Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
RAICES DE MEXICO
ORIGENES DE LA CIVILIZACIÓN
MEXICA - AZTECAS
Historia
La cultura azteca (llamados también los mexicas), Los aztecas fueron una
civilización precolombina de la región de Mesoamérica, que floreció entre los
siglos XIV y XVI d.C., en el territorio correspondiente del actual país de
México. El idioma azteca era el nahuatl. Los aztecas se desarrollaron en la
región cultural de Mesoamérica desde los años 1325 hasta el año 1521 d.C,
fecha de la conquista de México por parte de los españoles, comandados por
el conquistador Hernán Cortez, quienes derrotaron a los aztecas y
destruyeron su civilización.
Cultura
Los aztecas construyeron pirámides para honrar a sus dioses y y realizar
ofrendas. La mejor manera de describir la arquitectura azteca es diciendo
que es monumental.
- El calendario civil contaba 365 días como hoy, pero que se dividía en 18
meses de 20 días cada uno, más un mes de 5 días sólo.
- El calendario religioso tenía sólo 260 días. Cada día estaba relacionado
con un símbolo (de origen animal, natural) que tenía una influencia positiva,
neutra o mala. Los aztecas creían que el signo del día influía en los
acontecimientos.
Política
Durante su apogeo, en los siglos XV y XVI, el llamado Imperio Azteca fue
una confederación de tres ciudades-estados: Tenochtitlan (la más fuerte),
Tlacopán y Texcoco. Políticamente su órgano más importante era
el Tlatocán o Consejo Supremo, integrado por los pipiltin o jefes de los
clanes fundadores de Tenochtitlán. Aquí se elegían a todos los funcionarios
de Estado. Para nombrar al Huey Tlatoaní y su parTlacatecuhtli se formaba
un pequeño consejo con 4 electores de Tenochtitlán, a los que se sumaban
uno de Tlacopán y otro de Texcoco.
Comunicación
En el Códice Boturini, también conocido como “La Tira de la Peregrinación”,
los tlacuilos, memoriosos pintores-cronistas, plasmaron el momento de la
partida de 8 tribus representadas por sus jefes, que son guiados a su vez,
por cuatro notables sacerdotes que cargan los “bultos” de sus dioses, los
llamados Teomamaque o cargadores de las deidades.
Si bien los nombres de estos personajes han sido interpretados por los
especialistas, la denominación original de las tribus que comandaban se
desconoce. Aunque de manera a posteriori, se les identifica con los
gentilicios que al final de su larga y penosa marcha, adquirieron cuando
lograron fijar su residencia en el centro de México. Independientemente de
las razones reales, en el relato mítico, un suceso sobrenatural desencadena
el éxodo de estas tribus: un dios se manifiesta desde el interior de una
cueva de un gran cerro encorvado, el cual les habla de la necesidad de
ponerse en marcha a la búsqueda de una nueva tierra.
Desde una óptica simbólica, las cuevas han sido interpretadas como el
vientre de donde se originan los pueblos, como vínculo fructífero con el
inframundo. En esa tesitura, sea un sitio real o mítico, las tribus nahuas que
emigraron al Altiplano Central, es común en sus relatos y crónicas, situar su
punto de partida en una cueva o algún cerro con esas formaciones. Como
las semillas, los pueblos brotan del fondo de la tierra. Las cuevas se vuelven
metafóricamente en el útero de las tribus. Pero además, es un conducto de
comunicación entre los hombres y los dioses.
Idioma
La lengua de los mexicas era el náhuatl.
Con el motivo de este nuevo estado de cosas en el valle de México, las tres
potencias aliadas se distribuyen los títulos y los grados: Itzcóatl de
Tenochtitlán se adjudica el título más ilustre de todos: culhuatecuhtli, o sea,
el señor de los culhuas. A primera vista puede extrañar este nombre; pero
recordemos que Culhuacan, o sea la capital de los culhuas, era el sitio
donde se había conservado viva la dinastía tolteca. Por lo tanto, al adoptar
este título, Itzcóatl se hace llamar señor de los toltecas y cierra en su favor la
larga "guerra de la sucesión tolteca". Esto indica inmediatamente que
México se considera, desde este momento, la legítima representante de la
vieja cultura y la heredera, en todos los sentidos, de la gloria tolteca. Es por
ello que los caciques del río Grijalva, al hablar de México por primera vez
ante Cortés, lo llaman Culhua, cosa que muy naturalmente no pudieron
entender los españoles y, como dice Bernal Díaz, "como no sabíamos qué
cosa era México ni Colhua mal pronunciado, dejábamos lo pasar por alto".
Una vez pasada la guerra tepaneca y consolidado el poder de México,
Itzcóatl se lanza en nuevas campañas para establecer su poder sobre
ciudades que Tenochtitlán había conquistado antes, pero por cuenta de
Azcapotzalco. Así empieza la expansión fuera de los valles centrales que
tan lejos había de llevarlos.
Entre las batallas y los gritos de guerra hay un pequeño episodio que nos
recuerda la victoria de Alejandro sobre los persas. Allá por 1461 las tropas
mexicanas conquistan un importante señorío —Coixtlahaca— en las
montañas de Oaxaca y, tras de una gran batalla, vencen y matan a su
señor. Se traen a México a la viuda del vencido, de quien inmediatamente se
enamora Moctezuma. Era una mujer joven y de gran belleza; como la mujer
de Darío, prefiere dignamente seguir siendo prisionera que casarse con el
vencedor de su marido.
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/fondo2000/vol2/05/htm/sec_3.html