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Préstamo: ¿Contrato real o consensual?

Se consideraban contratos reales aquellos que para su constitución requerían la entrega de una
cosa, es decir, cuyo perfeccionamiento formal dependía de la entrega física de la cosa
estipulada. Estos contratos, aunque impregnados todavía de gran formalismo, significaron sin
duda, un paso de avance en la práctica contractual del Derecho Romano, pues correspondieron
a una etapa mucho más avanzada de las relaciones mercantiles de Roma.
El mutuo requería para su perfeccionamiento la entrega de las cosas, aunque posteriormente
llegó a admitirse que la entrega fuera simbólica. Es, quizás por excelencia, el exponente
principal de los contratos reales en la antigua Roma.
2. La unilateralidad del mutuo es cuestión zanjada para los romanos, quienes al partir de
una concepción realista de su constitución se erigen partidarios del surgimiento de la
obligación solo para la persona del mutuario.
Bajo este contrato una persona llamada mutuante entrega cosas fungibles a otra, llamada
mutuatario, que se compromete a devolver, pasado un cierto tiempo, igual cantidad de
cosas del mismo género y calidad.
3. Préstamo: ¿contrato unilateral o bilateral?

Refiere Morineau Iduarte que en Roma el contrato de mutuo en cuanto a su naturaleza


jurídica es un contrato nominado, real, gratuito, unilateral y de derecho estricto(...) y
que aunque "el mutuo era un contrato gratuito, se podía cobrar intereses, si estos se
establecían en un contrato adicional, generalmente una estipulación.
La ilustre académica señala taxativamente el carácter gratuito del préstamo de consumo o
mutuo para los romanos. Sin embargo destaca la posibilidad del pacto de intereses.¿Era
el préstamo un contrato esencialmente gratuito en el Derecho romano?¿Desvirtúa la
gratuidad del préstamo el establecimiento de intereses?¿Al pactarse intereses cambiaba la
naturaleza jurídica del mutuo? ¿Se convertía el mutuo en un contrato oneroso?
1. ¿Pacto de intereses en el contrato de préstamo?

Originalmente, el mutuo era un simple préstamo de consumo sin interés lucrativo para el
acreedor, pero posteriormente, con el desarrollo de las actividades mercantiles usurarias
se fue imponiendo la práctica de exigir los intereses en esos contratos. Ya la Ley de las XII
Tablas señala una tasa determinada, el uncíarum fenus, que se supone ascendía al 8,3%;
posteriormente en el siglo IV a. n. e. ese interés se redujo a la mitad y la Ley Genucia del
año 342 lo prohibió por completo, pero a finales de la República el interés se volvió a
imponer y había ascendido hasta un 12 %, situación que Justiniano encontró y reguló,
señalando escalas de intereses que iban desde el 4% al 12,5%.
Tasas de interés que no podían ser asociadas directamente al contrato de préstamo, pues
dentro de la concepción jurídica romana, tal y como nos indica Covian en lo que se refiere
al Mutuo, los contratos de préstamo eran esencialmente gratuitos, de tal modo que el
pacto de intereses había de realizarse mediante un contrato adjunto, aunque autónomo;
que adoptaba la forma de estipulación.
Sin embargo, pese a dicha diferencia en su origen y naturaleza jurídica, el contrato de
préstamo y el pacto de intereses han permanecido inevitablemente ligados a lo largo de
la historia del derecho, aunque pasando por fases muy diferentes según el momento
histórico, en un procesoque sintéticamente ha sido descrito por autores como Lalinde
Abadía
4. Préstamo: ¿contrato oneroso o gratuito?
5. Préstamo ¿Contrato traslativo de dominio o de uso y disfrute?

Los romanos, partiendo de la naturaleza de los bienes objeto del contrato de préstamo eran
partidarios del carácter traslativo de dominio del mismo, pues la cosa objeto del contrato se
entregaba para ser consumida, no había que devolver la misma cosa sino otra del mismo
género, calidad y cantidad.
Determinaban el traspaso de dominio en base al criterio de fungibilidad y/o consumible, que
ostentaba el bien objeto del contrato.

ENERALIDADES SOBRE EL MUTUO EN VENEZUELA

CONCEPTO

“El mutuo es un contrato por el cual una de las partes (llamada


mutuante), entrega a la otra(llamada mutuario) cierta cantidad de cosas,
con cargo de restituir otras tantas de la misma especie y calidad” artículo
1.735 del Código Civil.

REGLAMENTACIÓN

1º El Código Civil reglamenta el mutuo en cuatro capítulos. Los tres


primeros contienen las normas generales del contrato y el cuarto las
normas específicas del préstamo a interés.

2º Ciertos mutuos, especialmente públicos y mercantiles, revisten


formalidades particulares que, a veces, los someten a un régimen especial.
Tal es el caso de los empréstitos públicos, las obligaciones emitidas por las
sociedades mercantiles, y algunos de los llamados “depósitos” de fondos
que no persiguen como finalidad fundamental la guarda de los mismos (p. ej.
losdepósitos bancarios). Las reglas especiales dictadas para esos mutuos
prevalecen sobre las normas civiles; pero éstas tienen poder normativo
subsidiario.

3º Por otra parte, muchas veces el mutuo es precedido por negocios


jurídicos de muy diverso tipo; aperturas de crédito, apertura de cuentas
corrientes, emisión de cartas de crédito u otros títulos, etc.

En este caso, las normas relativas a dichos negocios jurídicos no


suelen interferir con el mecanismo de la aplicación de las normas del mutuo
que sólo aparece en etapa posterior.

DIFERENCIACIÓN CON OTRAS INSTITUCIONES JURÍDICAS; CASOS DE


TIPIFICACIÓN DUDOSA

1º Mutuo y comodato.
2º Mutuo y aporte en sociedad. Resulta difícil distinguir si la entrega de
una suma de dinero implica un aporte en sociedad o un mutuo, cuando se
pacta que el “tradens” tendrá derecho a una participación en las utilidades o
una injerencia en la conducción del negocio que se emprenda con los
fondos correspondientes. En tales casos, lo decisivo es la circunstancia de
si el “tradens” participa o no en las pérdidas. Si el “tradens” participa en las
pérdidas no habrá mutuo, ya que éste por esencia implica la obligación de
restituir cosas de la misma calidad y en la misma cantidad. Si el “tradens”
no participa en las pérdidas puede haber mutuo, ya que éste no es
incompatible con la participación en los beneficios o en la administración
de las cosas dadas en préstamo.

UBICACIÓN DEL MUTUO DENTRO DE LAS CLASIFICACIONES DE LOS


CONTRATOS

1º El mutuo es un contrato real.

2º El mutuo es un contrato unilateral aunque el mutuario se com-


prometa a pagar intereses o a constituir garantías ya que tales obligaciones
recaen siempre sobre el mutuario.

3º El mutuo (civil) es por su naturaleza gratuito; pero, desde luego,


puede ser a título oneroso como ocurre con el préstamo a interés.

4º El mutuo es un contrato que produce efectos reales, ya que trans-


fiere al mutuario la propiedad de la cosa dada en préstamo (C.C. art.1.736).

5º Las obligaciones del mutuario son obligaciones principales

ELEMENTOS ESENCIALES A LA EXISTENCIA YVALIDEZ DEL MUTUO

Los elementos esenciales a la existencia y validez del mutuo, además


de los comunes a todos los contratos, son la legitimación del mutuante y la
entrega de la cosa.

I.CONSENTIMIENTO

En esta materia rige elderecho común, con la salvedad de que siendo


un contrato real, el mutuo no seperfecciona por el simple consentimiento,
sino por la entrega de la cosa.

II. CAPACIDAD Y PODER

1º De acuerdo con la doctrina, que encuentra apoyo en las normas


sobre tutela, tomar en préstamo es,en principio, un acto de disposición.
Compartimos el criterio de la jurisprudencia extranjera de que, sin embargo,
tomar en préstamo cantidades poco importantes que sean urgentes para la
administración del patrimonio constituye un acto de simple administración.
Pero lo cierto es que las normas sobre tutela (C.C. art. 365), sólo se refieren
a tomar en préstamo dinero.

2º Si se toma como fundamento la regulación de la tutela, dar en mutuo


es un acto de simple administración si se trata de préstamo con garantía,
mientras que es un acto de disposición caso contrario, sin que la respectiva
calificación dependa del carácter gratuito u oneroso del contrato.

3º Si en cambio tomamos como punto de partida las normas actuales


en materia de patria potestad,”contratar préstamos”, sería siempre un acto
que excede de la simple administración (C.C. art. 267).

4º Debe advertirse que si el mutuo es anulado por incapacidad del


mutuario, el mutuante no puede exigirle el reembolso, si no prueba que las
cosas dadas en préstamo se han convertido en provecho del tomador
incapaz (C.C. art. 1.349). La anulación por incapacidad del mutuante obliga
al mutuario a restituir sin plazo alguno y, en su caso, de indemnizar los
daños y perjuicios.

III.OBJETO

Sólo pueden darse en mutuo las cosas “in commercio”, susceptibles de


ser enajenadas y fungibles ya que el mutuo implica la transmisión de la
propiedad al mutuario y sólo obliga a éste a restituir igual cantidad de cosas
de la misma especie y calidad.

IV. CAUSA

La jurisprudencia extranjera anula el mutuo por causa ilícita cuando


ambas partes conocen que con el contrato se persigue una finalidad ilícita o
inmoral (p. ej.: los préstamos para hacer posible el contrabando o la
explotación de una casa deprostitución). Este criterio favorece al tomador
del préstamo, ya que puede rechazar la pretensión del mutuante en virtud
del principio “nerno auditur propiam turpitu dinem alegans”.

La jurisprudencia francesa anula los préstamos hechos al jugador por


la casa de juego, por el gerente de ésta o por cualquier otro interesado en el
juego, argumentando que los mismos fomentan la pasión del juego -lo que es
inmoral- y constituyen un modo indirecto de dar acción para el cobro de las
deudas de juego -lo que es contrario a la Ley.

V. LEGITIMACIÓN
Como el mutuo es traslativo de la propiedad, el mutuante debe ser
propietario (o quasi usufructuario) de la cosa dada en préstamo.

VI. ENTREGA

Siendo un contrato real, el mutuo requiere para su perfeccionamiento


la entrega de la cosa la cual puede verificarse por cualquiera de los modos
de tradición. La prueba de la entrega se rige por el Derecho común. De
ordinario, se prueba mediante un escrito contentivo de las estipulaciones
del contrato o del reconocimiento de la deuda derivada del mismo, o
mediante un pagaré.

GASTOS DEL MUTUO

Están a cargo del mutuario, salvo pacto en contrario: 1º los gastos de


la celebración del contrato(incluidoslos gastos de la entrega), en virtud de
la regla de que los gastos del contrato son a cargo del adquirente; 2º los
gastos de la cancelación, en virtud de la regla de que los mismos están a
cargo de la persona favorecida por ella y 3º, los gastos de constitución de
las garantías prometidas o dadas por él.

La obligación esencial del mutuario es la de restituir.

l. OBJETO DE LA RESTITUCIÓN

1º Norma general

El mutuario debe restituir cosas en la misma cantidad y de la misma


especie y calidad de las que recibió (C.C. art. 1.744), independientemente de
que el valor de dichas cosas haya aumentado o disminuido entre el día de la
entrega y el día en que deba efectuarse la restitución. Si el mutuario no
restituye conforme a lo indicado, debe pagar el valor de las cosas recibidas
calculado en el momento y lugar en que debía efectuar la restitución.

2° Normas para los préstamos de dinero

En los préstamos de dinero, la obligación es siempre la de restituir la


cantidad numéricamente expresada en el contrato (C.C. art. 1.737, encab.).
En caso de aumento o disminución del valor de la moneda, antes de que
esté vencido el término del pago, el deudor debe devolver la cantidad dada
en préstamo y no está obligado a devolverla sino en las monedas que tengan
curso legal al tiempo del pago (C.C.art. 1.737, ap. 1).

Sin embargo, la restitución se hará conforme a lo convenido cuando se


han dado en préstamo monedas de oro o plata determinadas y se ha
estipulado que la restitución se haga en la misma especie de moneda y en
igual cantidad (C.C. art. 1.738,encab.); pero si en tal hipótesis el valor
intrínseco de las monedas se ha alterado, si no se puede encontrar aquellas
monedas o si se las ha puesto fuera de circulación, se devolverá el
equivalente del valor intrínseco que tenían las monedas en la época del
préstamo (C.C. art. 1.783, ap. 1º).

3° Normas para los préstamos de barras metálicas o de frutos

Si el préstamo consiste en barras metálicas o en frutos el deudor no


debe restituir sino la misma cantidad y calidad, cualquiera que sea el
aumento o disminución del precio (C.C.art. 1.739), norma que, en realidad,
vuelve a la regla general (C.C. art.1.744).

II. LUGARDE LA RESTITUCIÓN

Si el contrato no dispone lo contrario, la restitución debe verificarse en


el lugar donde se hizo el préstamo (C.C. art. 1.744).

III. MOMENTO DE LA RESTITUCIÓN

1º Si las partes han fijado un término, la restitución debe verificarse al


vencimiento del mismo. En el mutuo gratuito, el término es en beneficio del
mutuario, de modo que éste pueda restituir anticipadamente; pero en el
mutuo oneroso, el término es en beneficio de ambas partes, de modo que el
tomador no puede imponer la restitución anticipada (salvo que indemnice de
ella al mutuante; p. ej.: mediante el pago de los intereses no vencidos hasta
la expiración del término convenido).

En ciertos casos se pactan restituciones parciales ya obligatorias para


el tomador, ya facultativas. En el primer caso, lo normal es que dichas
restituciones sean a términos regulares (p. ej.: amortizaciones mensuales).
En el segundo, suele estipularse un límite mínimo y, en su caso, la liberación
de intereses sobre la parte restituida.

2º Cuando las partes no han fijado el término, el Tribunal puede acordar


un plazo para la restitución, según las circunstancias (C.C. art. 1.742).

3º Si sólo se ha convenido en que el mutuario pagará cuando pue-


da o tenga medios, el Tribunal fijará un término para el pago, según las
circunstancias (C.C. art. 1.743).

4º Los tribunales franceses consideran que si se ha convenido que el


deudor restituirá “cuando quiera”, “a su gusto” o “a su conveniencia“, en
principio, se trata de un término indefinido y potestativo para el deudor;
pero consideran que tal beneficio es “intuitus personae” de modo que la
restitución se hace exigible a la muerte del tomador. No faltan, sin embargo,
decisiones menos favorables al mutuario.

5º Los tribunales franceses entienden que cuando el mutuante expresa


que “se atiene a la lealtad obuena fe del tomador”, no tiene acción para
exigirel reembolso sino en el caso de abuso de derecho por parte de éste.

6º Por lo demás, el beneficio del término puede perderse conforme al


Derecho común (C.C. art. 1.215).

OBLIGACIONES DEL MUTUANTE

Ninguna obligación deriva para el mutuante de la celebración del


contrato (es unilateral), aunque algunas pueden derivar de hechos pos-
teriores (el contrato es sinalagmático imperfecto).

I. Parte de la doctrina considera que constituye una obligación del


mutuante la de no pedir antes del término convenido las cosas que dio en
préstamo (C.C. art.1.741); pero ello no constituye una obligación pro-
piamente dicha. Lo que ocurre es que antes del vencimiento del término no
es exigible la obligación de restituir del mutuario.

II. El mutuante tiene la misma responsabilidad que el comodante en


razón de vicios de la cosa (C.C. art. 1.740).

RIESGOS DE LA COSA

En el mutuo los riesgosde la cosa (por pérdida o deterioro derivado de


caso fortuito o fuerza mayor) están a cargo del mutuario en virtud del
principio “res perit domino”(C.C. art. 1.736).

RESOLUCIÓN POR INCUMPLIMIENTO

Conforme a la doctrina dominante, el mutuo, por no ser un contrato


bilateral, no puede ser atacado por acción resolutoria. Sin embargo Planiol y
Ripert, basados en que el préstamo no es sino una parte de un contrato
sinalagmático, sostienen que puede pronunciarse la resolución cuando el
mutuario no hace las amortizaciones convenidas, no ejecuta las
prestaciones accesorias o no paga los intereses. Lo prudente es pactar en
orden a tales hipótesis la pérdida del beneficio del término de pleno derecho
a favor del mutuante, con la advertencia de que éste no perderá la facultad
de exigir, en su caso, los intereses por lo que resta del término original.

PRÉSTAMO A INTERÉS

I. INTRODUCCIÓN
El préstamo a interés es la variedad del mutuo que presenta mayor
importancia práctica. De ahí que el legislador dicte normas especiales para
él, que son tanto más necesarias cuanto que tradicionalmente las normas
generales sobre el mutuo están dictadas teniendo presente sólo el préstamo
sin interés.

II. LICITUD DEL PRÉSTAMO A INTERÉS

1 ° Desde el punto de vista del Derecho positivo, la licitud, del préstamo


a interés, en sí mismo, es indiscutible, ya que la Ley expresamente permite
estipular intereses por el préstamo de dinero, frutos u otras cosas muebles
(C.C. 311. 1.745).

2° Desde el punto de vista moral el mutuo en sí no justifica la


estipulación de intereses, ya que al consumirse la cosa por el primer uso
nada existe fuera de ella que pueda valorarse; pero tal estipulación se
justifica muchas veces a título extrínseco, o sea, por el daño emergente,
lucro cesante, riesgo del capital u otras circunstancias que frecuentemente
acompañan al préstamo; pero que de suyo podrían no darse. En estos casos,
incluso el anatocismo no es de por sí contrario al Derecho Natural. La
aplicación de los principios señalados en una época en la cual el dinero no
era fructífero condujo a la Iglesia a combatir el préstamo a interés como
usuario, salvo casos excepcionales (p. ej.: en el caso del préstamo a la
gruesa); pero, hoy en día, cuando el dinero es fructífero, el préstamo
normalmente supone un daño emergente o un lucro cesante para el
mutuante quien puede lícitamente exigir intereses por tales conceptos.

3° Así pues, en la actualidad ni la Ley positiva ni la moral proclaman la


ilicitud del préstamo a interés sino cuando el contrato se hace
indebidamente oneroso para el mutuario (p. ej.: cuando los intereses son
exagerados), caso en el cual existe usura.

III. MODALIDADES

El préstamo a interés presenta toda una suerte de modalidades, al-


gunas de las cuales pueden combinarse entre sí. Las principales son:

1º El préstamo con amortizaciones

El préstamo a interés con término fijo obliga al mutuario a restituir en


un momento dado toda la suma prestada y al mutuante a esperar el
vencimiento antes de recibir restitución alguna. Cuando se quiere evitar una
de esas consecuencias, o ambas, se suelen pactar reintegros parciales del
capital. Las principales formas de tales amortizaciones son las siguientes:
A) El deudor se compromete a pagar periódicamente una suma que
comprende el pago de los intereses y abonos a cuenta del capital;

B) El deudor tiene el crédito limitado a una suma que baja periódi-


camente en cierta cantidad; y

C) Se establecen amortizaciones por sorteo entre los varios acreedores


de un mutuario en el sentido de que a éstos se les reembolsa en todo o en
parte el capital del préstamo antes del vencimiento del término, conforme a
los resultados de uno o más sorteos preestablecidos.

2º El préstamo con prima de reembolso

En este préstamo, el deudor en vez de pagar periódicamente una suma


por concepto de intereses, se obliga a pagar en el momento del vencimiento
una suma mayor que la originalmente recibida por él.

3º El préstamo con premios

En esta modalidad del mutuo que presupone una pluralidad de


mutuantes, el mutuario, además de pagar unos intereses periódicos -or-
dinariamente a una tasa baja- o incluso sin pagar intereses periódicos,
promete una prestación, usualmente en dinero, a los mutuantes favorecidos
por un procedimiento de selección al azar (p. ej.: un sorteo). Esta modalidad
se ha usado en otros países especialmente en los empréstitos públicos.

4º El préstamo por anualidades, mensualidades u otros intereses


periódicos

Esta modalidad que es la más frecuente, presenta algunas variantes.


Especialmente cabe destacar que los intereses pueden calcularse en
relación al monto del capital del préstamo o de las utilidades que produzca
el empleo del mismo.

IV. CARÁCTER EXCEPCIONAL DEL PRÉSTAMO A INTERÉS EN


MATERIA CIVIL

No obstante la práctica general contraria, la Ley civil regula el mutuo


como un contrato que por su naturaleza es gratuito. De allí que sea
necesaria una estipulación especial para que el mutuo sea a interés.

La doctrina y jurisprudencia francesa exigen para ello un pacto expreso


que, por lo demás, interpretanrestrictivamente. Así, por ejemplo, en Francia
se ha llegado al extremo de decidir que si se pactó un préstamo “sin
intereses por la vida del deudor”, ello no implica necesariamente la
obligación de que se paguen intereses después de la muerte del mutuario y
que si se pactó “sin intereses por la duración del préstamo”, ello no implica
necesariamente que deban pagarse intereses después del vencimiento del
término fijado.

Personalmente adherimos a la tesis de que, por una parte, la estipu-


lación de intereses puede ser expresa o tácita, siempre que, desde luego, la
manifestación tácita sea inequívoca, y de que, por otra, la interpretación
restrictiva no constituye un dogma. Así, por ejemplo, consideramos acertada
la afirmación de que pactado el interés por el término del préstamo a una
tasa superior al 3% anual, es esa misma tasa (y no la legal), la que ha de
aplicarse en su caso durante la mora, ya que ésta no puede favorecer al
deudor.

En materia de prueba del pacto de intereses, la norma general es que


la fijación convencional de la tasa de interés debe comprobarse por escrito
cuando no es admisible la prueba de testigos para comprobar la obligación
principal (C.C. art. 1.746, ap. 2). Sin embargo, el pago de intereses que nose
hayan estipulado, no puede repetirse ni imputarse al capital (C.C. art.1.747).
Para Planiol y Ripert esta disposición, en su caso, exonera al acreedor de la
carga de la prueba de la estipulación de intereses mientras que para Colin y
Capitantconstituye la presunción de que las partes han celebrado una
convención tácita que engendra para el mutuario una obligación natural de
pagar intereses. En todo caso la aplicación del artículo de referencias queda
descartada cuando el pago no fue voluntario.

En Derecho Mercantil, en cambio, se presume el pacto de intereses a la


tasa corriente en el mercado; pero se exige prueba escrita de la esti-
pulación de intereses superiores o de la exoneración de intereses (C. Com.,
art. 529).

V. FIJACIÓN DE LA TASA DE LOS INTERESES EN MATERIA CIVIL

En el préstamo a interés la tasa puede ser fijada por la ley (a falta de


pacto entre las partes), o por el contrato. En el primer caso se habla de
interés legal y en el segundo de interés convencional.

1º La tasa legal civil es el tres por ciento anual. Esta tasa no sólo es
aplicable al préstamo a interés donde las partes no han determinado la tasa
de éste, sino que se aplica también para calcular los daños y perjuicios
moratorios respecto a las obligaciones que consisten en dar sumas de
dinero, salvo disposiciones especiales de la Ley o pacto en contrario
(C.C.31i. 1.277). En materia mercantil, el interés legal es el corriente en la
plaza (C. Com., art. 529).

2º El interés convencional, en principio, depende de la sola voluntad de


las partes; pero la Ley ha establecido limitaciones que son de orden público.
A) El Código Civil establece tres limitaciones:

a) El interés convencional no excederá en ningún caso en una mitad al


que se probare haber sido interés corriente al tiempo de la convención, caso
en el cual será reducido por el juez a dicho interés corriente, si lo solicita el
deudor (C.C.art. 1.746, ap. 2).

b) El interés del dinero prestado con garantía hipotecaria no podrá


exceder en ningún caso del uno por ciento mensual (C.C. art. 1.746, ap.4). Y,

c) El interés convencional puede ser limitado por leyes


especiales (C.C. art. 1.746,ap. 2).

Debe advertirse que cuando se pacta un interés superior al límite


establecido por la Ley, el contrato no está viciado de nulidad, sino que
procede la reducción de la tasa convencional al interés corriente en el caso
del aparte 2 del artículo 1.746 del Código Civil, o al uno por ciento mensual
en el caso del aparte 4 del mismo artículo”.

B) El Decreto sobre Represión de la Usura establece como límite del


interés convencional en caso de préstamo de dinero (con o sin garantía), el
uno por ciento mensual (Dec. N° 247 de la J.R.G. sobre Rep. Usura, de9-IV-47,
art. 1º ap. único), sin perjuicio de las demás limitaciones establecidas en el
Código Civil. Esta norma ha sido criticada por no distinguir entre los
préstamos de acuerdo con los riesgos de pérdida del capital dado en
préstamo (p. ej.: entre préstamos con y sin garantía).

El citado Decretovigoriza la limitación que establece, al considerar


constitutivo del delito de usura, el préstamo de dinero en el cual se estipule
o de alguna otra manera se obtenga un interés que exceda del uno por
ciento mensual (Dec. cit., art. 1º,ap. único).

El Decreto en cuestión ordenó además a los acreedores reducir el


interés convenido por obligaciones anteriores, a partir de la promulgación
del Decreto (Dec. cit., art. 3º), norma que muchos consideraron retroactiva.

Debe señalarse que, deacuerdo con la Corte Suprema de Justicia, el


campo de aplicación del Decreto ha quedado significativamente restringido,
aunque no corresponda a este curso de Derecho Civil entrar en pormenores
al respecto; pero debe apuntarse que no se aplica a los intereses que
paguen o cobran según los casos las instituciones financieras.

C) En la aplicación de las normas anteriores debe tenerse en cuenta


que tanto el Código Civil como el Decreto sobre Represión de la Usura
-aunque no lo digan expresamente- se refieren al interés simple, En
consecuencia si se pacta un interés compuesto de menor tasa aparente,
pero que, en definitiva, imponga obligación de pagar intereses por una
cantidad superior a la que resultaría de haber estipulado la tasa máxima a
interés simple, el excedente es ilícito.

Pero la observación anterior no debe llevar a la conclusión de que el


anatocismo, en sí, sea ilícito. El propio Código de Comercio ordena en
ciertos casos el pago de “intereses sobre intereses” (C. Com. art. 530).

D) Existen además ciertas leyes especiales que prevén fijación de


límites al interés comercial entre las cuales se destacan la Ley del Banco
Central de Venezuela y la Ley de Protección al Consumidor.

VI. PAGO DE INTERESES

1º Cuando el préstamo es a interés, el mutuario está obligado a pagar


intereses, a la tasa correspondiente(legal o convencional).

2º Son aplicables al préstamo a interés las normas generales sobre el


mutuo respecto del lugar y momento en que debe cumplirse la obligación.

3º Los intereses comienzan a correr y cesan conforme a los términos


del contrato. Salvo pacto en contrario, se entiende que comienzan a correr
desde el momento del préstamo hasta el pago total hecho al mutuante o a
su representante. Los abonos anticipados que voluntariamente haga el
mutuario no dan derecho a disminución de intereses, salvo pacto en
contrario o disposición especial de la Ley.

Los intereses dejan de correr contra la masa desde el día de la decla-


ración de quiebra o cesió

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