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De acuerdo con el tipo y requerimientos de la obra, las características del terreno y el método de
construcción elegidos, se justificará la seguridad de la obra subterránea durante la construcción,
frente a las diferentes formas posibles de inestabilidad que puedan presentarse.
Una de las primeras cosas que se han de definir en el tipo de sostenimiento, y si es el caso,
su revestimiento, que responda a las diversas circunstancias previsibles del terreno y de la profundidad o
situación de la obra.
Si la consecución del sostenimiento tiene lugar en diferentes etapas (desfases entre excavación y
dispositivos del sostenimiento), se justificará también la estabilidad en todas las fases intermedias.
El riesgo de desprendimiento de materiales por la gravedad que entraña, merece una especial
atención, ya que un accidente de este tipo puede dar lugar a graves consecuencias. El que en un tajo o
frente de la excavación exista mayor o menor riesgo de desprendimiento de materiales, en muchas
ocasiones, viene determinado por el método o sistema empleado en la explotación de la obra.
Pero no en todos los casos el cambiar de sistema es una solución a las dificultades surgidas, ya que las
condiciones del terreno por las que atraviesa la traza del túnel no ofrecen la resistencia requerida para la
aplicación de otro método determinado de excavación.
En el caso de que existan edificaciones o instalaciones industriales próximas, será preceptivo un estudio
que demuestre la inocuidad en aquellas de los movimientos originados por la obra.
Para que la obra se realice con las máximas garantías de Seguridad, existen dos soluciones frente al
riesgo de desprendimientos:
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1 Mejora de las condiciones de resistencia del terreno
o 1.1 Consolidación
1.1.1 Inyección
1.1.2 Congelación
o 1.2 Impermeabilización
o 1.3 Drenaje
2 Medios de sostenimiento mediante entibación
o 2.1 Bulonado
o 2.2 Entibación metálica
o 2.3 Entibación en paraguas
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Mejora de las condiciones de resistencia del terreno
Los sistemas empleados para la mejora de las condiciones de resistencia del terreno son:
Consolidación
Impermeabilización
Drenaje
Consolidación
La consolidación se emplea cuando se trata de mejorar la resistencia del medio que va a excavarse.
Inyección
Congelación
Inyección
La inyección consiste en llenarlos huecos de una roca, suelo o cualquier otro medio, con un medio
acuoso a presión, el cual fragua después de un cierto tiempo, proporcionando a la roca una mayor
resistencia, y en zonas donde exista presencia de agua, mayor impermeabilidad.
Se va consolidando una longitud determinada de la traza del túnel, que posteriormente es excavada
y hormigonada. Estas operaciones de inyección se realizan desde el interior del último anillo
hormigonado. Para evitar que el frente de la excavación no se desprenda, hay que dejar en cada etapa, una
zona de solapa ya inyectada en la etapa anterior.
Congelación
El sistema consiste en aislar la sección por la cual transcurre la traza del túnel, mediante la congelación
del terreno circundante, de manera que forme un muro resistente, mientras duran los trabajos de
excavación y hormigonado.
Este método sólo puede ser aplicado en terrenos saturados o con un elevado grado de humedad.
Puede ser empleado tanto en suelos como en rocas fisuradas, aunque en este último caso sólo para fines
de impermeabilización.
Uno de los métodos para hacer descender la temperatura del suelo que rodea cada sonda es a través de un
circuito formado por una serie de sondas, se hace circular en su fase líquida y a elevada presión un fluido
refrigerante (nitrógeno o anhídrido carbónico) que al volver a su fase gaseosa, el calor que precisa lo toma
del material que rodea el circuito: el suelo.
La pared congelada debe ser lo suficiente ancha para poder resistir el empuje del terreno.
Impermeabilización
En ocasiones la presencia de agua hace imposible la excavación de un túnel. En este caso, una de las
soluciones a adoptar seria la impermeabilización del terreno, siempre que el trazado del túnel no pueda
ser desviado.
El producto utilizado para la impermeabilización no tiene, necesariamente, que cumplir las funciones de
consolidación ya que su finalidad es únicamente la de impedir el paso del agua. No obstante en muchas
ocasiones deberá cumplir ambos requisitos; impermeabilización y consolidación.
Drenaje
Las características de este sistema son idénticas a las de los sistemas antes descritos; mejorar las
condiciones de trabajo eliminando el agua que fluye al túnel.
El túnel en sí, ya es un sistema de drenaje al que fluyen las aguas del terreno o zona que atraviesa la traza
del túnel, dificultando las tareas de excavación y facilitando el desprendimiento de materiales, piedras o
cascotes que en un principio poseen una gran solidez y no presentan un riesgo de desprendimiento. Sin
embargo con el paso del agua por fisuras y huecos, arrastran consigo las pequeñas partículas que
permitían a la piedra mantenerse adherida al muro que al eliminarse, provoca el riesgo de
desprendimiento.
Paralelamente a la traza del túnel se construye una serie de pozos, cuya profundidad será unos metros por
debajo del piso del túnel. La construcción de estos pozos se adelantará al frente de la excavación, de tal
forma que la extracción del agua se efectúe unos metros por delante del frente y unos metros por detrás de
la zona hormigonada.
Un bulón es una barra de acero que se introduce en un orificio perforado en la roca, y que lleva en el
extremo que se introduce en la roca, un mecanismo o pieza que permite sea anclada firmemente a la masa
rocosa.
El extremo de la barra que sobresale de la roca, se fija mediante un tornillo a una placa de reparto contra
la superficie de la roca. La finalidad del bulonado es la de armar una zona de la roca, y por tanto, mejorar
sus características de resistencia alrededor de una excavación.
La colocación de bulones en un túnel se realiza una vez ha sido excavada una longitud determinada del
mismo. Esta longitud depende de las características geológicas del terreno. Por otro lado, el bulonado
debe realizarse sin dejar pasar mucho tiempo después de la excavación, o sea, antes de que la roca inicie
su relajación.
Distribución de bulones en un túnel
Entibación metálica
Este sistema consiste en ir colocando unos arcos metálicos, unidos entre sí por medio de grapas,
simultáneamente a la excavación.
La distancia a la que se colocan estas cerchas, viene determinada por la consistencia del terreno,
normalmente entre 0,5 y 1,5 metros. Estas cerchas cuando están muy separadas, suelen colocarse entre
ellas un recubrimiento de madera o chapas metálicas que conforma el encofrado.
Entibación metálica
Entibación en paraguas
En ocasiones nos podemos encontrar, en algunos tramos del túnel, con materiales muy deteriorados, que
dificultan la labor de excavación y con gran riesgo para las personas que lo ejecutan, aun utilizando
métodos de excavación adecuados.
Una solución a este problema puede ser, además de la inyección descrita anteriormente, la entibación en
paraguas.
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En las obras para túneles, más que en cualquier otra obra de construcción, es necesario, al inicio de la
obra, estar en posesión de todos aquellos datos geológicos, geotécnicos e hidrológicos a través de los
cuales poder tener un perfecto conocimiento del terreno que se va a perforar, y por donde esta previsto
vaya la traza del túnel.
En zonas urbanas, estos trabajos de reconocimiento del terreno son de muy difícil ejecución, debido a la
existencia de edificaciones bajo las cuales va la traza del túnel, así como por imposiciones urbanísticas.
En muchas ocasiones nos encontramos, con suelos alterados o manipulados, instalaciones de agua y
electricidad, colectores, etc., con frecuencia con el nivel de las aguas freáticas por encima de la traza del
túnel.
Es por ello que la obtención del máximo número de datos para el conocimiento del terreno, es de
vital importancia para la elección de la modalidad o tipo de perforación a emplear, evitando con ello en
gran medida, la posibilidad de accidente.
Las excavaciones subterráneas así como el manejo de explosivos, requieren un alto nivel de preparación
por parte de los profesionales que dirige los trabajos, ya sea por la complejidad de la propia ejecución
como por la siniestralidad que estos trabajos originan. Debemos prestar especial atención a la naturaleza
del terreno, dimensiones de la excavación, tanto en longitud como en la sección, el carácter
provisional o definitivo del trabajo, y los medios de ejecución que se utilizarán.
La normativa específica que regula los trabajos subterráneos es la Orden de 19 de noviembre de 1998,
de ministerio de Fomento, que aprueba la instrucción para el proyecto, construcción y explotación de
obras subterráneas para el transporte terrestre (IOS-98).
Las obras subterráneas que constituyen o forman parte de proyectos de infraestructuras del transporte
terrestre (carreteras y ferrocarriles), son construcciones que precisan atención específica por parte de los
poderes públicos, debido a su especial incidencia en la seguridad de las personas y los bienes, tanto en su
fase de ejecución como en la de explotación.
Estas obras han de proyectarse, construirse y explotarse de manera que, se cumplan los requisitos
esenciales que los afectan directamente de:
El ámbito de aplicación de esta Orden abarca a las obras subterráneas cuya clasificación es la siguiente:
a) Según su función:
Carreteras (a las que se asimilan las vías urbanas).
Líneas Ferroviarias
b) Según su geometría:
Lineales (túneles, galerías o pozos).
Cavernas.
El titular deberá disponer de un proyecto completo de la obra subterránea con anterioridad al inicio de
la fase de construcción, tanto sí dicha obra subterránea forma parte de otra obra principal como si tiene
entidad independiente.
El contratista, antes del inicio de los trabajos, deberá presentar una Memoria de construcción, para su
aprobación por la Dirección facultativa de las obras.
En esta Memoria se deberán contemplar todas las disposiciones necesarias para el desarrollo adecuado del
proceso constructivo previsto. En particular se incluirán:
La descripción detallada del proceso constructivo fases de construcción, esquema de tiro, si procede, y
justificación de todas las instalaciones provisionales necesarias.
Los planos de todas las instalaciones auxiliares, accesos, pozos, etcétera.
El plan de seguridad y salud en el trabajo.
El plan de aseguramiento de Calidad.
El programa de ejecución.
Un plan de tratamiento medioambiental, en el que se indiquen las cuestiones relacionadas con el medio
ambiente.
Cualquier otro documento que complete la descripción de todas las disposiciones que definen el proceso
constructivo.
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