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EL RETRACTO

El derecho de retracto es un derecho de adquisición preferente por el que su titular tiene la


facultad de adquirir un determinado bien o derecho cuando se cumple un concreto supuesto
de hecho o cuando las partes así lo hayan acordado. Es común en las nuevas formas
asociativas. En el Derecho español existen dos clases de derecho de retracto: el retracto
convencional —que nace de un acuerdo entre las partes de un contrato, generalmente de
compraventa— y el retracto legal —la ley otorga un derecho de retracto en determinados
casos.
EL RETRACTO CONVENCIONAL
El retracto convencional, también conocido como pacto de retro,1 es, según el artículo 1507
del Código Civil de España, "el derecho de recuperar la cosa vendida que el vendedor se
reserva".
Es un elemento adicional que se incluye en el contrato de compraventa por la libre voluntad
de las partes, y que supone la introducción, en el original, de una condición resolutoria con
efectos retroactivos que funciona con base en la voluntad del vendedor. El límite legal del
pacto de retro es de 10 años de duración.
EL RETRACTO LEGAL
El retracto legal, según el artículo 1521 del Código Civil Español, "es el derecho de
subrogarse, con las mismas condiciones estipuladas en el contrato, en lugar del que adquiere
una cosa por compra o dación en pago".
En la legislación española existen diferentes retractos legales:
RETRACTO DE COLINDANTES
El artículo 1523 del Código Civil establece un derecho de adquisición preferente a favor de
los propietarios de las tierras colindantes cuando se produzca la venta de una propiedad cuya
extensión sea inferior a una hectárea.
EL DERECHO DE RETRACTO EN LOS ARRENDAMIENTOS URBANOS
En el ámbito de los arrendamientos urbanos, el derecho de retracto legal recogido en el
artículo 25 de la Ley de Arrendamientos Urbanos para el arrendamiento de viviendas, y en
el artículo 31, para usos distintos a la vivienda permite que el arrendatario se coloque, en una
eventual compraventa del bien arrendado, en la posición contractual del comprador, con sus
mismas condiciones. La subrogación se produce sólo en los elementos subjetivos del
contrato, manteniéndose el resto inalterado. Funciona como complemento del derecho de
tanteo, pero, en vez de mostrar sus efectos antes de la compraventa, lo hace en momentos
posteriores, sirviendo así de garantía ante un eventual fraude en las condiciones mostradas
en el tanteo.
También se contempla el derecho de retracto en los casos de venta de fincas rústicas que
colinden con la propiedad del titular de este derecho de retracto, al igual que sucede con las
fincas urbanas.

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