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LA NAVE Y LAS
TEMPESTADES
6
La Reforma Protestante
A pedido de la Corpo-
ración de Abogados
Católicos, el R Alfredo Sáenz
dictó en Buenos Aires un ci-
clo de conferencias sobre la
Iglesia en las encrucijadas de
la historia. Se incluye acá el
noveno tema que lo integra.
LA NAVE Y LAS
TEMPESTADES
La Reforma Protestante
EDICIONES GLADIUS
2005
LA NAVE Y LAS TEMPESTADES
TOMO 1.
Primera Tempestad. La Sinagoga y la Iglesia primitiva
S e g u n d a Tempestad. Las persecuciones del Imperio Romano
Tercera Tempestad. El Arrianismo
TOMO 2
TOMO 3
TOMO 4
Sexta Tempestad. La Querella de las Investiduras
Séptima Tempestad. La Herejía de los Cátaros
TOMO 5
Octava Tempestad. El Renacimiento y el peligro de mundani-
zación de la Iglesia
TOMO 6
N o v e n a Tempestad. La Reforma Protestante
Imagen de portada
Sáenz, Alfredo
La Nave y las Tempestades: la reforma
protestante - I a ed. - Ciudad Autónoma
de Buenos Aires - Gladius, 2005
488 p., 18 x 11 cm.
ISBN 950-9674-76-1
1. Historia de la Iglesia. I. Título
C D D 270
Fecha de catalogación: 10-11-05
índice
i
6. Lutero y su relación con la política 197
a. El Emperador 197
b.Los príncipes 210
c. Los campesinos 218
d.La amenaza turca 222
7. Lutero contrae matrimonio con una
ex-religiosa 226
8. Sus últimos años 235
9. La personalidad de Lutero 250
III. Principales propulsores de la Reforma
fuera de Alemania 263
1. En Suiza: las figuras de Zwinglio
y Calvino 273
2. En los Países Bajos 293
3. En los Países Escandinavos 297
4. En Francia 299
5. Los sucesos en Inglaterra 305
IV. La respuesta de la Iglesia 335
1. ¿Contrarreforma? 336
2. Prolegómenos de la reforma católica 339
3. El Concilio de Trento 351
V. Grandes figuras del catolicismo militante 369
1. La Compañía de Jesús 369
2. San Carlos Borromeo 381
3. San Pedro Canisio 408
VI. El esplendor postridentino 447
1. Los Papas que aplicaron el Concilio 449
2. Renovación de la vida cristiana
y de los estudios 457
3. Una pléyade de santos 464
4. Florecimiento de las artes 469
Muchas son las olas que nos ponen en
peligro, y graves tempestades nos amenazan;
sin embargo, no tememos ser sumergidos
porque permanecemos firmes sobre la ro-
ca. Aun cuando el mar se desate, no rom-
perá la roca; aunque se levanten las olas, no
podrán hundir la nave de Jesús.
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Estudio Preliminar
Proceso de Protestantización
del Catolicismo
J
14 L A NAVE Y LAS TEMPESTADES '
Señalar la protestantización no
significa ser lefebvrista
_ /
18 L A NAVE Y LAS TEMPESTADES '
Protestantismo y modernidad
t
32 L A NAVE Y LAS TEMPESTADES '
Infidelidades en la Iglesia
En conclusión
Horacio Bojorge S. J.
NOVENA TEMPESTAD
LA REFORMA PROTESTANTE
S muy probable que entre las grandes bo-
I. Antecedentes históricos de
la Reforma protestante
1. Raíces religiosas
52 L A N A V E Y LAS TEMPESTADES
I A REFORMA PROTESTANTE 61
2. Raíces teológicas
3. Raíces socio-políticas
4. Raíces culturales
* * *
I
I A REFORMA PROTESTANTE 99
L A R E F O R M A PROTESTANTE 109
I
ue C31.UIQ3UI.UJ y ÍU3 c m i l u s u e i u o auvc.aauuo
de Lutero. "¡Ea, juventud piadosa y estudiosa! Ven
a presenciar este piadoso y religioso espectáculo;
quizás llegó el tiempo de quitar su antifaz al anticris-
to." Qué más querían aquellos universitarios que
abandonar las clases a instancias de sus mismos pro-
fesores. Y así acudieron en multitud. Se dice que fue
el mismo Lutero quien arrojó a las llamas algunos
de esos libros así como la bula del Papa mientras
decía: "Puesto que desbarataste la verdad de Dios,
que el Señor te desbarate hoy con este fuego."
c. El emperador Carlos V
d. En el castillo de Wartburg
4. La doctrina de Lutero
a. Inquina a la razón
b. El pecado invencible
e. Sola Scriptura
* * *
a. El Emperador
I
[
un lenguaje muy diplomático. No hablaba en nom-
bre de Lutero ni de sus teólogos, sino en el de los
príncipes convertidos a la nueva fe. Tratando de
mostrarse amable, afirmó que su confesión no con-
tenía discrepancia alguna con la Iglesia romana.
Todo se reducía a unos pocos abusos que se infil-
traron en la Iglesia, sin la aprobación de la autori-
dad. Cuando Lutero pudo leerla quedó pasmado:
"Se ha excedido más de lo justo", exclamó. El no
era hombre de transacciones, ni lo habría escrito
así. "Oigo con disgusto que habéis comenzado una
obra prodigiosa: conciliar al papa con Lutero. Pero
el papa no lo quiere y Lutero lo aborrece [...] Mien-
tras viva el papado, no puede vivir nuestra doctrina
[...] Me disgusta en absoluto ese empeño de con-
cordar en la doctrina, concordancia imposible mien-
tras el papa no dé por abolido el papado [...] Si
les damos razón en lo del canon o de la misa pri-
vada, una sola de estas cosas basta para negar toda
nuestra doctrina y confirmar la de ellos [...] Yo casi
reviento de ira e indignación. Os suplico que, rom-
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b. Los príncipes
c. Los campesinos
d. La amenaza turca
I A R E F O R M A PROTESTANTE 237
L A R E F O R M A PROTESTANTE 241
I
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9. La personalidad de Lutero
I
de doctrina equivocada. Sea cuales fueran sus orí-
genes psicológicos, la causa de tales herejías es una
desviación de la inteligencia, y las aventuras perso-
nales de sus autores sólo nos importan en cuanto
han condicionado esta desviación. El caso de Lute-
ro es distinto. Es su vida, su historia lo que importa.
La doctrina viene por añadidura. El luteranismo
no es un sistema elaborado por Lutero; es el des-
bordamiento de la individualidad de Lutero."
Con él, la teología deja de ser teocéntrica y se
va volviendo antropocéntrica. ¿Por qué la preocu-
pación de la propia salvación absorbe toda la teo-
logía luterana? Porque el yo humano se ha conver-
tido en el fin de esta teología, suplantando la cen-
tralidad de Dios. La teología católica está ordenada
a Dios y es por eso ante todo una ciencia especula-
tiva, doxológica. La teología luterana es para la cria-
tura, y por eso mira ante todo al fin personal que
hemos de alcanzar.
Más aún, Maritain ve en esta involución del pen-
samiento de Lutero, que es en el fondo, una justifi-
cación del mundo moderno, la exaltación desme-
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L A R E F O R M A PROTESTANTE 281
4. En Francia
•
•
1. ¿Contrarreforma?
3. El Concilio de Trento
I
L A R E F O R M A PROTESTANTE 363
1. La Compañía de Jesús
1
• L A REFORMA PROTESTANTE 371
I
gría de vuestro patíbulo, para soportar las angustias
de vuestras torturas o sucumbir en vuestras prisio-
nes; porque así se sembró la fe y así debe restable-
cerse." Tras desembarcar clandestinamente, yendo
de aquí para allá, acosados por la policía, obliga-
dos a mimetizarse para no ser reconocidos, aque-
llos héroes de Cristo dieron pruebas de una auda-
cia cercana a la de los evangelizadores de los pri-
meros tiempos. Si eran capturados, les esperaba
casi siempre una suerte atroz: torturados ferozmen-
te, primero se les colgaba, después, estando toda-
vía vivos, eran entregados a un carnicero que les
abría el vientre y les arrancaba las entrañas. Así
pereció, en 1581, el más célebre de todos, San Ed-
mundo Campion, antiguo e inteligente estudiante
de Cambridge, que prefirió renunciar a una fácil
carrera de honores en el anglicanismo, para perma-
necer fiel a la fe de sus mayores.
En Alemania, en Polonia y en la Europa central,
si bien las circunstancias no fueron tan dramáticas
como en Inglaterra, el esfuerzo de los misioneros
resultó realmente admirable. Sobre todo en Alema-
nia, regiones enteras que habían vacilado entre la
herejía y el catolicismo, reanudaron su fidelidad a
Roma. Numerosos príncipes que cursaron sus estu-
dios en los colegios de los jesuítas, cuando luego
llegaron al poder, trabajaron enérgicamente por la
restauración católica. Uno de ellos, Guillermo V
de Baviera y su hijo Maximiliano, hicieron de su
reino un bastión de la religión católica, tal como
permanece en nuestros días. Hungría, acosada por
las hordas turcas, tras haber sido destruidos los ejér-
citos cristianos en la batalla de Mohacs, quedó divi-
r
L A R E F O R M A PROTESTANTE 377
396 L a N a v e y l a s Tempestades
3. S a n Pedro Canisio
420 L a N a v e y l a s Tempestades
¡
ca, en el Imperio, que reclama justamente el título
de católica, porque nunca defeccionó de su fe a
pesar de tantos asaltos, rodeada, como está, de
todos lados por sectarios".
426 L A NAVE Y LAS TEMPESTADES j
448 L a N a v e y l a s Tempestades
Bibliografía consultada
L* S¿**f*«a t I* pHnilítt
(.«« p*rfc*tu«¿an«t (Mptri* RmíM
B tiriinitM
TOMO 2
Cuarta Tempestad
Las invasiones
de los bárbaros
A!fr«dc S*tnz
LA NAVE Y LAS
TEMPESTADES TOMO 3
Quinta Tempestad
La embestida
del Islam
TOMO 4
Sexta Tempestad
La Querella de
las Investiduras
Séptima Tempestad
La Herejía de
los Cátaros
Alfredo Si#ti2
LA NAVE Y LAS
T £ M 1P TÁD £ TOMO 5
Octava Tempestad
El Renacimiento
y el peligro de
mundanización
de la Iglesia
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Zwinglio Calvino Enrique VIII
HORACIO BOJORGE
Del Estudio Preliminar