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¿Cómo? (Parte 2)
Nota del autor: Este artículo debido a su extensión fue dividido en tres partes, a ser
publicados uno semanalmente. A continuación la Parte 2:
Entonces para acercarme a la respuesta positiva que implica ese interrogante ¿cómo?,
sigo con las transcripciones de estos últimos versículos que utilizo aquí y luego de la
interpretación personal que haga de ellos voy a plantear una posible hipótesis de como
funciona este procedimiento; tomando para ello una combinación de lo que dice la
Biblia con las experimentaciones que he realizado en mi propia mente.
14- Sepan que muchos son llamados, pero pocos son elegidos.”
(Aquí se repite dicha de otra forma, lo indicado en un versículo anterior: A todos se nos
trasmite por medio de la intuición el camino que debemos seguir para aplicar
correctamente el método indicado, pero pocos son los que aprenden a usar ese idioma
“nuevo” que implica interpretar las coincidencias que diariamente se nos presentan de
distintas formas.)
39- Y les digo que ya no me volverán a ver hasta que digan: ¡Bendito sea el que viene
en nombre del Señor!”
(Aquí es lo que dicen todos los autores: Hay que mantenerse perseverante por medio de
la elección de una meta a cumplir, ya que eso será la base que nos dará fuerza para
superar las adversidades que se nos presenten y seguir avanzando hasta cumplir con
todos los pasos que son necesarios en este procedimiento antiguo, pero nuevo para
todos nosotros.)
42- Por eso estén despiertos, porque no saben en qué día vendrá su Señor.
Bien, hasta aquí hice una interpretación personal de una mínima parte de los muchos
versículos que dicen cosas semejantes y en donde se nos muestra parte del camino; pero
antes de continuar sobre el ¿cómo?, voy a narrarles tres experiencias personales en las
cuales obtuve resultados positivos (en uno de ellos incluso inconscientemente cuando
todavía no conocía de la ley de la atracción).
Por orden cronológico paso entonces a narrar los tres casos para después de combinar
con lo dicho en los versículos, ver el denominador común que se presenta en las tres
situaciones:
Caso 1: Hace dos años atrás cuando estaba buscando mi vivienda para comprar, luego
de hacer afirmaciones de lo que buscaba (en forma inconsciente) ya que tengo
inmobiliaria y entonces diariamente enviaba email a mis colegas o hablando
directamente por teléfono les indicaba con detalles precisos, zona donde deseaba que
estuviera el chalet, comodidades, precio, etc. Y todo esto acompañado de una gran
emoción.
Si bien los dos sabíamos y de común acuerdo nos propusimos que comodidades
queríamos, el día anterior al que que sería “el día” en que por medio de un colega
iríamos a ver el chalet que sería mi actual vivienda; ese mismo día mi señora y yo sin
que el otro lo supiera pedimos al Universo cada uno un deseo distinto, pero que en un
punto se cruzaban.
Yo dije más arriba que los dos pedimos un deseo que en un punto se cruzaban:
Mi esposa pidió ese día anterior al de la visita, que el chalet que queríamos comprar
apareciese a lo largo de una calle perpendicular al barrio que más nos gustaba, mientras
que yo ese mismo día había pedido que estuviera a lo largo de dos calles paralelas de
ese mismo barrio.
Es decir el pedido de mis esposa y el mio coincidían sólo a lo largo de dos cuadras de
las que ella había pedido y que eran por donde “mis cuadras” cruzaban ese mismo
recorrido.
Concluyendo; la casa que al otro día fuimos a ver y que es donde actualmente vivo, está
ubicada en una de esas “dos cuadras” que habían resultado coincidentes con el deseo de
ambos.
Caso 2: Hace unas semanas atrás, cuando me estaba duchando veo (ya los días
anteriores habían aparecido algunos indicios) que el agua se iba acumulando en la
bañera y costaba que se produjera correctamente el desagote de la misma.
Entonces, en ese preciso instante fijo mi mirada en el desagote y sin pronunciar palabra
pero dirigiéndome con mi mente dije: destapate. Y en ese preciso instante el agua
comenzó a escurrirse nuevamente, vaciándose el agua que se había empezado a
acumular.
Eso pasó y no dije nada, pero a los pocos días salió el tema en conversación y
comentándole en risas le dije a mi señora: Ya tengo el “poder”, el otro día con sólo mi
deseo hice destapar la bañera”. Y ella me respondió: “Que poder ni poder, yo el día
anterior como veía que se estaba obstruyendo le tiré un líquido para destapar.”
¿Coincidencia? Obviamente que no. Pero de aquí saco dos deducciones; por un lado lo
que escribí en unos de mis primeros artículos sobre el destino y la física cuántica, donde
expreso en base al análisis de lo dicho por otros autores, que al pedir un deseo, no es
que nosotros hagamos “magia”, sino que Dios se encargará de mover “los hilos” para
que otras personas hagan su trabajo para que se cumpla con nuestra orden, ya sea que
dichas personas comiencen a hacer lo que tengan que hacer en este “presente” o en el
“pasado”.
Y la segunda deducción a que llegué, es que los dos pedimos lo mismo, ella actuando
bien pragmáticamente tirando el líquido y yo simplemente deseándolo; pero a los dos
nos unía sin saberlo el mismo deseo.
Caso 3: Y este último caso donde también obtuve el deseo solicitado es el ya narrado en
mi artículo “¡Gracias Aika!”. Si bien ahí comento las herramientas que utilicé para que
mi perrita se salvara, lo que resultó como común denominador fue el “trabajo en
equipo” con mi señora, ya que posteriormente conversando nos enteramos mutuamente
que ese día, sin que el otro lo supiera, en forma distinta pero muy semejante (realizando
afirmaciones y visualizaciones) pedimos al Universo lo mismo.
PRIMERA CONCLUSION
Sin haberme percatado al principio, vi que en los tres casos que se cumplió con mi
deseo, el denominador común fue haber pedido el deseo con otra persona (para mi caso
mi esposa)
Entonces aquí vemos de la importancia de estos dos versículos del Evangelio que
vuelvo a transcribir:
19- Asimismo yo les digo: si en la tierra dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir
alguna cosa, mi Padre Celestial se lo concederá.
20- Pues donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy yo, en medio de
ellos.”
Nota del autor: Este artículo por su extensión continuará la próxima semana.............
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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.