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Y APRENDIZAJE
DE LENGUAS
ELEMENTOS DE LINGÜÍSTICA TEXTUAL PARA PROFESORES DE ELE
CARMEN LÓPEZ FERRERO / ERNESTO MARTÍN PERIS
A b i - L u r - ¿-¡ j 'j- 'j
TEXTOS Y APRENDIZAJE
DE LENGUAS
ISBN: 978-84-9778-679-9
Depósito legal: M -4440-2013
Printed in Spain - Impreso en España
Las reproducciones realizadas se han efectuado acogiéndose al derecho de cita previsto en el Real
Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, de la Ley de Propiedad Intelectual.
Presentación........................................................................................................ 5
Capítulo I
Los textos y la comunicación.......................................................................... 9
Introducción................................................................................................. 9
Los textos y la competencia comunicativa.................................................. 10
Actividades........................................................................................................ 12
Comentario a las actividades......................................................................... 15
Conclusiones: los textos y el aula de ELE............................................... 18
Capítulo H
La competencia textual.................................. .................................................. 21
Introducción...................................................................................................... 21
La competencia textual y las competencias generales: la apropiación
de los géneros de discurso ......................................................................... 23
La competencia crítica................................................................................. 24
Actividades..................................................................................................... 25
Comentario a las actividades...................................................................... 28
Conclusiones: la competenciatextual y el aula de ELE......................... 35
Capítulo III
Las propiedades del texto..................................................................................... 37
Introducción................................................................................................... 37
Las propiedades del texto: lasnormas de textualidad........................... 39
Actividades..................................................................................................... 42
Comentario a las actividades..................................................................... 44
Conclusiones: las propiedadesdel texto y el aula de ELE ................... 50
Capítulo IV
Coherencia y cohesión........................................................................................... 51
Introducción...................................................................................................... 51
Mecanismos de coherencia......................................................................... 54
Mecanismos de cohesión................................................................................ 57
Actividades..................................................................................................... 63
Comentario a las actividades......................................................................... 68
Conclusiones: coherencia y cohesión en la enseñanza de ELE............ 75
Capítulo V
Conectores y marcadores..................................................................................... "7
Introducción....................................................................................................... 77
Características de los conectores y marcadores.......................................... 80
4 Textos y aprendizaje de lenguas
Los AUTORES
CAPÍTULO I
I n t r o d u c c ió n
otro ejemplo (extraído de Antonio Briz y Grupo Val.Es.Co 20023), donde los
falsos inicios y las rupturas sintácticas que realiza quien habla para ir encade
nando sus ideas no serían admisibles en un texto escrito:
— La subcom petencia pragmática, esto es, saber usar los textos para lograr
los fines buscados.
— La sub com petencia sociocultural, es decir, adecuar el texto a la situación,
incluido el medio de comunicación.
— La subcom petencia lingüística, esto es, seleccionar las unidades del códi
go más apropiadas.
una lengua es precisamente ser capaz de desenvolverse con textos en esa lengua,
con plena conciencia de su valor social y cultural. La competencia en el uso de los
textos es además una competencia crítica en el sentido de que dominarlos supone
también reconocer el grupo social al que sirven, los modelos sociales que repro
ducen o potencian, el tipo de relación que establecen entre quienes los utilizan y
con los otros textos de la misma comunidad. Fomentan esta competencia crítica
tanto un uso receptivo activo de los textos que vaya más allá de lo literal, como
un uso productivo que haga emerger la propia voz en diálogo con otros textos.
En definitiva, ser competente comunicativamente implica dominar los tex
tos que necesitamos para actuar de la manera más eficaz en cada situación y
contexto social. Cada comunidad de prácticas y discursiva (las constituidas por
internautas, por ejemplo, o juristas, economistas, científicos, etc.) dispone de
un conjunto prototípico de textos, conocidos (de forma activa o pasiva) por
sus miembros. Esto significa que los tipos de textos pueden variar de una co
munidad a otra, y de una cultura a otra; y también cambiar con el tiempo. Son
productos sociales e históricos: en cada época, en cada sociedad, en cada esfera
social, los textos que se utilizan son diferentes.
También son diferentes los grados de competencia textual en un mismo indivi
duo, especialmente el grado de lo que denominamos competencia receptiva, frente
a la competencia productiva. Esta diferencia estriba en la necesidad que tenemos
de participar como lectores o como escritores de textos en nuestro entorno: para
desenvolverse en el mundo uno necesita comprender textos escritos como los pe
riodísticos o los ensayísticos, por ejemplo, pero no necesariamente debe producir
los. La competencia textual receptiva también varía en la lengua oral: necesitamos
interpretar críticamente los discursos que nos rodean (en la esfera de la política,
de la propaganda y publicidad de diverso tipo), las tertulias radiofónicas o las en
trevistas en televisión, etc., pero no estamos obligados a producir estos discursos si
no nos interesa, ni tampoco estamos en todos los casos capacitados para hacerlo.
Estas diferencias de grado en la competencia textual, según el tipo de acti
vidad comunicativa requerida en cada situación y ámbito social, tienen claras
consecuencias didácticas. En las propuestas de trabajo para la enseñanza de la
competencia comunicativa en una lengua, en función de la clase de texto que se
aborde será necesario ejercitar bien la competencia receptiva, bien la producti
va, o bien ambas para la interacción.
A c tiv id a d es
Actividad I
a) ¿Qué hace el personaje con cada uno de los textos que encuentra? ¿Tie
ne el mismo comportamiento en todos ellos? ¿Qué diferencias podéis
encontrar?
b) ¿Qué diferencias podéis describir entre los distintos textos en sí mismos?
c) ¿Qué elementos del texto y de su contexto de uso son comunes a todos
ellos?
d) ¿Podéis añadir algunos textos más, de los que este personaje puede en
contrar a lo largo de la jornada, que sean distintos a los que han apare
cido hasta las 08:10?
06:35 h
07:00 h Desayune
/W , '■at,
Actividad II
Comentad ahora estos otros dos textos que tenéis en el documento n.° 2.
C o m e n t a r io a las activid ad es
A la actividad I
a) ¿Qué hace el personaje con cada uno de los textos que encuentra? ¿Tie
ne el mismo com portam iento en todos ellos? ¿Qué diferencias podéis
encontrar?
c) ¿Qué elem entos del texto y de su contexto de uso son comunes a todos
ellos?
A la actividad II
d) ¿Qué función tienen los distintos m edios con que se comunica en am bos
textos: la imagen, el sonido, la letra, etc.?
LA COMPETENCIA TEXTUAL
I n t r o d u c c ió n
Hola:
Presentamos el nuevo dispositivo de co
nocimiento bio-óptico organizado, de
nombre comercial book. Book es una
laicipll anlia a
revolucionaria ruptura tecnológica: sin
cables, sin circuitos eléctricos, sin bate
Es nuestra experiencia diaria con los géneros textuales con los que nos co
municamos la que nos proporciona el conocimiento implícito necesario para
poder interpretar el sentido de los textos y su función social, tanto en una
primera lengua como en una segunda o lengua extranjera. Con ese conocimien
to implícito somos capaces de obtener gran cantidad de información sobre el
objetivo de un texto (en L1 o L2) y sobre su posible contenido informativo. El
reconocimiento del género al que pertenece un texto es, también para un ha
blante nativo, como hemos observado, requisito fundamental en sus estrategias
de aproximación e interpretación de un discurso.
¿Qué progresión seguimos en el acceso a ese conocimiento? ¿En qué momen
to estamos preparados para apropiarnos —esto es, para comprender crítica
mente (y, en su caso, producir), en definitiva, utilizar con criterio— las distintas
clases de textos que nos rodean? En suma: ¿cómo se adquiere la competencia
textual?
L a c o m p e te n c ia c r ít ic a
A ctiv id a d es
Actividad I
Actividad II
a) Cuando alguien oye o lee un cuento, sabe que le van a dar información
sobre un acontecimiento, sobre el lugar y tiempo en que sucedió y sobre
la forma en que concluyó. ¿Podéis señalar esos elementos en el cuento
del documento 1?
b) Observaréis que en este texto no hay relaciones sintácticas entre las uni
dades que lo componen. Pero sí se da otro tipo de relaciones entre esas
unidades. ¿Podéis señalar cuáles son ese tipo de relaciones? ¿En qué as
pectos del texto y en qué conocimientos vuestros os habéis basado para
dar con vuestra respuesta?
c) ¿Podéis establecer relaciones sintácticas entre esas unidades, que hagan
más explícitas esas otras relaciones que habéis reconocido?
d) ¿Podéis incrementar el número de relaciones sintácticas sin variar sus
tancialmente el contenido informativo?
e) Observad y comentad qué palabras y estructuras se asocian más fre
cuentemente a las que aparecen en la forma original de nuestro cuento.
Pensad en otros géneros en los que pueden aparecer también las pala
bras del cuento original y observad a qué otras palabras o estructuras se
asocian más frecuentemente.
La competencia textual 27
D ocum ento n° 1:
Actividad III
Leed la siguiente noticia y contrastad sus propiedades con las del cuento.
Adoptad, además, una actitud crítica (en los términos en que se ha definido este
concepto en el tercer epígrafe de este capítulo) ante su lectura: ¿cómo llegáis a
construir vuestra interpretación?:
HERALDO.es
I n f r io A ra g ó n E d it o ria l N a c io n a l I n t e r n a c io n a l E c o n o m ía S o c ie d a d C u lt u r a O e p o r te * C o m u n ic a c ió n Agenda RSS | | H ü m e r o lo c J i Q
R E B E L IÓ N C O N T R A L A I E V O E E C O N O M Í A SOS TE N 1D LE T E N 1 S/C O P A D A V IS
SOUHE I A I t V IH L IB E R T A D R t lt C t O S A
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la nueva Gabilondo garantiza que se tendrán
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28 Textos y aprendizaje de lenguas
A la actividad I
A través de los cuentos que le dedican a él, el niño recibe dos dones de
diferente índole: uno, relacionado con el asunto del cuento mismo; otro,
con la actitud y la identidad de la persona que se lo cuenta. Al niño le
gusta oír cuentos; de un lado, porque le suministran material y argumento
para sus fantasías solitarias mediante las cuales evadirse de ese mundo
tedioso de los avisos y normas cotidianos, y de otro, porque significa
una prueba de atención y de amor por parte del narrador físicamente
presente, cuya voz oye y cuyos ojos le miran. Es decir, sabe que, a través
del cuento, sé está creando un vínculo de relación entre él y el narrador.
El hecho, pues, de que el cuento le prenda más o menos, aparte de la cu
riosidad que puedan despertarle sus vicisitudes, depende en razón directa
A la actividad II
a) Cuando alguien oye o lee un cuento, sabe que le van a dar inform ación
sobre un acontecimiento, sobre el lugar y tiem po en que sucedió y sobre
la form a en que concluyó. ¿Podéis señalar esos elem entos en el cuento
del docum ento 1 ?
El tiempo es, evidentemente, agosto, y el lugar, Rodas. Repárese, no obs
tante, en que ambas referencias tienen elementos significativos que no
se reducen a lo meramente espacio-temporal. Agosto es, en la cultura
de la Europa occidental y de las sociedades contemporáneas, el mes del
veraneo por excelencia, lo cual crea en los destinatarios del cuento unas
determinadas expectativas en cuanto a los posibles acontecimientos,
La competencia textual 31
Rodas:
A la actividad III
¿quién lo ha escrito?, ¿para quién?, ¿dónde se publica?, ¿en qué lugar (central,
marginal) aparece en el periódico?, ¿qué reacciones provoca en el lector la in
formación que aporta?, ¿qué otras voces recoge?, ¿cuáles no se consideran?,
¿cómo informan otros periódicos de la misma noticia?... Esta actitud interroga
dora define la mirada crítica ante los discursos con los que nos relacionamos.
Tal y como hemos ido viendo a lo largo de este capítulo, la competencia tex
tual es una potente interfaz entre la L1 y una LE. Es útil, por tanto, en el aula de
ELE extraer los conocimientos implícitos de que disponen los estudiantes como
usuarios de su lengua sobre los tipos de textos, los géneros de discurso, el em
pleo que hacen de cada clase textual en las distintas comunidades lingüísticas a
las que pertenecen, los valores culturales que transmiten, la función social que
los textos que manejan ejercen en cada caso. Explicitar estos saberes previos
permite abordar los textos en Español como Lengua Extranjera de forma más
significativa y crítica, por los contrastes posibles que se establecen entre usos y
maneras de un mismo género textual en idiomas distintos. Este recorrido desde
la competencia textual en L1 a la competencia textual en LE ayuda a adquirir
nuevos conceptos (saber), nuevos usos textuales (saber hacer con los textos
en otra lengua), nuevas identidades (saber ser en la nueva lengua) y formas de
aprender eficaces (saber aprender).
Para trabajar con textos en el aula es necesario ejercitarse en las formas lin
güísticas y discursivas que conforman cada clase de discurso en ELE, pero estos
recursos lingüísticos no garantizan por sí solos una comprensión y producción
discursivas adecuadas. Se requiere además el desarrollo de conocimientos de
tipo sociocultural, esto es, de conocim ientos generales variados —convencio
nes, normas, valores, creencias en la lengua que se aprende— que ofrecen la
clave de acceso al sentido de lo comunicado textualmente. Estos conocimientos
permiten acceder a la información implícita, al punto de vista, a la ideología
que se esconde tras los textos. Son contenidos imprescindibles para otorgar co
herencia a los textos y alcanzar el máximo nivel de competencia en el dominio
de las distintas destrezas: la competencia crítica.
CAPÍTULO ID
I n t r o d u c c ió n
Club 2020
Beneficíate y recibe ofeTtasTPuntos
Vodafone y descargaste*contenido.
Únete
En este anuncio la palabra club del título permite entender los verbos b e
neficíate, recibe y únete, entretejidos semántica y pragmáticamente en el texto;
lo mismo ocurre con los sintagmas Puntos Vodafone y descargas de contenido,
que crean relaciones con el título y el enunciado anterior, más allá de los límites
de la frase en que aparecen. Las palabras y las oraciones de un texto forman
38 Textos y aprendizaje de lenguas
C o n d e fN o S ié
U n to
L as propied a d es d el t e x t o : las n o r m a s d e te x t u a l id a d
2 Bajtín,M . (1952-1953). «El problema de los géneros discursivos». En M. Bajtín (1979). Estética
de la creación verbal, México, Siglo X X I: 248-293.
40 Textos y aprendizaje de lenguas
[...] entender que la competencia que hace falta para producir textos
puede coincidir con la gramática de una determinada lengua [...] El error
radica en suponer que la capacidad de producir textos y el conocimien
to de tina lengua constituyen una competencia unitaria. [...] Junto a la
competencia, determinada históricamente, que sirve para expresarse en
español, alemán, inglés, francés, etc., existe también una competencia uni
versal que se corresponde con nuestro nivel de máxima generalidad: por
ejemplo, la competencia de hablar con claridad, de hablar coherentemen
te, etc., todo lo cual no guarda relación con el conocimiento de una deter
minada lengua; además, en un nivel individual existe una capacidad para
producir textos determinados que tampoco depende de los conocimientos
lingüísticos en el sentido tradicional: clases de texto como las cartas de
amor o los tratados científicos poseen su propia tradición, no coincidente
con ninguna tradición del hablar históricamente determinada.
Así pues, los textos, afirma Coseriu (2007: 133) no se rigen exclusivamente
por las reglas de la gramática oracional, sino también por las del nivel textual:
las propiedades que hemos detallado más arriba. Y añade además: “Las desvia
ciones respecto de las reglas idiomáticas son siempre posibles; y lo que es más
importante, no se interpretan como tales, sino que resultan del todo aceptables
si están motivadas por la configuración del texto o por alguna función textual”.
En otras palabras, pueden infringirse las normas gramaticales en un texto si así
lo determina el género de discurso (como en los mensajes SMS de hoy en día)
o la intencionalidad (como ocurre en algunos anuncios), pero no se pueden
infringir las normas de textualidad, pues la noción de textualidad es al texto
como la de gramaticalidad a la oración.
En este sentido, al hablar de las propiedades del texto, no podemos emitir
juicios de corrección o incorrección, sino de adecuación o inadecuación, inde
pendientemente de que el texto sea correcto o incorrecto. Siguiendo con Cose
riu (2007: 146): “La adecuación puede suspender las normas de la corrección,
pues lo lingüísticamente incorrecto puede ser lo adecuado para un determina
do texto o para una determinada clase de texto”. La unidad lingüística texto,
pues, goza de autonomía con respecto a sus propiedades, diferenciadas de las
que definen la formación de otras unidades de la lengua (oraciones, sintagmas,
palabras...).
3 Coseriu, E. (2007). Lingüistica del texto. Introducción a la hermenéutica del sentido, Madrid,
Arco/Libros, edición, anotación y estudio previo de Óscar Loureda Lamas.
42 Textos y aprendizaje de lenguas
A ctiv id a d es
Actividad I
En esta actividad leeremos una carta, cuyo autor y destinatario nos son
desconocidos; comprobaremos cómo nuestra competencia textual nos permite
reconocer en ella algunas de las relaciones propias del texto y obtener más
información de la que aparece explícita en sus líneas; lo comprobaremos res
pondiendo a las preguntas:
L ítu .u i'iA *- tju i <*f* Ac á ü tU U ¿ Aí m * iil\ ifa > uAU n I a l i i l a ú A Ai «u cU~Aa A 1 l/< coo ^ a Ao t ifa
R id ¿ A aa CO\A\a L ia I a A o,
Jo A M
Actividad II
El texto que hemos visto en el documento 1 fue creado ad hoc para esta
publicación. En cambio, el documento 2 contiene una carta real que unos es
tudiantes extranjeros escribieron hace unos años a su profesora de ELE, amiga
Las propiedades del texto 43
de los autores de este libro. La carta original, que era manuscrita, se ha repro
ducido respetando todas sus características, en la medida en que la tipografía
lo permite.
Contrastaremos ambos documentos y comprobaremos la presencia en ellos
de muchas de las propiedades textuales.
Querida profesora:
Esto es el libro que lo hablé hace unos meses. Espero que le gusta.
El curso termina. ¡Que lástima! Nos gusta muchísimo. Muchas gracias.
Por favor, ven a vernos aquí con tu familia. Te llamaré y quedamos algo. ¿Quizas
un domingo?
Hasta pronto
Vera y John.
A la actividad I
a) ¿Qué relación existe entre el em isor y el destinatario de la carta f
Se trata de dos o más alumnos que escriben a su profesora, aunque la
carta la firma uno de ellos en representación de los demás. El hecho de
que en el saludo la autora de la carta se dirija a la profesora utilizando
este término no es suficiente para responder a esta pregunta, pues en otra
carta entre otros interlocutores, el autor podría saludar al destinatario
refiriéndose a su estatus académico y social (“profesor”), sin que ello
presupusiera una relación de profesor-alumno entre ambos. Nosotros
excluimos esta segunda opción en razón del contenido que leemos en el
resto de la carta (“el curso está terminando”, “nos ha gustado muchísi
mo”, “habernos permitido asistir a ellas [sus clases]”...).
Se trata, no obstante, de una relación más personal que la que se es
tablece estrictamente entre profesor y alumnos. Probablemente porque
estos alumnos son adultos (como se comenta en la siguiente pregunta),
y también porque leemos que hubo conversaciones anteriores no estric
tamente vinculadas a la enseñanza (“¿Recuerda que le hablé...?”). El
contenido de los tres párrafos del texto, en fin, sugiere acciones que van
más allá de esa relación estrictamente académica.
Tampoco es una relación de amistad o de trato frecuente: la autora trata
de usted a la profesora; no solo en lo morfológico: en una relación más
estrecha, la hubiera saludado con su nombre propio (“Querida Lola”), o
tal vez con una expresión más informal; la despedida hubiera sido tam
bién otra (“Un abrazo”...); el tono general hubiera sido más próximo,
en especial el tercer párrafo. Pensemos en lo que nosotros escribiríamos
si nos dirigiéramos a un amigo para comunicarle lo mismo.
b) ¿En qué contexto situacional surge este texto?
Los interlocutores se encuentran al final del curso. Los autores viven
juntos (probablemente son una familia o una pareja: “vengan a comer
un día con nosotros”), y han sido admitidos al curso de forma excepcio
nal (“darle las gracias por habernos permitido asistir”).
c) ¿Qué señales lingüísticas le permiten al lector relacionar el texto con su
situación?
Aparte del saludo y la despedida, los autores han puesto estas señales:
A la actividad II
Para hacer un uso eficaz y adecuado de un texto, es decir, para crear las rela
ciones pertinentes entre párrafos, entre el texto y su situación, entre el discurso
y los interlocutores, se necesita poseer un conjunto de competencias, desde las
más globales a las más locales. En el plano global del texto un usuario compe
tente domina las propiedades de coherencia y adecuación; en el plano local, las
relaciones de cohesión muestran las habilidades más gramaticales.
La competencia para la producción e interpretación de textos en su conjun
to no está relacionada de una manera directa con la competencia gramatical de
la lengua. Las reglas o “normas” que determinan la eficacia de un texto no se
rigen por las reglas de una lengua, sino por las denominadas normas de textua-
lidad. Como afirma Coseriu, la textualidad es al texto lo que la gramaticalidad
a las oraciones.
Son muchas las implicaciones que para la clase de ELE tienen las reglas
de buena formación de un texto que hemos revisado en este capítulo. Supone
poner el acento en la adecuación de lo que los estudiantes dicen o escriben en
ELE más que en la corrección. Significa entender los textos como unidades que
se rigen por sus propias reglas de formación e interpretación. Implica atender
en clase a los conocimientos previos de los estudiantes sobre los géneros de
discurso que utilizan (ya sea en su lengua materna o en ELE). Conlleva partir
de textos reales para abordar las cuestiones léxicas y gramaticales. Representa
entender el aprendizaje de una lengua como interacción de los textos con sus
usuarios y con los contextos en que se emplean.
CAPÍTULO IV
COHERENCIA Y COHESIÓN
In t r o d u c c ió n
académico. Dos ejemplos de ambos tipos de discursos son los que se presentan
a continuación: el primero, un cartel cinematográfico; el segundo, la entrada
correspondiente al lema cine en Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Cine
¿A£. n o lis MOl'ÍINS >CNti ‘ INTO (UNCU WAITS
El cine (abreviatura de cinema
tógrafo o cinematografía) es la
técnica de proyectar fotogramas
de forma rápida y sucesiva para
crear la impresión de movimien
to, mostrando algún vídeo (o pe
lícula, o film, o filme). La palabra
cine designa también las salas o
teatros en los cuales se proyectan
las películas. Etimológicamente,
la palabra cinematografía fue un
neologismo creado a finales del si
glo XIX compuesto a partir de dos
palabras griegas. Por un lado Kivij
(kiné), que significa ‘movimiento’
(ver, entre otras, cinético, cinética,
kinesis, cineteca)-, y por otro de
ypacpó«; (grafós). Con ello se inten
taba definir el concepto de ‘imagen
en movimiento’.
Como forma de narrar historias
o acontecimientos, el cine es un
arte, y comúnmente, considerando las seis artes del mundo clásico, se lo de
nomina séptimo arte. No obstante, debido a la diversidad de películas y a la
libertad de creación, es difícil definir lo que es el cine hoy. Sin embargo, las
creaciones cinematográficas que se ocupan de la narrativa, montaje, guionismo,
y que en la mayoría de los casos consideran al director como el verdadero autor,
son consideradas manifestaciones artísticas, o cine arte (‘cine de arte’). Por otra
parte, a la creación documental o periodística se la clasifica según su género. A
pesar de esto, y por la participación en documentales y filmes periodísticos de
personal con visión propia, única y posiblemente artística (directores, fotógra
fos y camarógrafos, entre otros), es muy difícil delimitar la calidad artística de
una producción cinematográfica. La industria cinematográfica se ha convertido
en un negocio importante en lugares como Hollywood y Bombav (conocido
como “Bollvwood”: un vocabulario básico de términos relacionados con el
cine asiático).
Coherencia y cohesión 53
ticos de los textos generados fuera de Internet. Los textos en la red, su natura
leza hipertextual (como la que propician los enlaces destacados en la entrada
ya comentada de Wikipedia), formulan de un modo distinto las relaciones de
cohesión.
M ec a n ism o s de c o h er en c ia
Nos hacen mucha gracia muchas personas, nos divierten, nos encan
tan, nos inspiran afecto y aun nos enternecen, o nos gustan, nos arre
batan, incluso nos vuelven locos momentáneamente, disfrutamos de su
cuerpo o de su compañía o de ambas cosas, como me sucede contigo y me
ha sucedido otras veces, unas pocas. Hasta se nos hacen imprescindibles
algunas, la fuerza de la costumbre es inmensa y acaba por suplir casi todo,
incluso por suplantarlo. Puede suplantar el amor, por ejemplo; pero no el
enamoramiento, conviene distinguir entre los dos, aunque se confundan
no son lo mismo... Lo que es muy raro es sentir debilidad, verdadera de
bilidad por alguien, y que nos la produzca, que nos haga débiles. Eso es lo
determinante, que nos impida ser objetivos y nos desarme a perpetuidad
y nos haga rendimos en todos los pleitos [...]
M ec a n ism o s d e c o h esió n
Los libros están cada vez más caros. El precio del papel no para de
subir. La distribución se lleva cada vez un porcentaje mayor. El Gobierno
no acaba de decidirse a bajar el IVA.
En este texto hay isotopía — de iso = ‘igual’ y topos = ‘lugar, tema común’—,
a pesar de que la referencia inicial establecida por los libros no vuelve a ser
aludida, ni por repetición léxica ni por medio de pronombres. Es evidente, no
obstante, que en el texto se produce isotopía, garantizada por las expresiones
papel, distribución e IVA, todas ellas relacionadas desde el punto de vista del
significado (aunque implícitamente) con libro, puesto que ninguna de ellas sería
interpretable sin un punto de anclaje referencial anterior: si suprimiéramos la
primera proposición, desaparecería la coherencia del texto.
Hemos mencionado hasta aquí mecanismos (léxicos, gramaticales y se
mánticos) de “repetición” de información para lograr aludir a un mismo re
ferente y dar así unidad a un texto. La cohesión (y la coherencia), no obstan
te, se logra no solo con la repetición, sino que también es imprescindible el
avance informativo. A partir de la información ya introducida (el referente o
tema)), es necesario aportar información nueva: en el ejemplo de la entrada
enciclopédica, todo lo que sigue al sintagma el cine. En el siguiente texto de
Carlos Fuentes, el tema, esto es, la información presentada, de la que se habla,
es D on Q uijote, y el rema los nuevos contenidos que se aportan acerca de este
personaje.
60 Textos y aprendizaje de lenguas
Lectura
CO M PRAR EL A I R E A C O N D I C I O N A D O Q U E B U S C A B A S Y F I N A N C I A R L O S I N I N T E R E S E S Y S IN G A S T O S
A ire acondicionado
SE NOTA Bomba de calor.
3 .0 1 0 fngoríae,
22dB
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Programación
2*3 horas.
S 1 2 B F
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5 B 9 "€
47,4a<-/mes, 13nvitium t a p a s» t in crv
10 10
bEFC S A AÏ » •«* ilW P«r* twr*r«i a i » « * « n B « H x M e IX i damnoNTSaa
En otros anuncios es la relación lógica entre las ideas la que es ambigua, por
la falta de conectores o la dificultad de reconocer la alusividad del texto:
A c tiv id a d es
Actividad I
Documento n.° 1:
Pregunta
FÉLIX DE AZÚA
Los primeros arqueólogos que iluminaron con sus antorchas el corazón
de las pirámides egipcias se quedaron maravillados. Las pinturas, esculturas
y tesoros de la cámara fúnebre habían permanecido miles de años en la os
curidad. Si no fueron hechos para los ojos humanos, entonces, ¿para quién?
La pregunta es moderna y todavía nos espanta. ¿A quien se destinaba tanto
trabajo, tanta energía, tanto talento? ¿Qué hacen esos ángeles de piedra en
las agujas góticas de las catedrales, donde nadie puede verlos?
Intrigado por el enigma, Óscar Tusquets le sigue el rastro a un buen nú
mero de trabajos invisibles, esfuerzos ocultos, obra desconocida. Habiendo
hallado una respuesta, la usa como título de su último libro: Dios lo ve, razón
con la que I.utyens justificó la reconstrucción de una ventana imperceptible.
Fidias esculpió con igual empeño la parte frontal de sus esculturas y la que
iba contra el muro. Miguel Ángel puso más cuidado en la espalda invisible
de sus estatuas mediceas que en el torso visible. El arquitecto del Palau de la
Música de Barcelona adornó el lateral, cegado por otro edificio, con tanto
refinamiento como la fachada. Estos desvelos no buscan nuestra insaciable
curiosidad, no son para nosotros, son para que Dios los vea.
Los modernos despachan el enigma juzgando semejante actividad como
inútil, improductiva, propia de creyentes en el otro mundo. No siempre.
¿Para quién pintaba el viejo Cezanne, persuadido de que nunca vendería un
cuadro? ¿Para quién escribía el agonizante Proust? ¿Para quién guarda miles
de folios el mayor prosista vivo de España? ¿Para quién investigan los ma
temáticos que jamás recibirán una peseta de sus gobiernos? ¿Y el carpintero
que encola donde basta con un clavo? Ninguno de ellos cree en la vida eter
na, ninguno se hace ilusiones sobre la gloria postuma. No son supersticiosos,
solo esquivan el espectáculo.
Los grandes esfuerzos, quizás los mejores, aquellos que a veces nos em
pinan a la aguja de una catedral o nos hunden en el corazón de la cámara
fúnebre, se hacen gratis. Solo para que Dios los vea. Me pregunto si no será
eso, con toda exactitud, lo que antaño se llamaba “la bondad”.
3. Primer párrafo:
4. Segundo párrafo:
C. Relaciones de cohesión
1. Primer párrafo:
2. Segundo párrafo:
Actividad II
3. La introducción
La introducción está escrita en la forma más habitual que suelen adop
tar los textos: una secuencia de oraciones convenientemente enlazadas
mediante unos determinados procedimientos sintácticos (y ortotipográ-
ficos, en el caso de textos escritos; en el de textos orales, esos otros
procedimientos son prosódicos). Observad las relaciones de cohesión de
este párrafo respondiendo a las siguientes preguntas:
¿A qué realidades remiten el sujeto gramatical y el predicado nominal de
la segunda frase (“Pero sobre todo es una sola”)? ¿En qué nos basamos
para dar con esa respuesta?
¿Qué recursos sintácticos ha utilizado aquí el autor? ¿Podemos com
parar esos recursos con los de otra lengua que conozcamos y que sean
diferentes de los del español?
4. La lista
En la introducción a este capítulo se han mencionado las listas como un
particular tipo de texto con mucha coherencia y escasa cohesión. En el
que aquí comentamos no hay oraciones relacionadas por procedimien
tos sintácticos, sino sintagmas nominales yuxtapuestos, que ofrecen una
lista de todas las cosas que pueden pasar en Madrid. Si hemos definido
la coherencia como la propiedad que otorga sentido semántico y prag
mático al texto, y que depende en última instancia del destinatario, vea
mos cómo se realiza este proceso en este caso.
C o m e n t a r io a las a ctivid a d es
A la actividad I
3. Primer párrafo
4. Segundo párrafo
C. Relaciones de cohesión
1. Primer párrafo
2. Segundo párrafo
A la actividad II
3. La introducción
CONECTORES Y MARCADORES
I n t r o d u c c ió n
QUEMA
ESTA P A G IN A
A trá n ca la , d ó b la la y préndele Fuego. SI la p lie gas co m o ur
acordeón lardará u no s 3 0 segu n dos en order. En cam b io si le
enrollas e n tan só lo 5 se gu n do s se habrá desvanecida.
n e t t h in k
78 Textos y aprendizaje de lenguas
En cada caso, pues, la conexión que llevan a cabo los conectores y marcado
res del discurso destacados en este anuncio corresponde a un nivel lingüístico
distinto: el nivel oracional en la coordinación que establece la conjunción y o
en la subordinación de la condicional si; el nivel supraoracional o textual en los
usos de los nexos en cam bio (con valor contraargumentativo) o Por cierto (con
valor de digresión); y el nivel pragmático en el marcador Bien, al relacionar
puntos de vista (el de quien escribe el texto y su destinatario).
El análisis sintáctico permite dar cuenta del alcance de la relación que co
nectores y marcadores del discurso tienen en el texto: si unen elementos en el
nivel sintagmático, oracional o textual. No obstante, esta perspectiva de análi
sis (gramatical) no permite explicar la función que desempeñan en el texto estos
mecanismos de cohesión ni tampoco cómo se usan en español: esto es, con qué
otros elementos pueden intercambiarse y qué tipo de información introducen.
La conjunción y, por ejemplo, en la primera oración del anuncio puede ser sus
tituida por un marcador consecutivo del tipo entonces, pues indica una relación
de acciones que se suceden temporalmente encaminadas hacia una determinada
conclusión (lo cual hace imposible alterar el orden de los predicados verbales
que se conectan: no podemos empezar la oración por “préndele fuego”). Por
su parte, el adverbio Bien comunica al lector un contenido que no está expli-
citado, que “se dice sin decir” (Si has entendido todo lo previo, si aceptas estas
premisas y estás de acuerdo con nosotros, en el anuncio que comentamos),
información esta que no podría interpretarse sin la apelación que activa este
marcador del discurso. Por cierto, como último ejemplo, funciona como ele
mento de digresión, al introducir información aparentemente marginal y no
programada, aunque muy relevante para los objetivos de persuasión que se
buscan con este anuncio.
En consecuencia, para explicar y determinar el comportamiento y uso de
los conectores y marcadores del discurso es necesario adoptar una perspectiva
pragmático-discursiva. En la Nueva gramática de la lengua española, la RAE
(2009: 53)1 establece que los conectores son “una clase discursiva [y no sin
táctica] que puede estar formada por adverbios, preposiciones, conjunciones e
incluso por segmentos más complejos.” Señala, además, que no constituyen una
clase de palabras, sino una función discursiva, aunque su estatuto no es claro
(RAE 2009: 53):
Aunque cabría pensar que el término conector designa más una fun
ción discursiva que una clase de palabras, las formas de conexión a las
que puede dar lugar son tan variadas y admiten tantas subclases que re
sulta difícil dar un contenido preciso a esa hipotética función.
Como hemos señalado, las denominaciones adoptadas para abordar los ele
mentos que conectan dos o más miembros en un discurso son muy variadas: no
solo se emplean los términos conectores y m arcadores del discurso, sino tam
bién los de enlaces extraoracionales, relacionantes, organizadores metatextua-
les, operadores o partículas discursivas, entre los más extendidos. Los términos
difícilmente corresponden al mismo tipo de elementos. Si bien todos incluyen
conjunciones, sintagmas preposicionales, etc., hay variación en los estudios en
cuanto a la incorporación de adverbios, sintagmas preposicionales no fijados e
interjecciones. En ocasiones, un mismo térm ino corresponde a conceptos dife
rentes o en el que se incluyen distintos elementos.
Estas distintas denominaciones obedecen a los diferentes criterios que se
tienen en cuenta para estudiar los elementos de conexión: en función de si
se considera su uso en corpus orales o escritos; si el tipo de texto del que
se extraen para analizarlos es literario, histórico, conversacional, etc.; si la
perspectiva de análisis adoptada es más semántica que pragm ática, o al revés.
Por ejemplo, Fuentes Rodríguez (2009) en su D iccionario de conectores y
operadores del español 1 distingue dos tipos de elementos de conexión: los c o
nectores, por un lado, y los operadores, por otro, según un criterio sintáctico-
discursivo:
Entre las unidades que operan más allá de la oración podemos encon
trarnos unas que actúan como enlaces entre enunciados, los conectores,
y otras cuyo ámbito se reduce a un solo enunciado, los operadores. Para
los primeros son necesarios dos miembros. El conector se sitúa entre ellos
aunque tiene ciertas características específicas: puede tener movilidad en
el segundo enunciado, e intercalarse o situarse al final del segundo, se
guido de pausa. Generalmente aparece entre comas y puede combinarse
con conjunciones. Presupone siempre el primer segmento, con lo cual es
imposible su aparición al principio del discurso.2
Los operadores, por su parte, son unidades que se sitúan dentro del
enunciado aunque no tienen ninguna función sintáctica con respecto al
verbo de la oración. Afectan a un segmento de la misma, pero con una
función que no apunta al elemento referencial ni introducen un actante de
la acción verbal. Señalan la forma de hablar, de enunciar [...] (operador
enunciativo), modalidad o actitud subjetiva del hablante (operador mo
dal); contenidos relativos a la organización informativa del enunciado:
información conocida / nueva, focalización, elemento esperado o no...
(operador informativo); contenidos relativos a la argumentación: orienta
ción, fuerza o suficiencia argumentativas (operador argumentativo).
función discursiva. Con él se busca describir el cuidado del medio ambiente que
ofrecen los productos que se anuncian; elegir naturalmente, de form a natural
implica, como se indica en el anuncio, comprar “electrodomésticos eficientes”,
esto es, que destacan “por sus bajos valores de consumo y por su alta eficiencia
energética”, para cuidar, así, de “lo natural”.
Cuenca (2000)3 detalla características de distinto tipo para explicar la fun
ción de los conectores y diferenciarla de la de otras unidades invariables mor
fológicamente, las conjunciones, que constituyen también partículas de enlace,
pero que no funcionan siempre como marcadores del discurso. Los conectores
o marcadores del discurso se caracterizan, según Cuenca, porque:
oración, por ejemplo, que carece de autonomía prosódica, pero sí que relaciona
pragmáticamente significados implícitos; se considera conector en estos usos,
a pesar de que no reúna todas las condiciones apuntadas para serlo. “Hay que
trabajar en una ciencia de prototipos y multidimensional y no en una visión
discreta, opositiva”, concluye Fuentes Rodríguez (2009: 18).
Podemos establecer, pues, un continuo en los elementos que pueden desem
peñar la función de conector textual: desde elementos sin autonomía sintáctica,
escaso valor semántico y poco peso fonético (son palabras átonas), las prepo
siciones y conjunciones (como y o pero a inicio de oración), a elementos con
mayor valor léxico y mayor autonomía sintáctica (Concluyendo).
Categorialmente, los elementos que pueden desempeñar la función de mar
cadores del discurso son muy variados en español:
cadores discursivos [sobre, oye, mira, etc.), ya que presentan una función tex
tual y pragmática, de procesamiento de la información, y no sintáctica dentro
de la oración en la que aparecen.
En este sentido, los conectores no marcan una relación sintáctica estructu
ral de coordinación o subordinación, sino únicamente una relación semántico-
pragmática entre los constituyentes que unen o en relación con la situación de
enunciación. Afirman Briz et al. (2008)45que son unidades procedimentales,
que no presentan un contenido referencial o denotativo, sino que muestran un
significado de procesamiento: el de guiar las inferencias que se han de efectuar
del conjunto de los dos miembros discursivos que conectan.
La relación de conexión que establecen o la información pragmática que
aportan puede ser de muy distinto tipo: lógico-semántica (de adición, disyun
ción, contraste, consecuencia), pragmática (de modalidad, focalización, argu
mentación, énfasis), interactiva (de expresión de acuerdo o desacuerdo, por
ejemplo), etc., funciones todas ellas no gramaticales, que detallamos en el si
guiente apartado.
T ipos d e c o n e x ió n t e x t u a l
Los analistas del discurso han destacado que la conexión entre dos frag
mentos textuales no siempre es posible. Según Van Dijk (1977), para que dos
unidades puedan conectarse en un texto deben cumplir una serie de requisitos
sema ntico-pragmáticos:
— Las unidades están conectadas si los hechos que denotan están relacio
nados con alguna situación posible, y con el mismo tópico del discurso,
4 Briz, A., J. Portolés y S. Pons Bordería (eds.) (2008). D iccionario d e partículas discursivas del
español. En línea: http://www.dpde.es.
5 Van Dijk, T. A. (1977). Texto y contexto, Madrid, Cátedra, 1980.
Conectores y marcadores 85
esto es, se refieren al mismo asunto (así se entienden los párrafos que
conectan los marcadores Bien, Por cierto en el anuncio que hemos ana
lizado al inicio del capítulo).
— Las unidades están conectadas si se satisfacen ciertas condiciones de or
denación discursiva: hay elementos simétricos en la linealidad textual
(intercambiables, por tanto) y otros elementos asimétricos (no intercam
biables); si este orden no se respeta en el caso de los elementos asimé
tricos, enunciados como el siguiente no presentan ninguna conexión:
préndele fuego [a la página] y dóblala.
— Las unidades están conectadas si los hechos a que se refieren están liga
dos en mundos relacionados.
— Dos unidades están relacionadas si son compatibles, esto es, si no supo
nen afirmaciones contradictorias.
Otras dos preguntas son así mismo necesarias para conseguir que los estu
diantes aprendan a usar estos elementos de conexión:
Yo sabía que era esta la dirección [lo dicho]... Bueno pues por lo que
me acuerdo de cuando estuve... [continuación]
bueno1: indica acuerdo, total o parcial, con algo dicho anteriormente o so
brentendido.
6 Extraemos los ejemplos del D iccionario de partículas discursivas del español, sub voce: http://
textodigital.com/P/DDPD.
Conectores y marcadores 87
M: ¡Ay! ¿vees?§H
[Lo dicho]
Bueno [aceptación]
En este sentido, esta autora sostiene que cada marcador del discurso pue
de ser descrito en varias dimensiones o planos de análisis (Fuentes Rodríguez
2009: 17):
Todos ellos, sean del grupo que sean, pueden tener un comportamien
to, secundario o no, en planos como la enunciación, modalidad, informa
ción o argumentación, ya que son dimensiones constitutivas de cualquier
acto de habla. En toda comunicación aparece el hablante, su actitud, se
organiza la información teniendo en cuenta lo que el oyente parece cono
cer o no, se orienta su interpretación centrándola en algunos segmentos,
y se indica cómo persuadir o convencer al receptor.
Los marcadores conversacionales (como bueno, claro, hom bre, a ver, etc.)
los trataremos de forma más específica en el siguiente capítulo VI dedicado al
texto conversacional. Aquí, a modo de ilustración de la metodología didáctica
que seguir para enseñar y aprender los marcadores del discurso en una cla
se de ELE, nos centramos en tres grandes grupos: los conectores aditivos, los
consecutivos y los recapitulativos. Estos tres tipos de conectores, por la pluri-
funcionalidad de sus miembros y las restricciones de su uso, pueden plantear
mayores dudas a un estudiante de ELE que otras clases de marcadores, como
los contraargumentativos, los cjemplificativos, de ordenación o de digresión7,
por ejemplo, que pueden resultar menos problemáticos de aprender a partir de
su equivalencia formal en cada lengua.
Planteamos abordar cada grupo de marcadores según los siguientes factores
que determinan su uso: su carácter formal o coloquial; su distinto comportamiento
7 Seguimos en estas páginas la terminología que la N G L E (2009) de la RAF, emplea para designar
los distintos tipos de conectores del español.
88 Textos y aprendizaje de lenguas
en el plano modal del discurso (según la actitud y valoración que comunica el ha
blante) y argumentativo (según la fuerza persuasiva que transmite al destinatario).
Conectores aditivos
Entre los conectores aditivos del español (además, encima, asimismo, aparte,
entre otros), el adverbio además es el menos marcado en cuanto a su uso, esto es,
puede emplearse en cualquier tipo de texto, oral o escrito, de registro formal o co
loquial. Conecta dos segmentos coorientados, generalmente dos argumentos que
apuntan a la misma conclusión; no aporta ningún valor modal, esto es, de valora
ción del hablante. Se diferencia del conector encima, por ejemplo, porque este últi
mo adverbio sí que aporta información modal del sujeto hablante: encima es una
marca subjetiva que añade cierto valor de sorpresa al enunciado; puede usarse in
cluso como comentario a una respuesta a lo dicho por otro interlocutor. En el caso
del conector aditivo asimismo, la diferencia en relación con además no es modal,
sino de registro: asimismo suele emplearse en registros más formales que además.
Por último, destacamos las restricciones de uso del adverbio aparte en relación con
además: aparte es una marca de adición pero también informativa, pues indica, a
diferencia de los conectores anteriores, que el segmento en el que se integra es más
importante desde el punto de vista informativo; actúa, pues, como focalizador de
la información: establece siempre cierta contraposición de importancia informati
va o cierto contraste (tal y como indica Fuentes Rodríguez 2009).
Así pues, los cuatro conectores aditivos comentados no son intercambiables
entre sí en los textos, ya que no comunican lo mismo, como puede observase en
los siguientes ejemplos:
Hoy tengo clase basta tarde; además, luego debo acabar un informe.
[se unen dos enunciados de forma acumulativa]
Hoy tengo clase hasta tarde; encima, luego debo acabar un informe.
[se introduce una queja: el hablante manifiesta que le parece excesivo
el hecho de acabar un informe después de clase]
Hoy tengo clase hasta tarde; asimismo, luego debo acabar un informe.
[se usa un registro más formal, y más habitual del texto escrito]
Hoy tengo clase basta tarde; aparte, luego debo acabar un informe.
[se introduce un giro en lo dicho: el segundo enunciado no se suma al
anterior al mismo nivel, sino que se presenta de forma individualizada]
Entonces presenta, como pues, valores distintos: se usa como conector tem
poral, pero también como conector consecutivo (Si no puedes estudiar, enton
ces es m ejor que anules convocatoria), como conector ordenador discursivo
continuativo en textos conversacionales (Me gustan todas sus películas, todas
las de esta autora, que rueda cada año. Entonces, estoy siempre pendiente de la
cartelera...); y como conector conclusivo en una conversación (¿Entonces?)
Frente a esta multiplicidad de valores, muchos de ellos informales, los mar
cadores Así pues y Pues bien se emplean en textos de registro formal con una
única función: Así pues como conector consecutivo en textos escritos para in
troducir la conclusión que se extrae de los enunciados anteriores; pues bien
como conector recapitulativo en textos tanto orales como escritos para presen
tar un segundo segmento como más fuerte argumentativamente que el anterior;
marca, por tanto, información remática, esto es, nueva para el destinatario:
Conectores recapitulativos
de los textos coloquiales (No te quiero m olestar más. En fin, que me voy). En
definitiva, en cambio, es un conector más formal, que se emplea para indicar
cierre, conclusión, reformulación y énfasis informativo (Son form as diferentes
de enfrentarse al dolor. En definitiva, actitudes distintas ante la vida).
Por fin, por su parte, funciona como conector temporal, a diferencia de los
anteriores, pese a su semejanza formal con el marcador en fin (con el que com
parte etimológicamente la base léxica fin). En usos formales indica la acción
final y enfatiza la información más relevante: Hay que abrir el documento,
leerlo atentamente y p or fin analizarlo. Como operador modal, p or fin indica la
alegría de llegar al final de una espera o a la consecución de un hecho costoso
para el hablante: Por fin pude aprobar el examen de conducir.
S-
A c tivid a d es
Actividad I
(Víctor Amela, Jma Sanchís y Lluís Amiguet: Haciendo La Contra. Las 101
mejores entrevistas comentadas. Barcelona: Ediciones Martínez Roca, 2003: 371)
Actividad II
Preguntas
C o m e n t a r io a las activid ad es
A la actividad I
tor: con desde luego, que el primer dato que proporciona les parecerá
evidente a sus lectores (cuando hayan leído lo que sigue a los dos puntos,
que, por cierto y como se ha señalado en páginas precedentes, no tienen
la mera función de abrir una enumeración, sino la de relacionar argu
mentativamente las dos proposiciones que separan — o, mejor dicho,
que enlazan— ); con encima, que lo que sigue es ya el súmmum de lo que
uno podría esperar.
c) Com parad ahora el mismo primer párrafo de la entrevista con esta otra
nueva versión (que sigue manteniendo la misma inform ación objetiva);
com entad el efecto de los cam bios que se han efectuado:
A la actividad II
I ntroducción
1 Swales, J. (1990). Genre Analysis: English in A cadem ic and Research Settings, Cambridge,
CUP.
1 0 0 Textos y aprendizaje de lenguas
usamos los géneros textuales (orales y escritos) que necesitamos para desenvol
vernos en nuestro entorno más íntimo. En el ámbito público, en cambio, los tex
tos que manejamos son de distinta naturaleza, del tipo avisos en los transportes
públicos, carteles, anuncios, reglamentos, invitaciones o pésames, entre muchos
otros, con otros fines. Los géneros textuales públicos y privados sirven para prác
ticas sociales distintas, de ahí que sus peculiaridades sean también distintas.
En contextos más específicos, como el profesional o el académico, las ac
tividades que se desarrollan se gestionan a través de clases de texto también
particulares: cartas comerciales, informes, instrucciones, ofertas de em pleo, en
trevistas de trabajo, prom ociones, etc., en el ámbito profesional; en el ámbito
académico, libros de texto, artículos de investigación, diccionarios, exámenes,
conferencias, clases, etc., es decir, las clases de texto que permiten llevar a cabo
las prácticas educativas requeridas.
Así pues, los géneros textuales son unidades de comunicación “situadas” que se
configuran en la situación de uso que les da sentido. Y ante situaciones de uso nue
vas los hablantes generan nuevas clases textuales, esto es, nuevos géneros. El contex
to electrónico de las tecnologías de la información y la comunicación es un ejemplo
claro de acontecimientos comunicativos nuevos: Internet ha propiciado formas de
comunicación nuevas, los llamados “cibergéneros”, que gozan actualmente de un
gran número de usuarios. Escribir SMS o chats, leer blogs personales o páginas web,
o participar en foros de discusión virtuales son actividades que se han convertido en
prácticas comunicativas cotidianas en un periodo muy corto de tiempo.
Los géneros de discurso, pues, son categorías abiertas e históricas, culturales, en
el sentido de que pueden aparecer o desaparecer según las necesidades de los miem
bros de una comunidad de habla en cada momento histórico; además, con el tiempo
pueden cambiar, no solo en cuanto a su forma de uso, sino respecto a sus caracterís
ticas definitorias: géneros como los anuncios publicitarios son muy sensibles al paso
del tiempo y al tipo de cultura. Por otro lado, los valores sociales que vehiculan los
géneros también cambian de una cultura a otra, y de una época a otra.
Asimismo hay géneros que entran en desuso en determinados periodos, pero
vuelven a resurgir, como las asambleas (resucitadas por los movimientos sociales
europeos en la segunda década de este siglo xxi); los hay, en cambio, que desapa
recen al ser sustituidos por otros, como los géneros epistolares más tradicionales
(tarjetas postales, cartas escritas de felicitación, etc.). Los géneros, en consecuen
cia, constituyen prácticas lingüísticas sociales, tanto generales como profesionales,
desarrolladas sociohistóricamente en el seno de una comunidad determinada.
E L A L C A L D E P R E S ID E N T E
DEL EXCELENTÍSIMO AYUNTAMIENTO DE MADRID
Madrileños:
Esta Alcaldía Presidencia ha observado que los ruidos de esta Villa y Corte au
mentan hasta hacerse intolerables.
Jóvenes sin escrúpulos, que gustan de ostentar prepotencia y mostrarse ante sí \
mismos y los demás superiores a cualquier norma y acatamiento, vociferan con el _
estruendo o producen tales ruidos con las máquinas de correr que llaman motocicle- '
tas, que impiden el sueño apacible y reposado que el trabajo cotidiano de nuestros I'
vecinos requiere. Agavíllanse en ocasiones estos jóvenes, por lo común adolescentes,
para que el número aumente el estruendo y fortalezca la impunidad de su deplorable
conducta.
A veces no ya los jóvenes, sino los adultos, caen en parecido incivismo y descui
do alzando inconsiderablemente la voz de los ingenios que reproducen el sonido,
mientras tienen los postigos y las vidrieras de ventanas y balcones abiertos, con lo
que perturban, particularmente de noche, la sensibilidad y el ánimo de los vecinos,
moradores o viandantes. ,
No faltan tampoco quienes hablan con voz estentórea, gritan o anuncian mer
cancías, o tocan instrumentos musicales sin el debido y solícito recato, molestando a
quienes duermen, sobre todo en las horas de descanso que corresponden a la siesta.
Por cuya razón, velando por la paz y sosiego de esta Villa, encarezco a sus habi
tantes cuiden de su comportamiento para no añadir a las molestias y congojas que I
toda ciudad grande ocasiona, las que nacen de la mala educación y poco civismo.
[UAB] Somos una universidad líder que imparte una docencia de calidad,
diversificada, multidisciplinaria y flexible, adecuada a las necesidades de la
sociedad y adaptada a los nuevos modelos de la Europa del conocimien
to. Nuestro compromiso se basa en satisfacer las demandas de formación de
las personas en diferentes momentos de su vida.
ESTUDIAR EN LA UAB
■ NormaUvas i
O rados"'"-"'
u UAB ' 1itirnr.il iv a s de ■
; i* comen » n» ,
uimxwitar ] dlplom atu ras a
l •nfiiüiivtiA; t
— — .m .
I 0 4 Textos y aprendizaje de lenguas
empleado hacia un hibridismo que conjuga datos académicos con retórica pu
blicitaria.
Los teóricos del lenguaje han establecido una lista cerrada de “tipos” o “se
cuencias textuales”. Una de las más aceptadas por la comunidad lingüística es
la de Jean-Michel Adam (1992)3, quien distingue entre cinco tipos de secuencias
textuales: la narrativa, descriptiva, argumentativa, explicativa y dialogal. Estas
secuencias no se desarrollan de forma “pura” en los textos, sino que cada géne
ro textual combina varios tipos de secuencias: esto es, un artículo de opinión,
por ejemplo, presentará secuencias argumentativas, pero también constará de
fragmentos narrativos, descriptivos, explicativos o dialogales, según decida el
autor. Lo mismo ocurre con un cuento, fundamentalmente narrativo, pero que
se caracteriza además por presentar secuencias descriptivas y dialogales, se
cundarias en el cuento, que tiene en la narración la secuencia principal. En este
sentido, Jean-Michel Adam caracteriza los textos como unidades heterogéneas
desde el punto de vista tipológico, porque combinan secuencias de distinto tipo
en su organización.
Un ejemplo de heterogeneidad tipológica es el siguiente autorretrato de Juan
Marsé: observamos descripción en todos los párrafos que forman el texto; ex
plicación al final del segundo párrafo; narración tanto en el segundo párrafo
(“al nacer se equivocó de país...”) como en el tercero:
3 Adam, J. M. (1992). Les textes: types et prototypes. Récit, description, argumentation, explica
tion et dialogue, Paris, Nathan.
Los géneros textuales 1 0 7
monstruo del cine Verdi. El fantasma del cine Roxy. Nostalgia de no haber
sido alguno de ellos. Es fláccida la encarnadura facial, quizá porque la larga
ensoñación detrás de las máscaras imposibles, el aburrimiento y el alcohol y
la luctuosa telaraña franquista de casi 40 años abofetearon y abotagaron las
mejillas y las ilusiones.
El tipo es bajo, desmañado, poco hablador, taciturno y burlón. No se
considera un intelectual, y soporta mal que le traten como si lo fuera. Ama
las tabernas y las papelerías de barrio y los flancos luminosos de los quioscos
que exhiben tebeos y novelas baratas de aventuras. Las banderas le producen
auténtico terror. Come ensaladas y escribe a mano. Y en un país en el que
nadie dimite jamás, ni aun después de haber probado algunos políticos su
ineptitud o su cinismo ante el pueblo — el señor Félix Pons con su piso de
medio millón, por ejemplo, o los señores jueces de la Sala Segunda del Su
premo al condenar al periodista Juanjo Fernández, o el gobernador civil de
La Coruña, o los muy babosos dirigentes de Herri Batasuna, etcétera— , él
solo piensa en dimitir de todo, incluso de esta página. Pero no hay nada que
le aburra tanto como hablar de sí mismo, así que basta. Vestido de diablo
y ligero de equipaje —algunos discos, algunos libros (ninguno de Baltasar
Porcel, por supuesto), algunas fotos— , se va por fin al infierno. Abur.
G é n e r o s o ra les , g én er o s e sc r it o s y g én er o s in t e r m e d io s
Diferentes prácticas sociales sobre un mismo tema, por ejemplo “la subida
del coste de la vida”, pueden dar lugar a una gran variedad de géneros: orales,
como una tertulia de sobrem esa, una negociación sindical; escritos, como una
carta abierta individual a la prensa, un manifiesto colectivo publicado en un
periódico; e intermedios, esto es, géneros producidos como textos escritos pero
comunicados oralmente, del tipo debate en el Parlamento, discurso en un mi
tin, sesión de un seminario universitario de Económ icas, etc. También existen
discursos producidos en la oralidad pero recibidos de forma escrita, como una
carta dictada, por ejemplo.
Aunque en la mayoría de los casos los usos orales y escritos no son alterna
tivos, en el sentido de que hay acontecimientos comunicativos para ser dichos
y acontecimientos comunicativos para ser escritos, existen zonas fronterizas
donde convergen la oralidad y la escritura en el proceso de comunicación. Las
cartas íntimas o las notas de avisos tienen algún parecido con la modalidad
oral; una conferencia, por su parte, aunque sea transmitida oralmente, se sue
le preparar por escrito y, en consecuencia, tiene muchas características de la
modalidad escrita. Estas clases de textos, que participan al mismo tiempo de
rasgos orales y escritos, reciben el nombre de géneros intermedios en la biblio
grafía especializada sobre el tema (véase Gregory y Carroll 1978)4.
Géneros intermedios son los discursos orales que requieren una planifica
ción previa —generalmente en forma escrita— , como un informativo de tele
visión, un mitin político, una clase, un sermón religioso o una representación
teatral, por ejemplo. También son géneros de discurso intermedios, entre la
oralidad y la escritura, los textos escritos cuya gestación es oral: una entrevista
publicada en la prensa, los diálogos de una novela, el acta que resume lo discu
tido y acordado en una reunión o las transcripciones que pueden consultarse de
un debate parlamentario.
En este sentido, un mismo texto puede manifestarse en géneros diversos,
orales o escritos: una tertulia en la radio, por ejemplo, como texto requiere
para su desarrollo de la participación tanto de géneros orales (la conversación
con un moderador) como escritos (aportación eventual de titulares, gráficos o
4 Gregory, M. y S. Carroll (1978). Lenguaje y situación. Variedades del lenguaje y sus contextos
sociales, México, Fondo de Cultura Económica. 1986.
1 1 0 Textos y aprendizaje de lenguas
A c tiv id a d es
Actividad I
Esta noche les esperaré con unas zanahorias, unas tazas de café y una co
pita de licor. Si piensan que tal vez no he sido tan malo como algunos creen,
les pido humildemente los siguientes deseos:
• Que la pasión que está por llegar sea tan excitante como la que algún
día se apagó.
• Que el metro cuadrado de vivienda jamás cotice en bolsa.
• Que el último minuto de nuestra vida no sea balance sino antología.
• Que las personas sean más importantes que aquello que creen pensar
las multitudes.
• Que nos resulte más fácil decir que nos hemos equivocado cuando acer
tamos, que mantener que tenemos razón cuando nos equivocamos.
• Que la lengua sirva para la expresión del pensamiento y nunca para su
exclusión.
• Que llamemos a una puerta amiga y, cuando nos pregunten “¿quién
es?“, podamos responder “tú”.
• Que los efectos del cambio climático acaben llevándonos a un clima
de cambio.
• Que las nuevas amistades lleguen con un tique de compra por si se han
de cambiar.
• Que el espejo donde nos sintamos más atractivos sean los ojos de la
persona que aún ignora que algún día nos amará.
• Que no haya pecados por comisión sino por omisión. Que no nos arre
pintamos de lo que hemos hecho sino de lo que alguna vez dejamos de
hacer.
• Que tengamos muy presente que solo la muerte del orgullo nos permite
reinventar el mismo amor.
• Que nunca más nos alegremos de la muerte de un dictador, porque se
habrá extinguido la especie.
• Que al pie de nuestra cama siempre duerman unos zapatos que no son
los nuestros.
• Que siempre recordemos el nombre de los que no tienen nombre y que
nos olvidemos del de los poderosos.
• Que la ropa interior nos traiga más recuerdos que promesas.
• Que, de tan densas como van a ser, todas las horas nos parezcan cor
tas.
• Que cuando no sepamos qué decir no hayamos de recurrir a las pala
bras. Y que cuando no sepamos qué hacer no hagamos cosas de las que
luego nos avergoncemos.
• Que la tinta regrese a la pluma si la palabra escrita no merecía serlo.
Actividad II
Una de las prácticas sociales contemporáneas que posee unas marcadas ca
racterísticas es la que podría denominarse como “Visita a la consulta del mé
dico”. Resulta evidente la necesidad de conocer los sucesivos pasos que una
persona debe dar para participar de forma efectiva y eficaz en esta práctica.
Para un extranjero que haya asentado recientemente su residencia en un país de
habla hispana, dicho conocimiento es tan importante como el del vocabulario
y las formas gramaticales que habrá de utilizar. En esta actividad se propone la
tarea de reconocer los diferentes textos que se manejan en los sucesivos pasos
de la visita.
Actividad III
a) ¿Qué tipo de secuencia resulta ser predominante en este texto? ¿En qué
propiedades estructurales y gramaticales se pone de manifiesto?
b) ¿Qué otras secuencias se intercalan en ella?
C o m e n t a r io a las activid ad es
A la actividad I
a) Este texto ofrece un buen ejem plo de hibndism o de género, com o el que
se ha com entado en el segundo apartado de este capítulo. ¿Podríais seña
lar de qué dos géneros se trata y caracterizarlos mediante sus parámetros
pragm áticos?
Los dos géneros son el de carta a los Reyes Magos y el de columna de
opinión en prensa escrita.
El primero de estos géneros comprende originalmente cartas infantiles
dirigidas a unos personajes de ficción a quienes se les solicitan unos
regalos especiales, que tienen el poder de conseguirlos, cualquiera que
sea su naturaleza y costes. Es, pues, un género epistolar, mediante el cual
dos personas distantes en el espacio pueden comunicarse por escrito;
tiene una estructura interna que incluye, además de la referencia al lugar
y fecha de su escritura, sendos párrafos de saludo y de despedida (con
Los géneros textuales 1 1 5
A la actividad II
P a so 1 .- A c c e s o a l e d ific io
A la actividad III
a) ¿Qué tipo de secuencia resulta ser predom inante en este texto? ¿En qué
propiedades estructurales y gramaticales se pone de m anifiesto?
La secuencia dominante (o, en términos de P. Charadeau, el m odo de
organización discursiva) es la narración. Así cabría esperarlo en un libro
de memorias. Pero, sin duda, también cabe esperar otras secuencias, de
tipo descriptivo o argumentativo, por ejemplo.
En el texto que analizamos es patente la organización cronológica de la
información, como rasgo característico de la secuencia narrativa (“prin
cipios de los años ochenta” [1. 1], “después de... unos pocos meses”
1 1 8 Textos y aprendizaje de lenguas
[1.16], 1985, 1986 [1. 26], etc.) Del mismo modo, resulta patente la or
ganización interna, con una situación inicial [1. 1-4: “profesor de ciencia
política en Oxford” ], que evoluciona hacia un nudo (o, en este caso,
una sucesión concatenada de nudos: inicio y desarrollo del aprendizaje
del checo; viaje a Checoslovaquia; dedicación a la historia de Europa
del Este; regreso a Oxford y vínculos con intelectuales de los países del
Este...) y que culmina en una situación final que supone una transforma
ción o cambios de la inicial [I. 58-70],
En cuanto a los rasgos gramaticales propios de una secuencia narrativa,
podemos mencionar los siguientes:
Adverbios y marcadores de tiempo: “A comienzos de los años 80” [1. 1,
6]; “Después de [...] unos pocos meses” [1. 16]: “En 1985 y 1986” [1. 27];
“En aquellos días” [1. 31]; De vuelta en Oxford” [1. 49].
Oraciones temporales y formas verbales de pretérito: están en presente
a lo largo de todo el texto. Cabe destacar la alternancia de formas de
indefinido (que hace progresar la acción) e imperfecto (que se detiene en
las descripciones).
b) ¿Qué otras secuencias se intercalan en ella?
Como acabamos de señalar, encontramos secuencias descriptivas inter
caladas entre las narrativas: líneas 1-4, 10-14, 21-24, 31-38.
En ellas podemos reconocer el esquema de organización de la informa
ción a que se ha aludido en el tercer apartado de este capítulo:
En la primera secuencia descriptiva [1. 1-4] reconocemos fácilmente el
anclaje (“Yo era un profesor de ciencia política”) y la aspectualización
(“Tenía la seguridad del empleo, responsabilidades profesionales y una
casa agradable. [... |Me sentía cada vez más distante de mis preocupacio
nes académicas”). En ese párrafo son también reconocibles los recursos
gramaticales propios de la descripción (enumeraciones, calificativos...).
Esos rasgos son aún más patentes en otra de las secuencias descriptivas,
la que ocupa las líneas 10-14; en ellas podemos observar la conjunción
de predicados nominales, con adjetivos calificativos, enumeraciones,
comparaciones y verbos imperfectivos.
tipo, los informes profesionales o los artículos científicos, por ejemplo, son
clases de texto que se requiere abordar en los niveles más altos de competen
cia (como géneros escritos en el nivel C2). En cambio, géneros como las notas
breves o las biografías son apropiados para los niveles básicos (Al y A2). Una
programación de curso adecuada, pues, será la que tenga en cuenta esta pro
gresión en el grado de accesibilidad a los géneros que caracteriza cada estadio
de aprendizaje de una lengua.
Como acontecimientos comunicativos que son, el Marco Común Europeo
de Referencia (2001) plantea dominar los géneros textuales que se manejan en
cuatro ámbitos de uso fundamentales para un hablante competente: el ámbito
personal, el ámbito público, el ámbito profesional y el ámbito educativo. Todo
usuario de una lengua extranjera va a moverse en estos ámbitos de la lengua
que está aprendiendo, por lo que es necesario que los domine.
Para cada uno de estos ámbitos, es posible describir los patrones o esquemas
de organización típica de la información en los géneros que se manejan: conver
saciones, cartas personales, diarios, por ejemplo, en el ámbito personal; avisos
públicos, carteles, etiquetas, anuncios, reglamentos, etc. en el ámbito público;
cartas comerciales, informes, instrucciones de uso, tarjetas de visita, etc. en el
profesional; libros de texto, artículos de investigación, reseñas, diccionarios,
etc. en el ámbito educativo.
Además, en el nivel secuencial de un texto (argumentación, descripción, etc.),
pueden establecerse paralelismos entre dos lenguas determinadas, igual que el
que se establece en otros niveles de la descripción lingüística (el léxico, el morfo
lógico, el sintáctico o el semántico). Organizar unidades didácticas a partir de la
enseñanza-aprendizaje de secuencias textuales impulsa la transferencia de conoci
mientos y experiencias que el aprendiente de ELE ya tiene en los géneros a los que
ha accedido en su lengua materna.
CAPÍTULO VII
I n troducción
1 A. Tusón Valls (2002). “El análisis de la conversación: entre la estructura y el sentido”. Estudios
de sociolingüística, 3 (1): 133-153.
1 2 2 Textos y aprendizaje de lenguas
A: ¡Hola!
B: ¿Qué tal?
A: Bien.
B: ¿Tú también vas a la reunión?
A: Sí... nos han convocado a todos, ¿no?
B: Creo que solo a los que tenemos contrato fijo.
A: ¿Eh?
B: Sí, eso creo.
A: Vaya.
B: A ver qué nos dicen.
A: Eso, a ver...
B: Hasta ahora entonces.
A: Hasta ahora.
:
B: A ver qué nos dicen
A: Eso, a ver...
1 Grice, H. P. (1975). “Logic and conversation”. En P. Colé y J. L. Morgan (eds.). Syntax and
Semantic. Speech Acts, Nueva York, Academic Press: 41-58.
1 2 4 Textos y aprendizaje de lenguas
3 Calsamiglia, IT. (1994). “El estudio del discurso oral”. Signos. Teoría y práctica de la educación,
12, versión en línea: http://www.quadernsdigitais.net/datos/hemeroteca/r_3/nr_51/a_722/722.html.
4 Cortés Rodríguez, L. (2009). Com entario pragm ático de com unicación oral II. D os entrevistas
informativas, Madrid, Arco/Libros.
La conversación: concepto y propiedades 1 2 5
Cada una de estas categorías puede ser recursiva, ya que suele haber más de
un tema de conversación, por lo que, si se cambia de tema, se vuelve a preparar
la comunicación, orientar el tema y concluirlo. Las secuencias de inicio y de cic-
5 Teun A. Van Dijk (1978). La ciencia del texto, Barcelona, Paidös, 1992, 2 .a reimp. [trad. cast.
Sibila Hunzinger],
1 2 6 Textos y aprendizaje de lenguas
• saludo-saludo:
A: ¡Hola!
B: ¿Qué tal?
• pregunta-respuesta:
B: ¿Tú también vas a la reunión?
A: Sí... nos han convocado a todos, ¿no?
• afirmación-comentario:
B: Sí, eso creo.
A: Vaya.
La conversación: concepto y propiedades 1 2 7
• aserción-acuerdo:
B: A ver qué nos dicen.
A: Eso, a ver...
• despedida-despedida:
B: Hasta ahora entonces.
A: Hasta ahora.
bio ¿no?, pueden emplearse como partículas pragmáticas con distintas funciones:
en el caso de ¿no?, bien como marcador interactivo para llamar la atención del
interlocutor, bien como marcador metadiscursivo para cerrar el turno de habla,
o bien con una función más estratégica para ralentizar el discurso espontáneo y
lograr un espacio mínimo de planificación para mantener el turno.
El siguiente ejemplo de discurso conversacional recogido por Catalina Fuen
tes Rodríguez6 muestra algunos de los marcadores conversaciones más frecuen
tes (que destacamos en negrita) y sus funciones:
[...] hay andaluces que, la verdad, los que tienen poca cultura me ima
gino que meterán cada pata como... vamos, grandísima. Pero, vamos, los
de un nivel cultural medio, pues, la verdad, yo creo que sí.
[...] los que tienen poca cultura me imagino que meterán cada pata
como...
Como ha señalado Briz (1996: 39), en el español coloquial “la atadura sin
táctica se convierte en atadura, sobre todo, semántico-pragmática”.
Del mismo modo que los rasgos discursivos y lingüísticos que hemos detalla
do en el apartado anterior, son determinantes en una conversación espontánea
los elementos paralingüísticos y extralingüísticos. Muchas de las informaciones
que se transmiten en una conversación no se llevan a cabo mediante palabras,
sino a través del tono de voz, de la entonación, del contacto ocular, los ges
tos o la postura del cuerpo. Estos otros códigos pueden comunicar contenido
bien por sí solos (con una mirada podemos comunicar un reproche a nuestro
interlocutor, por ejemplo, o una aprobación) o bien superpuestos al código
1 3 0 Textos y aprendizaje de lenguas
A ctiv id a d es
Actividad I
Conversación 1
1 A: ¿Dónde has pasado el fin de semana?
2 B: En casa de unos amigos
3 A: ¿A qué fuiste allí?
4 B: Me invitaron a una fiesta
5 A: ¿Dónde viven tus amigos?
6 B: En Zaragoza
7 A: ¿En qué calle?
8 B: No lo sé,
9 A: ¿No lo sabes? ¿Cómo llegaste hasta la casa?
10 B: Uno de ellos fue a buscarme a la estación
11 A: ¿Fuisteis en coche, en autobús?
12 B: En taxi
13 A: ¿Y no oíste el nombre de la calle, que tu amigo le dio al taxista?
14 B: Sí, pero no lo recuerdo.
Conversación 2 11
1 A: Oye, y tú ¿dónde has pasado el fin de semana?
2 B: Pues estuve en casa de unos amigos.
3 A: Ah, ¿sí?
4 B: Sí, me invitaron a una fiesta.
5 A: ¡Vaya! Lo pasaríais bien... Y ... ¿dónde era la = fiesta = ?
6 B: = En un pueblecito
cerca de Zaragoza =.
7 A: ¡Cerca de Zaragoza!
8 B: = Ss... í =
9 A: = ¿Y cómo fuiste hasta allí? =
10 B: Ss sí, cerca de Zaragoza. Pues fui en tren hasta Zaragoza y ellos
= fueron = ...
11 A: = Fueron a... =
12 B: A recogerme a la = estación. =
13 A: = a recogerte a la estación. ¿Y ese pueblo, cómo se
llamaba? =
11 Para indicar los solapamientos de las conversaciones que presentamos se siguen las convencio
nes de transcripción del grupo Val.Es.Co. (2000).
La conversación: concepto y propiedades 1 3 3
Actividad II
C o m e n t a r io a las activid ad es
A la actividad I
Ambos son textos plurigestionados, por dos interlocutores que van intervi
niendo de forma alternativa. En la primera conversación, el interlocutor A lleva
1 3 4 Textos y aprendizaje de lenguas
— Topicalizaciones: “Tú, ¿dónde has pasado...” (1.1 ),“Y ese pueblo, ¿cómo
se llamaba?” (1. 14).
— Rematizaciones: “Alcalá de Ebro, será”) (1. 17).
Todos los fenómenos observados nos llevan a considerar las dos conversa
ciones como muy diferentes entre sí. Por más que aparentemente versan sobre
un mismo tema, el propósito de ambas parece muy diferente: en la primera
un interlocutor parece estar muy interesado en obtener datos, que el otro no
parece estar tan interesado en proporcionar (aunque tampoco se resiste abier
tamente a hacerlo), en tanto que en la segunda ambos interlocutores parecen
interesados en compartir una experiencia.
Asimismo parece plausible aventurar que la relación entre los interlocutores
de la segunda conversación es más estrecha, cordial y franca que entre los de
la primera. También la posición jerárquica parece diferente: en la primera se
aprecia una mayor autoridad en A frente a B, en tanto que en la segunda parece
haber más igualdad de planos.
Con la debida cautela, por la falta de datos debida a la ausencia de una ver
sión audiovisual, podríamos afirmar que la primera conversación se aproxima
más al género de entrevista o incluso de interrogatorio, mientras que la segunda
está más cerca del género de conversación coloquial.
A la actividad II
I n t r o d u c c ió n
entre prácticas más interactivas (en que el aprendiente participa como interlocutor)
y prácticas más receptivas (en que el aprendiente solo participa como destinatario);
y, finalmente, entre prácticas más reguladas (con un esquema conversacional prefi
jado) y prácticas menos reguladas (sin un esquema previo establecido).
Según estos criterios, relativos unos al registro de la conversación (grado de
planificación y tema), y otros al tipo de participación y superestructura de cada
clase textual, podemos caracterizar del siguiente modo los diferentes géneros
conversacionales que vamos a abordar en los apartados que siguen:
Son estos los rasgos que vamos a detallar a continuación para cada uno de
los cinco géneros conversacionales escogidos por su relevancia para la didáctica
de ELE. Aunque, como veremos, estos géneros de discurso presentan rasgos
singulares que los diferencian entre sí, constituyen todos ellos géneros interme
dios (cfr. Gregory y Carroll 1978) entre el discurso oral y el discurso escrito.
Esto es, participan de rasgos propios de la oralidad espontánea pero también
del discurso escrito formal. En relación con los rasgos prototípicamente orales,
por ejemplo, algunos de los géneros que analizamos presentan — al igual que la
conversación familiar— un grado de planificación bajo (conversación telefóni
ca, debate); en otros, el campo temático es general (debate, tertulia radiofónica)
—como en los intercambios coloquiales— ; y pueden presentar una toma de
turno libre o no marcada (conversación telefónica, negociación de un servicio).
En cuanto a los rasgos que pueden compartir con el discurso escrito formal, en
estos géneros intermedios el grado de planificación puede ser alto (entrevista de
trabajo); el campo temático específico (negociación de un servicio); o la estruc
tura discursiva prefijada de antemano (debate); estos tres rasgos se dan también
en una exposición escrita académica, por ejemplo.
Diferentes géneros conversacionales y su relevancia para la didáctica de ELE 1 4 1
C o n v e rsa c ió n t e lefó n ic a tr a n sa c c io n a l
E l d e b a t e v ir t u a l o en línea
Al igual que conversar por teléfono constituye una necesidad que a todo
aprendiente de una lengua extranjera se le va a plantear, por la misma razón es
preceptivo enseñar a debatir en clase. El debate, a diferencia de la conversación
telefónica, se caracteriza por la posibilidad de que el número de participantes
sea mayor de dos, y por que la organización y gestión de turnos está más orga
nizada. En un debate los interlocutores alternan sus papeles de emisor y recep
tor según unas normas de intervención establecidas de antemano.
Desde un punto de vista pragmático, la finalidad de un debate como género
de discurso es la de persuadir. Se busca en la discusión convencer al interlocutor
del punto de vista propio acerca del tema objeto de la conversación. Reciente
mente, las tecnologías de la información y la comunicación han creado géneros
conversacionales nuevos en los que se debate sobre asuntos cotidianos, de ac
tualidad. Constituyen modernas ágoras en las que cualquier ciudadano, sin que
se le haya otorgado el turno de palabra, puede tomar la iniciativa e intervenir
en la discusión propuesta.
Este tipo de discusión podemos observarlo en los comentarios que distintos
participantes han escrito al hilo de uno de los artículos publicados por Vicente
Verdú en El blog literario en español que mantiene en Internet desde mayo de
2006 (El Boomeran(g): http://www.elboomeran.com/blog-archivo). Reproduci
mos en primer lugar este artículo, titulado El oxígeno de vivir, y a continuación
las intervenciones de los internautas, algunas publicadas pocas horas después del
escrito de Verdú, otras escritas semanas más tarde. Las presentamos cronológica
mente, tal y como fueron redactadas (con la ortografía y puntuación originales):
El oxígeno de vivir
Se ha publicado un libro sobre el fotógrafo Enrique Meneses (Ma
drid, 1929) que se titula La vida con oxígeno. En uno de los telediarios
nocturnos de La Primera apareció la autora de ese texto y también En
rique Meneses, una vez sentado en una silla de ruedas y con el tubito de
oxígeno incrustado en la nariz y otra sin nada de todo aquello, respiran
do normalmente y afirmando con desparpajo que “la vida es muy pero
1 4 4 Textos y aprendizaje de lenguas
que muy divertida”. Parecían irritarle todos estos que, aquí o allá, vamos
quejándonos de los dolores y contrariedades de la vida y difundiendo, al
socaire, un triste concepto de ella.
Más tarde salió otro personaje en la pantalla que, sin relación con el
anterior, declaró que la vida, por dura que sea, “vale la pena”. La vida
vale la pena. ¿Qué vale la vida? La pena. La pena es el coste de la vida
pero, al cabo, la vida es tan divertida que no es nada raro tener que pagar
algo a cambio de su gran espectáculo de entretenimiento.
Pienso que basta dar un paso atrás, o tres, o cinco o diez. Basta echar
se atrás y contemplar el hecho de vivir y el deshecho de morir, para estar
pronto de acuerdo con los que propagan una fama positiva de la existen
cia. Mortales como somos ¿qué puede gustarnos más que vivir y vivir?
“La alegría de vivir”, la jote de vivre con que se titulan los cuadros
más gozosos, es un pleonasmo, casi una obviedad y hasta una fatal redun
dancia. Es decir, el cero del cerebro que sigue o no en silencio, mientras el
corazón no para.
|Publicado el 02/2/2011 a las 09:30]
Comentarios (9)
bueno la vida vale la pena, cuando la pena esta asegurada, no siendo ricos, no me
refiero a eso, digo que hoy en día, tenemos que conquistar otra sociedad donde la
¡gualda económica, junto a la libertad, sean la pena de la vida que nos da alegria
Comentado por: pj el 02/2/2011 a las 11:18
Hay razones para amar y para odiar, para alegrarse o entristecerse... pero aplicar sólo
la razón, buscando razones, a veces engañosas, para alabar o denigrar la vida creo que
es quedarse corto, que la alegría de vivir está más allá de la razón y que a veces nuestras
razones tíos impiden experimentar tal alegría. Se decía los otros días con la canción de
Nina Simone: que no tenía razones para vivir, no tenía dinero, ni hombre, ni estilo, ni
Dios... pero tenía sus ojos, su pelo, sus manos, sus pies, es decir, tenía su ser, su vida.
Algo que entienden muy bien, según nos cuentan, quienes han estado gravemente en
fermos, quienes lo han perdido casi todo, y a lo que dan valor más allá de todas las
razones, el sentido y sentimiento de estar vivo y agradecerlo, a pesar de los pesares.
Comentado por: Un bárbaro el 02/2/2011 a las 16:06
Journées
A quoi servent les journées ?
A être le séjour de notre vie.
Elles viennent, elles nous réveillent
Tant et tant de fois.
U faudra que du bonheur s’y loge.
Où vivre, sinon dans les journées ?
Philip Larkin.
Comentado por: Pauline el 03/2/2011 a las 10:28
Diferentes géneros conversacionales y su relevancia para la didáctica de ELE 14 5
Además, como en los chats, en los debates virtuales es habitual que los pares
adyacentes no sean sucesivos, sino que a una pregunta siga la opinión de un
participante ajeno a la pregunta realizada, de modo que no es hasta el tercer
o cuarto turno de habla cuando esa pregunta es respondida. Esta aparente
desestructuración de los pares adyacentes no desemboca en una falta de com
prensión o caos conversacional, sino que el hilo del debate puede seguirse con
un grado de coherencia aceptado por los participantes. Este mismo pacto de
aceptabilidad es el que se manifiesta en la relajación normativa que se observa
al escribir: no se tienen en cuenta los errores ortográficos, pues lo que se valora
es el hecho de participar (cuanto mayor número de comentarios se escriban y
más variados sean, mayor éxito comunicativo se habrá logrado). La ruptura
de las convenciones del texto escrito, no obstante, no es tan extrema como en
otros géneros electrónicos (chat, sms).
Los foros de discusión virtuales presentan, pues, características propias
como tipo de debate, determinadas por el nuevo contexto Internet: los foros en
línea no están sujetos a la inmediatez de la conversación ni a la presencialidad
de los participantes; de todos modos, aunque el espacio físico no es comparti
do, sí que puede hablarse de una presencia en la red y de una presencia funda
mentalmente de pensamiento, esto es, de una com unidad discursiva virtual.
Como debate, la discusión en línea suele carecer de uno de los participantes
clásicos del debate presencial: el moderador. Es el caso del ejemplo reproducido,
en que el autor que da pie a la discusión, Vicente Verdú, no actúa de moderador
en ningún caso. Se trata, pues, de un discurso autorregulado, donde los interlocu
tores que deciden participar lo hacen libremente, sin un orden prefijado de ante
mano, para defender su opinión ante los demás, y persuadirles de su validez.
Quien manifiesta su punto de vista puede hacerlo en cualquier momento,
por lo que hablamos de un género conversacional “asincrónico”, como han
definido los estudios sobre géneros de discurso virtuales, frente a otros géneros
conversacionales virtuales “sincrónicos”, como los chats (cfr. F. Yus 2 0 0 12, y los
trabajos desarrollados en la corriente denominada Comunicación Mediatizada
por Ordenador o CMC: Computer M ediated Communication en inglés).
En el ejemplo de debate virtual reproducido podemos observar el carácter
argumentativo de esta clase de género conversacional. En la discrepancia con las
opiniones de otros, es frecuente emplear recursos de mitigación o atenuación cor
tés que garanticen el respeto por lo dicho por otros participantes; así se observa
en las marcas que destacamos con negrita en las siguientes intervenciones:
ración es el que rige todas las intervenciones. Señala a este respecto Graciela
Reyes (1995:39)3:
L a t e r t u l ia rad io fó n ic a
I-I
PA: Y el tema Internet, Internet también ¿eh? por por... la gente cada
vez compra más des desde casa...
PF (moderadora): [Sí, claro, claro, también.]
JJT: Por eso digo, esto tiene muchas muchas aristas, hay que verlas en
el conjunto, y según como se vea, y de qué lado, pero lo que no se puede
es quedarse, digamos, uno encerrado en una posición que sea de una eh...
sino lo que hay que ver es de qué forma... Y en el aspecto... quiero añadir,
las experiencias que que qu... conocidas a nivel mundial de la liberación
de horarios, mmm, no tienen mayormente un gran impacto en el hecho de
que se consuma más ¿eh? Se consume de otra forma, es decir...
JMI: [Claro.]
JJT: que en vez de comprar los domingos pues se compra el martes,
pero hay como un trasvase, pero no hay no hay un incremento de ven
tas.
JJT: [Sí...yo lo que...]
JMI: No, se consume más cómodamente.
PA: [Sí, sí.|
JMI: Es, no, no, yo no creo que se venda más. Se consume más có
modamente; fíjate: ahora, sobre todo en las grandes ciudades, se está po
niendo muy de moda, y se ha convertido ya en una costumbre habitual, el
decir: ¡ah no, pues me voy luego al chino y lo compro!
PA: [Mmm.]
JMI: Porque los chinos están abiertos a deshoras.
PA: [Mmm.]
JMI: Y está bien que sepas que a deshoras, a cualquier hora... del
día o de la noche ahí hay un chino esperando que rú vayas a comprar lo
mismo un ramo de flores que una barra de pan que una botella de agua,
que lo que sea.
PF (moderadora): [Ya]
PA: [Sí.]
JMI: Ahí está el chino.
JJT: [Ese es el tema de las tiendas de conveniencia.]
JMI: ¡Y ojo a los chinos! ¡Ojo a los chinos!
JJT: [Já, já.J
JMI: Porque estos sí que, sí estos sí que curran
JJT: [No, no...]
JMI: Y les es igual...
PF (moderadora): ¡Es que estos no duermen!
JMI: El padre, la madre, el hijo, la hija. Ahí están todos ¿eh?
JJT: [Sí. ]
JMI: Cuando no está uno está otro. Y...
PF (moderadora): [Pero, claro] ¿podemos llegar a eso? Es que al final,
mmm, los pequeños comerciantes de eso se quejan... es decir...
JMI: [Mira, perdóname. La forma, la forma...]
Diferentes géneros conversacionales y so relevancia para la didáctica de ELE 1 5 1
L a e n t r e v ist a d e t r a ba jo
6 El ejemplo forma parte del sim ulador de entrevistas de trabajo de la Consejería de Educación y
Universidades del Gobierno del Principado de Asturias (2006), accesible en Internet: http://www.
educastur.princast.es/fp/hola/simulador/simulador.html. Nosotros solo hemos modificado la aper
tura de inicio y la de cierre de la conversación telefónica.
1 5 4 Textos y aprendizaje de lenguas
Como puede com probarse, en la entrevista los turnos de habla están fijados
de antem ano, aunque sin especificar su extensión; y en el caso de la entrevista
de trabajo tienen como principal función conocer más datos sobre el perfil y
aptitudes profesionales de la persona entrevistada. Como afirman Briz et al.
(2008: 245):
L a n e g o c ia c ió n de un servic io
En el banco:
Así pues, corno hemos ido viendo a lo largo de los diferentes apartados en este
capítulo, a diferentes géneros conversacionales corresponden distintos conteni
dos textuales que aprender y distintas habilidades comunicativas que practicar.
A c tiv id a d es
Actividad I
ellos, su autor se dirige al autor del blog, y a partir del siguiente se produce el
intercambio entre dos lectores del blog.
Supongamos que ese mismo intercambio de ideas y opiniones se produjera
en un debate oral, en un mismo lugar y tiempo. Debéis reemplazar aquellas
expresiones que aquí aparecen como más propias de la lengua escrita por otras
de la lengua oral, así como insertar aquellas que faltarían en un debate oral.
Actividad II
Actividad III
Conversaciones telefónicas
Actividad IV
A: Sí, diga.
B: Buenos días, señor Lasheras. Soy Marta, de Volkswagen.
A: Ah, buenos días...
B: Llamaba por saber si habían... = decidido... =
A: = Sí, muy amable = .
B: Si habían decidido ya...
A: Pues sí, ya nos decidimos. Finalmente hemos comprado otro coche.
B: Ya...
A: Estuvimos mirando varias opciones...
B: Sssí..
A: Y el Golf que vimos con usted, pues... nos gustaba, pero... finalmente
Diferentes géneros conversacionales y su relevancia para la didáctica de ELE 1 6 1
A la actividad I
gracias Beatriz, por explicarme esta formula, Sí, Beatriz, tienes razón; y gracias
por la explicación de la fórmula pero no sé, a m í me parece que el mundo más
que con amor funciona con dinero... y eso es algo no natural en esta naturaleza
que poseemos, somos la única especie en este planeta que funcionamos con
dinero y mientras no descubramos otro planeta con seres como nosotros, la
fórmula de Einstein parece que tiene poca efectividad, pero de todos modos, te
doy las gracias por ayudarme a comprenderla...
pjt Pero es que / Pero lo que yo digo es que si no tenemos Amor, nada tene
mos. Para mí, el Amor es el que nos da dimensión de la Vida, la autenticidad de
nuestros ideales, la abnegación de unos padres por sus hijos. El lazo invisible
que todo lo une y lo engrandece a través del Alma! El invisible hilo que nos ata
a nuestros antepasados y que también nos unirá con nuestros descendientes, si
los llegamos a tener. Cordiales saludos.
A la actividad II
1. Sobre el Apertura
solicitante: Saludos e identifica Extraños (sin
cualidades y ción personal relación previa)
preparación, Dos partes: el
experiencias, Desarrollo
solicitante y los
Entrevista Eventual expectativas - Intercambio de pre representantes
de firma de un y deseos guntas y respuestas de la empresa
contrato de por ambas partes; el
Trabajo 2. Sobre las ca (uno o varios)
trabajo entrevistador lleva la
racterísticas inciativa Estos llevan la
del puesto:
obligaciones, - Posible acuerdo para iniciativa y con
nueva cita trolan el desa
derechos, rrollo del acto
salario... Cierre (despedida)
Apertura
Saludo e identificación
1. Salud del (cuando proceda)
paciente Extraños (con
(síntomas, Desarrollo
Obtención posible relación
hábitos...) Preguntas iniciales del previa)
de un diag
médico (breve historial
Visita al nóstico y 2. Diagnóstico Dos partes: pa
médico del paciente)
médico la corres ciente y médico;
3. Terapia /
pondiente Exposición de sínto este lleva la ini
Ulteriores
terapia mas del paciente + ciativa y contro
pruebas,
Preguntas del médico la el desarrollo
ulteriores
visitas Diagnóstico y terapia +
preguntas del paciente
Cierre (despedida)
Apertura: saludo
Desarrollo
Mantener Intercambio de infor Conocidos o
Todo tipo de amigos
y estrechar maciones, opiniones,
temas, muy
relación
Conocidos variados y cam anécdotas, even Dos partes (o
interperso
autobús biantes durante tualmente chanzas y varias). Inicia
nal (cono
el desarrollo del bromas tiva y control
cimiento, Cierre del desarrollo
encuentro
amistad...) compartidos
Despedida, buenos de
seos, votos y recuerdos
a terceros...
1 6 4 Textos y aprendizaje de lenguas
Didáctica
— Las rutinas por las que se pasa hasta llegar a la consulta propiamente
dicha (solicitar hora, pasar por el mostrador de recepción para cum
plimentar determinadas formalidades, rellenar impresos, etc.).
— Las convenciones que rigen la relación con el médico (la forma de
tratamiento mutuo, el hecho de que es él quien toma la iniciativa en
la conversación y la dirige, las preguntas que este suele hacer, y las
Diferentes géneros conversacionales y su relevancia para la didáctica de ELE 165
que puede hacer sin necesidad de pedir permiso para tratar temas
considerados íntimos en otros contextos, la extensión en las respues
tas del paciente, distinguir entre los temas que uno trata con el doc
tor y los que trata con sus colaboradores, la forma y procedimientos
de pago de honorarios (si es una consulta privada, etc.).
A la actividad III
Conversaciones telefónicas
A. Posible fo rm a de agrupación
2. Conversación profesional
Razonamiento
consecuencia para la enseñanza de ELE: por un lado, el texto dicho puede ser
más difícil de comprender, pero también de enunciar (especialmente por un
hablante extranjero), al faltarle el complemento de la comunicación gestual
y proxémica; por otro lado, la elección del vocabulario y las expresiones (y
también, como se ha dicho, de los silencios) es más importante. Lo mismo cabe
decir sobre la gestión de los turnos, cuya alternancia ha de regularse exclusi
vamente mediante la palabra o el sonido. Y, también, sobre las señales de aten
ción, de seguimiento del discurso del otro: monosílabos y diferentes sonidos (sí,
ya, mm, etc.) cumplen esa importante función.
Las posibilidades de error en la interpretación de las palabras o la actitud
del interlocutor son mayores que en las conversaciones cara a cara. Por lo tan
to, será importante disponer de recursos para asegurarse ele que no se da tal
error, y utilizarlos estratégicamente (repetir, confirmar, etc.).
¿Cuáles son las necesidades de aprendizaje específicas de una conversación
telefónica y, por tanto, comunes a todas ellas? ¿Cuáles, las particulares de algu
nas de ellas? Pensad en los siguientes puntos:
Leer cada uno de los nueve dígitos por separado es un recurso que
facilitará la comprensión y un extranjero puede utilizarlo sin mayor
problema. Pero debe estar preparado para oírlos en la forma que se ha
explicado.
a .l. La llamada es correcta, pero no para quien ha descolgado el teléfono.
Pin tal caso aparecerán expresiones como “¿Está Carmen? Que se pon
ga” o “Ahora te la paso”.
a. 3. De forma análoga, puede suceder que la persona buscada no se encuen
tre en el lugar donde se recibe la llamada: “¿Puede dejarle una nota? De
parte de Pepe López”. - “ Dígale que ha llamado Pepe López”. - “Vol
veré a llamar más tarde”.
b. Desarrollo y estrategias
b.3. En todas las llamadas es oportuno hacerse repetir las cosas que no
se han entendido. La insistencia en esta solicitud requiere extremar
la cortesía: ¿’’Le importaría repetir lo que acaba de decirme, no le he
entendido bien”? ¿Podría hablar más alto / más despacio /; no le oigo
bien? Permita que se lo repita yo, así me aseguro de que he entendido
bien”.
c. Cierre
Las señales de que uno está terminando su intervención son muy impor
tantes, como ya se ha señalado, en la gestión de la conversación; particular
importancia adquiere el cierre del acto. Y en las conversaciones telefónicas,
esta importancia es aún mayor, dado que supone la interrupción total del con
tacto (en las conversaciones en presencia, siempre queda la posibilidad de que
el interlocutor reprenda un tema que hubiera quedado pendiente, además de
disponer de las posibilidades de comunicación cinésica y proxémica). Por lo
tanto, hay que recurrir a formas lingüísticas, que no se reducen a la prosodia;
expresiones como “lo siento, tengo que dejarte”, o equivalentes, cumplen la
función de hacer explícita la intención de cerrar la comunicación. La cortesía
podrá obligar a prometer una posterior llamada u otros actos similares.
A la actividad IV
Una sesión de clase (no importa de qué disciplina) es uno más de los aconte
cimientos sociales en que se desarrolla la vida de una comunidad; la comunica
ción entre los asistentes desempeñará, por tanto, un papel primordial en el lo
gro de sus metas. Ya en una primera mirada sobre el aula, efectuada desde una
perspectiva profana, podemos descubrir la sesión de clase como una especie
de conversación entre un grupo de personas, en la que se formulan preguntas
1 L. Nussbaum y A. Tusón (1996). “El aula como espacio cultural y discursivo”, Signos. Teoría y
práctica de la educación, 17: 14/21.
Conversaciones para aprender 1 7 5
2 “Conversational partners use language to travel together from the past into the future, mutually
transforming the current state o f their understanding o f the topic(s) o f their conversation”. (N.
Mercer (2002). “Sociocultural discourse analysis: analysing classroom talk as a social mode of
thinking”, Journal o f A pplied Linguistics, 1/2: 137-168).
3 Una de las objeciones más frecuentes de los alumnos a la práctica de conversación en parejas o
en pequeños grupos es que en ellas no progresan, pues corren el riesgo de imitar los errores de sus
compañeros sin que nadie les corrija; a esto cabría responder, en palabras de N. Mercer, “docendo
discim us”, esto es, ‘al enseñar aprendemos’.
1 7 6 Textos y aprendizaje de lenguas
La secuencia IRF
4 S inclair, J. y M . Coulthard (1975). Towards an Analysis o f Discourse: the English used by teach
ers and pupils. Londres, Oxford U n iv e rsity Press.
Conversaciones para aprender 1 7 7
sirve para que el alumno interpelado demuestre saber lo que se le pregunta (o,
en su caso, ignorarlo), pero no sirve para que lo aprenda: el alumno solo puede
dar la respuesta correcta si ya la conoce y, si no la conoce, no será por medio
de este procedimiento como podrá aprenderla. Trasladado a una situación de
aprendizaje de ELE, puede observarse este mismo fenómeno en la siguiente
secuencia:
7 L Van Lier en J.P. Lantolf (ed.) (2000). Sociocultural theory and secon d language learning, O x
ford, Oxford University Press, p. 251. (Al igual que la secuencia anterior, esta estaba originalmente
en inglés en el libro de Van Lier, y la hemos traducido y adaptado al español para incorporarla a
este trabajo).
1 8 0 Textos y aprendizaje de lenguas
a. - ¿Sí?...
b. - Entonces, si soy periodista puedo trabajar por mí solo... Mmm,
quiero decir,
mmm... no necesito... no tengo que trabajar para una empresa.
Van Lier presenta estos cuatro niveles en círculos concéntricos, que se ven
atravesados por diferentes radios en cuyo extremo exterior se dan unas deter
minadas características que se oponen a las del extremo interior:
10 L. van Lier (1993). Interaction in the language curriculum. Awareness, autonom u & authentic
ity, Londres, Longman: 178 y ss.
Conversaciones para aprender 1 8 3
La última de estas propiedades resulta ser central y tiene una influencia de
cisiva en todas las demás. Para Van Lier, el discurso contingente se caracteriza
por estar anclado en el mundo de la experiencia de los participantes y crear
expectativas sobre lo que va a suceder. Una interacción en el aula más contin
gente redundará en un mayor provecho en el aprendizaje, al proporcionar más
oportunidades de que este se produzca y de que lo sea en mayor profundidad.
Lo fundamental es la doble cara de este fenómeno: un anclaje contextual en lo
que ha sido dicho y es conocido, y una expectativa que anima a los alumnos a
alcanzar niveles más altos de competencia; el primero, el anclaje, permite esta
blecer relaciones y conexiones, construyendo así conocimiento; la expectativa
es un poderoso motivador interno.
En sintonía con estas propuestas, Esteve (2009) propone una “pedagogía
dialógica”, y afirma al respecto:
11 O. Esteve (2009). “La interacción, un proceso que implica conversar”, Cuadernos de Pedago
gía, 391: 56 y ss.
Conversaciones para aprender 1 8 5
12 Nótese que en el mundo externo al aula también existe un tipo de pregunta análoga, la pregun
ta retórica; pero, en este caso, su objetivo no es el mismo que el de la pregunta de demostración
en el aula.
1 8 6 Textos y aprendizaje de lenguas
breve (un sí, un no, una sola palabra o frase...), mientras que las segundas bus
can respuestas más extensas, fruto de la reflexión personal de cada alumno. Un
tercer criterio es el de aquellas preguntas de demostración que tienen una única
posible respuesta correcta (“pregunta cerrada”), o bien que admiten diversas
respuestas (“pregunta abierta”).
Otros aspectos interesantes de las preguntas del profesor son los siguientes:
La reacción del profesor a las respuestas de los alumnos se rige, también, por
su orientación al aprendizaje. Pero esta reacción no se limita a proporcionar
información sobre lo correcto o incorrecto de una respuesta, sino que puede
perseguir muy diversas metas: relajar el ambiente en el aula, animar a la parti
cipación y colaboración, estimular la intervención, incrementar la motivación,
suscitar la reflexión, etc.
Un aspecto que suele descollar en el interés de muchos profesores y alumnos
es el de la corrección del error. En las clases de ELE será natural y muy frecuen
te que los alumnos produzcan enunciados incorrectos. La reacción del profesor
ante este hecho puede adoptar múltiples formas, desde hacer caso omiso hasta in
tervenir de inmediato sin dejar pasar ninguno de los errores que pueda detectar13.
Otras reacciones del profesor al discurso de los alumnos, más allá de sancionar la
corrección de la respuesta, pueden responder a los siguientes propósitos:
13 A este respecto es importante destacar que la capacidad de atención y de percepción del pro
fesor es limitada, como la de todo ser humano, y que, por lo tanto, pueden pasársele por alto
algunos de los errores cometidos; de ahí que resulte imposible mantener el principio de que todo
error será corregido.
Conversaciones para aprender 1 8 7
Tanto las preguntas como las reacciones del profesor se producen en el mar
co de una conversación cuya meta es el aprendizaje de la lengua. Por tanto, el
significado de todos los enunciados que las integran no está encerrado en ellas
mismas sino que se establece conjuntamente mediante la cooperación de los
participantes, profesores y alumnos.
A ctividades
Actividad 1
14 Este fragmento se presenta y se explica originalmente en E Martín Peris (2010). “¿A qué nos
referimos cuando hablamos de ‘usar la lengua para aprenderla’?”. Bellaterra Journal o f Teaching
& Learning Language & Literature, 3.1: 1-18.
1 8 8 Textos y aprendizaje de lenguas
12. Al.-
Un pañuelo barato es un pañuelo que no es de fina seda.
13. Pr.-
Muy bien, seguid.
14. A2.-
Mmm.. ¿Un pañuelo de seda? ¿Cómo, un pañuelo de seda?
15. A3.-
¿Quieres decir... mm... un pañuelo para la cabeza o para...
la... nariz?
16. Al.- = Un pañuelo para la nariz. =
17. A2.- = Un pañuelo para la cabeza. =
18. risas
Preguntas
Actividad II
Preguntas
c) Las distintas intervenciones del profesor son uno de los rasgos más des
taca bles en las conversaciones de aula. Veamos en primer lugar las pre
guntas del profesor: ¿qué rasgos distintivos encontramos entre la prime
ra pregunta de esta conversación y la primera de la secuencia IRF que
hemos visto en la introducción?
d) La retroalimentación del profesor aparece en distintos turnos de esta
conversación. ¿Con qué características propias?
i) La intervención de los alumnos: a diferencia de una secuencia en estruc
tura de IRF, los alumnos intervienen aquí de forma diferente en diferen
tes turnos. ¿Cuáles de sus intervenciones consisten estrictamente en una
respuesta a la pregunta del profesor y cuáles responden a otro tipo de
intervención? ¿Cómo podemos caracterizar los turnos de respuesta a la
pregunta del profesor: como centrados en la forma o como centrados en
el significado?
f) ¿Podemos ver indicios de negociación de significado y de negociación de
identidad?
A la actividad I
Ya hemos señalado que A3, en la primera parte del turno 8, está hablan
do consigo misma, con el fin de retener mejor lo que acaba de aprender;
en la segunda parte de su turno se dirige a la profesora, como también
hemos señalado ya, para preguntarle el género del nombre.
1 9 2 Textos y aprendizaje de lenguas
A la actividad II
Las clases de ELE serán tanto más eficaces cuanto más se dialogue en ellas,
y más se tengan en cuenta las propiedades y características del diálogo y de la
conversación: los alumnos desarrollarán una destreza compleja, con elementos
muy variados del uso de la lengua, que les permitirá desenvolverse en diversas
situaciones sociales del país cuya lengua aprenden; entre esos elementos figuran
no solo la gramática y el vocabulario, sino también y de forma muy especial la
pronunciación y la entonación; además, un conjunto de reglas por las que se
rige la intervención en una conversación y que dependen de aspectos sociocul-
turales propios de la comunidad en que se mantiene la conversación.
Conversar en el aula ayudará también a los alumnos a dominar mejor la
gramática y el vocabulario, dado que se verán en la necesidad de explicarse
bien ante sus interlocutores, esforzándose por remediar malentendidos y otros
obstáculos derivados de su insuficiente dominio de la lengua. Un tercer pro
vecho de las conversaciones atañe al control del proceso de aprendizaje, que
estará más en las manos de los propios alumnos y facilitará de este modo un
desarrollo más adecuado a la personalidad de cada uno de ellos. Finalmente,
conversando en el aula los alumnos podrán tomar conciencia de los valores y
actitudes inherentes a un diálogo interpersonal e intercultural, lo que contribui
rá al incremento de valores en la sociedad y a hacer una realidad el hecho de
que las lenguas son un instrumento al servicio de la comprensión mutua y no
banderas para la confrontación.
I
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA SOBRE ESTUDIOS
DEL TEXTO / DISCURSO Y DIDÁCTICA DE LE / L2
TEXTOS
Y APRENDIZAJE
DE LENGUAS
ELEMENTOS DE LINGÜÍSTICA TEXTUAL
PARA PROFESORES DE ELE
CARMEN LÓPEZ FERRERO / ERNESTO MARTÍN PERIS
Por su estrecha relación con la lengua como comunicación, la
lingüística del texto tiene una especial relevancia para la ense
ñanza de ELE. Los enfoques comunicativos se han desarrollado
mayoritariamente a partir de unidades lingüísticas de rango infe
rior al texto; sin embargo, todos quienes se dedican a la enseñanza
de lenguas se han visto en la necesidad de integrar los textos en
esos enfoques. Por ello es oportuno ofrecerles instrumentos para
un mejor conocimiento de las propiedades de los textos.
Los lectores de este libro encontrarán en él una exposición de
los principales conceptos de la lingüística textual, acompañada
de una serie de actividades que faciliten una mejor asimilación de
esos conceptos y el reconocimiento de su utilidad para la práctica
docente. Particular importancia se ha concedido a la relación entre
texto y contexto, con una especial atención al aula como contexto
de uso de los textos, y al contexto cultural y sociohistórico más
amplio en que se inscribe.
En el libro se abordan aspectos fundamentales de la lingüística
del texto: la competencia textual en la comunicación, las propieda
des de los textos y la variedad textual que cristaliza en los géneros
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