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Test personal para autoevaluarse como animador

Este test, está sacado del libro "Cómo animar a un grupo", escrito por André
Beauchamp, Roger Graveline, Claude Quiviger.

Como creo que bien viene autoevaluarse y reflexionar sobre "nuestro


hacer" como animadores/as, os lo dejo aquí para que podáis utilizarlo,
y de paso dejo mis respuestas también marcadas en rojo (a ver que me
sale jeje).

En el Caso Pablo

El "test" consta de doce preguntas, cada una de las cuales contempla una
situación concreta y propone tres respuestas. A usted le toca elegir el tipo de
respuesta que mejor responda a su comportamiento natural (una sola respuesta
por pregunta). A continuación de la serie de preguntas ofrecemos una tabla de
interpretación de los resultados.

Por lo general, las situaciones reales son más complicadas que las que se sugieren
en el "test". Sin embargo, confiamos en que este "test" indicativo pueda ayudarle
a situar sus propias tendencias y, consiguientemente, a prepararse mejor para
desempeñar el papel de animador de grupo. A condición, eso sí, de responder al
"test" del modo más veraz posible. En cualquier caso, no se trata de confeccionar
un "cuadro de excelencias", sino de conocerse mejor a sí mismo.

1. Antes de una reunión, tiendo


1. a prepararlo y preverlo todo hasta en sus menores detalles
2. a preprar un marco general de encuentro
3. a contar, ante todo, con el grupo

2. Al comienzo de una reunión, tiendo


1. a indicar al grupo el proceso que convendría seguir
2. a someter a discusión y elección por parte del grupo diversos procesos
posibles
3. a confiar en que el grupo sabrá encontrar por sí mismo el proceso
adecuado

3. Frente a ideas francamente opuestas a las mías, tiendo


1. a atenerme firmemente (y a veces de manera agresiva o apasionada) a
mis propias ideas
2. a seguir discutiendo, con objeto de profundizar los puntos de vista de cada
cual
3. a dejar a todo el mundo en libertad

4. Cuando alguien critica directamente lo que yo digo o hago, tiendo


1. a intentar convencerle de que tengo razón
2. a hacerle preguntas, o a remitir el asunto a todo el grupo, en orden a
precisar
3. a dejarle hablar y pasar luego a otra cosa

5. Cuando el grupo adopta una dirección diferente de la adoptada al comienzo


por el propio grupo, tiendo:
1. a reconducir rápida y enérgicamente al grupo al proceso previsto, sin
discusión posible
2. a recordarle al grupo sus primitivas opciones, para que él mismo se resitúe
3. a confiar en el grupo, sin intervenir

6. En un grupo, habitualmente tiendo:


1. a decir desde el principio lo que pienso, independientemente de lo que
piensen los demás
2. a esperar el momento más favorable para la marcha del grupo, teniendo
en cuenta mis propias ideas y las expresadas por los demás.
3. a expresarme según vengan las cosas, conforme al "humor" del momento

7. En una reunión, tiendo a considerar un conflicto como:


1. un mal momento que hay que resolver lo antes posible, llamando al grupo
enérgicamente al orden
2. una reacción normal de grupo que hay que vivir sin eludirla, aunque resulte
afectivamente duro y problemático
3. algo que habrá de arreglarse por sí solo

8. Frente a alguien que guarda silencio en el grupo, tiendo:


1. a interpelarle directamente para que hable y el grupo pueda saber lo que
piensa
2. a estar atento para acosarle en el momento oportuno, pero sin forzarle
3. a respetar su silencio, sin darle importancia especial

9. Para conocer la opinión del grupo sobre un tema, tiendo:


1. a que se realice con frecuencia un turno de intervenciones, en que se
exprese cada cual
2. a replantear el asunto de diversas maneras a los diversos miembros del
grupo
3. a conceder la palabra a quienes más hablan, considerando que todos
pueden expresarse si lo desean

10. En la búsqueda de los objetivos trazados, cuento ante todo:


1. con el sentido de responsabilidad del animador, porque es el primer
responsable
2. con el sentido de responsabilidad de cada miembro del grupo, aunque
haga falta tiempo para que cada cual se sienta responsable del grupo
3. con el sentido de responsabilidad de los líderes naturales del grupo, a
quienes los demás acaban siempre siguiendo

11. Experimento la evaluación como:


1. un momento difícil que no hay que prolongar demasiado y que debe
versar únicamente sobre los resultados objetivos alcanzados por el grupo
2. un momento difícil, posiblemente enriquecedor, que debe versar a la vez
sobre los resultados obtenidos y sobre el funcionamiento interno del grupo
3. un momento cuya utilidad no veo en absoluto

12. Si la dinámica del grupo aboca a resultados distintos de los previstos, tiendo a
decirme:
1. que ha sido un fracaso
2. que quizá responda mejor a las verdaderas necesidades del grupo
3. que es una pena, pero que así es...

Interpretación de los resultados

"1" indican tendencia a animar el grupo de manera autoritaria;


"2" indican tendencia a animar el grupo de manera democrática;
"3" indican tendencia a animar el grupo de manera "bonachona" o permisiva.

Si usted tiene

de 10 a 12
¡cuidado!, autoritarismo peligroso;
respuestas "1”
de 6 a 9 respuestas vigile bien sus profundas tendencias a desear mangonearlo
"1": todo;
de 1 a 5 repuestas debe usted tener cuidado con algunas tendencias
"1": autoritarias;
de 10 a 12
es usted el animador democrático ideal;
respuestas "2":
de 6 a 9 respuestas tiene usted en su mano muy buenas bazas para animar un
"2": grupo democráticamente;
de 1 a 5 respuestas le queda aún bastante camino para llegar a animar de
"2": manera democrática;
de 10 a 12 es usted excesivamente condescendiente e incapaz de
respuestas "3": desempeñar el papel de animador;
de 6 a 9 respuestas tiene usted marcada tendencia a dejar que las cosas vayan
"3": por si solas, lo cual perjudica al grupo;
de 1 a 5 respuestas tiene usted cierta tendencia a "dejar hacer"; debe usted
"3": tener cuidado.

A continuación definiremos cada uno de los estilos o tipos de animadores:

ESTILOS DE ANIMADOR DE UN GRUPO JUVENIL.

EL DEMOCRATICO.

También se denomina participativo, cooperativo o centrado en el grupo.


El grupo participativo o democrático es aquel cuyos miembros sienten que lo
importante es el mismo grupo. Es aquel en el que quien manda es el grupo. Y el
animador no intenta ser otra cosa que la conciencia del mismo grupo.

El animador invita al grupo a decidirse, invita a cada miembro del grupo a


referirse al grupo.

Provoca al grupo a ser fiel a sí mismo.

El símbolo geométrico es la circunferencia: sillas en círculo, todos iguales, todos en


el mismo plano. En cambio, el símbolo geométrico del estilo autoritario y del
paternalista sería el del estrado de un profesor, y en el plano inferior los pupitres de
los alumnos.

Lo que importa, por tanto, son las relaciones con el animador, sino las relaciones
de todos con todos. El animador democrático no se siente satisfecho por sentirse
él querido, aceptado, respetado, sino que se preocupa, porque todos se
acepten mutuamente, se respeten y se quieran.

Como Jesús no se sentía feliz porque todos sus discípulos estuvieran entusiasmados
con Él; les urgía aceptarse entre ellos, si es que querían ser en verdad sus
discípulos.

Es más: el verdadero animador democrático, distribuye el liderazgo. Urge a que


todos compartan la animación según las cualidades y capacidades de cada
uno. Uno es animador en la dimensión festiva del grupo, otro en la artística, otro
en las relaciones sociales, otro en lo deportivo, sin necesidad de que sea el
animador el que haya coordinado todas las actividades.

Y en algunos casos de gran madurez, la animación se hace rotativamente. Y ello


resulta enormemente eficaz, como se ha comprobado y como hemos
comprobado.

El animador democrático sabe colocarse muy en segundo plano. Se niega a ser


Don Preciso.

Convierte al grupo en el protagonista de su propia vida.

Es, ante todo y sobre todo, un estimulador y un coordinador. Un provocador de la


participación y la corresponsabilidad.

Incita a los pasivos a participar. Prefiere, con el caldero de la integración, saca el


agua de la opinión de todos antes de condicionarles con la suya.

Anima, valorando las intervenciones y la participación de los miembros.


Crea un clima de respeto y libertad para que nadie se sienta retraído a la hora de
participar. Hace de agente de circulación poniendo el semáforo en rojo paro los
habladores y poniéndolo en verde para los cohibidos y comedidos.

Es un poco como el presidente del parlamento: está para hacer funcionar la


democracia.

Él no resuelve nada. Él no decide nada. Hace guardar las leyes del juego que los
mismos parlamentarios se han dado.

El animador democrático procura la igualdad de oportunidades:

Que todos puedan realizar alguna tarea, una responsabilidad bien concreta.
Porque todos la necesitamos para sentirnos valorados y para madurar a través de
la acción.

EL PERMISIVO O LIBERAL.

Es el opuesto al animador autoritario o paternalista. Este tipo de “animador” no lo


es, solo es de nombre ya que no guía la barca y cada remero rema hacia donde
le viene en gana, la barca da vuelta alrededor de si misma.

El dialogo es tormentoso, se impone el que más grita, hay quienes se acaparan la


palabra y quienes no pueden estrenarla. No se llega a ninguna conclusión real;
todo se resuelve cómodamente asa base de votaciones sin reflexionar decisiones,
sin buscar consenso.

El animador es traído y llevado por los más astutos, que no quieren dar la cara y le
ponen como pantalla por ello sus grandes cualidades son su inseguridad y la falta
de confianza en sí mismo dándole miedo de equivocarse a la hora de actuar.

Quiere complacer a todos y dar la razón a todos, dándole miedo al conflicto


termina dándole la razón al más fuerte.

AUTORITARIO.

No es propiamente un “animador” sino el dueño del grupo. Identifica al grupo


consigo mismo. “Ordena y manda” tiene el poder supremo y el control del grupo.
El grupo esta centrado en el animador y esta no está propiamente en el grupo,
sino por encima de él.

Hay distintos estilos y grados de autoritarismo:


 El intolerable.
 El superlativo.
 El tolerable o blando.
El “animador dictatorial” puede manipular a los miembros del grupo mediante el
premio o el castigo, mediante la alabanza, o la humillación, mediante el privilegio
o la marginación, el aprecio o el desdén.

Pero en tanto en cuanto las personas se sientan en condicionadas y faltas de


libertad, el grupo no será grupo, ya que el enriquecimiento mutuo, será imposible
porque no hay aporte de los miembros.

El animador autoritario marca el rumbo del grupo, señala objetivos, distribuye las
tareas, sólo él tiene iniciativas y desaprueba la de los demás o le pone su propio
cuño.

OTROS TIPOS DE ANIMADORES POSITIVOS.

MODERADOR: El animador tiene que ser provocador del dialogo, con la madurez
necesaria para entender que el trabajo se hace compartiendo; es el que
hace que todos entren en juego y participen.

COMUNICADOR: Está en disposición de adoptar su experiencia y de valorar a los


demás compañeros. Está al servicio de las relaciones de grupo. Es servidor
de la unidad del grupo. Reclama y exige para todos el poder expresarse
libremente.

COMPROMETEDOR: Su trabajo debe llevar a los miembros a querer


comprometerse, pero no por sentirse obligados o presionados, sino porque
se sienten sujetos y protagonistas. Sabe despertar en los jóvenes las ganas
de servir y de desarrollar todas sus habilidades en bien de la comunidad y
de sus hermanos.

ESTIMULADOR: Hace honor a su nombre, da ánimo y estimula. Procura


comprometer a todos en la programación, realización y evaluación de los
objetivos y tareas comunitarias.

CREATIVO: Estimula la creatividad de los jóvenes, poniéndolos a todos en estado


de búsqueda. Tiene la claridad para encontrar las respuestas y alternativas
a las situaciones que se le presentan a la comunidad.

PATERNALISTA:El animador paternalista es un dictador “camuflado”, pero blando


y generalmente querido por los miembros del grupo, o sea que impone su
autoridad desde el afecto “porque les quiero... tienen que obedecerme...”,
ahí está quizá su mayor peligro.

Generalmente es un entusiasta del grupo de sus ideales, o es una persona


abierta y cordial.

Unas veces será ciertamente el espíritu posesivo, el deseo de estar en el


lugar privilegiado. Pero otras muchas en su amor al grupo lo que le incita a
mantener esa actitud.
Invoca con frecuencia el amor al grupo para imponer sus criterios y
proyectos: “lo pide por el grupo” “si aman al grupo...”

Hay que tener siempre un agudo sentido crítico frente al animador para
convertirlo en un miembro más en forma alguna imprescindible.

Hay que exigirle enérgicamente el derecho de decidir, el de voz y voto,


pero de verdad, el grupo, antes que nada, es una relación entre iguales,
entre hermanos mayores y no un conjunto de niños a las órdenes de un
papá.

RESUMEN: EL JEFE Y EL LÍDER

El jefe maneja su hombre.


El líder los guía.
El jefe depende de su autoridad.
El líder de la buena voluntad.
El jefe inspira miedo.
El líder entusiasmo.
El jefe dice “estén aquí a la hora”
El líder llega ahí antes de tiempo.
El jefe sabe a quién echarle la culpa.
El líder ayuda a solucionar los problemas.
El jefe sabe cómo se realizan las cosas.
El líder enseña cómo se hacen.
El jefe hace del trabajo una pesadilla.
El líder hace de la labor una diversión.
El jefe dice: “váyanse”.
El líder dice: “vamos”.
El jefe dice “yo”.
El líder dice “nosotros”.

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