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GINZBURG: “DESCRIPCIÓN Y CITA”

INTRODUCCIÓN: LUCIANA
En la lectura que hicimos del capítulo en cuestión, consideramos que para una mayor comprensión de los planteos,
era necesario a volver a la introducción del libro. Carlo Ginzburg (Turín, 15 de abril de 1939) es un historiador
italiano abanderado de la Microhistoria (es decir, la historia relatada desde, por ejemplo, una figura –AMPLIAR-).
Un dato interesante, es que en 1979, Ginzburg hizo una petición al Papa Juan Pablo II para que abriese los Archivos
de la Inquisición. No logró respuesta, hasta que en 1991 un grupo de universitarios lograron acceso para revisar el
material de los archivos. Estos se abrieron en enero de 1998 para investigadores bien calificados. Esto le abrió una
gama muy amplia de posibilidades narrativas, y estas sin dudas se ven plasmadas en el capítulo (y obra) en cuestión.
En El hilo y las huellas se plantea lo siguiente:
 Capítulos heterogéneos, unidos por la relación entre un hilo, al cual él denomina “el hilo del relato, que nos ayuda a
orientarnos en el laberinto de la realidad” y las huellas como objetos a seguir por el investigador.
 Él dice que el giro para el recién produjo cuando, gracias al ensayo de Momigliano notó las implicaciones morales y
políticas, además de cognitivas, de la tesis que en esencia borraba la distinción entre relatos históricos y relatos
de ficción.
 En este sentido, el Hilo y las huellas se presenta como un libro propuesta: a modo de sumario, programa de
investigación y su objetivo polémico.
 Contra la tendencia del escepticismo posmoderno a difuminar la frontera entre narraciones de ficción y narraciones
históricas, en nombre del elemento constructivo que las pone en pie de igualdad, proponía considerar el vínculo entre
unas y otras como una disputa por la representación de la realidad. Pero antes que una guerra de trincheras,
planteaba la hipótesis de un conflicto hecho de desafíos, préstamos recíprocos, hibridaciones (Ginzburg, 2010: 12).
 Es decir que el ataque escéptico a la cientificidad de los relatos históricos, insistió en el carácter subjetivo de estos
últimos, que los asimilaría a las narraciones de ficción. Las narraciones históricas no nos hablarían de la realidad
tanto como, antes bien, de quién las construyó.
 Hablamos, en cambio, de historiografía. Componente subjetivo. La luz que echan acerca de la mentalidad de quien
escribió esos textos. “Condenados estamos, a conocerlo únicamente por sus huellas” Marc Bloch. Imposibilidad de
corroborar determinados acontecimientos históricos.
 Entonces dice que la ficción, alimentada por la historia, se vuelve materia de reflexión histórica, o bien de ficción.
 Los historiadores –escribió Aristóteles en Poética hablan de aquello que ha sido lo verdadero; los poetas, de
aquello que podría haber sido (lo posible). Pero desde luego, lo verdadero es un punto de llegada, no un punto de
partida. Los historiadores (y de un modo distinto, los poetas) hacen por oficio algo propio de la vida de todos:
desenredar el entramado de lo verdadero, lo falso y lo ficticio que es la urdidumbre de nuestro estar en el mundo.
Lo verdadero, lo que en definitiva la investigación histórica pretende descifrar. Lo falso, como lo no autentico, pero
que permite reconstruir un clima de época a partir de un análisis documental en el que la recepción y la transmisión
de un texto al otro siguen un recorrido sinuoso. Y lo ficticio como lo que se hace pasar por verdadero. (2010;17)

PRIMERA PARTE: ADRIÁN

 ¿Por qué percibimos como reales los acontecimientos narrados en un libro de historia?
 Da cuenta de algunos procedimientos, ligados a convenciones literarias, con los que historiadores antiguos e historiadores
modernos intentaban comunicar ese “efecto de verdad” que consideraban parte esencial de la tarea que se fijaban de antemano.
 Contraposición historia y mito.
 ENÁRGEIA: claridad vividéz, experiencia inmediata. Garantía de veracidad. FINALIDAD de los historiadores, diferente de
los poetas que procuraban subyugar a su público. Nada es superfluo.
 La definición de enargeia como acumulación de detalles echa una luz inesperada sobre la reivindicación, que entre los
historiadores griegos es recurrente, de haber registrado todos los acontecimientos, o al menos todos los acontecimientos de
importancia. NOCIÓN SITUADA EN EL LÍMITE ENTRE LA HISTORIOGRAFÍA y RETÓRICA.
 EKPHRASIS: finalidad de los relatos históricos.
 Secuencia: relato histórico-descripción-vividez-verdad
 La finalidad del historiador –afirma Robotello- es el relato, aunque inmediatamente después aclara que historiador es aquel
que relata y explica. “El historiador explica las acciones que los hombres mismos efectúan”
 AUERBACH: dos tipos de relato. Riqueza analítica de Homero, sintética concisión de la Biblia.

SEGUNDA PARTE: LUCIANA


En esta segunda parte del texto, se da una extensa discusión sobre los anales y la historia, mediado por la carga
retórica de los mismos. Sólo señalaré los que me resultaron más relevantes.

 Tradicionalmente se creía que anales e historia eran géneros literarios muy distintos. Los anales, orientados hacia la
reconstrucción de acontecimientos más remotos, eran considerados más cercanos a la erudición que a la retórica.
 Isidoro de Sevilla: “la diferencia existente entre historia y anales reside en que la historia concierne a épocas que
hemos podido ver, mientras que los anales conciernen a años que nuestra era no conoció. Género más complejo que
los anales. Gelio: la historia mostraba no sólo aquello que había sucedido, sino también “con qué intención y por
qué motivo había sucedido”. Caso de Baronio: la exclusión de los discursos ficticios, impuesta por el género de los
anales, obedecía a una actitud anti retórica basada en una comunicación concisa y “despojada”.
 Las notas al margen, cuyas llamadas en el texto de los Annales Ecclesiastici consistían en citas, notas y signos
lingüísticos-tipográficos que las acompañan pueden ser considerados, en tanto procedimientos tendientes a
comunicar un efecto de verdad, como correlatos de la enargéia. La enargéia estaba ligada a una cultura basada
sobre la oralidad y gestualidad; las citas al margen, los reenvíos al texto y los paréntesis angulares, a una cultura
dominada por la imprenta. La enargéia quería comunicar la ilusión de presencia del pasado; las citas enfatizan que el
pasado sólo nos es accesible de modo indirecto, mediado.
 Dialogo della Historia: Silvio Antoniano: interviene en la discusión acerca de la licitud de incluir discursos ficticios
en una obra de historia, proponiendo una solución de compromiso; “para procurar solaz a los lectores, adornar la
verdad con algo añadido […] obras ambas que no son trabajo de aquel que hace de maestro de obras, sino de pintor y
escultor”.
 Gracias a la historia eclesiástica y a la anticuaria, la prueba documental (evidence) se impuso sobre la enárgeia
(evidentia in narratione). Aunque en nada son incompatibles, actualmente no hay historiador que pueda pensar en
valerse de la segunda como sucedánea de la primera. Se había iniciado muy pronto una tenue devaluación de la
historiografía de base anticuaria. Posmodernidad- Leemos signos SIGNOS en las anticuarias.
 La ékphrasis, tan a menudo usada como herramienta al servicio de la historiografía, en este caso enfatizaba aquello
que los historiadores habían ignorado o representado de manera insuficiente.
 Ese tema no era nuevo: nueva era el recelo ante la posibilidad de evocar, gracias al virtuosismo retórico, el pasado
como un todo consumado. En su lugar, comenzaba a aflorar la conciencia de que nuestro conocimiento del pasado es
inevitablemente incierto, discontinuo, lagunoso: basado sobre una masa de fragmentos y ruinas.
 Los frescos historiográficos que intentan comunicar al lector, con expedientes a menudo mediocres, la ilusión de una
realidad caduca, ocultan de forma tácita ese límite constitutivo del oficio del historiador. La microhistoria opta por la
vía opuesta: acepta el límite explorando sus implicaciones gnoseológicas ytransformándolas en un elemento narrativo
(Ginzburg, 2010: 382)

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