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Los anticoagulantes orales son fármacos que hacen que la sangre tarde más tiempo en coagular al impedir que
una de las vitaminas, concretamente la vitamina K, pueda ser utilizada por el hígado para formar alguno de
los factores de la coagulación. Por esta razón, a los anticoagulantes orales se les llama también antivitaminas
K.
Hay varios tipos y se diferencian en el nombre y en el tiempo que prolong an su efecto en el organismo. Los más
conocidos en Chile son el Neosintrón y la Warfarina o Coumadín.
Pacientes que han sufrido ya alguna trombosis o embolia para evitar que se repita.
Personas que NO han tenido trombosis o embolia, pero tienen algún problema que les hace tener riesgo de presentarlas
y que el médico lo haya indicado:
o Enfermedades cardiacas (arritmias, prótesis valvular cardiaca, miocardiopatía dilatada, enfermedades de las válvulas y
otras).
Enfermedades hereditarias de la sangre (déficit de proteína C o S, mutación del factor V Leiden y otras).
Cómo actúa el tratamiento anticoagulante:
El tratamiento anticoagulante hace que disminuyan los niveles plasmáticos de la protrombina y retarda la
coagulación sanguínea, en otras palabras, que la sangre tarde más tiempo en coagular al impedir que una de las
vitaminas, concretamente la K, pueda ser utilizada por el hígado para formar al guno de los factores de la
coagulación. Por esta razón, a los anticoagulantes orales se les llama también antivitaminas K. El objetivo del
tratamiento es disminuir la propensión de la sangre a coagularse (alargar el tiempo de coagulación), con lo cual se
reduce el riesgo de formación de trombos o coágulos.
*Su uso incorrecto causará que la sangre no coagule, o de igual manera se formen coágulos. Por eso, la mayor
complicación de los anticoagulantes es la hemorragia*
4) Cómo se controla el tratamiento anticoagulante:
El tratamiento anticoagulante se controla a través de un examen de sangre denominado protrombina (TP) que mide el
INR. El control del tratamiento anticoagulante debe hacerse como máximo cada 4 ó 5 semanas.
Enfermedades:
Fibrilación Auricular.
Trombosis Venosa Profunda.
Accidente Cerebrovascular.
Infarto Agudo al Miocardio.
Tromboembolismo Pulmonar.
Trombofilia.
Prótesis Valvular Cardiaca.
Miocardiopatía dilatada.
Tomar la dosis exacta indicada por el médico, si es que la dosis requiere partir la tableta, debe intentar hacerlo con la
mayor precisión posible.
Tomar el anticoagulante todos los días a la misma hora. De preferencia en la tarde, entre las comidas, por ejemplo a las
17.00 horas, para que no haya interacción entre el medicamento y los alimentos.
Evitar tomarlos en la mañana, ya que en esas horas se suelen tomar los exámenes de control y así no interfiera con los
resultados1.
No reajuste su dosis solo, en caso de haber tomado menos de la dosis indicada, puede corregirlo, tomándose lo que le
faltó para completar la dosis.
No auto-medicarse.
Evitar la aspirina y antiinflamatorios porque potencian la acción de los anticoagulantes.
Si tomó una cantidad ligeramente superior a la que le correspondía puede compensarlo al día siguiente disminuyendo la
dosis en la misma medida del exceso que tomó hoy.
Si le tocaba descansar y no lo hizo, descanse al día siguiente.
Si alteró el orden de la secuencia que venía tomando corríjalo al día siguiente.
1
Guía clínica de tratamiento anticoagulante oral (TACO).
Manzana. Zanahoria.Frutillas. Plátanos. Pepinos.
No beber alcohol porque puede modificar la respuesta del organismo a los anticoagulantes.
Importante saber que la vitamina E, potencia la acción, algunos ejemplos de alimentos ricos en vitamina E son los frutos
secos, como el maní, las nueces, hortalizas de hoja verde y aceite de girasol.
La vitamina C también disminuye el efecto de los anticoagulantes, por lo tanto, se debe consumir con moderación. Los
alimentos ricos en vitamina C, suelen ser cítricos, como naranjas, limones y pomelos, también los tomates y frutillas son
ricos en vitamina C.
No iniciar dietas hipocalóricas, o de moda, para bajar de peso sin consultar a un especialista.
En resumen debe ser una dieta variada sin eliminar ningún tipo de nutriente y debe procurar tomar el
medicamento entre las comidas para así disminuir la interacción entre los alimentos y el anticoagulante.
El tratamiento con anticoagulantes orales debe ser controlado siempre por un médico especialista en el
tema, realizando previamente un análisis de la coagulación de la sangre.
El paciente nunca debe cambiar la dosis por su cuenta, a no ser que esté especialmente entrenado para e llo.
El paciente no debe tomar ningún medicamento nuevo sin antes consultarlo, a ser posible, con su médico,
sobre todo si se duda de que pueda afectar al anticoagulante. Todos los cambios en el tratamiento habitual
del paciente deben notificarse cuando se acuda al control.
El fármaco anticoagulante debe tomarse siempre a la misma hora.
La presión arterial diastólica, la que se conoce como mínima, no debe sobrepasar la cifra de 90 mm. Hg.
Están totalmente prohibidas las inyecciones intramusculares, ya que pueden provocar un gran hematoma
que no se ve al principio y causar una cojera.
En caso de diarrea, debe hacer dieta y consultar al médico.
En caso de dolor, no debe tomar nunca aspirinas ni antiinflamatorios sin prescripción médica.
Debe consultar con su médico también si es mujer y sospecha que está embarazada.
Importancia de no automedicarse.
Es de suma importancia recordarle al paciente que no puede automedicarse ya que esto conlleva muchos riesgos, tales
como hemorragias severas, hipertensión arterial no controlada, o puede presentar alergia al medicamento por
desconocer sus componentes. Además al automedicarse la persona no considera las interacciones que puede tener el
anticoagulante con otros medicamentos, generando un problema mayor al que tenía inicialmente. Es por esto que antes
de utilizar cualquier anticoagulante tiene que consultar a su médico tratante.