15 de Septiembre del 2017 Origen y formación El suelo, si bien se define llanamente como la parte superficial de la corteza terrestre (mediante la acumulación de materias y minerales sin cementación o con poca cementación), no es siempre un concepto exento de escepticidad a la hora de hablar acerca de las materias sobre las cuales se desarrolla la vida del ser humano. Estudiar sus orígenes, permitirá tener una idea general de lo que realmente es ser la parte superficial de la corteza terrestre. El suelo se origina a partir de la materia madre producida por los procesos químicos y mecánicos de transformación de las rocas de la superficie terrestre (ígneas, sedimentarias, metamórficas). A esta materia madre se agregan el agua, los gases, sobre todo el dióxido de carbono, el tiempo transcurrido, los animales y las plantas que descomponen y transforman el humus (sustancia compuesta por ciertos productos orgánicos, que proviene de la descomposición de los restos orgánicos de organismos y microorganismos, como son hongos y bacterias), dando por resultado una compleja mezcla de materiales orgánicos e inorgánicos. Además, también interviene otro aspecto que influye en las propiedades finales del suelo: el transporte, dando lugar a suelos transportados, que son productos del acarreo de agua o viento. La roca, al ser meteorizada(descompuesta), queda alterada en el mismo lugar donde afloró en la superficie terrestre. Se va formando por este proceso un manto homogéneo y rico en nutrientes. La formación del suelo depende de varios factores como: La roca madre. Es la roca que genera el suelo. Cuanto más dura sea esta roca, más tardará en meteorizarse y transformarse en suelo. El clima. En climas húmedos las rocas se meteorizan antes debido a la acción del agua. Esto permitirá que se forme mejor que en un clima seco. El relieve. Cuando el relieve es suave los productos de la meteorización quedan donde se encontraba la roca madre, generando un suelo. Si el relieve es abrupto los fragmentos de roca meteorizada son arrastrados rápidamente hacia otros lugares. Dependiendo de la roca de origen se logran diferentes tipos de suelo. Estos tipos de suelo son el resultado de las diferentes maneras de acción de las rocas y del efecto de transporte, que producen partículas de diversos tamaños y formas. Algunos ejemplos de los tipos de suelos que existen son: Las gravas. Estas son fragmentos de roca de más de 5mm de diámetro, que se forman principalmente por el transporte de los ríos, formando depósitos sobre los lechos o riberas de estos. La arena. Es un suelo de un tamaño menor a 5mm y mayor a 0.05mm y presenta el mismo origen que las gravas. Los limos. Son suelos de grano fino, de un diámetro de entre 0.05mm y 0.005mm. Tiene ninguna o poca cohesión con otros materiales, lo cual lo convierte en un mal compañero en usos de construcción. Las arcillas. Son materiales compuestos de partículas de roca extremadamente finas (menos de 0.005mm) en forma de láminas cristalinas, que al entrar en contacto con el agua manifiesta propiedades de gran relevancia en aplicaciones constructivas, como compresibilidad, expansión, reducción de resistencia al corte). Bibliografía e internetgrafia
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