Sei sulla pagina 1di 41

Las leyes universales de la vida

Colección «PROYECTO»
123
SIR JOHN TEMPLETON

Las leyes universales


de la vida

Sal Terrae
SANTANDER – 2012
Título del original en inglés:
The Essential
Worldwide Laws of Life
© Copyright by John Templeton
Publicado originariamente por
Templeton Press
West Conshohocken, PA, United States
www.templetonpress.org
© Copyright 2012 by Templeton Press

Traducción:
José Manuel Lozano-Gotor Perona

© 2012 by Editorial Sal Terrae


Polígono de Raos, Parcela 14-I
39600 Maliaño (Cantabria)
Tfno.: 942 369 198 / Fax: 942 369 201
salterrae@salterrae.es / www.salterrae.es

Imprimatur:
 Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Santander
12-07-2012

Diseño de cubierta:
María Pérez-Aguilera
www.mariaperezaguilera.es

Reservados todos los derechos.


Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida,
almacenada o transmitida, total o parcialmente,
por cualquier medio o procedimiento técnico
sin permiso expreso del editor.

Impreso en España. Printed in Spain


ISBN: 978-84-293-2028-2
Depósito Legal: SA-430-2012

Impresión y encuadernación:
Grafo, S.A. – Basauri (Vizcaya)
www.grafo.es
Índice

Prólogo, por Stephen G. Post . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7


Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

1. Controla tu mente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
2. Forja tu carácter . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
3. Moldea tus actitudes y creencias . . . . . . . . . . . . . . . . 65
4. Ayuda a los demás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
5. Aprende . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
6. Practica el autoexamen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
7. Planifica tu itinerario vital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
8. Haz que cada momento cuente . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
9. Practica el perdón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
10. Abraza la humildad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
11. Vence el miedo ............................. 167
12. Sé valiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
13. Ama . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
14. Da y recibe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
15. Sé agradecido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
16. Ora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235

ÍNDICE 5
17. Propicia tu crecimiento espiritual . . . . . . . . . . . . . . . . 245
18. Alégrate . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277
19. Persigue tus sueños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301
20. Descubre la finalidad de tu vida . . . . . . . . . . . . . . . . . 323
21. Celebra tus éxitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359

6 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


Prólogo

E L mensaje escrito en la tarjeta de felicitación de Navidad de la


familia Templeton en diciembre de 1962 rezaba: «En el mil
novecientos sesenta y dos cumpleaños de Cristo, os invitamos, ami-
gos nuestros, a meditar con nosotros sobre esta sencilla pregunta:
¿controláis vuestra mente?». Si bien un tanto inusual para una feli-
citación navideña, el interrogante rezuma sabiduría. Sir John Tem-
pleton se refería a un control que brota del interior de la persona, a
una libre autofocalización de la mente y las emociones, por contra-
posición a lo que nos viene impuesto desde fuera. En Las leyes uni-
versales de la vida, Sir John plasma esta misma sabiduría en un libro
práctico y sencillo que nos enseña a vivir mejor a condición de que
todos los días nos tomemos un poco de tiempo para reflexionar so-
bre algunos consagrados principios del florecimiento humano. Las
principales intuiciones que subyacen a Las leyes universales de la vi-
da son tres: (1) nuestros pensamientos tienden a manifestarse en la
vida cotidiana; (2) los pensamientos que más útiles nos resultarán
son aquellos que se centran de forma clara en el futuro y en la ayu-
da que prestamos a los demás, así como en la humildad, el perdón,
la gratitud, la alegría, la perseverancia y otras virtudes fundamenta-
les; y (3) en cuanto individuos libres, todos y cada uno de nosotros
somos, en último término, responsables de a qué pensamientos les
permitimos entrada en nuestra mente y a cuáles no y, por tanto, de
cómo configuramos nuestra propia vida.
Sir John Templeton fue un inversor global que comprendió que
la mejor inversión es la que hacemos en nuestra mente, que pode-
mos tomar la decisión de cultivar con pensamientos que nos capa-

PRÓLOGO 7
citen para prosperar y crecer, no importa qué obstáculos y desafíos
nos salgan al paso. Sir John trabajó con tanto ahínco en la selección
de ideas como en la selección de acciones bursátiles. Buscaba ideas
que hubiesen demostrado su valor rindiendo elevados dividendos a
las personas suficientemente afortunadas para poseerlas a modo de
inversiones del alma a largo plazo. Seleccionó un conjunto de prin-
cipios o «leyes de la vida» que consideraba activos verdaderamente
valiosos, a semejanza de lucrativas acciones de primer orden que
acrecientan sin cesar su valor con independencia de los altibajos de
los mercados. A Sir John no le interesaban las inversiones a corto
plazo en ideas en boga incapaces de superar la criba del tiempo. In-
vestigó científicamente estas ideas o «leyes de la vida», las analizó teo-
lógica y filosóficamente, buscó expertos asesores de todos los rinco-
nes del planeta, reflexionó sobre ellas en el plano de la experiencia
diaria y las interiorizó una a una. Sir John fue un genio de las in-
versiones que se preocupaba de cada uno de sus clientes y también
un gran sanador que supo comprender que los pensamientos ade-
cuados –apropiadamente prescritos y moldeados, en especial en un
momento temprano de la vida– pueden trocar la pobreza de espíri-
tu, la tristeza y la amargura en abundancia, alegría y resiliencia. Sa-
bía que la mejor inversión que cualquiera de nosotros puede hacer
es en una mente colmada de pensamientos que edifiquen nuestra vi-
da y la de los demás en lugar de derruirlas. Se percató de que no
puede existir libertad duradera sin responsabilidad y de que, en el
fondo, todos podemos mejorar nuestro futuro por medio del asom-
broso influjo de nuestros pensamientos.
Sir John Templeton quería fomentar ideas capaces de sanar
nuestras vidas. Las leyes universales de la vida es la prescripción mé-
dica de Sir John para la humanidad. Sus inspiradores contenidos
pueden transformar a mejor vidas y culturas y prevenir las conduc-
tas que están en el origen de la enfermedad, el mal y la violencia. Sir
John leía los periódicos y era plenamente consciente de hasta qué
punto los mensajes que circulan en la cultura contemporánea son
destructivos y autodestructivos. Ponía su esperanza en las perennes
leyes de la vida, que lo habían moldeado desde joven y que pueden
hacer otro tanto con los numerosos jóvenes que hoy necesitan de-
sesperadamente una filosofía positiva para la vida práctica.

8 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


Para llegar a los jóvenes, Sir John dedicó inagotable energía y con-
siderables recursos monetarios al Concurso de Redacción sobre las Le-
yes de la Vida, dirigido principalmente a alumnos de enseñanza pri-
maria y secundaria a lo largo y ancho de Estados Unidos. En 1987
convocó el primer concurso en el condado de Franklin, Tennessee, pa-
ra animar a los jóvenes a escribir sobre las leyes de la vida y la in-
fluencia que estas ejercen en sus vidas. En el concurso han participa-
do en veinticinco años millones de jóvenes, y en la actualidad diver-
sas organizaciones, por ejemplo, Junior Achievement China, Learning
for Life y Georgia Rotary Districts Character Education Program,
convocan multitudinarios concursos sobre las leyes de la vida.
¿Por qué eran estas leyes de la vida tan importantes para Sir John?
Siendo aún un adolescente en Tennessee en la década de 1920, Sir
John descubrió una verdad que atraviesa todas las épocas, desde filó-
sofos de la antigüedad –como el romano Marco Aurelio, quien escri-
bió: «La vida de una persona es lo que sus pensamientos hacen de
ella»– hasta líderes espirituales más cercanos a nosotros en el tiempo,
por ejemplo Charles Fillmore, quien dijo: «Los pensamientos que se
albergan en la mente dan fruto según su especie». Ambos pasajes, des-
de luego, los cita Sir John en Las leyes universales de la vida. ¿Puede al-
guien dudar en serio de que los pensamientos tienen enormes impli-
caciones para el modo en que focalizamos nuestras energías y nuestra
creatividad en cualquier ámbito de la vida?
A Sir John Templeton, durante toda su vida un cristiano presbi-
teriano de la corriente dominante y durante muchos años miembro
del consejo de dirección del Princeton Theological Seminary, le bas-
taba con citar este amado pasaje bíblico: «Tal como piensa [el hom-
bre] en su corazón, así es en realidad» (Prov 23,7, en la KJV1). Sir
John otorgaba gran valor a numerosos métodos de concentración de
la mente en las leyes de la vida, incluyendo ritos, oraciones, medita-
ciones, composiciones musicales, obras artísticas, poesías y cultos

1. KJV, es decir, la King James Version o Versión Autorizada del Rey Jaime (o
Jacobo), cuya primera edición data de 1611. El texto citado no se inclu-
ye en las traducciones de la Biblia que vierten el texto hebreo de la Biblia
Hebraica Stuttgartensia.
[Nota del Traductor].

PRÓLOGO 9
del mundo entero que recopiló en un libro bellamente editado,
Worldwide Worship: Prayers, Songs, and Poetry [El culto universal:
oraciones, canciones y poesías, 2000]. De hecho, las grandes reli-
giones, en sus mejores manifestaciones, están diseñadas con la fina-
lidad de «preparar» la mente y el corazón de sus fieles para la vida
buena. Por supuesto, Sir John sabía bien que a veces las religiones
hacen aflorar tanto lo peor como lo mejor de las personas. Y él que-
ría ver plasmado solo lo mejor.
Con sus múltiples ramificaciones y personajes principales, las le-
yes de la vida de Sir John encajan en términos generales en el géne-
ro filosófico del pragmatismo estadounidense conocido como New
Thought (nuevo pensamiento) y en lo que la psicología contempo-
ránea conoce como «priming (o facilitación) cognitiva». Este énfasis
en el poder de breves frases cultivadas por medio de la meditación
diaria irrumpió en la vida del joven John Templeton a través de un
pequeño folleto que llegaba todos los meses a casa a nombre de su
amada madre. Desde su primer número, que vio la luz en julio de
1924, The Daily Word [La Palabra de cada día], una publicación de
la Unity School of Christianity, ha inspirado y sigue inspirando a
personas del mundo entero. Este pequeño y manejable folleto ofre-
ce una breve frase inspiradora para cada día del mes, seguida de un
párrafo de reflexión contemplativa y un pasaje de la Escritura. El so-
lo hecho de dedicar unos pocos minutos al comienzo de cada día a
semejante ejercicio espiritual puede marcar el tono de los encuen-
tros personales que vivamos y las actitudes que adoptemos durante
el día, «facilitando» nuestras respuestas a tales encuentros y sucesos
y ayudándonos a concentrar nuestras energías en los asuntos más
importantes.
La Unity School of Christianity fue fundada por Charles y Myrtle
Fillmore en Kansas City, Missouri, en 1903. No obstante, los co-
mienzos informales de la Unity se remontan a la década de 1880,
cuando la pareja –que luchaba contra dificultades económicas y de
salud– encontró soluciones para sus problemas en algunas corrien-
tes espirituales de la época, como, por ejemplo, en los escritos de
Emmanuel Swedenborg y Ralph Waldo Emerson, así como en la
teosofía, el hinduismo y el cuaquerismo. Charles Fillmore creía que
las personas espiritualmente progresistas debían complacerse en la

10 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


oportunidad de mantener relaciones con personas de todas las con-
vicciones religiosas, así como acompañar los credos con sencillos
«principios espirituales». Hizo suya una frase que se encuentra en los
Upanishads, textos sagrados hindúes: «Uno deviene aquello en lo
que piensa». Si pensamos bien, terminamos siendo buenos; y si pen-
samos mal, malos. El pensamiento siempre ha sido considerado una
fuerza creadora y es probable que incluso sea tan real como la mate-
ria, algo que en la actualidad es sugerido por la física cuántica. Pero
dejando tales especulaciones a un lado, lo cierto es que dominar los
propios pensamientos equivale a dominar la propia alma, a ser uno
dueño de su destino. Practicar la concentración (dharana en sáns-
crito) nos permite alcanzar el control sobre nuestros pensamientos y
una más profunda unidad con ellos. Esta unidad nos capacita para
desencadenar una energía mayor con el fin de actualizar nuestra vi-
sión de una vida más generosa y llena de sentido.
La interacción entre las leyes de la vida y la ciencia fascinaba a
Sir John. Las influyentes iniciativas nacionales e internacionales de
investigación sobre el amor, el perdón, la gratitud, la alegría, el au-
tocontrol, el carácter, la esperanza, la humildad, la finalidad y la ora-
ción que Sir John puso en marcha a través de la filantrópica funda-
ción que lleva su nombre están todas ellas bien fundadas en las leyes
de la vida. Con frecuencia involucró en estas investigaciones a cien-
tíficos de primera fila capaces de llevar a cabo «progreso espiritual»
aprendiendo más sobre alguna de estas leyes, que él a veces descri-
bía como «realidades invisibles» enormemente influyentes en la vida
de todos nosotros. Es posible relacionar la fascinación que los bene-
ficios de maridar la ciencia con los principios espirituales y las leyes
de la vida ejercían sobre Sir John con la Unity School of Christia-
nity. Como uno de los más estrechos colaboradores de Sir John,
Glenn R. Mosley, ministro de la Unity, señala en su libro New
Thought, Ancient Wisdom [Nuevo pensamiento, antigua sabiduría],
«Fillmore estaba convencido de que una adecuada comprensión de
la Escritura y la correspondiente fe en ella no impedían que uno se
dedicara a la investigación científica» (p. 30). De hecho, en 1933
pronunció Fillmore en la World Fellowship of Faiths [Asociación
Mundial de Credos Religiosos] una importante conferencia titulada
«Unidad de religión y ciencia», en la que afirmó que, a medida que

PRÓLOGO 11
la ciencia progresa, debemos pulir nuestras creencias en consonan-
cia con ella. El incansable, amable, profundamente leal y diligente
hijo de Sir John, el doctor John M. Templeton Jr., en su calidad de
actual presidente de la John Templeton Foundation, mantiene vivo
este asombroso legado de progreso espiritual a través de los descu-
brimientos científicos.
Sir John persiguió con libertad sus sueños de mejorar el mundo.
Era consciente de que muchos filántropos llevan a cabo una mara-
villosa obra prestando apoyo económico a organizaciones que atien-
den a los débiles, enfermos y vulnerables. También él fue generoso
en este sentido. Pero su brillante y creativa visión consistía en ayu-
dar a todas las personas sin excepción, impulsando poco a poco al
mundo hacia un conocimiento más profundo y una práctica más
decidida de las leyes de la vida. Sir John sabía que, si estos princi-
pios de la vida eran plantados en la mente de cada uno de nosotros
y llevados a la práctica en la vida diaria, seríamos capaces de pros-
perar en todos los planos: el interpersonal, el emocional, el físico, el
económico y el espiritual. Intuía que confrontarse con las leyes de la
vida es fundamental para el bienestar y el progreso humanos y que
su expansión en las vidas y las culturas constituye un elemento im-
prescindible para garantizar el futuro de la civilización.
Si un observador objetivo revisara los programas de investiga-
ción que la Fundación John Templeton ha subvencionado en sus
veinticinco años de vida, resultaría patente que la mayoría de las
principales iniciativas son prolongaciones de Las leyes universales de
la vida. Estas leyes constituyen la columna vertebral de la obra a la
que Sir John dedicó su vida, y él consideró indudablemente ade-
cuado investigarlas con diligencia. Su constante preocupación era
consolidar nuestra comprensión de estas leyes como activos huma-
nos en la empresa de vivir una vida buena. Ellas constituyen la esen-
cia tanto del «progreso en religión» (o «progreso espiritual») como
de las «realidades invisibles» que moldean nuestras acciones. Se tra-
ta de virtudes humanas, pero son expuestas en el contexto de una
espiritualidad que las relaciona no solo con vivir mejor, sino con es-
tar más cerca de Dios.
El principio general de Las leyes universales de la vida es que
nuestra mente y nuestros pensamientos tienen un enorme poder pa-

12 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


ra configurar la realidad que nos rodea. Este principio y esta disci-
plina espiritual pasaron del llamado New Thought al cristianismo
protestante a través de Norman Vincent Peale, a quien Sir John tra-
tó personalmente durante muchos años. Y entró en el mundo de los
negocios por medio de los libros de Napoleon Hill. Además, en-
cuentra resonancias en la corriente principal del movimiento de la
«terapia emotivo-racional» de Albert Ellis. Sir John invitaba espe-
cialmente a los jóvenes a este estilo de vida. En 1997 me dio como
regalo para mi hija Emma, que a la sazón tenía catorce años, un
ejemplar de Worldwide Laws of Life dedicado personalmente a ella.
Sir John –y el New Thought en general– siempre acentuó la cen-
tralidad del amor como agápē. Un ejemplo contemporáneo de este as-
pecto central del New Thought puede encontrarse en el Agape Inter-
national Spiritual Center fundado por el doctor Michael Beckwith en
Culver City, California, así como en otras instituciones informal-
mente vinculadas con la Unity School of Christianity. Este énfasis
en el amor agápico no solo es esencial en la obra de Fillmore, sino
también en la de otro pionero del New Thought, James Allen, quien
vio en el amor agápico la principal fuente de felicidad. Allen, en su
ya clásico Como un hombre piensa, así es su vida [ed. orig. 1903], for-
mula de la manera siguiente una línea de pensamiento fundamental
para Sir John: «El corazón que ha alcanzado el total olvido de sí en
su amor por los demás no solo es poseído por la más elevada felici-
dad, sino que además accede a la inmortalidad, pues ya ha realizado
lo divino» (p. 122, ed. estadounidense, cf. Bibliografía). Allen pro-
sigue: «Piérdete a ti mismo por el bienestar de los demás, olvídate de
ti mismo en todo lo que hagas: tal es el secreto de la felicidad en
abundancia» (p. 125).
Las leyes universales de la vida se debe en su totalidad a Sir John,
pero el material salido de su pluma ha sido organizado temáticamen-
te en capítulos y reducido un poco en extensión eliminando aquí y
allá embellecimientos innecesarios. Las palabras de este clásico fluyen
ahora con mayor facilidad y saltan de las páginas para acariciar la
mente y el corazón con sensata sabiduría. El presente libro (cuyo tí-
tulo en inglés es The Essential Worldwide Laws of Life) es un compen-
dio de otra obra anterior de Sir John, Worldwide Laws of Life: 200
Eternal Spiritual Principles (Templeton Press, West Conshohocken,

PRÓLOGO 13
Pennsylvania 1997). Aunque falleció en 2008, Sir John siempre es-
taba buscando formas más eficaces de presentar sus leyes de la vida,
por lo que estoy seguro de que le habría encantado esta edición re-
sumida. Sir John sabía bien que la vida puede ser dura y las cir-
cunstancias difíciles, pero se percató asimismo de que todos noso-
tros tenemos dones y propósitos nobles capaces de impulsarnos ha-
cia delante y de que la mejor manera de perseverar y progresar es
usando la mente de forma eficaz.

STEPHEN G. POST
Fundador y director del Center for Medical Humanities,
Compassionate Care, and Bioethics
(Stony Brook University, EE.UU.)

14 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


Introducción

Q UÉ va a ser de mí? ¿Qué me deparará el futuro? ¿Cómo puedo


aventurarme yo solo en un mundo que parece lleno de con-
flictos y luchas? ¿Cómo debo encarar las presiones de cada día? ¿Qué
puedo hacer para encontrar paz en medio del ajetreo? ¿Qué es lo que
me permitirá estar en el mundo sin ser del mundo? ¿Cómo puede
ser mi vida útil y feliz?
Estas preguntas se las formulan muchas personas en la actuali-
dad. Por fortuna, existen respuestas positivas y orientación inequí-
voca capaces de enriquecer la vida de todo individuo que busque
sinceramente aprender. Para ser una persona feliz y útil, es impor-
tante entender y practicar las leyes de la vida. Tales leyes no son si-
no el «conjunto de normas» con acuerdo a las cuales todos debería-
mos vivir. Proceden de un amplio y heterogéneo conjunto de fuen-
tes: las principales escrituras sagradas del mundo, diversas escuelas
de pensamiento filosófico, antiguas como modernas, narradores co-
mo Esopo, científicos como Isaac Newton y varios artistas e histo-
riadores, por nombrar tan solo unas cuantas. Diríase que existen li-
teralmente cientos de leyes de la vida, y la mayoría de las familias y
religiones procuran enseñar las leyes que les fueron enseñadas a ellas.
Algunas leyes resultan tan evidentes que la mayor parte de las per-
sonas estarán de acuerdo en que son ciertas. Por ejemplo, la hones-
tidad y la veracidad ocupan una posición privilegiada como valores
en culturas y sociedades del mundo entero.
Nuestra estancia en este pequeño planeta llamado Tierra es bre-
ve, y la elección de cómo vivir nuestra vida nos brinda una extraor-
dinaria oportunidad de contribuir a que el mundo sea, el día que lo
abandonemos, mejor que cuando llegamos a él. Una manera de lo-
grar mejoras perdurables es llegando a dominar las leyes de la vida.

INTRODUCCIÓN 15
El poeta Henry Wadsworth Longfellow escribió:
«Las vidas de los grandes hombres nos recuerdan
que podemos hacer sublimes las nuestras
y dejar tras nosotros a la hora de partir
una huella en las arenas del tiempo en su fluir».
La verdad de esta afirmación puede ser demostrada con solo mi-
rar a la vida de personas famosas, pero también a la de héroes anó-
nimos del pasado y el presente. Ahí encontramos numerosos mode-
los de cómo vivir una vida útil y feliz. Y cuando examinamos sus pa-
labras y sus hechos, con frecuencia descubrimos los principios que
inspiraron y mantuvieron los beneficios que han legado a las gene-
raciones presentes y futuras.
El mundo no se rige solo por las leyes de la física y la gravedad,
sino también por principios espirituales y morales. A nosotros nos
corresponde descubrir cuáles son esas leyes de la vida y vivir luego
conforme a ellas. Es posible que te preguntes: «¿Qué es una ley es-
piritual?». Cabría responder que se trata de una ley invisible que,
por ser de índole espiritual, no viene dictada por las leyes del mun-
do físico. Las leyes espirituales no son producto de la opinión ma-
yoritaria ni del capricho. No las determinamos las personas. Las le-
yes espirituales son imparciales, porque son válidas de igual modo
para todos los seres humanos a lo largo y ancho del mundo. Rigen
sin prejuicios ni sesgos en todas las épocas y en todos los lugares. Es-
tas leyes se imponen por sí mismas y no dependen de autoridad hu-
mana ni mandamiento alguno.
Los seguidores del antiguo sabio chino Lao-Tsé identificaron la
ley espiritual con el tao. La interpretación más sencilla del tao o ley
espiritual es: «Así es como funcionan las cosas». Una manera de
comprender esta ley consiste en percatarse de la relación existente
entre la mente y sus pensamientos, sentimientos e ideas, por una
parte, y las actividades físicas que dan expresión a tales pensamien-
tos, sentimientos e ideas, por otra. Hay una relación entre los invi-
sibles pensamientos y sentimientos de nuestra mente y las acciones
visibles que llevamos a cabo a resultas de ellos.
Las leyes universales de la vida pretende animar a personas de to-
da edad y de cualquier parte del mundo a aprender más sobre las

16 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


verdades universales de la vida que trascienden la época moderna y
cualquier cultura concreta con la esperanza de que ello les ayude a
hacer su vida no solo más dichosa, sino también más útil. Las leyes
de la vida elegidas para el presente libro son importantes y aplicables
a la vida de todos nosotros. Cada una de las citas que encabezan los
breves ensayos que componen el libro señala a una ley concreta, que
se revela como verdadera para la mayoría de las personas bajo casi
cualquier circunstancia. El material recogido en esta obra está pen-
sado para inspirarte y alentarte, para ayudarte a considerar con ma-
yor profundidad las leyes conforme a las cuales vives personalmente
y a cosechar las recompensas asociadas a su aplicación práctica.
Las leyes que aquí se describen pueden ser utilizadas como he-
rramientas manejables, prácticas y eficaces. Si las aplicas de manera
sistemática, obtendrás el poder necesario para transformar tu vida
en una experiencia más profundamente útil y gozosa. Aunque tu vi-
da ya funcione bien, es probable que pueda funcionar aún mejor si
incorporas una porción mayor de la sabiduría contenida en estas pá-
ginas. Si yo hubiera encontrado un libro sobre las leyes básicas de la
vida cuando era estudiante universitario, podría haber sido bastante
más productivo entonces y en los años que luego han seguido. ¡Oja-
lá alguna de las leyes que se exponen en esta obra te aliente a ensa-
yar algo que hasta ahora tan solo soñabas con intentar!
En mi juventud me resultaban inspiradoras la valentía y la vi-
sión del poema de Rudyard Kipling «Si». Este poema me enseñó a
soñar, pero también a ser dueño de mis sueños. Del gran poeta in-
glés aprendí que la tierra nos pertenece a todos y que, con coraje y
entusiasmo, el progreso es factible. La estrofa final de «Si» resuena
aún en mis oídos:
«Si logras llenar el inexorable minuto
con sesenta segundos de prolongado esfuerzo,
tuya será la tierra y todo lo que en ella hay
y, lo que es más, ¡serás un hombre, hijo mío!».

Detrás de este libro late mi convicción de que los principios bá-


sicos para llevar una «vida sublime», por parafrasear a Longfellow,
pueden ser examinados y sometidos a prueba del mismo modo que

INTRODUCCIÓN 17
la ciencia examina y somete a prueba las leyes naturales del univer-
so. Si aprenden las leyes de la vida y las aplican a situaciones diarias,
un número creciente de personas podrán descubrirse a sí mismas vi-
viendo vidas útiles y dichosas. Se ha dicho con razón que «la vida es
una escuela exigente, porque primero vienen los exámenes y solo
después se aprende». ¡Este libro es un sincero intento de ofrecer al-
gunas oportunidades de aprender antes de que lleguen los exámenes!

18 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


Agradecimientos

S IN la ayuda de numerosas personas que han compartido conmi-


go estas ideas y esta sabiduría, la presente obra no habría si-
do posible. A lo largo de los años he contratado a la mayoría de esas
personas para que me ayudaran suministrando ideas, textos, expli-
caciones y ejemplos para esta compilación de leyes, así como en la
tarea de revisarla y corregirla. Algunos de estos colaboradores han si-
do clérigos y laicos vinculados a grupos religiosos; otros, personas
sin filiación concreta que tenían en común conmigo una visión es-
peranzada de la vida y una fe fundamental en el principio de que «la
vida funciona mejor cuando uno respeta las reglas de juego».

AG R A D E C I M I E N TO S 19
Capítulo 1

Controla tu mente

Si gobiernas tu mente, gobernarás tu mundo.


– BILL PROVOST

A través de los siglos, los grandes maestros han descrito la impor-


tancia de la mente y del control de los pensamientos. Buda
dijo: «La mente lo es todo; uno deviene aquello que piensa». El fi-
lósofo y psicólogo William James escribió: «El mayor descubrimien-
to de mi generación es que el ser humano puede transformar su vi-
da transformando sus actitudes mentales».
Si deseas entender la razón que late detrás del apotegma: «Si go-
biernas tu mente, gobiernas también tu mundo», echa un vistazo a
lo que algunos maestros religiosos y filósofos espirituales denominan
«mente infinita» y «leyes de la acción mental». Algunos sostienen
que no hay más que una mente, a la que en ocasiones se da el nom-
bre de «Espíritu» o «Mente de Dios». Esa mente constituye la vida,
la inteligencia, el poder y la creatividad que impregnan el universo
entero. Sin embargo, esos mismos sabios dicen también que la ley
de la acción mental afirma que, aun formando parte del todo, so-
mos individuos.
Tenemos libre arbitrio. Tal es el punto de partida de nuestras ac-
ciones, de las palabras que pronunciamos, de los pensamientos que
concebimos, incluso de nuestros sentimientos. Eso supone una gran
diferencia en lo que pensamos sobre Dios, sobre nuestro yo, nuestra
familia, nuestros vecinos, nuestros conocidos, nuestros compañeros
de trabajo, en fin, sobre cualquier cosa. Como escribe el ensayista

1. CONTROL A TU MENTE 21
inglés Joseph Addison: «Una de las cosas más difíciles para una men-
te poderosa es ser dueña de sí».
Para algunas personas puede resultar difícil adoptar una actitud
positiva ante la vida, ya que ello se les antoja poco realista. A estos
escépticos les cuesta creer que quienes piensan positivamente pue-
den alcanzar casi cualquier cosa que se propongan. Pero supuesta
una actitud positiva, las posibilidades de éxito en cualquier situación
son mayores si uno busca soluciones viables en vez de permitir que
el pensamiento negativo restrinja su toma de decisiones. Zig Ziglar,
un experto en motivación comercial, dice: «Tu negocio nunca es
bueno o malo objetivamente, fuera de ti. ¡Es bueno o malo justo en
tu mollera!». A su juicio, el componente más esencial de una venta
exitosa es la capacidad de entender y satisfacer las necesidades del
otro, algo que describe de la siguiente manera: «Puedes conseguir
cualquier cosa en la vida con solo ayudar a un número suficiente de
personas a conseguir lo que deseen». La capacidad de escuchar a
otros e interpretar adecuadamente sus necesidades depende en gran
medida de una actitud mental receptiva. Ralph Waldo Emerson, un
ensayista decimonónico estadounidense, acentuaba la importancia
de la perspectiva espiritual en nuestra vida tanto como la del poder
de la mente.
Mary Kay Ash, fundadora de la empresa Mary Kay Cosmetics, es
la protagonista de una de las historias de éxito más llamativas de nues-
tra época. Fundada en 1963, su empresa creció y pasó de un modes-
to escaparate en Dallas a un volumen de operaciones de miles de mi-
llones de dólares en el mundo entero, con varios millones de vende-
dores. Su enfoque de la gestión empresarial estaba basado en satisfa-
cer las necesidades de los demás. Con una filosofía empresarial sus-
tentada en bien fundados valores cristianos, Mary Kay pedía a todos
los que formaban parte de su empresa que hicieran de la satisfacción
de las necesidades de los clientes su principal prioridad.
El egoísmo pasa por alto un principio clave del éxito, a saber, el
ayudar a los demás. Las personas con éxito satisfacen las necesidades
de otros, porque ello les hace sentirse bien consigo mismas. Enton-
ces, subordinando cualesquiera intereses egoístas al móvil mayor de
ser útiles a los demás, recorren con éxito su camino en la vida. Co-
mo les ocurre a los hombres y mujeres exitosos de todo el planeta,

22 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


nuestro éxito es proporcional al número de personas a las que hemos
ayudado a crecer y prosperar.
Nuestros pensamientos son, sin duda alguna, cosas. Concebidos
en la mente, viajan a través del espacio y el tiempo como ondas en
un estanque, afectando a todo lo que tocan. Los pensamientos son
los componentes básicos de nuestra experiencia. El mundo que ve-
mos es el que creamos con nuestros pensamientos, toda vez que «la
mente es quien construye».

Son tus pensamientos los que configuran tu vida.


– MARCO AURELIO

El pensamiento –el acto o proceso de pensar– es uno de los mayo-


res poderes que poseemos; y al igual que la mayoría de los poderes,
puede ser utilizado para bien o para mal, según elijamos. A muchas
personas nunca les han enseñado a usar el pensamiento, a controlar
el poder de la mente. Saber cómo pensar correctamente es tan im-
portante como saber cómo hablar o actuar correctamente.
La mente, que es invisible, dirige el proceso de pensamiento. Le
dice al cerebro cómo clasificar experiencias y hechos y cómo confi-
gurar y dar forma a nuevas ideas. La acción indirecta del pensa-
miento es fácil de entender, ya que las personas necesitamos pensar
antes de hacer nada. El pensamiento es el poder motivador que
alienta detrás de cualquier acción, de modo análogo a como la elec-
tricidad es la fuerza motriz que posibilita la iluminación de nuestros
hogares. El pensamiento también tiene un efecto directo sobre la
materia. Con independencia de que los traslademos o no a la acción,
nuestros pensamientos producen siempre algún tipo de efecto.
¿Has tenido alguna vez una idea tan original que no pudieras
evitar preguntarte de dónde procedía? Es como si tu mente hu-
biese plantado la semilla de una idea en el cerebro. Este recordó
tus experiencias y conocimientos y desarrolló la idea de modo tal
que al final pudiste expresarla de forma coherente y persuasiva.
Probablemente puliste la idea sometiéndola a prueba bajo diver-
sas circunstancias.

1. CONTROL A TU MENTE 23
De modo análogo, la mente le dice al cerebro en qué debe pen-
sar. Resulta tentador imaginar que no podemos controlar lo que
aparece en nuestra mente, pero en realidad sí que podemos. Si te
viene a la mente un pensamiento que no es beneficioso para ti, con
un poco de práctica puedes empezar a pensar algo distinto, de suer-
te que el indeseable pensamiento desaparezca sin más.
¿Suena difícil? Prueba el siguiente experimento. Si alguien te di-
ce: «¡No pienses en plátanos!», de inmediato invocas una imagen
mental de un plátano. Así pues, pedirte que dejes de pensar en algo
no sirve de mucho, ¿verdad? El pensamiento indeseable debe ser re-
emplazado por un pensamiento deseable. Si no quieres pensar en
plátanos, trata de pensar en esos corazones de caramelo que se rega-
lan por San Valentín. Una vez que estas dos palabras estén planta-
das en tu mente, puedes imaginarte un corazón de San Valentín, y
los plátanos desaparecen.
Esto se conoce como técnica de desplazamiento o expulsión
(crowding out). Si llenas tu mente de pensamientos buenos y fecun-
dos, no quedará sitio para los pensamientos malos. Los pensamien-
tos que entonces puedes «expulsar» son los relacionados con la en-
vidia, el odio, la codicia, el egocentrismo, la crítica nociva y la ven-
ganza, así como todo tipo de pensamientos que te hagan perder el
tiempo y sean contraproducentes de cara a tus metas últimas en la
vida. Otro método para expulsar o desplazar pensamientos negati-
vos es desprenderte de ellos, liberarlos serenamente. Puedes decirles:
«Yo te libero con amor para que retornes a la vasta nada de la que
viniste». Y entonces los dejas marchar.
Sé amable contigo mismo en este proceso. Si has intentado mo-
dificar tus pensamientos y los pensamientos negativos parecer seguir
posados en tu mente, ríete de ti mismo. Acepta que estás haciendo
todo lo que está en tu mano y vuelve a pensar en el pensamiento que
debe sustituir a los pensamientos malos. A medida que vayas domi-
nando el arte de controlar tus pensamientos, los pensamientos bue-
nos y positivos transformarán tu vida para bien.

24 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


Aquello en lo que centramos la atención se expande.
– ARNOLD PATENT

Cuando centramos nuestra atención en un pensamiento concreto, la


mente con frecuencia reacciona de inmediato evocando pensamien-
tos análogos. Los pensamientos y sentimientos positivos y afectuo-
sos desencadenan un entero espectro de pensamientos y sentimien-
tos capaces de elevar nuestro ánimo. En cambio, si focalizamos la
atención en pensamientos negativos y emociones pavorosas, invoca-
mos una negatividad cada vez mayor. Sea lo que sea aquello en lo
que nos concentremos, la mente expande para nosotros de forma
automática esa imagen.
Dada esta verdad, ¿no preferirías dirigir tu atención a imágenes
positivas antes que a otras negativas? Imagina por un momento que
te enfrentas a una tarea compleja y tu mente se centra en la palabra
fracaso. Podría sobrevenirte de repente una imagen en la que fraca-
sas en la tarea que debes desarrollar. Esta imagen podría expandirse
hasta un punto en el que ves a la gente mofarse de ti a causa de tu
fracaso. Ahora, desocupa la mente e imagina que te enfrentas a la
misma tarea y decides concentrarte en la palabra éxito. Deja que las
imágenes positivas de cumplimiento de la tarea te llenen la mente.
Ves imágenes de otras personas reconociendo tu éxito, estrechándo-
te la mano, sonriéndote con admiración. Esta imagen de éxito cre-
ce progresivamente como una bola de nieve, y ahora puedes verte a
ti mismo resolviendo con éxito tareas aún más difíciles.
Pero ¿pueden afectar estos pensamientos a tu forma concreta de
actuar? La afectan en todo y por todo. Cuando fijas la atención en
una imagen determinada, tiendes a hablar sobre lo que ocupa tu
mente. Así, si esta está focalizada en imágenes positivas, es probable
que menciones esas ideas e imágenes en tus conversaciones con los
demás. La persona que sabe escuchar y está concentrada en lo que
se le dice absorbe tus palabras y acciones positivas, lo que hará que
le advengan numerosas imágenes e ideas constructivas. Al igual que
la chispa que enciende la llama, es posible que comparta esas bue-
nas ideas con otros y que estos, a su vez, las compartan aún con unos
terceros. Los pensamientos no solo se expanden en nuestra propia
mente, sino también hacia otras personas.

1. CONTROL A TU MENTE 25
Muchos maestros espirituales saben que la mente humana es
moldeada a partir de un elemento omnipresente que cobra forma,
figura e inteligencia y se convierte en una parte de nuestro mundo
pensado. El conocimiento y la conciencia que componen tu mundo
proceden a menudo de aquello que en la mente has abrigado como
un ideal personal interior. Confía en el centro de atención de tu
mente. ¿Estás realmente vivo, vigilante, despierto? ¿Te entusiasma la
vida? Si es así, la cosecha de vida abundante puede colmar de alegría
tu mundo.

Dime cómo piensas y te diré quién eres.


– CHARLES FILLMORE

Tu estado de salud, tu balance de cuentas, tus relaciones personales,


tu forma de ganarte el sustento: todo ello es fruto de determinadas
actitudes. Si no te gusta el fruto que estás recogiendo –por ejemplo,
mala salud, estrechez económica, dificultades para conservar las re-
laciones importantes, insatisfacción en el trabajo–, es fundamental
que recolectes frutos de otro árbol.
El autor del libro de los Proverbios escribe: «Tal como piensa [el
hombre] en su corazón, así es en realidad» (Prov 23,7, en la KJV2). Su-
po ver que lo que pensamos en el corazón se expresa en nuestra vida.
Lo que uno cree sobre sí mismo, sobre la vida que vive, puede impri-
mir su huella en y a través de todo lo que esa persona hace. El vivir
exitosamente comienza por creerse uno a sí mismo digno de éxito.
Una mujer llamada Marianne se sentía inferior a los demás, y su
vida daba fruto conforme a ese sentimiento. Marianne se había cria-
do en los llamados barrios bajos. Cuando era joven, amigos bienin-
tencionados le advirtieron que no se hiciera demasiadas ilusiones,
porque la vida es dura e injusta. Durante años, su vida dio los fru-
tos de esa creencia. Se convirtió en prostituta y drogadicta. Entraba
y salía de la cárcel con regularidad. Un día, mientras paseaba por un
centro comercial, Marianne sustrajo una cartera del bolso de otra

2. Véase la nota a pie de página del Prólogo. [Nota del Traductor].

26 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


mujer. La cartera contenía algunos dólares, varias tarjetas de crédito
y, entre otras cosas, un pequeño panfleto. Dispuesta a coger solo lo
que tuviera un valor inmediato y a deshacerse del resto, una frase del
panfleto captó su atención: «Como hija de Dios que eres, mereces
lo mejor que la vida tiene para ofrecer».
En los momentos subsiguientes, a Marianne empezó a ocurrirle
algo extraño. Su actitud amarga y gélida ante la vida y las personas
principió a deshelarse. De algún modo, aquellas palabras hicieron
vibrar una cuerda que llevaba perdida mucho tiempo, si bien no es-
taba del todo olvidada. Aún se sorprendió más cuando se descubrió
a sí misma sintiendo la desesperada necesidad de devolver la cartera
robada a su propietaria. Puesto que el número de teléfono figuraba
en un cheque en blanco que había en la cartera, Marianne llamó a
la mujer aquel mismo día. Le explicó lo que había hecho y le dijo
que quería llevarle la cartera a su casa de inmediato.
Para sorpresa de Marianne, en la actitud de la mujer no había ni
rastro de amargura. Antes bien, reaccionó con compasión y com-
prensión. Marianne le contó su dura vida, y la mujer la escuchó con
afectuosa empatía. La mujer ofreció a Marianne un trabajo en una
de las muchas tiendas de ropa que poseía en la ciudad. Se desvió de
su camino para ayudar a Marianne a desprenderse de los ásperos
sentimientos de su pasado y a comenzar a creer en sí misma. Con el
tiempo, la vida de la joven comenzó a dar un fruto totalmente dis-
tinto. Poco a poco ganó seguridad en sí misma y fue capaz de con-
fiar en los demás y de percibir lo bueno que hay en ellos.
La fe de otra persona en nosotros puede fortalecer la fe que tene-
mos en nosotros mismos. La madre de un adolescente de quince años
llamado Doug se fue alarmando crecientemente hasta que la fiebre de
su hijo llegó a los cuarenta grados y medio. Doug fue trasladado al
hospital, donde los análisis de sangre revelaron que padecía leucemia.
Los médicos fueron sinceros e informaron a Doug de que durante tres
años tendría que someterse a quimioterapia. Quizá se quedaría calvo
y engordaría. Al enterarse de esto, Doug se desanimó; aunque le ase-
guraron que había buenas probabilidades de curación, Doug era lo su-
ficientemente listo para saber que la leucemia podía ser letal.
El día del ingreso en el hospital –la primera vez que estaba en
uno–, Doug abrió los ojos, miró a su alrededor y le dijo a su madre:

1. CONTROL A TU MENTE 27
«Pensaba que a uno, cuando está ingresado en un hospital, le llevan
flores». Al oír esto, una tía de Doug llamó a una floristería para en-
cargar un centro de flores. La voz de la dependienta era aguda, y pa-
recía tratarse de una persona joven. La tía imaginó que su interlo-
cutora era una joven inexperta y que no sería capaz de percatarse
de la importancia del centro. Así que le dijo: «Quiero un centro
especialmente bonito. Es para mi sobrino adolescente, que padece
leucemia».
«Ah, vale –dijo la dependienta–, le pondremos algunas flores re-
cién cortadas para alegrarlo».
Cuando el centro llegó al hospital, Doug se sentía con fuerzas
suficientes para incorporarse en la cama. Abrió el sobre y leyó la tar-
jeta de su tía. Luego vio otro sobre. Su madre dijo que debía de ser
para otras flores; no obstante, Doug se hizo con él, lo abrió y co-
menzó a leer la tarjeta. Esta decía: «Doug, yo fui quien tomó nota
del centro de flores para ti. Trabajo en la floristería Brix. Tuve leu-
cemia con siete años. Ahora tengo veintidós. ¡Buena suerte! Te llevo
en mi corazón. Atentamente, Laura Bradley». La cara de Doug se
iluminó. Por primera vez desde que había ingresado en el hospital,
se sentía inspirado. Había hablado con muchos médicos y enferme-
ros de ambos sexos, pero esta tarjeta fue lo que le hizo creer que po-
día vencer a la enfermedad.

Esta historia fue relatada en el Chicago Tribune por Bob Greene:


«Es curioso. [Doug] estaba ingresado en un hospital en el
que se han invertido millones de dólares en el más sofistica-
do equipo médico. Estaba siendo atendido por médicos y
enfermeros de ambos sexos que sumaban varios cientos de
años en formación sanitaria. Pero fue la dependienta de una
floristería... quien, al tomarse tiempo para preocuparse por
él y atreverse a hacer lo que le pedía su corazón, dio a Doug
esperanza y fortaleza para seguir luchando. ¡El espíritu hu-
mano puede ser fascinante, y a veces nos encontramos con
lo mejor de él justo cuando menos lo esperamos!».
Presta mucha atención a lo que te diga el corazón. Si te esfuer-
zas por alcanzar prosperidad y armonía en la vida, cerciórate de que

28 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


crees de verdad que eres digno de disfrutar de ellas. Esta convicción
interior, aparejada con la acción, puede dar en tu vida el fruto que
tanto deseas. Recuerda: ¡tal como piensas, así eres!

Los pensamientos son como boomerangs.


– EILEEN CADDY

El continente australiano nos ha dado muchas cosas insólitas. Sepa-


rado del resto del mundo por vastas aguas oceánicas durante millo-
nes de años, hasta la vida animal del continente ha evolucionado ha-
cia formas extrañas como, por ejemplo, el canguro o el ornitorrin-
co, ese animal recubierto de piel y con pico de oca que pone huevos
y se alimenta de gusanos.
Los indígenas australianos tienen sus propias y singulares cos-
tumbres e inventos. Entre estos últimos, el más famoso es el bume-
rán. Es un «trozo de madera que regresa al lugar desde donde ha si-
do lanzado». Cuando lo lanza alguien avezado en este arte, el bu-
merán –del que existen varios modelos con formas diferentes– pue-
de volar hasta bien lejos y, aun así, retornar luego a las manos de
quien lo ha lanzado. Algunos aborígenes australianos usan el bume-
rán con tanta pericia que con él pueden matar aves y otras piezas de
caza de las que se alimentan.
Nuestra conducta, la forma en la que actuamos, es análoga a la
del bumerán. Ello vale en especial para los actos de amor y amabili-
dad. Y es que la amabilidad retorna de algún modo a quienes se por-
tan amablemente con los demás. Tal vez conozcas la fábula del león
y el ratón. Un día, un hambriento león capturó a un diminuto ra-
tón, que le suplicó que le perdonara la vida diciendo: «Yo soy un bo-
cado minúsculo para ti, oh gran león. Además, si me liberas, quizá
algún día pueda devolverte el favor». El león se rió del ratón y lo de-
jó marchar.
Algún tiempo después, el león quedó atrapado en una red de cuer-
da colocada a modo de trampa por unos cazadores. ¿Y quién crees que
royó las cuerdas y salvó al león? El diminuto ratón, por supuesto.
Con frecuencia son las personas verdaderamente valientes, ver-
daderamente grandes, verdaderamente impávidas quienes manifies-

1. CONTROL A TU MENTE 29
tan la mayor amabilidad en sus actividades. Muchas de ellas son re-
compensadas con la amabilidad de los demás, pero también con co-
sas positivas que les suceden. Cuando se queda un puesto de traba-
jo libre, hay una posibilidad de promoción profesional o se presen-
ta la oportunidad de acompañar a un amigo en un viaje o a un even-
to especial, quien primero recibe el ofrecimiento es la persona que
ha sido amable con los demás.
Lo que retorna a nosotros suele venir determinado por lo que
antes hemos lanzado hacia fuera. El buen samaritano de la parábo-
la bíblica podría haber pasado de largo junto al hombre que yacía en
la cuneta y haber orado con sinceridad que aquella persona recibie-
ra ayuda de algún modo. En lugar de ello, decidió actuar: se detuvo
para atender al herido, un viajero como él, vendándole las heridas y
llevándolo a lugar seguro, con lo cual se reveló como un noble ins-
trumento de Dios.
Dios ha concedido a sus hijos numerosas bendiciones. Podemos
extraer de la reserva del espíritu tanto cuanto decidamos recibir y
usar. Cuando empezamos a percatarnos de las maravillas de la crea-
ción de Dios y a apreciarlas espiritualmente, nos convertimos en
una suerte de exploradores que visitan un nuevo país desbordante de
bellas y asombrosas oportunidades. Mientras permanecemos en es-
ta conciencia de amor y amabilidad, principiamos a transmitir de
múltiples modos a los demás nuestro amor y nuestras bendiciones.
Esta energía puede volver a nosotros, como un bumerán. Tal vez tar-
de años en retornar, y cabe la posibilidad de que las bendiciones nos
lleguen desde una dirección diferente, pero la ley de la vida que afir-
ma la proporción entre el dar y el recibir puede llevar a cabo su va-
liosa obra en nuestra vida.

Los pensamientos que albergamos en la mente


dan fruto según su especie.
– CHARLES FILLMORE

El humorista estadounidense Flip Wilson, célebre en la década de


1960, hizo popular la frase: «Lo que ves es lo que consigues» (en inglés:
What you see is what you get). Si bien esta es una creencia extendida,
quizá sería más exacto decir: «Lo que piensas es lo que consigues».

30 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


Los pensamientos, al igual que las semillas, germinan y florecen
según su especie, y los pensamientos que uno cultiva determinan las
experiencias que tiene a lo largo de su vida. Justo como las semillas
plantadas en suelo fértil producen fruto saludable, así tu mente es
iluminada u oscurecida dependiendo del tipo de pensamientos que
hayan sido plantados en ella. Si plantas y cultivas semillas de man-
zano, con el tiempo podrás cosechar jugosas y deliciosas manzanas.
Si plantas y cultivas semillas de cardo, obtendrás espinosos cardos.
Esta analogía se cumple también para la mente. Los pensamientos
positivos pueden producir resultados positivos, mientras que los
pensamientos negativos pueden llevar a resultados negativos. Com-
prender esta relación de causa y efecto puede ayudarte a pensar –y a
dar existencia a– la clase de vida que deseas vivir.
Todos nacemos con la libertad de decidir qué pensamientos que-
remos que dirijan nuestra vida. Podemos elegir la senda que deseamos
seguir; podemos elegir el ritmo al que queremos recorrerla, así como
qué llevar con nosotros por el camino. ¿Te has percatado alguna vez
de que tienes capacidad de predisponer tu mente al éxito? Cuando
predispones la mente de este modo, estás invirtiendo en el proceso de
transformar tu vida. Este es uno de los principios básicos del pensa-
miento positivo. La clase de pensamientos que concibes en la actuali-
dad te permite predecir si en el futuro tendrás éxito o fracasarás. ¿Có-
mo? Porque aquello que piensas de manera sistemática tiene probabi-
lidades de suceder, tiende a suceder. Demos un paso más y definamos
el significado de «éxito». En su acepción más profunda, «tener éxito»
significa vivir de forma gentil, humilde, ordenada, afectuosa y com-
pasiva como persona y utilizar plenamente nuestros talentos para ayu-
dar a los demás, no solo para conseguir cosas.
Napoleon Hill, el autor estadounidense de superventas como
Piense y hágase rico, nació y se crió en una cabaña de troncos de una
sola habitación en las montañas del Suroeste de Virginia. El hogar
del joven Hill estaba tan aislado que hasta los doce años no vio su
primer tren. A esta pobreza se añadió la pérdida de su madre cuan-
do él contaba solo diez años.
En sus últimos años, el doctor Hill rememoró el día en que su
padre, un año después de la muerte de su madre, llevó a casa a su
nueva esposa:

1. CONTROL A TU MENTE 31
«Mi padre nos la presentó a la familia. Cuando llegó mi
turno, yo me encontraba de pie con los brazos cruzados y
el ceño fruncido. Estaba dispuesto a mostrarle cuán duro
podía ser.
Mi padre vino hasta mí y dijo: “Martha, este es tu hijo
Napoleon, el niño más travieso del condado de Wise. No
me sorprendería que mañana empezara a tirarte piedras”.
Toda la familia estalló en carcajadas.
Mi madrastra se me acercó, puso la mano bajo mi barbi-
lla y me alzó la cabeza, a fin de poder mirarme directamen-
te a la cara, a mi hosca cara. “Te equivocas en lo relativo a
este muchacho. No es el niño más travieso del condado de
Wise; es un chaval listo que aún no ha aprendido a sacar el
mejor partido a su sabiduría”».
Animado por su madrastra, Napoleon Hill trocó su rifle por una
máquina de escribir. Ella le enseñó a escribir a máquina, así como a
investigar y expresar sus ideas por escrito. Cuando el doctor Hill
afirma: «Lo único sobre lo que el ser humano tiene completo con-
trol es su actitud mental», es su propia experiencia la que habla. Pues
cuando sustituyó la creencia de que era un niño malo por el pensa-
miento-semilla de que era sabio y podía hacer grandes cosas, se con-
virtió en la persona exitosa que estaba llamado a ser. Y llegó a ase-
sorar a reyes y presidentes, y a inspirar a millones y millones de per-
sonas a través del poder de la palabra escrita.
Cuando leas el presente libro, reflexiona sobre qué es lo que tus
pensamientos han creado a lo largo de un periodo de tiempo. Los
pensamientos derrotistas, así como los enojados, los deshonestos, los
egocéntricos y los que prefiguran el fracaso, son destructivos. Los
pensamientos afectuosos, así como los honestos, los serviciales y los
que anticipan el éxito, son constructivos.
Al igual que el fruto generado por la mejor clase de semilla es el
más delicioso y agradable, así también la vida más digna de ser vivida
es la que se cultiva a partir de los mejores y más afectuosos pensa-
mientos. Para poder utilizar el poder positivo de tus pensamientos, es
necesario que cobres conciencia del esquema con el que actualmente
piensas. Aunque no hayas tenido una madrastra tan certera como la
de Napoleon Hill a la hora de identificar esquemas negativos de pen-
32 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA
samiento, en momentos serenos en los que estés a solas examina tus
hábitos de pensamiento y comienza a arrancar cual malas hierbas
aquellos que no convengan a tus propósitos más elevados.
Puedes ejercitar tu mente en el cultivo de esquemas de pensa-
miento positivos, afectuosos y desinteresados, y desarrollar una per-
sonalidad más rica y profunda que sea realización y culminación de
tu mayor potencial creador.

Puedes pensar que puedes o que no:


siempre tendrás razón.
– HENRY FORD

¿Te sorprendería enterarte de que justo en este momento todo en tu


vida es en gran medida tal como tú lo has ido haciendo? ¿Has pen-
sado recientemente en que tú mismo eliges, entre cientos de opcio-
nes, cómo reaccionar a cualquier situación que se te presenta? ¿Con-
vendrías en que has ejercido la capacidad de elegir lo que has reci-
bido? Si es así, ¿no resulta razonable pensar que, si en su día hiciste
una elección, en cualquier momento puedes cambiar tu forma de
ver las cosas y transformar también la situación?
¡Qué idea tan poderosa! Te ocurra lo que te ocurra, puedes afir-
mar: «Soy el dueño de mi vida». Para salir gozosa y exitosamente al
encuentro de la vida, debemos cultivar una actitud positiva ante ella.
Esto puede suscitar en nosotros la sensación de estar en sintonía con
nuestro bien y puede ayudarnos a realizarlo. Al fin y al cabo, nues-
tra actitud en la vida contribuye en gran medida a que disfrutemos
del hecho mismo de vivir.
Si permitimos que en nuestra mente residan pensamientos ne-
gativos o restrictivos, las limitaciones que nos autoimponemos pue-
den llevarnos en ocasiones a olvidar que somos capaces de volar con
la libertad de pensamiento. Nuestras invisibles prisiones mentales
nos recuerdan de cuando en cuando: «No puedes hacer eso. No es
realista. Tú no eres suficientemente inteligente para ello. Te costará
mucho. La gente se reirá de ti. Eres demasiado joven. Eres demasia-
do viejo. Tu salud no te lo permitirá. Tus padres no te lo permitirán.
Requerirá demasiado tiempo. No tienes suficiente formación».

1. CONTROL A TU MENTE 33
A veces diríase que muchas personas se han acostumbrado a bus-
car, examinar e incluso magnificar indicios de dificultades en sus vi-
das y su mundo. Es fácil ver situaciones desagradables alrededor de
nosotros si decidimos centrar nuestra atención en ello. Anna Frank,
quien sufrió grandes penalidades durante la Segunda Guerra Mun-
dial, escribió en su diario que, a pesar de todo lo que había padeci-
do, seguía creyendo en la esencial bondad de las personas. Esta es la
clase de optimismo con el que podemos vivir, la clase de optimismo
que puede ayudarnos a vivir. El mundo en el que vivimos existe des-
de hace mucho tiempo. Es posible que tenga algunas facetas que no
estamos en condiciones de cambiar y que, sin duda, pueden influir
en nosotros. Así y todo, cada uno de nosotros crea una parte im-
portante del mundo en el que vive: su propio mundo interior.
¿Estamos dispuestos a considerar la idea de que podemos atraer
hacia nosotros aquello en lo que se concentra nuestra mente: que si
pensamos que podemos hacer algo, podemos hacerlo; y si pensamos
que no podemos, a menudo resulta que no lo hacemos?
La vida no es en absoluto azar; la vida es, en su mayor parte,
elección. Podemos ser los «constructores de nuestra vida», con li-
bertad para elegir nuestros pensamientos y, de ese modo, qué hábi-
tos y actitudes adoptamos. Esas actitudes pueden determinar luego
la dirección y la calidad de nuestra vida. Somos seres pensantes y
sentientes. En virtud del poder de la mente devenimos más capaces
de experimentar y lograr aquello en lo que fijamos nuestra atención.
Seguramente haya pocos asuntos de los que sepamos y entendamos
menos que del poder configurador de la mente. ¡Tanto si pensamos
que podemos como que no, siempre tenemos razón!

Si quieres cambiar tu vida, cambia tu forma de pensar.


– SIR JOHN TEMPLETON

¿Qué tiene que ver tu forma de pensar con tu vida? ¡Muchísimo! Por
poner solo un ejemplo: si crees que eres indigno de amor y felicidad,
es posible que atraigas hacia ti situaciones que te decepcionen, frus-
tren y duelan. Y a la inversa, una sana autoestima puede producir re-
sultados positivos. La mente, la forma de ver las cosas, es considera-
da el punto de partida de todo acto, pensamiento y sentimiento.

34 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


El pensamiento es una fuerza creadora que opera sin cesar en la hu-
manidad y en la creación. Esa magnética atmósfera de pensamiento
viaja contigo y forma parte de ti. Para cultivar una actitud positiva an-
te la vida, es importante tener fe en ideas fuertes y positivas antes que
permitir que manden las circunstancias y condiciones, suscitando en
nosotros actitudes de descontento y resistencia hacia lo que sucede.
Cuando alguien desea mejorar su vida, es fundamental trocar los
pensamientos negativos por pensamientos positivos. Para pensar de
otro modo y empezar a percibir el bien que existe en ti y en los de-
más, basta con que te decidas a cambiar. Únicamente necesitas estar
dispuesto a probar. Tu mente puede ser poderosamente creativa. Es
capaz de ascender a niveles de pensamiento cada vez más elevados.
¡Ejercita tus músculos mentales! Eres el único que tiene control so-
bre las actitudes que adoptará, expresará y proyectará tu mente. Po-
sees la libertad y la autoridad necesarias para crear la mejor vida y la
mejor actitud que puedas imaginar.
En el libro Macro-Mind Power [El poder de la macromente],
Rebecca Clark acentúa lo siguiente:
«Empieza ahora a conducir tus impulsos y sentimientos hacia
las áreas deseadas. Los sueños e ideales son los padres de im-
pulsos y sentimientos. Lo que piensas sobre personas, lugares,
situaciones y objetos puede cobrar forma en tu vida. Niégate a
albergar sobre otras personas pensamientos que no habrías ob-
jetivado en ti mismo. ¡Eres el conjunto de tus pensamientos!».
Si deseas cambiar tu vida hacia una experiencia vital más positi-
va, examina tus procesos de pensamiento. Cambia tu forma de ver
las cosas y podrás encontrar en toda situación el ilimitado bien de la
vida, que aguarda a ser reconocido y aceptado por ti.

Cada cual crea su propia realidad.


– JANE ROBERTS

¿Crees que la realidad es algo exterior a ti? A menudo oímos a la gen-


te hablar del «mundo real que existe ahí fuera». Claro que puede
existir un mundo más allá de nuestra realidad personal, un mundo

1. CONTROL A TU MENTE 35
exterior con apariencia y singularidad propias. Sin embargo, hay
otro mundo, un mundo interior, que es mucho más real. Este es el
lugar donde habitan las creencias, los pensamientos, los sentimien-
tos. Tu felicidad y tu paz interior, así como la posibilidad de disfru-
tar del trabajo, los amigos y los seres queridos, dependen con fre-
cuencia más de este mundo interior que del mundo exterior.
Dos personas pueden hallarse en circunstancias exteriores simila-
res y vivir experiencias interiores muy diferentes. Imagina, por ejem-
plo, que a dos hombres se les encarga dirigirse a un auditorio nu-
meroso. El señor Smith disfruta hablando en público, por lo que,
para él, eso puede suponer una experiencia agradable. El señor Jo-
nes, en cambio, tiene un miedo atroz a hablar en público, por lo que
el reto representará para él una angustiosa prueba de fuerza de vo-
luntad. Los dos comparten una realidad parecida, pero sus realida-
des internas difieren mucho.
Una persona desgraciada puede ver cosas que tiendan a justifi-
car su infelicidad. El pesimista percibe signos desalentadores don-
dequiera que mira. La persona positiva suele esforzarse por ver el
bien en toda situación. Y la persona honesta es capaz de descubrir la
verdad en la situación en la que se encuentra en cada momento y de
crear su propia realidad.
Tenemos mayor control sobre nuestro mundo interior que sobre
el mundo exterior. Ello no quiere decir necesariamente que cambiar
nuestro mundo interior sea fácil. Podemos haber desarrollado es-
quemas de pensar y sentir o sistemas de creencias profundamente
arraigados. El cambio no siempre resulta sencillo, pero puede ser lo-
grado. Un buen punto de partida es el examen de nuestras creencias
y actitudes y la observación de nuestros pensamientos y sentimien-
tos. El cambio suele iniciarse cuando nos percatamos de creencias
falsas y hacemos un esfuerzo por adaptarlas a la realidad, cuando co-
bramos conciencia de pensamientos negativos y optamos por no
prestarles oído, cuando nos percatamos de sentimientos negativos y
decidimos no concederles poder alguno sobre nosotros. Poseemos
poder suficiente para crear nuestra propia realidad eligiendo pensa-
mientos y creencias positivos y verdaderos. Así, en rigor somos no-
sotros quienes creamos nuestra propia realidad, nuestra realidad in-
terior, la única realidad en la que verdaderamente vivimos.

36 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


La mente puede hacer del cielo un infierno,
o del infierno un cielo.
– JOHN MILTON

Un artículo en la revista Sunshine analizaba el modo de hablar de la


mayoría de los angloparlantes. Señalaba que la gente usa palabras
que en inglés empiezan por d antes que palabras que empiezan por
p. Entre las palabras con d que la gente pronuncia a diario se cuen-
tan los equivalentes ingleses de deuda, duda, enfermedad, desastre,
desaliento, depresión, deterioro, engaño, peligro, derrota, dificultad,
discordia, decepción, desconfianza, desacuerdo, terror, abatimiento,
destitución y desolación.
El artículo continuaba diciendo que nos irían mucho mejor las
cosas si empleáramos palabras que en inglés empiezan por p: por
ejemplo, paz, prosperidad, abundancia, poder, coraje, tenacidad,
propósito, promoción, posesión, pericia, progreso, perseverancia,
oración y posibilidades.
De estas dos clases de personas, las que utilizan palabras que en
inglés empiezan por d y las que utilizan palabras que en inglés em-
piezan por p, ¿quiénes crees que viven en un estado de conciencia
más celestial?
Vivir en el lado «adecuado» de la vida, en el lado «celestial»,
puede aportar chispa y belleza a muchas facetas de nuestra indivi-
dualidad y a la manera en que se desarrolla nuestra vida. Tal vez
conozcas a alguna persona que vive en un estado de conciencia
«celestial», y las cosas parecen irle bien. Disfruta de una salud es-
pléndida. El transcurso de su vida diríase feliz y armonioso, y las
tan deseadas «cosas buenas de la vida» se cruzan habitualmente en
su camino.
Sin embargo, parece haber otras personas que, por alguna razón,
se las apañan para estar siempre en el «lado equivocado de la vida»,
por mucho que deseen que las cosas sean de otra manera. Pasan por
temporadas en las que nada les sale bien. Cuanto más se esfuerzan
por disfrutar de buena salud, felicidad, éxito o cualquier bien que
puedan andar buscando, tanto más alejados se les antoja estar de to-
do ello. ¿Dónde radica la diferencia entre estos dos estilos de vida
aparentemente opuestos?

1. CONTROL A TU MENTE 37
Lo cierto es que nuestra actitud mental puede contribuir de he-
cho a que las cosas buenas de la vida graviten hacia nosotros o se ale-
jen de nosotros. Nuestra mente y nuestros procesos de pensamien-
to pueden convertir el cielo en infierno y, a la inversa, el infierno en
cielo. Entonces, ¿cómo podemos cultivar y desarrollar la actitud
mental adecuada?
El primer paso consiste en detenernos justo en el lugar donde
nos encontramos, en hacer que cese la cháchara de nuestros pensa-
mientos y en permitir que se reajuste nuestra forma de pensar.
El segundo paso estriba en reafirmar nuestra fe y elevar nuestra
conciencia –y nuestros pensamientos– a un nivel superior de expre-
sión. Supón que estás atravesando por dificultades. La vida diaria te
resulta de momento difícil y no sabes con certeza qué es lo que de-
berías hacer a continuación. En vez de dejarte llevar por el pánico y
ponerte a ti mismo bajo presión, detente por un instante y di: «El
Espíritu me precede y me guía, él dirige mis esfuerzos y mis pasos».
Elevar tus pensamientos a un plano superior puede renovar y resta-
blecer la paz y la serenidad de tu conciencia... ¡y de tu vida!
A menudo es necesario dar un paso adicional: se trata de avan-
zar con confianza y valentía, confiando en la orientación interior
que recibes y sabiendo que el camino está, en efecto, despejado.

Los bellos pensamientos conforman un alma bella.


– SIR JOHN TEMPLETON

Aunque haya nacido en la pobreza material, una persona, en la me-


dida en que domine y controle su destino a través de pensamientos,
sentimientos, acciones y decisiones, puede vencer las limitaciones
que le lastran y llevar a cabo la transición hacia un alma espiritual-
mente más evolucionada. ¿No merece semejante potencial el esfuer-
zo de usar de forma adecuada el enorme don y poder de tu mente?
Hay una serie de buenas ideas o leyes de la vida que, si quere-
mos llevar una vida exitosa y feliz, debemos aprender y poner en
práctica, además de, por así decir, colaborar con ellas. Ver el bien en
todos y en todo es una de tales ideas. Reconocer y apreciar la belle-
za que nos rodea por doquier es otra. Cuando se cree en ellas, estas

38 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


ideas comienzan a obrar una suerte de transformación mágica en
nuestra vida. Así, por ejemplo, si nos miramos a nosotros mismos y
descubrimos que podemos ser más afectuosos, es posible que abri-
guemos en la mente la idea de amor. Podemos entregar la mente y
el corazón a esta idea. Podemos permitirle que actúe con nosotros a
su manera, como si fuera una entidad viva.
Una de las leyes de la vida afirma que aquello a lo que uno pres-
ta atención y en lo que uno cree, sea lo que sea, tiende a convertir-
se en su experiencia. La ley de las buenas ideas nos ordena que
comencemos a practicar el arte de prestar atención a tales buenas
ideas y creer en ellas. A medida que nos ejercitamos en atenernos a
las ideas de abundancia, sabiduría, fortaleza, amor, fe, imaginación,
vida y salud, empezamos a percibir nítidos cambios positivos, que
transforman nuestra vida para mejor.

Los pensamientos son cosas.


– CHARLES FILLMORE

Los pensamientos son cosas. Los pensamientos crean cosas. Los pen-
samientos dan forma a las cosas. Los pensamientos son reales. El
proceso invisible que transcurre en nuestra mente y que llamamos
pensar produce objetos tan reales como el suelo sobre el que cami-
namos o los alimentos que comemos. Imagínate por un momento
que tus pensamientos son un arroyo de montaña que fluye ladera
abajo. El vivificador arroyo nace en lo alto de la montaña, fluye ha-
cia el valle y luego se vacía en los campos y huertos frutales de tu vi-
da. Quieres mantener ese arroyo tan puro y limpio como cuando
brota de su hontanar. Bajo ningún concepto se te ocurriría arrojar
elementos químicos contaminantes ni basura a ese precioso arroyo,
porque sabes que ello se traduciría en una cosecha insana y escasa en
tus campos y huertos.
La prosperidad, salud, belleza, armonía y bienestar de tu mun-
do personal depende del arroyo de tus pensamientos del mismo mo-
do en que los campos de un agricultor dependen del agua limpia pa-
ra rendir al máximo. Si echamos un vistazo a nuestro planeta, cons-
tatamos múltiples problemas causados por la contaminación. ¡Ima-

1. CONTROL A TU MENTE 39
gina qué podría ocurrir en nuestra mente y nuestro cuerpo a conse-
cuencia de los pensamientos y sentimientos contaminados a los que
permitimos asentarse así! La palabra «contaminación» puede tener
resonancias negativas, así que quizá sea mejor pensar en términos de
ecología mental. El Diccionario de la Real Academia Española defi-
ne «ecología» como la «ciencia que estudia las relaciones de los seres
vivos entre sí y con su entorno». Así pues, «ecología mental» deno-
ta el estudio de la relación entre los pensamientos humanos y su en-
torno. La Biblia sugiere la importancia de la ecología mental cuan-
do enuncia la relación entre los pensamientos humanos y su entor-
no de la siguiente manera: «Tal como piensa [el hombre] en su co-
razón, así es en realidad» (Prov 23,7, en la KJV3). Y un proverbio del
budista Tripitaka nos recuerda que «todo lo que somos es resultado
de lo que pensamos: se funda en nuestros pensamientos y de ellos se
compone».
La contaminación mental se refiere a los pensamientos, senti-
mientos y actitudes negativos. Las respuestas emocionales de enojo,
odio, envidia, celos, culpa, miedo, resentimiento y recriminación son
contaminantes que perturban la ecología mental y espiritual de nues-
tra mente. Y el eventual sufrimiento que tales contaminantes pueden
ocasionar refleja los problemas originados por la no aminorada con-
taminación de la atmósfera, el suelo y las aguas de nuestra tierra.
Consideremos ahora los pensamientos desde una perspectiva di-
ferente. Los pensamientos pueden dar forma a las cosas. Casi todo
lo que usamos y casi todo aquello con lo que tenemos contacto a
diario fue originariamente un pensamiento. Por ejemplo, el coche
que conducimos, su motor, sus llantas, sus neumáticos, sus partes
mecánicas nacieron como pensamientos en la mente de alguien. Las
cosas materiales que damos por supuestas en la vida y que nos ha-
cen la vida más fácil o más agradable –lápices, bolígrafos de punta
redonda, chicles, revistas, libros de texto, golosinas, helados, móvi-
les, televisiones, radios, lectores de DVD, ordenadores, casas unifa-
miliares, edificios de viviendas, escuelas, iglesias y tantas y tantas co-
sas más– comenzaron como pensamientos, como ideas.

3. Véase la nota a pie de página del Prólogo. [Nota del Traductor].

40 LAS LEYES UNIVERSALES DE LA VIDA


Puesto que los pensamientos son invisibles, no somos conscien-
tes de su intangible existencia. Además, las manifestaciones mate-
riales de los pensamientos pueden producirse horas, días, meses o
incluso años después de su concepción como ideas. Sería un error
minusvalorar el poder de la mente. Los pensamientos que concebi-
mos influyen en la clase de persona en que terminamos convirtién-
donos y son tan importantes como nuestra conducta. De hecho, los
pensamientos son una forma de conducta. Si albergamos pensa-
mientos negativos, podemos devenir negativos, reactivos, no creati-
vos. Pero si albergamos pensamientos positivos y buscamos descu-
brir el bien en toda situación, nuestra actitud y nuestra respuesta an-
te la vida reflejan una disposición luminosa y agradable.
Aprende a disciplinar y dirigir tus pensamientos. Concéntrate
en pensamientos y acciones que construyan más que destruyen.
Piensa en las palabras de san Pablo en la Carta a los Filipenses: «Por
lo demás, hermanos, ocupaos de cuanto es verdadero, noble, justo,
puro, amable y loable, de toda virtud y todo valor» (Flp 4,8).

1. CONTROL A TU MENTE 41

Potrebbero piacerti anche