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Introducción
Es importante saber que, tanto en México como a nivel global, la variedad en incidencia del
subtipo histológico del cáncer epitelial de ovario se da en las siguientes proporciones:
seroso (60-80%), mucinoso (10-25%), endometrioide (8-20%), de células claras (5%), tumor
de Brenner (< 1%) e indiferenciado. Esto nos muestra que el cáncer de ovario epitelial
seroso es el más frecuente en el mundo, y por lo tanto, el que más asecha a las mujeres.
En México, existe una prevalencia de 5.5 mujeres afectadas por cada 100 mil habitantes.
Llama la atención el hecho de que se detecta en estadios muy avanzados, ya que “muchas
veces se confunde con colitis o amibiasis”
Etiología
Aunque su causa se desconoce, la mayoría surge de la superficie del epitelio ovárico.
Las mujeres con ciclos foliculares más numerosos presentan mayor riesgo; esto llevó a la
hipótesis de Fathalla en 1971. Cuando se produce la ovulación, las células epiteliales del
ovario son interiorizadas y dañadas, mientras que los mecanismos de reparación dan lugar
a células con mayor riesgo de desarrollar mutaciones y neoplasias.
La hipótesis de la estimulación hormonal propone que el exceso de estimulación
androgénica del epitelio ovárico lleva a un aumento del riesgo. En el síndrome de ovario
poliquístico, los andrógenos se elevan y se observa incremento en el riesgo.
Las hormonas orales disminuyen el nivel de andrógenos pero contienen altos niveles de
progestinas y la exposición prolongada a las mismas puede ocasionar el efecto protector de
los anticonceptivos.
Síntomas
En primer lugar, no hay síntomas específicos. Sí, lamentablemente el 70% de las pacientes
con cáncer de ovario son diagnosticadas cuando éste se ha extendido fuera de la pelvis. La
aparición de dolor abdominal, polaquiuria, astenia y estreñimiento significativos, suelen
indicar una fase avanzada del proceso, y en estos casos sólo del 5 al 20% logra llegar a una
supervivencia de 5 años.
El 95% de las mujeres con cáncer de ovario desarrollaron signos y síntomas en un promedio
de 3 a 6 meses antes de ver a un médico para su atención. Los síntomas más comunes
fueron el aumento de tamaño abdominal (61%), hinchazón (57%), fatiga (47%), dolor
abdominal (36%), indigestión (31%), polaquiuria (27%) y dolor pélvico (26%).
Nuliparidad.
Menarca temprana.
Menopausia tardía.
Edad avanzada >50 años
Historia familiar.
Mutaciones del BRCA1 y BRAC2.
Norteamericanos y noreuropeos.
Endometritis
Factores Protectores:
Los anticonceptivos orales ejercen un efecto protector contra el cáncer de ovario, aunque
se ignora cuánto tiempo persiste esta protección.
DETECCION
Aunque las primeras etapas del cáncer de ovario son muy curables con el tratamiento
convencional, se estima que sólo el 15% de las pacientes tienen la enfermedad confinada
al ovario en el momento de diagnóstico. Se ha estimado, por ejemplo, que, si el 75% de los
casos de cáncer de ovario se pudiera detectar en el estadio I o II, el porcentaje de mujeres
que muere por este tipo de cáncer se reduciría a la mitad.
Pruebas de Screening
Determinación del marcador tumoral CA-125 (para el subtipo epitelial) u otros marcadores
serológicos, la ecografía transvaginal o la combinación de ambas.
Se recomienda que las mujeres con cáncer de ovario de tipo familiar que no se han sometido
a una ooforectomía profiláctica, se revisen periódicamente con una combinación de CA125
y ultrasonido transvaginal. Algunos han sugerido que se inicie a la edad de 35 años o 5 a 10
años antes que la edad más temprana del primer diagnóstico de cáncer de ovario en la
familia.
La biopsia por aspiración mediante aguja fina (BAAF) es útil para establecer el diagnóstico
de enfermedad ganglionar regional o recurrencia.
Hay datos ultrasonográficos que hacen sospechar una enfermedad maligna en caso de
una masa anexial en estudio, y escalas que sugieren el envío de estas mujeres a un tercer
nivel de atención; es el caso del índice de riesgo de malignidad propuesto por Jacobs, el
cual muestra una sensibilidad de 92% y una especificidad de 86%.
En términos generales, es posible afirmar que a toda mujer que presenta una masa anexial
con las siguientes características se le debe practicar exploración quirúrgica:
Marcadores tumorales
En las neoplasias epiteliales ováricas uno de los marcadores tumorales de mayor utilidad es
el CA-125, que es una glucoproteína de alto peso molecular localizada en el epitelio
celómico fetal y adulto. Se encuentra elevado hasta en 85% de los cánceres de ovario
La utilidad de este marcador en cuanto a la posibilidad o no de lograr una citorreducción
óptima es controversial, puesto que algunos autores muestran que con valores menores de
500 U/ml la probabilidad de cirugía óptima es de hasta 73% en comparación con un valor
mayor de 500 U/ml, en que sólo es de 22%.
Otros marcadores que hay que solicitar en el caso de pacientes jóvenes con masa anexial
son la fracción beta de la gonadotropina coriónica humana (FBGCH), fetoproteína alfa (AFP)
y deshidrogenasa láctica (DHL), ya que en este grupo de edad se presenta con mayor
frecuencia el tumor germinal de ovario, y la inhibina si se sospecha un tumor de los
cordones sexuales.
ESTADIFICACIÓN
La cirugía es el estándar de oro en la estadificación y se realiza mediante una laparotomía
exploradora donde se sigue una serie secuencial de pasos que se conoce como “rutina de
ovario”.
1. Se practica una incisión limitada para ingresar en la cavidad abdominal; esto es útil
en particular si hay ascitis a tensión. Se aspira la ascitis o, cuando no hay líquido libre
en la cavidad peritoneal, se realiza lavado en los cuatro cuadrantes con 250 cc de
solución salina y se envía a estudio citológico.
En algunos casos el riesgo es mayor que el beneficio potencial; por ende, los criterios de
irresecabilidad son los siguientes:
TRATAMIENTO
• En los casos en los que ocurrió una primera operación con citorreducción subóptima, se
administra quimioterapia de inducción, con respuesta clínica e imagenológica parcial. Las
pacientes se someten a una exploración quirúrgica para citorreducción secundaria, la cual
puede resultar óptima, subóptima o irresecable.
• En aquellas pacientes que concluyeron tratamiento con citorreducción primaria, con o sin
quimioterapia coadyuvante, con recurrencia identificada al cabo de 6 meses.
Quimioterapia sistémica
Quimioterapia intraperitoneal
Puesto que una de las principales características del cáncer epitelial de ovario avanzado es
la diseminación a través de la superficie peritoneal, la quimioterapia intraperitoneal (QTIP)
es un enfoque terapéutico muy estudiado.
La QTIP se indica en aquellas pacientes con etapa clínica III y operación inicial óptima
(tumor residual <1 cm). De acuerdo con estudios aleatorizados, es más eficaz que la
quimioterapia intravenosa.
PREVENCION
Evitar la obesidad. Aún no es completamente comprobable, pero hay una probabilidad que
la obesidad aumente el riesgo de cáncer de ovario.
Una revisión sistemática informó que existe una pequeña asociación entre el índice de masa
corporal (IMC) > 30 y el riesgo de cáncer de ovario.
Otro estudio realizado por casos y controles mostró que la asociación entre la obesidad y el
cáncer de ovario, aumenta el riesgo en un 40%, a comparación de las personas que estaban
dentro de un IMC normal.
Tabaquismo. Otro punto a discusión es el efecto del tabaquismo sobre el riesgo de cáncer
de ovario, el cual no ha sido bien definido. El hallazgo más interesante hasta ahora ha sido
una asociación entre el tabaquismo actual o pasado y su relación con el aumento en el
cáncer de ovario del subtipo mucinoso.