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Capítulo 2 Libro: Teoría del apego y psicoanálisis.

Hallazgos fundamentales de la investigación del apego

Medición de apego en la infancia

La Situación Extraña: Mary Ainsworth y sus colaboradores (1978) desarrollaron un


procedimiento de laboratorio, que se denominó la Situación Extraña, y que consistía
en establecer dos episodios de separación entre el niño y su cuidador /a. Se clasifica
el apego del niño según la conducta que ha manifestado durante la separación, y
sobre todo, por la actitud que éste presenta en el reencuentro. Según los resultados
obtenidos, se establecieron cuatro categorías de apego: apego seguro (B), apego
ansioso evitativo (A), apego ansioso ambivalente-resistente (C), y desorganizado /
desorientado (D).

El apego seguro se caracteriza porque aparece ansiedad de separación, y


reaseguramiento al volver a encontrarse con el cuidador; este Modelo de
Funcionamiento Interno se caracteriza por la confianza en el cuidador.

El apego ansioso-evitativo es interpretado como si el niño no tuviera confianza en la


disponibilidad del cuidador, muestra poca ansiedad durante la separación y un claro
desinterés en el posterior reencuentro con el cuidador.

En la categoría ansioso-ambivalente / resistente, el niño muestra ansiedad de


separación, pero no se tranquiliza al reunirse con el cuidador, parece que hace un
intento de exagerar el afecto para asegurarse la atención.

Se consideró que aquellos niños que no entraban dentro de ninguna de las categorías
anteriores tenían un patrón de apego desorganizado/desorientado.

Sistema de Cassidy y Marvin: Es una clasificación del apego para niño de edades
comprendidas entre dos años y medio, y cuatro.

Medidas basadas en la representación simbólica: Consiste en unas imágenes que


representan escenas que aluden al apego. Los niños que se sienten seguros hablarán
sobre la separación aportando ideas relacionadas con las imágenes presentadas. Los
niños con patrón de apego inseguro evitativo se sienten desorientados e indican
formas de hacer frente a la situación, y los niños con apego ambivalente pueden
combinar el enfado con los progenitores que aparecen en las láminas con el deseo de
complacerles.

La Entrevista de Apego del Niño (CAI): Es una variación de la Entrevista de Apego del
Adulto, y se trata de una entrevista establecida para niños de 8 a 14 años

El cuestionario para la Clasificación del Apego (AQS): Se trata en este caso de la

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observación del niño en su casa, durante un tiempo relativamente prolongado (2-6
horas en visitas separadas).

La Entrevista de Apego del Adulto (AAI): Es un cuestionario elaborado por Mary Main,
que ha alcanzado importante consideración entre los psicoanalistas y consiste en una
serie de preguntas cuyo objetivo en palabras de su creadora era “sorprender al
inconsciente”. Se trata de obtener datos acerca de las vicisitudes del vínculo de apego
especialmente con las figuras parentales; interesa, sobre todo, clasificar el estado
mental del sujeto en cuanto a sus vínculos. Se valora la forma narrativa: las personas
que se explican de manera clara y sucinta, y acaban las ideas puntúan alto en
coherencia. Se observó que las personas que puntuaban alto en coherencia,
presentaban un patrón de apego seguro.

Determinantes de la seguridad del apego

Los cuidados maternales, especialmente la sensibilidad maternal y la tolerancia a la


ansiedad, favorecen la seguridad del apego. Algunos estudios han puesto de relieve la
importancia de la sensibilidad maternal en niños con temperamento difícil, ya que ésta
era esencial para que este grupo de niños pudiera desarrollar un patrón de apego
seguro.

El autor destaca que 14 estudios han relacionado las respuestas de los padres en la
Entrevista de Apego del Adulto con el tipo de apego que muestra el niño en la
Situación Extraña: la categoría rechazante del adulto se corresponde con el patrón de
apego evitativo en la Situación Extraña. Una actitud preocupada en la AAI predice un
apego ambivalente-resistente. Las entrevistas del Adulto clasificadas como no
resueltas (duelo no elaborado), predicen un modelo de apego en el niño,
desorganizado / desorientado.

Arietta Slade y sus colaboradores han llevado a cabo investigaciones acerca de la


transmisión intergeneracional de los patrones de apego. Y, finalmente, Fonagy alude a
su propia aportación cuando habla de la capacidad de los padres para adoptar una
postura intencional hacia el niño. En este sentido, el autor sostiene que el hecho de
que los padres piensen en el niño en términos de pensamientos, sentimientos y
deseos de éste, así como reflexionar sobre sus propias mentes, constituye la base
para la transmisión del apego.

Generalmente se considera que padres con personalidades más sanas tienen más
posibilidades de que sus hijos desarrollen un patrón de apego seguro.

Predicción desde el apego temprano al desarrollo posterior

Bowlby sostenía con firmeza que el vínculo de apego entre la madre y el niño debía de
tener consecuencias tanto en las relaciones posteriores como en la comprensión de
uno mismo y en el desarrollo o no de psicopatología. Posteriormente se han realizado
estudios para confirmar dicha hipótesis, con los resultados siguientes:

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El apego seguro en la infancia es predictor de una buena interacción entre el niño y la
figura parental a corto plazo (Slade 1987). En cambio, no se ha podido hallar una
correlación significativa entre apego seguro en la infancia y la relación posterior a los
seis años. (Grossman y Grossman 1991).

Se han realizado estudios cuyo objetivo era poner de relieve la correlación entre el
patrón de apego y algunas características de personalidad. Fonagy considera que del
resultado de estos estudios no se desprende una relación unívoca entre tipo de apego
y comportamiento manifiesto de la personalidad; mientras que, probablemente, la
modalidad de apego incide en la capacidad representacional del sujeto respecto al
self, a los otros, y a la relación con los otros.

Las investigaciones realizadas por Cassidy (1988) revelan que niños con apego
inseguro hacen descripciones negativas de sí mismos y, sin embargo, son más reacios
a admitir sus limitaciones.

Apego y Psicopatología

El autor distingue dos períodos en la aparición de psicopatología

A) Infancia y adolescencia

Algunos estudios han encontrado las siguientes relaciones entre diferentes patrones
de apego y algunos trastornos psicopatológicos. A modo de ejemplo, citaré algunos
resultados mencionados por Fonagy.

Apego inseguro: depresión en la infancia, dificultades interpersonales y


comportamiento hostil en la adolescencia (Weinfield y cols. 1999).

Trastorno de ansiedad en el adolescente: apego ambivalente en la infancia (Warren,


1979).

Síntomas disociativos a edades entre 17-19 años: patrón de apego inseguro evitativo o
desorganizado en la infancia ( Ogawa y cols., 1997).

B) Edad adulta

En general, se admite que el patrón de apego seguro es un factor de protección


respecto al desarrollo de trastornos psicopatológicos. Las personas con apego seguro
muestran menos hostilidad y más habilidad a la hora de regular la relación con los
otros. Dozier señala que diferentes estudios han relacionado el patrón de apego
rechazante con personalidad antisocial, abuso de drogas y de comida. Por otra parte,
se ha encontrado también correlación significativa entre el patrón de apego
preocupado con una personalidad marcada por sentimientos depresivos.

Según Fonagy no existen suficientes datos que permitan validar dichas afirmaciones.

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Últimamente, se han realizado experiencias que ponen en relación el tipo de apego
con el resultado del tratamiento, las personas con modalidad de apego rechazante son
resistentes al tratamiento.

Blatt y cols. sostienen que la evolución de la representación del self y de los otros está
marcada por el balance entre necesidad de relación versus necesidad de
independencia. La ruptura de este equilibrio supone la aparición de psicopatología.
Blatt habla de patología anaclítica para referirse a la necesidad de relaciones que
tienen las personalidades dependientes, histriónicas, o fronterizas; estas personas
quedarían clasificadas en la categoría de apego preocupado. Mientras que la
categoría rechazante daría lugar a la patología introyectiva que caracteriza a las
personalidades esquizoides y narcisistas. Blatt aplica también estas consideraciones a
la depresión, distinguiendo la anaclítica de la introyectiva. Este planteamiento adquiere
mucha importancia como factor de predicción frente a la evolución del tratamiento.

La desorganización del apego

Fonagy subraya el interés que tiene para los psicoanalistas la investigación sobre la
conducta desorganizada, caracterizada por conductas contradictorias, estereotipias.

La conducta desorganizada de apego fue descrita por primera vez por Main y Solomon
en 1986. Main y Hesse (1990) relacionaron el apego desorganizado con un ambiente
asustado o asustador. Este tipo de apego aparece con frecuencia en niños cuyos
cuidadores inspiran miedo, por lo que se enfrentan a la situación paradójica de
necesitar protección de las figuras que a su vez provocan circunstancias
atemorizantes.

Hay evidencias de que los niños que presentan un patrón de apego desorganizado
tienen altos niveles de cortisol salival en la Situación Extraña; el cortisol se segrega en
mayor proporción en situaciones de estrés, y puede dañar el hipotálamo. En este
sentido, parece probado que la hiperactividad temprana del sistema nervioso a causa
del estrés ocasiona que, en posteriores situaciones de estrés, el organismo reaccione
de forma irregular.

El apego desorganizado tiene una relación estrecha con la agresión infantil, la


disociación y las relaciones violentas.

Habitualmente la conducta desorganizada está relacionada con factores familiares


como maltrato, depresión mayor o trastorno bipolar en la figura o figuras de apego. Se
ha observado una relación estrecha entre cuidador/a severamente deprimido/a y
apego desorganizado (Lyons Ruth y cols, 1990).

En varios estudios se han hallado relaciones significativas entre apego desorganizado


y apego inseguro no resuelto en la Entrevista de Apego del Adulto y, sobre todo, se ha
encontrado una relación estrecha con la conducta disociada de la madre. Hacia la
mitad de la infancia, el niño manifiesta una actitud controladora que provoca en el
cuidador sentimientos de impotencia y miedo.

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Liotti ha relacionado los síntomas disociativos con experiencias de pérdida de las
figuras parentales antes del nacimiento del niño o en los primeros años de la vida del
niño. En la prueba del Minessota se ha observado que los individuos que tenían
conductas de apego desorganizado y además habían sufrido un trauma importante
daban puntuaciones altas en experiencias disociativas. En la Entrevista de Apego del
Adulto, el apego desorganizado está relacionado bien con estados mentales no
resueltos o con preocupación excesiva por el trauma. Existen evidencias de que existe
una correlación estrecha entre apego desorganizado y patologías severas
categorizadas por la teoría psicoanalítica como organización fronteriza de la
personalidad.

O´Connor y Kreppner (O´Connor y cols., 2000) han llevado a cabo un estudio sobre la
adopción, y concluyeron que la deprivación prolongada ocasionaba trastornos de
apego, dificultades en la relación con los compañeros, hiperactividad y dificultades
cognitivas.

Winnicott (1958) y Roy (2000) compararon 19 niños que vivían en aldeas infantiles con
niños que vivían en familias de acogida, y comprobaron que la hiperactividad era
mucho más acentuada en los niños de las aldeas infantiles.

Marvin y Britner (1999) investigaron las clasificaciones de apego a los 4 y 6 años en


niños rumanos adoptados en Gran Bretaña. El número de niños con apego seguro fue
menor que el esperado estadísticamente. La continuidad de la deprivación incide en
los Modelos de Funcionamiento Internos. El apego seguro genera sentimientos de
capacidad y autoestima.

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