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LA SOCIEDAD EN COMANDITA

1. Antecedentes históricos

Según la doctrina, el origen de la sociedad en comandita se remonta al contrato de commenda, forma


desarrollada durante la Edad Media y el Renacimiento en los territorios que hoy en día son Francia,
Italia y Alemania.
Sin embargo, también se ha afirmado, con cierta exageración, que sus orígenes pueden remontarse
incluso a Babilonia y Grecia.
El término commenda deriva del latín commendare, es decir, confiar; el contrato de commenda, pese
a su nombre latino, no parece haber sido conocido por los romanos.
Sobre el final de la Edad Media, la clase mobiliaria descubrió que el comercio era una fuente de
ingresos más rentable que el trabajo de la tierra. La sociedad rural empezó a ceder ante el avance del
comercio y las clases sociales tuvieron que adaptarse al cambio. Para ello buscaron la manera de
sortear las prohibiciones y prejuicios sociales y religiosos de la época, que les impedían ejercer el
comercio y efectuar préstamos a interés.

Se sostiene que el contrato de conmenda (o conllegantía) fue la solución, pues permitió la inversión
en un negocio bajo el compromiso de un reparto de ganancias posterior.
Inicialmente, la commenda estuvo muy vinculada al comercio marítimo, siendo el pacto por el cual una
de las partes, el comendador o socius stans, se comprometía a aportar mercancía o dinero al
comerciante, (tractor, commendatarius) para que éste, a nombre propio, emprendiese el viaje de
negocios, repartiendo a su regreso las ganancias obtenidas de acuerdo a lo pactado. De esta manera,
la identidad del aportante de capital se mantenía en secreto y su compromiso en caso de pérdidas se
limitaba al monto aportado; el comerciante igualmente, se beneficiaba con el manejo de dinero a título
personal, el mismo que produciría ganancias como resultado de su trabajo; en caso de pérdidas, él
asumía el total de las mismas a título personal, esto es, ilimitadamente. Pero esta forma contractual
no era, todavía, una forma societaria.
La evolución de la forma contractual a la societaria, se produjo, según Roberto Mantilla, cuando el
tractator empezó a destinar sus bienes propios a los negocios que emprendía, de forma tal que se
formaba una masa patrimonial afecta a los negocios de la commenda, surgiendo así una sociedad con
existencia propia.
En cualquier caso la “societarización”de la commenda se debió, en gran medida, a las ventajas de
este contrato, que favorecieron su evolución en diversos sentidos, apareciendo por ejemplo la
commenda terrestre, bajo distintas modalidades, de acuerdo al giro del negocio, y la commenda de
dinero, cuyo aporte consistía solamente en sumas de dinero. Fue así que los rasgos del negocio
desarrollado bajo la forma de commenda se acercaron cada vez más a la forma societaria.
Isaac Halperin dice, que en el siglo XIII ya tenía los caracteres fundamentales conocidos: propiedad
del haber por la sociedad, razón social integrada por los socios administradores y responsables
solidarios por el pasivo social.
Con el correr del tiempo, su uso generalizado requirió de una normativa legal adecuada para la
protección de los terceros. La primera de estas reglas especiales habría sido, a decir de Antonio
Brunetti y de Joaquín Rodríguez, la ley florentina de 1408. Esta se dictó para corregir los
inconvenientes derivados de la responsabilidad solidaria en las compañías, razón por la cual se habría
exigido el registro de los contratos, lo que permitió conocer los aportes y la posición de los socios.
Para conseguir tales propósitos, nació la sociedad en comandita.
La publicidad del negocio comanditario surgió, para Joaquín Rodríguez, de dos circunstancias
distintas, pero igualmente válidas:
a) Nació como una necesidad para proteger a los acreedores de los abusos de los socios con las
condescendencias en caso de insolvencia, para lo que era imperioso conocer claramente la calidad
de los socios y las cuotas que cada uno se había comprometido a aportar.
b) Nació de la necesidad de presentar el contrato de commenda como un auténtico contrato de
sociedad y no como un préstamo mutuo, ya que el derecho canónico prohibía el pago de intereses.
La ley florentina de 1408 contribuyó a cimentar las bases de esta institución, señalando su separación
de la simple participación, presente en todos los negocios inspirados y derivados de la commenda.

La limitación de la responsabilidad del socio fue contemplada por la legislación continental, con lo que
se independiza la sociedad comanditaria del mero negocio de commenda, tanto en los estatutos de la
corte de los mercaderes de Lucca de 1554 como en la ley boloñesa del 28 de mayo de 1583. En
ambas se atribuye a los partícipes la condición de socios y se diferencian las distintas condiciones de
los colectivos y los comanditarios, precisándose en la ley boloñesa cuales eran las condiciones para
mantener una responsabilidad limitada de los socios.
El desarrollo legislativo de la sociedad en comandita queda plasmado en sucesivos estatutos italianos
de los siglos XVI y XVII, hasta llegar a una reglamentación integral en las Ordenanzas de Comercio
de Luís XIV de 1673, cuyos principios fueron finalmente recogidos en el Código de Comercio francés
de 1807, el cual fue posteriormente adoptado como modelo de muchas de las legislaciones sobre la
materia.

Por su parte la sociedad en comandita por acciones tiene su origen más reciente, derivado del
moderno derecho francés. En efecto, el Código de Comercio reguló de manera exclusiva la sociedad
en comandita simple, pero permitiendo que el capital quedara disminuido en acciones. De esta
manera, se dio inicio a un desarrollo legislativo específico de la sociedad en comandita por acciones,
tanto en la legislación francesa como en la italiana, cuyas características esenciales se han mantenido
hasta hoy.
2. Antecedentes históricos en el Perú

La sociedad en comandita simple tuvo origen autónomo e independiente. Lo cual obedeció una
“transformación” del antiguo “contrato de comenda” que implica la participación de un capitalista en la
especulación de un comerciante a quien se le encomiendan mercaderías para la venta, o dinero para
la compra.
Cuando esta actividad se realiza con frecuencia surge el elemento social (communis negotiatio).
Conservando el capitalista su posición original, esto limita su responsabilidad a lo aportado, quedando
como responsables sin limitación los otros socios.
La sociedad en comandita por acciones se desarrolló en Francia durante el siglo XVIII, como forma
social que permita la afluencia de grandes y pequeños capitales sin las dificultades de constitución de
la Sociedad Anónima.
Ella era así porque en materia de sociedades anónimas imperaba el régimen de la concesión por el
Estado (“OCTROI”). En tanto que la sociedad comanditaria por acciones no estaba sometida a dicha
exigencia.
Su amplia utilización durante la vigencia de los sistemas del (“OCTROI”). Obligó a que se regulara
este tipo de sociedad en los años 1856 y 1863. Finamente, fue la ley del 14 de julio de 1867 que puso
fin al apogeo de esta sociedad, pues sustituyó al régimen de autorización gubernamental por el
cumplimiento de normas legales, haciendo extensiva esta obligación a toda sociedad por acciones,
fuera anónima o comandita.
Este régimen propuso el éxito, y desarrollo de la sociedad anónima quedando muy atrás, la sociedad
en comandita por acciones.
3. Bibliografía
http://zachariel-leyes.blogspot.com/2010/07/la-sociedad-en-comandita-simple.html
http://files.uladech.edu.pe/docente/32844998/Contabilidad%20de%20Sociedades%20I/Sesi%C3%B
3n_12/Material%2006.pdf

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