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Matricula: 15-3184
Fecha: 28/09/18
De las unidades III Y IV presentar en forma de resumen asumiendo todos
los sub temas de las dos unidades.
Unidad III
Procesos terapéutico
La formación del terapeuta tiene como objetivo, que el terapeuta se asocie con
la familia que tiene un problema y así puede establecer un sistema terapéutico.
En el cual esto permite reestructurar el objetivo que tiene el terapeuta con la
familia, para que se pueda realizar las terapias.
Una vez recogida esta información, la terapeuta procede a proponer día y hora
para la primera entrevista y a negociar con la persona que llama quiénes
asistirán a la primera sesión.
Contexto profesional de cambio como, “el marco que se establece entre cliente
y profesional y permite dar significado a una serie de intercambios
comunicacionales orientados a introducir el cambio en el cliente.
Entendiendo como cambio la narración, significativa en la vida del cliente, que
establecen un antes y un después de ese encuentro con el profesional” y
propone la división de los contextos profesionales de cambio en seis
categorías: asistencial, de consulta, terapéutico, de evaluación, de control e
informativo.
3.1.c. El Encuadre
Este contrato puede o suele tener una serie de exclusiones que eximen al
terapeuta o a la institución de algún tipo de complicaciones que se puedan
presentar así como la conformidad de los familiares o del paciente para ser
atendidos.
A mediados del siglo XX comienza a surgir una nueva forma de concebir los
problemas dentro del contexto terapéutico, desplazando el foco de los aspectos
intrapsíquicos del individuo a los aspectos interrelaciónales entre el individuo y
el sistema al que pertenece.
Esta situación también ayuda a entender que cuando varía la una, afecta a la
otra y no se puede esperar que, por ejemplo, una familia nuclear funcione igual
que una familia re-estructurada. Dentro del funcionamiento familiar, existen
muchos elementos a considerarse. Sin embargo, se han tomado en cuenta
aquellos que tienen mayor relevancia, no sólo relacional, sino también
psicológica. Entre los elementos escogidos se analizará: el tabú de incesto, la
comunicación y la afectividad, los valores, los mitos y rituales, así como los
procesos de individuación y las deudas, legados y méritos que se adquieren a
lo largo de las generaciones.
La evolución
Los roles: se dan dos tipos de asignación de funciones: las necesarias y las
adicionales y se analizan dos áreas del funcionamiento familiar: la adjudicación
de funciones y los métodos de control. Se postula que existe mayor eficacia
cuando las funciones necesarias de la familia se adjudican a las personas
adecuadas y se definen métodos claros de control de las responsabilidades.
Competencia familiar: para dar una idea del nivel de competencia familiar se
analizan los siguientes temas, cada uno de ellos incluye otros subtemas:
2. Mitología.
Son relacionales, esto quiere decir, que las ideas tentativas que se elaboran,
en base a la teoría sistémica, incluyen al menos dos y de preferencia tres
personas. En todo caso, se aceptan hipótesis intrapsíquicas, como por ejemplo,
pensar que una persona tiene un conflicto interno entre el deber y el poder. Sin
embargo, la gran mayoría de las hipótesis se realizan en base a las relaciones.
Por ejemplo: hipotetizar que existe una coalición entre una madre y su hijo en
contra del padre.
Unidad IV
Proceso terapéutico:
Continuación
Técnicas:
Sin embargo, es necesario recordar que la técnica es solo eso: algo que se
hace en un momento determinado, algo que se aplica con ciertos objetivos. Las
técnicas no eliminan… o más bien, no deben eliminar la oportunidad de
construir la relación.
Para utilizar cada una de estas técnicas, se plantean tres momentos… no son
inamovibles… son las grandes líneas de la intervención. Cada uno está en
libertad de introducir cambios y modificaciones en este proceso. Cada uno de
estos momentos, a su vez se corresponde con las líneas generales tanto de la
entrevista vista como un todo, como del proceso general: inducción, ejecución y
cierre.
El comentario final: esta parte implica realizar una síntesis del proceso llevado
a cabo durante la aplicación de la técnica, que permita la integración de lo
vivido y la reflexión sobre los elementos que han surgido durante el trabajo
específico.
Es interesante destacar que las preguntas circulares, si bien son usadas como
una técnica, también son, al mismo tiempo, una forma de intervenir, ya que al
dar a la familia una nueva perspectiva de sí misma, el terapeuta contribuye a
que se creen nuevas formas de interacción entre sus miembros y, por lo tanto,
que se produzcan cambios que conduce al sistema familiar hacia otras formas
de relación y de comprensión de los fenómenos que viven.
Se puede utilizar esta técnica con las familias que acuden a consulta
acompañadas de niños pequeños. Cuando la familia llega, luego de la
presentación y del encuadre, en lugar de que el terapeuta se dirija a los padres,
se puede dirigir a los niños presentes y entregarles una varita mágica, con la
cual pueden pedir tres deseos sobre cosas que les gustaría que cambien en su
familia.
Como varita mágica se puede usar un trozo de madera, ya sea con el color
mismo de la madera o pintándolo. También se puede buscar en las tiendas de
artículos para las fiestas de niños. Esta técnica se aplica al inicio de la consulta
con los niños, no requiere de preparación particular y solo toma unos quince
minutos realizarla. Luego, se trabaja el resto de tiempo con los elementos que
han surgido durante su ejecución.
Los rituales cumplen varias funciones; Adelina Gimeno (1999: 154 y ss.)
sostiene que facilitan el cambio, ya que permiten una transición de una etapa a
otra (como lo que se planteó con María, cuyo ejemplo se describió en la técnica
de la silla vacía) y facilitan el desarrollo personal, ayudando a cada individuo a
asumir más fácilmente las tareas de la siguiente etapa evolutiva.
Las metáforas ayudan a abrir algunos temas, que de otra manera serían muy
difíciles de tocar, gracias a su poder de representación y su poderosa
capacidad de bajar las defensas, puesto que se habla de otra cosa, sin tocar
directamente el tema en cuestión. Incluso, algunos autores, como Haley por
ejemplo, consideran que el síntoma puede ser una metáfora, de la cual hay que
desprender el significado especial y particular que tiene para una familia
determinada.
Según lo expresan Andolfi y Ackermans (1990: 117) citado por Enrique Guang
(2003: 29): El objeto metafórico es un medio que vehiculiza, en cuanto tal,
innumerables mensajes ligados a las características de su estructura y, lo que
es más importante, a los significados que la familia y el terapeuta le van
atribuyendo progresivamente.
Por lo tanto, el objeto, al materializar lo que sucede con una persona o los
miembros de la familia o lo que sucede entre ellos, permite por un lado:
externalizar la experiencia (ponerla fuera de sí y concretizarla) y, por otro lado,
acercarse o alejarse de ella, ya que además, el objeto metafórico puede ser
arrojado, quemado, etc., siguiendo los deseos de los consultantes.
4.1.h. Las Esculturas.
El término escultura fue introducido por David Kantor (E.U.) en 1965, según nos
comenta Philippe Caillé (1998: 79). Las esculturas ponen en evidencia las
relaciones familiares utilizando el cuerpo como vehículo de expresión, pero de
una manera que da una visión global de lo que está pasando en la familia,
creando de esta forma una totalidad, puesto que los miembros de la familia
pueden verse a sí mismos como parte de algo que va más allá de cada uno de
ellos.
Fue posible conocer esta técnica con Florence Calicis, terapeuta belga, que
vino a Ecuador a compartir ésta y otras técnicas más, durante un seminario en
1999. El juego de la oca (ave parecida a una gansa o a una pata), se deriva del
juego tradicional, que se llama de la misma manera, pero que está modificado
para los fines terapéuticos. Esta técnica surgió durante un proceso de
supervisión en el que el terapeuta y el equipo de supervisión estaban
atrapados, sin poder salir de una situación, por lo que se les ocurrió jugar este
juego, para organizar un poco lo que sucedía con la familia.
El juego original de sesenta y tres casillas se simplificó solo en diez, más dos
casillas, una de partida y otra de llegada y se mantienen los símbolos típicos
del juego original: la cárcel, el hotel, el laberinto, la muerte, la oca, el pozo, el
puente.
Esta técnica, también fue compartida por Florence Calicis, pero está
ampliamente desarrollada en un pequeño libro titulado: Había una vez….
Del drama familiar al cuento sistémico de Phillipe Caillé (1990), que da las
pautas para conocer mejor esta herramienta y empezar a utilizarla en los
procesos terapéuticos. El cuento sistémico tiene algunas semejanzas con el
cuento tradicional, como las detalla Florence Calicis (1999: 30):
Este nombre viene de una raíz latina que quiere decir “una cara de más”,por lo
que tienen una forma doble de ser utilizadas: para enmascarar, como en un
baile de disfraces, donde se utilizan máscaras para ocultar, no solo la cara,
sino incluso se puede utilizar una máscara de otro personaje, lo cual puede
revelar mucho de cada persona. Pero también se utiliza en el sentido de
desenmascarar, incluso, se utiliza la expresión coloquial de “quitarse la
máscara”, cuando alguien hace o dice algo que demuestra directamente lo que
siente o piensa. Las máscaras permiten introducir un nuevo diálogo, puesto
que, lo que la persona dice, lo hace dirigiéndose a una máscara y no
directamente a la persona. Además, esta intervención aumenta la intensidad
dramática, puesto que una máscara puede representar todo lo que se ve o se
percibe en una persona, lo que más llega o impacta de ella. El trabajo con las
máscaras tiene tres etapas:
Al final existen resultados muy creativos y que revelan mucho sobre lo que la
persona es y sobre lo que piensa de sí misma y de su padre y madre.