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ADORACIÓN EUCARÍSTICA DE NIÑOS

Guía: Llegamos hasta aquí porque Jesús, por medio de su Espíritu Santo, nos
llamó para reunirnos con Él y compartir juntos un momento amistoso.
Jesús es nuestro amigo por excelencia, por eso vamos a cantar y adorarlo. Él
está en el cielo con el Padre, pero también está aquí en el Sagrario, en el Pan de
la Eucaristía; y junto a nosotros, María, la madre de Jesús y madre nuestra, los
discípulos, los santos y ángeles, por eso, con alegría y de pie cantamos…….(se
ilumina el lugar)

Con gesto de adoración y reverencia a Jesús, nos arrodillamos y decimos: en el


nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A cada intención responden: -¡Gracias Jesús!
- Por encontrarnos alegres en tu casa.
-Por las cosas hermosas que creaste
-Porque pronto nos vas a recibir en la Primera Comunión.

De pie, ofrecemos corazones (Anexo A) hecho por los niños como signo de
nuestro amor, alegría y agradecimiento, mientras cantamos “Estoy alegre”
(Anexo B)
Nos sentamos y en silencio, cada uno en el corazón sigue dando gracias a Jesús
por lo que queremos agradecer

- Jesús dijo: Todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo recibirán. Nosotros


creemos en sus promesas por eso les decimos: - ¡Te alabamos Jesús!
- Porque multiplicas el pan para los que tienen hambre.
- Porque sanas a los enfermos.
- Porque llamas a tus amigos a ayudarte a servir.

Todos necesitan de oración. Ahora respondemos:- ¡Te pedimos Jesús!


- Por las personas que gobiernan, para que sean justos.
- Por nuestra Iglesia y sacerdotes, para estar siempre atentos a las necesidades
espirituales.
- Por todos los argentinos, para que seamos solidarios.
Jesús sigue escuchando nuestras palabras y todo lo que decimos. Ahora nos
acordamos de todos los niños del mundo entero y rezamos por ellos. Decimos -
¡Escúchanos Señor y llénanos de amor!
- Por los niños que sufren.
- Por los niños que tienen hambre.
- Por los niños enfermos.
- Por los niños que están solos.

Pensamos en silencio en nuestros familiares y amigos. Cada día que pasa


necesitamos crecer y mejorar, por eso ahora vamos a decir: -¡Ayúdanos Jesús
a crecer!
- Para amar a todos.
- Para no devolver mal cuando me ofenden.
- Para ser responsable en mis tareas de la escuela y en mí casa.
- Para ser instrumento de reconciliación en mi familia y entre mis amigos.

Un deseo grande manifestó Jesús: un día él rezó al Padre diciendo: Ojala que
todos sean uno, como nosotros somos uno. Él siempre espera que todos se
quieran y se perdonen. Por eso nos enseñó la oración que nos hace a todos

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hermanos. Tomados de las manos, rezamos la oración que Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…

Siempre donde está Jesús está su Madre María, y cuando estuvo en la cruz nos
regaló como madre nuestra, a quien le debemos todo nuestro cariño y amor, ya
que ella nos cuida y protege como sus hijos verdaderos. Unimos nuestras voces
y le decimos: Dios te salve María…

Vamos a terminar esta hora de adoración de pie, cantando: Alma Misionera.

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