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AUTORES:
Melissa Álvarez C.I: 18.015.356
Raúl Hernández C.I: 8.820.985
David Lara C.I:4.595.390
Lenni López C.I: 6.767.415
Camal Mohamed C.I: 8.729.681
Zesar Rodríguez C.I: 7.209.652
Laura Rojas C.I: 14.041.837
Doris Romero C.I: 7.271.207
Fernando Martínez CI: 15.130.066
SAN JOAQUIN DE TURMERO 09 DE NOVIEMBRE DE 2018
REGLAMENTACION DE LOS DERECHO HUMANOS Y DERECHO PENAL
DAVID SALVADOR LARA MENDOZA CI: 4595390.
CONCEPTO POLITICO DE LOS DERECHOS HUMANOS
La oposición ha denunciado que no puede competir libremente por medidas que han
inhabilitado a sus líderes y han obstaculizado la promoción de la coalición que los
agrupa y aún evalúa si participa o no en esas votaciones.
La “situación en Venezuela es el caso más sostenido de deterioro de las instituciones
democráticas en la región en la actualidad”, dijo a periodistas Edison Lanza, otro de
los relatores del informe.
La CIDH también se refirió a la salida de miles de venezolanos hacia Colombia y
Brasil, países que ya han tomado medidas como el reforzamiento militar y policial de
sus fronteras.
El concepto político de los derechos humanos. Una disputa con la ética del
discurso. Mauricio Andrés Gallo Callejas.
Resumen. Jürgen Habermas afirma que el concepto político de los derechos
humanos deriva en la pérdida de la fuerza política explosiva de esta doctrina. El
artículo da cuenta de tal crítica haciendo uso de las herramientas disponibles en la
filosofía del derecho, concretamente, desde el concepto general de los derechos
subjetivos y lo que en este trabajo denominaremos sus dimensiones posicional y
descriptiva.
Los derechos humanos desde el punto de vista del derecho penal llevan una
aparejada y estrecha relación, ambas ramas del derecho tienen una similitud, en
primer término, en cuanto a su protección, y el segundo de ellos, al ejercicio punitivo
que corresponde al Estado como aparato de poder; sin embargo, la vulneración de
los derechos humanos por parte del Estado es a través de los servidores públicos y
de las instituciones.
Se considera que es aquí el punto de partida del Estado para aplicar el derecho penal,
pero también lo es para velar por los particulares, no basta con decir que esta rama
del derecho es pública por las razones expuestas con anterioridad, pero tal parece
que es donde se activa el ejercicio de los derechos de todas las personas, así como
para las instituciones, buscando no menoscabar la integridad, así como la dignidad
humana (lo es todo para las personas). El autor Pablo Hernández Romo Valencia
hace referencia a la armonía del derecho penal con otras ramas jurídicas y me permito
citar lo siguiente:
El ordenamiento jurídico es una unidad y el derecho penal es una rama más de los
que integran el ordenamiento jurídico. Todas las ramas que lo integran se relación
entre sí en mayor o menor medida; por lo tanto, todas las normas del derecho penal
deben convivir armónicamente con la de los otros sectores.
Por ello, se considera que la relación de los derechos humanos y el derecho penal,
comienza a partir de que se despliega una conducta y del análisis de los elementos
jurídicos, retomando desde una conducta tipificada por la norma como delito, es aquí
como parte del proceso penal en donde esa relación de ramas jurídicas cobra
importancia que no se violenten los derechos humanos emanados del procedimiento
penal.
Para comenzar abundar acerca del tema planteado con anterioridad es necesario que
el lector, a través de este documento, conozca que la relación que guarda el derecho
penal con los derechos humanos es primordialmente por la amplia gama de derechos
que protege; de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos el
imputado, la victima u ofendido tienen aproximadamente sesenta y ocho derechos
humanos, así mismo, un marco jurídico nacional e internacional que comprende
veintitrés tratados internacionales y protocolos.
Continuando con este análisis, cabe destacar que estar frente al ejercicio punitivo del
Estado sin hacer distinción del sujeto procesal de que se trate, si no se garantizará la
aplicación de los derechos humanos, la finalidad de lograr lo que conocemos como
justicia, carecería de seguridad y certeza jurídica, garantías de gran relevancia
plasmadas en nuestra carta magna, vulnerando el órgano de poder el mínimo respeto
a las personas.
El derecho penal, tanto en los casos que sanciona, como en la forma de sancionarlos,
es, pues, violencia; pero no toda la violencia es Derecho penal. La violencia es una
característica de todas las instituciones sociales creadas para la defensa o protección
de determinados intereses, legítimos o ilegítimos. La violencia es, por tanto,
consustancial a todo sistema de control social. Lo que diferencia al Derecho penal de
otras instituciones de control social es simplemente la formalización del control,
liberándolo, dentro de lo posible, de la espontaneidad, de la sorpresa, del
coyunturalismo y de la subjetividad propia de otros sistemas de control social. El
control social jurídico-penal es, además, un control normativo, es decir, se ejerce a
través de un conjunto de normas creadas previamente al efecto. 3
Ambos autores mencionan que el control social por parte del derecho penal, sin
embargo, éste es ejercido por un conjunto de normas para ese efecto y que sin esa
formalización del derecho penal no habría forma de sancionar.
Como se observa, de acuerdo a los autores que cita dentro de este ensayo, por inercia
que primordialmente las ramas jurídicas del derecho se entrelazan para crear bloques
de protección, pero es el derecho penal a través del control social, el mismo que busca
encontrar la justicia, es decir que sea justo con todas las personas que intervienen
directa o indirectamente, ya sea esta última por referirnos a la sociedad e intentar
sanar el tejido social. Si bien se ha tenido un avance en el cual el respeto por los
derechos humanos con el paso de los años, de los ejemplos, de los criterios emitidos
tanto por nuestra Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, que ha sancionado a Estados por violaciones
a los derechos de las personas.
Está claro que la relación de ambas materias jurídicas emana de la norma, ya sea
nacional o internacional, sin embargo, ésta requiere que las partes que intervienen en
las etapas del procedimiento penal en primer término se encuentren debidamente
capacitadas y, sobre todo, que sus acciones derivadas de las actuaciones que
practiquen son de carácter preponderante para salvaguardar la integridad de las
personas, la misma norma nos indica el pleno respeto a los derechos humanos en
cualquier ámbito, pero por referirnos al derecho penal podemos comenzar a citar el
artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que dice:
NOTAS:
1 Hernández Romo Valencia, Pablo, “La autonomía del derecho penal. ¿Hasta dónde
llega la seguridad jurídica?”, Revista de Investigaciones jurídica, año 35, 2011.
2 García Ramírez, Sergio, Derecho penal, México, UNAM, Instituto de Investigaciones
Jurídicas. 1990, p. 23.
3 Muñoz Conde, Francisco y García Aran, Mercedes, Derecho penal. Parte general,
8a. ed., Valencia, Tirant lo Blanch, 2010, p. 30.
4 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Diario Oficial de la
Federación, 15 septiembre de 2017.
5 Código Nacional de Procedimientos Penales, Diario Oficial de la Federación, 17 de
junio de 2016
Resumen
Palabras clave
Convención de Budapest, Cibercriminalidad, Cooperación Jurídica Mutua.
Integrante: Camal Muhammed
C.I.V: 8.729.681
Contenido: Reglamento de los Derechos Humanos y Derecho Penal
Declaración de los Derechos Humanos del 1947
Convenciones y normas
Instrumentos internacionales
Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (1948)
Responde directamente a las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial. El
genocidio se define como la perpetración de ciertos actos para destruir un grupo
nacional, étnico, racial o religioso y obliga a los Estados a responder con la justicia
cuando se sospecha que se han cometido dichos actos.
Garantiza a las mujeres la igualdad con los hombres ante la ley y especifica
medidas para eliminar la discriminación contra las mujeres en ámbitos como la vida
política y pública, la nacionalidad, la educación, el empleo, la salud, el matrimonio y
la familia. La Convención estableció el Comité para la Eliminación de la Discriminación
contra la Mujer, que es el órgano encargado de velar por su aplicación y de estudiar
los informes que emiten los Estados Partes. El Protocolo Facultativo de la
Convención (1999) autoriza a los particulares a informar al Comité de supuestas
violaciones de la Convención.
Las ideas sobre la tolerancia, que culminan en los textos de Locke y Voltaire,
surgieron en la Europa asoladas por las guerras de religión. Se propugnaba como
remedio para evitar la mutua destrucción, el principio de la tolerancia, que exige el
respeto a las convicciones ajenas por erróneas que puedan resultarnos. La tolerancia
no se fundamenta en el relativismo sino en el respeto a quienes poseen convicciones
diferentes. El relativista consecuente no necesita ser tolerante, La tolerancia no se
nutre de la falta de creencias ni de la eliminación de la verdad, Por el contrario, se
tolera el error, lo que se estima erróneo. Por lo demás, la tolerancia ha de ser
necesariamente recíproca, bilateral. Una tolerancia unidireccional, no correspondida,
es más bien una claudicación. Pero con frecuencia se aboga a favor de una tolerancia
asimétrica, de una sola dirección. Una sociedad democrática y liberal no debe tolerar
en su seno cualquier práctica social bajo el pretexto del respeto debido al pluralismo.
Existen cosas que no se deben tolerar. Una sociedad liberal puede perecer a manos
de la intolerancia, pero también como consecuencia de una tolerancia ilimitada y
frenética. También recae en esta debilidad la concepción liberal que defiende la
exigencia de la pura neutralidad estatal. Frente a ella, cabe optar por la concepción,
también liberal, que ha sido calificada como perfeccionista, que entraña la pura
neutralidad ante las diferentes concepciones acerca de la vida, sino que defiende y
promueve las que son preferibles, superiores.
El Estado no ha de ser puramente neutral, sino que ha de promover aquellos fines,
valores, principios y concepciones de la vida que merezcan una valoración superior.
La pura neutralidad ha de ser sustituida por el fomento y la preferencia hacia aquellas
concepciones que más y mejor contribuyan al perfeccionamiento de los hombres. El
Estado no tiene como misión la realización del orden moral pero sí la de remover los
obstáculos a la moralidad. No ha de ser neutral ante el bien y el mal, la libertad y la
tiranía, la civilización y la barbarie.
Los valores de la civilización no son meramente procedimentales. No lo son ninguno
de sus pilares fundamentales: la filosofía griega, el Derecho romano, la religión
cristiana. Ninguno de ellos, ni la ciencia natural que se les podría añadir, son
meramente procedimentales ni relativos.
A diferencia de otras teorías contemporáneas o posmodernas, para Sócrates,
el diálogo era un camino para encontrar la verdad que es previa e independiente del
acuerdo o consenso. La verdad no es el resultado del diálogo, La verdad es eterna,
no convencional.
1. Garantía de cumplimiento
La garantía del cumplimiento está dada por los Estados quienes deben
comprometerse a cumplir dicha declaración. Todos los países deben generar las
condiciones para el cumplimiento de estos derechos.
A partir de 1998 se formó una corte penal internacional. Este organismo puede
penalizar a los países que no cumplan con los establecidos en dicho documento de
derechos humanos. Los alcances que tiene son todavía limitados. No obstante, es un
logro a nivel nacional en pos de los derechos humanos.
2. Universalidad
Esta característica indica que todo ser humano, indistintamente de cualquier otra
característica tiene el derecho de acceder a estos derechos. En otras palabras, por la
simple razón de formar parte del género humano, las personas tienen acceso a estos
derechos.
3. Protección
La protección y ejercicio de los derechos humanos en cada país la deben proveer los
Estados quienes deben cumplir y hacer cumplir a sus ciudadanos con dicha
declaración. Ninguna persona está exenta de este derecho.
4. Dimensiones e indivisibilidad
5. Irrenunciables e inalienables
Ningún ser humano (ni por voluntad propia, ni por imposición) puede renunciar a este
derecho puesto que los mismos son características y derechos de todo ser humano.
6. Inviolables
Está penada a nivel mundial la no aceptación por parte de países, grupos o personas
que se encuentren en oposición o violen estos derechos humanos.
7. Progresivos
8. No discriminan
El objetivo de esta declaración es fomentar la igualdad de los seres humanos y
condenar, por otra parte, todo acto de discriminación hacia una persona por una
diferencia de género, etaria, étnica o cualquier otra diferencia.
9. Promoción de la igualdad
En contraposición a este argumento, los derechos humanos indican que ningún ser
humano desea ser discriminado o torturado por su religión o su piel. Además, todo
ser humano desea tener una vida y una vivienda digna. Por otra parte, la libertad de
expresión, de religión es otra de las características y todas se engloban dentro de la
universalidad de los derechos humanos.
La realidad ACTUAL muestra que en ningún estado existe un respeto absoluto por
estos derechos y se realizan esfuerzos a nivel mundial para su cumplimiento.
Preámbulo
Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de
todos los miembros de la familia humana;
Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen
de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la
rebelión contra la tiranía y la opresión;
Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su
fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona
humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado
resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un
concepto más amplio de la libertad;
Artículo 2.
Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración,
sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de
cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la
condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción
dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio
bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de
soberanía.
Artículo 3.
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
Artículo 4.
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de
esclavos están prohibidas en todas sus formas.
Artículo 5.
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 6.
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su
personalidad jurídica.
Artículo 7.
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la
ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja
esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
Artículo 8.
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la constitución o por la ley.
Artículo 9.
Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.
Artículo 10.
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída
públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la
determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier
acusación contra ella en materia penal.
Artículo 11.
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que
se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
Artículo 12.
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio
o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene
derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.
Artículo 13.
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el
territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a
regresar a su país.
Artículo 14.
1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar
de él, en cualquier país.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada
por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones
Unidas.
Artículo 15.
1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de
nacionalidad.
Artículo 16.
1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción
alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y
disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en
caso de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse
el matrimonio.
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la
protección de la sociedad y del Estado.
Artículo 17.
1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.
2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.
Artículo 18.
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión;
este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la
libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en
público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Artículo 19.
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho
incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir
informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier
medio de expresión.
Artículo 20.
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.
2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.
Artículo 21.
1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o
por medio de representantes libremente escogidos.
3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad
se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse
periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento
equivalente que garantice la libertad del voto.
Artículo 22.
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y
a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida
cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los
derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre
desarrollo de su personalidad.
Artículo 23.
1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a
condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el
desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo
igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y
satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la
dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros
medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de
sus intereses.
Artículo 24.
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación
razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.
Artículo 25.
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como
a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la
vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo
derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u
otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias
independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales.
Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual
protección social.
Artículo 26.
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al
menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción
elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser
generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de
los méritos respectivos.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá
de darse a sus hijos.
Artículo 27.
1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la
comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los
beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales
que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas
de que sea autora.
Artículo 28.
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en
el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan
plenamente efectivos.
Artículo 29.
1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella
puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.
2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona
estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de
asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y
de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar
general en una sociedad democrática.
Artículo 30.
Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho
alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar
actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración.
Valores Universales
El estado de derecho y los derechos humanos son las dos caras del mismo principio:
la libertad para vivir con dignidad. El estado de derecho y los derechos humanos, por
tanto, guardan una relación indivisible e intrínseca. Los Estados Miembros han
reconocido plenamente esa relación intrínseca desde la aprobación de la Declaración
Universal de Derechos Humanos, en la cual se afirma que es esencial que «los
derechos humanos sean protegidos por un régimen de derecho, a fin de que el
hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la
opresión». En la Declaración, los Estados Miembros se comprometieron a no
escatimar esfuerzo alguno por fortalecer el estado el derecho y el respeto de todos
los derechos humanos y las libertades fundamentales internacionalmente
reconocidos. En el Documento Final de la Cumbre Mundial 2005, los Estados
Miembros reconocieron que el estado de derecho y los derechos humanos se
encontraban entre los valores y principios fundamentales, universales e indivisibles
de las Naciones Unidas. En la Declaración de la Reunión de Alto Nivel sobre el Estado
de Derecho, los Estados Miembros hicieron hincapié en que los derechos humanos y
el estado de derecho estaban vinculados entre sí y se reforzaban mutuamente.