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FAMILIA Y COMUNIDAD
Desde este análisis, tanto la realidad socioeconómica de la población como el rol del Estado
respecto de la salud en el país, influyen en los determinantes sociales de la salud, y éstas
definen la situación de salud de la población.
El Modelo de Atención Integral de Salud será efectivo si logra modificar ese comportamiento
que privilegia la demanda por lo recuperativo y la rehabilitación, y relega las atenciones de
prevención y promoción; así contribuirá a mejorar significativamente la situación de salud de
la población a la que atiende.
Alcanzar ello podrá hacerse realidad si se interviene no sólo en la oferta, sino en la
demanda. Modificar el comportamiento de la demanda implica hacer que busque, valore y
prefiera la atención integral.
Se aprecia que el principal esfuerzo por atender la salud se ha venido poniendo en el nivel
operativo, en los establecimientos de salud (la oferta en salud); pero esa labor termina
siendo insuficiente porque las posibilidades de ese personal que interviene en los
determinantes sociales de la salud son limitadas y de muy corto efecto, si es que lo tiene.
Eso obliga a identificar otras maneras de intervenir en los determinantes Sociales de Salud,
que sean de mayor impacto, trascendencia y permanencia en el tiempo; y obliga a identificar
a otros actores con capacidad de incidencia necesaria.
Con estas consideraciones, es claro que el diseño de un MAIS efectivo depende de diversas
propuestas:
El nivel político incluye, además, a los niveles de gobierno regional y local, los que
deben formular y aplicar las políticas correspondientes y coherentes a las dispuestas por las
políticas nacionales, y que consoliden los cambios en los determinantes sociales de la salud.
También es importante desarrollar y fortalecer los espacios de vigilancia social del
cumplimiento de la intervención política, y realizarla con participación de la sociedad civil.
Tanto el marco técnico nacional como los contenidos de la APS-R proporcionan una lista de
principios y valores que rigen la actualización del Modelo de Atención Integral de Salud
basado en Familia y Comunidad (MAIS-BFC):
INTEGRALIDAD
La integralidad es un principio fundamental del Modelo es asumida en diferentes formas:
La integralidad de la atención a la persona: Las personas son reconocidas en su carácter
multidimensional como seres biopsicosociales, inmersos en un complejo sistema de
relaciones políticas, sociales, culturales y ecobiológicas. La atención de salud no se reduce
a la atención de enfermedades motivo de consulta en los establecimientos de salud, sino
que aborda las diversas necesidades de salud de las personas en cada etapa de su vida
(niñez, adolescencia, juventud, adultez, senectud), sean hombres o mujeres, desde la
fecundación hasta la muerte.
La atención continua: La atención es continua en todos los niveles, ya que ordena de forma
flexible los flujos de atención y de recursos; asegura así una atención de creciente
complejidad en caso de ser necesaria. Esto implica una complementariedad de los servicios
al interior de un establecimiento de salud o de una red de salud y procesos de coordinación
interinstitucionales.
UNIVERSALIDAD
Es la garantía del derecho de toda persona, familia o comunidad para acceder a un sistema
de salud expresado en servicios, producción de bienes y cobertura vinculados con la
promoción, prevención, recuperación y rehabilitación para cubrir sus necesidades de salud
sin distinción de clase social, raza, credo, género u otra condición.
CALIDAD
Orientación de los esfuerzos institucionales hacia la obtención del máximo beneficio para las
personas, familia y comunidad; promueve el óptimo desempeño de la institución y la
búsqueda permanente de la mejora continua de la atención en salud.
CORRESPONSABILIDAD
Es la garantía del “deber” de participación de la persona, familia y comunidad como socios
activos en la toma de decisiones, para lograr y mantener un adecuado estado de salud.
EQUIDAD
Es la garantía de una adecuada y oportuna distribución de recursos y servicios, de tal forma
que se pueda atender con justicia a las personas, familias y comunidades, en función de sus
necesidades de salud.
SOLIDARIDAD
Obligación moral de contribución de los ciudadanos para el logro de una eficiente cobertura
universal que permita satisfacer las necesidades de salud de la población más vulnerable.
EFICIENCIA
Reconociendo que la atención de salud representa la respuesta a las necesidades de salud
en un contexto de restricción y limitación de los recursos humanos y financieros, la eficiencia
se procura en dos niveles:
EL ENFOQUE DE INTERCULTURALIDAD
Una política o enfoque intercultural en salud es un proceso de respeto a las culturas y de
acercamiento a los servicios de salud; es la comunicación intercultural que derriba las
barreras sociales y culturales entre equipos de salud y usuarios y aporta a los procesos de
inclusión social.
La existencia de una pluralidad de grupos étnico-culturales con conocimientos, prácticas,
recursos terapéuticos propios y distintos del sistema de salud oficial ha generado en los
agentes de este último, conductas discriminativas y relaciones autoritarias en perjuicio de los
sistemas de salud tradicionales y de los miembros de estos sectores de la población que
son rechazados, menos valorados y excluidos de las ventajas de los avances científicos de
la medicina occidental.
Para erradicar esta discriminación y exclusión es necesaria la aplicación del principio de
relevancia a través de la adopción de medidas de discriminación positiva, tales como:
Asegurar la interacción entre los agentes de los diversos sistemas de salud para
promover la complementariedad y el enriquecimiento mutuo.
EL ENFOQUE DE TERRITORIALIDAD
Responsabilidad del Estado que es, en última instancia, la que justifica y hace
obligatoria esa relación.
Preocupación del enfoque de desarrollo humano por los fines del desarrollo y, por lo
tanto, por los resultados de la acción estatal.
Presencia territorial y el papel social del Estado, que lleva a considerar sumamente
importante la cobertura territorial y social de los servicios públicos.
ejercida. Así, es utilizada para designar el área geográfica de ejercicio de las atribuciones y
facultades de una autoridad o las materias que se encuentran dentro de su competencia.
Por lo antes expuesto, el “ámbito de intervención” de una autoridad sanitaria debe ser
denominado “ámbito geosociosanitario”.
Finalmente, el Ministerio de Salud establecerá las medidas mediante las cuales las y los
trabajadores del sector salud garanticen y promuevan los derechos humanos de los usuarios
y usuarias de los servicios de atención integral de salud, así como la equidad de género y la
equidad étnica cultural.
Para lograr la transversalización de los enfoques antes descritos, se implementarán
acciones de discriminación positiva dirigidas a la realización de derechos específicos en el
ámbito de la salud, para sectores poblacionales en situación de vulnerabilidad; en particular
de las mujeres, a lo largo de sus etapas de vida, y de los grupos étnicos culturales. Tales
acciones estarán dirigidas a promover competencias en el personal de salud, tanto del que
se encuentra en servicio como de aquel que se está formando para ello, con la finalidad de
fortalecer el respeto y la promoción de los derechos humanos de la población en situación
de vulnerabilidad; organizar y analizar la información para visibilizar las necesidades
específicas de esa población; organizar los servicios, de modo que atiendan esas
necesidades; facilitar la participación y vigilancia ciudadana en la provisión de los servicios,
e incorporar la equidad de género, la interculturalidad y el enfoque territorial en la cultura
institucional del sector. Todo esto para reducir progresivamente la inequidad que los afectan
respecto de las oportunidades para acceder al más alto nivel de salud.
El Ministerio de Salud a través de acciones de alto impacto, que atraviesan todos los ciclos
de vida, y articulando los recursos de los actores sociales aborda los determinantes sociales
y las prioridades sanitarias.
Serían los identificados a partir de los consensos del Gobierno con otras instituciones
y organizaciones representativas del país o como resultado de las recomendaciones de
informes nacionales o estudios técnicos.
El compromiso de los niveles del gobierno regional y local debe traducirse en acciones
concretas que articulen a sus diferentes actores políticos y sociales, para modificar los
determinantes sociales de la salud, y asignar los recursos financieros necesarios para tal
objetivo.
También es importante desarrollar y fortalecer los espacios de vigilancia ciudadana con
participación de la sociedad civil.
El modelo de atención integral de salud ha sido renovado para tomar en cuenta los cambios
en el contexto y en los enfoques conceptuales sobre salud, revisados y comentados en las
dos partes anteriores del presente documento. Como resultado se presenta ahora el nuevo
modelo de atención integral a ser promovido por el Ministerio de Salud que ha sido
denominado “Modelo de Atención Integral de Salud basado en Familia y Comunidad (MAIS-
BFC)”.
Los lineamientos centrales en los que se funda el diseño de este modelo y la nueva
sistematización de los diferentes aspectos de la organización de las actuales prácticas de
prestación, gestión y financiamiento de la atención de salud son los siguientes: