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JOSE FRANCISCO MONROE SUÁREZ

MAESTRÍA EN DERECHO CONSTITUCIONAL


Y DERECHOS HUMANOS
ABOGADO LITIGANTE Y CONSULTOR
DOCENTE UNIVERTARIO

MARCO TEÓRICO DE LOS


DERECHOS HUMANOS

LIMA - PERÚ
MARCO TEÓRICO DE LOS DERECHOS HUMANOS

I. DENOMINACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS.

No existe unanimidad en la forma de denominar a lo que se entiende por los derechos inherentes,
naturales y sagrados de la persona humana.

1. DIVERSIDAD DE DENOMINACIONES.

Existe diversidad en la denominación de los derechos humanos por que también existe diversidad
en su definición.

Así tenemos que para referirse al conjunto de derechos elementales de los seres humanos, tanto en
los textos, en la doctrina y en la jurisprudencia se usa como sinónimo de derechos humanos
términos como libertades públicas, derechos de libertad, derechos públicos subjetivos, derechos de
la personalidad, derechos personalísimos, derechos humanos fundamentales, derechos
individuales, derechos fundamentales, derechos esenciales, derechos naturales, derechos morales,
derechos innatos, derechos inalienables, derechos iguales.

1. EVOLUCIÓN DE LA DENOMINACIÓN.

Al principio, en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América de 1776, se


les denominó DERECHOS INALIENABLES. Después, en la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa de 1789, se les denominó DERECHOS
NATURALES, INALIENABLES, SAGRADOS IMPRESCRIPTIBLES y LOS MAS
PRECIOSOS DEL HOMBRE. A partir de la Carta de Naciones Unidas de 1945 se les denomina
DERECHOS HUMANOS. En las Constituciones Políticas de los Estados se les denomina
DERECHOS CONSTITUCIONAL O DERECHOS FUNDAMENTALES.
Domingo García Belaunde1 sostiene que si bien el término “Derechos Humanos” surgió de la
Carta de las Naciones Unidad de 1945, se tratan de los mismos derechos que fueron conocidos de
manera genérica como Derechos del Hombre o Derechos Naturales y que fueron fundamentados
por los filósofos y políticos ingleses de los siglos XVIII y XIX.

En fin, cualquiera sea la denominación que se use, todas ellas están dirigidas a tratar sobre lo
que se entiende por el conjunto de derechos inherentes a la persona humana.

2. DERECHOS HUMANOS, DERECHOS CONSTITUCIONALES Y


DERECHOS FUNDAMENTALES.

La denominación de Derechos Humanos se suele usar con más énfasis en el ámbito


internacional, como el caso de los tratados, pactos, convenios y demás documentos
internacionales.

En el ámbito estatal se suele usar la denominación DERECHOS FUNDAMENTALES,


refiriéndose a los Derechos Humanos que están reconocidos dentro del ordenamiento jurídico de
un estado.

Y se les suele denominar DERECHOS CONSTITUCIONALES cuando están reconocidos en el


ordenamiento jurídico de un Estado, pero específicamente en lo texto Constitucional.

3. TÉRMINO USADO EN EL PERÚ.

En el Perú se usa los tres términos en forma indistinta.

Así, en la Constitución Política de 1993:

- El Capítulo I, del Título I, se denomina “Derechos Fundamentales de la Persona”.


- El artículo 44 dice que son deberes del Estado garantizar la plena vigencia de los DDHH.

1Los Derechos Humanos como ideología, Derecho No 36, diciembre 1982, página 101.
- El artículo 56 dice que los tratados deben ser aprobados por el Congreso, antes de su
ratificación por el Presidente de la República, siempre que versen sobre Derechos Humanos.
- El artículo 74 dice que el Estado al ejercer la potestad tributaria debe respetar los derechos
fundamentales de la persona.
- El artículo 137 dice que el presidente de la República al decretar el Estado de Emergencia
puede restringir o suspender el ejercicio de los derechos constitucionales relativos a la
libertad y la seguridad personales, etc., así como al decretar el Estado de Sitio debe
mencionar los derechos fundamentales cuyo ejercicio no se restringe o suspende.
- El artículo 149 dice que las autoridades de las comunidades campesinas y nativas pueden
ejercer funciones jurisdiccionales siempre que no violen los derechos fundamentales de la
persona.
- El artículo 162 dice que corresponde a la Defensoría del Pueblo defender los derechos
constitucionales y fundamentales de la persona y de la comunidad.
- El artículo 200.1 dice que procede el hábeas corpus ante el hecho u omisión, por parte de
cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera la libertad individual o los derechos
constitucionales conexos.

El Tribunal Constitucional del Perú también incurre en la variedad terminológica; por ejemplo, en el
Expediente No 04677-2005-HC 2 usa los términos derechos humanos y derechos fundamentales:

Las obligaciones del Estado en materia de derechos humanos implican el respeto y garantía de
los derechos fundamentales de las personas sometidas a su jurisdicción. Estas obligaciones
han quedado enunciadas por el artículo 2º del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, y los artículos 1° y 2° de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Estas
normas internacionales constituyen, por ende, pauta interpretativa mandatoria de lo dispuesto
en el artículo 44 de la Constitución; vale decir, la obligación que tiene el Estado de garantizar
la plena vigencia de los derechos humanos.

2La Constitución en la jurisprudencia de! Tribunal Constitucional, Gaceta Jurídica, primera edición agosto 2006,
página 369.
En el Expediente No 1417-2005-PA 3, el Tribunal Constitucional señala que en realidad todos los
derechos fundamentales son a su vez derechos constitucionales:

“Los Derechos fundamentales, en el caso peruano, no se agotan en la enumeración


taxativa del Capítulo I del Título I de la Constitución, denominado "Derechos
Fundamentales de la Persona", sino que a través de la cláusula de los derechos implícitos
o no enumerados, todos los derechos fundamentales son a su vez derechos
constitucionales, en tanto es la propia Constitución la que incorpora en el orden
constitucional no sólo a los derechos expresamente contemplados en su texto, sino a
todos aquellos que de manera implícita, se deriven de los mismos principios y valores
que sirvieron de base histórica y dogmática para el reconocimiento de los derechos
Fundamentales”

Es más, si bien es cierto que los términos “derechos fundamentales” y “derechos constitucionales”
podrían remitir y limitar a lo expresamente establecido en la Constitución, lo cierto es que los
derechos humanos no se agotan en la Constitución, porque en ésta se reconoce una cláusula abierta
que permite consagrar otros derechos, llamados derechos implícitos o innominados.

En Perú, en la Constitución Política de 1993 existe una cláusula abierta que tiene dicha significación:

Artículo 3:- Derechos no enumerados.


La enumeración de los derechos establecidos en este capítulo no excluye los demás
que la Constitución garantiza ni otros de naturaleza análoga o que se fundan en la
dignidad del hombre o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado
democrático de derecho y de la forma republicana de gobierno.

El Tribunal Constitucional del Perú ha usado esta cláusula para reconocer derechos no consagrados
expresamente en la Constitución como el derecho a la verdad 4.

3www.tc.gob.pe
4Víctor García Toma, Los Derechos Fundamentales en el Perú, Jurista Editrores EIRL, primera edición abril 2008, página
En opinión del autor del presente trabajo, preferimos el término “Derechos Humanos” y no
“Derechos Fundamentales” o “Derechos Constitucionales”, porque estos dos últimos hacen alusión
solo a los derechos reconocidos en la Constitución, lo cual no se condice con la característica
inherente, progresiva y universal de los Derechos Humanos; aunque aceptamos que esto se suple con
la cláusula de apertura que permite trascender del texto constitucional, por ello tampoco no nos
oponemos a su uso, pues los entendemos en su significado amplio.

Víctor García Toma5 se opone el término Derechos Humanos sosteniendo que “teóricamente es
errada, ya que se incurre en un tautología jurídica. En puridad, se trata de una denominación
repetitiva, en razón de que los derechos de por si son humanos; ya que el hombre es el único sujeto
titular de derechos y deberes. Como bien sabemos, ni los animales ni las plantas ostentan titularidad
sobre las prerrogativas jurídicas”.

El autor del presente trabajo sostiene que, es cierto que el ser humano es el único sujeto de derechos
y obligaciones; sin embargo el término “Derechos Humanos” está dirigido a tratar los derechos
directamente relacionados con la dignidad de la persona humana, y no resulta tautológico este
término, porque al sustantivo “Derecho” se suele agregar un adjetivo para identificar la rama del
derecho que se pretende tratar y a esto no escapa el término Derechos Humanos.

Ejemplo, cuando se tratar sobre el régimen jurídico de las personas, no sobre la persona en sí misma,
sino la persona en relación con la familia, la sucesión, los bienes, las obligaciones, los contratos, etc.,
se suele agregar al sustantivo “Derecho” la palabra “Civil”, es decir se trata del “Derecho Civil”.
Cuando se trata solo sobre la familia, o solo sobre la sucesión o solo sobre los bienes, se suele usar el
término “Derecho de Familia”, “Derecho de Sucesiones”, “Derechos Reales”; es decir, el adjetivo
que acompaña al sustantivo “Derecho” alude a la rama del Derecho que se pretende tratar. En este
caso, cuando agregamos el adjetivo “Humanos” al sustantivo “Derechos”, nos estamos refiriendo al
conjunto de derechos que tratan directamente sobre los seres humanos en sí mismos, teniendo como
eje central su dignidad; al margen de las cosas que lo rodean, aunque de manera indirecta le sirven
para lograr sus fines; siendo así, el término Derechos Humanos no resulta tautológico o repetitivo.

5Los Derechos Humanos y la Constitución, Editorial Horizonte, Lima, página 21,


II. DEFINICIÓN DE DERECHOS HUMANOS,

Así como existe diversidad en la denominación, también es diversa la definición de los DDHH.

1. DEFINICIÓN GENERAL.

Víctor Julio Ortecho Villena 6 presenta una definición general “entendidos los derechos humanos
en la forma más general, como el conjunto de ideas encaminadas al mejor trato y consideración de
la persona humana, como forma de contener los abusos de parte de los poderosos o de los que en
uso del poder político atentan contra los más débiles”

2. DEFINICIÓN CONCEPTUAL.

Mario Alzamora Valdez7 sostiene que “los derechos humanos o derechos fundamentales de la
persona, como se les denomina en la Carta de las Naciones Unidas, constituyen potestades de
aquella sobre sus atributos físicos, psíquicos y espirituales y sobre sus bienes, para alcanzar una
existencia digna bajo la garantía del Estado y de la sociedad”.

Francisco José del Solar Rojas8 dice que asume una conceptualización ecléptica al explicar que
los derechos humanos “son' los derechos naturales, positivos y éticos, concebidos y desarrollados
para proteger racional, jurídica y solidariamente al ser humano en lo civil, político, económico,
social y cultural, con la finalidad de procurar, universalmente, su realización y felicidad”

Víctor Julio OrtechoVillena9 sostiene que “los derechos humanos son los atributos, facultades
esenciales o fundamentales, que han sido conquistados política y socialmente, y reconocidos
jurídicamente, y que tienen por objeto el respeto y la protección de la persona humana, en sus aspectos
sustanciales de existencia, libertad, dignidad y justicia ’.

66 Los derechos humanos su desarrollo y protección, Ediciones BLG, Trujillo 2006, página 15 y 17.
77 Introducción a la ciencia del derecho, Eddili, décima edición, página 168.
8Los derechos humanos y su protección, Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Fondo Editorial, primera edición
2000, página 21.‘
98 Los derechos humanos su desarrollo y protección, Ediciones BLG, Trujillo 2006, página 15 y 17.
9 Los derechos Humanos, su desarrollo y protección, Ediciones BLG, Trujillo, página 15 y 17.
Francisco Carruitero Lecca10 asume la definición del grupo académico LEPALA, que sostiene que
“los derechos humanos son aquellas exigencias del poder social, cuya toma de conciencia en cada
momento histórico por los individuos y grupos sociales, en cuanto que manifestación de los valores
sociales fundamentales, supone la pretensión de garantizarlos bien por la vía institucional, bien a
través de medios extraordinarios”.

El Consejo Nacional de Derechos Humanos del Perú 11 sostiene que “se entiende por derechos
humanos aquellos atributos o dominios inherentes, inalienables y pertenecientes a todos los seres
humanos por su sola condición de tales. Estos derechos son necesarios para asegurar la libertad y el
mantenimiento de una calidad de vida digna, y están garantizados a todas las personas y en todo
momento y lugar”

Pedro Nikken12 sostiene que la sociedad contemporánea reconoce que todo ser humano, por el hecho
de serlo, tiene derechos frente al Estado; derechos que el Estado tiene el deber de respetar y
garantizar, así como organizar su acción a fin de garantizar su realización. Estos derechos, atributos de
toda persona e inherentes a su dignidad, son los derechos humanos

Para Antonio Pérez Luño13 sostiene que existen tres tipos de definiciones:
1. TAUTOLÓGICO, que define los derechos humanos como los que le corresponde al
hombre por el solo hecho de ser hombre.
2. FORMAL, que define los derechos humanos como aquellos que pertenecen o deben
pertenecer a todos los hombre y de los que ningún hombre puede ser privado.
3. TELEOLÓGICO, que define los derechos del hombre como aquellos que son
imprescindibles para el perfeccionamiento de la persona humana, para el progreso social
o para el desarrollo de la civilización.

10Manuel de derechos humanos, Librería y Ediciones Jurídicas, primera edición, septiembre 2002, página 51.
11Plan Nacional de Derechos Humanos separata del diario oficial El Peruano publicada el 11 de diciembre del
2005, página 305957.
12El concepto de derechos humanos, En Estudios Básicos de Derechos Humanos, San José de Costa Rica: Instituto
Interamericano de Derechos Humanos, 1994
13Delimitación conceptual de los derechos humanos en la obra colectiva: Los derechos humanos. Significación,
estatuto jurídico y sistema. Ediciones de la Universidad de Sevilla, 1979, páginas 14-15.
Para el autor del presente trabajo, los Derechos Humanos son el conjunto de atributos, potestades
y facultades esenciales que son inherentes a la persona humana y se fundamentan en su dignidad;
cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral de la persona humana y
para el logro de su proyecto de vida.

Esta definición comprende el fundamento y la finalidad de los Derechos Humanos; así, el


fundamento es la dignidad, a partir del cual surgen todos los derechos necesarios; lo cual está
vinculado a la finalidad, pues la realización efectiva de los derechos humanos permitirá el
desarrollo integral de la persona humana y el logro de su proyecto de vida.

3. DEFINICIÓN TRIDIMENSIONAL.

La definición más citada es la propuesta por Pérez Luño 14, que define los derechos humanos como
“el conjunto de facultades é instituciones que, en cada momento histórico, concretan las
exigencias de dignidad, libertad e igualdad humana, los cuales deben ser reconocidos
posteriormente por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional".

Esta definición ha sido denominada operativa o descriptiva, pero el autor del presente trabajo
prefiere denominarla tridimensional, por que abarca tres aspectos diferentes pero
complementarios entre sí:

a. DIMENSIÓN AXIOLÓGICA, por que se refiere a los valores, tales como la libertad, la
igualdad que son inherentes a la dignidad de todo ser humano, y son interdependientes.
b. DIMENSIÓN FÁCTICA, por que se refiere al carácter evolutivo y racional de la noción de
derechos humanos, dada la concreción histórica de los valores inherentes a la dignidad personal.
c. DIMENSIÓN NORMATIVA, se refiere a la concretización de los rasgos inherentes de la
persona humana en normas jurídicas que prescriban conductas socialmente deseables y atribuyan
responsabilidad e institucionalicen mecanismos de sanción para los transgresores.

14Delimitación conceptual de los derechos humanos en la obra colectiva: Los derechos humanos. Significación, estatuto
jurídico y sistema. Ediciones de la Universidad de Sevilla, 1979, páginas 43.
4. DIMENSIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS.

Como podemos observar existe una lista innumerable de autores que atribuyen diversas definiciones a
los Derechos Humanos, cada una de las cuales responde a diversos aspectos; de allí podemos colegir
que los Derechos Humanos tienen diversas dimensiones, que son concurrentes y no excluyentes:

a. DIMENSIÓN HISTÓRICA.- Los Derechos Humanos son producto de las conquistas que han
alcanzado los pueblos en sus luchas que han librado contra los opresores en cada momento
histórico del desarrollo de la humanidad.

b. DIMENSIÓN NORMATIVA.- Los Derechos Humanos son la concretización en normas jurídicas,


constitucionales o legales, que prescriben conductas socialmente deseables y atribuyen
responsabilidades a sus transgresores.

c. DIMENSIÓN AXIOLÓGICA.- Los Derechos Humanos son aquellos atributos, facultades y


potestades del ser humanos, como la libertad y la igualdad, que le otorgan valor ético y moral a la
sociedad y el Estado.

d. DIMENSIÓN FINALISTA.- Los Derechos Humanos tienen la finalidad de lograr el mejor trato y
consideración al ser humano a fin de que viva con dignidad y alcance su proyecto de vida y la
felicidad de él y su familia.

e. DIMENSIÓN JUSNATURALISTA.- Los Derechos Humanos son inherentes, inalienables e


irrenunciables por que pertenecen al ser humano por su condición de tal y no requieren de
reconocimiento para su existencia.

f. DIMENSIÓN POLÍTICA.- Los Derechos Humanos constituyen límites para el ejercicio del
poder político y de los gobernantes en general, quienes tienen la obligación de respetarlos,
protegerlos y promoverlos, para que su ejercicio sea válido.
III. FUENTES DE LOS DERECHOS HUMANOS

Francisco José del Solar Rojas15 sostiene que “No obstante este esfuerzo conceptualizador, resulta
más importante tener en claro cuáles son los Derechos Humanos.

En esto coincide con Francisco Miro Quesada Cantuarias, quien afirma que “creemos que hay un
acuerdo unánime en que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en la
Asamblea General de las Naciones Unidos del 10 de diciembre de 1948, fija con suficiente
precisión, cuáles son estos derechos”.

En opinión del autor del presente trabajo, el tema está referido a dónde podemos encontrar de
manera referencial los DDHH, pues éstos son todos los derechos y libertades, o facultades,
potestades o atribuciones, que están contemplados, en forma enunciativa, en:

1. En la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, el Pacto Internacional de los


Derechos Civiles y Políticos de 1966, Pacto Internacional de los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales de 1966 y otros instrumentos de carácter general o temático que
corresponden al ámbito universal.
2. En la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre de 1948, la
Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1969, el Protocolo de San Salvador
de 1988 y otros instrumentos de carácter general o temático que corresponden al ámbito
regional interamericano.
3. En las Constituciones Políticas de cada uno de los Estados.
4. En las decisiones de los organismos internaciones sobre Derechos Humanos.
5. En la conciencia de la humanidad, que en forma potencial espera las circunstancias favorables
que permitan hacerse realidad, pues hay que recodar que los derechos humanos han sido
reconocidos en forma progresiva, por ello el jurista francés Karen Basak los clasificó en tres
generaciones.

15Los derechos humanos y su protección, Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Fondo Editorial primera edición 2000,
página 22.
IV. FUNDAMENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS.

Los Derechos Humanos se fundan en la DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA.

1. CONCEPTO DE DIGNIDAD.

Edgar Carpió Marcos16 dice que “el concepto jurídico constitucional dignidad acusa profunda
vaguedad, no solo en su significado jurídico sino también en su aplicabilidad. Sin embargo, existe
cierto consenso en considerar la dignidad como un valor espiritual y moral que pertenece a toda
persona, independientemente de su status o de la situación jurídica en la que se encuentre. De allí que
la dignidad no sea tanto un derecho, sino el fundamento de todos los derechos, y se considera el punto
de partida del catálogo de derechos que conforman los Derechos Humanos. Por eso, la dignidad es un
valor supremo y por tal se trata de un valor supremo absoluto; es decir; la dignidad se encuentra en el
vértice de los principios y valores que la Constitución reconoce y por ello se halla excepto de
cualquier actividad restrictiva, limitativa y ponderativa. La dignidad presupone que el hombre no sea
tratado como un objeto o medio”.

Víctor García Toma17 sostiene que “el hombre es un ser que existe en sí y no en otro; constituye “un
fin en sí mismo”, por eso jamás puede ser utilizado como medio. En tal virtud tiene como atributos
esenciales la libertad, la racionalidad y la sociabilidad que son raíz y fundamento de su dignidad. De
acuerdo con su esencia, al hombre le corresponde determinados derechos básicos que son facultades,
atribuciones, poderes o potestades sobre todo aquello que le es necesario para cumplir con su destino,
es decir para realizarse como ser humano. El hombre tiene dignidad porque es capaz de establecer y
alcanzar sus propios fines; por tanto, dignidad es la atribución de un ser humano que reclama, ante sí
y ante otros, estima, custodia y realización; de allí que aspire a la materialización de sus propósitos y
anhelos más íntimos”.

16 La constitución comentada, Gaceta Jurídica, Tomo I, primera reimpresión, febrero 2006, página 318.
17Derechos Fundamentales en el Perú, Juristas Editores, primera edición, 2008,página 25.
2. PRESUPUESTO DE LA DIGNIDAD HUMANA.

Los atributos de la persona humana que fundamentan su dignidad son:

a. LIBERTAD, que es la facultad de tener pleno albedrío y posibilidad de proceder según su


propia determinación, es decir optar por su proyecto de vida.
b. RACIONALIDAD, que es la facultad por la cual el hombre puede discernir y juzgar. La
libertad le permite al hombre llegar al camino que ha optado, y la razón le indica qué acción
debe realizar para conseguir lo que se ha propuesto.
c. SOCIABILIDAD, que es la tendencia inevitable que tiene el hombre relacionarse con los
demás hombres, y no puede prescindir de ella, por que requiere el apoyo y el consenso de los
demás para ser genuinamente ser humano.

Así, la sociedad resulta ser el medio adecuado que permite al hombre practicar sus cualidades y lograr
sus fines.

3. DIGNIDAD EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ.

Lo dicho se pone de manifiesto en el caso peruano en su Constitución Política:

Artículo 1.- La dignidad humana.


“La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la
sociedad y el Estado”

Así mismo, la dignidad es fuente de creación de nuevos derechos humanos:

Artículo 3.- Derechos innominados o implícitos.


“La enumeración de los derechos establecidos en este capítulo no excluye los demás
que la Constitución garantiza ni otros de naturaleza análoga o que se fundan en la
dignidad del hombre o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado
Democrático de Derecho y de la forma republicana de gobierno”.
El Tribunal Constitucional dice en su sentencia recaída en el Expediente No 50-2004-AÍ 18:

“La dignidad humana (...) es el presupuesto jurídico de la existencia de todos los


derechos fundamentales. La persona humana no puede ser concebida como un medio,
sino como un fin en sí mismo; de allí que su defensa constituya el fin supremo que
debe inspirar todos los actos estatales, en particular, y los de la sociedad en general (..)

Y en la sentencia recaída en el Expediente No 016-2004-AA ha dicho que

“el principio de dignidad irradia en igual magnitud a toda la gama de derechos, ya


sean los denominados derechos civiles y políticos, como los económicos, sociales y
culturales, toda vez que la máxima eficacia en la valoración del ser humano solo
puede ser lograda a través de la protección de los distintos elencos de derechos, en
forma conjunta y coordinada”.

V. TITULAR DE LOS DERECHOS HUMANOS.

1. LA PERSONA HUMANA.

Para Mario Alzamora Valdez 19 “los derechos humanos protegen a las personas individuales, y se
extienden a favor de las comunidades naturales como la familia, los sindicatos, las corporaciones, los
grupos minoritarios, y aun a favor de los países subdesarrollados”.

Francisco Carruitero Lecca20 recoge las preguntas de Schipppa-Piera, Mantilla y Balmaceda: ¿a quién
se le puede reconocer como titular de los Derechos Humanos? ¿A la humanidad, a los grupos sociales,
al ser humanos? Responde que se trata de la persona humana en tanto individuo, lo cual resulta de
comprobar que tales derechos son inherentes a toda persona humana por el hecho de tener vida. “

18La Constitución en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, Gaceta Jurídica, primera edición, agosto 2006, página
335-336.
19Introducción a la ciencia del derecho, Eddili, décima edición, página 168-169.
20Manual de Derechos Humanos, Librería y Ediciones Jurídicas, primera edición, septiembre 2002, páginas 71-72.
Agrega que los DDHH se extienden a la dimensión colectiva de la persona humana, pues el ser
humano es por naturaleza un sujeto social, cuya supervivencia y proceso formativo de identidad
requiere de la estrecha interrelación con sus semejantes; así mismo, sostiene que los derechos
económicos, sociales y culturales requieren para su realización de la proyección colectiva de la
persona humana, como los derechos laborales; además, los derechos humanos de tercera generación,
denominados “De Solidaridad”, que tratan sobre el derecho al desarrollo o del derecho a un medio
ambiente sano y equilibrado, solo es posible con el esfuerzo solidario de toda la especie humana.

2. LA PERSONA JURÍDICA.

Estos autores admiten que los DDHH corresponden al hombre en su dimensión individual y
colectiva; dicen que éste comprende la familia, sindicatos, corporaciones, grupos minoritarios, y aun
a favor de los países subdesarrollados, dentro de las cuales podemos incluir las personas jurídicas.

Al respecto, Samuel B. Abad Yupanqui 21 comenta que la Constitución Política del Perú de 1979
introdujo la posibilidad de que la persona jurídica sea titular de Derechos Humanos; más apropiado
sería decir derechos fundamentales:

Artículo 3.-
Los derechos fundamentales rigen también para las personas jurídicas peruanas, en
cuanto le sean aplicables.

Sin embargo, la Constitución Política de 1993 no repitió el dispositivo constitucional, lo que generó
la duda de si la persona jurídica puede ser titular de derechos fundamentales.

Para el citado autor si es posible, en tanto que existen disposiciones constitucionales que así lo
permiten, como el artículo 2.12 que le otorga el derecho fundamental a las asociaciones de no ser
disueltas administrativamente, el artículo 2.16 referido al derecho de propiedad, que también puede
ser adquirida por la persona jurídica, se puede seguir enumerando casos.

21El proceso constitucional de amparo, Gaceta Jurídica, segunda edición actualizada, abril 2008, páginas 156 – 164.
El Tribunal Constitucional del Perú se ha pronunciado a favor de otorgar derechos fundamentales a
las personas jurídicas en la sentencia recaída en el Expediente No 4972-2206-AA 22:

“4. En lo que respecta al primer extremo a dilucidar, considera este Colegiado, a la


luz de lo que viene siendo jurisprudencia uniforme y reiterada que, cuando la
Constitución proclama o reconoce los derechos fundamentales, lo hace
preferentemente o antes que nada pensando en la persona humana, esto es, en el ser
humano física y moralmente individualizado. Hacia él se encuentran canalizados los
diversos atributos, facultades y libertades y, por tanto, es él quien primordialmente
puede invocar su respeto y protección a título subjetivo.
7. En el contexto descrito y aun cuando resulte evidente que la Constitución se
refiere preferentemente a la persona humana (como también y, por extensión, al
concebido), ello no significa que los derechos solo puedan encontrarse
subjetivamente vinculados con aquella considerada stricto sensu de modo individual.
Es evidente que la existencia y permisibilidad jurídica, de lo que se ha venido en
denominar personas jurídicas o morales, plantea, por de pronto, y en la lógicá de
dirimir controversias como la presente, la necesidad de precisar el estatus jurídico de
estas últimas en relación con los derechos fundamentales. Conviene precisar que,
aunque esta discusión no era necesaria en el marco de la Carta de 1979, pues desde su
propio texto dispensaba una respuesta expresa y concluyente (artículo 3), no ocurre
lo mismo con la vigente Constitución de 1993, que, como se sabe, guarda silencio
sobre dicha materia.
8. Este Colegiado, sin entrar a definir lo que son las personas jurídicas en el sentido
en que se les concibe por el ordenamiento infraconstitucional, parte de la constatación
que su presencia, en la casi totalidad de oportunidades, responde al ejercicio de un
derecho atribuible a toda persona natural. Se trata, en efecto, y específicamente
hablando, del derecho de participar en forma individual o asociada en la vida política,
económica, social y cultural de la nación, tal cual se proclama en el inciso 17 del
artículo 2 de la Constitución. A juicio de este Tribunal, toda persona jurídica, salvo

22www.tc.gob.pe
situaciones excepcionales, se constituye como una organización de personas naturales
que persiguen uno o varios fines, pero que, para efectos de la personería que las
justifica en el mundo de las relaciones jurídicas, adopta una individualidad propia;
esto es, la forma de un ente que opera como centro de imputación de obligaciones,
pero también, y con igual relevancia, de derechos.

Una vez adoptada la posición de que las personas jurídicas pueden ser titulares de derechos
fundamentales, el Tribunal Constitucional del Perú explica en la sentencia mencionada que dicha
titularidad es restringida a determinados derechos, los cuales incluso enumera:

13. Siendo constitucionalmente legítimo el reconocimiento de derechos fundamentales sobre las


personas jurídicas, conviene puntualizar que tal consideración tampoco significa ni debe
interpretarse como que todos los atributos, facultades y libertades reconocidas sobre la
persona natural sean los mismos que corresponden a la persona jurídica. En dicho nivel
resulta evidente que los derechos objeto de invocación solo pueden ser aquellos compatibles
con la naturaleza o características de cada organización de individuos, incidencia que, por de
pronto, impone en el juez constitucional el rol de merituador de cada caso, según las
características o particularidades que le acompañan. No se trata, en otras palabras, de una
recepción automática, sino de una que toma en cuenta la particularidad del derecho invocado,
su incidencia a nivel de la persona jurídica y las circunstancias especiales propias de cada
caso concreto.
14. En medio del contexto descrito y aun cuando no se pretende ensayar aquí una enumeración
taxativa de los derechos que puedan resultar compatibles con la naturaleza o estatus de las
personas jurídicas, cabe admitirse, entre otros, y desde una perspectiva simplemente
enunciativa, los siguientes:
a) El derecho a la igualdad ante la ley (Art. 2, inc. 2, 60, 63)
b) Las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento. El derecho
a fundar medios de comunicación (Art. 2, inc. 4)
c) El derecho de acceso a la información pública (Art. 2, inc. 5)
d) El derecho al secreto bancario y la reserva tributaria (Art. 2, inc. 5).
e) El derecho a la autodeterminación informativa (Art. 2, inc. 6)
f) El derecho a la buena reputación (Art. 2, inc. 7)
g) La libertad de creación intelectual, artística, técnica y científica (Art 2, inc 8)
h) La inviolabilidad de domicilio (Art. 2, inc. 9)
i) Secreto e inviolabilidad de comunicaciones y documentos privados (Art. 2, inc. 10)
j) La libertad de residencia (Art. 2, inc. 11) k) El derecho de reunión (Art. 2, inc. 12)
1) El derecho de asociación (Art. 2, inc. 13)
m) La libertad de contratación (Art. 2, inc. 14)
n) La libertad de trabajo (Art. 2,' inc. 15, y Art. 59)
o) El derecho de propiedad (Artículo 2, inciso 16)
p) El derecho a la participación en la vida de la nación (Art. 2, inc. 17)
q) El derecho de petición (Artículo 2, inciso 20)
r) El derecho a la nacionalidad (Art. 2, inc. 21)
s) El derecho a la inafectación de todo impuesto que afecte bienes, actividades o servicios
propios en el caso de las universidades, institutos superiores y demás centros educativos.
t) La libertad de iniciativa privada (Art. 58)
u) La libertad de empresa, comercio e industria (Art. 59) •
v) La libre competencia (Art. 61)
w) La prohibición de confiscatoríedad tributaria (Art. 74)
x) El derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional (Art. 139°, inc. 3)

En el ámbito internacional no se reconoce derechos fundamentales a la persona jurídica, porque la


Convención Americana sobre Derechos Humanos es categórica en señalar:

Artículo 1.- Obligación de respetar los Derechos.


2. Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano.

En consecuencia las personas jurídicas no pueden acudir a los organismos internaciones sobre
derechos humanos a fin de reclamar la vulneración de derechos fundamentales contra ellas mismas,
que los Estados si le han reconocido.
VI. RESPONSABLES DE LOS DERECHOS HUMANOS.

1. EL ESTADO.

El Estado es el primer responsable de la eficacia, respecto y protección de los derechos humanos, así
lo consagra la Constitución Política del Perú:

Artículo 44.- Deberes del Estado.


Son deberes primordiales del Estado: defender la soberanía nacional; garantizar la
plena vigencia de los derechos humanos; proteger a la población de las amenazas
contra su seguridad; y promover el bienestar general que se fundamenta en la justicia
y en el desarrollo integral y equilibrado de la Nación.

Jorge Luís León Vásquez23 sostiene que este deber del Estado se sustenta, por un lado, en el hecho
de que la Constitución Política del Perú consagra de que el fin supremo de la Sociedad y el Estado
es la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad; y, por otro lado, en el doble carácter
de los derechos fundamentales.

Este deber se justifica por interdependencia entre los derechos fundamentales y el Estado Social y
Democrático de Derecho; así, el Estado Social, para ser considerado como tal, tiene que respetar y
garantizar los derechos fundamentales, y, a la inversa, los derechos fundamentales, para su
realización, precisan de la existencia del Estado Social y Democrático de Derecho.

Esta recíproca implicancia se refleja en el hecho que los derechos fundamentales no solo son
derechos negativos o de defensa de las personas frente al Estado, ante los cuales el Estado debe
abstenerse de realizar actos que puedan vulnerarlos; sino, los derechos fundamentales también
suponen exigencias positivas o concretas a ser materializadas por parte del Estado; lo que significa
que el Estado asume la obligación de promover el respeto y vigencia de los derechos fundamentales
a través del establecimiento de condiciones adecuadas para su plena realización.

23La constitución comentada, Gaceta Jurídica, Tomo I, primera reimpresión, febrero 2006, página 696-697.
Otra justificación se encuentra en la concepción del doble contenido jurídico-político o doble
carácter de los derechos fundamentales, según el cual los derechos fundamentales poseen una
dimensión subjetiva y una dimensión objetiva. En su dimensión subjetiva, constituyen derechos
subjetivos de las personas; en su dimensión objetiva, son instituciones objetivas que comportan
determinados valores superiores que informan todo el ordenamiento jurídico.

Debido a este doble carácter, la obligación del Estado de velar por la vigencia y respeto de los
derechos fundamentales no solo obedece a su dimensión subjetiva, sino también a su dimensión
objetiva o institucional; de ahí que cuando se vulnera un derecho fundamental, no solo se afecta al
titular del derecho, sino también pone en cuestión el propio ordenamiento constitucional

a. El Estado frente a la comunidad internacional.

La responsabilidad del Estado no solo es ante el propio ser humano, quien renunció a parte de su
libertad para dar origen al Estado, precisamente para que éste proteja y respete sus derechos más
preciados, como la vida, la libertad, la propiedad, etc., sino el Estado también es responsable de la
vigencia y protección de los derechos humanos ante la comunidad internacional. En efecto, los
tratados internacionales regionales de protección de los derechos humanos establecen la obligación de
los Estados de crear las condiciones necesarias para la plena vigencia y protección de los DDHH.

Así, la Convención Americana sobre Derechos Humanos 24 establece en su artículo 1.1:

Artículo 1.- Obligación de respetar los Derechos.


1. Los Estados partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y
libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona
que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color,
sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o
social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.

24 Documentos Básicos en materia de Derechos Humanos en el sistema interamericano de naciones unidas, séptima
edición publicada por el Consejo Nacional de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Lima 2008, página 29-30.
En el artículo 2 estable la obligación de los Estados partes de crear las condiciones para la plena
vigencia y ejercicio de tales derechos y libertades:

Artículo 2.- Deber de adoptar disposiciones de derecho interno.


Si el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el artículo 1 no estuviere
ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados partes se
comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las
disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que
fueren necesarias para hacer efectivas tales derechos y libertades.

En consecuencia, el Estado es responsable ante la comunidad internacional por todo acto u omisión
cometido por cualquier órgano gubernamental que vulnere los derechos humanos.

El Perú acepta esta responsabilidad internacional, no solo por el hecho de haber suscrito y ratificado
los tratados internaciones sobre Derechos Humanos, sino porque su Plan Nacional de Derechos
Humanos25 así lo reconoce al sostener respecto de los derechos humanos “los que deben ser
respetados y garantizados por el propio Estado, pudiendo caer en responsabilidad internacional en
cuanto no sea capaz de adoptar las acciones necesarias para atender, sancionar y reparar
adecuadamente las violaciones a estos derechos fundamentales dentro de su jurisdicción nacional”.
En ese sentido, Estado peruano ha elaborado y aprobado el mencionado Plan Nacional de Derechos
Humanos, así como el Manual de Derechos Humanos aplicado a la función de la Policía Nacional del
Perú y el Manual de Derechos Humanos del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Perú.

b. El Plan Nacional de Derechos Humanos del Perú.

Fue elaborado por el Consejo Nacional de Derechos Humanos, integrado por los Ministerios de
Justicia, Relaciones Exteriores, Defensa, Interior y Desarrollo Social, Educación y Salud, así como
un representante del Poder Judicial y otro del Ministerio Público, cuyo fin es promover y coordinar la
vigencia de los Derechos Humanos en el Perú, según las obligaciones internacionales asumidas.

25Plan Nacional de Derechos Humanos, separata del diario oficial El Peruano publicada el 11 de diciembre del 2005, página
305950.
La visión de este plan es “Hacer del Perú un país en el que el fomento y garantía del desarrollo
integral de las personas y las comunidades que la integran, así como el respeto y defensa de su
dignidad, constituyen el fundamento de la legitimidad de sus instituciones y de todas sus formas de
convivencia social”.

Su misión es “Garantizar el efectivo cumplimiento de los derechos humanos en el Perú a través de la


acción coordinada de las instituciones del Estado, con la participación y cooperación de las
organizaciones de la sociedad civil, y de la cooperación de la comunidad internacional”. .

c. Manual de Derechos Humanos aplicado a la función de la Policía Nacional del Perú.

Fue aprobado por Resolución Ministerial No 1452-2006-IN publicado en el diario oficial El Peruano
el día 12 de junio del 2006. Su finalidad es “Facilitar información sobre los aspectos doctrinarios y
normativos de derechos humanos que guardan relación con la función de la Policía Nacional del
Perú, así mismo, establecer procedimientos y técnicas de intervención policial en el marco del
respeto' de los derechos humanos”.

En relación a la labor policial y democracia sostiene que “Para que las personas puedan disfrutar de
sus derechos establecidos constitucionalmente, la policía debe mantener el orden social, además de
garantizar el libre ejercicio de éstos. La democracia se vincula al Estado de Derecho y la promoción y
protección de los derechos humanos, ya que ellos garantizan su pleno desarrollo, cumpliendo la
Policía un papel fundamental en esta labor.
Por ello, su preparación, competencia y actuación deberán reflejarse en una actitud de respeto a ¡as
personas y a sus derechos fundamentales.

Sobre los derechos fundamentales y la labor policial sostiene que “Para que la Policía Nacional del
Perú cumpla sus funciones,' se la conferido a los policías determinadas facultades, siendo las más
importantes, entre otras, el arresto, la detención y el uso de la fuerza. Las acciones que ejecutan los
policías en el desarrollo de su función, deberán subordinarse y adecuarse al respeto de los derechos
humanos, para así garantizar la legalidad y legitimidad de sus actuaciones, alcanzando la finalidad del
servicio policial”.
Respecto de las garantías constitucionales y la labor policial afirma que “La extralimitación en las
acciones realizadas por los miembros de la Policía Nacional durante el servicio policial o su omisión,
además de cuestionar la labor policial, puede traer como consecuencia la vulneración de algún
derecho fundamental de la persona y. por lo tanto, la posibilidad de iniciar un proceso constitucional
(hábeas corpus, ley de amparo)”.

d. Manual de Derechos Humanos del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Perú.

Fue aprobado por Resolución Ministerial No 318 DE/CCFFAA-DDHH del 27 de febrero de 2001.
Dice “Una de las preocupaciones del gobierno es que la pacificación nacional se logre respetando los
derechos de las personas, con ese objeto se han emitido disposiciones para garantizar la plena
vigencia de los derechos humanos, en la lucha contra el terrorismo”

Agrega que “Para recepcionar y tramitar las denuncias sobre presuntas violaciones de los Derechos
Humanos atribuibles a las Fuerzas del Orden y realizar el seguimiento de las investigaciones, se ha
organizado un sistema el cual está estructurado de la siguiente forma:

a. ÓRGANO DIRECTOR.
Ministerio de Defensa, asesorado por el Departamento de Derechos Humanos de la
Inspectoría General del Ministerio de Defensa.
b. ÓRGANO PROMOTOR.
División de Derechos Humanos del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
c. ÓRGANOS EJECUTANTES.
Oficina de Derechos Humanos de las Zonas de Seguridad Nacional, COMZONAV y
Frentes Miliares, hasta el nivel Batallón.
Todos los órganos funcionan utilizando la infraestructura del sistema de Inspectoría de las
Fuerzas Armadas hasta el nivel de sub-zona de seguridad nacional o frente, en el nivel de
área de seguridad nacional como función adicional del ejecutivo de la unidad.
En cada nivel se contará con el asesoramiento de un oficial del servicio jurídico militar”.
2. LOS PARTICULARES.

El ser humano también es responsable del respecto de los derechos humanos.

En ese sentido, Samuel B. Abad Yupanqui 26 explica que los derechos fundamentales nacen
históricamente como facultades consistentes en prestaciones de hacer, intervenir o participar, o
recibir prestaciones alegables solo frente a los poderes públicos, es decir como derechos públicos
subjetivos.

Sin embargo, en la actualidad existe consenso en reconocer la influencia de los derechos


fundamentales en las relaciones entre particulares; de ahí que en Europa y América Latina se
admita la eficacia de los derechos fundamentales no solo en las relaciones verticales con los
poderes públicos, sino también en el plano horizontal, es decir entre particulares.

En el caso del Perú, se introdujo esta opción en la Constitución Política de 1979, al permitirse en el
artículo 295 la facultad de interponer acciones de garantía constitucional contra actos u omisiones
lesivos realizados por personas.

Esto se repitió en el artículo 200 de la Constitución Política de 1993; de tal manera que en el Perú
los derechos fundamentales no solo son oponibles a los poderes públicos, sino que también gozan de
eficacia horizontal, es decir, operan en el marco de las relaciones entre particulares; en consecuencia,
son derechos públicos subjetivos y derechos subjetivos privados; por tanto, los particulares están
obligados a respetar los derechos humanos.

Al respecto, el Tribunal Constitucional del Perú se ha pronunciado en la sentencia recaída en el


Expediente No 0050-2004-AI 27 :

26El proceso constitucional de amparo, Gaceta Jurídica, segunda edición actualizada, abril 2008. páginas 455-
468.
27 , www.tc.gob.pe
6. La Constitución es la norma de máxima supremacía en el ordenamiento jurídico
y, como tai, vincula al Estado y la sociedad en general. De conformidad con el
artículo 38° de la Constitución, "Todos los peruanos tienen el deber (...) de respetar,
cumplir (...) la Constitución (...)". Esta norma establece que la vinculatoriedad de la
Constitución se proyecta erga omnes, no sólo al ámbito de las relaciones entre los
particulares y el Estado, sino también a aquéllas establecidas entre particulares. Ello
quiere decir que la fuerza normativa de la Constitución, su fuerza activa y pasiva, así
como su fuerza regulatoria de relaciones jurídicas se proyecta también a las
establecidas entre particulares, aspecto denominado como la eficacia ínter privatos o
eficacia frente a terceros de los derechos fundamentales. En consecuencia, cualquier
acto proveniente de una persona natural o persona jurídica de derecho privado, que
pretenda conculcar o desconocerlos, como el caso del acto cuestionado en el presente
proceso, resulta inexorablemente inconstitucional.

VII CORRIENTES FILOSOFICAS DE LOS DERECHOS HUMANOS.

José Mario Prada Córdova y Mario Enmanuel Prada Mata 28 sostienen que a la luz del desarrollo
histórico de los Derechos Humanos, podemos encontrar diversas corrientes filosóficas que han
pretendido definirla y fundamentarla.

1. CORRIENTE IUSNATURALISTA.

Sostiene que los derechos humanos son DERECHOS NATURALES. Es decir, que los derechos
humanos son inherentes a la persona humana y por tanto le corresponde desde su nacimiento. En ese
sentido, los derechos humanos son superiores y anteriores a la actuación del Estado, lo que significa
que no es necesaria una normatividad jurídica para su existencia, y el Estado tampoco puede
eliminarlos mediante la imposición de normas.

28Vigencia y protección de los derechos humanos, Ediciones jurídicas Prada, segunda edición, marzo 2006, páginas 13-
20.
Los .derechos humanos están integrados por aquellas garantías que necesita el ser humano para
desarrollarse en vida social como persona; es decir, dotado de racionalidad y sentido, para disfrutar
de una vida digna, que permita la satisfacción de las necesidades esenciales.

El fundamento iusnaturalista de los derechos humanos del hombre deriva directamente de la creencia
en el derecho natural. El derecho natural consiste en un ordenamiento universal deducido de la propia
naturaleza humana, y de ahí derivan derechos naturales como derechos que ostenta la persona. Esto
quiere decir que el hombre, en razón de su esencia, posee ciertos derechos fundamentales e
inalienables, anteriores y superiores a la sociedad, y por ella misma nace y se desarrolla la vida social
con los derechos y deberes que implica.

Jacques Maritain dice “la existencia de derechos naturalmente inherentes al ser humano, son
anteriores y superiores a las legislaciones escritas y a los acuerdos entre los gobiernos; son derechos
que no le incumbe a la sociedad civil el otorgar, sino reconocer y sancionar”.

2. CORRIENTE POSITIVISTA.

Para la corriente positivista los derechos humanos son NORMA JURÍDICAS. Es decir, los
derechos humanos son el producto de la acción normativa del Estado y solo pueden ser
reclamados cuando son consagrados en la ley o en los tratados internacionales.

Siendo así, las leyes deben explicarse por sí solas, sin buscar elementos fuera de ellas, por eso el
juez no debe realizar ningún tipo de análisis ético o moral sobre una disposición legal, sino su
accionar consiste en la aplicación de la ley escrita lo más fiel posible.

Jeremy Bentham (1748-1832) sostiene que “donde no existe ley positiva o Estado, no existe
ningún derecho, ya que ésta carece de valor jurídico por sí mismo; sostener lo contrario
conduciría a una situación de caos y anarquía jurídica y social”.
John Austin (1911-1960) sostiene que “los derechos naturales son un conjunto de reglas y normas
que regulan la convivencia social, emanadas de la opinión y sentir de la colectividad pero no son
derecho; solo cuando esas normas y reglas se promulgan a través de mandatos, que impongan
deberes y sanciones, recién serán auténticos derechos”.

GerogJellinek (1851-1911) dice que la pertenencia del ciudadano al Estado se concretiza en una
serie de relaciones que lo colocan en diversas relaciones jurídicas de las que surgen pretensiones
jurídicas que constituyen los “derechos públicos subjetivos”, las cuales se han desarrollado en
cuatro fases: 1.- denominada “status subjectionis”, en la cual no existe ningún derecho subjetivo a
favor de los individuos, pues éstos no están considerados en la normatividad emanada del Estado.
2.- denominada “status libertatis”, en la cual existen el reconocimiento de un ámbito de
autonomía de los individuos frente a la injerencia del Estado, que implica que el individuo tiene
algunas facultades que le impiden al Estado interferir en su esfera individual. 3.- denominada
“status civitatis”, en la cual existen un conjunto de derechos que le permiten al individuo solicitar
al Estado un comportamiento activo que le permita disfrutar de derechos públicos subjetivos. 4.-
denominada “status activae civitaris”, en la cual existen derechos que permite al ciudadano
participar en la formación de la voluntad del Estado como integrante de la comunidad política.

La corriente positivista logró una sólida base con la teoría de los derechos públicos subjetivos, pues
con ésta, la positivación de los derechos humanos ya no es visto como un acto declarativo o de
reconocimiento, sino como un acto constitutivo, de tal manera que los derechos humanos solo serán
reconocidos si son positivados, caso contrario son solo expectativas sociales de justicia.

3. CORRIENTE HISTORISISTA.

Considera a los derechos humanos como DERECHOS HISTÓRICOS. Es decir, como consecuencia
del desarrollo histórico de la sociedad, el hombre se ve revestido de derechos variables y continuos,
sujetos al flujo del devenir, y que son el resultado de la sociedad misma, a medida que la sociedad
evoluciona. Esto significa que el reconocimiento de los derechos humanos es el resultado del final de
un proceso histórico que culmina con su positivización en normas.
Para la corriente historicista, los derechos humanos son producto de una determinada época histórica
y aparecen concretamente en la época del capitalismo; en consecuencia, los derechos humanos no son
universales ni aplicables a cualquier cultura o situación.

Considera que los DDHH no tienen a la ley su único fundamento, pues también pueden surgir en otro
sistema que no tenga como único fundamento la ley escrita; por tanto, el juez no solo está atento en la
correcta aplicación de la ley, sino también en la cultura jurídica de la sociedad en que se desenvuelve.

En consecuencia, el contenido de los derechos humanos estará en función de los valores constituidos
en una comunidad histórica concreta, y de los fines que ella pretende realizar, siempre que se respete
la dignidad de la persona humana y éste sea un fin en si misma.

4. CORRIENTE AXIOLÓGICA.

Para la corriente ética los derechos humanos son DERECHOS MORALES. Es decir, si bien hay
derechos que aparecen como resultado de la evolución de la sociedad, también existen otros derechos
más primitivos que aparecen como función de la misma existencia de la sociedad.

Sostiene que el origen y fundamento de los derechos humanos nunca puede ser jurídico sino previo a
lo jurídico; en ese sentido, el derecho positivo no crea los derechos humanos, sino su labor solo es
reconocerlos, convertirlos en normas jurídicas y garantizarlos jurídicamente. .

Por tanto, para la corriente axiológica el fundamento de los derechos humanos es ético, lo que es
imprescindible como condición esencial de una vida digna. Así, toda norma, sea moral o jurídica,
tiene implícita una serie de valores acerca de los fines que persigue la vida individual, social o
política, lo cual se evidencia cuando tratamos de fundamentar racionalmente los derechos humanos.

Para esta corriente, aparecen como derechos morales, es decir, como exigencias éticas; son derechos
que los seres humanos tienen por el solo hecho de ser hombres, independientemente de cualquier
contingencia histórica o cultural, característica física o intelectual, posición política o clase social.
Según esta corriente, solo los “derechos morales”, es decir, los derechos que tiene que ver
directamente con la idea de la dignidad humana, pueden ser considerados como derechos humanos
fundamentales. El sustantivo “derechos” expresa la necesidad y pretensión de que para su auténtica
realización, los derechos humanos deben estar incorporados en el ordenamiento jurídico.

En definitiva, la corriente axiológica es dualista, pues al referirse a los derechos humanos como
“derechos morales”, se les debe entender como el resultado de una doble vertiente: ética y jurídica.

Para el autor del presente libro, la corriente filosófica que más se ajusta a los derechos humanos es la
corrientes iusnatulista, porque al prescindir de una norma jurídica, como fundamento constitutivo
para su reconocimiento y exigibilidad, permite la eficacia de su universalidad y progresividad; es
decir, al no requerir de una ley escrita para exigir su respeto, los derechos humanos pueden exigirse
en cualquier parte del mundo y pueden crearse otros según las circunstancias en que desarrollan los
acontecimientos del mundo.

VIII. PRINCIPIOS JURÍDICOS DE LOS DERECHOS HUMANOS.

Algunos autores peruanos, como Francisco CarruiteroLecca y Víctor Julio Ortecho Villena, siguiendo
a Máximo Pacho, magistrado de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, señalan que los
principios de los Derechos Humanos son la universalidad, imprescriptibilidad, irrenunciabilidad o
inalienabilidad, inviolabilidad, efectividad, su trascendencia a la norma positiva, interdependencia y
complementariedad, igualdad y corresponsabilidad; sin embargo, muchos de estos se confunden con
las característica de los Derechos Humanos.

Otros autores peruanos, como Francisco José del Solar Rojas y José Mario Prada Córdova y Mario
Enmanuel Prada Mata, sostienen que sus principios son la libertad, la igualdad y la solidaridad.

El autor del presente trabajo coincide con éstos últimos, por que cumplen con la definición del
concepto “principios” entendido como el conjunto de ideas y enunciados fundamentales que sirven de
inspiración o condicionamiento. En este caso, la libertad, la igualdad y la solidaridad han servido de
inspiración para el surgimiento y reconocimiento de los Derechos Humanos; así, los derechos
humanos de primera generación tienen su inspiración y fundamento en la libertad, los de segunda
generación, en la igualdad y, los de tercera generación, en la solidaridad.

Francisco José del Solar Rojas29, afirma que los principios fundamentales de los derechos
fundamentales han servido de base para la creación y desarrollo de los derechos humanos, marcando
la pauta de su clasificación en generaciones, y son tres los principios:

1. LIBERTAD.

Es un principio y un derecho fundamental, que consiste en la facultad de cada persona de ejercer su


actividad física, psíquica y moral sin que la autoridad imponga más restricciones que las necesarias
para proteger la libertad de otros. .

La Declaración de derechos del hombre y del ciudadano de 1789, define la libertad como la facultad
de hacer todo aquello que no perjudique a otro. Emmanuel Kant sostiene que la liberad es el único
derecho innato y natural del hombre.

La libertad permite el ejercicio de los siguientes derechos:

- La libertad individual o física.


- La libertad religiosa o de culto.
- La libertad de creación.
- La libertad de opinión, de expresión, etc.
- Libertad de trabajo, de empresa, de comercio, de industria.

2. IGUALDAD.

Es un principio y un derecho fundamental que permite el ejercicio de los demás derechos, pues
determina la ausencia de privilegios, favores o preferencias para unos en perjuicio de los otros.

29Los derechos humanos y su protección, Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Fondo Editorial, primera edición
2000, página 24-26.
La igualdad destierra toda forma de discriminación por nacionalidad, sexo, cultura, religión, etc. Las
únicas diferencias aceptadas son las que surgen de las capacidades e incapacidades personales.

El criterio clásico de igualdad era puramente negativo, se limitaba a excluir preferencias ante la ley.
Hoy, significa igualdad de oportunidades para todos, que implica igualdad política, jurídica y social.
De la igualdad social se desprenden los derechos sociales y económicos, que implica la función social
de la propiedad, seguridad social, planificación económica, derecho a la cultura y educación.

Los derechos derivados de la idea igualdad pueden clasificarse en cuatro:

- Igualdad ante la ley.


- Igualdad de sufragio.
- Igualdad de acceso a los cargos públicos.
- Proporcionalidad de las cargas públicas, sea por impuestos o prestaciones.

3. SOLIDARIDAD.

Es un principio que consiste en afirmar que todos los seres humanos deben tratarse como
hermanos; significa, en primer lugar, enfatizar los valores de la libertad y la igualdad de los
ciudadanos; pero también significa que, a pesar de sus diferencias y conflictos de intereses o de
opinión, los miembros de una sociedad no deben verse como enemigos, es decir, como divididos en
bandos contrapuestos e irreconciliables, sino, en todo caso, como copartícipes parcialmente
conflictivos en la formación de la voluntad política nacional.

En otras palabras, la democracia requiere, para funcionar correctamente, que los conflictos no
excluyan la cooperación, y que la cooperación no excluya los conflictos. Por ello es éste, quizás, el
valor más difícil de entender y asumir dentro de las democracias modernas, pues supone dejar atrás
tradiciones y actitudes no sólo autoritarias sino beligerantes, fuertemente arraigadas en la historia
de la humanidad, y pasar a concebir y practicar la política de un modo distinto, tolerante y racional.

Asumir entonces el valor democrático de la fraternidad supone reconocer que las contradicciones
sociales, los conflictos entre grupos de interés o de opinión, o entre partidos políticos, no son
contradicciones absolutas, antagónicas, que sólo puedan superarse mediante el aplastamiento, la
exclusión o la aniquilación de los rivales, sino contradicciones que pueden y deben tratarse pacífica y
legalmente, es decir, mediante procedimientos capaces de integrar, negociar y concertar soluciones
colectivas legítimas y aceptables para todos. Por ello, la democracia política es prácticamente
imposible cuando la sociedad se encuentra desgarrada por polarizaciones extremas, cualquiera que
sea su naturaleza, pues entonces no existe la posibilidad de llegar a acuerdos y compromisos y sólo
queda la «solución» de fuerza, la exclusión, el aniquilamiento, el sometimiento absoluto de los
derrotados, situaciones todas radicalmente incompatibles con los valores democráticos en su
conjunto.

En este sentido, la instalación y consolidación de un sistema democrático parece exigir un aprendizaje


colectivo de los valores de la estabilidad, de la paz, de la legalidad, de la autolimitación, de la
cooperación y de la tolerancia. Un aprendizaje que lleva a reconocer derechos y obligaciones
recíprocos, a asumir el valor de la pluralidad y la diversidad, y a renunciar a dogmas y maniqueísmos
políticos. Un aprendizaje, además, que conduce a la formación de partidos y tendencias políticas
conscientes de los alcances y las limitaciones de la competencia propiamente democrática, en la que
nadie puede colocarse por encima de la legalidad, en la que nadie puede pretender tener privilegios
contra la mayoría, en la que, incluso, las mayorías eventuales han de asumirse siempre como parte y
no como todo, y en la que, por consiguiente, deben respetarse plenamente los derechos de las
minorías, incluido su derecho a volverse mayoría.

En esta perspectiva, la tolerancia es más que una actitud o valor negativo, más que un principio de no
agresión o no exclusión de los contrarios. Aun si históricamente puede haber surgido de un cierto
equilibrio o empate de fuerzas, en el que ninguno de los oponentes pudo imponerse a los demás y
tuvo que reconocerles, por ende, legitimidad y derechos, lo cierto es que la tolerancia democrática es
también, y sobre todo, un valor sustentado en la racionalidad moderna. Sustentado en la conciencia
primero de que es el pueblo, la ciudadanía, el mejor juez de las políticas y de los gobiernos. En la
conciencia, en segundo lugar. de que en política nadie tiene nunca toda la razón, y de que toda
política, por consecuencia, debe estar abierta a la crítica y a la rectificación. En la conciencia, en fin,
de que sólo la discusión y el enfrentamiento pacífico y racional con otros puntos de vista y con otros
intereses permite aprender y mejorar las propuestas de gobierno y de orientación política de la
sociedad y, por ende, promover verdaderas soluciones para los complejos problemas sociales.

Lo anterior no significa, naturalmente, que la fraternidad democrática anule o supere la inexorable


conflictividad de las sociedades modernas. En la medida en que se trata de sociedades plurales,
diversificadas, crecientemente complejas, sus políticas sólo pueden ser esencialmente conflictivas,
esencialmente competitivas. Pero existen dos modos totalmente opuestos de entender el conflicto y
la competencia: como guerra, y por lo tanto como lucha a muerte contra un enemigo irreconciliable,
o como lucha civilizada y pacífica entre adversarios capaces de convertir sus propias contradicciones
en motor de un debate abierto y racional y, por lo tanto, como una posibilidad inagotable de efectivo
progreso social.
IX. CARACTERÍSTICAS DE LOS DERECHOS HUMANOS.

José Mario Prada Córdova y Mario Enmanuel Prada Mata 30, al igual que otros autores, sostienen que
los derechos humanos son esenciales para la existencia y desarrollo de la persona, por ello presenta
las siguientes características:

1. CONDICIONAN EL ACCIONAR DEL ESTADO, porque la razón de ser de los


Derechos humanos es limitar el poder absoluto del Estado y exigirle que cumpla con
determinadas prestaciones para garantizar la vida de las personas.

2. SON UNIVERSALES, porque los derechos humanos trascienden las fronteras de los
pueblos, pues se extienden a todo el género humano, sin importar tiempo, lugar, raza, sexo,
religión, etc.

3. SON IGUALES, porque los derechos humanos no tienen jerarquía entre si, por tanto unos no
pueden imponerse sobre otros ni sacrificar unos por otros.

4. SON INCONDICIONALES, porque no están supeditados a ninguna condición para su


vigencia y ejercicio, excepto a sus propias limitaciones que proviene de inicio de los derechos
de las personas o los justos intereses de la comunidad.

5. SON INALIENABLES, por que no pueden ser materia de transferencia o renuncia, toda vez
que no pueden separarse de la persona, por cuanto pertenecen en forma indisoluble a la
esencia misma de ser humano.

6. SON INHERENTES, por que el ser humano nace dotado de ellos y por tanto son innatos sin
distinción alguna, por ello su vigencia y ejercicio no depende del reconocimiento del Estado.

7. SON IMPRESCRIPTIBLES, porque no desaparecen o se extinguen por acción del tiempo,


por cuanto están vigentes en el hombre hasta su muerte.

30Vigencia y protección de los derechos humanos, Ediciones jurídicas Prada, segunda edición, marzo 2006, páginas 20-
23.
8. SON INVIOLABLES, porque ninguna persona o funcionario puede atentar, lesionar o
destruir los derechos humanos, en consecuencia ningún acto, ni políticas económicas ni
sociales pueden ser contrarios a los derechos humanos, excepto las justas limitaciones
impuestas en razón del bien común.

9. SON ABSOLUTOS, porque deben ser satisfechos en su goce y ejercicio pleno sin excepción
alguna, y se pueden reclamar a cualquier persona o autoridad.

10. SON OBLIGATORIOS, por que las personas y el Estado están en la obligación de respetar
y hacer respetar los derechos humanos, aunque no haya una ley que así lo disponga.

11. SON PROGRESIVOS, porque el carácter evolutivo de los derechos humanos hace posible
que en el futuro se extienda la categoría de derechos humanos a otros derechos que en el
pasado no eran reconocidos como tales, o que aparezcan otros derechos que sean necesarios a
la dignidad humana y por tanto sean inherentes a toda persona.
12. SON IRREVERSIBLES E IRREVOCABLES, porque no pueden perderse ni anularse, por
cuanto al ser inherentes a la persona humana quedan irrevocablemente integrados a la
categoría de derecho humano.

13. SON INDISOLUBLES, por que forman un conjunto inseparable de derechos que deben ser
ejercidos en su contenido esencial, al tener igual grado de importancia.

14. SON EFECTIVOS, porque no es suficiente que permanezcan como aspiraciones principistas
o teorías, sino que deben ser efectivos, es decir, no es suficiente la positivazición alcanzada
en declaraciones, pactos, tratados o convenios, sino requiere la implementación de
mecanismos procesales que permitan el respeto y su restablecimiento en caso sean
vulnerados.

15. TRASCIENDEN LA NORMA POSITIVA, porque siendo los derechos humanos parte del
ordenamiento jurídico internacional, no requiere de reconocimiento en la legislación interna
de cada Estado para que los ciudadanos exijan su respeto y protección.

16. SON INTERDEPENDIENTES Y COMPLEMENTARIOS, porque los derechos humanos


tienen carácter integral y unitario, por tanto se relacionan unos con otros, y unos favorecen a
oíros; así, la consumación práctica de unos conlleva la plasmación fáctica de los restantes.

En opinión del autor del presente trabajo, las características que se han señalado encuentran su
relativización en la práctica, esto es, al momento de resolverse situaciones concretas en las que se
hayan denunciado la vulneración de derechos humanos; pues observamos que en estos casos los
derechos humanos no parecen tan iguales, tan incondicionales, tan absolutos, tan efectivos etc. como
se pretende caracterizar a los Derechos Humanos.

Esto se pone en videncia, por ejemplo, en diversas decisiones adoptadas por órganos internacionales
y nacionales de Derechos Humanos, en los que, por contrario, algunos derechos humanos prevalecen
sobre otros, se establecen determinadas condiciones para su ejercicio, se les impone límites, se les
cataloga de efectividad progresiva, etc.

Así tenemos el caso que en algunas oportunidades se justifica el aborto y la eutanasia, pese a que la
vida no debe ser renunciable o enajenable; se da preferencia a la seguridad nacional sobre la libertad;
se imponen plazos de caducidad para el ejercicio de algunos derechos; el derecho a la educación o a la
salud solo es exigible en forma progresiva y no inmediata, etc.

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