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MONOGRAFÍA
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PERÚ
INTRODUCCIÓN
En el Capítulo dos se estudia la evolución del Taylorismo desde sus inicios hasta los
momentos previos al surgimiento de nuevas ideologías, tales como el “fordismo”,
“toyotarismo” los cuales serán materia de otra investigación.
CAPITULO I: FREDERICK TAYLOR
1.1. BIOGRAFÍA
- Frederick Taylor
Tuvo que abandonar la carrera de derecho, porque presentó problemas visuales que le
impedían realizar bien sus labores en ese campo. En el año 1875, decidió comenzar a
trabajar como obrero en una fábrica siderúrgica de Filadelfia, donde aprendió de cada
uno de los procesos siderúrgicos. Su excelente desempeño y aprendizaje, hicieron que
Frederick Taylor diera un paso hacia adelante en sus labores, ya que tiempo después
empezó a dirigir un taller de máquinas. En su nueva labor, comenzó a realizar
observaciones detalladas en las labores realizadas por los trabajadores encargados de
cortar metales. En base a sus observaciones, surgió la idea de analizar el trabajo,
dividiendo cada proceso en pequeñas tareas más simples, las cuales tenían un
determinado tiempo de ejecución, con el que se les exigía a los trabajadores realizar
cada tarea en el tiempo establecido.
El análisis del trabajo hecho por Taylor permitió disminuir en gran cantidad los tiempos
muertos en los movimientos hechos por los obreros, y en los cambios de procesos que
involucraban además cambios de herramientas. También estableció, un salario por
pieza fabricada, en relación con el tiempo estimado empleado, el cual era una
motivación para mejorar el ritmo de trabajo. Esta estrategia ayudó a ir acabando poco a
poco con la disputa entre trabajadores y jefes, por los estándares de productividad.
Para finales del siglo XX, en la segunda etapa de la revolución industrial, el taylorismo y
la organización científica del trabajo lograron una amplia expansión por Estados
Unidos, la cual estaba respaldada por varios empresarios industriales, los cuales
esperaban una posibilidad de que ese método, hiciera crecer los controles de sus
procesos de los trabajos que desempeñaban; y simultáneamente aumentaban la
productividad empleando obreros no calificados, para procesos manuales más
simplificados y repetitivos.
Cuando contaba con 45 años, Taylor decidió retirarse del ámbito laboral, pero siguió
ofreciendo charlas y conferencias en diversos institutos y universidades, con la
intención de promover los principios de la administración científica del trabajo.
Taylor y su esposa habían adoptado tres niños, y durante la década que abarcó desde
1904 hasta 1914, todos ellos vivieron en Filadelfia.
Según el propio Taylor, la administración científica es, ante todo, una evolución más que
una teoría, y tiene como ingredientes 75% de análisis y 25% de sentido común.
INTRODUCCION
Argumentó la necesidad de enfocarse en el entrenamiento más
que en buscar al “hombre adecuado,” enunciando “En el pasado
el hombre fue primero; en el futuro el sistema debe ser
primero,y la principal meta de todo buen sistema debe ser
desarrollar hombres de primera clase”.
“En lugar de trabajar fuerte para hacer la mayor cantidad posible de trabajo de la mejor
calidad, trabajan tan despacio como pueden y tratan de hacer creer a sus superiores
que lo hacen con rapidez” (1969, p. 148).
Además afirma que este modo de trabajar se transmite de obreros más antiguos a los
más jóvenes por diversos métodos, a través de la persuasión y la presión.
Trasmitiéndose de este modo una cultura de la simulación.
Taylor describe una profunda diferencia entre los que deben pensar y los que deben
ejecutar “Un hombre mentalmente despierto e inteligente es, por esta misma razón,
completamente inadecuado para el trabajo de esta clase <cargar lingotes de oro>… el
hombre más idóneo… es incapaz de comprender la ciencia real de este tipo de trabajo”
(Pag. 61), más adelante apoda a este tipo de personas vigorosas pero sin formación
académica alguna como “empleados tipo buey” (pág. 63), es decir, personas idóneas
para trabajos que implican la mayor fuerza muscular.
“Así pues, bajo el plan que individualiza a cada trabajador, en lugar de despedirlo
brutalmente o de rebajarle el salario por no haber alcanzado a servir bien,
inmediatamente se le dan el tiempo y la ayuda necesarios para hacerlo ducho en
su labor actual o se le cambia a otra clase de trabajo para el que resulta más
adecuado mental o físicamente.” (1969, p. 67)
Ahora bien, más adelante en su obra, Taylor argumenta que aquellos trabajadores que
fueran debidamente enseñados, que no quieran o no puedan trabajar de acuerdo a los
nuevos procedimientos y con la mayor rapidez señalada, tienen que ser despedidos por
la dirección. El autor presupone, que se aceptará la rígida estandarización sólo por la
incentivación económica
Todas las ideas de Taylor han sido criticadas y reformuladas por expertos en diferentes
disciplinas a lo largo de los más de cien años que han pasado desde su muerte.
Se le critica que el interés en la eficiencia deja de lado el interés por el ser humano, que
la excesiva especialización dificulta la búsqueda de empleo y que no todas las
empresas pueden administrarse según las mismas fórmulas.
Sin embargo, su nombre sigue siendo fundamental porque él fue el primero en hacer
preguntas claves: ¿cómo hacer más productivas a las empresas?, ¿cómo organizar el
trabajo?, ¿cómo aprovechar al máximo el talento de los empleados?, o ¿cómo lograr
que trabajen con motivación?
Según Barba Álvarez (2010, p. 22), comúnmente se piensa que el control estadístico de
calidad en Japón se inicia con el proceso de ocupación de los aliados finalizada la
Segunda Guerra Mundial, cuando en realidad ya existían antecedentes de la influencia
de la administración científica de Taylor y de la aplicación de este método de
recolección sistemática de datos antes de la gran guerra. No obstante lo cual, las
diferencias culturales que distanciaban a las prácticas administrativas japonesas de las
occidentales, dio lugar a un taylorismo sui géneris. Explica Barba Álvarez al respecto
(2010, p. 25), que los principios de la administración científica nunca fueron aplicados
plenamente en las empresas japonesas, en parte debido a que las reglas tayloristas
hacían rígida la creatividad y las rutinas del trabajo para distinguir responsabilidades
entre empleados, sindicatos y la dirección.
2.2. TAYLORISMO
Frederick W. Taylor intentó eliminar por completo los movimientos innecesarios de los
obreros, con el deseo de aprovechar al máximo el potencial productivo de la industria.
Hizo un estudio con el objetivo de eliminar los movimientos inútiles y establecer, por
medio de cronómetros, el tiempo necesario para realizar cada tarea específica.
Al taylorismo, como método de trabajo, se le denominó organización científica del
trabajo o gestión científica del trabajo, entendida como forma de dirección que asigna al
proceso laboral los principios básicos del método científico, indicando así el modo
óptimo de llevar a cabo un trabajo y repartiendo las ganancias con los trabajadores. Se
basa en la división del trabajo en dirección y trabajadores, la subdivisión de las tareas
en otras más simples y en la remuneración del trabajador según el rendimiento.
El sistema de Taylor bajó los costos de producción porque se tenían que pagar menos
salarios, las empresas incluso llegaron a pagar menos dinero por cada pieza para que
los obreros se diesen más prisa. Para que este sistema funcionara correctamente, era
imprescindible que los trabajadores estuvieran supervisados, y así surgió un grupo
especial de empleados que se encargaban de la supervisión, organización y dirección
del trabajo. Su obsesión por el tiempo productivo lo llevó a trabajar el concepto de
cronómetro en el proceso productivo, idea que superaría a la de taller, propia de la
primera fase de la Revolución Industrial.
La división del trabajo planteada por Taylor efectivamente reduce los costos y
reorganiza científicamente el trabajo, pero encuentra un rechazo creciente del
proletariado, elemento que sumado a la crisis lo llevaría a una reformulación práctica en
el siglo XX que es la idea del Fordismo.
Determinar con un cronómetro el tiempo necesario para realizar cada uno de estos
movimientos elementales y elegir el modo más simple de ejecución.
Eliminar todos los movimientos mal concebidos, los lentos o inútiles.
Tras haber suprimido así todos los movimientos inútiles, reunir en una secuencia los
movimientos más rápidos y los que
A pesar de que las intenciones de Taylor no iban más allá de optimizar métodos de
trabajo, la ingeniería de procesos que él exploró tiende a concentrar las habilidades
necesarias para realizar las tareas en los equipos y los procesos, disminuyendo
considerablemente las habilidades necesarias por parte de los trabajadores.
Frank Bunker Gilbreth (1868-1924) nació en Fairfield, EEUU. Cuando contaba con 17
años, y habiendo aprobado los exámenes para ingresar al Instituto Tecnológico de
Massachusets.
Diez años después fue superintendente jefe de una constructora y a los, 26 años de
edad se convirtió en uno de los contratistas más renombrados en el mundo.
Contrajo matrimonio con Lilian Evelyn Moller, estudiante de literatura inglesa que más
tarde se doctoro, con la cual tuvo doce hijos.
Junto a su esposa, Frank estudió los movimientos que hacían los albañiles en la
construcción, tanto en el momento como en películas y fotografías. Crearon
formas de facilitar su trabajo e hicieron estudios sobre ergonomía.
Dejó el contratismo en construcción en 1912 para estudiar administración científica y
colaboró con Taylor en los estudios de organización del trabajo y en sus
investigaciones sobre el tiempo de ejecución de tareas y la fatiga.
Tras la muerte de Frank en 1924, Lilian continuó sus trabajos y divulgó una serie de
conceptos organizativos orientados a valorar el factor humano. También intentó seguir
al frente de la consultora de Frank, pero los clientes decidieron no renovar sus
contratos habiendo una mujer al mando. Lilian fue la primera psicóloga industrial de la
historia.
CONCLUSIONES
Taylor fue un autor que respondió a su época, que planteó una modalidad de trabajo
particular dadas las necesidades operativas de las empresas industriales
estadounidenses bajo el nuevo orden económico, político y social resultante de la
Revolución Industrial y los movimientos migratorios que se orientaron hacia los EEUU.
No podemos negar el aporte que el modelo Taylorista hizo en su época y como también
contribuyó al nacimiento de la administración científica pero en la actualidad ya no
podría responder a las necesidades sociales del mundo globalizado actual.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
BARBA ALVAREZ, A. (2010). “Frederick Winslow Taylor y La Administración
científica: contexto, realidad y mitos”. Disponible en:
http://zaloamati.azc.uam.mx/bitstream/handle/11191/2955/frederick-winslow-taylor-y-
la-administracion-cientifica-contexto-realidad-y-mitos.pdf?sequence=1
TAYLOR, F. W. (1969). Principios de la Administración Científica (11° edición).
México: Herrero Hnos. S. A.
https://historia-biografia.com/frederick-winslow-taylor/