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Universidad Católica de Temuco

Escuela de Fonoaudiología
Diplomado trastornos de la comunicación en niños y adolescentes e
inclusión educativa

MONOGRAFIA:
ANÁLISIS CONDUCTUAL
APLICADO

AUTORAS
Nicole Bermúdez
Paula Saavedra

DOCENTE
Hugo Segura

2016
ÍNDICE

Introducción........................................................................................................ 3

Análisis Conductual Aplicado ............................................................................ 5

El enfoque ABA en intervención del Autismo .................................................... 6

Conclusión.......................................................................................................... 11

Bibliografía.......................................................................................................... 14

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INTRODUCCIÓN

Uno de los modelos de intervención utilizados en los pacientes con

Trastorno Espectro Autista (TEA) es el Análisis Conductual Aplicado (ACA) que es

la traducción española de Applied Behavior Analysis (ABA) el cual se basa en

promover conductas mediante refuerzos positivos y extinguir las no deseadas

eliminando consecuencias positivas, buscando un mecanismo de extinción.

De acuerdo al DSM-V, los trastornos espectro autista consisten en una

díada caracterizada por deficiencias persistentes en la comunicación y en la

interacción social en distintos contextos manifestado por: deficiencias en la

reciprocidad socioemocional, deficiencias en las conductas comunicativas no

verbales utilizadas en la interacción social, deficiencias en el desarrollo,

mantenimiento y comprensión de las relaciones además de restrictivos y

repetitivos de comportamiento, intereses y actividades. Las alteraciones que

conllevan estos trastornos implican serios deterioros en la capacidad de

relacionarse, adaptarse e interactuar socialmente, así como en el desarrollo

cognitivo.

Para el diagnostico de un TEA, se deben realizar diferentes test específicos,

que no solo podrán confirmar el diagnóstico, si no que pueden dar una idea del

grado de afectación tanto de manera global como especifica. Esto servirá para

saber cuáles son los puntos débiles y fuertes del niño, así dar un tratamiento

específico.

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Aunque no existe hoy día ningún tratamiento curativo del autismo, sí hay

diversas intervenciones no farmacológicas que pueden modificar el mal pronóstico

generalmente asociado a este tipo de trastornos y existe unanimidad en iniciar

terapia de forma temprana, pero no en cuanto al mejor método.

Zalaquett, D., Schönstedt, M., Milagros, A., Herrera, C. y Moyano, A. (2015)

la intervención temprana en niños autistas debe proporcionar de manera

sistemática, intensiva y regular una estructura organizativa externa que estimule la

aplicación de las capacidades cognitivas y autorregulatorias del niño en una

amplia variedad de tareas de interacción social, así respecto de los tipos de

intervención temprana, hay investigaciones que respaldan el uso de enfoques

conductuales en niños con TEA, tales como el método de ABA.

Por su parte, Szatmari (2004) menciona la importancia de una intervención

temprana que puede influir de manera significativa en el crecimiento y desarrollo

de los TEA, mencionando el modelo ABA como el principal enfoque de

intervención, siendo un modelo que se centra en comprender la función del

comportamiento en cada situación particular y trata de enseñar mediante un

conjunto definido de metodologías de aprendizaje, comportamientos más

apropiados desde el punto de vista del desarrollo.

En el presente ensayo desarrollaremos algunas investigaciones sobre

tratamientos a menores con TEA que describen al método ABA en su aplicación y

análisis comparativo con otros métodos e intentaremos dilucidar si es realmente

efectivo en el trabajo de menores con TEA tanto como método único o en

combinación de otros métodos de intervención.

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ANÁLISIS CONDUCTUAL APLICADO

Conducta en términos amplios es todo aquello que un organismo hace, dice

o piensa. Existen dos tipos de conducta, tenemos la “Conducta Manifiesta” que es

aquella visible, públicamente observable, y la “Conducta Privada o Encubierta” que

es la de aquellos actos que no son visibles u observables. (Trivisonno, 2010, p. 20-

21)

El Análisis Conductual Aplicado o ABA, está basado en la teoría del

aprendizaje del condicionamiento operante y se emplea para intervenir sobre el

aprendizaje de conductas “voluntarias” musculares, como por ejemplo, las

implicadas a aprender a leer. (Trivisonno, 2010)

Las investigaciones y experimentos relacionados al análisis de la conducta

comenzaron en 1913 con precursores importantes como Thorndike, sobre

aprendizaje por causa y efecto en los Estados Unidos, que continuo luego el

filósofo ruso Iván Pavlov, en 1927 con sus famosos experimentos en perros. Otros

antecedentes lo encontramos en John B. Watson y el aprendizaje en niños y en

Burrhus Frederic Skinner, quien realizo valiosas aportaciones de investigaciones

individuales sobre programas de reforzamientos en la década de los 50 mediante

el condicionamiento operante. (Baron, R. 1997)

Los términos operante e instrumental son equivalentes y reemplazan al

viejo término "intencional" de la psicología clásica, el primero es usado por

Skinner, el segundo por Thorndike. El condicionamiento operante es un proceso

de ejercer control sobre la conducta de un organismo en un cierto ambiente, por

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medio de la aplicación del refuerzo. Incluye máxima flexibilidad y adaptabilidad

(Ardila, 1981).

La teoría del condicionamiento operante se basa en que el organismo está

en proceso de “operar” sobre el ambiente, “irrumpe” constantemente, haciendo lo

que hace. Durante esta operatividad, el organismo se encuentra con un estímulo

reforzador. Este especial estímulo tiene el efecto de fortalecer el comportamiento

operante. En esto consiste el condicionamiento operante: el comportamiento es

seguido de una consecuencia, y la naturaleza de la consecuencia modifica la

tendencia del organismo a repetir el comportamiento en el futuro.

Pellón, R. (2013) refiere a los estímulos reforzadores como cualquier tipo de

estímulo, por ejemplo una dosis de alguna droga, que sea capaz de incrementar la

probabilidad futura de la conducta que le precede. Estos reforzadores suelen

presentarse siguiendo diversos patrones o programas de reforzamiento y cada

programa de reforzamiento genera un patrón diferente y estable de conducta.

El enfoque ABA en intervención del Autismo

1. Primeros Estudios.

Loovas (1987) en una publicación donde describe un programa de

tratamiento conductual intensivo en niños pequeños autistas, iniciado en 1970,

señala que se han obtenido resultados empíricos tanto positivos como negativos.

En cuanto a los resultados positivos, el tratamiento conductual puede ayudar a los

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niños autistas a desarrollar conductas complejas, tales como el lenguaje, y puede

ayudar además en la supresión de las conductas patológicas como la agresión y la

conducta autoestimuladora. En cuanto a los resultados negativos, los logros del

tratamiento han sido específicos del entorno concreto en el cual el niño recibió el

tratamiento, los logros se hallan en proporción al tiempo dedicado a ellos y tales

niños continuaran manifestando graves discapacidades psicológicas similares más

adelante en su vida a no ser que sigan un tratamiento conductual intensivo que

pueda alterar significativamente tal resultado. También se concluyó que los

procedimientos de tratamiento descritos en el artículo pueden resultar igualmente

efectivos en otros trastornos infantiles, como la esquizofrenia infantil.

Otros autores como Mulas, F., Ros-Cervera, G., Millá, M.G.,

Etchepareborda, M.C., Abad, L., y Tellez de Meneses, M. (2010) en un estudio

comparativo de distintos Modelos de Intervención en Autismo, refieren dentro de

los modelos conductistas al Programa de Loovas como un método que propone un

entrenamiento exhaustivo y altamente estructurado. “A pesar de que con su

método se consiguen mejorar habilidades como la atención, la obediencia, la

imitación o la discriminación, ha sido criticado por los problemas en la

generalización de las conductas aprendidas para un uso en un ambiente natural

espontáneo, por basar sus resultados fundamentalmente en la mejora del cociente

intelectual (CI) y porque el medio de aprendizaje altamente estructurado no es

representativo de las interacciones naturales entre adultos y niños”.

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2. Estudios posteriores a Loovas

En una investigación sobre modelos de tratamiento integral en autismo

Callahan, K., Shukla-Mehta, S., Magee, S. y Wie, M. (2010) refieren al método

ABA por encontrarse entre uno de los métodos más conocidos y en uso en

escuelas públicas en estados unidos. Así se subraya que este método comparte

las siguientes características con el modelo TEACCH, a saber, tiene muchas

décadas de desarrollo y uso con estudiantes autistas, existen fuertes redes

nacionales de formación (ABA está asociado a programas de certificación de

licenciatura y magister), es relevante tanto en comunidades de investigación como

en la preparación de profesores universitarios y es ampliamente solicitado por los

padres, educadores y servicios públicos de atención.

El Análisis Aplicado de la Conducta (ABA) Contemporáneo, según Mulas et

al. (2010), “se basa en promover conductas mediante refuerzos positivos y

extinguir las no deseadas eliminando consecuencias positivas, buscando un

mecanismo de ‘extinción’. Dentro de este enfoque existen algunos de los modelos

basados en ABA contemporáneo los cuales son: Pivotal Response Training (PRT),

Natural Language Paradigm (NLP) e Incidental Teaching”…“En general, se asume

que estos programas producen una mejoría en el CI y cambios positivos, aunque

no significativos, en la conducta adaptativa y el lenguaje expresivo y receptivo.

Parece ser que la mejoría en el CI es mayor en los primeros 12 meses de

tratamiento y que después la ganancia se estabiliza. Las revisiones más recientes,

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no obstante, propugnan que no sólo el CI es importante, sino también la valoración

de otros objetivos en relación a habilidades sociales o de comunicación”.

Mulas et al. (2010) destaca que “el método ABA (Applied Behavior Analysis)

es una intervención en la que se aplican los principios de la teoría del aprendizaje

de una manera sistemática y mesurable para incrementar, disminuir, mantener o

generalizar determinadas conductas objetivo (lectura, habilidades académicas,

habilidades sociales, de comunicación y de la vida diaria). Ayuda a los niños a

incrementar conductas, aprender nuevas habilidades, mantener las conductas,

generalizar o transferir conductas a otra situación, restringir o disminuir las

condiciones en donde ocurren conductas desadaptativas y reducir las conductas

desadaptativas”… “Las técnicas tradicionales del ABA han ido evolucionando a

intervenciones conductuales más naturales y hoy día tiende a hablarse de

intervenciones precoces e intensivas basadas en métodos conductuales (EIBI,

Early Intensive Behavioural Interventions)”.

Escandell, M.O., Castro Sánchez, J.J. y Fortea Sevilla, M.S. (2015) por su

parte proponen una intervención basada, dentro de otras metodologías, a través

del EIBI para menores con TEA. Señalan “al igual que con la metodología del

análisis conductual aplicado ABA (Lovaas, 1993), muchas investigaciones apoyan

la eficacia del EIBI (Eldevik et al., 2009) y recomiendan su aplicación (Hayward,

Eikeseth, Gale, & Morgan, 2009) porque mejora el cociente intelectual, la conducta

adaptativa, (Peters-Scheffer, Didden, Korzilius, & Sturmey, 2011) y el

funcionamiento global en niños pequeños (Eikeseth, 2009)”. Estos autores

también hacen mención a un modelo de tratamiento conductual combinado, El

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Modelo de Denver, “el cual es un modelo que integra ABA con una aproximación

basada en un enfoque relacional. En este modelo, los niños juegan un rol activo

en la construcción de su mundo mental, con gran impacto en sus relaciones

interpersonales, afectivas, motoras y sensoriales. Este es un modelo eficaz de

intervención porque mejora las capacidades cognitivas y adaptativas y reduce la

severidad del TEA, mientras se subraya la importancia de la detención temprana

en autismo”.

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CONCLUSIÓN

Niños con TEA tienen diversas alteraciones que varían de un individuo a

otro tales como alteraciones en la relación social, simbolización, comportamiento,

lenguaje y comunicación. Estas alteraciones varían en función de la edad,

capacidad intelectual, patologías asociadas, etc., por lo tanto, existen muchos

factores determinantes en la forma que los síntomas se manifestaran en cada

individuo con TEA.

Al existir una multiplicidad de síntomas que se presentan en distinto grado

en individuos con TEA, es importante la detección temprana de estos y la decisión

de iniciar un tratamiento lo más pronto posible, ya que en la medida que las

habilidades comunicativas mejoran, los problemas o conductas disruptivas

disminuirán considerablemente. (Escandell et al. 2015)

Diversas inves tigaciones apuntan a que no existe unanimidad en cuanto a

un modelo de intervención más efectivo que otro en el tratamiento a menores con

TEA.

Para Mulas et al. (2010) éste se debe adaptar al entorno y a las

características individuales. Dada la gran heterogeneidad de los pacientes y a la

dificultad en comparar las intervenciones, resulta complicado recomendar, en base

a la evidencia científica, un método u otro. No obstante, parece que las

intervenciones combinadas –que integran conocimientos de varios métodos,

aunque generalmente con elementos de base conductiva–, realizadas en

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ambientes estructurados, pueden incidir de manera positiva en la adquisición de

nuevas habilidades en los TEA.

Callahan et al. (2010) señalan que dentro de los debates sobre la eficacia

de ABA en comparación con otros tratamientos, el término ecléctico está siendo

usado en diferentes formas por los investigadores y autores (en el sentido de una

combinación de metodologías que sería más eficaz en el tratamiento que

involucraría también el modelo ABA).

En el mismo sentido, que existen diversos tipos de intervención para

menores con TEA, sin embargo, lo más importante de ellas es la consideración del

perfil individual del niño y su familia, un ambiente altamente estructurado y

contenedor, así como la regularidad en la frecuencia del trabajo. Por su parte

concluye que dependiendo de la severidad del cuadro autista y el perfil cognitivo

hay luces de que a niños con TEA más severo, así como a peor desempeño

cognitivo, serían más beneficiados con intervenciones conductuales como ABA.

(Zalaquett et al. 2015)

Por su parte Escandell et al. (2015) indican que existe una tendencia a

usar varios métodos de intervención en función de las características y

necesidades individuales de los niños con TEA que incluye una combinación de

ABA y otros métodos como el TEACCH. Además han encontrado un impacto

positivo en la familia y ha disminuido su estrés en la medida que sus hijos con TEA

mejoran su capacidad de interacción social y su comportamiento es más

adaptativo.

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Un aspecto negativo de las intervenciones conductuales es la falta de

recursos y de profesionales especializados que puedan aplicar la terapia, muchos

padres de niños afectados han recibido formación para realizar terapia conductual

en su casa. Los estudios no han podido demostrar la superioridad de uno u otro

método de aplicación. (Mulas et al 2010)

En resumen resulta evidente que la intervención temprana es beneficiosa

para niños con TEA, que no existen terapias individuales que logren el mejor

resultado por sobre otras, existe unanimidad en implementar terapias combinadas

que involucren aspectos conductuales como las del método ABA, que la elección

dependerá de los síntomas que presente cada niño y será en función de sus

necesidades de comunicación y adaptación al entorno.

Se destaca la evolución que ha tenido el método ABA desde sus inicios

con el programa de Loovas hasta los últimos modelos de ABA contemporáneo e

incluso de métodos combinados como el Modelo de Denver, que nos deja la

interrogante de si estas variaciones son el resultado forzoso de las necesidades

halladas en las características individuales de los niños con TEA sometidos a

estos tratamientos por ser este un medio insuficiente o son en realidad la

combinación con otros medios de tratamientos con énfasis en el modelo

conductual de ABA.

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BIBLIOGRAFÍA

Ardila, R. (1981). Psicología del aprendizaje. México: Siglo XXI

Baron, R. (1997) Fundamentos de Psicología. México: Prentice Hall

Hispanoamericana.

Callahan, K., Shukla-Mehta, S., Magee, S. y Wie, M. (2010). ABA versus TEACCH:

the case for defining and validating comprehensive treatment models in

autism. Journal of Autism and Developmental Disorders, 40(1), 74-88. doi:

10.1007/s10803-009-0834-0

Escandell, M.O., Castro Sánchez, J.J. y Fortea Sevilla, M.S. (2015). Assessment

of the efficacy of a program to improve the social communication and

behavior of young children with autism spectrum disorders. Revista de

Investigación en Logopedia, 5(2), 167-185. Recuperado de

http://revistalogopedia.uclm.es

Lovaas, I. (1987). Behavioral Treatment and Normal Educational and Intellectual

Functioning in Young Autistic Children. Journal of Consulling and Clinical

Psychology, 55 (1), 3-9. Recuperado de http://www.beca-aba.com/articles-

and-forms/lovaas-1987.pdf

Mulas, F., Ros-Cervera, G., Millá, M.G., Etchepareborda, M.C., Abad, L., y Tellez

de Meneses, M. (2010). Modelos de intervención en niños con autismo.

Revista de Neurología, 50 (Supl 3), S77-S84. Recuperado de

http://www.neurologia.com

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Pellón, R. (2013). Watson, Skinner y algunas disputas dentro del conductismo.

Revista Colombiana de Psicología, 22(2), 389-399. Recuperado de

http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/psicologia/article/view/41317/449

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Trivisonno, C.M. (2010) Introducción al Enfoque ABA en Autismo y Retraso de

Desarrollo. Un Manual para Padres y Educadores. Santa Fe Argentina:

Abayautismo.

Szatmari, P (2004). Una mente diferente. Comprender a los niños con autismo y

síndrome de Asperger. Nueva York: Paidós

Zalaquett, D., Schönstedt, M., Milagros, A., Herrera, C. y Moyano, A. (2015).

Fundamentos de la intervención temprana en niños con trastornos del

espectro autista. Revista Chilena de Pediatría, 86(2), 126-131. doi:

10.1016/j.rchipe.2015.04.025

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