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Reporte de Lectura
1. Datos Bibliográficos
Capítulo: I - VIII
Páginas: 9 al 270
Ciudad: Colombia
En cuanto a su humanidad, el nacimiento virginal fue el medio por el cual tomó para
sí mismo una naturaleza puramente humana. Algunos sostienen que el nacimiento virginal
es necesario para que Cristo sea sin pecado, La humanidad que tomó en su nacimiento fue
una naturaleza sin pecado como la de Adán antes de su caída. Cristo está libre del pecado
adánico porque no fue en ninguna manera representado personalmente por Adán.
Hubo varios grupos quienes negaron tato la divinidad y la humanidad de Cristo. Entre
ellos los dscetistas sostenían que Jesús solamente parecía ser un hombre, que en realidad no
vino en la carne. Los Ebionitas niegan de su naturaleza divina. Algunos de ellos negaban el
nacimiento virginal de Cristo. Los arrianos afirmaban que la naturaleza divina de Cristo era
similar (homoiousian) a Dios, pero no lo mismo (homoousian). Por otro lado, el apolinarismo
se oponía tanto al arrianismo que cayó al otro extremo y redujo la humanidad de Cristo.
Cristo tuvo un cuerpo, pero que él mismo fue tan sublimado que apenas podía considerarse
humano. El eutiquianismo se considera el fundador principal de la herejía monofisita. Los
Monofisitas declararon que había solamente una naturaleza en Cristo. Tenía un espíritu
humano en el sentido de que su espíritu se hizo humano. Podemos insistir en esta declaración
sin sugerir que su espíritu en sentido alguno o en grado alguno cesó de ser divino. Sin
embargo, nuestro Señor Jesucristo, el Eterno Hijo de Dios, reteniendo todos sus atributos
divinos, tomó para sí mismo un modelo volitivo humano de conducta cuando asumió todos
los atributos esenciales de la naturaleza humana.
Dios pudo haber hecho un mundo en el que cuando un pecador eligiera pecar, las
consecuencias directas de su pecado cayeran inmediatamente sobre él y no sobre otra
persona. En el caso de la justicia, sin misericordia, habría sido perfectamente justo si Dios
hubiese permitido que esta maldición cayera sobre la especie humana cuando dimos muerte
a Jesús. Totalmente contraria a la opinión de una expiación perpetua o inconclusa, y
enteramente en pro de la doctrina de una transacción completada en forma perfecta, yace el
testimonio unánime de la Escritura. Esa justicia se representa comúnmente como incluyendo
su obediencia activa y pasiva. Sin embargo, la obediencia de Cristo, tanto la activa como la
pasiva son solo diferentes fases o aspectos de la misma. Cristo tuvo una vida perfecta como
Dios manifestado en la carne. Ofreció esa vida como un sacrificio perfecto en la cruz, como
en el altar del tabernáculo celestial.
El concepto del pacto es de una importancia suprema para nuestro entendimiento del
evangelio y nuestro programa misionero de evangelización. La expiación de Jesucristo yace
como un hecho basado en el pacto y las promesas de Dios, uno que el pueblo de Dios
experimenta a través de las edades. Si Cristo murió por nuestros pecados y llevó nuestra pena
en el propio acto en que nos perdonó nuestras faltas contra Él, una de las primeras inferencias
es que debemos vivir perdonando los demás. Debemos entender claramente que la doctrina
bíblica del perdón basada en la expiación de Cristo, por la que hemos sido perdonados, es
puramente práctica. Y es para una vida santa.
Habiendo Dios, de su propia y soberana voluntad, elegido desde el principio a los que
han de gozar de la vida eterna, entró en una alianza de gracia para libertarles de su estado de
pecado y de miseria, e introducirlos a un estado de salud por medio de un Redentor .La
doctrina supralapsariana coloca el decreto de elección a la vida eterna anterior al que permite
la caída del hombre. Mientras que según la doctrina infralapsariana, el decreto de elección a
la vida eterna viene lógicamente después del decreto de permitir la caída del hombre.
El hecho de que no todos los hombres van a ser salvados por la expiación de Cristo,
sino de que algunos están eternamente perdidos, de los que son perdidos eternamente está
dentro de los decretos de Él. La doble predestinación, parece indicar la idea de que la
salvación y la reprobación son solo dos lados de un modelo perfectamente simétrico, y que
Dios es la causa imputable de la reprobación de los perdidos tanto como es la causa meritoria
de la salvación de los salvados.
La regeneración es la obra del Espíritu Santo, quien aplica a nosotros los beneficios
de la expiación, es enseñanza uniforme de la Biblia. Puesto que el Espíritu Santo usa la
Palabra de Dios en su obra de regeneración tanto como en su obra de convicción, no es
contradictorio hablar de la Palabra misma como la causa eficiente de la regeneración.
La fe en el uso bíblico no siempre designa el hecho de creer, es más, se refiere con
frecuencia a lo que es creído. Habla de lo que creemos y no meramente del acto de creer.
El bautismo del Espíritu Santo es una frase acuñada en el Nuevo Testamento para la
obra de gracia por la cual los elegidos de Dios son señalados, la presencia manifiesta del
Espíritu Santo es el gozo anticipado y la garantía de la plenitud de nuestra herencia que
recibiremos en la vida futura. Esta obra, en su totalidad, ha de ser aceptada por fe. Para
nosotros en este tiempo, esto es, para todos los que han aceptado a Cristo como su Salvador
personal, es importante entender que la plenitud del Espíritu Santo requiere un constante y
continuo acto de fe.
4. Evaluación
(Exprese su propia opinión acerca de lo que dice el autor. ¿Es claro y preciso? ¿Está bien
documentado? ¿Es demasiado complicado y técnico? ¿Es bíblico? ¿Está de acuerdo? ¿Le
gustó? Defienda su opinión.)
El presente libro que leí está bien documentado y las enseñanzas que presenta se hacen con
base Bíblica.
5. Aplicación Personal
Leer este libro fue de ayuda para tener una comprensión clara de lo que es la doctrina de
Cristología.