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ÍNDICE

Introducción

Capítulo 1

1.1 Epistemología
1.2 Reseña Histórica

Capítulo 2

2.1 Definición de trastorno de la personalidad


2.2 Definición de T.O.C.
2.3 Clasificación
2.3.1 Las obsesiones
2.3.2 Las compulsiones
2.4 Evaluación y diagnóstico

Capítulo 3

3.1 Tratamientos
3.1.1 Cognitivista-conductual

Anexos

Referencias bibliográficas

Conclusión

25/08/2017
Introducción

2
1.

1.1

Para comprender la etimología de los trastornos obsesivos compulsivos, es


necesario entender primero sus significados vigentes. Para esto, definiremos los
trastornos obsesivos compulsivos según la R.A.E..

Se entiende así por:

- Trastorno a la alteración leve de la salud. En un sentido más psicológico se


entiende por trastorno mental una perturbación de las funciones psíquicas y
del comportamiento.
- Obsesión a la idea fija o recurrente que condiciona una determinada actitud.
- Compulsivo al que tiene ideas y hábitos que considera absurdos, pero que lo
dominan contra su voluntad y dificultan el desarrollo de su actividad normal.

La palabra obsesión procede del latín obsideo u obsidere que significa asediar,
sitiar o asaltar una plaza. Esta idea de asedio a una plaza se traza como una
analogía a las obsesiones como sitiadoras de la mente, prohibiéndole su normal
funcionamiento y obligándola a actuar de una forma no deseada y a realizar
determinadas acciones para romper dicho asedio.

El vocablo compulsión se vincula con compeler (del latín compellere, de cum,


con, y pellere, arrojar) que consiste en obligar a una persona a realizar una acción
que no desea mediante el uso de la fuerza. Este concepto se enlaza con la
necesidad que siente el paciente de realizar una determinada acción para aliviar el
malestar causado por las obsesiones.

1.2

Hasta fines del siglo XIX, se veía a esta enfermedad con una concepción
demonológica, es decir que se consideraba que sus síntomas provenían de
actividades demoníacas.

Sin embargo, de manera paradójica, las principales teorías y aportes se


realizaron a lo largo de este siglo. Fue en 1799 cuando Wartburg otorgó a la palabra
obsesión su actual significado. Para muchos de los autores de esa época, los
síntomas del TOC eran confundidos por psicóticos. Se lo consideraba en muchos
casos como un delirio emotivo.

Freud, por su parte, sostenía que la neurosis obsesiva provenía de una

3
organización preponderante erótica sádico-anal. Todo esto en el marco de su teoría
sobre la neurosis compulsiva, al hablar de las tres pulsiones: anal, genital y oral.

No fue hasta entrado el siglo XX, más precisamente en 1903, que Pierre
Janet hizo la primera descripción y el estudio exhaustivo de las compulsiones y las
obsesiones. Este autor consideró que estas eran síntomas, junto con los tics y
fobias, de una patología llamada psicastenia. Janet utilizó conceptos de física y de
la energía para describir los fenómenos psicológicos.

Fue a partir de las ideas de Janet que se inició un proceso de formalización


de las manías obsesivas compulsivas. Se pronunció sobre las tensiones
psicológicas y propuso una analogía entre las tensiones fisiológicas del sistema
nervioso central y la energía eléctrica. Usó el término psicolepsia para describir las
caídas abruptas de la tensión psicológica y consideró que el problema esencial de la
psicastenia consistía en un déficit en la tensión psicológica, generalmente crónica,
degenerativa y heredada. Planteó que la dispersión de la energía psíquica se
evidenciaba con la aparición de obsesiones y compulsiones.

En 1995 se comenzó a utilizar el término T.O.C., el cual aparece descripto


con dicho nombre en el DSM y CIE-10.

Durante esta década se comenzó a hablar del Espectro Obsesivo


Compulsivo, que sería un grupo de síndromes relacionados.

2.

2.1

Desde un punto de vista psicológico, la personalidad no es concebida como


una entidad concreta y específica, sino más bien como la suma de propiedades y
características psicológicas de distinto orden y naturaleza (emocionales, afectivas,
cognitivas, comportamentales, sociales), que caracterizan el modo de ser propio y
particular de un individuo y que lo identifican como tal, a través del tiempo y de las
diferentes situaciones y roles que desempeña. Se halla en constante cambio y
crecimiento, pudiendo afirmar que sólo culmina con la muerte física de la persona.1

Caballo (2004) sostiene dos elementos constituyentes de la personalidad: los


factores temperamentales y los factores caracterológicos.2

Por un lado, el temperamento está constituido por el plano biológico de la


personalidad. Hace referencia a las influencias innatas, genéticas e inherentes que
actúan sobre ella. (pág. 27)3

1FUSTER, Amparo Belloch. Tratado de trastorno de la personalidad. España: 2010. Editorial


Síntesis. Pag 22.
2 CABALLO, Vicente E. “Manual de trastornos de la personalidad. Descripción, evaluación y

tratamiento”. España: 2004. Editorial Síntesis.


3 Caballo

4
Por otro lado, el carácter se refiere a factores psicosociales, aprendidos que
influyen sobre la personalidad. Buena parte del carácter se forma a lo largo de la
experiencia y el proceso de socialización. El carácter reflejaría la dimensión
psicología de la personalidad. Y ha sido habitualmente el carácter lo que ha sido
objeto de las distintas terapias para la modificación de los trastornos de la
personalidad.

Incluye a los esquemas que son las creencias básicas que utiliza un individuo
para organizar su visión sobre sí mismo, el mundo –que incluye a los otros- y el
futuro. (pag 28)

Teniendo en cuenta esta definición,¿cualsería la diferencia entre una


personalidad normal y una personalidad patológica?

El DSM-IV considera que los rasgos de la personalidad son patrones


persistentes de percibir, relacionarse con y pensar sobre el entorno y sobre uno
mismo, que se manifiestan en una amplia gama de contextos sociales y personales
y que sólo cuando dichos rasgos son inflexibles y desadaptativos y causan un
malestar subjetivo o un deterioro funcional significativo pueden considerarse como
trastornos de la personalidad. La característica esencial de un trastorno de la
personalidad seriá un patrón permanente de conducta y de experiencia interna que
se desvía notablemente de las expectativas generadas por la cultura del sujeto y
que se manifiesta en al menos dos de las siguientes áreas: cognición, afectividad,
funcionamiento interpersonal y control de impulsos.

Podemos, por lo tanto, afirmar que las característicasbásicas de un trastorno


de la personalidad son las siguientes: a) está profundamente enraizado y es de
naturaleza inflexible, b) es desadaptativo, especialmente en contextos
interpersonales, c) es relativamente estable a lo largo del tiempo, d) deteriora de
forma significativa la capacidad de la persona para funcionar y e) produce malestar
en el entorno de la persona (PAG 31).

2.2

El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por la intrusión involuntaria


en la mente del sujeto de ideas, temores, impulsos o imágenes de contenido
desagradable, carente de sentido, exagerado o absurdo en mayor o menor grado.
Estas formaciones se imponen en el primer plano de la actividad mental,
interfiriéndola. El sujeto intenta, en principio, resistirse y luchar frente a ellas, algo
que, en el mejor de los casos, sóloconseguirá parcialmente. Dichas obsesiones se
acompañan de conductas, compulsiones, que pueden o no ser observables,
dirigidas a disminuir el malestar o conjurar el peligro temido. Su ejecución sigue
unas reglas, una planificación, que casi nunca tiene una relaciónlógica con aquello
que se pretende evitar. Las compulsiones también producen interferencia y generan,
aunque no siempre, resistencia. El paciente reconoce que las ideas parten de su
interior y se mueve en una lucha angustiosa, ansiosa, frente a sí mismo.4

4Psicopatología del trastorno obsesivo compulsivo. Carmen Albert Colomer. Córdoba, 2001.
Facultad de medicina.

5
En la CIE-10 el TOC se caracteriza esencialmente por la presencia de
obsesiones o actos compulsivos recurrentes. Los pensamientos obsesivos son
definidos como ideas, imágenes o impulsos mentales que irrumpen una y otra vez
en la actividad mental del individuo, de una forma estereotipada. Suelen ser
desagradables (por su contenido violento u obsceno, o simplemente porque son
percibidos como carentes de sentido) y el que los padece suele intentar, por lo
general sin éxito, resistirse a ellos. Son, sin embargo, percibidos como
pensamientos propios, a pesar de que son involuntarios y a menudo repulsivos.

A su vez, los actos o rituales compulsivos son formas de conducta


estereotipadas que se repiten una y otra vez. No son por sí mismos placenteros, ni
dan lugar a actividades útiles por sí mismas. Para el enfermo tienen la función de
prevenir que tenga lugar algún hecho objetivamente improbable. Suele tratarse de
rituales para conjurar el que uno mismo reciba daño de alguien o se lo pueda
producir a otros. A menudo, aunque no siempre, este comportamiento es reconocido
por el enfermo como carente de sentido o de eficacia, y hace reiterados intentos
para resistirse a él. En casos de larga evolución, la resistencia puede haber
quedado a un nivel mínimo.5

El TOC afecta cinco áreas principales :

- Emocional: la forma en que respondemos sentimentalmente al medio


externo.
- Del comportamiento: la forma en que respondemos a los estiḿ ulos
provenientes del mundo circundante.
- ́ ulos.
Cognitiva: la forma en que pensamos e interpretamos los estim
- Perceptiva: la forma en que percibimos.
- Motora: la manera en que nuestros músculos expresan el mensaje del cuerpo
y la mente.6

Evolución

La edad más habitual de comienzo del TOC es la adolescencia tardía o la


adultez temprana según Rachman y Hodgson. En un estudio de Karno y col. se
sugiere un promedio de inicio entre los 20 y los 25 años. Otros informes, refieren
una edad de inicio más temprana para los hombres que para las mujeres, refiriendo
a los primeros la edad de 15 y a las segundas de 22. La incidencia del TOC es rara,
pero no desconocida. Entre estos niños, la edad de comienzo es entre los 10 y 14
años, siendo más frecuente en varones que en niñas. (PAG 60)7

El curso más frecuente de la enfermedad es crónico, con remisiones y


exacerbaciones periódicas. Esto ocurre en un 72%, según una muestra de 200
pacientes realizada por Rasmussen y Eisen. En la mayoría, el inicio de la

5 Carmen Albert Coromer.


66 Tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo. J.A. Yaryura-Tobias. F. Neziroglu. R.L.
Pérez Rivera. Tania Borda. REvista de Psiquiatria del Uruguay. 2002.
7 ALFREDO H. CIA.

6
enfermedad fue gradual. Solo en un 22% podrían identificarse precipitantes
ambintales que pareen haber gatillado la enfermedad, tales como factores de
distrés, aumento de responsabilidades, nacimiento de hijos, ser promovido a un
nuevo trabajo y perdidas o muertes significativas familiares. El 60% de las mujeres
refirió que sus síntomas se agravaban en el período premenstrual y csai todos los
pacientes mencionaron que sucesos vitales de distrés empeoraban sus síntomas. El
promedio de inicio para los hombres fue de 17 años y para las mujeres de 20. (PAG
49).8

Parece haber una contribución hereditariaal TOC. Lo que se hereda parece


́ tomasespecif́ icos; asi,́ una persona puede tener
ser la naturaleza del TOC, no los sin
compulsiones de lavado, mientras que su padre las tiene de comprobación. Esto
́ tomas no se deben al modelado, aunque este puede facilitar el
indica que los sin
aprendizaje de una manera de responder miedosa y ritualista.9

Aparte de los factores heraditarios, existen una serie de experiencias


tempranasque predisponen al TOC. Entre estas se encuentran estilos educativos
familiares con excesivo énfasis en la responsabilidad y el perfeccionismo, haber
tenido modelos en la infancia con caracteriś ticas obsesivo-compulsivas o similares,
formación religiosa que considera que hay que controlar lo que uno piensa y que es
tan pecaminoso pensar en algo malo como hacerlo, formación moral rígida con una
diferenciación inflexible entre lo que está bien y está mal, y la asociación casual
entre el pensamiento de algo negativo (p.ej., que le ocurra un daño a alguien) y la
ocurrencia de dicho evento. Estas experiencias tempranas predisponen al TOC al
favorecer una serie de creencias sobre el dano ̃ y la responsabilidad y sobre la
naturaleza e implicaciones de los pensamientos intrusos, de modo que contribuyen
a la valoración negativa de estos pensamientos.

Salkovskis mantiene que un sentido exagerado de la responsabilidades


caracteriś tico en las personas con TOC y ha definido esta responsabilidad como “la
creencia de que uno tiene poder que es fundamental en la producción o prevención
de resultados negativos subjetivamente cruciales. Se percibe como esencial la
prevención de estos resultados, los cuales pueden ser reales – estos es, con
consecuencias en el mundo real– y/o pertenecer al nivel moral” (Salkovskis, 1996,
citado en Salkovskis y cols., 2000). Este concepto de responsabilidad por el daño
incluye diversos tipos de creencias señaladas por otros autores tales como
responsabilidad exagerada, excesiva importancia dada a los pensamientos e
importancia de controlar los propios pensamientos.

Como el propio Salkovskis (1985) reconoce, hay obsesiones y compulsiones que


no aparecen relacionadas con pensamientos de responsabilidad. Incluso hay
personas que encuentran agradable la realización de sus rituales (p.ej., ordenar
objetos), aunque, naturalmente, no suelen buscar tratamiento. Se cree que en estos
casos: a) siempre hay presente una respuesta neutralizadora muy eficaz, b) los
pensamientos de responsabilidad han estado presentes al comienzo de la obsesión,
c) la obsesión tiende a ser de muy larga evolución o de comienzo temprano, d) hay

8ALFREDO H. CIA.
9BADOS LÓPEZ, Arturo. Trastorno obsesivo-compulsivo. Barcelona: 2005. Universitat de
Barcelona.

7
poca o ninguna resistencia a la obsesión durante la mayor parte del tiempo, e) poca
o ninguna perturbación subjetiva o fisiológicaacompaña a la conducta
neutralizadora, aunque aparece si se impide la respuesta, f) la respuesta
neutralizadora tiende a ser muy estereotipada y tener una larga historia.

Los factores mencionados hasta aquí constituyen el centro del cultivo para el
surgimiento del TOC, el cual puede verse precipitadopor la ocurrencia de eventos
estresantes y estado de ánimo deprimido.

Una vez establecido el TOC, las obsesiones puede ser disparadas por una serie
de factores: a) Situaciones externas; por ejemplo, tras usar la plancha dar la mano a
alguien o ir a la iglesia, según el tipo de obsesión. b) Recuerdosde algo que se ha
hecho; pensando en una carta que se envió hace tres horas surgen dudas
obsesivas sobre su contenido. c) Sensacionescorporales; por ejemplo, mareo que
hace surgir la obsesión de si se tendrá SIDA.

Otros factores que favorecen las obsesiones son los estados disfóricos, los
acontecimientos estresantes, la lucha para no tener obsesiones y la
autoobservación para ver si se está teniendoalgún pensamiento obsesivo. La
mayoriá de las personas con TOC tienden a evitar tanto como les es posi- ble los
́
estim ulos disparadores que han identificado.

Como consecuencia de la valoración del pensamiento intruso, se produce


malestar/ansiedady conductas (compulsiones externas e internas, evitación,
supresión del pensamiento) dirigidas a prevenir la amenaza y/o reducir el malestar.
El paciente piensa, por ejemplo, que no llevar a cabo una compulsión o ritual en
respuesta a una idea sobre daño equivale a tener intención de dañar. De este modo,
a diferencia de las obsesiones, el paciente tiende a considerar aceptables las
compulsiones. Estas reducen a corto plazo la ansiedad y el sentido exagerado de
responsabilidad y previenen la autoculpabilización. Con relación al intento de
suprimir los pensamientos, conviene señalar que tiene un efecto paradójico: cuanto
más se intenta no pensar en una obsesión, más vie- ne a la cabeza, especialmente
cuando la persona se siente ansiosa, culpable o deprimida.

Finalmente, el malestar emocional y las conductas neutralizadoras y deevitación


incrementan la probabilidad de nuevas intrusiones, la amenaza percibida y la
percepción de responsabilidad, llevando a un ciŕ culo vicioso de pensamiento
negativo y neutralización.

Conviene señalar que las obsesiones no implican necesariamente una amenaza


especif́ ica; un tercio de los pacientes informan sólo de una noción vaga de dano
̃
(“algo malo le sucederá a mi hijo”) o dicen experimentar simplemente un
malestarque no pueden tolerar si no llevan a cabo el ritual.

Los estados de ánimo negativos y acontecimientos estresantesno sóloestán


asociados a la aparición del TOC o del episodio actual, sino también al
empeoramiento de los sin ́ tomas. Asi,́ se ha visto que aumentan la frecuencia y
duración de las obsesiones, aumentan la probabilidad de valorar negativamente los
pensamientos intrusos, disminuyen la eficacia de la neutralización, aumentan la
́ ulos desencadenantes y disminuyen la motivación o la
hipervigilancia hacia los estim

8
capacidad para aplicar las estrategias aprendidas durante la terapia (Freeston y
Ladouceur, 1997). Según estos autores, entre los acontecimientos estresantes que
más frecuentemente afectan a los pacientes con TOC se encuentran pequeno ̃ s
problemas cotidianos tales como ser criticado, estar enfermo, descansar de modo
insuficiente, dormir poco, situaciones de posible rechazo, problemas de toma de
decisiones, incapacidad de relajarse, errores tontos, demasiada responsabilidad, en-
fermedad de un familiar, ruidos, perder cosas, obligaciones sociales, pensar sobre el
futuro, visitas inesperadas, demasiadas cosas que hacer, no tener tiempo suficiente,
conflictos y problemas de menstruación.

No es raro que los familiares de pacientes con TOC lleven a cabo conductas de
acomodaciónal trastorno que ayudan a mantenerlo. Posibles ejemplos son
proporcionar tranquilización, mirar cómo el paciente completa los rituales, esperar a
que acabe los rituales, refrenarse de decir/hacer cosas, facilitar la evitación, facilitar
las compulsiones, participar en las compulsiones, ayudar en tareas o decisiones
simples, tolerar conductas aberrantes o desorganización del hogar, modificar la
rutina personal, modificar la rutina familiar y asumir las responsabilidades familiares
del paciente.

El TOC produce interferenciaen el área personal (malestar, problemas de salud) y


en el funcionamiento laboral/académico (problemas para tomar decisiones y
organizarse), familiar (limitaciones de la vida familiar, discusiones con la familia) y
social (restricción de contactos sociales).10

2.3

2.3.1

La obsesión es el elemento primordial del TOC. Se la considera como un


conjunto de ideas que dominan al individuo y lo conflictúan, apoderándose deuna
considerable parte de su tiempo. Regularmente, son escondidas por el sujeto por
vergüenza, hasta que que su notoriedad se vuelve evidente y ya no puede ser
ocultada.11

Las obsesiones poseen las siguientes características: pensamiento intrusivo,


forzado, dubitativo, reiterativo, sin propósito, ambivalente, morboso y secreto.

Estas características van surgiendo de forma gradual en el individuo y


comienzan a invadirlo. En un principio, el paciente cree que puede desprenderse de
estos pensamientos intrusivos, hasta que se le torna insostenible rechazarlos,
ocasionándole consecuencias directas en su conducta.

Surge, asimismo, una cualidad particular que es la dualidad, el contraste o


sentimiento obsesivo, que es creer y descreer de las obsesiones simultáneamente.

10BADOS LÓPEZ, Arturo. Trastorno obsesivo-compulsivo. Barcelona: 2005. Universitat de


Barcelona.
11GABBARD, Glen O. Psiquiatria psicodinámica en la práctica clínica. Buenos Aires,

Panamericana, 2002.

9
La incertidumbre no le deja realizar sus tareas cotidianas.

Según Kurt Schneider, cuando las obsesiones se apoderan de nuestra vida,


entramos en un estado de crisis, yaque no conseguimos quitar estos pensamientos
de nuestra conciencia. Lewis añade que unrasgo importante es la necesidad
subjetiva de resistirse. Mientras que Pollit señala que los síntomas son reconocidos
por el paciente como extraños a su personalidad. Estas personas están en estado
de alerta de que algo malo puede llegar a suceder.

Mira y Lopez separó a las obsesiones en dos grupos:

· Representaciones prevalentes o imágenes obsesivas: son una alteración


cualitativa de la memoria, en las que hay imágenes o sonidos repulsivos que no son
gobernables.

· Pensamientos obsesivos propiamente dichos: pensamientos callados de temor o


duda con circunscripción respecto de una idea, o de actuar de forma contraria a ella.
Es una lucha contra esta idea aunque crea que sea cierta y la generación de
ansiedad o angustia por causa de la misma.

Hay distintos tipos fenomenológicos de obsesión:

Obsesiones de contaminación

Incluyen disgustos por secreciones corporales, preocupación por la suciedad,


los contaminantes, por tóxicos, etc. Les preocupa no sólo la enfermedad en su
propio organismo, sino también el contagio a sus allegados. Crean una
contaminación mágica desde un objeto sucio a uno limpio.

Normalmente sienten angustia, pero también pueden sentir vergüenza o


disgusto.

Obsesiones agresivas

Es el temor de dañar o la simple posibilidad de hacérselo a alguien o a sí


mismo. Incluye el ver imágenes violentas, el insultar o decir cosas avergonzantes, el
cometer actos inmorales o ser culpable de algo terrible. Los objetos punzantes
provocan el pensamiento de herir a sus allegados. Llegan a sentir culpa o ansiedad.

Obsesiones sexuales

Presentan pensamientos sexuales con niños, animales o incestuosas.


También pueden llegar a manifestar pensamientos homosexuales. La mayoría de
los pacientes han atravesado una crianza religiosa muy estricta y se han sentido
culpables por situaciones que el común de la gente no considera de gravedad.

Obsesiones somáticas

Se alarman por diversas funciones corporales o por desarrollar una


enfermedad que ponga en peligro su vida. Usualmente, los pacientes con este tipo

10
de obsesión son difíciles de comparar con los hipocondriacos. Se encuentran
angustiados por su muerte o por adquirir alguna enfermedad terminal como un
cáncer o un ataque cardiaco.

Ligadas a una educación estricta, sienten la necesidad de confesar pecados


inexistentes y están cargados con culpa.

Coleccionismo

Se da en 1 sobre 5 pacientes con TOC. Es la acumulación de objetos inútiles,


aunque afirmen que su fin es mantener el hogar ordenado. Verifican una y otra vez
el tener esta colección de objetos. Estos pacientes piden su tratamiento únicamente
por quejas de sus allegados y por la soledad que les provoca.

Simetría y precisión

Consiste en colocar objetos de manera simétrica y tener los sucesos


ordenados o hacer y deshacer acciones motoras de una manera exacta. Esta última
se divide en obsesividad o pensamientos mágicos primarios. Primordialmente,
creen que algo no está hecho de la manera correcta y, consecuentemente, lo
desarman y lo vuelven a hacer. Si las cosas no se encuentran como ellos quieren,
sienten tensión. Sus rituales consisten en alinear las cosas de una forma particular o
de poseer números mágicos.

También se ve implicado el intento de prevenir un desastre que pueda ser


evitado al tener el control de la situación. En muchos casos, son supersticiosos
desde su infancia y, al hacer algo fuera de lugar, puede devenir en la muerte de
alguien más.

Obsesiones de duda o responsabilidad patológica

Poseen el pensamiento intrusivo de que un suceso malo sucederá de forma


inmediata por dejar de verificar algo. Es probable que hayan tenidos padres
hipercríticos. Son incapaces de controlar de forma cognitiva y motora su conducta.
Normalmente, no se sienten satisfechos a pesar de hacer varias verificaciones y, de
esta forma, crean rituales de conteo.

Los pacientes con duda o responsabilidad patológica se sienten


continuamente atormentados por una sensación de imperfección, buscan siempre
tener todo bajo control.

2.3.2

Son actos o pensamientos que el paciente cumple para aliviar las


obsesiones. Es uno de los síntomas primarios del TOC. Pueden ser mentales o
cognitivas y motoras. Las primeras llevan a cabo un acto mental, mientras que las
segundas buscan realizar una secuencia motora.

Compulsiones de lavado

11
Incluye lavados de manos excesivos, bañarse o cepillarse los dientes
reiteradas veces. También limpian el hogar, objetos, ropa descomunalmente para
evitar los contaminantes.

Compulsiones de verificación y otras

Se trata de verificar si se ha dañado o si se está por dañar a otra persona o a


sí mismo. Suelen ser reiterativas, especialmente para evitar algún desastre. Otras
compulsiones incluyen movimientos estereotipados o tics. También se comprenden
los actos de decir obscenidades o de dañarse físicamente.

Hay también compulsiones fisiológicas, como escupir, comer u orinar, y


compulsiones mentales como la necesidad de preguntar, confesar o hacer rituales
mentales.

Los síntomas secundarios del TOC son la ansiedad, la agresividad, la


depresión, las fobias, etc. Puede además cambiar el lenguaje.

Similitudes fenomenológicas

Podemos encontrar las siguientes características:

· A pesar de las subdivisiones, la duda y la ansiedad son los síntomas dominantes.


· Los pacientes temen que algo terrible les pase a sus allegados o a ellos mismos y
que sean responsables por ello.
· Las compulsiones sirven para reducir la ansiedad por un breve lapso de tiempo.
· Estas compulsiones no tienen capacidad adaptativa, ya que son seguidas por mas
ansiedad, duda, y depresión secundaria.

Los pacientes suelen ser muy controladores y vigilantes, dudan y verifican


todo el tiempo, le dedican por lo más de una hora diaria a las obsesiones y
compulsiones. Esto afecta sus adaptaciones sociales y laborales. Los síntomas son
variables en frecuencia e intensidad. Generalmente, las personas cercanas al
paciente son las que alientan su tratamiento ya que ellos tratan de ocultar su
trastorno.

2.4

El TOC se suele clasificar como un trastorno de ansiedad. Sin embargo, hoy


en día, y a partir de numerosos estudios, se le comenzó a dar una clasificación
propia llamada espectro obsesivo compulsivo (Goldsmith, Shapira, Puhillips&
McElroy, 1998)

El TOC se caracteriza por dotar de obsesiones y compulsiones al paciente.


“Se entiende por obsesiones a los pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes
que se experimentan en el trastorno y causan ansiedad o malestar. Estos no se
manifiestan simplemente como preocupaciones excesivas de la vida real. El
paciente intenta neutralizar o ignorar estos pensamientos mediante otros

12
pensamientos o actos, aún cuando reconoce que los pensamientos que causa el
malestar son producto de su mente”. (RodriguezBiglier, Vetere y Moyano, Aportes
del S. XXI a las Terapias Cognitivas, 2012, ISBN 978-987-1848-23-2.)

Por su parte, las compulsiones son comportamientos reales o mentales que la


persona realiza repetitivamente en respuesta a una obsesión. La particularidad de
estos actos es que el individuo se siente obligado a realizarlo. El objetivo de dichas
acciones es la reducción del malestar.

Estos criterios se deben encontrar presentes en los pacientes para poder


realizar el diagnóstico de TOC correspondiente. Se requiere, entonces, la
realización de un acto repetitivo y constante para disminuir o neutralizar el malestar
causado por un pensamiento, imagen o impulso recurrente.

Es necesario para el diagnóstico que el paciente haya reconocido lo excesivo


o irracional de las obsesiones y compulsiones y que sea consciente del deterioro
que le provoca en su vida cotidiana. Debe identificarse, al momento de hacer el
diagnóstico, el grado de conciencia del paciente en cuanto a la patología. No se
puede establecer el diagnóstico de TOC si los síntomas se deben a otro trastorno o
droga.

Existen una serie de herramientas para el diagnóstico de casos de TOC que


son aplicadas al momento de darle un grado a la patología y, a su vez, permiten
desarrollar el tratamiento a seguir. Dentro de estas podemos nombrar el “inventario
obsesivo-compulsivo de Maudsley”, el “inventario obsidional de Leyton”, “la escala
de impresión clínica para el TOC” y la “escala Yale-Brown para evaluación de
síntomas obsesivos-compulsivos”.

3.

3.1

Existe una amplia variedad de tratamientos para el trastorno obsesivo


compulsivo, entre ellos podemos nombrar el conductual, cognitivista, cognitivo-
conductual, psicológico y psiquiátrico. La aplicación de cada uno de estos
tratamientos dependerá del profesional que lo emplee, de las características del
caso en particular y de la preferencia del paciente y de su entorno. Todos los
tratamientos son válidos y cuentan con un grado de éxito. A los efectos de este
estudio, nos centraremos en el tratamiento cognitivo-conductual.

3.2

El objetivo del tratamiento es que el paciente mejore su calidad de vida


mediante el aprendizaje de nuevas conductas para enfrentar el trastorno. Por este
motivo, el tratamiento es entendido como un proceso de aprendizaje. Busca
entonces que el paciente desarrolle nuevas cualidades que se incorporan mediante
la experiencia. En palabras de Alfredo H. Cia, “el tratamiento cognitivo consiste en
un entrenamiento en autoinstrucciones, por el cual el paciente es instruido a emitir
enunciados o suposiciones positivas y a preparar, confrontar y reforzar, con la

13
práctica, sus pensamientos” (Alfredo H. Cia., Trastorno Obsesivo-compulsivo y
síndromes relacionados, 1995, ISBN 9500203588)

Se suelen programar sesiones semanales y de una hora u hora y media de


duración, aunque esto dependerá de la gravedad de cada caso particular.
Para el tratamiento se utiliza una combinación de técnicas de exposición y
prevención de respuesta (Ex/PR), por las cuales se expone al paciente a las
obsesiones o estímulos que las desencadenan y se busca bloquear la realización de
rituales.

Según Biglieri, Vetere y Monyano (2012) el tratamiento consta de 6 etapas:

1. Psicoeducación

Una vez hecho el diagnóstico, se realiza la psicoeducación del paciente y su


entorno para que conozcan sobre la patología y el tratamiento. Debe realizarse en
forma oral y escrita. Es importante dar las alternativas de tratamientos y sus pros y
contras.

2. Evaluación y establecimiento de objetivos

Se obtienen datos de la severidad del cuadro mediante la evaluación directa y


la utilización de instrumentos antes mencionados. Se deben reconocer todas las
obsesiones y rituales del paciente, sus disparadores, frecuencia, grado de malestar
que causan, problemáticas que causan y cogniciones asociadas. En esta etapa
también se busca establecer los objetivos y metas a alcanzar.

3. Conceptualización del caso y socialización del modelo

El terapeuta elabora un conjunto de hipótesis sobre las variables


intervinientes en el desarrollo y mantenimiento del cuadro. Esta actúa como marco
para la planificación del tratamiento, las técnicas a utilizar y cómo implementarlas.
Es importante que el paciente participe en esta construcción (socialización del
modelo) para que se involucre activamente en el tratamiento.

4. Búsqueda de hipótesis alternativas

Es primordial que el terapeuta se muestre abierto a cada alternativa y no


manifieste críticas ni oposición marcada a ninguna de ellas. Esto se debe mantener
durante todo el proceso del tratamiento.

5. Testeo de hipótesis/experimentación (Ex/PR)

Es el núcleo del tratamiento, es donde se realizan los ejercicios y


experimentos para poner a prueba las hipótesis. Se busca que el paciente logre
abandonar las conductas compulsivas.

Al realizar los ejercicios de Ex/PR se debe dejar al paciente expuesto al PR el


tiempo suficiente para que logre registrar un descenso del malestar. Solo si este

14
entiende que al tiempo el malestar disminuye por sí solo, el tratamiento será
efectivo.

Los experimentos pueden ser guiados por el terapeuta, un allegado o por el


propio paciente. Sin embargo, es recomendable que en una primera etapa el
terapeuta lleve adelante los ejercicios, y que se entrene a algún allegado para que
supervise los que se realicen fuera de sesión.

Por lo general, una vez que el paciente comprende el problema y lo afronta,


su comportamiento se vuelve más funcional. A esta altura, la severidad de los
síntomas suele haber disminuido.

6. Prevención de recaídas

Tiende a brindar al paciente las estrategias para afrontar los vaivenes de la


vida cotidiana. Esta es una fase primordial del tratamiento.

15
Conclusión

El TOC afectaalgunavez a lo largo de la vida al 2-3% de la población4, 5. Estacifra


da cuenta del impactoen la sociedad de estetrastorno y de la importancia de
implementartratamientosadecuados y eficaces para evitar que las personas que
padecen TOC quedenmarginadas del sistema social porcronificación y complicación
de sutrastorno.12

12Tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo. J.A. Yaryura-Tobias. F. Neziroglu. R.L.


Pérez Rivera. Tania Borda. REvista de Psiquiatria del Uruguay. 2002.

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