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Versión: Septiembre 2014

 
         La  empatía  
 
Por Ana Edith Nieto Rangel
 
 
La empatía es la habilidad para entender los sentimientos del otro, aceptando que nuestro punto de vista
no es el único. En ella, se manifiesta la capacidad de reconocer nuestras propias emociones, pero
también el poder interpretar adecuadamente las necesidades de los demás. Esto, aparte de ser la base
de la generosidad, nos permite desarrollar una conexión con las personas, compartir sus sentimientos y
hacerlos parte de nosotros, aunque éstos hayan surgido de otros y no estemos totalmente de acuerdo
con ellos. Como lo indica Robert Cooper (1998) “cuando nos separamos de la empatía pasamos por alto
los sentimientos humanos, y entonces inevitablemente hacemos también caso omiso del ser humano que
los experimenta” (p. 55).

La empatía también tiene que ver con la capacidad de entender la forma de comunicación, tanto verbal
(palabra), como no verbal (ademanes, tono de voz, expresión facial). Es bidireccional, pues implica
nuestra capacidad para identificar y comprender los sentimientos del otro, y la habilidad de la otra
persona para comunicarlos.

Una manera de desarrollar la empatía es mediante una escucha activa. Ésta involucra el concentrarnos
en conocer y entender exactamente lo que la persona quiere transmitir, evitando controlar el diálogo de la
conversación.

Figura 1. Listening to Each Other: a Multigenerational Dialogue on Activism and Women’s Rights. (Flickr, 2007).

Por ejemplo, si en un diálogo tratamos de adelantar la respuesta de nuestro interlocutor y brindar una
solución a la situación que expresa, no lo estamos escuchando activa ni empáticamente.

Ante tal situación, es recomendable preguntarnos: ¿qué es lo que siente la persona?, ¿qué significado
tiene ese sentimiento para ella?, ¿Cómo puedo apoyarla a través de una escucha activa?, ¿conozco
realmente sus necesidades?, ¿se está expresando abiertamente?, ¿me conecto con sus necesidades o
reflejo mis experiencias sobre la situación que está abordando?

©UVEG. Derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida, modificada, distribuida, ni transmitida, parcial o totalmente, mediante cualquier medio, método o 1
sistema impreso, electrónico, magnético, incluyendo el fotocopiado, la fotografía, la grabación o un sistema de recuperación de la información, sin la autorización por escrito
de la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato.
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Versión: Septiembre 2014

De acuerdo con Daniel Goleman (1995), “cuanto más abiertos estamos a nuestras propias emociones,
más hábiles seremos para interpretar los sentimientos” (p. 123). En este sentido, al ser más conscientes
de nuestras emociones, al poder identificarlas y controlarlas, tendremos mayor habilidad para detectarlas
en los demás, prestaremos más atención a sus necesidades y no solamente a lo que sucede en nuestro
interior.
 
Alguna  de  las  formas  para  desarrollar  la  empatía  son:  
Saber  escuchar  y  observar. Esto significa concentrarnos en lo que el otro dice y en cómo lo dice,
escuchando activamente, limitando algún tipo de prejuicio o evitando asumir que sabemos cómo resolver
la situación relatada por la otra persona. También desarrollamos la empatía indagando en el caso para
conocer más, observando el lenguaje corporal del interlocutor y repitiendo alguna frase o palabra clave
de la conversación, para que el otro pueda notar nuestro interés.

Comprender  los  mapas  mentales.  Un mapa mental es la forma en que cada individuo interpreta
determinada situación. Es comprender que cada persona tiene diferentes puntos de vista, experiencias o
referencias que la hacen explicarse el mundo de manera diferente.

Saber  dar  feedback. El tener la habilidad para retroalimentar efectivamente a una persona en determinada
situación significa entender la posición de la persona, no imponer nuestros puntos de vista, intentar
colocarnos en su contexto.

Empatía es la habilidad para entender los sentimientos del


otro, aceptando que nuestro punto de vista no es el único.
La capacidad de reconocer nuestras propias emociones,
pero también, el poder interpretar adecuadamente las
necesidades de los demás.

La empatía se da aun cuando no tenemos un antecedente


similar al que la persona está planteando.

Es una habilidad, una destreza que se puede desarrollar,


a través de la experiencia y del ejemplo, como cuando los
padres enseñan a sus hijos a identificar sus propios
sentimientos y los de los demás.

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Versión: Septiembre 2014

Referencias  
Cooper, R. & Sawaf, A. (1998). La inteligencia emocional aplicada al liderazgo y las
organizaciones. Bogotá, Colombia: Norma.

Goleman, D. (1995). La inteligencia emocional. México: Javier Vergara Editor.

Referencia  de  imagen    

CWGL. (2007). Listening to Each Other: a Multigenerational Dialogue on Activism and


Women’s Rights. Recuperada de
http://www.flickr.com/photos/cwgl/1517186199/ (Imagen publicada bajo
licencia Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.0 Genérica, de acuerdo a:
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es ).

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