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La ilusión de la mano de goma

Introducción: la ilusión de la mano de goma es bastante famosa en


psicología pues expresa el impacto que la naturaleza de las percepciones del
ser humano tiene en la configuración de la realidad. Expresa cómo existe un
“diálogo” entre nuestros múltiples sentidos y a partir del dialogo se establece
de como una persona puede ver las cosas ya que en el primer momento de la
aplicación de dicho experimento podemos sentir el dolor aun cuando no sea la
mano real. Algo importante que recalcar es que la ilusión de la mano de goma
no nos dice que nuestros sentidos nos mientan pero si nos indica que pueden
ser engañados.

Justificación: el área de asociación parietal está dedicada a procesar la


información recibida de múltiples partes del cuerpo para elaborar un “informe
consciente” de cómo está nuestro cuerpo con respecto al espacio. Debido al
experimento, en estas áreas “confluye” una información contradictoria.

Los ojos dicen que la mano está donde debe estar la mano derecha (porque ve
la de goma), pero los propioceptores informan de que está en otro lugar. A
pesar de esto, dada la importancia de la información visual para el ser humano,
“gana” la información visual, así que la sensación última que tiene nuestro
cerebro es la de que la mano de goma es la mano real porque vemos que está
siendo estimulada en el mismo sentido en que notamos que está siendo
estimulada la mano oculta aunque nuestros propioceptores informen de que
esta mano oculta está situada por debajo del nivel en el que percibimos la
mano de goma.

La creencia de que la mano de goma es nuestra es tan real que incluso cuando
el experimentador le hace ver al sujeto que va a golpear la mano de goma con
un martillo, se activa la corteza cingulada anterior del sujeto, área que tiene que
ver con el procesamiento del dolor. Incluso la sensación ha sido llevada más
allá logrando hacer creer a sujetos sanos que tenían tres brazos.

Explicación: La prueba que nos confunde consiste en lo siguiente: el


sujeto es sentado en una mesa con los ojos semitapados de modo que su
campo visual está reducido. Se le colocan los brazos sobre la mesa, pero uno
queda oculto bajo una falsa mesa que tiene una mano de goma encima, como
se muestra en la imagen, pero esto el sujeto lo desconoce. Lo que el sujeto
percibe es que sus dos manos están simplemente depositadas sobre la
mesa. Ahora comienza la ilusión: la mano de goma y la mano real son
estimuladas a la vez en el mismo punto por el experimentador, por ejemplo,
describe en ambas manos con un pincel una línea que va desde la muñeca
hasta la punta del dedo índice. Debido a esto, el sujeto empieza a percibir que
la mano de goma es su mano real. De hecho, cuando se le pide que señale con
la mano izquierda su mano derecha (considerando que en el experimento es la
derecha la que está bajo la mesa falsa), el sujeto señala de inmediato la mano
de goma.

Objetivo: entre a los objetivos al que queremos llegar es que así


como algunos sentidos están encargados de ciertas reacciones
pues también se les puede engañar mostrándoles algunos
estímulos

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