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Diciembre 2017
ÍNDICE
María Eloy García nació en el año de 1972 en Málaga, España; licenciada en geografía e
historia inició formalmente su producción literaria en 1997, cuando publicó su primer
poemario Diseños experimentales en su ciudad natal; más tarde, en 2001 Metafísica del
trapo llegó a su vida -y a la de sus lectores- gracias al esfuerzo conjunto con la editorial
madrileña Torremozas; será hasta 2007 cuando Cuánto dura cuánto, libro que se traduce
y publica también en versión italiana, es estrenado; finalmente Los cantos de cada cual
de 2013 cierra lo que hasta este momento conforma la obra poética de la peculiar
andaluza.
Su escritura es igual o más heterogénea que los asuntos de los que escribe; la voz
poética parece ser sumamente distinta de las demás; camaleónicamente se acerca y aleja
del lector en lo que aparenta ser una decisión arbitraria y bajo el sustento de que el poeta,
al momento de escribir, no sabe lo que está haciendo, se da el lujo de jugar con la métrica,
las rimas y la extensión de las composiciones; dicho está: María parece serle fiel
únicamente a las musas. Sin embargo, su multiplicidad no implica una carencia de forma
-ni de contenido, por supuesto-; todo lo contrario, se presenta como una proposición
totalmente innovadora. El destinatario de sus poemas varía desde la muy cercana primera
persona del singular hasta la lejana y omnisciente tercera persona que existe
independientemente de quien la observa y diserta sobre su vida.
No está de más mencionar –aunque a estas alturas del estudio sea redundar- que
ella per se representa, al menos en lo que respecta a la poesía española, una
transformación. La lírica deja de ser únicamente de acceso para un sector privilegiado;
todos pueden sentirse cercanos a los elementos que Eloy-García retoma para poetizar,
mas aquél que sea más que un neófito apreciará el ‘producto’, que está casi siempre
cargado de intertextualidad e ironía, por ejemplo en “a menudo se mostraba atravesada
por el verbo/ como una serpiente moviendo su cascabel” (Eloy: 2007). La seriedad, el
ambiente místico y privado, de transgresión y casi tabú que envolvía a la poesía desde
siglos atrás se rompe y termina para siempre. Hoy, con María, todo vale la pena, el
esfuerzo, la vida; “no hay nada de lo que uno no pueda partirse de risa”, dice, y lo severo
en afable termina.
Hay que decirlo y muy fuerte: la crítica que gira entorno a su obra es limitada; no
ha recibido el reconocimiento ni la difusión merecidos; desafortunadamente no es un
hecho que extrañe, pues sus letras y modos de expresión son contrarios a lo que el canon
dicta hoy en España y todo el mundo; ya el tiempo le dará el prestigio que merece. Por
fortuna, las nuevas generaciones, haciendo uso de las herramientas tecnológicas de las
que disponen, están interesadas en conocer lo que existe más allá de la academia; ya decía
Allende que ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica y
María Eloy va contra lo establecido, perseverando y logrando, convirtiéndose en el
portavoz de los nuevos estudiosos de las letras: poemojis, fanfics, literatura no impresa…
¿qué nos quiere decir el presente? Quizás que ya hemos complejizado demasiado y ha
llegado el momento de simplificar, de sintetizar y extraer lo valioso: nuestras vidas.
Y es que el ahora posee sus propias dificultades y la poesía, como todo medio de
expresión humano, tiende a ser un reflejo de lo que acontece; la historia se nutre del arte
y el arte de la historia. Uno de los temas más controversiales del momento es el que
fomenta la creación de esta antología: el papel de la mujer en la sociedad occidental
actual.
Así pues, esta brevísima antología poética tiene el más firme objetivo de crear
consciencia y despertar curiosidad en analizar el juguetón estilo con el que María Eloy
digiere a la figura femenina; cotidianiza la poesía y poetiza lo cotidiano dignificando, al
mismo tiempo, a la mujer del todavía joven siglo XXI y a la lírica de lo común. Será
obligación del lector sacar sus propias conclusiones, pues la espontaneidad abre las
posibilidades de lectura casi al infinito y por supuesto, tendrá el derecho de disfrutar de
las hazañas poéticas de María Eloy-García.
Tinte
azúcar
puerro
cuarto de kilo de aquello
Yo el estimado cliente
la distinguida señora
la señora doña
la receptora de afectuosos saludos
de los abrazos
de los felices años
de las felices fiestas
de las condecoraciones
y de los accésits
estoy cansada de los gestos blancos como las marcas
de las opiniones neutras
de los saludos tibios
estoy cansada de que abismo
sea una plácida tiniebla con pedagogía
muerte al pedagogo y al psicólogo
muerte al sociólogo y al payaso sin fronteras
cansada de la tierna tinta sobre el mundo
quiero situarme frente a frente
levantar las manos hartas de lo supuesto
reventar el instante de toda dinámica tranquilizadora
darle photoshop a la memoria
vectorizar mi miedo en dos líneas solo
inventar luego su textura
y drogarme con la idea de la guerra abierta
de ser infeliz a todas horas
que os den por el culo miserables
porque la estimada la distinguida la señoradoña
piensa clama y ruge
no me daréis más tranquimazin para la calma
os lo digo para que podáis entenderlo
soy una franquiciada de la ira
porque sé que el estrés es la esquina
donde partís nuestra espalda nueva
nos llenáis de cadenas de alimentos de moda
nos llenáis de cadenas
pero a todos en nuestro diagnóstico soledad
nos duele el alma a la altura de su vacío.
La miss (2001)