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Aproximaciones al concepto de comunidad para el Trabajo Social

Preprint · September 2017


DOI: 10.13140/RG.2.2.27154.35522

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Noemi Parra Abaúnza


Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
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APROXIMACIONES AL CONCEPTO DE COMUNIDAD PARA EL TRABAJO SOCIAL

1. ¿QUÉ ES ESTO A LO QUE LLAMAMOS COMUNIDAD?

Al aproximarnos al concepto de comunidad nos encontramos con cierta


controversia. Duran (2016b, p. 23) destaca lo mucho que se ha escrito sobre comunidad,
al punto de convertir este concepto en uno de los fetiches de las Ciencias Sociales. Desde
diferentes disciplinas científicas (filosofía, economía, psicología y sociología, entre otras)
se ha teorizado sobre la noción de comunidad. Esta diversidad de puntos de partida basa
en una super-especialización y fragmentación de los campos del saber, unida a las
dificultades de operativizar el concepto para proceder a su uso, ha hecho que se ponga
en cuestión su utilidad e incluso se propongan alternativas conceptuales. Autores como
Sancho (2009, p. 58) defienden la necesidad de encontrar espacios conceptuales
comunes, que permitan profundizar en un análisis interdisciplinar y no solo
multidisciplinar.

Abordar el concepto de comunidad desde el Trabajo Social implica tener en cuenta


dos dimensiones complementarias: la teórica y la operativa (Lillo y Roselló, 2004, p. 75).

 La dimensión teórica se desarrolla a partir de un análisis reflexivo que se


apoya en el desarrollo de otras disciplinas científicas, en particular, la
Sociología y la Psicología.
 La dimensión operativa se centra en las dimensiones para la intervención
comunitaria.

Ambas dimensiones deben ser tenidas en cuenta porque, como veremos, la


concepción teórica de la comunidad de la que partamos tiene implicaciones prácticas.

1.1. LA DIMENSIÓN TEÓRICA DE LA COMUNIDAD

Lillo y Roselló (2004, pp. 69-80) en su aproximación al concepto de comunidad


distinguen entre:

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- Enfoque sociológico
- Enfoque psicológico
- Enfoque desde el Trabajo social

En este apartado nos centraremos en los dos primeros enfoques, por


corresponderse con la dimensión teórica, para posteriormente adentrarnos en la
dimensión operativa desde el Trabajo Social.

1.1.1. EL CONCEPTO DE COMUNIDAD EN LA SOCIOLOGÍA

Duran (2016) hace una profunda revisión al concepto distinguiendo entre el


concepto de comunidad en el pensamiento social clásico y en la teoría social
contemporánea, haciendo también algunos aportes específicos desde las ciencias
sociales latinoamericanas. De forma general, siguiendo los aportes de Sancho (2009, p.
60) podemos decir que la “cuestión comunitaria” se engloba en las siguientes
acepciones: como algo que ya no existe (paraíso perdido) o de la que la modernidad nos
aleja (expulsión del paraíso) o bien la comunidad como un faro de guía hacia el interés
común (retorno al paraíso).

En este apartado vamos a centrarnos en el concepto de comunidad en el


pensamiento social clásico, para posteriormente considerar algunas reflexiones en
torno a la actualidad de las mismas el discurso social y político.

La comunidad en el pensamiento social clásico

Si bien se hace referencia a la noción de la comunidad en los escritos de Platón y


Aristóteles, no es hasta el siglo XIX el momento en el que se presenta un
redescubrimiento de la misma. Los teóricos clásicos revitalizan la discusión de la pérdida
de la comunidad redefiniéndola y haciendo de ella uno de sus conceptos fundamentales.

Esto se da en un contexto de avance del capitalismo, la modernización del Estado, la


secularización de la sociedad y el crecimiento científico (Durán, 2016b, p. 23). De manera
que en el siglo XIX el problema de la comunidad emerge como preocupación y objeto de
estudio de los pensadores clásicos impulsado por la sensación de pérdida de lo esencial,

NOEMI PARRA ABAÚNZA.TRABAJO SOCIAL CON COMUNIDADES, 2017 2


de aquello que congrega a los seres humanos, de la vida en común y originaria, ante el
avance de una vida mecanicista y superficial (Durán, 2016b, p. 29).

Quienes según Durán (2016) definen la tradición europea moderna de la noción de


comunidad son: Karl Marx, Ferdinand Tönnies y Emile Durkheim. Pero hay otros
pensadores que aportaron elementos de consideración al debate.

Karl Marx: emancipación

La idea de comunidad en Marx está ligada a la emancipación. Siguiendo el análisis


propuesto por Álvaro (2013) la idea de comunidad en Marx se disocia explícitamente de
la idea de Estado. Desde sus textos de juventud, el Estado moderno se describe como
un producto de la organización material de la sociedad civil o burguesa, siendo
caracterizado como "una comunidad puramente ilusoria", es decir, como una falsa
universalidad tras la cual se encubren los intereses particulares de la clase dominante.
Por tanto, el Estado sería una mera apariencia de la verdadera comunidad. Para el joven
Marx, la comunidad verdadera y real es la comunidad humana, donde cada persona se
reconoce a sí misma y a las otras, asumiendo el control de sus propias condiciones de
existencia.

Tras esa primera etapa, se verá como Marx no maneja una única noción de
comunidad. En su obra, los usos y significados de la palabra "comunidad" cambian a lo
largo del tiempo. Sin entrar en profundidad, Álvaro (2013, p.170) señala los aspectos
que considera esenciales:

- Si la comunidad humana es incompatible con la comunidad política (o el Estado)


es porque esta última reproduce formalmente el carácter inhumano de la
sociedad capitalista.
- En términos generales, para Marx, la figura de la comunidad está ligada al pasado
y al futuro de la sociedad actual.
- La comunidad primitiva u originaria prefigura desde un punto de vista material y
espiritual la comunidad comunista del porvenir.

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- La comunidad se presenta como la imagen invertida del presente social, de la
sociedad del presente.

De manera estricta, Marx no ofreció una definición de comunidad, pero en su obra


se encuentra el antecedente más directo de la oposición conceptual sobre la cual se
erigió el pensamiento social y sociológico en Alemania desde fines del siglo XIX, la
distinción entre sociedad y comunidad.

Ferdinand Tönnies: distinción de comunidad y sociedad

Será Tönnies quien, por primera vez, ofrezca una definición de los términos
comunidad y sociedad basada en una "concepción científica" en su libro Gemeinschaft
und Gesellschaft (1887).

La tesis central de Tönnies aparece claramente formulada desde las primeras


páginas de su libro:

Toda vida en común (Zusammenleben), íntima, interior y exclusiva, deberá


ser entendida, a nuestro parecer, como vida en comunidad. La sociedad es lo
público, el mundo. Uno se encuentra en comunidad con los suyos desde el
nacimiento, con todos los bienes y males a ella anexos. Se entra en sociedad
como en lo extraño. [...J Comunidad es lo antiguo y sociedad lo nuevo, como cosa
y nombre. [...J comunidad es la vida en común duradera y auténtica; sociedad es
solo una vida en común pasajera y aparente. Con ello coincide el que la
comunidad misma debe ser entendida a modo de organismo vivo, y la sociedad
como agregado y artefacto mecánico" (2005, 1947, pp. 19-21 citado en Álvaro,
2013, p. 170).

De manera que la distinción conceptual que realiza Tönnies, puedo ser resumida
de la siguiente forma (Lillo y Roselló, 2009, pp. 69-70):

 Gemeinschaft (Comunidad): organizaciones o asociaciones con espíritu y


mentalidad basadas en el trabajo común, vocaciones y creencias comunes,
de las cuales se desprenden acciones que benefician a los que están unidos y

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pertenecen a esa organización. El amor, la lealtad, el honor, la amistad, etc.
Son sus emanaciones y el individuo es considerado como parte natural de la
comunidad total. Se asienta en la virtud y la moralidad. Se manifiesta
concretamente en la familia, los gremios, las tradiciones y hasta las órdenes
religiosas.
 Gesellschaft (Sociedad): su base es la racionalidad y el cálculo, la construcción
artificial de desagregados humanos. Las acciones son aisladas, solas en
situación de tensión, siendo la ciudad su sede, centro de ciencia y cultura, de
la mano del comercio y la industria. Desde esta perspectiva se considera que
las personas deben abandonar ciertas libertades para constituirse en
comunidad.

Emile Durkheim: comunidad moral

Durkheim dedica sus estudios a entender las relaciones entre el individuo y la


sociedad, trabajando las tensiones entre lo social y lo individual. Su interés por las
características de la sociedad radica en la autoridad moral que atribuye a esta, que se
visibiliza de manera destacada en la idea de integración social (Durán, 2016b, p. 36).

Presenta los aspectos morales de las sociedades como una forma de contención y
apoyo social para los individuos, de manera que para él la comunidad tiene que ver con
un conjunto de propiedades de las variables de la interacción humana (Brint, 2001, p. 3
citado en Durán, 2016b, p. 36), evidenciando la influencia que tienen las relaciones
comunitarias en la conducta y conciencia de los individuos.

Se centra especialmente en la importancia de las redes y lazos sociales que considera


que se configuran en conformidad con la moral dominante. De lo que se extrae que solo
la existencia de una sociedad basada en los principios morales y cohesionada, como la
comunidad de antaño, permitiría vivir en sociedad. Su idea de comunidad no apela tanto
al “paraíso perdido”, sino más bien el lugar de la integración social (Durán, 2016b, p. 37).

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Como concluye Durán “Durkheim presenta una construcción moral de la vida
colectiva en la cual los lazos sociales permiten la integración de los individuos a un
espacio colectivo que le protege u proporciona seguridad” (2016b, p. 38). Lo
comunitario sostendría la vida en sociedad como una posibilidad moral de
transformación social.

Algunas reflexiones en torno a la actualidad del concepto moderno de comunidad.

Hacer una revisión del concepto moderno de comunidad no solo tiene relevancia
histórica. Álvaro (2013) defiende que existen numerosas razones de actualidad para
volver sobre esta vieja cuestión. Lo que hoy en día muchos discursos académicos y
políticos entienden por "comunidad" mantiene una relación directa con el significado y
el valor de esta palabra en el pensamiento social clásico.

El rasgo distintivo es la inseparabilidad de la comunidad y la sociedad, de manera


que uno resulta incomprensible sin el otro. Pero se configuran como opuestos binarios
que como tales se relacionan jerárquicamente: la comunidad detenta un marcado
privilegio sobre la sociedad. De manera que la comunidad define a la vida en común
llamada "verdadera" por oposición a aquella que no lo es. Dicho de otro modo, el
concepto moderno de comunidad se presenta como el modelo presuntamente
verdadero de la sociabilidad en general (Álvaro, 2013, p. 172).

El privilegio de la comunidad sobre la sociedad es a lo que Álvaro (31 de julio de


2016, p. 5) llama comunocentrismo. Consiste en considerar a la comunidad como el
paradigma originario, auténtico o verdadero de la sociabilidad.

En la actualidad, la diferenciación entre comunidad y sociedad continúa obrando


en el mismo sentido: lo comunitario se presupone diferente y a su vez definitivamente
preferible a lo societario. Cuando se perciben problemas sociales, se apela a la

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comunidad y cuando se experimenta la carencia de vínculos sociales, se acusa a la falta
de ella. Actuando como una promesa de algo bueno y mejor (Álvaro, 2013, p. 173)

Bauman afirmaba que "las palabras tienen significados, pero algunas palabras
producen además una sensación. La palabra comunidad es una de ellas. Produce una
buena sensación: sea cual sea el significado de comunidad, está bien tener una
comunidad: estar en comunidad” (2003, p. 7). En este sentido, la calidez, la seguridad,
la confianza, la convivialidad y el reconocimiento mutuo son algunas de las buenas
sensaciones que transmite la comunidad (Álvaro, 2013, p. 173).

No es casualidad que se apele a la comunidad y a lo comunitario cada vez que se


intenta fomentar una imagen armónica, y por lo tanto ideal, de la vida social. El discurso
comunitarista está interesado en intensificar, contener o disimular las características
específicas de una realidad social determinada (31 de julio de 2016, p. 4).

En las últimas décadas la cuestión de la comunidad ha sido objeto de numerosos


análisis críticos, provenientes de diferentes campos del conocimiento. En mayor o
menor medida, los debates contemporáneos en torno a la comunidad han puesto en
evidencia la necesidad de interrogar o poner en cuestión un concepto de apariencia
incuestionable (Álvaro, 2013, p. 173).

1.1.2. APORTACIONES DESDE LA PSICOLOGÍA COMUNITARIA

La dimensión subjetiva (e intersubjetiva) del concepto de comunidad ha sido tratada


en la literatura bajo el concepto de “sentido de comunidad” o “sentimiento de
comunidad”. Siguiendo a Krause (2001) citando a Sánchez (1996), el sentido de
comunidad puede definirse como

El sentimiento de que uno es parte de una red de relaciones de apoyo mutuo, en


las que se puede confiar, el sentimiento de pertenecer a una colectividad mayor.
Incluye la percepción de similitud de uno mismo en relación con otros integrantes,
la interdependencia de ellos, la voluntad de mantener esa interdependencia (sobre

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la base de la reciprocidad) y el sentimiento de formar parte de una estructura social
mayor estable y fiable (sentido de pertenencia o integración social) (p. 53).

Se distinguen cinco componentes del sentido de comunidad (McMilla y Chavis, 1986,


citando en Krause, 2001, p. 53):

- Membresía: incluye seguridad emocional, pertenencia e identificación, inversión


personal en términos de aporte y sistema de símbolos compartidos.
- Influencia bidireccional, que implica participación.
- Integración y satisfacción de necesidades, tanto personales como colectivas.
- Conexión emocional compartida, que tiene que ver con la frecuencia y calidad.
de la interacción y la historia compartida.

Este “sentido de comunidad” en ocasiones se ha confundido con la propia definición


de comunidad.

Krause (2001) hace una propuesta desde a Psicología Comunitaria para la


delimitación del concepto de comunidad. Los componentes mínimos necesario para un
concepto de comunidad: propone un concepto de comunidad que incluya únicamente
los elementos mínimos necesarios para distinguir una comunidad de otro tipo de
conglomerados humanos y que se separe de una dimensión valorativa (e idealizada y
por tanto con un componente moral, sobre lo que debe ser la comunidad).

El concepto de comunidad estaría basado en la inclusión de tres elementos


imprescindibles: pertenencia, interrelación y cultura común.

Tabla 1. Elementos y significados del concepto de comunidad

Elementos Significado
Pertenencia Sentirse “parte de”, “perteneciente a” o “identificado con”
Interrelación Existencia de contacto o comunicación (aunque sea virtual)
entre sus miembros, y mutua influencia.
Cultura común La existencia de significados compartidos
Fuente: Krause (2001)

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• Pertenencia: se puede definir externamente como “pertenecer a” pero esta
autora enfatiza la dimensión subjetiva de “sentirse parte de” e “identificado
con”. La identificación individual es inseparable de la colectiva.
• Interrelación: elimina la necesidad de un territorio físico compartido y se centra
en la comunicación. Otro aspecto es la interdependencia y mutua influencia.
Cada participante de la comunidad depende de los otros para formar (en
conjunto con ellos) la comunidad y sus significados se coordinan a través de la
mutua influencia.
• Cultura común: como red de significados compartidos (Clifford Geertz, 1987)

1.2. LA DIMENSIÓN OPERATIVA DEL CONCEPTO DE COMUNIDAD

Tradicionalmente la comunidad es el elemento esencial y básico en y con el cual se


desarrolla y operativiza el Trabajo Social Comunitario (Lillo y Roselló, 2004, p. 73). Ander-
Egg (1980, p. 43) plantea que según las circunstancias en las que se use este concepto,
se enfatizará un aspecto u otro:

- Para designar una localidad o área geográfica, se trata de todas las definiciones
que tienen primordialmente en cuenta los límites geográficos o la influencia de
factores físicos sobre las relaciones sociales.
- Para designar una estructura social de un grupo, estudiándose las instituciones
del mismo y los problemas de los roles, estatus y clases sociales que se dan en
su interior. En este caso, la comunidad es considerada fundamentalmente como
un conjunto de relaciones sociales.
- Considerándola como un sentimiento o conciencia de pertenencia.
- Como equivalente o sinónimo de sociedad.

El mismo autor define la comunidad integrando estos aspectos:

Una agrupación organizada de personas que se perciben como una unidad social,
cuyos miembros participan de algún rasgo, interés, elemento, objeto o función común,
con conciencia de pertenencia, situados en una determinada área geográfica en la cual

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la pluralidad de personas interacciona más intensamente entre sí que en otro contexto
(Ander-Egg, 1980, p. 45)

Además de lo anterior, podemos añadir una acepción de comunidad como


relaciones sociales. Así vemos como Kisnerman señala en su definición que “el concepto
de comunidad proviene del latín communis, que significa hombres viviendo juntos en un
espacio, compartiendo algo, convivencia, comunicación, unidad. Por lo tanto, podemos
en principio decir que es un sistema de relaciones sociales en un espacio definido,
integrado en base a intereses y necesidades compartidas” (1990, p. 33). En la definición
centra la atención en las relaciones sociales, aspecto a destacar considerando que a
través de ellas se genera un proceso de socialización de información y aprehensión de
conocimientos que asegura la creación de una identidad colectiva que regula el
comportamiento social de los miembros de la comunidad (Terry, 2012).

1.2.1. ELEMENTOS ESTRUCTURANTES DE LA COMUNIDAD

Las reflexiones realizadas sobre el concepto operativo de comunidad muestran


que se estructura a partir de los siguientes factores transversales: población, territorio,
sentimiento de pertenencia y recursos (Terry, 2012). Con ello, introducimos un factor
más a los elementos que se emplea generalmente para enunciar la comunidad en el
Trabajo Social Comunitario: el espacio territorial que ocupa la comunidad, los habitantes
que se encuentran en él, las necesidades que perciben y los recursos con los que cuentan
(Hernández y Braco, 2009, p. 20), los cuales se basan en la propuesta de Marchioni “se
entiende por comunidad un territorio concreto, con una población determinada, que
dispone de determinados recursos y que tienen determinadas demandas” (Marchioni,
s.f., p. 2). Según Marchioni (2006), además, funcionan al mismo tiempo como fuente de
conocimiento y objeto de la acción comunitaria.

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Esta caracterización nos ofrece un marco general, que habrá que adaptar al
concepto de comunidad que estemos utilizando, centrando el foco de atención en
aquellos aspectos relacionados con dicha conceptualización. Veamos cada uno de ellos
de manera pormenorizada.

 El territorio

Podríamos decir que desde el punto de vista del Trabajo Social el territorio es el
continente donde se desarrolla la vida social. En él toman cuerpo realidades que influyen
en las condiciones de vida de la población. Desde un punto de vista social, el territorio
y su organización evidencian los ejes de desigualdad presentes en nuestra sociedad:
género1, clase social, capacidad, raza, edad, etc. De modo que, desde el Trabajo Social,
el estudio del territorio participado con la población comprende diferentes dimensiones
atravesadas por lo anterior, como son:

- El espacio geográfico
- La configuración urbanística
- El transporte
- La accesibilidad
- Los lugares de encuentro
- La iluminación
- Las condiciones de la vivienda
- La distribución de la población
- La gestión de residuos
- Los espacios verdes
- La distribución de los recursos y servicios de la comunidad (generales,
sanitarios, educativos, sociales, etc.)

Además, el territorio plasma y da forma los problemas sociales, influyendo de


manera negativa o positiva en las condiciones materiales y subjetivas de la población.

1
Collectiu Punt 6 es una cooperativa que se dedica al urbanismo feminista http://www.punt6.org/

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 La población

Siguiendo a Terry (2012), “se considera a la población como el conjunto de personas


que habitan en un territorio definido, que se relacionan entre sí con un cierto grado de
interdependencia y que realizan actividades en común atendiendo a intereses,
necesidades y objetivos colectivos”. Es importante conocer sociológica y
estadísticamente la población con la que se va a trabajar, así como las organizaciones
sociales de esta población, los grupos y asociaciones existentes, las personas que
desempeñan un papel de administrador o responsable, así como aquellas que trabajan
en los diferentes recursos (Marchioni, s.f., p. 11).

Esta población también sufre cambios a lo largo de tiempo. En una comunidad


tenemos que conocer aspectos como:

- Su evolución histórica.
- Quienes viven en ella, su distribución social, cultural y económica, las
relaciones de género, la diversidad funcional, etc.
- Las características demográficas y su evolución.
- Las distintas redes y grupos (formales e informales).
- La organización política-administrativa, etc.

 Sentimiento de pertenencia

Siguiendo el planteamiento propuesto por Terry (2012), el sentimiento de


pertenencia de la población a su comunidad es fruto de un largo proceso de
construcción cultural en el que intervienen diversos factores como son: el territorio, la
historia, la lengua, las costumbres, tradiciones y creencias. Que se relaciona con la
constitución de identidad común. Esta profundiza en el sentimiento de arraigo y
pertenencia de los habitantes a su comunidad y al fortalecimiento de la cohesión social,
por lo que se convierte en un elemento clave para la configuración de un proyecto
territorial que, apoyándose en la herencia cultural del pasado, proyecta de manera

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consciente el futuro. Pero también, puede configurar una frontera simbólica
(nosotros/los otros) que dificulte la convivencia social y la gestión de la diversidad.

 La demanda

Marchioni propone romper con la visión estática tradicional de la demanda dándole


una dimensión más compleja. Para ello, hay que tener presentes las dimensiones de la
demanda: actual y futura, explícita e implícita, subjetiva y objetiva, existente y potencial.
Estas dimensiones tienen que ser conocidas e incluidas en el programa de actuación
comunitario ya que las estrategias de acción y el éxito de las mismas dependerán de la
dimensión y del tipo de la demanda (Lillo y Roselló, 2004, p. 84).

Siguiendo a Lillo y Roselló (2004), a partir del estudio y análisis de la demanda la


acción comunitaria se articula en tres niveles, relacionados con los problemas y
demandas sociales que se dan en cada uno de ellos:

- Nivel territorial: parte del territorio es objeto de demanda o problema


social.
- Nivel poblacional: sector de población que articula esa demanda o tiene
ese problema social. Sin olvidar que la acción comunitaria engloba una
perspectiva más amplia, aunque inicialmente se dirija a un sector de
población.
- Nivel sectorial: requiere de un estudio pormenorizado del problema
particular para ver las conexiones con otros sectores o problemas. Se
trata de buscar una actuación global a partir de cómo se presentan y
viven los problemas concretos.
 Los recursos

Atendiendo a la propuesta de Lillo y Roselló (20054), los recursos son la base para la
acción, un punto de partida, no la finalidad de acción comunitaria. La comunidad en sí
misma es el primer recurso potencial con el que contamos y que necesita de un trabajo
social para que funcione como tal.

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Podemos establecer diferentes tipologías de recursos. Por un lado, Lillo y Roselló
(2004, pp. 85-86) diferencian entre:

- Recursos existentes: aquellos con los que ya cuenta la comunidad. Se


tratará en un primer nivel de intervención de mejorar y racionalizar su
uso.
- Recursos potenciales: estos hay que buscarlos y ponerlos en marcha, de
manera que se vayan convirtiendo en recursos reales.

Por otro lado, Marchioni (s.f.) diferencia entre:

- Recursos públicos: son fundamentales y tienen que ver con la garantía y


plasmación de derechos sociales y cívicos.
- Recursos privados lucrativos, pero no especulativos
- Recursos privados no lucrativos (ONG)

Afirma Marchioni (s.f.) que los diferentes recursos actúan en ámbitos determinados,
que pueden diferenciarse en los siguientes: educativos (incluyendo la educación no
formal); sanitarios (incluyendo las farmacias, veterinarios, etc. y los que trabajan en
salud pública); económico, de trabajo y empleo; de cultura, deporte, ocio y tiempo libre;
sociales (que atienden a demandas y/o colectivos de la comunidad con particulares
necesidades).

Dentro de estos últimos, los dos grandes sistemas comunitario de apoyo son (Gracia,
Musitu y García, 1989, citado en Lillo y Roselló, 2004, p. 86): las redes de relaciones
naturales (íntimas de confianza y contactos con los miembros de la comunidad) y las
organizaciones o servicios formales de apoyo social (de carácter voluntario o
administrativo). A través de ellos se promueve la participación social, socialización y la
vida en común.

1.2.2. PLANTEAMIENTOS ACTUALES AL CONCEPTO DE COMUNIDAD

Desde una dimensión operativa, nos encontramos con una serie de consideraciones
críticas al concepto de comunidad. Malagón (1989) es uno de los autores que, desde el

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Trabajo Social, pone de relieve algunos problemas del uso del concepto de comunidad:
la existencia de un cierto idealismo comunitario que se manifiesta en la implantación
tecnocrática y racionalista de forma estandarizada de programas de Bienestar Social
debido a la ausencia de una intervención de carácter científico, y los cambios sociales
que requieren respuestas adaptadas a los mismos.

Por otro lado, otros autores como Canals (1991) citado en Lillo y Roselló (2004, p.
87) plantea que determinadas imágenes de la comunidad como una forma abstracta de
representación de la vida social, percibida en un medio urbano y con fronteras
dicotómicas (dentro/fuera, nosotras/ellas) pesan en la intervención social. Esto es
porque los límites que se establecen, aun siendo artificiales, hacen el objeto de
intervención identificable y controlable. Además, la simplificación y homogenización de
las estructuras y relaciones sociales de la comunidad sugieren una imagen armónica y
exenta de conflicto y relaciones de poder, que de hecho se dan.

En una línea similar, Barbero y Cortés (2005, p. 40-42) señalan algunas precauciones:

- El concepto de comunidad genera imágenes que tienen a ocultar la complejidad


de la realidad social actual. Transmite una imagen de armonía y de
homogeneidad social que es muy simplificadora y excluye el conflicto interno.
Además, cuando se usa como adjetivo (comunitario) evoca realidades positivas
y cálidas (solidaridad comunitaria, ayuda comunitaria, etc.)
- Este carácter mítico al que evoca contribuye a que sea utilizado para la
ocultación de las problemáticas sociales.
- Cuando una realidad social se imagina uniforme, destacarán los intereses mejor
definidos y difundidos, que suele ser el discurso de los que tienen voz. Incluso
compartiendo las mismas necesidades, estas pueden requerir atenciones
diferentes.

Por otro lado, alude a las personas que forman parte de la comunidad no a las
estructuras en las que estas se relacionan, responsabilizándolas de su devenir.

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Barbero y Cortés apuestan por un uso del término en el que se parta de su
reubicación en el pensamiento y su uso (2005, p. 43).

Todo lo anteriormente expuesto unido a las imprecisiones del término, que como
afirma Ander-Egg (1980) designa una amplia gama de realidades, y a la necesidad de
abordar las relaciones sociales de los individuos facilita la aparición de otros conceptos
operativos para la intervención comunitaria (Lillo y Roselló, 2004, p. 87). Uno de los más
destacados en la actualidad es la red social.

1.2.3. LA RED SOCIAL

Desde esta perspectiva se entiende la comunidad como un sistema de vinculación,


o como relaciones constitutivas de una red social que contribuye a la determinación de
la integración y el apoyo social (Navarro, 2004).

Siguiendo a Villalba (1993) El antropólogo inglés Barnes (1972) definió la red social
como un conjunto de puntos que se conectan entre sí a través de líneas. Los puntos son
personas o a veces grupos y las líneas indican las interacciones entre personas y/o
grupos. Este es el punto de partida de otras definiciones más funcionales, como la de
Speck y Attneave (1982) "las relaciones humanas que tienen un impacto duradero en la
vida de un individuo" o Garbarino (1983) "conjunto de relaciones interconectadas entre
un grupo de personas que ofrecen unos patrones y un refuerzo contingente para
afrontar las soluciones de la vida cotidiana".

Los elementos de la red social

Cuando se analizan los elementos de la red social se diferencia entre características


estructurales, interaccionales y características de apoyo social de las redes sociales
(Moxley, 1989 citado en Villalba, 1993), que desarrollamos a continuación:

Características estructurales

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• Tamaño: Es el número de personas que componen la red social de una persona.
Existen diferencias significativas entre el tamaño de las redes sociales de la
población general, de la población con trastornos de personalidad y de la
población psicótica en una determinada cultura.
• Composición: Es el número de diferentes tipos de personas en la red: número de
familiares, amigos, vecinos, compañeros. Se considera que una red social variada
en su composición permite a las personas de la red y a la persona de referencia
una flexibilidad de roles y relaciones.
• Densidad: Es el grado de interconexión que tienen los miembros de la red entre
sí, independientemente de la persona de referencia. Una red social densa suele
relacionarse con un potencial de apoyo importante pero también con una
función de control que puede impedir el cambio de roles sociales cuando éste
sea saludable.
• Dispersión: Hace referencia a los niveles de relación en términos de tiempo y
espacio. Refleja la facilidad de contacto con los miembros de la red y nos indica
la disponibilidad de apoyos.

Características interaccionales

• Multiplicidad: Hace referencia a las relaciones que sirven para mas de una
función o que incluyen más de una actividad.
• Contenido transaccional: Intercambio de ayuda material, emocional,
instrumental entre la persona y los miembros de su red.
• Direccionalidad: Grado en que la ayuda afectiva, material o instrumental es dada
y recibida por la persona. indica la reciprocidad y el flujo del apoyo social.
• Duración: Extensión en el tiempo de las relaciones de la persona con su red
social. Indica estabilidad en las relaciones.
• Intensidad: Fuerza con la que es percibido el vínculo.
• Frecuencia: Frecuencia con la que la persona mantiene contacto con los
miembros de la red.

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Características de apoyo social de las redes sociales

Se refiere al tipo de apoyo social que se transmite entre los miembros de la red
y la persona de referencia. Los tres tipos de apoyo más importantes para valorar en las
redes son: el apoyo socioemocional (expresiones de afecto y cuidados positivos), apoyo
instrumental (información y orientación en la resolución de los problemas) y apoyo
material (a través del cual se da o se reciben bienes materiales).

El apoyo que recibimos de la red social se clasifica en seis modalidades de ayuda


(Lillo y Roselló, 2004, p. 91-92):

- Apoyo emocional: es el que se proporciona a alguien por escuchar sus ideas y


sentimientos y/o cuando se da afecto físico.
- Apoyo material, instrumental, tangible o ayuda práctica: es la que se proporciona
a alguien cuando se da o se presta algún bien material.
- Apoyo informacional, consejo, información o guía: comprende ayuda para
definir el problema, qué hacer y cómo, generar alternativas e informa de
recursos y formas de acceder a ellos.
- Asistencia física: tiene que ver con el apoyo en actividades de la vida diaria.
- Participación social
- Apoyo de evaluación de la situación.

Este concepto de red social ha dado lugar a una línea de trabajo comunitario
centrada en las personas y sus familias basado en los modelos ecosistémicos. Cada
persona puede tener varias redes, más o menos superpuestas en función de los diversos
ámbitos en los que transcurre la vida social, las cuales pueden tener conexiones entre
ellas. De esta forma, se desbordan los límites territoriales que se presuponen al trabajo
social comunitario.

Entre las consecuencias de la percepción de la comunidad como red social


Sancho (2009, pp. 69-70) aporta que, en primer lugar, existen consecuencias positivas

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derivadas de pasar de un modelo categórico a uno en base a red: mayor riqueza en el
análisis al analizar estructuras de relación. En segundo lugar, permite una visión
dinámica en la que son fácilmente integrables campos relacionados, como las dinámicas
grupales, los roles relacionales, la formación o mantenimiento de estructuras sociales,
etc. Pero también presenta limitaciones: a medida que ganamos en riqueza y
complejidad, también perdemos facilidad en el proceso de análisis.

RECONSTRUYENDO LA ACEPCIÓN DE COMUNIDAD

Para este apartado consultar: Sancho, J. (2009). Por una reconstrucción del
concepto de comunidad que sea de utilidad para el trabajo social. De las páginas 71-92.

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