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Guía de estudio
Bases Teóricas
de la
Investigación
Científica
Elaboró
M. en C. Ma. del Refugio Navarro Hernández
M. en C. Elva Anzaldo Velásquez
ACTUALIZACION
Academia
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Bases Teóricas Agosto 2010
Carrera
Licenciaturas en Contaduría, Administración y Mercadotecnia
Métodos cuantitativos
Academia
Horas de docencia
Horas trabajo Total Valor
Clave de la Horas de Horas de independiente de en
U.A. teoría práctica horas créditos
20 28 48 96 6
Área de formación
Elaborado por:
Fecha de elaboración
2
Bases Teóricas Agosto 2010
Julio 2007
2. PRESENTACIÓN
La necesidad actual por la investigación científica hace necesario involucrar a los estudiantes
en la comprensión del conocimiento, fundamentos y desarrollo de la investigación científica, así
como sus diferentes métodos para abordarla. Lo anterior es con el objetivo de sensibilizar al
estudiante a comprender la ciencia, rescatar la vida cotidiana como objeto de observación,
problematización y su valorización en el contexto social. Coadyuvando así, a la formación del
espíritu científico en cada estudiante.
4. UNIDAD DE COMPETENCIA
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5. ATRIBUTOS O SABERES
Saberes Describir los tipos de conocimiento.
Prácticos Analizar el avance científico en el desarrollo humano-social.
Contrastar los tipos de conocimiento.
Diferenciar los métodos de investigación.
Debatir el método en algunas corrientes.
Saberes Identificar los diferentes tipos de conocimiento.
Teóricos Destacar la importancia que tiene la investigación científica en el desarrollo de
la ciencia.
Conocer la evolución del conocimiento.
Reconocer los distintos métodos de la investigación en las ciencias.
Identificar el método en algunas corrientes del pensamiento
Conocer la relación sujeto-objeto-realidad
Saberes Desarrollar una actitud ética respecto a la ciencia.
Formativos Valorar como se da la sistematización del conocimiento.
Desarrollar la visión sujeto-objeto en la transformación de la realidad.
Fomentar el trabajo en equipo.
Logro de la interacción dialógica.
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2. La ciencia
3.1 Empirismo
3.2 La edad media y Guillermo Ockam
3.3 El Método científico: la primera expresión del reduccionismo
3.4 El siglo XVIII y XIX: La Base del materialismo dialectico
3.5 El constructivismo social (siglo XX)
3.6 Las Metodologías del software: La revolución del conocimiento.
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Del profesor
◊ Presentación y explicación de los temas
◊ Proporcionar los apoyos bibliográficos necesarios para la comprensión de los temas
◊ Organización del trabajo individual y por equipos
◊ Asesorar el diseño y desarrollo de la investigación
◊ Propiciar la reflexión continua y sistemática sobre el proceso de aprendizaje
De los estudiantes
Acciones
◊ Resumen respecto a
◊ Realizar presentaciones
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Bases Teóricas Agosto 2010
9. CALIFICACION
1. EVALUACIÓN
Portafolio 30%
Actividades integradoras 20%
caso integrador (proyecto de investigación) 20%
Examen de conocimiento departamental (2) 15%
Participación durante los desarrollos temáticos 15%
Total 100 %
10. ACREDITACION
11. BIBLIOGRAFIA
Bibliografía básica
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Bibliografía complementaria
No celulares,
respeto del horario de trabajo
asistencia y permanencia
respeto a la palabra
no poner apodos
llegar puntuales
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Objeto de estudio 1
CT
OE
1.1 Desarrollo histórico del conocimiento y la ciencia NM
1.2 Función básica de la ciencia TA
1.3 Relación hombre-naturaleza-ciencia. ET
NI
I C
DO
O
Objetivo del
Aprendizaje
Conocimiento
Ciencia
Técnica
Humanidad
Naturaleza
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Pregunta Problematizadora
Actividad preliminares
1. Actividad rompehielo
2. Por escrito conceptualiza lo siguiente:
TAREA
Hombre
Sociedad
Conocimiento
Ciencia
Naturaleza
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A los primeros filósofos de Grecia se les suele llamar <<filósofos de la naturaleza>> porque, ante todo, se
interesaban por la naturaleza y sus procesos.
Ya nos hemos preguntado de dónde procedemos. Muchas personas hoy en día se imaginan más o menos
que algo habrá surgido, en algún momento, de la nada. Esta idea no era tan corriente entre los griegos.
Por alguna razón daban por sentado que ese <<algo>> había existido siempre.
Veamos, pues, que la gran pregunta no era cómo todo pudo surgir de la nada. Los griegos se
preguntaban, más o menos bien, cómo era posible que el agua se convirtiera en peces vivos y la tierra
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Bases Teóricas Agosto 2010
Los primeros filósofos tenían en común la creencia de que existía una materia primaria, que era el origen
de todos los cambios. No resulta fácil saber cómo llegaron a esa conclusión, sólo sabemos que iba
surgiendo la idea de que tenía que haber una solo materia primaria que, más o menos, fuese el origen de
todos los cambios sucedidos en la naturaleza. Tenía que haber <<algo>> de lo que todo procedía y a lo
que todo volvía.
Lo más interesante para nosotros no es saber cuáles fueron las respuestas a las que llegaron esos
primeros filósofos, sino qué preguntas se hacían y qué tipo de respuestas buscaban. Nos interesa más el
cómo pensaban que precisamente lo que pensaban.
Podemos constatar que hacían preguntas sobre cambios visibles en la naturaleza. Intentaron buscar
algunas leyes naturales constantes. Querían entender los sucesos de la naturaleza sin tener que recurrir a
los mitos tradicionales. Ante todo, intentaron entender los procesos de la naturaleza estudiando la misma
naturaleza. ¡Es algo muy distinto a explicar los relámpagos y los truenos, el invierno y la primavera con
referencias a sucesos mitológicos!
De esta manera, la filosofía se independizó de la religión. Podemos decir que los filósofos de la naturaleza
dieron los primeros pasos hacia una manera científica de pensar, desencadenando todas las ciencias
naturales posteriores.
La mayor parte de lo que dijeron y escribieron los filósofos de la naturaleza se perdió para la posteridad.
Lo poco que conocemos lo encontramos en los escritos de Aristóteles, que vivió un par de siglos después
de los primeros filósofos. Aristóteles sólo se refiere a los resultados a que llegaron los filósofos que le
precedieron, lo que significa que no podemos saber siempre cómo llegaron a sus conclusiones. Pero
sabemos suficiente como para constatar que el proyecto de los primeros filósofos griegos abarcaba
preguntas en torno a la materia primaria y a los cambios en la naturaleza.
El primer filósofo del que oímos hablar es Tales, de la colina de Mileto, en Asia Menor. Viajó mucho por el
mundo. Se cuenta de él que midió la altura de una pirámide en Egipto, teniendo en cuenta la sombra de
la misma, en el momento en que su propia sombra medía exactamente lo mismo que él. También se dice
que supo predecir mediante cálculos matemáticos un eclipse solar en el año 585 antes de Cristo.
Tales opinaba que el agua era el origen de todas las cosas. No sabemos exactamente lo que quería decir
con eso. Quizás opinara que toda clase de vida tiene su origen en el agua, y que toda clase de vida vuelve
a convertirse en agua cuando se disuelve.
Estando en Egipto, es muy probable que viera cómo todo crecía en cuanto las aguas del Nilo se retiraban
de las regiones de su delta. Quizás también viera cómo, tras la lluvia, iban apareciendo ranas y gusanos.
Además, es probable que Tales se preguntara cómo el agua puede convertirse en hielo y vapor, y luego
volver a ser agua de nuevo.
Al parecer, Tales también dijo que <<todo está lleno de dioses>>. También sobre este particular sólo
podemos hacer conjeturas en cuanto a lo que quiso decir. Quizás se refiriese a cómo la tierra negra
pudiera ser el origen de todo, desde flores y cereales hasta cucarachas y otros insectos, y se imaginase
que la tierra estaba llena de pequeños e invisibles <<gérmenes>> de vida. De lo que sí podemos estar
seguros, al menos, es de que no estaba pensando en los dioses de Homero.
El siguiente filósofo del que nos habla es de Anaximandro, que también vivió en Mileto. Pensaba que
nuestro mundo simplemente es uno de los muchos mundos que nacen y perecen en algo que él llamó <<lo
indefinido>>. No es fácil saber lo que él entendía por <<lo indefinido>>, pero parece claro que no se
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imaginaba una sustancia conocida, como Tales. Quizás fuera de la opinión de que aquello
de lo que se ha creado todo, precisamente tiene que ser distinto a lo creado. En ese caso,
la materia primaria no podía ser algo tan normal como el agua, sino algo <<indefinido>>.
Un tercer filósofo de Mileto fue Anaxímenes (aprox. 570-526) a. De C. ) que opinaba que elorigen de todo
era el aire o la niebla.
Es evidente que Anaxímenes había conocido la teoría de Tales sobre el agua. ¿Pero de dónde viene el
agua? Anaxímenes opinaba que el agua tenía que ser aire condensado, pues vemos cómo el agua surge
del aire cuando llueve. Y cuando el agua se condensa aún más, se convierte en tierra, pensaba él. Quizás
había observado cómo la tierra y la arena provenían del hielo que se derretía. Asimismo pensaba que el
fuego tenía que ser aire diluido. Según Anaxímenes, tanto la tierra como el agua y el fuego, tenían como
origen el aire.
No es largo el camino desde la tierra y el agua hasta las plantes en el campo. Quizás pensaba
Anaxímenes que para que surgiera vida, tendría que haber tierra, aire, fuego y agua. Pero el punto de
partida en sí eran <<el aire>> o <<la niebla>>. Esto significa que compartía con Tales la idea de que tiene
que haber una materia primaria, que constituye la base de todos los cambios que suceden en la
naturaleza.
Los tres filófos de Mileto pensaban que tenía que haber una –y quizás sólo una- materia primaria de la que
estaba hecho todo lo demás. ¿Pero cómo era posible que una materia se alterara de repente para
convertirse en algo completamente distinto? A este problema lo podemos llamar problema del cambio.
Desde aproximadamente el año 500 a. De C. vivieron unos filósofos en la colonia griega de Elea en el sur
de Italia, y estos eleatos se preocuparon por cuestiones de ese tipo. El más conocido era Parménides
(aprox. 510-470 a. De C.)
Parménides pensaba que todo lo que hay ha existido siempre, lo que era una idea muy corriente entre los
griegos. Daban más o menos por sentado que todo lo que existe en el mundo es eterno. Nada puede
surgir de la nada, pensaba Parménides. Y algo que existe, tampoco se puede convertir en nada.
Pero Parménides fue más lejos que la mayoría. Pensaba que ningún verdadero cambio era posible. No
hay nada que pueda convertir en algo diferente a lo que es exactamente.
Desde luego que Parménides sabía que precisamente la naturaleza muestra cambios constantes. Con los
sentidos observaba cómo cambiaban las cosas, pero esto no concordaba con lo que le decía la razón. No
obstante, cuando se vio forzado a elegir entre fiarse de sus sentidos o de su razón, optó por la razón.
Conocemos la expresión: <<Si no lo veo, no lo creo>>. Pero Parménides no lo creía ni siquiera cuando lo
veía. Pensaba que los sentidos nos ofrecen una imagen errónea del mundo, una imagen que no
concuerda con la razón de los seres humanos. Como filósofo, consideraba que era su obligación descubrir
toda clase de <<ilusiones>>.
Esta fuerte fe en la razón humana se llama racionalismo. Un racionalista es el que tiene una gran fe en la
razón de las personas como fuente de sus conocimientos sobre el mundo.
TODO FLUYE
Garder Jostein. “El mundo de Sofía,
Patria/siruela
México D. F, 1999
Al mismo tiempo que Parménides, vivió Heráclito (aprox.540-480 a. De C.) de Éfeso en Asia Menor. El
pensaba que precisamente los cambios constantes eran los rasgos más básicos dela naturaleza.
Podríamos decir que Heráclito tenía más fe en lo le decían sus sentidos que Parménides.
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<<Todo fluye>>, dijo Heráclito. Todo está en movimiento y nada dura eternamente. Por eso
no podemos <<descender dos veces al mismo río>>, pues cuando desciendo al río por
segunda vez, ni yo ni el río somos los mismos.
Heráclito también señaló el hecho de que el mundo está caracterizado por constantes contradicciones. Si
no estuviéramos nunca enfermos, no entenderíamos lo que significa estar sano. Si no tuviéramos nunca
hambre, no sabríamos apreciar estar saciados. Si no hubiera nunca invierno, no nos daríamos cuenta de
la primavera.
Tanto el bien como el mal tienen un lugar necesario en el Todo, decía Heráclito. Y si no hubiera un
constante juego entre los contrastes, el mundo dejaría de existir.
<<Dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, hambre y saciedad>>, decía. Empleaba la palabra
<<Dios>>, pero es evidente que se refiere a algo muy distinto a los dioses de los que hablaban los mitos.
Para Heráclito, Dios –o lo divino- es algo que abarca a todo el mundo. Dios se muestra precisamente en
esa naturaleza llena de contradicciones y en constante cambio.
En lugar de la palabra <<Dios>> , emplea a menudo la palabra griega logos, que significa razón. Aunque
las personas no hemos pensado siempre del mismo modo, ni hemos tenido la misma razón, Heráclito
opinaba que tiene que haber una especie de <<razón universal>> -o <<ley natural>>- es algo común para
todos y por la cual todos tienen que guiarse. Y, sin embargo, la mayoría vive según su propia razón, decía
Heráclito. No tenía, en general, muy buena opinión de su prójimo. <<Las opiniones de la mayor parte de la
gente pueden compararse con los juegos infantiles>>, decía.
En medio de todos esos cambios y contradicciones en la naturaleza, Heráclito veía, pues, una unidad o un
todo. Este <<algo>>, que era la base de todo, el lo llamaba <<Dios>> o <<logos>>.
CUATRO ELEMENTOS
En cierto modo, las ideas de Parménides y Heráclito eran totalmente contrarias. La razón de Parménides
le decía que nada puede cambiar. Pero los sentidos de Heráclito decían, con la misma convicción, que en
la naturaleza suceden constantemente cambios. ¿Quién de ellos tenía razón? ¿Debemos fiarnos de la
razón o de los sentidos.
Parménides dice:
a) que nada puede cambiar y
b) que las sensaciones, por lo tanto, no son de fiar.
Por el contrario, Heráclito dice:
a) que todo cambio <<todo fluye>> y
b) que las sensaciones son de fiar.
¡Difícilmente dos filósofos, pueden llegar a estar en mayor desacuerdo! ¿Pero cuál de ellos tenía razón?
Empédocles (494-434 a. De C.) de Sicilia sería el que lograra salir de los enredos en los se había metido
la filosofía. Opinaba que, tanto Parménides como Heráclito, tenían razón en una de sus afirmaciones, pero
que los dos se equivocaban en una cosa.
Empédocles pensaba que el gran desacuerdo se debía a que los filósofos habían dado por sentado que
había un solo elemento. De ser así, la diferencia entre lo que dice la razón y lo que <<vemos con nuestros
propios ojos>>sería insuperable.
Es evidente que el agua no puede convertirse en un pez o una mariposa. El agua no puede cambiar. El
agua pura sigue siendo agua pura para siempre. De modo que Parménides tenía razón en decir que
<<nada cambia>>
Al mismo tiempo, Empédocles llegó a la conclusión de que lo que había que rechazar era la idea de que
hay un solo elemento. Ni el agua ni el aire son capaces, por sí solos, de convertirse en un rosal o en una
mariposa, razón por la cual resulta imposible que la naturaleza sólo tenga un elemento.
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Empédocles llegó a la conclusión de que lo que había que rechazar era la idea de que hay
un solo elemento. Ni el agua ni el aire son capaces, por sí solos, de convertirse en un rosal,
o en una mariposa, razón por la cual resulta imposible que la naturaleza sólo tenga un elemento.
Empédocles pensaba que la naturaleza tiene en total cuatro elementos o <<raíces>>, como él los llama.
Llamó a esas cuatro raíces tierra, aire, fuego y agua.
Todos los cambios de la naturaleza se deben a que estos cuatro elementos se mezclan y se vuelven a
separar, pues todo está compuesto de tierra, aire, fuego, y agua, pero en distinta proporciones de mezcla.
Cuando muere una flor o un animal, los cuatro elementos vuelven a separarse. Éste es un cambio que
podemos observar con los ojos. Pero latiera y el aire, el fuego y el agua quedan completamente
inalterados o intactos con todos esos cambios en los que participan. Es decir, que no es cierto que
<<todo>> cambia.
En realidad, no hay nada que cambie. Lo que ocurre es, simplemente, que cuatro elementos diferentes se
mezclan y se separa, para luego volverse a mezclarse.
Podríamos compararlo con un pintor artístico: si tiene sólo un color –por ejemplo el rojo- no puede pintar
árboles verdes. Pero si tiene amarillo, rojo, azul y negro, puede obtener hasta cientos de colores
mezclándolos en distintas proporciones.
Un ejemplo de cocina demuestra lo mismo. Si sólo tuviera harina, tendría que se mago para poder hacer
un bizcocho. Pero si tengo huevos y harina, leche y azúcar, entonces puedo hacer un montón de tartas y
bizcochos diferentes, con esas cuatro materias primas.
No fue por casualidad el que Empédocles pensara que las <<raíces>> de la naturaleza tuvieran que se
precisamente tierra, aire, fuego y agua. Antes que él, otros filósofos habían intentado mostrar por qué el
elemento básico tendría que ser el agua, aire o fuego. Tales y Anaxímenes ya habían señalado el agua y
el aire como elementos importantes de la naturaleza. Los griegos también pensaban que el fuego era muy
importante. Observaban, por ejemplo, la importancia del sol para todo lo vivo en la naturaleza, y,
evidentemente, conocían el calor del cuerpo humano y animal.
Quizás Empédocles vio cómo ardía un trozo de madera; lo que sucede entonces, es que algo se disuelve.
Oímos cómo la madera cruje y gorgotea. Es el agua. Algo se convierte en humo. Es el aire. Vemos ese
aire. Algo queda cuando el fuego se apaga. Es la ceniza, o la tierra.
Empédocles señala, como hemos visto, que los cambios en la naturaleza se deben a que las cuatro raíces
se mezclan y se vuelven a separar. Pero queda algo por explicar. ¿Cuál es la causa por la que los
elementos se unen para dar lugar a una nueva vida?.¿Y por qué vuelve a disolverse <<la mezcla>> por
ejemplo, una flor?.
Empédocles pensaba que nuestros ojos estaban formados de tierra, aire, fuego y agua, como todo lo
demás en la naturaleza. Y <<la tierra>> que tengo en mi ojo capta lo que hay de tierra en lo que veo, << el
aire>> capta lo que es de aire, <<el fuego>> de los ojos capta lo que es de fuego y <<el agua>> lo que es
de agua. Si el ojo hubiera carecido de uno de los cuatro elementos, yo tampoco hubiera podido ver la
naturaleza en su totalidad.
Otro filósofo que no se contentaba con la teoría de que un solo elemento-por ejemplo el agua- pudiera
convertirse en todo lo que vemos en la naturaleza, fue Anaxágoras (540-428 a. de C). Tampoco aceptó la
idea de que tierra, aire, fuego o agua pudieran convertirse en sangre y fuego.
Anaxágoras opinaba que la naturaleza está hecha de muchas piezas minúsculas, invisibles para el ojo.
Todo puede dividirse en algo todavía más pequeño, pero incluso en las piezas más pequeñas, hay algo de
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todo. Si la piel y el pelo no se han convertido en otra cosa, tiene que haber piel y pelo
también en la leche que bebemos, y en comida que comemos, opinaba él.
A lo mejor, un par de ejemplos modernos pueden ilustrar lo que se imaginaba Anaxágoras. Mediante la
técnica de láser se pueden, hoy en día, hacer los llamados hologramas. Si el holograma muestra un
coche, y este holograma se rompe, veremos una imagen de todo el coche, aunque conservemos
solamente la parte del holograma que muestra el paracoches. Eso es porque todo el motivo está presente
en cada piececita.
De alguna manera, también se puede decir que es así como está hecho nuestro cuerpo. Si separo una
célula de la piel de un dedo, el núcleo de esa célula contiene no sólo la receta de cómo es mi piel, sino que
en la misma célula también está la receta de mis ojos, del color de mi pelo, de cuántos dedos tengo y de
qué aspecto, etc.
En cada célula del cuerpo hay una descripción detallada de la composición de todas las demás células del
cuerpo. Es decir, que hay <<algo de todo>> en cada una de las células. El todo está en la parte más
minúscula.
A esas <<partes mínimas>> que contienen <<algo de todo>>, Anaxágoras las llamaba <<gérmenes>> o
<<semillas>>.
Recordemos que para Empédocles era <<el amor>> lo que unía las partes en cuerpos enteros. También
Anaxágoras se imaginaba una especie de fuerza que <<pone orden>> y crea animales y humanos, flores y
árboles. A esta fuerza la llamó espíritu o entendimiento (nous)
Anaxágoras también es interesante por ser el primer filósofo de los de Atenas. Vino de Asia Menor, pero
se trasladó a Atenas cuando tenía unos cuarenta años. En Atenas lo acusaron de ateo y, al final, tuvo que
parcharse de la ciudad. Entre otras cosas, había dicho que el sol no era un dios, sino una masa ardiente
más grande que la península del Peloponeso.
Anaxágoras se interesaba en general por la astronomía. Opinaba que todos los astros estaban hechos de
la misma materia que la Tierra. A esta teoría llegó después de haber estudiado un meteorito. Puede ser,
decía, que haya personas en otros planetas. También señaló que la luna no lucía por propia fuerza sino
que recibe su luz de la Tierra. Explicó, además, el porqué de los eclipses de sol.
Teoría atómica
Demócrito fue el último gran filósofo de la naturaleza (aprox. 460-370 a. de C.). Demócrito estaba de
acuerdo con sus predecesores en que los cambios en la naturaleza no se debían a que las cosas
realmente <<cambiaran>>. Suponía, por lo tanto, que todo tenía que estar construido por unas piececitas
pequeñas e invisibles, cada una de ellas eterna e inalterable. A estas piezas más pequeñas Demócrito las
llamó átomos.
La palabra <<átomo>> significa <<indivisible>> . Era importante para Demócrito poder afirmar que eso de
lo que todo está hecho no podía dividirse en partes más pequeñas. Si hubiera sido así, no habrían podido
servir de ladrillos de construcción. Pues, si los átomos hubieran podido ser limados y partidos en partes
cada vez más pequeñas, la naturaleza habría empezado a flotar en una pasta cada vez más líquida.
Además los ladrillos de la naturaleza tenían que ser eternos, puede nada puede surgir de la nada. En este
punto Demócrito estaba de acuerdo con Parménides y los eleáticos. Pensaba, además, que los átomos
tenían que ser fijos y macizos, pero no podían ser idénticos entre sí. Si los átomos fueran idénticos, no
habríamos podido encontrar ninguna explicación satisfactoria de cómo podían estar compuestos, pudiendo
formar de todo, desde amapolas y olivos, hasta piel de cabra y pelo humano.
Existe un sinfín de diferentes átomos en la naturaleza, decía Demócrito Algunos son redondos y lisos,
otros son irregulares y torcidos. Precisamente por tener formas diferentes, podían usarse para componer
diferentes cuerpos. Pero aunque sean muchísimos y muy diferentes entre sí, son todos eternos,
inalterables e indivisibles.
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Cuando un cuerpo –por ejemplo un árbol o un animal- muere y se desintegra, los átomos se
dispersan y pueden utilizarse de nuevo en otro cuerpo. Pues los átomos se mueven en el
espacio, pero como tienen entrantes y salientes se acoplan para configurar las cosas que vemos en
nuestro entorno.....
Hoy podemos más o menos afirmar que la teoría atómica de Demócrito era correcta. La naturaleza está,
efectivamente, compuesta por diferentes átomos que se unen y que vuelven a separarse. Un átomo de
hidrógeno que está asentado dentro de una célula en la punta de mi nariz, perteneció, en alguna ocasión,
a la trompa de un elefante. Un átomo de carbono dentro del músculo de mi corazón estuvo una vez en el
rabo de un dinosaurio.
En nuestros días, la ciencia ha descubierto que los átomos pueden dividirse en <<partículas
elementales>>. A estas partículas elementales las llamamos protones, neutrones y electrones. Quizás
esas partículas puedan dividirse en partes aún más pequeñas. No obstante, los físicos están de acuerdo
en que tiene que haber un límite. Tiene que haber unas partes mínimas de las que esté hecho el mundo.
Demócrito no tuvo acceso a los aparatos electrónicos de nuestra época. Su único instrumento de verdad
fue su inteligencia. Y su inteligencia no le ofreció ninguna elección. Si de entrada aceptamos que nada
cambia, que nada surge de la nada y que nada desaparece, entonces la naturaleza ha de estar compuesta
necesariamente por minúsculos ladrillos que se juntan, y que se vuelven a separar.
Demócrito no contaba con ninguna <<fuerza>> o <<espíritu>> que interviniera en los procesos de la
naturaleza. Lo único que existe son los átomos y el espacio vacío, pensaba. Ya que no creía en nada más
que en lo material, le llamamos materialista.
No existe ninguna <<intención>> determinada detrás de los movimientos de los átomos. En la naturaleza
todo ocurre mecánicamente. Eso no significa que todo lo que ocurre sea <<casual>>l, pues todo sigue
leyes inquebrantables de la naturaleza. Demócrito pensaba que había una causa natural en todo lo que
ocurre, una causa que se encuentra en las mismas. En una ocasión dijo que preferiría descubrir las leyes
de la naturaleza a convertirse en rey de Persia.
La teoría atómica también explica nuestras sensaciones, pensaba Demócrito. Cuando captamos algo con
nuestros sentidos, se debe a los movimientos de los átomos en el espacio vacío. Cuando vemos la luna,
es porque los <<átomos de la luna>> alcanzan mi ojo.
¿y qué pasa con la conciencia? ¿No podrá estar formada por átomos, es decir, por <<cosas>>materiales?
Pues sí, Demócrito se imaginaba que el alma estaba formada por unos <<átomos del alma>>
especialmente redondos y lisos. Al morir una persona, los átomos del alma se dispersan hacia todas
partes. Luego, pueden entrar en otra alma en proceso de creación.
Eso significa que el ser humano no tiene alma inmortal. Mucha gente comparte también, hoy en día, este
pensamiento. Opinan, como Demócrito, que <<el alma>> está conectada al cerebro y no podemos tener
ninguna especie de conciencia cuando el cerebro se haya desintegrado.
Demócrito puso temporalmente fin a la filosofía griega de la naturaleza. Estaba de acuerdo con Heráclito
en que todo en la naturaleza <<fluye>>. Las formas van y vienen. Pero detrás de todo lo que fluye, se
encuentran algunas cosas eternas inalterables que no fluyen . A estas cosas les llamó átomos.
El hombre en el centro
Garder Jostein. “El mundo de Sofía,
Patria/siruela
México D. F, 1999
Desde aproximadamente el año 450 a. De C., Atenas se convirtió en el centro cultural del mundo griego.
Y también la filosofía tomó un nuevo rumbo.
Los filósofos de la naturaleza ante todo fueron investigadores de la naturaleza. Por ello ocupan también
un importante lugar en la historia de la ciencia. En Atenas, el interés comenzó a centrarse en el ser
humano y en el lugar de éste en la sociedad.
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Bases Teóricas Agosto 2010
Desde las colonias griegas, pronto acudió a Atenas un gran grupo de profesores y filósofos errantes.
Estos se llamaban a sí mismos sofistas. La palabra << sofista >> significa persona sabia o hábil. En
Atenas los sofistas vivían de enseñar a los ciudadanos.
Los sofistas tenían un importante rasgo en común con los filósofos de la naturaleza: el adoptar una
postura crítica ante los mitos tradicionales. Pero, al mismo tiempo, los sofistas rechazaron lo que
entendían como especulaciones filosóficas inútiles. Opinaban que, aunque quizás existiera una respuesta
a las preguntas filosóficas, los seres humanos no serían capaces de encontrar respuestas seguras a los
misterios de la naturaleza y del universo. Ese punto de vista se llama escepticismo en filosofía.
Pero aunque no seamos capaces de encontrar la respuesta a todos los enigmas de la naturaleza,
sabemos que somos seres humanos obligados a convivir en sociedad. Los sofistas optaron por
interesarse por el ser humano y por su lugar en la sociedad.
<< El hombre es la medida de todas las cosas >>, decía el sofista Protágoras (aprox. 487 – 420 a. de C.),
con lo que quería decir que siempre hay que valorar lo que es bueno o malo, correcto o equivocado, en
relación con las necesidades del hombre. Cuando le preguntaron si creía en los dioses griegos, contestó
que << el asunto es complicado y la vida humana es breve >>. A que los que, como él, no saben
pronunciarse con seguridad sobre la pregunta de si existe o no un dios, los llamamos agnósticos.
Los sofistas viajaron mucho por el mundo, y habían visto muchos regímenes distintos. Podían variar
mucho, de un lugar a otro, las costumbres y las leyes de los Estados. De ese modo, los sofistas crearon
un debate en Atenas sobre qué era lo que estaba determinado por la naturaleza y que creado por la
sociedad. Así pusieron los cimientos de una crítica social en la ciudad-estado de Atenas.
Señalaron, por ejemplo, que expresiones tales como << pudor natural >> no siempre concordaban con la
realidad. Porque si es natural tener pudor, tiene que ser algo innato. ¿Pero es innato, o es un sentimiento
creado por la sociedad? A una persona que ha viajado por el mundo, la respuesta le resulta fácil: no es
natural o innato tener miedo a mostrarse desnudo. El pudor, o la falta de pudor, está relacionado con las
costumbres de la sociedad.
Como podrás entender, los sofistas errantes crearon amargos debates en la sociedad ateniense,
señalando que no había << normas absolutas >> sobre lo que es correcto o erróneo. Sócrates, por otra
parte, intentó mostrar que sí existen algunas normas absolutas y universales.
Aprendizaje 1ª. Parte
Actividades de
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Bases Teóricas Agosto 2010
Desde que el ser humano abre sus sentidos al mundo que lo rodea y hasta el mismo instante de
su muerte, su vida entera es una variada y extensa producción de nuevos conocimientos y
reproducción de conocimientos ya realizados por otros. Vivir es, en suma, poseer los cono-
cimientos necesarios para ello, estar bien informado de lo que realmente sucede a su alrededor y
en sí mismo. Así, por ejemplo, al advertir en pleno invierno que las calles y los campos están
nevados, y al sentir al mismo tiempo en nuestro interior la sensación de frío, todo lo anterior nos
impulsa a abrigamos y por lo tanto nos impide que perezcamos de frío.
Dentro de los conocimientos que los hombres producen y reproducen durante toda su vida, hay
algunos que se refieren a hechos físicos, por ejemplo: «el sol calienta»; a ideas y relaciones
entre ideas, como por ejemplo: la estructura de nuestro lenguaje, las operaciones matemáticas y
el pensamiento lógico; al conocimiento de sí mismos como el. sentir que «estoy alegre»; a
valoraciones: «esta flor es bella»; a la sociedad en que se vive, saber que soy estudiante y
pertenezco a la clase media; o en fin, al mundo banal, por ejemplo: “mi compañera se llama
Bernarda”.
Existen otros conocimientos más complicados; para llegar a ellos se necesita un método.
Esta palabra viene del griego meta = fin y, odo = camino, es decir, camino que nos conduce a un
fin; en otras palabras, una serie de pasos rigurosos como la observación, la hipótesis y la
experimentación. Esta clase de conocimientos se denominan científicos. La finalidad de estos
conocimientos científicos es llegar a una ley científica que nos explique la realidad.
Hay conocimientos científicos que se basan en hechos, como por ejemplo la Ley de Gravedad:
"la materia atrae la materia en razón directa de su masa y en razón inversa al cuadrado de su
distancia" o como se dice en la Segunda Ley de la Termodinámica "los cuerpos ceden calor a
otros más fríos". Otros conocimientos científicos se refieren a ideas o a relaciones formales, tales
como el Teorema de Pitágoras: "el cuadrado construido sobre la -hipotenusa es igual a la suma
de los cuadrados construidos sobre los catetas". Hay otros conocimientos, sin embargo, que se
refieren de manera simplemente aproximativa a fenómenos sociales, por ejemplo: "hoy existe la
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tendencia de los campesinos a emigrar a las ciudades". Este último ejemplo sólo
nos señala una tendencia que puede ser mayor o menor según las circunstancias,
no hay una ley absoluta como las anteriores; a pesar de todo es un dato científico verdadero.
Todo lo anterior no excluye que otros seres, además del hombre, tengan también la capacidad
de producir conocimientos, por ejemplo los animales. El perro conoce el plato donde
cotidianamente recibe su alimento y es capaz de reconocer los pasos de su amo. La yegua
reconoce a su potrillo y el camino de las caballerizas. Sin embargo, ni el perro ni la yegua, ni el
resto de los animales, hasta donde sabemos, saben que ellos "saben", conocen que "conocen”.
Los seres humanos son los únicos seres vivos que saben que saben, que conocen que conocen,
que tienen conciencia de que tienen conciencia y es por esta razón que pueden hacer un estudio
metódico y sistemático de su propia actividad de conocer. En otras palabras, los hombres son
capaces de conocer un objeto que es el hombre mismo en cuanto sujeto del conocimiento.
Los hombres, además, son seres que poseen memoria. El animal también tiene memoria pero,
muerto el animal individual, ésta se pierde, no se conserva. La memoria de los hombres, por el
contrario se conserva, se hereda. Se hereda de padres a hijos, en la familia; de los mayores a
los menores en la tribu primitiva; de generación en generación dentro de la sociedad. Estos
conocimientos se registran en libros, en códices, en monumentos, en microfilms, en cintas
magnetofónicas o en otros sistemas más modernos. En el pasado remoto se transmitían
oralmente. Por eso podemos decir que los hombres tienen memoria histórica.
La ciencia avanza porque los nuevos conocimientos se producen a partir de los anteriores, tanto
en los individuos mismos como en la sociedad. Aprendemos, por ejemplo, a dividir basándonos
en conocimientos anteriores, como son la suma, la resta y la multiplicación. Construimos el
primer automóvil en un conocimiento anterior, como lo es la rueda y luego el carro jalado por
caballos.
Por lo anterior podemos decir que nuestra herencia es doble: por un lado recibimos las
características físicas heredadas de nuestros padres, que a su vez heredaron de nuestros
abuelos, por el otro, recibimos también los conocimientos producidos por los hombres del
pasado.
De los conocimientos sobre el mundo exterior, sobre los otros seres, sobre las personas que nos
rodean y sobre nosotros mismos, depende nuestra vida, nuestro desarrollo como individuos.
Pero como ya lo hemos dicho, estos conocimientos, son producidos social e históricamente, en
una sociedad, en un grupo humano o en una comunidad ya sea grande o pequeña. La estructura
(leyes gramaticales, por ejemplo) de nuestro idioma la aprendemos antes del año y medio de
vida. Estas son leyes difíciles de estudiar aun para los especialistas en gramática. Sin embargo
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el niño las capta en su complejidad. Por esto el niño dice "yo sabo", al igual que yo
canto, yo salto. Ha comprendido la estructura, pero como es muy pequeño aún no
sabe que hay excepciones y que debe decirse "yo sé". Lo mismo ocurre con el sistema numérico
que aprendemos en nuestra sociedad. En nuestro sistema decimal, por ejemplo, contamos hasta
diez, luego multiplicamos diez por diez (100); enseguida multiplicamos cien por diez (1 000) y así
sucesivamente. Nuestros antepasados prehispánicos contaban hasta veinte, su sistema se llama
vigesimal. Luego multiplicaban veinte por veinte (400); en seguida multiplicaban cuatrocientos
por veinte (8 000) Y así sucesivamente. Los niños de hoy calculan basándose en el sistema
decimal; los niños prehispánicos aprendían en el Calmecac, o escuela donde iban los niños de
los nobles, a calcular en el sistema vigesimal.
A pesar de todo hay un hecho que no debe pasamos inadvertido. Tanto en la época prehispánica
como en el presente hay una gran cantidad de niños que no saben calcular, que no han tenido
oportunidad de ir a la escuela, tal como en los tiempos prehispánicos sólo algunos pocos
privilegiados iban al Calmecac.
No siempre el ignorante es menos inteligente que el que sabe, ni el saber implica ser más
inteligente o mejor dotado.
Muchos de ustedes se preguntarán: ¿Cómo es posible que animales que también viven en
comunidad como los castores, las abejas y las hormigas no hayan creado la ciencia?
Los animales no son seres históricos, no pueden heredar la experiencia social de generación en
generación. El aprendizaje, la experiencia y la memoria de un animal muere con él, no se
traspasa ni almacena.
Sujeto y objeto forman una unidad. No hay sujeto sin objetos. Los hombres somos sujetos del
conocimiento, pero como ya dijimos, somos sujetos sociales e históricos del conocimiento, ya
que un hombre fuera de la sociedad y de la historia es inconcebible. A lo más sería un animal de
escaso desarrollo, potencialmente inteligente, pero no un hombre.
El sujeto influye sobre el objeto, por ejemplo el labrador que trabaja la tierra la conoce y la
cambia. El objeto influye sobre el sujeto, por ejemplo, el pescador sabe más del mar que el
campesino, porque los objetos que conoce, mareas, peces, oleaje, han influido en él. En el
conocimiento, sujeto y objeto constituyen una unidad y se influyen mutuamente.
Lo anterior también ocurre entre los animales pero, ya lo hemos dicho, la diferencia radica en
que el sujeto hombre es social e histórico. Su conocimiento es producto de su práctica social, de
su actividad cotidiana en que produce sus medios de vida material en que produce nuevos
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Dichos conocimientos los hombres los almacenan en la memoria o en los sistemas de registro,
que ya mencionamos, mediante signos y símbolos.
Por ejemplo:
Gato 9 +
Conocer, por último, es una forma de trabajo, es una actividad. Los conocimientos se expresan
mediante el lenguaje. Un conocimiento que no puede ser expresado no es un conocimiento. La
expresión del conocimiento también es una actividad, el lenguaje es una actividad, una forma de
trabajo. .
Por ello el conocimiento y el lenguaje son formas de la actividad humana, son formas de la
producción humana, del trabajo de los hombres.
Si hay algunos que producen fundamentalmente con sus manos (trabajador manual) y otros
fundamentalmente con su intelecto (trabajador intelectual) se debe esto a un proceso histórico
que se denomina "la división del trabajo". A pesar de esta división histórica ambos siguen siendo
trabajos, el manual y el intelectual.
2.1. Autoevaluación
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Ezequiel Ander-Egg
Técnicas de investigación social
El Cid editor Buenos Aires 198315
Pp 21-47
Realidad y conocimiento
Por el solo hecho de vivir, el hombre entra en relación con la realidad. Esta es una evidencia que
bien puede servir como punto de partida y base de nuestro análisis. Pero apenas intentamos
profundizar en ella, o lo que es lo mismo, problematizar, otra serie de cuestiones aparecen en
nuestro horizonte de reflexión como problemas o interrogantes.
Lo que para este curso de introducción a la investigación social conviene enunciar como
fundamento de posteriores desarrollos es la doble dimensión en que esa realidad se manifiesta:
Mediante la actividad humana el hombre se relaciona con “lo otro” que no es él. Esta actividad –
que en adelante llamaremos práctica social- se desarrolla en un doble plano: el de las relaciones
de los hombres entre si y de éstos con la naturaleza exterior.
Se trata de un aspecto esencial del hombre, al punto que puede afirmarse que el hombre y la
humanidad se hacen en esa práctica social. A partir de esto –que los seres hacen su vida- dos
aspectos inseparables aparecen como expresión de la práctica social: las relaciones de hombre
con la naturaleza y las relaciones de los hombres entre sí. Pero ¿cómo se expresan estas
relaciones? Existe una forma fundamental: la actividad productiva por medio del trabajo, ya que
las relaciones con la naturaleza y con los hombres son fundamentalmente relaciones de
producción. Y como en estas relaciones a lo largo de la historia se han presentado
antagonismos, la lucha de clases aparece como otra forma de práctica social. Pero hay más:
también la ciencia, el arte y la moral son formas de práctica social. Los conocimientos científicos
surgen de esa práctica; sin la prueba de verificación que da esa práctica no pueden ser
considerados como tales.
Tenemos, pues, que el hombre concreto es un ser en situación relacional con la realidad. Ahora
bien, ¿cuál es el modo de esa relación? La práctica social nos pone de relieve tres modos de
relación del hombre con la realidad:
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El primero de ellos –el trabajo- es la actividad mediadora de las relaciones con la realidad, a la
vez que constituye el “origen” o génesis del conocer y del ser. Formulado de una manera más
rigurosa diremos que las relaciones productivas –las cuales no se reducen a lo económico sino a
todas las esferas de la actividad humana- son el vínculo fundamental del hombre con la
naturaleza y con los demás hombres.
Las personas nos relacionamos también con la realidad a través de los modos de conocer. De
este hecho se deriva también una serie de consecuencias para todo lo referente al problema del
conocimiento y el método científico: el conocimiento no se produce en un individuo aislado o
modo de un átomo independiente –tal ser no existe en la realidad- sino en un hombre inserto en
una trama socio-natural. No se elaboran los conceptos y las teorías a partir o apoyaos sólo en
las ideas. Y esto ocurre por una razón fundamental: los seres humanos pensamos a partir de
nuestras experiencias. Pero he aquí también la otra cara de la moneda: cuando interrogamos a
la realidad lo hacemos desde un determinado cuerpo de conocimientos, al menos con el que nos
proporciona nuestra cultura, entendida esta en sentido antropológico.
Pero no basta dilucidar las formas de la realidad ni considerar al hombre implantado en esa
realidad. Estos hechos nos enfrentan a otro problema: ¿cómo son estas relaciones del hombre
con la realidad?. La respuesta a esta cuestión condiciona toda la problemática de la metodología
de la investigación social.
Como la realidad no es constantemente igual a si misma sino esencialmente dinámica –el ser
real es permanente devenir-, las relaciones entre los hombres y de éstos con la naturaleza se
dan en un proceso dinámico. El ser humano inserto en el tejido socio-natural es un ser en
devenir en unidad dialéctica con la naturaleza y la sociedad también en devenir.
Por otro lado, la ciencia –para ser tal- tendrá que descubrir el movimiento, las leyes del
movimiento y consistirá en “aprehender” ese devenir. Captar simultáneamente lo sincrónico y lo
diacrónico, de toda realidad con la que nos relaciones, es exigencia ineludible de todo conocer.
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Por último, y derivado de los problemas de las relaciones del hombre con la realidad y las formas
de relacionarse con la realidad, se nos plantea el problema de la relación sujeto-objeto como dos
miembros o elementos de la relación cognoscitiva. La cuestión de la relación sujeto-objeto es un
problema básico de la teoría del conocimiento y decisivo en la formulación de las ciencias y las
prácticas sociales. La relación entre estos dos miembros es el punto de partida de toda teoría del
conocimiento
No hay un pensamiento ni conocimiento sin la exterioridad de aquel que conoce. Sin embargo
¿puede el sujeto ponerse frente a la realidad con total prescindencia de ella?, ¿el sujeto se
desenvuelve con total independencia del objeto? ¿Existe plena autonomía del sujeto frente al
objeto?¿ Todo lo que no es sujeto constituye objeto de conocimiento? ¿El conocimiento tiene su
centro de gravedad en el sujeto o en el objeto? Éstas son algunas de las cuestiones que el
debate actual trata de responder; sin embargo a efectos de este trabajo, podemos introducir
sintéticamente el tema del siguiente modo:
Sin embargo, el hecho de que el hombre –el sujeto cognoscente- esté implicado en la realidad
no significa que la sociedad y la naturaleza se reflejen mecánicamente en el pensamiento y que
el pensamiento sea totalmente pasivo frente a la realidad. El hombre, por sus modos de trabajar,
de conocer y de ser, es capaz de trascender las circunstancias, aunque éstas siempre
constituyan un condicionamiento.
Y aquí se nos plantea una nueva cuestión: si el sujeto está implicado en la realidad, ¿hasta qué
punto es posible conocer sin actuar? ...Esta manera de comprender las relaciones del hombre
con la realidad (naturaleza y sociedad), y la mediación de los modos de conocer, nos lleva a un
nuevo nivel en nuestro análisis: la dicotomía del conocer y el actuar, de la teoría y la práctica o
bien la dualidad sujeto-objeto parecen ser supuestos inadecuados para el abordaje de la
realidad. Por lo contrario, parte de las formas y de las relaciones del hombre con la realidad.
Sujeto-Objeto no están solamente uno frente a otro: se implican y se exigen mutuamente.
Constituyen momentos dialécticos de un mismo proceso.
Esta manera de comprender al hombre en su relación con la realidad con frecuencia exige una
ruptura con los modelos tradicionales de conocer en los cuales la razón humana ocupa el centro
y las leyes y categorías mentales se convierten en categorías y leyes del ser. Nos cuesta mucho
incorporar un modelo con preeminencia del ser sobre el pensamiento, habituados como estamos
a atribuirle al pensamiento un papel predominante en el conocimiento.
Como resulta bastante claro en este análisis, el problema del conocimiento está para nosotros
estrechamente ligado al problema de la realidad o, para ser más precisos, de cómo nos
relacionamos con esa realidad. Aquí a modo de conclusión del problema de las relaciones
sujeto-objeto, resumiremos la cuestión en dos proposiciones:
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Ahora bien, las cuestiones desarrolladas hasta aquí nos llevan a otro problema: ¿con qué
criterios se establece la validez del conocimiento? Obviamente a partir de los supuestos aquí
explicitados el conocimiento no puede estar garantizado por la pura inteligencia ni consistirá en
la simple armonización con la razón. Esta tendencia que lleva necesariamente a la especulación
abstracta y dogmática nada tiene que ver con nuestra formulación.
Si la realidad es punto de arranque del pensamiento, al tiempo que existe una unidad dialéctica y
dinámica entre el ser y el conocer, de esta formulación surge el criterio que garantiza la verdad
del conocimiento. Tal criterio puede sintetizarse en los siguientes enunciados:
No se dirime la validez de un conocimiento por una apreciación subjetiva –una validación dentro
del pensamiento mismo- sino por los resultados de una práctica. Pero el problema que más
importa para la metodología de la investigación social es el problema de la producción de
La validez del conocimiento viene dada por la confrontación con la realidad a través
de la praxis
conocimiento. A él le dedicaremos un análisis más amplio
3.1 AUTOEVALUACIÓN
Actividades de Aprendizaje 3ª.
Define realidad
¿Qué entiendes por práctica social?
¿Cuáles son los modos de relacionarse con la realidad?
¿Qué se entiende por modos de trabajar?
Parte
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Actividades de
Aprendizaje 4ª.
• Escribe tres ejemplos de conocimiento vulgar y 3 de
conocimiento científico. Posteriormente enlista las
características de cada uno de ellos.
● En minigrupos comparar resultados y seleccionar 3 y sus
características para presentarlos en sesión plenaria
Parte
Acerca del conocimiento
Al leer o escuchar a los investigadores que han reflexionado acerca de la tarea que
realizan, es frecuente que expresen la idea de que “el asombrarse” y “el preguntar” son
el inicio y la clave del trabajo científico…Al introducirnos en el tema del conocimiento,
comenzaremos con algunas preguntas simples y básicas: ¿qué es conocer?, ¿cuál es el
origen del conocer?, ¿qué podemos conocer y cómo podemos asegurar la validez de lo
que conocemos?, ¿en que medida las situaciones existenciales personales condicional
el conocer?, y ¿cómo influyen las condiciones las condiciones sociales, culturales,
políticas y económicas en la producción del conocimiento?, ¿qué relación existe entre
nuestro tipo de inteligencia y nuestro estilo cognitivo?, ¿qué tipos de procesos configuran
los eventos cognitivos?, ¿qué sabemos?, ¿cómo sabemos?, ¿cómo sabemos que
sabemos?, ¿cuáles son los saberes que nos permiten el conocimiento del
conocimiento?, ¿de qué depende el conocimiento?.
Al pensar acerca del conocimiento del conocimiento, la primera cuestión que aparece en
ese horizonte de reflexión, sin lugar a duda, es preguntarnos ¿qué es conocer?, ¿qué es
el conocimiento?...Si tenemos en cuenta la cantidad de conocimientos científicos
producidos y acumulados hasta finales de este segundo milenio, puede parecer extraño,
inútil y trasnochado, preguntarse ¿es posible el conocimiento? Y si a ello añadimos el
hecho de que en estas últimas décadas se está produciendo un crecimiento casi
exponencial de los conocimientos científicos, la pregunta hasta puede parecer ridícula;
más todavía si a ello añadimos una pregunta clásica de la filosofía que Kant formuló con
el interrogante qué podemos conocer; todo esto puede parecer una retórica inútil. Nos
preguntamos acerca de las posibilidades del conocimiento, cuando tenemos un cúmulo
impresionante de conocimientos científicos, que hace cien años eran impensables y que,
ahora, en los umbrales del siglo XXI, se duplican cada 3-10 años, según el ámbito de
diferentes ciencias y disciplinas.
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Ésta es una cuestión de carácter ontológico, que condiciona las respuestas a las
cuestiones subsiguientes, pues responde a la pregunta ¿cuál es la naturaleza de la
realidad que es objeto de conocimiento? En nuestro caso, ¿qué clase de realidad es la
realidad social?
¿Cuál es la relación del sujeto cognoscente con el objeto por conocer, cuando se
realiza una investigación científica?
A esta pregunta responde la epistemología, que es la disciplina que trata los problemas
del conocimiento científico y su validación. ¿Cómo adquirimos conocimientos?, ¿En que
medida el conocimiento científico es seguro?, ¿en que se funda la validez del
conocimiento científico?, ¿cómo sabemos lo que creemos saber? Aquí la relación es
entre un sujeto/observador/conceptuador y objeto/observado/ conceptuado
Ésta es una pregunta de carácter metodológico, se trata de una cuestión que depende
de la respuesta que se ha dado a las anteriores cuestiones. Si un método expresa una
estrategia cognitiva para el conocimiento de la realidad –fundado en una concepción
epistemológica-, la concepción que se tenga de la realidad y de las relaciones entre el
sujeto cognoscente y el objeto por conocer es determinante del método, si se lo concibe
tanto como estrategia cognitiva cuanto como estrategia de acción.
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Las formas del conocer, como saber cotidiano y como saber científico
Todos los seres humanos poseen mayores o menores conocimientos según el grado y modo de
participación en la totalidad de la cultura. En todos los hombres existen saberes, pero por las
formas, tipo o modos de conocer pueden discernir dos grandes tipos de conocimientos:
el conocimiento vulgar
el conocimiento científico
Se sabe, pues, de manera natural por el solo hecho de vivir, y se sabe científicamente cuando
existe disposición para conocer con arreglo ciertos procedimientos.
Saber cotidiano
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Esta distinción entre el saber-doxa y el saber-episteme nos parece más fundamental que la
distinción ya tradicional entre conocimiento vulgar y el conocimiento científico.
El antecedente más lejano lo encontramos en Platón, pero hoy esta distinción ha sido retomada
por una de las más profundas pensadoras contemporáneas, Agnes Héller.
Por el contrario, la episteme “no constituye nunca un saber relativo a una sola cosa, sino que es
un saber sobre una cosa en relación con otras cosas (conjuntos). Esta actitud no es práctica,
sino teorética. Conocer un fenómeno en el plano de la episteme no significa simplemente poder
reaccionar ante él ( o bien saberlo producir), sino conocer la conexión que lo liga a otros
fenómenos, captar el puesto que ocupa en el sistema de otros fenómenos.
Mientras la doxa, como el saber cotidiano, es indemostrable e irrefutable en sus datos y
preceptos, la episteme –como saber de paciencia- posee un “doble sistema de referencia. Por un
lado (sus verdades) deben ser válidas en la realidad (praxis) y por otro lado deben ser situables
dentro de un determinado sistema cognitivo.
Los conocimientos no aislados, sino incorporados a un sistema, constituyen una ciencia.
Examinemos ahora brevemente qué se entiende hoy por ciencia.
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Actividades de
forma del conocimiento científico y el conocimiento vulgar.
Formen minigrupos y revisen los trabajos, seleccionen uno de
cada uno y preséntenlo en sesión plenaria explicando el
proceder.
Esta premisa epistemológica no es un a priori arbitrario o dogmático; tiene la base real que se
deriva de los hechos que analizamos en el párrafo anterior; el sujeto del conocer está implicado
en la realidad y de ella no puede separarse ni por la especulación científica ni por la
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Bases Teóricas Agosto 2010
Las formas de conocimiento, según esta premisa, están ligadas a las formas del ser social, lo
que equivale a afirmar que el sujeto que conoce no se separa de su existencia objetiva y ello
condiciona la producción del conocimiento.
Nuestra tesis no va más allá de esta afirmación. De ningún modo sostenemos que el
pensamiento sea un “reflejo” de la realidad material. Si esto fuera así el pensamiento sería
puramente pasivo, un simple epifenómeno de la realidad social, incapaz de actuar
transformadoramente sobre ella. En este caso las ciencias fisiconaturales y las ciencias sociales
serían furgón de cola de la realidad, pero nunca germen de nuevas realidades. La historia nos
revela más que suficientemente que esto no es así.
Sin embargo, ciertos resabios de la tesis epistemológica del “ pensamiento como reflejo de la
realidad” han conducido a una visión mecanicista de las relaciones entre la realidad (naturaleza
y sociedad) y la producción de conocimientos. Según esta tesis, los conocimientos quedan
reducidos a ser simples reflejos mecánicos o fotográficos de la realidad. Tal concepción, con
frecuencia ligada a formulaciones dogmáticas, hoy ha sido totalmente desechada.
A nivel de este curso introductorio lo que es necesario tener presente como primera
aproximación global y al mismo tiempo rigurosa del problema son los condicionamientos en la
producción del conocimiento. El enraizamiento del sujeto en las condiciones de su sociedad y el
carácter histórico de la producción científica nos revelan un triple condicionamiento del
conocimiento en cuanto producto cultural:
De los factores personales, en los que se incluye la biografía del que conoce, su posición
de clase, hasta las características de la personalidad que se proyectan sobre el conocer,
dándole, a veces, una cierta tonalidad. La posición del individuo en la sociedad determina
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aprendizaje 6ª.
Actividades de
6. Realiza la siguiente lectura. Durante la lectura reflexiona
entorno a las siguientes preguntas y al final de ella contéstalas.
• ¿Cuáles son los elementos que constituyen la
dualidad básica del conocimiento?
• ¿Por qué los términos sujeto-objeto son
correlativos y cuál es la propiedad de esa correlación?
• ¿Por qué decimos que el fenómeno del
parte
conocimiento tiene estructura trimembre?
Para poder estudiar al ser o fenómeno que se llama conocimiento, lo primero que se hará es
describirlo (en filosofía se conoce como fenomenología). Esta descripción consiste en tomar un
objeto (x) perteneciente a cierta clase, digamos a la clase A, y al estudiarlo, se trata de encontrar
en él los aspectos o elementos característicos de esa clase (descripción fenomenológica). Si un
objeto “m” encuentra los mencionados elementos, podrá afirmar que ese objeto m pertenece a
la clase A sin importar las notas singulares que lo constituyen como determinado individuo.
Ejemplo:
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Dualidad Básica
Todo acto de conciencia (desear, odiar, conocer, etc.) tiene que ser concebido como una
dualidad integrada por: el acto y aquello sobre lo que recae el acto. Quien desea, desea algo;
quien odia, odia algo.
A los elementos de esta dualidad el filósofo existencialista Jean Paul Sastre los designa con los
nombres de percípere (percibir) y pércipi (ser percibido).
El percípere alude a la conciencia misma, es decir, al sujeto que percibe. El pércipi está
nombrando al destino del acto conciencial, es decir, al objeto percibido.
E. Husserl, fundador de la fenomenología, había dicho antes que Sartre: “toda conciencia es
posicional, es decir, toda conciencia es posición de un objeto que la trasciende”.
El conocimiento, que es un fenómeno de conciencia, debe ser también concebido como una
dualidad integrada por:
-el sujeto cognoscente y el objeto conocido
(el percípere) (el pércipi)
El sujeto cognoscente es el ser humano, cualquier ser humano, en cuanto que es el centro de
atribución de todas las operaciones voluntarias que en él se realicen.
Cuando aquí se habla de objeto, este vocablo no designa solamente a los seres materiales sino
a cualquier tipo de ser sobre el cual recaiga la atención de un sujeto. Esto quiere decir que
cualquier ser se convierte en objeto únicamente cuando hacia él se dirige la intención de la
conciencia en alguna forma: odiándolo, conociéndolo, etc.,
Las reflexiones anteriores nos llevan a concluir que en todo fenómeno de conocimiento siempre
estarán presentes los dos elementos mencionados: el sujeto cognoscente y el objeto conocido.
Así pues, en el segundo caso el objeto conocido fue la relación entre los pesos del oro y la plata
con la cantidad de agua que (respectivamente) desalojan.
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Según la lógica, dos términos son correlativos cuando no pueden ser entendidos el
uno sin el otro. O bien, dos entidades son correlativas cuando no pueden darse
launa sin la otra.
Ejemplo:
Acción-reacción
Padre-hijo
Izquierda-derecha
Respecto a cada uno de estos pares sabemos que un miembro supone al otro: si hay arriba hay
abajo y viceversa; si hay reacción, hay acción y viceversa, ya que la física nos dice que a toda
acción corresponde un reacción de igualdad intensidad, pero de sentido contrario.
Los elementos básicos del conocimiento sujeto-objeto también son correlativos porque no
pueden darse –ni concebirse- el uno sin el otro y si hay un sujeto que conoce (o pretende
conocer) también habrá un objeto conocido (o que pretende conocer).
• Lo que convierte a un ser en objeto es lo que él haga frente al sujeto; lo que equivale a
decir que un ser adquiere las características de ser objeto únicamente cuando un sujeto
fija su atención en él.
• A su vez un ser se convierte en sujeto cuando se dirige intencionalmente hacia otro ser,
el cual, por esto mismos, adquiere el carácter de objeto.
Las correlaciones existentes entre entidades correlativas pueden ser reversibles o irreversibles.
De los tres pares de ejemplos arriba mencionados, la correlación existente en el segundo es
irreversible porque la persona que es padre respecto de la otra que es hijo no puede
intercambiar con ésta su carácter de padre para convertirse en hijo respecto a ella. Por el
contrario, las situaciones del tercer ejemplo guardan entre sí una correlación reversible porque
es posible que, intercambiando posiciones, cualquiera de las dos pueda ocupar en un momento
posterior la ubicación contraria: la que era izquierda se convierta en derecha y viceversa.
El sujeto siempre estará funcionando como un tender hacia el objeto para captarlo, sin que haya
la posibilidad de que el objeto realice dicha función en sentido inverso.
De igual manera el objeto siempre estará en funcionando como un ser se hace presente al
sujeto, ofreciéndose para ser captado; y no hay posibilidad alguna de que intercambie su papel.
En los dos ejemplos de conocimiento mencionados al inicio del tema, podemos comprobar la
irreversibilidad de la correlación entre los elementos. Es imposible que los centenarios (objeto
conocido para Alejandro) se convierta en el sujeto cognoscente. También será imposible que, en
el segundo ejemplo, Arquímedes deje de ser el sujeto y se convierta en objeto respecto de la
relación entre sólidos y líquidos que él descubrió.
Estructura trimembre
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Un objeto que al principio es buscado y que, al final, al ser encontrado se convierte en objeto
conocido: la fuerza gravitacional, como algo universal, es decir, como algo que se da en
cualquier partícula de materia por pequeña que ésta sea.
Desempeño de un cargo, tarea o comisión. Tal es el caso de todas las personas que son
funcionarias de una institución, porque en ella fungen como encargadas de determinado cargo (o
función).
Proceso o conjunto de actividades con cuya realización se logra determinado objetivo. Como
ejemplo podemos mencionar las varias funciones que tienen lugar en nuestro organismo. Una de
ellas es la función digestiva, la cual consiste en la serie de actos que realiza el aparato
correspondiente y que van desde la ingestión de materias externas hasta su absorción, después
de haberlas convertido en sustancias nutritivas.
Al ubicar el conocimiento en la clase de seres que llamamos función, damos a este vocablo el
tercero de los sentidos anteriores, es decir, estamos entendiendo al conocimiento como un
proceso, el proceso cognoscitivo. Aunque dicho proceso consta de varias acciones, por lo tanto
lo vamos a tomar como un bloque y nos referiremos a él como el acto de conocimiento.
Los actos no trascendentes de la conciencia son los inmanentes. En éstos también hay objeto,
pero existe dentro del propio sujeto. El acto de imaginar es inmanente porque el sujeto elabora el
objeto imaginado.
Los actos primarios de la actividad artística son inmanentes, el artista les da forma y los crea.
Para especificar mejor el acto del conocimiento diremos que es trascendente, pero no emocional.
Los actos del área afectiva, como el querer y elogiar, son trascendentes, pero emocionales. En
estos actos el sujeto sale de sí, se entrega al objeto y queda atrapado por las consecuencias del
acto.
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El acto de conocimiento realizado por Newton fue un acto trascendente porque su intención
atenta se dirigió hacia algo fuera de él, pero no fue del área afectiva, sino de la cognoscitiva y,
por esto, él no sufrió pasión alguna, ya que su acto culminó en el registro interior de referencias a
las notas características de la gravitación universal.
Receptividad y actividad
Desdoblando el acto de conocimiento, descubrimos en él dos clases de actos: los que realiza el
sujeto y los hechos por el objeto.
Según Edmundo Husserl, el sujeto que pretende conocer un objeto debe tomar, al inicio de su
trabajo, una actitud natural. Esto quiere decir que el sujeto debe situarse frente a la cosa sin
prejuicio alguno, para recibir todo y sólo lo que ella ofrezca.
En esta etapa parece que el sujeto empieza por comportarse pasivamente para recibir lo que el
objeto ofrezca; sin embargo, para que el sujeto se conduzca de esta manera, es necesario que
primero realice una serie de actos, por ejemplo: delimitar su objeto, seleccionar los aspectos que
le interesen y después dirigirse hacia él con toda atención.
En la etapa en que el sujeto parece actuar receptivamente, de hecho se comporta muy activo
porque dicha receptividad consiste en la apropiación del objeto captando los aspectos que le
interesan.
El sujeto, por último, después de percibir las notas reales del objeto, actúa formando una
representación interna consistente en el registro de las referencias que lo conectan con el objeto.
Así pues, en el proceso de conocimiento hay, por parte del sujeto, una doble actitud que
podríamos caracterizar como receptividad y como actividad.
Veamos ahora el comportamiento del objeto. También aquí hay receptividad y actividad. Hay
actividad porque al inicio él se ofrece al sujeto para ser observado. En cierta forma, el objeto se
entrega al sujeto.
En el objeto hay pasividad porque permite ser captado, pero en ese mismo momento actúa
modificando al sujeto, en cuanto que colabora con él para la formación de la representación
interna.
Todo lo que existe tiene un ser y un operar. El fuego y el río de Heráclito que parecen consistir,
únicamente, en cambio y actividad; también tienen un ser o una esencia. Aquellas rocas
inmóviles que se encuentran en los cañones o desfiladeros escarpados, no sólo tienen su ser o
su esencia; en ellas, también hay actividad y energía. Baste recordar la enorme cantidad de
energía que, según Einstein, se encuentra concentrada en cualquier partícula de materia.
Vimos ya el operar o el actuar del conocimiento; ahora trataremos de precisar su ser. Éste
depende, en cierta forma, del objeto conocido. Por tanto, el ser del conocimiento siempre tiene:
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• Un aspecto reflejo
• Un aspecto de registro
• Un aspecto de relación
Los tres aspectos siempre estarán presentes en todo acto de conocimiento, pero con la
predominancia de uno o dos de ellos, dependiendo del objeto.
“Lo que pasa por conocimiento es de dos clases: primero, conocimiento de hechos;
segundo, conocimiento de las conexiones generales entre los hechos, Muy cerca
enlazada con esta distinción, está otra: existe conocimiento que puede ser descrito como
“reflejo” y conocimiento que consiste en capacidad de obrar”
Antes de formular algunos precisiones respecto al ser del conocimiento, conviene recordar algo
que ya se ha dicho: en todo conocimiento, por simple que sea, siempre interviene algún
proceso inferencial.
Cuando el objeto por conocer es algo meramente sensible, por ejemplo, la forma geométrica de
un mueble o el olor de una sustancia en el laboratorio de química, el ser del conocimiento
consistirá, predominantemente, en una representación reflejante del aspecto que nos interesa.
A este conocimiento, Russell lo llama el conocimiento-espejo y nos dice que su más puro
ejemplo es el que nos ofrece la memoria, el cual es tanto mejor cuanto mayor es la semejanza
entre el objeto real y el recuerdo que de él se conserva.
La conexión entre hechos puede ser real o ideal, según ocurra entre hechos reales o hechos
ideales. Es obvio que la conexión entre la presión, la temperatura y el volumen de un gas será de
carácter real; por el contrario, las diferentes conexiones entre los lados de un triángulo
rectángulo, que llamamos funciones trigonométricas, son de carácter ideal. En cualquiera de las
dos situaciones el conocimiento no será conocimiento-espejo, sino registro mental de referencias
relacionales.
6.3 De la lectura fragmento filosófico tomado del mismo autor contesta las siguientes
preguntas
Fragmento filosófico
Disfrutemos ahora el siguiente fragmento de El conocimiento humano, de Russell, donde
comenta el conocimiento que tiene por objeto simplemente los hechos, o bien, las conexiones
generales entre hechos.
Lo que pasa por conocimiento es de dos clases: primero, conocimiento de hechos; segundo,
conocimiento de las conexiones generales entre hechos. Muy cerca, enlazada con esta distinción
está otra: existe conocimiento que puede ser descrito como “reflejo”, y conocimiento que consiste
en capacidad de obrar. La mónada de Leibniz “refleja” el universo, y en este sentido lo “conoce”,
pero, dado que las mónadas nunca se interaccionan, no pueden “obrar” nada externo en sí
mismas. Esto es el extremo lógico de una concepción de “conocimiento”. El extremo lógico de la
otra concepción es el pragmastismo que fue primero promulgado por Marx en sus Tesis de
Feuerbach (1845): “La cuestión de si la verdad objetiva pertenece al pensamiento humano no es
una cuestión de teoría, sino una cuestión práctica. La verdad, esto es, la realidad y poder del
pensamiento, debe ser demostrada en la práctica…. Los filósofos han interpretado sólo el mundo
de varias maneras, pero la tarea es alterarlo.
Ambas concepciones, la de Leibniz y la de Marx, son, a mi juicio, incompletas. Hablando muy
tosca y aproximadamente, la primera es aplicable al conocimiento de hechos: la segunda al
conocimiento de conexiones generales entre hechos. Estoy hablando en ambos casos de
conocimiento no inferencial. Nuestras encuestas en conexión con la probabilidad nos han
mostrado que no debe haber conocimiento que no sea de inferencia, no sólo sobre hechos, sino
sobre conexiones entre hechos también.
Nuestro conocimiento de los hechos, en la medida en que no es de inferencia, tiene dos fuentes:
sensación y memoria. De éstas, la sensación es más fundamental, dado que sólo podemos
acordarnos de lo que ha sido una experiencia sensible. Pero aunque la sensación es una fuente
de conocimiento, no es en sí misma, en ningún sentido corriente, conocimiento: Cuando
hablamos de “conocimiento”, generalmente implicamos una distinción entre cognoscente y lo
conocido, pero en la sensación no hay tal distinción. La “percepción”, según se usa la palabra
por la mayoría de los psicólogos, tiene un carácter de conocimientos, pero es a causa de los
añadidos que se suman a la pura sensación por la experiencia, o, posiblemente, por
disposiciones congénitas. Pero estos añadidos pueden sólo valer como “conocimiento” si existen
conexiones entre la sensación y otros hechos exteriores a mi estado psíquico actual, y estas
conexiones deben estar convenientemente relacionadas con la conexión entre la pura sensación
y el resto del estado mental llamado percepción. El paso de la percepción por eso, implica
conexiones entre hechos, no sólo hechos. Implica éstos, sin embargo, sólo si la percepción ha
de ser considerada como una forma de conocimiento; como acaecimiento psicológico, la
percepción es un mero hecho, pero tal que no podría ser verídico en cuanto a lo que añade a la
sensación. Es sólo verídico si hay ciertas conexiones entre hechos, por ejemplo, entre la
apariencia visual del hierro y la dureza.
La memoria es el más puro ejemplo de conocimiento espejo. Cuando me acuerdo de una pieza
de música o de cara de un amigo, mi estado psíquico se parece, aunque con una diferencia, a lo
que era cuando oía la música o veía el rostro. Si tengo habilidad suficiente, puedo tocar la
música o pintar el rostro de memoria, y después comparar la ejecución o la pintura con el
original, o mejor, con algo que tengo razón para creer estrechamente semejante original. Pero
confiamos en nuestra memoria, hasta cierto punto, incluso si no soporta esta prueba. Si nuestro
amigo aparece con un ojo negro, decimos “¿Cómo se ha hecho usted ese daño?”, y no: “se me
había olvidado que usted tenía un ojo negro?. Las pruebas de la memoria, como ya hemos
tenido ocasión de anotar, son sólo confirmaciones: un grado considerable de credibilidad se une
a la memoria por sí misma, particularmente si es vívida y reciente.
Una memoria es exacta no en proporción a la ayuda que da el manejar hechos presentes y
futuros, sino en proporción a su semejanza como un hecho pasado. Cuando Herbert Spencer,
41
Bases Teóricas Agosto 2010
después de cincuenta años, vio de nuevo a la dama que había amado de joven, fue
la misma exactitud de la memoria la que le incapacitó para manejar el hecho
presente. Con respecto a la memoria, la definición de “verdad”, y, por consiguiente, de
“conocimiento”, están en la semejanza del presente que ella imagina con la experiencia sensible
pasada. La capacidad para manejar hechos presentes y futuros pueden ser confirmatorias en
ciertas circunstancias, pero no puede nunca definir lo que significamos cuando decimos que una
cierta memoria es “conocimiento”.
El conocimiento humano
Bertrand Russell
ACTIVIDAD INTEGRADORA
Realizar una investigación bibliográfica sobre la evolución del conocimiento.
Para ello se formaran equipos y cada equipo le tocarán una época de acuerdo
a la evolución histórica del hombre, con el fin de determinar la concepción
hombre, conocimiento, ciencia y los principales hechos que dieron pauta al
desarrollo de la ciencia. Misma que se entregará por escrito y se presentará al
grupo.
42
Bases Teóricas Agosto 2010
Objeto de estudio 2
El objeto de la ciencia
2. La ciencia CT
2.1 Conceptualización y definiciones OE
2.2 Campo de la ciencia NM
TA
2.3 Epistemología de la ciencia ET
2.4 La filosofía de la ciencia NI
2.5 El fin de las certidumbres I C
2.6 La búsqueda de la verdad DO
2.7 Obstáculos para el desarrollo de una actitud científica O
Objetivo del
Aprendizaje
43
Bases Teóricas Agosto 2010
Pregunta Problematizadora
¿El universo se rige por leyes deterministas? ¿Cuál es el papel del tiempo en la
configuración de ciencia?
preliminar O. E.
Actividad
¿En tu vida diaria puedes distinguir entre un hecho científico
y uno no científico?
¿La magia, la alquimia y lo paranormal son eventos
científicos?
44
Bases Teóricas Agosto 2010
Noción de ciencia.
El primer esbozo precursor de la ciencia –en cuanto explicación de aquello que se tiene interés
en comprender-comienza con la metodología y con la magia. Una y otra dan respuesta –en la
forma que en esas circunstancias es posible- a los interrogantes que los hombres se formulan en
ese momento.
Más tarde, la crítica a los mitos y a las prácticas mágicas constituyó un avance hacia la
superación de las explicaciones mitológicas. Aunque con muchos prejuicios la acumulación de
observaciones permitió las primeras formulaciones precursoras de la ciencia; éstas fueron las
nociones de geometría, astronomía, física y química formuladas por los antiguos, con
anterioridad a los presocráticos. Las leyes de la palanca, las referentes a las temperaturas de
fusión y de la caída de los cuerpos, fueron las primeras formulaciones científicas; se trataba de
juicios de la clase si (acontece..) siempre (se da...).
Luego, en el mundo helénico –siglo V a. de C.-, aparece el conocimiento racional autónomo,
cuyo aporte original fue el proceso de abstracción mediante el cual se formulan conceptos
universales y necesarios que trascienden los hechos particulares de las experiencias de la vida
cotidiana que se obtienen directamente por los sentidos.
Los griegos consideraron dos dimensiones de la ciencia; una teórica y otra práctica, pero
enfatizaron la primera de ellas. Fueron los árabes quienes, apoyados en el conocer griego, se
preocuparon por la “aplicación” de la ciencia en su función práctica y en su carácter utilitario.
45
Bases Teóricas Agosto 2010
Hemos esbozado de una manera esquemática el desarrollo de la ciencia desde los primeros
balbuceos bajo la forma de respuestas míticas y mágicas a los porqués del hombre, hasta su
luminosidad y grandiosidad actual. Intentamos también una definición de ciencia. Pero no nos
hemos formulado ninguna pregunta acerca de los factores que explican el nacimiento y
desarrollo de la ciencia. Sin embargo, una concepción correcta de la ciencia exige tener en claro
esta cuestión: ¿se trata de un desenvolvimiento lineal y acumulativo de conocimientos
producidos por el deseo de satisfacer la curiosidad del hombre? O bien, ¿es una respuesta a
necesidades concretas que el hombre confronta a través de la Historia?
Los supuestos epistemológicos enunciados en este capítulo nos ponen de manifiesto que la
ciencia no es un hecho puramente lógico o psicológico sino un hecho o producto social.
Consecuentemente, los móviles y motivos que impulsan el desarrollo del a ciencia no pueden ser
la razón pensante, incluso en los temas más sofisticadamente científicos. La ciencia emerge de
un trasfondo sociocultural, mediatizada por la actividad humana que se enfrenta a problemas.
El hombre en su relación con la naturaleza necesita dominarla, o sea, “humanizarla”. Para lograr
ese objetivo el conocimiento de la naturaleza es una necesidad. Esta necesidad es para el
hombre un problema, y este problema es una motivación a encontrar respuesta. Como afirma
Popper, “la ciencia sólo comienza con problemas”, y... progresa de problemas a problemas, a
problemas de creciente profundidad” y no, como suele afirmarse, con un progreso “de teoría en
teoría y que consiste en una sucesión de sistemas deductivos cada vez mayores”.
46
Bases Teóricas Agosto 2010
Pero la necesidad de nuevos moldes teóricos no significa que la motivación sea estrictamente
profesional; la causa matriz principal que lleva o conduce a nuevos caminos a la ciencia está
dada en los problemas que se confrontan y a los cuales es necesario encontrar respuesta. La
ciencia no es una sistematización de ideas puras nacidas y desarrolladas en el entendimiento
humano, son respuestas que se van dando en el proceso humano de dominio de la naturaleza,
en la ciencia se expresa también la primacía del ser sobre el pensar.
Digamos para cerrar estas reflexiones, pero a la vez como punto de partida, de los capítulos
posteriores, que la ciencia- cualquier ciencia- existe una secuencia propia del trabajo científico
que los epistemólogos suelen expresar del siguiente modo:
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Bases Teóricas Agosto 2010
LA SABIDURÍA DE OCCIDENTE
Bertrand Russell
Aguilar S.A. Ediciones.
Madrid España 1964
pp.10
La filosofía comienza cuando alguien plantea una cuestión de carácter general, y lo mismo
sucede con la ciencia. Los primeros que experimentaron esta clase de curiosidad fueron los
griegos. La filosofía y la ciencia, tal y como las conocemos ahora, son invenciones griegas. El
nacimiento y desarrollo de la civilización griega produjo esta explosión de actividad intelectual, es
uno de los acontecimientos más espectaculares de la historia. Nada semejante ha ocurrido
jamás, ni antes ni después. En el breve espacio de dos siglos, los griegos produjeron en los
dominios del arte, la literatura, la ciencia y la filosofía, un asombroso caudal de obras maestras,
las cuales han establecido las reglas generales por las que se ha guiado la civilización
occidental.
La filosofía y la ciencia empiezan con tales de Mileto a principios del siglo VI, a. De J.C. ¿Qué
serie de hechos previos vino a propiciar esta súbita eclosión del genio griego? Hemos de intentar
hallar una respuesta lo mejor que nos sea posible. Con ayuda de la arqueología, que ha dado
grandes pasos desde finales del siglo pasado, podemos hacernos una idea bastante exacta de la
forma en que se desarrolló el mundo griego.
Entre las civilizaciones del mundo, la griega es una recién llegada. Las de Egipto y Mesopotamia
son varios milenios más antiguas. Estas sociedades agrícolas crecieron en las márgenes de los
grandes ríos y fueron regidas por reyes de derecho divino, una aristocracia militar y una
poderosa clase de sacerdotes que presidían los complicados sistemas religiosos politeístas. La
mayoría de la población estaba constituida por siervos que trabajan la tierra.
Tanto Egipto como Babilonia legaron ciertos conocimientos que los griegos aprovecharon más
tarde. Pero en ninguna de las dos floreció la ciencia o la filosofía. No es pertinente plantearse
aquí si esto se debió a la falta de genio nativo o a las condiciones sociales imperantes, aunque
no cabe duda de que ambos factores contribuyeron a ello. Lo significativo es que la función de la
religión no condujo al ejercicio de la aventura intelectual.
En Egipto se preocupaba mucho por la vida después de la muerte. Las pirámides son
monumentos funerarios. Se requerían ciertos conocimientos astronómicos para asegurar una
predicción efectiva de las inundaciones del Nilo, y, en su papel de administradores, los
sacerdotes desarrollaron una forma de escritura pictográfica. .......
El primer y más grande monumento literario del mundo griego fue Homero..... Autor de la Ilíada y
la Odisea parecen haber sido completada aproximadamente en 800 a. De J.C. Los poemas
reflejan en verdad las actitudes racionales de una clase dominante emancipada. Los cadáveres
son incinerados, no enterrados, como sabemos se hacía en los tiempos micénicos. La religión
está prácticamente ausente, mientras sofisticadas costumbres, como la hospitalidad con los
extraños, se hallan muy arraigados. Los elementos más primitivos, como el sacrificio humano
bajo la forma de matanza ceremoniosa de los prisioneros, asoman de vez en cuando aunque
muy raramente. En general, el tono es comedimiento.
En cierto modo, esto simboliza la tensión del alma griega. En un lado, está lo ordenado y lo
racional; en el otro, lo ingobernable e instintivo. Lo primero da nacimiento a la filosofía, el arte y
la ciencia. Lo último emerge en la religión más primitiva en conexión con los ritos de la fertilidad.
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Bases Teóricas Agosto 2010
Lo que salvo a los griegos de caer bajo su exclusivo influjo fue el nacimiento y
desarrollo de las escuelas científicas de Jonia. Pero la serenidad por sí sola es tan
incapaz como el misticismo de causar una revolución intelectual. Lo que se necesita es una
apasionada búsqueda de la verdad y la belleza. Y parece que influencia órfica proporcionó
precisamente esa concepción La filosofía, para Sócrates es un modo de vivir. Vale la pena
recordar que la palabra griega correspondiente a teoría significó primeramente algo parecido a
<<contemplar vistas>>. Herodoto la utiliza en este sentido. Una vivaz curiosidad, dirigida a una
apasionada si que desinteresada pesquisa, he ahí lo que dio a los antiguos griegos su lugar
único en la Historia.
Pues la magia es un intento de obtener resultados específicos sobre la base de ciertos ritos
rígidamente definidos. Se basa en el reconocimiento del principio de causalidad, según el cual
dadas las mismas condiciones antecedentes, han de seguir los mismos resultados. La magia es
así protociencia. Por otra parte, la religión brota de un manantial diferente. Aquí, se trata de
obtener resultados en contra o a pesar de la secuencia regular. Actúa en la región de lo
milagroso, lo cual implica la abrogación de la causalidad. Así, pues, ambos métodos de
pensamiento son totalmente diferentes, aun cuando en el pensamiento primitivo los encontramos
mezclados con frecuencia.
De las actividades comunes en que participan los grupos nace y se desarrollo el medio de
comunicación que llamamos lenguaje. Su objeto fundamental consiste en permitir a los hombres
aplicarse a un propósito común. Así, pues, la noción básica aquí es el convenio. Del mismo
modo, podría tomarse esto perfectamente como un punto de partida de la lógica. Se apoya ello
en el hecho de que, al comunicarse entre sí, los hombres llegan eventualmente a ponerse de
acuerdo, aun cuando no hagan sino convenir en que nos están
49
Bases Teóricas Agosto 2010
La filosofía de los griegos revela, a través de sus etapas, la influencia de cierto número de
dualismos. Bajo una u otra forma, estos han seguido siendo tópicos acerca de los cuales los
filósofos escriben o discute. En la base de todos ellos está la distinción entre la verdad y la
falsedad. Estrechamente relacionado con ellos, en el pensamiento griego están los dualismos del
bien y el mal, y de la armonía y la contienda. Luego, está el dualismo de la apariencia y la
realidad, que aparece extraordinariamente vivo hoy en día. Junto con ellos, tenemos las
cuestiones de la mente y la materia, la libertad y la necesidad. Además, existen las cuestiones
cosmológicas concernientes a si las cosas son una o muchas, simples o complejas, y,
finalmente, los dualismos del caos y el orden, de lo ilimitado y el límite.
La forma en que estos problemas fueron abordados por los primeros filósofos es muy instructiva.
Una escuela sostenía uno de los principios de un dualismo; subsiguientemente, otra le ponía sus
críticas y adoptaba el punto de vista contrario. Al final, se presentaba una tercera escuela que
procedía a establecer una especie de compromiso, reemplazando a las dos concepciones
originarias. Observando esta batalla pendular entre las doctrinas rivales de los filósofos
presocráticos, Hegel elaboró por primera vez su concepto de la dialéctica.
Muchos de estos dualismos se hallan relacionados entre sí de algún modo. Sin embargo, y de
manera tosca, podemos separarlos unos de otros para mostrar los diferentes tipos de cuestiones
con que se ha enfrentando la filosofía. Lo verdadero y lo falso se discuten en la lógica. El bien y
el mal, la armonía y la enemistad, son cuestiones que evidentemente, pertenecen a la ética.
Apariencia y realidad, y la cuestión de la mente y la materia pueden considerarse como los
problemas tradicionales de la teoría del conocimiento o epistemología. Los restantes dualismos
pertenecen más o menos al dominio de la ontología o teoría del ser. No hay nada rígido y fijo en
estas divisiones, naturalmente. De hechos algunos de los rasgos más característicos de la
filosofía griega radican en la forma en que esta destruye tales límites.
2.6 Realiza la siguiente lectura. Una vez leída contesta las siguientes
Actividades de Aprendizaje
preguntas
•
4ª. Parte O.E.2
INTRODUCCION
50
Bases Teóricas Agosto 2010
El gran respeto que se tiene por la ciencia no se limita a la vida cotidiana y a los medios de
comunicación populares. Resulta evidente en el mundo académico y universitario y en todos los
sectores de la industria del conocimiento. Aquéllos que los apoyan describen muchos campos de
estudio como ciencias, presumiblemente en un intento de hacer creer que los métodos que usan
están tan firmemente basados y son potencialmente tan fructíferos como una ciencia tradicional
tal como la física. La ciencia política y la ciencia social son ya tópicas. Los marxistas insisten con
entusiasmo en que el materialismo histórico es una ciencia. Además, normalmente en
universidades o facultades americanas se enseñan en la actualidad, o se enseñaron hasta hace
muy poco, Ciencia de la Biblioteca, Ciencia Administrativa, Ciencia del Habla, Ciencia Forestal,
Ciencia Láctea, Ciencia de los productos cárnicos y animales e incluso Ciencia Mortuoria l. Los
autodenominados científicos en esos campos a menudo considerarán que siguen el método
empírico de la física, que para ellos consiste en recopilar «hechos» mediante una observación y
una experimentación cuidadosas y en derivar posteriormente leyes y teorías de estos hechos
mediante alguna especie de procedimiento lógico. Recientemente, un colega del departamento
de historia, quien aparentemente había asimilado esta impronta del empirismo, me dijo que en la
actualidad no es posible escribir una historia de Australia porque todavía no tenemos una
cantidad suficiente de hechos. La inscripción que hay en la fachada del edificio de la Social
Science Research de la Universidad de Chicago reza así: «Si no puedes medir, tu conocimiento
es escaso e insatisfactorio»2.
Sin duda, muchos de sus habitantes, prisioneros en sus modernos laboratorios, examinan el
mundo a través de las barras de hierro de los enteros sin darse cuenta de que el método que se
esfuerzan por seguir no sólo es necesariamente estéril e infructuoso, sino que además no es el
método al que se debe atribuir el éxito de la física. En los capítulos introductorios de este libro se
analizará y demolerá la concepción errónea de la ciencia a la que nos hemos referido
anteriormente. Aunque algunos científicos y muchos pseudocientíficos pregonan su apoyo a
este método, a ningún filósofo de la ciencia moderno se le escaparán por lo menos algunos de
sus defectos.
Las modernas tendencias de la filosofía de la ciencia han indicado y subrayado de un modo muy
preciso las dificultades profundamente arraigadas que están asociadas a la idea de que la
ciencias basa en un seguro fundamento adquirido gracias a la observación y a la
51
Bases Teóricas Agosto 2010
Más adelante mantendré en este libro que los intentos de llevar a cabo una reconstrucción lógica,
simple y sencilla, del «método científico» tropiezan con más dificultades cuando se comprende
que no hay tampoco ningún método que permita refutar de un modo concluyente las teorías
científicas.
Algunos de los argumentos que apoyan la afirmación de que no es posible probar o refutar de
manera concluyente las teorías científicas se basan en gran medida en consideraciones lógicas y
filosóficas. Otros se basan en un análisis detallado de la historia de la ciencia y de las modernas
teorías científicas. Una característica de las modernas tendencias en las teorías del método
científico es la creciente atención prestada a la historia de la ciencia. Para muchos filósofos de la
ciencia, uno de los embarazosos resultados de este hecho es que los episodios de la historia de
la ciencia que, por lo general, se consideran más característicos de los principales adelantos, ya
sean las innovaciones de Galileo, Newton, Darwin o Einstein, no se han producido mediante algo
similar a los métodos típicamente descritos por los filósofos.
Una reacción ante la constatación de que las teorías científicas no pueden ser probadas o
refutadas de manera concluyente y de que las reconstrucciones de los filósofos tienen poco que
ver con lo que en realidad hace progresar a la ciencia consiste en renunciar completamente a la
idea de que la ciencia es una actividad racional que actúa de acuerdo con un método o unos
métodos especiales. Una reacción en cierto modo parecida ha llevado recientemente al filósofo e
histrión Paul Feyerabend a escribir un libro titulado Against method: outline of an anarchistic
theory of knowledge 3 y un artículo titulado «Philosophy of science: a subject with a great past» 4.
De acuerdo con la tesis más radical que se puede leer en los escritos recientes de Feyerabend,
la ciencia no posee rasgos especiales que la hagan intrínsecamente superior a otras ramas del
conocimiento, tales como los antiguos mitos o el vudú. El elevado respeto por la ciencia es
considerado como la religión moderna, que desempeña un papel similar al que desempeñó el
cristianismo en Europa en épocas anteriores. Se insinúa que la elección entre distintas teorías se
reduce a una elección determinada por los valores y deseos subjetivos de los individuos. Este
libro se opone a ese tipo de respuesta al fracaso de las teorías tradicionales de la ciencia. Se
intenta dar una explicación de la física que no sea subjetivista o individualista, que acepte buena
parte de la crítica del método de Feyerabend, pero que sea inmune a dicha crítica.
La filosofía de la ciencia tiene su historia. Francis Bacon fue uno de los primeros que intentaron
articular lo que es el método de la ciencia moderna. A principios del siglo XVII propuso que la
finalidad de la ciencia es la mejora de la suerte del hombre en la tierra y, según él, esa finalidad
se lograría recogiendo hechos a través de la observación organizada y derivando de ellos
teorías. Desde entonces, unos han modificado y mejorado la teoría de Bacon y otros se han
opuesto a ella de una manera bastante radical. Una explicación y un enfoque históricos de la
evolución de la filosofía de la ciencia supondrían un estudio muy interesante. Por ejemplo, sería
muy interesante investigar y explicar el surgimiento del positivismo lógico, que comenzó en Viena
en las primeras décadas de este siglo, se hizo muy popular y aún tiene considerable influencia. El
positivismo lógico fue una forma extrema del empirismo según la cual no sólo las teorías se
justifican en la medida en que se puedan verificar apelando a los hechos conocidos mediante la
observación, sino que además se considera que sólo tienen significado en tanto se puedan
derivar de este modo. Me parece que hay dos aspectos problemáticos en el surgimiento del
positivismo. Uno es que se produjo en una época en que, con el advenimiento de la física
cuántica y la teoría de la relatividad de Einstein, la física estaba avanzando espectacularmente y
de un modo muy difícil de reconciliar con el positivismo. El otro aspecto problemático es que, ya
en 1934, Karl Popper en Viena y Gaston Bachelard en Francia habían publicado obras que
52
Bases Teóricas Agosto 2010
Actividades de
• De acuerdo con la tesis más radical que se puede leer en los escritos
recientes de Feyerabend, la ciencia no posee rasgos especiales que la
hagan intrínsecamente superior a otras ramas del conocimiento, tales como
los antiguos mitos o el vudú.
O.E.2
2.9 Realiza la lectura “El fin de las certidumbres” de Ezequiel Ander- Egg
2.9.1 Una vez leída explica por escrito Aprendizaje56ª. parte
Actividades de
Para quienes desean profundizar acerca del pensar desde la incertidumbre, recomendamos
la lectura del libro de Ilya Prigogine. El fin de las certidumbres. A modo de aperitivo para la
lectura del libro, transcribimos algunos pasaje se ideas más directamente vinculados con los
propósitos de este libro.
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Bases Teóricas Agosto 2010
Prigogine no invita en su libro –como dice al final del prólogo-“ a visitar un museo arqueológico,
sino a examinar una ciencia en devenir”. Las cuestiones básicas estudiadas en el libro – como el
autor lo indica- ya fueron formuladas por los presocráticos en los albores del pensamiento
occidental: ¿el universo se rige por leyes deterministas? ¿Cuál es el papel del tiempo? Estos
interrogantes han acompañado al pensamiento occidental durante 2,500 años. “Hoy, los
desarrollos de la física y las matemáticas del caos y la inestabilidad abren un nuevo capítulo en
esa larga historia. Percibimos esos problemas desde un ángulo renovado”.
Según Popper –con esta cita comienza el libro, el sentido común tiende a afirmar “Que todo
acontecimiento es causado por un acontecimiento, de suerte que todo acontecimiento podría ser
predicho o explicado… Por otra parte, el sentido común atribuye a las personas sanas y adultas
la capacidad de elegir libremente entre varios caminos distintos de acción”… Esta tensión al
interior del sentido común fue denominada por William James el “dilema del determinismo” y en
ella se juega “nuestra relación con el mundo, y particularmente con el tiempo”. Por otro lado, “la
cuestión del tiempo se sitúa e la encrucijada del problema de la existencia y el conocimiento. El
tiempo es la dimensión fundamental de nuestra existencia, pero también se inserta en el centro
de la física”. La paradoja del tiempo es la idea central del libro de Prigogine, paradoja que
traslada a la física el “dilema del determinismo”.
Las leyes de la física newtoniana fueron “aceptadas como la expresión de un conocimiento ideal,
objetivo y completo. Puesto que dichas leyes afirmaban la equivalencia entre el pasado y el
futuro, cualquier tentativa de atribuir una significación fundamental a la flecha del tiempo parecía
una amenaza a ese ideal”. Sin embargo, la flecha del tiempo no puede ser relegada ni
descuidada. “El desarrollo espectacular de la física de no equilibrio y de la dinámica de los
sistemas dinámicos inestables, asociados a la idea de caos, nos obliga a revisar la noción del
tiempo tal como se formulaba desde Galileo … Esta ciencia condujo a conceptos nuevos como la
autoorganización y las estructuras disipativas, hoy ampliamente utilizadas en ámbitos que van
desde la cosmología a la ecología y las ciencias sociales, pasando por la química y la biología.
La física de no equilibrio estudia los procesos disipativos caracterizados por un tiempo
unidireccional y, al hacerlo, otorga una nueva significación a la irreversibilidad. “Ya no podemos
aceptar que la flecha del tiempo sólo es fenomenológica. “Nosotros no engendramos la flecha
del tiempo. Por el contrario, somos sus vástagos”.
La revisión del concepto de tiempo en la física, producido por el desarrollo de los sistemas
dinámicos inestables, ha llevado a una reformulación de la concepción de la ciencia. “La ciencia
clásica privilegiaba el orden y la estabilidad, mientras que en todos los niveles de observación
reconocemos hoy el papel primordial de las fluctuaciones y la inestabilidad”… “Apenas se
incorpora la inestabilidad, la significación de las leyes de la naturaleza cobra un nuevo sentido.
En adelante expresan posibilidades”, no certidumbres. “No sólo poseemos leyes sino
acontecimiento que no son deducibles de las leyes, pero actualizan sus posibilidades.” La
ciencia moderna no ha de describir un mundo estable, sino el mundo inestable, evolutivo, en el
que vivimos… “La naturaleza realiza sus estructuras más delicadas y complejas gracias a los
procesos irreversibles asociados a la flecha del tiempo. La vida sólo es posible en un universo
alejado del equilibrio”. Mientras que en los sistemas dinámicos estables “las pequeñas
modificaciones de las condiciones iniciales producen pequeños efectos”, en los sistemas
caóticos “las trayectorias correspondientes a condiciones iniciales producen tan vecinas como
se quieran divergen de manera exponencial con el tiempo”. Entonces hablamos de “sensibilidad
de las condiciones iniciales” y lo ilustramos con la conocida parábola del “efecto mariposa”, que
dice que el aleteo de una mariposa en la cuenca amazónica puede afectar el clima de Estados
54
Bases Teóricas Agosto 2010
Prigogine, al final del libro, señala que “a igual titulo que el determinismo, el puro azar es una
negación de la realidad y de nuestra exigencia de entender el mundo. Hemos intentado construir
una vía estrecha entre estas dos concepciones que conducen a la alineación, la de un mundo
regido por leyes que no otorgan lugar alguno a la novedad y la de un mundo absurdo, acausal,
donde nada puede ser previsto ni descrito en términos generales”.
Y, en la última frase del libro, nos dice: “Diseminemos nuevos horizontes, nuevas preguntas,
nuevos riesgos. Vivimos un momento privilegiado en la historia de la ciencia. Espero haber
comunicado esta convicción a mis lectores.
2.8 Realiza la lectura del capítulo 3 del libro de Pedro Chávez Calderón
Aprendizaje 5b.
Actividades de
Conocimiento, ciencia y método
parte
2.8.1 Realiza un resumen de la lectura. En minigrupos revisarán la tarea y si es
necesario hay que reelaborarlo. En sesión plenaria presentarlo al grupo.
Epistemología de la ciencia
De los muchos exponentes de dicha corriente hemos seleccionado tres, que probablemente
sean los más representativos: el francés Gaston Bachlard, el austriaco Karl Popper y el
estadounidense Thomas Khun
Gastón Bachlard.
55
Bases Teóricas Agosto 2010
Bachlard aborda varios temas, como el de “la verdad y el error”, “la razón en la
ciencia”, etc., sin embargo para este trabajo centraremos la atención en filosofía de
la ciencia, las rupturas y los obstáculos epistemológicos.
Filosofía de la ciencia
Bachlard dice que la filosofía de los filósofos siempre va retrasada respecto a los cambios que se
producen en el saber científico. La razón es la siguiente: como el filósofo no está metido en la
ciencia, y mucho menos en el cambio del momento, entonces tiene que esperar a que finalice
determinada etapa para iniciar sus reflexiones. En tal situación, lo que el filósofo contempla es un
pasado que ya no es vivo ni dinámico.
Hay dos filosofías, dice él: la de los filósofos y la científica. La primera es una filosofía integral
que se caracteriza porque no es abierta, busca la unidad y siempre está aplicando principios
rígidos. Tal es el caso del neopositivismo, el cual manejando un principio rígido a priori (el
principio de verificación) divide tajantemente la ciencia de la no ciencia.
La otra filosofía, la científica, es diferencial, y se caracteriza por ser abierta, aceptar el detalle y el
cambio, y nunca se jacta de captar la esencia de la cientificidad.
Las rupturas
Las otras rupturas se dan en el seno mismo de la ciencia. Cualquier teoría nueva –diferente- es
un rejuvenecimiento, pero es también contradicción de algo anterior. Estas contradicciones –dice
el filósofo francés – son auténticas rupturas epistemológicas por que implican la negación de
supuestas categorías centrales y métodos que estaban en vigor en la fase anterior. La teoría de
la relatividad es una confirmación clara de ruptura epistemológica, puesto que puso a discusión
los conceptos de espacio, tiempo y causalidad.
Dice Bachlard que el problema del conocimiento hay que plantearlo en términos de obstáculos.
NO se trata de obstáculos externos, como sería la rapidez de un fenómeno. Él se refiere más
bien a ciertas disfunciones que se dan en el interior del propio acto cognoscitivo. Un obstáculo
epistemológico es una idea que bloquea otras ideas, es como la inercia que frena el desarrollo.
He aquí algunos de los obstáculos epistemológicos.
La falta de un sentido genuino de los problemas es uno de los m{as fuertes obstáculos; se da
cuando ya no se problematizan los conocimientos y, por pereza, se prefiere darlos por sentados.
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Otros obstáculos son la inclinación a las generalizaciones y el recurso del sustancialismo para
explicar los fenómenos.
Kart Popper
El problema de la epistemología
El problema epistemológico puede plantearse como algo que pertenece, por igual, al
conocimiento vulgar y al conocimiento científico. “La verdad –dice Popper- que el conocimiento
vulgar también es conocimiento”, sin embargo, si tenemos en cuenta que el conocimiento
científico es una ampliación del conocimiento vulgar. Entonces los problemas de éste también se
encontrarán muy ampliados en el terreno de aquél.
Una vez que se ha preferido el conocimiento científico como el mejor campo para el estudio del
problema epistemológico, nos dice Popper que, en dicho problema, lo importante es el aspecto
lógico y no el psicológico. Para la psicología tiene mucha importancia, por ejemplo, cómo se
generan las ideas en el sujeto, pero a nosotros lo que debe interesarnos son las cuestiones de
justificación y validez de los razonamientos que hagamos con base en esas ideas.
El conocimiento de la realidad
Popper no está de acuerdo con la posición de aquellos que defienden la observación como
previa siempre que a toda expectativa o hipótesis. Aun los animales –dice él- nacen dotados de
ciertas expectativas. Siempre esperamos mediante teorías, aunque a veces no seamos
conscientes de ello.
En relación con las teorías. Popper presenta una de sus aportaciones más novedosas: la
falsación. En contra los neopisitivistas, afirma que el criterio de la posible falsación es más
importante que el de la verificación. Lo que más interesa en una teoría es que esté formulada de
tal manera que sea falsable, es decir, que sea posible comprobar su falsedad, porque esto nos
conduciría a la veracidad de la teoría rival o contraria.
Verosimilitud y probabilidad.
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El objeto de la ciencia es la obtención de teorías cada vez más verosímiles, es decir, más
próximas a la verdad. Cuando la teoría está más próxima a la verdad quiere decir que tiene más
contenido qué ofrecer más información; en consecuencia, en ella hay más oportunidades de
equivocarse.
Para ilustrar lo anterior, Popper utiliza como ejemplo las siguientes afirmaciones:
i) el viernes lloverá
ii) el sábado hará buen tiempo
iii) el viernes lloverá y el sábado hará buen tiempo.
Popper concluye: “si nuestro objetivo es el progreso o aumento del conocimiento no podemos
proponernos el logro de una elevada probabilidad: estos dos objetivos son incompatibles.”
Thomas Kuhn
El título que Thomas Kuhn puso a su obra –Estructura de las revoluciones científicas- es
abiertamente indicativo tanto del contenido de la propia obra como de la posición del autor.
Para los propósitos de este libro, basta mencionar tres temas del pensamiento de Kuhn: la
ciencia, el paradigma y la revolución científica.
En toda comunidad siempre existe algún elemento que aglutina a sus miembros. En el terreno
religioso, el elemento aglutinante es el grupo de dogmas en los cuales cree esa comunidad; por
eso a sus afiliados se les llama creyentes. La comunidad que conocemos como partido político
reúne a sus miembros en torno a ciertas finalidades o valores específicos, por ejemplo; la
mejoría económica, la seguridad social, el ejercicio de una democracia auténtica, el poder,
etcétera
En una comunidad científica, el elemento de cohesión tiene que ser algo que satisfaga el ideal
de todo científico, esto es, la explicación de los fenómenos naturales o sociales.
En cierta forma el ideal del científico se satisface con lo que Kuhn llama ciencia normal, la cual
se puede definir como aquella concepción aceptada por una comunidad científica dada. La
ciencia normal significa una investigación fundamentada de manera estable sobre varias
realizaciones científicas anteriores, alas cuales la comunidad reconoce como capaces de
orientar su praxis posterior.
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El paradigma resulta tan esencial para la actividad científica que su existencia –dice Kuhn-
distingue la ciencia de la no ciencia.
De manera similar acontecen las cosas en el desarrollo científico. Llega un momento en que el
paradigma vigente empieza a tener problemas porque no es suficiente para dar soluciones
satisfactorias en terminadas situaciones. Se genera desconfianza en algunos científicos: pero en
otros renace una adhesión fuerte al paradigma vigente. La crisis se evidencia cuando aparece
otro que sí ofrece soluciones para las situaciones problemáticas. La revolución llega al final,
cuando el nuevo se impone.
Al inicio del nuevo régimen conviven los dos paradigmas. Varios científicos nunca abandonarán
el paradigma que les sirvió de guía, aun cuando ya esté dominando la nueva ciencia con su
respectivo paradigma
Actividades de
conocimiento racional y objetivo?
• ¿Cuál es –según Bachlard- la diferencia entre conocimiento
vulgar y conocimiento científico?
• ¿Cuál es –según Bachlard- la diferencia entre conocimiento
vulgar y conocimiento científico?
• ¿En que consiste –según K. Popper el criterio de falsación?
En la teoría de Kuhn ¿qué es el paradigma?
Ante todo, hay que asumir y saber pensar la ambigüedad y la ambivalencia que existen en cada
aspecto o fragmento de la realidad, y mucho más, en la totalidad de la misma. Esta ambigüedad
y esta ambivalencia están en la estructura o en la naturaleza misma de los fenómenos sociales y
en la trama misma de la existencia humana, como lo pone de manifiesto la tragedia griega,
expresando opuestos que no se pueden superar.
Si no hay ningún aspecto de la realidad exento de esta dualidad, cuando se la piensa y estudia,
no hay que divorciar lo que se debe distinguir en cada fragmento de la misma. El pensamiento
disociativo/disyuntivo disocia y desune lo que debe ser distinguido y opuesto, pero que es
también inseparable y complementario, como son el orden y el desorden, el determinismo y la
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Los aspectos anteriores a los que hemos hecho referencia como cuestiones puntuales que
pueden ayudarnos a abrirnos el pensamiento a la complejidad de lo real supone comprender la
eco-organización (la aptitud de la organización para reorganizarse así misma), a partir del
tetragrama orden/interacción/desorden/organización y los caracteres organizaciones del bucle
retroactivo.
Vincula dos principios o nociones antagónicas, que deberían repelerse, pero que son indisociables
e indispensables para comprender una misma realidadPrincipio de recursión organizativa
Va más allá del principio de retroacción (feed back), supera la noción de regulación con la noción de
producción y autoorganización.
Es una curva generadora en la cual los productos y los efectos son ellos mismos productores y
causantes de lo que los produce.Principio hologramático
Pone de manifiesto la aparente paradazo de ciertos sistemas donde no sólo la parte está en el todo,
sino que el todo está en la parte
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En términos generales, y como primera aproximación al tema, podríamos decir que se trata de
una predisposición a “detenerse” frente a las cosas para tratar de desentrañarlas:
problematizando, interrogando, buscando respuestas, y sin instalarse nunca en certezas
absolutas. La admiración y el asombro son los que motivan y movilizan la interrogación de la
realidad; o, para ser más precisos, la indagación de algún aspecto de la realidad. Ésta es la
esencia de la actitud científica: la persona interpelada por una realidad ante la que se admira e
interroga.
“Detenerse ante las cosas” no es detenerse a reflexionar sobre lo que los libros dicen de algún
aspecto de la realidad o de algunas cuestiones en particular. Hay que pensar la realidad, pensar
la existencia, pensar los problemas, más que pensar los libros (que también hay que
pensarlos). Para algunos profesionales de las ciencias sociales, el principal instrumento de
análisis de la realidad des la utilización de citas, presentada conforme con exigencias
académicas; hasta con indicación de página; mejor todavía si se hacen esotros idiomas. Este
estilo e trabajo intelectual consiste básicamente en el comentario y la interpretación. NO es
desechable, ni lo criticamos como inútil. Nada de eso; sólo queremos señalar que con eso no
“salen” de los libros, y la actividad investigativa se reduce a un vagabundeo entre los textos..
Esta tarea hasta puede ser útil y necesaria, pero no en una forma de expresar una actitud
científica. Se transforma en algo inútil cuando se reduce a una tarea de corte y confección; en
estos casos, los aportes personales se reducen a las frases o palabras de transición entre una
cita y otra.
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La persona encerrada en un castillo de conceptos nunca adquirirá –por esa sola actividad- una
actitud científica, aun cuando tenga –como es frecuente en estos casos- un manejo amplio y
fluido de categorías y conceptos científicos. ¿Por qué ocurre esto? Simplemente, porque se
vuelve incapaz de ver la realidad antes que sus esquemas mentales. Reimpone a la realidad su
marco teórico-referencial y lo que no entra en esos parámetros es como si no fuese realidad.
Quien verdaderamente asume una actitud científica frente a la realidad se encuentra siempre
como un punto de confluencia entre la teoría y las situaciones concretas. La primera orienta la
aproximación a la realidad e ilumina su comprensión. Esta aproximación, por otra parte, no se
hace de manera lineal, sino en aproximaciones sucesivas, siempre perplejos y siempre con
actitud de búsqueda. Y, además, con actitud de rectificación cuando la realidad muestra las
insuficiencias de la teoría o de algún aspecto de la misma.
Ahora bien, esta capacidad de admiración, asombro e interpelación ante la realidad exige dos
atributos esenciales; una actitud de búsqueda de la verdad y una curiosidad insaciable. Son dos
aspectos complementarios de un mismo proceso mental. Uno y otro –búsqueda y curiosidad- se
apoyan mutuamente.
1. La búsqueda de la verdad
Kart Popper
La expresión “búsqueda de la verdad” puede prestarse a un grave equívoco, ya que ella podría
inducir a pensar que buscando se puede encontrar “algo” que es manifiesto y reconocible por sí
mismo; la verdad; o que la verdad “se puede poseer”, como si se tratara de un puro objeto. No,
esto no es posible, ya que no existe una “adecuación entre el intelecto y la cosa”, como se dijo
durante muchas décadas para definir a la verdad, como algo que se podría aprehender a través
de la inteligencia. Tampoco es posible porque la verdad no es algo manifiesto a quien quiere
verla. Ni la ciencia ni la filosofía moderna tienen, hoy, una concepción tan simplista como
insuficiente de la verdad, considerándola como algo manifiesto y objetivo que está ahí, disponible
para quien quiera “poseerla”. O bien –otra falsa idea de la verdad- es la de creer que el científico
pueda expresar una correspondencia precisa entre la descripción o explicación que hace y lo
que describe o explica (adecuatio intellectus et rei, como decían los clásicos)
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Desde la “instalación en la verdad” que se creer poseer, es imposible el menor atisbo de una
actitud cinética, que es, sobre todo, actitud de búsqueda. El científico –ya lo decía Claude
Bernard en 1865- es el que pasa “de las verdades parciales y las verdades más generales, pero
sin pretender jamás se halla en posesión de la verdad absoluta”. El asumir verdaderamente el
estilo del pensar científico implica siempre la pérdida de toda arrogancia en cuanto a
considerarse dueño o propietario de verdades incontrovertidas o de certezas absolutas; el sabio
es el que pone en cuestión el valor de sus ideas y se esfuerza siempre en mirar hacia delante.
Es curioso –nos dice Savater- que los partidarios de los atajos sublimes hacia el conocimiento
suelen fustigar el “orgullo” de los racionalistas (cuando precisamente la racionalidad se
caracteriza por la humilde desconfianza de sí misma y de ahí sus tanteos, sus laboriosas
deliberaciones, sus pruebas y contrapruebas) o ridiculicen su fe en “la omnipotencia de la razón;
disparate irracional en el que jamás ha creído ningún racionalista en su sano juicio”
Estas consideraciones nos permiten ahora una mejor reflexión sobre el significado y el alcance
de la expresión “búsqueda de la verdad”. Esta consagración o predisposición es el punto de
arranque desde el cual es posible asumir una actitud científica. Se trata de preguntarse y realizar
el esfuerzo de resolver con el máximo rigor las cuestiones planteadas como problemas. Ya lo
hemos dicho: el auténtico científico es, sobre todo, alguien que interroga y pregunta, aunque no
siempre su interrogación sea una pregunta correcta y no siempre obtenga respuestas. Y, cuando
obtiene respuestas, sabe que éstas no son definitivas, por eso duda aun de las verdades en que
cree. Y, cuando cree que ha llegado, aprende a buscar nuevas sendas con el fin de lograr la
mayor concordancia posible entre lo que afirma como verdad científico y lo que efectivamente es
la realidad, sin saber en qué medida hemos alcanzado el conocimiento de la misma. Buscar la
verdad no por la abundancia de informaciones, sino contrastando permanentemente lo que
afirmamos como conocimientos o saber, con la experiencia y la realidad, sin saber en qué
medida hemos alcanzado el conocimiento de la misma. Buscar la verdad no por la abundancia
de informaciones, sino contrastando permanentemente lo que afirmamos como conocimiento a
saber, con la experiencia y la realidad.
Este “admirarse” y “preguntarse” en una apertura que no tiene límites, no es todavía la ciencia.
Es la raíz de la capacidad intelectual, el recurso vital que conduce a la ciencia. Lo que queremos
indicar, pues, es la búsqueda de la verdad, no la posesión de ella (¿quién la posee?), es la
esencia de la actitud científica. Y eso, por una razón sustancial: la ciencia es una horizonte, en
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donde la claridad de un saber, que las tinieblas de muchos aspectos que, en ese
momento, descubrimos que no conocemos.
Si uno tiene una actitud científica, debe estar siempre dispuesto a dejarse interpelar (por la
realidad, los acontecimientos, las personas…) y de ponerse en duda, de interrogarse, de
cuestionarse. Cuando le atribuimos una importancia absoluta al propio juicio, opinión o
conclusiones científicas, fácilmente caemos en el dogmatismo y en todos sus “derivados”:
sectarismo, fanatismo, etc. Hay que rectificar la postura propia o la concepción que uno ha
sostenido, en el momento mismo en que queda en evidencia la necesidad de hacerlo.
Campos de Verdad
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Esta idea del filósofo Fernando Savater nos parece fecunda para los que se inician
en el trabajo de investigación (y para después, también). Por otra parte, sirve para
completar y precisar las consideraciones que hemos realizado en este parágrafo. Consideremos
el ejemplo del Sol y lo que de él se puede decir en diferentes campos del saber:
Laq diversidad de campos de realidad –seguimos razonando de la mano de Savater- nos lleva a
la diversidad de los tipos de veracidad
Debemos exigir
En matemáticas Exactitud
Es ética y política Rigor en los razonamientos
En poesía Expresividad emotiva
En historia Verosimilitud bien formada
“después de todo, nuestra vida abarca formas de realidad muy distintas y la razón debe servirnos
para pasar convenientemente de una a otras” Fernando Savater(1999) Las preguntas de la vida,
Ariel
2. La curiosidad insaciable
Kart Jaspers, refiriéndose a la filosofía, decía: “La búsqueda de la verdad, no la posesión de ella,
es la esencia de la filosofía. Filosofar quiere decir ir de camino. Sus preguntas son más
esenciales que sus respuestas y toda respuesta se convierte en una nueva pregunta. Es como el
horizonte: a medida que nos movemos hacia él, se nos aleja… Es como el mar: siempre
enigmático y hermosos, siempre cambiante y siempre el mismo. La filosofía es un saber –saber
peculiar y único-, pero también una búsqueda amorosa, una entrega radical, un no salir del
asombro, una insatisfacción constante.” Si cambiamos la palabra “filosofía” por “ciencia”, todo es
igualmente válido.
De ahí que la actitud de búsqueda y de curiosidad insaciable lleva a una permanente “tensión
interrogativa”, abierta a la duda y al reexamen de lo ya descubierto, e interpelada por lo que no
se conoce. El pensamiento científico, decía Bachelard, “es un libro activo, un libro a la vez audaz
y prudente, un libro del que quisiéramos dar ya una nueva edición mejorada, refundida,
reorganizada. SE trata realmente del ser de un pensamiento en vías de crecimiento”. Por eso la
actitud científica es la actitud del hombre que vive en un indagar afanoso, interpelado por una
realidad a la que admira e interroga. Si un científico dice “hemos llegado a un término, ya
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Bases Teóricas Agosto 2010
sabemos todo lo que se puede saber sobre este punto”, en ese momento dejaría de
ser científico. El investigador es siempre un problematizador, nunca instalado en un
saber como si éste fuese una conquista permanente; el investigador vive permanentemente en
camino. Consecuentemente, como nos dice Leonardo Boff, la verdad se da en una referencia
abierta, y no es un código cerrado y preestablecido. “Sólo está en la verdad quien camina con el
proceso de manifestación de la verdad.” Y sólo puede caminar de este modo aquel que no pierde
su capacidad para asombrarse y maravillarse.
El núcleo de lo que nosotros queremos expresar es lo siguiente: el que asume una actitud
científica tiene un determinado modo de existir, esto es, de estar presenten en el mundo y de
acercarse a la realidad. Para decirlo en breve: no se puede ser científico (cualquiera que sea el
campo o especialidad que se cultive) y luego “andar pro la vida” respondiendo a otros problemas
con “lugares comunes”, opiniones superficiales, explicaciones mágicas. Tampoco se puede tener
una actitud científica y la fe de un carbonero, adhiriéndose a doctrinas como si fuesen
reservadas sagradas de principios incuestionables. Sin embargo, no debe entenderse lo anterior
de un modo inflexible; no queremos decir que un científico haya de responder todo lo que
acontece en su vida con “respuestas” científicas; es imposible, puesto que el saber de la vida
cotidiana se sirve de muchas verdades no expresadas científicamente… Por esto hablamos de
actitud científica, no como doctrina, sino como estilo de vida. Dicho con mayor rigor, la actitud
científica debe ser un elemento que impregne nuestra vida como proyecto y como modo de ser,
ya que un estilo de vida comprota otros elementos y dimensiones más amplios y englobantes
que la sola actitud científica.
Pensar conduce siempre a evolucionar en la forma de pensar. Quienes dicen “yo pienso lo
mismo de siempre”, dudo que sean personas que piensan. Las ideas, los pensamientos, las
formulaciones teóricas no son una revelación divina transformada en dogma. Siempre tiene algo
(o mucho) de transitoriedad.
Todo es indefinidamente modificable, de ahí que la verdad sea frágil y titubeante frente a la
complejidad de las cosas humanas. Nadie se apropia de ella, luego podemos considerarlo un
error o como insuficiente. Por eso, debemos estar abiertos a la duda frente a las verdades que
hoy aceptamos. Lo que parece que no debe cambiar es la obligación de vivir de acuerdo con lo
que consideramos la verdad, y de estar abiertos hasta el infinito en esta aventura de búsqueda.
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Actividades de
Aprendizaje 5ª.
2.5 El fin de las certidumbres
2.6 La búsqueda de la verdad
parte
2.7 Obstáculos para el desarrollo de una actitud científica
ACTIVIDAD INTEGRADORA
Realizar una investigación bibliográfica sobre la evolución del conocimiento. Para ello
se formaran equipos y cada equipo le tocarán una época de acuerdo a la evolución
histórica del hombre, con el fin de determinar la concepción hombre, conocimiento,
ciencia y los principales hechos que dieron pauta al desarrollo de la ciencia. Misma
que se entregará por escrito y se presentará al grupo.
OBJETO DE ESTUDIO 3
Objeto de aprendizaje
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Empirismo
Apriorismo
La posibilidad del conocimiento
Dogmatismo
Escepticismo
Empirismo y apriorismo
Pragmatismo y criticismo
Método
Método analítico
Método sintético
Método deductivo
Método inductivo
Actividad Preliminar
Actividades de aprendizaje.
3.2 En minigrupos realizar una indagación documental respecto a las tres aproximaciones
La palabra método viene del griego (metá: al lado; odós; camino) y significa: al lado del camino. Método es,
pues el campo o procedimiento adecuado para conseguir una finalidad. Si bien es cierto que cada uno tiene su
propio método de acuerdo con su personalidad, también loe s que hay reglas y procedimientos tan generales,
que su desconocimiento o su falta de aplicación podrían hacer caer fácilmente al investigador en el laberinto del
desorden, del desánimo y de frustración. Hay que pensar por sí mismo, pero no por eso hay que dejar de
considerar lo que otros ya han asentado como procedimientos de resultados eficaces.
A pesar de las protestas de muchos en contra de las reglas metodológicas, éstas son útiles, en cuanto que
representan la experiencia de otros investigadores que han pasado por el mismo tipo de esfuerzo. El método no
debería considerarse, pues, como un conjunto de reglas anquilosadas que ya perdieron su vigencia. Sentirse
aprisionado por las reglas metodológicas es señal de no haber captado su esencia facilitadota de la acción . El
método es proporcionado por la experiencia de quien ya ha alcanzado el fin perseguido; es un consejo
benevolente de quien tiene el triunfo en la mano y le sugiere al principiante el mejor camino.
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Bases Teóricas Agosto 2010
La ventaja del método es clara: ahorras esfuerzo de tanteo al principiante que aprovecha la
experiencia y los tanteos de otros que ya han pasado por esas mismas circunstancias de
búsqueda.
Quisiera referirme brevemente al título Principio y técnicas de la Investigación. La palabra principio se refiere a
aquellas verdades fundamentales en que se basa el método de investigación. La palabra técnica se refiere a las
habilidades o hábitos que producen fácilmente un objeto. ES necesario subrayar esto último, pues de aquí se
desprenden tres consecuencias: la modalidad eminentemente práctica que debe poseer el presente curso, la
importancia de la formación de hábitos en el terreno de la investigación, y la ventaja individual del estudiante al
obtener una serie de habilidades que van encauzadas hacia una verdadera facilitación de su ulterior aprendizaje
y apertura al ámbito de la ciencia.
2. Método analítico
Existen muchas clases de métodos, pero es posible considerar solamente las grandes divisiones de ellos,
aplicables a cualquier rama de la ciencia y la investigación. La primera división es la que considera los métodos
analíticos y los métodos sintéticos.
El método analítico es aquel que distingue, las partes de un todo y procede a la revisión ordenada de cada uno
de esos elementos por separado. Analizar significa, pues, observar y penetrar en cada una de las partes de un
objeto que se considera como unidad.
En el terreno científico tiene mucha importancia el método analítico, pues a partir de la experimentación con un
número suficiente de sasos individuales, es posible llegar a la formulación de una ley universal. Así es cómo, de
hecho, se ha llegado a descubrir las grandes leyes y principios de la física, la química y la biología. Por ejemplo,
cuando se estudia la dilatación de los metales, se experimentan con varios trozos de fierro, de cobre, de plata,
de aluminio, etc., cuyos pesos y volúmenes correspondientes son conocidos. Se observa en cada caso el
aumento de volumen debido al aumento de temperatura y se llega a concluir cuál es el coeficiente de dilatación
de cada uno de esos metales, y el análisis consiste en observar por separado la dilatación en cada uno de ellos.
3. El método sintético
El método sintético consiste en reunir los diversos elementos que se habían analizado anteriormente. En
general, análisis y síntesis son dos fases complementarias en el método aplicable a cualquier ciencia.
Cuando un investigador relaciona hechos que parecían desconectados y logra formular una teoría que unifica
elementos diversos, está utilizando el método sintético.
En el ejemplo de la investigación documental aplicable a la historia, la síntesis equivale a reconstruir los hechos
dentro de su contexto.
En la investigación que un estudiante realiza en el nivel de bachillerato y universitario, también se utilizan estas
dos fases del método. Hay un análisis cuando el estudio pormenorizado de cada capítulo nos va conduciendo
al conocimiento de elementos nuevos en nuestro mundo interno. Ay síntesis cuando, posteriormente se
obtienen un visión unificadote de todos esos capítulos que se habían estudiado por separado y, tal vez, sin la
explicación de sus conexiones internas.
Hay que insistir en la necesidad y en la utilidad de la síntesis, fase que suele quedarse olvidada en el estudio
personal. El análisis es provechoso, en cuanto que proporciona nuevos elementos de juicio. Pero la síntesis es
indispensable, en cuanto que reúne esos elementos y produce nuevos juicios, nuevos criterios, nuevas tesis y
argumentaciones. En fin, la cosmovisión de un estudiante quedaría deficiente, si sólo se atuviera a la mera
colección y memorización de datos eruditos. El verdadero aprendizaje es aquel que se integra unitariamente en
la personalidad del sujeto, es decir, el que llega a la fase de la síntesis.
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Bases Teóricas Agosto 2010
La elaboración de un trabajo con nivel científico también requiere del análisis y la síntesis. Buscar
datos, reunir material, hacer fichas, pertenece a la fase del análisis. Enseguida ordenar los datos y obtener una
idea o tesis central de todo el trabajo, estructurar los capítulos conforme a esa idea que se transparenta en todo
el trabajo pertenece a la fase de la síntesis.
4. El método inductivo
También podemos describir los métodos generales de la investigación científica en función de dos direcciones
que sigue la razón humana en el momento en que se orienta hacia la obtención de nuevos conocimientos. Se
trata de la inducción y de la deducción, operaciones mentales en sentido opuesto, y que explicaremos a
continuación1.
La inducción es el proceso mental que trata de obtener una ley universal, a partir del análisis de los casos
singulares. Los ejemplos dados, cuando se explicó el análisis, sirven también ahora; pues, en realidad, la
inducción es la prolongación del análisis hasta el momento en que se obtiene la conclusión o ley universal que
explica o relaciona la serie de fenómenos analizados.
A partir de lo anterior, podemos precisar la relación entre el método analítico y el método inductivo. Se trata de
un mismo proceso en dos fases diferentes. El análisis se realiza en presencia de fenómenos singulares; se
llega así a obtener juicios universales acerca de esos fenómenos, a obtener juicios universales acerca de esos
fenómenos. La inducción es un raciocinio, es decir, combina varios juicios y obtiene una conclusión (ley o
principio) mucho más universal que las obtenidas en el simple análisis.
Por ejemplo: el análisis del comportamiento de diferentes tipos de gases cuando se altera su presión y su
temperatura, origina un raciocinio inductivo ( o inducción) que concluye en la ley general del estado gaseoso: “El
volumen de un gas es directamente proporcional a su temperatura absoluta, e inversamente proporcional a la
presión que sufre”.
Lo anterior significa que para obtener leyes universales, no basta la simple observación, inspección o análisis de
los fenómenos que nos rodean. Es necesario que funcione la mente para combinar hechos, datos, elementos;
es decir, hace falta una disposición activa de la mente que piense por sí misma, que raciocine y logre descubrir
las nuevas verdades que estaban latentes en los datos observados. Tal es una de las fases más importantes de
la investigación: el obtener verdades, puntos de vista, tesis, que resulten originales para la situación de la
ciencia en su estado actual.
La fundamentación de la inducción ha sido un verdadero problema para los investigadores. En efectos, ¿Cómo
se justifica que el análisis de un número limitado de casos semejantes nos proporcione una ley universal, y que,
por tanto, sea apta para prever el comportamiento de otros casos similares? (Cfr. Gutiérrez Sáenz. Introducción
a la Lógica cap. XXXIII párrafo 3).
Algunos pensadores (David Hume por ejemplo) de plano se inclinan hacia una postura escéptica en relación a
las leyes universales, y llegan a sostener uqe no hay base suficiente para justificarlas; es la costumbre o hábito
lo que nos mueve a “creer” en leyes universales. Otros autores como (Kant) tratan de fundamentar las leyes
universales en función de las categorías a priori que posee el entendimiento en el acto de conocer. Por fin, la
corriente fenomenológica (cuyo fundador es Husserl) sostiene que la intuición de esencias es la base para la
ciencia en sentido estricto, con validez absoluta para toda inteligencia.
El método deductivo.
Por otro lado, la deducción es el proceso inverso a la inducción. En efecto, la deducción es el raciocinio que
consiste en obtener conclusiones particulares a partir de una ley universal2
El científico que utiliza una fórmula general para llegar a resultados concretos en un problema particular está
utilizando la deducción. Cada vez que los estudiantes resulten ejercicios de física o matemáticas y llegan a
respuestas concretas, a partir de una fórmula general, están en el caso de la deducción.
1
Para ampliar este tema puede consultarse a Gutiérrez Sáenz: Introducción a la Lógica. Edit. Esfinge, S. A. en lo que
se refiere al raciocinio, principalmente los capítulos XXXIII, XLIII Y XXVI
2
Cfr. Gutiérrez Sáenz: Introducción a la Lógica, cap. XXVII, párrafo 5.
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Inducción y deducción son, pues, dos métodos racionales que se complementan uno al otro.
Primeramente, la inducción nos lleva a leyes o principios universales; posteriormente, la deducción nos lleva a la
aplicación concreta (y aun práctica) de dichos principios. Estos son (como vimos anteriormente) dos momentos
fundamentales en la investigación científica. Gráficamente se podrían representar como una elevación a leyes y
un descenso a casos concretos, respectivamente.
LEY UNIVERSAL
Inducción
Deducción
Casos particulares
En el aula se utilizan estos dos métodos, según el tema tratado. Enseñar un asunto a partir de ejemplos
concretos, para conducir al estudiante a la formulación de una ley general o de una definición equivale a
utilizar el método inductivo, de altísimo valor pedagógico. Por otro lado, partir de una definición o del
enunciado de un teorema y llegar a conclusiones particulares, equivale a utilizar el método deductivo, que
es un buen complemento del anterior.
La investigación documental también utiliza los dos métodos anotados. La inducción consiste en llegar a la
tesis que se pretende demostrar, a partir de elementos concretos. Esta parte puede constituir la primera
serie de capítulos en un trabajo científico. La deducción viene enseguida, y consiste en inferir
consecuencias o aplicaciones prácticas a partir de la tesis propuesta.
La relación del método deductivo con el método sintético no es fácil de explicar. Por mi parte, y en aras de
la claridad, propongo una distinción entre ambos (a reserva de aclarar su semejanza)
Se distinguen cuando se entienden así; síntesis es la reunión de datos que aparentemente están
inconexos; es la formulación de un modo que integra los elementos analizados previamente; es la actitud
mental que logra una visión superior en función de un tesis y una antítesis (cfr. Hegel y sus conceptos de
dialéctica y de Aufhebung). La deducción, en cambio, consiste en descender a los casos concretos que
virtualmente están contenidos en un principio general.
Por lo tanto, los cuatro métodos aquí explicados se conectarían a manera de cuatro etapas sucesivas,
como sigue:
Estas cuatro etapas coinciden, respectivamente, con los cuatro objetivos de la investigación, explicados en
el capítulo anterior.
Por otro lado, tradicionalmente se ha señalado una conexión íntima entre deducción y síntesis, así como
entre la inducción y el análisis. La deducción puede considerarse como un caso especial de síntesis, de la
misma manera que la inducción puede considerarse como un caso de análisis. El criterio que ahora se
toma ha consideración de causa y efecto. Si se parte de los efectos y se llega a la causa ( o principio en
general), se hace análisis e inducción. Si se parte de la causa (o principio) y se llega a los efectos, se hace
deducción y también síntesis (cfr. Jolivet. Lógica y Cosmología, pp. 147-149)
“Para que la investigación sea eficaz, se requiere que se realice con método. Proceder con método
significa evitar los caminos largos y sinuosos, sin resultado positivo”.
71
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De acuerdo con los creadores del método científico, éste debe ser un procedimiento que combine los dos
factores, el empírico y el teórico; de lo contrario, como decía Bacon, si falta uno de los dos el resultado
sería o el amontonamiento de hechos o la construcción de telas de aire. Los dos aspectos básicos del
proceder científico quedan comprendidos si lo caracterizamos como objetivo, racional, sistemático y
universal.
Objetividad. Este aspecto tiene una doble referencia. Por una parte alude al hecho de que el proceder
científico conduzca a conclusiones que no sean meras apreciaciones subjetivas de un individuo, sino que
sean aceptables y aceptadas por la comunidad científica. Por otra parte, la nota de objetividad tiene
también el sentido de que los planteamientos y las conclusiones tengan correspondencia objetiva en la
realidad. En esta forma se satisface el aspecto empírico del método.
Racionalidad. Cuando Galileo realizaba su tarea de investigación, lo hacia de la siguiente forma: primero
imaginaba experiencias. Después razonaba sobre esas experiencias llegando a una conclusión. Y sólo al
final realizaba la experiencia que comprobara o desmintiera la conclusión obtenida.
La investigación tiene que ser originada por un hecho que genera un problema, pero la experimentación no
se va a producir de inmediato. Antes de observar y experimentar, el científico tendrá que precisar lo que
debe observar y después de reflexionar sobre los datos observados necesitará llegar a la conclusión. Ésta
será la orientación de todo su trabajo.
No se puede afirmar de manera tajante, si en ésta o en aquella etapa primero sea lo empírico y luego la
reflexión, o viceversa: lo que sí se puede asegurar es que en cualquier momento tiene que ir combinando
los dos factores.
Sistematicidad. Cualquier actividad desarrollada en una etapa tendrá que ser consecuencia de la anterior
y preparación para la siguiente. Si en un momento el científico está empeñado en determinar la velocidad
de una partícula, quiere decir que dicha velocidad quedó como incógnita en la etapa anterior y al ser
despejada va a facilitar la continuación del proceso.
Sistematicidad, en síntesis, significa que los elementos de un todo están interrelacionados de manera que
cada uno depende de los demás.
Además de las características anteriores, a veces se mencionan otras, por ejemplo flexibilidad,
autocorrección, limitaciones, etc., las cuales, en sentido estricto, ya están incluidas en aquellas.
De acuerdo con la etimología del vocablo “investigar”, ¿qué se necesita como supuesto para iniciar una
investigación?
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Bases Teóricas Agosto 2010
4. LA INVESTIGACIÒN Y SU MÉTODO
El método en general
Chávez Calderón Pedro. (2001) Conocimiento, ciencia y método. PublicacionesCcultural. México
Cualquiera que se el concepto de investigación que adoptemos, siempre supondrá que “partiendo de algo
pretendemos llegar a otro algo”. En efecto, si por “investigar” estamos entendiendo-como ya se dijo antes-
“búsqueda de la verdad” o “búsqueda de la solución para un problema” o bien “búsqueda de lo que sea”,
entonces, en cualquier caso habrá necesidad de recorrer un camino para lograr lo que se pretende.
La palabra método viene de dos vocablos griegos metá y odos, que juntos significan “ a través del camino”.
Vemos así que la etimología de dicha palabra corresponde exactamente a la conclusión del análisis anterior,
en el cual se hizo evidente que, sin importar el concepto de investigación que se adopte, siempre habrá
necesidad de recorrer un camino para lograr lo que se pretende, es decir, siempre será necesario el empleo
de un método. Al método en general lo podemos definir como: el camino o procedimiento adecuado para
lograr un objetivo.
En el siglo XVII aparecieron los primeros teóricos y defensores de un método propio de la investigación
científica; ellos fueron Galileo Galilei y Francis Bacon.
El primero que se ocupó formalmente del método de la investigación científica fue Galileo Galilei. Sus opiniones
al respecto se encuentran principalmente en cuatro de sus obras: Diálogo de los dos principales sistema del
mundo. Diálogo sobre las dos nuevas ciencias. El mensaje sideral y El ensayador.
Dice Galileo que en las ciencias se trata de descubrir las relaciones matemáticas de la realidad, por esta razón
no son útiles ni la silogística ni la inducción. Lo que se necesita son métodos de descubrimiento.
El investigador, según Galileo, debe proceder de tal manera que sea la propia naturaleza quien le enseñe por
medio de la experiencia. Él, en realidad, procedía de esta manera: primero imaginaba experiencias; después
razonaba sobre ellas y solamente cuando llegaba a cierta conclusión realizaba un experimento que la
confirmara o desmintiera.
El filósofo inglés, Francis Bacon, sin ser científico, también se preocupó por el método instaurador de las
ciencias, es decir, el método de la investigación científica. En su obra titulada El nuevo órgano, Bacon establece
que la tarea de la ciencia consiste en descubrir las leyes de la naturaleza; esto nos permitirá utilizarla. Su frase
al respecto dice: “la naturaleza se le somete obedeciéndola”.
El científico auténtico, dice Bacon, no debe proceder atendiendo únicamente a los sentidos o a la simple razón.
Los empiristas hacen lo primero; los racionalistas dogmáticos hacen lo segundo; pero el trabajo de ambos es
estéril porque los primeros amontonan datos. Así como las hormigas almacenan provisiones; los segundos
construyen teorías sin solidez, así como las arañas tejen sus telas o redes en el aire. El investigador debe ser
como la abeja, la cual digiere lo que capta y después produce miel para la comunidad.
Concluye Bacon proponiendo la siguiente fórmula; “ni solamente la experiencia bruta, ni solamente el
razonamiento vacío, sino la combinación de ambos”.
Los dos pensadores, Galileo y Bacon, proponen cómo debe ser el método de la investigación científica, pero el
primero, que es un científico, nos dice además cuál era el método que seguía. Él no se lanzaba de inmediato a
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Bases Teóricas Agosto 2010
realizar experimentos, sino que primero imaginaba experiencias, luego razonaba sobre esas
experiencias y llegaba a una conclusión.
Los tres pasos que Galileo seguía constituyen indudablemente un método, puesto que, como hemos dicho, son
el camino que él recorrería para lograr su objetivo. Ese método a él le permitió descubrir y formular sus leyes
del péndulo, las teorías del plano inclinado, de la caída libre, etcétera.
El filósofo Mario Bunge, en su libro “La investigación científica”, presenta la siguiente definición de método
general de la ciencia:
• Considera que para la solución de cada problema, el científico deberá planear cierto procedimiento.
• A ese procedimiento planeado para resolver cada problema especial, se le llama “método general de
la ciencia”.
• Al método general se pretende distinguirlo de las técnicas especiales que, en cada caso, de acuerdo
con el objeto, deberán ser manejadas; por ejemplo, si se trata de hacer seguimiento de procesos
bioquímicos, probablemente haya que recurrir a técnicas de tinción.
• La definición está formulada de tal manera que bajo ese concepto pueden caer todos los
procedimientos que han sido y serán planeados por los investigadores científicos de todos los tiempos.
¿Deberá siempre seguirse el método? La interrogación formulada se refiere a una cuestión sobre la cual
todavía se disiente actualmente, a saber, la presencia del método en la investigación científica. Sobre
este particular hay tres posiciones.
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Bases Teóricas Agosto 2010
Si se quiere mantener la frescura y avance de la ciencia –dice Feyarabend- las hipótesis deben
construirse de manera que contradigan los hechos más contundentes y las teorías más
aceptadas, Sin embargo, de inmediato se dio cuenta de que sus críticos podrían reprocharle que estaba
sustituyendo unas reglas por otras. Feyaberend, entonces, señaló que: “Mi intención es convencer al lector de
que todas las metodologías, incluyendo las más obvias, tienen sus límites”
c)Tercera posición: se acepta que en varias ocasiones el azar interviene para que el investigador descubra
algo que no esperaba. En tales circunstancias, ciertamente, el descubrimiento se realizó sin intervención de
método alguno. Por el contrario, cuando el investigador lograr confirmar la solución que él suponía para
determinado problema, entonces estamos seguros de que hubo un método, es decir, un procedimiento que
llevó a cabo y gracias al cual encontró lo que buscaba. Varios factores pueden ser causa de diferencias en el
procedimiento general. Los factores que más influyen son:
• La naturaleza del objeto
• El cuerpo de conocimientos disponibles.
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FRAGMENTO HISTORICO CIENTIFICO
El siguiente fragmento, tomado de una de las obras de Louis de Broglie, nos muestra cómo el
azar también juega un papel muy importante en el progreso científico, pues Henri Becquerel, buscando
un fenómeno que no existía, llegó al descubrimiento de la radiactividad.
Henri Becquerel, a fines del siglo pasado, quería comprobar si los cuerpos fosforescentes comunes,
hechos fosforescentes al exponerlos a la luz del sol, emitían rayos X. Guiado por una idea que finalmente
habría de revelarse falsa, el hábil físico se puso a investigar una hipotética emisión de rayos X por sales
de uranio hechas fosforescentes como consecuencia de una exposición a la luz del sol. Expuso, pues, al
sol láminas recubiertas de una capa de sal de uranio, luego envolvía estas láminas con un papel negro,
las encerraba en una caja poniéndolas en contacto de una placa fotográfica, esperando que una
penetrante radiación escapando del cuerpo fosforescente y atravesando el papel negro revelara su
presencia impresionando la placa. Tuvo, efectivamente, el placer de comprobar muy pronto que el
fenómeno previsto realmente existía y que las sales de uranio después de su insolación emitían una
radiación susceptible de atravesar la envoltura de papel negro. Este descubrimiento, comunicado a la
Academia de Ciencias el 24 de febrero de 1896, parecía aportar una confirmación completa de la idea, no
obstante inexacta, que había guiado a Becquerel en sus investigaciones. Demostraba la existencia de
una radiación desconocida emitida por el uranio, pero en el pensamiento de Becquerel revelaba también
que la emisión de esta radiación resultaba de la acción de la luz sobre las sales de uranio y, por tanto, se
relacionaba con la fosforescencia de esas sales.
Mas he aquí que el azar interviene muy felizmente para mostrar al ilustre sabio que se equivocaba en la
interpretación del fenómeno observado y para revelarle su verdadera naturaleza. Becquerel había
preparado, para poder repetir sus experiencias, algunas cajas conteniendo láminas cubiertas con sales
uránicas y envueltas en papel negro, próximas a una placa fotográfica.
Pero como esos días de invierno el sol se niega a mostrarse, esperando su retorno guardó las cajas en
un cajón. Ahora bien, el domingo 1 de marzo de 1896, habiendo reaparecido el sol, Becquerel se dispuso
a continuar sus ensayos, pero antes tuvo, admirable escrúpulo de científico consciente, la idea de
verificar si nada había pasado mientras las placas estuvieron en el cajón y si éstas no habían sido
impresionadas por la proximidad de las sales de uranio.
Y he aquí que con gran admiración comprueba que las placas habían sido impresionadas como en las
anteriores experiencias, aun cuando esta vez las sales uránicas no habían sido expuestas previamente a
la acción del sol y, por lo tanto, no se encontraban en estado de fosforescencia. Una única explicación
era posible: el uranio emitía continuamente, sin que fuese necesario exponerlo a la luz, penetrantes
radiaciones de naturaleza hasta entonces desconvidad y que muy pronto se revelarían como
absolutamente distintas de loas de los rayos X. Este hecho fue debidamente verificado en la
comunicación que Henry Becquerel hizo al día siguiente, 2 de marzo, a la Academia de Ciencias; por
primera vez establecía la existencia de la radiactividad y el gran físico, cuyas investigaciones habían sido
orientadas al principio por una idea inexacta, llegó así a un magnífico descubrimiento.
Es seguro que el azar a menudo juega un papel importante en los descubrimientos. Acabamos de
recordar un ejemplo memorable: si Henry Becquerel no hubiera tenido la idea, aparentemente fortuita, de
revelar las placas que permaneciendo en la oscuridad de un cajón, según sus provisiones, no debían
estar impresionadas, el gran descubrimiento de la radiactividad seguramente se habría retardado.
Sin embargo, es preciso no exagerar esta parte del azar en el descubrimiento; estos felices accidentes
sólo suceden a quienes lo merecen, a aquellos que por un esfuerzo prolongado han llegado ya al borde
del descubrimiento, a aquellos que habiendo consagrado su vida al estudio de una ciencia y conociendo
a fondo los datos del problema que estudian, están absolutamente preparados para captar la solución
búsqueda cuando algún azar se les presenta imprevistamente.
Cualquier causa fortuita hace caer al fruto que pende del árbol, pero es porque este fruto ha madurado
lentamente y está a punto de desprenderse. Si Henri Becquerel el 1 de marzo de 1896, como resultado
de una verdadera suerte, llegó a revelar la actividad radiante del uranio, es porque una vida de trabajo
prolongado, la de su padre y de su abuelo, le había permitido conocer a fondo los fenómenos
de radiación y de fosforescencia: es porque esos conocimientos lentamente adquiridos le
habían permitido emprender las investigaciones que entonces realizaba: es que su espíritu penetrante y
su vigilancia de experimentador consciente lo llevaron a efectuar en el momento decisivo esa revelación
de la placa que, apartando las falsas ideas preconcebidas, levantó los velos de que se rodaba la oculta
verdad.
Así, a veces es el azar quien parece sembrar el grano de que surgirá el progreso decisivo, pero este
grano no puede germinar más que cayendo en un terreno que el trabajo y el talento han hecho apto para
hacerlo fecundar.
Sabios y descubrimientos
Luis de Broglie
5. De la lectura “Conocimiento, ciencia y método” (La investigación y su método capítulo 4) leer los tres fragmentos páginas 69 al 82.
A Semmelweis se le ocurrió que el olor que quedaba en los estudiantes después de realizar una autopsia podría ser lo que producía la fiebre
puerperal.¿qué cirscunstancias contribuyó para que tal sospecha le pareciera muy probable?
5. Del mismo capítulo y de las páginas 79-82 contesta las siguientes preguntas
1. En que consiste el método deductivo de las ciencias formales
2. ¿Cuáles son las tres principales condiciones que debe satisfacer un sistema
deductivo?
ACTIVIDAD INTEGRADORA (10%).
Realizar el siguiente ejercicio, con la finalidad de identificar los aspectos, características, etapas y
principio del método científico y los diferentes tipos de métodos.
A) En Galileo
B) El método comparativo
C) El método funcional
D) El método estructural
E) El método dialéctico
Elaborar un ensayo tomando en cuenta las diferentes corrientes del pensamiento en el método
Capitulo cuatro
1. De acuerdo con la etimología del vocablo “investigar” ¿qué se necesita como
supuesto para iniciar una investigación?
2. Una función básica de la investigación en general es “ampliar el horizonte de
significatividad”. Explica el sentido de esta frase.
3. Qué es método en general?
4. ¿cómo define Mario Bunge el método general de la ciencia?
5. ¿Cuál es la posición de Feyerabend en relación con el método científico?
6. ¿Cuáles son las cuatro características del método científico?
7. En relación con la investigación particular de cada problema ¿cuáles son las etapas
principales del método científico?
8. Enuncia dos de los principios que el científico mexicano Arturo Rosenblueth propone
como supuestos básicos de la investigación científica.
9. ¿en qué consiste el método deductivo de las ciencias formales?
10. ¿Cuáles son las tres principales condiciones que debe satisfacer un sistema deductivo?
1.- PLANTEO DEL PROBLEMA.- El problema crítico de la filosofía es el más difícil de contestar. Todos los
filósofos han dado su propia respuesta; y, a partir del siglo XVII, con Descartes, se convirtió en el primero y, a
veces, exclusivo tema de la filosofía.
Este problema se puede formular del siguiente modo: ¿Qué valor tienen nuestros conocimientos?
¿Qué alcance y qué limitaciones tienen nuestras facultades para conocer? ¿Cuánto podemos estar seguros de
conocer la verdad? ¿Cual es le criterio de verdad, o modo seguro para distinguir lo verdadero de lo falso?
Siguiendo a Verneaux en su Epistemología general, se pueden resumir en cinco las soluciones básicas que a lo
largo de la historia de la filosofía se han dado al problema critico: escepticismo, empirismo, racionalismo,
idealismo y realismo.
2.- EL ESCEPTICISMO.- consiste en dudar de todo, abstenerse de juzgar las cosas. Los escépticos no le han
dado ningún valor al conocimiento. Sus principales representantes han sido: Pirrón, Gorgias, Enesidemo, y Sexto
Empírico.
En realidad, el escepticismo no es una solución positiva al problema crítico, sino una actitud defectuosa de la
mente humana que tiene temor de seguir afirmando algo en vista de los errores en que ha caído con
anterioridad, y también en vista de las contradicciones de los diferentes sistemas filosóficos. Que haya una
filosofía de las doctrinas filosóficas es un escándalo para muchos.
Pero el escepticismo es tan absurdo que nadie podría defender esa posición sin contradecirse a sí mismo. Un
escéptico se traiciona como escéptico en el momento en que hable, camine o se mueva, porque con estos actos
manifiesta que está convencido de algo (el significado de las palabras , el camino que está recorriendo) y, por
tanto, que no duda de todo. Aristóteles dijo que un escéptico debería vivir como una planta, vegetando, si quería
ser congruente con su misma postura.
Cuando un escéptico declare que no quiere dudar de todo, entonces ya podemos replantear el
problema crítico: ¿Cuáles son las condiciones de los conocimientos ciertos, a diferencia de los
inciertos o dudosos?
Protágoras defendió una especie de escepticismo, llamado relativismo, por el cual la verdad depende de cada
sujeto; cada uno tiene su propia verdad independiente de la de los demás. Tal es el sentido de su famosa frase:
El hombre es la medida de todas las cosas…Su postura es muy perniciosa, pues ataca la objetividad de la
verdad y también su unidad: El que empieza resbalando en el relativismo, generalmente acaba en un franco
escepticismo.
3.- EL EMPIRISMO.- El valor de nuestros conocimientos depende sólo de la experiencia sensible; tal
es la tesis central del empirista. Se muestra enemigo acérrimo del racionalista. En términos corrientes se podría
decir que su lema es: “Hasta no ver, no creer” Sus representante son ingleses: Locke, Berqueley, y Hume.
El más radical de todos los empiristas es David Hume, su postura se puede resumir en los siguientes
puntos:
En el fondo, el empirismo yerra desde el momento en que no es lo suficientemente empirista, es decir, desde que
no acepta ciertos hechos evidentes, por ejemplo, la actividad del sujeto en el conocimiento, la intuición de los
primeros principios, la capacidad de razonar y encontrar racionalmente conclusiones evidentes, aunque no se
palpen con los sentidos.
4.- EL RACIONALISMO.- Afirma que solamente son válidos los conocimientos basados en la razón, pues sólo
así se llega a la ciencia, compuesta por juicios universales y necesarios. Los principales representantes son
Parménides, Platón , Descartes, Malebranche, Spinoza y Liebniz. También Kant, pero su doctrina se estudia
mejor como representante del idealismo.
Platón con su teoría de las ideas es un claro representante del racionalismo, su teoría del conocimiento se puede
resumir de la siguiente manera:
a) Existen dos mundos. Este en el cual vivimos es material, imperfecto, temporal , mutable,
sensible, y es una participación o sombra del otro mundo. El otro en un mundo espiritual, sonde están las ideas ,
que son perfectas, eternas , inmutables, inteligibles, universales, y existen por sí mismas (subsistentes).
b) Las almas humanas son espirituales, existían antes del nacimiento en el mundo de las ideas, en
feliz contemplación de ellas, pero las almas fueron condenadas a vivir en este mundo, “encerradas” en un
cuerpo, y desde entonces olvidaron todos sus conocimientos.
c) Cada hombre posee sus propias ideas innatas, pero el cuerpo es el culpable del olvido de tales
ideas. Poco a poco las va recordando con ocasión del conocimiento de los objetos sensibles que son copias o
pálidos reflejos de las ideas. Aprender es pues recordar, tal es la tesis central de su teoría llamada anamnesia.
d) Platón es racionalista porque, según él, los sentidos sólo nos proporcionan opiniones. El conocimiento
universal y necesario es de tipo intelectual; la certeza sólo se adquiere cuando la inteligencia intuye las ideas.
e) Platón no es idealista gnoseológico. Si se le llama idealista, es porque creó la teoría de las ideas,
pero es más bien ultrarrealista porque le da demasiada realidad a las ideas.
f) Aristóteles es el mejor crítico de Platón; su doctrina de la abstracción explica de un modo realista el origen
del conocimiento de las ideas universales y necesarias, sin tener que recurrir a un conocimiento prenatal y dando
su debido puesto al papel de los sentidos y de la inteligencia.
Descartes pretende eliminar las dudas del escepticismo de una manera racional, científica y rigurosa,
a) Para esto aplica en filosofía el método práctico de las Matemáticas, con base en principios
evidentes y demostraciones racionalmente encadenadas. Al final de ellas pretende haber
fundamentado la posición realista que acepta la existencias de un mundo independiente tal como lo atestiguan
los sentidos. En el fondo sólo abrió las puertas del idealismo como luego veremos.
b) Lo primero es, pues, encontrar una verdad fundamental a partir de la cual se puede cimentar
todas las verdades de la filosofía. Dudando de todo , se da cuenta de que al dudar está pensando, y si piensa es
porque existe. Aquí tiene, pues, su primer principio: “Pienso , luego existo,” (Cogito, ergo sum
c) Enseguida quiere analizar sus ideas, dando como verdades las que sean absolutamente claras y
distintas. Analiza la idea de lo perfecto (Dios) e infiere que tratándose de lo perfecto, no puede faltar la existencia
en él, luego Dios existe.—Dios es veraz, y por tanto Él que creó mis sentidos, no me puede engañar, y, por
consiguiente, mis sentidos me dicen la verdad respecto al mundo extramental que captan, luego existe un mundo
real, tal como mis sentidos lo atestiguan . Con la razón se ha justificado, pues el papel de los sentidos. En esto
consiste el racionalismo.
d) Muchos filósofos posteriores comienzan igual que Descartes, encerrándose en el yo y en el
análisis de sus propias ideas; pero no pudiendo demostrar por medio de ellas la existencia de seres
extramentales, para siempre quedan encerrados en su mundo intramental de ideas. Tal es el idealismo
gnoseológico a que dio lugar Descartes. Por eso aunque el no es idealista, se le llama “el padre del idealismo”.
e) Descartes falla desde el momento en que pretende ( al modo matemático) demostrarlo todo a
partir de sus ideas. Pero la filosofía tiene que partir de la experiencia; su objeto es la realidad, y esta no se
demuestra, tan solo se muestra. Su demostración de la existencia de Dios sigue un camino erróneo, no es
posible a partir de las ideas, sino a partir de realidades extramentales que son efectos contingentes de un ser
también extramental, pero necesario.
f) A partir de Descartes, quedó patente el famoso problema llamado pons asinorum: Si lo que
conocemos directamente son ideas, ¿cómo sabemos que estas corresponden con la realidad ? El único modo de
r3esolverlo es captar que la premisa es falsa, pues lo que conocemos primaria y directamente no son ideas, sino
la misma realidad (por medio de representaciones ). Hasta un segundo momento, en la reflexión, no tomamos a
éstas como objeto directo de nuestro conocimiento.
5.- EL IDEALISMO.- Afirma que el término u objeto de nuestros conocimientos está en nuestras propias ideas.
Nuestras facultades cognitivas captan ideas, fenómenos internos , representaciones intramentales; pero no la
realidad en sí misma, independiente del sujeto. El ser del objeto es ser percibido (Berqueley). Los principales
representantes son Kant, Hegel y Husserl.
Kant en su crítica de la razón, estableció su teoría racionalista e idealista, que se puede resumir de la
siguiente manera:
a) Existe, de hecho, una ciencia físico –matemática, con juicios universales y necesarios . ¿Cómo es
posible esto, si la experiencia sólo proporciona datos singulares y contingentes? Responde diciendo, en primer
lugar, que los juicios básicos de la ciencia deben ser sintéticos a priori. Desecha los analíticos porque no dan
conocimientos nuevos. Desecha los juicios a posteriori porque la experiencia sensible sólo da lo singular y
contingente. Por tanto, la ciencia tiene juicios sintéticos a priori. Lo a priori garantiza la universalidad y la
necesidad, y lo sintético garantiza el progreso de la ciencia. ¿Cuáles son pues, las condiciones de probabilidad
de los juicios sintéticos a priori?
b) Su respuesta es que el conocimiento tiene dos elementos: la materia y la forma. La materia es el
dato de la experiencia. La forma es lo que aporta la facultad cognoscitiva, y da unidad y estructura a la materia
del conocimiento. Estas formas son, por ejemplo, el espacio y el tiempo al nivel de las facultades sensibles, y las
categorías de universalidad, necesidad, causalidad, unidad, etc., al nivel del entendimiento.
c) De lo dicho resulta que los conocimientos humanos no alcanzan a la cosa en sí, la cual queda
desconocida y, por eso se llama noúmeno (incógnita). Lo que conocemos es sólo una apariencia de las cosas y
esto es lo que se llama fenómeno. El fenómeno está compuesto por la materia y la forma descritas
anteriormente.
d) Kant es racionalista porque le da mucha importancia a las formas a priori impuestas por las
facultades cognitivas. Ahí va el elemento universal y necesario de los conocimientos científicos. Además kant es
idealista porque, según él, no podemos conocer la cosa en sí; sólo conocemos fenómenos o
apariencias.
e) Sin embargo, no hay que confundir la teoría de Kant con un simple relativismo, según el cual cada
uno conoce a su manera; o con un simple relativismo, según el cual cada uno tiene su propia verdad. Y es que
las formas a priori del conocimiento son idénticas para todos los hombres en cuanto que participan de lo a priori
(el yo trascendental)
f) Con la doctrina Kantiana se destruye la Metafísica, puesto que no es posible llegar a las cosas en
sí, a su esencia, a la sustancia. Tampoco sería posible llegar a Dios racionalmente; sin embargo, Kant no es
ateo, sino agnóstico. (No es lo mismo negar a Dios o negar que pueda demostrarse su existencia.)
g) El único comentario crítico es el siguiente: si negamos que podemos conocer la cosa en sí, nos
negamos todo derecho a seguir hablando de lo que es realmente.
Husserl es el creador de la fenomenología. Pero a pesar de sus aciertos se inclina al idealismo (Cfr.
Investigaciones lógicas, ideas, Meditaciones cartesianas.)
a) La fenomenología consiste en una descripción de las esencias de los fenómenos vividos. No pretende
explicar las cosas por sus causas, sino sólo hacer una descripción neutra de dichas esencias. Esto es muy útil en
Filosofía para ponerse en presencia de los datos del problema (cfr. Verneaux: Historia de la filosofía moderna
pags. 176-192)
b) Para llegar a las esencias Husserl propone tres tipos de epojé o reducción, las cuales consisten en “poner
entre paréntesis” o hacer caso omiso de ciertos datos que no interesan o que pueden desviar la atención en el
trabajo fenomenológico.
La primera es la deducción filosófica, en la cual se pone entre paréntesis todo presupuesto y todo sistema
filosófico anterior para fijar la atención en las cosas mismas.
La segunda es la reducción fenomenológica y consiste en atender exclusivamente a las cosas consideradas
como fenómenos internos, poniendo entre paréntesis la realidad o existencia extramental de ese objeto.
La tercera es la reducción eidética y consiste en atender solamente a las esencias o estructuras inmutables y
que dan unidad a los fenómenos, poniendo entre paréntesis lo puramente accidental.
c) El idealismo de Husserl queda patente a partir de la segunda époje, sin embargo, se puede hacer uso del
método fenomenológico poniendo entre paréntesis el idealismo de su propio autor. La descripción de las
esencias es un paso previo a la explicación causal de dichos fenómenos, sólo así es posible permanecer en el
nivel definido como Filosofía.
d) La primera reducción husserliana está expuesta a críticas, porque no es posible evitar todo presupuesto y
todo sistema filosófico. La segunda equivale a una mutilación del ser que es el tema fundamental de la
Metafísica. Los existencialistas, por su parte, describen la existencia humana, y aplicas el método
fenomenológico, pero haciendo caso omiso de esta reducción.
6.- EL REALISMO.-Afirma que el término u objeto de nuestros conocimientos está en la misma realidad
extramental, la cual independientemente del conocimiento que de ella se tenga, ese conocimiento no puede
prescindir ni de los sentidos, ni de la razón, y cada una de nuestras facultades no tiene sólo un papel pasivo, sino
que también aporta un cierto elemento a priori, no ocultando la cosa sino develándola. Los principales
representantes son Aristóteles y Sto. Tomás de Aquino.
Aristóteles criticó duramente la teoría de las ideas de su maestro Platón (cfr. Metafísica. De Anima,
Organon) “Soy amigo de Platón, pero más amigo de la verdad”, Con su Hilemorfismo se opuso a la teoría de las
ideas; con su teoría de la abstracción se opuso a las ideas innatas.
a) El hilemorfismo es la teoría según la cual todos los objetos sensibles están compuestos de materia
y de forma. La materia es el elemento individualizador. La forma es el elemento especificador. Es decir, todas las
cosas de la misma especie tienen la misma forma y solo difieren de la materia. La forma es, por supuesto, más
importante que la materia, y no debe tomarse aquí como sinónimo de figura o silueta, sino como un principio que
da unidad, estructura, organización e inteligibilidad a los objetos.
b) Esta teoría es fundamental para rechazar la de Platón. En efecto, los dos mundos de que hablaba
Platón quedan ahora sintetizados en cada objeto por la materia y la forma. Los dos mundos, no están deparados
sino íntimamente unidos en cada cosa. La esencia de los objetos, e incluso del hombre, no está
solo en la materia, o sólo en la forma (inmaterial) sino en la síntesis de los dos.
c) A partir de esto, se entiende la teoría de la abstracción ( o simple aprehensión). El hombre capta
con sus sentidos el aspecto material del objeto, y con el entendimiento agente desmaterializa la forma, es decir,
hace caso omiso de la materia (abstrae) para quedarse con la forma, la cual es asimilada por el entendimiento
pasivo como un concepto o idea. La forma de la mente es la que da lugar al concepto, y puesto que la forma es
un elemento especificador, se infiere que el concepto es universal, o sea, aplicable por igual a todos los seres de
la misma especie.
d) “No hay nada en la inteligencia que primero no haya estado en los sentidos”. Esta frase aristotélica
es la que ataca directamente la teoría de las Ideas innatas de Platón. Cuando el hombre nace no tiene en
realidad ningún conocimiento, y su mente está completamente en blanco.
Posteriormente Sto. Tomás de Aquino profundizó y explicó de un modo más congruente y con mayor
detalle esta teoría aristotélica de la abstracción. En la actualidad, debido a los errores de los empiristas, el
tomismo insiste más en el punto de vista de la esencia y del nexo necesario, a partir del cual se
fundamenta lo universal del concepto (Hoenen). Igualmente la teoría del principio de individualización por
la materia ha sido objeto de algunas rectificaciones (Marc) que colocan a la teoría en un plano netamente
realista.
5. Del fragmento filosófico de Gastón Bachelard “La formación del espíritu científico” Pág. 61 contesta las
siguientes preguntas:
1. ¿Cómo se debe plantear el problema del conocimiento?
2. ¿Por qué la opinión es un obstáculo epistemológico?
3. Para el espíritu científico, ¿cómo se presenta todo conocimiento?
4. ¿Cuál es la tendencia de nuestro espíritu en relación con las ideas?