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Universidad de las Américas

Gustavo Villacis

El impacto de la lavadora en la sociedad

Para el progreso la lavadora es uno de los fuertes representantes que ha tenido


un impacto benéfico a lo largo del tiempo en los hogares de cada persona que
cuenta con uno. Con esto vamos al pasado a principios del siglo XX

Ya que antes del invento de la lavadora, durante siglos, la ropa se había lavado
a mano. Cada día, las mujeres tenían una cita en la orilla del río con grandes
cantidades de ropa sucia que frotaban, golpeaban contra las piedras,
restregaban y retorcían. Con el tiempo se crearon tablas para que el proceso
fuera más cómodo... Cualquiera de estos métodos era lento y engorroso. Una
vez que las casas tuvieron agua corriente, la situación mejoró ligeramente, ya
que no era necesario ir a la fuente o al río a lavar.

Pero el ingenio humano empezó a buscar algunas herramientas que hicieran el


proceso de lavado más cómodo y eficaz. Llegó el año 1780 y Robinson de
Lancashire patentó una máquina para lavar y escurrir la ropa. Dos años más
tarde, en 1782, el inglés Henry Sidgier creó un artefacto utilizado manuamente,
compuesto por un tonel de madera y una manivela. Este sistema era, hasta ese
momento, el más avanzado y el menos dañino para la ropa. En 1851, el inventor
estadounidense James King patenta un modelo dotado de un tambor giratorio.
En 1858, el fabricante estadounidense Hamilton Smith agregó un tambor de
engranaje que permitía su rotación en ambos sentidos para maximizar el efecto
del lavado. En 1880, en Ucrania, en un intento por masificar el lavado y secado
de ropa en los hospitales de Crimea, crearon una máquina que cumplía con la
función de secar la ropa al mismo tiempo que se lavaba. La novedad de este
diseño consistía en un sistema de rodillos con los cuales se llevaba a cabo el
escurrido de las prendas.

Finalmente, en 1901, el estadounidense Alva J. Fisher -aunque algunos se lo


apuntan al también estadounidense Louis Goldenberg- crea la primera lavadora
eléctrica, precursora de la que hoy utilizamos. Consistía en un motor que hacía
rodar un tambor metálico.
Esto hizo que aumente la mano de obra, las herramientas y las máquinas de
realización llegara a su máximo uso. Con esto la tecnología llegó a verse en otro
modo. Ya que comenzaron a salir nuevos y mejorados modelos de lavadora y
eso causó que creciera la producción dando empleo a más personas y
expandiéndose como empresas.

En el año 1958, AEG (Compañía Eléctrica General), fundada en 1897 por el


emprendedor alemán Emil Rathenau y siempre a la vanguardia de la tecnología
en diferentes productos del hogar, lanzaba Lavamat, la primera lavadora
automática del mundo -la compañía alemana fue también pionera en lanzar el
primer frigorífico eléctrico en 1912-. Esta vez sí se consiguió que su presencia
fuera masiva en las casas de buena parte del mundo, entre otras cosas porque
sus costes se redujeron y su precio se hizo asequible para muchos más
bolsillos. A partir de ahí, todas las compañías se lanzaron a comercializar el
revolucionario invento.

l desarrollo de la lavadora a lo largo de la historia ha llevado a que cualquier


avance tecnológico en otros campos sea analizado para su incorporación al
mundo de este electrodoméstico del que ya no podemos prescindir, o... ¿quién
no se echa a temblar cuando la lavadora se estropea? Ahora mismo las hay con
funciones de secado, de control de consumo de agua, con paneles electrónicos,
con sistema de ahorro de detergente, con más o menos revoluciones... Lo
último en tecnología: el modelo Okömix (Oko=Eco) de AEG, o la nueva gama
AddWash de Samsung, con una puerta extra que permite introducir en cualquier
momento del ciclo del lavado las prendas que se nos olvidó incluir en la colada.

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