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Fibroadenoma mamario y su relación con la condición fibroquística de la mama

Los fibroadenomas son neoplasias fibroepiteliales benignas de la mama y corresponden alrededor


del 90% de las lesiones sólidas de la mama en la adolescencia, están compuestos por tejido
glandular y de tejido estromal (conectivo).
Su incidencia es desconocida, estimándose su prevalencia en 3,25% en una serie de mujeres de
entre 20 y 39 años de edad; pudiendo aparecer en el embarazo, aunque con una incidencia más
baja. A menudo, los fibroadenomas se pueden sentir como una canica o balín dentro del seno al
momento de hacer la palpación, aunque algunos son demasiado pequeños como para poder ser
palpados. Los fibroadenomas suelen ser redondos y tienen bordes bien definidos.
Crece por lo regular como un nódulo pequeño y centrífugo que suele ser netamente circunscrito y
libremente móvil sobre el parénquima mamario adyacente. Aunque los fibroadenomas, así como los
papilomas intraductales, son crecimientos anormales, no son cancerosos y no se pueden propagar
del seno hacia otros órganos.
Por lo general, los fibroadenomas son indoloros, pero en ocasiones se vuelven sensibles y molestos,
normalmente justo antes del periodo menstrual, o si se encuentran en zonas que puedan rozar con
el sujetador. Los fibroadenomas simples suelen medir entre 1 y 3 cm, son lisos al tacto y no aumentan
el riesgo de padecer cáncer de mama en el futuro. Por otro lado, los fibroadenomas complejos
pueden aumentar muy ligeramente el riesgo de desarrollar cáncer de mama en el futuro y es posible
que aumenten de tamaño.
La detección temprana de fibroadenoma se lleva a cabo mediante la realización de la historia clínica
completa de cada paciente enfocada a identificar factores riesgo. La edad recomendable para el
inicio del examen médico mamario es a partir de los 19 años de edad. En pacientes con BRCA1 y
BRCA2 deben iniciar la exploración médica mamaria entre los 18 y 21 años de edad, además se le
debe enseñar a cada paciente la técnica adecuada de autoexploración de mama.
Exploración de mama
El examen clínico mamario por el personal clínico es difícil. Iniciando con la inspección mamaria con
la paciente sentada con los brazos elevados, visualizando simetría, ulceraciones, cambios en el
color, eritema, hoyuelos, o edema. La evidencia obtenida no es definitiva a favor o en contra de la
autoexploración sin embargo tiene el potencial de detectar una masa palpable. La exploración
mamaria es recomendable para la detección de patología mamaria, principalmente benigna. El
Espectro de las condiciones benignas mamarias incluyen: tumores benignos (sólidos o quísticos),
dolor o hipersensibilidad mamaria (mastalgia), papiloma intraductal y procesos inflamatorios (mastitis
o necrosis grasa posterior a traumatismo).
Autoexploración de mama
Se debe realizar una vez al mes, después de la regla. En mujeres que ya no la tienen, como en la
menopausia, podrán fijar un día al mes para realizarlo.
La primera autoexploración mamaria deberá ser realizada con mucho detenimiento, ya que ayudará
a conocer las mamas y detectar posibles cambios. Al siguiente mes, cuando se retome la exploración
se deberá comprobar su similitud, con ello se permitirá detectar de forma rápida cualquier cambio.
Exploración visual: Colocarse delante de un espejo, con los brazos abajo. Observar si hay
deformidad, cambio de color, hendiduras, piel de naranja. Posteriormente observar los cambios con
los brazos arriba.
Exploración física: Iniciar la palpación en la axila y debajo de la clavícula. Después se explorara la
mama siguiendo un movimiento en espiral, con palpaciones verticales o en forma de estrella. Ahora
desplazara los dedos por toda la mama pero sin separarlos del pecho evitándose así que quede
alguna zona sin explorar.
Para examinar el grosor de la mama, se tiene que hacer pequeños círculos, cambiando de
intensidad, primero suave para después profundizar un poco más. Como último paso, se presionara
la zona del pezón para ver si sale algún líquido.
Macroscópicamente
El Fibroadenoma mamario se presenta como un nódulo de forma esférica u ovoide, bien delimitada,
de superficie lisa y bordes netos. Su consistencia es duro-elástica.
Microscópicamente
Muestra proliferación de tejido conjuntivo laxo alrededor de glándulas bien conservadas, típicas y sin
actividad mitótica.
Diagnostico:
Durante un examen de mama clínico, el médico debe revisar las dos mamas para detectar posibles
nódulos u otros problemas. Algunos fibroadenomas son muy pequeños y no se sienten al tacto, por
lo tanto, solo se pueden detectar con pruebas de diagnóstico por imágenes como un mamograma o
una ecografía, o bien, con la ayuda de una biopsia. Si existe la presencia de un nódulo que se puede
sentir al tacto (palpable), es recomendable pedir ciertos análisis o procedimientos, en función de la
edad y las características del nódulo.
Mamograma: Se usan rayos X para generar una imagen de zonas sospechosas en el tejido mamario.
En la mamografía, los fibroadenomas pueden aparecer como un nódulo mamario con bordes suaves
y redondeados, diferenciado del tejido mamario que lo rodea.
La interpretación mamográfica debe estar a cargo de radiólogos experimentados. Se recomienda el
uso de 2 proyecciones leídas de forma comparativa y, si es posible, comparando con estudios
previos.
Para los fibroadenomas encontrados durante el mamograma, se recomienda usar los criterios
establecidos por la American College of Radiology Reporting and Data Sistem (BIRADS):
1) Mamografía negativa.
2) Hallazgo benigno: observación.
3) Hallazgo probablemente benigno. Se recomienda control en período corto de tiempo.
4) Hallazgo indeterminado: biopsia.
5) Maligno: biopsia.
Ecografía: Se hace uso de ondas sonoras para producir imágenes del interior de las mamas. El
médico te puede recomendar una ecografía mamaria, además de una mamografía, para evaluar un
nódulo mamario si tienes tejido mamario denso.
Biopsia: La biopsia de mama es una prueba diagnóstica por medio de la cual se extrae una pequeña
muestra de tejido mamario de la lesión; después, la muestra se envía al laboratorio para que la
examine el anatomopatólogo. El motivo principal por el que se realiza una biopsia de mama es
determinar si un nódulo es o no un cáncer, y en caso de que no lo sea, diagnosticar exactamente
qué tipo de lesión benigna es.
Cuando se realizan determinados tipos de biopsia, es posible extraer la lesión completa y de esta
forma, en el caso de un fibroadenoma, extirparlo. Si bien la exploración física y las pruebas de imagen
pueden orientar el diagnóstico, la biopsia es el único procedimiento que permite determinar
definitivamente si el nódulo mamario es o no un cáncer.4 Si la mamografía o la ecografía aportan
suficiente información, no será necesario hacer otras pruebas.
En ocasiones, el médico puede recomendar hacer controles durante un máximo de dos años para
confirmar que el nódulo no crece. Sin embargo, si el médico lo considera oportuno, recomendará
una biopsia.
Por lo general, no es necesario ningún tratamiento para un fibroadenoma de mama. La mayoría no
cambian de tamaño o desaparecen espontáneamente. Sin embargo, si el nódulo crece, causa
molestias, deforma la mama, o la paciente decide que se lo quiere quitar, el médico puede indicar su
extirpación.
NOTA: El miedo a detectarse una lesión y el desconocimiento de la propia anatomía limita la
autoexploración y las desventajas que ello conlleva. Ya que está demostrado que el 20% de las
mujeres se detectan ellas mismas los cambios en sus mamas al ser ellas las que mejor se las
conocen.
Evaluación del nódulo
a) Aspiración con aguja fina: El médico intentará extraer el contenido del bulto mamario insertando
una aguja fina en el seno. Si sale líquido, el bulto probablemente sea un quiste.
b) Biopsia con aguja gruesa: Este procedimiento lo suele realizar un radiólogo con la asistencia de
una ecografía. El médico utiliza una aguja para extraer muestras de tejido del bulto que luego se
envían a un laboratorio para análisis.
Tratamiento:
El tratamiento por lo general es quirúrgico, con excéresis del nódulo para el estudio histopatológico
definitivo, para ello es recomendable el uso de incisiones periareolares. Si el estudio histopatológico
por biopsia inscicional o con aguja fina reporta un fibroadenoma, no es necesaria su remoción, pero
se debe recomendar la constante vigilancia, y en caso de que este, empiece a presentar crecimiento
iniciar el abordaje de extirpación.
La incisión cutánea y la del tejido adiposo subcutáneo deben seguir la misma dirección, a diferencia
del tejido mamario que para poner en manifiesto al tumor, este debe seccionarse de manera radial
y de esta manera evitar la sección innecesaria de conductos galactóforos.
Cuando la localización se encuentra muy alejada de la areola o en las mamas muy voluminosas, el
abordaje debe realizarse inmediatamente por encima del tumor, utilizándose de esta manera una
incisión cutánea paralela a la areola, siguiendo las líneas de Langer de la mama. Es recomendable
en la resección de un fibroadenoma, abarcar un margen de tejido sano, realizar hemostasia,
reconstrucción estética, suturar con material no absorbible y colocar un vendaje compresivo. Los
puntos se retiraran entre el quinto y séptimo día.
Pero el tratamiento también puede ser mediante una biopsia de escisión asistida por vacío:
Esta intervención utiliza una técnica relativamente nueva y constituye una alternativa mínimamente
invasiva para la extirpación de los fibroadenomas, que no precisa ingreso en el hospital ni se realiza
en un quirófano. Se hace con anestesia local y requiere un pequeño corte en la piel de la zona
afectada, de una longitud aproximadamente igual a medio grano de arroz. A continuación, se inserta
una aguja en la mama, guiada por ecografía, y mediante la acción de un leve vacío se aspira el tejido
por la aguja; al mismo tiempo, una hoja de bisturí rotante corta el fibroadenoma y, poco a poco, lo
extrae.7 La biopsia de escisión asistida por vacío es la opción terapéutica recomendada por el
National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) para la extirpación de fibroadenomas en
el Reino Unido.6 Por lo general, la intervención no deja cicatriz; sin embargo, puede causar
inflamación y dolor durante los días posteriores, aunque más leve que si la extirpación se hace con
cirugía.
Condición fibroquística:
Se evidencia como una induración, debido a la proliferación del tejido conectivo, epitelial o a la
presencia de quistes, de forma focal o difusa. Este proceso benigno es el más frecuente de la mama.
A pesar de ser la patología mamaria benigna más frecuente, es un cuadro mal definido que agrupa
diversas lesiones anatomopatológicas con diferente riesgo de malignización. Clínicamente se
expresa como la alteración en la cual hay nódulos palpables en la mama, habitualmente asociados
con dolor, con tendencia a fluctuar a lo largo del ciclo menstrual y que empeoran progresivamente
hasta la menopausia. El dolor mamario, generalmente es bilateral y más intenso en la fase
premenstrual, comúnmente más marcado en la porción superoexterna de la mama y a veces se
irradia hasta el brazo. Puede aparecer secreción por el pezón (1 0%), multicanalicular, en una o
ambas mamas.
En el proceso evolutivo de la condición fibroquística, lo primero que ocurre es una reacción estromal
con edema, proliferación fibroblástica y fibrosis del tejido conectivo intra y perilobular. A continuación
se produciría proliferación del tejido epitelial con aparición de hiperplasia lobulillar y proliferación
intraductal. Finalmente aparecerían cambios involutivos surgiendo atrofia lobuloalveolar, esclerosis,
hialinosis, ectasia ductal y formación de quistes. Estas lesiones se presentarán asociadas, siendo,
por tanto, típico de la fibrosis el no presentar una lesión histológica única. La característica
fundamental de la fibrosis es la presencia de quistes acompañados de otras lesiones, siendo las más
frecuentes: conductos ciegos en fondo de saco, metaplasia apocrina, fibrosis, adenosis y epiteliosis
En esta lesión más que la existencia de una actividad fibroblástica nueva lo que ocurre es una
colagenización del estroma preexistente. Este tejido fibroso puede distorsionar los ductos existentes,
reduciendo su luz y obliterándolos. La fibrosis puede permanecer en las mujeres delgadas tras la
menopausia, pero lo usual es que al aumentar la edad se produzca metaplasia adiposa del tejido
estroma interlobular, de forma que el estroma mamario es sustituido por grasa.
Conclusión
El riesgo de que una lesión benigna pueda favorecer la aparición de un cáncer es una constante en
la investigación actual, tratándose de definir qué factores son los que predisponen este paso. La
relación entre la condición fibroquística y cáncer de mama no está completamente aclarada, aunque
se ha afirmado que a partir de las lesiones hiperplásicas atípicas se puede producir cáncer, si bien
la lesión neoplásica también puede aparecer en tejidos no afectados por estas lesiones
hiperplásicas.

Bibliografía
1) Marcela Menéndez, A., & Claudio Berríos, G. (2014). Evolución inusual de fibroadenomas
mamarios múltiples en adolescente con metrorragia disfuncional. Recuperado de
https://scielo.conicyt.cl/pdf/rchog/v79n3/art08.pdf
2) American Cancer Society. Fibroadenomas del seno. (2017). Recuperado de
https://www.cancer.org/es/cancer/cancer-de-seno/afecciones-no-cancerosas-de-los-
senos/fibroadenomas-del-seno.html
3) Diagnostico y tratamiento de la patología mamaria benigna en primer y segundo nivel de
atención. (2009). Recuperado
de http://www.cenetec.salud.gob.mx/descargas/gpc/CatalogoMaestro/240_GPC_Diagnosti
co_tratamiento_PATOLOGIA_MAMARIA_BENIGNA/RER_PATOLOGIA_MAMARIA_BENI
GNA.pdf

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