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Eduardo García Máynez define el derecho real como “una facultad –correlativa de un deber general de respeto- que una persona tiene de
obtener directamente de una cosa todas o parte de las ventajas que ésta es susceptible a producir” (214). Asimismo, lo coloca en la clase de absolutos o
sea que los derechos reales son erga omnes (frente a todo el mundo). También, analiza la relación jurídica que éste impone y propone que consta de dos
elementos: el objeto del titular del derecho; el objeto del derecho. Asimismo, García Máynez sostiene que el derecho real recae sobre una cosa. Planiol,
niega que pueda existir este tipo de relaciones jurídicas entre personas y cosas y sostiene que el derecho real tiene un sujeto activo, pasivo y objeto.
Asimismo, el derecho real se dice que su objeto siempre será el de garantizar el hecho de la posesión, y es por esto que sólo puede existir sobre cosas
determinadas. Rafael Rojina Villegas también hace un apartado para estos derechos reales y establece que éste “es un poder jurídico que se ejerce en
forma directa e inmediata sobre un bien para su aprovechamiento total o parcial, siendo este poder jurídico oponible a terceros” (21). Asimismo,
expone los elementos de éstos que son: la existencia del poder jurídica; una relación directa e inmediata entre el titular y la cosa; la naturaleza
económica del poder jurídico que permite un aprovechamiento total o parcial de la misma; y la oponibilidad respecto de terceros (erga omnes). Su
objeto es, además, un bien.
Según Eduardo García Máynez el derecho de crédito es “la facultad que una persona, llamada acreedor, tiene de exigir a otra, llamada
deudor” un hecho, una abstención o la entrega de una cosa”. Asimismo, aclara que éstos son relativos. García Máynez expone la teoría de Planiol que
dice que “el derecho de crédito es una facultad correlativa de obligaciones especiales. Existe frente a uno o varios sujetos individualmente
determinados.” (211). Los objetos también difieren, ya que García Máynez aclara: “el segundo [derecho de crédito] puede recaer sobre un objeto
determinado sólo en género, no es especie” (207). Gaudemet, también mencionado en Rojina Villegas, establece que el derecho personal es una
facultad sobre los bienes y no sobre las personas o frente a ellas. Mientras que en la doctrina clásica presentada por Rafael Rojina Villegas, éstos se
definen como “una relación jurídica que otorga al acreedor la facultad de exigir del deudor una prestación o una abstención de carácter patrimonial o
moral.” Ambas definiciones se parecen en que existe la facultad de exigir al deudor. Sin embargo, difieren en el hecho de que Rojina Villegas describe
que la doctrina clásica lo ve como una “relación jurídica”. Rojina Villegas argumenta, asimismo, que entre los elementos del derecho personal (crédito)
son: una relación jurídica entre el sujeto pasivo y el activo; la facultad que nace de la relación jurídica a favor del acreedor para exigir cierta conducta
del deudor; y el objeto de esta relación jurídica consiste en una prestación o abstención de carácter patrimonial o simplemente moral. Sin embargo,
Bonnecase explica que el derecho personal no es nada más que la organización jurídica de “la prestación del servicio”. Gaudemet, por su lado,
argumenta que ahora lo que importa al acreedor es un patrimonio responsable, y no la persona del deudor. En relación al objeto, en el derecho personal
se argumenta que el objeto es universal y que al ser un patrimonio, es una universalidad jurídica (teoría Patrimonio-Personalidad). Mientras que en la
teoría objetivista se dice que el derecho personal tiene la misma naturaleza que el real.
Bonnecase establece que la preferencia en el derecho real se rige por dos principios: dentro de la misma categoría de derechos reales, el
que es primero en tiempo, es primero en derecho; y la mejor calidad del derecho real le otorga preferencia sobre derechos reales de inferior categoría,
aun cuando sean constituidos con anterioridad, asimismo, ante la igualdad de derechos reales, por ser de la misma categoría, la preferencia se establece
por tiempo. La tesis exegética también presenta a los derechos reales como “la apropiación de la riqueza”. Sin embargo, en la tesis personalista, se
afirma que el derecho real tiene la misma naturaleza que el personal, aunque presenten características específicas distintas. Según Gazi y Jallu, el
derecho real el objeto es determinado, por consiguiente, individual. Asimismo, la teoría ecléctica establece que “el derecho real es un poder jurídico
que de manera directa e inmediata ejerce una persona sobre un bien determinado, para aprovecharlo total o parcialmente, siendo oponible dicho poder a
un sujeto indeterminado, que tiene la obligación de abstenerse de perturbar al primero en el ejercicio de su derecho” (34). Esto parece formar parte de
la teoría Patrimonio-Afectación, ya que se habla de un aprovechamiento ya sea parcial o total. Asimismo, se considera que el derecho real tiene dos
manifestaciones: la relativa al poder jurídico que ejerce el titular sobre un bien determinado así como el conjunto de posibilidades normativas que el
derecho objetivo le reconoce para que pueda realizar de forma válida los actos jurídicos inherentes al aprovechamiento total o parcial del objeto
sometido a su poder, y la relación jurídica que se origina entre el titular y los terceros en general, para que estos se abstengan de perturbarlo mientras
ejercita o goza de su derecho. Ortolan y Rocco, asimismo, dicen: “el derecho real se caracteriza como la facultad jurídica de un sujeto activo para
interferir en la esfera jurídica de un derecho pasivo determinado o de un sujeto indeterminado” (38). La escuela de la exégesis (Bonnecase), establecen:
que el derecho real se caracteriza por un poder jurídico que se integra por un conjunto de posibilidades normativas para realizar actos de dominio o
administración sobre la cosa. Este poder jurídico se manifiesta en la posibilidad normativa de crear diferentes tipos de relaciones jurídicas. Por último,
se clara que en los derechos reales existe la conducta específica del sujeto pasivo, ya sea determinado o indeterminado, que constituye su objeto directo
y da paso a las obligaciones reales. También, existe la conducta jurídica del sujeto activo que se manifiesta en el conjunto de facultades jurídicas para
realizar actos de dominio o de administración sobre bienes determinados.
Ambas teorías, aunque son muy diferentes, tienen sus propios elementos e incluso se contraponen en muchos aspectos. Sin embargo,
ambas representan una forma de ver el patrimonio y los bienes. Tanto Eduardo García Máynez como Rafael Rojina Villegas hacen, en sus respectivos
libros, un análisis profundo de lo que significa cada uno. García Máynez lo aplica más a la teoría, mientras que Rojina Villegas se encarga de
profundizar en la teoría e introducir a la práctica.
Distinción entre derecho real y personal, de acuerdo con la tesis de la escuela exegética
En la exposición de esta doctrina seguiremos las ideas que Baudry-Lacantinerie, uno de los representantes más destacados de esta escuela,
desenvuelve en su Manual de Derecho Civil. Los derechos que forman el activo del patrimonio, escribe este autor, divídanse en reales y personales.
Derecho real es el que ejercitamos en forma inmediata sobre una cosa. Es una facultad en virtud de la cual aquélla nos pertenece, ya en su totalidad, ya
en ciertos respectos, según que tengamos sobre la misma un derecho de propiedad o alguno de sus desmembramientos, como las servidumbres o el
usufructo. Si analizamos la relación jurídica a que da origen un derecho real, hallaremos que consta de 2 elementos: a) el titular del derecho; b) el
objeto del derecho, la cosa sobre la cual la facultad jurídica se ejerce. La relación entre sujeto y objeto es, en este caso inmediata. El derechohabiente
puede obtener directamente de la cosa, sin necesidad de recurrir a intermediario alguno, todas o parte de las ventajas que es susceptible de producir.
El derecho real pertenece a la clase de los absolutos. La ley impone a todo el mundo la obligación de respetar su ejercicio. Pero esta
obligación negativa, es decir, el deber que todos tienen de no impedir al titular que ejercite su derecho, no merece ser tomada en cuenta, porque no es
posible estimarla pecuniariamente.
Baudry-Lacanenerie divide los reales en principales y accesorios. Los primeros tienen existencia independiente, como la propiedad o el
usufructo; los segundos sólo se conciben con un derecho principal, como la hipoteca o la prenda en relación con un derecho de crédito.
Veamos ahora en qué consiste el derecho personal. Los de esta especie manifiéstense en una relación jurídica más compleja. En ella hay 3
términos, a saber: a) el derechohabiente, a quien suele llamarse acreedor (creditor) o sujeto activo de la relación; b) el obligado, a quien se denomina
deudor (debitor) o sujeto pasivo de la misma; c) el objeto de la obligación, que consiste, ya en un hecho, ya en la prestación de una cosa, ya en una
abstención. De acuerdo con lo dicho podemos definir el derecho de crédito como la facultad en virtud de la cual una persona, llamada acreedor, puede
exigir de otra, denominada deudor, un hecho, una abstención o la entrega de una cosa.
En el caso de los derechos de crédito, la relación entre el sujeto activo y pasivo es directa; pero la que existe entre el acreedor y el objeto es
mediata o indirecta. Expresado en otro giro: el acreedor no puede obtener por sí mismo, del objeto de su derecho, las ventajas que éste implica, sino
que tiene que recurrir al deudor.
Otras de las diferencias entre las dos clases de derechos consisten en que los primeros valen erga omnes, es decir, frente a todo el mundo,
en tanto que los segundos son relativos. A la facultad jurídica del titular de un derecho de crédito corresponde en todo caso una obligación especial de
uno o más sujetos individualmente determinados. En cambio, la facultad jurídica que llamamos derecho real no es correlativa de obligaciones
especiales, sino que todas las personas, indistintamente, deben respetarla.
En lo que concierne al objeto también hay importantes diferencias entre las 2 categorías de derechos. El real recae sobre una cosa. El de
crédito puede tener como objeto la prestación de una cosa, un hecho positivo o una abstención. Además, el primero se refiere a una cosa
individualmente determinada, mientras que el segundo puede recaer sobre un objeto determinado sólo en género, no en especie.
Vittorio Polacco en su libro La dazione in pagamento, sostine que en las obligaciones, más que una voluntad vinculada a otra, existe un
vínculo entre 2 patrimonios considerados como personalidades abstractas. Un determinado patrimonio es el que debe cierta prestación a otro
determinado patrimonio, y las personas, entre las que nace el vínculo, no son más que los órganos, los representantes, por lo demás subrogables, de las
respectivas personalidades patrimoniales
Gaudemet sostiene que el derecho personal no es derecho sobre las personas o frente a ellas, sino facultad sobre los bienes. En el caso del
derecho real la facultad se ejerce exclusivamente sobre una cosa determinada, mientras que el personal recae sobre una colectividad de bienes. En
forma parecida, Gazin afirma que “el derecho real es una relación entre una persona como sujeto activo y todas las demás como sujetos pasivos. El
derecho personal es, podría decirse, un derecho real indeterminado en cuanto a objeto en que recae”. Es cierto que el deudor debe responder, con todos
sus bienes, de los compromisos que ha contraído; pero la facultad otorgada al acreedor de exigir que, en caso de incumplimiento, se haga efectivo su
crédito en el patrimonio del obligado, es distinta del derecho real. Por ello es que, para hacer efectiva la garantía, tiene el derechohabiente que recurrir a
los tribunales.
Planiol hace en los siguientes términos la crítica de las ideas de Gaudemet y de Gazin. Escribe, “Puedo concebir el cambio de personas en
una relación jurídica, sin necesidad de afirmar que la persona representa sus bienes y el deudor es el patrimonio; para ello no hace falta dejar de ver en
la obligación un vínculo jurídico entre 2 personas; basta con admitir la sustitución de un sujeto por otro, y declarar, como Salpius, que la personalidad
del deudor es indiferente, lo que hace de la deuda algo impersonal
Teoría monista de la equiparación del derecho real a un derecho personal correlativo de una obligación universal negativa. Tesis de Planiol
Según el jurista francés Marcel Planiol, todo derecho privado subjetivo es una facultad correlativa de obligaciones personales. Planiol
niega enfáticamente la posibilidad de que entre una persona y una cosa haya relaciones de carácter jurídico. Veamos en qué forma combate la teoría de
la escuela de La Exégesis: “He aquí, más o menos la definición corriente del derecho real: hay un derecho de esta clase cuando una cosa se encuentra
sometida, completa o parcialmente, al poder de una persona, en virtud de una relación inmediata, oponible a todo el mundo. Esta definición implica,
como nota esencial del derecho real, la creación de un vínculo entre un sujeto y una cosa. Con esto quiere decirse que, en todo derecho real, no hay
intermediario entre el titular de la facultad y la cosa sobre la que el derecho recae”.
En la relación jurídica en que el derecho real se manifiesta hay, como en todo vínculo de esta clase, 2 términos: el titular y todas las demás
personas, a quienes la ley impone la obligación de abstenerse de cualquier acto que impida o estorbe al derechohabiente el ejercicio de las facultades
que dispone. El derecho real es correlativo de una obligación universal y, por esto, “el propietario difiere del ladrón que, como él, se halla asimismo en
relación directa con la cosa. Mientras los obligados cumplen con su deber, La relación jurídica entre el titular y las demás personas pasa inadvertida;
pero se hace visible en el momento en que alguno de ellos molesta al derechohabiente. Éste puede, en tal hipótesis, rechazar la intromisión o el ataque,
y la razón de que esté facultado para hacerlo radica en la existencia del nexo obligatorio.
a) El derecho de crédito es una facultad correlativa de obligaciones especiales. Existe frente a uno o varios sujetos individualmente determinados. El
real, en cambio, es correlativo de una obligación universal de respeto. Expresado con otras palabras: el personal es relativo; el real es absoluto.
b) La obligación correspondiente al derecho real no implica una restricción de las facultades naturales o legales de los obligados, ni significa para
ellos un sacrificio económico. El deber correspondiente al personal, por el contrario, significa en todo caso una merma de las facultades del deudor. Se
traduce siempre en la prestación de una cosa, en un hecho positivo o en una abstención que, a diferencia del simple deber de respeto, recorta en alguna
forma los derechos del sujeto pasivo. Tal obligación, además de impedirle algo que en otro caso podría realizar, representa un valor negativo en su
patrimonio.
c) El derecho real no puede existir sino relativamente a una cosa determinada. Por lo contrario, la que forma el objeto de la prestación a que un
deudor está obligado, puede designarse señalando solamente la cantidad y naturaleza.
Tesis de Ortolan
La doctrina de Planiol es desenvolvimiento de la defendida mucho tiempo antes por Ortolan, en una obra titulada Generalización del Derecho
Romano. El citado jurista resume así las diferencias entre las 2 clases de facultades: “Todo derecho, en definitiva, si se quiere llegar hasta el fondo de
las cosas, se resume en la facultad que tiene el sujeto activo de exigir del pasivo alguna cosa: pues lo único que es posible de exigir inmediatamente de
una persona es que haga o se abstenga de hacer, es decir, una acción o una omisión. A esto se reduce todo derecho. La necesidad que tiene el sujeto
pasivo de hacer o de abstenerse, es lo que se llama en el lenguaje jurídico obligación. Todo derecho, en definitiva y sin excepción, si se quiere llegar al
fondo de las cosas, estriba en obligaciones”.
Éstas son de 2 especies: la una general, propia de todas las personas, que consiste en la necesidad que todas tienen, sin distinción, de dejar hacer al
sujeto activo del derecho, de dejarle obtener el provecho y la utilidad que su derecho le atribuye, y no oponer a ello ningún obstáculo, a quien el
derecho se atribuye; y, por otra, la masa de todos los hombres, de todas las personas obligadas a abstenerse, a dejar obrar a aquel a quien pertenece el
derecho, y a dejarle en libertad de obtener el provecho y las ventajas que le corresponden.
Pero si esta obligación general y colectiva existe en todo derecho, hay casos en que se halla sola, sin que exista otra, en que el derecho confiere al
sujeto activo la facultad de sacar directamente de una cosa una utilidad, una ventaja mayor o menor, sin otra obligación que la impuesta a todos los de
dejarle que haga, y la de que se abstengan de poner obstáculo y de turbar a los demás en su derecho.
Juicio crítico. De las teorías expuestas creemos que sólo es verdadera la de Planiol. La concepción del derecho real como vínculo jurídico entre una
persona, sujeto activo, y una cosa, objeto del derecho, es enteramente falsa. Toda relación jurídica se resuelve en facultades y deberes; por ende, una
cosa no puede formar parte de aquélla. Derechos y deberes los tienen solamente las personas. Estrictamente hablando, lo que se llama objeto de la
obligación no es la cosa que eventualmente debe ser suministrada por el deudor, sino la obligación de entregar aquélla. De manera semejante, lo que
los autores franceses denominan objeto del derecho, no es la cosa de que el titular puede disponer o disfrutar, o lo que está facultado para exigir de otra
persona; es la facultad misma, es decir, la posibilidad de hacer o no hacer lícitamente algo.
Las razones que Planiol hace valer contra la concepción tradicional de los derechos reales, son aplicables a la tesis de Gaudemet y Gazin. Estos autores
no solamente incurren en el error combatido por Planiol, sino que lo duplican. El hecho de que el deudor responda con todos sus bienes de las
obligaciones que ha contraído, no significa que los derechos correlativos sean derechos contra los bienes. La facultad del acreedor corresponde a un
deber del deudor. Y esta obligación no debe ser confundida con las garantías que la ley concede al acreedor, como tampoco debe confundirse la
facultad correlativa con el derecho que el acreedor puede ejercitar, en el supuesto de que el obligado no cumpla.
Derecho de crédito es la facultad que una persona, llamada acreedor, tiene de exigir de otra, llamada deudor, un hecho, una abstención o la entrega de
una cosa.
Derecho real es la facultad, correlativa de un deber general de respeto, que una persona tiene de obtener directamente de una cosa todas o parte de las
ventajas que ésta es susceptible de producir.
Veamos la diferencia entre los derechos reales y los personales. Los primeros son erga omnes, es decir, frente a todo el mundo, en tanto que los
segundos son relativos.
Son derechos absolutos aquellos cuyos deberes correlativos son generales o negativos; son los que se refieren a la capacidad de un individuo y a sus
cualidades personales; los que se refieren a sus relaciones de familia, aunque éstas producen también muchas obligaciones personales que ligan a los
parientes recíprocamente.
En cambio, son derechos relativos aquellos en que existe una persona especialmente obligada.
Por otro lado, los deberes pueden ser generales o positivos. Son generales cuando se refieren a los derechos correlativos, que consisten en que nadie
debe estorbar el ejercicio del derecho a quien lo tiene, porque corresponde a todos los hombres.
Son positivos los que consisten en la necesidad moral de prestar alguna cosa que tenga derecho a exigir, amén de que existe siempre una persona
especialmente obligada. Se denomina también deberes relativos.
La definición de derecho personal es muy semejante a la obligación. En efecto entendemos como obligación la relación jurídica por medio de la cual
una persona, denominada deudor, queda sujeta a otra, llamada acreedor, a dar, a un hacer o a un no hacer (que son precisamente las tres clases de
obligaciones existentes).
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[1] Citado por Eduardo García Máynez, Introducción al Estudio del derecho, Editorial Porrua, S. A. pág. 205 – 206.
Persona
Los actores del teatro antiguo usaban unas máscaras que les servían, tanto para representar la fisonomía del personaje que encarnaban, como para
aumentar el volumen de sus voces. Precisamente por esta última función, la máscara se llamaba persona -ae, o sea, cosa que suena mucho, ya que la
palabra deriva del verbo personare, que significa sonar mucho (de sonare, sonar y per, partícula que refuerza el significado). Por una figura del lenguaje
se pasó á llamar persona a los actores que usaban esas máscaras y luego el Derecho tomó la palabra para designar a quienes actúan en el mundo
jurídico.
TEORIAS DE LA PERSONALIDAD
Es decir, junto a las personas físicas existen también las personas jurídicas, que son entidades
a las que el Derecho atribuye y reconoce una personalidad jurídica propia y, en consecuencia,
capacidad para actuar como sujetos de derecho, esto es, capacidad para adquirir y poseer
bienes de todas clases, para contraer obligaciones y ejercitar acciones judiciales.
[cita requerida]
Ferrare indica que el origen de la palabra "persona" no está muy claro aún , que el
jurista romano Aulo Gelio la hace derivar del vocablo latino "personare", y que entre los latinos
su "sentido originario" fue el de máscara, que no era otra cosa que la careta que cubría la cara
de los actores cuando recitaban en escena, con el objeto de que su voz vibrara y resonara.
Más tarde pasó a designar al actor mismo, al enmascarado. También la expresión "persona
gerere, agere, sustinare", se usó para designar al actor que en el drama presentaba la parte de
alguno. Agrega Ferrare que el término pasó del lenguaje teatral a la vía real, para designar a
aquel que en la vida real representaba alguna función (gerit personam), por lo cual el término
pasó a signficar posición, función, calidad.
Finalmente, el término principió a usarse para designar el hombre mismo, "en cuanto reviste
aquel status, aquella determinada cualidad, y así se habla de persona consulis, de persona
socilis, en vez de socius, etc. ..." Pero en esta forma de coligación persona va perdiendo
gradualmente todo significado y se reduce a un simple sufijo estilístico, un rudimento sin
contenido; así se llega a ver en la persona la indicación de género, cuyo genetivo apositivo
forma la especie, y esa indicación genérica no podía ser que la de hombre. De este modo
"persona" termina por indicar independientemente el individuo humano, y este es el significado
que se hace más común y persiste hasta hoy.
Naturaleza jurídica
Teoría de la ficción
La persona jurídica corresponde a una ficción del derecho, basándose en esta teoría, es la
confirmación de un ente individual e independiente el cual genera las mismas obligaciones y
derechos que una persona natural, ahora observemos las características compartidas que
tienen estas dos figuras: estado, domicilio, nombre, capacidad y patrimonio, cuando hablamos
de la teoría de la ficcion decimos que la persona jurídica es un órgano el cual tiene la opción de
ser representado por otro o por otros, en este caso personas que sí son naturales.
Manifiesta que no es la voluntad la que permite otorgar la persona jurídica, dado que existen
seres humanos sin facultades volitivas como los recién nacidos, enajenados de voluntad e
inteligencia; si no que las personas físicas no son personas por visible, sino porque tienen de
capacidad como atributo exclusivamente creado por el derecho. Según kelsen pone en claro
que la persona como centro ideal de imputación de normas, facultades, deberes y actos
jurídicos es una entidad absolutamente independiente de realidades sensibles, bien sean
físicas, psíquicas, o sociales. Por lo que la imputación de facultades y deberes solo pueden ser
impuestas al hombre o a un grupo de hombres.
Teoría de los derechos sin sujeto.
Brinz divide los patrimonios en dos categorías: de persona e impersonales, llamados también
patrimonios afectos a un fin, o de destino. Los patrimonios de persona pertenecen a un sujeto.
Los patrimonios impersonales carecen de dueño, pero se encuentran adscritos al logro de una
finalidad determinada y gozan de garantías jurídicas especiales. Las circunstancias de que
estos no pertenezcan a una persona, no significa que no tengan derechos. Los derechos
existen pero no son de alguien, sino de algo, es decir del patrimonio. Esto explica claramente
según Brinz, la esencia de las personas colectivas. No hay en ellas un sujeto, sino un conjunto
de bienes, destinados a un fin.
Teoría de Kelsen
Kelsen niega la dualidad derecho objetivo-derecho subjetivo. Utilizando los estudios de Duguit,
pero planteando su doctrina en un terreno puramente lógico, sostiene que los derechos
subjetivos no existen sino en cuanto expresión del derecho objetivo. Si no existen derechos
subjetivos con valor propio, autónomo, tampoco debe existir el sujeto de derecho. Los derechos
subjetivos y el sujeto de derecho, o sea la persona, son conceptos auxiliares, que facilitan el
conocimiento del derecho. Persona, sea física o jurídica, es sólo la expresión unitaria
personificadora de un haz de deberes y facultades jurídicas, un complejo de normas. El hecho
de ser un centro de imputación de normas, convierte a ese centro en persona. La teoría de
Kelsen hace una critica sobre la diferencia que hacen los civilistas (persona moral y
física).Todas las personas son jurídicas. La única diferencia entre una y otra es que las
"morales" (como los civilistas las llaman) o de existencia ideal actúan como órganos, un órgano
(es la hipostasis que se hace sobre el actuar de un individuo; en el que su acto se le atribuye a
la colectividad tal que ella lo hubiera hecho). Así la persona física es individual y la de
existencia ideal colectiva. La persona esta constituida por una norma de capacidad,(imputación
central), la cual la faculta para llenar el ámbito de validez personal de una norma de imputación
periférica, así una persona, sólo es el núcleo al cual se le imputa un actuar.(Ver: Teorías de la
realidad)
Teoria de la Realidad
La teoría de la realidad surgió en el siglo XIX y XX, como reacción a la teoria de la Ficción,
como principales expositores debemos citar a los alemanes Gierke y Jellinek. Esta teoria parte
de la idea de que una persona jurídica es una realidad concreta preexistente a la voluntad de
las personas físicas. Se basa en el sustrato material que conforma a una persona jurídica, es
de carácter objetivo. La figura legal de "Persona Jurídica" existe con anterioridad a la idea de la
"Persona Física", estas últimas toman o dejan esta figura. Son un medio jurídico para facilitar y
regular las tareas entre asociaciones o sociedades y existen por si mismas, por ende son
sujeto de derecho y adquieren una capacidad independiente a la de las personas físicas que la
componen. En esta se ven 2 subclases:
Teoría organicista
Para esta teoría, las personas jurídicas no son entes artificiales creados por el Estado sino, por
el contrario, realidades vivas. Los entes colectivos son organismos sociales dotados tanto
como el ser humano de una potestad propia de querer y por ello, capaces naturalmente de ser
sujetos de derecho (Gierke). A diferencia de la teoría de la ficción, que sostenía que la
autorización estatal era creativa de la personalidad jurídica, sostiene Gierke que sólo tiene
valor declarativo. Las personas físicas que componen a la persona jurídica funcionan como
organismos de la voluntad colectiva de la persona jurídica. Es necesario que quede claro que
para esta teoría lo más importante que debe ser amparado por la ley, es esa voluntad colectiva
que surge de la asociación de las personas fisica.
Teoría de la institución
Esta teoría tiene su punto de partida en la observación de la realidad social, que demostraría
que una de las tendencias más firmes en las sociedades contemporáneas es el desarrollo de la
vida colectiva, de la vida social. El ser humano abandona todo aislamiento, porque comprende
que para realizar sus fines y para satisfacer sus necesidades de todo orden precisa unirse a
otros hombres, asociarse a ellos. Entra enseguida voluntariamente en muchas asociaciones.
En el fondo subyace siempre el ser humano, porque él es el fin de todo Derecho, pero la vida
de estas entidades está por encima de la de cada uno de sus miembros, considerados
aisladamente. La institución se define como un organismo que tiene fines de vida y medios
superiores en poder y en duración a los individuos que la componen. Comprende a la persona
jurídica bajo la idea de "empresa" en cuanto lo que importa no son en sí sus órganos, sino si se
cumple la finalidad planteada o no. La persona jurídica encuentra su justificación en el
cumplimiento de ese fin planteado.
Todas estas teorías tienen un mismo punto de partida: si bien es verdad que desde el ángulo
biológico y aun metafísico la única persona es el ser humano, desde lo jurídico se llama
persona a todo ente capaz de adquirir derechos y contraer obligaciones. Desde este punto de
vista tan persona es el hombre como los entes de existencia ideal, puesto que ambos tienen
esa capacidad. No haber advertido el significado jurídico de la palabra sería el error inicial del
planteo de la teoría de la ficción.
La diferencia que existe entre las dos personas (natural y judicial) es de varias formas por
ejemplo: la jurídica: es todo con la justicia
Las personas jurídicas nacen como consecuencia de un acto jurídico (acto de constitución),
según un sistema de mera existencia, o bien por el reconocimiento que de ellas hace una
autoridad u órgano administrativo o por concesión. En ambos casos puede existir un requisito
de publicidad, como la inscripción en un registro público.
Organismos rectores
Referencias
DUCCI, Carlos, Derecho Civil Parte General, cuarta edicición, Editorial Jurídica de
Chile, 2007.
ALESSANDRI, Arturo, et. al, Tratado de Derecho Civil. Partes Preliminar y General,
Tomo Primero, Editorial Jurídica de Chile, 1998.