver que T (BX ) es precompacto, es decir, satisface (P). Dado ε > 0 elegimos
n ∈ N de modo que se cumpla kT − Tn k < ε/3. Como Tn es compacto, exis-
te un conjunto finito (xj )j∈J en BX de modo que fijado x ∈ BX podemos
encontrar i ∈ J con kTn x − Tn xi k < ε/3. Entonces

kT x − T xi k ≤ kT x − Tn xk + kTn x − Tn xi k + kTn xi − T xi k < ε.

Por tanto T (BX ) es precompacto. El apartado (ii) es de comprobación in-


mediata. 

Obsérvese que, en particular, el apartado (i) de la proposición anterior


establece que si Y es un espacio de Banach, entonces el límite en L(X, Y ) de
una sucesión de operadores acotados de rango finito es un operador compacto.
En espacios de Hilbert, como probaremos a continuación, esta propiedad
caracteriza la compacidad de los operadores.
Proposición 2.4.4.
Sean X, Y espacios normados y T ∈ K (X, Y ). Entonces:
(i) M = Im T es un subespacio separable de Y .
(ii) Si Y es un espacio de Hilbert, (en )n es una base hilbertiana de M y Pn
es la proyección ortogonal de Y en el subespacio span{ei : 1 ≤ i ≤ n},
entonces se tiene T = lı́mn Pn T en L(X, Y ).
Demostración. Como T (BX ) es relativamente compacto, entonces T (BX )
es precompacto y lo mismo ocurre con nT (BX ) para todo n ∈ N. Todo
2.4. Operadores compactos 174

subconjunto
S precompacto en un espacio normado es separable y por tanto
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Im T = n nT (BX ) también es separable. Se ha probado así (i).


Para probar (ii), supondremos que M es de dimensión infinita, pues en
otro caso no habría nada que demostrar. Como Y es un espacio de Hilbert,
M es un espacio de Hilbert separable, y podemos tomar una base ortonormal
numerable (en )n∈N de M , como en el enunciado. Denotemos por Pn la pro-
yección ortogonal de Y sobre span{e1 , e2 , . . . , en }. Para cada x ∈ BX se tiene
T x = lı́mn Pn T x. La compacidad de T permite probar que el límite anterior
es uniforme en la bola unidad de X. En efecto, dado ε > 0 existe un conjunto
finito (xj )j∈J en BX de modo que fijado x ∈ BX , podemos encontrar j ∈ J
tal que kT x − T xj k < ε/3. Sea n0 ∈ N tal que kT xj − Pn T xj k < ε/3 para
todo j ∈ J y todo n ≥ n0 . Entonces, para n ≥ n0 se cumple

kT x − Pn T xk ≤ kT x − T xj k + kT xj − Pn T xj k + kPn T xj − Pn T xk < ε,

ya que kPn k = 1. Como x ∈ BX es arbitrario, se deduce que kT − Pn T k < ε


si n ≥ n0 y la prueba concluye. 

Corolario 2.4.5.
El conjunto de los operadores compactos en un espacio de Hilbert es la
clausura, en la topología de la norma de operadores, del conjunto de los ope-
radores acotados de rango finito.

Uno de los problemas clásicos de la teoría de espacios de Banach, sin


resolver durante muchos años, fue saber si el corolario 2.4.5 era cierto para
espacios de Banach arbitrarios. Este problema, como se ha podido compro-
bar en la demostración anterior, está conectado con otro problema también
clásico en este contexto: la existencia de bases de Schauder (véase la de-
finición 3.4.16) en cada espacio de Banach separable. En 1973 Enflo [22]
respondió negativamente a ambas cuestiones.

Corolario 2.4.6.
Sean H1 , H2 espacios de Hilbert y T ∈ L(H1 , H2 ). El operador T es com-
pacto si, y sólo si, T ∗ lo es.

Demostración. Si T es un operador compacto, existe una sucesión (Tn )n


de operadores acotados de rango finito tal que T = lı́mn Tn en norma de
2.4. Operadores compactos 175

operadores. Los operadores (Tn )∗ son acotados de rango finito (véase el ejem-
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

plo 2.3.5) y la igualdad kTn − T k = kTn∗ − T ∗ k muestra que T ∗ = lı́mn Tn∗


es compacto. Aplicando esa misma propiedad al operador T ∗ obtenemos,
recíprocamente, que si T ∗ es compacto, entonces el operador T = T ∗∗ tam-
bién lo es. 

Este último resultado sí puede extenderse al caso de espacios de Banach,


véase [51, Theorem 17.4], aunque requiere una demostración diferente.

Ejemplo 2.4.7.
(i) Sea T un operador diagonal entre espacios de Hilbert separables de di-
mensión infinita, H1 y H2 , definido por T en = λn fn , donde (en )n∈N y
(fn )n∈N son bases de Hilbert en los respectivos espacios (véase el apar-
tado (ii) del ejemplo 2.1.1). Entonces T es compacto si, y sólo si, se
verifica lı́m λn = 0.
Demostración. Sea Pn la proyección ortogonal sobre el subespacio
Fn = span{f1 , . . . , fn }. Entonces los operadores Pn T y T − Pn T son
operadores diagonales con
( (
λj fj si 1 ≤ j ≤ n 0 si 1 ≤ j ≤ n
Pn T (ej ) = (T − Pn T )(ej ) =
0 si j > n, λj fj si j > n,

siendo sus normas kPn T k = sup{|λj | : 1 ≤ j ≤ n} y kT − Pn T k =


sup{|λj | : j > n}. Además, cada Pn T es un operador acotado de rango
finito. Así pues, si lı́m λn = 0, entonces T = lı́m Pn T y T es compacto.
Recíprocamente si T es compacto, por 2.4.4, se tiene T = lı́m Pn T y
por tanto kT − Pn T k = sup{|λj | : j > n} converge a 0. 

(ii) Sea g ∈ L∞ ([a, b]). El operador multiplicación T : L2 ([a, b]) → L2 ([a, b])
dado por T (f ) = gf , para f ∈ L2 ([a, b]), es un operador compacto si,
y sólo si, g = 0.
Demostración. Si g ∈ L∞ ([a, b]) es no nula, existen δ > 0 y un
conjunto medible A de medida positiva tales que |g(t)| > δ para todo
t ∈ A. Sea (en )n una base ortonormal en L2 (A). Sea ẽn ∈ L2 ([a, b])
dado por ẽn A = en y ẽn [a,b]\A = 0, n ∈ N. Entonces
2.4. Operadores compactos 176
Z
kT en − T em k2 ≥ |g(t)|2 |en (t) − em (t)|2 dt ≥ 2δ2
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

y por ello (T en )n no posee subsucesiones convergentes, es decir, T no


es compacto. 

P∞
(iii) Sean (aij )∞ i,j=1 tal que
2
i,j=1 |aij | < ∞ y H1 , H2 dos espacios de
Hilbert separables. El operador A : H1 → H2 asociado a la matriz
i,j=1 por la fórmula (2.2) es un operador compacto.
(aij )∞
Demostración. Para cada n ∈ N utilicemos la fórmula (2.2) para
definir el operador An asociado a la matriz (bij )∞ i,j=1 , donde bij = aij
para 1 ≤ i, j ≤ n y bij = 0 en otro caso. Es P
claro que el operador
Pn An es

acotado de rango finito y que kA − An k ≤ i,j=1 |aij | − i,j=1 |aij |2 ,
2 2

después de la desigualdad (2.3). En consecuencia, A es un operador


compacto pues A = lı́mn An en norma de operadores. 

(iv) Sea k ∈ L2 ([a, b]×[a, b]). El operador integral K : L2 ([a, b]) → L2 ([a, b])
con núcleo k dado por la fórmula (2.4) es un operador compacto.
Demostración. Comenzamos haciendo notar que: si (en )n∈N es una
base hilbertiana de L2 ([a, b]), entonces (φnm )nm es base hilbertiana de
L2 ([a, b] × [a, b]), donde φnm (s, t) := en (s)em (t).
En efecto, por el teorema de Fubini A.3.8, se tiene
Z bZ b
hφnm , φpq i = en (s)em (t) ep (s)eq (t) ds dt = hen , ep ihem , eq i
a a

y por tanto el conjunto (φnm )nm es ortonormal. Además (φnm )nm es


completo. Si para una función f ∈ L2 ([a, b] × [a, b]) se cumple

hf, φnm i = 0 para todo n, m ∈ N, (2.15)

entonces f = 0. Ciertamente, como |f |2 ∈ L1 ([a, b] × [a, b]), por el


teorema de Fubini se tiene que para casi todo t ∈ [a, b] ha de ser
Rb
a |f (s, t)| ds < ∞. Así, si definimos ft (s) := f (s, t), s ∈ [a, b], enton-
2

ces ft ∈ L2 ([a, b]) para casi todo t ∈ [a, b]. Llamando ωn (t) = hen , ft i,
t ∈ [a, b], se tiene que
2.4. Operadores compactos 177


X ∞ Z b
X
2

Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

kωn k22 = |hem , ωn i|2 = ω (s)e (s) ds


n m
m=1 m=1 a

X∞ Z b Z b 2

= f (t, u)en (u)em (s) ds du

m=1 a a

X∞
= |hf, φnm i|2 = 0.
m=1

Por tanto, para casi todo t ∈ [a, b], ft tiene nulos todos sus coeficientes
de Fourier en L2 ([a, b]) y consiguientemente es nula. De aquí se sigue
que f también es nula ya que
Z bZ b Z b
kf k22 = 2
|f (s, t)| ds dt = kft k2 dt = 0.
a a a

De este modo concluye la prueba de que (φnm )nm es una base ortonor-
mal de L2 ([a, b] × [a, b]).
El operador K está determinado por la matriz (hKem , en i)nm , pero
como k ∈ L2 ([a, b] × [a, b]) se tiene

X
+∞ > kkk22 = |hk, φnm i|2
n,m=1
∞ Z b Z b
X 2

= k(s, t)en (s)em (t) ds dt

n,m=1 a a

X Z b 2

= [k(s, t)em (t) dt] en (s) ds

n,m=1 a

X∞
= |hKem , en i|2 .
n,m=1

Podemos ahora aplicar el apartado (iii) de esta misma lista de ejemplos


para concluir que K es un operador compacto. 
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 178

(v) Si k ∈ C([a, b]× [a, b]), el operador integral K con núcleo k definido por
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

la fórmula (2.4) satisface K(C([a, b])) ⊂ C([a, b]). Además, el operado


K C([a,b])
: (C([a, b]), k · k∞ ) → (C([a, b]), k · k∞ )

es compacto.
Demostración. Fijado ε > 0, sea δ > 0 tal que
si |t1 − t2 | < δ y |s1 − s2 | < δ, entonces |k(t1 , s1 ) − k(t2 , s2 )| < ε.
Cuando |t1 − t2 | < δ tenemos la desigualdad
Z b


|Kf (t1 ) − Kf (t2 )| = (k(t1 , s) − k(t2 , s))f (s) ds
a
Z b

≤ sup |k(t1 , s) − k(t2 , s)| : s ∈ [a, b] |f (s)| ds (2.16)
a
≤ ε(b − a)kf k∞ .
Así, K(C([a, b])) ⊂ C([a, b]). De forma análoga se prueba que
K C([a,b])
: (C([a, b]), k · k∞ ) → (C([a, b]), k · k∞ )

es un operador acotado. Sea (fn )n∈N una sucesión en la bola unidad del
espacio (C([a, b]), k · k∞ ). La estimación (2.16) muestra que la sucesión
(Kfn )n∈N es uniformemente equicontinua. Como (Kfn )n∈N es unifor-
memente acotada, el teorema de Ascoli, véase [58, A5], nos dice que el
conjunto {Kfn : n ∈ N} es relativamente compacto en (C([a, b]), k·k∞ ).
Así, K es un operador de C([a, b]) en C([a, b]) compacto para la nor-
ma k · k∞ . 

2.5. Teorema espectral para operadores


compactos normales
En los cursos de Álgebra Lineal se estudia el teorema de Jordan de dia-
gonalización de matrices, que admite una reformulación en el lenguaje de la
teoría de operadores en espacios de Hilbert del modo que queda recogido en
el teorema que sigue.
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 179

Teorema 2.5.1.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Si H es un espacio de Hilbert de dimensión finita sobre K y T es un


operador lineal autoadjunto en H, entonces:
(i) Si λ1 , λ2 , . . . , λm son los valores propios de T , distintos entre sí,
se tiene

H = Ker(T − λ1 I) ⊕ Ker(T − λ2 I) ⊕ · · · ⊕ Ker(T − λm I).

La suma directa anterior es una suma directa ortogonal.


(ii) El operador T puede ser expresado en la forma
n
X
Tx = µk hx, ek iek ,
k=1

donde cada µk es un valor propio de T y cada λ ∈ σp (T ) aparece


un número (finito) de veces igual a la dimensión de Ker(T − λI),
en la colección {µk : 1 ≤ k ≤ n}.
(iii) Existe una base ortonormal (ej )nj=1 de H formada por vectores
propios de T .

La generalización a espacios de dimensión infinita del teorema de Jordan


se conoce con el nombre de teorema espectral. En el caso de operadores com-
pactos normales la similitud es total, reemplazando sumas finitas por series.
Empezamos por establecer la existencia de valores propios para operadores
compactos autoadjuntos.
Proposición 2.5.2.
Si T es un operador compacto autoadjunto en un espacio de Hilbert H,
entonces kT k o −kT k es un valor propio de T .
Demostración. Si T = 0 el resultado es trivial. Supongamos pues T 6= 0.
Como T es autoadjunto, por la proposición 2.3.7 se verifica

kT k = sup{|hT x, xi| : kxk = 1}.

Por tanto, existe una sucesión (xn )n en H con kxn k = 1 tal que la sucesión
(h T xn , xn i)n , de números reales, converge a, digamos, λ ∈ R y |λ| = kT k.
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 180

Veamos que λ es un valor propio de T . Se tiene


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

0 ≤ k(T − λI)xn k2 = kT xn k2 − 2λhT xn , xn i + λ2 ≤ λ2 − 2λhT xn , xn i + λ2 .

Como la sucesión en el lado derecho de la desigualdad converge a cero cuando


n tiende a ∞, se tiene que lı́mn k(T −λI)xn k = 0. Al ser T compacto, la suce-
sión (T xn )n posee una subsucesión convergente (que seguiremos denotando
del mismo modo) a cierto y ∈ H. Pero entonces

(T − λI)y = lı́m(T − λI)T xn = lı́m T (T − λI)xn = T (lı́m(T − λI)xn ) = 0.


n n n

Obsérvese que y 6= 0 puesto que kyk = lı́mn kT xn k = lı́mn kλxn k = |λ| =


kT k > 0. 

Corolario 2.5.3.
Si T es un operador normal compacto en un espacio de Hilbert sobre C,
entonces σp (T ) 6= ∅.

Demostración. Como T ∈ L(H) es normal, entonces T = B + iC con B, C


en L(H) autoadjuntos que conmutan, véanse las proposiciones 2.3.7 y 2.3.10.
Utilizando la proposición 2.5.2 deducimos que B tiene un valor propio λ ∈ R,
es decir, Ker(B − λI) 6= ∅. Como C conmuta con B se tiene que C(Ker(B −
λI)) ⊂ Ker(B − λI). Utilizando otra vez la proposición 2.5.2 existen x ∈
Ker(B − λI), x 6= 0 y un escalar µ tales que Cx = µx. Consecuentemente,
T x = (λ + iµ)x y queda acabada la prueba. 

La proposición siguiente establece resultados básicos del espectro de ope-


radores compactos.

Proposición 2.5.4.
Sean H un espacio de Hilbert sobre K y T ∈ L(H) un operador compacto.
(i) Si λ 6= 0, entonces Ker(T − λI) es de dimensión finita (teorema de
Riesz).
(ii) Si T es además normal, entonces σp (T ) es un conjunto finito o nume-
rable. En caso de ser numerable, es una sucesión acotada que tiene al
0 como único punto de acumulación.
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 181

Demostración. Supongamos que Ker(T − λI) con λ 6= 0 es de dimensión


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

infinita y sea (en )n∈N un conjunto ortonormal en dicho espacio. Por la com-
pacidad de T existe una subsucesión de (T en )n convergente, pero entonces,
como en = (1/λ)T en , alguna subsucesión
√ de (en )n es de Cauchy, lo cual es
imposible puesto que ken − em k = 2 si n 6= m. Esto prueba (i).
Veamos cómo se demuestra (ii). Dejamos al cuidado del lector probar que
la afirmación en (ii) es equivalente a esta otra:

Para cada ε > 0 el conjunto {λ ∈ σp (T ) : |λ| > ε} es finito. (2.17)

Ahora probamos la afirmación en (2.17) por reducción al absurdo. Si para


algún ε > 0 el conjunto {λ ∈ σp (T ) : |λ| > ε} fuera infinito, podríamos
tomar una sucesión (λn )n en σp (T ) con términos distintos dos a dos. Si en
es un vector propio de norma 1 asociado a λn para cada n ∈ N, entonces se
tiene que para n 6= m

kT en − T em k2 = kλn en − λm em k2 = |λn |2 + |λm |2 > 2ε2 , (2.18)

después de la proposición 2.3.15. Así, la sucesión (T (en ))n no puede tener


ninguna subsucesión convergente, lo que contradice que T sea compacto. La
prueba está terminada. 

La afirmación (ii) se verifica para todo operador compacto entre espacios


de Hilbert (incluso entre espacios de Banach), véase [28, Theorem 6.1] o [58,
Theorem 4.25]. Para operadores compactos se verifica siempre que σ(T ) es
compacto, a lo sumo numerable, y tiene a lo sumo un punto de acumulación,
a saber, el 0. Además, cada λ 6= 0, λ ∈ σ(T ), es un valor propio de T .
Teorema 2.5.5. Teorema espectral para operadores compactos
autoadjuntos.
Sean H un espacio de Hilbert sobre K y T ∈ L(H) un operador compacto
autoadjunto.
(i) El conjunto σp (T ) \ {0} formado por los valores propios no nulos
de T es finito o numerable y el espacio H puede expresarse co-
mo suma directa hilbertiana de Ker T y de los subespacios propios
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 182

correspondientes a los valores propios no nulos de T , es decir,


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

 M 
H = Ker T ⊕ Ker(T − λI) . (2.19)
λ∈σp (T )\{0}

(ii) Si Pλ es la proyección ortogonal sobre el subespacio Ker(T − λI),


entonces X
T = λPλ (2.20)
λ∈σp (T )

en el espacio L(H), donde la igualdad anterior debe entenderse en


el sentido de que la familia (λPλ )λ∈σp (T ) es sumable con suma T .
M
(iii) Im T = Ker(T − λI).
λ∈σp (T )\{0}

(iv) Existen un conjunto contable (finito o numerable) J, una colección


(en )n∈J de vectores ortonormales, que constituyen una base de
Im T , y una colección de escalares (µn )n∈J tales que para cada
x∈H X
Tx = µn hx, en ien , (2.21)
n∈J

donde la igualdad anterior debe entenderse en el sentido de


que (µn hx, en ien )n∈J es sumable con suma
T x. Además, para
cada n ∈ J, µn ∈ λ : λ ∈ σp (T ) \ {0} . Por otro lado, cada
λ ∈ σp (T ) \ {0} aparece en la colección {µn : n ∈ J} un número
finito de veces igual a la dimensión de Ker(T − λI).
(v) Cada x ∈ H admite una representación en la forma
X
x = P0 x + hx, en ien
n∈J

donde P0 es la proyección ortogonal de H sobre Ker T .


Demostración. Sabemos por las proposiciones 2.5.2 y 2.5.4 que el espectro
puntual, σp (T ), del operador autoadjunto compacto T es no vacío y está
formado por un conjunto contable de puntos que, en el caso de ser infinito,
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 183

tiene a 0 como único punto de acumulación. Pongamos λ0 = 0 y enumeremos


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

{λn : n = 1, 2, . . . } los valores propios no nulos (diferentes entre sí) de T . Por


comodidad denotemos con D el subconjunto de N∪{0} que, con las notaciones
anteriores, permite escribir el espectro puntual σp (T ) = {λn : n ∈ D}. Vamos
a ver que H es la suma hilbertiana de los subespacios Ker(T − λn I), donde
n ∈ D, es decir, M
H= Ker(T − λn I). (2.22)
n∈D
Ciertamente sabemos, proposición 2.3.15, que Ker(T − λn I) ⊥ Ker(T − λm I)
si n, m ∈ D y n 6= m. Si escribimos

F := span Ker(T − λn I) : n ∈ D ,
para obtener la igualdad (2.22) es suficiente demostrar que F es denso en H,
o equivalentemente, que F ⊥ = 0. A tal fin observemos que F es invariante
por T , es decir, T (F ) ⊂ F , dado que cada subespacio Ker(T − λn I), n ∈ D,
es invariante por T , véase la proposición 2.3.15. Además, F ⊥ es también
invariante por T , ya que para todo x ∈ F ⊥ y todo y ∈ F se tiene
hT x, yi = hx, T ∗ yi = hx, T yi = 0,
como consecuencia de que T (F ) ⊂ F . Razonemos ahora por reducción al
absurdo suponiendo que
F ⊥ 6= 0. (2.23)
Caben dos posibilidades: a) T F ⊥ = 0, en cuyo caso, F ⊥ ⊂ Ker T ⊂ F .
Esto obliga a que F ⊥ = 0 y obtenemos una contradicción con (2.23). b)
T F ⊥ 6= 0, en cuyo caso, aplicando la proposición 2.5.2, se sabe que T F ⊥
tiene un valor propio no nulo µ y un vector propio no nulo y ∈ F ⊥ asociado.
Como µ ∈ σp (T ) se tiene que y ∈ F , por definición de F . Esto fuerza a que
y = 0 y acaba la prueba de que (2.23) no se puede dar.
El apartado (i), que es la clave para demostrar los restantes apartados,
significa que H se descompone como suma directa ortogonal de subespacios
cerrados, de tal forma que la restricción de T en cada uno de ellos es múltiplo
del operador identidad. Llamando Pλn , n ∈ D, a la proyección ortogonal de
H sobre Ker(T − λn I) se tiene
X
x = Pλ0 x + Pλ1 x + Pλ2 x + · · · = Pλn x, (2.24)
n∈D
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 184

para cada x ∈ H. Por la proposición 2.5.4 sabemos que los subespacios


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Ker(T − λn I) son de dimensión finita para n ∈ D \ {0}, mientras que la


dimensión de Ker(T −λ0 I) puede ser finita (incluso nula) o infinita. Tomando
una base ortonormal en cada uno de los subespaciosL Ker(T − λn I) para
n ∈ D \ {0} se obtiene una base ortonormal de n∈D\{0} Ker(T − λn I) que
denotaremos con (en )n∈J siendo J un conjunto finito o numerable, la cual
permite reescribir la ecuación (2.24) en la forma
X
x = Pλ0 x + hx, en ien ,
n∈J

obteniéndose de este modo (v).


Puesto que Ker T ⊥ = Im T , véase la proposición 2.3.4, se deduce el apar-
tado (iii) como consecuencia de la descomposición de H realizada en (i). Esta
observación muestra además que (en )n∈J es una base ortonormal de Im T .
Por otra parte, como T es lineal, continua y su restricción a Ker(T − λn I)
coincide con λn I, se verifica que
X
Tx = λn Pλn x, (2.25)
n∈D\{0}

para cada x ∈ H, y por tanto utilizando la base ortonormal (en )n∈J de Im T


se tiene X
Tx = µn hx, en ien ,
n∈J

donde cada µn es uno de los λm , m ∈ D \ {0}, que aparece repetido un


número de veces igual a la dimensión de Ker(T − λm I). Esto prueba (iv).
Veamos finalmente (ii). Cuando D es finito la ecuación (2.25) puede ser
reescrita como X
T = λn Pλn
n∈D\{0}

y no hay nada que probar.


P Cuando D es infinito la fórmula anterior también
es cierta, interpretando n∈D\{0} λn Pλn como una serie (o si se prefiere como
una familia sumable) en L(H). En efecto, el operador
X
RD0 := T − λn Pλn ,
n∈D0
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 185

donde D0 ⊂ D \ {0} es finito, verifica que


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

X
RD 0 x = λn Pλn x
n∈D\D0

y por tanto RD0 es un operador diagonal. Pero entonces, por el ejemplo 2.1.1
(ii), se tiene que
X
kT − λn Pλn k = kRD0 k = sup{|λn | : n ∈ D \ D0 }
n∈J0

y como {λn : n ∈ D} sólo tiene a 0 como punto de acumulación se conclu-


ye que X
T = λn Pλn
n∈D\{0}

en L(H), también en el caso en que D sea numerable. 

John von Neumann (1903–1957) nació


en Hungría y desarrolló una gran parte de
su carrera matemática en Estados Unidos,
en el Institute for Advanced Study (Prince-
ton), donde fue elegido uno de sus primeros
miembros junto con Albert Einstein. John
von Neumann es visto por muchos como
una de las figuras más grandes en la his-
toria de las matemáticas, con contribucio-
nes a todas sus áreas, así como a la física.
Es imposible resumir en pocas páginas sus contribuciones, pero por el
contexto que este libro ofrece debemos nombrar al menos sus contribu-
ciones a la teoría de operadores en espacios de Hilbert y el uso de estos
para establecer por primera vez la formulación rigurosa de la mecáni-
ca cuántica (Mathematical Foundations of Quantum Mechanics). Von
Neumann fue parte del Proyecto Manhattan conducente al desarollo
de la primera bomba atómica. Algunos resultados suyos han tenido
gran influencia en la teoría de juegos y sus aplicaciones a la economía,
y es considerado como uno de los padres de la computación moder-
na (Von Neumann architecture). Hay numerosos premios que llevan su
nombre y es uno de los pocos matemáticos que US Postal ha honrado
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 186

con un sello conmemorativo; otros sellos de von Neumann pueden en-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

contrarse en los servicios postales de Portugal y Hungría. Más detalles


sobre la historia y obra de von Neumann pueden leerse en:
• John von Neumann en Wikipedia.
• John von Neumann en MacTutor History of Mathematics.

Corolario 2.5.6.
Sean H un espacio de Hilbert sobre K y T ∈ L(H) un operador. Las
siguientes afirmaciones son equivalentes:
(i) T es un operador compacto autoadjunto.
(ii) Existen un conjunto ortonormal contable (en )n∈J en H y un conjun-
to contable de número reales (µn )n∈J , con cero como único punto de
acumulación, tales que
X
Tx = µn hx, en ien . (2.26)
n∈J

Demostración. La implicación (i)⇒(ii) es justamente el teorema 2.5.5.


Veamos ahora cómo (ii)⇒(i). El operador T definido en la ecuación (2.26)
es ciertamente autoadjunto, por el ejemplo 2.3.8, apartado (i). Si J es un
conjunto finito, T es un operador de rango finito y por tanto compacto. Si
por el contrario J = N fuera un conjunto infinito, la sucesión (µn )n∈N sería
acotada porque
|µn | = kµn en k = kT (en )k ≤ kT k.
Por lo tanto, para cada ε > 0 el conjunto

{n ∈ N : |µn | ≥ ε}

es finito, o equivalentemente lı́mn µn = 0. Si x pertenece a la bola unidad de


H, para cada n ∈ N se tiene
n
X  X
∞ 1/2

T (x) − µk hx, ek iek = |µk |2 |hx, ek i|2 ≤ sup{|µk | : k > n}
k=1 k=n+1

y por tanto T es compacto al ser límite, en L(H), de una sucesión de opera-


dores de rango finito. 
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 187

El resultado siguiente establece, según los valores de λ, la forma de cal-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

cular la solución (o soluciones) de la ecuación (λI − T )x = y para y dado y


T ∈ L(H) compacto y autoadjunto. Para una mejor comprensión del resul-
tado aclaramos primero lo siguiente. Sea T ∈ L(H) un operador compacto
autoadjunto y sea (en )n∈J una base hilbertiana de Im T tal que T se expresa
en la forma X
Tx = µn hx, en ien .
n∈J

Entonces, la fórmula anterior determina todos los valores propios de T : si


λ 6= 0 es un valor propio, entonces λ = µn para algún n ∈ J. En efecto,
supongamos que λ 6= µn , para cada n ∈ J. Sea v ∈ H, con kvk = 1, un
vector propio de T asociado a λ. Como λ 6= µn , para cada n ∈ N, se tiene
que v ⊥ en , para cada n ∈ J, después de la proposición 2.3.15. Por tanto,
X
λv = T v = µn hv, en ien = 0,
n∈J

lo que es imposible dado que, ambos, λ y v son no nulos.

Teorema 2.5.7. Alternativa de Fredholm.


Sean H un espacio de Hilbert sobre K y T ∈ L(H) un operador
compacto autoadjunto. Sea (en )n∈J una base de Im T tal que T se expresa
en la forma X
Tx = µn hx, en ien . (2.27)
n∈J

(i) Si λ 6∈ σp (T ) ∪ {0}, para cada y ∈ H la ecuación (λI − T )x = y


tiene una única solución que viene dada por la fórmula
1 X µn 
y+ hy, en ien .
λ λ − µn
n∈J

(ii) Si λ ∈ σp (T )\{0}, entonces la ecuación (λI − T )x = y tiene so-


lución si, y sólo si, y ∈ Ker(λI − T )⊥ , siendo la solución general,
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 188

en este caso,
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

1 X µn 
x= y+ hy, en ien + z,
λ µ
λ − µn
n∈Jλ

donde z ∈ Ker(λI − T ) es arbitrario y Jλ = {n ∈ J : µn 6= λ}.


(iii) La ecuación T x = y tiene solución si, y sólo si,
X 1
y ∈ (Ker T )⊥ y |hy, en i|2 < ∞. (2.28)
|µn |2
n∈J

En este caso, las soluciones vienen dadas por


X 1
x=z+ hy, en ien ,
µn
n∈J

donde z ∈ Ker T es arbitrario.


Demostración. Comencemos observando que para λ 6= 0 e y ∈ H, si
existiera solución para la ecuación (λI − T )x = y, entonces ésta sería
 
1 1 X
x = (T x + y) = µn hx, en ien + y . (2.29)
λ λ
n∈J

Por tanto, hx, en i = λ−1 (µn hx, en i + hy, en i), o sea (λ − µn )hx, en i = hy, en i.
Para probar (i) observamos que si λ 6∈ σp (T ) ∪ {0}, entonces λ − µn 6= 0
y podemos sustituir hx, en i por hx, en i/(λ − µn ) en la ecuación (2.29) para
obtener el único valor posible de x (si existe) que viene dado por
 
1 X µn
x= hy, en ien + y . (2.30)
λ λ − µn
n∈J

Sólo resta demostrar que la serie de la fórmula (2.30) converge y que, definido
así, x es solución de la ecuación (λI − T )x = y. Para la convergencia de la
serie basta observar que si σp (T ) es infinito, entonces lı́mn µn = 0 y por tanto
|µn /(λ − µn )| es acotada, con lo que
X µn 2
|hy, en i|2 < ∞,
λ − µn
n∈J
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 189

y en consecuencia la serie (2.30) converge. Que x es solución de la ecuación


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(λI − T )x = y resulta claro porque se han forzado los coeficientes respecto


de (en )n para que así lo sea. Esto acaba la prueba de (i).
Supongamos ahora que λ ∈ σp (T ) \ {0}. Si la ecuación (λI − T )x = y
tiene solución, entonces y ∈ Im(λI − T ) ⊆ (Ker(λI − T ))⊥ por la proposi-
ción 2.3.4, y dos soluciones distintas difieren en un vector de Ker(λI − T ).
Recíprocamente, si y ∈ (Ker(λI − T ))⊥ , es una simple comprobación que el
vector
1 X µn 
x= y+ hy, en ien + z,
λ λ − µn
n∈Jλ

donde z ∈ Ker(λI − T ) es arbitrario y Jλ = {n ∈ J : µn 6= λ}, satisface la


ecuación (λI − T )x = y. Se obtiene así (ii).
Finalmente, si la ecuación T x = y tiene solución, entonces y ∈ Im T ⊆
(Ker T )⊥ , haciendo uso de nuevo de la proposición 2.3.4. Además,
X X
µn hx, en ien = T x = y = hy, en ien ,
n∈J n∈J

de donde hx, en i = µ−1


n hy, en i, n ∈ N, y así
X
|hy, en i|2 |µn |−2 < ∞.
n∈J

Recíprocamente, si se verifican las condiciones de la ecuación (2.28), es in-


mediato que cualquier vector x definido por
X 1
x=z+ hy, en ien ,
µn
n∈J

donde z ∈ Ker T es arbitrario, satisface la ecuación T x = y. Esto demuestra


(iii) y acaba la prueba del teorema. 

Los valores propios, contando su multiplicidad, determinan de forma uní-


voca un operador compacto autoadjunto, salvo operadores unitarios, concep-
to que pasamos a definir tras la proposición que sigue.
Proposición 2.5.8.
Sea A ∈ L(H) un operador en el espacio de Hilbert H. Las siguientes
afirmaciones son equivalentes:
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 190

(i) A es una isometría.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(ii) A∗ A = I.
(iii) hAx, Ayi = hx, yi para todo x, y ∈ H.

Demostración. Si A es una isometría, es decir si kAxk = kxk para todo


x ∈ H, entonces hx, xi = hAx, Axi = hA∗Ax, xi y por tanto h(A∗A−I)x, xi = 0
para todo x ∈ H. Pero como (A∗ A − I) es autoadjunto, por la proposi-
ción 2.3.7 se tiene (A∗ A−I) = 0. Esto prueba que (i)⇒(ii). Las implicaciones
(ii)⇒(iii) y (iii)⇒(i) son triviales. 

Definición 2.5.9.
Un operador A ∈ L(H) en un espacio de Hilbert se dice unitario si
A es un isomorfismo isométrico.

Proposición 2.5.10.
Sea A ∈ L(H) un operador en H. Las siguientes afirmaciones son equi-
valentes:
(i) A es un operador unitario.
(ii) A es una isometría sobreyectiva.
(iii) A es sobreyectiva y hAx, Ayi = hx, yi para todo x, y ∈ H.
(iv) AA∗ = A∗A = I (es decir, existe A−1 = A∗ ).

Demostración. Es claro que (i)⇒(ii), y teniendo en cuenta que el pro-


ducto escalar viene determinado por la norma a través de la identidad de
polarización, véase la proposición 1.4.5, también se tiene que (ii)⇒(iii). Si se
verifica (iii) entonces A es una isometría, en consecuencia una aplicación in-
yectiva. Como por hipótesis A es sobreyectiva, entonces para cierto operador
lineal continuo B =: A−1 se cumple AB = BA = I. La proposición 2.5.8 nos
dice que A∗A = I. Por tanto A∗A = BA y como A es sobreyectivo se tiene
que A∗ = B, y la implicación (iii)⇒(iv) queda establecida. La implicación
(iv)⇒(i) es clara. 
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 191

Proposición 2.5.11.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean H un espacio de Hilbert sobre K y S, T operadores compactos au-


toadjuntos en H. Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(i) dim Ker(T − λI) = dim Ker(S − λI) para todo λ ∈ K.
(ii) Existe un operador unitario U ∈ L(H) tal que U ∗SU = T .
Demostración. Para probar que (i)⇒(ii) observemos que (i) proporciona
que S y T tienen el mismo conjunto de valores propios con idéntica multipli-
cidad. Por el teorema espectral 2.5.5 se tiene
X X
Tx = µn hx, en ien y Sx = µn hx, fn ifn ,
n∈J n∈J

siendo (en )n y (fn )n bases ortonormales en Im T e Im S, respectivamente.


La igualdad dim Ker T = dim Ker S (tomando λ = 0) nos dice que dichos
espacios tienen bases ortonormales con idéntico cardinal. Si (ei )i∈I es la base
ortonormal de H obtenida uniendo a (en )n∈J P una base ortonormal de Ker T ,
para cada x ∈ H podemos escribir x = i∈I hx, ei iei . Si (fi )i∈I es la base
ortonormal de H obtenida uniendo a (fn )n∈J una Pbase de Ker S, la aplicación
U : H −→ H definida por la fórmula U x = i hx, ei ifi es una isometría
sobreyectiva en H, es decir, un operador unitario. Además
X  X X
SU x = S hx, ei ifi = µn hx, en ifn = µn hx, en iU en = U T x,
i∈I n∈J n∈J

de donde, por la proposición 2.5.10, se concluye que U −1 SU = U ∗SU = T .


Veamos ahora cómo (ii)⇒(i). Puesto que U U ∗ = U ∗ U = I se tiene
U ∗ (S − λI)U = T − λI. Pero entonces
(S − λI)U = U (T − λI) y U ∗ (S − λI) = (T − λI)U ∗ ,
y por tanto U restringido a Ker(T −λI) determina un isomorfismo de espacios
de Hilbert entre Ker(T − λI) y Ker(S − λI). Esto prueba que ambos espa-
cios tienen la misma dimensión hilbertiana y se establece así la equivalencia
buscada. 

Utilizando la descomposición de un operador normal en sus partes real e


imaginaria, que son operadores autoadjuntos, se obtiene una versión del teo-
rema espectral para operadores compactos normales. Para establecer dicho
teorema conviene introducir la siguiente terminología.
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 192

Definición 2.5.12.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean S, T ∈ L(H) operadores en el espacio de Hilbert H. Se dice


que S y T son simultáneamente diagonalizables si existe un conjunto
ortonormal (en )n∈J en H y existen escalares (αn )n∈J , (βn )n∈J tales que
X X
Sx = αn hx, en ien y T x = βn hx, en ien ,
n∈J n∈J

para cada x ∈ H.

Proposición 2.5.13.
Sean S, T ∈ L(H) operadores compactos autoadjuntos en el espacio de
Hilbert H. Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(i) Los operadores S y T son simultáneamente diagonalizables.
(ii) Se verifica que ST = T S.
Demostración. La implicación (i)⇒(ii) se comprueba inmediatamente.
Para probar el recíproco (ii)⇒(i), observemos que, como ST = T S, se tie-
ne S(T − λI) = (T − λI)S y por tanto, para cada λ ∈ K, el subespacio
Ker(T − λI) es invariante
P por S. Por el teorema espectral 2.5.5, T se expresa
en la forma T = n λn Pn , siendo (λn )n el conjunto de los diferentes valo-
res propios de T no nulos y Pn la proyección ortogonal sobre el subespacio
Ker(T − λn I), que es de dimensión finita e invariante por S. La restricción
de T a cada Ker(T − λn I) es un múltiplo de la identidad y por ello diagonali-
zable en cualquier base ortonormal de dicho subespacio. Aplicando de nuevo
el teorema espectal al operador S restringido a cada uno de los subespacios
Ker(T − λn I) se obtienen bases ortonormales en ellos que permiten diagona-
lizar S en Ker(T − λn I) y por supuesto también T . Del mismo modo puede
actuarse con la restricción de S a Ker T . Es claro que la unión de todos estos
conjuntos ortonormales permite una diagonalización simultánea de T y S. 

Teorema 2.5.14. Teorema espectral para operadores compactos


normales.
Sea un espacio de Hilbert H sobre C y sea T ∈ L(H) un operador
compacto normal. Entonces:
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 193

(i) El conjunto σp (T ) \ {0} formado por los valores propios no nulos


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

de T es finito o numerable y el espacio H puede ser expresado co-


mo suma directa hilbertiana de Ker T y de los subespacios propios
correspondientes a los valores propios no nulos de T , es decir,
 M 
H = Ker T ⊕ Ker(T − λI) .
λ∈σp (T )\{0}

(ii) Si Pλ es la proyección ortogonal sobre el subespacio Ker(T − λI)


entonces X
T = λPλ
λ∈σp (T )

en el espacio L(H), donde la igualdad anterior debe entenderse en


el sentido de que la familia (λPλ )λ∈σp (T ) es sumable con suma T .
M
(iii) Im T = Ker(T − λI).
λ∈σp (T )\{0}

(iv) Existen un conjunto contable (finito o numerable) J, una colec-


ción (en )n∈J de vectores ortonormales, que constituyen una base
de Im T y una colección de escalares (µn )n∈J tales que para cada
x ∈ H es X
Tx = µn hx, en ien ,
n∈J

donde la igualdad anterior debe entenderse en el sentido de que


(µn hx, en ien )n∈J es sumable con suma T x. Además, para cada
n ∈ J, µn ∈ λ : λ ∈ σp (T ) \ {0} . Por otro lado, cada
λ ∈ σp (T ) \ {0} aparece en la colección {µn : n ∈ J} un número
finito de veces igual a la dimensión de Ker(T − λI).
(v) Cada x ∈ H admite una representación de la forma
X
x = P0 x + hx, en ien ,
n∈J

donde P0 es la proyección ortogonal de H sobre Ker T .


2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 194

Demostración. Por la proposición 2.3.7 sabemos que T = A + iB, siendo


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

A, B operadores autoadjuntos y compactos. Como T es normal la proposi-


ción 2.3.10 nos dice que AB = BA. Aplicando la proposición 2.5.11 se tiene
que A y B son simultáneamente diagonalizables. Existen por tanto un con-
junto contable J, un conjunto ortonormal (en )n∈J y conjuntos de escalares
reales (αn )n∈J , (βn )n∈J de modo que
X X
Ax = αn hx, en ien y Bx = βn hx, en ien
n∈J n∈J

y por tanto
X X
Tx = (αn + iβn )hx, en ien = µn hx, en ien , (2.31)
n∈J n∈J

donde µn = αn + iβn . Es claro que {en : n ∈ J} ⊂ Im T ⊂ Im T . Por otra


parte, se tiene que Im T ⊂ span{en : n ∈ J}, por lo que (en )n∈J es una base
hilbertiana de Im T . De acuerdo con la proposición 2.3.4 se da la igualdad
H = Ker T ⊕Im T y así obtenemos (v). Ello permite probar de forma inmedia-
ta que cada valor propio de T pertenece a {µn : n ∈ J} (imitar el razonamien-
to hecho justo antes del teorema 2.5.7). Agrupando en la fórmula (2.31) los
vectores propios, en número finito, correspondientes a un mismo valor propio
y recordando que los subespacios propios correspondientes
L a valores propios
diferentes son ortogonales, se tiene que Im T ⊂ λ∈σp \{0} Ker(T − λI) y por
L
tanto Im T ⊂ λ∈σp \{0} Ker(T − λI). Por otra parte, como el espacio forma-
L
do por los vectores de λ∈σp \{0} Ker(T − λI) con sólo un número finito de
coordenadas no nulas es un subespacio denso en dicho espacio y ciertamente
dicho subespacio está contenido en Im T , se obtiene finalmente
M
Im T = Ker(T − λI),
λ∈σp (T )\{0}

lo que prueba (i), (iii) y (iv).


Sólo nos queda demostrar (ii). A tal fin observemos que la fórmula (2.31)
puede ser reescrita como
X
Tx = λPλ x.
λ∈σp (T )
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 195

Si el espectro puntual es un conjunto finito, es evidente que se tiene (ii). Si el


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

espectro puntual es un conjunto infinito entonces es numerable y para cada


subconjunto finito I0 ⊂ σp (T ) y cada x ∈ BH se tiene
X X  X 1/2

T x − λPλ x λPλ x |λ|2 kPλ xk2
= =
λ∈I0 λ∈σp (T )\I0 λ∈σp (T )\I0

≤ sup |λ| : λ ∈ σp (T ) \ I0 kxk

≤ sup |λ| : λ ∈ σp (T ) \ I0 .

Como 0 es elPúnico punto de acumulación del espectro puntual de T se tiene


T x = lı́mI0 λ∈I0 λPλ x, estando el límite tomado sobre los subconjuntos
finitos I0 ⊂ σp (T ), uniformemente para x ∈ BH . Hemos probado que
X
T = λPλ ,
λ∈σp (T )

lo que establece (ii) y así acaba la demostración. 

Corolario 2.5.15.
Sean H un espacio de Hilbert sobre C y T ∈ L(H). Las siguientes afir-
maciones son equivalentes:
(i) El operador T es compacto normal.
(ii) Existen un conjunto ortonormal contable de vectores (en )n∈J y un con-
junto de escalares (µn )n∈J con 0 como único punto de acumulación,
tales que X
Tx = µn hx, en ien . (2.32)
n∈J

Demostración. La implicación (i)⇒(ii) es justamente el teorema 2.5.14.


Para demostrar (ii)⇒(i) basta proceder como en la demostración del coro-
lario 2.5.6. 

El teorema espectral permite también obtener una representación de ope-


radores compactos entre espacios de Hilbert cualesquiera.
2.5. Teorema espectral para operadores compactos normales 196

Corolario 2.5.16.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean H1 , H2 espacios de Hilbert sobre K y T ∈ L(H1 , H2 ). Las siguientes


afirmaciones son equivalentes:
(i) El operador T es compacto.
(ii) Existe un conjunto contable (νn )n∈J de escalares positivos, con 0 como
único punto de acumulación, y conjuntos ortonormales (en )n∈J en H1
y (fn )n∈J en H2 tales que
X
Tx = νn hx, en ifn .
n∈J

Demostración. Para probar (i)⇒(ii) observemos que el operador S defi-


nido por S := T ∗ T es compacto (proposición 2.4.3), y autoadjunto (proposi-
ción 2.3.4). Además,
hT ∗ T x, xi = hT x, T xi para cada x ∈ H1 , (2.33)
por lo que σp (S) ⊂ [0, kSk]. Aplicando el teorema espectral 2.5.5 al operador
S ∈ L(H1 , H1 ) se tiene garantizada la existencia de un conjunto ortonormal
contable (en )n∈J , que es base de Im S, y de un conjunto contable (µn )n∈J de
números reales positivos tales que para cada x ∈ H1 se verifica
X X
Sx = µn hx, en ien y x = P0 x + hx, en ien , (2.34)
n∈J n∈J
siendo P0 la proyección ortogonal de H1 sobre Ker T ∗ T . Por otro lado,
Ker T ∗ T = Ker T gracias a la igualdad (2.33). Utilizando las fórmulas (2.34)
se tiene
X X√ T en X√
Tx = hx, en iT en = µn hx, en i √ = µn hx, en ifn . (2.35)
µn
n∈J n∈J n∈J

Para acabar la prueba basta demostrar que {fn : n ∈ J} es un conjunto


ortonormal, pero esto es sencillo ya que, dados k, j ∈ J, se tiene
1 1
hfk , fj i = √ √ hT ek , T ej i = √ √ hSek , ej i
µk µj µk µj
µk
= √ √ hek , ej i = δkj .
µk µj
La implicación (ii)⇒(i) se prueba como en la demostración de 2.5.6. 
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 197

2.6. Aplicaciones del teorema espectral


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

En esta sección aplicaremos los resultados obtenidos en las secciones an-


teriores para resolver las ecuaciones integrales de Fredholm con núcleo simé-
trico, probando la llamada alternativa de Fredholm para estos operadores.
También veremos la descomposición espectral de un operador integral aso-
ciado a un núcleo continuo simétrico con convergencia en (C([a, b]), k · k∞ ).
Y finalizaremos la sección, y el capítulo, estudiando el problema de Sturm-
Liouville.

2.6.1. Teoría espectral para operadores integrales


Vamos a estudiar la resolución de las llamadas ecuaciones integrales de
Fredholm, que son ecuaciones del tipo
Z b
f (t) − µ k(t, s)f (s) ds = g(t),
a

donde f, g ∈ L2 ([a, b]) yk∈ L2 ([a, b] × [a, b]).


La aplicación del teorema 2.5.7 a este caso proporciona el siguiente re-
sultado:

Teorema 2.6.1. Alternativa de Fredholm.


Sea k ∈ L2 ([a, b] × [a, b]) un núcleo que satisface k(t, s) = k(s, t),
para casi todo s, t ∈ [a, b] (núcleo simétrico). Sea K el operador integral
asociado, dado por la fórmula (2.4). Supongamos que
X
Kx = µj hx, ej iej ,
j∈J

donde J es un conjunto contable y {en : n ∈ J} es una base hilbertiana


de Im K. Se considera la ecuación integral de Fredholm siguiente:
Z b
f (t) − µ k(t, s)f (s) ds = g(t), t ∈ [a, b], (2.36)
a

con g ∈ L2 ([a, b]). Entonces:


2.6. Aplicaciones del teorema espectral 198

(i) Si µ = 0, la ecuación (2.36) tiene una única solución f = g.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(ii) Si 1/µ 6= µn para todo n, entonces para cada g ∈ L2 ([a, b]) existe
una única solución f de la ecuación (2.36) que viene dada por
X Z b  
µj
f (t) = g(t) + µ g(s)ej (s) ds ej (t) , (2.37)
1 − µµj a
j

para t ∈ [a, b]. En este caso kf k2 ≤ αkgk2 para cierta constante α


independiente de g ∈ L2 ([a, b]).
(iii) Si 1/µ = µn para algún n, entonces la ecuación tiene solución si,
y sólo si, g ∈ Ker(µn I − K)⊥ , y en ese caso cualquier solución de
la ecuación (2.36) es de la forma
X Z b 
µj
f (t) = g(t)+µ g(s)ej (s) ds ej (t)+u(t), (2.38)
1 − µµj a
µj 6=1/µ

para t ∈ [a, b], donde u es una función arbitraria de Ker(µn I − K).

La convergencia de las series anteriores es en media cuadrática. En la


práctica, la convergencia suele ser más fuerte. El teorema que sigue garan-
tiza convergencia uniforme bajo ciertas condiciones, que con frecuencia se
cumplen.
Proposición 2.6.2. Hilbert-Schmidt.
Sea k ∈ L2 ([a, b] × [a, b]) un núcleo simétrico tal que
Z b
sup |k(t, s)|2 ds < ∞.
t∈[a,b] a

Sean (µn )n∈J y (en )n∈J como en el teorema 2.6.1. Entonces para cada
f ∈ L2 ([a, b]) se tiene
Z b X Z b 
k(t, s)f (s)ds = λj f (s)ej (s)ds ej (t), para casi todo t ∈ [a, b].
a j∈J a

En caso de ser J numerable la serie es absoluta y uniformemente convergente


en [a, b].
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 199

Demostración. Vamos a probar que si J = N entonces


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

X∞ Z b 

λj f (s)e (s) ds e (t) ,
j j
j=1 a
P
es uniformemente de Cauchy en [a, b], es decir, ∞ j=1 |λj hf, ej iej (t)|, es uni-
formemente de Cauchy en [a, b]. Tenemos
Xq X
q 1/2 X q 1/2
2 2
|λk ek (t)| |hf, ek i| ≤ |λk ek (t)| |hf, ek i| .
k=p k=p k=p
Pq
Como lı́mp,q k=p |hf, ek i|2 = 0, la prueba terminará si vemos que
q
X
sup sup |λk ek (t)|2 < +∞. (2.39)
p,q∈J t∈[a,b] k=p

Pero Z b
λk ek (t) = K(ek )(t) = k(t, s)ek (s) ds = hek , kt i
a
donde kt (s) := k(t, s). Y por tanto, para todo t ∈ [a, b]
X q 1/2 Xq 1/2
2 2
|λk ek (t)| ≤ |hek , kt i| ≤ kkt k2 ≤ sup kkt k2 < ∞.
k=p k=p t∈[a,b]

En consecuencia se verifica la desigualdad (2.39) y la prueba termina. 


En el ejemplo 2.4.7 (iv) vimos que si el núcleo k ∈ C([a, b] × [a, b]),
entonces el operador integral asociado puede mirarse como un operador
K : C([a, b]) −→ C([a, b]), siendo compacto para la norma k · k∞ . Vamos
a ver que si además k es un núcleo simétrico, la descomposición espectral de
K en L2 ([a, b]) es una descomposición en (C([a, b]), k · k∞ ).
Corolario 2.6.3.
Sea k ∈ C([a, b]×[a, b]) un núcleo simétrico. Entonces existen un conjunto
contable J, un conjunto ortonormal (ej )j∈J en (C([a, b]), k·k2 ) y un conjunto
de escalares (µj )j∈J tales que
Z b X Z b 
Kf (t) = k(t, s)f (s) ds = µj f (s)ej (s) ds ej (t), para t ∈ [a, b],
a j∈J a

siendo la serie absoluta y uniformemente convergente en [a, b].


2.6. Aplicaciones del teorema espectral 200

Demostración. Por el teorema espectral 2.5.5 existen un conjunto contable


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

J, un conjunto ortonormal (ej )j∈J en (L2 ([a, b]), k · k2 ) y un conjunto de


escalares (µj )j∈J tales que
Z b X Z b 
k(t, s)f (s) ds = µj f (s)ej (s) ds ej (t).
a j∈J a

Además, puesto que se cumple la hipótesis de la proposición 2.6.2, la conver-


gencia en esta serie es absoluta y uniforme para t ∈ [a, b]. Por otra parte, la
acotación
Z
′ 1 b ′


|en (t) − en (t )| ≤ k(t, s) − k(t , s) e (s) ds
|µn | a
n

Z b 1/2
1 ′
2
≤ ken k2 k(t, s) − k(t , s) ds
|µn | a
1
≤ (b − a)1/2 sup |k(t, s) − k(t′ , s)|.
|µn | s∈[a,b]

La continuidad uniforme de k permite concluir que en es una función continua


para cada n ∈ J. 

Corolario 2.6.4.
Sea k ∈ L2 ([a, b] × [a, b]) un núcleo simétrico tal que
Z b
sup |k(t, s)|2 ds < ∞.
t∈[a,b] a

Sean (µn )n∈J y (en )n∈J como en el teorema 2.6.1. Entonces las series in-
volucradas en las fórmulas dadas en (2.37) y (2.38) convergen absoluta y
uniformemente en [a, b]. Consecuentemente las soluciones que allí se dan
coinciden en casi todo punto con la suma de estas series.
Demostración. Veamos que la tesis del corolario es cierta para las series
que intervienen en (2.37). Si 1/µ 6= µn , como lı́mn µn = 0, se tiene que
mı́n{|1 − µλk | : k ∈ J} ≥ δ,
para cierto δ > 0. Utilizando la proposición 2.6.2 se concluye que la serie
en (2.37) converge absoluta y uniformemente en [a, b]. El otro caso con la
serie (2.37) se razona igual. 
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 201

2.6.2. El problema de Sturm-Liouville


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Vamos a considerar aquí algunos tipos de ecuaciones diferenciales ordi-


narias de segundo orden que se presentan en muchas situaciones de la Física
tales como el movimiento de la cuerda vibrante, resonancias en una cavi-
dad, mecánica cuántica y teoría de control optimal. Estas ecuaciones serán
estudiadas considerando los correspondientes operadores diferenciales, que si
bien ellos mismos frecuentemente no son acotados, sin embargo, sí lo son sus
inversos, que suelen incluso tener propiedades de compacidad.
Estudiaremos aquí el siguiente tipo de ecuaciones diferenciales

− x′′ (t) + q(t)x(t) − µx(t) = y(t), (2.40)

donde q ∈ C([a, b]) con valores reales, y ∈ C([a, b]) con valores complejos
y µ ∈ C . Una solución de esta ecuación es una función x ∈ C 2 ([a, b]) con
valores complejos que satisface la ecuación diferencial (2.40). El problema
(regular) de Sturm-Liouville consiste en hallar una solución de (2.40) que
verifique además las condiciones frontera siguientes:

Ba (x) = αx(a) + α1 x′ (a) = 0, (2.41)



Bb (x) = βx(b) + β1 x (b) = 0, (2.42)

siendo α, α1 , β, β1 números reales tales que |α| + |α1 | 6= 0 y |β| + |β1 | 6= 0.


Definimos el espacio vectorial

DS = x ∈ C 2 ([a, b], C) : Ba (x) = Bb (x) = 0 (2.43)

y el operador diferencial S : DS → C([a, b]), C) dado por la fórmula

S(x) = −x′′ + qx,

para x ∈ DS .
El operador S se conoce con el nombre de operador de Sturm-Liouville.
En términos de S el problema de Sturm-Liouville planteado consiste en dada
y ∈ C([a, b], C) determinar x ∈ DS tal que

(S − µI)x = y. (2.44)
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 202

Lema 2.6.5.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(i) Para cada par de números reales xa , x′a , el problema de valores iniciales

 −x′′ + qx = 0
x(a) = xa

x′ (a) = x′a

tiene una única solución que toma valores reales. Además, si (xa , x′a ) re-
corren la recta de ecuación αxa +α1 x′a = 0, α, α1 ∈ R con |α|+|α1 | =6 0,
las correspondientes soluciones recorren un subespacio vectorial real de
C 2 ([a, b]) de dimensión 1.
(ii) Existen soluciones reales no idénticamente nulas de los problemas
 
−x′′ + qx = 0 −x′′ + qx = 0
(Pa ) : (Pb ) :
Ba (x) = 0 Bb (x) = 0

que denotaremos, respectivamente, con ua y ub .


(iii) Si ua y ub son como en el apartado anterior, entonces el determinante
wronskiano,

W (ua , ub )(t) := ua (t)u′b (t) − ub (t)u′a (t),

es constante en [a, b]. Además, si S es inyectivo en DS entonces se


tiene que W (ua , ub )(t) 6= 0 para cada t ∈ [a, b] y, en consecuencia, ua
y ub son funciones linealmente independientes.

Demostración. Para probar el apartado (i) basta observar que se trata de


un problema lipschitziano de valores iniciales; luego la solución es única para
cada par de valores iniciales (xa , x′a ). Cualquier otro par de valores iniciales
que satisfaga la condición αxa + α1 x′a = 0 es proporcional al par anterior, y
en consecuencia también lo es, por la unicidad, la correspondiente solución.
El apartado (ii) es una consecuencia inmediata del anterior.
Para probar (iii) calcularemos la derivada de W (ua , ub ). Se tiene

W (ua , ub )′ = ua u′′b − ub u′′a = q(ua ub − ub ua ) = 0.


2.6. Aplicaciones del teorema espectral 203

Por lo tanto, W (ua , ub )(t) := ua (t)u′b (t)−ub (t)u′a (t) = M para todo t ∈ [a, b],
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

donde hemos escrito M := W (ua , ub )(a). Si M = 0, entonces ua = λub , para


cierto λ 6= 0. De aquí se sigue que

Ba (ua ) = 0 y Bb (ua ) = Bb (λub ) = 0.

Así, ua es no nula, está en DS y S(ua ) = 0, lo que contradice que S es


inyectivo. Consecuentemente, cuando S es inyectivo, M 6= 0 y ua y ub son
linealmente independientes. 

Definición 2.6.6.
Sea S el operador de Sturm-Liouville asociado al problema de Sturm-
Liouville (
−x′′ (t) + q(t)x(t) − µx(t) = y(t),
(2.45)
Ba (x) = 0 = Bb (x).
Si S es inyectivo en DS y ua , ub son funciones como en el lema anterior,
entonces se llama función de Green asociada a S a la función definida
mediante la fórmula


 ua (t)ub (s)
 − W (ua , ub )(a) si a ≤ t ≤ s ≤ b

k(t, s) := (2.46)

 ua (s)ub (t)

 − si a ≤ s ≤ t ≤ b.
W (ua , ub )(a)

Obsérvese que la función de Green k no depende de las funciones ua y ub


utilizadas para definirla. En efecto, si se hubieran usado otras soluciones
reales no nulas va y vb de los problemas (Pa ) y (Pb ), respectivamente, entonces
existirían λ, µ no nulos tal que va = λua y vb = µub . Así, se tiene que

W (va , vb )(a) = λµW (ua , ub )(a),

y por ende, el valor de k que proporciona la fórmula (2.46) con la pareja


ua , ub es el mismo que el que proporciona con la pareja va , vb .
Es también sencillo comprobar a partir de la fórmula (2.46) que k es una
función continua y simétrica.
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 204

Definición 2.6.7.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean S el operador Sturm-Liouville y k la función de Green asocia-


da al sistema dado en (2.45). Se llama operador de Green asociado, al
operador integral G : L2 ([a, b]) −→ L2 ([a, b]) definido por
Z b
Gf (t) := k(t, s)f (s) ds. (2.47)
a

El operador de Green es, como establece la proposición siguiente, el inverso


del operador de Sturm-Liouville, cuando se fijan convenientemente dominio
y rango para los operadores.

Proposición 2.6.8.
Sean S el operador Sturm-Liouville y G el operador de Green asociados
al sistema (2.45). Si S es inyectivo, entonces:
(i) G(C([a, b])) = DS .
(ii) GS = IDS y SG = IC([a,b]) .

Demostración. Sean ua , ub como en el lema 2.6.5 y pongamos M =


W (ua , ub )(a). Veamos en primer lugar que si f ∈ C([a, b]) entonces Gf ∈ DS .
Z b Z t Z b
h(t) := Gf (t) = k(t, s)f (s) ds = k(t, s)f (s) ds + k(t, s)f (s) ds
a a t
Z t Z b
1 1
=− ua (s)ub (t)f (s) ds − ua (t)ub (s)f (s) ds
M a M t
 Z t   Z b 
1 1
= ub (t) − ua (s)f (s) ds + ua (t) − ub (s)f (s) ds
M a M t
= ub (t)ϕa (t) + ua (t)ϕb (t),

siendo
Z t Z b
1 1
ϕa (t) = − ua (s)f (s) ds y ϕb (t) = − ub (s)f (s) ds.
M a M t
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 205

De donde, derivando
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

h′ (t) = u′b (t)ϕa (t) + u′a (t)ϕb (t) + ub (t)ϕ′a (t) + ua (t)ϕ′b (t)
1 1
= u′b (t)ϕa (t) + u′a (t)ϕb (t) − ub (t) ua (t)f (t) + ua (t) ub (t)f (t)
M M
= u′b (t)ϕa (t) + u′a (t)ϕb (t).

Derivando de nuevo
1 1
h′′ (t) = u′′b (t)ϕa (t) − u′b (t) ua (t)f (t) + u′′a (t)ϕb (t) + u′a (t) ub (t)f (t),
M M
lo que prueba que h′′ es continua, y en consecuencia que Gf es una función
dos veces derivable con continuidad.
Por otra parte

Ba (h) = αh(a) + α1 h′ (a)


= α(ub (a)ϕa (a) + ua (a)ϕb (a)) + α1 (u′b (a)ϕa (a) + u′a (a)ϕb (a))
= (αua (a) + α1 u′a (a))ϕb (a) [ya que ϕa (a) = 0]
=0 [ya que Ba (ua ) = 0]

y análogamente Bb (h) = 0. Resumiendo, G(C([a, b])) ⊆ DS .


Veamos ahora que SGf = f para toda f ∈ C([a, b]). En efecto, si h = Gf
se tiene

SGf (t) = Sh(t) = −h′′ (t) + q(t)h(t)


h 1 1 i
= − u′′b (t)ϕa (t) − u′b (t) ua (t)f (t) + u′′a (t)ϕb (t) + u′a (t) ub (t)f (t)
M M
 
+ q(t) ub (t)ϕa (t) + ua (t)ϕb (t)
 ′′   
= −ub (t) + q(t)ub (t) ϕa (t) + −u′′a (t) + q(t)ua (t) ϕb (t)
  1
+ f (t) ua (t)u′b (t) − u′a (t)ub (t)
M
W (ua , ub )(t)
= f (t) = f (t).
W (ua , ub )(a)
Pero entonces, para cada h ∈ DS tenemos SGSh = Sh y, por tanto,
S(GSh − h) = 0. Como S es inyectivo se verifica GS = IDS . 
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 206

Así pues, si el operador S : DS −→ C([a, b]) es inyectivo entonces S es in-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

vertible siendo su inverso el operador integral de Green G : C([a, b]) −→ DS ,


de tal suerte que fijado y ∈ C([a, b]), para el problema de Sturm-Liouville
dado en (2.45) se tiene:
(S − µI)x = y tiene solución única x ∈ DS
si, y sólo si,
(I − µG)x = Gy tiene solución única x ∈ DS . (2.48)
Como G es un operador integral con núcleo simétrico continuo, G puede mi-
rarse de hecho como operador compacto autoadjunto de L2 ([a, b]) en sí mis-
mo, y utilizar entonces la teoría de Fredholm desarrollada en la sección 2.6.1
para resolver la ecuación (2.48) como se expone en el teorema 2.6.11.
En lo que sigue consideramos DS y C([a, b]) con el producto escalar in-
ducido por L2 ([a, b]).
Lema 2.6.9.
Sean S el operador Sturm-Liouville y G el operador de Green asociados
al sistema (2.45).
(i) Para cualesquiera u, v ∈ DS se verifica hSu, vi = hu, Svi.
(ii) Los valores propios de S son reales.
(iii) Los subespacios propios de S correspondientes a valores propios dife-
rentes son ortogonales.
(iv) Cada subespacio propio de S tiene dimensión 1 y existe una función
con valores reales que es base del mismo.
(v) El conjunto de los valores propios es a lo sumo numerable.
Demostración. Para establecer (i) hay que probar que
Z b Z b
′′
hSu, vi = (−u + qu)v = u(−v ′′ + qv) = hu, Svi.
a a
Rb
La igualdad anterior equivale a a (u′′ v − uv ′′ ) = 0. Pero u′ v − uv ′ es una
primitiva de u′′ v − uv ′′ , luego
Z b h i h i
′′ ′′ ′ ′ ′ ′
u v − uv = u (b)v(b) − u(b)v (b) − u (a)v(a) − u(a)v (a) = 0− 0 = 0,
a
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 207

debido a que los sistemas de ecuaciones siguientes


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

( (
αu(a) + α1 u′ (a) = 0 βu(b) + β1 u′ (b) = 0
αv(a) + α1 v ′ (a) = 0 βv(b) + β1 v ′ (b) = 0
con incógnitas respectivas α, α1 y β, β1 , tienen ambos solución no nula.
Utilizando (i) y observando que si Sx = λx con x 6= 0 se tiene
λhx, xi = hλx, xi = hSx, xi = hx, Sxi = hx, λxi = λhx, xi,
concluimos que λ = λ, es decir (ii). La demostración de (iii) es idéntica a la
que aparece en la prueba de la proposición 2.3.15 (ii).
De las definiciones de S y DS junto con el primer apartado del lema 2.6.5
se sigue que los subespacios propios de S son unidimensionales. Por otra parte
q(t) es real y los valores propios también lo son, por tanto si Sx = µx con
x 6= 0, poniendo x = u + iv donde u y v son respectivamente las partes real
e imaginaria de x, se obtiene inmediatamente que Su = µu y Sv = µv. Pero
como u y v no pueden ser simultáneamente nulos alguno de ellos es un vector
propio no nulo con valores reales que engendra el subespacio unidimensional
Ker(S − µI). Esto prueba (iv).
Puesto que los subespacios propios correspondientes a vectores propios
distintos de S son ortogonales después de (ii) y L2 ([a, b]) es separable, sólo
puede haber, a lo más, una cantidad numerable de valores propios de S
distintos. 

Lema 2.6.10.
Sean S el operador de Sturm-Liouville y G el de Green asociados al sis-
tema (2.45). Supongamos que S es inyectivo.
Consideremos G : L2 ([a, b]) → L2 ([a, b]). Entonces,
(i) El operador G es un operador integral con núcleo continuo y simétrico.
Por tanto G es un operador compacto autoadjunto.
(ii) Existe un conjunto de valores propios reales (λn )n no nulos y un con-
junto ortonormal de vectores propios asociados (un )n , que forman una
base de G(L2 ([a, b])), que permiten escribir para cada f ∈ L2 ([a, b]),
Z b ∞
X Z b 
G(f )(t) = k(t, s)f (s) ds = λn f (s)un (s) ds un (t),
a n=1 a

donde la serie converge absoluta y uniformemente en [a, b].


2.6. Aplicaciones del teorema espectral 208

(iii) Para cada n ∈ N, un ∈ C([a, b]).


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(iv) Para cada n ∈ N, un ∈ DS .


(v) Para cada n ∈ N, νn := λ−1 n es valor propio de S. El conjunto de
valores propios (λn )n es infinito, y consecuentemente lı́mn λn = 0.

Demostración. La función de Green (2.46) es continua y simétrica y así G


es compacto y autoadjunto, véase el apartado (iv) del ejemplo 2.4.7 y el apar-
tado (iv) del ejemplo 2.3.8. Los apartados (ii) y (iii) se siguen directamente
del corolario 2.6.3.
Por otro lado, como cada λn 6= 0, se tiene
1  1 
un = G(un ) = G un ∈ DS ,
λn λn
gracias a que un ∈ C([a, b]) y a la proposición 2.6.8, y así queda demostrado
el apartado (iv).
Para acabar veamos (v). DS es denso en L2 ([a, b]), véase [51, pág. 351].
De la inclusión DS ⊂ G(L2 ([a, b])) se concluye que L2 ([a, b]) = G(L2 ([a, b]))
y así (λn )n tiene que ser infinito. 

Teorema 2.6.11.
Consideremos el problema de Sturm-Liouville

−x′′ + qx − µx = y
(2.49)
Ba (x) = Bb (x) = 0

y su operador de Sturm-Liouville asociado S con dominio DS dado


por (2.43). Entonces existe una sucesión de números reales distintos
(νn )n y una sucesión de funciones (un )n ortonormales en L2 ([a, b]) ta-
les que
∞ 
X 
1 2
(i) < ∞.
νn
n=1
(ii) Para cada n ∈ N, un ∈ DS toma valores reales y satisface Sun =
νn un .
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 209

(iii) Para cada x ∈ DS


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

∞ Z
X b 
x(t) = x(s)un (s) ds un (t),
n=1 a

donde la serie converge absoluta y uniformemente para t ∈ [a, b].


(iv) Si µ 6= νn para todo n, el problema de Sturm-Liouville (2.49) tiene
solución única para cada y ∈ C([a, b]), que viene dada por

X Z b 
1
x(t) = y(s)un (s) ds un (t)
ν −µ
n=1 n a

siendo la convergencia de la serie absoluta y uniforme respecto de


t ∈ [a, b].
(v) Si µ = νk para algún k, el problema de Sturm-Liouville (2.49)
tiene solución únicamente para aquellas funciones continuas y que
cumplen y ⊥ uk . En este caso las soluciones están dadas por

X Z b 
1
x(t) = α uk + y(s)un (s) ds un (t),
νn − µ a
n=1,n6=k

donde α ∈ C es arbitrario y la serie converge absoluta y uniforme-


mente respecto de t ∈ [a, b].

Demostración. En una primera etapa supongamos que S : DS → C([a, b])


es inyectivo y sea G : C([a, b]) → DS el operador de Green asociado, es decir
G = S −1 , después de la proposición 2.6.8. Sean (λn )n y (un )n como en el
lema 2.6.10. Como un ∈ DS se tiene que
1
un = λn S(un ) es decir S(un ) = un .
λn

Si definimos νn := λ−1n , cada νn es un valor propio de S, y por tanto podemos


tomar un siendo una función real en DS , véase lema 2.6.9. Esto nos permite
definir (νn )n y (un )n que claramente satisfacen lo requerido en (ii).
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 210

Para probar (iii) supongamos x ∈ DS . Entonces x = Gy para y = Sx y


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

por el teorema espectral 2.5.5 se tiene



X ∞
X
x = Gy = λn hy, un iun = λn hSx, un iun
n=1 n=1

X D 1

X E X∞
= λn hx, Sun iun = λn x, un un = hxn , un iun ,
n=1 n=1
λn n=1

siendo la serie absoluta y uniformemente convergente por la proposición 2.6.2.


Las demostraciones de (iv) y (v) son análogas, por lo que nos limitaremos
a hacer la primera, dejando la segunda al cuidado del lector. Si µ 6= νn , dado
y ∈ C([a, b]) entonces existe x ∈ DS tal que Sx − µx = y si, y sólo si, existe
x verificando x − µGx = Gy pero, por la alternativa de Fredholm 2.5.7, tal
x existe es único y viene dado por la fórmula

X X 1 ∞
λn
x = Gy + µ hGy, un iun = Gy + µ hGy, un iun
1 − µλn νn − µ
n=1 n=1

X ∞
X 1 DX
∞ E
= λn hy, un iun + µ λm hy, um ium , un un
n=1
ν −µ
n=1 n m=1
1 µ 
X∞ ∞
X 1
= 1+ hy, un iun = hy, un iun .
νn νn − µ νn − µ
n=1 n=1

y como el núcleo k es continuo podemos aplicar la proposición 2.6.2 para


concluir que la serie converge absoluta y uniforme respecto de t ∈ [a, b],
probando de ese modo (iv).
Fijado t ∈ [a, b] se tiene
Z b

|λn un (t)| = |Gun (t)| = k(t, s)un (s) ds = |hkt , un i|,
a

donde kt (s) := k(t, s), para s ∈ [a, b]. De aquí se sigue que

X ∞
X
|λn |2 |un (t)|2 = |hkt , un i|2 ≤ kkt k22
n=1 n=1
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 211

e integrando ahora respecto de t:


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

X∞ Z b ∞
X Z b Z b 
2 2 2
|λn | |un (t)| = |λn | ≤ |k(t, s)|2 ds dt = kgkL2 ([a,b]×[a,b]) .
n=1 a n=1 a a

P  2
Esto prueba que ∞ n=1 νn
1
< ∞, es decir que (i) se cumple, y la prueba
del caso inyectivo está completa.
Para terminar completamente la prueba veamos ahora cómo el caso ge-
neral se puede reducir al caso inyectivo. Cada operador de Sturm-Liouville
está determinado por la función q que lo define. Supongamos que el opera-
dor S1 , que no es inyectivo, esté determinado por la función q1 . En virtud
del lema 2.6.9 el conjunto de valores propios de S1 es numerable por lo que
existe un número real c que no es un valor propio para S1 . Sea S el operador
de Sturm-Liouville asociado a la función q := q1 − c. Entonces el operador
S es inyectivo ya que si fuera Sx = 0 se tendría 0 = Sx = −x′′ + qx =
−x′′ + (q1 − c)x = S1 x − cx pero puesto que c no es un valor propio de S1
necesariamente x = 0 y por tanto S es inyectivo. Es claro que los valores pro-
pios de S1 se obtienen sumando c a los de S y que las funciones propias son
las mismas. Ello nos permite asegurar que el enunciado del teorema también
es cierto en el caso no inyectivo. 

En la prueba del lema 2.6.10 se ha comentado que el dominio DS del


operador de Sturm-Liouville es denso en L2 ([a, b]) y así podemos establecer.
Corolario 2.6.12.
Las funciones (un )n consideradas en el teorema 2.6.11 constituyen una
base hilbertiana para L2 ([a, b]).
Demostración. El espacio DS es denso en L2 ([a, b]), véase [51, pág. 351].
Si G es el operador de Green entonces (un )n es una base hilbertiana de
G(L2 ([a, b])). De la inclusión DS ⊂ G(L2 ([a, b])) se concluye que

L2 ([a, b]) = G(L2 ([a, b]))

y así acaba la prueba. 

Acabaremos la sección y el capítulo con algunos ejemplos de problemas


de Sturm-Liouville en los que se estudian algunos problemas clásicos.
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 212

Ejemplo 2.6.13. Vamos a resolver el problema de Sturm-Liouville


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:


 −x′′ − µx = y
x(0) = 0

x(1) = 0

que describe la ecuación que rige el movimiento de una cuerda vibrante de


extremos fijos.
Resolución. Se trata de un problema de Sturm-Liouville para el operador
S y las condiciones frontera siguientes:

Sx = −x′′ con dominio DS = x ∈ C 2 ([0, 1]) : x(0) = 0 y x(1) = 0 .

Para resolverlo hay que determinar los valores propios y los vectores propios
de S en DS . Si Sx = αx, entonces
 ′′
 x + αx = 0
x(0) = 0

x(1) = 0

En particular, el operador de Sturm-Liouville es inyectivo en este caso, pues


para α = 0 sólo existe la solución nula. En efecto, x′′ = 0 implica x = at + b
pero x(0) = 0 y x(1) = 0 exige a = b = 0.
La solución general de la ecuación diferencial

x′′ + αx = 0

viene dada por x(t) = Aew1 t + Bew2 t , t ∈ [a, b], siendo w1 , w2 las soluciones
de la ecuación característica

w2 + α = 0
√ √
que, en nuestro caso, son w1 = + −α y w2 = − −α. La solución general
es por tanto √ √
x(t) = Ae −αt + Be− −αt , t ∈ [a, b].
Las condiciones frontera exigen
(
x(0) = 0 = A + B
√ √
x(1) = 0 = Ae −α + Be− −α .
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 213

Por un lado B = −A, y como buscamos un vector propio no nulo, necesaria-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:


mente A 6= 0 siendo por tanto e 2 −α = 1 = e2kπi . Así los valores propios son
(kπ) , k = 1, 2, 3, . . . , con vectores propios correspondientes los múltiplos
2

escalares de las funciones definidas por


x(t) = ekπit − e−kπit = 2i sen kπt, t ∈ [0, 1],
o, una vez normalizados,

en (t) = 2 sen kπt, t ∈ [0, 1].
De acuerdo al teorema 2.6.11 se tiene:
(i) Si µ 6= (kπ)2 para k = 1, 2, . . . entonces el problema tiene solución
única que viene dada por

X Z 1 
1
x(t) = 2 y(s) sen(nπs) ds sen(nπt).
n2 π 2 − µ 0
n=1

(ii) Si µ = (kπ)2 para algún k = 1, 2, . . . entonces el problema tiene solu-


ción si, y sólo si, Z 1
y(s) sen(kπs) ds = 0,
0
en cuyo caso las soluciones vienen dadas por
X∞ Z 1 
1
x(t) = C sen kπt + 2 y(s) sen(nπs) ds sen(nπt),
π 2 (n2 − k2 ) 0
n=1
n6=k

donde C es arbitrario. 
Ejemplo 2.6.14. Algunos problemas de ecuaciones en derivadas parciales
pueden reducirse a problemas de Sturm-Liouville usando el método de sepa-
ración de variables. Así ocurre con el problema de Dirichlet en un cuadrado
que analizamos en este ejemplo.
Sean a, b > 0 y C = [0, a] × [0, b] se trata de encontrar una función
u : C −→ R armónica en el interior de C, es decir,
∂2u ∂2u
△u = + 2 = 0, (2.50)
∂x2 ∂y
que verifique las siguientes condiciones:
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 214

(i) u(0, y) = u(a, y) = 0 para todo y ∈ [0, b].


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(ii) u(x, 0) = f (x) para todo x ∈ [0, a], donde f de clase C 2 ([0, a]) que se
anula en 0 y a.
(iii) u(x, b) = 0 para todo x ∈ [0, a].
Resolución. Para resolverlo supongamos que exista una solución de
variables separadas, es decir, que se pueda expresar en la forma u(x, y) =
α(x)β(y), lo cual, llevado a la ecuación de Laplace (2.50), se convierte en

α′′ (x)β(y) + α(x)β ′′ (y) = 0

para todo x ∈ (0, a) y todo y ∈ (0, b) o bien, suponiendo que α y β no se


anulan en (0, a) y (0, b) respectivamente,

β ′′ (y) α′′ (x)


=− =: λ.
β(y) α(x)

Como el primer cociente es una función de y mientras que el segundo es una


función de x, necesariamente λ es una constante. Las condiciones de contorno
conducen a las siguientes ecuaciones:
(i) 0 = α(0)β(y) = α(a)β(y) para todo y ∈ [0, b]. Y como β 6= 0 se tiene
α(0) = α(a) = 0,
(ii) f (x) = u(x, 0) = α(x)β(0) para todo x ∈ [0, a],
(iii) 0 = u(x, b) = α(x)β(b) para todo x ∈ [0, a) de donde β(b) = 0,
lo que da origen a dos sistemas de Sturm-Liouville
 ′′
 α (x) + λα(x) = 0  ′′
β (x) − λβ(x) = 0
α(0) = 0 (2.51)
 β(0) = 0
α(a) = 0

El primero de ellos es una modificación del ejemplo 2.6.13 obteniéndose los


siguientes valores propios y correspondientes funciones propias normalizadas:
 nπ 2 r  nπ 
2
λn = y αn (x) = sen x ; para n = 1, 2, . . .
a a a
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 215

Sustituyendo estos valores de λn en el segundo de los sistemas de (2.51) y


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

teniendo en√ cuenta que√


la solución general de β ′′ (y)−λβ(y) = 0 es de la forma
β(y) = Ae λy + Be − λy y que ha de verificarse la condición de frontera

√ √ Ae2λb + B
λb
0 = β(b) = Ae + Be− λb
= √
e λb

se deduce que B = −Ae2 λb . Resumiendo,
 √ √ √ 
β(y) = A e λy − e2 λb e− λy
 √λ(y−b) √ 

λb e − e− λ(y−b) √ √ 
= 2Ae = 2Ae λb senh λ(y − b) ,
2

donde A es arbitrario, o mejor



βn (y) = An senh (y − b).
a
Las funciones αn y βn no se anulan en (0, a) y (0, b) respectivamente y las
funciones un (x, y) = αn (x)βn (y) son armónicas en el interior de C, continuas
en C y verifican:
(i) un (0, y) = un (a, y) = 0 para todo y ∈ [0, b].
(iii) un (x, b) = 0.
Sólo resta conseguir una función u que verifique la condición de contorno (ii)
que falta. Para ello vamos a ensayar con una combinación del tipo

X
u(x, y) = un (x, y).
n=1
P∞
De acuerdo con el teorema 2.6.11 (iii) se tiene f (x) = n=1 hf, αn iαn (x)
con convergencia absoluta y uniforme para x ∈ [0, a]. Y si queremos que se
cumpla (ii), es decir
X
u(x, 0) = αn (x)βn (0) = f (x),
n
2.6. Aplicaciones del teorema espectral 216

formalmente al menos, debe cumplirse βn (0) = hf, αn i, es decir,


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

r Z a  nπ   nπ   nπb 
2
f (x) sen x dx = An senh − b = −An senh , (2.52)
a 0 a a a
lo que permite calcular An y escribir, todavía en un nivel puramente formal,
∞ r Z a
X  nπ   senh nπ(b − y)a−1   nπ 
2
u(x, y) = f (t) sen t dt sen x .
a 0 a senh(nπba−1 ) a
n=1

Vamos a probar que esta serie converge y que su suma es la solución del
problema de Dirichlet en elPcuadrado.
Para cada n la función nk=1 uk es armónica en el interior de C, continua
en C y verifica:
Pn Pn
(i) k=1 uk (0, y) = 0 = k=1 uk (a, y) = 0 para todo y ∈ [0, b].
Pn
(iii) k=1 uk (x, b) = 0 para todo x ∈ [0, a].
Pn
(iv) k=1 uk (x, 0) converge uniformemente a f (x), como hemos visto en
(2.52).
El aserto siguiente permite concluir que la serie

X
u(x, y) = un (x, y)
n=1

converge uniformemente, siendo la función u continua en C y armónica en


el interior de C. La unicidad de la solución puede obtenerse del principio de
Dirichlet 1.9.8.
Aserto. Sean un funciones armónicas en el interior de C y continuas en
C tales que un converge uniformemente a f en la frontera de C, siendo f
continua. Entonces un converge uniformemente en C a una función u que es
armónica en el interior de C, continua en C y coincide con f en la frontera
de C.
En efecto, como la convergencia es uniforme en la frontera, fijado ε > 0
existe n0 ∈ N tal que

−ε < un (x, y) − um (x, y) < ε si n, m ≥ n0 ,


2.7. Ejercicios 217

para todo (x, y) de la frontera de C. Como un − um es una función armónica,


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

para todo n y m, el máximo de dicha función se alcanza en la frontera de C,


luego la acotación anterior vale para todo (x, y) ∈ C. Así la sucesión (un )n∈N
converge uniformemente en C a una función u, por lo que u es continua en
C, coincide con f en la frontera de C y es armónica en el interior de C. 

2.7. Ejercicios
P
2.1 Sea H un espacio de Hilbert separable y sea ∞ n=1 fn una serie
absolutamente convergente en H. Demuestre que existe A ∈ L(H) tal
que A(en ) = fn , siendo (en ) una base ortonormal de H.
L
2.2 Sea (Hi )i∈I una colección de espacios de Hilbert y sea H = i Hi .
Sea Ai ∈ L(Hi ). Pruebe que existe un operador lineal continuo A ∈ L(H)
que coincide con Ai al restringirlo a Hi si, y sólo si, supi∈I kAi k < ∞; y
en ese caso dicho supremo coincide con kAk.
2.3 Pruebe mediante ejemplos que existen matrices (aij )∞ i,j=1 tales que
P∞
i,j=1 |aij | < ∞ y que no verifican las condiciones del test de Schur
2

(véase el ejemplo 2.1.1, (vi)); y que hay matrices


P del mismo tipo que
satisfacen la condición de Schur y sin embargo ∞ i,j=1 |a ij |2 = ∞.

2.4 Sea (aij )ij una matriz infinita tal que existen pi > 0, i ∈ N, β > 0,
γ > 0 de modo que

X ∞
X
|aij |pi ≤ βpj , para todo j; |aij |pj ≤ γpi para todo i.
i=1 j=1

Pruebe que existe un operador lineal A en ℓ2 de modo que hAej , ei i = aij


y kAk2 ≤ βγ.
1
2.5 Pruebe que hAei , ej i = i+j−1 con 0 ≤ i, j < ∞ define un operador
lineal acotado de ℓ2 en sí mismo, con kAk ≤ π.
2.6 Sean E un espacio de Banach y T ∈ L(E). Pruebe que si kT m k < 1
para algún entero positivo m, entonces I − T es invertible.
2.7 Sea Sr : ℓ2 → ℓ2 el operador desplazamiento por la derecha defini-
do por 
Sr (xn ) := (0, x1 , x2 , . . . ).
2.7. Ejercicios 218

Sean σ(Sr ) := {λ ∈ C : T − λI no es invertible} y σp (Sr ) el conjunto de


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

autovalores de Sr . Establézcase que σp (Sr ) = ∅ y que 0 ∈ σ(Sr ).


2.8 Sea E un espacio de Banach y sea G = Isom(E). Supongamos que
(An )n es una sucesión en G que converge a A en norma y que A está en
la frontera de G. Pruebe que lı́mn kA−1
n k = ∞.
2.9 Sean H un espacio de Hilbert y K ∈ L(H) un operador de rango
finito dado por la expresión
n
X
Kx = hx, uj ivj .
j=1

(i) Demuestre que el operador I − K es invertible si, y sólo si,


n
det δij − hvi , uj i i,j=1 6= 0.

(ii) Pruebe que en tal caso, para cada y ∈ H, se tiene



a11 a12 ... a1n hy, u1 i

a21 a22 ... a2n hy, u2 i
1
−1 .. .. .. ..
(I − K) y = y − .
det(aij ) . . .
an1 an2 ... ann hy, u2 i

v1 v2 ... vn 0

donde aij = δij − hvj , uj i y concluya que I − (I − K)−1 es de rango


finito.
(iii) Suponiendo que los vectores {v1 , . . . , vn } son linealmente indepen-
dientes demuestre que Ker(I P − K) consiste en el conjunto de todos
los vectores de la forma nj=1 bj vj donde
   
b1 0
 b2  0
   
(aij )  .  =  .  .
 ..   .. 
bn 0
2.7. Ejercicios 219

2.10 Sea H un espacio de Hilbert separable y sea (en )n una base hil-
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

bertiana de H. Sea K ⊂ C compacto.


(i) Pruebe que K contiene un subconjunto denso numerable (kn )n .
(ii) Pruebe que existe un único operador T ∈ L(H) de modo que
T (en ) = kn en .
(iii) Pruebe que el espectro puntual de T coincide con (kn )n y que el
espectro de T es K.
(iv) Si k ∈ K y es diferente de todos los (kn )n pruebe que la imagen de
kI − T es un subconjunto denso propio de H.
2.11 Sean H un espacio de Hilbert, T ∈ L(H) y M ⊂ H un subespacio
cerrado. Se dice que M es invariante por T si T (M ) ⊂ M .
(i) Pruebe que M es invariante por T si, y sólo si, M ⊥ es invariante
por T ∗ .
(ii) Pruebe que M es invariante por T si, y sólo si, T P = P T P donde
P es la proyección ortogonal de H sobre M .
2.12 Sea T ∈ L(H) donde H es un espacio de Hilbert. En la suma
directa hilbertiana H ⊕ H se define el operador dado por
 
0 iA
B=
−iA∗ 0

Pruebe que kAk = kBk y que B es autoadjunto.


2.13 Sea A ∈ L(H) con H espacio de Hilbert complejo. Demuestre que
 1
|A| := sup |hA(x), xi| : x ∈ BH ≥ kAk
2
y por lo tanto el miembro de la izquierda define una norma equivalente
en L(H).
2.14 Un operador autoadjunto T en un espacio de Hilbert H se llama
positivo, y se escribe T ≥ 0, si hT x, xi ≥ 0 para todo x ∈ H. Si A y B
son autoadjuntos, se dice que A ≥ B si A − B ≥ 0. Pruebe que ≥ es una
relación de orden. Sean Pi , i = 1, 2, proyecciones ortogonales sobre Mi .
Pruebe que las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(i) P1 ≤ P2 .
2.7. Ejercicios 220

(ii) kP1 xk ≤ kP2 xk para todo x en H.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(iii) M1 ⊂ M2 .
(iv) P2 P1 = P1 .
(v) P1 P2 = P1 .
(vi) P2 − P1 es una proyección ortogonal.
Suponga que P2 − P1 es una proyección ortogonal. Determine, en este
caso, Im(P2 − P1 ) y Ker(P2 − P1 ).
2.15 Pruebe que si A, B son operadores positivos en un espacio de
Hilbert y t ≥ 0 entonces A + B y tA son también operadores positivos.
Pruebe que 0 ≤ A ≤ B no implica A2 ≤ B 2 .
2.16 Pruebe que si A es un operador positivo entonces I + A es un
operador invertible.
2.17 Sea H un espacio de Hilbert. Un operador acotado T ∈ L(H) se
dice positivo si T = T ∗ y para todo x ∈ H se verifica hT x, xi ≥ 0. Sea
I el operador identidad y pongamos T 0 := I.
(i) Sea T ∈ L(H) un operador positivo.
(a) Demuestre que, para todo operador S ∈ L(H), el operador
S ∗ T S es positivo. Deduzca de lo anterior que T n es positivo
para cada n ∈ N.
(b) Demuestre que, para todo x, y ∈ H, se tiene

|hT x, yi|2 ≤ hT x, xihT y, yi.

(c) Si I − T es positivo pruebe que, para todo x ∈ H, se tiene

hT x, T xi ≤ hT x, xi.

(d) Pruebe que las condiciones siguientes son equivalentes:


(α) I − T es positivo.
(β) T − T 2 es positivo.
(γ) kT k ≤ 1.
(ii) Sea T ∈ L(H) un operador positivo tal que I − T también es
positivo.
(a) Pruebe que, para todo n ∈ N, el operador T n −T n+1 es positivo.
2.7. Ejercicios 221

(b) Deduzca que, para todo x ∈ H, la sucesión (hT n x, xi)n es


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

convergente.
(c) Pruebe que existe P x := lı́mn T n x para cada x ∈ H y que, así
definido, P es un operador autoadjunto que satisface

T P = P = P T.

(d) Sea x ∈ H tal que T x = x. Pruebe que P x = x y deduzca que


P es una proyección ortogonal sobre Ker(T − I).
2.18 Sea A un operador
P∞de norma menor que R en el espacio de Hil-
bert H. Sea f (z) = a
n=0 n z n una serie de potencias con radio de

convergencia R, 0 < R ≤ ∞.
(i) Pruebe que existe un operador T , que se denota con T = f (A), tal
que cualesquiera que sean x, y en H se verifica

X
hT x, yi = an hAn x, yi.
n=0
P
(ii) Pruebe que T = ∞ n=0 an A para la norma de L(H).
n

(iii) Pruebe que si B es un operador tal que AB = BA, entonces T B =


BT .
(iv) Pruebe que si A es autoadjunto y an = 1/n! entonces f (iA) es un
operador unitario.
2.19 Sea (Mi )i∈I una colección de subespacios, ortogonales dos a dos, en
el espacio de Hilbert H. Sea Pi la proyección ortogonal sobre Mi . Sean
M = span{M Pi : i ∈ I} y P la proyección ortogonal sobre M . Pruebe
que P (x) = Pi (x) para todo x ∈ H.
2.20 Sean Hn , n ∈ N, L espacios de Hilbert.LSean Tn ∈ L(Hn ), con
supn kTn k < ∞ y T = n Tn definida en n Hn de forma natural.
Pruebe que T es una aplicación lineal compacta si, y sólo si, cada Tn es
compacta y lı́mn kTn k = 0.
2.21 Sea T : H −→ H un operador acotado.
(i) Pruebe que si T es compacto y (en )n es una sucesión ortonormal
en H entonces (kT en k)n converge a 0.
2.7. Ejercicios 222

(ii) Pruebe que si para cualquier sucesión ortonormal (en )n en H se


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

cumple que (kT en k)n converge a 0 entonces T es compacto.


2.22 Sea la siguiente matriz de Jacobi
 
a 1 b1 0 0 0 ···
 c2 a2 b2 0 0 ··· 
 
 0 c3 a3 b3 0 ··· 
 .
 0 0 c4 a4 b4 ··· 
 
.. .. .. .. .. ..
. . . . . .

Pruebe que si β = sup{|cn | + |an | + |bn | : n = 1, 2, . . . } < ∞ y α =


sup{|bn−1 | + |an | + |cn+1 | : n = 2, 3, . . . } < ∞, entonces la matriz
anterior represente un operador lineal continuo en ℓ2 respecto de la base
ortonormal y que kT k ≤ (αβ)1/2 .
¿Bajo que condiciones es dicho operador compacto en ℓ2 ? Generalice el
resultado.
2.23 Pruebe que no existen operadores compactos invertibles en espacios
normados de dimensión infinita.
2.24 Pruebe que un operador acotado idempotente (T T = T ) es com-
pacto si, y sólo si, es de rango finito.
2.25 Sea H un espacio de Hilbert y A, B operadores en H con 0 ≤ A ≤
B. Pruebe que si B es compacto también lo es A.
2.26 Sean H1 , H2 , espacios de Hilbert y T ∈ L(H1 , H2 ). Se dice que T
es un operador dePHilbert-Schmidt si existe una base hilbertiana en H1 ,
(eα )α∈I , tal que kT eα k2 < ∞. Pruebe que las siguientes condiciones
son equivalentes:
(i) T es un operador de Hilbert-Schmidt.
P
(ii) kT ∗ fβ k2 < ∞ para toda base hilbertiana (fβ )β∈B de H2 .

(iii) kT eα k2 < ∞ para toda base hilbertiana de H1 .
Pα∈A
(iv) α,β |hT eα , fβ i| < ∞ para cualquier par de bases hilbertianas
2

(eα )α∈A de H1 y (fβ )β∈B de H2 .


(v) T ∗ es un operador de Hilbert-Schmidt.
2.27 Sean H1 , H2 espacios de Hilbert y sea H S (H1 , H2 ) el conjunto
de los operadores de Hilbert-Schmidt definidos en el ejercicio 2.26.
2.7. Ejercicios 223

(i) Pruebe que H S (H1 , H2 ) es un subespacio vectorial de L(H1 , H2 )


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

y que H S (H, H) es un ideal bilátero de L(H).


(ii) Si (eα )α∈A es una base hilbertiana de H1 se define
X 1/2
kT kHS = kT eα k2 .
α

Pruebe que esta definición es independiente de la base y es una


norma engendrada por el producto escalar siguiente
X
hT1 , T2 i = hT1 eα , T2 eα i.

(iii) Pruebe que kT kHS = kT ∗ kHS .


(iv) Demuestre que (H S (H1 , H2 ), k · kHS ) es un espacio de Hilbert y
que la inclusión

(H S (H1 , H2 ), k · kHS ) ֒→ L(H1 , H2 )

es continua.
(v) Demuestre que todo operador de rango finito es de Hilbert-Schmidt.
Pruebe que los operadores de rango finito son un subespacio denso
en el conjunto de los operadores de Hilbert-Schmidt para la norma
k · kHS y que los operadores de Hilbert-Schmidt son compactos.

2.28 Sea (an )n una sucesión absolutamente sumable. Pruebe que la


matriz  
a1 a2 a3 . . .
 a2 a3 . . . . . . 
A= 
 a3 . . . . . . . . . 
... ... ... ...
define un operador lineal compacto en ℓ2 . Si se supone además que
(|an |)n es una sucesión monótona, demuestre que el operador es de
Hilbert-Schmidt.

2.29 Pruebe que T ∈ L L2 ([a, b]), L2 ([a, b]) es un operador de Hilbert-
Schmidt si, y sólo si, T es un operador integral cuyo núcleo está en
L2 ([a, b] × [a, b]).
2.7. Ejercicios 224

2.30 Considere el operador A definido sobre R2 por la matriz


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

 
a b
b c

Calcule su norma con la estructura euclídea de R2 . Haga lo mismo con


la norma k · k1 .
2.31 Sea H un espacio de Hilbert. Describa todos los operadores autoad-
juntos compactos T ∈ L(H) tales que T k = 0, donde k debe sustituirse
por el año en el que usted está leyendo este problema.
2.32 Sea H un espacio de Hilbert de dimensión infinita. Analice la
certeza de las siguientes afirmaciones acerca de los operadores en H.
(i) Un operador en T ∈ L(H) es un operador unitario (es decir, un iso-
morfismo isométrico) si, y sólo si, es una isometría con rango denso.
(ii) Un operador T ∈ L(H) es un operador unitario si, y sólo si, es una
isometría que transforma conjuntos totales en conjuntos totales.
(iii) Si T es un operador unitario, T transforma descomposiciones orto-
gonales de H en descomposiciones ortogonales de H.
(iv) Existe un operador compacto con imagen cerrada.
(v) La imagen de cada operador compacto es cerrada.
(vi) Existe un operador compacto con núcleo finito dimensional.
(vii) Para cada n ∈ N existe un operador compacto T con dim Ker T = n.
(viii) El núcleo de cada operador compacto es finito dimensional.
2.33 Sea H un espacio de Hilbert no separable y T ∈ L(H) un operador
compacto y autoadjunto. Pruébese que 0 es un valor propio de T .
2.34 Si T es un operador compacto autoadjunto en un espacio de Hilbert
complejo, entonces existen operadores compactos positivos A, B tales
que T = A − B y AB = BA = 0.
2.35 Sean H un espacio de Hilbert complejo y A un operador positivo y
compacto. Pruebe que existe un único operador positivo y compacto B
tal que B 2 = A (B se llama la raíz cuadrada de A). Pruebe también que
si C es un operador acotado que conmuta con A entonces C también
conmuta con B.
2.7. Ejercicios 225
P∞
2.36 Sea A = (aij )∞
i,j=1 una matriz tal que i,j=1 |aij | < ∞ con aij =
2
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

aji . Pruebe que existe una matriz infinita ortonormal (i.e. sus columnas
son vectores ortonormales) U tal que U ∗AU es diagonal.
2.37 Sea H = L2 ([0, 1]) con la medida de Lebesgue y para cada f ∈ H
pongamos
Z x Z 1 
iπx −iπt −iπt
T (f )(x) := ie e f (t) dt − e f (t) dt ,
0 x

para todo x ∈ [0, 1].


(i) Verifique que, para toda f ∈ H, la función T f es continua en [0, 1],
acotada por kf k2 y verifica T (f )(0) = T (f )(1). Pruebe que T es
un operador lineal acotado.
(ii) Pruebe que para toda sucesión (fn )n en la bola unidad de H que
converge débilmente a la función f ∈ H (i.e. hfn , gi converge a
hf, gi para cada g ∈ H) se verifica que (T fn (x))n converge a T f (x)
para cada x ∈ [0, 1]. Deduzca de ahí que

lı́m kT fn − T f k2 = 0.
n

(iii) Demuestre que T es un operador compacto y autoadjunto.


(iv) Muestre que si f es continua en [0, 1], entonces la función T f es
derivable y calcule su derivada. Pruebe que las funciones propias
no nulas correspondientes a valores propios no nulos verifican una
ecuación diferencial sencilla. Determine los valores propios no nulos
de T y el espectro de T .
2.38 Se considera la ecuación integral
Z 2π
f (t) − λ f (s) sin(s + t) ds = g(t),
0

donde f, g ∈ L2 [0, 2π], λ es un parámetro y f es la incógnita.


Determine los valores de λ para los cuales la ecuación anterior tiene
solución. Y cuando sea posible, calcule las soluciones.
2.7. Ejercicios 226

2.39 Siguiendo las pautas del ejemplo 2.6.13, resuelva el problema de


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Sturm–Liouville siguiente

−x′′ − µx = y x′ (0) = 0 = x′ (1),

que corresponde a una cuerda vibrante de extremos libres.


2.40 Pruebe que existe una sucesión de operadores lineales continuos
(Tn )n definidos en C[a, b] tal que Tn (f ) es un polinomio de grado a lo
sumo n y lı́mn kf − Tn (f )k∞ para cada f ∈ C[a, b] ¿Se puede tomar (Tn )
convergente en norma a la identidad de C[a, b]?
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica
3.2. La propiedad de extensión
3.3. Teorema de la acotación uniforme
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada
3.5. Espacios vectoriales topológicos
3.6. Espacios localmente convexos metrizables y normables
3.7. Versión geométrica del teorema de Hahn-Banach
3.8. Pares duales. Polares. El teorema bipolar
3.9. El teorema de completitud de Grothendieck
3.10. Topologías débiles en espacios de Banach. Reflexividad
3.11. Separabilidad y metrizabilidad. Propiedad de Schur
3.12. Ejercicios
Objetivos centrales del capítulo
El capítulo está dedicado a establecer los “tres principios fundamentales”
del Análisis Funcional y a mostrar algunas de sus aplicaciones.
El estudio de los teoremas de separación de conjuntos convexos, dualidad
y topologías débiles, lo hacemos en el marco general de los espacios local-
mente convexos, que resulta, a nuestro juicio, más adecuado para tratar estas
cuestiones.
Son objetivos específicos de este capítulo:
Establecer la versión analítica del teorema de Hahn-Banach (3.1.1) y obtener
como primeras consecuencias la existencia de suficientes formas lineales
continuas en el dual de un espacio normado y la caracterización de las
clausuras de subespacios vectoriales.
Conocer el concepto de norma estrictamente convexa, saber qué normas clási-
cas tienen esta propiedad y analizar la unicidad en el teorema de exten-
sión de Hahn-Banach (3.1.12) en relación con este concepto. Analizar qué
espacios de Banach se pueden poner en llegada para garantizar un teo-
rema de extensión (teorema 3.2.6) similar al teorema de Hahn-Banach,
pero con valores vectoriales.
Estudiar el teorema de la Categoría de Baire (3.3.3), y sus consecuencias en
espacios de Banach: el Teorema de la Acotación Uniforme (3.3.5) y el
Teorema de la Gráfica Cerrada (3.4.12).
Conocer diversas e importantes aplicaciones de los resultados fundamentales
estudiados en este tema tales como la existencia de límites de Banach,
extensión de operadores positivos en espacios vectoriales reticulados,
existencia de funciones continuas con series de Fourier puntualmente
divergentes (teorema 3.3.16), métodos de sumabilidad (teorema 3.3.15),
equivalencia entre holomorfía débil y holomorfía fuerte para funciones
con valores en espacios de Banach (teorema 3.3.11), continuidad de los
coeficientes asociados a una base (teorema 3.4.18), etc.
Conocer las topologías localmente convexas como marco para establecer los
teoremas de separación de conjuntos convexos que permiten estudiar
adecuadamente las topologías débiles y débiles∗ en los espacios de Ba-
nach (teorema de Mazur, 3.7.5). Reconocer que muchas nociones de con-
vergencia ya conocidas en espacios de funciones continuas, holomorfas,
diferenciables, espacios base para distribuciones etc. son topologías lo-
calmente convexas, véanse las secciones 3.5, 3.6, 3.7 y 3.8.
Estudiar y aprender los teoremas de Alaoglu (3.8.15) y Goldstine (3.10.4).
Estudiar la noción de reflexividad en espacios de Banach y aprender
cuáles de los espacios de Banach clásicos son reflexivos y cuáles no.
Estudiar la noción de convexidad uniforme, en particular el teorema
de Milman (3.10.11) y ver su utilidad para calcular los duales de los
espacios Lp , sin necesidad de conocer el teorema de Radon-Nikodým.
Introducir sucintamente al lector en relaciones no triviales entre la topología y
el análisis funcional, tales como relación entre separabilidad y metriza-
bilidad para topologías débiles, comportamiento sucesional de los débil
compactos (teorema 3.11.5), propiedad de Schur (3.11.4), etc.

Mis notas
230

E n los capítulos anteriores hemos visto que en los espacios de Hilbert se


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pueden estudiar ciertos problemas analíticos a partir de consideraciones


esencialmente geométricas, tales como la noción de ortogonalidad, la noción
de base hilbertiana, la existencia de proyecciones, etc. Existen, sin embargo,
muchos problemas en el análisis matemático que pueden ser abordados con
mayor generalidad en un contexto abstracto convenientemente elegido. La
teoría de los espacios de Hilbert no es siempre suficiente porque la existen-
cia de productos escalares es un hecho bastante restrictivo; los espacios de
Banach ofrecen mayor flexibilidad. El objetivo primordial de este capítulo es
establecer, en este contexto, los tres principios o teoremas fundamentales del
Análisis Funcional, el Teorema de Hahn-Banach, el Teorema de la Acotación
Uniforme y el Teorema de la Gráfica Cerrada. Y, por descontado, mostrar
algunas aplicaciones de estos principios fundamentales.
Este capítulo es básico e introductorio en la teoría de espacios de Ba-
nach y debe proporcionar al lector la base necesaria para seguir con éxito
otras materias más especializadas: Álgebras de Banach, Espacios Localmente
Convexos, Ecuaciones en Derivadas Parciales, etc. así como los rudimentos
necesarios para poder iniciarse más adelante en determinadas tareas de in-
vestigación.

Nadie mejor que Stefan Banach (1892–


1945) para iniciar este capítulo dedicado al
estudio de los citados tres Principios Fun-
damentales del Análisis Funcional: los tres
llevan su nombre. Banach nació en Lwów,
ciudad polaca que hoy es ucraniana. Banach
es uno de los fundadores del Análisis Fun-
cional. Lo que hoy se conoce como espacios
de Banach fueron definidos por S. Banach y otros (entre ellos N. Wie-
ner) independientemente en la década de 1920–1930. Fue sin embargo
la monografía de Banach de 1932 [4] la que hizo de los espacios de Ba-
nach (“espaces du type (B)” en el libro) una teoría indispensable en el
análisis moderno. La idea novedosa de Banach fue combinar técnicas
de topología conjuntista y teoría de la medida con ideas algebraicas
para obtener potentes resultados como los comentados antes. Ambas,
topología y teoría de los espacios de Banach, continúan beneficiándose
hoy de su interacción. Banach tiene otras notables contribuciones a las
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 231

matemáticas como su famoso Teorema del Punto Fijo (para aplicacio-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

nes contractivas) o su impactante paradoja de Banach-Tarski. Banach


se reunía con frecuencia en el Scottish Café de Lwów con otros mate-
máticos de la época tales como Borsuk, Mazur, Schauder, Steinhaus,
Ulam, etc. En el café acostumbraban a escribir matemáticas en las
mesas, hasta que la esposa de Banach les proporcionó una libreta de
notas donde quedaron recogidos numerosos problemas, algunos de ellos
conducentes después a teorías espectaculares y otros aún sin resolver
hoy. Estos problemas pueden consultarse en lo que se conoce como
Scottish Book [55].
Otros detalles sobre la historia y obra de Banach se pueden leer en:
• Stefan Banach en Wikipedia.
• Stefan Banach en MacTutor History of Mathematics.

3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica


Dados un espacio normado X, un subespacio vectorial Y de X y una
aplicación lineal f : Y −→ R, siempre existe la posibilidad de obtener una
prolongación lineal, f˜, de f a X. Basta, por ejemplo, considerar un comple-
mento algebraico de Y y definir f˜ como cero en él o, de forma más general,
tomar una base de Hamel en este complementario y extender f definiendo f˜
de forma arbitraria sobre los vectores de la base. De hecho, se obtienen así
todas las posibles extensiones lineales de f a X. Si f es continua no hay a
priori, cuando X es de dimensión infinita, razón para suponer que alguna de
tales extensiones también sea continua, a menos que Y esté complementa-
do topológicamente en X. En algunos espacios normados concretos es fácil
construir con procedimientos particulares formas lineales continuas (véase
por ejemplo el teorema de Riesz-Fisher 1.6.1). La pregunta natural es, ¿exis-
te un procedimiento general para construir funcionales lineales continuos en
los espacios normados abstractos? El teorema de Hahn-Banach proporciona
una respuesta afirmativa a dicha cuestión. Este teorema es uno de los resulta-
dos fundamentales del análisis funcional, hasta el punto de que su utilización
en la prueba de muchos resultados no se explicita habitualmente.
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 232

Teorema 3.1.1. Hahn, 1927; Banach, 1929.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean X un espacio vectorial real y un funcional subaditivo y positi-


vamente homogéneo p : X −→ R. Sea Y un subespacio vectorial de X
de co-dimensión 1 y f : Y −→ R lineal tal que f (x) ≤ p(x) para cada
x ∈ Y . Entonces existe f˜ : X −→ R lineal tal que f˜ restringida a Y
coincide con f y que satisface f˜(x) ≤ p(x) para cada x ∈ X.

Demostración. Por hipótesis si x0 ∈ X \ Y entonces X = Y ⊕ span {x0 }.


Así, para cada x ∈ X se tiene x = y + ax0 con y ∈ Y y a ∈ R, y por tanto,
cualquier extensión lineal f˜ de f está dada por f˜(x) = f (y) + aα, para cierto
α. Se trata ahora de determinar α para que se verifique la desigualdad

f˜(x) ≤ p(x). (3.1)

La existencia de un tal α exige condiciones que pasamos a analizar.


(a) Si a > 0, la desigualdad f˜(ax0 + y) = aα + f (y) ≤ p(ax0 + y) es la
misma que
α + f (ya−1 ) ≤ p(x0 + ya−1 ),
la que a su vez equivale a

α ≤ −f (z) + p(z + x0 ) para todo z ∈ Y.

(b) Si a < 0, la desigualdad f˜(ax0 + y) = aα + f (y) ≤ p(ax0 + y), que


equivale, después de dividir por −a, a

−α − f (ya−1 ) ≤ p(−x0 − ya−1 ),

es a su vez equivalente a

α ≥ f (w) − p(w − x0 ) para todo w ∈ Y.

Así pues, una condición necesaria para que exista f˜ cumpliendo (3.1) es
que exista α ∈ R satisfaciendo

f (w) − p(w − x0 ) ≤ α ≤ −f (z) + p(z + x0 ) para todo z, w ∈ Y. (3.2)


3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 233

Rehaciendo los cálculos anteriores en sentido inverso, es inmediato que dicha


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condición es también suficiente. Obsérvese ahora que para que se cumpla la


ecuación (3.2) basta con que se verifique

f (w) − p(w − x0 ) ≤ −f (z) + p(z + x0 )

para cada z, w ∈ Y , lo que es cierto debido a que

f (z)+f (w) = f (z +w) ≤ p(z +w) = p(z +x0 +w−x0 ) ≤ p(z +x0 )+p(w−x0 )

para cada z, w ∈ Y . 

Si p es una seminorma en un espacio vectorial real X, la versión anterior


del teorema de Hahn-Banach conduce a

Corolario 3.1.2. Hahn, 1927; Banach, 1929.


Sean X un espacio vectorial real y una seminorma p : X −→ R. Sean
Y un subespacio vectorial de X de co-dimensión 1 y f : Y −→ R lineal con
|f (x)| ≤ p(x) para cada x ∈ Y . Entonces existe f˜ : X −→ R lineal tal que f˜
restringida a Y coincide con f y tal que |f˜(x)| ≤ p(x) para cada x ∈ X.
En particular, si (X, k · k) es un espacio normado y f : Y −→ R es lineal y
continua, entonces existe f˜ : X −→ R lineal y continua tal que f˜ restringida
a Y coincide con f y kf k = kf˜k.

Demostración. Para demostrar la primera parte del teorema basta utilizar


el teorema 3.1.1, teniendo en cuenta que dada una seminorma p, la acotación
f (x) ≤ p(x), x ∈ X, equivale a la acotación |f (x)| ≤ p(x), para cada x ∈ X.
Supongamos ahora que X está dotado de una norma k·k y que f : Y → R
es lineal y continua con norma kf k. Si definimos p(x) := kf kkxk, x ∈ X,
entonces p es una seminorma que cumple |f (x)| ≤ p(x) para cada x ∈ Y .
Ahora la segunda parte del corolario es consecuencia de lo demostrado en la
primera parte del mismo. 

Como una consecuencia inmediata de lo probado obtenemos el siguiente


resultado para espacios normados separables.
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 234

Teorema 3.1.3. Hahn, 1927; Banach, 1929.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea (X, k · k) un espacio real normado separable. Sean Y un subes-


pacio vectorial de X y f : Y −→ R una aplicación lineal y continua.
Entonces existe f˜ : X −→ R lineal y continua tal que f˜ restringida a Y
coincide con f y satisfaciendo kf k = kf˜k.

Demostración. Sea {xn : n ∈ N} un conjunto numerable denso en X y


definamos

Xn := span Y ∪ {x1 , x2 , . . . , xn } , para n ∈ N.

O bien Xn = Xn+1 o bien Xn es un subespacio de Xn+1 de co-dimensión 1.


Por lo tanto, por inducción sobre n y utilizando el teorema 3.1.2, podemos
extender fSa un funcional lineal F definido en el subespacio denso en X dado
por Z := ∞ n=1 Xn que satisface kF k = kf k. Para cada y ∈ X existe una
sucesión (yn )n en Z convergente a y. Como F es lineal y continua en Z, la su-
cesión (F (yn ))n es de Cauchy en R y así podemos definir f˜(y) := lı́mn F (yn ).
Es inmediato comprobar que el valor f˜(y) es independiente de la sucesión
(yn )n elegida en Z con tal de que ésta converja a y, que f˜ es lineal y que es
continua con kf˜k = kF k(= kf k). 

Si X es un espacio no separable, la prueba del resultado análogo al esta-


blecido en el teorema 3.1.3 es algo más complicada, véase el teorema 3.1.4.
Todas las demostraciones conocidas de este resultado general se basan de
alguna manera en el Axioma de Elección. Siendo más específicos, el Axioma
de Elección se utiliza para probar el teorema clásico de Tychonoff sobre el
producto de espacios compactos.
Q
(AT) El producto i∈I Ei de una familia de espacios compactos (Ei )i∈I es
compacto.
Kelley demostró en [42] que el Axioma de Elección y (AT) son equivalentes.
Si por (AT2) denotamos el teorema de Tychonoff para espacios compactos
separados, entonces se puede demostrar que (AT) no es equivalente a (AT2),
que (AT2) implica el teorema de extensión de Hahn-Banach 3.1.4 y que éste
último no implica (AT), y por ende no implica el Axioma de Elección. El
Axioma de Elección es independiente de los otros axiomas usuales en la teoría
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 235

de conjuntos, [60]. Para la demostración de 3.1.4 nosotros utilizaremos el lema


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

de Kuratowski-Zorn, a la postre equivalente al Axioma de Elección, que ya


ha sido utilizado para la justificación de la existencia de bases hilbertianas
en 1.12.23.
Teorema 3.1.4. Hahn, 1927; Banach, 1929.
Sean X un espacio vectorial real y p : X −→ R un funcional subadi-
tivo y positivamente homogéneo. Sean Y un subespacio vectorial de X y
f : Y −→ R una aplicación lineal tal que f (x) ≤ p(x) para cada x ∈ Y .
Entonces existe f˜ : X −→ R lineal tal que f˜ restringida a Y coincide con
f y verifica f˜(x) ≤ p(x) para cada x ∈ X.

Demostración. Se obtiene aplicando el lema de Kuratowski-Zorn (véase


[44, págs. 45-46]) y el teorema 3.1.1. Para aplicar dicho lema se considera la
colección P de todos los pares (Z, fZ ) donde Z es un subespacio vectorial de
X con Y ⊆ Z y fZ es una extensión lineal de f a Z verificando fZ (x) ≤ p(x)
para todo x ∈ Z. P se ordena mediante
(Z, fZ ) ≤ (W, fW ) si Z ⊆ W y fW coincide con fZ sobre Z.
Es inmediato que (P, ≤) es un conjunto no vacío parcialmente ordenado en
el que cada cadena tiene supremo en P. El lema de Kuratowski-Zorn garan-
tiza que existen elementos maximales en (P, ≤). Si (Z, fZ ) es un elemento
maximal, necesariamente Z = X pues en caso contrario, tomando x0 ∈ X \Z,
de acuerdo con el teorema 3.1.1, fZ se podría extender a Z ⊕ span {x0 } lo
cual contradice la maximalidad de (Z, fZ ). 

El lema que sigue permite reducir el caso complejo al caso real.


Lema 3.1.5.
Sea X un espacio vectorial complejo.
(i) Si f : X −→ C es una forma C-lineal, entonces su parte real, Re f , es
una forma R-lineal y f (x) = Re f (x) − i Re f (ix).
(ii) Si u : X −→ R es una forma R-lineal, entonces la forma f (x) :=
u(x) − iu(ix) es C-lineal y Re f = u.
(iii) Si p : X −→ R es una seminorma, entonces | Re f (x)| ≤ p(x) para todo
x ∈ X si, y sólo si, |f (x)| ≤ p(x) para todo x ∈ X.
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 236

Demostración. Los enunciados (i) y (ii) son de comprobación inmediata.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Obsérvese que para cada x ∈ X existe un cierto escalar complejo λ de módulo


1 tal que |f (x)| = λf (x) y por lo tanto se tiene que

|f (x)| = f (λx) = Re f (λx) ≤ p(λx) = p(x),

lo que demuestra (iii). 

Teorema 3.1.6. Hahn-Banach (R), Sobczyk, 1939 (C).


Sean X un espacio vectorial real o complejo y p : X −→ R una se-
minorma. Sean Y un subespacio vectorial de X y f : Y −→ K una
aplicación lineal tal que |f (x)| ≤ p(x) para todo x ∈ Y . Entonces existe
una extensión lineal f˜ : X −→ K de f de modo que |f˜(x)| ≤ p(x) para
todo x ∈ X.

Demostración. Cuando el cuerpo es R, como ya hemos hecho notar, la


desigualdad f (x) ≤ p(x), para x ∈ X (o x ∈ Y ), equivale a |f (x)| ≤ p(x),
para x ∈ X (o x ∈ Y ), y la conclusión se obtiene del teorema 3.1.4.
Si el cuerpo es C, tomando u := Re f se obtiene una forma R-lineal que
cumple |u(x)| ≤ p(x). El caso anterior aplicado a u garantiza la existencia
de una extensión R-lineal ũ de u a X conservando la acotación. Definiendo

f˜(x) := ũ(x) − iũ(ix)

se obtiene del lema anterior que |f˜(x)| ≤ p(x) y que f˜ es una extensión
C-lineal de f . 

En el caso de espacios vectoriales normados tenemos,

Corolario 3.1.7.
Si (X, k · k) es un espacio normado sobre K, Y es un subespacio vectorial
de X y f : Y −→ K es una aplicación lineal y continua, entonces existe
f˜ : X −→ K extensión lineal continua de f con kf˜k = kf k.

Demostración. La fórmula p(x) := kf kkxk define una seminorma en X


que cumple |f (x)| ≤ p(x). La conclusión se obtiene aplicando el teorema
precedente. 
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 237

Para el caso en que X sea un espacio de Hilbert, como es fácil comprobar,


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

el corolario anterior se puede obtener directamente del teorema de Riesz-


Fisher 1.6.1.
El corolario que sigue incluye más consecuencias destacables del teorema
de Hahn-Banach.
Corolario 3.1.8.
Sea (X, k · k) un espacio normado sobre K.
(i) Si 0 6= x ∈ X, entonces existe f ∈ X ∗ con kf k = 1 y f (x) = kxk.
(ii) Para todo x ∈ X se verifica

kxk = sup{|f (x)| : f ∈ BX ∗ } = máx{|f (x)| : f ∈ BX ∗ }.

(iii) Sean Y un subespacio vectorial de X y x ∈ X tal que d(x, Y ) = δ > 0.


Entonces existe f ∈ X ∗ tal que f (y) = 0 para todo y ∈ Y, f (x) = 1 y
kf k = δ−1 .
(iv) Si Y es un subespacio vectorial de X, entonces
\
Y = Ker f,
f ∈E

donde E = {f ∈ X ∗ : Y ⊂ Ker f }.
(v) Si S es un subconjunto de X, entonces
\
span S = Ker f,
f ∈E

donde E = {f ∈ X ∗ : S ⊂ Ker f }.
(vi) Un conjunto S ⊂ X es total (es decir, su clausura lineal cerrada coin-
cide con X) si, y sólo si, la única aplicación lineal y continua que se
anula en S es la nula.
(vii) Sean {x1 , x2 , . . . , xn } ⊂ X linealmente independientes, entonces existen

{f1 , f2 , . . . , fn } ⊂ X ∗

tales que fi (xj ) = δij .


3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 238

(viii) Todo subespacio de X de dimensión finita posee un complementario


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

topológico1 .
(ix) Si Y es un subespacio de X, la aplicación restricción ψ : X ∗ −→ Y ∗ es
lineal continua, sobreyectiva y abierta. En particular si X ∗ es separable,
Y ∗ también lo es.
Demostración.
(i) Dado x 6= 0, la aplicación f0 (ax) := akxk es lineal continua en el
subespacio de X engendrado por x y tiene norma 1. Cualquier extensión
lineal f de f0 que conserve la norma satisface las condiciones pedidas.
(ii) Sea α := sup{|f (x)| : f ∈ BX ∗ }. Como |f (x)| ≤ kf kkxk se tiene
α ≤ kxk. Por el apartado anterior, existe f ∈ SX = {f ∈ X ∗ : kf k = 1}
con f (x) = kxk y así se tiene probado (ii).
(iii) La aplicación f0 definida por la fórmula f0 (y + ax) := a para cada
y ∈ Y , a ∈ K, es una aplicación lineal continua con dominio el subes-
pacio vectorial generado por Y y x. Además,
   
|a| 1 1
kf0 k = sup : y + ax 6= 0 = sup : y∈Y = .
ky + axk ky + xk δ

Ahora basta extender f0 a X conservando la norma para obtener el


resultado.
T
(iv) Claramente Y ⊂ f ∈E Ker f . De ser el contenido estricto, podríamos
T
tomar z ∈ f ∈E Ker f \Y y entonces existiría, por el apartado anterior,
f ∈ X ∗ que se anularía en Y y f (z) = 1, lo cual es imposible.
(v) Es consecuencia directa del apartado anterior.
(vi) Si S es total y f ∈ X ∗ se anula en S entonces necesariamente f es cero.
Recíprocamente, si S no fuera total, llamando Y al subespacio lineal
cerrado que S genera, se tendría Y 6= X. Por tanto, existiría f ∈ X ∗
de norma 1 que se anularía en Y , lo que es imposible.
(vii) Definidas en el espacio vectorial Y := span{x1 , x2 . . . , xn } existen for-
mas lineales (gk )nk=1 tales que gk (xj ) = δkj . Al ser Y un espacio
1
Compárese este resultado con los que aparecen en 1.2.10 y en 3.4.9.
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 239

finito dimensional estas formas lineales son continuas (véase el coro-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

lario 1.2.5). Por el corolario 3.1.7 existen formas lineales continuas


(fk )nk=1 que extienden las formas (gk )nk=1 a X, obteniéndose así el re-
sultado.
(viii) Si Y es un espacio de dimensión finita n con base (xi )ni=1 y si (fi )ni=1 son
P lineales continuos definidos en X con fi (xj ) = δij , llamando
funcionales
P (x) := nk=1 fk (x)xk se tiene que Im P ⊆ Y y P (y) = y para y ∈ Y .
El espacio Z := Im(I − P ) es un complementario algebraico de Y que
es cerrado. Haciendo uso del corolario 1.2.10 se obtiene que, de hecho,
es un complementario topológico.
(ix) Dada f ∈ X ∗ , su restricción a Y , ψ(f ), es una aplicación lineal continua
en Y . La aplicación ψ es lineal y continua dado que kψ(f )k ≤ kf k para
cada f ∈ X ∗ . En particular, se tiene ψ(BX ∗ (0, 1)) ⊆ BY ∗ (0, 1). La
inclusión contraria ψ(BX ∗ (0, 1)) ⊇ BY ∗ (0, 1) se da gracias al teorema
de Hahn-Banach y, en consecuencia, ψ(BX ∗ (0, 1)) = BY ∗ (0, 1). Por
tanto ψ es sobreyectiva y abierta.
Acaba así la demostración de los diferentes apartados. 

En el espacio vectorial X, un hiperplano que pasa por el origen es un


subespacio vectorial Y propio maximal de X, o equivalentemente, un subes-
pacio vectorial de codimensión 1. Toda forma lineal no nula f definida en X
determina un hiperplano mediante Y = Ker f y, recíprocamente, para todo
hiperplano Y existe una forma lineal f tal que Y = Ker f . Si (X, k · k) es un
espacio normado, el hecho de que el hiperplano Y sea cerrado equivale a que
la forma lineal f sea continua por el apartado (ii) de la proposición 1.2.9.
Con este lenguaje, la propiedad (iv) en la proposición anterior se formula di-
ciendo que la clausura de un subespacio vectorial es la intersección de todos
los hiperplanos cerrados que lo contienen.
Definición 3.1.9.
Dado un espacio normado (X, k · k) su bidual X ∗∗ es el conjunto de
formas lineales y continuas definidas en el espacio dual (X ∗ , k · k).

El bidual de un espacio normado es un espacio de Banach dotado de la


norma dual
kx∗∗ k = sup{|x∗∗ (x∗ )| : x∗ ∈ BX ∗ }. (3.3)
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 240

La propiedad (ii) del corolario 3.1.8 nos dice que la aplicación ˆ: X → X ∗∗


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

que envía cada x ∈ X a x̂ ∈ X ∗∗ definida por x̂(x∗ ) = x∗ (x), para x∗ ∈ X ∗ ,


es una isometría cuando consideramos en X su norma y en X ∗∗ la norma
dada por la fórmula (3.3).
Utilizando como herramienta el teorema de Hahn-Banach se demues-
tra el siguiente resultado que permite calcular los duales de subespacios y
cocientes.

Proposición 3.1.10.
Sean X un espacio normado e Y un subespacio vectorial cerrado de X.
Sea Q : X −→ X/Y la aplicación cociente y sea Y ⊥ := {f ∈ X ∗ : f (Y ) = 0}
el ortogonal de Y . Entonces:
(i) La aplicación α : X ∗ /Y ⊥ −→ Y ∗ definida por α(g + Y ⊥ ) = g Y
es un
isomorfismo isométrico.
(ii) La aplicación β : (X/Y )∗ −→ Y ⊥ definida por β(g) = g ◦ Q es un
isomorfismo isométrico.

Demostración. Obsérvese, en primer lugar, que α está bien definida; en


segundo lugar, que α es lineal e inyectiva y, finalmente, que es continua, pues
si g ∈ X ∗ para todo h ∈ Y ⊥ se tiene

kg Y
k = k(g + h) Y
k ≤ kg + hk,

y por consiguiente, kg Y k ≤ kg + Y ⊥ k. Por otra parte si h ∈ Y ∗ , el teorema


de Hahn-Banach asegura la existencia de f ∈ X ∗ con kf k = khk y f Y = h.
Así α(f + Y ⊥ ) = h y khk = kf k ≥ kf + Y ⊥ k. Es decir, α es una isometría
sobreyectiva, lo que prueba (i).
La aplicación β considerada en (ii) también está bien definida, ya que si
f ∈ (X/Y )∗ entonces f ◦ Q es una aplicación lineal continua que se anula
en Y . Además β es lineal y continua gracias a la desigualdad kβ(f )k =
kf ◦ Qk ≤ kf kkQk = kf k. De hecho, es una isometría. En efecto, para cierta
sucesión (xn )n ⊂ X tenemos kf k = lı́mn |f (xn + Y )|, siendo kxn + Y k < 1
y, por tanto, para cierto yn ∈ Y se tendrá kxn + yn k < 1. En consecuencia,
kβ(f )k ≥ |β(f )(xn + yn )| = |f (xn + Y )|, y tomando límites, concluimos que
kβ(f )k ≥ kf k.
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 241

Para ver la sobreyectividad de β definimos f : (X/Y ) −→ K mediante


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

f (x + Y ) = g(x), para g ∈ Y ⊥ ; f está bien definida puesto que g se anula en


Y . Además

|f (x + Y )| = |g(x)| = |g(x + y)| ≤ kgkkx + yk

para todo y ∈ Y , con lo que |f (x + Y )| ≤ kgkkx + Y k, es decir, f ∈ (X/Y )∗


y β(f ) = g. La demostración de (ii) está ahora completa. 

3.1.1. Unicidad de la extensión


En general la extensión proporcionada por el teorema de Hahn-Banach
no es única. Para convencerse basta tomar en (R2 , k · k1 ) el subespacio
Y = R × {0}. Si g es la proyección canónica en la primera coordenada,
entonces f1 (x, y) = x + y y f2 (x, y) = x − y son extensiones lineales de g que
conservan la norma. La propiedad de la unicidad de la extensión de Hahn-
Banach depende de una propiedad geométrica de las normas que definimos
a continuación.
Definición 3.1.11.

Una norma en X se dice estrictamente convexa si x+y
2
< 1 siem-
pre que kxk = kyk = 1 y x 6= y.

El teorema que sigue utiliza esta propiedad para caracterizar la unicidad de


la extensión conservando la norma.
Teorema 3.1.12. Taylor-Foguel, 1958, [68, 27].
En un espacio normado X las siguientes afirmaciones son equiva-
lentes:
(i) El espacio dual X ∗ con la norma dual es estrictamente convexo.
(ii) Para cada subespacio Y ⊂ X y para cada forma lineal continua
f : Y −→ K, existe una única forma lineal f˜ : X −→ K que
extiende a f con kf˜k = kf k.

Demostración. Para la implicación (i)⇒(ii) consideremos g : Y −→ K


lineal continua con kgk = 1 y supongamos que f1 , f2 ∈ X ∗ son extensiones
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 242

lineales de g tales que kf1 k = kf2 k = 1. Entonces 12 (f1 + f2 ) es también


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

una extensión de g, por lo que su norma es mayor o igual que kgk y en


consecuencia tenemos

1 1 1 1 1

1 ≤ (f1 + f2 )
≤ 2 kf1 k + 2 kf2 k = 2 + 2 = 1.
2
Pero por la convexidad estricta de X ∗ ha de ser f1 = f2 .
1Veamos ahora
que (ii)⇒(i). Sean f1 , f2 ∈ X ∗ tales que kf1 k = kf2 k = 1
y 2 (f1 + f2 ) = 1. Queremos probar que f1 = f2 , o lo que es lo mismo, que
el subespacio vectorial cerrado
Y := {x ∈ X : f1 (x) = f2 (x)}
coincide con X.
Si no fuera así, existiría z ∈ X \ Y con f1 (z) = 1 6= f2 (z). Pero, como
demostraremos después, en ese caso se cumpliría
kf1 Y
k = 1 = kf2 Y
k, (3.4)
con lo que obtendríamos que f1 y f2 son dos extensiones diferentes conservan-
do la norma de la aplicación lineal continua f1 |Y = f2 |Y , lo cual contradice
la unicidad de la extensión.
Prueba de la igualdad (3.4). Como 21 (f1 + f2 ) = 1, existe (xn )n
en SX tal que la sucesión |f1 (xn ) + f2 (xn )| converge a 2. Multiplicando cada
xn por un escalar adecuado de módulo 1, y denotando también el resultado
con xn , se puede suponer
0 ≤ f1 (xn ) + f2 (xn ) = |f1 (xn ) + f2 (xn )| ≤ |f1 (xn )| + |f2 (xn )| ≤ 2.
Por compacidad, pasando a una subsucesión, que seguiremos denotando con
(xn )n , puede suponerse que existen α = lı́mn f1 (xn ) y β = lı́mn f2 (xn ) con
|α| ≤ 1 y |β| ≤ 1. Pero entonces
α + β = lı́m(f1 (xn ) + f2 (xn )) = lı́m |f1 (xn ) + f2 (xn )| = 2,
n n
lo que exige α = β = 1. Definimos
f1 (xn ) − f2 (xn )
kn : = para n ∈ N
1 − f2 (z)
xn − kn z
yn : = cuando kxn − kn zk =
6 0.
kxn − kn zk
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 243

Como lı́mn kn = 0, lı́mn (yn − xn ) = 0 e yn ∈ Y para cada n ∈ N, se tiene


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

lı́m f1 (yn ) = lı́m f1 (xn ) = 1 = lı́m f2 (xn ) = lı́m f2 (yn )


n n n n

y por tanto se verifica la ecuación (3.4). 

En (Kn , k · kp ) o (ℓp , k · kp ), para 1 < p < +∞, las extensiones de Hahn-


Banach conservando la norma son únicas, ya que las normas duales son es-
trictamente convexas, véase el ejercicio 3.13. Para p = 1 (o p = ∞) no hay
unicidad de las extensiones. El siguiente ejemplo ilustra que puede haber
de hecho infinitas extensiones de Hahn-Banach conservando la norma: sean
X := C([0, 1]) con la norma del supremo, Y el subespacio de X consistente
en todas las funciones constantes y g : X → K la forma lineal dada por
g(y) = y(0), y ∈ Y . Para cada t ∈ [0, 1], ft (x) = x(t), x ∈ X, proporciona
una extensión lineal de g que conserva la norma.

3.1.2. Aplicaciones del teorema de Hahn-Banach


Como se dijo en la introducción del capítulo, el teorema de Hahn-Banach
es usado tan frecuentemente que muchas veces su utilización en la prueba de
otros resultados se hace sin referencia al mismo, asumiendo así que el lector
se da cuenta, sin más explicación, de que es empleado. Aún siendo esto así, en
esta sección incluimos como aplicaciones significativas del teorema de Hahn-
Banach la existencia de límites de Banach y un teorema de extensión para
operadores positivos en retículos vectoriales.

3.1.2.1. Límites de Banach


Sea c el espacio de las sucesiones convergentes (véase la sección 1.3) y
consideremos la aplicación L : c → K que a cada sucesión convergente x =
(xn )n le hace corresponder su límite lı́m xn . Dotado c de su norma habitual
k · k∞ , es bien conocido que:
(i) L es una aplicación lineal continua con kLk = 1.
(ii) Si x = (x1 , x2 , x3 , . . . ) ∈ c y xn ≥ 0 para cada n ∈ N, L(x) ≥ 0.
(iii) Si x = (x1 , x2 , x3 , . . . ) ∈ c y x′ = (x2 , x3 , x4 , . . . ), L(x) = L(x′ ).
Probaremos ahora que estas propiedades del funcional límite pueden ser
extendidas al espacio de sucesiones acotadas ℓ∞ .
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 244

Teorema 3.1.13.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Existe un funcional lineal L : ℓ∞ → K tal que:


(i) kLk = 1.
(ii) Si x = (xn )n ∈ c, entonces L(x) = lı́m xn .
(iii) Si x = (x1 , x2 , x3 , . . . ) ∈ ℓ∞ y xn ≥ 0 para cada n ∈ N, L(x) ≥ 0.
(iv) Si x = (x1 , x2 , x3 , . . . ) ∈ ℓ∞ y x′ = (x2 , x3 , x4 , . . . ), L(x) = L(x′ ).

Demostración. Supongamos en primer lugar que K = R. Consideremos el


subespacio vectorial de ℓ∞ dado por F := {x − x′ : x ∈ ℓ∞ } y definamos
1 := (1, 1, . . . ). Entonces se tiene:
Afirmación A. Si d es la distancia asociada a la norma k · k∞ se cumple
que d(1, F ) = 1.
Como 0 ∈ F , se tiene que d(1, F ) ≤ 1. Sea x ∈ ℓ∞ ; si xn − x′n ≤
0 para algún n, entonces k1 − (x − x′ )k∞ ≥ |1 − (xn − x′n )| ≥ 1.
Supongamos que xn − x′n ≥ 0 para todo n; entonces (xn )n es monótona
decreciente y acotada. Por lo tanto existe lı́m xn y en consecuencia se
tiene lı́mn (xn − x′n ) = 0, que conduce a k1 − (x − x′ )k∞ ≥ 1. Así queda
probada la afirmación.
Utilizando ahora el apartado (iii) del corolario 3.1.8, existe L : ℓ∞ → R
funcional lineal tal que kLk = 1, L(1) = 1 y L(f ) = 0 para cada f ∈ F . Este
funcional satisface las condiciones (i) y (iv) del teorema. Además se tiene:

Afirmación B. c0 ⊂ Ker L.
Para x ∈ c0 escribimos x(1) := x′ y x(n+1) := (x(n) )′ para n ≥ 1.
Observemos que x(n+1) − x = [x(n+1) − x(n) ] + · · · + [x(1) − x] ∈ F y
por lo tanto L(x(n) ) = L(x) para cada n ∈ N. Si ε > 0, tomamos nε
tal que |xm | < ε para m > nε . Se tiene

|L(x)| = |L(x(nε ) )| ≤ kx(nε ) k∞ = sup |xm | ≤ ε.


m>nε

Así x ∈ Ker L.

La condición (ii) es ahora claramente satisfecha por L. Para demostrar


(iii), supongamos que x = (xn )n es tal que xn ≥ 0 para cada n ∈ N y que
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 245

sin embargo L(x) < 0. Si reemplazamos x por x/kxk∞ , es todavía cierto


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

que L(x) < 0 y se sigue verificando que 1 ≥ xn ≥ 0 para cada n ∈ N. Pero


entonces k1 − xk∞ ≤ 1 y L(1 − x) = 1 − L(x) > 1, lo que contradice (i), y
la prueba queda terminada.
Ahora supongamos que K = C. Sea L1 el funcional que hemos definido
en ℓ∞ R para la parte de demostración ya realizada. Si x ∈ ℓC , entonces x =

x1 + ix2 de forma única, donde x1 , x2 ∈ ℓ∞ R . Sea L(x) := L1 (x1 ) + iL1 (x2 ).


Es fácil comprobar que L así definido es un funcional C-lineal que satisface
las propiedades (ii), (iii) y (iv) del teorema. Para acabar la prueba nos falta
demostrar que kLk = 1.
Sean E1 , E2 , . . . , Em ⊂ N disjuntos dos a dos y sean
Pmα1 , α2 , . . . , αm ∈ C
tales que |αk | ≤ 1 para todo k. Si escribimos P x = k χEk , entonces
k=1 αP
x ∈ ℓ y kxk∞ ≤ 1.PSe tiene que L(x) = k αk L(χEk ) = k αk L1S
∞ (χEk ).
Pero L1 (χEk ) ≥ 0 y k L1 (χEk ) = L1 (χE ) ≤ L1 (1) = 1, donde E = k Ek .
Como |αk | ≤ 1 para todo k, se deduce que |L(x)| ≤ 1. Si x es un elemento
arbitrario de ℓ∞ , kxk∞ ≤ 1, entonces existe una sucesión (xn )n ∈ ℓ∞ tal que
lı́mn kxn −xk∞ = 0, kxn k∞ ≤ 1, y cada xn es del tipo utilizado anteriormente,
i.e., toma sólo una cantidad finita de valores. Como claramente L es continua,
se tiene lı́mn L(xn ) = L(x) y dado que |L(xn )| ≤ 1 para cada n, concluimos
que |L(x)| ≤ 1. Así tenemos que kLk ≤ 1 y como L(1) = 1 se concluye que
kLk = 1 y termina la demostración. 

3.1.2.2. Espacios vectoriales ordenados


Hay numerosos espacios en los que existe un orden además de una estruc-
tura vectorial: R, los espacios C(K) o los espacios Lp (µ) son los primeros
ejemplos naturales en los que uno puede pensar. Hay otros ejemplos, no tan
evidentes, que, sin embargo, son muy importantes por sus aplicaciones: las
B ∗ -álgebras en las que el orden se define de forma natural una vez fijado el
cono de los elementos positivos, véase [58, Definition 11.27]. En este apartado
vamos a utilizar el teorema de Hahn-Banach para demostrar un teorema de
extensión para operadores positivos.
Todos los espacios vectoriales considerados en este apartado son reales.
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 246

Definición 3.1.14.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Un espacio vectorial ordenado es un par (X, ≤) donde X es un es-


pacio vectorial sobre R y ≤ es una relación en X satisfaciendo:
(i) Para cada x ∈ X se tiene x ≤ x.
(ii) Si x ≤ y e y ≤ z, entonces x ≤ z.
(iii) Si x ≤ y y z ∈ X, entonces x + z ≤ y + z.
(iv) Si x ≤ y y α ∈ [0, +∞), entonces αx ≤ αy.

Obsérvese que en la definición anterior no pedimos que la relación de


orden sea antisimétrica, es decir, que cumpla la propiedad: “si x ≤ y e y ≤ x,
entonces x = y”.
Definición 3.1.15.
Si X es un espacio vectorial real, un cono es un subconjunto no vacío
P de X tal que:
(i) Si x, y ∈ P , entonces x + y ∈ P .
(ii) Si x ∈ P y α ∈ [0, ∞), entonces αx ∈ P .
(iii) P ∩ (−P ) = {0}.

La siguiente proposición se deja como ejercicio al lector.

Proposición 3.1.16.
Si (X, ≤) es un espacio vectorial ordenado entonces el conjunto de los
elementos positivos, P = {x ∈ X : x ≥ 0}, satisface las propiedades (i) y (ii)
de la definición anterior. P es un cono (i.e. verifica además (iii)) si, y sólo
si, ≤ satisface la propiedad antisimétrica. Recíprocamente, si X es un espacio
vectorial real y P ⊂ X es un cono, entonces la relación ≤ definida por

x ≤ y si, y sólo si, y − x ∈ P,

hace de (X, ≤) un espacio vectorial ordenado cuya relación ≤ satisface la


propiedad antisimétrica.
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 247

Definición 3.1.17.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Si (X, ≤) es un espacio vectorial ordenado, un subconjunto A de X


se dice cofinal si para cada x ≥ 0 existe un a en A tal que a ≥ x. Un
elemento e de X se dice que es una unidad de orden si para cada x en
X existe un entero positivo n tal que −ne ≤ x ≤ ne.

En el espacio X = C(K), para K compacto, dotado del orden f ≤ g si,


y sólo si, f (x) ≤ g(x) para cada x ∈ K, toda función que no se anula es una
unidad en el orden. Si X = C(R), entonces X no tiene unidades de orden.
Si e es una unidad de orden, entonces {ne : n ≥ 1} es un conjunto cofinal.
Definición 3.1.18.
Si (X, ≤) e (Y, ≤) son espacios vectoriales ordenados y T : X → Y
es una aplicación lineal, diremos que T es positiva cuando

T (x) ≥ 0, para x ≥ 0.

Tenemos el siguiente resultado de extensión.


Teorema 3.1.19.
Sean (X, ≤) un espacio vectorial ordenado e Y ⊂ X un subespacio
vectorial que es cofinal. Si f : Y → R es un funcional lineal positivo, en-
tonces existe un funcional lineal positivo f˜ : X → R tal que f˜ restringido
a Y coincide con f .

Demostración. Sea P := {x ∈ X : x ≥ 0}. Es inmediato comprobar que


P − P es un subespacio vectorial, y por lo tanto X1 = Y + P − P también lo
es. Si existiera g : X1 → R lineal positivo extendiendo a f , entonces cualquier
extensión lineal f˜ de g a X sería un funcional lineal positivo que extendería
a f : efectivamente, si x ≥ 0, entonces x ∈ P ⊂ X1 y así f˜(x) = g(x) ≥ 0.
Por lo tanto para demostrar el teorema podemos suponer, y así lo hacemos,
que X = Y + P − P . Bajo esta última hipótesis tenemos:
Afirmación A. X = Y + P = Y − P .
Si x ∈ X, entonces x = y + p1 − p2 para ciertos y ∈ Y y p1 , p2 ∈ P .
Como Y es cofinal, existe y1 ∈ Y tal que y1 ≥ p1 . Por lo tanto se tiene
3.1. El teorema de Hahn-Banach: versión analítica 248

que p1 = y1 − (y1 − p1 ) ∈ Y − P , concluyéndose que


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

x = p1 + (y − p2 ) ∈ (Y − P ) + (Y − P ) ⊂ Y − P.

Análogamente se demuestra que X = Y + P .


Afirmación B. Si x ∈ X, entonces existen y1 , y2 ∈ Y tales que y2 ≤ x ≤ y1 .
De acuerdo a lo probado en el apartado anterior, dado x ∈ X existen
p1 , p2 ∈ P e y1 , y2 ∈ Y tales que x = y1 − p1 = y2 + p2 . Debido a que
y1 − x = p1 ≥ 0 y x − y2 = p2 ≥ 0 se tiene y2 ≤ x ≤ y1 y queda
demostrada la afirmación.
Por la afirmación B, para cada x ∈ X el conjunto {f (y) : y ∈ Y, y ≥ x} es
no vacío y acotado inferiormente en R. Podemos en consecuencia definir

q(x) := ı́nf{f (y) : y ∈ Y, y ≥ x}.

Afirmación C. El funcional q es subaditivo y positivamente homogéneo.


Es claro que q es positivamente homogéneo dado que f es lineal y que
las desigualdades en X y en R se preservan al multiplicar todos sus
miembros por números reales positivos. Por otro lado, si x1 , x2 ∈ X
entonces se tiene que

{f (y1 ) : y1 ∈ Y, y1 ≥ x1 } + {f (y2 ) : y2 ∈ Y, y2 ≥ x2 }
⊂ {f (y) : y ∈ Y, y ≥ x1 + x2 }

y al tomar ínfimos se obtiene que q(x1 + x2 ) ≤ q(x1 ) + q(x2 ).


Obsérvese ahora que el ser f positivo conduce a que si y ≥ x entonces
f (y) ≥ f (x) para y, x ∈ Y , y por lo tanto se tiene que q(x) ≥ f (x) para
cada x ∈ Y . Utilizando el teorema de Hahn-Banach 3.1.4, podemos asegurar
la existencia de un funcional lineal f˜ : X → R que extiende a f y tal que
f (x) ≤ q(x) para cada x ∈ X. Así, si x ∈ P se tiene −x ≤ 0 ∈ Y y por lo
tanto será q(−x) ≤ f (0) = 0. De aquí podemos concluir que para cada x ∈ P

−f˜(x) = f˜(−x) ≤ q(−x) ≤ 0

o lo que es lo mismo, que f˜(x) ≥ 0, y queda terminada la demostración. 

Como consecuencia inmediata del teorema anterior se obtiene,


3.2. La propiedad de extensión 249

Corolario 3.1.20.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea (X, ≤) un espacio vectorial ordenado y e ∈ X una unidad de orden. Si


Y es un subespacio vectorial y e ∈ Y entonces cada funcional lineal positivo
definido en Y tiene una extensión positiva a un funcional lineal definido
en X.
El teorema 3.1.19, que en esencia es el teorema de Hahn-Banach, puede
utilizarse para demostrar que toda B ∗ -álgebra es isométricamente ∗ -isomorfa
a una subálgebra cerrada de L(H, H), para un espacio de Hilbert H adecua-
do, véase [58, Theorem 12.41].

3.2. La propiedad de extensión


El teorema de Hahn–Banach asegura que todo funcional f0 : Y0 −→ K
lineal continuo definido en un subespacio Y0 del espacio normado Y puede
ser extendido a un funcional lineal continuo f definido en Y conservando la
norma. La propiedad de extensión estudia la posibilidad de reemplazar el
cuerpo K por un espacio normado.

Definición 3.2.1.
Sea X un espacio normado sobre K. Diremos que X tiene la propie-
dad de extensión si para cada terna (Y, Y0 , T0 ), donde Y es un espacio
normado sobre K, Y0 un subespacio vectorial de Y y T0 : Y0 −→ X una
aplicación lineal continua, existe una aplicación lineal T : Y −→ X que
extiende a T0 con kT k = kT0 k.

Observaciones
• Si X tiene la propiedad de extensión, entonces X es un espacio de
e X, I), siendo X
Banach. Esto se obtiene de la definición aplicada a (X, e
el completado de X e I la identidad de X en X.
• Utilizando el lema de Zorn, en la forma usual, es fácil probar que X
tiene la propiedad de extensión si, y sólo si, X tiene la propiedad de
extensión “inmediata”, que corresponde a considerar en la definición
anterior únicamente ternas para las que Y0 es de codimensión 1 en Y .
3.2. La propiedad de extensión 250

• En el lenguaje de teoría de categorías, los espacios con la propiedad de


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

extensión son precisamente los objetos inyectivos de la categoría de los


espacios de Banach, cuyos objetos son los espacios de Banach y cuyos
morfismos son las aplicaciones lineales continuas de norma uno.
El lema siguiente es un resultado técnico que caracteriza la propiedad de
extensión inmediata en términos de una cierta propiedad de intersección de
bolas cerradas.
Lema 3.2.2.
Sea X un espacio normado. Sea (Y, Y0 , T0 ) tal que Y es un espacio nor-
mado, Y0 es un subespacio de Y de codimensión 1 y T0 : Y0 −→ X es una
aplicación lineal continua. Sea y0 ∈ Y tal que Y = Y0 ⊕ span{y0 }. Las si-
guientes afirmaciones son equivalentes:
(i) Existe una extensión lineal T : Y −→ X de T0 a Y con kT k = kT0 k.
\
(ii) El conjunto B[T0 (y), r(y)] es no vacío, donde r(y) = kT0 k ky −y0 k.
y∈Y0
Demostración. Si existe una extensión
T lineal T en las condiciones de (i),
tomando x0 := T (y0 ) se tiene x0 ∈ y∈Y0 B[T0 (y), r(y)], ya que para cada
y ∈ Y0 se cumple
kx0 − T0 (y)k = kT0 (y0 ) − T0 (y)k ≤ kT0 k ky − y0 k = r(y).
Esto prueba que (i)⇒(ii). T
Recíprocamente, supongamos (ii) y sea x0 ∈ y∈Y0 B[T0 (y), r(y)]. La
fórmula
T (y + ay0 ) = T0 (y) + ax0 ,
con y ∈ Y0 y a ∈ K, define una extensión lineal T : Y ⊕ span{y0 } −→ K de
T0 cuya norma verifica kT k = kT0 k. En efecto, para a 6= 0 se tiene
kT (y + ay0 )k = |a| kT (−a−1 y − y0 )k
= |a| kT0 (−a−1 y) − x0 k
≤ |a| kT0 k k − a−1 y − y0 k = kT0 k ky + ay0 k,
de donde kT k ≤ kT0 k y por tanto kT k = kT0 k. Así pues (ii)⇒(i). 

Introducimos a continuación una propiedad de intersección que permitirá


caracterizar los espacios de Banach que cumplen la propiedad de extensión.
3.2. La propiedad de extensión 251

Definición 3.2.3.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea X un espacio normado. Diremos que X tiene la propiedad de


intersección si cualquier colección {B[xi , ri ] : i ∈ I} de bolas cerradas
en X tiene intersección no vacía siempre que se cumpla la condición
siguiente: para cada conjunto finito J ⊂ I

para cada J ⊂ I finito y cada familia (aj )j∈J ⊂ K


X X X
(3.5)
si aj = 0, entonces aj x j ≤ |aj |rj .
j∈J j∈J j∈J

Obsérvese que la condición (3.5) supone, en particular, que las bolas de


la colección se corten dos a dos (cada dos tienen intersección no vacía). De
hecho, en el caso K = R, la condición (3.5) equivale a que las bolas se corten
dos a dos; éste es el contenido de la siguiente
Proposición 3.2.4.
Sea X un espacio normado real. Una familia {B[xi , ri ] : i ∈ I} de bolas
cerradas en X cumple la condición (3.5) si, y sólo si, cada pareja de bolas
de la familia tiene intersección no vacía.
Demostración. Por comodidad denotaremos con (In ) la condición (3.5)
cuando el cardinal de J sea n. Obviamente, si se cumple la condición (3.5), es-
to es, se cumple la condición (In ) para todo n ∈ N, en particular se cumple
la condición (I2 ). En consecuencia kxj1 − xj2 k ≤ rj1 + rj2 y por tanto el
segmento que une xj1 y xj2 contendrá puntos de B[xj1 , rj1 ] ∩ B[xj2 , rj2 ] que,
en consecuencia, será no vacío cualesquiera que sean j1 , j2 ∈ I; es decir las
bolas se cortan dos a dos.
Recíprocamente, supongamos ahora que las bolas se cortan dos a dos,
esto es, se cumple (I2 ). Procediendo por inducción sobre n veamos que se
cumple (In ) para todo n, esto es la condiciónP(3.5). Supongamos que se
verifica (In−1 ), y sean (aj )1≤j≤n ⊂ R tales que 1≤j≤n aj = 0. Sin pérdida
de generalidad podemos suponer

aj > 0 para 1 ≤ j ≤ k < n,


aj < 0 para k + 1 ≤ j ≤ n,
ak ≥ |ak+1 |
3.2. La propiedad de extensión 252

y en ese caso se tiene


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Xn X k n
X

aj x j = aj xj + ak+1 xk − ak+1 xk + aj x j
j=1 j=1 j=k+1
Xk−1 n
X

= aj xj + (ak + ak+1 )xk + aj xj + ak+1 (−xk + xk+1 )
j=1 j=k+2
Xk−1 n
X

≤ aj xj +(ak + ak+1 )xk + aj xj + kak+1 (−xk + xk+1 )k
j=1 j=k+2
k−1
X n
X
≤ |aj |rj + |ak + ak+1 |rk + |aj |rj + |ak+1 |kxk − xk+1 k
j=1 j=k+2
k−1
X n
X
= aj rj + (ak + ak+1 )rk + −aj rj − ak+1 (rk + rk+1 )
j=1 j=k+2
Xn
= |aj |rj
j=1

sin más que aplicar a cada una de las dos normas que aparecen en las ecua-
ciones anteriores las fórmulas (In−1 ) e (I2 ) respectivamente. 

La propiedad de extensión es equivalente a la siguiente propiedad de


proyección.
Definición 3.2.5.
Un espacio normado X tiene la propiedad de la proyección si para
cualquier espacio normado Y que contenga a X como subespacio exis-
te una aplicación lineal P : Y −→ X de norma 1 con P (Y ) = X y
P (x) = x para cada x ∈ X.

Por brevedad nos referiremos a una aplicación P del tipo anterior como
una proyección de Y sobre X. Aunque la equivalencia entre la propiedad de
extensión y la propiedad de proyección puede establecerse de forma directa,
aquí será probado a través de la propiedad de intersección, cerrando, como
se verá, un ciclo de equivalencias.
3.2. La propiedad de extensión 253

La propiedad de proyección se puede formular también diciendo que X


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

es 1-complementado en cada uno de los espacios normados que lo contienen.


Y como ocurre para las restantes propiedades que estamos considerando en
esta sección, es fácil comprobar que un espacio normado con la propiedad de
proyección necesariamente es un espacio de Banach.
Teorema 3.2.6.
Si X es un espacio de Banach, las siguientes afirmaciones son equi-
valentes:
(i) X tiene la propiedad de intersección.
(ii) X tiene la propiedad de extensión.
(iii) X tiene la propiedad de proyección.

Demostración. Supongamos que X tiene la propiedad de intersección y


veamos que X tiene la propiedad de extensión inmediata. Siendo (Y, Y0 , T0 ),
y0 y r(y) como en el lema 3.2.2, basta probar que
\
B[T0 (y), r(y)] 6= ∅.
y∈Y0

Para ello, debido a que X tiene la propiedad de intersección, es suficiente


ver que la colección de bolas cerradas {B[T0 (y), r(y)] : y ∈ Y0 } verifica la
condición P(3.5). Pero si J es un conjunto finito de naturales, (aj )j∈J ⊂ K
tales que j∈J aj = 0 e (yj )j∈J ⊂ Y0 , entonces
X X  X

aj T0 (yj ) = T0 aj yj ≤ kT0 k aj y j
j∈J j∈J j∈J
X X

= kT0 k aj (yj − y0 ) ≤ |aj |kT0 k k(yj − y0 )k
j∈J j∈J
X
= |aj |r(yj ).
j∈J

Y como la propiedad de extensión inmediata, junto con el lema de Zorn,


implican la propiedad de extensión, se obtiene que (i) ⇒ (ii).
Si X tiene la propiedad de extensión e Y es un espacio de Banach que
contiene a X como subespacio, tomando (Y, Y0 , T0 ) como (Y, X, I) (donde I
3.2. La propiedad de extensión 254

es la identidad en X) se obtiene una aplicación lineal T : Y −→ X que es


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

una proyección de norma 1. Esto prueba la implicación (ii)⇒(iii).


Finalmente para demostrar que (iii) implica (i) haremos uso del siguiente
Aserto. Sea B = {B[xi , ri ] : i ∈ I} una colección de bolas ce-
rradas en X que cumple la condición (3.5) de la definición 3.2.3.
Sea Y := X ⊕ K. Entonces existe una norma en Y , que induce
sobre X la norma original, tal queT para cada proyección
 lineal
continua P de Y sobre X se tiene i∈I B xi , kP kri 6= ∅.
Dejemos para después la demostración del aserto y apliquémoslo ahora a la
demostración de (iii)⇒(i). Hemos de probar que si B = {B[xi , ri ] : i ∈ I} es
una colección arbitraria de bolas cerradas en X que cumple la condición (3.5),
entonces la intersección de la familia B es no vacía. A tal fin, sea Y el espacio
normado correspondiente a la familia B considerado en el aserto. Por la
condición (iii) existe una proyección P : Y T −→ X de norma 1, pero en
ese caso, aplicando el aserto, obtenemos que i∈I B[xi , ri ] 6= ∅ y por tanto
(iii)⇒(i).
Demostración del Aserto. Definimos r := ı́nf{ri : i ∈ I} y distinguimos
los casos, r = 0 y r > 0.
Cuando r = 0, la norma |y| := kxk + |a|, donde identificamos, como es
habitual, y = x + a = (x, a), sirve para probar el aserto. Eso es obvio en el
supuesto de que para cierto i0 ∈ I sea ri0 =T0, ya que entoncesT kxi0−xi k ≤ ri
para todo i ∈ I por (3.5) y por tanto xi0 ∈ i∈I B[xi , ri ] ⊂ i∈I B xi , kP kri
pues, necesariamente, para cualquier proyección P de Y sobre X se tiene que
kP k ≥ 1. En el supuesto de que sea ri > 0 para todo i ∈ I, existe una sucesión
(rin )n con límite 0. En consecuencia, aplicando la condición (I2 ), se obtiene
que la sucesión (xin )n es de Cauchy y por tanto convergente a cierto x0 ∈ X.
Al ser kxi −Txin k ≤ ri + rin Tse obtiene,
 tomando
 límites, kxi − x0 k ≤ ri , es
decir, x0 ∈ i∈I B[xi , ri ] ⊂ i∈I B xi , kP kri para cualquier proyección P
de Y en X. L
Pasemos ahora al caso r > 0. Denotemos con y0 el vector (0, 1) en X K
y consideremos la función | · | : Y −→ R+ definida por
 X X 
|y| = ı́nf kxk + |aj |rj : y = x + aj (xj − y0 ), x ∈ X ,
j∈J j∈J

donde el ínfimo está tomado sobre todas las descomposiciones de y ∈ Y de la


forma anterior, con J ⊂ I finito y B[xj , rj ] ∈ B. Veamos que dicha función
3.2. La propiedad de extensión 255

es una norma en Y que coincide en X con la norma original y que cumple la


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

condición buscada.
Desde luego, la función | · | satisface |λx| = |λ||x| y |x| ≤ kxk, para
cada x ∈PX y cada λ ∈ R. Pero de hecho se tiene |x| = kxk, P ya que si
x = x + j∈J aj (xj − y0 ), con x ∈ X, entonces necesariamente j∈J aj = 0
′ ′

y por tanto, haciendo uso de (3.5), se concluye que


X X X

kxk = x′ + aj xj ≤ kx′ k + aj xj ≤ kx′ k + |aj |rj .
j∈J j∈J j∈J

En consecuencia, kxk ≤ |x| para cada x ∈ X.


Fijados y1 , y2 ∈ Y , existen descomposiciones de los vectores
X X
y 1 = x1 + aj (xj − y0 ) e y2 = x2 + aj (xj − y0 )
j∈J1 j∈J2

tales que
X X
kx1 k + |aj |rj < |y1 | + ε/2 y kx2 k + |aj |rj < |y2 | + ε/2.
j∈J1 j∈J2
P P
Así, y1 + y2 = (x1 + x2 ) + j∈J1 aj (xj − y0 ) + j∈J2 aj (xj − y0 ), siendo
X X
|y1 + y2 | ≤ kx1 + x2 k + |aj |rj + |aj |rj
j∈J1 j∈J2
X X
≤ kx1 k + |aj |rj + kx2 k + |aj |rj
j∈J1 j∈J2

< |y1 | + |y2 | + ε,

De aquí se obtiene |y1 + y2 | ≤ |y1 | + |y2 |.


Además, si |y| = 0, siendo y = x + ay0 con x ∈ X y a ∈ K, entonces
y = 0. EnPefecto, para cada ε > 0 existe una descomposición de la forma
y = x + j∈J aj (xj − y0 ) con

X X X X


ε > kx k + |aj |rj ≥ |aj |rj ≥ r |aj | ≥ r aj = r|a|,
j∈J j∈J j∈J j∈J

lo que exige a = 0 y por tanto y = 0. Así pues | · | es una norma en Y .


3.2. La propiedad de extensión 256

Si P : Y −→ X es una proyección continua, entonces, recordando la


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

definición de |xi − y0 |, se tiene

kxi − P (y0 )k = kP (xi − y0 )k ≤ kP k |xi − y0 | ≤ kP kri ,

y en consecuencia \
P (y0 ) ∈ B[xi , kP kri ].
i∈I

La demostración del aserto, y por tanto del teorema, está completa. 

Aunque ya ha sido demostrado con otros procedimientos (véase el teore-


ma 3.1.2), podemos utilizar la implicación (i)⇒(ii) del teorema 3.2.6 con el
fin de dar otra prueba del teorema de Hahn–Banach para espacios normados
reales. Para ello hay que ver que R cumple la propiedad de intersección 3.2.3,
aunque haciendo uso de la proposición 3.2.4 es suficiente aplicar el siguiente

Lema 3.2.7.
Una colección de bolas cerradas en R tiene intersección no vacía si, y sólo
si, cada pareja de ellas tiene intersección no vacía.

Demostración. Sea B = {B[xi , ri ] : i ∈ I} una colección de bolas cerradas


en R que se cortan dos a dos y que denotamos, por comodidad, con (Ii )i∈I
donde Ii = [ci , di ]. Veamos que la intersección de la familia es no vacía. Como
los intervalos Ii = [ci , di ] e Ij = [cj , dj ] se cortan, necesariamente ha de ser
ci ≤ dj para cualesquiera i, j ∈ I. Tomando supremos

c := sup ci ≤ dj , para cada j ∈ I.


i∈I

Y tomando ínfimos
c ≤ ı́nf dj =: d.
j∈I
\
En consecuencia [c, d] ⊂ B[xi , ri ]. 
i∈I

Para C la situación es un poco más compleja.


3.2. La propiedad de extensión 257

Lema 3.2.8.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Una colección B = {B[zi , ri ] : i ∈ I} de bolas cerradas en C tiene inter-


sección no vacía si, y sólo si, para cada subconjunto J ⊂ I con card(J) = 3
y cada familia (aj )j∈J ⊂ C se cumple la siguiente condición:
X X X

si aj = 0, entonces aj zj ≤ |aj |rj . (3.6)
j∈J j∈J j∈J
T
Demostración. Si la intersección de la familia es no vacía y z ∈ i∈I B[zi , ri ]
entonces X X X

aj zj = aj (zj − z) ≤ |aj |rj , (3.7)
j∈J j∈J j∈J
P
siempre que aj ∈ C y j∈J aj = 0. Por tanto se satisface (3.6). La ecua-
ción (3.7) también también puede ser interpretada en el sentido de que la
propiedad dada por (3.6) es invariante por traslaciones, algo que utilizare-
mos luego.
La demostración del recíproco la haremos utilizando dos resultados: a)
un teorema de Helly sobre conjuntos convexos en Rn , que puede encontrarse
en [19, Theorem 17],
Teorema de Helly. En Rn , una colección finita de m conjuntos
convexos, con m ≥ n, tiene intersección no vacía si se cumple
que cada n + 1 de ellos tienen intersección no vacía.
y b) la propiedad auxiliar que formulamos a continuación y que probaremos
después,
Aserto. Si tres bolas cerradas en C cumplen la condición de la
ecuación (3.6) entonces tienen un punto en común.
Admitidas ambas proposiciones veamos la demostración del recíproco.
Como la familia B satisface la condición (3.6), aplicando el aserto, se obtiene
que cada terna de elementos en dicha familia tiene intersección no vacía.
Además, los elementos de B son subconjuntos convexos de R2 , por lo que
utilizando ahora el teorema de Helly obtenemos que cada subconjunto finito
de B tiene intersección no vacía. Finalmente, como los elementos de B son
conjuntos compactos y la familia B cumple la propiedad de intersección
finita, la compacidad garantiza que la intersección total de los elementos de
la familia B es un conjunto no vacío. Esto acaba la prueba del lema.
3.2. La propiedad de extensión 258

Demostración del aserto. Comencemos observando que la ecuación (3.6)


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

impide que las bolas puedan ser tangentes externas dos a dos, es decir, que
cada pareja sólo tenga en común un punto. En efecto, si tal cosa ocurriera,
mediante una traslación podría suponerse que z3 = 0, y entonces la ecua-
ción (3.6) se traduce en

|az1 + bz2 − (a + b)z3 | = |az1 + bz2 | ≤ |a|r1 + |b|r2 + |a + b|r3

para todo a, b ∈ C. Eligiendo a y b para que az1 = |z1 | y bz2 = |z2 | (con lo
cual |a| = |b| = 1), la desigualdad precedente se transforma en

|az1 + bz2 | = |z1 | + |z2 | = r1 + r3 + r2 + r3 ≤ r1 + r2 + |a + b|r3 ,

ya que z3 = 0 y la condición de tangencia implica que |z1 | = r1 + r3 y


|z2 | = r2 + r3 . Simplificando se tiene 2r3 ≤ |a + b|r3 < (|a| + |b|)r3 = 2r3 , lo
cual es absurdo.
Si una de las tres bolas está contenida en alguna de las otras dos, en-
tonces el aserto es trivial debido a que la ecuación (3.6) implica que cada
dos bolas se cortan. Finalmente, analicemos el caso en que hay dos bolas
que se cortan en más de un punto sin que una esté T contenida en la otra.
Se tendría entonces que el conjunto K := B[z1 , r1 ] B[z2 , r2 ] es compacto
y contiene más de un punto. Si z3 ∈ K el aserto es evidente. En caso con-
trario existe un punto z ∈ K que minimiza la distancia de z3 a K, es decir,
d(z3 , K) = |z3 − z| > 0 y, necesariamente, z pertenece a la frontera de K, que
consiste en dos arcos pertenecientes a las circunferecias S[z1 , r1 ] y S[z2 , r2 ].
Caben entonces dos alternativas: o bien el punto z no está en la intersección
de dichas circunferencias, o bien sí lo está.

Empecemos por analizar el primer caso y supon-


z1
z2 gamos, por ejemplo, que z está en S[z1T, r1 ] \ S[z2 , r2 ].
z Obsérvese que, necesariamente, [z1 , z3 ] S[z1 , r1 ] = z
y se cumple |z3 − z| = |z3 − z1 | − r1 . Por tanto será
z3 d(z3 , K) = |z3 − z| = |z1 − z3 | − r1 ≤ r1 +Tr3 − r1 = r3 ,
haciendo uso de la desigualdad (3.6). Pero esto prueba que z ∈ 3j=1 B[zj , rj ]
y el aserto está probado en este caso.
3.2. La propiedad de extensión 259
T
En el segundo caso, z ∈ S[z1 , r1 ] S[z2 , r2 ], es claro
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

z2 que z3 está comprendido entre las rectas que determi-


z1
nan las parejas de puntos (z1 , z) y (z2 , z), tal y como
z se indica en la figura. Admitamos, luego lo demostra-
remos, que existen complejos α y β que cumplan la
z3 ecuación

|α||z1 − z| + |β||z2 − z| + |z − z3 | = |α(z1 − z) + β(z2 − z) + (z − z3 )| (3.8)

con α + β = 1. En tal caso, usando de nuevo la desigualdad (3.6), se tendría

|α||z1 − z| + |β||z2 − z| + |z − z3 | = |α(z1 − z) + β(z2 − z) + (z − z3 )|


= |α|r1 + |β|r2 + |z − z3 |
[ reescribiendo lo anterior ] = |αz1 + βz2 − z3 |
≤ |α|r1 + |β|r2 + r3 .
T
De donde se obtiene que |z − z3 | ≤ r3 , es decir, z ∈ 3j=1 B[zj , rj ].
Vamos a probar ahora la existencia de los números α y β que satisfacen la
ecuación (3.8). El objetivo perseguido y los cálculos que siguen proporcionan
los candidatos naturales para α y β.

|α(z1 − z) + β(z2 − z) + (z − z3 )|

= α|z1 − z|eiθ1 + β|z2 − z|eiθ2 + |z − z3 |eiθ3

= λei(θ3 −θ1 ) |z1 − z|eiθ1 + µei(θ3 −θ2 ) |z2 − z|eiθ2 + |z − z3 |eiθ3

= λ|z1 − z| + µ|z2 − z| + |z − z3 |
= λ|z1 − z| + µ|z2 − z| + |z − z3 |
= |α||z1 − z| + |β||z2 − z| + |z − z3 |

donde θ1 , θ2 y θ3 son los argumentos principales de z1 − z, z2 − z y z − z3 ,


respectivamente, y λ, µ hemos supuesto que son positivos. Sólo falta probar
que es posible elegir λ, µ positivos para que se tenga α + β = 1. Pero esta
condición conduce a un sistema lineal de dos ecuaciones en las incógnitas
λ, µ con solución única dada por
sen(θ3 − θ2 ) sen(θ1 − θ3 )
λ= y µ=
sen(θ1 − θ2 ) sen(θ1 − θ2 )
3.2. La propiedad de extensión 260

que efectivamente responde a nuestras necesidades (obsérvese que en el caso


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

que estamos considerando θ1 − θ2 no es múltiplo de π). Acaba así la demos-


tración del aserto. 

Como ya dijimos con ocasión del lema 3.2.7, también el lema 3.2.8 pro-
porciona, junto con el teorema 3.2.6, una prueba alternativa para el teorema
de Hahn-Banach en el caso de los espacios normados complejos.
Analizamos ahora la condición (3.5) que aparece en la definición 3.2.3 en
términos del dual.
Definición 3.2.9.
Una colección {B[xi , ri ] : i ∈ I} de bolas cerradas en un espacio
normado X se dice que tiene la propiedad de intersección débil si la
colección de bolas {B[x∗ (xi ), ri ] : i ∈ I} tiene intersección no vacía en
K para cada x∗ ∈ BX ∗ .

Proposición 3.2.10.
Sea {B[xi , ri ] : i ∈ I} una familia de bolas cerradas en el espacio normado
X sobre K. Son equivalentes:
(i) La familia {B[xi , ri ] : i ∈ I} tiene la propiedad de intersección débil.
(ii) La familia {B[xi , ri ] : i ∈ I} cumple la propiedad siguiente: para cada
J ⊂ I finito, y cada familia (aj )j∈J ⊂ K
X X X

aj x j
si aj = 0 entonces ≤ |aj |rj .
j∈J j∈J j∈J

Además:
(iii) Para K = R, cada una de las condiciones anteriores equivale a que las
bolas se corten dos a dos.
(iv) Para K = C, cada una de las condiciones anteriores equivale al caso
particular de (ii) que se obtiene al exigir, además, card J = 3.

Demostración.
P Veamos en primer lugarT que (i) implica (ii). Sean J ⊂ I
finito y j∈J aj = 0. Si x∗ ∈ BX ∗ y α ∈ i∈I B[x∗ (xi ), ri ] se tiene
3.2. La propiedad de extensión 261
  X
∗ X X  X
x ∗ aj x (xj ) − α ≤

Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

aj x j = aj x (xj ) = |aj |rj ,


j∈J j∈J j∈J j
P P
y al ser kxk = sup{|x∗ (x)|; x∗ ∈ BX ∗ } se tiene k j aj xj k ≤ j |aj |rj .
Supongamos en primer lugar K = R. Hemos visto en la proposición 3.2.4
que (ii) y (iii) son equivalentes. Para acabar la prueba basta demostrar que
(iii) implica (i). Pero como las bolas (B[xi , ri ])i∈I se cortan dos a dos, tam-
bién las bolas (B[x∗ (xi ), ri ])i∈I se cortan dos a dos en R para cada x∗ ∈ BX ∗ .
Aplicando el lema 3.2.7 se obtiene (i).
Veamos ahora el caso K = C. El enunciado (iv) es un caso particular del
enunciado (ii), y por tanto (ii)⇒(iv), siendo suficiente probar que (iv)⇒(i).
De la condición (iv) se obtiene que para cada x∗ ∈ BX ∗ y cada J ⊂ I con
tres elementos se cumple:
X X X

si aj = 0, entonces aj x (xj )

(3.9)
≤ |aj |rj
j∈J j∈J j∈J

donde aj ∈ C. Entonces podemos aplicar el lema 3.2.8 para concluir que la


familia {B[x∗ (xi ), ri ] : i ∈ I} tiene intersección no vacía en C. 

Aplicando este resultado y el teorema 3.2.6 se obtiene la siguiente carac-


terización.
Corolario 3.2.11.
Si X es un espacio de Banach sobre K son equivalentes las siguientes
afirmaciones:
(i) X tiene la propiedad de extensión.
(ii) X tiene la propiedad de proyección.
(iii) X tiene la propiedad de intersección.
(iv) Cualquier colección de bolas en X con la propiedad de intersección débil
tiene intersección no vacía.
Además:
(v) Si K = R cada una de las propiedades anteriores equivale a la propiedad
de intersección binaria: “Una colección de bolas cerradas en X que se
cortan dos a dos tiene intersección no vacía”.
3.3. Teorema de la acotación uniforme 262

(vi) Si K = C cada una de las propiedades anteriores equivale a que cual-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

quier colección de bolas cerradas en X tenga intersección no vacía siem-


pre que, para subconjuntos J con tres elementos, se cumpla la condición
de la ecuación (3.5).
Para acabar mencionemos, sin demostración, que además de una carac-
terización geométrica de los espacios de Banach que cumplen la propiedad
de extensión, puede darse un teorema de representación de tales espacios.

Teorema 3.2.12. Nachbin, 1950 [56]; Goodner, 1952 [29]; Kelley,


1952 [43]; Hasumi, 1958 [34].
Sea (X, k · k) un espacio de Banach sobre K. Las siguientes afirmaciones
son equivalentes:
(i) X tiene la propiedad de extensión.
(ii) X es isométricamente isomorfo al espacio (C(K, K), k·k∞ ), siendo
K un compacto stoniano (i.e. la clausura de cada abierto de K es
un abierto).

3.3. Teorema de la acotación uniforme


En esta sección y en la sección 3.4 necesitaremos utilizar algunas nociones
y resultados topológicos que exponemos a continuación con el ánimo de hacer
este manual autocontenido. Los conceptos y la terminología que siguen se
deben a Baire.
Definición 3.3.1.
Sea T un espacio topológico y R un subconjunto de T . Se dice que
R es denso en ninguna parte o raro si su clausura tiene interior vacío,
i.e., int R = ∅. Las uniones numerables de conjuntos raros en T se
llaman conjuntos de primera categoría en T . Los conjuntos que no son
de primera categoría en T se llaman de segunda categoría en T .

Obsérvese que el espacio T es de segunda categoría en sí mismo si, y sólo


si, la intersección numerable de abiertos densos es no vacía. A las interseccio-
nes numerables de abiertos se les da en topología el nombre de conjuntos Gδ .
3.3. Teorema de la acotación uniforme 263

Definición 3.3.2.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Un espacio topológico se llama de Baire si la intersección de cualquier


sucesión de abiertos densos es un conjunto denso.

Todo espacio de Baire es de segunda categoría en sí mismo. El siguiente


teorema, conocido como teorema de la categoría, es una herramienta funda-
mental para la prueba de muchos resultados del Análisis, como tendremos
ocasión de comprobar en las secciones siguientes.

Teorema 3.3.3. Baire, 1899.


Si (M, d) es un espacio métrico completo, entonces M es un espacio
de Baire.

Demostración.
T Sea (Gn )n∈N una sucesión de abiertos densos. Para demos-
trar que n∈N Gn es denso,Tprobaremos que para cualquier abierto no vacío
V ⊂ M se tiene que V ∩ ( n∈N Gn ) es no vacío. Por la densidad de G1 en
M , G1 ∩ V es un abierto no vacío. Tomemos x1 ∈ M y r1 < 1 de modo que
B[x1 , r1 ] ⊂ V ∩ G1 . Por la densidad de G2 en M , existen x2 ∈ M y r2 < 1/2
de modo que B[x2 , r2 ] ⊂ G2 ∩B(x1 , r1 ) ⊂ G1 ∩G2 ∩V . Por inducción se cons-
truyen sucesiones (xn )n en M y (rn )n en (0, ∞) con rn < 1/n, de modo que
B[xn , rn ] ⊂ Gn ∩ B(xn−1 , rn−1 ) ⊂ G1 ∩ G2 . . . Gn ∩ V . La sucesión (xn )n así
construida es de Cauchy puesto que B(xn , rn ) ⊂ B[xn , rn ] ⊂ B(xn−1 , rn−1 )
y lı́mn rn = 0. Y si denotamos con x el límite de (xn )n se tiene que x ∈
⊂ Gn ∩ V para cada n, debido a que B[xn , rn ] es cerrado. Es decir,
B[xn , rn ] T
x ∈ V ∩ ( n∈N Gn ). 

Conviene observar que si el espacio M no es completo el teorema anterior


no es cierto. Por ejemplo, para M = Q = {qn : n ∈ N} con la métrica
inducida por Tla de R se cumple que Gn := M \ {qn } es un abierto denso,
mientras que n Gn = ∅.
Las mismas ideas que aparecen en la demostración del teorema ante-
rior sirven para probar que todo espacio topológico localmente compacto es
de Baire.
Una primera consecuencia del teorema de Baire es el siguiente corolario.
3.3. Teorema de la acotación uniforme 264

Corolario 3.3.4.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Si X es un espacio de Banach, entonces su dimensión algebraica o es


finita o es no numerable.
Demostración. Es suficiente demostrar que X no puede tener dimensión
algebraica numerable. Supongamos que la tiene y sea (en )n una base alge-
braica. Entonces

[
X= Xn , con Xn = span{ei : 1 ≤ i ≤ n}.
n=1

Como los Xn son subespacios propios, no tienen puntos interiores por la


proposición 1.1.3 y además son cerrados debido al corolario 1.2.5 (iii). Así X
es de Primera Categoría en sí mismo lo que contradice el teorema de Baire
3.3.3 y termina la prueba. 

El teorema de Baire es herramienta básica en la demostración del teorema


que sigue.
Teorema 3.3.5. De la acotación uniforme, Banach 1932.
Sea {Ai : i ∈ I} una familia de aplicaciones lineales continuas del
espacio normado X en el espacio normado Y y sea

D := x ∈ X : sup kAi (x)k = ∞ .
i∈I

(i) Si D c es de segunda categoría, entonces supi∈I kAi k < ∞ y D es


vacío.
(ii) Si X es de Banach, entonces, o bien supi∈I kAi k < ∞, o bien D
es un Gδ denso en X.

Demostración. Comencemos observando que para cada n ∈ N, el conjunto


Dn definido por [
Dn := {x ∈ X : kAi xk > n}
i∈I
T
es abierto, por
S la continuidad de Ai , y que D = n∈N Dn .
Si D c = n Dnc es de segunda categoría, entonces existe n0 ∈ N tal que
Dnc 0 tiene interior no vacío, es decir, existe B(x0 , r) ⊂ Dnc 0 . Por tanto, para
3.3. Teorema de la acotación uniforme 265

todo x ∈ B(x0 , r) y cada i ∈ I es kAi xk ≤ n0 . De donde, si y ∈ B(0, r) se


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

tiene kAi yk ≤ 2n0 para todo i ∈ I, o sea, supi∈I kAi k < ∞ y D es vacío.
Esto prueba (i).
Veamos ahora (ii). Si D es denso, entonces todos los Dn son densos,
pero, recíprocamente, si todos los Dn son densos también lo es D, como
consecuencia del teorema de Baire. Por tanto se tiene la siguiente alternativa:
o algún Dn no es denso, en cuyo caso Dnc tiene interior no vacío, y procediendo
como en el apartado anterior se obtendría que D es vacío y supi∈I kAi k < ∞;
o bien todos los Dn son densos, en cuyo caso D también es denso. 

El teorema anterior puede ser reformulado como sigue:

Teorema 3.3.6. De la acotación uniforme, Banach 1932.


Sea {Ai : i ∈ I} una familia de aplicaciones lineales continuas del
espacio de Banach X en el espacio normado Y . Entonces se verifica una
y sólo una de las condiciones siguientes
• {x ∈ X : supi∈I kTi (x)k < +∞} es de primera categoría en X,
• supi∈I kTi k < +∞.
La segunda opción se da cuando {x ∈ X : supi∈I kTi (x)k < +∞} es de
segunda categoría en X.

Obsérvese que en particular el teorema de la acotación uniforme nos está


diciendo que una familia de aplicaciones lineales continuas puntualmente
acotada cuyo dominio es un espacio de Banach es una familia equicontinua.

Ejemplo 3.3.7. La completitud es necesaria para la validez del teorema de


la acotación uniforme. Sean X = (c00 , k · k∞ ) y (fn )n la sucesión de formas
lineales en X definidas por
n
X
fn (x) := xi donde x = (xj )j .
i=1

La sucesión (fn )n es puntualmente acotada y sin embargo, como es fácil


comprobar, es kfn k = n.
3.3. Teorema de la acotación uniforme 266

Corolario 3.3.8.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea (Tn )n una sucesión de aplicaciones lineales continuas de un espacio


de Banach X en un espacio normado Y tal que existe T (x) = lı́m Tn (x) para
cada x ∈ X. Entonces:
(i) (Banach-Steinhaus, 1927) La aplicación T es lineal y continua y

kT k ≤ lı́m inf kTn k ≤ sup kTn k.


n n

(ii) La sucesión Tn converge uniformemente hacia T sobre los subconjuntos


compactos de X.

Demostración. La sucesión (Tn x)n es acotada para cada x ∈ X y por el


teorema de la acotación uniforme, supn kTn k < ∞. Obviamente T es lineal y
si x ∈ BX , entonces

kT xk = lı́m kTn xk ≤ lı́m inf kTn k ≤ sup kTn k < ∞,


n n n

lo que prueba el apartado (i).


Para probar (ii), considerando la sucesión (T − Tn )n , puede suponerse,
sin perder generalidad, que T = 0. Dados un conjunto compacto A ⊂ X
y ε > 0, se trata de probar que existe n0 ∈ N tal que si n ≥ n0 entonces
kTn xk < ε, para todo x ∈ A. Desde luego esa acotación puede conseguirse si
x varía en un conjunto finito. Como A es compacto, existen x1 , x2 . . . , xp en
A tales que
[p
A⊂ B(xk , ε/2M ),
k=1

donde M := supn kTn k < ∞. Por otro lado existe n0 ∈ N tal que kTn xi k < ε/2,
si n ≥ n0 y 1 ≤ i ≤ p. Si x ∈ A, entonces existe xj tal que x ∈ B(xj , ε/2M )
y, por tanto,
ε ε
kTn xk ≤ kTn (x − xj )k + kTn (xj )k < + = ε.
2 2
Así pues, lı́m Tn x = 0 uniformemente en el compacto A. 
3.3. Teorema de la acotación uniforme 267

Corolario 3.3.9.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean X e Y espacios normados.


(i) Si A ⊂ X, entonces A es acotado si, y sólo si, para cada x∗ ∈ X ∗ , el
conjunto x∗ (A) es acotado en K.
(ii) Si X es un espacio de Banach y A ⊂ X ∗ , entonces A es acotado en
norma si, y sólo si, {x∗ (x) : x∗ ∈ A} es un subconjunto acotado de K
para cada x ∈ X.
(iii) Si T : X → Y es lineal, entonces T es continua si, y sólo si, para cada
y ∗ ∈ Y ∗ , la composición y ∗ ◦ T pertenece a X ∗ .
Demostración. Desde luego si A ⊂ X es acotado entonces x∗ (A) es aco-
tado para cada x∗ ∈ X ∗ . Para demostrar el recíproco observemos que cada
a ∈ A determina una aplicación lineal continua definida en X ∗ mediante
â(x∗ ) = x∗ (a), siendo kâk = kak (véase el apartado (ii) de la proposi-
ción 3.1.8). Por tanto, si x∗ (A) es acotado para cada x∗ ∈ X ∗ se obtiene
del teorema de la acotación uniforme que sup{kâk : a ∈ A} < ∞. Esto
prueba (i). El apartado (ii) se obtiene de forma análoga.
Finalmente, el directo de (iii) es inmediato. Para el recíproco, basta ver
que T (BX ) es acotado y eso se sigue de (i). 

3.3.1. Aplicaciones del teorema de la acotación uniforme


En esta sección, dedicada a ilustrar las posibilidades de aplicación del
teorema de la acotación uniforme, estudiaremos funciones holomorfas vecto-
riales, un clásico teorema de Toeplitz en el que se caracterizan las matrices
infinitas que transforman sucesiones convergentes a sucesiones convergentes
al mismo límite y la convergencia puntual de la serie de Fourier de funciones
continuas.

3.3.1.1. Funciones holomorfas vectoriales


En el teorema 2.2.6 hemos utilizado la noción de función holomorfa vec-
torial y el teorema de Liouville para funciones de este tipo. Más en general,
cuando se estudian álgebras de Banach, véase por ejemplo [58, Part Three],
las funciones holomorfas vectoriales son una herramienta básica.
3.3. Teorema de la acotación uniforme 268

Definición 3.3.10.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean Ω un subconjunto abierto de C, (X, k · k) un espacio de Banach


complejo y f : Ω → X una función. Se dice que f es:
(i) Débilmente holomorfa en Ω si x∗ f es holomorfa en Ω para cada
x∗ ∈ X ∗ .
(ii) Holomorfa en Ω, si para cada a ∈ Ω existe el límite

f (z) − f (a)
lı́m =: f ′ (a)
z→a z−a

Utilizando que los funcionales x∗ ∈ X ∗ son lineales y continuos se ve


fácilmente que toda función holomorfa f : Ω → X es débilmente holomorfa.
El recíproco también es verdad, pero no es tan evidente: en el teorema que
sigue se demuestra este recíproco utilizando para ello el teorema de Hahn-
Banach, el teorema de la acotación uniforme y la fórmula de Cauchy para
funciones holomorfas complejas.
Teorema 3.3.11. Dunford, 1938.
Sean Ω ⊂ C abierto, X un espacio de Banach complejo y f : Ω → X
una función. Entonces, f es holomorfa en Ω si, y sólo si, f es débilmente
holomorfa.

Demostración. Como ya se ha comentado, si existe f ′ (z0 ), entonces existe


x∗ f (z) − x∗ f (z0 )
lı́m = x∗ f ′ (z0 )
z→z0 z − z0
para todo x∗ ∈ X ∗ .
f (z)−f (z0 )
Para el recíproco tendremos en cuenta que la existencia de lı́m z−z0
z→z0
equivale a que se cumpla la condición de Cauchy y, por tanto, basta probar
que existen un entorno V de z0 y una constante M > 0 tales que la función
f (z) − f (z0 ) f (w) − f (z0 )
G(z, w) := −
z − z0 w − z0
verifica la acotación
kG(z, w)k ≤ M |z − w| para todo z, w ∈ V.
3.3. Teorema de la acotación uniforme 269

Sea B[z0 , r] ⊂ Ω y sea z ∈ B(z0 , r) fijo. Como x∗ f es holomorfa en Ω, la


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

fórmula de Cauchy nos permite escribir


Z ∗
∗ 1 x f (s)
x f (z) = ds,
2πi Γ s − z

siendo Γ(θ) = z0 + reiθ , θ ∈ [0, 2π]. Utilizando las correspondientes fórmulas


para z0 y w ∈ B(z0 , r), tras efectuar unos cálculos sencillos, se obtiene
Z
∗ 1 x∗ f (s)(z − w)
x G(z, w) = ds. (3.10)
2πi Γ (s − z)(s − w)(s − z0 )

Al ser {Γ(θ) : θ ∈ [0, 2π]} compacto, {x∗ f (Γ(θ)) : θ ∈ [0, 2π]} también lo
es, para cada x∗ ∈ X ∗ y, por tanto, {f (Γ(θ)) : θ ∈ [0, 2π]} es un conjunto
acotado en X (véase el corolario 3.3.9). Por otra parte, fijados z y w existe
(véase el corolario 3.1.8) x∗ ∈ SX ∗ tal que kG(z, w)k = |x∗ G(z, w)| y en
consecuencia, si z, w ∈ B(z0 , r/2) la ecuación (3.10) conduce a

1 α|z − w| 4
kG(z, w)k = |x∗ G(z, w)| ≤ 2πr = 2 α|z − w|,
2π (r/2)(r/2)r r

donde α := sup{|f (Γ(θ))| : θ ∈ [0, 2π]} < ∞. 

El teorema de Liouville se satisface para funciones holomorfas vectoriales.

Corolario 3.3.12.
Sean (X, k · k) un espacio de Banach complejo y f : C → X una función
holomorfa para la que x∗ f es acotada para cada x∗ ∈ X ∗ . Entonces f es
constante.
Demostración. Para cada x∗ ∈ X ∗ , x∗ f es una función entera acotada.
Por el teorema de Liouville x∗ f es constante y así x∗ f (z) = x∗ f (0) para
cada z ∈ C. Como X ∗ separa los puntos de X (véase el corolario 3.1.8) se
obtiene que f (z) = f (0) para cada z ∈ C. 

Prácticamente toda la teoría de funciones holomorfas complejas se puede


trasladar a las funciones holomorfas vectoriales. Enunciamos sin demostra-
ción el siguiente teorema.
3.3. Teorema de la acotación uniforme 270

Teorema 3.3.13.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean Ω ⊂ C abierto, X un espacio de Banach complejo y f : Ω → X


una función holomorfa.
(i) Para cada ciclo Γ, Ω-homólogo a cero, se tiene
Z
f (z)dz = 0 (Teorema de Cauchy)
Γ

y para cada z ∈ C \ Imagen(Γ)


Z
1 f (w)
f (z)Índice(Γ, z) = dw, (Fórmula de Cauchy)
2πi Γ w − z

(ii) Para cada a ∈ Ω, existen un disco B[a, ρ] ⊂ Ω y vectores an ∈ X,


n ∈ N, tales que para cada z ∈ B(a, ρ) se tiene

X
f (z) = an (z − a)n ,
n=0

donde la serie de potencias converge uniforme y absolutamente en


compactos de B(a, ρ). En particular, f admite infinitas derivadas
en Ω y, tomando Γ(θ) = a + ρeiθ , θ ∈ [0, 2π], se tiene la igualdad
Z
f (n) (a) 1 f (w)
an = = dw,
n! 2πi Γ (w − a)n+1

3.3.1.2. Métodos de sumabilidad


Como es bien conocido, si una sucesión (xn )n converge entonces la suce-
sión de sus medias de Césaro
 
x1 + x2 + · · · + xn
n n

converge al mismo límite. A pesar de que el recíproco no es verdad, la con-


vergencia Césaro es a veces una herramienta adecuada para obtener algunos
resultados relevantes. Por ejemplo, se sabe que hay funciones continuas en
[0, 2π], 2π-periódicas, cuya serie de Fourier es puntualmente divergente en
3.3. Teorema de la acotación uniforme 271

un Gδ -denso de [0, 2π], véase la proposición 3.3.16, pero sin embargo, las
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

medias de Césaro de las sumas parciales de su serie de Fourier convergen


uniformemente, [51, Teorema de Fejér, p. 30].
Obsérvese que si (xn )n es una sucesión, entonces la sucesión de sus medias
de Césaro (yn )n se obtiene como resultado de la multiplicación de una matriz
infinita por la sucesión (xn )n del siguiente modo
   
  x1 y
1 0 0 . . . 0 . . .    1
 1 1 0 . . . 0 . . .   x2   y 2 
2 2   ..   .. 
  .  =  .  (3.11)
 1 .1 . 1. . . . 1.    
     
n n n ... n . . .  xn  yn 
. . . . . . . .. ..
. .
Es natural estudiar transformaciones en el espacio de sucesiones a través de
matrices infinitas.
Definición 3.3.14.
Sea M = (knm )∞ n,m=1 una matriz infinita, kn,m ∈ K. Una sucesión
(xm )mPen K se dice que es M -convergente a x en K si para cada n ∈ N la
serie ∞ m=1 knm xm converge, digamos a yn , y la sucesión (yn )n converge
a x. Se dice que M es un método de sumabilidad permanente cuando
transforma
P cada sucesión convergente (xm )m , en una sucesión (yn )n =
( ∞ m=1 nm m )n que es convergente y cumple lı́mm xm = lı́mn yn .
k x

La matriz de Césaro dada en la fórmula (3.11) es un método de sumabili-


dad permanente. El siguiente teorema caracteriza cuándo una matriz infinita
es un método de sumabilidad permanente.
Teorema 3.3.15. Toeplitz, 1911.
Una matriz infinita M = (kn,m )∞ n,m=1 es un método de sumabilidad
permanente si, y sólo si, se satisfacen las siguientes condiciones:
P∞
(i) s = sup m=1 |knm | : n = 1, 2, . . . < ∞.
(ii) lı́mn knm = 0, para cada m ∈ N.
P
(iii) lı́mn ∞ m=1 knm = 1.
3.3. Teorema de la acotación uniforme 272

Demostración. Veamos en primer lugar que si M es un método de su-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

mabilidad permanente, entonces se satisfacen las condiciones (i), (ii) y (iii)


anteriores. Para cada x = (xmP )m ∈ c y para cada n y P k naturales, con-
sideremos las sumas fkn (x) := km=1 knm xm y f n (x) := ∞ m=1 knm xm (la
convergencia es parte de la hipótesis). Claramente fk , f : c −→ K son
n n

aplicaciones lineales y, comoPk se puede comprobar fácilmente, se tiene que


fk ∈ (c, k · k∞ ) y kfk k = m=1 |knm |. Dado que fk (x) → f (x) para cada
n ∗ n n n

x ∈ c, el teorema
P∞de Banach-Steinhaus 3.3.8 nos dice que f n es continua
n
P y que
supk kfk k = m=1 |knm | < ∞. De aquí se sigue que kf k = ∞
n
m=1 nm |.
|k
Dado que M es un método de sumabilidad permanente, para cada x ∈ c,
la sucesión (f n (x))n es convergente, y una nueva aplicación del teorema de
Banach-Steinhaus nos da ahora que
nX
∞ o
n
sup{kf k : n ∈ N} = sup |knm | : n = 1, 2, . . . = s < ∞,
m=1

con lo que queda establecida la validez de (i). La propiedad (ii) se obtiene


aplicando M a cada elemento en = (0, 0, . . . , 0, 1, 0, . . . ), donde 1 está en la
coordenada n-ésima; (iii) se obtiene aplicando M a la sucesión constante-
mente igual a 1.
Recíprocamente, supongamos que M es una matriz que satisface las pro-
piedades (i), (ii) y (iii). Sea x = (xm )m ∈ c. Para n = 1, 2, . . . tenemos

X X
∞ 
|knm xm | ≤ |knm | kxk∞ ≤ skxk∞ .
m=1 m=1
P
Como s < ∞, concluimos que ∞ m=1 knm xm converge en K, digamos a yn ,
para cada n ∈ N. Escribamos ahora M x := (yn )n = y. Tenemos que de-
mostrar que y ∈ c y que lı́mn yn = lı́mm xm . Sea λ := lı́mm xm y ε > 0.
Tomemos m0 ∈ N para que se cumpla sup{|xm − λ| : m0 ≤ m ∈ N} < ε.
Ahora tomemos n0 , tal que para n ≥ no ,
m0
X X∞

|knm | < ε y knm − 1 < ε.
m=1 m=1
3.3. Teorema de la acotación uniforme 273

Entonces
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

X∞ X ∞ X∞

|yn − λ| = knm xm − λ ≤ knm (xm − λ) + |λ| knm − 1
m=1 m=1 m=1
X
m0 X ∞

≤ knm (xm − λ) + knm (xm − λ) + |λ|ε
m=1 m=m0 +1
≤ c1 ε + sε + |λ|ε,

para una constante c1 adecuada, y la prueba queda terminada. 

3.3.1.3. Convergencia puntual de la serie de Fourier


de funciones continuas
En la sección 1.12 vimos que cualquier función f ∈ L2 ([−π, π]) queda
determinada, en L2 ([−π, π]), por sus coeficientes de Fourier
Z π
b 1
f (n) := f (t)e−int dt, n ∈ Z,
2π −π
en el sentido de que las sumas n-ésimas sn definidas mediante
n
X
sn (f )(x) := fb(k)eikx , n = 0, 1, 2, . . .
k=−n

verifican que lı́mn sn = f en la norma k · k2 . Cuando f es una función con-


tinua 2π-periódica también lo son las funciones sn (f ) y cabe preguntarse si
sn (f )(x) convergerá a f (x) para cada x. El teorema de Banach-Steinhaus
permite dar un respuesta negativa a esa cuestión en la forma que pasamos a
exponer.
En primer lugar es sencillo comprobar que
Z π
1
sn (f ; x) := sn (f )(x) = f (t)Dn (x − t) dt, (3.12)
2π −π
donde
n
X
Dn (t) = eikt .
k=−n
3.3. Teorema de la acotación uniforme 274

Sea X = f ∈ C([−π, π]) : f (π) = f (−π) . El problema es determinar
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

si lı́mn sn (f ; x) = f (x) para cada x ∈ [−π, π] y cada f ∈ X. Fijado x en


[−π, π] definimos, para cada n ∈ N, el funcional lineal Tn : (X, k · k∞ ) −→ K
mediante Tn f := sn (f ; x). El funcional Tn es continuo ya que
Z π
1 1
|Tn (f )| ≤ kf k∞ |Dn (x − t)| dt = kDn k1 kf k∞ .
2π −π 2
P
De hecho, se verifica que kTn k = (1/2π)kDn k1 y que kDn k1 ≥ (8/π) nk=1 1/k
para cada n ∈ N, véase [51, p. 77 y p. 30]. Aplicando ahora el teorema 3.3.5
se obtiene que para cada x ∈ [−π, π] existe un Gδ denso Fx de X con la
propiedad de que

s∗ (f ; x) := sup{|sn (f ; x)| : n ∈ N} = ∞,

para cada f ∈ Fx . Así, para cada f ∈ Fx la serie de Fourier de f no conver-


ge en x.
Más aún, es cierto el siguiente resultado más fuerte.
Teorema 3.3.16.

Sea X = f ∈ C([−π, π]) : f (π) = f (−π) con la norma inducida
por k · k∞ de C([−π, π]). Existe un Gδ denso F ⊂ X con la siguiente
propiedad: para cada f ∈ F , el conjunto

Qf := {x ∈ [−π, π] : s∗ (f ; x) = ∞}

es un Gδ denso en [−π, π].

Demostración. Sea {xi : i ∈ N} un subconjunto denso en [−π, π] y, para


cada i, sea Fi ⊂ X un Gδ denso T en X con la propiedad de que s (f ; xi ) = ∞

para cada f ∈ Fi . Sea F := i∈N Fi . El conjunto F es intersección numerable


de abiertos densos y, por el teorema de Baire 3.3.3, es un Gδ denso en X.
Fijado f ∈ F consideramos el conjunto Qf := {x : s∗ (f ; x) = ∞}. Por
la definición de F es claro que xi ∈ Qf para cada i ∈ N y por tanto Qf es
denso en T . Pero además Qf es un Gδ ya que
\
{x : s∗ (f ; x) = ∞} = {x : m < s∗ (f, x)}
m∈N
3.3. Teorema de la acotación uniforme 275

y {x : m < s∗ (f, x)} es abierto, puesto que las sumas de Fourier sn de una
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

función continua f son funciones continuas y


[
{x : m < s∗ (f, x)} = {x : m < |sn (f ; x)|}.
n∈N


De hecho puede probarse (véase [59, sección 5.3]) que F y los conjuntos
Qf son no numerables.

Cuando las funciones f de X = f ∈ C([−π, π]) : f (π) = f (−π) son
además de clase C 1 se tiene que lı́mn−→∞ sn (f ; x) = f (x) para cualquier
x ∈ [−π, π]. Este resultado debido a Dirichlet llevó a matemáticos como
el propio Dirichlet, Riemann, Weierstrass o Dedekind a conjeturar que lo
análogo debiera ser cierto para cualquier f ∈ X. El teorema 3.3.16, que
se debe también a S. Banach, es un resultado que niega la convergencia
en conjuntos de puntos Gδ densos para un conjunto amplio de funciones
continuas 2π-periódicas. Sin embargo, L. Carleson fue capaz de probar en
1966 que para cualquier función continua f se tiene lı́mn sn (f ; x) = f (x)
para casi todo x ∈ [−π, π]; incluso si f ∈ L2 ([−π, π]) el resultado sigue siendo
cierto, [8]. El resultado de Carleson forma parte de las aportaciones esenciales
del análisis matemático al conocimiento del siglo pasado. Considerando las
medias de Césaro de las sumas parciales de la serie de Fourier se obtienen
otros resultados de convergencia a la función inicial f , [41].
La figura que sigue muestra la aproximación a la función f (x) = x3 en el
intervalo [−3, 3] mediante sumas parciales de su serie de Fourier.
30

20

10

-10

-20

-30
-3 -2 -1 0 1 2 3

La serie de Fourier aproximando a la


función x3 .
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada 276

J. B. Joseph Fourier (1768–1830) fue un


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

matemático y físico francés conocido por sus


estudios sobre las series funcionales trigono-
métricas que hoy llevan su nombre.
Fourier utilizó las series trigonométricas
con el ánimo de resolver la ecuación del calor.
Las series de Fourier han encontrando aplica-
ciones a la ingeniería, acústica, óptica, pro-
cesamiento de señales, procesamiento de imá-
genes, etc. La transformada de Fourier es la
versión continua de las series de Fourier y es una herramienta básica
para el estudio de las ecuaciones en derivadas parciales y sus aplica-
ciones a la física y la ingeniería. La transformada de Fourier discre-
ta cuenta con numerosas aplicaciones también, entre otras cosas a la
tecnología que hoy utilizan los modernos reproductores MP3, véase
The Discrete Fourier Transform. Más detalles sobre la historia y obra
de Fourier pueden leerse en:
• Joseph Fourier en Wikipedia.
• Joseph Fourier en MacTutor History of Mathematics.

3.4. Teoremas de la aplicación abierta


y de la gráfica cerrada
Comenzamos introduciendo dos conceptos nuevos que constituyen gene-
ralizaciones de la idea de combinación convexa al caso de series, y que son de
utilidad para demostrar los teoremas de aplicación abierta y gráfica cerrada
entre espacios de Banach.
Definición 3.4.1.
Sean X un espacio normado y A ⊂ X.
(i) Se dice que A es CS-compacto si para toda Psucesión (xn )n en A y

cualquier sucesión
P (λ n )n en [0, 1] tal que n=1 λ n = 1, se verifica
que la serie ∞ λ
n=1 n nx converge a un punto de A.
(ii) Se dice que A es CS-cerrado si para P toda sucesión (xn )n en A y
sucesión (λn )n en [0, 1] tal que ∞
todas P n=1 λn = 1, para la cual la

serie n=1 λn xn converja, se verifica que su suma pertenece a A.
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada 277

Proposición 3.4.2.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean X un espacio normado y A ⊂ X.


(i) Si X es de Banach su bola unidad cerrada BX es CS-compacta.
(ii) Si A es cerrado y convexo, entonces A es CS-cerrado.
(iii) Si A es CS-compacto, entonces A es CS-cerrado y acotado. Si X es un
espacio de Banach, entonces el recíproco también es cierto.
P P
Demostración. Si (xn )n ⊂ BX entonces k qn=p λn xn kP ≤ qn=p λn . Apli-
cando la condición
P∞ de Cauchy se concluye que la serie n λn xn converge
debido a que n=1 λn = 1, y así obtenemos (i).
Probemos (ii). Sea APcerrado y convexo yPsupongamos que (xn )n ⊂ A,
que (λn )n ⊂ [0, 1] con ∞ λ
n=1 n = 1 y que ∞
λ
n=1 n n x = x ∈ X. Hemos
de ver que x ∈ A. Supongamos, sin pérdida de generalidad, que λ1 > 0 y
escribamos
Xn X n
µn = λi sn = λi x i .
i=1 i=1

Entonces µn > 0 para todo n ∈ N y lı́mn µn = 1. Por lo tanto, como lı́mn sn =


x y lı́mn µ−1
n = 1, se tiene que lı́mn µn sn = x, siendo µn sn ∈ A, por
−1 −1

convexidad. Y por ser A cerrado se obtiene que x ∈ A.


La prueba de (iii) es como sigue. Si A es CS-compacto, entonces evidente-
mente A es CS-cerrado. Si A no fuera acotado Pexistiría xn ∈ A con kxn k > 2n ,
lo que contradice la convergencia de la serie n 2 xn . Recíprocamente, si X
−n

es de Banach y A es acotado,
P P∞ entonces para cada sucesión (λn )n en [0, 1] con

n=1 λn = 1,Pla serie n=1 λn xn converge en X cualquiera que sea (xn )n
en A, ya que ∞ n=1 kλn xn k < ∞. Como A es CS-cerrado se concluye que la
suma de la serie anterior se queda en A y así acaba la prueba. 

Proposición 3.4.3.
Sean X, Y espacios normados y T : X −→ Y lineal y continua. Si A ⊂ X
es CS-compacto, entonces T (A) es CS-compacto.
P
Demostración. Sean (T xn )n ⊂ TP(A) y (λn )n ⊂ [0, 1] tal que ∞ n=1 λn = 1.
Como A es CS-compacto, la P serie λn xn converge a un punto x ∈ A y por
la continuidad de T , la serie λn T xn converge a T x ∈ T (A). 
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada 278

La propiedad esencial de los conjuntos CS-cerrados, clave de su utilidad,


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

está recogida en la proposición que sigue.

Proposición 3.4.4.
Sean X un espacio normado y A ⊂ X CS-cerrado. Entonces A y A tienen
el mismo interior.

Demostración. Es suficiente probar que el interior de A está contenido en


A. Si x es un punto interior a A y B(x, r) ⊂ A, demostraremos que existe
una sucesión (xk )k en A tal que,
Xn
1 r

(x − xk ) < n+1 para todo n ∈ N. (3.13)
2k 2
k=1
P
Tomando límites en (3.13) se obtiene x = n 2−n xn y, al ser A un con-
junto CS-cerrado, se concluye que x ∈ A. Para demostrar (3.13) procede-
mos por inducción sobre n. Como se tiene B(x, r) ⊂ A, existe x1 ∈ A con
kx − x1 k < r/2 y, por tanto, se cumple (3.13) para n = P1. Supongamos ele-
gidos x1 , x2 . . . , xn ∈ A cumpliendo (3.13) y sea Sn := nk=1 2−k (x − xk ). Se
tiene 2n+1 Sn ∈ B(0, r) por lo que x + 2n+1 Sn ∈ B(x, r) ⊂ A. En consecuen-
cia, existe xn+1 ∈ A tal que kx + 2n+1 Sn − xn+1 k < r/2 lo que equivale a

n+1
1 X 1 r
kSn + (x − x n+1 )k = (x − x k < n+2
)
2n+1 2k 2
k=1

y por tanto la fórmula (3.13) se verifica para n + 1. 

Teorema 3.4.5. De la aplicación abierta, Banach 1932.


Sean X un espacio de Banach e Y un espacio normado. Sea T una
aplicación lineal continua de X en Y tal que T (X) es de segunda cate-
goría en Y . Entonces T es una aplicación sobreyectiva y abierta, siendo
además Y un espacio de Banach.

Demostración. Para ver que T es abierta y sobreyectiva es suficiente


probar que T (BX ) ⊇ rBY para cierto r > 0. Puesto que BX es CS-compacto,
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada 279

T (BX ) es CS-compacto, y en Sparticular CS-cerrado (v. las proposiciones


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

3.4.2 y 3.4.3). Como T (X) = n nT (BX ) es de segunda categoría en Y y


las homotecias son homeomorfismos, necesariamente T (BX ) tiene interior no
vacío, que coincide con el interior de T (BX ), después de la proposición 3.4.4.
Existen pues y0 ∈ Y y r > 0 tales que BY (y0 , r) ⊆ T (BX ). Por la simetría
de las bolas, también BY (−y0 , r) ⊆ T (BX ) y, en consecuencia,
1 1
BY (0, r) ⊆ BY (−y0 , r) + BY (y0 , r)
2 2 (3.14)
1 1
⊆ T (BX ) + T (BX ) ⊆ T (BX ).
2 2
Para ver que Y es completo
P es suficiente probar
P que para cualquier suce-
sión (yn )n ⊂ Y tal que n kyn k < ∞, la serie n yn converge. Pero haciendo
uso de la ecuación (3.14) es posiblePelegir xn ∈ X de modo que T xn = yn y
≤ 2r kyn k, con lo que la serie n kxn k < ∞. Al ser X completo, existe
kxn k P
x := n xn , de donde finalmente, por la continuidad de T , se obtiene que
P
n yn es convergente a T x. 

El teorema de la aplicación abierta se enuncia frecuentemente en la si-


guiente forma.

Corolario 3.4.6.
Sean X e Y espacios de Banach y T : X → Y una aplicación lineal
continua. Son equivalentes:
(i) T es sobreyectiva.
(ii) T es abierta.

Las hipótesis de completitud de X e Y en el corolario anterior son esen-


ciales, como ponen de manifiesto los siguientes ejemplos.
Ejemplo 3.4.7.
(i) Se requiere la completitud de Y . Tómense como X := (C 1 [0, 1], | · |) con
la norma dada por |x| = kxk∞ + kx′ k∞ , como Y := (C 1 [0, 1], k · k∞ ) y
como T la identidad. T es lineal continua, pero T −1 no es continua y,
por tanto, T no es abierta.
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada 280

(ii) También la completitud de X es necesaria. Tómese como Y un espa-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

cio de Banach separable de dimensión infinita. Entonces Y tiene una


base de Hamel (ei )i∈I no numerable formada por vectores de norma P 1.
Tómense como X el P espacio Y con la norma dada por kxk 1 := i |ai |
supuesto que x = i ai ei (obsérvese que los coeficientes ai son nulos
salvo un número finito) y como T el operador identidad de X en Y . T
es lineal continuo, pero no abierto, ya que si fuera abierto X e Y serían
topológicamente isomorfos y por tanto X sería separable, lo cual no
ocurre debido a que kei − ej k1 = 2 para i 6= j.
De hecho, la existencia de una aplicación lineal continua sobreyectiva
y abierta de un Banach en un espacio normado, implica que el espacio de
llegada es completo.

Teorema 3.4.8. Teorema del homomorfismo de Banach.


Sean X un espacio de Banach, Y un espacio normado y T : X −→ Y
una aplicación lineal continua. Son equivalentes:
(i) T es abierta sobre la imagen (homomorfismo topológico).
(ii) Im T es un subespacio completo.

Demostración. Sea Z = Im T . Para demostrar la implicación (i)⇒(ii) es


suficiente razonar como en la última parte del teorema 3.4.5 cambiando Y
por Z. Para probar (ii)⇒(i) consideramos la aplicación T con valores en Z,
de ese modo T : X −→ Z es lineal continua sobreyectiva y Z es de Banach.
La conclusión se sigue del corolario 3.4.6. 

Corolario 3.4.9.

(i) Sean X, Y espacios de Banach y T : X −→ Y un isomorfismo alge-


braico continuo o abierto. Entonces T es un isomorfismo topológico.
(ii) Sean k · k1 y k · k2 dos normas completas en el espacio vectorial X que
definen topologías comparables. Entonces las normas son equivalentes.
(iii) Sean X un espacio de Banach y M, N subespacios cerrados de X. Si X
es la suma directa algebraica de M y N , X = M ⊕A N , entonces X es
la suma directa topológica de M y N .
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada 281

Demostración. La propiedad (i) es consecuencia directa de 3.4.6. La afir-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

mación (ii) se sigue del apartado anterior. Para demostrar (iii) definimos en
X la norma kxk1 = kyk + kzk supuesto que x = y + z con y ∈ N, z ∈ M . Las
proyecciones canónicas son continuas para la norma k·k1 y como kxk ≤ kxk1 ,
las dos normas son equivalentes por el apartado (ii) ya que (X, k · k1 ) es un
espacio de Banach también. 

El resto de esta sección la dedicamos a analizar el teorema de la gráfica


cerrada.
Definición 3.4.10.
Una aplicación f : M1 −→ M2 , donde M1 y M2 son espacios topoló-
gicos Hausdorff, se dice que tiene gráfica cerrada si su gráfica, es decir,
el conjunto
Graf(f ) = {(t, f (t)) : t ∈ M1 }
es cerrado en el espacio producto M1 × M2 .

Es fácil comprobar que si f es continua, entonces f tiene gráfica cerrada.


El recíproco en general no es cierto, como pone de manifiesto el siguiente
ejemplo.

Ejemplo 3.4.11. Sea un espacio topológico X con dos topologías diferentes,


una más fina que otra ( T ≺ S ), se verifica que la aplicación identidad
I : (X, T ) → (X, S ) no es continua a pesar de que Graf(I) es cerrado.

El teorema de la gráfica cerrada permite, para aplicaciones lineales entre


espacios de Banach, garantizar la validez del recíproco, cuestión ésta impor-
tante porque es frecuente que resulte más sencillo probar que una aplicación
tiene gráfica cerrada que probar directamente la continuidad de la aplicación.

Teorema 3.4.12. Teorema de la gráfica cerrada, Banach 1932.


Sean X, Y espacios de Banach y T una aplicación lineal de X en
Y . Son equivalentes:
(i) T es continua.
(ii) T tiene gráfica cerrada.
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada 282

Demostración. Como T es lineal, Graf(T ) es un espacio vectorial. Sean


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

P1 y P2 las proyecciones canónicas de Graf(T ) en X e Y respectivamente, es


decir, P1 (x, T x) = x y P2 (x, T x) = T x. P1 y P2 son aplicaciones lineales y
continuas en la topología producto en X × Y (dada por la norma k · k1 ). Ade-
más P1 es biyectiva y por tanto es un isomorfismo topológico, usando 3.4.9.
La continuidad de T es consecuencia de que T = P2 ◦ P1−1 . 

No se puede prescindir de las hipótesis de completitud sobre los espacios


involucrados en el teorema anterior.
Ejemplo 3.4.13.
(i) Es necesario que X sea completo. Si X = (C 1 [0, 1], k · k∞ ), Y =
(C[0, 1], k · k∞ ) y T es el operador derivada, puede comprobarse que T
es un operador lineal con gráfica cerrada que no es continuo.
(ii) También es necesario que Y sea completo. Sea (X, k · k) un espacio de
Banach separable de dimensión infinita. Sea (ei )i∈I una base de Ha-
mel (necesariamente el cardinal de I es no numerable por el teorema
P
de Baire) con kei kP= 1 y consideremos en X la norma kxk1 = |ai |
supuesto que x = i ai xi . Entonces, tomando Y = (X, k · k1 ), la iden-
tidad I : X −→ Y tiene gráfica cerrada (su inversa es continua) y
no es continua, puesto que si lo fuera, X e Y serían topológicamente
isomorfos lo cual es imposible porque Y es no separable.

3.4.1. Aplicaciones de los teoremas de la aplicación abierta


y de la gráfica cerrada
Los teoremas de la aplicación abierta y gráfica cerrada tienen numero-
sas aplicaciones, de entre las cuáles recogemos sólo algunas como botón de
muestra. Comenzamos la sección enunciando una proposición en cuya de-
mostración juega un papel fundamental el teorema de la gráfica cerrada.

Proposición 3.4.14.
Sean (X, k·k) un espacio de Banach e Y un subconjunto de X ∗ que separa
los puntos de X (si x 6= y entonces existe x∗ ∈ Y tal que x∗ (x) 6= x∗ (y)).
Si k · k1 es otra norma para la cual X es completo y los elementos de Y
son continuos en dicha norma, entonces k · k y k · k1 son equivalentes; en
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada 283

particular, (X, k · k)∗ = (X, k · k1 )∗ . Así, dos normas completas en un espacio


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

vectorial X producen el mismo dual topológico si, y sólo si, son equivalentes.
Demostración. Basta probar que la identidad I : (X, k · k) → (X, k · k1 )
tiene gráfica cerrada, o lo que es lo mismo, que si (xn )n es una sucesión en
X tal que x = lı́mn xn en k · k e y = lı́mn xn en k · k1 , entonces x = y. Por
hipótesis, si y ∗ ∈ Y entonces y ∗ es continua para ambas normas k · k y k · k1 ;
en consecuencia y ∗ (x) = lı́mn y ∗ (xn ) = y ∗ (y) para cada y ∗ ∈ Y , y dado que
Y separa los puntos de X concluimos que x = y. 

Ponemos a continuación de manifiesto cómo puede utilizarse el teorema


de la aplicación abierta para justificar la técnica de perturbaciones que se
utiliza en la resolución numérica de ciertos tipos de ecuaciones diferenciales
lineales.
Ejemplo 3.4.15. Dada la ecuación diferencial no homogénea de coeficientes
no constantes
an (t)x(n) (t)+an−1 (t)x(n−1) (t)+· · ·+a1 (t)x′ (t)+a0 x(t) = y(t), para t ∈ [a, b],
con y ∈ C([a, b]), ai ∈ C([a, b]) (para todo i = 0, 1, ..., n) que satisface la
condición inicial S ≡ {x(a) = x′ (a) = ... = x(n−1) (a) = 0}, sabemos que
existe una solución x ∈ C (n) ([a, b]) y que además ésta es única para cada
elección de y. Haciendo uso del teorema de la aplicación abierta probaremos
que las soluciones de la ecuación dependen continuamente (tanto ella como
sus derivadas de orden n) del término independiente. Para ello consideramos
el siguiente subespacio:

Y = x ∈ C (n) ([a, b]) : x satisface la condición S ⊂ (C (n) ([a, b]), k · k)
donde k · k es la norma de la convergencia uniforme de la función y sus
derivadas hasta el orden n-ésimo, es decir,
n
X
kxk := kx(m) k∞ .
m=0

El espacio Y es un subespacio cerrado en (C (n) ([a, b]), k · k) y por tanto es un


espacio de Banach. Por otro lado, la aplicación T : (Y, k · k) → (C([a, b]), k · k)
dada por
T (x) := an x(n) + an−1 x(n−1) + .... + a1 x′ + a0 x
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada 284

está bien definida, y es lineal y continua debido a que


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

|T (x)| ≤ máx {kaj k∞ }kxk.


1≤j≤n

Así, como T es un isomorfismo vectorial continuo, por el teorema de la aplica-


ción abierta es un isomorfismo topológico, lo que significa que las soluciones
de la ecuación y sus derivadas dependen continuamente del término indepen-
diente.
Utilizaremos ahora el teorema de la gráfica cerrada para demostrar que
los funcionales que asignan los coeficientes respecto de una base de Schauder
son continuos. Empezamos por la siguiente definición.

Definición 3.4.16.
Sea X un espacio normado. Una base de Schauder en X es una
sucesión (xn )n∈N ⊂ X, con kxn k = 1 tal que, para cada x ∈ X existe
una sucesión (λn )n∈N en KX , unívocamente determinada, que satisface
la igualdad

X
x= λn (x)xn .
n=1

(n
Ejemplo 3.4.17. La sucesión (en )n∈N definida por en := (0, . . . , 1 , 0, . . . )
es base de Schauder natural en los espacios de sucesiones c0 y ℓp (1 ≤ p <
∞), como es fácil comprobar. Los espacios de funciones (C([0, 1]), k · k∞ )
y (Lp [0, 1], k · kp ) también tienen base de Schauder, pero en estos casos la
construcción no es tan sencilla, véase [54, Chapter III].

Una consecuencia inmediata de la definición anterior es que si un espacio


normado X tiene una base de Schauder, entonces X es separable. Durante
mucho tiempo no se supo si todos los espacios de Banach separables tenían
base de Schauder o no. La cuestión —que se conoce como problema de la
base— fue resuelta por Enflo en 1973, [22], de forma negativa, i.e., encon-
trando un espacio de Banach separable sin base. El resultado que sigue fue
originalmente probado por Banach.
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada 285

Teorema 3.4.18. Banach, 1932.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Si X es un espacio de Banach con base de Schauder (xn )n , entonces


los funcionales coordenadas asociados a dicha base (λn )n son continuos.
De hecho, existe M > 0 tal que kλn k ≤ M , para n ∈ N.
 P
Demostración. Sea Y := y = (yn )n ∈ KN : ∞n=1 yn xn converge en X .
Para cada y = (yn )n ∈ Y definimos
n X
m o

|||y||| := sup yn xn : m = 1, 2, . . . .
n=1

Es fácil demostrar que (Y, |||·|||) es un espacio


P normado. Consideremos ahora
la aplicación T : Y → X dada por T (y) := ∞ n=1 yn xn , para y = (yn )n . T es
un isomorfismo algebraico continuo, dado que satisface
Xm Xm

kT (y)k = lı́m yn xn ≤ sup yn xn = |||y|||
m m
n=1 n=1

para cada y = (yn )n ∈ Y .


Demostraremos ahora que (Y, ||| · |||) es un espacio de Banach. Obsérvese
en primer lugar que para y ∈ Y se tiene
Xj j−1
X

|yj | = kyj xj k = y n xn − yn xn ≤ 2 |||y|||. (3.15)
n=1 n=1

Si ahora (y(n))n es una sucesión de Cauchy en (Y, ||| · |||), entonces para cada
n, m ∈ N se tiene, como consecuencia de la ecuación (3.15),

|y(n)j − y(m)j | ≤ 2 |||y(n) − y(m)|||

para cada j ∈ N. Así, (y(n)j )n es una sucesión de Cauchy en K para cada


j ∈ N. Definamos para cada j ∈ N, yj := lı́mn y(n)j . Demostraremos ahora
que y := (yj )j ∈ Y y que lı́mn |||y(n) − y||| = 0. Sea ε > 0. Entonces existe
n′ε tal que para n, m ∈ N, n, m ≥ n′ε se tiene
Xi

|||y(n) − y(m)||| = sup (y(n)j − y(m)j )xj < ε.
i j=1
3.4. Teoremas de la aplicación abierta y de la gráfica cerrada 286

Manteniendo fijo n ≥ n′ε y tomando límites en m en la desigualdad anterior,


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

se obtiene que
Xi

sup (y(n)j − yj )xj ≤ ε. (3.16)
i j=1

Veamos ahora que y ∈ Y . Como T es uniformemente continua, transforma


sucesiones de Cauchy en Y en sucesiones de Cauchy en X, y así, T (y(n))n es
de Cauchy en X, y por lo tanto convergente hacia algún x ∈ X. Sea nε > n′ε
tal que kT (y(nε )) − xk < ε. Sea i0 tal que si i ≥ i0 , entonces

i
X

T (y(nε )) − y(nε )j xj < ε.
j=1

Entonces, para i ≥ i0 tenemos que


i
X ∞
X X ∞ i
X

x − yj xj ≤ x − y(nε )j xj + y(nε )j xj − y(nε )j xj +
j=1 j=1 j=1 j=1
Xi i
X

+ y(nε )j xj − yj xj < ε + ε + ε = 3ε. (3.17)
j=1 j=1
P
Así x = ∞ j=1 yj xj , con lo que y := (yj )j ∈ Y y además, por la fórmula (3.16),
se tiene y = lı́m y(n) en (Y, ||| · |||). Queda así demostrado que Y es un
espacio de Banach. Gracias al teorema de la aplicación abierta, corolario 3.4.9
apartado (i), se obtiene que T −1 : X → Y es continuo. Para x ∈ X con

X
x= λn (x)xn ,
n=1

usando la fórmula (3.15) tenemos que

|λn (x)| = kλn (x)xn k ≤ 2 |||(λn (x))n ||| ≤ 2kT −1 kkxk.

Esto prueba que λn ∈ X ∗ y que kλn k ≤ 2kT −1 k para cada n ∈ N. 


3.5. Espacios vectoriales topológicos 287

3.5. Espacios vectoriales topológicos


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

En la proposición 1.1.3 hemos visto que la topología asociada a una norma


es compatible con la estructura de espacio vectorial, en el sentido de que
las operaciones suma y producto por escalares son continuas. En la siguiente
definición damos nombre a los espacios vectoriales con topologías compatibles
con su estructura vectorial.

Definición 3.5.1.
Un espacio vectorial topológico es un espacio vectorial E con una
topología T Hausdorff tal que las aplicaciones s : E[T ]×E[T ] → E[T ]
y p : K × E[T ] → E[T ] definidas por s(x, y) = x + y y p(λ, x) = λx
son continuas.

Una topología T como en la definición anterior se llama topología vectorial.


En lo que sigue utilizaremos e.v.t. como abreviatura para espacio vectorial
topológico. Las propiedades recogidas en la proposición 1.1.3 para espacios
normados son válidas para espacios vectoriales topológicos en general.
Proposición 3.5.2.
Sea E[T ] un e.v.t. Entonces:
(i) Para a ∈ E y λ ∈ K, λ 6= 0, las aplicaciones

sa : E[T ] → E[T ] y pλ : E[T ] → E[T ]

definidas por sa (x) = x + a y pλ (x) = λx son homeomorfismos.


(ii) Si U es una base de entornos del origen en E[T ], x ∈ E y α 6= 0,
entonces
x + αU := {x + αU : U ∈ U }
es una base de entornos de x.
(iii) Si A ⊂ E es abierto y B ⊂ E es un subconjunto cualquiera, entonces
A + B es abierto.
(iv) Si A ⊂ E es compacto y B ⊂ E es cerrado, entonces A + B es cerrado.
(v) Si F ⊂ E es un subespacio vectorial, su clausura F es un subespacio
vectorial.
3.5. Espacios vectoriales topológicos 288

(vi) Sea U una base de entornos del origen


T de E[T ]. Si M es un subcon-
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

junto de E, entonces se tiene M = U ∈U (M + U ).


(vii) Si F [V ] es otro e.v.t. y T : E → F es lineal, entonces T es continua
si, y sólo si, T es continua en 0. Cuando F = (K, |·|), T es continua si,
y sólo si, Ker T es cerrado en E[T ].

Demostración. La demostración de las cinco primeras propiedades la de-


jamos como ejercicio para el lector. Para demostrar (vi) obsérvese que, por
definición de clausura, se tiene que
\
M⊂ (M + U ).
U ∈U
T
Recíprocamente, si x ∈ U ∈U (M + U ), entonces para cada U ∈ U existen
mU ∈ M e yU ∈ U tales que x = mU + yU . Ordenando U por

U1 ≥ U2 si, y sólo si, U1 ⊂ U2 ,

para U1 , U2 ∈ U , es claro que la red (yU )U → 0 y por lo tanto (mU )U


converge a un cierto m ∈ M , lo que implica que x ∈ M .
La primera parte de la propiedad (vii) es sencilla de establecer. Sólo pres-
taremos atención a la prueba del caso F = (K, | · |) para ver cómo la hipótesis
Ker T cerrado implica la continuidad de T . Procedamos por reducción al ab-
surdo y supongamos que Ker T es cerrado y que T no es continua. Existe
por tanto una red (xi )i∈D en E[T ] tal que xi → 0 pero T (xi ) 6→ 0; la última
condición significa que J = {i ∈ D : |T (xi )| > ε} es cofinal en (D, ≥). Por lo
tanto la red (xj )j∈J también converge a cero y sin embargo |T (xj )| > ε para
cada j ∈ J. Como T 6= 0, podemos tomar a ∈ E tal que T (a) = 1, y así, si
para cada j ∈ J definimos
xj
zj = −a
T (xj )

se tiene que zj ∈ Ker T y que zj → −a 6∈ Ker T . Por lo tanto Ker T no es


cerrado, y hemos llegado a la contradicción que acaba la prueba. 
3.5. Espacios vectoriales topológicos 289

Definición 3.5.3.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea E un espacio vectorial y A ⊂ E un subconjunto. Se dice que:


(i) A es equilibrado si αA ⊂ A para cada |α| ≤ 1.
(ii) A es absorbente si para cada x ∈ E, existe ρ0 > 0 tal que x ∈ ρA
para |ρ| ≥ ρ0 .

Obsérvese que si (X, k · k) es un espacio normado, entonces BX es equi-


librado y absorbente. Si E[T ] es un e.v.t., entonces los entornos del origen
son absorbentes. Más aún, se tiene el siguiente resultado.
Proposición 3.5.4.
Si E[T ] es un e.v.t. y U una base de entornos del origen para T , en-
tonces:
(i) Para cada U ∈ U , existe V ∈ U tal que V + V ⊂ U .
(ii) Para cada U ∈ U , existe V ∈ U tal que αV ⊂ U , para cada |α| ≤ 1.
(iii) Cada U ∈ U es absorbente.

f= S
En particular, U |α|≤1 αU : U ∈ U y U = {U : U ∈ U } son bases
de entornos del origen en E[T ]. Así, cada e.v.t. tiene una base de entornos
del origen formada por conjuntos absorbentes, equilibrados y cerrados.
Demostración. La propiedad (i) es consecuencia de la continuidad en el
punto (0, 0) de la suma s : E × E → E . Dado x ∈ E, (iii) es la continuidad
de la aplicación px : K → E[T ] dada por px (λ) = λx en λ = 0. Para
demostrar (ii), dado U ∈ U , la continuidad de la aplicación producto por
escalares p : K × E[T ] → E[T ] en (0, 0) nos asegura la existencia de una
bola B[0, ε] ⊂ K y W ∈ U tales que B[0, ε] · W ⊂ U . El conjunto V := εW
satisface la propiedad requerida en (ii). La familia Uf es base de entornos del
origen gracias a (ii). La familia U es una base de entornos del origen gracias a
(i) y a la propiedad (vi) de la proposición 3.5.2. Es claro ahora que, tomando
los cierres de los elementos de Uf, se consigue una base de entornos del origen
formada por conjuntos equilibrados, cerrados y absorbentes en E. 

Una base de filtro en un conjunto E es una familia de subconjuntos no


vacíos U de E con la propiedad de que U ∩ V contiene un miembro de U ,
para cada U, V ∈ U . En un conjunto siempre es posible definir una topología
3.5. Espacios vectoriales topológicos 290

si para cada punto fijamos a través de una base de filtro lo que será una base
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

de entornos para ese punto. La demostración de la siguiente proposición la


dejamos como ejercicio al lector.
Proposición 3.5.5.
Sea E un espacio vectorial y sea U una base de filtro, con las siguientes
propiedades:
(i) Cada U ∈ U es absorbente y equilibrado.
T
(ii) {U : U ∈ U } = 0.
(iii) Para cada U ∈ U , existe V ∈ U tal que V + V ⊂ U .
Si para cada x ∈ E consideramos Ux = {x + U : U ∈ U }, entonces existe
una única topología vectorial T tal que Ux es base de entornos de x.

Sea E un espacio vectorial y sea P = {p : E → R+ } una familia de


seminormas verificando
\
x ∈ E : p(x) = 0 = {0}.
p∈P

Es sencillo comprobar que la familia


\ n 
U = {x ∈ E : pi (x) < ε} : p1 , ..., pn ∈ P, ε > 0, n ∈ N (3.18)
i=1
es una base de filtro, formada por conjuntos convexos y equilibrados, que
satisface las hipótesis de la proposición 3.5.5. En consecuencia, existe una
única topología vectorial T en E para la cual x + U es una base de entornos
del punto x ∈ E.
Definición 3.5.6.
Sea E[T ] un e.v.t. Se dice
T que T está asociada a una familia de se-
minormas P que satisface p∈P {x ∈ E : p(x) = 0} = {0}, si la familia
\
n 
f=
U {x ∈ E : pi (x) < ε} : p1 , ..., pn ∈ P, ε > 0, n ∈ N (3.19)
i=1

es una base de entornos del origen para T .


3.5. Espacios vectoriales topológicos 291

T
Es útil tener presente que la convergencia de una sucesión (o red) xj → x
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

es equivalente a la condición p(xj − x) → 0 para toda seminorma p ∈ P.


Definición 3.5.7.
Un subconjunto A de un espacio vectorial E se dice que es absolu-
tamente convexo si A es convexo y equilibrado o, equivalentemente, si
αx + βy ∈ A para cada α, β ∈ K tales que |α| + |β| ≤ 1.

La intersección de conjuntos convexos (resp. absolutamente convexos) es


convexo (resp. absolutamente convexo). Así, en cualquier espacio vectorial
E, si A ⊂ E, existe un conjunto convexo (resp. absolutamente convexo) más
pequeño en E que contiene a A (i.e. la intersección de todos los convexos —
resp. absolutamente convexos— que contienen a A) y que denotaremos por
co(A) (resp. Γ(A)). Es fácil comprobar que si A es equilibrado, entonces su
envoltura convexa co(A) es un conjunto absolutamente convexo.
Definición 3.5.8.
Un espacio localmente convexo (brevemente e.l.c.) es un e.v.t. E[T ]
cuya topología T tiene una base de entornos del origen formada por
conjuntos convexos. En este caso se dice también que T es una topología
localmente convexa.

Utilizando las observaciones previas a la definición anterior y la propo-


sición 3.5.4, es fácil convencerse de que todo e.l.c. tiene una base de entor-
nos del origen formada por conjuntos absolutamente convexos y cerrados. Si
(X, k · k) es un espacio normado y T es la topología asociada a la norma
k · k, entonces (X, T ) es un e.l.c. Más en general, si P es una familia de
seminormas como en 3.5.6 y T es la topología asociada, entonces (E, T ) es
un e.l.c.
Nuestro próximo objetivo es probar que los espacios localmente convexos
y los espacios cuyas topologías están asociadas a familias de seminormas son
en realidad una misma cosa, véase el teorema 3.5.12.
Proposición 3.5.9.
Sea A ⊂ E un conjunto absorbente. Para cada x ∈ E definimos

pA (x) := ı́nf{t > 0 : x ∈ tA}.


3.5. Espacios vectoriales topológicos 292

El funcional pA : E −→ R es no negativo y positivamente homogéneo. Si A


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

es convexo, entonces pA es sublineal y se tiene


{x ∈ E : pA (x) < 1} ⊂ A ⊂ {x ∈ E : pA (x) ≤ 1}. (3.20)
Si además A es absolutamente convexo, entonces pA es una seminorma.
Demostración. Para A absorbente es claro que pA está bien definido y es
no negativo. Por otro lado 0 ∈ A y así pA (0) = 0. Para σ = 0 se tiene que
pA (σx) = σpA (x). Para σ > 0 tenemos que
n t o
pA (σx) = ı́nf{t > 0 : σx ∈ tA} = ı́nf t > 0 : x ∈ A = σpA (x)
σ
y así pA es positivamente homogéneo.
Supongamos ahora que A es convexo; tomemos x, y ∈ E. Sean σ > pA (x)
y ρ > pA (y). Tomemos σ ′ y ρ′ para los que σ > σ ′ > pA (x) y ρ > ρ′ > pA (y)
satisfaciendo, σx′ , ρy′ ∈ A. Se tiene entonces que

x+y σ′ x ρ′ y
= + ∈A
σ ′ + ρ′ σ ′ + ρ′ σ ′ σ ′ + ρ′ ρ′
y en consecuencia podemos concluir que pA (x+y) ≤ pA (x)+pA (y). Obsérvese
que si A es equilibrado y t > 0 entonces la condición λx ∈ tA equivale
a |λ|x ∈ tA, para cada λ ∈ K. Así, cuando A es absolutamente convexo
tenemos que para λ ∈ K, λ 6= 0, la igualdad
pA (λx) = ı́nf{t > 0 : x ∈ |λ|−1 tA} = |λ|ı́nf{|λ|−1 t : x ∈ |λ|−1 tA} = |λ|pA (x)
establece que pA es una seminorma. Nos queda sólo demostrar las inclusio-
nes (3.20). Es claro que A ⊂ {x ∈ E : pA (x) ≤ 1}. Por otro lado si A es
absorbente y convexo y x ∈ λA para λ > 0 entonces x ∈ ρA para ρ > λ, de
donde se sigue que {x ∈ E : pA (x) < 1} ⊂ A. 

Si E es un espacio vectorial y A ⊂ E es absorbente, pA se llama funcional


de Minkowski asociado a A . Si p es una seminorma y tomamos la bola unidad
A = {x ∈ E : p(x) ≤ 1}, entonces se tiene pA = p.
Proposición 3.5.10.
Sean C un conjunto convexo y absorbente de un e.v.t. E[T ] y pC su
funcional de Minkowski asociado. Son equivalentes:
3.5. Espacios vectoriales topológicos 293

(i) pC es continuo en E[T ].


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(ii) 0 ∈ int C (i.e, C es un entorno del origen).


En este caso
int C = {x ∈ E : pC (x) < 1} y C = {x ∈ E : pC (x) ≤ 1}. (3.21)
Demostración. Como 0 ∈ {x ∈ E : pC (x) < 1} ⊂ C, si pC es continuo en-
tonces 0 ∈ int C. Recíprocamente, si 0 ∈ int C entonces C es un entorno del
origen en E[T ] para el que se tiene la inclusión εC ⊂ {x ∈ E : pC (x) ≤ ε},
lo que significa que pC es continuo en el 0. El apartado (ii) de la proposi-
ción 3.5.2 permite obtener ahora que pC es continuo en todos los puntos.
Supongamos ahora que pC es continuo y demostremos la igualdad (3.21)
correspondiente al interior. Es claro que {x ∈ E : pC (x) < 1} ⊂ int C. Para
probar la inclusión contraria tomemos x ∈ int C y fijemos (tn )n una sucesión
de números reales estrictamente mayores que 1 y convergente a 1. Entonces
tn x → x y por lo tanto existe N ∈ N tal que tN x ∈ int C ⊂ C. De aquí se
sigue que pC (x) ≤ t1N < 1, que es lo que se quería demostrar. El resto de la
prueba se deja como ejercicio al lector. 

El resultado que sigue es una consecuencia inmediata de la proposición


anterior.
Corolario 3.5.11.
Sea E[T ] un e.v.t. y p : E → R+ una seminorma. Son equivalentes:
(i) p es continua.
(ii) La bola {x ∈ E : p(x) < 1} es abierta.
(iii) 0 ∈ int {x ∈ E : p(x) < 1}.
(iv) p es continua en el 0.
(v) Existe una seminorma continua q : E[T ] → R+ tal que p ≤ q.
La correspondencia existente entre entornos del origen absolutamente
convexos y seminormas continuas permite demostrar que los e.l.c. son exac-
tamente aquellos e.v.t. cuya topología está asociada a una familia de semi-
normas, y que en ellos siempre hay formas lineales continuas no nulas. Más
adelante, véase la sección 3.7, utilizaremos esta correspondencia para demos-
trar las consecuencias geométricas del teorema de Hahn-Banach.
3.5. Espacios vectoriales topológicos 294

Teorema 3.5.12.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea E[T ] un e.v.t. La topología T está asociada a una familia de


seminormas si, y sólo si, E[T ] es un espacio localmente convexo.

Demostración. Si T está asociada a una familia de seminormas, entonces


T es localmente convexa. Recíprocamente, supongamos que E[T ] es un
e.l.c. y sea U una base de entornos del origen para T formada por conjuntos
absolutamente convexos y cerrados. Después de la igualdad (3.21), para cada
U ∈ U se tiene que U = {x ∈ E : pU (x) ≤ 1} y así, T es la topología
asociada a la familia de seminormas {pU : U ∈ U }. 

La continuidad de aplicaciones lineales entre e.l.c. se caracteriza de forma


similar a como se caracteriza la continuidad de aplicaciones lineales entre
espacios normados.
Proposición 3.5.13.
Sean E[T ] y F [V ] dos e.l.c. y T : E → F una aplicación lineal. Entonces
son equivalentes:
(i) T es continua.
(ii) T es continua en el 0.
(iii) Para cada seminorma continua q en F [V ] existe una seminorma con-
tinua p en E[T ] satisfaciendo q(T (x)) ≤ p(x) para cada x ∈ E.
Demostración. Las implicaciones (i)⇒(ii) y (iii)⇒(i) son inmediatas. Vea-
mos que (ii)⇒(iii). Sean q una seminorma continua y U = {x ∈ F : q(x) ≤
1}. U es un entorno del origen en F para el que podemos encontrar otro
entorno del origen cerrado V en E[T ] tal que T (V ) ⊂ U . Si p es el funcional
de Minkowski asociado a V , entonces para cada x ∈ E y ε > 0 se tiene
 x 
T ∈ U,
p(x) + ε
y por lo tanto  
1
q T (x) ≤ 1,
p(x) + ε
que es equivalente a q(T (x)) ≤ p(x) + ε, quedando así establecida la validez
de (iii). 
3.5. Espacios vectoriales topológicos 295

Definición 3.5.14.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Para un e.v.t. E[T ] llamamos dual topológico (simplemente dual,


cuando no hay lugar a confusión) al conjunto de aplicaciones lineales de
E en K (i.e., formas lineales) que son continuas para T y la topología
natural de K. El dual de E[T ] se denota por (E[T ])′ o simplemente E ′
si la topología T se da por supuesta.

Llamamos aquí la atención del lector sobre el hecho de que, en el caso de


un espacio normado (X, k · k), hemos utilizado con anterioridad la notación
(X, k · k)∗ o simplemente X ∗ para referirnos al dual topológico, que es la
forma habitual en la que este dual es denotado en los libros sobre espacios
de Banach. Por esta razón y a pesar de que la notación introducida en la
definición anterior es distinta —es la notación habitual en los libros de e.l.c.—

preferimos no utilizar la notación X para el dual topológico de un espacio
normado.
Teorema 3.5.15.
Sea E[T ] un e.v.t. Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(i) (E[T ])′ 6= 0.
(ii) Existe un entorno del origen E[T ] que es convexo y distinto de E.

Demostración. Veamos cómo (i)⇒(ii). Si existe f ∈ (E[T ])′ , no idéntica-


mente nula, entonces U = {x ∈ E : |f (x)| < 1} es un abierto convexo que
contiene al 0 y que no puede ser todo E. Efectivamente, si fuera U = E,
entonces para cada x ∈ E se tendría que nx ∈ U , para cada n ∈ N, lo que
conduce a que |f (x)| < n1 , para n ∈ N, y en consecuencia a que f = 0, en
contradicción con la hipótesis.
Demostremos que (ii)⇒(i). Supongamos que existe un entorno del origen
convexo U distinto de E. Por la proposición 3.5.4 existe un entorno del
origen equilibrado V tal que V ⊂ U . Para la envoltura convexa se tiene
W := co(V ) ⊂ U y en consecuencia, W es distinto de E. W es un entorno
del origen absolutamente convexo y por tanto su funcional de Minkowski
p es continuo y distinto de cero en algún vector x0 ∈ E. La forma lineal
g : span{x0 } → K dada por g(λx0 ) = λp(x0 ) satisface |g(y)| ≤ p(y) para cada
y ∈ span{x0 }. El teorema de Hahn-Banach 3.1.6 nos garantiza la existencia
3.5. Espacios vectoriales topológicos 296

de una forma lineal f : E → K que extiende a g, por tanto no nula, y que


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

satisface |f (x)| ≤ p(x) para cada x ∈ E. La forma f es continua después de


la proposición 3.5.13, y así acaba la demostración. 

Acabamos este apartado introduciendo más ejemplos de e.l.c.


Ejemplo 3.5.16.
Topología de convergencia puntual. Sean Z un conjunto y E = KZ .
Para cada z ∈ Z definimos pz (f ) = |f (z)|, para f ∈ KZ . La familia de
seminormas {pz : z ∈ Z} satisface
\
{f ∈ E : pz (f ) = 0} = {0}
z∈Z

y así existe una única topología localmente convexa Tp para la cual


una base de entornos de un punto f ∈ E, viene dada por la familia de
conjuntos

V (f, z1 , z2 , ..., zn , ε) : zi ∈ Z, 1 ≤ i ≤ n, ε > 0 ,

donde

V (f, z1 , z2 , ..., zn , ε) = g ∈ KZ : |f (zi ) − g(zi )| < ε, i = 1, 2, ..., n .

Tp es la topología de la convergencia puntual sobre KZ .


Topologías débiles y débiles∗ . Sean E[T ] un e.l.c. y E ′ su dual topoló-
gico. Entonces se define la topología débil σ(E, E ′ ) de E (respectiva-
mente, débil∗ σ(E ′ , E) en E ′ ) como la topología asociada a la familia
de seminormas {px′ : x′ ∈ E ′ } (respectivamente, {px : x ∈ E}) dadas
por px′ (x) = |x′ (x)| (respectivamente, px (x′ ) = |x′ (x)|).
Puesto que σ(E ′ , E) puede considerarse como la topología inducida
por (KE , Tp ) en E ′ , la topología débil∗ es una topología localmente
convexa Hausdorff. Una base de entornos del origen para σ(E ′ , E) viene
dada por
{V (0, x1 , ..., xn , ε) : x1 , ..., xn ∈ E, ε > 0},
donde

V (0, x1 , ..., xn , ε) = {x′ ∈ E ′ : |x′ (xi )| < ε, i = 1, 2, ..., n}.


3.5. Espacios vectoriales topológicos 297

La topología débil de E está generada por la familia de seminormas


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

{px′ : x′ ∈ E ′ }, donde T px (x) = |x (x)| para x ∈ E. Esta familia de



seminormas satisface x′ ∈E ′ {x : px′ (x) = 0} = 0, véase el apartado


(ii) del corolario 3.7.3, con lo que σ(E, E ′ ) es una topología localmente
convexa y separada cuya base de entornos viene dada por

{V (0, x′1 , ..., x′n , ε) : x′i ∈ E ′ , ε > 0},

donde

V (0, x′1 , ..., x′n , ε) = {x ∈ E : |x′i (x)| < ε, i = 1, ..., n}.

Cuando (X, k · k) es un espacio normado es un sencillo ejercicio com-


probar que la topología débil σ(X, X ∗ ) (resp. débil∗ σ(X ∗ , X)) es más
gruesa que la topología asociada a la norma (resp. asociada a la nor-
ma dual).
Topologías en espacios de funciones continuas. Sea S un espacio to-
pológico completamente regular y denotemos por C(S) (resp. Cb (S))
el espacio de las funciones escalares y continuas (resp. funciones esca-
lares, continuas y acotadas) definidas en S. C(S) ⊂ (KS , Tp ), luego en
C(S) se puede considerar la topología inducida por Tp , que será una
topología localmente convexa y separada en C(S) para la cual, una
base de entornos de cada punto f viene dada por

{V (f, x1 , ..., xn , ε) : xi ∈ S, 1 ≤ i ≤ n, n ∈ N, ε > 0},

donde

V (f, x1 , ..., xn , ε) = {g ∈ C(S) : |f (xi ) − g(xi )| < ε, i = 1, ..., n}.

Si denotamos por K la familia de los compactos de S y para K ∈ K


definimos pK (f ) = supx∈K |f (x)|, entonces T{pK : K ∈ K } es una
familia de seminormas en C(S) satisfaciendo K∈K {f : pK (f ) = 0} =
{0}. Por tanto, existe una topología localmente convexa en C(S) para
la cual la base de entornos de cada punto f viene dada por

{V (f, K, ε) : K ∈ K , ε > 0},


3.5. Espacios vectoriales topológicos 298

donde
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:


V (f, K, ε) = g ∈ C(S) : |f (x) − g(x)| < ε; para cada x ∈ K .

Cuando S = Ω ⊂ Kk es un abierto, podemos tomar Kn ⊂ Ω, n ∈ N,


una sucesión de compactos verificando:
S
(i) Ω = ∞ n=1 Kn .
(ii) Kn ⊂ int Kn+1 , n ∈ N.
Se deduce de las propiedades (i) y (ii) anteriores que para cada compac-
to K ⊂ Ω existe m ∈ N tal que K ⊂ Km . A una sucesión como {Kn }n
se le llama sucesión exhaustiva de compactos de Ω. Así, TK en C(Ω)
es la topología asociada a la sucesión de seminormas {pKn : n ∈ N}.
Razonamientos estándar permiten demostrar que TK es la topología
asociada a la métrica
X∞
1 pKn (f − g)
d(f, g) =
n=1
2n 1 + pKn (f − g)

(véase el teorema 3.6.1). El espacio (C(Ω), TK ) es un e.l.c. metrizable


y completo.
Topologías en espacios de funciones holomorfas. Si Ω ⊂ C es abier-
to, podemos considerar el espacio H (Ω) de funciones holomorfas en
Ω, como subespacio de (C(Ω), TK ) con la topología inducida. Enton-
ces (H (Ω), TK ) es un e.l.c. metrizable y completo, dado que, gracias
al teorema de Weierstrass, [13, Theorem 2.1], el límite de una suce-
sión uniformemente convergente sobre compactos de una sucesión de
funciones holomorfas es a su vez una función holomorfa.
Topologías en espacios de funciones diferenciables. Sea Ω ⊂ Rn un
abierto. Recordemos que hemos trabajado con los siguientes espacios
de funciones:
E m (Ω) = {f : Ω → R : m-veces diferenciables con continuidad en Ω},
E (Ω) = {f : Ω → R : infinitamente diferenciables en Ω},
DKm (Ω) = {f ∈ E m (Ω) : sop(f ) ⊂ K}, para K ⊂ Ω, compacto,

DK (Ω) = {f ∈ E (Ω) : sop(f ) ⊂ K}, para K ⊂ Ω, compacto,


3.6. Espacios localmente convexos metrizables y normables 299
S
D(Ω) = K∈K DK (Ω), donde K es la familia de los subconjuntos
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

compactos de Ω.
En el espacio E m (Ω) se considera la topología de la convergencia uni-
forme sobre compactos de las funciones y sus derivadas hasta el grado
m. Una familia de seminormas definiendo dicha topología es {pK : K ∈
K } donde
pK (f ) := sup sup |D α f (x)|
|α|≤m x∈K

siendo α = (α1 , α2 , . . . , αk ) ∈ (N ∪ {0})k , |α| = α1 + α2 + · · · + αk y

∂ |α| f (x)
D α f (x) :=
∂xα1 1 ∂xα2 2 · · · ∂xαk k

En el espacio E (Ω) se considera la topología de la convergencia unifor-


me sobre compactos de las funciones y todas sus derivadas. La familia
de seminormas {pK,m : K ∈ K , m ∈ N} donde

pK,m(f ) := sup sup |D α f (x)|


|α|≤m x∈K

define la topología de E (Ω). Utilizando que Ω se puede poner como


unión de una sucesión exhaustiva de compactos, es fácil probar que
los e.l.c. E m (Ω) y E (Ω) son e.l.c. metrizables. En DKm (Ω) y D (Ω)
K
se consideran las topologías inducidas, respectivamente, por E m (Ω) y
E (Ω). El espacio D(Ω) es un espacio no nulo, véase el ejercicio 3.42, al
que se le da el nombre de espacio base de distribuciones, cuando se le
dota de la topología localmente convexa más fina que hace continuas
las inmersiones DK (Ω) ֒→ D(Ω), véase [14, Definition 5.19].

3.6. Espacios localmente convexos metrizables


y normables
El objeto de esta sección es, en primer lugar, dejar constancia de que la
condición necesaria y suficiente para que un espacio localmente convexo sea
metrizable es que satisfaga el Primer Axioma de Numerabilidad, véanse los
dos últimos apartados del ejemplo 3.5.16. Veremos a continuación cómo la
3.6. Espacios localmente convexos metrizables y normables 300

existencia de un entorno acotado caracteriza el que una topología localmente


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

convexa sea la asociada a una norma, y acabaremos por poner de manifiesto


que el espacio (H (Ω), TK ) es un e.l.c. metrizable y completo que no es
normable.
Teorema 3.6.1.
Sea E[T ] un e.l.c. Entonces las siguientes afirmaciones son equiva-
lentes:
(i) T es metrizable.
(ii) Existe una base de entornos del origen numerable, i.e, E[T ] sa-
tisface el Primer Axioma de Numerabilidad.
(iii) Existe una familia numerable de seminormas continuas generando
la topología T .

Demostración. La afirmación (i) claramente implica (ii). Supongamos que


0 tiene una base de entornos del origen numerable {Vn }n . Podemos suponer
que cada Vn es absolutamente convexo y que se satisface Vn ⊃ Vn+1 , n ∈ N.
Sea pn el funcional de Minkowski asociado a cada Vn . Después de la propo-
sición 3.5.9 cada pn es una seminorma. Se tiene además que pn ≤ pn+1 para
cada n ∈ N y es claro que T está asociada a la sucesión {pn : n ∈ N}. Así
acaba la prueba de (ii)⇒(iii).
Demostremos para terminar que (iii)⇒(i). Supongamos que T está aso-
ciada a una familia de seminormas {pn : n ∈ N} para la que podemos su-
poner, sin pérdida de generalidad, que se cumple pn ≤ pn+1 , n ∈ N (bas-
taría cambiar la familia {pn : n ∈ N} por la familia {qn : n ∈ N} donde
qn (x) := sup1≤k≤n pk (x), para x ∈ E). La fórmula

X 1
d(x, y) := mı́n{pn (x − y), 1}
2n
n=1

define una distancia en E cuya topología asociada es T . Dejamos como


ejercicio al lector comprobar que d es una distancia. Para ver que T es la
topología asociada a d es suficiente demostrar que la familia

{y ∈ E : pn (y − x) < ε} : n ∈ N, ε > 0
3.6. Espacios localmente convexos metrizables y normables 301

forma una base de d-entornos del punto x, para cada x ∈ E. Efectivamente,


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

dado x ∈ E y 1 > ε > 0 consideremos Bd (x, ε).


P Si tomamos m tal que
∞ 1 ε ε
n=m+1 2 n < 2 y V := y ∈ E : p m (x − y) < 2m , entonces V ⊂ Bd (x, ε).
Recíprocamente,
 si 1 > ε > 0 y V = {y ∈ E : pn (x − y) < ε}, entonces
ε
Bd x, 2n ⊂ V y así acaba la prueba. 

Definición 3.6.2.
Un espacio de Fréchet es un espacio localmente convexo metrizable
y completo.

Los espacios (C(Ω), TK ), (E m (Ω), T ) y (H (Ω), TK ) vistos en el ejem-


plo 3.5.16, son espacios de Fréchet.
Definición 3.6.3.
Sea E[T ] un e.l.c. Un conjunto A ⊂ E se dice acotado para T si
para cada entorno del origen U existe ρ > 0 tal que A ⊂ ρU .

El conjunto A ⊂ E es acotado para T si, y sólo si, para cada seminorma


T -continua p : E → R+ se tiene sup{p(x) : x ∈ A} < ∞. El concepto de
acotado en un e.l.c. extiende el concepto de acotado en espacios normados.
El resultado que sigue caracteriza cuándo la topología de un e.l.c. se puede
derivar de una norma.
Teorema 3.6.4. Kolmogoroff, 1934.
Si E[T ] es un e.l.c, entonces las siguientes afirmaciones son equi-
valentes:
(i) E[T ] es normable, i.e., T es la topología asociada a una norma.
(ii) E[T ] tiene un entorno del origen acotado.

Demostración. La implicación (i)⇒(ii) es clara, dado que la bola unidad


para una norma es siempre un entorno del origen acotado. Recíprocamen-
te, demostremos (ii)⇒(i). Sea U entorno abierto del origen absolutamente
convexo y acotado, sean pU su funcional de Minkowski y TpU la topología
asociada a pU en E. Se tiene que T ≥ TpU , dado que U es entorno del origen.
Si vemos que T ≤ TpU , entonces T = TpU y la prueba estará terminada.
3.7. Versión geométrica del teorema de Hahn-Banach 302

Gracias a la proposición 3.5.10 se tiene la igualdad U = {x ∈ E : pU (x) < 1},


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:


y en consecuencia, tenemos que εU = {x ∈ E : pU (x) < ε} : ε > 0 es
una TpU -base de entornos del origen en E. Para probar que T ≤ TpU es
suficiente demostrar que dado un T -entorno del origen V , existe ε > 0 tal
que εU ⊂ V , lo que se obtiene de la definición de acotación para U . 

No obstante, existen e.l.c. metrizables y completos que no son normables


como vemos a continuación.
Proposición 3.6.5.
Sea Ω ⊂ C abierto. Entonces (H (Ω), TK ) es un espacio de Fréchet que
no es un espacio de Banach.
Demostración. Si (H (Ω), TK ) fuese normable existiría un TK -entorno del
origen acotado V en H (Ω). Así para cada compacto K ⊂ Ω se tendría
sup (sup |f (z)|) < ∞.
f ∈V z∈K

De esta forma los elementos de V forman una familia normal de funciones


T
holomorfas, véase [59, Theorem 14.6], y por lo tanto V K es un entorno del
origen compacto en el espacio normable (H (Ω), TK ). Si ahora utilizamos el
teorema 1.2.8 obtenemos que H (Ω) es de dimensión finita, lo cual, no siendo
cierto, implica que la suposición de que (H (Ω), TK ) es normable es absurda,
y queda terminada la prueba. 

Un e.l.c. en el que los subconjuntos acotados son relativamente compactos


se dice que es un espacio de Montel. A los espacios de Fréchet que son de
Montel se les llama espacios de Fréchet-Montel. Por ejemplo, (H (Ω), TK ) es
un espacio de Fréchet-Montel. Puede probarse que todo espacio de Fréchet-
Montel es un espacio separable, véase [48, §27.2 (5)]. En particular, para
cada abierto Ω ⊂ C, el espacio (H (Ω), TK ) es un espacio separable.

3.7. Versión geométrica


del teorema de Hahn-Banach
Estableceremos aquí los teoremas de separación de conjuntos convexos,
pero empezaremos obteniendo algunas consecuencias analíticas del teorema
de Hahn-Banach 3.1.6.
3.7. Versión geométrica del teorema de Hahn-Banach 303

Teorema 3.7.1.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean E[T ] un e.l.c. y F ⊂ E un subespacio. Si u : F → K es lineal


y continua, entonces existe f : E → K tal que f |F = u.

Demostración. Si u es continua en F , V := {x ∈ F : |u(x)| ≤ 1} es


un entorno del origen en F . Existe un entorno del origen absolutamente
convexo U en E tal que U ∩ F ⊂ V . El funcional de Minkowski p de U es
una seminorma en E que satisface |u(x)| ≤ p(x) para cada x ∈ F , dado que
U ∩ F ⊂ V . Por el teorema 3.1.6, existe una extensión f : E → K lineal
de u tal que |f (x)| ≤ p(x), para cada x ∈ E. Como p es una seminorma
T -continua, proposición 3.5.10, se tiene que f es continua después de la
proposición 3.5.13. 

El lema que sigue se utilizará en el corolario demostrado posteriormente.


Lema 3.7.2.
Sean E[T ] un e.v.t. y F ⊂ E un subespacio de dimensión finita n. En-
tonces, todo isomorfismo algebraico f : Kn → F es un isomorfismo topológico
y F es cerrado en E[T ].
Demostración. Haremos la demostración por inducción. Para n = 1 el
resultado es cierto. Supongamos que es cierto para n − 1 y demostrémoslo
para n. Si f : Kn → F es un isomorfismo algebraico y {ei : i = 1, 2, . . . , n}
es la base canónica de Kn entonces

f [(α1 , α2 , . . . , αn )] = α1 u1 + α2 u2 + · · · + αn un ,

donde ui := f (ei ), i = 1, 2, . . . , n. De aquí se sigue que f es continua, dado


que las operaciones de espacio vectorial son continuas para T . Por otro lado,
dado x ∈ E, existen unos únicos fi (x) ∈ K, i = 1, 2, . . . , n, tales que

x = f1 (x)u1 + f2 (x)u2 + · · · + fn (x)un .

Para cada i la forma lineal fi : F → K es no nula. Ker f es un subespacio


de dimensión n − 1 de F , que por hipótesis de inducción es cerrado. Esto
implica que cada fi es continua y así f −1 = (f1 , f2 , . . . , fn ) es continua por
el apartado (vii) de la proposición 3.5.2, con lo que la demostración del
isomorfismo topológico queda terminada.
3.7. Versión geométrica del teorema de Hahn-Banach 304

Para ver que F es cerrado basta observar que el isomorfismo topológico


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

transforma redes de Cauchy en redes de Cauchy, por lo que la completitud


de Kn nos da el resultado. 

Corolario 3.7.3.
Sea E[T ] un e.l.c.
(i) Si F ⊂ E es un subespacio, entonces la aplicación restricción

(E[T ])′ → (F [T |F ])′

que a cada x′ ∈ (E[T ])′ le hace corresponder su restricción x′ |F es


sobreyectiva.
(ii) Si 0 6= x ∈ E, entonces existe f ∈ E ′ tal que f (x) 6= 0.
(iii) Si {x1 , x2 , . . . , xn } es un conjunto linealmente independiente en E, en-
tonces existen f1 , ..., fn ∈ E ′ tales que

fi (xj ) = δij i, j = 1, 2, ..., n.

Demostración. La afirmación en (i) es una consecuencia inmediata del


teorema 3.7.1. Para probar (ii) observemos que si x 6= 0 podemos tomar una
seminorma p : E → R+ continua para T y tal que p(x) 6= 0. La forma lineal
u : span{x} → K dada por u(λx) = λp(x) satisface |u(y)| ≤ p(y) para cada
y ∈ span{x}. Por el teorema 3.1.6 existe f : E → K lineal extendiendo u y
tal que |f (x)| ≤ p(x) para cada x ∈ E; f es T -continua y f (x) = p(x) 6=
0. Para demostrar (iii) utilizaremos el lema anterior. Si {x1 , x2 , . . . , xn } es
un conjunto linealmente independiente en E, F := span{x1 , x2 , . . . , xn } y
fi : F → K, i = 1, 2, . . . , n, son las únicas aplicaciones lineales satisfaciendo
fi (xj ) = δij , i, j = 1, 2, . . . , n, entonces cada fi es continua en F para la
topología inducida por E[T ] (dado que el lema anterior nos dice que en F
existe una única topología localmente convexa que se obtiene por isomorfismo
con Kn ). La prueba acaba considerando extensiones T -continuas de fi a E
garantizadas por el teorema 3.7.1. 

Las propiedades demostradas en el corolario anterior han sido utilizadas


en el ejemplo 3.5.16 para demostrar que la topología débil de un e.l.c. es una
topología separada.
3.7. Versión geométrica del teorema de Hahn-Banach 305

Definición 3.7.4.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Se llama variedad afín en el espacio vectorial E a cualquier conjunto


de la forma x0 + Y , donde Y es un subespacio vectorial de E y x0 ∈ E.
Un subespacio propio maximal de E es un hiperplano y toda variedad
afín correspondiente a un hiperplano se llama un hiperplano afín.

Si E[T ] es un e.v.t. entonces M ⊂ E es un hiperplano afín si, y sólo si,


existen f : E → K lineal y a ∈ K tales que M = {x ∈ X : f (x) = a}. Las
propiedades (i) y (vii) de la proposición 3.5.2 aseguran que M es cerrado si,
y sólo, si f ∈ E ′ , que es la contrapartida en e.l.c. al resultado comentado
para espacios normados después del corolario 3.1.8.
Teorema 3.7.5. Mazur.
Sean E[T ] un e.v.t., M ⊂ E una variedad afín y A ⊂ E un conjunto
abierto convexo no vacío. Si A ∩ MT= ∅, entonces existe un hiperplano
afín cerrado H en E[T ] tal que A H = ∅ y M ⊂ H.

Demostración. La demostración se hace distinguiendo los casos K = R o


K = C.
Caso K = R. M = x0 +F para cierto x0 ∈ E y para cierto F ⊂ E subespacio
vectorial real. Si p es el funcional de Minkowski asociado a A, entonces
A = {x ∈ E : p(x) < 1} después de la proposición 3.5.10. Como
A ∩ M = ∅, se tiene que para cada y ∈ F será p(x0 + y) ≥ 1. Si
definimos u : F ⊕ span{x0 } → R por u(y + λx0 ) := λ, entonces u es
lineal y se satisface u(y + λx0 ) ≤ p(y + λx0 ) para todo λ ∈ R y todo
y ∈ F . Efectivamente:
(i) Si λ ≤ 0, entonces u(y + λx0 ) = λ ≤ 0 ≤ p(y + λx0 ).
(ii) Si λ > 0, entonces
y y
u(y + λx0 ) = λu( + x0 ) = λ · 1 ≤ λp( + x0 ) ≤ p(y + λx0 ).
λ λ

Por el teorema 3.1.4 existe u : E → R lineal tal que f |F ⊕span{x0 } = u,


satisfaciendo f (x) ≤ p(x) para cada x ∈ E. Si U ⊂ A es un entorno
del origen absolutamente convexo y q es su funcional de Minkowski,
3.7. Versión geométrica del teorema de Hahn-Banach 306

entonces q es una seminorma T -continua, proposición 3.5.10, y se tiene


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

p ≤ q. En particular, |f (x)| ≤ q(x) para cada x ∈ E y en consecuencia


f es T -continua. Si consideramos H := {x ∈ E : f (x) = 1}, que es un
hiperplano cerrado, es claro que M ⊂ H y que H ∩ A = ∅, dado que si
x ∈ H se tiene f (x) = 1 ≤ p(x), lo que significa que x 6∈ A, quedando
terminada la prueba.
Caso K = C. M = x0 + F para cierto x0 ∈ E y cierto subespacio vectorial
complejo F ⊂ E. Por el apartado anterior, existe f : E → R lineal
y continua con H := {x ∈ E : f (x) = 1} ⊃ M , siendo f (x0 ) = 1 y
H ∩ A = ∅. Es claro que para y ∈ F se tiene f (y) = 0. Como F es un
espacio vectorial complejo, se verifica iy ∈ F siempre que y ∈ F , y por
tanto f (iy) = 0 para cada y ∈ F . Si definimos g(x) := f (x) − if (ix),
entonces H0 := {x ∈ E : g(x) = 1− if (ix0 )} es un hiperplano complejo
cerrado satisfaciendo las propiedades requeridas.
La demostración está ahora completa. 

Definición 3.7.6.
Sean E[T ] un e.v.t, f ∈ E ′ y α ∈ R. Los semiespacios abiertos
(resp. cerrados) en E[T ] determinados por f y α son los conjuntos

Gα = {x ∈ E : f (x) < α}, Gα = {x ∈ E : f (x) > α},


(resp. Fα = {x ∈ E : f (x) ≤ α}, F α = {x ∈ E; f (x) ≥ α}).

Si A, B son dos subconjuntos de E[T ] se dice que:


(i) A y B están estrictamente separados si existen f ∈ E ′ y α ∈ R
tales que A ⊂ Gα y B ⊂ Gα ; en este caso se dice que el hiperplano
{x ∈ E : f (x) = α} separa estrictamente A y B.
(ii) A y B están separados si existen f y α como en el apartado ante-
rior con A ⊂ Fα y B ⊂ F α ; en este caso se dice que el hiperplano
{x ∈ E : f (x) = α} separa A y B.

El teorema de Mazur 3.7.5 permite obtener la separación de convexos


abiertos en un e.v.t. mediante hiperplanos reales cerrados.
3.7. Versión geométrica del teorema de Hahn-Banach 307

Corolario 3.7.7. Primer teorema de separación.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean E[T ] un e.v.t. y A, B subconjuntos convexos no vacíos abiertos de


E con A ∩ B = ∅. Entonces existe un hiperplano real cerrado que separa
estrictamente A y B.
Demostración. El conjunto diferencia A − B es un abierto no vacío y
0 6∈ A − B. El teorema 3.7.5 nos asegura la existencia de f : E → R lineal
continua y β ∈ R tales que 0 ∈ H := {x ∈ E : f (x) = β} y H ∩ (A − B) = ∅.
Obsérvese que β = 0, y así se tiene, véase el ejercicio 3.36, que f (A − B) es
un convexo de R (un intervalo) tal que 0 6∈ f (A − B). En consecuencia, o
bien f (a − b) > 0 para cada a ∈ A y b ∈ B o bien f (a − b) < 0 para cada
a ∈ A y b ∈ B. Por ejemplo, en el segundo caso, f (a) < f (b) para cada a ∈ A
y b ∈ B y por lo tanto podemos asegurar la existencia de α ∈ R satisfaciendo

sup{f (a) : a ∈ A} ≤ α ≤ ı́nf{f (b) : b ∈ B}.

Dado que f (A) y f (B) son intervalos abiertos de la recta real, se concluye
que f (a) < α < f (b) para cada a ∈ A y cada b ∈ B y en consecuencia A y
B están estrictamente separados por un hiperplano real cerrado. 

Para establecer el segundo teorema de separación necesitamos el siguiente


lema que dejamos como ejercicio al lector.
Lema 3.7.8.
Sean E[T ] un e.v.t., K ⊂ E un conjunto compacto y F ⊂ E un conjunto
cerrado con K ∩ F = ∅. Entonces existe un entorno abierto del origen W
tal que
[K + W ] ∩ [F + W ] = ∅.

Ahora podemos demostrar el siguiente


Corolario 3.7.9. Segundo teorema de separación.
Sean E[T ] un e.l.c. y K, F subconjuntos convexos disjuntos de E, con K
compacto y F cerrado. Entonces existe un hiperplano real cerrado que separa
estrictamente K y F . Más aún, existen f : E → R lineal y continua, α ∈ R
y ε > 0 tales que
f (y) ≤ α − ε < α < f (z)
para todo y ∈ K y todo z ∈ F .
3.7. Versión geométrica del teorema de Hahn-Banach 308

Demostración. Por el lema anterior existe un entorno del origen W , abierto


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

y absolutamente convexo, tal que [K + W ] ∩ [F + W ] = ∅. Los conjuntos


K + W y F + W son abiertos, véase el apartado (iii) de la proposición 3.5.2.
Ahora el colorario 3.7.7 nos garantiza la existencia de f : E → R lineal y
continua y α ∈ R tales que
f (y) < α < f (z)
para todo y ∈ K y todo z ∈ F . Como toda función real continua en un com-
pacto alcanza su máximo, se tiene que máxy∈K f (y) < α y en consecuencia,
para cierto ε > 0 se tendrá que
f (y) ≤ α − ε < α < f (z),
para todo y ∈ K y todo z ∈ F . 

Para conjuntos cerrados y convexos el teorema anterior no es cierto. Basta


tomar en R2 los cerrados convexos K = {(x, 0) ∈ R2 : x ≥ 0} y F = {(x, y) ∈
R+ × R+ : xy ≥ 1}.
Corolario 3.7.10.
Sean A y B subconjuntos disjuntos de un e.l.c. E[T ], tales que A es
compacto y B es cerrado. Si A se supone absolutamente convexo y B convexo,
entonces existe u ∈ E ′ tal que
sup |u(x)| < ı́nf |u(y)|.
x∈A y∈B

Demostración. Tomamos f : E → R lineal y continua y α ∈ R como


en el corolario anterior; para x ∈ E, definimos u(x) := f (x) si E es real o
u(x) := f (x) − if (ix) si E es complejo. Entonces u es lineal y satisface que
Re u(x) = f (x) para cada x ∈ E. De esta forma tenemos que
(i) α < Re u(y) ≤ |u(y)| para cada y ∈ B;
(ii) para cada x ∈ A existe un cierto θ ∈ R tal que |u(x)| = eiθ u(x) y por
lo tanto se tiene
|u(x)| = eiθ u(x) = u(eiθ x) = Re(u(eiθ x)) ≤ α − ε.

Así queda terminada la prueba. 


3.7. Versión geométrica del teorema de Hahn-Banach 309

Obsérvese que la tesis del corolario anterior sigue siendo válida si se su-
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

pone que A es cerrado y B compacto.

Corolario 3.7.11.
Sean E[T ] un e.l.c. y A un subconjunto de E. La envoltura convexa y
cerrada de A es la intersección de todos los semiespacios que contienen a A
determinados por hiperplanos afines cerrados en E, i.e,
\
co(A) = Fα .
A⊂Fα
T
En particular, si A es convexo y cerrado, entonces A = A⊂Fα Fα .
T
Demostración. Claramente se tiene co(A) ⊂ A⊂Fα Fα . Por otro lado si
x 6∈ co(A), entonces existen una forma f : E → R lineal y continua y α ∈ R
tales que f (x) > α > f (y) para cada y ∈ co(A). Esto significa que para el
semiespacio determinado por Tf y α se tiene que x 6∈ Fα mientras que A ⊂ Fα ,
lo que prueba que co(A) = A⊂Fα Fα . 

El siguiente corolario es una consecuencia inmediata de lo que acabamos


de demostrar.
Corolario 3.7.12.
Sean E un espacio vectorial y T y V dos topologías localmente convexas
separadas en E tales que (E[T ])′ = (E[V ])′ . Entonces los conjuntos convexos
T -cerrados y V -cerrados son los mismos.
Si E[T ] es un e.l.c. entonces (E[T ])′ = (E[σ(E, E ′ )])′ , véase la pro-
posición 3.8.4, y consecuentemente los subconjuntos convexos T -cerrados y
σ(E, E ′ )-cerrados son los mismos.
Una forma lineal acotada en un subespacio vectorial se anula en este
subespacio. Con esta observación y el corolario 3.7.11 se demuestra el si-
guiente corolario.
Corolario 3.7.13.
Sean E[T ] un e.l.c. y F ⊂ E un subespacio vectorial. Entonces

F = {x ∈ E : f (x) = 0 si f ∈ E ′ y f |F = 0}.
3.8. Pares duales. Polares. El teorema bipolar 310

El corolario anterior conduce al siguiente.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Corolario 3.7.14.
Sean E[T ] un e.l.c. y S un subconjunto de E. Son equivalentes:
T
(i) S es total en E[T ], i.e, span S = E.
(ii) Si f ∈ E ′ y f |S = 0, entonces f = 0 en E.

3.8. Pares duales. Polares. El teorema bipolar


Si E[T ] es un e.l.c., entonces la aplicación (x, x′ ) x′ (x) es una for-
ma bilineal definida en el espacio producto E × (E[T ])′ que satisface las
propiedades:
(i) Si x′ (x) = 0 para cada x ∈ E, entonces x′ = 0.
(ii) Si x′ (x) = 0 para cada x′ ∈ E[T ]′ , entonces x = 0.
Inspirados en esta situación damos la siguiente definición.

Definición 3.8.1.
Un par dual hF, Gi son dos espacios vectoriales F y G y una aplica-
ción bilineal h·, ·i : F × G → K satisfaciendo:
(i) Si hx, yi = 0 para cada x ∈ F , entonces y = 0.
(ii) Si hx, yi = 0 para cada y ∈ G, entonces x = 0.

Ejemplo 3.8.2.
(i) Si E es un espacio vectorial y E ∗ su dual algebraico, hE, E ∗ i es un
par dual con la aplicación bilineal natural hx, x∗ i = x∗ (x) para cada
(x, x∗ ) ∈ E × E ∗ .
(ii) Si E[T ] es un e.l.c. y E ′ es su dual topológico, entonces hE, E ′ i es
un par dual con la aplicación bilineal hx, x′ i = x′ (x), tal y como se
comentó anteriormente.
(iii) Si A es Qun conjunto L cualquiera y Kα = K, para cada α ∈ A, en-
tonces h α∈A Kα , α∈A P Kα i es un par dual con la aplicación bilineal
h(λα )α∈A , (ξα )α∈A i = α∈A λα ξα .
3.8. Pares duales. Polares. El teorema bipolar 311

(iv) Sea E = (C(K), k·k∞ ) con K compacto. Para cada x ∈ K consideremos


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

δx : C(K) → K el funcional lineal continuo δx (f ) := f (x). Definamos


Kb = {δx : x ∈ K} ⊂ (C(K), k·k∞ )∗ y sea F = span K. b Entonces hE, F i
es un par dual con la aplicación bilineal inducida por la aplicación
bilineal natural del par dual hC(K), (C(K), k · k∞ )∗ i.

Sea hF, Gi un par dual. Dados x0 ∈ F e y0 ∈ G consideramos las aplica-


ciones lineales
f x 0 : G → K y f y0 : F → K
dadas por fx0 (y) := hx0 , yi y f y0 (x) := hx, y0 i, para x ∈ F e y ∈ G. La
aplicación x → fx (resp. y → f y ) es lineal e inyectiva de F en un subespacio
del dual algebraico de G, G∗ (resp. del dual algebraico de F , F ∗ ). Algunas
veces consideraremos F (resp. G) como subespacios de G∗ (resp. F ∗ ) a través
de las inyecciones anteriores.
Definición 3.8.3.
Sea hF, Gi un par dual. Llamamos topología débil σ(F, G) de F indu-
cida por G, a la topología más gruesa en F para la cual las aplicaciones
f y : F → K, para cada y ∈ G, son continuas. De forma dual, se define
la topología débil σ(G, F ) de G como la topología más gruesa en G para
la cual son continuas las aplicaciones fx : G → K, para cada x ∈ F .

Obsérvese que σ(F, G) es una topología localmente convexa separada ge-


nerada por la familia de seminormas P := {py : y ∈ G} donde py (x) = |hx, yi|,
para cada x ∈ F .
Si E[T ] es un e.l.c. y consideramos la dualidad hE, E ′ i, entonces las
nociones de topologías débiles en el par dual coinciden con las nociones de
topologías débiles y débiles∗ introducidas en el ejemplo 3.5.16. Si E = C(K)
b como en el ejemplo 3.8.2, y consideramos el par dual hE, F i,
y F = span(K),
entonces la topología débil σ(E, F ) = σ(C(K), span(K)) b = tp (K) es la to-
pología de la convergencia puntual en K.

Proposición 3.8.4.
Si hF, Gi es un par dual y f : F → K una forma lineal, entonces f
es σ(F, G)-continua si, y sólo si, existe y ∈ G (necesariamente único) tal
que f = f y .
3.8. Pares duales. Polares. El teorema bipolar 312

Demostración. Es claro que cada f y es σ(F, G)-continua por definición de


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

σ(F, G). Recíprocamente, sea f : F → K lineal σ(F, G)-continua. En caso de


que exista y ∈ G satisfaciendo f = f y , este y debe ser único después de la
propiedad (i) en la definición 3.8.1. La existencia de y se razona de la siguiente
forma. Dado que f es σ(F, G)-continua, de acuerdo con la proposición 3.5.13,
existe una seminorma σ(F, G)-continua p definida en F tal que |f (x)| ≤ p(x)
para todo x ∈ F . Puesto que {x ∈ F : p(x) < 1} es un entorno del origen en
σ(F, G), existen vectores y1 , y2 , . . . , yn ∈ G de modo que

{x : |hx, yi i| < 1, i = 1, 2, . . . , n} ⊂ {x : p(x) < 1}.

Esta inclusión implica que p(x) ≤ sup1≤i≤n |f yi (x)|, para cada x ∈ F , y por
tanto
|f (x)| ≤ sup |f yi (x)|,
1≤i≤n
T
para cada x ∈ F . De la desigualdad anterior se obtiene que ni=1 Ker f yi ⊂
. De aquí se sigue la existencia de escalares λ1 , λ2 , . . . , λnP
Ker fP tales que
n
f = i=1 λi f (véase el ejercicio 1), lo que significa que si y = ni=1 λi yi ,
y i

entonces f = f y y así acaba la demostración. 

Cuando E[T ] es un e.l.c. se tiene que E[σ(E, E ′ )]′ = E ′ y, después de la


oportuna identificación también se tiene E ′ [σ(E ′ , E)]′ = E.
Corolario 3.8.5.
Sea hF, Gi un par dual y G1 ⊂ G un subespacio vectorial. La aplicación
σ(G,F )
bilineal h·, ·i induce un par dual hF, G1 i si, y sólo si, G1 = G.
Demostración. Después de la proposición anterior se tiene G = F [σ(F, G)]′ .
σ(G,F )
Para G1 ⊂ G, el corolario 3.7.14 nos dice que G1 = G si, y sólo si, cada
forma fx ∈ G[σ(G, F )]′ satisfaciendo fx |G1 = 0 es idénticamente nula. Esta
condición significa que si x ∈ F y hx, yi = 0 para cada y ∈ G1 , entonces
x = 0, es decir, hF, G1 i es un par dual. 

Obsérvese que, como consecuencia de lo demostrado en el corolario an-


terior, se obtiene que si E[T ] es un e.l.c. entonces el dual topológico E ′ es
σ(E ∗ , E)-denso en el dual algebraico E ∗ , i.e, las formas lineales se aproximan
por formas lineales y continuas.
3.8. Pares duales. Polares. El teorema bipolar 313

Definición 3.8.6.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean hF, Gi un par dual y A un subconjunto de F . Llamamos polar


(absoluta) de A al subconjunto Ao de G dado por:

Ao = y ∈ G : |hx, yi| ≤ 1, para todo x ∈ A .

Llamaremos bipolar de A al subconjunto Aoo = (Ao )o de F .

Ejemplo 3.8.7.
(i) Sea (X, k·k) un espacio normado, consideremos hX, X ∗ i y sea A = BX .
Entonces:
o
BX = {x∗ ∈ X ∗ : |x∗ (x)| ≤ 1, x ∈ BX } = BX ∗
oo
BX = {x ∈ X : |x∗ (x)| ≤ 1, x∗ ∈ BX ∗ } = BX .

(ii) Sean hF, Gi un par dual y M ⊂ F un subespacio vectorial. Entonces:

M o = {y ∈ G : |hx, yi| ≤ 1, para todo x ∈ M } =


= {y ∈ G : hx, yi = 0, para todo x ∈ M } =: M ⊥ . (3.22)

Las siguientes propiedades son de comprobación inmediata y se dejan al


lector como ejercicio.
Proposición 3.8.8.
Sean hF, Gi un par dual y A un subconjunto de F . Entonces:
(i) Ao es un conjunto absolutamente convexo y σ(G, F )-cerrado.
(ii) Si A1 ⊂ A, entonces Ao ⊂ Ao1 .
(iii) Si α ∈ K, α 6= 0, entonces (αA)o = α−1 Ao .
(iv) A ⊂ Aoo .
(v) Ao = Aooo .
S T
(vi) ( i∈I Ai )o = i∈I Aoi .
3.8. Pares duales. Polares. El teorema bipolar 314

Teorema 3.8.9. Teorema del bipolar.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean hF, Gi un par dual y A ⊂ E un subconjunto. Entonces Aoo es


la envoltura absolutamente convexa σ(F, G)-cerrada de A.

Demostración. Sea A1 := Γ(A) la envoltura absolutamente convexa y ce-


rrada de A. Como Aoo es absolutamente convexo y cerrado se tiene A1 ⊂ Aoo .
Para probar la otra inclusión demostraremos que si x0 ∈ F \ A1 entonces
x0 ∈ F \ Aoo . Como F [σ(F, G)] es un e.l.c., A1 es cerrado y absolutamen-
te convexo y {x0 } es convexo compacto disjunto de A1 , podemos aplicar el
corolario 3.7.10 para obtener u ∈ G y α ∈ R satisfaciendo
sup |hx, ui| < α < α + ε < |hx0 , ui|.
x∈A1

Puesto que 0 ∈ A1 se tiene que α > 0. Reemplazando u por u′ = α−1 u y


denotando ε′ = α−1 ε se tiene
sup |hx, u′ i| < 1 < 1 + ε′ < |hx0 , u′ i|.
x∈A1

De aquí se deduce que x0 ∈ F \ Aoo , con lo que acaba la demostración. 

Definición 3.8.10.
Sea E[T ] un e.l.c.
(i) Un conjunto M ⊂ E ′ se dice que es T -equicontinuo si para cada
ε > 0 existe un T -entorno del origen U en E tal que |x′ (x)| < ε
para cada x ∈ U y cada x′ ∈ M .
(ii) Una familia T -equicontinua E en E ′ se dice fundamental si para
cada M ⊂ E ′ T -equicontinuo existe N ∈ E tal que M ⊂ N .

Los entornos del origen en E[T ] y los T -equicontinuos en E ′ están rela-


cionados por polaridad, como se pone de manifiesto a continuación.
Corolario 3.8.11.
Sean E[T ] un e.l.c. y hE, E ′ i el par dual canónico asociado.
(i) Si U ⊂ E es un T -entorno del origen, entonces U o es T -equicontinuo.
Recíprocamente, si M ⊂ E ′ es T -equicontinuo, entonces M o es un
entorno del origen.
3.8. Pares duales. Polares. El teorema bipolar 315

(ii) Si U es una base de entornos del origen de E[T ], entonces las polares
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

{U o }U ∈U forman una familia fundamental de equicontinuos de E ′ .


(iii) Si E es una familia fundamental de T -equicontinuos de E ′ , entonces
la familia de las polares de {M o }M ∈E forma una base de T -entornos
del origen en E.

Demostración. Demostremos (i). Si U es un T -entorno del origen, enton-


ces U o es equicontinuo ya que dado ε > 0, para cada x ∈ εU y cada x′ ∈ U o
se tiene |x′ (x)| ≤ ε. Recíprocamente, si M ⊂ E ′ es T -equicontinuo, entonces
existe un T -entorno del origen U ⊂ E tal que |x′ (x)| < 1 para cada x ∈ U
y cada x′ ∈ M . Por definición de polar se tiene que U ⊂ M o .
Los dos apartados (ii) y (iii) se prueban de forma similar. Demostrare-
mos (iii), dejando (ii) como ejercicio. Si E es una familia fundamental de
equicontinuos, entonces M o es T -entorno del origen para cada M ∈ E . Para
terminar la prueba será suficiente ver que, para cualquier T -entorno del ori-
gen U ⊂ E absolutamente convexo y T -cerrado (σ(E, E ′ )-cerrado después
del corolario 3.7.11), existe M ∈ E tal que M o ⊂ U . Como U es T -entorno
del origen, su polar U o es T -equicontinuo y por lo tanto existe M ∈ E tal
que U o ⊂ M . El teorema del bipolar nos asegura ahora que M o ⊂ U oo = U
y así acaba la demostración. 

Corolario 3.8.12.
Si E[T ] es un e.l.c, entonces T es la topología de convergencia uniforme
sobre los T -equicontinuos de E ′ .

Corolario 3.8.13.
Sean hF, Gi un par dual y {Sα : α ∈ A} una familia de subconjuntos
σ(F, G)- cerrados absolutamente convexos. Entonces:
\ o [ σ(F,G)
Sα =Γ Sαo .
α∈A α∈A

Demostración. El teorema del bipolar nos asegura que Sαoo = Sα . Se tiene


por tanto [ o \
Sαo = Sαoo = ∩α∈A Sα .
α∈A α∈A
3.9. El teorema de completitud de Grothendieck 316

Tomando ahora polares en la igualdad anterior y haciendo uso, otra vez, del
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

teorema del bipolar se obtiene lo que queremos. 

Teorema 3.8.14. Alaoglu-Bourbaki.


Sea E[T ] un e.l.c. Todo T -equicontinuo H de E ′ es σ(E ′ , E)-rela-
tivamente compacto.

Demostración. Sea H ⊂ E ′ un subconjunto T -equicontinuo. Considere-


mos el espacio E ′ [σ(E ′ , E)] como subespacio de (KE , tp (E)). Para ver que
H es σ(E ′ , E)-relativamente compacto es suficiente, después del teorema de
σ(E ′ ,E) tp (E)
Tychonoff, probar que H =H ⊂ E ′ y que H es puntualmente aco-
tp (E)
tado. Ahora bien, H está formado por aplicaciones lineales continuas,
porque sus elementos son límites puntuales de redes equicontinuas. Para ver
que H es acotado razonamos como sigue. Sea U un T -entorno del origen
tal que
|h(y)| < 1 para cada h ∈ H, y u ∈ U.
Dado x ∈ E, sea ρ > 0 tal que ρx ∈ U . De aquí se tiene que el conjunto
{|h(x)| : h ∈ H} está acotado por 1/ρ. 

Como consecuencia inmediata tenemos el siguiente corolario.


Corolario 3.8.15.
Sea (X, k·k) un espacio normado. La bola dual BX ∗ es σ(X ∗, X)-compacta
en X ∗ .

3.9. El teorema de completitud de Grothendieck


Si (X, k · k) es un espacio normado, un modelo para su compleción puede
construirse de la siguiente forma: tomar el bidual X ∗∗ de X que es un espacio
de Banach y considerar la inmersión ˆ: X → X ∗∗ descrita en la página 240.
El cierre de X en (X ∗∗ , k · k) es un modelo para la compleción de X. En esta
sección nos encargaremos, entre otras cosas, de describir de forma explícita
cómo se calcula el cierre de X en X ∗∗ .
El siguiente lema es clave en lo que sigue.
3.9. El teorema de completitud de Grothendieck 317

Lema 3.9.1. Lema de aproximación.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean E[T ] un e.l.c., S un subconjunto absolutamente convexo T -cerrado


de E y x∗ : E → K una forma lineal. Las siguientes afirmaciones son equi-
valentes:
(i) x∗ |S es T -continua.
(ii) Para cada ε > 0, existe x′ ∈ E ′ tal que |x′ (x) − x∗ (x)| < ε, para todo
x ∈ S.
Demostración. La implicación (ii)⇒(i) es consecuencia de que el límite
uniforme de redes de funciones continuas es continua.
Demostremos la implicación (i)⇒(ii). Como x∗ |S es continua, dado ε > 0
existe un T -entorno del origen T absolutamente convexo cerrado U tal T que
|x∗ (x)| < ε para cada x ∈ U S. Esta condición significa que x∗ ∈ ε(U S)o,
donde la polar está calculada respecto del par dual hE, E ∗ i. Como T U y
S son σ(E, E )-cerrados, el corolario 3.8.13 nos asegura que (U S) ⊂
∗ o
σ(E ∗ ,E)
U o + So . Por otro lado, U o es σ(E ∗ , E)-compacto, después del teore-
ma de Alaoglu-Bourbaki, y por lo tanto tenemos
T o U +oS eso σ(E , E)-cerra-
o o ∗

do, teniéndose en consecuencia que ε(U S) ⊂ ε(U + S ). Por lo tanto,


x∗ ∈ εU o + εS o , y dado que U o ⊂ E ′ , podemos concluir la existencia de
x′ ∈ E ′ tal que x∗ − x′ ∈ εS o , lo que significa

|x∗ (x) − x′ (x)| < ε para cada x ∈ S,

quedando así terminada la demostración. 

Teorema 3.9.2. De completitud de Grothendieck, 1950.


Sean E[T ] un e.l.c. y E la familia de los T -equicontinuos de E ′ . Sea

b = x∗ ∈ (E ′ )∗ : x∗ |H es σ(E ′ , E)-continuo para cada H ∈ E .
E

c de convergencia uniforme sobre


b dotado de la topología T
El espacio E
E es un modelo para la compleción de E[T ], i.e. E[T ] es un subespacio
bT
denso de E[ c] y E[
bTc] es completo.

Demostración. Si consideramos la inclusión natural b: E → E b que hace


corresponder a cada x la aplicación x
b : E → K dada por x
′ b(x ) := x′ (x),

3.9. El teorema de completitud de Grothendieck 318

es claro que la topología inducida por E[bT c] en E es T después del corola-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

c
b T ] es el lema 3.9.1 aplicado a E ′ [σ(E ′ , E)]
rio 3.8.12. La densidad de E en E[
y a cada elemento x∗ ∈ E b restringido a equicontinuos absolutamente con-
vexos σ(E , E)-cerrados. La completitud de E[
′ b Tc] es simplemente el hecho
de que los límites de redes de formas lineales son lineales, junto con que el
límite uniforme de redes de funciones continuas es continuo. 

Los corolarios que siguen son consecuencias directas del teorema de com-
pletitud de Grothendieck.
Corolario 3.9.3.
Para un e.l.c. E[T ], las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(i) E[T ] es completo.
(ii) Toda forma lineal x′ : E ′ → K que es σ(E ′ , E)-continua sobre los equi-
continuos de E ′ es σ(E ′ , E)-continua en E ′ , es decir, es un elemento
de E.
Corolario 3.9.4.
Para un espacio normado (X, k · k), las siguientes afirmaciones son equi-
valentes:
(i) (X, k · k) es un espacio de Banach.
(ii) Toda forma lineal x∗ : X ∗ → K que es σ(X ∗ , X)-continua en BX ∗ es
σ(X ∗ , X)-continua en X ∗ , i.e, es un elemento de X.
Corolario 3.9.5.
Sea (X, k · k) un espacio normado, sea K = (BX ∗ , σ(X ∗ , X)) y sea

i : (X, k · k) → (C(K), k · k∞ )

la aplicación que hace corresponder a cada x ∈ X la función x


b : K → K dada
∗ ∗
b(x ) = x (x). Entonces:
por x
(i) i es un isomorfismo isométrico sobre su imagen que permite identi-
ficar (X, k · k) con un subespacio de C(K). i es un isomorfismo de
(X, σ(X, X ∗ )) sobre su imagen en (C(K), tp (K)).
(ii) Si (X, k · k) es además completo, entonces (X, σ(X, X ∗ )) se identifica
con un subespacio cerrado de (C(K), tp (K)).
3.10. Topologías débiles en espacios de Banach. Reflexividad 319

Demostración. La primera parte en la propiedad (i) es consecuencia de la


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

propiedad (ii) del corolario 3.1.8; la segunda parte se sigue de las definiciones
de topologías débiles y topologías de convergencia puntual. La propiedad (ii)
se obtiene inmediatamente del corolario anterior. 

3.10. Topologías débiles en espacios de Banach.


Reflexividad
Si (X, k · k) es un espacio normado, X ∗ su dual topológico y hX, X ∗ i el
par dual natural asociado, entonces la topología débil de X es la topología
σ(X, X ∗ ) y la topología débil∗ en X ∗ es la topología σ(X ∗ , X), tal y como
fueron definidas en el ejemplo 3.5.16 y en la definición 3.8.3.
La proposición siguiente recoge las primeras propiedades de las topologías
débiles y débiles∗ en espacios normados.
Proposición 3.10.1.
Sea (X, k · k) un espacio normado. Se tienen las siguientes propiedades:
(i) La topología débil σ(X, X ∗ ) (resp. débil∗ σ(X ∗ , X)) es más gruesa que
la topología asociada a la norma en X (resp. la norma de X ∗ ).
(ii) La topología débil σ(X, X ∗ ) es metrizable si, y sólo si, X es de dimen-
sión finita. En este caso σ(X, X ∗ ) coincide con la topología asociada a
la norma.
(iii) Un subconjunto convexo de X es σ(X, X ∗ )-cerrado si, y sólo si, es
cerrado en la topología asociada a la norma.
(iv) La aplicación b : X → X ∗∗ dada por xb(x∗ ) = x∗ (x), x∗ ∈ X ∗ , es un
isomorfismo isométrico sobre su imagen. Sumergido X en X ∗∗ via b ,
X es σ(X ∗∗ , X ∗ )-denso en X ∗∗ .
Demostración. La propiedad (i) es inmediata de comprobar. Demostre-
mos (ii). Si X es de dimensión finita entonces el lema 3.7.2 nos dice que la
topología débil y la asociada a la norma coinciden, y por lo tanto σ(X, X ∗ ) es
metrizable. Recíprocamente, supongamos que σ(X, X ∗ ) es metrizable y sean
x∗1 , x∗2 , . . . , x∗n , . . . una sucesión en X ∗ y (εn )n una sucesión de números reales
positivos tales que {V (0, x∗1 , ..., x∗n , εn )}n (véase la notación introducida en
el ejemplo 3.5.16) es una base de entornos del origen para σ(X, X ∗ ). Dado
3.10. Topologías débiles en espacios de Banach. Reflexividad 320

TnV (0, x ,∗1) contiene∗ cierto entorno V (0, x1 , ..., xn , ∗εn ) y,


x∗ ∈ X ∗ el entorno ∗ ∗ ∗
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

en consecuencia, i=1 KerT xi ⊂ V (0, x , 1). De aquí se obtiene que x está


acotada en el subespacio ni=1 Ker x∗i , y en consecuencia x∗ debe anularse
en él, lo que significa que ∩ni=1 Ker x∗i ⊂ Ker x∗ . Si utilizamos el ejercicio 1,
obtenemos que x∗ es una combinación lineal de x∗1 , x∗2 , . . . , x∗n y de esta forma
concluimos que X ∗ no es de dimensión no numerable, siendo por tanto de
dimensión finita después del corolario 3.3.4. Si el espacio dual X ∗ es de di-
mensión finita, entonces el espacio X es también de dimensión finita y la
prueba de esta parte termina.
La afirmación recogida en (iii) es un caso particular del corolario 3.7.11.
La primera parte de (iv) se sigue de la propiedad (ii) en el corolario 3.1.8. La
segunda parte se obtiene del corolario 3.8.5 dado que el par dual hX ∗ , X ∗∗ i
induce de forma natural el par dual hX ∗ , Xi. 

Definición 3.10.2.
Un espacio de Banach (X, k · k) se dice reflexivo si la aplicación

b: X → X ∗∗

b(x∗ ) = x∗ (x), x∗ ∈ X ∗ , es sobreyectiva.


dada por x

En otras palabras, tras la correspondiente identificación de X con X,b


X es reflexivo si, y sólo si, X = X . Obsérvese que la noción de espacio
∗∗

reflexivo ha de estar necesariamente ligada a espacios de Banach porque X ∗∗


es un espacio de Banach.
Ejemplo 3.10.3.
(i) Si 1 < p < ∞, entonces (ℓp , k · kp ) es reflexivo, dado que
(ℓp , k · kp )∗∗ = (ℓq , k · kq )∗ = (ℓp , k · kp )
1 1
donde p + q = 1, véase la proposición 1.3.1.
(ii) Más en general, sean 1 < p < ∞ y (Ω, Σ, µ) un espacio de medida.
Entonces el espacio (Lp (µ), k · kp ) es reflexivo dado que
(Lp (µ), k · kp )∗∗ = (Lq (µ), k · kq )∗ = (Lp (µ), k · kp )
donde 1
p + 1
q = 1, véase el corolario 3.10.12.
3.10. Topologías débiles en espacios de Banach. Reflexividad 321

(iii) El espacio (c0 , k · k∞ ) es no reflexivo, pues como ya vimos en el ejem-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

plo 1.3.1 se tienen las igualdades

(co , k · k∞ )∗∗ = (ℓ1 , k · k1 )∗ = (ℓ∞ , k · k∞ ),

siendo c0 6= ℓ∞ .
El siguiente resultado, que es una mejora de la segunda parte de (iv) en la
proposición 3.10.1, es fundamental para caracterizar los espacios de Banach
reflexivos.
Teorema 3.10.4. Goldstine.
Sean (X, k·k) un espacio normado, BX su bola unidad y BX ∗∗ la bola
unidad de X ∗∗ . Si consideramos X como un subespacio de X ∗∗ (vía b),
entonces BX es un subconjunto σ(X ∗∗ , X ∗ )-denso de BX ∗∗ .

Demostración. Claramente BX ⊂ BX ∗∗ . El teorema 3.8.14, de Alaoglu-


Bourbaki, nos asegura que BX ∗∗ es σ(X ∗∗ , X ∗ )-compacto y por lo tanto se
σ(X ∗∗ ,X ∗ )
tiene que BX ⊂ BX ∗∗ . Si suponemos que la inclusión es estricta,
σ(X ∗∗ ,X ∗ )
entonces podemos tomar x∗∗ ∈ BX ∗∗ \ BX . Haciendo uso ahora del
corolario 3.7.10, existe x ∈ X de manera que se verifican las siguientes
∗ ∗

desigualdades:

kx∗ k = sup |x∗ (x)| < |x∗∗ (x∗ )| ≤ kx∗∗ k kx∗ k ≤ kx∗ k
x∈BX

con lo que se llega a una contradicción que termina la demostración. 

Teorema 3.10.5. Caracterización de la reflexividad.


Sea (X, k · k) un espacio de Banach. Las siguientes afirmaciones son
equivalentes:
(i) X es reflexivo.
(ii) La bola unidad BX es σ(X, X ∗ )-compacta.

Demostración. Veamos que (i)⇒(ii). Si X es reflexivo, entonces X = X ∗∗


y por tanto BX = BX ∗∗ es σ(X, X ∗ )-compacto, por el teorema de Alaoglu-
Bourbaki 3.8.14. Para la implicación (ii)⇒(i) razonamos como sigue. Si BX
3.10. Topologías débiles en espacios de Banach. Reflexividad 322

es σ(X, X ∗ )-compacto entonces BX debe ser igual a BX ∗∗ , dado que BX


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

es σ(X ∗∗ , X ∗ )-cerrado y σ(X ∗∗ , X ∗ )-denso en BX ∗∗ después del teorema de


Goldstine. Si BX = BX ∗∗ entonces X = X ∗∗ y la prueba termina. 

Corolario 3.10.6.
Sea (X, k · k) un espacio de Banach.
(i) Si X es reflexivo e Y ⊂ X es un subespacio cerrado, entonces Y es
reflexivo.
(ii) X es reflexivo si, y sólo si, (X ∗ , k · k) es reflexivo.
(iii) Si X es reflexivo, entonces X es separable si, y sólo si, X ∗ es separable.

Demostración. La propiedad (i) se sigue inmediatamente de la caracteri-


zación dada en el teorema anterior, teniendo en cuenta que Y es σ(X, X ∗ )-
cerrado en X, véase (iii) en la proposición 3.10.1, y que gracias al teorema de
Hahn-Banach 3.7.1 se tiene σ(X, X ∗ )|Y = σ(Y, Y ∗ ). Demostremos (ii): si X
es reflexivo, entonces X ∗ es evidentemente reflexivo. Recíprocamente, si X ∗ es
reflexivo, entonces X ∗∗ es reflexivo y su subespacio cerrado X también lo es
por lo probado en el apartado (i). Para la propiedad (iii) utilizamos la pro-
posición 3.11.3: si X ∗ es separable entonces X es separable. Por otro lado
cuando X es reflexivo, si X = (X ∗ )∗ es separable entonces X ∗ es separable.

Con los resultados anteriores podemos completar la discusión de qué es-


pacios de Banach clásicos son reflexivos y cuáles no.
Ejemplo 3.10.7.
(i) Todo espacio de dimensión finita es reflexivo.
(ii) Ni ℓ1 ni ℓ∞ son reflexivos, porque ℓ1 es separable y ℓ∞ = (ℓ1 , k · k1 )∗
no es separable.
(iii) Ni C([a, b]) ni su dual (C([a, b], k · k∞ )∗ son reflexivos, porque C([a, b])
es separable –véase el teorema de Weierstrass 1.12.30– y su dual no.
(iv) Ni L1 ([a, b]) ni L∞ ([a, b]) son reflexivos, porque L1 ([a, b]) es separable
y su dual L∞ ([a, b]) = (L1 ([a, b]), k · k1 )∗ no es separable.
3.10. Topologías débiles en espacios de Banach. Reflexividad 323

La definición de espacio reflexivo 3.10.2 depende en principio de la norma


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

considerada. Sin embargo, el teorema 3.10.5 pone de manifiesto que la noción


de reflexividad depende sólo de la topología localmente convexa asociada a la
norma. Curiosamente, propiedades geométricas de una norma pueden impli-
car la reflexividad de un espacio: esto ocurre con la noción que introducimos
a continuación.
Definición 3.10.8.
Una norma k · k en un espacio vectorial X se dice uniformemente
convexa si se cumple la siguiente condición: para cada ε > 0 existe un
δ(ε) > 0 tal que si

x, y ∈ X, son tales que kxk ≤ 1, kyk ≤ 1, kx − yk ≥ ε,

entonces
1
(x + y) ≤ 1 − δ(ε).
2

El espacio (X, k · k) se dice uniformemente convexo si la norma k · k es


uniformemente convexa.

Si una norma es uniformemente convexa, entonces es también estricta-


mente convexa, véase la definición 3.1.11. Por otro lado, si (H, h·, ·i) es un
espacio prehilbertiano, la norma asociada es uniformemente convexa, gracias
a que se satisface la Ley del Paralelogramo, véase 1.4.5. Efectivamente, si
x, y ∈ H son tales que kxk ≤ 1 y kyk ≤ 1 con kx − yk ≥ ε, entonces
2
1  2
(x + y) = 1 2kxk2 + 2kyk2 − kx − yk2 ≤ 1 − ε
2 4 4

En la siguiente proposición se da una caracterización de las normas uni-


formemente convexas que será utilizada en la proposición 3.10.10 para probar
que las normas de los espacios Lp , 1 < p < +∞, son uniformemente convexas.

Proposición 3.10.9.
Sea (X, k · k) un espacio normado. Las siguientes afirmaciones son equi-
valentes:
(i) La norma k · k es uniformemente convexa.
3.10. Topologías débiles en espacios de Banach. Reflexividad 324

(ii) Para cada par de sucesiones (xn )n e (yn )n en X con kxn k ≤ 1, kyn k ≤ 1,
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

n ∈ N, si 1

lı́m (xn + yn ) = 1,
n 2
entonces
lı́m kxn − yn k = 0.
n

Demostración. Veamos (i)⇒(ii). Supongamos que (ii) no se da: entonces


existen xn , yn ∈ X con kxn k ≤ 1, kyn k ≤ 1, n ∈ N, siendo
1

lı́m (xn + yn ) = 1,
n 2
sin ser cero el límite lı́mn kxn − yn k. Para cierto ε > 0 y para subsuce-
siones adecuadas se tendrá que kxnk − ynk k ≥ ε. Como también se tiene
lı́mk k 21 (xnk + ynk )k = 1, llegamos a que (i) no es cierta y esta parte de la
prueba está acabada. La implicación (ii)⇒(i) la dejamos como ejercicio al
lector. 

Proposición 3.10.10.
Si (Ω, Σ, µ) es un espacio de medida y 2 ≤ p < ∞, (Lp (Ω, Σ, µ), k · kp ) es
un espacio uniformemente convexo.
Demostración. El resultado es consecuencia de la desigualdad

|α + β|p + |α − β|p ≤ 2p−1 (|α|p + |β|p ), para todo α, β ∈ C. (3.23)

Supuesto que la desigualdad anterior se ha demostrado, si f, g ∈ Lp (Ω, Σ, µ)


entonces
kf + gkpp + kf − gkpp ≤ 2p−1 (kf kpp + kgkpp ). (3.24)
Si (fn )n y (gn )n son sucesiones en Lp (Ω, Σ, µ) con kfn kp ≤ 1, kgn kp ≤ 1 y
1

lı́m (fn + gn ) = 1,
n 2 p

la desigualdad (3.24) implica entonces que

2p + lı́m sup kfn − gn kpp ≤ 2p−1 2,


n
3.10. Topologías débiles en espacios de Banach. Reflexividad 325

es decir, lı́mn kfn − gn kp = 0. La proposición 3.10.9 nos dice ahora que k · kp


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

es uniformemente convexa.
Para terminar la prueba demostramos la desigualdad (3.23). Si p ≥ 2
entonces
1 1 √ 1
(|α + β|p + |α − β|p ) p ≤ (|α + β|2 + |α − β|2 ) 2 ≤ 2(|α|2 + |β|2 ) 2 .
2 p−2
Usando la desigualdad de Hölder para + = 1, obtenemos
p p
2 p−2 2 p−2
|α|2 + |β|2 ≤ (|α|p + |β|p ) p (1 + 1) 2 ≤ (|α|p + |β|p ) p 2 2

Combinando las dos últimas desigualdades se obtiene (3.23) y con ello con-
cluimos la prueba. 

La proposición anterior también es cierta para 1 < p < 2, pero su de-


mostración requiere de otros cálculos distintos a los que hemos realizado: el
lector interesado puede encontrar en [48, p. 358] una prueba para este caso
(véase también [24]).
La noción de convexidad uniforme está ligada, vía dualidad, a la noción
de diferenciabilidad. De forma más precisa, se verifica el siguiente teorema
de Šmulian, [48, p. 365] y [24, p. 290]: una norma k · k en un espacio de
Banach X es uniformemente convexa si, y sólo si, su norma dual es uni-
formemente diferenciable Fréchet, i.e., lı́mt→0 t−1 (kx∗ + th∗ k − kx∗ k) existe
uniformemente, para (x∗ , h∗ ) en la esfera unidad de X ∗ .
Teorema 3.10.11. Milman, 1938.
Sea (X, k · k) un espacio de Banach con una norma uniformemente
convexa. Entonces X es reflexivo.

Demostración. Demostraremos directamente que se tiene (X, k · k)∗∗ = X.


Para esto es suficiente ver que si z ∈ X ∗∗ y kzk = 1, entonces z ∈ X.
Por el teorema de Goldstine 3.10.4 existe una red (xi )i∈D en X tal que
lı́mi xi = z en la topología débil∗ σ(X ∗∗ , X ∗ ). Si vemos que la red (xi )i∈D
es de Cauchy en (X, k · k), se tendrá que z ∈ X y nuestra prueba habrá
terminado. Efectivamente, como k · k es uniformemente convexa, dado ε > 0
existe δ(ε) > 0 tal que si x, y ∈ X, kxk ≤ 1, kyk ≤ 1, y kx − yk ≥ ε, entonces
1

(x + y) ≤ 1 − δ(ε).
2
3.10. Topologías débiles en espacios de Banach. Reflexividad 326

Tomemos f ∈ X ∗ tal que f (z) > 1 − δ(ε) y kf k = 1. Por la convergencia


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

débil∗ de la red (xi )i∈D existe j ∈ D tal que si i ≥ j, entonces f (xi ) > 1−δ(ε).
Por lo tanto, si i, i′ ≥ j tenemos que
x + x ′ 
i i
f > 1 − δ(ε)
2
y consecuentemente x + x ′
i i
> 1 − δ(ε).
2
La última desigualdad implica que kxi − xi′ k ≤ ε si i, i′ ≥ j y así (xi )i∈D es
una red de Cauchy como queríamos demostrar. 

Un resultado profundo de Enflo, [21], establece que un espacio de Banach


X admite una norma equivalente uniformemente convexa si, y sólo si, es
superreflexivo. Un espacio de Banach X se dice superreflexivo si para cada
ε > 0 existe N (ε) ∈ N tal que cada ε-árbol diádico contenido en la bola
unidad BX tiene longitud N ≤ N (ε). Dado ε > 0, un ε-árbol diádico con
raíz x ∈ X de longitud N ∈ N ∪ {∞} es una familia {x(s)} de elementos de
X indicada en s ∈ {−1, 1}<N +1 tal que

x = x(∅),
1
x(s) = (x(s, −1) + x(s, 1))
2
y
kx(s, −1) − x(s, 1)k ≥ ε
para cada s ∈ {−1, 1}<N .
Combinando los resultados anteriores se pueden calcular los duales de los
espacios Lp , para 1 < p < +∞, como hacemos en el siguiente corolario.

Corolario 3.10.12.
Sea (Ω, Σ, µ) un espacio de medida. Si 1 < p < ∞, entonces Lp (Ω, Σ, µ)
es reflexivo. Más en concreto, si 1p + 1q = 1, entonces la aplicación Φ que hace
corresponder Ra cada g ∈ Lq (µ) el elemento de (Lp (µ), k · kp )∗ que lleva cada
f ∈ Lp (µ) a Ω f gdµ es un isomorfismo isométrico.
3.10. Topologías débiles en espacios de Banach. Reflexividad 327

Demostración. La aplicación Φ está bien definida, es lineal y gracias a la


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

desigualdad de Hölder [59, Teorema 3.5] satisface


Z

|Φ(g)(f )| = f gdµ ≤ kf kp kgkq .

Por tanto Φ es continua y kΦ(g)k ≤ kgkq . Veamos a continuación que la


desigualdad anterior es de hecho una igualdad. Si g = 0 la igualdad es obvia.
Si g 6= 0 definimos la siguiente función medible:
( g(x)
|g(x)| si g(x) 6= 0
h(x) =
0 si g(x) = 0.

Fabricamos ahora la función

f = kgk1−q
q h|g|q−1 .

La función f así definida es una función medible que está en Lp (Ω, Σ, µ) y


kf kp ≤ 1. Se tiene
Z
kΦ(g)k ≥ kgk1−q
q h|g|q−1 g dµ = kgkq .

Concluimos entonces que Φ es una isometría.


Veamos ahora que Lp (Ω, Σ, µ) es reflexivo para 1 < p < +∞. Obsérvese
que combinando la proposición 3.10.10 y el teorema de Milman 3.10.11 se
obtiene la reflexividad del espacio Lp (Ω, Σ, µ) para 2 ≤ p < +∞. Por otro
lado, si 1 < p < 2, entonces Lq (Ω, Σ, µ) es reflexivo y por lo tanto su dual
Lq (Ω, Σ, µ)∗ también. Así, el subespacio cerrado Lp (Ω, Σ, µ) ⊂ Lq (Ω, Σ, µ)∗
es reflexivo después del corolario 3.10.6.
Queda ver que Φ es sobreyectiva. Será suficiente probar que la imagen
Φ(Lq (Ω, Σ, µ)) es un subespacio denso en (Lp (Ω, Σ, µ), k · kp )∗ . Para ello
utilizaremos 3.1.8. Si tomamos un elemento f ∈ (Lp (Ω, Σ, µ), k · kp )∗∗ =
(Lp (Ω, Σ, µ)), k · kp ) y suponemos que x∗∗ |Φ(Lq (Ω,Σ,µ) = 0, i.e,
Z
Φ(g)(f ) = f g dµ = 0 para todo g ∈ Lq (Ω, Σ, µ), (3.25)

3.11. Separabilidad y metrizabilidad. Propiedad de Schur 328

hemos de ver que f = 0. Pero como


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

n Z o

kf kp = sup f g dµ : kgkq ≤ 1, g ∈ Lq ,

de la igualdad (3.25) se concluye que kf kp = 0 y así termina la prueba. 

3.11. Separabilidad y metrizabilidad.


Propiedad de Schur
Como hemos visto en la proposición 3.10.1, para un espacio de Banach X
el espacio (X, σ(X, X ∗ )) es metrizable si, y sólo si, X es de dimensión finita.
Lo mismo ocurre cuando (X ∗ , σ(X ∗ , X)) es metrizable, véase el ejercicio 3.34.
Si en las afirmaciones anteriores reemplazamos X o X ∗ por las bolas BX o
BX ∗ la situación cambia notablemente y obtenemos las relaciones no triviales
entre metrizabilidad y separabilidad que exponemos a continuación.
Proposición 3.11.1.
Sean (X, k · k) un espacio de Banach y BX ∗ la bola unidad del dual.
Entonces (BX ∗ , σ(X ∗ , X)) es metrizable si, y sólo si, (X, k · k) es separable.
Demostración. Supongamos que (X, k · k) es separable y sea D = {xn :
n ∈ N} un subconjunto numerable y denso en X. Para cada n ∈ N sea
pn : X ∗ → R+ la seminorma definida por pn (x) = |x∗ (xn )|, x∗ ∈ X ∗ . La to-
pología σ(X, D) asociadaTa la familia de seminormas (pn )n en X ∗ es una topo-
logía Hausdorff (porque n p−1 n (0) = {0}, dado que D es denso), metrizable
después del teorema 3.6.1 y más gruesa que la topología débil∗ σ(X ∗ , X). Co-
mo (BX ∗ , σ(X ∗ , X)) es compacto, véase corolario 3.8.15, se tiene que ambas
topologías σ(X ∗ , X) y σ(X ∗ , D) coinciden en BX ∗ y así (BX ∗ , σ(X ∗ , X)) es
metrizable.
Recíprocamente, supongamos que (BX ∗ , σ(X ∗ , X)) es metrizable y sean
(xn )n una sucesión en X y (εn )n una sucesión de números reales positi-
vos tales que (con la notación introducida en el ejemplo 3.5.16) la familia
{V (0, x1 , ..., xn , εn ) : n ∈ N} satisface

\
V (0, x1 , ..., xn , εn ) ∩ BX ∗ = {0}. (3.26)
n=1
3.11. Separabilidad y metrizabilidad. Propiedad de Schur 329

Veamos que el conjunto numerable F = {xn : n ∈ N} es total en X y por


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

tanto (X, k · k)Tes separable. Efectivamente, si x∗ ∈ BX ∗ es tal que x∗ |F = 0,


entonces x∗ ∈ ∞ n=1 V (0, x1 , ..., xn , εn )∩BX ∗ y por (3.26) se tiene que x = 0.

Ahora el corolario 3.1.8 nos dice que F es total y la prueba termina. 

El resultado que sigue es dual del anterior.


Proposición 3.11.2.
Sea (X, k · k) un espacio de Banach. Entonces (BX , σ(X, X ∗ )) es metri-
zable si, y sólo si, (X ∗ k · k) es separable.
Demostración. Por la proposición anterior (BX ∗∗ , σ(X ∗∗ , X ∗ )) es metriza-
ble si X ∗ es separable, y así el subespacio (BX , σ(X, X ∗ )) también es me-
trizable. Recíprocamente, supongamos que (BX , σ(X, X ∗ )) es metrizable y
sean x∗1 , x∗2 , . . . , x∗n , . . . una sucesión en X ∗ y (εn )n una sucesión de números
reales positivos tales que

{V (0, x∗1 , ..., x∗n , εn ) ∩ BX : n ∈ N}

es base de entornos del origen en (BX , σ(X, X ∗ )). Vamos a ver que el conjunto
F = {x∗n : n ∈ N} es total en (X ∗ , k · k), y por tanto (X ∗ , k · k) es separable.
k·k
Efectivamente, sea Y = span F y supongamos que Y 6= X ∗ . Si esto último
es así existe, por el apartado (vi) del corolario 3.1.8, un elemento x∗∗ ∈ BX ∗∗
tal que
x∗∗ |F = 0 y x∗∗ 6= 0.
Tomemos y ∗ ∈ X ∗ tal que x∗∗ (y ∗ ) = d > 0 y consideremos el conjunto
n do
V := x ∈ BX : |y ∗ (x)| < .
2
El conjunto V es un σ(X, X ∗ )-entorno abierto del origen en BX y por lo
tanto existe m ∈ N tal que

V (0, x∗1 , ..., x∗m , εm ) ∩ BX ⊂ V. (3.27)

Como BX es σ(X ∗∗ , X)-densa en BX ∗∗ , véase teorema 3.10.4, existe x ∈ BX


tal que

|x∗j (x)| = |x∗∗ (x∗j ) − x∗j (x)| < εm , para j = 1, 2, . . . , m (3.28)


3.11. Separabilidad y metrizabilidad. Propiedad de Schur 330

y
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

d
|d − y ∗ (x)| = |x∗∗ (y ∗ ) − y ∗ (x)| <
. (3.29)
2
Las desigualdades (3.28) nos dicen que x ∈ V (0, x∗1 , ..., x∗m , εm )∩BX , mientras
que la fórmula (3.29) implica que |y ∗ (x)| > d2 . Esto nos dice que x 6∈ V , lo
que contradice la inclusion 3.27 y termina así la prueba. 

Proposición 3.11.3.
Si (X, k · k) es un espacio de Banach con dual separable, entonces X es
separable.

Demostración. Sea D = {x∗n : n ∈ N} un subconjunto numerable y denso


de BX ∗ para la topología inducida por la norma de X ∗ . Para cada n ∈ N
tomemos una sucesión (xnm )m en BX tal que

kx∗n k = sup |x∗n (xnm )|, (3.30)


m

para cada n ∈ N. Vamos a probar que F := {xnm : n, m ∈ N} es total en


(X, k · k). Para ver que F es total es suficiente, después del apartado (vi)
del corolario 3.1.8, demostrar que para cada x∗ ∈ BX ∗ tal que x∗ |F = 0 se
tiene que x∗ = 0. Obsérvese que para establecer esto último basta probar la
igualdad
kx∗ k = sup |x∗ (xnm )|, (3.31)
n,m

para cada x∗ ∈ X ∗.
Fijemos x∗ ∈ X ∗.
La desigualdad kx∗ k ≤ supn,m |x∗ (xnm )|
es clara. Por otro lado sea (yn∗ )n una sucesión elegida en D tal que x∗ =
lı́mn yn∗ (en norma) y sea (ynm )m la sucesión de F que satisface la igual-
dad (3.30) para yn∗ , n ∈ N. Dado ε > 0 elijamos n0 tal que

|yn∗ (x) − x∗ (x)| < ε, para cada x ∈ BX y n ≥ n0 .

De aquí se tiene que para n ≥ n0 fijo y un adecuado m ∈ N ha de ser

kx∗ k − 3ε ≤ kyn∗ k − 2ε ≤ |yn∗ (ynm )| − ε ≤ |x∗ (ynm )|

lo que establece la igualdad (3.31) y con ello termina la prueba. 


3.11. Separabilidad y metrizabilidad. Propiedad de Schur 331

Es conveniente advertir que la condición (X, k · k) separable no implica


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

· k) separable (tómese X = ℓ1 ). Sin embargo, para espacios reflexivos


(X ∗ , k
la separabilidad de X equivale a la separabilidad del dual X ∗ , como se puso
de manifiesto en el corolario 3.10.6.
Acabamos esta sección probando la propiedad de Schur que sigue.
Teorema 3.11.4. Propiedad de Schur, 1920.
En ℓ1 las sucesiones débilmente convergentes y norma convergentes
son las mismas.

Demostración. Es claro que toda sucesión convergente en norma es con-


vergente para la topología débil. Recíprocamente, supongamos que (fn )n es
una sucesión de ℓ1 tal que lı́mn fn = 0 en la topología débil σ(ℓ1 , ℓ∞ ) y va-
mos a probar que lı́mn kfn k1 = 0. El espacio (Bℓ∞ , σ(ℓ∞ , ℓ1 )) es un espacio
compacto (métrico), véase el corolario 3.8.15 (proposición 3.11.1), y así, por
el teorema de Baire 3.3.3, (Bℓ∞ , σ(ℓ∞ , ℓ1 )) es un espacio de Baire.
Fijemos ε > 0 y consideremos para cada m ∈ N el conjunto
n ε o
Fm := φ ∈ Bℓ∞ : |φ(fn )| ≤ , n ≥ m . (3.32)
3
Como lı́mn fn = 0 en la topología débil, se tiene que ∪∞ m=1 Fm = Bℓ∞ . Por
el teorema de la categoría de Baire existe un m ∈ N tal que int Fm 6= ∅
(el interior está calculado respecto de la topología σ(ℓ∞ , ℓ1 )). Una métrica
describiendo la topología de (Bℓ∞ , σ(ℓ∞ , ℓ1 )) viene dada por

X 1
d(φ, ψ) := |φ(j) − ψ(j)|.
2j
j=1

Como Fm tiene interior no vacío para d existen φ ∈ Fm y δ > 0 tal que


Bd (φ, δ) ⊂ Fm , donde Bd (φ, δ) es la bola de centro φ y radio δ para d. Sea
J > 1 tal que 1/2J−1 < δ. Fijemos n ≥ m y definamos ψ ∈ ℓ∞ por la fórmula
(
φ(j) si 1 ≤ j ≤ J
ψ(j) =
signofn (j) si J < j.
Entonces ψ ∈ Bℓ∞ y se tiene que

X ∞
X
1 1 1
d(φ, ψ) = j
|φ(j) − signof n (j)| ≤ j−1
= J−1 < δ,
2 2 2
j=J+1 j=J+1
3.11. Separabilidad y metrizabilidad. Propiedad de Schur 332

y por tanto ψ ∈ Fm , lo que significa, según la definición dada en (3.32), que


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

X
J X∞
ε
f (j)φ(j) − |f (j)| ≤ , (3.33)
n n 3
j=1 j=J+1

para
PJ n ≥ m. Por otro lado, existe m1 ∈ N tal que si n ≥ m1 , entonces
j=1 |fn (j)| < ε/3. Así se tiene que

X ∞
X
ε
kfn k1 = |fn (j)| ≤ + |fn (j)|
3
j=1 j=J+1
∞ J J
ε X X X


≤ + |fn (j)| − fn (j)φ(j) + fn (j)φ(j)
3
j=J+1 j=1 j=1
J
ε ε X
≤ + + |fn (j)| ≤ ε,
3 3
j=1

para n ≥ m1 . 
Obsérvese que la propiedad de Schur asegura que las sucesiones conver-
gentes en las topologías σ(ℓ1 , ℓ∞ ) y asociada a la norma de ℓ1 son las mismas,
a pesar de que ambas topologías son distintas: efectivamente, σ(ℓ1 , ℓ∞ ) no
puede coincidir con la topología asociada a la norma, porque si coincidiera
sería metrizable y así ℓ1 sería de dimensión finita después del apartado (ii)
de la proposición 3.10.1.
De hecho, el resultado de Schur implica que los conjuntos débilmente
compactos de ℓ1 y los conjuntos compactos en norma coinciden. Para ello
necesitamos el siguiente resultado.
Teorema 3.11.5. Šmulian, 1940.
Sea X un espacio normado. Los conjuntos σ(X, X ∗ )-compactos son
σ(X, X ∗ )-sucesionalmente compactos, i.e., si H ⊂ X es débilmente com-
pacto, entonces cada sucesión (xn )n en H tiene una subsucesión débil-
mente convergente hacia un punto de H.

Demostración. Sean H y (xn )n como en el enunciado. Consideremos el


subespacio Y = span{xn : n ∈ N}, que es débilmente cerrado en X, des-
pués del corolario 3.7.12 y la proposición 3.8.4. Así, H ∩ Y es σ(Y, Y ∗ )-
compacto porque σ(X, X ∗ ) Y = σ(Y, Y ∗ ). Como Y es separable para la
3.12. Ejercicios 333

norma inducida, la bola dual (BY ∗ , σ(Y ∗ , Y )) es metrizable, por lo tan-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

to separable, y en consecuencia el espacio (Y ∗ , σ(Y ∗ , Y )) es separable. Sea


D = {x∗n : n ∈ N} en Y un conjunto numerable y σ(Y ∗ , Y )-denso en Y ∗ , y
escribamos pn (x) = |x∗n (x)|, n ∈ N y x ∈ Y . La topología localmente convexa
σ(Y, D) asociada a la familia de seminormas {pn : n ∈ N} es Hausdorff, metri-
zable después del teorema 3.6.1 y más gruesa que σ(Y, Y ∗ ). Consecuentemen-
te, σ(Y, D) y σ(Y, Y ∗ ) coinciden en el compacto H ∩Y . La topología σ(Y, Y ∗ )
es entonces metrizable en H ∩Y , y así la sucesión (xn )n tiene una subsucesión
(xnk )k que converge hacia un punto x ∈ H ∩ Y para σ(Y, Y ∗ ). La prueba ha
concluido puesto que, como se dijo antes, σ(X, X ∗ ) Y = σ(Y, Y ∗ ). 

El recíproco de la afirmación anterior es también cierto, i.e., en un espacio


normado todo subconjunto que es débilmente sucesionalmente compacto es
débilmente compacto (Eberlein, 1946). Referimos al lector interesado en estas
cuestiones a la monografía [26] para una exposición detallada y general de la
relación entre las distintas nociones de compacidad para topologías débiles,
topologías de convergencia puntual en espacios de funciones, etc.
Corolario 3.11.6.
Un subconjunto de (ℓ1 , k · k1 ) es débilmente compacto si, y sólo si, es
compacto en norma.
Demostración. Claramente, los conjuntos compactos en norma son débil-
mente compactos. Recíprocamente, sea H ⊂ ℓ1 un conjunto compacto pa-
ra σ(ℓ1 , ℓ∞ ). Dada una sucesión (xn )n en H, la proposición anterior nos
asegura la existencia de una subsucesión (xnk )k y un punto x ∈ H tales
que x = lı́mk xnk para la topología σ(ℓ1 , ℓ∞ ). Después de la propiedad de
Schur 3.11.4 se tiene que x = lı́mk xnk en k · k1 y así H es un subconjunto su-
cesionalmente compacto de (ℓ1 , k · k1 ), de donde se sigue que H es compacto
para la norma. 

3.12. Ejercicios
3.1 Sea E un espacio
T vectorial y f, g1 , g2 , . . . , gn formas lineales en E
tal que Ker f ⊃ ni=1 Ker gi . Pruebe que f es una combinación lineal de
g1 , g2 , . . . , gn .
Indicación. Usar inducción.
3.12. Ejercicios 334

3.2 Pruebe que no existe un isomorfismo isométrico entre ninguno de


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

n para n > 2.
los posibles pares tomados de entre ℓ1n , ℓ2n y ℓ∞
3.3 Sea M = {x ∈ ℓp : x2n = 0}. Pruébese que M y ℓp /M son
isométricamente isomorfos a ℓp .
3.4 Sea X un espacio normado y A ⊂ X un conjunto convexo.
(i) Sean x ∈ int A, y ∈ A y z = (1 − t)x + ty con 0 ≤ t < 1. Pruebe
que z ∈ int A.
(ii) Pruebe que int A es convexo.
(iii) Sean x ∈ int A, y ∈ A y z = (1 − t)x + ty con 0 ≤ t < 1. Pruebe
que z ∈ int A.
(iv) Pruebe que si int A 6= ∅ entonces A = int A.
(v) Pruebe que int A = int A si el interior de A es no vacío.
(vi) Pruebe que A es convexo.
3.5 Pruébese el siguiente criterio de compacidad relativa en los espa-
cios ℓp ,
1 ≤ p < ∞: un subconjunto acotado K ⊂ ℓp es relativamente
compacto en (ℓp , k · kp ) si, y sólo si,

X
lı́m |xk |p = 0
m
k=m

uniformemente para x = (xk ) ∈ K.


3.6 Encuentre un espacio de Banach y un subespacio cerrado propio
M tal que la aplicación canónica Q : X → X/M no sea cerrada. ¿Puede
ser la aplicación cociente canónica una aplicación cerrada?
3.7 Sea (cn )n una sucesión de escalares y sea (xn )n una sucesión de
vectores en el espacio normado X. Pruebe que existe f ∈ X ∗ tal que
f (xn ) = cn y kf k ≤ M si, y sólo si,
Xr Xr

ai ci ≤ M ai x i (3.34)
i=1 i=1

para cada conjunto finito (ai )i


3.12. Ejercicios 335

3.8 Sea {x1 , x2 . . . xn } ⊂ R. Pruebe que existe una medida regular µ


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

definida en los borelianos de [0, 1] tal que


Z 1
xi = cosi πxd µ(x),
0

para i = 1, 2, . . . , n.
3.9 Dada una matriz real (aij ) de tamaño m × n y un vector (bi ) ∈ Rm
demuestre que sólo una de estas alternativas ocurre:
Pn
(a) Existe (xj ) ∈ Rn tal que j=1 aij xj = bi y xj ≥ 0 para cada
j = 1, . . . , m.
P Pm
(b) Existe (yi ) ∈ Rm tal que m i=1 yi bi < 0 y i=1 yi aij ≥ 0 para cada
j = 1, . . . , m.
3.10 Sea K un compacto y B la σ-álgebra de Borel de K. El teorema
de Riesz establece que para cada funcional lineal continuo definido en
(C(K), k·k) Rexiste una única medida de Borel µ de variación acotada tal
que T (f ) = K f dµ, para cada f ∈ C(K). Usando el teorema de Riesz
pruebe el siguiente resultado de Hurwitz: Si (fn )n y f son funciones
continuas en [0, 1] tales que
(a) lı́mn fn (t) = f (t) para todo t ∈ [0, 1],
(b) sup kf k∞ < +∞,
entonces existe una sucesión (gn )n de combinaciones convexas de (fn )n
tal que lı́mn gn = f uniformemente en [0, 1].
3.11 Sea (X, k · k) un espacio normado. Un subespacio Y ⊂ X se dice
que es proximinal si para cada x ∈ X existe y ∈ Y tal que

kx − yk = ı́nf kx − zk = d(x, Y )
z∈Y

y en este caso al conjunto

PY (x) := {y ∈ Y : kx − yk = d(x, Y )}

se le llama conjunto de las mejores aproximaciones de x sobre Y . Prue-


be que:
(i) si Y es proximinal, entonces PY (x) es convexo y cerrado en X;
3.12. Ejercicios 336

(ii) si F ⊂ X es un subespacio y
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

F ⊥ := {f ∈ X ∗ : f (y) = 0, para todo y ∈ F },


entonces existe g ∈ F ⊥ tal que
d(f, F ⊥ ) = kf − gk = kf F
k,

y por lo tanto F ⊥ es proximinal;


(iii) un subespacio vectorial F ⊂ X tiene la propiedad de que cada
funcional lineal continuo f : F → K tiene una única extensión
h : X → K lineal con kf k = khk si, y sólo si, PF ⊥ (f ) se reduce a
un punto para cada f ∈ X ∗ .

3.12 Sea K un subconjunto compacto de C y definamos


n oo
A(K) = f ∈ C(K) : f es holomorfa en K .

(i) Dado a ∈ K pruébese que existeR una medida de probabilidad µ


soportada en ∂K tal que f (a) = f dµ para cada f ∈ A(K).
(ii) Para K = {z ∈ C : |z| ≤ 1} y a ∈ K encuentre la medida µ cuya
existencia ha sido demostrada en el apartado anterior.
3.13 Sea (X, k · k) un espacio normado. Pruébese que las siguientes
afirmaciones sobre la norma k · k son equivalentes:
(i) k · k es estrictamente convexa;
(ii) la esfera SX no contiene segmentos propios;
(iii) si kx + yk = kxk + kyk e y 6= 0, entonces x = αy para algún α no
negativo.
Pruébese que la norma de un espacio de Hilbert es estrictamente convexa
y que para 1 < p < ∞, la norma k · kp es estrictamente convexa en
ℓp .
3.14 Sea (X, k · k) un espacio normado. Pruébese que:
(i) Si (Y, k · k) es estrictamente convexo y existe T : X → Y lineal,
inyectiva y continua, entonces
kxk0 := kxk + kT xk
es una norma estrictamente convexa y equivalente a k · k en X.
3.12. Ejercicios 337

(ii) Si (X, k · k) un espacio normado separable, entonces existe una


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

norma equivalente en X que es estrictamente convexa.


Indicación. Si (xn ) es un subconjunto denso de la esfera unidad
XX = {x ∈ X : kxk = 1}, tome fn ∈ X ∗ con kfn k = fn (xn ) = 1 y
considere X 1

|fn (x)|2 2
kxk0 = kxk + n
.
n=1
2

3.15 Sean A y B subconjuntos convexos y disjuntos del espacio local-


mente convexo E[T ]. Si A es abierto existe un hiperplano cerrado H de
E que separa A y B y que no contiene puntos de A.
3.16 Sea X un espacio de Banach y A ⊂ X tal que su clausura lineal
cerrada es X. Pruebe que si (fn )n y f están en X ∗ , entonces las siguientes
afirmaciones son equivalentes:
(i) lı́mn fn (x) = f (x) para todo x ∈ X.
(ii) sup kfn k < ∞ y lı́mn fn (y) = f (y) para todo y ∈ A.
3.17 Sea X un espacio de Banach y sean Y , Z espacios normados y
B : X × Y → Z una aplicación bilineal separadamente continua. Pruebe
que B es continua.
3.18 Sea H un espacio de Hilbert y B una base ortonormal en H. Pruebe
que la sucesión (hn )n en H satisface lı́mn hhn , hi = 0 para cada h ∈ H
si, y sólo si, (hn )n es una sucesión acotada y lı́mn hhn , ei = 0 para cada
e ∈ B.
3.19 Demuestre los siguientes criterios de convergencia en ℓp :
(i) Sea 1 < p < ∞ yP(xn )n una sucesión en ℓp y sea 1/p + 1/q = 1.
Pruebe que lı́mn ∞ j=1 xn (i)y(i) = 0 para cada y ∈ ℓ si, y sólo si,
q

sup kxn k < ∞ y lı́mn xn (i) = 0 para cada i ∈ N.


P
(ii) Sea (xn ) una sucesión en ℓ1 . Pruebe que lı́mn ∞ j=1 xn (i)y(i) = 0
para cada y ∈ c0 si, y sólo si, sup kxn k < ∞ y lı́mn xn (i) = 0 para
cada i ∈ N.
3.12. Ejercicios 338

3.20 Sean X, Y , Z espacios de Banach. Sean T una aplicación lineal


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

continua de X en Z y S una aplicación lineal continua de Y en Z tales


que para cada x ∈ X la ecuación T (x) = S(y) tiene una única solución
y ∈ Y que se denota con U (x). Pruebe que U es una aplicación lineal
continua de X en Y .
3.21 Sea X un espacio de Banach y T : X → X una aplicación lineal tal
que T 2 = T . Pruebe que si T tiene imagen y núcleo cerrados entonces
T es continua.
3.22 Sean X e Y espacios de Banach. Sea T : X −→ Y una aplicación
lineal.
P Supóngase
P que para cualquier sucesión (xn ) P
de X tal quePlas series
xn y kT xn k convergen se verifica que kT ( xn )k ≤ kT xn k.
Pruebe que T es continua.
3.23 Sea X = Cc (R) el espacio vectorial de las aplicaciones continuas
con soporte compacto definidas en R. Pruebe que X no es un espacio de
Banach para ninguna norma cuya topología sea más fina que la topología
de convergencia puntual.
3.24 Demuestre el siguiente resultado de Hellinger y Toeplitz: una apli-
cación lineal de un espacio de Hilbert en sí mismo A : H → H que
satisface la fórmula hAx, yi = hx, Ayi para cada par de puntos x, y ∈ H
es necesariamente continua.
3.25 Sea X el espacio vectorial de las aplicaciones reales o complejas
acotadas definidas en un conjunto no vacío Ω. Pruébese que la topología
de la convergencia uniforme en Ω es la única topología normada y com-
pleta en X más fina que la topología de la convergencia puntual.
3.26 Sean X e Y espacios de Banach y T : X −→ Y lineal, continua y
sobreyectiva. Pruebe:
(i) Si lı́mn yn = 0 en Y , entonces existe (xn )n en X con lı́mn xn = 0 y
T xn = yn , para cada n ∈ N.
(ii) Si K ⊂ Y es compacto, entonces existe M ⊂ X compacto tal que
T (M ) = K.
3.27 Pruebe que todo espacio de Banach separable X es isomorfo a un
cociente de ℓ1 .
3.28 Sea X un espacio de Banach tal que existe una aplicación lineal
continua sobreyectiva T : X −→ ℓ1 . Pruebe:
3.12. Ejercicios 339

(i) Existe un subespacio lineal cerrado Y de X tal que la restricción


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

de T a Y es un isomorfismo topológico.
(ii) X = Y ⊕ ker T .
3.29 Pruebe que en C 1 ([a, b]) sólo existe una topología normada com-
pleta que implique la convergencia puntual para la función y su primera
derivada.
3.30 Sean X e Y espacios de Banach. Se define la norma k·k1 en la suma
directa algebraica X ⊕ Y mediante la fórmula kx ⊕ yk1 := kxk + kyk.
(i) Pruébese que X ⊕ Y es un espacio de Banach para dicha norma y
que las proyecciones canónicas
π1 : X ⊕ Y −→ X, π2 : X ⊕ Y −→ Y
definidas respectivamente por π1 (x ⊕ y) = x y π2 (x ⊕ y) = y son
lineales continuas.
(ii) Supóngase otra norma k · k en X ⊕ Y de forma que (X ⊕ Y, k · k) es
un espacio de Banach y las proyecciones canónicas son continuas.
Pruébese que las normas k · k y k · k1 son equivalentes. Así, todas
las normas completas en X ⊕ Y , para la que las proyecciones son
continuas, son equivalentes.
3.31 Sea (X, k · k) un espacio normado. Pruébese:
(i) Si (Y, k·k) es otro espacio normado y T : X → Y es lineal y abierta,
entonces existe 0 < γ < +∞ tal que para cada y ∈ Y existe x ∈ X
con T x = y y kxk ≤ γkyk.
(ii) Si (X, k·k) Banach y A, B ⊂ X son subespacios vectoriales cerrados
tales que X = A + B, entonces existe una constante 0 < γ < +∞
tal que para cada y ∈ X existe una representación y = a + b con
a ∈ A, b ∈ B y kak + kbk ≤ γkyk. ⊙J⊙ : La suma X = A + B no
tiene por qué ser directa.

3.32 Sea E ⊂ L2 [0, 2π] el conjunto de todas las funciones


fm,n (t) = eimt + meint
siendo m, n ∈ N con 0 ≤ m < n. Sea E1 el conjunto de todas las g ∈ L2
tales que alguna sucesión de E converge débilmente hacia g (E1 se llama
clausura sucesional débil de E).
3.12. Ejercicios 340

(i) Hallénse todas las g ∈ E1 .


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(ii) Hallénse todas las g en la adherencia débil de E.


(iii) Pruébese que la función 0 está en la clausura débil de E pero no
está en su clausura sucesional débil E1 .
3.33 Sea X un espacio normado de dimensión infinita. Pruébese que:
(i) La clausura en la topología débil de la esfera unidad

SX = {x ∈ X : kxk = 1}

coincide con la bola unidad cerrada de X.


(ii) La clausura en la topología débil de la bola unidad abierta no tiene
puntos interiores.
3.34 Sea X un espacio de Banach. Pruebe que son equivalentes:
(i) dim X < ∞.
(ii) σ(X, X ∗ ) coincide con la topología de la norma.
(iii) σ(X, X ∗ ) es metrizable.
(iv) dim X ∗ < ∞.
(v) σ(X ∗ , X) coincide con la topología de la norma.
(vi) σ(X ∗ , X) es metrizable.
3.35 Sea K un espacio topolólogico compacto. Pruébese que K es me-
trizable si, y sólo si, (C(K), k · k∞ ) es separable.
3.36 Sean E[τ ] un espacio vectorial topológico y f : E −→ R una forma
lineal continua no nula. Si C es un abierto convexo en E, pruebe que
f (C) es un intervalo abierto.
3.37 Sea X un espacio topológico completamente regular, C(X) el es-
pacio de las funciones escalares continuas en X y τK la topología de
convergencia uniforme sobre compactos de X. Pruébese que las siguien-
tes afirmaciones son equivalentes:
(i) (C(X), τK ) es completo.
(ii) Cada función escalar definida en X es continua cuando al restrin-
girla a cada subconjunto compacto de X es continua (en tal caso
se dice que X es un KR -espacio).
3.12. Ejercicios 341

3.38 Un conjunto P ⊂ RN de sucesiones reales se llama un conjunto de


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Köthe si tiene las siguientes propiedades:


(a) αn ≥ 0, para todo n ∈ N, para todo α ∈ P ;
(b) Para todo para α, β ∈ P existe γ ∈ P tal que máx{αn , βn } ≤ γn
para cada n ∈ N.
(c) Para cada n ∈ N existe α ∈ P tal que αn > 0.
Para un conjunto de Köthe P definimos

Λ(P ) := (λn ) ∈ KN : (αn λn ) ∈ ℓ1 .

Pruébese que,
(i) Λ(P ) es un espacio vectorial;
(ii) Definiendo para cada α ∈ P

X
pα (λ) := k(λn αn )k1 = |λn |αn
n=1

se tiene una familia de seminormas (pα )α∈P cuya topología vecto-


rial asociada (¡por supuesto localmente convexa!) es Hausdorff y
metrizable si se supone P numerable.
3.39 Para un abierto Ω ⊂ C denotamos por H (Ω) el espacio de funcio-
nes holomorfas en Ω y τK la topología de convergencia uniforme sobre
compactos en H (Ω). Pruébese que:
(i) Si Ω = C, entonces (H (Ω), τK ) es linealmente homeomorfo (iso-
morfo en la categoría de espacios localmente convexos) al espacio
de sucesiones de Köthe Λ(P ), donde P = {(ekn )n∈N : k ∈ N}.
(ii) Si Ω = {z ∈ C : |z| < 1}, entonces (H (Ω), τK ) es linealmente
homeomorfo al espacio de sucesiones de Köthe Λ(P ), donde P =
{(e−n/k )n∈N : k ∈ N}.

3.40 Sea X un espacio vectorial y A ⊂ X un subconjunto. Se dice que


A es absolutamente convexo si aA + bA ⊂ A siempre que a, b ∈ K y
|a| + |b| ≤ 1. Se dice que A es absorbente si para cada x ∈ X existe
t0 ∈ R+ tal que x ∈ tA para t > t0 . Pruebe que:
3.12. Ejercicios 342

(i) Si X es normado y A ⊂ X absolutamente convexo que absorbe aco-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

tados, entonces A es un entorno del origen (los espacios normados


son bornológicos).
(ii) Si X es de Banach y A ⊂ X absolutamente convexo, cerrado y
absorbente, entonces A es un entorno del origen (los espacios de
Banach son tonelados).
(iii) Si X es un espacio de Banach de dimensión finita, pruebe que todos
los conjuntos absorbentes absolutamente convexos son entornos del
origen. Pruebe además que esto caracteriza a los espacios de dimen-
sión finita.
3.41 Sea X un espacio de Banach y sea f : [0, 1] → X con la propiedad
de que para cada x∗ ∈ X ∗ se verifica R que x∗ f ∈ L1 [0, 1]. Pruebe que
1
existe x∗∗ ∈ X ∗∗ tal que x∗∗ (x∗ ) = 0 x∗ f (t) dt.
Indicación. Si (fn )n converge a f en L1 [0, 1], entonces existe una
subsucesión fnk (t) que converge a f (t) para casi todo t ∈ [0, 1].
3.42 Para cada función f : R −→ C se define el soporte de f por la
fórmula sop (f ) = {x ∈ R : f (x) 6= 0}.
(i) Pruébese que (
e−1/x si x > 0
f (x) =
0 si x ≤ 0
es una función infinitamente derivable en R.
(ii) Pruébese que para cada [a, b] existe h ∈ D[a,b] (R) con soporte [a, b]
y h > 0 en (a, b).
(iii) Deduzca que si [c, d] ⊂ (a, b), existe h ∈ D[a,b] (R) tal que 0 ≤ h ≤ 1
y h [c,d] = 1 (Lema de Urysohn para funciones de clase infinito).
(iv) Pruébese que el subespacio vectorial de L2 [a, b] formado por las
funciones de D(a, b) es denso.
A.1. Medida e integración abstracta
A.2. Espacios Lp
A.3. La medida de Lebesgue en Rn
A.4. Relación con la integral de Riemann
344

L a integral de Riemann tiene notables deficiencias que la hacen insuficiente


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

para abordar determinadas cuestiones de la teoría de funciones reales en


que aparecen funciones cuyo conjunto de puntos de discontinuidad no es
“pequeño”. Por otra parte tiene un comportamiento poco satisfactorio para
las operaciones de paso al límite. La integral de Lebesgue permite utilizar
una clase muy amplia de funciones (Lebesgue pensaba que todas) y tiene
un comportamiento muy flexible en las operaciones de paso al límite. Los
espacios Lp , espacios de funciones integrables Lebesgue, constituyen ejemplos
importantes en las aplicaciones de la teoría de los espacios de Hilbert y de
Banach y en el Análisis de Fourier. El objeto de este apéndice es establecer la
terminología y describir los resultados básicos. Las demostraciones de tales
resultados y una descripción más pormenorizada de conceptos y resultados
puede encontrarse en cualquiera de los múltiples textos escritos sobre el tema
y forma parte, habitualmente, de los contenidos de alguna de las asignaturas
del Grado en Matemáticas. El libro de Rudin [59] es generalmente aceptado
como una referencia estándar.
Desde un punto de vista funcional abstracto la integral de Lebesgue es la
compleción de la integral de Riemann en el sentido que pasamos a exponer.
El espacio C([0, 1]) (lo mismo ocurre con C([a, b])) es completo para la norma
k · k∞ pero no lo es para la norma k · k1 . Para convencerse de ello basta tomar
la sucesión de Cauchy de funciones continuas definida por


1 si t ∈ [0, 21 ]
xn (t) = 0 si t ∈ [ 12 + n+1
1
, 1]

 1
 1 1 1
1 − (n + 1) x − 2 si t ∈ [ 2 , 2 + n+1 ]

que no es convergente. El espacio de las funciones integrables Lebesgue sobre


[0, 1] puede considerarse como la compleción del espacio C([0, 1]), k·k1 ). Dicho
espacio se denota con (L1 ([0, 1]), k · k1 ), y la integral de Lebesgue no es más
que la extensión a LR1 ([0, 1]) del funcional f integral de Riemann en C([0, 1])
1
dado por f (x) = 0 x(t) dt. Aunque conceptualmente este planteamiento
es clarificador, porque pone a la integral de Lebesgue en relación con la de
Riemann en pie de igualdad con la relación existente entre los números reales
y los racionales, resulta insuficiente desde un punto de vista operativo. Este
apéndice se destina a realizar otra presentación más operativa de la integral
de Lebesgue y de sus propiedades.
A.1. Medida e integración abstracta 345

A.1. Medida e integración abstracta


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

En esta sección describimos, de forma general, el concepto de medida


positiva. La idea es extender, de forma adecuada, las propiedades razonables
que cualquier proceso de medición de longitudes, áreas o volúmenes tiene:
la medida de cualquier conjunto es no negativa y la medida de la unión de
conjuntos disjuntos es la suma de las medidas. La cuestión esencial está en
la limitación del cardinal de esa unión. Por razones, que el lector fácilmen-
te comprenderá reflexionando un instante, el cardinal infinito no numerable
debe ser excluido. Si únicamente se consideran uniones finitas, se obtiene lo
que en Rn , se llama la medida de Jordan y la integral a que da origen es la
integral de Riemann. Si se consideran uniones numerables, se obtienen la me-
dida e integral de Lebesgue, que resultan mucho más satisfactorias. Cuando
el conjunto total Ω tiene medida 1 la medida recibe el nombre de probabilidad.
Definición A.1.1.
Sea Ω un conjunto no vacío y Σ una familia de subconjuntos de Ω.
(i) La familia Σ se dice que es un álgebra de conjuntos si Ω ∈ Σ y Σ
es cerrada para uniones finitas y complementación.
(ii) Σ se llama una σ-álgebra de conjuntos en Ω si, además, es cerrada
para uniones numerables.
(iii) Si Σ es una σ-álgebra, el par (Ω, Σ) se llama un espacio medible.

Definición A.1.2.
Si (Ω, Σ) es un espacio medible, una medida positiva en Σ es una
función
µ : Σ −→ [0, ∞]
que verifica  [  X
µ An = µ(An )n
n∈N n∈N

para cualquier sucesión (An )n ⊂ Σ de conjuntos disjuntos dos a dos.

Proposición A.1.3.
Para una función f : Ω −→ R son equivalentes:
A.1. Medida e integración abstracta 346

(i) Para todo a ∈ R se verifica que {x ∈ Ω; f (x) ≥ a} ∈ Σ.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

(ii) Para todo a ∈ R se verifica que {x ∈ Ω; f (x) < a} ∈ Σ.


(iii) Para todo a ∈ R se verifica que {x ∈ Ω; f (x) ≤ a} ∈ Σ.
(iv) Para todo conjunto abierto G ⊂ R se verifica que f −1 (G) ∈ Σ.

Definición A.1.4.
Una función f se dice medible si verifica alguna de las condiciones
anteriores.

La proposición siguiente garantiza que las manipulaciones que habitual-


mente se realizan con las funciones conservan la medibilidad.
Proposición A.1.5.
Sean (Ω, Σ) un espacio medible y f : Ω −→ R.
(i) Si f y g son medibles también lo son máx{f, g} y mı́n{f, g}. En parti-
cular f + = máx{f, 0}, f − = − mı́n{f, 0} y |f | = f + +f − son medibles.
(ii) Si (fn )n es una sucesión de funciones medibles entonces las funciones

g(x) := sup fn (x) y h(x) := ı́nf fn (x)


n∈N n∈N

son medibles. Y, en consecuencia, también lo son

lı́m sup fn y lı́m inf fn .


n∈N n∈N
(iii) Sumas, productos y cocientes, si están bien definidos, de funciones me-
dibles dan como resultado funciones medibles.

Definición A.1.6.
Si (Ω, Σ) es un espacio medible, una función simple es una función
s que se puede expresar en la forma
n
X
s= αi χAi
i=1
donde αi ∈ K, Ai ∈ Σ y χAi es la función que vale 1 en Ai y cero
en el complementario.
A.1. Medida e integración abstracta 347

Proposición A.1.7.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sean (Ω, Σ) un espacio medible y f una función medible no negativa.


Entonces existe una sucesión de funciones simples no negativas (sn )n pun-
tualmente creciente y convergente a f para todo x ∈ Ω.

Definición A.1.8.
Sea (Ω, Σ,Pµ) un espacio de medida.
(i) Si s = ni=1 ai χAi es una función simple con Ai ∈ Σ se llama
integral de s respecto a la medida µ a la definida por
Z n
X
s dµ := ai µ(Ai )
Ω i=1
cuyo valor es independiente de la descomposición de s.
(ii) Si f es una función medible no negativa se define la integral de f
respecto a la medida µ por la fórmula
Z nZ o
f dµ := sup s dµ : 0 ≤ s ≤ f
Ω Ω
siendo s una función simple en (Ω, Σ, µ).
(iii) Si A ∈ Σ se define
Z Z
f dµ := f χA dµ.
A Ω

Definición A.1.9.
Sea (Ω, Σ, µ) un espacio de medida. Una función f : Ω −→ R dice
integrable respecto de µ si cumple:
(i) f es medible.
R
(ii) Ω |f | dµ < ∞.
El conjunto de las funciones integrables se denota con L 1 (Ω, Σ, µ).
Y para cada f = f + − f − se define la integral de f mediante la fórmula
Z Z Z
+
f dµ = f dµ − f − dµ. (A.1)
Ω Ω Ω
A.1. Medida e integración abstracta 348

Proposición A.1.10.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea (Ω, Σ, µ) un espacio de medida.


(i) L 1 (Ω, Σ, µ) es un espacio vectorial y la ecuación (A.1) define una apli-
cación lineal de este espacio en R.
(ii) Además
R dicha aplicación lineal es positiva, es decir, si f ≥ 0 entonces
1
Ω f dµ ≥ 0. En particular si f, g ∈ L (Ω, Σ, µ) y f (x) ≥ g(x) para
todo x ∈ Ω, entonces Z Z
f dµ ≥ g dµ.
Ω Ω

(iii) Si f ∈ L 1 (Ω, Σ, µ) entonces |f | ∈ L 1 (Ω, Σ, µ) y


Z Z

f dµ ≤ |f | dµ.

Ω Ω

(iv) Si f, g ∈ L 1 (Ω, Σ, µ) y µ {x ∈ Ω : f (x) 6= g(x)} = 0 entonces
Z Z
f dµ = g dµ.
Ω Ω
R
(v) Si f ≥ 0, f ∈ L 1 (Ω, Σ, µ) y Ω f dµ = 0, entonces existe A ∈ Σ tal que
µ(A) = 0 y f (x) = 0 para todo x ∈ Ω\A.
R
(vi) Si f ∈ L 1 (Ω, Σ, µ) y A f dµ = 0 para todo A ∈ Σ, entonces
µ({x ∈ Ω : f (x) 6= 0}) = 0.

Definición A.1.11.
Si dos funciones medibles f y g cumplen que

µ {x ∈ Ω : f (x) 6= g(x)} = 0

se dice que f y g son iguales para casi todo punto en Ω, lo que se indica
con f = g p.c.t. Ω.

Una consecuencia inmediata de la definición de medidaS es que si An ∈ Σ y


An ⊂ An+1 , para todo n ∈ N, entonces lı́mn µ(An ) = µ( n∈N An ). Con esta
observación y la definición de integral puede obtenerse uno de los teoremas
importantes de la teoría de integración Lebesgue.
A.1. Medida e integración abstracta 349

Teorema A.1.12. Teorema de Lebesgue de la convergencia mo-


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

nótona.
Sea (Ω, Σ, µ) un espacio de medida y sea (fn )n una sucesión de funciones
medibles tales que
0 ≤ f1 (x) ≤ f2 (x) ≤ . . .
para todo x ∈ Ω. Entonces la función f (x) := lı́mn fn (x) es medible y
Z Z
lı́m fn dµ = f dµ.
n Ω Ω

En particular este resultado se aplica a series de funciones obteniéndose


Corolario A.1.13.
Si fn , n ∈ N, son funciones medibles positivas entonces
XZ Z X
fn dµ = fn dµ.
n∈N Ω Ω n∈N

Los dos teoremas siguientes, junto con el teorema A.1.12, muestran el


mejor comportamiento de la integral de Lebesgue, en comparación con la de
Riemann, respecto a las operaciones de paso al límite bajo el signo integral
y constituyen, juntamente con aquél, herramientas fundamentales para la
teoría.
Teorema A.1.14. Lema de Fatou.

Si fn son funciones medibles no negativas, entonces


Z Z
lı́m inf fn dµ ≤ lı́m inf fn dµ.
Ω n n Ω

Teorema A.1.15. Teorema de Lebesgue de la convergencia do-


minada.
Sea (Ω, Σ, µ) un espacio de medida y sea (fn )n una sucesión de funciones
medibles sobre Ω tales que existe

lı́m fn (x) =: f (x) ∈ R, para todo x ∈ Ω.


n
A.2. Espacios Lp 350

Si existe una función g ∈ L 1 (Ω, Σ, µ) tal que para todo n ∈ N se cumple


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

|fn (x)| ≤ g(x) p.c.t. x ∈ Ω

entonces f ∈ L 1 (Ω, Σ, µ) y
Z
lı́m |fn − f | dµ = 0.
n Ω

En particular Z Z
lı́m fn dµ = f dµ.
n Ω Ω

A.2. Espacios Lp
Los espacios de Lebesgue Lp son básicos tanto para el Análisis Funcional
como para sus aplicaciones; esta sección está dedicada a la definición de ta-
les espacios. En lo que sigue (Ω, Σ, µ) será un espacio de medida fijo. En la
sección anterior, por simplicidad, nos hemos limitado a las funciones f de-
finidas en Ω con valores reales. En esta sección vamos a considerar también
funciones con valores en C. Para funciones con valores complejos la medibili-
dad de f significa que tanto la parte real como la parte imaginaria de f son
funciones medibles, o equivalentemente, que la antiimagen de cada abierto
de C pertenece a Σ.
Definición A.2.1.
Si 1 ≤ p < +∞ se denota con L p (Ω, Σ, µ) el conjunto de las fun-
ciones medibles f : Ω −→ C tales que
Z
|f |p dµ < ∞

y se define
Z 1/p
kf kp = |f |p dµ .

A.2. Espacios Lp 351

Si p = ∞ se denota con L ∞ (µ) el conjunto de las funciones medibles


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

f : Ω −→ C tales que kf k∞ < ∞, donde



kf k∞ := ı́nf M : |f (x)| ≤ M p.c.t. x ∈ Ω .

Teorema A.2.2. Desigualdad de Hölder.


Sean p y q números reales tales que
1 1
1 ≤ p, q ≤ ∞ y + = 1.
p q

Si f ∈ L p (Ω, Σ, µ) y g ∈ L q (Ω, Σ, µ) entonces f g ∈ L 1 (Ω, Σ, µ) y


Z Z 1/p  Z 1/q
p
kf gk1 = |f g| dµ ≤ |f | dµ |g|q dµ = kf kp kgkq .
Ω Ω Ω

Proposición A.2.3.
Para 1 ≤ p < +∞ , L p (Ω, Σ, µ) es un espacio vectorial y k · kp es una
seminorma en este espacio, es decir se cumple:
(i) Si f ∈ L p (Ω, Σ, µ) y f = 0 entonces kf kp = 0.
(ii) Para cada a ∈ C y f ∈ L p (Ω, Σ, µ) se tiene kaf kp = |a| kf kp .
(iii) Para cada f, g ∈ L p (Ω, Σ, µ) se tiene kf + gkp ≤ kf kp + kgkp .

A L p (Ω, Σ, µ) sólo le falta, para ser un espacio normado, que kf kp = 0


implique f = 0. Pero esto no es cierto. Para conseguir que se verifique esa
propiedad lo que se hace es identificar las funciones que coinciden salvo en un
conjunto de medida nula. Si f, g ∈ L p (Ω, Σ, µ) se dice que f es equivalente
a g si µ {x ∈ Ω : f (x) 6= g(x)} = 0, es decir, f (x) = g(x) p.c.t. x ∈ Ω. El
conjunto cociente de L p (Ω, Σ, µ) por esta relación de equivalencia se denota
con Lp (Ω, Σ, µ). Lp (Ω, Σ, µ) tiene estructura de espacio vectorial y la función
kfekp := kf kp donde f es un representante de la clase fe es independiente del
representante y define una norma en Lp (Ω, Σ, µ).
A.3. La medida de Lebesgue en Rn 352

Teorema A.2.4.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Para cada 1 ≤ p ≤ ∞ el espacio (Lp (Ω, Σ, µ), k · kp ) es un espacio


de Banach.

Proposición A.2.5.
Para cada 1 ≤ p < ∞ el conjunto de las funciones simples pertenecientes
a (Lp (Ω, Σ, µ), k · kp ) es denso en (Lp (Ω, Σ, µ), k · kp ).

La desigualdad de Hölder garantiza que si f, g ∈ L2 (Ω, Σ, µ),


R entonces se
cumple que f g ∈ L1 (Ω, Σ, µ) y es fácil comprobar que hf, gi = f g dµ es un
producto escalar en L2 (Ω, Σ, µ) cuya norma asociada es k·k2 . La desigualdad
de Hölder se traduce en este caso en la desigualdad de Cauchy-Schwarz.

A.3. La medida de Lebesgue en Rn


La medida de Lebesgue es una extensión del concepto de longitud para
intervalos de R, de área para rectángulos de R2 , o de volumen para paralele-
pípedos de R3 , aplicable a conjuntos más generales que estos: los “conjuntos
medibles”. La forma de proceder es tomar una unidad de medida, el inter-
valo n-dimensional de lado unidad, admitir que la medida de un conjunto
debe ser invariante si se realiza una transformación del conjunto mediante
un movimiento rígido, y que si un conjunto se puede expresar como unión
disjunta de una colección contable de otros conjuntos entonces la medida del
conjunto es la suma (o serie en su caso) de las medidas de los conjuntos de
la colección. Estas propiedades determinan una única medida en el espacio
euclídeo Rn sobre los conjuntos de Borel, que forman la menor σ-álgebra que
contiene a los abiertos. La forma habitual de proceder es la que sigue.
Definición A.3.1.
Un intervalo I en Rn es un conjunto de la forma

|a1 , b1 | × |a2 , b2 | × . . . |an , bn |

donde ai ≤ bi ∈ R y |ai , bi | denota un intervalo de extremos ai y bi que


puede ser abierto, cerrado, semiabierto, etc. incluso el vacío.
A.3. La medida de Lebesgue en Rn 353

(i) Si I es un intervalo se define


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

n
Y
m(I) := (bi − ai ).
i=1

(ii) Si E ⊂ Rn se define
nX
∞ [ o
m∗ (E) := ı́nf m(Im ) : E ⊂ Im
m=1 n∈N

donde los conjuntos Im son intervalos. El valor m∗ (E) se llama la


medida exterior de E.
(iii) Un conjunto se dice medible Lebesgue cuando “trocea” bien a cual-
quier conjunto de Rn , es decir, E es medible si para todo A ⊂ Rn
se verifica que

m∗ (A) = m∗ (A ∩ E) + m∗ (A\E).

Proposición A.3.2.
Si M es la familia de los conjuntos medibles Lebesgue de Rn , entonces
(i) M es una σ-álgebra.
(ii) m∗ es una medida σ-aditiva al restringirla a M .
A la medida m∗ restringida a M se le llama la medida de Lebesgue y se
denota con m.

Conviene también conocer que, habitualmente, la integral de Lebesgue en Rn


se denota de la siguiente forma:
Z Z
f (x) dx := f dm.
Rn Rn

Más allá de la definición, el teorema siguiente recoge las propiedades


operativas de la medida Lebesgue.
A.3. La medida de Lebesgue en Rn 354

Teorema A.3.3.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

La σ-álgebra M cumple las siguientes propiedades.


(i) M contiene a todos los abiertos y cerrados de Rn .
(ii) La σ-álgebra más pequeña que contiene a los abiertos se conoce con
el nombre de σ-álgebra de Borel y es estrictamente más pequeña
que la de Lebesgue.
(iii) Un conjunto E es medible Lebesgue si, y sólo si, verifica las si-
guientes propiedades:
(a) existen conjuntos A y B tales que A ⊂ E ⊂ B,
S T
(b) A = n∈N Fn donde cada Fn es cerrado y B = n∈N Gn
donde cada Gn es abierto,
(c) m(B\A) = 0.
(iv) Para conjuntos medible se verifica la siguiente propiedad de regu-
laridad de la medida:

m(E) = sup{m(F ) : F ⊂ E, F compacto}


= ı́nf{m(G) : E ⊂ G, G abierto}

Los resultados generales comentados sobre los espacios Lp (Ω, Σ, µ) se


aplican en particular al caso en que Ω = Rn , Σ = M y µ sea la medida
de Lebesgue. Cuando se restringe la medida m a un subconjunto medible E
de Rn se obtienen los espacios que se denotan con Lp (E, M , m), o sencilla-
mente con Lp (E) donde M y m denotan ahora, por abuso de lenguaje, las
correspondientes restricciones a E.
Teorema A.3.4.
El espacio C([a, b]) es denso en (Lp ([a, b]), k · kp ), para 1 ≤ p < ∞.

Teorema A.3.5.
Si G es un abierto de Rn el espacio Cc (G) de las funciones continuas
de soporte compacto contenido en G es denso en (Lp (G), k · kp ) para
1 ≤ p < ∞.
A.3. La medida de Lebesgue en Rn 355

Proposición A.3.6.
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Si a, b ∈ R y 1 ≤ p < q < ∞ entonces Lq ([a, b]) es un subespacio vectorial


propio de Lp ([a, b]) y como consecuencia de la desigualdad de Hölder, para
todo f ∈ Lq ([a, b]) se verifica

kf kp ≤ (b − a)q−1/q kf kq .

En la proposición siguiente se formula una cierta propiedad de “continuidad”.

Proposición A.3.7.
Sea E ⊂ Rn acotado medible y sea f : E −→ K perteneciente a Lp (E)
para 1 ≤ p < ∞. Definiendo f como cero fuera de E se cumple que para cada
ε > 0 existe δ > 0 tal que si |h| < δ se cumple
Z
|f (x + h) − f (x)|p dx < ε.
E

Como ocurre en el caso de la integral de Riemann en un intervalo de R2 , o


más generalmente de Rn , también las integrales Lebesgue en Rn , dan origen
a integraciones reiteradas.
Teorema A.3.8. Teorema de Fubini.
Sea f : Rp × Rq −→ K una función medible. Sean fx (y) := f (x, y) y
fy (x) := f (x, y), donde x ∈ Rp e y ∈ Rq . Denotemos con mp , mq , mr ,
donde r = p + q, las correspondientes medidas de Lebesgue.
(i) Para cada x ∈ Rp , fx es una función medible en Rq . Y para cada
y ∈ Rp , fy es medible en Rq .
R R
(ii) Si f ≥ 0, las funciones φ(x) = fx dmq y ψ(y) = fy dmp son
medibles y Z Z Z
φ dmp = f dmr = ψ dmq .

(iii) Si f ∈ L1 (Rr ), entonces, p.c.t. x ∈ Rn , fx ∈ L1 (Rq ). Y p.c.t.


y ∈ Rq , fy ∈ L1 (Rp ). Las funciones φ y ψ, definidas p.c.t. x ∈ Rp
y p.c.t. y ∈ Rq , respectivamente, pertenecen a L1 (Rp ) y L1 (Rq ),
verificándose la igualdad del apartado anterior.
A.4. Relación con la integral de Riemann 356

Teorema A.3.9. Teorema de Tonelli.


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sea f : Rp × Rq −→ K una función medible. Sean fx (y) := f (x, y) y


fy (x) := f (x, y), donde x ∈ Rp e y ∈ Rq . Denotemos con mp , mq , mr ,
donde r = p + q, las correspondientes medidas de Lebesgue. Entonces las
siguientes afirmaciones son equivalentes:
(i) La función f es integrable sobre Rp+q .
(ii) Existe al menos una de las integrales iteradas de |f |.

Otra herramienta importante es el teorema del cambio de variable:


Teorema A.3.10.
Sean G1 y G2 abiertos de Rn y sea h : G1 −→ G2 un difeomorfismo
de clase C 1 . Entonces para toda función integrable f : G2 −→ R se
verifica que Z Z
f (y)dy = f (h(x))|Jh(x)|dx,
G2 G1

donde Jh es el determinante jacobiano de h.

A.4. Relación con la integral de Riemann


Teorema A.4.1.
Sea una función f : [a, b] −→ K.
(i) Si f es integrable Riemann entonces f es integrable Lebesgue en
[a, b], es decir f ∈ L1 ([a, b]), y
Z Z b
f (x) dx = Riemann f (t) dt.
[a,b] a

(ii) (Teorema de Lebesgue) Para f acotada, f es integrable Rie-


mann si, y sólo si, el conjunto de los puntos de discontinuidad de
f es de medida Lebesgue nula.
A.4. Relación con la integral de Riemann 357

El teorema fundamental del cálculo par al integral de Riemann afirma


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

que F es una función de clase C 1 ([a, b]) si, y sólo si, la siguiente fórmula es
cierta Z x
F (x) = F (a) + f (t) dt
a
para cierta función f continua en [a, b]. Además en ese caso se tiene F ′ = f .
Para el caso de la integral de Lebesgue en [a, b] es natural considerar la
fórmula anterior cuando f ∈ L1 ([a, b]), ello da origen al concepto de función
absolutamente continua.
Definición A.4.2.
Una función f : [a, b] → K se dice absolutamente continua si para cada
ε > 0, existe δ > 0 tal que si a = t0 < t′0 < t1 <Pt′1 < . . . < tm < t′m = b es
una partición delPm intervalo [a, b] que verifica m ′
j=0 |tj − tj | < δ entonces
se verifica que j=0 |f (tj ) − f (t′j )| < ε.

Como consecuencia del teorema de los incrementos finitos se obtiene fá-


cilmente que las funciones de C 1 ([a, b]) son absolutamente continuas. El teo-
rema fundamental del cálculo tiene la siguiente extensión para la integral de
Lebesgue:
Teorema A.4.3.
Una función F en [a, b] es absolutamente continua si, y sólo si,
Z x
F (x) = F (a) + f (t) dt
a

para alguna función f ∈ L1 ([a, b]). Además en ese caso la función F


es derivable en casi todo punto x ∈ [a, b] y, si F ′ (x) existe, entonces
F ′ (x) = f (x).
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Símbolos D(Ω) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
(X/Y )∗ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240 D m (Ω) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
i,j=1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143 (Ω) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
n
(aij )∞ DK
Cc (S) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 k · k∞ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
C0 (S) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 R . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
Cb (S) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 σ(T ) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
E ′ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .295 c . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
H p (D) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 c0 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
L(X, Y ) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 c00 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
Lp . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30 d(x, S) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
M ⊥ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 span A . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
PM . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .51 H (D). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30
T ∗ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160 Y ⊥ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .240
W 1,2 (G) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69
X ∗ /Y ⊥ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240 A
X ∗ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 absolutamente convexo, conjunto . . . 291
X ∗∗ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239 absorbente, conjunto . . . . . . . . . . . . . . . 289
Y ⊕ Z . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 acotación uniforme, teorema de la . . 265
Γ(A) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291 acotado, definición. . . . . . . . . . . . . . . . . . .13
adjunto, operador . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
L X . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
Isom
i∈I Hi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .98
aglomeración, punto de . . . . . . . . . . . . . . 85
co(A) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291 Alaoglu-Bourbaki, teorema de . . . . . . 316
C . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 aplicación abierta, teorema de . . . . . . 278
ℓ2 (Hi )i∈I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 aplicación lineal
ℓ2 (I) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 cociente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16
ℓ∞ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 de rango finito . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
ℓ∞ (S) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 positiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247
ℓp . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 aproximación por mínimos
K . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 cuadrados . . . . . . . . . . 47
L p (Ω, Σ, µ) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 350 axioma de elección . . . . . . . . . . . . . . . . . 234
Índice terminológico 365

B polar de un . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

B ∗ -álgebra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249 raro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262


Baire total . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52, 101, 237
espacio de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263 cono . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246
teorema de la categoría de . . . . . 263 convergencia, de redes . . . . . . . . . . . . . . . 85
Banach, límites de . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243 convexo, definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Banach-Steinhaus, teorema de . . . . . . 266 convolución de funciones . . . . . . . . . . . . .59
base
de filtro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289, 290 D
de Schauder . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 284 débil, toplogía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311
hilbertiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 denso en ninguna parte . . . . . . . . . . . . . 262
Bergman, espacio de. . . . . . . . . . . . . . . .121 derivada generalizada . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Bernstein, polinomio de . . . . . . . . . . . . 106 desarrollo de Fourier . . . . . . . . . . . . . . . 101
Bessel, desigualdad de . . . . . . . . . . . . . . . 99 desigualdad
bidual, espacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239 de Bessel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
bilineal, forma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 de Cauchy-Schwarz . . . . . . . . . . . . . 33
bipolar, teorema del . . . . . . . . . . . . . . . . 314 de Hölder . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
de Minkowski . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
C de Poincaré-Friedrichs. . . . . . . . . . .71
Cauchy, red de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 de Schwarz. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18
Cauchy-Schwarz, desigualdad de . . . . . 33 determinante de Gram. . . . . . . . . . . . . . .44
Čebyšev, polinomios de . . . . . . . . . . . . . 116 dimensión hilbertiana . . . . . . . . . . . . . . 102
coeficiente de Fourier . . . . . . . . . . . . . . . 110 Dirac, sucesión de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
compleción de un espacio normado. . .16 Dirichlet, problema de . . . . . . . . . . . . . . . 72
complementario topológico . . . . . . . . . . 17 dirigido, conjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .84
conjunto dual
absolutamente convexo. . . . . . . . .291 de un cociente . . . . . . . . . . . . . . . . . 240
absorbente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289 de un subespacio . . . . . . . . . . . . . . .240
acotado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13, 301 par . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 310
cofinal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86, 247 topológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
contable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 Dunford, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . 268
convexo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 Dvoretzky-Rogers, teorema de . . . . . . . 90
CS-cerrado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276
CS-compacto . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276 E
de primera categoría . . . . . . . . . . . 262 ecuación
de segunda categoría . . . . . . . . . . . 262 de Laplace . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
denso en ninguna parte . . . . . . . . 262 de Poisson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
dirigido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 ecuaciones normales . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
equicontinuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 314 e.l.c. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291
equilibrado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289 equicontinuo, conjunto (familia)265, 314
familia fundamental. . . . . . . . . . . .314
Índice terminológico 366

equilibrado, conjunto . . . . . . . . . . . . . . . 289 sumable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

espacio forma
dual, definición . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 bilineal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
espacio(s) acotada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54
bidual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239 fuertemente positiva . . . . . . . . . . 54
cociente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 positiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54
de Baire . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263 simétrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
de Banach . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 hermitiana
de Bergman . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 definida positiva . . . . . . . . . . . . . . 33
de dimensión finita . . . . . . 17, 91, 95 lineal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
de Hilbert . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 sesquilineal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
localmente convexos . . . . . . . . . 303 Fourier
de Fréchet . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301 coeficiente de . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
de Fréchet-Montel . . . . . . . . . . . . . 302 desarrollo de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
de funciones continuas . . . . . . . . . . 28 series de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
de Hardy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 convergencia puntual de . . . . . 273
de Hilbert . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 Fréchet, espacio de . . . . . . . . . . . . . . . . . 301
de Montel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 302 función
de Sobolev . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69 de Green . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
de sucesiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .24 holomorfa vectorial . . . . . . . . . . . . 267
localmente convexo . . . . . . . . . . . . 291 positivamente homogénea . . . . . . . 10
Lp . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 subaditiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
normado, definición . . . . . . . . . . . . . 11 funcional
prehilbertiano . . . . . . . . . . . . . . . . . . .32 de Minkowski . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292
reflexivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 320 positivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247
topológico completamente
regular . . . . . . . . . . . . 297 G
vectorial topológico . . . . . . . . . . . . 287 Galerkin-Riesz, teorema de . . . . . . . . . . 81
vectoriales ordenados . . . . . . . . . . 246 Gauss, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
Gδ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262
espectro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Goldstine, teorema de . . . . . . . . . . . . . . 321
puntual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
estrictamente convexa, norma . . . . . . 241 Goodner, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . 262
gráfica cerrada, teorema de la . . . . . . 281
e.v.t. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287
Gram, determinante de . . . . . . . . . . . . . . 44
F Gram-Schmidt, ortonormalización . . . 39
fórmulas de cuadratura gaussiana . . . 118 Green, función de . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
familia Grothendieck, teorema de
alsolutamente sumable . . . . . . . . . . 88 completitud de . . . . 317
fundamental de equicontinuos . . 315
ortonormal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .38 H
Hahn-Banach, teorema de . . . . . . . . . . 232
Índice terminológico 367

Hardy, espacios de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 límites de Banach . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Hasumi, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . . 262 Liouville, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . 269


Helly, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257 localmente convexo, espacio . . . . . . . . 291
Hermite, polinomios de . . . . . . . . . . . . . 116
Hilbert, espacio de. . . . . . . . . . . . . . . . . . .34 M
hiperplano cerrado . . . . . . . . . . . . .239, 305 mínimos cuadrados,
Hölder, desigualdad de . . . . . . . . . . . . . . 18 aproximación por . . . 47
homomorfismo de Bananch, método de sumabilidad . . . . . . . . . . . . . 270
teorema del . . . . . . . . 280 Malgrange-Ehrenpreis, teorema de . . . 79
matriz
I de Césaro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271
identidad infinita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143
de Parseval . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 Mazur, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . . . 305
de polarización . . . . . . . . . . . . . . . . . .36 mejor aproximación . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
incondicionalmente convergente, método de Gram-Schmidt . . . . . . . . . . . 39
serie . . . . . . . . . . . . . . . . 93 Milman, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . . 325
interpolación, polinomios de . . . . 49, 117 Minkowski
inverso, operador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148 desigualdad de . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
isomorfismo funcional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292
isométrico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
topológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 N
Nachbin, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . 262
J norma(s)
Jordan-Von Neumann, teorema de . . . 36 definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
equivalentes . . . . . . . . . . . . . . . . . 14, 20
K estrictamente convexa. . . . . . . . . .241
Kolmogoroff, teorema de . . . . . . . . . . . 301 uniformemente convexa . . . . . . . . 323
Korovkin, teorema de. . . . . . . . . . . . . . .104
Kuratowski-Zorn, lema de . . . . . . . . . . 235 O
objetos inyectivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250
L operador(es)
Lagrange, polinomios de . . . . . . . . . . . . 117 acotado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Laguerre, polinomios de . . . . . . . . . . . . 115 adjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
Laplace, ecuación de . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 autoadjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
laplaciano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 compacto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172
Lax-Milgram, teorema de . . . . . . . . . . . . 55 continuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Legendre, polinomios de . . . . . . . . . . . . 115 de rango finito . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
lema de Sturm-Liouville . . . . . . . . . . . . . 203
de Kuratowski-Zorn . . . . . . . . . . . .235 diagonal . . . . . . . . . 142, 162, 167, 175
de Riesz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 hermitiano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
ley del paralelogramo . . . . . . . . . . . . . . . . 35 integral . . . . . 144, 163, 166, 168, 176
Índice terminológico 368

inverso por la derecha . . . . . . . . . . 148 de extensión . . . . . . . . . . . . . . 249, 261


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

inverso por la izquierda . . . . . . . . 148 de intersección . . . . . . . . . . . . 251, 261


invertible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148 de intersección débil . . . . . . 260, 261
normal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 de la proyección . . . . . . . . . . . 252, 261
simultáneamente de Schur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331
diagonalizables . . . . 192 proyección
unitario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190 canónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
ortogonales cociente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16
polinomios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114 ortogonal . . . . . . . . . 51, 163, 166, 168
subespacios . . . . . . . . . . . . . . . . 38, 240
vectores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .38 R
ortonormalización rango finito, operador de . . . . . . . . . . . 147
de Gram-Schmidt . . . 39 red . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
de Cauchy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
P reflexividad, caracterización . . . . . . . . 321
par dual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 310 reflexivo, espacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 320
Parseval, identidad de . . . . . . . . . . . . . . 101 resolvente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
perturbaciones en ecuaciones Riesz
diferenciales . . . . . . . 283 lema de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Pitágoras, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . 39 teorema de compacidad de . . . . . . 22
Poincaré-Friedrichs, desigualdad de . . 71 Riesz-Fischer, teorema de. . . . . . . . . . .103
Poisson, ecuación de . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 Riesz-Fréchet, teorema de
polar, de un conjunto . . . . . . . . . . . . . . .313 representación de . . . 53
polinomio(s)
de Bernstein . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 S
de Čebyšev . . . . . . . . . . . . . . . 107, 116 Schauder, base de . . . . . . . . . . . . . . . . . . 284
de Hermite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116 Schur
de interpolación . . . . . . . . . . . . 49, 117 propiedad de. . . . . . . . . . . . . . . . . . .331
de Lagrange . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 test de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
de Laguerre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Schwarz, desigualdad de . . . . . . . . . . . . . 18
de Legendre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 seminorma, definición. . . . . . . . . . . . . . . .10
ortogonales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114 separación
trigonométrico(s) . . . . . . . . . . . . . . 108 primer teorema de . . . . . . . . . . . . . 307
problema(s) segundo teorema de . . . . . . . . . . . . 307
del espacio homogéneo . . . . . . . . . 103 serie de Fourier . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273
de Sturm-Liouville . . . . . . . . . . . . . 201 sesquilineal, forma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
variacionales cuadráticos . . . . . . . . 56 sistema
teorema principal de los . . . . . . 56 ortonormal completo . . . . . . . . . . . 101
producto escalar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 trigonométrico . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
propiedad sistemas sobredimensionados. . . . . . . . .47
Šmulian, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . .332
Índice terminológico 369

Sobczyk, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . 236 de


Helly . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257
Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

Sobolev, espacios de . . . . . . . . . . . . . . . . . 69 de
Jordan-Von Neumann . . . . . . . . 36
solución débil de una ecuación de
Kolmogoroff . . . . . . . . . . . . . . . . 301
diferencial . . . . . . . . . . 75 de
Korovkin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
soporte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 de
la acotación uniforme . . . . . . . 265
Stieltjes, teorema de . . . . . . . . . . . . . . . . 119 de
la aplicación abierta . . . . . . . . 278
Sturm-Liouville de
la base (Banach) . . . . . . . . . . . . 285
operador de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203 de
la gráfica cerrada . . . . . . . . . . . 281
problema de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 de
la mejor aproximación . . . . . . . 41
subespacio propio . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149 en espacios de dimensión
subred. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .86 finita . . . . . . . . . . . . . . . 45
sucesión de la proyección . . . . . . . . . . . . . 42, 50
de Dirac . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 de Lax-Milgram . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
exhaustiva de compactos . . . . . . . 298 del bipolar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 314
suma del homomorfismo de Banach . . 280
directa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 de Liouville . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269
hilbertiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 de Malgrange-Ehrenpreis . . . . . . . . 79
sumable, familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 de Mazur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305
de Milman . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325
T de Nachbin-Goodner-Hasumi . . . 262
Taylor-Foguel, teorema de . . . . . . . . . . 241 de Pitágoras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
teorema de representación
alternativa de Fredhom . . . . . . . . 187 de Riesz-Fréchet . . . . 53
de Alaoglu-Bourbaki . . . . . . . . . . . 316 de Riesz-Fischer . . . . . . . . . . . . . . . 103
de Baire (de la categoría) . . . . . . 263 de separación (primer) . . . . . . . . . 307
de Banach-Steinhaus . . . . . . . . . . . 266 de separación (segundo). . . . . . . .307
de caracterización de la de Šmulian . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332
reflexividad . . . . . . . . 321 de Sobczyk . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236
de compacidad de Riesz . . . . . . . . . 22 de Stieltjes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .119
de completitud de de Taylor-Foguel . . . . . . . . . . . . . . . 241
Grothendieck . . . . . . 317 de Toeplitz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271
de Dirichlet . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 de Tychonoff. . . . . . . . . . . . . . . . . . .234
de Dunford . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268 de Weierstrass . . . . . . . . . . . . 105, 109
de Dvoretzky-Rogers . . . . . . . . . . . . 90 espectral para operadores
de Galerkin-Riesz . . . . . . . . . . . . . . . 81 compactos
de Gauss . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118 autoadjuntos . . . . . . . . . . . . . . . . 181
de Goldstine . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 321 normales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192
de Hahn-Banach . . . . . . . . . . 232, 235 principal de los problemas
en e.l.c. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 303 variacionales cuadráticos . . . 56
en normados separables . . . . . . 234 test de Schur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
Índice terminológico 370

Toeplitz, teorema de. . . . . . . . . . . . . . . .271


Ejemplar de cortesía. adquisición de ejemplares, así como de otros servicios, enlazando aquí:

topología(s)
débil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311
débiles y débiles∗ . . . . . . . . . . . . . . 296
metrizabilidad . . . . . . . . . . . . . . . 319
de convergencia puntual . . . . . . . 296
en espacios de funciones
continuas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297
diferenciables . . . . . . . . . . . . . . . . 298
holomorfas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 298
vectorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287
total, conjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52, 237

U
unidad del orden . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247
uniformemente convexo(a)
espacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .323, 324
norma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323

V
valor
espectral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
propio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
regular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
variedad afín . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305
vector(es)
de mejor aproximación . . . . . . . . . . 41
ortogonales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
propio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149

W
Weierstrass, teorema de. . . . . . . .105, 109
Este libro es un curso de introducción al Análisis Funcional.
De entre las posibles elecciones al tema, los autores han
optado por los contenidos que habitualmente explican en sus
cursos de Análisis Funcional y que parece que otros docentes
comparten como pertenecientes a un curso de iniciación. Los
autores son miembros del grupo de Análisis Funcional de la
Universidad de Murcia y tienen amplia experiencia
investigadora y docente en la temática del libro. Creemos
que el contenido, nivel y forma de presentación de este texto
puede hacerlo especialmente útil tanto para estudiantes de
grado como para estudiantes de máster. No es fácil encontrar
un libro de Análisis Funcional con estas características que
vaya acompañado de una larga lista de ejercicios propuestos,
a cuyas soluciones, escritas por especialistas, se pueda
acceder a través de una aplicación web. A veces se pueden
encontrar ejercicios y sus soluciones en internet, pero no es
tan frecuente que las soluciones a problemas tenga autoría
reconocida y se puedan encontrar desde el propio libro.

ISBN 978-84-940688-2-9

9 788494 068829

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