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02/07/2014 – PENAL

1470-2013

Doctrina
CASACIÓN POR FONDO: Procedente cuando se reclama indebida
calificación de los hechos acreditados como delictivos, si se verifica que
éstos no realizan los elementos del tipo y además, no se afecta el bien
jurídico, cuya lesión se castiga. En el presente caso, el tribunal condenó a la
acusada por el delito de lavado de dinero u otros activos, sobre la base de
haber recibido cuarenta y tres depósitos en su cuenta bancaria, cuya suma
total asciende a ochenta y siete mil seiscientos noventa y ocho quetzales
con dos centavos (Q.87,698.02), durante quince meses, habiendo sido
debitada mediante treinta y siete retiros, en el mismo lapso de tiempo.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA PENAL. Guatemala, dos de


julio de dos mil catorce.
Se tiene a la vista para resolver el recurso de casación por motivo de fondo
interpuesto por la procesada LEONARDA MONROY FAJARDO, con el
auxilio del abogado defensor Luis Alfredo Vásquez Menéndez, contra la
sentencia de fecha treinta de octubre de dos mil trece dictada por la Sala
Primera de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal, Narcoactividad y
Delitos Contra el Ambiente, dentro del proceso seguido en su contra por el
delito de lavado de dinero u otros activos. Interviene el Ministerio Público.
No hay querellante adhesivo ni tercero civilmente demandado.

ANTECEDENTES
A) De los hechos acreditados. a) La acusada Leonarda Monroy Fajardo,
durante el período comprendido del veinticinco de mayo de dos mil diez al
treinta de agosto de dos mil once, cobró la cantidad de ochenta y siete mil
seiscientos noventa y ocho quetzales con dos centavos (Q.87,698.02). b)
Dicho dinero previamente había sido depositado a su cuenta de depósitos
denominada Guardadito, número cero dos seis dos cero uno cero cinco tres
dos dos cinco ocho siete (02620105322587), constituida en el Banco Azteca
de Guatemala, Sociedad Anónima. c) Ese dinero fue ingresado por medio
de depósitos realizados en distintas agencias ubicadas en los
departamentos de: Guatemala, Izabal, San Marcos, Petén, Santa Rosa,
Huehuetenango y Quetzaltenango, del Banco Azteca de Guatemala,
Sociedad Anónima; d) Los depósitos fueron realizados por personas con las
cuales no le une ninguna relación familiar o parentesco que los justifiquen,
así mismo tampoco se justifica con su perfil patrimonial y económico
financiero que puedan proceder de alguna actividad económica o trabajo
lícito; e) Ese dinero fue retirado en agencias de dicho banco en el
departamento de Escuintla, en cajeros automáticos denominados cinco B
(5B), con tarjeta de débito otorgada por el Banco.
B) Del fallo del tribunal de sentencia. El tres de abril de dos mil trece, el
Tribunal Tercero de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos Contra el
Ambiente, condenó a la procesada Leonarda Monroy Fajardo a seis años de
prisión inconmutables y multa de ochenta y siete mil seiscientos noventa y
ocho quetzales con dos centavos, por el delito de lavado de dinero u otros
activos. Dicha condena se basó en la declaración
de HerlinAbraham Colocho Herrera, técnico de la Intendencia de
Verificación Especial, quien identificó la cuenta de la acusada como una
cuenta sospechosa y explicó el movimiento de la misma; en la declaración
de David Enrique Camó Rodas, analista contable financiero del Ministerio
Público, quien analizó la denuncia y documentos presentados por la
Intendencia de Verificación Especial con relación a la cuenta bancaria que
originó el presente proceso penal; y en la prueba documental incorporada
en el debate.
Para calificar el delito, el a quo consideró que la conducta asumida por la
acusada encuadra en lavado de dinero u otros activos, de conformidad con
los incisos b) y c) del artículo 2 de la Ley Contra el Lavado de Dinero u Otros
Activos, ya que ella “aperturó” la cuenta de depósitos a la vista Guardadito
en el Banco Azteca, S. A. permitió que en la misma se hicieran depósitos en
distintas agencias del mismo banco ubicadas en distintos departamentos de
la república, sin justificar la procedencia o el origen del dinero y retiró el
dinero en agencias del mismo banco ubicadas en el departamento de
Escuintla.
C) Del recurso de apelación especial. Contra lo resuelto por el tribunal de
sentencia, la procesada, Leonarda Monroy Fajardo planteó apelación
especial por tres submotivos de fondo.
En el primer submotivo denunció la errónea aplicación del artículo 2, incisos
b) y c) de la Ley Contra el Lavado de Dinero u Otros Activos, debido a que
el tribunal de sentencia, en la determinación precisa y circunstanciada de los
hechos que estimó acreditados, no tuvo por probados hechos históricos que
encuadren su conducta dentro del tipo penal indicado.
En el segundo submotivo denunció la inobservancia de los artículos 1 y 18
de la Ley Contra el Lavado de Dinero u Otros Activos, debido a que el
tribunal dictó sentencia en su contra, a pesar de que no se acreditó el cargo,
profesión u oficio de la acusada y dicha circunstancia debió concatenarse
con las normas denunciadas como inobservadas.
En el tercer submotivo denunció la interpretación indebida del artículo 10 del
Código Penal, ya que no se acreditó la relación de causalidad entre el hecho
imputado a la acusada y el resultado, pues no se acreditó el cargo, empleo,
oficio o profesión que obligaba a la acusada a saber que el dinero depositado
en su cuenta se originaba de la comisión de un delito, ni que ella tuviera
conocimiento que los depósitos bancarios procedían de la comisión de un
delito.
Solicitó se dictara sentencia absolutoria a su favor.
D) De la sentencia de la sala de apelaciones. La Sala Primera de la
Corte de Apelaciones del Ramo Penal, Narcoactividad y Delitos Contra el
Ambiente del departamento de Guatemala, en la sentencia de fecha treinta
de octubre de dos mil trece, declaró improcedente el recurso de apelación
especial por tres submotivos de fondo interpuesto por la procesada
Leonarda Monroy Fajardo.
En cuanto al primer submotivo argumentó que el a quo subsumió
correctamente la conducta de la acusada en el delito de lavado de dinero u
otros activos, de acuerdo a la plataforma fáctica, lo que permitió en el ámbito
objetivo, pudiera exigirle una responsabilidad penal, al enmarcarse su
comportamiento dentro de la descripción del tipo de lavado de dinero u otros
activos, toda vez que con su conducta afectó el sistema financiero del país.
En cuanto al segundo submotivo indicó que con los hechos que se tuvieron
por probados en el debate, se podía establecer que la conducta de la
acusada encuadraba perfectamente en el delito de lavado de dinero u otros
activos, puesto que se probó que la procesada durante el período descrito
cobró la cantidad de ochenta y siete mil seiscientos noventa y ocho
quetzales con dos centavos, el cual había sido depositado en una cuenta a
su nombre denominada Guardadito, por medio de depósitos realizados en
distintas agencias, por otras personas con quien no le unía ninguna relación
familiar o parentesco que justificaran los mismos. Tampoco se justificó su
perfil patrimonial y económico financiero para que el dinero pudiera proceder
de actividad o trabajo lícito, por lo que la realización de los hechos probados
revestían características de ser punibles, por lo que el a quo no violó la
normativa señalada al condenar a la acusada por el delito de lavado de
dinero u otros activos.
En cuanto al tercer submotivo argumentó que no podía alegarse la
inexistencia de la relación de causalidad necesaria para poder atribuir a la
acusada su autoría en el delito de lavado de dinero u otros activos, en virtud
que los hechos acreditados por el tribunal de sentencia, claramente
evidenciaban y permitían extraer la realización de acciones idóneas por
parte de la enjuiciada.

RECURSO DE CASACIÓN
La procesada Leonarda Monroy Fajardo, planteó recurso de casación por
motivo de fondo, con fundamento en el numeral 1 del artículo 441 del Código
Procesal Penal, que regula la procedencia del recurso: “Cuando en la
resolución recurrida se incurrió en error de derecho al tipificar los hechos
como delictuosos, no siéndolo.”Denunció la errónea interpretación del
artículo 2, incisos b) y c) de la Ley Contra el Lavado de Dinero u Otros
Activos, en virtud que los hechos probados no son delictuosos, pues los
mismos no son típicos, de conformidad con el artículo citado; sin embargo,
el ad quem confirmó por error de derecho la sentencia del a quo sobre la
base que se dañó al sistema financiero, lo cual tampoco quedó probado. Se
comete este delito cuando la persona por sí o por interpósita persona,
adquiera, posea, administre, tenga o utilice bienes o dinero sabiendo o, que
por razón de su cargo, empleo, oficio o profesión esté obligado a saber que
los mismos son producto, proceden o se originan de la comisión de un
delito. En el presente caso, no quedó probado que la procesada haya
adquirido dinero, sabiendo que procedía o se originaba de la comisión de un
delito y tampoco se probó que la misma, por razón de su cargo, empleo,
oficio o profesión estuviera obligada a saber que los depósitos bancarios
procedían de la comisión de un delito.
La norma citada también señala que comete el delito quien oculte o impida
la determinación de la verdadera naturaleza, el origen, la ubicación, el
destino, el movimiento o la propiedad del dinero, sabiendo o que por razón
de su cargo, empleo, oficio o profesión, esté obligado a saber que los
mismos son producto de la comisión de un delito. En este caso, no quedó
probado que la acusada haya impedido determinar el origen, movimiento o
propiedad del dinero, por razón de su cargo, empleo, oficio o profesión y que
por ello podría saber que dichos depósitos bancarios se originaban de la
comisión de un delito. El hecho probado consistente en que del período de
veinticinco de mayo de dos mil diez al treinta de agosto de dos mil once,
cobró la cantidad de ochenta y siete mil seiscientos noventa y ocho
quetzales con dos centavos, no es un hecho delictivo, porque no está
comprendido dentro de las acciones que contempla el artículo 2 de la Ley
Contra el Lavado de Dinero u Otros Activos. Que el dinero haya sido
depositado en su cuenta del Banco Azteca, S. A. tampoco es una acción
delictiva que contemple la norma indicada. Que el dinero haya sido
depositado en agencias de Guatemala, Izabal, San Marcos, Petén, Santa
Rosa, Huehuetenango y Quetzaltenango, tampoco es una acción delictiva
que contemple la norma ya indicada. Que los depósitos hayan sido
realizados por personas con las cuales no le unía ninguna relación familiar
o parentesco que los justifiquen, tampoco es una acción delictiva. Que los
depósitos bancarios no reflejen su perfil patrimonial y económico financiero
que pruebe que los mismos procedan de alguna actividad o trabajo lícito,
tampoco es una acción delictiva. Que se haya retirado el dinero depositado
tampoco es una acción delictiva que contempla la norma citada y los hechos
probados no constituyen el delito de lavado de dinero u otros activos, pues
para ello se requiere que se afecte el sistema financiero y el a quo indicó
que no se afectó el mismo.
Solicitó que se declare con lugar el recurso de casación, se revoque la
sentencia impugnada y se proceda a dictar una sentencia absolutoria y se
ordene su inmediata libertad.
VISTA PÚBLICA
Se señaló audiencia para la vista pública el seis de mayo del dos mil catorce,
a las trece horas.
El Ministerio Público, al reemplazar su comparecencia por escrito indicó que
no existen los vicios denunciados por la acusada y solicitó declarar
improcedente el recurso planteado.
La procesada Leonarda Monroy Fajardo, al reemplazar su participación por
escrito ratificó los extremos vertidos al plantear el recurso de casación.

CONSIDERANDO
-I-
Cuando se denuncia la errónea calificación jurídica de los hechos del juicio,
el recurrente no entra a cuestionar los hechos fijados por el sentenciante, los
que se consideran aceptados e inamovibles, con base en el principio
de intangibilidad de la prueba, el análisis jurídico se circunscribe a
determinar si la conducta acreditada realiza o no los supuestos fácticos de
la norma aplicada, y en su caso aplicar la correspondiente o establecer su
atipicidad. Queda fuera del juicio lógico del tribunal que conoce el recurso,
las valoraciones probatorias y la fijación de los hechos por el sentenciante.

-II-
El reclamo concreto de la casacionista es que, el Ad quem confirmó la
sentencia en que se le condenó por el delito de lavado de dinero u otros
activos, a pesar que los hechos que tuvo por acreditados el a quo no son
delictuosos.
El a quo subsumió los hechos acreditados, validado por la Sala, en el artículo
2, incisos b) y c) de la Ley Contra el Lavado de Dinero u Otros Activos, que
establece que: “Comete el delito de lavado de dinero u otros activos quien
por si, o por interpósita persona… b) Adquiera, posea, administre, tenga o
utilice bienes o dinero sabiendo, o que por razón de su cargo, empleo, oficio
o profesión esté obligado a saber, que los mismos son producto, proceden
o se originan de la comisión de un delito; c) Oculte o impida la determinación
de la verdadera naturaleza, el origen, la ubicación, el destino, el movimiento
o la propiedad de bienes o dinero o de derechos relativos a tales bienes o
dinero, sabiendo, o que por razón de su cargo, empleo, oficio o profesión
esté obligado a saber, que los mismos son producto de la comisión de un
delito.”
El lavado de dinero u otros activos, es un delito autónomo que no requiere
para su configuración de la acreditación de un delito previo como fuente del
mismo. El origen ilícito puede inferirse inductivamente de los hechos que
han sido acreditados en juicio.
La acusada argumentó que los hechos acreditados no constituyen el delito
de lavado de dinero u otros activos, pues no se acreditó que ella sabía o que
por razón de su cargo, empleo, oficio o profesión debiera saber que el dinero
depositado en su cuenta fuera producto, procediera o se originara de la
comisión de un delito -elemento subjetivo-; ni siquiera se acreditó su cargo,
empleo, profesión u oficio.
El elemento básico del delito de lavado de dinero es su fuente ilícita. Para
entender la naturaleza autónoma de este delito y no hacerlo depender de un
delito previo, concretamente determinado, la Convención de
Viena(Convención de las Naciones Unidas Contra el Tráfico Ilícito de
Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas) constituye una fuente de
interpretación. Así, el artículo 3.3 describe que “el conocimiento, la intención
o la finalidad requeridos como elementos de cualquiera de los delitos
enunciados, podrán inferirse de las circunstancias objetivas del caso”. Por
otro lado el Reglamento Modelo de la Comisión Interamericanapara el
Control del Abuso de Drogas (CICAD), en el artículo 2.5 establece que: “el
conocimiento, la intención o la finalidad requeridos como elementos de
cualesquiera de los delitos de lavado de activos podrán inferirse de las
circunstancias objetivas del caso”. De aquí se desprende que un elemento
fundamental para definir si existe o no lavado de dinero, es el ocultamiento
de su origen. Al realizar el estudio entre el caso de procedencia invocado,
norma señalada como infringida y sentencia recurrida, se establece que la
conducta de la acusada no encuadra en el delito de lavado de dinero u otros
activos, pues, de las circunstancias del caso no se infiere ocultamiento
alguno, menos si se relaciona con las cantidades recibidas durante un
período prolongado, porque la cantidad de dinero que se depositó en la
cuenta de la acusada, no se hizo mediante un solo depósito, sino durante
un lapso de un año y tres meses, por medio de cuarenta y tres depósitos,
siendo el mayor por la cantidad de ocho mil quetzales y se fue debitando,
por medio de treinta y siete retiros. Hay que observar que, el bien jurídico
contenido en este tipo delictivo, cuya lesión se sanciona, es la protección del
sistema financiero, previniendo su utilización para la realización de negocios
ilegales, de conformidad con el segundo considerando de la Ley Contra el
Lavado de Dinero u Otros Activos, Decreto 67-2001 del Congreso de la
República de Guatemala. Podría darse la posibilidad que las cantidades
mínimas de dinero, que se depositaban y posteriormente se retiraban, por
su propio monto estuviesen destinadas al consumo personal o familiar, y por
ello, no puede producirse daño alguno al sistema financiero protegido por la
ley, lo que por otra parte, no fue acreditado por el a quo.
Por lo considerado, el recurso planteado por motivo de fondo debe ser
declarado procedente, casar la sentencia y declarar que la conducta
realizada por la acusada no encuadra en el tipo penal de lavado de dinero u
otros activos, y se le debe absolver.

LEYES APLICADAS
Artículos 12, 14, 203 y 204 de la Constitución Política de la República de
Guatemala; 1, 2, 3, 4, 5, 11, 11 Bis, 37, 50, 186, 237, 385, 388, 389, 394,
430, 431, 437, 438, 439, 441, 442 y 446 del Código Procesal Penal; 10, 14,
27, 36, 50, 51, 52, 53, 63, 65, 69, 71 del Código Penal; 1, 2, 18 de la Ley
Contra el Lavado de Dinero u Otros Activos; 16, 57, 58 inciso a), 59, 74,
79 inciso a), 141, 142, 143 y 147 de la Ley del Organismo Judicial.

POR TANTO
La Corte Suprema de Justicia, Cámara Penal, con base en lo considerado
y leyes aplicadas DECLARA: I. PROCEDENTE el recurso de casación por
motivo de fondo interpuesto por la procesada Leonarda Monroy Fajardo, en
consecuencia, se anula la sentencia dictada por la Sala Primera de la
Corte de Apelaciones del Ramo Penal, Narcoactividad y Delitos Contra el
Ambiente, el treinta de octubre de dos mil trece. II. Se anula la sentencia del
Tribunal Tercero de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos Contra el
Ambiente, de fecha tres de abril de dos mil trece, y se absuelve a la
procesada Leonarda Monroy Fajardo por el delito de lavado de dinero u otros
activos. III. Encontrándose la acusada guardando prisión, se ordena su
inmediata libertad, debiendo oficiarse al tribunal que corresponde, a efecto
libre la orden de libertad respectiva. Notifíquese y con certificación de lo
resuelto, vuelvan los antecedentes a donde corresponda.

Héctor Manfredo Maldonado Méndez, Magistrado Vocal Quinto; Gustavo


Adolfo Mendizábal Mazariegos, Magistrado Vocal Cuarto; Juan Carlos
Ocaña Mijangos, Magistrado Vocal Séptimo; Dimas Gustavo Bonilla,
Magistrado Vocal Décimo Tercero. María Cecilia de León Terrón, Secretaria
de la Corte Suprema de Justicia.

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