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Aunque ha habido un avance, la mujer sigue formando parte de una sociedad que por
cultura de la forma de entender el género, se la ha puesto desde siempre en una situación
de desigualdad.
Pero para entender el tema hay que empezar desde el principio, entonces ¿qué es el
género? ¿Cuál es la diferencia con el sexo?
Las construcciones socioculturales sobre género penetran todas las esferas de la vida
humana generando diversas desigualdades. Es necesario medirlas y proponer alternativas
de solución o modificación de políticas que las atiendan aunque en ningún país del mundo
se puede afirmar que exista igualdad entre géneros, aún cuando en algunos es menos
evidente que en otros. El camino hacia la igualdad de género es un proceso político.
Requiere un nuevo modo de pensar, en el cual los estereotipos sobre mujeres y varones
dejen lugar a una nueva filosofía que reconozca a todas las personas, independientemente
de su sexo, como agentes imprescindibles para el cambio.
Las mujeres solo ocupan el 22% de los cargos políticos a nivel mundial.
El salario de las mujeres es un 24% inferior al de los hombres.
153 países tienen leyes que discriminan económicamente a las mujeres. En 18 los
maridos pueden impedir legalmente que sus esposas trabajen.
Según encuestas:
Estas situaciones de discriminación y violencia de las que han sido objeto las mujeres han
originado el surgimiento de movimientos alrededor del mundo que han buscado y todavía
buscan otorgarles igualdad de derechos en relación a los hombres. Esta lucha ha sido muy
extensa, sin embargo, se han logrado avances a nivel mundial en el reconocimiento de los
derechos de las mujeres. Cabe aclarar que hoy en día las mujeres no buscan la igualarse a
los hombres en su totalidad, sino quitar lo a el otro le sobra para el que le falta.
Ley 11.357 (1926):Igualdad jurídica con el varón mientras fuera viuda o soltera.
Ley 13.010 (1947): Artículo 1°. Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos
políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes
a los varones argentinos.
Artículo 3°. Para la mujer regirá la misma ley electoral que para el hombre, debiéndosele
dar su libreta cívica correspondiente como documento de identidad indispensable para
todos los actos cívicos y electorales.
Artículo 5°. No se aplicarán a las mujeres las disposiciones ni sanciones de carácter militar
contenidas en la ley 11.386. La mujer que no cumpla con la obligación de enrolarse en los
plazos establecidos estará sujeta a una multa de cincuenta pesos moneda nacional o a la
pena de quince días de arresto en su domicilio, sin perjuicio de su inscripción en el
respectivo registro.
Ley 20.744 (1956 y 1976): Artículo 172° - Capacidad. Prohibición de trato discriminatorio.
Ley 23.264 (1985): Las mujeres casadas compartían la patria potestad con el marido y
podían administrar los bienes. Y a las mujeres separadas y con hijos se les otorgaba una
pensión.
Ley 23.179 (1985): Artículo 1°- Apruébase la Convención sobre eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer, aprobada por resolución 34/80 de la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979, y suscripta por la República
Argentina el 17 de julio de 1980, cuyo texto forma parte de la presente ley.
Ley 23.515 (1987):La mujer casada pasó a tener casi los mismos derechos que el varón
respecto al divorcio.
Ley 24.013 (1991): Se estableció el cupo del 30% para ocupar cargos electivos.
Ley 24.417 (1994): Artículo 1° — Toda persona que sufriese lesiones o maltrato físico o
psíquico por parte de alguno de los integrantes del grupo familiar podrá denunciar estos
hechos en forma verbal o escrita ante el juez con competencia en asuntos de familia y
solicitar medidas cautelares conexas. A los efectos de esta ley se entiende por grupo
familiar el originado en el matrimonio o en las uniones de hecho.
La violencia representa una de las formas más extremas de desigualdad de género y una
de las principales barreras para el desarrollo personal y social, el despliegue de las
capacidades y el ejercicio de derechos, además de constituir una clara violación a los
derechos humanos. La violencia, principalmente contra las mujeres, se ha caracterizado
como un factor grave de salud pública. Puede encontrarse en todas las clases sociales,
edades y niveles educativos, por lo que puede afectarlas indistintamente de su condición
económica, étnica, educativa o social.
En una sociedad patriarcal, donde el hombre suele disfrutar más de la vida, tanto de la
pública como de la privada, mientras que la mujer se ve limitada al ámbito privado o
doméstico. La consecuencia más inmediata es la consideración de la mujer como un
objeto propiedad del hombre.
Como hemos dicho, estos valores patriarcales nos han transmitido que las mujeres y los
hombres tenemos diferentes características y, por tanto, diferentes papeles en la
sociedad; en el momento en el que la mujer intenta romper con esta situación
preestablecida, el hombre responde con la violencia para seguir manteniendo su estatus y
su sentido de la propiedad hacia la mujer. En ese momento se produce la violencia contra
las mujeres.
Tipos de violencia.
Violencia física.
Incluye cualquier acto de fuerza contra el cuerpo de la mujer, con resultado o riesgo de
producir lesión física o daño; violación, penetración de objetos, tocamientos y contactos
no deseados, mutilación genital, empujones, tirones de pelo, bofetadas, golpes, patadas,
quemaduras, mordeduras, estrangulamiento, puñaladas, tortura, asesinato.
Violencia psicológica.
Violencia económica.
Incluye la privación intencionada, y no justificada legalmente, de recursos para el
bienestar físico o psicológico de la mujer y de sus hijas e hijos o la discriminación en la
disposición de los recursos compartidos en el ámbito de la pareja.
En Argentina, cada 30 horas asesinan a una mujer sólo por ser mujer. En ocho años 2
suman 2.094 femicidios. Sólo en 2015 fueron asesinadas 286 mujeres por odio de género.
De ellas, 23 tenían entre 13 y 18 años; 92, entre 31 y 50. 74 murieron en sus casas y 69 en
viviendas compartidas. 21 estaban embarazadas, 39 habían denunciado malos tratos,
cuatro habían obtenido orden de exclusión del hogar o de restricción de acercamiento
para su agresor. Ocho de cada 10 conocía a su agresor, en el 34 por ciento de los casos era
su esposo, pareja o novio; en el 22 por ciento era su ex. De los homicidas registrados, 10
pertenecían o eran exmiembros de fuerzas de seguridad. 200 chicos quedaron sin mamá,
330 si se cuenta a los hijos que no son menores de edad.
En las últimas décadas se ha ido reconociendo cada vez más en el ámbito internacional
que la violencia de género es un grave problema, no sólo para las mujeres sino también
para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz. Asimismo, el tema emergió como una
prioridad de las organizaciones de mujeres de la región y de la reflexión feminista en los
últimos años.
Ni una menos.
Ni Una Menos es un grito colectivo contra la violencia machista. Surgió de la necesidad de
decir “basta de femicidios”, porque en Argentina cada 30 horas asesinan a una mujer sólo
por ser mujer. La convocatoria nació de un grupo de periodistas, activistas, artistas, pero
creció cuando la sociedad la hizo suya y la convirtió en una campaña colectiva.
Feminismo y movimientos.
¿Qué es?
El feminismo es mucho más que una doctrina social; es un movimiento social y político, es
también una ideología y una teoría, que parte de la toma de conciencia de las mujeres
como colectivo humano subordinado, discriminado y oprimido por el colectivo de
hombres en el patriarcado, para luchar por la liberación de nuestro sexo y nuestro género.
Las olas feministas.
Al revisar la evolución de las olas del feminismo, se puede comprender lo lenta que fue la
obtención de los derechos de ciudadanía para las mujeres y todas las dificultades que
debieron enfrentar en el camino a ella. Esto no es una moda ni mucho menos algo nuevo.
Mientras los hombres creían que en ellos residía la única verdad y la última voluntad en
las artes durante el Siglo de Oro español; existieron damas e ilustres heroínas que
enriquecerían la cultura a veces en silencio y otras enfrentándolos.
Sor Juana Inés de la Cruz, escritora mexicana, la mayor figura de las letras
hispanoamericanas de siglo XVII con una producción lírica y dramática, que por tener un
espíritu inquieto y un afán de saber la llevaron a enfrentarse con los convencialismos de
su tiempo que no veía con buenos ojos que una mujer manifestara curiosidad intelectual e
independencia de pensamiento, sería entonces la responsable de desatar aquel nudo,
aquel que impedía que las artes se regeneraran a través de la interacción femenina. De
esta manera, a través de la óptica femenina se pudieron generar nuevos horizontes que
permitieron, aunque lentos, grandes avances para la mujer.
Para adquirir más conocimiento, quería ir a la universidad pero esta era exclusiva a los
hombres. Por ello quiso hasta travestirse para poder estudiar pero su madre se opuso
rotundamente. Sor Juana prefirió el convento al matrimonio para seguir gozando de sus
aficiones intelectuales “vivir sola…no tener ocupación alguna obligatoria que embarazase
la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de mis
libros” escribió.
Aunque alguna vez le dedicó algunos párrafos a los temas sacramentales, se dedicó
mucho más al feminismo prematuro, defendió a través de la escritura de una sociedad
que marginaba, dejando un mensaje de rebeldía que no es extraño que haya hecho eco en
nuestros días.
La obra literaria de sor Juana está hoy plenamente reconocida y su nombre figura al lado
de los más grandes poetas del barroco.
La crítica de Santa Cruz era un gran elogio de Sor Juana: su recomendación de que
abandonase las letras humanas en favor de las divinas era un reconocimiento de que,
como mujer sabia, se igualaba a los varones sabios y podía competir con ellos en asuntos
teológicos, campo vedado tradicionalmente a la mujer. De hecho, la mejor prueba del
lugar que se le reservaba a Sor Juana en una sociedad hecha a medida del varón.
Contra esa marginación de la mujer, sor Juana escribe su larga Respuesta, aunque era
sumamente difícil que la sociedad cambiase su forma de pensar. La subordinación de la
mujer al varón era algo tan asumido que, por ejemplo, cuando Feijóo escribe sobre sor
Juana en su Teatro Crítico Universal (1728), al compararla con Vieyra, señala: “¿Y qué
mucho que fuese una mujer inferior a aquel hombre, a quien en pensar con devoción,
discurrir con agudeza y explicarse con claridad no igualó hasta ahora predicador alguno?”.
Sor Juana ya había respondido a esa pregunta en su Crisis de un sermón o Carta
Atenagórica, atreviéndose a competir con el famoso jesuíta y burlándose de su orgullo:
“Que cuando yo no haya conseguido más que atreverme a hacerlo, fuera bastante
mortificación para un varón tan de todas maneras insigne; que no es ligero castigo a quien
creyó que no habría hombre que se atreviese a responderle, ver que se atreve una mujer
ignorante, en quien es tan ajeno este género de estudio, y tan distante de su sexo”
La observación de la realidad desde la óptica masculina ha sido común a todas las culturas
y es la causa directa de la marginación de la mujer. En su época, Sor Juana tuvo que
soportar la presión de los que desde la animadversión, como Núñez, o desde la amistad,
como Santa Cruz, consideraban natural guiar intelectualmente a la mujer. Las
consideraciones de Fray Luis de León en La perfecta casada (1583) seguían, en el fondo,
teniendo vigencia: “la Naturaleza (...) hizo a las mujeres para que encerra-das guardasen
la casa (...) no las hizo para el estudio de las ciencias, (...) así las limitó el entendimiento”.
No había mala voluntad en Fray Luis, solamente el eco de una larga tradición, tan
naturalmente y que dignificaba a la mujer. Tradición que, con más crudeza, se reflejaba
también en el Examen de Ingenios de Huarte de San Juan: “Las hembras, por razón de la
frialdad y humidad de su sexo, no pueden alcanzar ingenio profundo. Sólo vemos que
hablan con alguna apariencia de habilidad en materias livianas y fáciles, con términos
comunes y muy estudiados; pero metidas en letras, no pueden aprender más que un poco
de latín, y esto por ser obra de la memoria.”
Cada vez son más las personas que luchan contra la violencia de género, la comunidad
internacional sigue sin tomar medidas concretas para paliar este problema global.
Según ha criticado la ONU, este ámbito sigue sin ser prioritario en la agenda internacional
y las organizaciones que luchan contra la violencia de género sufren una grave falta de
financiación. "Cuando las mujeres y las niñas sufren violencia, se atropellan sus derechos;
ellas viven con miedo y dolor, y en el peor de los casos, lo pagan con su vida. Sin embargo,
todavía en muchos países, las leyes y los servicios son inadecuados, o no están disponibles,
y el sistema de justicia penal es inalcanzable, oneroso y sesgado en favor de los agresores
de género masculino", ha explicado la directora ejecutiva de ONU Mujeres.
México
En México seis de cada diez mujeres son víctimas de algún tipo de violencia en el ámbito
laboral, escolar, comunitario o familiar. Además, la última encuesta realizada arrojó que
66.1 por ciento de las mujeres han padecido por lo menos un hecho de violencia en sus
vidas, la mayoría entre los 20 y 24 años (70.8%). La razón es que en México, según el
mismo estudio, 29 por ciento de las mujeres víctimas de la violencia no denuncia “porque
creen que ser víctimas es algo insignificante, que no es digno de atención”.
Además, 18 por ciento de las mujeres violentadas en su intimidad, no denuncian “por
preocupación a que sus hijos sufran”, 14 por ciento no lo hacen “por vergüenza” y otro 14
por ciento se abstienen de denunciar la violencia de que fueron víctimas “por temor a
represalias de sus parejas”.
Se cometieron 28 mil 710 asesinatos contra las mujeres, lo que representa un aproximado
de cinco a diario. La directora ejecutiva de Amnistía Internacional México, Tania Reneaum,
apuntó que dichos indicadores dan señas de números rojos lo cual es alarmante. Enfatizó
que México es, sin duda, “un país machista y sumamente violento con las mujeres” y que
se manifiesta de diversas maneras.
-A 42.4 por ciento de las mujeres mexicanas mayores de 15 años se les ha humillado,
encerrado, amenazado con echarlas de casa, quitarles a sus hijos o matarlas (violencia
emocional).
-A 24.5 por ciento les han prohibido trabajar o estudiar, o les han quitado dinero o bienes
(violencia económica).
-Cerca de 13.5 por ciento han sido golpeadas, amarradas, pateada, o agredidas con
alguna arma por su pareja (violencia física).
-A 7.3 por ciento de las mujeres se les ha obligado a tener relaciones sexuales sin que ellas
quieran.
Una mujer siria necesita aún el permiso de su tutor varón para trabajar, viajar, casarse o
pedir un préstamo. Al igual que se le prohíbe contraer matrimonio con un hombre de otra
religión y se le ponen infinitas trabas de para divorciarse.
“Crimen de honor”
Es el asesinato de una persona (generalmente mujer) por parte de uno o varios miembros
de su familia, debido a la creencia de que la víctima, quien es vista como propiedad de sus
familiares y no como una persona libre, habría causado desprestigio a su familia a causa
de su comportamiento. Para los perpetradores, la acción realizada por ella, real o
supuestamente, ha traído deshonor a la familia o habría violado los principios de su
religión y en base a sus creencias justifican sus crímenes.
Numerosos son los casos de maltrato doméstico. Y es que las mujeres sufren
discriminación en la ley y en la práctica. “En Siria siguen en vigor leyes que asignan a la
mujer una condición inferior a la de los hombres basándose en la Ley de la Condición
Personal que regula el matrimonio y su disolución, la herencia y otros asuntos” afirman
desde Amnistía Internacional. Y añaden: “Las mujeres y las niñas no estaban protegidas
adecuadamente frente a la violencia intrafamiliar. El Código Penal prescribía penas más
leves de lo normal por asesinato y otros delitos violentos cometidos contra mujeres si se
consideraba circunstancia atenuante la defensa del “honor” de la familia”.
La violencia sexual contra las mujeres también es en Siria un arma de guerra. La situación
humanitaria es catastrófica. La violencia sexual durante las detenciones es una de las
armas más horribles del Ejército sirio y las fuerzas de seguridad del gobierno que la
emplean regularmente para humillar y degradar a las detenidas con total impunidad.
Existen muchas organizaciones y mujeres que luchan por la paz y por su país desde la no
violencia, pero la información es poco accesible y su papel no es conocido más allá de las
fronteras sirias.La falta de fondos de muchas organizaciones hace que sus actividades en
muchas ocasiones no puedan llevarse a cabo. Estas organizaciones no están registradas
oficialmente o no satisfacen los intereses y requisitos de las agencias internacionales y
donantes, por lo que la falta de fondos se convierte en otro obstáculo a superar.
Afganistán.
Los derechos y libertades de las mujeres en Afganistán cuentan con muchos enemigos,
con oponentes en casi todas las esferas de la sociedad afgana. Desde el Mulá con
afiliaciones extremistas que predica que la mujer existe para servir al hombre, pasando
por la inacción y las diversas leyes machistas aprobadas por el gobierno afgano, hasta la
violencia doméstica ante la que la mujer prácticamente no puede hacer nada.
La tradición patriarcal y la vida tribal son un factor clave. La tradición afgana familiar
implica que la familia es la célula fundamental de la sociedad afgana. Y en todas las
familias, la autoridad reposa en los hombres. Las mujeres deben obedecer a los maridos,
al padre y a los hermanos, quiénes les pueden obligar a trabajar o a no ir a la escuela. Y
pueden imponerles un matrimonio forzoso, independientemente de la edad.
Asimismo, el divorcio aunque legal muy pocas veces es una opción viable puesto que las
mujeres no tienen protección legal independiente, dependen económicamente de sus
maridos y están subyugadas a factores culturales y familiares muy relacionados con los
lazos tribales afganos en los que no se acepta esa opción legal. Por ello, la mayoría de
mujeres que sufren la lacra de la violencia doméstica renuncian a divorciarse.
Aunque algo han avanzado claro es el ejemplo de la vida que llevan las mujeres afganas y
a lo que están sometidas en el libro escrito por Khaled Hosseini, donde cuenta la historia
de dos mujeres que sufren violencia y desigualdades cada día.
El libro narra en forma paralela la historia de dos mujeres de crianzas muy diferentes. La
primera Mariam, es una harami, una bastarda, ya que su padre- que ya tenía a su haber 3
esposas-, se mete con una de sus amas de llaves, y luego la instala en una choza en medio
del campo, donde la niña se cría despreciada incluso por su propia madre, generando una
adoración por el padre que sólo le dio migajas y que a los 15 años la casó con un zapatero
tosco de 45, que se encargaría de terminar de joderle la vida a la pobre.
En tanto, Laila, es una joven 17 años menor que Mariam, bella y llena de ilusiones. Con un
padre educado y que espera que ella salga adelante, gracias a las libertades- para las
mujeres- que otorgaba el regimen comunista. Laila estaba destinada a hacer grandes
cosas. Enamorada desde pequeña de su amigo Tariq, su vida, en medio de la guerra, aún
estaba llena de alegrías. Hasta que terminan por morir todos los que ella ama. Sola,
embarazada y rescatada por Mariam y su marido, que evidentemente la pretendía, Laila
debe tomar una decisión de madre, y casarse con este viejo de ahora unos 60 años para
proteger a su bebé.
Desde entonces Laila y Mariam comienzan una extraña relación desde el dolor y el
sometimiento que viven. Aprenden a hacerse fuertes, y entre ambas volver a soñar en un
futuro mejor. A pesar de las palizas, los desprecios, las violaciones, las humillaciones, la
guerra, las privaciones a educación, salud, son como madre e hija.
Conclusión.
Fuentes.
-“El machismo es universal aunque en cada país tiene una cara diferente”:
http://www.getxo.eus/DocsPublic/inmigracion/SENSIBILIZACION/ANTIRUMORES/EMEKI_
Noviembre_2013_Pag8-9.pdf
-“Feminismo e intelectualidad en Sor Juana”:
http://www.cervantesvirtual.com/obra/feminismo-e-intelectualidad-en-sor-juana/