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Gordon Allport definió el estudio de la influencia social como un intento de

comprender y explicar el modo en el que los pensamientos , sentimientos y conductas


de los individuos se ven influidos por la presencia real, imaginada o implícita de otros.

Uno de los campos base de la influencia social es la Psicología Social. Esta ciencia se
encarga de examinar la determinación mutua entre un individuo y su entorno social.
Además de investigar los rasgos sociales del comportamiento y el funcionamiento
mental. Todo resultaría muy sencillo si pudiéramos afirmar sin dudar: existe el
individuo y existe la sociedad. Todos aceptamos como algo indiscutible que estos dos
términos sean independientes , que cada uno esté separado y posea realidad propia.
Podemos conocer uno sin conocer el otro. La potencia de esta visión es indiscutible, al
igual que la división entre el individuo reducido a su organismo y la sociedad. Esta
visión tienen un efecto al que nos hemos acostumbrado desde hace tiempo: el tratado de
partición que otorga el individuo a la psicología y la sociedad a la economía y
sociología. La división nombrada anteriormente corresponde a la realidad de casos
extremos. Resulta trivial reconocer que el individuo solo existe dentro de la red social y
que la sociedad se compone de un gran número de individuos diversos. Podemos
observar a su vez que dentro de cada individuo habita una sociedad. Así pues, cuando
decimos: existe el individuo y existe la sociedad, dejamos de lado la experiencia
compartida por casi todo el mundo.

Podemos afirmar entonces que la psicología social es la ciencia del conflicto entre el
individuo y la sociedad. En nuestra sociedad podemos observar un gran número de
ejemplos donde se produce dicho conflicto. Están a la orden del día sucesos donde se
producen resistencias conformistas, discusiones dentro de un grupo con la finalidad de
llegar a una decisión, captación de un individuo por las masas, y otros muchos casos.
El objeto principal que tiene esta ciencia es por lo tanto; el conjunto de fenómenos
relacionados con ideologías, comunicación ordenados según sus orígenes, estructuras y
funciones. Su rasgo común son los prejuicios sociales, estereotipos o creencias. Y
expresan una representación social que forman los individuos y los grupos con el
objetivo de actuar y comunicarse.

La psicología social es caracterizada también por se la ciencia de los fenómenos, de la


ideología y de la comunicación. Podemos distinguir tres niveles de las relaciones
humanas: Las relaciones entre individuos, individuos y grupos y entre grupos.
Basándonos en esta división, disponemos de un conjunto desarrollado de teorías,
conocimientos y experiencias que posibilitan comprender las actividades mentales y
aspectos psíquicos de la vida social de los grupos.

Uno de los pilares dentro del ámbito de la influencia social es la teoría del aprendizaje
social de Albert Bandura, la cual sugiere que la observación, la imitación y el modelaje
juegan un papel primordial en dicho proceso.
Esta teoría combina elementos de las teorías conductuales, que sugieren que todos los
comportamientos son aprendidos a través del condicionamiento, y de las teorías
cognitivas, que toman en cuenta influencia de factores psicológicos tales como la
atención y la memoria.
Durante la primera mitad del siglo XX, la escuela comportamental de la psicología se
convirtió en una fuerza predominante. Los conductistas propusieron que todo
aprendizaje era el resultado de la experiencia directa con el medio ambiente a través de
los procesos de asociación y refuerzo.
En la teoría del aprendizaje social, Bandura está de acuerdo con las teorías del
aprendizaje conductista del condicionamiento clásico y del condicionamiento operante,
sin embargo, añade dos ideas importantes: Los procesos mediadores ocurren entre
estímulos y respuestas, el comportamiento se aprende del medio ambiente a través del
proceso de aprendizaje observacional.
Existen tres conceptos primordiales en la teoría del aprendizaje social. La primera es la
del aprendizaje por observación. La siguiente es la noción de que los estados mentales
internos son una parte esencial de este proceso. Por último, esta teoría reconoce que
sólo porque algo ha sido aprendido, no significa que dará lugar a un cambio en el
comportamiento.
En cuanto al primero concepto de aprendizaje por observación, Bandura demostró, que
los niños aprenden e imitan comportamientos que han observado en otras personas.
Por otra parte, respecto al siguiente concepto sobre la importancia de los estados
mentales en el aprendizaje, Bandura afirmó que el solo hecho de observar las acciones
de otra persona no siempre es suficiente para conducir al aprendizaje.
El propio estado mental y la motivación juegan un papel importante en determinar si un
comportamiento se aprende o no. Señaló que el refuerzo externo y medioambiental no
era el único factor que influía en el aprendizaje y el comportamiento.
Describió reforzadores intrínsecos como una forma de recompensa interna, por ejemplo,
el orgullo, la satisfacción y el sentido de logro.
Este énfasis en pensamientos y cogniciones internas ayudaron a enlazar las teorías del
aprendizaje con las del desarrollo cognitivo.
El último de los conceptos citados por Bandura es el del :
aprendizaje no necesariamente conduce a un cambio en el comportamiento. En muchos
casos, el aprendizaje se puede ver inmediatamente cuando se manifiesta el nuevo
comportamiento.
En ocasiones somos capaces de aprender nuevas habilidades a pesar de que el
aprendizaje podría no ser inmediato.
Mientras que los conductistas creían que el aprendizaje conducía a un cambio
permanente en el comportamiento, el aprendizaje observacional demuestra que la gente
puede adquirir nuevos conocimientos sin manifestar nuevos comportamientos.

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