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SUBJETIVIDAD EN LA ESCENA PEDAGÓGICA

Nota de Investigación
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN (IICE)

III JORNADAS NACIONALES y I LATINOAMERICANAS DE INVESTIGADORES/AS EN FORMACIÓN EN


EDUCACIÓN, 3 y 4 de diciembre de 2012.

INTROITO
Para comprender los cambios que se producen en determinadas prácticas pedagógicas, a partir de
la entidad y de la centralidad en la escena educativa, no nos identificamos con un sujeto ideal,
ahistórico y objetivo (sujeto trascendente de la Modernidad que Kant había postulado) debido al
poder objetivo universal. El espacio mediático en una dirección asociada a su lógica narrativa,
fragmenta la crónica de identidad del yo porque satisface sus necesidades utilitarias, no
intelectuales. El efecto social se apropia de numerosos acontecimientos y formas contextuales de
experiencia mediada y, en consecuencia, se genera sentimientos de impotencia frente a una
creciente incertidumbre. Además, en el creciente abismo entre la escuela y un ecosistema cultural
las nuevas sensibilidades transitan lentamente entre dispositivos, pautas y comportamientos de
polisémicos sentidos.1

En contextos de vulnerabilidad hay que reinventar todo, articulando la lógica de la simultaneidad


con la de la linealidad, de modo que no hay gran Impacto por parte de la intervención pedagógica
en el proceso de la construcción de la subjetividad, ya que no ha lugar a hipótesis en nuestras
prácticas docentes. Lo que sí permite reflexionar y transformar las situaciones habituales y las
emergentes se debe a la finalidad como estrategia de hacer inteligible la acción y su capacidad de
transformación en la enseñanza y en la investigación. Sin embargo, las estrategias narrativas en la
investigación del conocimiento, no constituyen un final sino un paso que da lugar a otro y aportan
también a nuestra práctica criterios de validez que necesitan de otra mirada pedagógica.

Aunque la investigación acerca de la reforma de prácticas pedagógicas, nos permite descubrir


nuevos sentidos asimilando las experiencias a un esquema narrativo, la construcción de nuevos
espacios de empoderamiento sigue perpetuando un modelo de escuela que no logra ensamblarse
ni integrarse a los nuevos escenarios educativos. De forma preliminar es posible pensar que estas
formas de reconocimiento se forjan y sostienen desde el punto de vista metodológico, o a partir
de organizaciones que abordan las prácticas culturales en un determinado contexto social. De tal
modo, que nos ha llevado a preguntarnos sobre la importancia que cumplen los vínculos a la hora
de diseñar y llevar a cabo las diferentes estrategias que se aplicarán en los procesos de enseñanza
y de aprendizaje. En este sentido, a la hora de definir las relaciones más ampliamente que la de los
docentes, no es equivalente la propuesta normativa institucional con la propuesta áulica, a la hora
de moverse más independientemente frente a la autoridad con la que se relacionan.

1Según Martín Hopenhayn y Ernesto Ottone (2002) existe un abismo, entre "la intensidad, volatilidad, eslocalización y
desjerarquización de la videocultura y la lentitud de la cultura escolar en la que persisten los ritmos y horarios fijos,
distribuciones lineales, previsibilidades para todo, y la obsesión por la verticalidad en las relaciones y decisiones".

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