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EN CONFLICTO CON
LA LEY PENAL, EL
ADOLESCENTE
INFRACTOR
DERECHO DEL NIÑO Y ADOLESCENTE
INTRODUCCION
1
Informe del Diario el Comercio. Los problemas de los centros de reinserción juvenil. Domingo 14 de junio
del 2015. Sitio web: http://elcomercio.pe/sociedad/lima/problemas-centros-reinsercionjuvenil-informe-
noticia-1818559 9 Diario El Comercio. El 'Cojo Mame' y el organigrama de su
2
Diario El Comercio. El 'Cojo Mame' y el organigrama de su banda. 23 de abril del 2015. Sitio web:
http://elcomercio.pe/sociedad/la-libertad/cojo-mame-y-organigrama-su-banda-fotointeractiva-noticia-
1806045.
consecuencias concurren cuando se subordinan al ámbito del derecho
pues aluden a la persona que aún no ha alcanzado la edad establecida por
el ordenamiento nacional para el pleno ejercicio de sus derechos y de sus
deberes y responsabilidades3.
La opinión Consultiva OC-17/2002 de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño, ha expresado
que no obstante durante sus debates se han planteado las diferencias entre
los términos menor de edad y niño; no entrará a considerar las
implicaciones de las diversas expresiones con que se designa a los
integrantes de la población menor de 18 años pues para los fines de la
opinión, es suficiente la diferencia entre mayores y menores de edad. Por
ende, se debe precisar que la edad es un factor de gran importancia que
considera menor de edad a quien por su desarrollo físico y psíquico no tiene
la capacidad de autodeterminación del hombre para actuar conforme con
el sentido.
De manera sencilla entonces, podemos definir a menores infractores como
aquellas personas, menores de 18 años que realizan conductas tipificadas
como delitos o faltas por las leyes penales vigentes. De esto se deduce que
un menor de edad cuando comete un ilícito se le somete a un régimen de
atención especial.
3. DEFINICION DE ADOLESCENTE INFRACTOR
Para definir que es un adolescente, nos orientamos en el Código del Niño
y Adolescente que considera “a todo niño o niña hasta cumplir los 12 años
de edad y adolescentes desde los 12 hasta cumplir los 18 años de edad”
en su artículo 1 del título preliminar4.
Por otro lado “se considera adolescente infractor a aquel cuya
responsabilidad ha sido determinada como autor o partícipe de un hecho
punible tipificado como delito o falta en la ley penal”.
De esta manera debe entenderse al adolescente como aquella persona
menor de 18 años. Entonces se puede decir que, el código otorga
responsabilidad tanto a los niños como a los adolescentes que infringen la
ley penal, estableciendo adolescente infractor a la persona mayor de 14
años el cual será pasible de medidas socio-educativas.
Al respecto CHUNGA, hace las siguientes aclaraciones que “para efectos
de la sanción o medida socio-educativa, el Perú considera al adolescente
infractor a partir de los 14 años de edad. En otros países latinoamericanos
la edad fluctúa entre 12, 13 y 14 años”5.
De otro lado para ORTIZ, “el adolescente infractor es aquella persona de
ambos sexos entre catorce y dieciocho años de edad que realiza una
3
Cfr. BRAVO GAMARRA, Daysi E. El Adolescente Infractor en el Perú ¿Mínima intervención, máximas
garantías?, Lima, Jurista Editores, 2014, p. 34.
4
5 CHUNGA LAMONJA, Fermin. Derechos de Menores, 6a ed, Lima, Grijley, 2002, p. 284.
5
CHUNGA LAMONJA, Fermin. El adolescente infractor y la ley penal, Lima, Grijley, 2007, p. 17
conducta prevista como delito según la legislación penal vigente”6. Se debe
precisar que la legislación nacional comprende, dentro de la categoría de
menores, tanto a los niños y niñas. Los adolescentes menores de 18 años
son aquellas personas que no cometen delitos, sino infracciones o faltas
leves; por lo tanto no se les debe llamar delincuente, criminal, sicario; en su
lugar se les debe llamar “infractor”, “adolescente en conflicto con la ley”,
“joven en conflicto con la ley”, “adolescente acusado de haber cometido una
infracción”. Ahora bien, la Convención sobre los Derechos del Niño
establece en su artículo 1 que: “para los efectos de la presente Convención
se entiende por niño todo ser humano menor de 18 años de edad, salvo en
virtud de la ley que le sea aplicable haya alcanzado la mayoría de edad”.
Esta protección hace mención que a los 18 años se constituye una edad de
referencia máxima general. Es por ello, que si un menor comete una
infracción a la ley penal deberá ser derivada a la Justicia Penal Juvenil y no
ser juzgado como un adulto.
Como afirma CRUZ, los menores infractores “son aquellas personas
menores de 18 años que realizan conductas tipificadas como delitos por la
leyes penales vigentes, no siendo aplicable al caso del menor, la noción de
la pena, como consecuencia del acto ilícito, por no poderse acreditar su
conducta antijurídica como delito, surge la necesidad de someterles a un
régimen especial de atención, el cual debe buscar protegerlos, tutelarlos”7.
Por su parte, BRAVO, al tratar el tema de menores infractores considera
que “la minoría de edad es un estado civil que lleva implícita la protección,
describe una circunstancia, un concepto jurídico delimitado por el derecho
positivo, un estado en el que se encuentra la persona los primeros años de
su vida. Se considera menor de edad a quien por su desarrollo físico y
psíquico no tiene la capacidad de autodeterminación del hombre para
actuar conforme con el sentido. La mayoría de edad en cambio, conlleva la
posibilidad del goce y ejercicio pleno de los derechos que la legislación
reconoce a toda persona sin discriminación”
4. MEDIDAS SOCIOEDUCATIVAS
La Corte interamericana de Derechos Humanos en la Opinión Consultiva
17/2002 ha señalado que8 “(…) en consideración a que la sanción en esta
jurisdicción especial busca rehabilitar y no reprimir, el internamiento debe
ser la última medida. Antes deben valorarse otras medidas de carácter
6
ORTIZ CABELLOS, Úrsula Gianina. La necesidad de criterios objetivos de determinación de las medidas
socioeducativas en el sistema de justicia penal juvenil, Tesis para optar el grado de Magister, Chiclayo,
USAT, 2014, p. 46.
7
CRUZ CRUZ, Elba. El concepto de menores infractores. [Ubicado el 12 X 2015]. Obtenido en
http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/posder/cont/5/cnt/cnt17.pdf.
8
Opinión Consultiva OC-17/2002, "Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niños", OC-
17/2002, Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), 28 Agosto 2002, disponible
en esta dirección: http://www.refworld.org.es/docid/57f76e461.html [Accesado el 16 Noviembre
2018]
socioeducativo como: orientación familiar, imposición de reglas de
conducta, prestación de servicios a la comunidad, la obligación de reparar
el daño y libertad asistida”.
Villanueva. (2004) señala que “se entiende por medidas socioeducativas, a
la aplicación de sistemas o métodos especializados con aportación de las
diversas ciencias, técnica y disciplinas pertinentes, a partir del diagnóstico
de personalidad para lograr la adaptación social del menor”9
4.1. Medidas socioeducativas contempladas en el ordenamiento
jurídico.
Estas medidas se encuentran prevista en el Código de
Responsabilidad Penal del Adolescente, por lo que se analizará tanto
aspectos positivos como negativos; para finalmente concluir si el
modelo de justicia juvenil aplicable es restaurativo o punitivo.
4.1.1. Medidas socioeducativas no privativas de libertad
a. Amonestación
Esta medida ha sido ampliamente considerada en diversas
legislaciones juveniles debido a que ha mostrado gran
eficacia respecto a infracciones de poca o mediana gravedad.
Según el artículo 158 del CRPA la amonestación consiste en
la llamada de atención que hace el Juez al adolescente
exhortándolo a cumplir con las normas de convivencia social.
Dicha exhortación tiene alcance a los padres, tutores o
responsables del adolescente, a quienes se les hace una
llamada de atención comprometiéndoles a que ejerzan mayor
control sobre la conducta del adolescente y advirtiéndoles las
consecuencias jurídicas de reiterarse la infracción.
Esta llamada de atención debe ser clara y directa, de manera
que el adolescente infractor y las personas responsables de
su conducta comprendan la ilicitud de los hechos cometidos.
En ese sentido, el juez debe utilizar un lenguaje simple y
comprensible para un menor de edad, es decir, la explicación
de las consecuencias jurídicas en un caso de reiteración debe
ser transmitida al adolescente de modo que pueda
comprenderla, lo que implica que no involucre excesivas
expresiones científicas o técnicas que finalmente resulten
incomprensibles y que en consecuencia, carecen de
referencias o significados tanto para el adolescente como
para los responsables de vigilar su conducta; por el contrario,
todos éstos no deben salir de la audiencia de lectura de
sentencia sin haber entendido cual es el motivo de la
amonestación y las consecuencias jurídicas que se derivan si
10
Lex & Iuris. Estudios de Justicia Penal Juvenil en el Perú. GARCÍA HUAYAMA, Juan Carlos.
“Las sanciones para los adolescentes infractores de la ley penal”. Lima, Diciembre 2016. Pág.
155-156
11 ARCE GUZMÁN, Andrea Paola. La propuesta de la Doctrina de la Protección Integral del
menor en conflicto con la ley penal. Revista Polemos. Derecho & Sociedad Civil. Lima, 6 de
diciembre de 2012, Pág. 11-12. http://blog.pucp.edu.pe/blog/derysoc/ 2013/02/17/polemos-no-6-
responsabilidad-penal-de-los-menores-de-edad/ [En línea] [Consulta: 23 de agosto del 2016]
12 Así establece el SRSALP en su apartado V. Dimensiones de la Intervención “(…)
5.2.- Atención familiar: a) la conducta infractora del adolescente está directamente vinculada con
la dinámica familiar, generalmente caracterizada por la desorganización, la misma que
generalmente encuentra su explicación en los niveles de desinformación, que en muchos casos
es alarmante.
5.3.- Este nivel de intervención se orienta a cubrir estas carencias y necesidades con una labor
permanente de
Orientación y Consejería. Asimismo tomando en cuenta la problemática familiar existente, el
padre o tutor pueden ser incorporados al programa de Escuela para Padres”
100 jóvenes. En países como España el número de
profesionales es mucho más alto, y en Chile los psicólogos y
asistentes sociales realizan un trabajo en duplas con cada
uno de los jóvenes13 .
Ante esto, creemos acertadas las estrategias que propone el
Plan PUEDO, tal como crear centros orientación a padres y
madres de familia, casas de juventud para menores que
tengan indicios de violencia o hayan cometido por primera vez
alguna falta leve, la creación de programas de intervención
para adolescentes en riesgos y la aplicación de un sistema de
prevención de violencia escolar, todo ello podría ayudar a
prevenir la comisión de delitos, la formación de jóvenes
rebeldes y con problemas de conducta.
Asimismo, creemos que, para este tipo de infracciones, las
cuales suelen ser leves, los operadores de justicia deben
promover la aplicación de la remisión fiscal o judicial a fin de
que la misma se otorgue no a través de una sentencia, sino
de una resolución que ponga, en la medida de lo posible, fin
al proceso lo más rápido posible.
b. Libertad asistida
Esta medida consiste en otorgar libertad al adolescente
sancionado, quien queda sometido a los programas
educativos y recibe orientación con la asistencia de
especialistas y personas con conocimientos o aptitudes en el
tratamiento del adolescente (Art. 159.1 CRPA), esta medida
se aplica por un plazo mínimo de seis (06) y máximo de doce
(12) meses.
Esta medida se ejecuta en entidades públicas o privadas que
desarrollen programas educativos o de orientación para
adolescentes; los cuales son supervisados por el Servicio de
orientación al adolescente (SOA) del lugar. Asimismo, debe
informar al Juez sobre el cumplimiento de esta medida
socioeducativa y sobre la evolución del adolescente cada tres
meses o cuando se requiera.
De la revisión que hemos efectuado al SRSALP se establece
– entre otras disposiciones – las intervenciones técnicas en
medio abierto, así el Título Tercero en el Capítulo X
denominado “programa formativo” señala que14 se trata de
“un apoyo intensivo basado en una educación de valores y el
13 Véase en http://elcomercio.pe/sociedad/lima/problemas-centros-reinsercion-juvenilinforme-
noticia-1818559 [En línea] [Consulta: 16 de noviembre del 2016].
14
Véase en:
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/cbd5a00045d5ef61bd8ffdd6226b5e16/SRSALP.pdf?M
OD=AJPERES. (en línea). [Consulta: 16 de noviembre del 2016].
aprendizaje de habilidades sociales orientado a la formación
personal del adolescente (…)15 ”, asimismo señala que la
metodología a aplicar es la pedagógica preventiva, aplicando
acciones estratégicas de intervención que actúan en forma
evolutiva en el adolescente para contribuir al desarrollo y
afirmación de sus potencialidades y cambio de actitudes que
favorezcan a su adecuada inserción social.
Asimismo, en el capítulo V de las dimensiones de intervención
se señala en el apartado 5.2. Formación educativa (…) a)
Técnicas de Intervención, lo siguiente: “1. Módulo Educativo.
- Talleres educativos que desarrollan en forma ordenada y
secuencial los contenidos o temas que llevan al aprendizaje
de habilidades sociales, capacidades y a la adquisición de
valores para la expresión del crecimiento personal del
adolescente.
Los temas ejes son: autoestima, comunicación, control de ira,
salud sexual y reproductiva, toma de decisiones, proyecto de
vida y otros que se consideren pertinentes”
c. Prestación de servicios a la comunidad
Esta medida es una manifestación directa de la justicia
restaurativa que poco a poco se está instaurando en nuestra
legislación interna. La norma indica que consiste en la
prestación de servicios a la comunidad relacionado a la
prestación de tareas gratuitas, de interés social en entidades
asistenciales, de salud, educación u otras instituciones
similares, ya sean públicas o privadas, autorizadas para tal fin
por la institución a cargo de los centros juveniles. Las tareas
o labores a realizar deben ser acordes a la aptitud del
adolescente sin perjudicar su salud, escolaridad ni trabajo,
debiendo cumplirse en jornadas, sin perjudicar su salud, su
asistencia regular a un centro educativo o de trabajo. Cada
jornada está compuesta de seis (06) horas semanales, entre
los días sábados, domingos o feriados.
Es importante que la norma señale que las labores a realizar
se encuentren en relación con el bien jurídico lesionado, pues
de este modo se reforzaría el carácter educativo de la
sanción, ya que a través de dichas actividades el adolescente
podría comprender mejor las consecuencias negativas de la
acción ilícita que cometió16.
15
Sistema de Reinserción del Adolescente en conflicto con la Ley Penal, Poder Judicial. Pág.
56
16
Lex & Iuris. Estudios de Justicia Penal Juvenil en el Perú. GARCÍA HUAYAMA, Juan Carlos.
“Las sanciones para los adolescentes infractores de la ley penal”. Lima, Diciembre 2016. Pág.
158.
El jurista GARCÍA HUAYAMA17señala que “es adecuado
establecer como requisito el consentimiento del menor de
edad, pues la prestación de servicios a la comunidad que no
cuente con el aval del sentenciado, no alcanzaría los objetivos
para los que se ordenan. No hay que olvidar que es una
medida generalmente destinada a favorecer a una población
que requiere de atención y cuidados especiales, que las áreas
donde intervendrán son entidades públicas o asistenciales
donde se necesita un mínimo de disposición para evitar que
terceros resulten perjudicados”.
En este sentido, los gobiernos locales juegan un papel
importante en cuanto a la aplicación de esta medida debido a
que – muchas veces – en dichos establecimientos se
cumplirán dichas medidas. Por consiguiente, los mismos
deberán brindar las facilidades para que los adolescentes
cumplan con sus labores como, por ejemplo, el recojo de la
basura.
De acuerdo a nuestro sistema normativo, la prestación de
servicios a la comunidad tiene una duración no menor de ocho
(08) ni mayor de treinta y seis (36) jornadas. El Servicio de
Orientación al Adolescente o quien haga sus veces realizará
el seguimiento de la ejecución de esta medida socioeducativa.
El adolescente puede ser autorizado para prestar estos
servicios en los días hábiles semanales, computándose la
jornada correspondiente. Para tal efecto, el Juez toma en
consideración las circunstancias particulares del adolescente.
Asimismo, las unidades receptoras, a través de la institución
a cargo de los Centros Juveniles deben informar al Juez sobre
el cumplimiento de la medida socioeducativa por el
adolescente infractor cada dos (02) meses, cuando se le
requiera o cuando exista un incumplimiento injustificado.
d. Libertad restringida
Esta es una medida socioeducativa en medio libre 18 que se
ejecutará a través de la asistencia diaria y obligatoria del
adolescente a programas de intervención diferenciados de
17
Teniendo en cuenta que el objetivo de la medida es sensibilizar emocionalmente al
adolescente, hasta el punto que pueda comprender que está realizando una labor útil a la
sociedad. Si dicha medida se aplica de manera coercitiva, estaría revestida de arbitrariedad e
inmediatamente cambiaría el significado para el adolescente, quien lo interpretaría como una
especie de trabajo forzado.
18
Con la dación del Decreto Legislativo N° 1204 contempló a esta medida como una sanción
privativa de libertad, por lo que nos parece idóneo que se haya cambiado a medida
socioeducativa en medio libre pues la misma está a cargo de un Servicio de Orientación al
Adolescente, no necesariamente privado de su libertad. El Decreto Legislativo N° 1204 tenía,
definitivamente, un enfoque punitivo.
enfoque formativo-educativo, sin discriminación de género, de
enfoque formativo – educativo, que orientan y controlan sus
actividades, cuya duración es no menor de seis (06) meses ni
mayor de un (01) año.
Ésta medida se ejecutará en Servicios de Orientación al
Adolescente o en instituciones públicas o privadas con fines
asistenciales o sociales; las mismas que deberán informar
sobre la evaluación, seguimiento y resultados de los
programas de intervención diferenciados cada (3) tres meses
al Juez y el Fiscal.
Esta figura jurídica, al igual que la medida del servicio a la
comunidad se diferencia porque en este caso la obligación
que se impone al adolescente es acudir a centros de
orientación y/o educativos, esta práctica restaurativa es
parcial pues la víctima no participa de la determinación de la
reparación, además el adolescente es sometido al proceso
judicial y cumple esta medida contenida en una sentencia19.
En ese sentido, consideramos conveniente lo planteado en el
Plan PUEDO con relación al necesario fortalecimiento del
Servicio de Orientación al Adolescente lo cual implica la
implementación de dicho programa en distritos judiciales
donde hay mayor incidencia de infracciones por parte de
adolescentes, sobre todo, en zonas alejadas se pueden
implementar SOA descentralizados monitoreados por un área
específica del Poder Judicial o Ministerio Público, según sea
el caso.
La implementación de los SOA no implica inversiones en
infraestructura, ya que se pueden lograr convenios con
municipalidades, instituciones públicas y/o privadas o
instituciones educativas que cedan sus instalaciones para el
desarrollo de las actividades programadas.
Un factor clave de esta medida resulta que se cuente con un
equipo multidisciplinario que permita garantizar la ejecución
eficiente y de calidad de los programas diseñados por los
SOA.
Por otro lado, el Decreto Legislativo N° 1204 introdujo como
sanción no privativa de libertad a la figura de la reparación
directa a la víctima; la cual ha sido dejada sin efecto por el
Nuevo Código de Responsabilidad Penal del Adolescente,
decisión que nos parece acertada ya que – como señala el
jurista Merino Guerrero – dicha figura identificada como
19Lex & Iuris. Estudios de Justicia Penal Juvenil en el Perú. MERINO GUERRERO, Jastmc
Nadeira. “Prácticas restaurativas en la justicia penal juvenil”. Lima, Diciembre 2016. Pág. 89.
sanción resultante de una decisión jurisdiccional no tenía
identificado cuál era el fin educativo, ya que lo único que
buscaba era reparar el daño a la víctima y olvidaba al
adolescente como parte también afectada y a su necesidad
de recibir una orientación que le permitiera concientizar el
daño, su rehabilitación y su reinserción a fin de que no pueda
infringir la ley; por lo que lo más factible para hacer efectiva
esta figura era la aplicación de la remisión judicial20.
Debido al enfoque punitivo que tenía el Decreto Legislativo N°
1204 el Comité de los Derechos del Niño hizo un llamado a la
reformulación de las sanciones, señalando su preocupación
por la insuficiente utilización de medidas alternativas no
privativas de libertad y el recurso excesivo del
encarcelamiento; el hacinamiento y las deficientes
condiciones existentes en los lugares de detención. Por tanto,
instó al Estado Peruano a promover, siempre de ser posible,
medidas extrajudiciales y alternativas al encarcelamiento,
como la libertad vigilada, la mediación, la asistencia
psicológica o el servicio a la comunidad, y asegurar que el
encarcelamiento se utilice como último recurso y durante el
periodo más breve posible.
En ese sentido, el Código de Responsabilidad Penal del
Adolescente ha regulado la figura del mecanismo
restaurativo21, mediante el cual se permite la intervención
especializada de un conciliador, un mediador o un tercero
autorizado por la autoridad fiscal o judicial competente, que
permite el diálogo entre las partes para llegar a un acuerdo
sobre la reparación del daño a la víctima por parte del
adolescente, que sirva para la aplicación de la remisión, el
acuerdo reparatorios, la terminación anticipada u otros
supuestos permitidos por la ley.
Es decir, el legislador ha previsto una figura que permite la
aplicación de prácticas restaurativas que permiten el
acercamiento de las partes; a través de la reparación a la
víctima y un tratamiento para el adolescente infractor a través
de – por ejemplo – la remisión. Aplaudimos esta
incorporación, pues esta figura es una manifestación de la
justicia juvenil restaurativa.
Una novedad que introduce el CRPA es que los operadores
de justicia, al momento de dictar sentencia, además
establecer la duración de la medida socioeducativa, debe
20
Lex& Iuris. Estudios de Justicia Penal Juvenil en el Perú. MERINO GUERRERO, Jastmc
Nadeira. “Prácticas restaurativas en la justicia penal juvenil”. Lima, Diciembre 2016. Pág. 79
21
Regulado en el artículo 142 CRPA
contemplar que dicha medida puede darse por cumplida a las
dos terceras partes del plazo señalado, siempre que el
adolescente participe en los programas de tratamiento o
cumpla las medidas accesorias establecidas por el Juez. En
ese sentido, se incentiva al adolescente a cumplir a cabalidad
con la medida socioeducativa impuesta a fin de acceder al
beneficio de reducir el tiempo de sanción, privilegiando de ese
modo el derecho al desarrollo integral del adolescente y lo
establecido por la Convención de los Derechos del Niño que
las medidas impuestas a los niños y adolescentes deben ser
respetuosas de sus derechos.
4.1.2. Medida socioeducativa privativa de libertad
a. Internación
El artículo 162.1 del CRPA establece que es una medida
socioeducativa privativa de libertad de carácter excepcional y
se aplica como último recurso, siempre que se cumpla
cualquiera de los siguientes presupuestos:
1. Cuando se trate de hechos tipificados como dolosos y
sean sancionados en el Código Penal o leyes especiales,
con pena privativa no menor de seis años, siempre que haya
puesto deliberadamente en grave riesgo la vida o la
integridad físico o psicológica de las personas.
2. Cuando el adolescente haya incumplido injustificada y
reiteradamente las medidas socioeducativas distintas a la de
la internación; o
3. La reiteración en la perpetración de otros hechos
delictivos, cuya pena sea mayor de seis años de pena
privativa de libertad en Código Penal o leyes especiales en
un lapso que no excede de dos años.
La internación no puede aplicarse cuando el hecho punible se
encuentre tipificado como delito doloso y sancionado en el
Código Penal o Leyes especiales, con penas distintas a la
privativa de libertad. En ningún caso la duración de la medida
socioeducativa de internación puede ser mayor a la pena
abstracta establecida en el tipo penal doloso del Código Penal
o Leyes especiales.
La internación debe fundamentarse en la sentencia
condenatoria, señalando la necesidad, idoneidad y
proporcionalidad de su elección respecto de otras medidas
socioeducativas en virtud al principio educativo y al principio
del interés superior del adolescente, es así que la duración de
la medida socioeducativa de internación es de uno (01) hasta
seis (06) años como máximo, cuando se cumpla cualquiera
de los presupuestos señalados en el artículo 162.1.
Sin embargo, la medida socioeducativa de internación de
acuerdo al artículo 163.2, es no menor de cuatro (04) ni mayor
de seis (06) años, cuando el adolescente tenga entre dieciséis
(16) y menos de dieciocho (18) años de edad y se trate de los
siguientes delitos:
1. Parricidio
2. Homicidio calificado
3. Homicidio calificado por la condición de la víctima
4. Feminicidio
5. Lesiones graves (segundo y tercer párrafo)
6. Lesiones graves cuando la víctima es menor de edad, de
la tercera edad o persona con discapacidad
7. Lesiones graves por violencia contra la mujer y su entorno
familiar
8. Instigación o participación en pandillaje pernicioso
9. Secuestro
10. Trata de personas
11. Formas agravadas de la trata de personas
12. Violación sexual
13. Violación de persona en estado de inconsciencia o en la
imposibilidad de resistir
14. Violación de persona en incapacidad de resistencia
15. Violación sexual de menor de edad
16. Robo agravado
17. Extorsión
18. Promoción o favorecimiento al Tráfico Ilícito de Drogas y
otros
19. Tráfico Ilícito de Insumos Químicos y Productos
Fiscalizados
20. Comercialización y cultivo de amapola y marihuana y su
siembra compulsiva
21. Formas agravadas de tráfico de drogas
22
CHUNGA LA MONJA (1995) “Derecho de menores” Lima: Editorial Grijley. p 315.
2. GARANTIAS
Según el artículo 23° del Reglamento del Código de Responsabilidad
Penal de Adolescentes, uno de los principios rectores es la garantía de
los derechos fundamentales. Por la estructura del Código de
Responsabilidad Penal es que se los divide en sustancial y procesal por
el ámbito de su protección.
2.1. GARANTIAS SUSTANCIALES
2.1.1. Culpabilidad
La legislación pertinente, no contiene una disposición expresa
sobre el Principio de Culpabilidad, careciendo de una
disposición similar o análoga al principio contenido en el
artículo VII del Título Preliminar del Código Penal, salvo el
inciso c) del artículo 215º, que se refiere al grado de
responsabilidad del adolescente como uno de los elementos
que el juez deberá tener en cuenta al momento de expedir
sentencia, pero que no está relacionado específicamente con
la medición de la medida socioeducativa. En todo caso, el
principio rige por aplicación supletoria del Código Penal.
2.1.2. Legalidad
Su objetivo es la seguridad jurídica y limitar posibles
arbitrariedades del poder penal estatal. Y por el cual es
necesario la existencia de una norma que tipifique
expresamente las conductas de los adolescentes consideradas
como infracciones a la ley penal.
En el derecho penal de adultos, respetando el Principio de
Legalidad de las sanciones, cada delito tiene un mínimo y un
máximo de pena, límites que el juez está obligado a respetar.
Lamentablemente, en el caso de los adolescentes, no se ha
desarrollado adecuadamente dicha garantía, ya que el Código
de los Niños y Adolescentes no ha previsto expresamente
límites que garanticen que la medida socioeducativa a
imponerse tenga la exacta proporción con el hecho atribuido, lo
que implica una afectación al Principio de Legalidad.
2.1.3. Humanidad
La función de este principio ha de ser garantizar la máxima
tutela jurídica de los derechos de las víctimas en el orden penal,
sin desnaturalizar, con ello, los principios que adecuan el
Derecho Penal a las exigencias de un Estado social y
democrático de Derecho; y, en el plano procesal, sin vaciar las
notas jurídicas que permiten concebir a un juicio como un
proceso justo e idóneo para obtener una tutela efectiva de los
derechos e intereses legítimos.
2.2. GARANTIAS PROCESALES
En el ordenamiento procesal para adolescentes infractores se
evidencia una tendencia a incorporar los principios que rigen la
Doctrina de la Protección Integral recogidos en la Convención sobre
los Derechos del Niño, tales como la prohibición de la detención
arbitraria o ilegal, acceso a la asistencia jurídica, celeridad procesal
y acceso a la doble instancia. Sin embargo, las normas procesales
para el adolescente infractor carecen de especificaciones concretas,
cuyos vacíos son cubiertos con la aplicación supletoria del Código
de Procedimientos Penales o los artículos vigentes del Código
Procesal Penal. Así lo establece el artículo 192º del Código de los
Niños y Adolescentes, que dispone que en los procesos judiciales
que se sigan a los adolescentes infractores se respetarán las
garantías de la administración de justicia consagradas en la
Constitución Política del Estado, la Convención sobre los Derechos
del Niño y las leyes vigentes de la materia (entre ellas, el Código de
Procedimientos Penales y el Código Procesal Penal).
2.2.1. Jurisdiccionalidad
La normatividad internacional reconoce el derecho del
adolescente infractor a ser juzgado por una magistratura
especializada que debe reunir las 60 características
esenciales de toda jurisdicción: juez natural (o competente),
independiente e imparcial. De otro lado, se deberá contar
también con un conjunto de condiciones que le permita actuar
como un tercero frente al caso concreto. Según Maier, para
ello existen algunas previsiones: independencia de todo poder
externo, imparcialidad y Principio del Juez Natural, que son
consideradas por Faúndez como condiciones previas
relativas al tribunal, en tanto no tienen que ver directamente
con el proceso, sino que son condiciones indispensables con
las que debe contar todo tribunal, sin las cuales no es posible
esperar decisiones justas.
2.2.2. Del contradictorio
Es especialmente importante que la asignación de los roles
principales (defensa, acusación y juzgamiento) sean
formuladas a entes distintos, evitándose la concentración de
funciones. También, que el proceso debe ser dividido en dos
fases, la investigación y el juzgamiento, cada una de ellas a
cargo de distintos órganos. Es imprescindible para el respeto
de este principio, relacionado en este aspecto con el de la
imparcialidad del juzgador, que en el proceso el magistrado
que sentencie sea distinto a quien investigó.
2.2.3. Inviolabilidad de la defensa
Este concepto es también aplicable a la Justicia Penal Juvenil,
debiendo garantizarse la presencia de un abogado defensor
(de su elección o de oficio) desde el primer momento en que
el adolescente tiene contacto con la justicia. Como indica
MARY BELOFF, “el contar con un Ministerio Público
especializado no debe hacer descuidar el rol del abogado
defensor, el cual no puede ser reemplazado por el fiscal, aun
cuando éste sea extremadamente respetuoso de los
derechos del adolescente”23.
2.2.4. Presunción de inocencia
En nuestra legislación, la presunción de inocencia es
reconocida por la Constitución Política del Estado en el literal
e), inciso 24°, artículo 2º, que dispone que toda persona es
considerada inocente mientras no se haya declarado
judicialmente su responsabilidad. La garantía abarca tanto al
proceso penal para adultos como al de adolescentes.
2.2.5. De impugnación
Las razones para consagrar este derecho se sustentan en la
posibilidad de que el tribunal que sentenció pueda haber
cometido un error, brindándose una forma de control hacia el
tribunal inferior. La evaluación que realiza el tribunal superior,
comprende los aspectos de hecho y derecho, así como la
condena y la pena misma. El recurso contra la sentencia es
una garantía procesal del condenado. Nuestro ordenamiento
legal, el artículo 139°, inciso 6° de la Constitución Política del
Estado establece como una garantía de la administración de
justicia el principio de la pluralidad de instancia.
2.2.6. Legalidad del proceso
Entendido como la necesidad de que el procedimiento debe
estar fijado por la ley, evitándose una excesiva
discrecionalidad por parte del órgano jurisdiccional en el
mismo. Lo óptimo debería ser que se trate de una ágil
investigación previa, seguida de un proceso oral, con una
única audiencia, para así poder cumplir los principios de
oralidad, concentración e inmediación, propios del proceso
penal. También, acorde con la doctrina procesal penal más
reciente, debe otorgarse la posibilidad al fiscal o al juez de
suspender el proceso o la medida de internamiento en caso
de que ello signifique un mayor beneficio para el adolescente,
23
BELOFF, M. “Los sistemas de responsabilidad penal y juvenil en América Latina”. En; Emilio García
Méndez – Mary Beloff (compiladores). Infancia, Ley y Democracia en América Latina. Análisis crítico del
panorama legislativo en el marco de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño. Prefacio
de Luigi Ferrajoli. Temis – Depalma, 1998. Pág. 106.
no exista sentido alguno para la aplicación del internamiento
o su aplicación origine un mayor daño.
2.2.7. Publicidad del proceso
Se entiende este principio en dos niveles:
6.2. Como la posibilidad de acceso a los actuados judiciales
por los sujetos procesales (el procesado, los agraviados
y los abogados defensores); y,
6.3. Como el derecho de los ciudadanos a conocer el
desarrollo de los procesos.
3. ENFOQUES
3.1. Socioeducativo
Se encuentra fundamentado en los Derechos Humanos tomados,
que son considerados como el espíritu normativo en la rehabilitación
del infractor(a). Este enfoque se apoya en el fortalecimiento de la
educación social, reconociendo las normas, valores y actividades
que permiten una mejor convivencia con otras personas. Asimismo,
se motiva la participación activa del adolescente en la sociedad para
que pueda plasmar un proyecto de vida en pro de su inclusión social
y cultural. De ahí parte la importancia de las intervenciones
socioeducativas para la transmisión de conocimiento. Se trabaja la
parte formativa y de capacitación para el desenvolvimiento personal
del infractor, así como la aceptación de responsabilidades con su
familia, comunidad y la sociedad.
3.2. Sistémico
Para DIAZ PEÑA “Se encuentra basado en la teoría general de
sistemas para la formulación de dos grandes grupos que priman en
la organización formativa – laboral. Se define un sistema cerrado
(intramuros) y otro abierto (semi-libertad) para la oferta de
reinserción diseñada. Las características socioeducativas son
interdisciplinarias, cuantitativas y cualitativas para la ampliación del
conocimiento cuya dinámica es teórica, empírica y pragmática”24.
El desarrollo inicial del programa es en un sistema cerrado, orientado
paulatinamente a ambientes externos, según se avance en la
capacitación convirtiendo a los centros en un contexto social
participativo y solidario, asegurado por el compromiso de cada
institución interviniente en el proceso para su funcionamiento
adecuado a favor de la formación del adolescente como beneficiarios
directos, formulando una metodología formativa-preventiva-
psicosocial en ambas modalidades (cerrado y abierto) el primero
desarrolla programas graduales, secuenciales, consolidando la
24
DIAS PEÑA, S. (2015) “ANÁLISIS DE LA FORMACIÓN TÉCNICO PRODUCTIVA DEL SISTEMA DE
REINSERCIÓN SOCIAL DEL ADOLESCENTE EN CONFLICTO CON LA LEY PENAL EN EL CENTRO JUVENIL DE
DIAGNÓSTICO Y REHABILITACIÓN DE LIMA 2015”. Perú: Repositorio de Tesis de la PUCP.
formación mientras el abierto incrementa programas no
secuenciales pero ambos busca el auto gobierno como expresión de
su reeducación o resocialización. Cada etapa del programa cuenta
con una supervisión permanente, hasta alcanzar rehabilitación y por
último su reinserción social bajo evaluación estricta de los
operadores del sistema.
Ejemplo de delitos:
Ejemplo de delitos: