Sei sulla pagina 1di 3

“Los matrimonios entre las personas del mismo sexo en México”.

Por Adrián García

Poco tema más candente en las redes sociales y por ende en la sociedad, que los debates en torno
al matrimonio entre las personas del mismo sexo. posturas van y vienen desde todo los aspectos
ideológicos, religiosos y morales posibles. Quienes, a favor, quienes, en contra, quienes
malinterpretando la postura de un bando o el otro. Quienes, apelando a un sentido humano, otros
de acuerdo a su ideología religiosa, pero más allá de discernir las motivaciones de las voces, es un
ejercicio fantástico de debate público.

En lo personal celebro que vivamos en un país donde podamos debatir intensamente sin llegar a la
violencia. Si hemos avanzado al grado de que podamos tener una discusión apasionada, pero sin
recurrir a actitudes que no pasen de la intensidad del debate, es señal que México va por el camino
correcto en términos de como procesamos nuestras discusiones políticas, sociales, morales, etc.

Aclaro que no tengo mucha vela en el entierro, no tengo amigos cercanos que sean homosexuales
por ende no tengo historias de discriminación que contar, solo una que otra que me toco en mis
tiempos de funcionario de seguro popular y, aun así, veía tantas cosas que era difícil formar
conexiones emocionales con ellas.

Pero en lo personal soy partidario del matrimonio igualitario, por razones humanas, jurídicas y de
un respeto elemental a los derechos humanos. Permítame amable lector, explicarle el porqué de
mi postura:

Jurídicas: Encuentro sumamente problemático que el Estado, visto como el eje rector que nos
gobierna y nos da las leyes que nos rige a todos tenga la libertad de decidir sobre la vida de los
particulares que no afectan a terceros.

No fue hace mucho que mujeres no podían participar en la vida pública, no podían votar, no podían
casarse libremente, les imponían un matrimonio en función de estatus social y tradiciones
familiares, todo bajo la sanción del Estado. Sería una locura proponer algo remotamente similar
en estas fechas, porque la sociedad progreso, avanzo y es innegable el impacto que ha tenido la
mujer en la vida pública. Hoy son las parejas del mismo sexo, mañana será los que pisaron la
cárcel, las parejas que ganen por debajo de cierto ingreso, etc. Es una puerta que no sería prudente
abrir. Y ni hablemos del viacrucis de los afroamericanos en Estados Unidos y de la segregación
racial que son ejemplos claros de como el Estado se equivoca al querer crear ciudadanos de
primera, segunda y tercera categoría.

Otro punto; es que el estado no puede actuar basándose en dogma religioso, ni crear sus leyes por
presiones de grupos religiosos. El Estado es laico y debe permanecer como tal. Si bien el mundo
occidental edifico una impresionante estructura política, social y jurídica inspirado en los escritos
de influyentes cristianos, también es verdad que ya no vivimos en aquellas épocas, las
circunstancias cambian y México junto con ellas.

Humanas: La postura que escucho seguido es que de darse el matrimonio igualitario pondría en
amenaza al matrimonio tradicional y los valores familiares. Solo contestaría que si la violencia
familiar, el abuso infantil, los engaños matrimoniales, los divorcios no han destruido el matrimonio
como concepto, dudo mucho que el matrimonio entre las parejas del mismo sexo lo haga.

En todo caso fortalece el concepto de matrimonio: El matrimonio más allá de quienes lo conforman
es la última expresión de amor, lealtad y compromiso. Es lo que la sociedad ha dicho que es lo que
una pareja puede aspirar como forma de demostrar su devoción el uno por el otro, no es por un
desprecio o un intento de destrucción de la institución lo que motiva el matrimonio igualitario, es
el deseo de pertenecer a ella lo que lo motiva. En palabras de la Suprema Corte de Estados Unidos
“La igual de dignidad ante la ley”.

Quién de nosotros puede decirle a otro ser humano: No tienes derecho a lo que yo tengo, no eres
digno de demostrarle al estado que has encontrado con quien estar menos solo en este mundo.
Quien, entre nosotros, ¿y bajo qué razones? ¿Religiosas? Que no decía Jesús “AMAOS los unos
a los otros. En esto conocerán que sois mis discípulos”.

En este mundo a veces triste, a veces oscuro, decirle a alguien “Por favor, no ames, no lo
demuestres, permanece en la oscuridad, escondido, porque no te reconocemos como igual, aunque
llores, sangres, rías, ames como yo” se me hace una cosa terrible por hacer.

Derechos humanos: Todos debemos ser iguales ante la ley, sin excepciones. Es la única garantía
que tenemos que entre desiguales siempre podamos refugiarnos en la vida democrática y jurídica
que vale tanto como el que más tiene como el que no tiene nada. Suena idealista, romántico, pero
así lo siento y expreso.

Respeto el innegable derecho de los que marcharon, de los que comentan en redes sociales, por un
lado u otro, con argumentos buenos, otros no tanto, pero que quede claro que todos tenemos que
convivir entre nosotros, y es el respeto la base que nos permite vivir en civilidad. Sigamos teniendo
debates, y cuando se dé el sentido de la votación que la historia señale en que cada bando estuvo
cada quien y según a su conciencia… este en paz.

Ciertamente, quien esto escribe lo está.

Potrebbero piacerti anche