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ORIGINALES Rev. Logop., Fon., Audiol., vol. XV, n.

o 1 (2-17), 1995

ESPECIFICIDAD SINDRÓMICA DEL LENGUAJE


EN EL RETRASO MENTAL*
Por Jean A. Rondal
D. Ling
Chaire de Psicolingüística, Universidad de Lieja, B-32, Sart Tilman, 4000 Lieja.

as diferentes del SD y de investigaciones comparati-

L
a última revisión de la Classification Manual
in Mental Retardation de la American Asso- vas intersindrómicas es de gran importancia tanto teó-
ciation on Mental Retardation (H. Grossman, rica como práctica.
Ed 1983) cita 60 síndromes responsables de retraso Desde un punto de vista teórico no existe ninguna
mental (RM) moderado y grave (denominaciones razón sólida para pensar que las características del de-
francesas propuestas por el DSM-III-R que utilizare- sarrollo y del funcionamiento del lenguaje obtenidas
mos en este artículo). ya sea a partir de muestras de individuos heterogéneos
Pueden agruparse en las seis categorías etiopatogé- desde un punto de vista etiológico (como ocurría a me-
nicas siguientes: (1) (efecto de las) infecciones e into- nudo antaño) u homogéneos —síndrome de Down—
xicaciones maternas, (2) (efecto de los) traumatismos, (como ocurre a menudo desde hace unos 20 años) tie-
(3) alteraciones metabólicas o nutritivas maternas, (4) nen necesariamente valor (y sobre todo en el mismo
afectaciones cerebrales globales, (5) influencias pato- grado) para todos los individuos con un RM.
lógicas prenatales y (6) anomalías cromosómicas. Podría ocurrir que existan diferencias de lenguaje
Sólo un número reducido de estas categorías ha importantes, según la causa del RM.
sido objeto de estudios psicológicos (del desarrollo u Como se comprobará más adelante en este artículo,
otros) y menos todavía la finalidad de estudios del es lo que sugiere el inicio de la literatura sobre los sín-
lenguaje. dromes distintos del SD.
Entre los síndromes estudiados desde un punto de Desde un punto de vista práctico, la verificación de
vista del lenguaje, en primer lugar, destaca el síndro- la existencia de diferencias notables del lenguaje se-
me de Down (SD) (trisomía 21-T21, sobre todo es- gún los síndromes del RM nos ha conducido a anali-
tándar; y mucho menos las translocaciones y los casos zar estas diferencias en profundidad en la perspectiva
de mosaicismo). de optimizar programas de intervención y de reeduca-
Desde hace varios años, una serie de estudios —en ción según las necesidades específicas de los indivi-
especial del lenguaje— se han dedicado sobre todo al duos en los diferentes síndromes.
síndrome de Williams y en menor medida al síndrome Las consideraciones teóricas y prácticas preceden-
denominado del X frágil. tes desembocan en el concepto de especificidad sin-
La realización de estudios de lenguaje con indivi- drómica en el RM que se discutirá en la última parte
duos retrasados mentales que presentan otras etiologías del artículo.

* Conferencia dada en Barcelona por invitación de AELFA PERSPECTIVA DE UN ESTUDIO


(Asociación española de logopedia, audiofonología y foniatría). COMPARATIVO SINDRÓMICO
Nota: El nivel de retraso mental moderado corresponde a los Uno de los primeros estudios comparativos siste-
cocientes intelectuales (CI) que fluctúan desde 35-40 a 50-55
(con déficit concomitantes de la conducta adaptativa). El nivel máticos en el ámbito del lenguaje (de hecho, sobre
del retraso mental grave corresponde a CI que fluctúan desde 20- todo del habla) «a través» de diversas etiologías del
25 a 35-40 (con déficit concomitante de la conducta adaptativa). RM parece haber sido el efectuado por Blanchard

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(1964). Este autor comparó diversas categorías etioló- bert (1983), Fowler (1990) y Kernan (1990) propor-
gicas del RM: SD, problemas metabólicos, afectación cionan indicaciones empíricas que respaldan la hipó-
cerebral postnatal, asfixia al nacer, otras afectaciones tesis de una insuficiencia destacada en los individuos
mecánicas al nacer, infecciones prenatales, infeccio- SD en comparación con muestras de etiología mixta
nes postnatales e incompatibilidad Rh; a partir de una (y más a menudo desconocida) en el funcionamiento
muestra formada por 350 individuos institucionaliza- morfosintáctico (productivo y receptivo). Sin embar-
dos, de 8-15 años de edad (edades mentales, EM que go, son necesarias algunas reservas de interpretación.
abarcaron desde 17 meses a 10 años y CI entre 27 y En primer lugar, todos los individuos con un RM
68 puntos), Blanchard concluyó que las alteraciones moderado y grave son notoriamente deficientes en el
del habla varían tanto según la categoría etiológica del área de la morfosintaxis (v. Rondal, 1988a, 1994a
RM como en función del nivel mental y de la apa- para revisiones y análisis de la literatura, y Fayasse,
riencia física de los individuos. Comblain y Rondal (1994a) para datos empíricos re-
cientes en lengua francesa, resultado de la aplicación
del BEMS-Batería de evaluación morfosintáctica, a
Síndrome de Down
grupos de individuos normales, RM leves y modera-
En los años que siguieron al estudio del Blanchard dos). Es posible que los individuos SD estén especial-
(y hasta hace solamente pocos años), apenas se mani- mente desfavorecidos desde este punto de vista pero
festó interés por los estudios comparativos intersin- —en comparación con otros individuos RM con los
drómicos salvo en lo que respecta a la pregunta de sa- mismos niveles de incapacidades y las mismas EM
ber si el SD es más perjudicial para el desarrollo del (edades mentales)— es únicamente una variación
lenguaje que «el resto» de la incapacidad mental (sin cuantitativa y no un desarrollo o un funcionamiento
apenas distinción sindrómica con respecto a esta últi- morfosintáctico cualitativamente diferente. En segun-
ma entidad). A menudo en la literatura especializada do lugar, un problema complejo en los estudios a los
de la década de los 60 hasta la de los 80, se observa que se hace referencia más adelante se relaciona con
la afirmación según la cual el SD es más perjudicial los grupos de comparación (individuos sin SD). Siem-
para el desarrollo y el funcionamiento lingüístico que pre son grupos de individuos con un RM, cuya etio-
los otros casos de RM (sobre todo moderado, el CI logía es desconocida o de etiología mixta. Una hete-
modal en el SD se sitúa entre los 45 y los 49 puntos). rogeneidad de este tipo no permite, si se habla estric-
Esta indicación, recuperada recientemente por Fowler tamente, establecer que el SD como síndrome es más
(1990) y por Kernan (1990), está lejos de sustentarse nocivo para el lenguaje que las otras entidades pato-
en bases comparativas rigurosas (v. Rondal y Ed- lógicas que conducen a un RM. De hecho, quizás en-
wards, en preparación, para un análisis sistemático). tre los individuos controlados en las diferentes inves-
Muchos estudios, algunos bastante antiguos, son tigaciones existen algunos cuyos rendimientos lin-
poco convincentes (en especial desde un punto de vis- güísticos no difieren de los de los individuos SD y
ta metodológico). En conjunto, parece que la articula- que eran el resultado de síndromes determinados no
ción y la coarticulación de los sonidos del habla cons- identificados en aquel momento (o todavía en la ac-
tituyan especialmente un problema en los individuos tualidad).
afectados por un SD (como mínimo por lo que res- En tercer lugar, la inferioridad lingüística de los in-
pecta al T21 estándar). Esto podría deberse a una con- dividuos SD (suponiendo que sea real) se relaciona
junción de factores periféricos y centrales; conjunción sobre todo (quizás exclusivamente) con sectores de la
que aún es mal comprendida hoy en día (malforma- fonético-fonología (articulación y coarticulación, dis-
ciones bucales, posición inadecuada de la laringe, au- criminación auditiva, inteligibilidad del habla) y de la
dición defectuosa, planificación motora central defec- morfosintaxis (longitud media del enunciado, marca-
tuosa). Sin embargo, en los individuos con un SD, dos morfológicos gramaticales, organización sintácti-
debe excluirse la existencia de un funcionamiento ar- ca). Sin duda, es inadecuado definir esta inferioridad
ticulatorio completamente desviado. Rondal y Lam- como «lingüística» mientras que por el contrario se

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ORIGINALES

relaciona principalmente con los componentes «com- la literatura especializada describe el desarrollo del lé-
putacionales» del lenguaje (según Chomsky, 1982) y xico y gramatical en estos últimos; se sabe que el de-
no, o mucho menos, con los componentes conceptua- sarrollo del lenguaje en los individuos SD sigue a
les (léxico y semántica estructural y pragmática del grandes líneas el curso del desarrollo normal, incluso
lenguaje (v. Fowler, 1988; Rondal, 1988a, 1988b, aunque es muy incompleto —v. Fowler, 1988; Ron-
1984b para análisis relativos al desarrollo y al funcio- dal, 1988a, 1988b). Esta indicación contradice las su-
namiento lingüístico de los individuos SD desde estos gerencias contrarias efectuadas hace varios años en la
puntos de vista). literatura especializada. Tiende a demostrar que el au-
Incluso si los individuos SD presentaran una cierta tismo infantil no suele acompañarse de un déficit fun-
inferioridad en relación al habla y la morfosintaxis del damental desde el punto de vista de la gramática y en
lenguaje de muestras mixtas de individuos RM de los relación con los aspectos formales del lenguaje.
niveles mentales correspondientes, este tipo de com- Sin embargo, los estudios del lenguaje más intere-
paración en último término sería poco informativa. Es santes para nuestro objetivo son los que se han efec-
claramente más interesante proceder a comparaciones tuado estos últimos años, especialmente con niños y
precisas y bien controladas de grupos de individuos adolescentes con un síndrome de Williams (SW) y el
RM de etiologías determinadas. En esta perspectiva se síndrome del X frágil (SXF). Dado que estos trabajos
hará hincapié en el estudio de Tager-Flusberg, Cal- son relativamente recientes y todavía mal conocidos,
kins, Nolin, Baumberger, Anderson y Chadwick-Dias es pertinente resumir las principales contribuciones de
(1990), cuyo objetivo fue efectuar una comparación los mismos.
sistemática (y longitudinal) entre la adquisición del
lenguaje (aspectos de léxico y morfosintácticos) en
Síndrome de Williams
los individuos SD y autistas, con la finalidad, en esta
ocasión, de determinar la naturaleza del desarrollo lin- El SW (en ocasiones denominado Síndrome de Wi-
güístico en los individuos autistas. Los individuos SD lliams-Beuren o síndrome de la hipercalcemia infan-
y autistas se equipararon para la edad cronológica til) se origina a causa de una alteración metabólica
(EC). Tenían edades comprendidas entre los 3 y los 7 muy poco frecuente (aproximadamente 1 nacimiento
años al principio del estudio (el estudio duró entre 12 de cada 20.000 con una incidencia superior en los ni-
y 26 meses, según los niños, con 10 registros del len- ños (63%) que en las niñas). Fenotípicamente, se ca-
guaje espontáneo). Los datos lingüísticos productivos racteriza por una cara fina y alargada, un dibujo en es-
obtenidos así se analizaron con respecto a la longitud trella del iris en algunos individuos, una insuficiencia
media del enunciado, LME, o longitud media de la cardíaca grave (estenosis aórtica) con una insuficien-
expresión, un índice sintáctico, el índice de sintaxis cia pulmonar en el 80% de casos y una hipercalcemia
productiva, puesto a punto por Scarborough (1985), infantil. Es frecuente la hiperacusia (asociada con una
que consiste en ponderar 56 apartados gramaticales agudeza auditiva normal a los umbrales convenciona-
agrupados en cuatro categorías (sintagma nominal, les). El CI varía entre un 40 y 70 (Arnold, Yule y
sintagma verbal, pregunta y negación, y estructura de Martin, 1985).
la frase) según el orden de desarrollo en el niño nor- El mecanismo etiológico responsable del síndrome
mal, un índice de diversidad del léxico y sobre la dis- de Williams sigue siendo desconocido. Se sospecha
tribución de los apartados de léxico según la clase for- una anomalía genética relacionada con una produc-
mal (nombre, verbo, adjetivos, adverbios, oraciones, ción excesiva de calcitonina y un péptido asociado que
etc.). Los resultados y los análisis demuestran que la podría desempeñar un papel importante en el desarro-
mayor parte de niños autistas que desarrollan un len- llo y el funcionamiento del sistema nervioso central.
guaje funcional más allá de los enunciados de una pa- Bellugi, Marks, Bihrle y Sabo (1988) y Bellugi,
labra, adquieren el léxico y la gramática de su lengua Sabo y Vaid (1988) sugirieron que los individuos con
materna de un modo que no difiere sustancialmente un SW presentaban un perfil psicológico y neuropsi-
del de los niños SD (y del de los niños normales como cológico peculiar. A grandes rasgos, se observa con

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frecuencia (1) una disociación notable entre el len- ses, DE 1 año y 8 meses). El lenguaje espontáneo de
guaje y las aptitudes cognitivas generales, (2) la exis- los individuos SW pone de manifiesto también capa-
tencia de un déficit severo a nivel de la cognición es- cidades de léxico referenciales de un nivel muy bue-
pacial, y (3) importantes problemas relacionados con no (vocabulario productivo) diversificado con la utili-
la motricidad «grosera» y la fina. Está fuera del al- zación correcta de términos poco frecuentes en la len-
cance de este artículo proponer una revisión completa gua. Por el contrario, el léxico productivo de los
de la literatura psicológica y neurológica relacionada individuos SD era notablemente deficitario y estaba
con el SW. Esta literatura se encuentra en expansión limitado a los términos concretos de frecuencia relati-
rápida desde hace varios años. Me limitaré a poner de vamente elevada en la lengua. Sin embargo, a nivel de
manifiesto los datos lingüísticos pertinentes con res- las definiciones de las palabras, los individuos SW y
pecto a la psicolingüística del SW. Desde este punto SD no se diferenciaron.
de vista merece destacarse un trabajo reciente, efec- Sus rendimientos de definición también fueron de-
tuado en el Salk Institute, en California, por Ursula ficientes. La superioridad de los individuos SW sobre
Bellugi y sus colaboradores, que comparó sistemáti- los individuos SD, por consiguiente, era simplemente
camente el funcionamiento del lenguaje y cognitivo de léxico y no metalexicológica.
de un grupo reducido de individuos SW y SD. Snow (1990) ha demostrado que la definición co-
Permite plantear claramente el problema de la va- rrecta de las palabras exige un buen control al mismo
riabilidad sindrómica en el RM moderado y grave. tiempo del significado de los términos y de la forma
Bellugi, Bihrle, Jernigan, Trauner y Doherty (1990) de definición. Esta última depende sobre todo de las
compararon una serie de aspectos del funcionamiento capacidades intelectuales, de la práctica que se puede
lingüístico y del funcionamiento cognitivo de 6 ado- tener en este tipo de actividad y de la asistencia a la
lescentes SW y de 6 adolescentes SD. De forma simi- escuela (como mínimo para los niños con un desarro-
lar con los dos grupos de individuos se llevó a cabo llo normal), las dos últimas variables a menudo se en-
un examen neurológico e investigaciones que utiliza- cuentran asociadas.
ron una técnica de diagnóstico neurológico por imá- Los individuos SW y SD también se sometieron a
genes por medio de la resonancia magnética. La EC una prueba de «fluidez semántica» que consistía en la
media del grupo SW era de 14 años y 4 meses, con producción del mayor número posible de apartados de
unos límites de 10 a 17 años. El CI medio era de 50,8 léxico que pertenecieran a una categoría semántica de-
(desviación estándar 5,8 puntos). La EC media de los terminada (p. ej., los animales, las flores, los alimen-
individuos SD (que eran todos trisomías 21 estándar) tos) en un intervalo de 60 segundos. Los adolescentes
era de 15 años y 4 meses (límites 12-18 años). El CI SW produjeron significativamente más elementos de
medio era de 48,8 (DE 8,7 puntos). Los 6 adolescen- léxico pertinentes que los individuos SD, lo que pone
tes SW presentaron importantes déficit cognitivos al de manifiesto una mayor facilidad de acceso a la me-
mismo tiempo que tenían un lenguaje bien desarrolla- moria a largo plazo a una categoría semántica deter-
do desde un punto de vista articulatorio, de léxico y minada. Teniendo en cuenta las observaciones prece-
morfosintáctico, lo que no ocurrió en el caso de los 6 dentes, sin duda se puede hablar de una capacidad de
adolescentes SD, quienes como se observa habitual- léxico y semántica muy preservada en los adolescen-
mente en el síndrome de Down demostraron graves tes SW estudiados por Bellugi y colaboradores (que
lagunas del lenguaje. Por ejemplo, los 6 adolescentes no dudaron en generalizar la indicación a todos los in-
SD obtuvieron puntuaciones en el Peabody Picture dividuos con un SW, lo que indiscutiblemente es pre-
Vocabulaty Test (PPVT, prueba del vocabulario re- maturo) mientras que en los individuos SD, se sabe
ceptivo e imagen) inferiores a su EM (edad media del que el nivel semántico y de léxico no suele superar el
vocabulario receptivo 5 años 3 meses, DE 1 año 5 nivel mental general (v. Rondal, 1988a, 1988b).
meses) mientras que 5 de 6 adolescentes SW obtuvie- Desde un punto de vista sintáctico, Bellugi y cols.
ron puntuaciones superiores a sus EM respectivas (1990) establecieron una diferencia clara entre los
(edad media del vocabulario receptivo 8 años 4 me- adolescentes SW y los adolescentes SD, sotre todo

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ORIGINALES

por lo que respecta al aspecto productivo del lengua- enunciados (lo que parece contradecir las observacio-
je. Los adolescentes SW producen enunciados de lon- nes de Bellugi y cols., 1990, sobre la comprensión
gitud media (ELM) superiores a los adolescentes SD adecuada del lenguaje en los individuos SW). En el
(ELM alrededor de 10 para los adolescentes SW y de lenguaje y en la comunicación de los individuos SD,
3 para los adolescentes SD). Sus sintagmas nominales prácticamente no existen problemas pragmáticos im-
y verbales son muy complejos. Sus producciones ver- portantes (v. Rondal, 1988a, 1988b para revisiones de
bales contienen pasivas, relativas intercaladas y con- la literatura pertinente).
dicionales mientras que estas estructuras son deficita- Bellugi y cols. (1990) también compararon sus
rias en el lenguaje de los adolescentes SD. Por lo que adolescentes SW y SD desde el punto de vista de la
respecta a la comprensión del lenguaje, los adolescen- cognición no verbal, sobre todo espacial. Confirman-
tes SD obtienen puntuaciones a nivel del azar en las do las observaciones efectuadas por Bellugi y cols.
pruebas relacionadas con las frases pasivas reversi- (1988) y Bihrle, Bellugi, Delis y Marks (1989), Be-
bles, las condicionales, las negativas, una prueba de llugi y cols. (1990) documentaron las importantes di-
frases para completar y una prueba que consiste en la ficultades de los individuos SW en el ámbito de la
corrección de frases no gramaticales. La mayor parte cognición espacial. Los adolescentes SW y SD se so-
de individuos SW (aunque no todos) obtuvieron pun- metieron a una serie de pruebas espaciovisuales y per-
tuaciones claramente superiores a las de los indivi- ceptivovisuales. Sus rendimientos fueron deficientes,
duos SD en las pruebas mencionadas. Por lo que res- pero por razones distintas. Los individuos SW obtu-
pecta a los aspectos prosódicos del lenguaje espontá- vieron puntuaciones especialmente bajas en las tareas
neo (entonación, acentos de intensidad, pausas) y a la que requerían la integración de elementos en una es-
dimensión discursiva (estructuración y cohesión de tructura (p. ej., un triángulo compuesto por varios cír-
los textos narrativos), otros trabajos parecen indicar culos o el dibujo de un objeto complejo, como una bi-
(p. ej., Reilly, Klima y Bellugi, 1991; Wang y Bellu- cicleta). Los dibujos de los individuos SD también
gi, 1993) que los adolescentes SW disponen de bue- estaban simplificados pero, a diferencia de los indivi-
nas capacidades desde este punto de vista, lo que no duos SW, fallaron sobre todo a nivel del análisis de
ocurre con los individuos SD. las partes componentes y no a nivel de la integración
Bellugi y cols. (1990), al igual que Bellugi y cols. de las partes en el todo, las cuales estaban correcta-
(1988), no parecen haberse interesado por las capaci- mente dispuestas en el espacio. Los individuos SW y
dades pragmáticas de los individuos SW. No obstan- SD obtuvieron puntuaciones uniformemente bajas en
te, en la literatura especializada existen informes una serie de tareas espaciovisuales (p. ej., copia de
anecdóticos sobre este tema. Arnold, Yule y Martin formas geométricas, transformaciones espaciales,
(1985), Frank (citado en Meyerson y Franck, 1987), prueba de orientación lineal de Benton). A pesar de
Crisco, Dobbs y Mulhem (1988), Kelley (1990) y Un- estos malos rendimientos en el ámbito espacial, los in-
win y Yule (no fechado) han destacado debilidades dividuos SW (pero no los individuos SD) muestran
notorias a nivel de la organización pragmática de los una sorprendente capacidad para reconocer y discri-
individuos SW. Estas dificultades se relacionaban con minar caras no familiares en forma de transformacio-
la participación en los intercambios conversacionales nes espaciales (prueba del reconocimiento facial de
y el mantenimiento del contacto ocular en interacción Benton). Esta capacidad se situó a nivel del desarrollo
diádica con el interlocutor. Los individuos SW a me- normal de 13 años (prácticamente el nivel del rendi-
nudo expresan enunciados bien formados pero que no miento de los adultos normales). Bellugi y cols.
parecen tener ningún sentido o valor comunicativo, (1990) también sometieron a sus adolescentes SW y
son muy repetitivos, con preguntas incesantes que no SD a una serie de exámenes neurológicos.
parecen esperar respuesta alguna. Tanto los individuos SW como los SD estudiados
A menudo les ocurre repetir como un eco los sin- presentaron indicaciones de patología neurológica,
tagmas o las frases producidas por el interlocutor, en pero en grados diversos y diferentes según el síndro-
ocasiones con una comprensión limitada de estos me que padecían. Los adolescentes SW experimentan

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una hipotonía generalizada, temblores, dificultades de guaje de 2 niñas SW (Becky: EC de 5 años y 6 meses;
equilibrio y anomalías motoras que sugieren una im- Raquel: EC de 23 meses, en el momento del estudio).
portante disfunción cerebelosa. Por el contrario, los Las dos niñas tenían un ELM de 1,00. Se cataloga-
adolescentes SD presentan una hipotonía mínima, po- ron 142 y 34 palabras, respectivamente en sus léxicos
cos signos cerebelosos claros y un mejor rendimiento productivos; 281 y 314 palabras, respectivamente, en
en las funciones motoras y sobre todo en las funcio- sus léxicos receptivos. Raquel parecía presentar efec-
nes oromotoras. tivamente un desarrollo del lenguaje globalmente si-
En resumen, el estudio de Bellugi y cols. (1990) y milar al de los niños pequeños normales. Becky, por
los estudios complementarios revelan una organiza- el contrario, tenía un retraso muy importante desde el
ción psicológica, neurológica y neuroanatómica dis- mismo punto de vista. Este estudio demuestra la va-
tinta en los adolescentes SW y SD equiparados para la riabilidad que parece poder observarse en el síndrome
EC y el CI. No obstante, en este estadio, es conve- de Williams (Raquel y Becky se encontraban en el es-
niente plantear el problema de la homogeneidad neu- tadio de los enunciados de una palabra, pese a una di-
ropsicológica del síndrome de Williams. Mientras Be- ferencia entre las mismas de 3 años de EC). Por lo
llugi y colaboradores en sus diversas publicaciones no que respecta al síndrome de Williams un problema
dudan en ningún momento de esta homogeneidad, importante desde entonces es establecer con mucha
existen algunos informes de investigación publicados precisión en qué medida las características psicológi-
que destacan variaciones en el SW, sobre todo por lo cas y sobre todo psicolingüísticas, sugeridas por Be-
que respecta a las funciones del lenguaje. Por ejem- llugi y cols. (1990), son adecuadamente representati-
plo, Kelley (1990) señala el caso de un niño SW, de 4 vas de los individuos SW, y por consiguiente, especi-
años y 8 meses de edad en el momento del estudio. ficar el margen de variación interindividual en este
Este individuo tenía un nivel de desarrollo del léxico síndrome.
receptivo valorado en 3 años y 10 meses (con el Pea- Sin embargo, a pesar de esta reserva, los individuos
body Picture Vocabulary Test-PPVT-revisado), un ni- SW (como mínimo, una cierta proporción de los mis-
vel del desarrollo del léxico expresivo (instrumento de mos) parecen presentar un perfil psicolingüístico, neu-
evaluación no identificado) de 3 años y 8 meses, un ropsicológico y neuroanatómico peculiar. Los estu-
nivel de 2 años y 1 mes en la prueba de comprensión dios comparativos del tipo del efectuado por Bellugi
verbal de las Reynell Developmental Language Sca- y cols. (1990) tienen el objetivo de dilucidar los as-
les (Reynell, 1977), y un nivel del desarrollo inferior pectos generales y los aspectos específicos de los di-
a 3 años y 7 meses con las diferentes subpruebas del ferentes síndromes que conducen a un retraso mental
Illinois Test of Psycholinguistic Abilities (ITPA). El moderado y grave.
ELM era de 2,75 (estadio del desarrollo III alcanzado
en el niño normal entre los 24 y los 41 meses según
Síndrome del X frágil
Brown, 1973), lo que, por consiguiente, está por de-
bajo del nivel previsible según la EC. El síndrome denominado del X frágil (S-XF), un
Arnold, Yule y Martin (1985) documentan diferen- problema genético ligado al cromosoma X (v. Mulley,
cias del mismo orden entre la EC y los niveles del de- Kerr, Stevenson y Lubs, 1992 para una nomenclatura
sarrollo del lenguaje alcanzados por otros niños SW. de las patologías genéticas ligadas al cromosoma X)
Por ejemplo, en las Reynell Developmental Language también ha sido motivo de una serie de investigacio-
Scales, 3 individuos SW de 20, de 7 a 12 años EC, su- nes especializadas estos últimos años. Al contrario del
peraron el nivel máximo de la prueba, establecido a SD, que no se transmite de una generación a otra, el S-
los 7 años, mientras que la habilidad lingüística de los XF es hereditario. Como tal constituye el factor here-
otros 17 individuos SW se establecía entre los 3 y 7 ditario causal más frecuente de retraso mental mode-
años (edad media del lenguaje expresivo 5 años y 9 rado y grave. Este síndrome permite estudiar de forma
meses; edad media de comprensión verbal 5 años y 5 relativamente directa la relación entre la patología ge-
meses). Thal, Bates y Bellugi (1989) estudiaron el len- nética molecular y la sintomatología psicopatológica.

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ORIGINALES

Los individuos con un S-XF presentan una mutación Estos autores administraron la prueba de Kaufman
(nula) del gen FMR-1 (en la posición q27 del cromo- y Kaufman (Kaufment Assessment Battery for Chil-
soma X), por lo cual los niveles proteicos del ADN dren, K-ABC, 1983) a un grupo de individuos varo-
(ácido desoxirribonucleico) están disminuidos de for- nes con S-XF, un grupo de individuos SD y un grupo
ma importante (v. Hagerman, 1992). En estos sitios se de individuos retrasados mentales de etiología no es-
encuentra una repetición anómala de las secuencias de pecífica (es decir, desconocida). Los tres grupos se
trinucleótidos (ya sea CCG, es decir, citosinacitosina- equipararon para la EC y la EM (alrededor de 9 años
guanina; ya sea CGG, es decir, citosina-guanina-gua- de EC y 4,5 años de EM). La prueba K-ABC permite
nina). Normalmente estas secuencias se repiten alrede- analizar los estilos de tratamiento de la información
dor de 30 veces (intervalo de variación normal 6-54). de los individuos en tareas cognitivas. Distribuye este
En el S-XF se encuentran hasta 100 repeticiones y funcionamiento en dos ámbitos: el tratamiento se-
más de las secuencias de trinucleóticos indicadas. Pa- cuencial de la información (con un importante com-
rece existir una correlación entre el número de repeti- ponente temporal y secuencial) y el tratamiento si-
ciones de la secuencia de trinucleótidos y la gravedad multáneo (que implica la síntesis de elementos sepa-
de las manifestaciones clínicas del S-XF. rados aprendidos de una forma conjunta). Los tres
A pesar de que el S-XF es relativamente frecuente, grupos de individuos retrasados tuvieron un trata-
muchos de los casos a menudo siguen por identificar, miento secuencial de la información menos eficaz que
por lo que el establecimiento de la incidencia exacta el tratamiento simultáneo. Por consiguiente, un efecto
del síndrome resulta difícil. La mayor parte de indivi- general del retraso mental parece ser la disminución
duos varones afectados por un S-XF son retrasados del nivel de eficiencia relacionada con el tratamiento
mentales moderados a graves, pero alrededor de una secuencial de la información. No obstante, también
quinta parte tiene una inteligencia normal (media) aparece un efecto específico de la etiología. La debi-
(Miezejeski, Jenkins, Hill, Wisniewski, French y lidad del tratamiento secuencial es sobre todo pronun-
Brown, 1986). ciada en el grupo S-XF. Otras características del ren-
Estos individuos se denominan «no penetrantes». dimiento de los individuos sometidos a la prueba K-
No obstante, necesariamente transmiten el cromoso- ABC también ponen de manifiesto efectos específicos
ma X afectado a sus hijas, las cuales se convierten en atribuibles a la etiología del retraso mental. Por ejem-
portadoras (Dykens, Hodapp y Leckman, 1994). Alre- plo, en la subprueba de los movimientos manuales, el
dedor de la tercera parte de las mujeres portadoras pa- rendimiento de los individuos SD es claramente me-
dece una variante del síndrome del X frágil que se jor que el de los individuos con etiología desconocida
manifiesta sobre todo por dificultades del aprendizaje. y todavía mejor que el de los individuos S-XF.
Una parte de las mismas presenta un retraso mental Estas indicaciones confirman las documentadas
leve o moderado. Las mujeres portadoras restantes no por otros investigadores (por ejemplo, Bilovsky y
están afectadas pero pueden transmitir el problema a Share, 1965; con la prueba ITPA-Illinois Test of psy-
sus hijos. cholinguistic abilities; y Pueschel, Gallagher, Zartler
Einfeild (1993) analizó un número reducido de es- y Pezzulo, 1987) con respecto a la capacidad conser-
tudios relacionados con el funcionamiento cognitivo vada de la reproducción correcta de secuencias de
de las personas con un S-XF. Apenas existe consenso movimientos manuales en los individuos SD. Desde
sobre un perfil cognitivo preciso a excepción del he- un punto de vista práctico (p. ej., intervención educa-
cho de que existen problemas del desarrollo intelec- tiva), estas observaciones sugieren que el empleo de
tual. Se mencionan dificultades especialmente en el técnicas de simboliñación y de expresión de gestos,
ámbito de la memoria verbal y visual, déficit de la en especial manuales, puede ser útil en la educación
atención, una hiperactividad y una tendencia a la im- precoz de los individuos SD (v. Abramsen, Cavallo y
pulsividad sobre todo en los individuos de sexo mas- McCluer, 1985) y en la mejoría de la comunicación
culino. El estudio de Hodapp, Dykens, Sparrow, Ze- en algunos individuos SD que presentan dificultades
linsky y Ort (1992) merece una mención especial. articulatorias graves y persistentes. La misma reco-

8
mendación indudablemente ha de evitarse en el caso Desde un punto de vista sintáctico, existen algunos
de los individuos S-XF por la razón mencionada an- estudios que mencionan los déficit en los individuos
teriormente. Aquí, tenemos un ejemplo de un enfo- varones con un S-XF (Fryns, Jacobs, Kleczkowska y
que de optimización posible de las técnicas de inter- Van den Berghe, 1984; Paul y cols., 1984). Sudhalter,
vención con los individuos RM según las indicacio- Scarborough y Cohen (1991) analizaron los cuerpos
nes empíricas en lo referente a la especificidad de lenguaje procedentes de individuos varones S-XF.
sindrómica. En las páginas siguientes volveremos a Documentaron que el ELM y el nivel de sintaxis
hablar sobre este enfoque. productiva (evaluada por medio de un índice denomi-
Por lo que respecta al lenguaje de los individuos S- nado Index of Productive Syntax) correspondía a la
XF, sólo se dispone todavía de un número demasiado EM de los individuos. Las conductas lingüísticas de
limitado de estudios empíricos. Lehrke (1974) ya ob- los individuos varones S-XF constituyen un problema
servó que las formas de retraso mental ligadas al cro- a nivel pragmático como lo pone de manifiesto un es-
mosoma X parecían asociadas con dificultades del ha- tudio de Sudhalter, Cohen, Silverman y Wolf-Schein
bla (habla entrecortada y perseverativa). Según esto, (1990). Estos autores analizaron los enunciados con-
sugirió que el cromosoma X podía desempeñar un pa- versacionales de 12 varones adolescentes y adultos jó-
pel en el funcionamiento del lenguaje. Una serie de venes con un S-XF, de 9 individuos varones SD y de
datos recientes (p. ej., Vikman, Niemi e Ikonen, 1988) 12 varones diagnosticados como autistas; todos equi-
confirman y amplían la sugerencia de Lehrke. Los in- parados para la EC, la edad comunicativa, y la con-
dividuos varones con un S-XF efectivamente presen- ducta adaptativa (estas dos últimas medidas obtenidas
tan notables dificultades articulatorias y coarticulato- por medio de la prueba de la Vineland Adaptive Be-
rias (omisiones y sustituciones de los fonemas vocáli- havior Scales). Se interesaron especialmente por los
cos y consonánticos) y dificultades a nivel del control episodios de lenguaje repetitivo en los individuos
del ritmo del habla. Hanson, Jackson y Hagerman (episodios definidos como perseveraciones que inter-
(1986) destacan problemas vocales, disritmia, ecolalia venían a nivel del sintagma, de la frase o del tema de
y una disminución de la inteligibilidad del habla. la conversación). Los individuos SD apenas manifes-
Borghraef, Fryns, Dielkens, Pyck y Van den Berghe taron lenguaje repetitivo, sus producciones e inter-
(1987) confirman las indicaciones precedentes. Wolf- cambios verbales en general estaban bien adaptados
Schein, Sudhalter, Cohen, Fish, Hanson, Pfadt, Ha- desde un punto de vista pragmático.
german, Jenkins y Brown (1987) compararon a un Por el contrario, los individuos S-XF presentaron
grupo de individuos S-XF y a un grupo de individuos numerosos episodios de perseveración verbal, aunque
SD equiparados para el nivel de conducta adaptativa menos que los individuos autistas, que produjeron nu-
con la escala Vineland Adaptive Behavior (Sparrow, merosas conductas ecolálicas. Sudhalter y cols.
Balla y Cicchetti, 1984). Confirmaron que los indivi- (1990) sugieren que las numerosas perseveraciones
duos S-XF tienen una habla más ininteligible (jerga) y verbales en los individuos S-XF corresponden a un
presentan más perseveraciones verbales y ecolalia que problema en estos individuos a nivel de la elaboración
los individuos SD. El lenguaje de los primeros tam- del enunciado y/o de la selección de las palabras apro-
bién es menos adecuado pragmáticamente. Por ejem- piadas debido a las dificultades de la memoria auditi-
plo, sus respuestas no corresponden siempre a las pre- va secuencial y de problemas de atención y de con-
guntas planteadas, incluso, aunque como norma gene- centración frecuentes en los mismos.
ral hablen más que los individuos SD. Se dispone de En la actualidad, no se dispone de datos suficientes
pocos estudios sobre las capacidades del léxico de los sobre el habla y el lenguaje de los individuos S-XF de
individuos S-XF. sexo femenino.
Parece que estas capacidades (tanto receptivas Madison, George y Mueschler (1986) analizaron
como productivas) están bien desarrolladas en los in- datos pertinentes desde este punto de vista proceden-
dividuos S-XF de sexo masculino (Paul, Cohen, Breg, tes de 6 individuos S-XF, de 6 a 63 años de edad. Do-
Watson y Herman, 1984). cumentaron un buen nivel del habla sin alteraciones

9
ORIGINALES

articulatorias y un buen vocabulario productivo y re- soma 5 (región 5p). El fenotipo es fácilmente recono-
ceptivo. No obstante, señalaron un porcentaje elevado cible: gritos y llanto «monocromáticos», dismorfia
de autocorrecciones sintagmáticas (hasta un 20%) y la craneofacial, microcefalia, problemas ortopédicos, re-
presencia de numerosas expresiones de «llenado» (re- traso psicomotor, ritmo lento del crecimiento físico,
lleno) y de términos especiales utilizados con una ele- infecciones frecuentes de los oídos y de las vías res-
vada frecuencia repetitiva. piratorias.
Estas indicaciones preliminares han de confirmarse Las fuentes de referencia principales en la literatu-
y ampliarse mediante estudios complementarios. ra pediátrica ponen de manifiesto para el síndrome del
Para resumir, los individuos S-XF de sexo mascu- maullido del gato un retraso mental de grave a pro-
lino parecen presentar un perfil de lenguaje peculiar fundo, la ausencia de marcha bípeda, ausencia de ha-
con repeticiones y perseveraciones anómalas, impulsi- bla y lenguaje y una esperanza de vida muy reducida.
vidad verbal, una menor capacidad de secuencializar Sin embargo, una serie de datos recientes, sobre todo
las sílabas correctamente a nivel del habla y en oca- longitudinales, obtenidos por diversos investigadores
siones dificultades articulatorias. Los funcionamientos (p. ej., Carlin, 1988a, 1988b; Wilkins, Brown y Wolf,
de léxico y gramatical parecen relativamente conser- 1981; Wilkins, Brown, Nance y Wolf, 1982) muestran
vados o como mínimo menos afectados aunque es ne- que el pronóstico actual es claramente mejor por lo
cesario un mayor número de datos antes de llegar a que respecta a la salud, al desarrollo psicológico y a la
estas conclusiones. Se desconoce el abanico de varia- esperanza de vida. Estas indicaciones permiten un ma-
ción interindividual en el síndrome. yor optimismo para las personas con un síndrome del
maullido del gato y sus familias. El mantenimiento en
la familia y la educación precoz parecen constituir los
Otros síndromes
mejores ingredientes de este pronóstico menos desfa-
Otros síndromes genéticos o metabólicos que con- vorable. Los datos obtenidos por Wilkins y cols.
ducen a un retraso mental moderado y grave reciente- (1982) con 86 niños con un síndrome del maullido del
mente han sido objeto de estudios concretos desde un gato documentan una EM de alrededor de 2 años y 6
punto de vista médico, fisiológico o citogenético. Por meses con EC de 6 y 7 años. Las EM y los cocientes
ejemplo, el síndrome de Prader-Willi (v. Hall y Smith, de desarrollo social son inversamente proporcionales a
1972; Pettigrew, Gollin, Greenberg, Riccardi y Ledbet- la EC a la cual se ha iniciado la intervención precoz.
ter, 1987; Smith, Volpato y Trent, 1988), el síndrome Carlin (1988b) documenta datos longitudinales sobre
fenilcetonúrico (frecuencia: 1 caso de cada 10.000 na- 31 individuos con síndrome del maullido del gato y
cidos vivos-Guthrie, Whitney y Stuckey, 1963), los datos transversales sobre otros 31 casos. En todos los
efectos prenatales de la hiperfenilalaninemia materna individuos con un síndrome del maullido del gato, se
(v. Berry, Brunner, Hunt y White, 1988; Cohen, Nor- observa un retraso del crecimiento notable, microcefa-
man, Peled, Blonder, Tumarkin, Elitzur y Hadar, 1988) lia, un importante retraso psicomotor e infecciones
y el síndrome del maullido del gato (SMG: véase Car- respiratorias y óticas frecuentes. Durante los primeros
lin, 1988a, 1988b). Estas entidades nosológicas toda- meses casi en todos los niños existe una hipotonía ge-
vía no han impulsado un gran número de investigacio- neralizada. Después, tiende a regresar como mínimo
nes desde un punto de vista psicológico, cognitivo o en aproximadamente el 50% de los mismos. En todos
lingüístico, aunque sin duda se producirán en el futuro. los individuos con un síndrome del maullido del gato
Varias informaciones recientes documentan un me- parecen existir también déficit de la atención, cogniti-
jor pronóstico del desarrollo en el síndrome del mau- vos y del lenguaje, pero hasta la fecha apenas se han
llido del gato en comparación con lo que habitual- estudiado. Según Carlin (1988b) el desarrollo de la
mente se había observado en el pasado. palabra es posible en como mínimo el 50% de indivi-
El síndrome del maullido del gato es un síndrome duos educados a domicilio y sometidos a una inter-
raro provocado por la pérdida de material cromosó- vención precoz bien organizada. A menudo resulta útil
mico que se encuentra en la porción distal del cromo- la introducción del lenguaje de gestos. Con el tiempo

10
se puede observar un aumento de la utilización a me- Las razones todavía no se han dilucidado. Sin duda,
nudo combinada del habla, los signos mediante gestos se trata de datos preliminares cuya verificación es ne-
y medios paraverbales de comunicación. No obstante, cesaria.
se carece de los detalles relacionados con estos desa-
rrollos. De todas formas parece ser que los individuos
Conclusión
con un síndrome del maullido del gato sólo difícil-
mente llegan a expresarse únicamente por medio del El propio concepto de retraso mental por el mo-
habla y del lenguaje, aunque cualquier conclusión es mento parece ser demasiado general y quizás supera-
prematura dada la escasa perspectiva disponible, por- do, salvo por lo que se refiere a clasificaciones gene-
que los refuerzos educativos son muy recientes y así rales. De hecho, está claro que diferentes síndromes
mismo debido al número limitado de individuos estu- (y quizás subsíndromes) que conducen a un retraso
diados con un síndrome del maullido del gato. mental moderado y grave tienen cada uno su perfil
Se han empezado a estudiar otros síndromes que lingüístico (y probablemente neuropsicológico) pecu-
conducen a un RM moderado o grave desde un punto liar. Es posible, y el futuro nos informará sobre este
de vista del desarrollo y del funcionamiento lingüísti- punto, que todos los síndromes que conducen a un re-
co. Por ejemplo, las secuelas de las leucomalacias traso mental tengan su perfil lingüístico específico.
periventriculares (LPV) en los niños. Son lesiones ce- Este dato es de gran importancia. De hecho, en primer
rebrales que afectan la sustancia blanca situada alre- lugar desde un punto de vista terapéutico, es impor-
dedor de los ventrículos cerebrales. Este tipo de afec- tante desarrollar y aplicar programas de intervención
tación es frecuente en los prematuros que pesan me- y procedimientos terapéuticos específicos a los dife-
nos de 1.000 gramos al nacer. En la actualidad, rentes síndromes de modo que se optimice la eficacia
sobrevive alrededor de un 50% de estos niños de la intervención educativa (v. también Turk, Hager-
(Rushton, Preston y Durbin, 1985). Los niños con una man, Barnicoat y McEvoy, 1994). En segundo lugar
LPV presentan incapacidades visuales y auditivas es conveniente multiplicar las investigaciones compa-
(Sinha, D’Souza, Rivlin y Chiswick, 1990). Es fre- rativas intersindrómicas en el retraso mental. Este tipo
cuente el retraso mental (entre el 40 y el 100% de los de investigación conlleva dificultades y complejos
casos según las estimaciones; v. DeVries y Dubowitz, problemas metodológicos.
1985). Feldman, Evans, Brown y Wareham (1992) En numerosos casos comparativos, no basta con
compararon varios aspectos del lenguaje de 5 niños equiparar a los individuos para la EC, la EM o el ni-
LPV con una EC de 2 años que presentaban un retra- vel del desarrollo desde un punto de vista concreto.
so del desarrollo cognitivo (obtuvieron puntuaciones Para poder delimitar correctamente los perfiles etioló-
inferiores a 80 en las escalas del desarrollo de Bayley) gicos específicos, es necesario equiparar también a los
y de 5 niños LPV con las mismas EC pero que pre- individuos en los grupos comparados con respecto a
sentaban un desarrollo cognitivo normal. No se obser- determinadas variables lingüísticas. Sean cuales sean
vó ninguna diferencia significativa entre ambos gru- las dificultades metodológicas y conceptuales de estos
pos de niños con respecto a la morfosintaxis, al nú- estudios, son indispensables para poder profundizar el
mero de palabras distintas (tipos) utilizadas en la concepto general de retraso mental, para identificar
conversación espontánea, y el número de actos de len- los aspectos comunes y específicos de los diferentes
guaje en situación de juego y conversación libre. No síndromes que conducen al retraso mental moderado
obstante, el grupo de niños LPV con retraso del desa- y grave así como para definir las relaciones entre las
rrollo cognitivo produjo significativamente menos pa- diversas características anatómicas, fisiológicas y ci-
labras y menos enunciados que los niños LPV con un togenéticas del cerebro y el desarrollo y el funciona-
desarrollo cognitivo normal. miento psicológico (sobre todo lingüístico) de los in-
Por consiguiente, es posible que el retraso cogniti- dividuos RM.
vo asociado con la LPV favorezca una disminución En tercer lugar, por último, los datos revisados en
de la productividad verbal. este apartado aunque a menudo son preliminares po-

11
ORIGINALES

nen de manifiesto claramente la existencia de impor- ¿Disponemos de indicaciones claras de que los sín-
tantes diferencias lingüísticas entre los individuos SD, tomas patognomónicos del SD, el SW u otras entida-
SW, y S-XF, a niveles de desarrollo cognitivo equiva- des sindrómicas del RM existen en otros aspectos más
lentes. Estos datos confirman las indicaciones disocia- orgánicos de estas entidades? Por ejemplo, por lo que
tivas y modulares cognición-lenguaje (o más exacta- respecta a las bases biológicas de las funciones cogni-
mente cognición-determinados componentes lingüísti- tivas, hechos patológicos cerebrales, etcétera.
cos) propuestas y confirmadas en otros estudios Tampoco creo que esto sea así (v. las contribucio-
(v. Rondal, 1994a, 1994b). nes psicobiológicas al Simposio de Palma de Mallor-
ca sobre La especificidad en el síndrome de Down,
Perera, editor, 1994).
ESPECIFICIDAD SINDRÓMICA
¿Qué ocurre con la etiología de las trisomías 13,
En ocasiones se plantea la pregunta (más a menudo 18, 21 y otras patologías de origen genético? Por de-
en los últimos años) de si existen características orgá- finición estas etiologías son específicas en el sentido
nicas, mentales o conductuales propias de los indivi- estricto del término. Sin embargo, los mecanismos
duos con un síndrome de Down, un síndrome de Wi- implicados no lo son. Por ejemplo, la falta de disyun-
lliams u otros síndromes que conducen a un retraso ción antes de la singamia o durante la primera divi-
mental moderado y grave. Formulada de este modo, la sión celular, un fenómeno responsable de alrededor
pregunta es ambigua. Si se toman las palabras «pro- del 98% de casos de SD (T21 estándar y casos de mo-
pio», «peculiar», «específico» en el sentido estricto, saicismo) se observa también en las trisomías 13 y 18
cabe preguntarse si algunos síntomas o características y en otras aberraciones genéticas.
del SD, SW, u otros síndromes de RM son patogno- Lo mismo es verdad, salvando las distancias, para
mónicos, es decir, si existen en una entidad patológica otros mecanismos patológicos como la pérdida cro-
con la exclusión de las otras (Diccionario médico, mosómica parcial.
Stedman, 1990). A esta pregunta contestaría que no. Por consiguiente, parece que la investigación de
Ninguna característica lingüística, cognitiva o con- síntomas patognomónicos del SD o de otras entidades
ductual del SD, SW, S-XF, SMG, LPV, etcétera, con- del RM al nivel de organización o de funcionamiento
siderada por separado existe únicamente en un sín- del organismo que sea es poco prometedora. ¿Signifi-
drome con exclusión de todos los demás. ca esto que no existe ninguna especificidad en el ám-
Por ejemplo, se sabe que las dificultades articulato- bito del retraso mental? También creo que la respues-
rias son importantes y frecuentes en el SD pero no son ta es negativa. Considero (v. Rondal, 1994c) que exis-
específicas de este síndrome. Los problemas articula- te una especificidad, en el sentido más firme del
torios se observan a menudo en los síndromes del RM término, en estos síndromes, no a nivel de los sínto-
y en otras entidades patológicas. Pueden estar ausen- mas aislados, sino a un nivel más integrador, digamos
tes o pueden ser poco frecuentes en algunos síndro- «sistémico» (o quizás sindrómico).
mes (p. ej., el SW) e incluso en un escaso porcentaje En varios síndromes que conducen a un retraso
de individuos SD. mental moderado y severo (quizás en todos los sín-
Bellugi y cols. (1990) sugieren que una capacidad dromes) existe un sistema determinado de síntomas
conservada de discriminación y reconocimiento de las que justifica la hipótesis específica e impulsa el esta-
caras sobre un «fondo» de cognición espacial general blecimiento de medios terapéuticos, educativos y so-
limitado constituye un aspecto neuropsicológico espe- ciales determinados, adaptados a las características
cífico del SW. No obstante, es importante destacar que propias de las personas portadores de estos diferentes
se sugiere como peculiar del SW una buena capacidad síndromes.
de reconocimiento de las caras en el contexto de una Para poder ilustrar este tipo de especificidad, la Ta-
cognición espacial deficiente. Lo que se propone es bla 1 recupera esquemáticamente la información dis-
una especificidad relativa y no absoluta, lo que cons- ponible sobre la organización lingüística de los indi-
tituye un matiz fundamental (v. más adelante). viduos SD, SW y S-XF.

12
TABLA I. — Tres perfiles sindrómicos del lenguaje HETEROGENEIDAD NEUROLÓGICA
Síndromes
Sin duda es prematuro intentar explicar las diferen-
Componentes X-Frágil cias específicas a nivel de los síndromes de RM que
del lenguaje Down Williams (varones)
he considerado.
Fonético-fonológico –– + –– No obstante, se nos permitirá especular de un modo
Léxico – ++ + razonable.
Semántica temática + + ?
Morfosintaxis –– + – Una posibilidad consistente es que las variaciones
(comprensión?) establecidas en el caso del lenguaje correspondan a
Pragmática + –– – diferencias intersindrómicas importantes a nivel neu-
Organización conversación –– + – rológicosobre todo por lo que respecta (1) al ca-
Clave: +: (+): punto fuerte; – (–): punto débi; ?: datos disponi- lendario del desarrollo neuropsicológico; (2) al calen-
bles insuficientes. dario de los «ataques» contra diversas localizaciones
y funciones del cerebro y las alteraciones anatomofi-
siológicas como consecuencia de los mismos en rela-
Ningún otro síndrome ha sido lo suficientemente ción con los factores patológicos asociados a cada sín-
estudiado desde un punto de vista lingüísico hasta la drome y que intervienen durante los períodos prenatal
fecha para permitir el mismo tipo de formalización. y neonatal. Se requiere todavía una investigación con-
La sistematización propuesta, sea cual sea su ca- siderable para poder precisar estas indicaciones plan-
rácter esquemático basta para comprender hasta qué teadas aquí como causales.
punto los perfiles lingüísticos de los individuos SD, A continuación, algunos ejemplos demostrarán el
SW y S-XF difieren fundamentalmente; estas diferen- fundamento de esta interpretación y perspectiva. Se
cias no tienen nada que ver con los niveles psicomé- destacarán las diferencias demostradas por Bellugi y
tricos de estos síndromes. De hecho, y a título de bre- cols. (1990) en su estudio comparativo sobre las fun-
ve recapitulación algo esquemática, se puede afirmar ciones espaciales en los individuos con SW y SD.
que en el caso del SD, los aspectos semánticos y prag- Estas observaciones sugieren que los individuos
máticos del lenguaje están relativamente conservados SW son similares conductualmente (considerados de
mientras que existen problemas importantes a los ni- una forma global) a los individuos adultos no retrasa-
veles fonético-fonológico, morfosintáctico, de léxico dos mentales con lesiones del hemisferio cerebral de-
y de conversación. En el SW, los problemas principa- recho mientras que los individuos SD serían más si-
les se relacionan con la pragmática. Por último, en el milares a los cuadros sintomatológicos presentados
S-XF, las capacidades de léxico a menudo están con- por adultos no retrasados con lesiones del hemisferio
servadas al menos de forma relativa. Por el contrario, izquierdo; esto desde un punto de vista neuropsicoló-
se ponen de manifiesto dificultades en otros aspectos gico es llamativo, ya que en principio ni en el SW ni
del lenguaje en especial en el ámbito de la realización el SD existe ninguna afectación cerebral focal. Jerni-
del habla. Es evidente que la aplicación indiscrimina- gan, Bellugi, Sowel, Doherty y Hesselink (1993) ob-
da de un único programa de reeducación lingüística servan que las estructuras corticales frontales y tem-
con los niños portadores de estos tres síndromes ten- porales están relativamente conservadas en el SW, lo
dría una eficacia reducida con notables pérdidas de que puede compararse con sus adecuados rendimien-
tiempo. Un enfoque terapéutico inteligente con estos tos lingüísticos desde un punto de vista formal mien-
individuos ha de centrarse en los puntos débiles de la tras que los ganglios basales del cerebro y las estruc-
organización lingüística, de algún modo con un apoyo turas diencefálicas están mejor conservadas en el SD.
en los puntos fuertes. Bellugi y cols. (1990) y Wang, Doherty, Hesselink
Defiendo un enfoque sindrómico específico de la y Bellugi (1992) establecieron los perfiles neuroana-
educación y la reeducación de los niños y adolescen- tómicos de individuos con un SW y un SD sobre todo
tes retrasados mentales. por medio de técnicas de resonancia magnética y TC

13
ORIGINALES

cerebral. Observaron una disminución del volumen ralizada en la génesis de las alteraciones articulatorias
cerebral y una mielinización deficiente en ambos sín- de los niños con un SD. De hecho, los niños portado-
dromes. res de un SW también presentan una hipotonía gene-
No obstante, la morfología cerebral global difiere ralizada por razones, sin duda, anatómicas cerebelo-
en el SW y en el SD. El cerebro de los individuos SD sas. Ahora bien, en general estos individuos no expe-
presenta un grado importante de hipofrontalidad con rimentan dificultades articulatorias especiales. Se
disminución notable de las proyecciones callosas en deduce que la explicación «hipotónica» indudable-
el lóbulo frontal. Los autores relacionan esta dismor- mente debe revisarse en el caso de las alteraciones ar-
fología frontal de los individuos SD con los déficit de ticulatorias de los individuos SD a favor más exclusi-
estos individuos que exigen una mayor flexivilidad vo sin duda de factores relacionados con la programa-
mental, sus tendencias perseverativas y la disminu- ción motora (para considerar sólo los aspectos
ción de su fluidez verbal. Por el contrario, los indivi- motores de las alteraciones articulatorias).
duos SW presentaban una morfología frontal más nor- Por último, según Galaburda, Wang, Bellugi y Ro-
mal, pero una disminución de la longitud del cerebro osen (1994), varias características de la arquitectura
posterior así como una mayor longitud de la distancia cortical de los individuos SW (sobre todo la mayor
cerebral anteroposterior. Bellugi y colaboradores su- densidad cerebral, la disposición horizontal de las
gieren que estas características anatómicas se relacio- neuronas, la disminución de la mielinización de las fi-
nan con las dificultades espaciovisuales observadas en bras nerviosas y la inmadurez del desarrollo vascular)
los individuos SW. sugieren una interrupción del desarrollo neuronal en-
En el cerebelo, los análisis de volumen indican una tre el término del segundo trimestre del primer año y
disminución del 23% en comparación con el cerebelo el segundo año de vida de estos individuos. La hipó-
de los individuos normales de la misma edad en el SD tesis del carácter incompleto del desarrollo neuronal
frente a un 1% en el SW. subcorticales que pone de manifiesto la anomalía de
La práctica normalidad de los individuos SW con las migraciones neuronales en el curso del desarrollo
respecto al volumen cerebeloso resulta sorprendente neuronal cortical en el síndrome de Down es más pre-
debido a los numerosos síntomas de disfuncionamien- coz (alrededor del nacimiento; Nadel, 1986). Resulta
to presentados habitualmente por estos individuos atentador especular que los 6 meses-1 año suplemen-
(p. ej., los graves problemas de motricidad grosera y tarios de maduración y de epigénesis cerebral en el
fina, los temblores y la hipotonía generalizada). En un SW en comparación con el SD se relacionan causal-
análisis más profundo, sin embargo, los cerebelos de mente con el mejor desarrollo ulterior del lenguaje
los individuos SW presentan una organización anató- (especialmente en sus aspectos computacionales-
mica anómala con hiperplasia de los lóbulos del ver- Chomsky, 1981, es decir, la fonología y la morfosin-
mis neocerebeloso e hipoplasia del vermis paleocere- taxis) en el SW al contrario de lo que ocurre en el SD
beloso, Bellugi y cols. (1990) sugieren que podrían mientras que esta diferencia en el desarrollo cognitivo
utilizarse las peculiaridades morfológicas del cerebelo general es modalmente idéntica en ambos síndromes
y el cociente de volumen cerebro/cerebelo para dis- (retraso mental moderado). Esto constituye sin duda
tinguir anatómicamente el SW del SD y del autismo la indicación de que el desarrollo neuronal epigenéti-
infantil (v. Courchesne, Yeung-Courchesne, Press, co durante los seis primeros meses del primer año o
Hesseling y Jernigan, 1988). durante el primer año de vida afecta de forma relati-
Al respecto, es útil destacar las sugerencias de Lei- vamente directa las estructuras especiales responsa-
ner, Leiner y Dow (1986) sobre un posible papel de bles del desarrollo fonológico y gramatical ulterior.
las estructuras neocerebelosas en las funciones lin- Sin duda, solamente nos encontramos en los pri-
güísticas. meros análisis comparativos en los ámbitos conside-
Una pregunta enigmática en relación con los datos rados y desde este punto de vista está casi todo por
conductuales y neuroanatómicos previos incluye el hacer. No obstante, estamos de acuerdo con Bellugi y
papel habitualmente presumido de la hipotonía gene- cols. (1990) cuando indican que los estudios sistemá-

14
ticos de los perfiles conductuales y neuroanatómicos Carlin, M.: Longitudinal data shows improved prognosis in
relativos a los déficit cognitivos y lingüísticos presen- Credu-chat syndrome. American Journal of Human Gene-
tados característicamente por poblaciones patológicas tics 1988a, 41, A50.
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