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Introducción
En la década de 1960, durante los gobiernos del Partido Nacional, se
instrumentó en Uruguay una re-organización de la estructura y el funcionamiento
de los Servicios de Inteligencia, la que se profundizará a fines de la década con
la creación de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia.
El objetivo fue lograr una mejor capacitación y eficacia para el registro de todos
los nombres, actividades y desplazamientos de las personas, organizaciones e
instituciones, fundamentalmente de izquierda.
El comunismo, el sindicalismo clasista y los “extranjeros indeseables” eran los
enemigos que había que vigilar, controlar y castigar. Se actuaba en el contexto
de la Guerra Fría.
Todavía no se había creado el Plan Cóndor pero existía una buena relación de
los Servicios de Inteligencia especialmente con los de Brasil y Argentina,
coordinación y contactos que se incentivaron luego de los golpes militares
ocurridos en esos países en 1964 y 1966.
A partir del 64 Joao Goulart, Leonel Brizola, Darcy Ribeiro y demás brasileños
exiliados pasaron a ser también uno de los centros de atención de la policía
uruguaya. La información recogida era entregada regularmente a la Embajada
del Brasil en Montevideo. Para el desarrollo de todas estas actividades se
contaba desde tiempo atrás con el apoyo de los Estados Unidos y la
participación de su Central de Inteligencia, la CIA. Oficiales de Inteligencia
uruguayos participaban en cursos en la Argentina, Brasil y en la Escuela de las
Américas. 1
Hasta mediados del siglo XX la sociedad uruguaya era una de las menos
violentas de América Latina. Sin embargo, a comienzos de la década de 1960,
1
La Escuela de las Américas estuvo situada desde 1946 a 1984 en Panamá. En ella se graduaron miles de
militares y policías provenientes de países de América Latina. Su denominación inicial fue Centro de
Entrenamiento Latinoamericano — División de Tierra siendo su cometido preparar a las naciones
latinoamericanas para ―cooperar‖ con los Estados Unidos contrarrestando la influencia creciente de
organizaciones populares y movimientos sociales, en el nuevo marco internacional de la Guerra Fría. En
1950 se renombró como Escuela del Caribe del Ejército de los Estados Unidos y se trasladó a Fort Gulick,
también en Panamá, adoptando el español como idioma oficial de la academia. En julio de 1963 fue
reorganizada pasando a llamarse United States Army School of the Américas (USARSA), siendo conocida
popularmente como Escuela de las Américas. Sus cursos o entrenamientos incluían técnicas de
contrainsurgencia, operaciones de comando, tácticas de interrogatorio, práctica de torturas etc. que cobraron
estado público al desclasificarse algunos de sus manuales. En 1976 el gobierno de Jimmy Carter suspendió
sus actividades y en el marco de los tratados Torrijos-Carter aceptó retirarla del territorio panameño
reubicándola en Fort Benning, Georgia, EEUU. Los entrenamientos en la Escuela se reiniciaron en 1984
durante la administración Reagan. Las fuertes críticas sobre las prácticas desarrolladas en esta institución
condujeron al gobierno de Bill Clinton a cerrarla en el 2000. El 17 de enero del 2001 se inauguró una nueva,
bajo el nombre de Instituto de Defensa para la Cooperación de Seguridad Hemisférica, considerada heredera
directa de la Escuela de las Américas..
1
cuando aún no se había desarrollado la guerrilla de izquierda, hubo acciones de
violencia política protagonizadas por los activos grupos de choque de la derecha.
En su momento se denunciaron los fuertes vínculos de las bandas derechistas
explosivas con dirigentes como el senador blanco Eduardo Bottinelli y la Liga
Federal Ruralista, liderada por Benito Nardone y sectores colorados de la lista
14. 2
Se produjeron atentados contra la Universidad de la República, diarios,
editoriales, abogados, intelectuales, militantes y locales de sectores de izquierda
e integrantes de la colectividad judía. Muchos de estos atentados nunca fueron
debidamente aclarados, pese a las evidencias y denuncias formuladas contra
entidades y activistas de grupos de la derecha violenta.
2
Según la desclasificación de archivos realizada por Clara Aldrighi en los Estados Unidos, ―Hasta 1963
Benito Nardone habría sido el más importante agente de las operaciones políticas anticomunistas de la CIA
en Montevideo, a través de la Liga de Acción Ruralista...‖. (ALDRIGHI, Clara, Operaciones encubiertas,
espionaje y manipulación política. La estación montevideana de la CIA, Brecha, Suplemento La Lupa,
Montevideo, 25 de Noviembre del 2005); BUCHELI, Gabriel, Los inicios. Rastreando los orígenes de la
violencia política en el Uruguay de los 60, en Cuadernos de la Banda Oriental, 1968 Uruguay 1985.
Testimonios, entrevistas, documentos e imágenes inéditas del Uruguay autoritario, Montevideo, 2008, p.82.
2
La temática del proyecto en el que estamos trabajando3 nos exige, para el
período parcial que estamos eligiendo, los años sesenta, plantearnos una serie
de interrogantes e hipótesis de trabajo.
¿Cómo eran el mundo y “nuestra América” cuando ya habían pasado los
primeros quince años posteriores a la Segunda Guerra Mundial?
¿Cuál era la realidad material de nuestro país cuando se escaparon las ventajas
comparativas propias y recibidas del contexto internacional de la conflagración
mundial y del enfrentamiento bélico en Corea, con sus incesantes reclamos de
materias primas -especialmente alimentos- de los que éramos privilegiados
productores?
¿Qué respuestas políticas se daban los uruguayos luego del desarrollo, auge y
caída del neo batllismo tan emparentado con los tiempos del “como el Uruguay
no hay”, las vacas gordas, el rol de acreedor de Inglaterra, el de los éxitos
deportivos?
¿Qué fenómenos tan significativos cambiaban a los partidos tradicionales en el
poder haciendo que el “partido del Estado” como se mencionó alguna vez al
Colorado, fuera derrotado en las urnas por el Nacional – Blanco?
¿Qué nuevas alianzas sociales y económicas estaban expresándose en esa
alternancia en el poder político luego de 90 años de monopolio colorado?
¿Cómo se estaban gestando energías importantes a nivel de los trabajadores
organizados que culminarían en el salto cualitativo de la creación de la
Convención Nacional de Trabajadores?
¿Qué acumulación trascendente de fuerzas en la sociedad había conducido a
los triunfos universitarios del año 1958 con la consagración de la Ley Orgánica y
cómo se proyectaría esa realidad a lo largo del tiempo inmediato venidero?
Las interrogantes mencionadas son apenas ejemplos del trabajo a encarar
cuando intentamos avanzar en un proyecto de investigación como el que hemos
comenzado.
Las preguntas podrían continuarse planteando, sobre la base de ir ajustando y
precisando el ángulo de mira.
¿Dónde estaban ocultas, agazapadas, potencialmente activas, las fuerzas que
gestaron la ruptura institucional de 1973?
¿En qué recóndito lugar del Uruguay tolerante, laico, democrático y liberal
estaban escondidas las fuerzas que dieron vida al terrorismo de Estado, a la
tortura y el homicidio como tareas estatales para “civilizar” a una sociedad dentro
de determinados miedos, límites infranqueables, fronteras inamovibles?
¿En qué guarida del Uruguay orgulloso de su educación, de sus exponentes
culturales destacados a nivel del mundo, estaba la reserva de la barbarie?
La temática particularmente acotada de este trabajo se inscribe dentro de esa
mirada general.
3
Las derechas en el Uruguay, pensamiento y acción (1930 – 2000)
4
La ―teoría de los dos demonios‖ no es sin embargo, original del Uruguay. Su uso generalizado se dio en la
Argentina de la post dictadura y sirvió como marco ideológico de las Leyes de Obediencia Debida y Punto
Final. De acuerdo con ella la represión emprendida por la dictadura militar no puede ser analizada sin
considerar también el accionar de los grupos de guerrilla urbana, que actuaron incluso en el período de María
Estela Martínez de Perón. El prólogo de “Nunca más” se iniciaba diciendo ―Durante la década del 70
3
explicación cardinal de la vida de los uruguayos durante el período que se
iniciaba en 1960 y se clausuraba en 1984/1985 con el fin de la dictadura.
Políticos, periodistas, novelistas históricos, desde centros de poder con
capacidad de irradiación hacia la opinión pública, en forma sistemática,
ordenada, repetida y perseverante han contado a los uruguayos un relato de los
hechos tendencioso y profundamente deformado carente de todo intento serio
de búsqueda de la verdad histórica.
El Uruguay de los años sesenta habría sido una especie de paraíso, donde la
población vivía en armonía, donde no había diferencias raciales y las sociales
estaban tan amortiguadas que no pesaban; la corrupción era mínima, el
ascenso social posible, la educación accesible a todos, los partidos políticos
actuaban de mediadores de los escasos conflictos sociales.
En esta pequeña Arcadia, suerte de ínsula en un continente marcado por las
desigualdades, en esta tacita de plata, Atenas o Suiza de América, la irrupción
armada de un grupo de izquierda, inspirado en la revolución cubana, desordenó
las cosas.
En algún momento el Estado uruguayo reaccionó y puso a las fuerzas armadas
en la calle a combatir con los guerrilleros. Así fue que llegaron todas las
desgracias.
Con desatención, ignorancia calificada o intenciones de compleja calificación,
se dijo que el problema nacional fue la presencia de “dos bandos”: los que
alteraron el orden y aquellos que –en nombre del Estado- lo restablecieron,
cometiendo luego –estos últimos- el desliz de apropiarse del poder durante más
de una década.
La versión nacional de los “dos demonios” donde la sociedad aparece como
víctima del ataque de dos fuerzas antagónicas establece una secuencia
cronológica: primero la acción de la subversión, después la reacción militar y en
última instancia la consecuencia no deseada y final del golpe de Estado. Así, se
ha señalado “¿...qué habría sido de nuestra patria si no hubieran intervenido
eficazmente las fuerzas armadas y la institución policial en forma conjunta, para
evitar que la insurgencia lograra su objetivo de alcanzar el poder por las armas?
¿Cómo estaría actualmente nuestra patria si estos iluminados adoctrinados en
el exterior, no hubieren interrumpido violentamente como lo hicieron en la
década de los sesenta? Las respuestas quedan a cargo de cada ciudadano de
este país, pero sí debe reconocerse que aquellos son los absolutos
responsables de los primeros atentados, secuestros y asesinatos y que de no
haber sido por su demencial irrupción revolucionaria, no hubieran existido
presos, represión, muertos ni desaparecidos.”5
Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema
izquierda‖, texto que con el tiempo se convirtiera en uno de los documentos característicos de la referida
teoría. A propósito del trigésimo aniversario del golpe de Estado de 1976, la Secretaría de Derechos
Humanos decidió reeditar el libro de mayor difusión sobre los crímenes de la dictadura argentina. Pero esta
vez tuvo una nueva introducción, que no reemplazó sino que se agregó a la anterior. El nuevo texto dice: ―Es
preciso dejar claramente establecido – porque lo requiere la construcción del futuro sobre bases firmes – que
es inaceptable pretender justificar el terrorismo de Estado como una suerte de juego de violencias
contrapuestas, como si fuera posible buscar una simetría justificadora en la acción de particulares frente al
apartamiento de los fines propios de la Nación y del Estado que son irrenunciables‖ (Comisión Nacional
sobre la Desaparición de Personas – Informe – Nunca más, Buenos Aires, Eudeba, 1984)
5
Discurso del Teniente General Raúl Mermot en el acto del Día de los caídos en defensa de las instituciones,
Radio El Espectador.com, del 15 de abril del 2008.
4
Militares, pero también personalidades de la política avalaron y defendieron,
con matices y claroscuros, la misma idea. Se afirmó entonces que “...la
dictadura se estableció por la ambición de poder de jefes militares que no
creían en la democracia. Ello no hubiera ocurrido sin el previo alzamiento de los
tupamaros –1963- contra los gobiernos democráticos de aquella época. Desde
entonces, se declararon guerrilleros y utilizaron la lucha armada, desde la
clandestinidad, para derrocar a las autoridades. Cometieron muchos delitos
violentos: robos de armas, rapiñas a bancos para financiar sus actividades,
secuestros y crímenes” 6
Recientemente, otro protagonista de primera línea de la política uruguaya
aseveró que “...la irrupción de la violencia política como método revolucionario
pasó a ser protagónicamente desestabilizadora. Sin la salida de las Fuerzas
Armadas al escenario de combate,..., nada es comprensible y ese paso sólo se
explica por la acción guerrillera, causa precipitante de la caída institucional.(...)
No puede simplificarse la interpretación afirmando que el MLN fue el
responsable exclusivo de todo el descalabro institucional, pero tampoco nadie
puede negar, de buena fe, que si se extrae del relato su irrupción violenta, todo
queda sin explicación. (...) A la inversa, tampoco es posible afirmar que el golpe
de Estado fue pura y simplemente el arrebato ambicioso de un grupo de
generales azuzados desde los Estados Unidos. Los hechos, sin embargo,
carecerían de explicación si no se advirtiera el protagonismo de ciertos núcleos
militares decididos a arrastrar la situación al trágico desenlace que tuvo. (...)
Se puede discutir hasta el infinito de quién es mayor la responsabilidad: hay
uno que empezó desde la sombra y otro que fue llamado a actuar por las
instituciones legítimas; hay uno que actuó por su convicción ideológica y otro
que entró en escena obligado por su responsabilidad; hay quien, por ser
Estado, tenía que responder estrictamente a su legalidad y la violó, mientras el
otro no estaba atado a nada porque su razón de ser, justamente, era derrumbar
el Estado de derecho”7
En este caso resulta interesante apuntar que en otra parte de su trabajo el autor
revisa la atribución de las principales responsabilidades al movimiento
tupamaro y hace compartir las mismas a los trabajadores organizados en el
movimiento sindical. “...si bien nunca pensamos que el golpe de Estado era
exclusiva consecuencia de la irrupción guerrillera, aun cuando considerábamos
que era la principal, al poner los hechos ante los mecanismos de la prueba –en
un sentido jurídico- nos encontramos con que la desestabilización política tuvo,
en igual grado, un ingrediente insoslayable en la acción sindical.(...) La
circunstancia de que la violencia política fuera ilícita desde el principio y la
protesta de los gremios un derecho, que aquella tuviera una finalidad
explícitamente revolucionaria y la segunda una intención más compleja, no nos
permitía ver, como ahora, su contribución decisiva al clima de desestabilización
que terminó con las instituciones democráticas”. 8
6
AGUIRRE RAMIREZ, Gonzalo. Causas de la dictadura, Editorial del diario El País del 18 de setiembre
del 2006.
7
SANGUINETTI, Julio María, La agonía de una democracia. Proceso de la caída de las instituciones en
el Uruguay (1963-1973), Montevideo, Taurus, 2008, pp.371-372.
8
Ibídem, p.16.
5
Los demonios mutantes
El rastreo de la formulación de la teoría de los dos demonios permite afirmar
que su explicitación como intento de explicación del golpe de Estado y también
del origen de la violencia en nuestro país fue tardía.
Dicha teoría era imposible de sostener en 1973.
Bordaberry no la mencionaba como explicación en su discurso televisivo del 27
de junio ni tampoco lo hacían las organizaciones populares y políticas que
plantearon la resistencia.
Las razones son obvias: la guerrilla estaba desmantelada cuando se produjo el
golpe y eso era un hecho notorio en la sociedad y reconocido por las Fuerzas
Armadas.
Así, ocurrido el golpe, los sectores políticos que publicaron su rechazo (Frente
Amplio, Movimiento de Rocha y Por la Patria del Partido Nacional y Lista 15 del
Partido Colorado) no hicieron referencia alguna a la existencia de un
movimiento subversivo. Vale mencionar que el Dr. Julio María Sanguinetti
relatando en el diario bonaerense La Opinión el proceso que había culminado
en el golpe de Estado ponía énfasis en el rol de Juan María Bordaberry
afirmando que el presidente-dictador “...no fue conducido por los militares,
como se ha dicho en más de un lado; en esta etapa, él mismo los ha guiado
hasta allí”9
La teoría que examinamos era funcional a la Doctrina de la Seguridad Nacional
que plantea la existencia de una guerra permanente que se desarrolla en el
seno de la sociedad y enfrenta por un lado a las fuerzas de la “antipatria”
impulsadas por el marxismo internacional y por otro, a las Fuerzas Armadas,
encarnación del “ser nacional”.
En dicha concepción la guerra es infinita, permanente y nunca culmina pues se
realiza a escala mundial y la derrota del marxismo doméstico es solo
momentánea. Las publicaciones de la Junta de Comandantes en Jefe (La
subversión y Testimonio de una nación agredida) establecían explícitamente la
vinculación entre la guerrilla, la acción de los partidos políticos y el golpe de
Estado siendo éste el resultado de la debilidad, la corrupción o la complicidad
de los dirigentes políticos con el brote sedicioso.
Naturalmente esta explicación era inaceptable para las dirigencias de los
partidos.
Sin embargo, la teoría terminó siendo exculpadora.
A medida que se fue procesando la apertura política, y con ella el discurso
donde todos los sectores civiles eran igualmente opositores –aunque en
algunos casos su llegada a las filas de la resistencia fuera extremadamente
morosa- la teoría de los demonios comenzó a llenar un vacío en la medida que
volcaba la responsabilidad de la ruptura institucional del 73 sobre dos agentes
autónomos y presentaba a los políticos como imposibilitados de realizar
acciones.
Principalmente, facilitó la descarga de responsabilidades de los sectores más
conservadores, mayoritarios en el gobierno hasta la disolución del Parlamento y
responsables por acción u omisión de toda la transferencia de atribuciones
realizadas desde el poder civil a los militares. Incluso se ha señalado que la
9
DEMASI, Carlos, Un repaso a la teoría de los dos demonios en Marchesi, Aldo y otros (compiladores),
El presente de la dictadura, Montevideo, Trilce, 2004, pp.67-69.
6
instalación de la teoría de los dos demonios cobró peso durante el debate sobre
amnistía, especialmente con la que benefició a los militares.10
Algunos ámbitos académicos también han sido lugar propicio para gestar
aportes que defienden como marco explicativo la teoría en cuestión poniendo
énfasis en una suerte de conspiración internacional para comprender el golpe
de Estado. Por ejemplo, Germán Rama describió una sociedad “hiperintegrada”
con un elenco político que se limitó a gestionar las demandas sociales al precio
de quedar atrapado en el estancamiento y donde los elementos disruptivos que
explican el golpe de Estado serían externos: “La primera ideología proveniente
del ámbito internacional era la acción foquista, alimentada en la experiencia
cubana y latinoamericana..., la segunda era la doctrina de la seguridad nacional
y de la guerra interior, aprendida –junto a sus metodologías- en los centros de
formación de los Estados Unidos, por los militares uruguayos que acudieron
masivamente a ellos en los años previos al golpe militar”. 11
Pese a la reiteración de la teoría de los dos demonios, los estudios más
recientes están afirmando-ratificando su falsedad y descubriendo un panorama
especialmente diverso en forma y en sustancia y por ello más complejo.
Investigaciones que están viendo la luz en los días en que estamos
completando este artículo nos dicen que “el objetivo de la dictadura fue toda la
población, la vigilancia, el disciplinamiento..., tuvo como objetivo desmantelar la
oposición, pero tuvo uno a largo plazo que tiene que ver con la reestructura de
las relaciones sociales, de las normas de convivencia, de la instalación de
formas de inseguridad, de desconfianza. (...)
En la discusión en democracia sobre la dictadura, el relato fue reconstruido
sobre la base de culpables. Hubo un relato hegemónico durante años que
explicaba que llegamos a la dictadura por el accionar de fuerzas de izquierda
que cuestionaron el orden y hubo una respuesta que traspasó los límites. (...)
En ese discurso la dictadura surge por la acción alocada de unos que desafían
el orden y otros que van más allá de su fin específico en la represión. Es la
teoría de los dos demonios. Esta investigación demuestra que eso no fue lo que
ocurrió”12
Todo tiende a indicar que la teoría de los “dos demonios” comienza a vivir su
declinación como teoría hegemónica. Los trabajos provenientes de la ciencia
histórica e incluso los avances registrados a nivel institucional, en la condena al
terrorismo de Estado y en el reconocimiento de su aplicación por el Estado
uruguayo que se evidencian por ejemplo, en el informe final de la Comisión
para la Paz parecen marcarlo.13
10
Ibídem, pp.70 -72
11
RAMA, Germán, La democracia en Uruguay, cit DEMASI, Carlos, Ibídem, p.71.
12
RICO, Álvaro, Declaraciones en el diario La República del 20 de marzo del 2009, relativas al trabajo
Investigación histórica sobre la dictadura y terrorismo de Estado en el Uruguay (1973-1985) presentado
al público el 23 de marzo del 2009.
13
Ver Informe final de la Comisión para la Paz. Presidencia de la República Oriental del Uruguay 10 de abril
del 2003 donde se señala la condena al terrorismo de Estado y el reconocimiento de su uso por el Estado
uruguayo así como, la constatación que los antecedentes de las personas fallecidas, evidencian que la enorme
mayoría de ellas no participaba de actos de violencia ni estaba vinculada a organizaciones subversivas que
por otra parte se reconoce que habían sido derrotadas, desmanteladas y sus integrantes presos.
http://www.presidencia.gub.uy/noticias/arhivo/2003/abril/2003041001.htm.
7
El final del neobatllismo
14
La afirmación fue hecha por Luis Batlle Berres a un joven y destacado político que se encontraba en París
cuando se realizó el plebiscito que consagró constitucionalmente el régimen colegiado para el Poder
Ejecutivo (Consejo Nacional de Gobierno), el 16 de diciembre de 1951. Ver D’ ELIA, Germán, El Uruguay
Neo Batllista 1946 – 1958, Montevideo, Ediciones Banda Oriental, 1986, p.110.
15
D’ELIA, Germán, El Uruguay neobatllista 1946 –1958, ob.cit, p.78.
16
Durante el conflicto de los trabajadores del transporte, gremios solidarios respondieron a las Medidas
Prontas de Seguridad con una huelga de protesta lo que determinó el traslado de varios cientos de dirigentes
sindicales a cuarteles del Interior. Ver RODRÍGUEZ, Héctor. Unidad Sindical y Huelga General,
Montevideo, CUI, 1985, p.16.
8
La exteriorización de la crisis generó un deterioro cada vez mayor del salario real
y un desmejoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora.
Fue a partir de esa época que los EEUU comenzaron a desarrollar una política
más agresiva en América Latina, después de haber volcado entre 1945 y 1955
sus esfuerzos a fortalecer a sus aliados europeos y reconvertir su propia
industria.
En la nueva coyuntura, EEUU buscó reactivar y consolidar su liderazgo en la
región lo que constituye un elemento fundamental de análisis para comprender
el período. El triunfo del Partido Nacional de la mano de la alianza herrero-
ruralista, significó un fuerte viraje en la concepción económica: se abandonaron
las prácticas del dirigismo estatal siendo sustituidas por un proyecto de corte
neoliberal basado en la liberalización de las relaciones económicas y sociales.
La crisis como telón de fondo de los cambios en el elenco de gobierno había
empezado a mostrar su perfil a mediados de la década del 50: estancamiento
económico que involucró a los sectores ganadero, industrial y agrícola, de los
servicios, el comercio, los transportes; inflación, fuga de capitales, actividades
financieras netamente especulativas.
La Reforma Monetaria y Cambiaria de 1959, liderada por el Ministro de
Economía Juan Eduardo Azzini, fue el buque insignia de la nueva orientación.
Esta normativa coincidía con las políticas que en la época promovía el Fondo
Monetario Internacional con el cual se firmó en 1960 la primera “Carta de
intenciones”.
En el sistema político las transformaciones y realineamientos internos marcaron
la búsqueda de respuestas a la crisis destacándose las operadas al interior del
Partido Nacional donde en 1956 se constituyó la Unión Blanca Democrática,
sector liderado por Fernández Crespo mientras el sector herrerista se aliaba con
el ruralismo de Benito Nardone, proceso este último, clave para entender la
victoria blanca del 58.
Los orígenes del movimiento ruralista se remontan a la década de los 40 cuando
desde CX 4 Radio Rural -propiedad de Domingo Bordaberry- Nardone comenzó
a ganar popularidad entre las capas medias rurales. Su prédica inicialmente
gremial se fue transformando, promoviendo una fuerte campaña anticomunista
que incluso alcanzó visos virulentos contra el neobatllismo al que acusó de
“comunismo chapa 15”.
Los cambios operados en su posición lo acercaron a Herrera dando lugar a la
mencionada alianza.
La década de los 60 registraría asimismo cambios sustanciales en las Fuerzas
Armadas uruguayas. Vinculadas desde mucho tiempo atrás al Partido Colorado,
sintieron los efectos del triunfo nacionalista. Su tradicional sujeción a las
autoridades de gobierno, su posición legalista o civilista fue tiñéndose con una
concepción ambientada por las nuevas ideas sobre el papel de los ejércitos que
impulsaba EEUU. 17
Muchos integrantes del colectivo armado recibieron cursos de capacitación
signados por un fuerte contenido ideológico en academias de EEUU y Panamá.
En el marco de la Guerra Fría la estrategia regional de la potencia a través de lo
que sería la Doctrina de la Seguridad Nacional, atribuyó a los militares el papel
de custodios de la “sociedad occidental” y sus “valores tradicionales” impulsando
su “misión” de activo protagonista en el mantenimiento del orden interno.
17
Sobre el tema puede consultarse LÓPEZ CHIRICO, Selva. Estado y Fuerzas Armadas en el Uruguay
del siglo XX, Montevideo, Ediciones Banda Oriental, 1985.
9
Dicha doctrina identificó a los “enemigos internos” como “la subversión”,
incluyendo en este ambiguo término a todo activismo social y a cualquier tipo de
disenso. Las fuerzas armadas fueron adquiriendo un papel cada vez más
relevante en el plano político. Resulta interesante señalar su temprana
intervención en la represión de conflictos obreros.18
Los aspectos reseñados en forma sucinta constituyen el marco imprescindible
para comprender el origen de la violencia en el Uruguay. Sin tener en
consideración estos datos que dan cuenta de la crisis económica y social que
alcanzó al país y del contexto internacional, resulta imposible ensayar una
explicación de los hechos que nos ocupan.
Cambios políticos y
“servicios de inteligencia” reestructurados
Antecedentes
La actuación de los Servicios de Inteligencia, en el fichaje y control de
sindicalistas, intelectuales y militantes de izquierda, se desarrolló en nuestro país
a partir del último cuarto del siglo XIX cuando la “cuestión social” cobró cierta
importancia.
Como consecuencia de la aprobación por el Congreso argentino de la Ley de
Residencia en 1902 muchos extranjeros “agitadores” se trasladaron a Uruguay
donde fueron sometidos a la vigilancia de los Servicios de Inteligencia que
pasaban y recibían información desde y a, sus colegas de la otra orilla del Plata.
Difícil fue la actuación para los integrantes de las Sociedades de Resistencia
(sindicatos de trabajadores) y de la Federación Obrera Regional Uruguaya
(FORU) durante el gobierno del doctor Claudio Williman (1907-1911).
La acción de control e infiltración de los sindicatos se instrumentó desde el
Departamento de Orden Social de la Policía de Montevideo a cargo del coronel
Guillermo West, destacado miembro de la industria de la construcción.
El coronel West, con el apoyo del doctor Williman, desarrolló una importante
acción de vigilancia y represión de los sindicatos. A través de diversas
ordenanzas la policía prohibió el reparto de volantes y la realización de
asambleas y, en cada conflicto, fomentó y sostuvo la acción de los “carneros” y
del personal contratado como “rompehuelgas”.
Tal fue el desprestigio del coronel West, entre los sectores de trabajadores,
intelectuales y dirigentes políticos de la izquierda y batllistas, que a las pocas
semanas de haber asumido José Batlle y Ordóñez su segunda presidencia, el 23
de marzo de 1911, el ministro del Interior Pedro Manini Ríos disolvió la “Policía
Social” y pasó a cumplir sus funciones la Policía de Investigaciones. Pero
obviamente las tareas de infiltración de los gremios, búsqueda y contratación
paga de informantes continuaron a ritmo intenso.19
Uno de los casos más significativos en el Novecientos, fue el del inmigrante
catalán Francisco Corney, que se desvinculó del anarquismo y del Consejo de la
Federación Obrera y se integró al Partido Colorado desarrollando durante años
tareas de “informante” del jefe político y de policía de Montevideo, Virgilio
18
Por ejemplo: en agosto de 1959 se produce la ocupación militar de UTE para restablecer los servicios de
energía eléctrica interrumpidos por la huelga; en febrero de 1963 vuelven a ocupar las centrales eléctricas
ante un nuevo conflicto en el ente.
19
RODRÍGUEZ, Universindo. Los sectores populares en el Uruguay del Novecientos. Primera parte
(1907-1911), Montevideo, Editorial Compañero, 1989.
10
Sampognaro. 20 Corney mantuvo una intensa comunicación con Sampognaro
alertando a Iralur, Jefe de Investigaciones de la Policía, sobre las repercusiones
en nuestro país, en filas anarquistas y socialistas, de la Revolución Rusa de
1917.
A partir de esos datos los Servicios de Inteligencia montaron un dispositivo de
vigilancia y control de los trabajadores extranjeros, sobre todo aquellos de origen
ruso sindicados como sospechosos de mantener vínculos con los bolcheviques y
ser promotores de supuestos “planes maximalistas” para desestabilizar el
Uruguay.
El perfeccionamiento del accionar de los Servicios de Inteligencia fue
avanzando. La coordinación con la Policía Federal Argentina, para el intercambio
de información, detención y extradición de “indeseables” se profundizó con la
instauración de las dictaduras del doctor Gabriel Terra y del general José Félix
Uriburu y la aprobación de una legislación que permitió la expulsión de
extranjeros “agitadores” que perturbaran el orden social establecido. La
detención y entrega por parte de la policía uruguaya en el puerto de Montevideo,
el 4 de marzo de 1937 - al recobrar la libertad luego de estar 6 años presos en el
Penal de Punta Carretas - de Miguel Arcángel Roscigna, Fernando Malvicini,
José Manuel Paz Alcalde y Andrés Vázquez Paredes al Departamento de Orden
Social de la policía argentina dirigido por el comisario Fernández Bazán, es un
trágico ejemplo de la coordinación de los servicios.
Al respecto Gonzalo Fernández señala:”…no hay tumba para Roscigna,
Malvicini y Vázquez Platero, que mueren ignorando su ingrata condición de
precursores. Ellos inauguran la desaparición forzada, ahogados en el río (de la
Plata), en el misterio de las aguas dormidas de espaldas al aire sucio de la
ciudad”. 21
Por su parte el historiador Rodolfo Porrini destaca la aprobación en la década de
1930 de una legislación tendiente a reglamentar el ingreso de inmigrantes con
“ideologías revolucionarias” y “prácticas violentas”: leyes del 19 de julio de 1932
y del 13 de octubre de 1936; Decretos del 1º de marzo de 1934 y del 23 de
noviembre de 1937. 22
Una mayor jerarquización de las tareas de inteligencia se concretó en 1947 con
la creación del Servicio de Inteligencia y Enlace, durante la jefatura de la Policía
de Montevideo a cargo del coronel Alberto Fajardo.
Uno de los cometidos de este Servicio expresamente señalado en el Boletín de
Órdenes Diarias Nº 1731, del 19 de setiembre de 1947, Artículo 5º. Inc. 2do, es
intervenir en los “conflictos obreros” y “controlar a) huelgas y b) actos públicos”.
23
20
Las informaciones a los servicios de Inteligencia de Francisco Corney sobre las actividades de los
dirigentes sindicales entre los años 1915 y 1919 están en el Archivo General de la Nación. Archivos
Particulares, Virgilio Sampognaro, Caja 216, Carpetas 20-23.
21
FERNANDEZ, Gonzalo D., Historia de Bandidos. Del “Cambio Messina” a la Carbonería “El Buen
Trato”. Crónica del asalto y la fuga, Montevideo, Fundación de Cultura Universitaria, 1993, p.332.
José Manuel Paz se salvó de integrar la primera tanda de desaparecidos porque luego de ser interrogado y
golpeado en el Departamento Central de la Policía Federal fue llevado por otra causa a la ciudad de Córdoba.
(Ibídem, p.330).
22
PORRINI, Rodolfo, La nueva clase trabajadora uruguaya (1940-1950), Montevideo, Universidad de la
República. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 2005, pp.130-131.
23
Policía de Montevideo. Dirección de Investigaciones. Departamento de Inteligencia y Enlace. Asunto Rev.
2000 Nº 001 Caja 1. Carpeta 26: Necesidades y funcionamiento. Cometidos Específicos. Competencia en
materia gremial. Comisario Alejandro Otero, Jefe del Departamento, Montevideo, 19 de agosto de 1964.
11
A partir de entonces el Servicio de Inteligencia de la Policía de Montevideo, con
jurisdicción nacional, prestó especial atención al desarrollo de la acción sindical y
destacó para ello a oficiales y personal sub alterno con la finalidad de actualizar
los ficheros, realizar una mejor vigilancia y control de los gremios de
trabajadores y de los dirigentes sindicales y estudiantiles.
Con el correr de los años y hasta mediados de la década de 1970, uno de los
oficiales que más se especializó en la cuestión gremial fue el comisario José
Luis Tellechea que acostumbraba ir a las manifestaciones, interrogar a
sindicalistas en su despacho y entrar a los locales sindicales.24
Un testimonio calificado
Uno de los oficiales de carrera que se vinculó a la nueva estructura de la Policía
de Montevideo fue Alejandro Otero. “Yamandú Castro indica a Aguerrondo una
serie de oficiales que él creía que eran blancos, como en mi caso. Él creía que
yo era blanco, aunque nunca en la vida habíamos hablado de política. Voy a
24
La información surge de varios testimonios de militantes sindicales entre los que mencionamos a Luis
Iguiní, Antonio Marotta, Wladimir Turiansky, Eduardo Platero.
25
Tiempo después, en agosto de 1964, Mario Aguerrondo fundó la Logia ―Tenientes de Artigas‖.
12
verlo y le caigo bien a Aguerrondo que nos beca junto a los oficiales ayudantes
de primera clase Cándido Jaureguizar y Toribio Chávez Olano a unos cursos en
la Argentina. Fuimos a la división de Inteligencia Política Argentina (DIPA), que
dependía de la Policía Federal a hacer un curso de los que posteriormente se
llamaron de Inteligencia. En realidad hacíamos un curso de sabotaje, espionaje,
tinta invisible, fotografía, etc. Ese curso me sirvió de mucho. Estuvimos un año
estudiando y compitiendo con oficiales argentinos.…”. 26 Al regresar, Otero
participó en diversos cursos y concursos. Ascendió a comisario y poco después
asumió la jefatura del Servicio de Inteligencia y Enlace, de la Dirección de
Investigaciones. 27 Su relación con el coronel Aguerrondo fue excelente. El
comisario lo reconoce con satisfacción: “Aguerrondo fue el hombre que más
trabajó conmigo. Le puse a mi hijo Mario Alejandro, como gentileza por las
atenciones que tuvo conmigo. Yo era el único oficial que entraba a su despacho
nada más que golpeando la puerta. Los demás directores no entraban así no
más. Eso motivó que me identificaran como el „director chico‟. Aguerrondo me
tenía una fe, una confianza, 100 por ciento en lo que hacía”.
Uno de los objetivos de Inteligencia y Enlace en relación a los sindicatos fue el
mejoramiento de los archivos. Otero resalta que tuvo mucho que ver con este
logro: “La función mía, como Comisario Jefe, significó un vuelco total en cuanto
al ejercicio de la actividad de los funcionarios de Inteligencia. Se abandonaron
las investigaciones sobre la vida privada de los funcionarios. Eso no iba más.
Que se investigara por donde correspondiera. Se comenzó, a considerar
muchísimo todo el aspecto gremial y, fundamentalmente, todo lo que era la
actividad sindical del Partido Comunista, que era el partido de izquierda más
importante en esos momentos.”
Otero señaló que los ficheros eran muy antiguos y destacó su papel en la
actualización de los mismos.
“Mi participación en algunos conflictos como los de UTE y Correo, a comienzos
de los 60, fue fundamental. En el Correo hubo una paralización de actividades.
Algunos funcionarios pararon y otros no. La policía es llamada a intervenir. Yo
dirijo el operativo. En ese conflicto aprendí mucho. Cuando se levanta el conflicto
26
El testimonio del Comisario Alejandro Otero Campaña fue recogido por Universindo Rodríguez en dos
entrevistas realizadas en abril de 2006.
Alejandro Otero, es uno de los pocos jerarcas policiales que siempre se ha mostrado dispuesto a hablar con
periodistas e historiadores sobre su actuación policial y el contexto político - social de la época.
Otero nació en el barrio Pérez Castellanos de Montevideo, el 21 de febrero de 1931. Se manifiesta católico,
nacionalista y votante del Partido Nacional. (en los años 60 era votante de la UBD)
A los 22 años, inmediatamente de egresado del Instituto de Enseñanza Profesional de la Policía con el
cargo de Oficial Ayudante de Segunda Clase se integró al Plantel de Perros dependiente de la Dirección de
Seguridad, luego retornó a la Escuela de Policía.
Posteriormente pasó a la Seccional 17 y al poco tiempo fue trasladado a la Seccional 16, en la zona del
Hipódromo de Maroñas. Otero recuerda muy bien su pasaje por la Seccional 16, una de las más importantes
comisarías capitalinas: ―Ahí hago un trabajo intensísimo. Vivo la verdadera enseñanza. La verdadera
formación del policía es en la comisaría. A mis buenos conocimientos intelectuales le agrego la práctica, la
experiencia de ver, salir a las calles y, sobre todo, realizar las tareas administrativas, la redacción de oficios,
la toma de declaraciones. Me comprometo con las tareas y al poco tiempo soy el que maneja la seccional
16‖. Al triunfar el Partido Nacional Alejandro Otero pasó a la Dirección de Seguridad, Dirección de
Investigaciones, Departamento de Inteligencia y Enlace. Posteriormente tuvo diferentes destinos: Director
de Institutos Penales, sub Jefe de Policía de Canelones, Director de la Escuela Nacional de Policía, jefe de
la Policía Técnica.
En los años en que era el Director de Inteligencia y Enlace, fue árbitro internacional de fútbol.
27
Años después el comisario Alejandro Otero participó en cursos de capacitación en los Estados Unidos a
los que asisten agentes de Inteligencia de muchos otros países de América Latina.
13
dejo un oficial instalado en el Correo trabajando con funcionarios con los que
había entablado amistad, en el chequeo de la correspondencia que venía de los
países detrás del Muro de Berlín en unas sacas enormes con material de
propaganda con nombres y direcciones.”
28
Consultados Alfredo González y José ―Cacho‖ Matto, dirigentes históricos de los trabajadores postales,
reconocen que hasta mediados de los 60, cuando asume una orientación clasista la dirección del gremio,
muchos carteros ―amarillos‖ estaban vinculados al Instituto Uruguayo de Educación Sindical, cooperaban
con la policía y la Embajada de los Estados Unidos en el fichaje de la correspondencia que llegaba del
exterior dirigida a sindicalistas y simpatizantes de la izquierda.
29
―… siempre reconocimos –dice Eleuterio Fernández Huidobro- que la Policía, a pesar de la moda en
boga, estuvo varias veces al borde de ponernos fuera de combate, a fines del 66 y del 70. Siempre
reconocimos que si en aquel momento no hubieran intervenido otros comisarios y otras dependencias que
se creían mejores, Otero nos hubiera liquidado. Contamos a nuestro favor con la brutalidad de los duros que
en su estilo nos regalaban información vital para salir de la crisis‖. Mate Amargo, Montevideo, 2 de julio de
1998: Mano a mano. El policía y el Tupamaro. El Pocho Otero y el Ñato Fernández Huidobro. Entrevista
de Eleuterio Fernández Huidobro.
30
El primer director de la DNII fue el Inspector General ® Antonio Píriz Castagnet que ocupó el cargo
desde el 17 de enero de 1968 al 25 de mayo de 1971; lo sustituyó el Inspector General Víctor Castiglioni
que actuó entre el 22 de mayo de 1971 y el 12 de enero de 1982, cuando lo reemplazó el Inspector Principal
Mario Ferreira. Finalmente éste sería sustituido por el Inspector Principal Máximo Costa Rocha.
14
Brasil. Es decir: estaban autorizados a recibir la información y yo correspondía
con la orden que tenía”. 31
31
La instalación de dependencias de la C.I.A. en Uruguay y el vínculo con los servicios locales data de
1947. Al respecto ver GARCIA FERREIRA, Roberto, La CIA y los medios en Uruguay – El caso
Arbenz, Montevideo, Amuleto, 2007 especialmente, pp.115 – 122.
32
ALDRIGHI, Clara, La intervención de Estados Unidos en Uruguay (1965-1973) Tomo 1. El caso
Mitrione, Montevideo, Trilce, 2007, p.386.
33
Policía de Montevideo. Dirección de Investigaciones. Departamento de Inteligencia y Enlace.
Memorándum. Ref.: Actividades gremiales llevadas a cabo durante el año 1963. Montevideo, 31 de
diciembre de 1963.
15
De la CIDE frustrada a los nuevos instructivos de vigilancia
La formación de la Convención Nacional de Trabajadores en agosto de 1964
generó mayor preocupación en las cámaras empresariales y en el gobierno
nacionalista. Los Servicios de Inteligencia tomaron nota. También preocupaban
los nuevos reagrupamientos de la izquierda evidenciados en 1962 con la
creación de la Unión Popular (Enrique Erro y Partido Socialista) y el FIDEL
(Partido Comunista y sectores provenientes de blancos y colorados). Era
necesario controlar, vigilar y actuar para impedir el desarrollo de la organización
y la movilización de los gremios y las organizaciones políticas y culturales
opositoras. Para mejorar la necesaria eficacia de los Servicios era preciso
capacitar al personal y conseguir más recursos. En esto pensaban. Y en esto
coincidían todos los jefes de Inteligencia. El comisario Alejandro Otero también.
En 1965 los trabajadores clasistas sindicalizados realizaron importantes jornadas
de movilización y reflexión. Los estudios de la Comisión de Inversiones y
Desarrollo Económico (CIDE) señalaban un conjunto de indicadores que
evidenciaban la situación de crisis y estancamiento de la economía.
Los informes de la CIDE fueron utilizados por la CNT para cuestionar la
orientación tributaria, cambiaria y económica del gobierno y para la elaboración
de sus planes de lucha, teniendo asimismo incidencia en las propuestas
programáticas de la central de trabajadores. 34
El martes 6 de abril se realizó en todo el país, convocada por la CNT y la CTU, la
primera gran Jornada Nacional de Protesta con un paro de 24 horas y una
plataforma que trascendía las reivindicaciones salariales tradicionales propias de
cada gremio, planteaba soluciones para el Uruguay en crisis y exigía la plena
vigencia de las libertades públicas y sindicales. La ocasión fue propicia para que
los Servicios de Inteligencia apuraran las tareas de re-organización y de
coordinación de los aparatos represivos del Estado.
El entonces ministro del Interior Adolfo Tejera y el jefe y sub. Jefe de la Policía
de Montevideo coronel Ventura Rodríguez y Carlos Martín coordinaron el
operativo junto a los responsables de la Dirección de Información y el
Departamento de Inteligencia. El objetivo era infiltrar y controlar la actividad de
En enero de 1951 se creó la Confederación Sindical del Uruguay. La CSU agrupó inicialmente a 17
importantes gremios y contó con la participación de sindicalistas vinculados al Partido Socialista como Lino
Cortizo y Juan Antonio Acuña. Inmediatamente de constituida y motivada por la lucha de tendencias y la
Guerra Fría, la CSU obtuvo su afiliación a la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT)
y a la Confederación Internacional de Organizaciones Libres (CIOSL), representante del sindicalismo de los
Estados Unidos y enfrentada a la Federación Sindical Mundial (FSM), de orientación comunista. La CSU
reunió a sectores de trabajadores con posturas militantes contrarias al clasismo desarrollado entonces por la
FORU, la segunda UGT y buena parte de los gremios Autónomos.
34
CIDE: Por decreto del Poder Ejecutivo (Consejo Nacional de Gobierno) del 27 de enero de 1960, se creó
la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE). Esta comisión estaba presidida por el Ministro
de Hacienda e integrada, además, por los Ministros de Obras Públicas, de Industria y Trabajo, de Ganadería
y Agricultura, por el Contador General de la Nación, por el Director de Crédito Público y por un Director del
Banco de la República Oriental del Uruguay. Sus cometidos eran: Formular planes orgánicos de desarrollo
económico; proyectar y buscar su financiación interna y externa; coordinar toda labor tendiente a aumentar la
productividad nacional y vigilar la puesta en práctica de los planes que se aprobasen. Funcionó entre el 27
de enero de 1960 y el 28 de febrero de 1967. Su Secretario Técnico fue Enrique V. Iglesias. En la CIDE
trabajaron más de 300 personas de distintas tendencias políticas, uruguayos e invitados de otros países. Su
primera tarea fue diagnosticar un país que se conocía poco y mal: Diseñar un nuevo censo de población y
vivienda y un sistema de cuentas nacionales, que todavía no se llevaban. Pero la CIDE fue más allá. En 1965
presentó su Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social, una monumental obra de seis volúmenes. Este
plan nunca se implementó.
16
los sindicatos, detener y castigar a los dirigentes. Se buscaba, asimismo
profundizar los trabajos de análisis y vigilancia de las organizaciones de
izquierda, especialmente al Partido Comunista caracterizado como el enemigo
principal. Para el 6 de abril del 65 las Jefaturas de Policía decidieron un “servicio
especial” reforzado con agentes de todas las reparticiones. Se dispuso, a la vez,
una vigilancia por parte de los “tiras” de Inteligencia en todas las sedes
sindicales. Por ejemplo, el agente-fotógrafo Nelson Bardesio del Servicio de
Inteligencia y Enlace fue designado para “espiar” el local de la Confederación de
Empleados Públicos (COFE), de la calle Uruguay 823.35
El “Instructivo de vigilancia y control para el personal de la Policía de
Montevideo. Dirección de Investigaciones. Servicio de Inteligencia y Enlace”,
muestra a las claras la importancia del operativo dispuesto y la modalidad de
actuación de los servicios:
“1) Los funcionarios que prestarán servicios en las sub columnas, sin
excepciones, deberán comunicar al Departamento, interno 255, la cantidad de
manifestantes y horas en qué se movilizan, como asimismo la llegada al punto
final de reunión;
2) En caso de que se utilicen vehículos, deberán anotar la matrícula de los
mismos;
3) Deberán memorizar los slogans que se corean, informando de ello en forma
pormenorizada;
4) Deberán anotar especialmente las leyendas de los carteles que portan los
manifestantes;
5) Deberán observar especialmente la conformación de las sub columnas, es
decir, estar en condición de estimar la cantidad de mujeres, hombres, ancianos y
niños que participen en ellas;
6) Una vez que la sub columna se integre a la columna central, continuarán en la
misma hasta la finalización del acto, anotando a la vez todo lo que estimen de
interés para la información del Departamento,
7) En caso de realizarse oratoria previa en la sub columna deberán tener
especial cuidado en retener el nombre del orador y la entidad a la cual
representa, a los efectos de la debida identificación,
8) Para el caso de que en alguno de los actos de sub columna o central se haya
construido algún estrado, deberán especificar cuántas personas lo ocuparon y si
es posible sus nombres;
9) como es habitual en este tipo de reuniones, se distribuyen panfletos, impresos
o mimeografiados. Los funcionarios actuantes deberán recoger por lo menos uno
de cada uno;
10) En todos los casos, las comunicaciones telefónicas se realizarán al interno
255;
11) En todos los casos, finalizada la comisión, los funcionarios actuantes
concurrirán al Departamento para producir un informe escrito, conteniendo todos
los puntos anteriormente enunciados, adjuntando el material”. 36
35
Memorándum. Carpeta 1707: Policía de Montevideo. Dirección Nacional de Información, Servicio de
Inteligencia y Enlace. Asunto: Rev. 2000 Nº 019. Paro de 24 horas decretado el 6 de abril de 1965. Servicios
dispuestos. Instrucciones al personal.
36
Ibídem.
17
La realización en 1965 de la Jornada Nacional de Protesta, el acto del 1º de
Mayo y el primer Congreso del Pueblo37 aumentaron la preocupación del
gobierno y los empresarios sobre la extensión y capacidad de movilización de
los trabajadores sindicalizados.
Un Memorándum de la Dirección de Investigaciones, Departamento de
Inteligencia y Enlace, fechado el 3 de setiembre del 65, dio cuenta de esta
situación. Explicitó las tareas del Departamento de Inteligencia y reclamó más
atención y recursos. En lo fundamental, el documento titulado “Se informa sobre
necesidades y funcionamiento del Departamento de Inteligencia y Enlace”,
señalaba: “…de acuerdo al ritmo impuesto por las organizaciones políticas y
sindicales, sobre las que debe cubrirse información, el Departamento de
Inteligencia, ha debido superarse con la finalidad de cumplir cabalmente sus
cometidos. El pasaje a una „etapa superior‟ de lucha de las entidades alineadas
en la izquierda, ha significado abocarse a un estudio concienzudo de todos y
cada uno de los problemas planteados, para producir informes objetivos.
La labor se ha orientado específicamente en la obtención de todo aquel material
que puede ser útil para la prevención de movilizaciones…
Esa información, contenida en memorándum, informes reservados, etc., han
requerido pues, especial dedicación de un núcleo limitado de funcionarios, los
cuales son los encargados de concretar materialmente la labor de equipo que
debe cumplir el Departamento, en la producción de trabajos sobre programas de
lucha sindicales, asambleas, movilizaciones partidarias de la izquierda o
congresos, eventos éstos que con mucha periodicidad se producen en
Montevideo…
…como labor burocrática, el Departamento produce habitualmente –en forma
diaria- informes personales a Instituciones del Estado, con la finalidad de impedir
la infiltración en el aparato de la Nación, de elementos contrarios a las
Instituciones Democráticas Representativas”.
A continuación se sostenía que no se podía seguir trabajando así. Era necesario
un mayor apoyo, nuevos recursos y lograr la capacitación de los oficiales en el
exterior. “Debe precisarse claramente –afirma- que con el material humano que
se posee, se han alcanzado los niveles máximos de capacidad para la
producción. No obstante ello, las perspectivas de las luchas políticas –sindicales
indican que – lejos de disminuir, la tensión aumentará constantemente, al influjo
37
Entre el 12 y 14 de agosto de 1965, convocado por la Convención Nacional de Trabajadores y la CTU, se
desarrolló el 1er. Congreso del Pueblo con la participación de 1376 delegados titulares en representación de
707 organizaciones sociales "de las más variadas tendencias políticas, religiosas, filosóficas, de los distintos
oficios manuales, intelectuales, estudiantes, jubilados, artesanos y pequeños comerciantes y productores,
hasta amas de casa de toda la República". En su Mensaje al Pueblo Uruguayo esta asamblea popular señaló:
"El Congreso del Pueblo, que cobija en su seno las más diversas y extensas capas sociales, es la afirmación
de la voluntad de un pueblo, expresión categórica de fuerza, manifestación viva de que está en marcha una
nueva admirable alarma como la que proclamara Artigas en 1811, cuando emergía la nacionalidad
uruguaya. Analizando la situación del país, en democrática deliberación, hemos encontrado un lenguaje
común, porque nos mueve el elevado fin de unir a todos los sectores progresistas del país, para impulsar las
grandes transformaciones nacionales".
El Congreso convocó a la acción unificada del pueblo trabajador para impulsar su Programa de Soluciones
a la Crisis. Para llevar adelante sus resoluciones y recomendaciones el Congreso del Pueblo designó una
Junta Coordinadora Nacional integrada, entre otros, por los siguientes representantes de la Convención
Nacional de Trabajadores: José D'Elía (FUECI), Wladimir Turiansky (AUTE), Héctor Rodríguez (COT),
Gerardo Gatti (SAG), Luis Nadales (FOL), Enrique Pastorino (CTU), Gerardo Cuesta (UNTMRA), Alberto
Ramos Ferro (AEBU) y Juan Melgarejo (COFE).
18
de la actividad regimentada de elementos militantes, especialmente del
Comunismo”.
38
Policía de Montevideo. Dirección de Investigaciones. Departamento de Inteligencia y Enlace.
Memorándum. Ref.: Se informa sobre necesidades y funcionamiento del Departamento de Inteligencia y
Enlace, Montevideo, 3 de setiembre de 1965.
39
Policía de Montevideo. Dirección de Investigaciones. Departamento de Inteligencia y Enlace. Asunto:
Plan de reorganización del Departamento de Inteligencia y Enlace, Montevideo, 24 de marzo de 1966.
19
siendo necesaria una reorganización a fondo, a fin de poder dar cumplimiento a
las obligaciones que nos impone nuestros cometidos.
El Partido Comunista proyecta y „quema etapas‟ para cumplirlas. Es interesante
recordar –dice el Memorándum de Inteligencia- algunos conceptos expresados
por Rodney Arismendi en el XVIII Congreso de dicho partido realizado en
junio/julio de 1962: „…maduran las condiciones de unidad para nuestro pueblo
también en el plano político. … Es una hora de acumulación de fuerzas el
período que vivimos, es decir, de desarrollo, profundización y maduración
ideológica de las luchas de la clase obrera y el pueblo, de asimilación de
experiencias y de transformación de ésta en conciencia militante de millares y
cientos de millares de hombres del pueblo, de edificación por todas las vías del
frente único de las masas, de elevación del papel de la clase obrera y de la forja
de una alianza obrero-campesina de concreción en el plano político (partidista)
de una nueva fuerza antiimperialista, democrática, avanzada, capaz de agrupar,
también aquí, a las clases y capas sociales llamadas a intervenir en el frente o
movimiento democrático-nacional y la formación de un gran Partido de la clase
obrera. Es una etapa de la formación de la fuerza social de la revolución
uruguaya, tanto por la movilización de las grandes masas populares como por la
elevación del grado de su conciencia, ideológica y política‟”.
20
la Revista Estudios y AEBU e infinidad de ejemplares que, procedentes de
centros irradiantes de comunismo, infectan el país.
…a un mayor trabajo burocrático,…, a una mayor organización de los gremios, a
una mejor planificación de la lucha del Partido Comunista, frente a la aparición
de grupos extremistas y el aumento de la frecuencia de los conflictos
huelguísticos, mostramos un aparato de lucha inadecuado”.
A partir de este panorama, el Memorándum de Inteligencia concluía que
“…deben tenerse en cuenta todos los problemas, las fallas que han surgido del
funcionamiento del Departamento para, con visión de futuro, reorganizarlo en
base a la técnica moderna, adecuada a nuestro medio ambiente. El organismo
creado –proponían- debe estar dotado de personal idóneo, elementos y medios
suficientes y con recursos adecuados, para que su información, producto de su
funcionamiento, sea lo más perfecta posible”40
En tanto se procuraba mejorar el equipamiento y la performance del Servicio de
Inteligencia se estrechaban los vínculos entre los organismos y los jerarcas de
las diversas reparticiones públicas encargadas de la seguridad ciudadana y el
contralor y vigilancia sobre los gremios movilizados.
40
Ibídem.
41
Los ―tiras‖ y los civiles - informantes – colaboradores de Inteligencia elaboraron diversos informes de
cientos de páginas sobre el Congreso de Unificación: convocatoria, desarrollo de los debates, resoluciones,
clima del evento, gremios y dirigentes más activos, delegados de Montevideo y del Interior, delegaciones
fraternales, invitados internacionales, vehículos, locales de reunión.
21
pública. Cientos de vecinos, junto a estudiantes y profesores del Liceo 11 y de la
UTU, presenciaban la asamblea de más de dos mil “friyeros”.
El clima era de entusiasmo y expectativa y no hubo incidentes.
Luego de la asamblea algunos cientos de manifestantes decidieron realizar una
ocupación pacífica con corte del tránsito en el puente del Pantanoso. La
manifestación duró un poco más de media hora.
Por su lado, se acercaron a los manifestantes los efectivos policiales y
gendarmes que observaban los acontecimientos desde La Teja, en la otra punta
del puente.
Se entabló una negociación con los directivos de la FOICA.
Así estaban las cosas cuando, sorpresivamente, decenas de efectivos de la
Guardia Metropolitana, al mando del teniente coronel Alberto Ballestrino y el
mayor Julio Barravino, cargaron sobre los manifestantes.
Participaron también en la represión tropas de la Región Militar Nº 1 al mando
del general Mario Aguerrondo y varios batallones del Ejército traídos
especialmente del Interior.
Estaban armados “a guerra”, con la bayoneta calada y el apoyo de carros lanza-
agua.
Decenas de trabajadores y vecinos fueron detenidos y llevados a Inteligencia y
Enlace donde se les “fichó”.
Otros ciudadanos fueron conducidos a la Seccional 24 siendo interrogados por el
sub. Comisario Héctor Villar.
Algunos manifestantes fueron atados a los palos de los arcos de las canchas de
fútbol existentes en las orillas del Pantanoso.
El sábado 8 de octubre, en horas de la madrugada, fue colocada una bomba de
fabricación casera en el domicilio del general Aguerrondo, Vázquez Ledesma
3011, en el barrio de Pocitos y el personal de Inteligencia buscó a los
responsables del atentado.
Los trabajadores de la carne recibieron el apoyo de la CNT y la FEUU que
hicieron una manifestación por la Avenida 18 de Julio al grito de: “Cerro, sí,
milicos, no; Libertad, sí, garrotes, no”. Pocos días después, el 13 de octubre, el
Parlamento aprobó una ley asegurando el pago de la deuda del Estado con el
Frigorífico Nacional. Hubo además el compromiso de afiliar los frigoríficos del
interior del país a la Caja de Compensaciones. 12 obreros de la carne levantaron
la huelga de hambre que estaban realizando. Sin embargo, para sorpresa del
pueblo trabajador el Consejo Nacional de Gobierno, presidido por Alberto Heber,
vetó la ley. Las gestiones, manifestaciones y asambleas se incrementaron.
Finalmente, el 25 de octubre el Parlamento levantó el veto del Poder Ejecutivo.
Los trabajadores de la carne junto a los vecinos y estudiantes salieron a las
calles de la Villa del Cerro a celebrar el triunfo obrero. 42
42
Estos acontecimientos fueron apenas mencionados en la Memoria Anual del año 1966 de la Policía de
Montevideo. Dirección de Investigaciones. Departamento de Inteligencia y Enlace, con significativa omisión
de la activa presencia militar: ―Obstrucción del puente sobre el arroyo Pantanoso. El 7 de octubre, en las
primeras horas de la tarde, un grupo de obreros pertenecientes al gremio de la carne, que momentos antes
habían participado de un mitin llegaron hasta el puente del Pantanoso, obstruyendo el mismo e impidiendo el
tránsito de peatones y vehículos. A raíz de ello, se solicitó la presencia de efectivos de la Policía de
Seguridad y Guardia Metropolitana, los que procedieron a desalojar el referido puente, efectuando la
detención de 51 personas las que puestas a disposición del Juez de Instrucción de 5to. Turno, dispuso que
pasaran a este Departamento para ser interrogados. Efectuado ello, se pudo constatar que un alto porcentaje
pertenecía al gremio de la carne, pero que ninguno aceptó haber participado en el bloqueo del puente, sino
haber sido detenidos cuando casualmente pasaban por el lugar. Enterado nuevamente el referido Juez,
22
Las repercusiones en la prensa
Estos hechos que pese a su trascendencia apenas fueron referidos en los
informes de los Servicios de Inteligencia de la época, ocuparon un papel
destacado en la prensa.
La trascripción de algunos de los titulares dan cuenta de ello y ponen de
manifiesto la presencia militar junto a la policial en la represión de los
trabajadores.
El Diario
Montevideo, 7 de Octubre de 1966:
Cerro: nuevos incidentes. Alerta militar (p.1);
Bajan Tropas a Montevideo. Refuerzos a la 1ª Región. Colorados
censuran la represión policial. Storace ofreció dimitir en solidaridad con lo
actuado. (p.3),
Con bayoneta calada efectivos de la Guardia Metropolitana marchan
hacia el centro del puente del Arroyo Pantanoso que ocupaban los trabajadores
del Frigorífico Nacional en acción de bloqueo del tránsito vehicular. La orden de
reprimir la acción de los obreros ya había sido librada. (p.17);
El jefe de la Región Militar Nº 1, general Mario Aguerrondo y el jefe de la
Guardia Metropolitana teniente coronel Alberto Ballestrino parlamentan en el
Cerro, planificando procedimientos, con efectivos de las guardias que
comandan, (p.18)
Época,
Montevideo, 8 de Octubre de 1966:
Los obreros reclaman. Salvajada del gobierno. Durante horas la represión
alcanzó a trabajadores y transeúntes. Hay heridos graves y numerosos
detenidos. El Cerro vive prácticamente en Estado de Sitio. La Policía, unidades
del Ejército, Guardia Republicana atacaron a los trabajadores de los frigoríficos.
Numerosos heridos, más de 60 detenidos en Inteligencia y Enlace, (p.1)
Montevideo, 10 de Octubre de 1966:
Implicancia de Heber. El líder de la represión vota un aumento a sus
ganancias. El fin de semana el gobierno trajo tropas del Interior para destinarlas
a la represión. En el Cerro se han registrado numerosos actos de provocación a
cargo de fuerzas policiales. Mañana paro general, a partir de las 15 horas, (p.1);
Montevideo, 11 de Octubre de 1966:
El gobierno busca la violencia. Ayer no la encontró. Resolvió entonces
mostrar a la población hasta dónde está dispuesto a llegar para acallar los
reclamos populares. Gaseros, lanza-agua, policías con cascos protectores,
Coraceros y unidades de la Guardia Metropolitana con bayoneta calada, a paso
marcial y en posición de tiro desfilaron anoche por 18 de Julio y zona céntrica. El
dispuso que 13 de los detenidos que pertenecían al gremio de la carne fueran emplazados para su despacho el
día siguiente, recobrando el resto la libertad. Posteriormente estos también fueron puestos en libertad. De lo
actuado se libró Oficio N’261 de fecha 12 de octubre de 1966‖.
23
gobierno se empeña cada vez con mayor insistencia en acostumbrar al pueblo
en zafarranchos de combate, Desde hoy a las 15 horas, paro general (p.1)
El Popular
Montevideo, 8 de Octubre de 1966:
Ante el reclamo de soluciones el gobierno desata la represión. El martes
concentración masiva en el Parlamento. Salvajada. Operación militar: con
bayoneta calada, gases y balas atacaron a los trabajadores del Cerro. Los
obreros no se amilanaron ante la agresión, (p.1);
Montevideo, 10 de Octubre de 1966:
Hoy por 18. Mañana frente al Palacio Legislativo defender libertades. El
Cerro no olvidará a sus verdugos. (p.1);
Acción
Montevideo, 8 de Octubre de 1966:
Nuevas refriegas en el Cerro. Choques con estudiantes. Reacción obrera.
Desde la cero hora de hoy, huelga general en los frigoríficos. (p.1);
La Mañana,
Montevideo, 8 de octubre de 1966:
Las patrullas policiales recorrían el Cerro anoche. (p.1);
60 obreros detenidos por los incidentes del Cerro. Un herido de bala y un
lesionado en la represión. Fotógrafo de La Mañana fue agredido por la
Metropolitana. (p.5).
LA DERECHA “EXPLOSIVA”
“… organizaciones anticomunistas no oficiales”
En los 60, violentos grupos de derecha, desde una postura ultranacionalista,
desarrollaron en Montevideo y en el Interior manifestaciones anticomunistas y
anticastristas, de solidaridad con el exilio cubano contrario a la revolución
liderada por Fidel Castro, el Che Guevara y Camilo Cienfuegos. Según el
llamativamente titulado “Informe sobre organizaciones anticomunistas, no
oficiales”, 43de abril de 1962, de la Dirección de Investigaciones, Servicio de
Inteligencia y Enlace, los principales grupos de militancia nacionalista en ese
momento eran: ALERTA, Ateneo de Montevideo, Amigos de Cuba Libre y
Democrática, Frente Estudiantil de Acción Nacionalista (FEDAN), Movimiento
Estudiantil para la Defensa de la Libertad (MEDL), Liga Oriental Anticomunista
(LOA), Organización Democrática Latino-Americana, Confederación de
Estudiantes del Interior (CEI), Asociación de Padres y Alumnos Liceales (APAL).
El informe de Inteligencia refiere a algunos de estos grupos:
“...La CEI, es una organización que está trabajando intensamente en
los medios estudiantiles de todos los departamentos...;
El MEDL, en principio desarrolló bastante actividad entre los
sectores juveniles del interior del país...;
Amigos de Cuba Libre, actualmente desarrolla gran propaganda y es
la organización que ha auspiciado los últimos actos anticastristas ...;
43
No queda claro cuáles eran, a juicio de los Servicios de Inteligencia, las organizaciones anticomunistas
oficiales.
24
ALERTA, integrada por personas de singular valía y de probada fe
democrática, en sus comienzos estuvo muy activa ...;44
LOA fue una organización creada hace varios años, quizás una de
las primeras, que salió a combatir el comunismo ...;
FEDAN, está formada por un grupo de jóvenes...;
Ateneo de Montevideo, entidad seria y responsable, ha organizado
algún congreso anticomunista, pero no tiene una actividad
continuada...”. 45
Meses después, el 24 de julio de 1962, el Servicio de Inteligencia elaboró un
nuevo Memorándum donde “Se informa sobre organizaciones extremistas”,
Agregándose información sobre las referidas entidades.
Entre las organizaciones extremistas “de derecha” se mencionaban:
“FEDAN. Se trata de una minúscula entidad, que según su principal
dirigente (Mario Adolfo Baccino Grandio) cuenta con unos 150 afiliados.
Ha sido calificada por grupos de izquierda como organización fascista.
Se ha manifestado como antisemita y ultra nacionalista;
MEDL: Es una organización estudiantil, a pesar de lo cual tiene
afiliados no estudiantes. Encaminó su actividad contra el comunismo,
habiendo originado esta actitud que las entidades de izquierda:
socialistas, comunistas, etc., hayan calificado al MEDL de impulsora de
las bandas fascistas,
ALERTA: Esta institución, como es notorio, lucha activamente contra
el comunismo y los totalitarismos. También ha sido sindicada por la
izquierda de fomentar las bandas fascistas y de encarnar la reacción;
Movimiento Progresista (La Escoba): Es notoria la actividad de este
Movimiento, a través de su periódico La Escoba; 46
LOAS: De esta entidad solamente se conoce el ejemplar Nº 1,
editado en mayo de 1960 en esta capital, de una publicación dirigida a
fomentar el antisemitismo. De acuerdo con las averiguaciones
efectuadas en aquella oportunidad, esa publicación habría sido editada
en la misma imprenta de La Escoba;
LED y AOI (Liga Estudiantil Demócrata y Acción Obrera
Independiente): La LED, está dirigida por Gonzalo y Álvaro Gutiérrez,
quienes actúan en forma descollante en esa entidad, mientras que el
44
La Asociación para la lucha ejecutiva y repudio de los totalitarismo en América (ALERTA), obtuvo del
Consejo Nacional de Gobierno y del Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social con la firma de
Haedo, Eduardo A. Pons y M. Sánchez Morales su Personería Jurídica, el 4 de abril de 1961. En noviembre
de 1963 ALERTA era presidida por Washington Carvallo y su Comité Ejecutivo estaba integrado además
por: Agr. Carlos Hughes, Van Dyck Coates, Luis Giordano, Enrique Brussoni, Moreira Acosta, arquitecto
W. Pintos Risso, contador Nelson Sapelli y Rodríguez Menéndez. (Policía de Montevideo. Dirección de
Investigaciones. Servicio de Inteligencia y Enlace. Carpeta Nº 674: Autoridades de ALERTA electas por la
asamblea general del 8 de octubre de 1963, para el ejercicio 1963-1964.
45
Policía de Montevideo. Dirección de Investigaciones. Servicio de Inteligencia y Enlace. Carpeta Nº 674.
Asunto. Rev. 2000 Nº 008. ALERTA. Memorándum. Ref. Informe sobre organizaciones anticomunistas, no
oficiales. Montevideo, 6 de abril de 1962.
46
El periódico La Escoba, comenzó a editarse en junio de 1953. En diciembre de 1950, a iniciativa de su
director Omar Díaz, se constituyó en el Ateneo de Montevideo la Confederación General de Trabajadores
de la República Oriental del Uruguay, de manifiesta definición anticomunista e integrada por ―sindicatos
autónomos y democráticos‖. La CGT del Uruguay mantuvo en ese entonces vínculos con la CGT de la
Argentina dirigida por el peronista José Espejo.
25
padre de éstos, Aníbal Gutiérrez, actúa en Acción Obrera
Independiente”. 47
Entre las organizaciones extremistas “de izquierda”, sin explicitar características
y actividades, se mencionaba a:
“Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU)
Unión de las Juventudes Comunistas (UJC)
Unión Femenina del Uruguay
Ateneo Libre “Cerro-La Teja”,
Así como a diversas instituciones representativas de las colectividades de
inmigrantes:
“Casa Húngara,
Centro Cultural Máximo Gorki,
Círculo Democrático Italiano “El Progreso”,
Asociación Cultural Israelita Dr. Jaime Zhitlovsky,
Unión Eslava del Uruguay,
Centro Marash”. 48
Arbelio Ramírez
En la noche del 17 de agosto de 1961, el profesor de Historia Arbelio Ramírez
murió, víctima de una “una bala perdida” en una refriega con la policía que se
produjo a la salida de la Universidad de la República luego de que en el
Paraninfo se realizara un acto con la presencia del senador chileno Salvador
Allende, el periodista argentino Gregorio Selser y el comandante Ernesto “Che”
Guevara, presidente del Banco Nacional y ministro de Industria de Cuba. El
“Che” Guevara que presidió la delegación cubana en la Conferencia
Extraordinaria del Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) que se
inició el 5 de agosto en Punta del Este, se entrevistó con Eduardo Víctor Haedo,
presidente del Consejo Nacional de Gobierno.
El 18 de agosto se realizó el sepelio y entierro en un ambiente de acusaciones
desde la izquierda a los grupos de derecha a quienes responsabilizaba por los
disturbios y la muerte del profesor.
Días después circularon volantes sin firma insinuando que el balazo que mató a
Arbelio Ramírez fue disparado por los mismos que, meses antes, mataron al
militante nacionalista Serafín Billoto. 49
47
Policía de Montevideo. Dirección de Investigaciones. Servicio de Inteligencia y Enlace. Asunto Rev.
2000. Nº 008. ALERTA. Carpeta Nº 674: Memorándum. Ref. Se informa sobre organizaciones extremistas.
Montevideo, 24 de julio de 1962.
48
Ibídem.
49
El 10 de enero de 1961, muere Serafín Billoto, del MEDL, que participaba armado en la marcha
anticastrista por la ―Libertad y la Democracia‖ frente a la sede del Partido Comunista de Sierra 1716
26
Esther Dosil, esposa de Ramírez y sus hijos, Luis Fernando y Arbelio José
hicieron pública inmediatamente una carta con importantes aclaraciones: “…Ante
versiones circulantes a través de algunos órganos de prensa y volantes de
organizaciones fascistas repartidas profusamente en el día de ayer … nos
vemos en la dolorosa situación de hacer las siguientes puntualizaciones: …A.
Ramírez, sin tener una actividad política partidaria determinada, no permanecía
indiferente a la problemática social contemporánea. … Por tal motivo estuvo
desde su temprana juventud luchando primero contra la dictadura de Terra…,
luego en el combate al nazi-fascismo, en la solidaridad activa con la República
Española y hoy junto a la revolución Cubana … no hubiera podido nunca –lo
aseguramos- pertenecer a organizaciones como el MEDL, ALERTA, LOA, etc.
Por todo ello nos vemos obligados a expresar nuestro repudio a la prédica cínica
de tales organizaciones, responsables de su muerte, quienes pretenden llevar a
confusión a la opinión pública, mancillando su nombre y pretendiendo hacerlo
aparecer como partidario de las mismas fuerzas que siempre combatió”. 50
(actual doctor Daniel Fernández Crespo). Para las 19 horas del 10 de enero diversas organizaciones
anticomunistas, muy especialmente ALERTA, convocaron a una concentración en Plaza Independencia.
En el lugar se produjeron enfrentamientos con sectores de la izquierda. Los problemas continuaron frente a
la Universidad de la República y luego, al marchar los nacionalistas hacia el Parlamento para pedir la
ruptura de relaciones diplomáticas con Cuba y la Unión Soviética. Al pasar los manifestantes frente a la
sede central del Partido Comunista se armó una batahola. Hubo heridos y un muerto: Serafín Billoto al que
se le encontraron ―16 balas calibre 32 y una sevillana‖. El local de los comunistas fue allanado y los
presentes fichados por Inteligencia y Enlace. 11 comunistas fueron procesados por el delito de ―riña,
agravada por homicidio‖. No fue detenido ni procesado por los hechos ningún militante de los grupos de
derecha que participaron en la convocatoria y en los incidentes. (BUCHELLI, Gabriel, Los inicios:
Rastreando los orígenes de la violencia política en el Uruguay , ob. cit., p.80)
Dos días después de estos hechos fueron expulsados el Embajador cubano Mario García Incháusteguy y el
primer secretario de la Legación Soviética, Mijail Samoilo, acusados de haber promovido los incidentes.
Raúl Vallarino, político y escritor del Partido Nacional, retoma la opinión de los grupos nacionalistas de
1961 y sugiere –en conversación con Alejandro Otero- la hipótesis que el tiro que mató a Arbelio Ramírez
fue disparado desde la izquierda. Según Vallarino: ―La esposa de Arbelio Ramírez manifestó en varias
oportunidades, que la agente española (María Luisa de las Heras), estuvo involucrada en la muerte de su
marido, ya que éste no habría aceptado realizar algún tipo de trabajo para los soviéticos‖. (VALLARINO,
Raúl, ¡Llamen al Comisario Otero! Memorias de un policía, Montevideo, Planeta, 2008, pp.28-31)
Julio María Sanguinetti, político, escritor del Partido Colorado, abogado, ex Presidente de la República,
señala que el profesor Ramírez ―… cae abatido en un confuso episodio protagonizado, presumiblemente,
por algún grupo de derecha nunca identificado‖ (SANGUINETTI, Julio Ma. La agonía de la democracia.
Proceso de la caída de las instituciones (1963-1971), ob.cit, p.24 )
50
El Sol, Montevideo, 24 de agosto de 1961: Aclaración a la prensa. De la esposa e hijos del profesor
Ramírez, p.4.
27
Pedro Andrade Arregui, militante del Frente Estudiantil de Acción Nacionalista
(FEDAN) con sede en Cerro Largo 1655 esquina Magallanes, fue acusado por la
joven Barret de haber participado en su detención y tatuaje. Pese a las
evidencias, poco avanzaron las pesquisas de Inteligencia y Enlace para dar con
los responsables.
El 11 de julio arrojaron bombas de alquitrán y pintaron la cruz gamada en el
frente de una vivienda de Avelino Miranda 2514 donde vivía el joven
Errandonea, dirigente de la FEUU. El 16 de julio, el médico Máximo Handel
Blanc, de origen judío, de nacionalidad argentina y residencia en Uruguay, sufrió
un atentado. Fue llamado por una urgencia a una determinada dirección pero al
llegar lo estaban aguardando unos hombres armados que lo metieron en un
auto, lo maniataron y lo marcaron con cruces svásticas en el muslo de la pierna
derecha. En los días siguientes hubo otros hechos de similares características: a
un repartidor del Diario Israelita lo tatuaron en el muslo, a una doméstica de un
médico judío le quemaron el rostro y las piernas, a un vendedor -Luis Alberto
Estellano- lo detuvieron, golpearon y marcaron en la pierna derecha con una hoz
y un martillo. 51
51
El Diario, Montevideo, 21 de julio de 1962: Suman ya 7 las víctimas de los atentados. Nada se sabe aún.
Hubo allanamientos. Adoptan previsiones, p.14.
28
Los procesados reconocieron, en sus declaraciones, su participación en otros
atentados, como el realizado a la seccional comunista de Molinos de Raffo 927 y
a un kiosco del Movimiento Revolucionario Oriental (MRO) en Plaza Libertad.
Los jóvenes derechistas también confesaron ante los oficiales Píriz Castagnet y
Alejandro Otero haber participado, junto a exiliados cubanos opuestos a Fidel
Castro y a ciudadanos húngaros residentes en Uruguay, en atentados con
bombas incendiarias a varios “clubes” de izquierda. 52
Conclusiones
1. Durante el gobierno del Partido Nacional (1959 – 1967) se
reestructuraron significativamente los Servicios de Inteligencia
dependientes del Ministerio del Interior teniendo como objetivo
fundamental el control de los sindicatos, partidos de izquierda y
organizaciones sociales.
2. Los referidos Servicios de Inteligencia trabajaban brindando
información a CIA y a las embajadas de Brasil y de EEUU, así como,
incentivando acuerdos de formación en entidades extranjeras para sus
funcionarios.
3. Los Servicios de Inteligencia realizaron también registros de
organizaciones de ultraderecha, definidas como “anticomunistas”,
destacando su carácter de “no oficiales” para cumplir ese rol en la
política nacional
4. El conocimiento de los Servicios de Inteligencia de la existencia y
acción violenta de la ultra derecha no facilitó, no obstante, la aclaración
de diversos atentados contra la vida y seguridad de múltiples
ciudadanos y ataques a numerosas asociaciones. La única instancia
de aclaración materializada – caso Píriz Cela - con participación de la
Justicia y condena a responsables, no vinculó en modo alguno a los
delincuentes con las entidades conocidas por los Servicios de
inteligencia.
5. Los elementos antedichos hablan de una posible actitud permisiva
del Poder Ejecutivo de la época para con las organizaciones de
derecha.
6. El carácter de marginales o poco trascendentes, atribuido por alguna
bibliografía a la actuación de los grupos de ultraderecha denota - en
políticos/historiadores de comienzos del siglo XXI - la misma liviandad
de criterio demostrada por los responsables políticos del momento,
aplicada ahora a la escritura de historia.
7. Una preocupación seria por el asunto llevaría a examinar
cuidadosamente los posibles lazos de parentesco entre los grupos
referidos y los “escuadrones de la muerte” que funcionaran pocos años
52
Policía de Montevideo. Dirección de Investigaciones. Servicio de Inteligencia y Enlace. Carpeta Nº 845.
Asunto 2000. Nº 010. Atentado al club comunista de Yi 1614.
29
más tarde y cuya existencia era conocida por el gobierno nacional del
momento.53
8. La adjetivación de los Servicios para con la “·infecciosa”,
“agazapada”, “contraria al sistema republicano democrático de
gobierno” izquierda, prensa, gremios, partidos, no es un problema de
lenguaje más o menos tosco. Aparece como un razonable antecedente
ideológico de las acciones terroristas de Estado verificadas en la
década de los setenta y ochenta, que apuntaron (y ejecutaron) al
exterminio de ciudadanos y organizaciones políticas, a través del
homicidio, el encarcelamiento, la desaparición forzada, la tortura
sistemática, así como la reestructura totalitaria del Estado para cumplir
con esos fines. Todo ello en un entramado trasnacional que, como se
ha visto, estaba en ciernes presente en los años sesenta en los
ámbitos de la Policía y el Estado y se perfeccionaría a nivel
latinoamericano en lo que concierne al llamado Plan Cóndor,
instrumento de genocidio cuya existencia y funcionamiento está, a la
fecha, fuera de discusión historiográfica alguna.
Reflexión final
53
ALDRIGHi, Clara. La injerencia de Estados Unidos en el proceso hacia el golpe de Estado: Informes
de la misión de Seguridad Pública y la embajada en Uruguay (1968-1973). En Aldo Marchesi, Vania
Markarian, Álvaro Rico y Jaime Yaffé (compiladores) El presente de la dictadura...,ob.cit., pp.38 y 39/ 48.
30
La escritura de la historia desde el rigor científico constituye uno de los aportes
cardinales para su construcción.
31